Aceros & Evnitskaya, La Identidad Colectiva en La Interacción- Anàlisis de Un Encuentro...

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Texto sobre el concepto de identidad colectiva.

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  • Univ. Psychol. Bogot, colomBia v. 7 no. 1 PP. 57-71 enero-aBril 2008 issn 1657-9267 57

    La identidad colectiva en la interaccin: anlisis de un encuentro comunicativo

    entre activistas tecnolgicos*Collective Identity in Interaction:

    Analysis of a Communicative Meeting among Technological Activists

    Recibido: octubre 3 de 2007 Revisado: noviembre 20 de 2007 Aceptado: diciembre 4 de 2007

    Juan Carlos aCeros Gualdrn** natalia evnitskaya*** Universidad Autnoma de Barcelona, Espaa

    abstraCtIn this article we carry out a conversational analysis of a talk among tech-nological activists that took place in Barcelona city (Spain). Basing on a detailed transcription and a sequential revision of the interactions, a relevant identity category and its corresponding associated features are identified. Additionally, it is shown how the participants interventions help to form two ways of understanding hacktivism in Europe. In this way we hope to offer an interactional perspective on the collective identity and to show the potential of conversational analysis for social movements studies. Key words authors: Collective Identity, Social Movements, Hacktivism, Conversational Analysis.Key words plus: Identity of Group, Social Movements, Conversational Analysis.

    resumenEn este artculo se realiza el anlisis conversacional de una charla entre activistas tecnolgicos llevada a cabo en la ciudad de Barcelona (Espa-a). A partir de una transcripcin detallada y un examen secuencial de las interacciones, se identifica una categora identitaria relevante y sus correspondientes atributos asociados. Adicionalmente, se muestra cmo las intervenciones de los interlocutores ayudan a configurar dos formas de entender el hacktivismo en Europa. De esta manera, se espera ofrecer una mirada interaccional de la identidad colectiva, as como mostrar el potencial del anlisis conversacional para el estudio de los movimientos sociales. Palabras clave autores: Identidad colectiva, movimientos sociales, hacktivismo, anlisis conversacional.Palabras clave descriptores: Identidad de grupo, movimientos sociales, anlisis conversacional.

    * Los autores desean expresar su agradecimiento a Charles Antaki y a Virginia Unamuno por los comentarios y sugerencias hechos a las versiones preliminares de este artculo; as como a Pallas por su disposicin para aclarar diferentes aspectos relacionados con su intervencin en la charla que hemos analizado.

    ** Profesor asociado, Departament de Psicologia So-cial, Despatx B5/048. Facultad de Psicologia, 08193 Bellaterra, Universitat Autnoma de Barcelona. Correo electrnico: [email protected]

    *** Departament de Didctica de la Llengua i la Litera-tura i de les Cincies Socials, Universitat Autnoma de Barcelona, Edifici G5, 08193 Bellaterra. Correo electrnico: [email protected]

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    El estudio de la accin colectiva y de los movimien-tos sociales ha estado dominado tradicionalmente por dos grandes enfoques. Por un lado, tenemos el que se ha centrado en fenmenos como las estruc-turas de movilizacin (McAdam, McCarthy & Zald, 1996/1999) o las estructuras de oportunidad poltica (McAdam, 1998; Tarrow, 1996/1999). En esta mirada estructuralista podemos incluir la Teora de Movilizacin de Recursos y el Enfoque del Proceso Poltico, dos tradiciones directamente influenciadas por la historia, la sociologa y el an-lisis poltico. La segunda perspectiva ha sido ms propia de la psicologa social. Esta disciplina se ha preocupado por los rasgos de personalidad, las necesidades, las crisis valorativas y los problemas emocionales que motivan a las personas a parti-cipar en los movimientos sociales (Domnech et al., 2002).

