70º ANIVERSARIO - Las Matas de Madrid...son muy buenas. Pero hay las que aman toda la vida, esas...

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Dios se ha comportado con nosotros como un Padre a lo largo de toda la historia. Y nosotros, su pueblo, aunque hemos dado pasos positivos en este sentido, aún nos sigue costando reconocerlo como tal. La experiencia de Dios que vive el pueblo, y también la nuestra, la expresamos con las palabras del Salmo: “Gustad y ved que bueno es el Señor”. Sin embargo, pronto se nos olvida. Cuando todo va bien, cuando las cosas salen bien, ya no necesitamos a Dios. Le pasó al pueblo de Israel, le pasó también a las primeras comunidades cristianas y nos pasa también a nosotros. Por eso la invitación constante de la Palabra de Dios es a la conversión, a volver a ese Dios que es Padre y que, por nuestra parte, aún está por descubrir. Con esta parábola (del Padre misericordioso) Jesús nos sigue mostrando cómo es Dios; nos dice que sabe de nuestra debilidad porque nos ha creado y nos conoce y, a pesar de todo, nos sigue dejando en libertad, respetando el uso que hacemos de ella. Nos dice también que, por muy “gordo” que creamos que es nuestro pecado, Él nunca nos olvida ni nos da por perdidos, siempre espera vigilante nuestra “vuelta a casa”, nuestro arrepentimiento. También nos dice que contamos con su gracia como ayuda para volver a Él. Insiste una y mil veces en que ese momento es una fiesta; la fiesta de la gracia y de la misericordia de Dios, es la del abrazo entrañable del Padre. Siempre contaremos con esa ayuda para levantarnos y seguir caminando. Queremos profundizar en nuestro conocimiento de Dios. Cuanto más nos acerquemos a Él, más cambiará nuestra vida, más real será nuestra conversión, mayor será nuestro testimonio. Pero es imposible descubrir esto si no lo hemos experimentado en nuestra vida. Sólo el que es perdonado aprecia el perdón, disfruta del gozo del perdón y está pronto a perdonar. Sólo el que es amado aprecia el inmenso amor de Dios. Sólo el que vive esta experiencia es capaz de disfrutarla y transmitirla a otros. Sólo así podremos convertirnos, cambiar nuestro corazón de piedra por uno lleno de amor, misericordia y perdón para nuestros hermanos, como el de Dios. La Cuaresma y toda nuestra vida, es una lucha contra todo aquello que nos aparta del amor de Dios. Nosotros, como el hijo pródigo, nos enfrentamos a la tentación de creernos los dueños del mundo y hacer con él lo que nos da la gana; a la tentación del individualismo, de apartarnos de todos e ir a lo nuestro; a la tentación del consumismo incontrolado, que nos hace buscar la felicidad en el tener y en el gastar; a la tentación de creer que vivimos “como Dios” y darnos cuenta, como el hijo pródigo, que estamos “entre los cerdos”. Parafraseando a Bertolt Brecht, podríamos terminar esta reflexión diciendo que hay personas que aman un día y son buenas, hay otras que aman un año y son mejores, incluso hay quienes aman muchos años, y son muy buenas. Pero hay las que aman toda la vida, esas personas son las imprescindibles. Jesús nos ama y nos perdona todos los días a través del sacramento del perdón y de la Eucaristía. Él está aquí anunciándonos su amor y entregando su vida por nosotros. Pedro Juan Díaz. Betania 70º ANIVERSARIO http://www.sanjoselasmatas.es [email protected] ESTÁS SEÑOR, YO SÉ QUE ESTÁS Estás conmigo siempre, aunque no mire de verdad, gritándome en silencio lo que no quiero escuchar, iluminando mi camino de ojos cerrados y oscuridad, bendiciendo mi nombre, regalándome la paz, acompañando mis lágrimas, afinando mi risa, respetando mi silencio, extrañándome en mi ausencia, esperando siempre a mi puerta por si quiero dejarte entrar. ESTÁS SEÑOR, YO SÉ QUE ESTÁS Purificando mi aire para que pueda respirar, pidiéndome Tú a mí el agua, y un lugar para descansar, poblándome de recuerdos que hagan al corazón volar, estrechándome en tus brazos, levantándome al caer, sosteniendo mi esperanza aunque no la sepa ver, esperando una migaja del pan de mi poca fe, sonriéndole a mi alma para sanarla sin porqués. ESTÁS SEÑOR, YO SÉ QUE ESTÁS Mendigando una mirada, extrañándome sin más, deseándome de vuelta, dándome la libertad frente a frente a mis defensas, esperando que al fin sienta que Tú siempre en mí estarás. Salomé Arricibita Las Matas. Madrid Año XVI 991 IV DOMINGO DE CUARESMA CICLO C 31 marzo 2019 HOY, DOMINGO 31: COLECTA EXTRA POR MOZAMBIQUE Lunes, 1: 19:30h. Curso de Biblia Martes, 2: 18:00h. Equipo de CARITAS Miércoles, 3: 19:30h. Grupo R. Carismática Jueves, 4: 18:00h. Catequesis 20:00h. Oración de la Comunidad 20:00h. Cena: SEDER: LA PASCUA JUDÍA. Inscribirse Viernes, 5: ABSTINENCIA 17:30h. Celebración Comunión II 19:25h. Viacrucis Sábado, 6: 10:00h Eucaristía y RETIRO Convivencia. “Haced lo que ÉL os diga” Dirige el P. Borja Armada. Domingo, 7: DOMINGO V de CUARESMA Eucaristías: 11:00 y 12:30h. 12:00h. Catequesis RECORDATORIOS: Abierta la posibilidad de colaborar en la amortización del crédito de 100.000 €, una vez terminadas las obras. SE PUEDEN RECOGER EN EL DESPACHO LOS DIPLOMAS OTORGADOS A LOS COLABORADORES de MURAL Y OBRAS Colecta Pro SEMINARIO: 3.075€ ¡Muchas gracias! Día 1 Nª Sra. de la Caridad, Tomás de Tolentino, Celso, Hugo de Grenoble, Ludovico Pavoni. Is 65, 17-21 Sal 29 Juan 4, 43-54 Día 2 Francisco de Paula. Maria Egipciaca, Abundio, Juan Payne, Francisco Coll. Ez 47, 1-9.12 Sal 45 Juan 5, 1-16 Día 3 José el Himnógrafo, Sixto I, Luis Scrosoppi, Btos. Ezequiel y Salvador Huerta. Is 49, 8-15 Sal 144 Juan 5, 17-30 Día 4 Benito Africano, Ambrosio, Telmo, Cayetano Catanoso. Ex 32, 7-14 Sal 105 Juan 5, 31-47 Día 5 Vicente Ferrer, Juliana de Cornillon, Emilia, Bto. Mariano de la Mata. Sab 2, 1a.12-22 Sal 33 Juan 7, 1-2.10.25-30 Día 6 Celestino I, Bta. Pierina Morosini, Bto. Celestino Agostini. Jer 11, 18-20 Sal 7 Juan 7, 40-53

