A innovar las organizaciones comunitarias

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A INNOVAR EN LAS JUNTAS DE ACCION COMUNAL: EL EMPRENDIMIENTO ES EL CAMINO Por: Jarrison Martínez C El pasado 29 de Abril, se eligió en todo el país los directivos de las Juntas de Acción Comunal –JAC- y en los próximos meses se eligieran los dignatarios a las Asociaciones Municipales, Federaciones y la Confederación Nacional Comunal. Las Juntas de Acción Comunal constituyen un importante tejido social, un valioso componente del capital social de la sociedad colombiana. Desde mediados del siglo XIX y en el marco de nuestra tradición comunitaria, afloraron en el país nuevas formas de cooperación y organización social: las asociaciones de artesanos, la caridad promovida por la iglesia a través de sus formas mutualistas para atender los enfermos y enterrar los muertos, un incipiente movimiento cooperativo que enriquecieron la vida social de la naciente república.

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A INNOVAR EN LAS JUNTAS DE ACCION COMUNAL: EL EMPRENDIMIENTO ES EL CAMINO

Por: Jarrison Martínez C

El pasado 29 de Abril, se eligió en todo el país los directivos de las Juntas de Acción Comunal –JAC- y en los próximos meses se eligieran los dignatarios a las Asociaciones Municipales, Federaciones y la Confederación Nacional Comunal. Las Juntas de Acción Comunal constituyen un importante tejido social, un valioso componente del capital social de la sociedad colombiana.

Desde mediados del siglo XIX y en el marco de nuestra tradición comunitaria, afloraron en el país nuevas formas de cooperación y organización social: las asociaciones de artesanos, la caridad promovida por la iglesia a través de sus formas mutualistas para atender los enfermos y enterrar los muertos, un incipiente movimiento cooperativo que enriquecieron la vida social de la naciente república.

El siglo XX, caracterizado por grandes conflictos sociales y económicos ve evolucionar la sociedad colombiana, una sociedad donde los conflictos, la violencia, el desarrollo urbano e industrial marcaron parte de nuestra historia. Sobre la base del territorio y la vecindad, se extendió por todo el país la organización comunitaria a través de las llamadas Juntas Comunales. En cada vereda o barrio, se crearon estas asociaciones para la gestión de sus moradores en la solución de sus necesidades.

Es a finales de los años cincuenta y en medio del desastre social y económico que dejo la violencia política en el país que se considera la necesidad de fomentar e institucionalizar las formas asociativas comunitarias. El gobierno del presidente Alberto Lleras Camargo, siguiendo las recomendaciones de la misión: “Economía y Humanismo”, decide la institucionalización de la Acción Comunal mediante la Ley 19 de 1958. Esta Ley tenía como propósito fundamental la reestructuración de la administración pública en el primer gobierno del frente nacional bipartidista instaurado para pacificar el país. Se pretendía contribuir a la pacificación de Colombia y canalizar el trabajo comunitario en la solución de las problemáticas de la comunidad.

Las JAC contribuyeron en la construcción de obras de infraestructura requeridas por las comunidades. Se estima que cerca del 30% de la infraestructura del país se construyó con el apoyo de la Acción Comunal. Se construyeron puentes, carreteras, escuelas, puestos de salud, viviendas con la ayuda de las organizaciones comunitarias.

Los organismos Comunales han cumplido un importante papel en el desarrollo social. Ellos han sido gestores y movilizadores de la SOLIDARIDAD, enfrentando la inseguridad, la tragedia, ayudando al vecino, promoviendo la acción comunitaria ante problemas ambientales; en la construcción de acueductos, redes de servicios públicos. Pero también la Acción Comunal es gestora permanente ante los entes públicos demandando de los gobernantes la solución a necesidades y en muchos casos defendiendo lo público siendo veedores ciudadanos.

Los organismos de acción comunal representan hoy un extenso tejido social que cubre toda la geografía nacional. En la actualidad se estima que existen unas 52.000 Juntas de Acción Comunal, cifra que las coloca a la cabeza de todas las formas de organización comunitaria existentes en el país. Estos organismos se han integrado en asociaciones municipales. Las asociaciones han conformado las federaciones departamentales, existiendo 32 federaciones y estas constituyen la Confederación Comunal Nacional –CONFECOMUNAL.