    En la ltima dcada, una tercera forma de enfocar el asunto ha venido cobrando fuerza. La misma pone en relieve los aspectos culturales de la accin colectiva y los movimientos sociales. Tales cuestiones no han sido estudiadas a profundidad por los dos enfoques anteriormente mencionados; pero tampoco son una novedad para los estudio-sos de la accin colectiva. Los factores simblicos y culturales ya haban sido tenidos en cuenta en obras ahora clsicas (Smelser, 1963/1995; Turner & Killian, 1957) en las que se habla de normas emergentes y creencias generalizadas. Pero ha sido gracias a la influencia de la antropologa, el anlisis del discurso, el estudio de los repertorios de accin y el anlisis de marcos de interpretacin que los aspectos ms simblicos de la movilizacin social estn aportando aires nuevos al estudio de la accin colectiva (Zald, 1996/1999).

    En este artculo nos alineamos en esa tercera forma de estudiar la accin colectiva y los movi-mientos sociales. Especficamente nos interesa observar las dinmicas propias de la identidad colectiva, entendida como un producto cultural y un proceso que ocurre en los intercambios en-tre activistas. Para hacerlo, recurrimos al anlisis conversacional de una charla ocurrida en un labo-ratorio Hacker de Barcelona (Espaa). En ella iden-tificamos la estructura discursiva de una categora

    identitaria relevante y rastreamos la forma como los hablantes hacen uso de ella y de los atributos que tiene asociados.

    Este acercamiento por dems poco habitual lleva a los estudios sobre movimientos sociales hasta el lugar donde la identidad colectiva se pone en juego para generar efectos directos sobre los activistas y simpatizantes. Su objetivo es mostrar cmo prcticas discursivas en apariencia sencillas (por ejemplo, las categorizaciones o el uso de smi-les) tienen implicaciones para la accin colectiva. En concreto, dotan de sentido al nosotros que agrupa a los activistas, que les permite identificar posibles aliados y percibir adversarios potenciales. As pues, analizar tales prcticas puede ayudar a comprender fenmenos como la solidaridad, la cooperacin o la hostilidad en el interior de un movimiento social.

    Contexto terico

    Una de las tendencias de las ciencias sociales es su preocupacin creciente por las dinmicas identi-tarias (Reicher, 1996). La identidad social y la identidad colectiva son conceptos que han apa-recido, en diferentes formas, vinculados a trabajos de investigadores y tradiciones del pensamiento social muy dismiles. Javaloy (1993) encuentra un inters por dicho fenmeno en los estudios de Park sobre el movimiento por los derechos civiles, las in-vestigaciones de Sherif sobre el movimiento negro y el movimiento nacionalista, el concepto de esp-ritu de cuerpo de Blumer, la nocin de privacin relativa fraternal de Runciman, y el nfasis en la solidaridad y el sentido comn de pertenencia pro-pio de los marxistas. En las investigaciones sobre accin colectiva tambin encontramos referencias al concepto en los trabajos de Melucci (1999), en las investigaciones sobre marcos y procesos de en-marcamiento (Rivas, 1998), as como en la Teora de la Identidad Social (Tajfel, 1981/1984) y en la Teora de la Autocategorizacin (Turner, 1990).

    En trminos generales, los investigadores han hecho uso de las categoras identitarias como cons-tructos tericos de los que se derivan explicaciones

  • la i d e n t i da d c o l e c t i va e n l a i n t e r ac c i n

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    acerca de la conducta, la percepcin, el pensamien-to, los valores y otro tipo de fenmenos individua-les y colectivos. En la psicologa social esta clase de investigaciones sobre la identidad est bien repre-sentada por los trabajos de J. C. Turner (1990). Para dicho autor, la autocategorizacin es un proceso mental privado que entra en funcionamiento, de manera automtica, en ciertas circunstancias. En un contexto dado no todas las categoras identi-tarias estn cognitivamente disponibles. Las ms salientes sern aquellas que aumenten las diferen-cias entre el propio grupo y otros, y cuyo contenido sea coherente con la estructura (pre-existente) del mundo social (Reicher, 1996).