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Dios se ha comportado con nosotros como un Padre a lo largo de toda la historia. Y nosotros, su pueblo, aunque hemos dado pasos positivos en este sentido, aún nos sigue costando reconocerlo como tal.

La experiencia de Dios que vive el pueblo, y también la nuestra, la expresamos con las palabras del Salmo: “Gustad y ved que bueno es el Señor”. Sin embargo, pronto se nos olvida. Cuando todo va bien, cuando las cosas salen bien, ya no necesitamos a Dios. Le pasó al pueblo de Israel, le pasó también a las primeras comunidades cristianas y nos pasa también a nosotros. Por eso la invitación constante de la Palabra de Dios es a la conversión, a volver a ese Dios que es Padre y que, por nuestra parte, aún está por descubrir.

Con esta parábola (del Padre misericordioso) Jesús nos sigue mostrando cómo es Dios; nos dice que sabe de nuestra debilidad porque nos ha creado y nos conoce y, a pesar de todo, nos sigue dejando en libertad, respetando el uso que hacemos de ella. Nos dice también que, por muy “gordo” que creamos que es nuestro pecado, Él nunca nos olvida ni nos da por perdidos, siempre espera vigilante nuestra “vuelta a casa”, nuestro arrepentimiento. También nos dice que contamos con su gracia como ayuda para volver a Él. Insiste una y mil veces en que ese momento es una fiesta; la fiesta de la gracia y de la misericordia de Dios, es la del abrazo entrañable del Padre. Siempre contaremos con esa ayuda para levantarnos y seguir caminando.

Queremos profundizar en nuestro conocimiento de Dios. Cuanto más nos acerquemos a Él, más cambiará nuestra vida, más real será nuestra conversión, mayor será nuestro testimonio. Pero es imposible descubrir esto si no lo hemos experimentado en nuestra vida. Sólo el que es perdonado aprecia el perdón, disfruta del gozo del perdón y está pronto a perdonar. Sólo el que es amado aprecia el inmenso amor de Dios. Sólo el que vive esta experiencia es capaz de disfrutarla y transmitirla a otros. Sólo así podremos convertirnos, cambiar nuestro corazón de piedra por uno lleno de amor, misericordia y perdón para nuestros hermanos, como el de Dios.

