AnatomicumI lus trado por KATY WIEDEMANN

Escr i to por JENNIFER Z PAXTON

1Entrada

Bienvenidos a Anatomicum.

Los bloques constitutivos del cuerpo.

7Sala 1

El aparato locomotor

El esqueleto. Huesos. El cráneo. Articulaciones.

El tejido conjuntivo. El sistema muscular.

El tejido muscular. Músculos: las manos.

Músculos: la expresión facial.

27Sala 2

Los aparatos cardiovascular y respiratorio

El sistema cardiovascular y el aparato respiratorio.

El corazón. La sangre. El tracto respiratorio. Los pulmones.

39Sala 3

El aparato digestivo y el

sistema urinarioEl aparato digestivo. La boca y la garganta.

Los dientes. El estómago. Los intestinos.

El hígado. El páncreas y la vesícula biliar.

El sistema urinario. Los riñones.

59Sala 4

El sistema nervioso y los

sentidosEl sistema nervioso. El sistema nervioso central.

El sistema nervioso periférico. Los ojos.

Las orejas. La nariz y la lengua. La piel.

75Sala 5

Los sistemas inmunitario y linfático

Los sistemas inmunitario y linfático.

Enfermedades y defensas.

8 1Sala 6

El sistema endocrino y el

aparato reproductorEl sistema endocrino. La pubertad.

El aparato reproductor masculino. El aparato reproductor

femenino. El desarrollo de un bebé.

93Bibliografía

Glosario. Comisarios.

Para saber más.

1

Entrada

Bienvenidos a

Anatomicum

A N A T O M I C U M

1

¿Te has preguntado alguna vez qué aspecto

tiene el interior de tu cuerpo? Imagínate que

pudieras verlo de dentro afuera. Entonces po-

drías contemplar cómo te late el corazón, ser

testigo del crecimiento de tus propias células

o señalar la parte exacta de tu cerebro donde

se está formando una idea. Todo esto puedes

hacerlo ahora, en las páginas de Anatomicum. Abierto las veinticuatro horas del día, siete días a la semana, este museo es único y no se parece a nada que hayas visto antes. A medida que recorras sus pasillos y sus salas, serás transportado directamente a las distintas partes del cuerpo humano, y podrás examinarlo con un insólito grado de detalle.

En cada sala hallarás uno de los grandes sistemas y aparatos del cuerpo. Por ejemplo, si quieres descubrir qué tejidos nos permiten movernos, puedes visitar la sala del aparato locomotor, y, si acudes a la sala del sistema nervioso, podrás exami- nar la estructura del cerebro humano. Las exposiciones te darán la oportunidad de penetrar la piel con los ojos y visualizar los órganos que nos permiten respirar, o ver cómo la comida es procesada a medida que viaja por los largos pasadizos de nuestras tripas. También aprenderás cómo se desarrollan los bebés a partir de una sola célula, y cómo nuestros cuerpos cambian a medida que crecemos.

Mientras exploras el museo, obsérvate: tu propio cuerpo no para nunca de fun-cionar. El corazón bombea sangre sin cesar. Los pulmones aportan aire a tu cuerpo y luego lo expulsan. Cada una de tus acciones —incluso si estás quieto— requiere la in-tervención de los músculos. Los ojos te permiten leer el texto de cada exposición y el cerebro procesa toda esa información nueva a una velocidad asombrosa. Tu cuerpo es prodigioso.

Si quieres empezar este viaje de descubrimiento e ir desvelando las maravillas y secretos del cuerpo humano, pasa por aquí y entra en Anatomicum.

Fig. 1 Células Fig. 2 Tejidos

Fig. 3 Órgano Fig. 4 Sistema

A N A T O M I C U M

Sala 1

El aparato locomotor

El esqueleto

Huesos

El cráneo

Articulaciones

El tejido conjuntivo

El sistema muscular

El tejido muscular

Músculos: las manos

Músculos: expresión facial

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A P A R A T OL O C O M O T O R

1: Esqueleto, vista anterior

(frontal)

a) Cráneo (huesos craneales)b) Clavículac) Esternónd) Húmeroe) Costillasf) Pelvis (huesos de la cadera)g) Cúbito (ulna)h) Radioi) Fémur

j) Rótula (patela)k) Tibial) Peroné (fíbula)m) Tarsianos (huesos del tobillo y del pie)n) Metatarsianos (huesos del pie)ñ) Falanges (huesos de los dedos)

2: Esqueleto, vista posterior

(trasera)

a) Atlas (primera vértebra)

b) Axis (segunda vértebra)c) Columna vertebral (espina dorsal)d) Escápula (omóplato)e) Carpianos (huesos de la muñeca)f) Metacarpianos (huesos de la mano)g) Falanges (huesos de los dedos)h) Ilion (hueso de la pelvis)i) Sacro (huesos soldados en la base de la columna)j) Coxisk) Calcáneo (hueso del talón)

Leyenda

El esqueleto constituye el armazón de todo el cuerpo humano. Se trata de un anda-mio duro pero flexible que determina nuestra forma, soporta los músculos, protege los órganos blandos y fabrica nuevas células constantemente. El esqueleto entero está compuesto de 206 huesos distintos, que se conectan entre sí en zonas llamadas articulaciones. Estas mantienen unidos y en una posición determinada los huesos del esqueleto, a la vez que nos permiten movernos.