    La Teora de la Autocategorizacin (TAC) permite explicar la evidencia emprica que Tajfel (1981/1984) haba reunido acerca de la cons-truccin social de la identidad y, adicionalmente, muestra la identidad como un proceso dinmico y contextualizado. Sin embargo, tiene flaquezas que han sido resaltadas por diferentes autores. Reicher (1996), por ejemplo, afirma que las situaciones experimentales utilizadas por la TAC, debido a su diseo, convierten la categorizacin en un proceso de representacin pasiva. Este proceder desatiende el carcter fluido del contexto y la influencia de las acciones de los sujetos sobre la realidad social. Para superar las dificultades, Reicher propone centrar la atencin en la forma como la identidad es construida en la prctica. A su juicio, esto slo puede realizarse examinando la categorizacin en el contexto de las luchas histricas entre grupos. La investigacin de la identidad debera atender a la manera en que las categorizaciones construidas por un grupo sirven de contexto para el desempeo de otro, y en que este hecho puede condicionar la accin social, as como llevar a actos de resistencia y transformacin.

    Desde otro punto de vista, los analistas conver-sacionales tambin han mostrado sus reservas ha-cia la TAC. Estos investigadores han cuestionado, entre otras cosas, el carcter objetivo y reactivo de las categoras identitarias (Edwards, 1998; Mc-Kinlay & Dunnet, 1998). En la teora de Turner, una categora del tipo hombre o socialista es independiente del hecho de auto-categorizarse.

    Su relevancia en un contexto dado no est deter-minada por la interaccin entre los participantes, sino por las caractersticas de dicho contexto. Son ellas las que encienden la categora. Los analistas conversacionales sostienen que tal forma de en-focar el asunto desatiende el carcter activo de la categorizacin identitaria. Al poner en juego una categora en el marco de una interaccin, pueden abrirse espacios de debate, argumentacin, formu-lacin activa y re-negociacin del significado o de la relevancia de dicha categora.

    Todo lo anterior supone que la identidad se construye discursivamente, es una accin social que ocurre durante el habla y gracias a ella. Para los analistas conversacionales, la identidad no es algo que las personas tienen y de lo cual se derivan sus sentimientos, sus motivaciones y/o sus com-portamientos (Antaki & Widdicombe, 1998). La identidad emerge cuando los interlocutores hacen relevantes1 categoras que agrupan personas en colecciones como la familia o los conservado-res y que tienen aparejados unos atributos. Las categoras y sus atributos resultan significativos slo en ciertas circunstancias y su sentido no pue-de ser definido de antemano; debe examinarse a la luz del momento de su puesta en relevancia en la interaccin.

    Las identidades as entendidas son recursos que emplean los participantes para tomar posiciones, solucionar problemas, definir eventos, realizar descripciones, proponer explicaciones (Edwards, 1998) y, como es de esperar, para establecer dife-rencias entre los interlocutores, o entre stos y ter-ceros, as como para enfatizar los elementos que los unen (Unamuno & Cod, 2007). Para estudiar la identidad desde un punto de vista conversacional, los analistas procuran dejar a un lado las teoras a priori y buscan los usos y los efectos interaccionales de las categoras. Lo hacen a partir de un examen secuencial y detallado de los materiales conversa-cionales. Nosotros hemos procurado un acerca-

    1 Una categora es relevante (para los hablantes y para los analistas) en la medida en la que los hablantes se orienten a ella (aunque no la enuncien explcitamente) y que su uso suponga consecuencias en la interaccin (Antaki & Widdicombe, 1998).

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    miento de este tipo a un episodio comunicativo que nos habla de la identidad de un activista muy concreto, conocido como activista tecnolgico o hacktivista.

    Los datos

    Como unidad de anlisis hemos utilizado una char-la sobre el Chaos Computer Club y el hacktivismo alemn, que tuvo lugar en un laboratorio Hacker2 de Barcelona (Espaa), en enero de 2007. La gra-bacin de dicha actividad se distribuye libremente en Internet3. Dicho material fue transcrito utilizan-do los cdigos de transcripcin que se encuentran al final de este trabajo.

