6. Julio 2012

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D ESDE EL C HIRINGUITO C OLEGIO M AYOR B ELAGUA F ASE 1 CMBELAGUA.BLOGSPOT.COM D IARIO DE B ELAGUA S E HABLA DE El nuevo Belagua abre sus puertas en una ocasión más que especial al coincidir con su 50 aniversario. T EMAS Todo un “mix” vera- niego (absteneos de tratar de encontrar una estructura lógi- ca, es demasiado pedir). 24 DE J ULIO DE 2012 Lo prometido es deuda y, como no podía ser de otra forma, Diario de Belagua reaparece en esta pintoresca edi- ción de verano que incluye desde noveda- des para los paladares más cotillas del Mayor hasta artículos de opinión y entre- vistas tal y como recordareis de números anteriores. Antes de continuar, es preciso hacer mención del propósito que persigue esta edición tan peculiar, el objetivo que nos ha llevado a algunos de los residentes a superar la modorra, levantarnos del sofá (o de la hamaca en su defecto) y comen- zar a escribir estas líneas. En nuestro favor debo decir que no ha sido en absoluto tarea fácil. En pri- mer lugar se requiere una fuerza de vo- luntad que muchos calificarían de sobre- humana. Además, es preciso realizar una operación de, digámoslo así, formateo y limpieza. Me explico; es necesario dar cuerda de nuevo a esas neuronas, exte- nuadas después del esfuerzo realizado en Mayo (y para los que gustan de hacerse de rogar un poco más, en Junio). Hasta aquí todo claro: complicado pero no imposi- ble, tan solo cuestión de voluntad y un diminuto atisbo de actividad intelectual. Pero no acaban aquí las dificultades, y es que una vez nos sentamos delante del ordenador somos realmente conscientes del reto al que nos enfrentamos: nuestro sino, nuestra némesis, aquello a lo que hemos temido durante todo el curso cada vez que yo os convencía para que redacta- seis un artículo: ¡sobre qué rayos escribo ahora! No es cuestión sencilla en ver- dad, sino que supone, como creo que compartireis todos, un desafío en toda regla. Desafío que, como podéis observar leyendo estas páginas, ha sido superado por muchos. En mi caso, como director del periódico que soy, trataré de no que- darme atrás y escribir algo que pueda despertar vuestro interés. Pero eso es otro cantar, de momento aquí seguimos en lo que tan solo es un cordial saludo a todos vosotros. Como os decía un par de párrafos atrás, justo antes de comenzar a desvariar, lo verdaderamente importante, lo que da un valor especial a este periódi- co no es tanto su contenido (oro molido, por cierto) sino aquello que ha llevado a escribirlo. Se trata de un intento (espero que no en vano) de despertar a algunos de vosotros, quizá inmersos (si no ahogados) en ese letargo veraniego que no deja títe- re con cabeza, que nos pasa factura. Se trata de recordar lo que es por todos de sobra conocido (y debo decir que por pocos puesto en practica) de que el vera- no es tiempo de descanso, pero no del mítico arrastrarse de la cama al sofá, del sofá a la playita y de nuevo vuelta al cubil. No, yo hablo del cambio de actividad, de coger un buen libro. Me refiero a hacer deporte (aquellos de dejaron la operación bikini para el ultimo momento están per- didos y lo saben, pero nunca está de más moverse un poco). También me refiero (por qué no hacer referen- cia a esto) a no dejar de lado a Dios, que no sean éstas unas vaca- ciones en lo que a vida espiritual se refiere. En definitiva, lo que re- presenta esta edición de Diario de Belagua no es más que una mues- tra de que entre el fin de un curso en mayo y el comienzo del si- guiente en septiembre, el Mayor no desaparece, puesto que somos nosotros, al escribir estas líneas los que reflejamos dicha continuidad. Para los más poéticos diré que estas páginas son un oasis en me- dio del desierto, un punto de unión de los residentes que escri- ben desde sus diversos lugares de veraneo. Quizá Diario de Belagua llegue demasiado tarde, quizá no tengamos tiempo para leerlo. Sin embargo, lo que cuenta y que, personalmente me llena a mí, es el hecho de que haya conseguido salir adelante. Todo un logro. Todo un lujo.

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Transcript of 6. Julio 2012

DESDE EL CHIRINGUITO

COLEGIO MAYOR BELAGUA FASE 1

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D IARIO DE BELAGUA

SE HABLA DE…

El nuevo Belagua abre sus puertas en una ocasión más que especial al coincidir con su 50 aniversario.

TEMAS

Todo un “mix” vera-niego (absteneos de tratar de encontrar una estructura lógi-ca, es demasiado pedir).

24 DE JULIO DE 2012

Lo prometido es deuda y, como no podía ser de otra forma, Diario de Belagua reaparece en esta pintoresca edi-ción de verano que incluye desde noveda-des para los paladares más cotillas del Mayor hasta artículos de opinión y entre-vistas tal y como recordareis de números anteriores.

Antes de continuar, es preciso hacer mención del propósito que persigue esta edición tan peculiar, el objetivo que nos ha llevado a algunos de los residentes a superar la modorra, levantarnos del sofá (o de la hamaca en su defecto) y comen-zar a escribir estas líneas.

En nuestro favor debo decir que no ha sido en absoluto tarea fácil. En pri-mer lugar se requiere una fuerza de vo-luntad que muchos calificarían de sobre-humana. Además, es preciso realizar una operación de, digámoslo así, formateo y limpieza. Me explico; es necesario dar cuerda de nuevo a esas neuronas, exte-nuadas después del esfuerzo realizado en Mayo (y para los que gustan de hacerse de rogar un poco más, en Junio). Hasta aquí todo claro: complicado pero no imposi-ble, tan solo cuestión de voluntad y un diminuto atisbo de actividad intelectual. Pero no acaban aquí las dificultades, y es que una vez nos sentamos delante del ordenador somos realmente conscientes del reto al que nos enfrentamos: nuestro sino, nuestra némesis, aquello a lo que hemos temido durante todo el curso cada vez que yo os convencía para que redacta-seis un artículo: ¡sobre qué rayos escribo ahora!