Los anatomistas dividen el esqueleto en dos partes: el esqueleto axial, que da soporte a la parte superior del cuerpo y protege los órganos internos, y el esqueleto apendicular, compuesto de los huesos de las extremidades y la pelvis. El esqueleto axial comprende todos los huesos de la cabeza y el tronco, cuyo papel principal es proteger el cerebro, los órganos sensoriales (ojos, orejas y nariz), el corazón y los pulmones. También incluye la columna vertebral o espina dorsal, una larga hilera de 33 huesos lla-mados vértebras que recubren la delicada médula espinal. Las vértebras están alineadas formando un pilar curvo y flexible que puede doblarse hacia delante, hacia atrás o hacia los lados. La espina dorsal está conectada con el cráneo por la primera vértebra (la de más arriba), que recibe su nombre, Atlas, de un personaje de la mitología griega. Atlas fue condenado a soportar el peso del cielo entero sobre sus hombros, e, igual que él, la primera vértebra debe soportar el peso del cráneo y del cerebro.

Los huesos de los miembros superiores —el brazo, el antebrazo, la muñeca y la mano— realizan una gama de movimientos mucho mayor que cualquier otra parte del esqueleto, y combinan la fuerza con la destreza para que podamos llevar a cabo fun-ciones tan diversas como enhebrar una aguja o batear una pelota. Por el contrario, los huesos de los miembros inferiores —muslo, pierna, tobillo y pie— proporcionan sobre todo estabilidad, y soportan nuestro peso cuando andamos, permanecemos erguidos o corremos. La clave del conjunto es el hueso más largo y fuerte del cuerpo: el fémur.

El esqueleto

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A P A R A T OL O C O M O T O R

1: Vértebras

a) Vértebra aislada (desde arriba): las vértebras son huesos irregulares, y su compleja forma da soporte a la parte superior del cuerpo. La médula espinal se extiende por una perforación que hay en el centro de las vértebras, llamada agujero vertebral.b) Columna vertebral y costillas (des-de detrás): la columna vertebral o espi-na dorsal se compone de 33 vértebras. Las costillas se articulan con 12 de ellas, dando un total de 24 costillas.

2: Huesos de la región de la rodilla

a) Fémurb) Tibiac) Rótula: este es un ejemplo de hue-so sesamoideo; un hueso dentro de

un tendón parecido a una semilla de sésamo.d) Peroné

3: Huesos del pie derecho, vista

inferior (desde abajo)

Los 26 huesos del pie tienen gran variedad de formas y tamaños. Los tarsianos de la región del tobillo son huesos cortos que encajan entre sí.

4: Esternón, vista anterior (frontal)

El esternón es el hueso plano que está situado en la parte frontal de la caja torácica. Se asemeja un poco a una corbata, o a una espada colocada boca abajo, y conecta el cartí lago de las costillas a ambos lados del pecho para así proteger los delicados órganos

que tiene detrás: el corazón y los pulmones.

5: Fémur, vista anterior (frontal)

a) La esfera en la parte superior de este hueso se llama cabeza femoral, y es parte de la articulación de la cadera.b) Corte longitudinal del fémur:el fémur es un hueso largo con dos ex-tremos redondos y un largo mástil. La capa externa del mástil está hecha de hueso compacto (i), que aporta for-taleza. El hueso esponjoso o trabecular (ii) se halla en los extremos redon-deados y le da ligereza. Una cavidad medular (iii) recorre el interior del mástil y contiene los vasos sanguíneos, los nervios y la médula ósea, donde se fabrican las células de la sangre.

Leyenda

Hay huesos de todas las formas y tamaños, pero podemos agruparlos en cinco tipos: largos, cortos, planos, sesamoideos e irregulares. Los huesos largos, como los del brazo o los del muslo, suelen soportar el peso del cuerpo. Los cortos se encuentran en la muñeca y en el tobillo, tienen una forma más o menos cúbica y dan apoyo a las articulaciones. Los huesos planos, como los del cráneo, son delgados y curvos, y protegen los órganos. Los huesos sesamoideos (llamados así por su similitud con una semilla de sésamo), como la rótula de la rodilla, son pequeños y redondos y a veces pueden encontrarse en las articu-laciones. Todos los demás tipos se consideran huesos irregulares y tienen formas complejas, diseñadas para tareas concretas; por ejemplo, los huesos de la columna vertebral.

Todos los huesos están hechos de una sustancia llamada colágeno mineralizado: una mezcla compuesta de minerales de calcio (que les dan robustez) y colágeno (que les da algo de elasticidad). Gracias a esta combinación, los huesos son duros, pero no se quie-bran cuando son sometidos a presión. Se ha calculado que, comparativamente, el hueso es cuatro veces más fuerte que el hormigón y más resistente que una barra de acero.

Durante cientos de años, los científicos pensaron que el hueso era algo seco e inerte, pero hoy sabemos que crece sin cesar y que responde a su entorno. Cuando nacemos tenemos más de 300, pero, al envejecer, algunos se van soldando y dan lugar a los 206 del esqueleto adulto. Además, los huesos tienen la capacidad de la autorreparación. Una irriga-ción sanguínea abundante permite que los nutrientes lleguen a la zona dañada de cualquier hueso, y la mayoría de las fracturas se curan en apenas seis semanas. Los huesos también responden a nuestro estilo de vida, en particular, al ejercicio, ya que se produce más hueso cuanto más nos movemos. Por ejemplo, los tenistas suelen tener los huesos más fuertes en el brazo con el que sirven que en el otro brazo. Por el contrario, la falta de actividad después de largos periodos de convalecencia (o cuando los astronautas regresan del espacio) debilita los huesos y los hace más propensos a fracturarse. Por eso, la mejor manera de mantener nuestros huesos sanos y fuertes es hacer ejercicio regularmente.

Huesos

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iii

i

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4 3

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