    Los participantes que aparecen en la interac-cin son, en primer lugar, la expositora (a quien llamaremos Pallas, recurriendo al alias que ella misma utiliza) y los asistentes a la charla (identifi-cados en la transcripcin con los nombres ficticios de Carme, Anna, Pilar, Jordi y Joan). La actividad en la que participan tiene cuatro partes. En las tres primeras, la expositora: a) comenta la fundacin del grupo, presenta dos logros tcnicos que le die-ron notoriedad y narra su transformacin en una asociacin legal y registrada; b) habla sobre la or-ganizacin del Chaos Computer Club (CCC) indi-cando su subdivisin en grupos regionales oficiales (Erfas) y no-oficiales (Chaostreffs), as como los eventos ms importantes que organizan (el Chaos Communication Congress y el Chaos Communication Camp); y c) presenta algunos proyectos del club: su oposicin a las polticas de almacenamiento de da-tos, a los pasaportes biomtricos y a la utilizacin de mquinas para el voto electrnico. La cuarta parte de la actividad est dedicada exclusivamente a las

    preguntas del pblico. Para el anlisis se han utili-zado fragmentos extrados de la primera y tercera partes de la charla, as como de la ltima.

    Anlisis y discusin

    Para entender cmo se utilizan las categoras iden-titarias en el material analizado es fundamental es-tudiar, no slo su contenido y forma, sino tambin las reacciones que generan en el auditorio. Los fragmentos de discurso predominantemente mono-lgicos son un terreno ms arriesgado para el estu-dio, pero tambin ofrecen informacin de inters. El primer fragmento que revisaremos es un ejemplo de ello. A travs de su examen vamos a identificar las primeras categoras relevantes.

    Nos situamos al principio de la interaccin. En este momento, la expositora presenta el tema a de-sarrollar, adelanta parte de su contenido, define las divisiones temticas del mismo y parece abrir un primer turno de preguntas. Desde este momento ya se hacen notorias algunas categoras posibles. Las mismas estn relacionadas, por ejemplo, con la procedencia de la hablante, su gnero, su edad, etc. Vamos a resaltar dos de ellas que estn implcitas en sus intervenciones y que son potencialmente relevantes para la interaccin.

    Para un hablante nativo del castellano, una primera cuestin evidente es que Pallas es extran-jera. Se cuenta con varios indicios en este primer fragmento, por ejemplo, el uso del verbo estar en las lneas 3 y 4 en sustitucin del verbo ser, ms correcto gramaticalmente. Adems se puede notar una manera peculiar de acentuar algunas palabras, por ejemplo, organizacin o quiz (lnea 7). As pues, es muy factible que Pallas sea categorizada como extranjera por los asistentes. Ahora bien, tienen alguna relevancia esta categora en el contexto de la interaccin? Para responder dicha pegunta es necesario examinar si los hablantes construyen tal relevancia de manera que pueda ser rastreada en los datos. A nuestro juicio, esto es lo que hace Pallas a travs de dos estrategias de extranjerizacin (Unamuno & Cod, 2007): 1) evidenciando su nacionalidad o procedencia y 2)

    2 Un laboratorio Hacker es un local en el que se renen personas interesadas en los aspectos sociales y polticos de la tecnologa. En estos espacios se adelantan proyectos de desarrollo tecnolgico e innovacin social (i.e., programacin de software libre), semina-rios y cursos sobre cuestiones tcnicas, campaas en favor de la libertad de la informacin y la cultura, y procesos de alfabetizacin tecnolgica. Para mayor informacin sobre los hacklabs en Espaa puede consultarse el portal http://www.hacklabs.org

    3 Ver http://netjuke.r23.cc/search.php?do=list.tracks&col=ar_id&val=2275&sort=ar

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    indicando su condicin de hablante no experta del castellano.