No es cuestión sencilla en ver-dad, sino que supone, como creo que compartireis todos, un desafío en toda regla. Desafío que, como podéis observar leyendo estas páginas, ha sido superado

por muchos. En mi caso, como director del periódico que soy, trataré de no que-darme atrás y escribir algo que pueda despertar vuestro interés. Pero eso es otro cantar, de momento aquí seguimos en lo que tan solo es un cordial saludo a todos vosotros. Como os decía un par de párrafos atrás, justo antes de comenzar a desvariar, lo verdaderamente importante, lo que da un valor especial a este periódi-co no es tanto su contenido (oro molido, por cierto) sino aquello que ha llevado a escribirlo.

Se trata de un intento (espero que no en vano) de despertar a algunos de vosotros, quizá inmersos (si no ahogados) en ese letargo veraniego que no deja títe-re con cabeza, que nos pasa factura. Se trata de recordar lo que es por todos de sobra conocido (y debo decir que por pocos puesto en practica) de que el vera-no es tiempo de descanso, pero no del mítico arrastrarse de la cama al sofá, del sofá a la playita y de nuevo vuelta al cubil. No, yo hablo del cambio de actividad, de coger un buen libro. Me refiero a hacer deporte (aquellos de dejaron la operación bikini para el ultimo momento están per-didos y lo saben, pero nunca está de más

moverse un poco). También me refiero (por qué no hacer referen-cia a esto) a no dejar de lado a Dios, que no sean éstas unas vaca-ciones en lo que a vida espiritual se refiere.

En definitiva, lo que re-presenta esta edición de Diario de Belagua no es más que una mues-tra de que entre el fin de un curso en mayo y el comienzo del si-guiente en septiembre, el Mayor no desaparece, puesto que somos nosotros, al escribir estas líneas los que reflejamos dicha continuidad. Para los más poéticos diré que estas páginas son un oasis en me-dio del desierto, un punto de unión de los residentes que escri-ben desde sus diversos lugares de veraneo. Quizá Diario de Belagua llegue demasiado tarde, quizá no tengamos tiempo para leerlo. Sin embargo, lo que cuenta y que, personalmente me llena a mí, es el hecho de que haya conseguido salir adelante. Todo un logro. Todo un lujo.

PÁGINA 2 D IARIO DE BELAGUA

ON LIBERTY Cuando usamos el término libertad lo hacemos de muchos mo-dos y bajo él se esconden muchos significados que a menudo pasan des-apercibidos: arbitrariedad, autonom-ía, indeterminación o indiferencia. Por ejemplo, en muchos casos con ‘ser libre’ nos referimos a estar libe-rado, en el sentido de no ser esclavo de nadie. En otras ocasiones, con la palabra ‘libertad’ describimos la pro-piedad de poder hacer cualquier cosa que nos apetezca. A veces cuando afirmamos que ‘soy libre’, queremos decir que tenemos una propiedad interior que nadie nos puede quitar y que nos hace distintos al resto de cosas que nos rodean y en virtud de la cual no podemos ser obligados a actuar de una manera determinada.

Sobre ella han escrito casi todos, si no todos, los filósofos y pensadores de Occidente. Aristóteles decía que libre es aquel que es causa de sí mismo. En cambio, Hegel pre-fería denunciar la falsa sensación de libertad que tiene aquel que la en-tiende sólo como indeterminación o indiferencia. A su vez, Platón resalta en varios de sus Diálogos que no hay libertad donde hay total ausencia de moderación y de orden en la conduc-ta y en el obrar. Y otros discípulos de Sócrates, como fueron los cínicos, dijeron que ‘ser libre’ significaba no estar condicionado por las conven-ciones sociales. Por otra parte, es usual encontrarse en las Constitucio-nes de la mayoría de países de Occi-dente, expresiones como que todos nacemos libres e iguales.

Por otro lado, a nadie le gusta que le digan cómo tiene que pensar, y menos aún, lo que tiene que hacer. Lo vemos como una in-tromisión en nuestra ‘intimidad’ y lo percibimos como algo violento o coercitivo; que instantáneamente provoca en nosotros una inevitable

sensación de rechazo. Sin embargo, todos sabemos por experiencia que un consejo oportuno o una negativa de nuestros padres a propósito de algo que se nos había ocurrido hacer —con el consiguiente y sobradamen-te conocido: “es por tu bien”— nos han evitado muchas meteduras de pata. También en esa frase que usan los padres se esconde una valiosa lección: en último término, sólo aceptamos que nos corrijan si eso significa un bien para nosotros.

A menudo, sentimos envi-dia de determinadas personas que a primera vista no tienen que respon-der de sus actos ante nada ni nadie. Basta pensar en los gánsteres made in Chicago o en su versión más blanda, en los raperos de videoclip. Llega-mos a pensar que sólo ellos son ver-daderamente libres. En primer lugar, porque nadie les dice lo que tienen que hacer ni como tienen que pensar, además, tienen cualquier cosa que les apetece a mano y por último, porque nadie les puede quitar lo que tienen; intentarlo significa en la mayoría de los casos o bien una paliza, o bien la muerte.

No obstante, también aso-ciamos con facilidad el ‘ser libre’ con

aquellos que decimos que tienen personalidad, la cual se manifiesta en el modo de vestir, de hablar, de co-mer, etc. Parece que brillen con luz propia aunque no avasallen a cual-quiera que piensa de manera distinta a la suya o no se concedan licencia para cualquier capricho que se les pasa por la cabeza. Sino que más bien, reconocen sus errores y están dispuestos a pedir perdón y rectifi-car. Suelen reaccionar siempre con medida y tienen un carácter estable. A propósito de esto el filósofo Max Scheler decía que cuanto más deter-minada está una persona, es decir, cuanto más fácil es adivinar cómo va actuar o qué va a decidir, con más propiedad podemos decir que es li-bre.