A pesar de su importancia, estas organizaciones han vivido diversas problemáticas que han sido ampliamente identificadas; la debilidad organizativa de estas entidades, la falta de formación de sus líderes y renovación de los mismos, como las profundas debilidades económicas de la organización comunal las ha hecho presa fácil de la politiquería y debilitado la participación de sus afiliados, los vecinos de la comunidad.

Las transformaciones que vive la sociedad colombiana, están demandando profundos cambios en la visión, formas y maneras como construimos el capital social y desarrollamos las organizaciones sociales, estamos frente al reto de la innovación social para adecuarnos a las nuevas realidades.

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Uno de los grandes problemas que enfrentan las organizaciones comunitarias es la predominancia de un pensamiento esclerótico, rígido, para interpretar los cambios que están aconteciendo y plantear nuevas formas de cumplir su papel social. La rigidez conceptual ha llevado a esquematizar las formas asociativas de como las personas ejercen la solidaridad. Aferrados a una ley, un decreto, o a una práctica heredada, no se ha entendido que las organizaciones son históricas, cambiantes, dinámicas.

Estamos ante la urgencia de crear una nueva manera, radicalmente diferente, de concebir y dirigir las organizaciones comunitarias, de innovar en lo social y hay muchos ejemplos que demuestran que si se puede. Uno de los elementos que puede contribuir a la transformación e innovación del movimiento comunal en Colombia es el desarrollo del emprendimiento empresarial de las Juntas de Acción Comunal –JAC-.

Una de las maneras de innovar en las organizaciones comunitarias es el fortalecimiento de su autonomía económica y social, por ello, en los últimos años se han realizado distintas iniciativas empresariales fomentadas por los organismos comunales generando ingresos a las personas que participan en ellas y a las organizaciones comunales para la realización de sus programas sociales. Estas experiencias están surgiendo en todo el país: Juntas de Acción Comunal administrando servicios públicos, propietarias de cerca de 1000 acueductos comunitarios en Colombia, realizando proyectos productivos, propietarias de 245 emisoras comunitarias, propietarias de instituciones educativas, constituyendo fondos auto gestionados y haciendo micro-finanzas, creando empresas de carácter solidario como cooperativas, mutuales, etc. Todo lo anterior, demuestra la posibilidad de innovar, de transformar las organizaciones comunitarias dando respuesta a las necesidades de la comunidad y a los cambios que la realidad nos impone.

Las formas de promover estos emprendimientos son diversas: unas son promovidas directamente por las Juntas Directivas del organismo comunal, otras desde comisiones empresariales o constituyendo empresas independientes de la acción comunal. Todo ello nos dice que el emprendimiento comunal solidario está vivo, es una realidad y tiene un gran potencial para desarrollarse. Comisiones empresariales, proyectos rentables y empresas comunales, constituyen la triada que el emprendimiento comunal ha puesto en marcha

. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

PARA EL DESARROLLO E INNOVACION DEL MOVIMIENTO COMUNAL EN EL SIGLO XXI.

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Conscientes de las prioridades del Gobierno Nacional en materia de política pública, pero también de las necesidades de los colombianos de superar la pobreza, el desempleo, la exclusión y la violencia, creemos que los comunales del siglo XXI tienen un importante papel que cumplir en aspectos fundamentales de la vida nacional.

Los comunales de Colombia pueden seguir contribuyendo al desarrollo social del país, al logro de la paz, al desarrollo económico generando empleo y una distribución más equitativa y justa de la riqueza. Por tanto, sugerimos fortalecer sus acciones en aspectos como:

MOVILIZANDO LA SOLIDARIDAD

La acción comunal debe seguir cumpliendo su papel de ser movilizadora del capital social, promotora de la solidaridad y acción colectiva de las comunidades que a lo largo de la historia ha realizado.

La importancia de continuar promoviendo la solidaridad de los vecinos y su participación en las causas comunitarias constituye un elemento sustancial para el desarrollo, la convivencia y la cohesión social. Las Juntas de Acción Comunal han dado ejemplo en esta labor, actividad que requiere seguirse realizando en nuestra sociedad.