    Pallas no es una hablante nativa del espaol. Ya hemos indicado que esto es evidente por algu-nos elementos gramaticales y de pronunciacin. Tambin se muestra en la forma de numerosos alargamientos silbicos y pausas prolongadas en las primeras cinco lneas. Al finalizar el fragmento (l-nea 12) encontramos evidencias de que est inten-tando ser adecuadamente comprendida. Despus de presentar el tema y de anunciar el inicio formal de su charla lanza un apresurado turno de pregun-tas (vamos a empezar con- PREGUNTAS?). Es poco probable que haya realmente la necesidad de cederle la palabra al pblico en este momento de la charla. De hecho, nadie interroga a la expo-sitora. Entre las lneas 13 y 15 una intervencin inaudible da paso a risas de los participantes. Por qu la expositora ha querido dar la oportunidad al pblico de interrogarla? En la lnea 16 est la respuesta: es fuerte: (.) con mi espaol. Pallas se reconoce a s misma como hablante no nativa del castellano. Con el turno de preguntas intenta

    asegurarse de que su competencia lingstica sea lo suficientemente adecuada para favorecer la comprensin de su charla.

    Esta auto-categorizacin no es inocente, supo-ne cambios en los derechos y obligaciones interac-cionales mutuos. Las categoras tnicas aplicadas a un hablante o un tercero pueden ser utilizadas para descalificarle y para generar dudas sobre su capa-cidad para participar en la actividad que un grupo lleva a cabo (Day, 1998). Ahora bien, aunque la tematizacin de la propia competencia lingstica de Pallas remarca su condicin de no experta, es-to no tiene que ser necesariamente excluyente o desventajoso. Al contrario, puede servir para en-contrar apoyo en la realizacin de una actividad colectiva y, en ocasiones, para conseguir un trato especial (Unamuno & Cod, 2007).

    Las categoras son recursos que los hablantes utilizan para resolver problemas que se plantean en la interaccin. En el caso que nos ocupa, el problema es la competencia lingstica de la expo-sitora y sus posibles efectos sobre la comprensin del tema a tratar. La extranjerizacin es una

    12345678910

    Pallas: bienvenidos a todos a (esta charla), sobre el mm ce ce ce- es chaos computer club, de: alema::nia. hoy en da (1.0) tambi::n estamos en:: (.) austria y en:: (.) suecia. soy: >pallasdiscutir< (.) y: proyectos o:: los frentes e::n cuales estamos:: lucha:ndo. y hay muchas (historias que se despren-de::) once ((pff)) un montn (1.0) de cosas que hician pero, (en teora).

    11 (2.5)

    12 Pallas: vamos a empezar con- PREGUNTAS?

    13 Pblico: [inaudible]

    14 Pallas: ha [ha ha ha=

    15 Pblico: [ha ha ha ha

    16 Pallas: =es fuerte (.) con mi espaol.

    17 (1.0)

    18 Pallas: entonces, primero, la historia [...]

    (1)

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    auto-categorizacin que emplea Pallas para dar sentido a este problema, a la vez que intenta ase-gurarse un buen desempeo de su rol. Haciendo relevante su experticia lingstica se muestra en disposicin de ser interrumpida en caso de que su discurso no sea entendido; abre las puertas para un intercambio bidireccional con los asistentes. Sus intervenciones son susceptibles de clarificacin; sus palabras estn sujetas a correccin por parte de otros. Disminuye de esta manera la distancia entre ella y su pblico.

    Ahora bien, Pallas, en tanto que expositora, no puede simplemente ubicarse en una actitud abierta a la correccin. La segunda estrategia de extranje-rizacin le permite mantener una posicin central en la interaccin. En este caso, encontramos que el discurso de Pallas tiene un marcado contenido geogrfico. Su intervencin empieza indicando la localizacin fsica del CCC as como su propia adscripcin al grupo regional de Colonia (lneas 1 a 5). Cuando Pallas ubica geogrficamente el club, para luego ubicarse dentro de la organizacin, ella se asigna un lugar en el espacio: una ciudad ale-mana en la que el CCC tiene un grupo regional. Pallas no solamente se presenta a s misma como

    no-experta-lingstica, sino como alemana. Esta segunda categorizacin es fundamental.