Cuando Aristóteles hablaba de la libertad le gustaba poner el ejemplo de los niños y los animales. Decía que de ninguno de los dos po-demos decir con rigor que son libres, por lo menos del mismo modo que lo decimos de una persona adulta. Con ello indicaba que la libertad no es algo estático, sino que se puede crecer o menguar en libertad. Por-que, como es evidente, el niño que llega a ser adulto a adquirido algo que no tenía antes.

Ahora bien, la libertad no es una propiedad más de entre otras muchas que posee el ser humano, como p.e. el pelo, las uñas o la den-tadura. Uno puede vender su pelo, cortarse las uñas o perder la dentadu-ra. Pero si vende su libertad, al mis-mo tiempo, se vende él mismo, y le ocurre algo semejante que a aquellos que venden su alma al diablo, desde ese momento ya no se pertenecen y en consecuencia pierden hasta la últi-ma gota de personalidad. Por eso es muy significativo lo que responde el demonio que poseía al ciudadano de Gerasa a la pregunta de Jesús por su identidad: “mi nombre es Legión”.

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Como decíamos antes, ‘ser libre’ significa ser causa de uno mis-mo, es decir, ser uno mismo causa de lo que hace, de cómo se comporta y actúa. Cuando uno se posee entonces se puede decir con propiedad que es libre. A diferencia de lo que veíamos al comienzo, la arbitrariedad no es una buena definición de libertad por-que ignora uno de sus rasgos funda-mentales: el control de los propios actos, algo de lo que carecen tanto los animales como los niños. Y por lo tanto, la arbitrariedad anula la po-sibilidad misma de crecer en libertad hasta convertirla en adulta. Por consi-guiente, entender la libertad como arbitrariedad nos mantiene siempre en la inmadurez. A su vez, el que

entiende ‘ser libre’ como indetermi-nación o indiferencia ante múltiples posibilidades, simplemente deja iné-dita la libertad, pues la libertad no se ejercita hasta que uno actúa (Hegel) y para eso es necesario decidirse. Por supuesto, quien se decide a actuar corre el riesgo de equivocarse, pero como suele decirse “equivocarse es humano”. Los seres humanos no lo sabemos todo nada más nacer sino que para saber tenemos que actuar y, en la mayoría de los casos, equivocar-nos, sólo así aprendemos de verdad y podemos decidir correctamente. Además, no es el que no quiere admi-tir que se equivoca el que es libre (raperos de videoclip), sino quien lo reconoce y actúa en consecuencia. El

que se equivoca y rectifica lo hace porque advierte que hay un bien ma-yor que el que perseguía antes. Por eso decimos que “rectificar es de sa-bios”, porque lo estúpido sería ver un bien mayor y no ir a por él. A modo de conclusión podría decirse que es libre verdaderamente aquel que cuando ve el bien se decide a seguir-lo, a plasmarlo en su vida cueste lo que cueste. Por lo tanto, aquel que mediante el control de sus actos (Platón) persevera en su decisión y rectifica cuando es necesario. Sólo así se alcanza la madurez que se refleja en una genuina e intransferible perso-nalidad (Scheler).

Miguel Martí Sánchez

EL TRIUNFO DE LA IGNORANCIA

Hace ya varios meses desde que varios españoles se sintieron (al menos en parte) aliviados por la lle-gada a la presidencia de la “derecha española”. En ella habían vertido sus grandes expectativas y le habían con-fiado la tarea de evitar el completo hundimiento al que se veía sometido nuestro país desde hacía ya varios años. A la vista de la actual situación -no es que quiera yo mostrarme pesi-mista- pero no sé si llegaremos a salir a flote, al menos mientras nuestra mentalidad no cambie.

Y es que el problema de España no tiene sus raíces en la eco-nomía, a pesar de estar ésta muy malograda en la actualidad. El pro-blema de España radica en la menta-lidad de la sociedad, radica en la cri-sis de valores que abunda hoy en día entre los ciudadanos del que fue hace algún tiempo un gran país. Pero ojala fuera una simple crisis de valores, ¡ojala! Porque allí donde faltan valo-res se puede acudir a darlos, se pue-de ir a enseñar a la gente cómo vivir. Los españolitos no sólo estamos bas-tante faltos de honestidad y morali-dad sino que encima presumimos de

no tener ningún problema (en cuan-to a los valores se refiere) y achaca-mos todo a la mala gestión de nues-tros políticos (que no es menos cier-ta). Para colmo ni se nos ocurre pen-sar que hemos sido nosotros los que hemos permitido que se llegase a esta situación. Ya decía Juan Luis Vives que “la tiranía de la ignorancia es… la más dura y lóbrega de las esclavi-tudes”. Y es que a los españoles nos gusta vivir pensando que tenemos la situación controlada. Nos dividimos en dos partidos y nos alegramos cuando ganan unos y nos lamentamos cuando ganan los otros. No analiza-mos la situación de fondo, porque si

de verdad nos fijáramos comprobar-íamos que estamos siendo continua-mente manipulados, que no importa si rojo o azul, es un paripé en el que nosotros somos marionetas que nos movemos al son de políticos y diri-gentes. Lo mejor de todo es que lo llamamos democracia y nos lo cree-mos. Si queremos cambiar esta situación hay que empezar por nosotros. Y el primer cambio es darse cuenta de cuál es el verdadero problema. No es ignorante quien no sabe sino quien no quiere saber.

Jaime Fuertes de Arredondo

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EL BLOG DE JOSÉ LUIS

Filosofía para el siglo XXI filosofiaparaelsigloxxi.wordpress.com

LOS 300 DE GEDEÓN Uno de los fenómenos más curiosos que pueden verse en el cam-pus de la Universidad de Navarra (y de cualquier otra universidad) es que de un día para otro el paisaje cambia radicalmente, por así decir, pasa de 0 a 100 e inversamente, de 100 a 0.