La Cuaresma y toda nuestra vida, es una lucha contra todo aquello que nos aparta del amor de Dios. Nosotros, como el hijo pródigo, nos enfrentamos a la tentación de creernos los dueños del mundo y hacer con él lo que nos da la gana; a la tentación del individualismo, de apartarnos de todos e ir a lo nuestro; a la tentación del consumismo incontrolado, que nos hace buscar la felicidad en el tener y en el gastar; a la tentación de creer que vivimos “como Dios” y darnos cuenta, como el hijo pródigo, que estamos “entre los cerdos”.

Parafraseando a Bertolt Brecht, podríamos terminar esta reflexión diciendo que hay personas que aman un día y son buenas, hay otras que aman un año y son mejores, incluso hay quienes aman muchos años, y son muy buenas. Pero hay las que aman toda la vida, esas personas son las imprescindibles.

Jesús nos ama y nos perdona todos los días a través del sacramento del perdón y de la Eucaristía. Él está aquí anunciándonos su amor y entregando su vida por nosotros.

Pedro Juan Díaz. Betania

70º ANIVERSARIO

http://www.sanjoselasmatas.es

[email protected]

ESTÁS SEÑOR, YO SÉ QUE ESTÁS Estás conmigo siempre, aunque no mire de verdad, gritándome en silencio lo que no quiero escuchar, iluminando mi camino de ojos cerrados y oscuridad, bendiciendo mi nombre, regalándome la paz, acompañando mis lágrimas, afinando mi risa, respetando mi silencio, extrañándome en mi ausencia, esperando siempre a mi puerta por si quiero dejarte entrar.

ESTÁS SEÑOR, YO SÉ QUE ESTÁS Purificando mi aire para que pueda respirar, pidiéndome Tú a mí el agua, y un lugar para descansar, poblándome de recuerdos que hagan al corazón volar, estrechándome en tus brazos, levantándome al caer, sosteniendo mi esperanza aunque no la sepa ver, esperando una migaja del pan de mi poca fe, sonriéndole a mi alma para sanarla sin porqués.

ESTÁS SEÑOR, YO SÉ QUE ESTÁS Mendigando una mirada, extrañándome sin más, deseándome de vuelta, dándome la libertad frente a frente a mis defensas, esperando que al fin sienta que Tú siempre en mí estarás.

Salomé Arricibita

Las Matas. Madrid – Año XVI – nº 991

IV DOMINGO DE CUARESMA – CICLO C – 31 marzo 2019

HOY, DOMINGO 31: COLECTA EXTRA POR MOZAMBIQUE

Lunes, 1: 19:30h. Curso de Biblia

Martes, 2: 18:00h. Equipo de CARITAS Miércoles, 3: 19:30h. Grupo R. Carismática

Jueves, 4: 18:00h. Catequesis 20:00h. Oración de la Comunidad

20:00h. Cena: SEDER: LA PASCUA JUDÍA. Inscribirse

Viernes, 5: ABSTINENCIA 17:30h. Celebración Comunión II 19:25h. Viacrucis

Sábado, 6: 10:00h Eucaristía y RETIRO Convivencia. “Haced lo que ÉL os diga” Dirige el P. Borja Armada.

Domingo, 7: DOMINGO V de CUARESMA Eucaristías: 11:00 y 12:30h.

12:00h. Catequesis

RECORDATORIOS:

▪ Abierta la posibilidad de colaborar en la amortización del crédito de 100.000 €, una vez terminadas las obras.

▪ SE PUEDEN RECOGER EN EL DESPACHO LOS DIPLOMAS OTORGADOS A LOS COLABORADORES de MURAL Y OBRAS

Colecta Pro SEMINARIO: 3.075€ ¡Muchas gracias!

Día 1 – Nª Sra. de la Caridad, Tomás de Tolentino, Celso, Hugo de Grenoble,

Ludovico Pavoni.

Is 65, 17-21 – Sal 29 – Juan 4, 43-54

Día 2 – Francisco de Paula. Maria Egipciaca, Abundio, Juan Payne, Francisco Coll.

Ez 47, 1-9.12 – Sal 45 – Juan 5, 1-16 Día 3 – José el Himnógrafo, Sixto I, Luis Scrosoppi, Btos. Ezequiel y Salvador

Huerta.

Is 49, 8-15 – Sal 144 – Juan 5, 17-30 Día 4 – Benito Africano, Ambrosio, Telmo, Cayetano Catanoso.