AYUDANDO AL PLANETA

Ante las nuevas realidades que vive el mundo, La acción comunal encuentra un importante campo de acción en el tema ambiental. Ligada al territorio, los comunales pueden liderar con mayor incidencia el tema ambiental, tanto en zonas rurales como

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urbanas, promoviendo una cultura ambiental y acciones comunitarias para la protección y defensa del medio ambiente. Dichas actividades encuentran un respaldo en distintos entes nacionales e internacionales. Fomentar un voluntariado comunal ambiental, entendido como la acción solidaria y voluntaria de los vecinos en la defensa del medio ambiente.

FOMENTANDO LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA

Los comunales han demostrado ser un actor importante para concretar la democracia participativa. Ante el nuevo cambio de administradores locales y regionales los comunales tienen la posibilidad de liderar y demandar el ejercicio de la planeación y el presupuesto participativo. Las experiencias realizadas en Colombia sobre presupuesto participativo demuestran que la inversión concertada de los recursos públicos, fortalece la priorización de necesidades, profundiza su veeduría y rescata la confianza entre las comunidades y los entes públicos. El presupuesto participativo es la mejor expresión de desarrollar democracia participativa. En tal sentido, los comunales contribuyen en la lucha contra la corrupción y por la transparencia en la gestión pública, fortaleciendo la acción de las VEEDURIAS CIUDADANAS.

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EMPRENDIMIENTO COMUNAL

El emprendimiento comunal solidario surge como una alternativa para generar productividad e ingresos en nuestras comunidades y para mejorar la capacidad de acción de los organismos comunales contando con recursos para el desarrollo de sus actividades.

El sustento del emprendimiento comunal solidario es organizar la fuerza creadora y productiva que existe en las comunidades demostrando que es posible hacer economía de otra manera, organizarnos para producir, distribuir, consumir y a cumular de manera solidaria.

Los comunales de Colombia pueden contribuir al desarrollo económico promoviendo la productividad y la generación de empleo e ingresos en nuestras comunidades, para lo cual es necesario fortalecer los ejercicios de emprendimientos productivos. En este sentido se invita al desarrollo del Plan Nacional de Emprendimiento Comunal denominado “COLOMBIA COMUNAL EMPRENDE”, que promueve la creación de empresas solidarias y la realización de proyectos productivos de los organismos comunales.

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MEJORES POLITICAS PÚBLICAS PARA EL MOVIMIENTO COMUNAL

El fortalecimiento de la institucionalidad para la prosperidad democrática puede incorporar el desarrollo de instituciones de fomento y apoyo al sector solidario y comunal, una de ellas se encuentra en el decreto 2350 de 2005 que oriento en su artículo 30 la creación del sistema público territorial de apoyo a la economía solidaria, en el cual los comunales podrían encontrar respaldo a sus iniciativas. Igualmente, es necesario el cumplimiento del CONPES 3661 del 10 de mayo del 2010, sobre política nacional para el fortalecimiento de los organismos de acción comunal.

Los líderes comunales constituyen un gran voluntariado, personas que aportan tiempo y trabajo de manera voluntaria al servicio de la comunidad, el aporte voluntario que hacen miles de hombres y mujeres que construyen tejido social, requiere el estímulo y reconocimiento del Estado y la sociedad, para lo cual se pueden realizar programas específicos que contribuyan a dignificar la vida del líder comunitario.

Un buen ejemplo de ello es el programa que realiza la Universidad Nacional Abierta y Distancia –UNAD- y la Confederación Comunal, donde la Universidad otorga un descuento a los líderes comunales que se inscriban en sus programas siempre y cuando demuestren que están realizando trabajo comunitario. En la actualidad hay 2873 líderes estudiando y la Universidad ha entregado descuentos financieros por más de 1100 millones de pesos. Ejemplos como estos pueden multiplicarse en una política pública de reconocimiento y estimulo a la labor solidaria y comunitaria de las personas.

De igual manera, el Estado colombiano puede apoyarse más ampliamente la Acción Comunal para el desarrollo de sus programas sociales, la contratación de obras menores, el desarrollo de programa de vivienda, de salud, ambientales etc. encuentran en la acción comunal un aliado estratégico que está siendo sub-utilizado.

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