En los periodos de vacacio-nes, los edificios permanecen mudos, los árboles se adueñan y enseñorean del entorno y los pá jaros (fundamentalmente las elegantes o repelentes hurracas, según se mire) son casi los únicos que rompen la silenciosa quietud con su movimiento y sonido. Y de repente, prácticamen-te en un solo día, los caminos de cemento parecen regueros de hormi-gas que bajan (a veces, cada vez más, en bicicleta) de la ciudad, los coches atestan los aparcamientos, las faculta-des y escuelas se pueblan de nuevos alumnos con cara de curiosidad o de veteranos con ganas de contar las experiencias vacacionales.

Todo esto sucederá, una vez más, dentro de unas semanas, a pri-meros de septiembre. Para el campus mismo si tuviera conciencia y para quienes vivimos allí, e incluso para quienes han vivido ya esta expe-riencia más de una vez, dicha meta-morfosis se ve casi como una simple transformación del paisaje. Sencilla-mente, al mundo vegetal y animal,

así como a las construcciones y al mobiliario urbano, se suman joviales semovientes humanos, para quienes en realidad todo lo demás ha sido diseñado. Sin embargo, ¡qué singular es esa experiencia para quienes la viven por primera vez, para los nue-vos!

Una de las características de la juventud es que, para bien y para mal, las cosas pasan muy deprisa. El joven suele mirar predominantemen-te hacia delante, es poco retrospecti-vo. Pero si nos detenemos a recordar y a analizar cómo nos sentimos cuan-do llegamos a la universidad, acaso nos sirva para algo y sirva a los que pasan por esa coyuntura.

Para el recién llegado al mundo universitario todo es nuevo y abundante: el entorno, los estudios, las compañías, el régimen de vida… Es un mundo por descubrir, y por explotar; un nuevo mundo que, co-mo antaño las Américas, promete riquezas y aventuras, pero también desafíos y peligros. Todo un conti-nente ignoto que suscita y a la vez cataliza, potenciándolos, los anhelos propios de esa etapa de la vida. A esa edad se experimenta una fuerza vital, un impulso de crecimiento, que de pronto ve expandido su marco y al-cance de posibilidades; las cuales, además, no van a volver y algunas de ellas se trasformarán en realidades irreversibles. Pero esos sentimientos de ilusión y de seriedad conviven con el miedo al riesgo, al fracaso ante lo

desconocido para el inexperto. Ya Aristóteles se lamentaba de que cuando más hace falta la experiencia (precisamente cuando el joven debe decidir) se carece de ella, mientras que quienes más experiencia acumu-lan ya casi no la necesitan para ellos mismos (aunque puede muy bien ser útil para otros). Hay además otro sentimiento muy pujante en ese bre-ve tiempo de la juventud universita-ria primeriza. El continente recién descubierto, en el que se acaba de desembarcar, embriaga a uno como a un aventurero ávido de novedades, no tanto por lo que allí descubra cuanto por el mero placer de reco-rrer nuevos caminos. La vida univer-sitaria aparece como un paraíso lúdi-co, un tiempo más o menos regalado para jugar, explorar, probar, sonde-ar. La viva conciencia del paso irre-versible del tiempo se entremezcla con la sensación de que durante unos años nos está permitido experimen-tar arbitrariamente en y con nuestra propia vida.

En definitiva, demasiadas posibilidades poblando el mundo ahí fuera y demasiados anhelos bullendo dentro del joven principiante. Habrá quien rápidamente dirá que el tal nuevo no está solo ante ese abigarra-do y confuso mundo interior y exte-rior, que precisamente puede benefi-ciarse de la experiencia y el consejo de los veteranos en esas lides (alumnos, asesores, profesores…). Y es verdad.

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Pero en nuestro joven perso-naje se yerguirá vivo y rebelde el afán de ser absolutamente autor de su vida, de probarlo todo por sí mismo hacien-do caso omiso de las advertencias y orientaciones ajenas (sobre todo las que le parezcan demasiado “adultas”).

En fin, el dilema interior está servido.

Decía el filósofo García Mo-rente que la peor enfermedad de la época moderna es la prisa; sí, sobre todo la prisa o precipitación al decidir y actuar.

A este respecto me viene a la memoria un instructivo pasaje de la Biblia. En cierta ocasión, Gedeón, ge-neral del pueblo elegido, se disponía a librar una batalla pertrechado de un bien nutrido ejército. Pero Yahveh quería mostrar al pueblo rival que

aquel era su pueblo, y lo iba a hacer disponiendo que Gedeón venciera con un contingente mucho menos numero-so. Y para seleccionar a algunos y los mejores guerreros dijo a Gedeón que condujese a todos sus sedientos hom-bres a un lugar con agua, para que pu-diesen beber. Aquellos que se abalan-zaron precipitadamente a beber, la-miendo el agua “como los perros”, fueron desechados; en cambio, quienes pausadamente se arrodillaron y bebie-ron tomando agua entre sus manos fueron elegidos: solo trescientos hom-bres.

Ante el universitario princi-piante (y no principiante) se abre un mediterráneo de apasionantes posibili-dades; y un torbellino de deseos muy dispares hierve en su interior: disfrutar de la libertad de la tutela familiar, sa-tisfacer la curiosidad, jugar con lo fácil

e inmediato, cimentar técnica y profe-sionalmente su seguridad y autonomía futuras…, pero también descubrir amores profundos y duraderos, aden-trarse audazmente en los océanos del saber, explorar las propias potenciali-dades artísticas, capacitarse para dialo-gar con la cultura secular y universal, intentar penetrar el sentido de la vida y sus avatares…

Mucho depende de lo que cada cual decida fomentar. Y las proba-bilidades de acierto aumentarán si la elección es equilibrada, ponderada, sosegada, tal y como corresponde a la profundidad y seriedad de lo que hay en juego la propia vida, tal y co-mo obraron los trescientos de Gedeón.