Ex 32, 7-14 – Sal 105 – Juan 5, 31-47 Día 5 – Vicente Ferrer, Juliana de Cornillon, Emilia, Bto. Mariano de la Mata.

Sab 2, 1a.12-22 – Sal 33 – Juan 7, 1-2.10.25-30 Día 6 – Celestino I, Bta. Pierina Morosini, Bto. Celestino Agostini.

Jer 11, 18-20 – Sal 7 – Juan 7, 40-53

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«La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre

haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de

misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se

irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al

prójimo» P. Francisco.

Lectura del libro de Josué 5, 9a. 10-12

En aquellos días, dijo el Señor a Josué: «Hoy os he quitado de encima el oprobio de Egipto». Los hijos de Israel acamparon en Guilgal y celebraron allí la Pascua al atardecer del día catorce del mes, en la estepa de Jericó. Al día siguiente a la Pascua, comieron ya de los productos de la tierra: ese día, panes ácimos y espigas tostadas. Y desde ese día en que comenzaron a comer de los productos de la tierra, cesó el maná. Los hijos de Israel ya no tuvieron maná, sino que ya aquel año comieron de la cosecha de la tierra de Canaán. Palabra de Dios.

Salmo responsorial.- Salmo 33

R/. GUSTAD Y VED QUÉ BUENO ES EL SEÑOR.

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R. Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R. Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. El afligido invocó al Señor, él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.

Lectura de la segunda carta de san Pablo a los Corintios 5, 17-21

Hermanos: Si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo. Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encargó el ministerio de la reconciliación. Porque Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirles cuenta de sus pecados, y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación. Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él. Palabra de Dios.

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 15, 1-3. 11-32 En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: «Ese acoge a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo esta parábola: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”. Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”. Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Este le contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”. Él padre le dijo: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”». Palabra del Señor.

EL PADRE BUENO

Si el domingo pasado nos hablaba el Evangelio de conversión, de cambio de nuestro corazón, hoy, la liturgia nos presenta la misericordia de Dios Padre, en un marco de reflexión para todos nosotros.

En ninguna otra parábola ha logrado Jesús hacernos penetrar tan profundamente en el misterio de Dios y en el misterio de la condición humana. Ninguna otra es tan actual para nosotros como ésta del “padre bueno”.

Muchos quieren verse libres de Dios, ser felices sin la presencia de un Padre eterno en su horizonte. Dios ha de desaparecer de la sociedad y de las conciencias. Y, al igual que en la parábola, el Padre guarda silencio. Dios no coacciona a nadie.

Para no pocos, Dios es cualquier cosa menos alguien capaz de poner alegría en su vida; en su interior se despierta la idea de un ser amenazador y exigente, que hace la vida más fastidiosa, incómoda y peligrosa. Poco a poco han prescindido de él. La fe ha quedado "reprimida" en su interior. Hoy no saben si creen o no creen. Se han quedado sin caminos hacia Dios. El vacío interior y el hambre de amor pueden ser los primeros signos de nuestra lejanía de Dios.

El relato describe con todo detalle el encuentro sorprendente del padre con el hijo que abandonó el hogar. El verdadero protagonista de esa parábola es el padre. Por dos veces repite el mismo grito de alegría; el grito que revela lo que hay en su corazón. A este padre no le preocupa su honor, sus intereses, ni el trato que le dan sus hijos. No emplea nunca un lenguaje moral. Solo piensa en la vida de su hijo: que no quede destruido, que no siga muerto, que no viva perdido sin conocer la alegría de la vida…

No es el hijo quien vuelve a casa. Es el padre el que sale corriendo y busca el abrazo con más ardor que su mismo hijo. Así está siempre Dios. Corriendo con los brazos abiertos hacia quienes vuelven a él. Esta mirada buena, llena de bondad y compasión es la que nos salva. Solo Dios nos mira así. Sólo Dios acoge y protege así.

Quien oiga esta parábola desde fuera, no entenderá nada. Seguirá caminando por la vida sin Dios. Quien la escuche en su corazón, tal vez llorará de alegría y agradecimiento. Sentirá por vez primera que en el misterio último de la vida hay Alguien que nos acoge y nos perdona porque solo quiere nuestra alegría.

¿No será el momento de acoger la propuesta de Jesús, al Dios de la misericordia y de la reconciliación? Y es que el Padre nos espera con los brazos abiertos con el fin de recuperarnos con el don del perdón. ¿Nos pondremos en camino hacia Dios, nuestro Padre? Estamos a tiempo de volver al Padre, de aceptar la nueva realidad y vida que Él mismo nos brinda. ¿Por qué no intentarlo una vez más?