    Para los efectos de la charla no es suficiente asegurarse la comprensin por parte de los asis-tentes; necesita ocupar una posicin adecuada y legtima para expresarse sobre el tema. La misma se deriva de su membreca al Chaos Computer Club. En efecto, no debe pasarse por alto que Pallas presenta el CCC antes de presentarse a s misma. Sus primeras frases no slo la introducen como extranjera, sino como una vecina de Colonia que participa en la organizacin sobre la que hablar en los siguientes minutos.

    La identidad de Pallas estar definida en la charla a partir de su membreca al CCC. Ntese que, ya en el extracto antes citado, la expositora utiliza la primera persona del plural cuando se refiere al club: estamos en:: (.) austria y en:: (.) suecia (lnea 2-3) y los diferentes [proyectos] e::n cuales estamos:: lucha:ndo (lnea 8). Dicha colectivizacin de su posicin ser una constante durante la exposicin y le ayudar a habitar la categora miembro del Chaos Computer Club. A continuacin vamos a dar contenido a esta categora, examinando la forma como Pallas ha-

    18 Pallas: entonces, primero, la historia. este tio

    19 Pblico: he

    202122

    Pallas: wau holland. l muri:: en:: dos mil uno. fund a::l club con un anuncio, ah- en un peridico:: (.) mu::y a la:: izquierda. >pienso que es la ms grande revista de la izquier-da en alemania y se llama (la taz)

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    bla acerca del CCC y, sobre todo, a partir de las reacciones de los asistentes frente a esta categora identitaria. Para empezar, veamos la continuacin del fragmento anterior.

    Qu implica formar parte del CCC? Ser miem-bro de esta organizacin tiene aparejados un con-junto de atributos que aparecen especificados en las lneas 21, 22, 26 y 27. All la expositora se refiere al origen del club, a su fundador y al contexto en el cual ocurre la fundacin. El CCC es reconocido como una de las ms importantes organizaciones de hackers en Europa. Desde sus orgenes, sus activi-dades giran en torno a los ordenadores. Pallas hace mencin de este hecho cuando comenta que Wau Holland hace un llamado a gente que se interesa por ordenadores. Aqu aparece una caracterstica de la membreca al CCC que Pallas menciona entre risas (lnea 27).

    El tipo de personas convocadas por Holland, en la dcada de los 80, era un poquito raro. A esta rareza se le otorga contenido mediante una comparacin: el inters por los ordenadores en aquel periodo histrico sera semejante al turismo espacial de hoy en da. El smil utilizado por Pallas podra indicar que el inters por los ordenadores es potestad de una reducida elite. Esta expresin ha sido empleada por las comunidades hacker ms tcnicas para designar a aquellos individuos, esca-sos en nmero, que han llegado a muy altos niveles de competencia tecnolgica. Sin embargo, en la intervencin de Pallas no se hace mencin expl-cita de la habilidad tcnica. El nmero reducido de miembros fundadores del CCC no se parece a los turistas espaciales en algn tipo de experticia, sino en su extravagancia. En ingls la palabra que podra utilizarse para designarlos es la de freaky, empleada actualmente pare referirse a las personas interesadas u obsesionadas por temas concretos, por ejemplo, los comics, los videojuegos, la ciencia ficcin o, en este caso, los ordenadores. Pallas utili-zar dicha categora en posteriores intervenciones como sinnimo de hacker y como un vocablo apli-cable a los miembros del CCC.