D. Sergio Sánchez-Migallón

Y LLEGÓ EL VERANO…

Después de un año largo y duro de estudio por fin el verano. Tras los duros exámenes de mayo llega el verano para aquéllos que se lo han ga-nado. Esa estación en la que suben los termómetros y llega el descanso. Ga-narse este ansiado veraneo no es tan fácil si eres universitario. Es necesario el trabajo diario previo, la constancia, el esfuerzo, las ganas de aprender y el afán de formarse. Mucho tiempo libre, ganas de disfrutar hacen que sea el pe-riodo más deseado por todos, pero con el peligro de tener tanto tiempo libre que da pie a perderlo.

Es difícil ser un joven con va-lores en esta sociedad llena de distrac-ciones. Es fácil dejarse llevar por la comodidad y difícil ser emprendedor, tener buenas ideas y tener el ánimo y las ganas de llevarlas a cabo. Para que-rer formar parte una sociedad con idea-les es preciso que los tengamos también nosotros; unas metas por las que luchar a largo plazo, unos altos objetivos para

poder cambiar poco a poco esta socie-dad estancada en la comodidad. El ve-rano es un buen tiempo para pensar sobre esto y llenarse de ganas e ideas.

Francisco de Asís Ariznavarreta

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UN SUBDIRECTOR MEDIÁTICO… He aquí un pequeño aperitivo de lo que nos en-contraremos el año que viene en el Mayor. Entrevista a Paul Nguewa (realizada por el periódico El País el pasado 13 de julio), nuevo subdirector de Fase 1 y, visto lo visto, toda una eminencia...

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ARQUITECTURA OLÍMPICA

Una vez superada la euforia de la Eurocopa y disuelto el patriotis-mo temporal que nos ha acompañado este último mes de junio, los medios de comunicación se han visto obliga-dos a empezar a nombrar a los Juegos Olímpicos que este año se celebran en Londres. Y en vista de que aumen-tará el interés popular por dicho evento, me parece adecuado señalar brevemente su interés arquitectónico.

Como toda concentra-ción internacional de importan-cia, su celebración supone a la ciudad que la acoge habilitar es-pacios para que su acción se des-arrolle cómodamente. Lo que se traduce en construir, en este caso, estadios y pabellones olím-picos. El planteamiento que ha seguido la comisión organizadora se resume en que la mayoría de los edificios necesarios para al-bergar las competiciones tengan un carácter efímero y de recicla-je. Apoyándose en la idea de que una vez finalizados los Juegos, prevalecerán las necesidades lo-cales (mucho más reducidas) y los edificios se verán entonces obso-letos. Y algunos se seguirán pregun-tando por qué Madrid no salió esco-gida en su momento, nuestra reac-ción ante la elección final de Londres como ciudad olímpica en 2012 por parte del COI fue bastante española, y en vez fijarnos en lo que habían hecho los ingleses y copiarlo para el próximo turno, nos quejamos y mal-dijimos al pobre Alberto de Mónaco, ¡pero si teníamos el mayor apoyo

popular! No salíamos de nuestro asombro, Europa nos odiaba.

En fin, me gustaría reflexio-nar sobre las construcciones efímeras y el ecologismo que invaden la arqui-tectura, que bien puede dotar de ‘alma’ a un proyecto como hundirlo hasta la más vil cursilería. La arqui-tectura efímera se diseña para cum-plir una función concreta, se preten-de que a la vez sea atractiva a la vista, que provoque sensaciones en el usua-

rio (casi podríamos estar hablando de una escultura), que se monte y des-monte sin un gran despliegue de me-dios y que produzca el menor impac-to medioambiental. Y permítanme criticar el ‘impacto medioambiental’ diciendo que calcularlo como es debi-do es extremadamente complicado porque influyen demasiados factores y producir materiales reciclables re-sulta casi siempre caro, y no está el horno para bollos.

Por otra parte y en contra, cuando un edificio desaparece se lleva consigo todo lo que representa, futu-ras generaciones pasearán por el Marshgate Lane de Londres y no se darán cuenta de que allí se celebraron una Olimpiadas. Como el Crystal Palace, de John Paxton, arrasado por las llamas y que simbolizaba el pro-greso de Inglaterra en la Exposición Universal de 1851. Huyendo de esa desaparición, todos los edificios públicos construidos durante la dic-tadura de Hitler en Alemania pre-tendían precisamente que aunque pasasen los años y sucedieran de-sastres naturales, tales construc-ciones (aun en ruinas) reflejaran una época y que esta se mantuvie-ra viva en el recuerdo de las per-sonas. Sin embargo, a favor diré que nuestra mente es capaz de convertir la arquitectura efímera y con fecha de caducidad en ar-quitectura, digamos, atemporal. Recordamos, almacenamos imá-genes que vimos anteriormente. Un peregrino australiano, que asistió a la JMJ, a lo mejor no vuelve a ver Madrid, y en los úni-cos recuerdos que tendrá sobre la imagen de la ciudad aparecerán el altar de Cibeles, el árbol de Cua-tro Vientos, etc. Es decir que aunque abandonemos el edificio y

no volvamos usarlo, se quedará en nosotros todas las sensaciones que nos ha provocado. El fin que persigue el arquitecto al diseñar un pabellón temporal no culmina en el momento en que entramos en el edificio, si no cuando salimos de él.

Joaquín Muñoz Juan-Dalac

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Tres Palabras (Carlos de Domingo) Sobre lo que creo saber de cine, música, literatura y demás maravillas del mundo.

Queridos Becarios, actuales y futuros colegiales,

El día 15 de julio, Belagua-Fase 1 volvió a abrir sus puertas después de una profunda renovación. Unas estructuras, soportes y paredes que dentro de pocos días cumplirán 50 años.

En general, alguien que ha vivido 50 años ya se puede decir que es “mayor”. Su larga experiencia lo confirma. Aunque también es cierto que Belagua nació ya con esa vocación a ser “Mayor”. Dice el filósofo Alejandro Llano que quien se pro-pone cosas grandes necesita, para alcanzarlas, la ayuda de otros, sólo así un hori-zonte amplio y prometedor se hace asequible. En estos 50 años Belagua ha procu-rado crear ese espacio de libertad en el que puede darse la amistad y el compromi-so. Un lugar que habitado y surcado por jóvenes de cuerpo y espíritu les permita formarse como personas cabales y verdaderos universitarios.

Suele ser a los cincuenta cuando el hombre reflexiona sobre sus obras y juz-ga su trayectoria y también cuando se le comienza a tener en cuanta para pedir consejo y sugerencias. Por eso, el espíritu emprendedor e innovador de Belagua puede ser el lugar donde apoyarse para lograr la madurez y el buen hacer que son indicio de todo fruto duradero y de cualquier trabajo que quiera ser fecundo.

Hace poco menos de un siglo, Eugenio D'Ors decía en la Residencia de Estu-diantes que la capacidad de diálogo es necesaria para el genuino aprendizaje y por eso animaba a los estudiantes de aquella época -en la que podemos vernos refleja-dos todos– a cultivar la inteligencia por el estudio riguroso y metódico de lo que no es sólo útil, sino valioso en sí mismo: historia, poesía, música, teatro, etc. De ese mo-do, el alma se va liberando del deseo de lo inmediato y puede aspirar a lo que tras-ciende el momento.

Los próximos cincuenta años todavía no son y ni siquiera el tiempo dictará que van a ser. Le gustaba decir al Fundador del Opus Dei que “el mundo es de Dios, pero Dios lo alquila a los valientes”. Lo que si es seguro es que nosotros seremos responsables de lo que será Belagua dentro de diez, quince o veinte años. Y espere-mos que se pueda decir sin risas de complicidad o caras de perplejidad que el Cole-gio Mayor Belagua está hecho para que los que viven, y hayan vivido allí, sean feli-ces.

ANÓNIMO

UN SALUDO DESDE LAS JUP...

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LAS EXPOSICIONES UNIVERSALES DE HOY EN DÍA. Este año, en Sevilla, se conmemora el 20 aniversario de la que fue la exposición universal de 1992, con motivo del quinto cente-nario del descubrimiento de Colón. Pero, ¿por qué fue tan importante este evento que sólo duró seis me-ses?

Durante estos seis meses la isla de la Cartuja en Sevilla se con-virtió en el centro cultural y el pun-to de encuentro de todas las nacio-nes. Cada país mostraba en sus pabe-llones a los visitantes lo mejor de sí mismo, y su contribución en la His-toria y en la actualidad al progreso de la humanidad. Los arquitectos se volcaron en la construcción de estos pabellones innovando y creando estructuras sorprendentes. Artistas y científicos llegaron de todos los rin-cones del mundo para demostrar sus habilidades. Importantes políticos aprovecharon el encuentro para de-batir sobre asuntos que han trascen-dido en la Historia. Como, por ejemplo, la caída del comunismo o el proyecto de una moneda única en Europa. En total, la ciudad experi-mentó un gran desarrollo y la ciudad se modernizó.

La primera exposición uni-versal se celebró en Londres en 1851, con el fin de reunir los avan-ces tecnológicos de la revolución industrial. La exposición tuvo tanto éxito que se repitió en distintas ciu-dades industriales como París o Vie-na, dejando a su paso perlas como el palacio de cristal en Londres o la mismísima torre Eiffel en la capital gala. En España la primera exposi-ción universal se celebró en Barcelo-na, participando en ella alrededor de 20 países y superando los dos millo-nes de visitas. Como recuerdo de este evento nos queda en la ciudad condal el famoso arco del triunfo,

que sirvió como puerta para el re-cinto.

Durante el siglo XIX y principios del XX, se dieron muchí-simas exposiciones a lo largo del mundo y por diversos motivos. Pero en 1928 se creó la oficina internacio-nal de exposiciones con el fin de otorgar oficialidad a este tipo de evento y controlar su calidad. Por este motivo, el número de exposi-ciones se redujo, concentrándose en eventos menos frecuentes pero de mucha más importancia y enverga-dura, logrando por fin un punto de encuentro en el que sí participasen la gran mayoría de naciones.

A partir de este momento, las exposiciones se desarrollaron creando pequeñas grandes ciudades cosmopolitas, en donde poco a poco el ocio cultural le iría ganando terre-

no a la maquinaria industrial, como atractivo.

La última gran exposición universal tuvo lugar hace dos años en Shanghái, convirtiéndose en la mayor exposición que nunca vio la Historia y desbancando de este pues-to a Sevilla 92. Mientras que Sevilla recibió una considerable cifra de 42 millones de personas, en la ciudad china se superó los 70. Un récord muy difícil de superar, ya que Shanghái es una de las ciudades con mayor concentración de gente. Co-mo anécdota de la expo 2010, el pabellón de España se convirtió en uno de los pabellones más populares del recinto. Sobre todo entre los visitantes chinos. Todo un éxito para la marca española, recibiendo además el tercer premio por su be-lleza arquitectónica.

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Si están pensando en acudir a uno de estos eventos, el próximo lo tendremos relativamente cerca. La próxima expo tendrá lugar en la ciudad de Milán en el 2015. En cambio para 2017 la expo se trasladará a Astana, Kazajistán. Donde al igual que en su día le tocó a España, Kazajistán demostrará al mundo que es un país poderoso y

desarrollado. Tanto como para aceptar la responsabilidad de desarrollar este grandioso evento.

La exposición universal es el evento cultural más rico y diverso que se puede encontrar hoy en día, está llena de espectáculos, tecnología punte-ra y personas que llegan de todas las

naciones. Las expo son un baluarte para potenciar las interrelaciones culturales y contribuyen al progreso de una globa-lización mejor para todos.

Fernando Rafael López Jiménez

LAS JOB (versión soviética) El pasado fin de semana, el

sábado 14 y domingo 15 de julio, fue-ron llegando nuestros mejores hombres para ayudar a acomodar nuestro Cole-gio Mayor para el curso que viene. Las Jornadas Obreras de Belagua tenían por objetivo realizar el trabajo pesado que requiere una gran fuerza e inteligencia: mover los muebles. Aunque pueda pa-recer fácil, mover las tablas de escena-rio o el mueble de los videos de la sala de estar requiere una gran destreza y un conocimiento profundo de física cuánti-ca y cálculo parabólico.

Es por eso que nuestros mejo-res y más célebres residentes han sido llamados a realizar esta importante ta-rea, pero por las cosas de la vida sólo hemos podido contar con la presencia de unos pocos, que aún así, cumplieron de la mejor forma posible con la difícil misión que se les ha confiado. Así, la fuerza bruta y absolutamente animal de José Joaquín Paricio, alías Fajito, nos ha ayudado en el traslado de piezas más pesadas. Mientras que la sonrisa de Joa-quín nos ha alumbrado el camino en los pasillos más oscuros de Belagua. Asís finalmente ha logrado domar la furgo, y por ello ahora es el principal candidato al premio “El Hombre que susurraba a las furgos”. Y el hermano menor de

Asís, Alejandro, se ocupó de la música durante los largos trayectos hacía los almacenes ayudando a conservar el buen estado de ánimo de nuestro equi-po.

Nuestro principal aliado en esta misión han sido las Mudanzas Ga-mo, con un equipo internacional muy cualificado. En las memorias de los participantes de las JOB para siempre quedarán grabados los nombres de Po-rras, un español y fanático de la liga inglesa de la segunda mitad de los 80, y de Janko, un búlgaro recién llegado a España, que no habla muy bien español pero que tiene los brazos como un par de troncos.

Pero no todos los días de estas Jornadas fueron alegres y luminosos. Un incidente ocurrido al final de las Jornadas conmocionó a toda la sociedad Campusina. Hacía las doce de la noche una eriza (la hembra del erizo) se preci-pitó desde un cuarto piso de torre 1 en circunstancias poco esclarecidas y que aún están siendo investigadas, pro-vocándole la muerte. Los médicos sólo pudieron constatar su fallecimiento y no tuvieron ni la menor oportunidad de luchar por su vida. El principal sospe-choso, un tal I. M. alegó que se trataba de un accidente y que para un amante de la naturaleza sería imposible come-ter un acto de semejante crueldad. Sin

embargo los testigos oculares ya han contado al juez su versión de los hechos e I. M. ya ha sido puesto bajo el arresto domiciliar en la provincia de León. La eriza ha dejado a un esposo erizo deso-lado por la tragedia, y a unos cuatro niños erizos que ya han sido puestos bajo la custodia de los servicios sociales de Belagua. Actualmente se encuentran en Madrid bajo la atenta mirada de los hermanos Clavería.

Pero como todo lo bueno, las JOB también han terminado. Unos se marcharon para volver en enero (Jordi Cassany que se va de intercambio a Taiwán), otros vuelven a casa para aca-bar las vacaciones. Y otros pocos, como es el caso de José Joaquín, han partido rumbo a las JUP (Jornadas Universita-rios de los Pirineos), una opción exce-lente para este verano. Se cumplió con los objetivos previstos y ahora nuestra Fase 1 está mucho más cercana a iniciar una nueva época en la vida de nuestro Colegio Mayor, la época de la Nueva Belagua.

Vitaly Pershin

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¡ES QUE YO HABRÍA HECHO…! España es un país cada vez más cercano al tercer mundo y lo es por diversos motivos ya de sobra conocidos de índole económica, política, social... La avería con la que se encontró el nue-vo Gobierno de Rajoy es más grande que la que hundió el Titanic y además, a día de hoy sigue habiendo sorpresas en cuanto a la salud de nuestro sistema económico (pues si bien se creía que lo nuestro era una gripe fácilmente con-trolable, ésta es en realidad un cáncer en toda regla).

Como es costumbre después de la llegada al poder del nuevo inquili-no de La Moncloa; llegan las poco origi-nales críticas, marcadas por esta sensa-ción de penuria económica y malestar social. Críticas, en definitiva, que no hacen sino acentuar la vorágine de des-contento general en la que se ha conver-tido nuestra sociedad.

Yo tan solo quisiera llamar a la reflexión acerca de la capacidad real que tiene el Gobierno actual para actuar y es que, aunque ciertamente podría haber hecho las cosas con mayor prontitud, de otra forma, dando prioridad a otros asuntos etc., lo cierto es que está atado de pies y manos.

En mi opinión, no es justo echarle en cara al gobierno de Rajoy el que no haya llevado a cabo una reforma seria en el ámbito social en lo que se refiere a “matrimonio” homosexual o ley del aborto, por ejemplo. Y digo que no es justo puesto que, aunque para algunos de nosotros estos asuntos son de una importancia primordial, no es más cierto que otros cinco millones de espa-ñoles tienen como prioridad buscar un empleo para alimentar a sus familias. Por ello, es obligación del Pre-sidente la de estar día y noche frente al Banco Central Europeo negociando un rescate, un no rescate o lo que se tercie. Esto significa que, hasta que no se de-muestre la omnisciencia de este indivi-duo con barba y con una manera muy peculiar de pronunciar las “eses”; el señor Rajoy, nuestro Presidente, no

puede estar en Bruselas abogando por que a España no se le dé la patada en la Unión Europea y, a la vez, en el galline-ro llamado Congreso discutiendo y aprobando leyes del ámbito de lo social. Esto tiene un mérito enorme puesto que nuestro país no tiene ningún argu-mento positivo que avale la “fortaleza” económica de nuestro país. Tan solo podemos actuar utilizando la amenaza de un negro porvenir para la Unión en el caso de la salida o el rescate de Espa-ña, como herramienta de presión.

Por otro lado, el nuevo Go-bierno ha llevado a cabo los recortes económicos más grandes de la historia democrática de nuestro país (me refiero a un gobierno elegido democráticamen-te) puesto que en muchos otros países, estas medidas drásticas y radicales han sido llevadas a cabo o mediante presión externa al país en cuestión (tal y como ha sucedido en Grecia) o llegando inclu-so a cambiarse el sistema de gobierno (como es el caso de Italia, aunque más tarde lo ratificase el Parlamento).

La gran mayoría de los votan-tes de Rajoy dice hoy echándose las ma-nos a la cabeza que ha desperdiciado estos seis primeros meses de gobierno y que las medidas que esta tomando han llegado tarde y mal.

No pretendo con estas líneas proclamar mi amor por el Partido Po-pular puesto que soy de la opinión que, en el mundo de los políticos y tal como decía el ciego al lazarillo en El Lazarillo de Tormes, “si tu callabas cuando yo me tomaba las uvas de dos en dos es porque tu las comías de tres en tres”. Pues bien, el Partido Popular ha callado, para mi gusto, demasiado en estos últimos 7 años en los que se las ha ingeniado para perder dos elecciones frente a tamaño inútil e impresentable como ha demos-trado ser el anterior gobierno además de realizar tan solo unas tímidas protes-tas a lo largo de este periodo.

En definitiva, y con esto termi-no, tan sólo pido tiempo. Un tiempo que ciertamente muchos de nosotros no estamos dispuestos a esperar. Como ciudadanos tenemos el derecho a exigir (faltaría más) que se cumpla lo que pro-metía el partido ganador antes de las elecciones, pero realmente un cambio de las dimensiones que se requieren implica un tiempo de debate, de con-senso y de desarrollo legislativo porque, señores, para bien o para mal, vivimos en una democracia en la que las cosas no cambian de la noche a la mañana.

Juan Ángel Soto Gómez

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¿Y QUÉ DECIR DE….? UN NUEVO BELAGUA . TODO UN RETO . . .

En un mes comenzará un nuevo curso en la Universidad de Navarra. Es entonces cuando llega el momento de hacer las maletas y despedirse de la familia. Cierto es que en cuanto a despedidas, algunos las llevan con mayor pesar que otros, todo sea dicho. Pero, de cualquier forma, nos preparamos para afrontar unos meses “en solitario”.

Empieza así la “operación retorno” en la que la estación de trenes y el aeropuerto no paran de traer estudiantes a Pamplona. Estudiantes de todos los países y colores imaginables, dando fe de la enorme cantidad de extranjeros que estu-dian en nuestra universidad. En las caras de estos alumnos se refleja la ilusión y las ganas propias de la juventud; tanto para lo puramente académico como para las otras muchas actividades que caracterizan a un universitario, puesto que el término universitario y el de estudiante no son, a mi parecer, ni tan siquiera similares. El estudio, las clases y los libros son una pequeña porción de la vida del universitario (pequeña pero, obviamente, importantísima), que nadie os diga lo contrario. No concibo, al igual que muchos otros, la universidad y el estudio apartadas de multitud de eventos culturales, musicales, deportivos...en resumen, un sinfín de actividades que llenan la vida universitaria.

Pero vayamos ya a lo que interesa, que es el Colegio Mayor; íntimamente ligado a la vida universitaria (más aún en nuestro entorno con ese magnífico campus, un césped precioso, pajaritos, en fin...ya sabéis). Se trata del Colegio Ma-yor Belagua que, como ya se ha mencionado anteriormente, estará de celebración en unos días con motivo de su cincuenta aniversario. Y es aquí a donde quería yo llegar, dirigiéndome muy especialmente a los nuevos residentes que en pocos días cruzaréis las puertas de Belagua para entrar en un mundo nuevo e increíble donde los medios y las oportunidades están garantizadas de antemano, tan solo se han de aceptar.

Tras los exámenes finales de mayo, una curiosa representación de Fase 1 partió hacia San Sebastián para acudir a una convivencia conjunta entre las cuatro sedes del Mayor (a saber; Fase 1, Fase 2, Torre 1 y Torre 2) que tuvo lugar en el Colegio Mayor Ayete. Dicha representación era de lo más pintoresca (a no ser que un murciano, un mejicano, un burgalés y un ruso siberiano sea lo más normal del mundo) pero creo sinceramente que algo pudimos aportar a aquella singular co-misión conjunta. Digo singular porque no estamos muy acostumbrados a trabajar con residentes de otras sedes (o subsedes, según se mire), y eso es precisamente lo que pretendíamos cambiar. El proyecto es, cuanto menos, un desafío sumamente atractivo. Se trata de unir fuerzas, de olvidar las posibles diferencias que ha habido hasta ahora; levantar la cabeza y ampliar miras. Abogar por unos objetivos más elevados, más ambiciosos y, por ello, más gratificantes.

Es aquí donde será absolutamente vital la labor de nosotros, los residentes del Mayor. En especial la vuestra, resi-dentes de primero ya que, para empezar, seréis el núcleo fuerte el próximo año, puesto que sois más de cincuenta; una cifra superior a la de años anteriores (en especial la del pasado año que, si no recuerdo mal, rondaba los veinte).

No trato aquí de presionar a nadie y probablemente no sea necesario citar las palabras que un residente de Fase 2 nos dirigió en aquella convivencia de San Sebastián (aunque no estaría de más recordarlo de vez en cuando). Esta persona dijo que “además de estar en una ocasión más que propicia, al coincidir este proyecto de renovación del Mayor con el cin-cuenta aniversario del mismo, el hecho de poder formar parte de algo de estas características nos hacía responsables ante Dios y ante la Historia. Tenemos la oportunidad de realizar proyectos de dimensiones tan solo alcanzables en un ambiente como el que nos proporciona Belagua, sería de necios no aprovecharla y hacer algo grande…”. Pues bien, aunque suenen a arenga al más puro estilo Braveheart, de estas palabras podemos extraer, en mi opinión, dos conclusiones fácilmente identi-ficables: La primera es que también los residentes de Fase 2 tienen buenas ideas de vez en cuando. Y la segunda y más im-portante es que realmente tenemos la oportunidad y las herramientas que, sea por el motivo que sea, han sido puestas ante nosotros y con las que podemos conseguir cosas realmente grandes. Un fortísimo abrazo (y repito: un cordial saludo a los menos efusivos) a dirección, becarios, residentes de segundo año y nuevos residentes; todos, en definitiva, residentes de Fase 1.