    Ahora bien, el frikismo no es lo nico que iden-tifica a los miembros del CCC. Las personas que se reunieron con Holland, adems de ser raros afi-

    cionados de los ordenadores, eran lectores de una publicacin con una ideologa poltica concreta. Pallas enfatiza visiblemente la relevancia de dicha orientacin en las lneas 21 y 22, donde no slo afirma que la publicacin era de corte izquierdista, sino que era una de las ms importantes de este ti-po en Alemania. El hecho de que la convocatoria fuera distribuida por dicho medio supone que los miembros del CCC o, cuando menos, los funda-dores se caracterizan por un inters, no solamente por la tecnologa, sino por las ideas polticas de izquierda. Hacer relevante este hecho es central. La interaccin que estamos analizando se realiza en el local de un colectivo interesado por cuestiones polticas a la vez que tcnicas.

    El cruce entre los intereses tcnicos y polticos es remarcado por Pallas unos turnos ms adelante. En el siguiente fragmento la encontramos relatan-do un hecho al que se dio un gran cubrimiento en los medios de comunicacin (Clough & Mungo, 1992). Se trata de una intrusin realizada en 1984 a un servicio en lnea conocido como Bildschirmtext (BTX). El siguiente fragmento empieza en un mo-mento en el que Pallas explica que, para acceder al BTX, era necesario autenticarse utilizando una contrasea.

    Nos gustara resaltar dos elementos en esta intervencin. En primer lugar, la naturaleza do-blemente problemtica del BTX. El sistema tena huecos de la seguridad (lnea 80) que permitiran a cualquier persona con la competencia tcnica suficiente acceder a la informacin que se trasmi-te por este medio (con el agravante de que dicha informacin puede referirse a transacciones econ-micas, como se sugiere en las lneas 72 a 73). Pero, adicionalmente, el servicio era gestionado por una entidad del estado (lneas 75 y 82). Tal cuestin le daba un valor aadido al Bildschirmtex: no sola-mente tena un problema de seguridad informtica sino tambin otro de seguridad ciudadana.

    Que el Deutsche Bundespost fuera una de-pendencia estatal despertaba sospechas acerca de la privacidad de los datos intercambiados a travs del BTX (no te escuchan (.) tienes que: demostra::rlo). La lnea 84 finaliza con una va-loracin negativa de este hecho que bien puede

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    interpretarse como una llamada a la accin. Efec-tivamente, en el turno siguiente Pallas explicar lo que el CCC hizo en respuesta a la doble problem-tica del Bildschirmtex (una intrusin en el sistema que les permiti transferir dinero desde un banco alemn hacia la cuenta del club, accin que mostr la vulnerabilidad del BTX y que llam la atencin de sus administradores y de la opinin pblica). Sus intervenciones en el tercer fragmento de interac-cin le sirven para justificar la actividad del CCC y para dibujarla como una accin a la vez tcnica y poltica. Estas estrategias discursivas pueden tener implicaciones para la accin colectiva; por ejem-plo, pueden ayudar a crear solidaridad entre Pallas y su audiencia (as como entre los grupos que cada uno representa). Avanzar en tal direccin supone el examen de una segunda cuestin que aparece en el tercer fragmento.

    Queremos llamar la atencin sobre el aporte de Jordi en la lnea 77. En este caso, el interlocutor traduce la informacin dada por Pallas (la relacin entre el Deutsche Bundespost y el Estado alemn) con la palabra monopolio, expresin que se refie-re, en este caso, al control total de los servicios de telecomunicaciones por parte del gobierno y que es aceptada por Pallas (lnea 78). A travs de este tipo

    de intervencin, Jordi colabora con la expositora poniendo a su disposicin recursos lingsticos que reformulan lo que ella, en principio, desea decir (Daz Martnez, 1996). Dicho recurso coloca a los dos interlocutores en la misma posicin.

    Ante la pregunta de Pallas en la lnea 76, Jordi podra simplemente haber asentido o haber calla-do; pero en lugar de ello ofrece su interpretacin sobre el papel que juega correas en la historia del CCC. Esta interpretacin no se opone al discurso de Pallas; por el contrario, resulta un aporte valioso para construir el problema del BTX como algo que va ms all de la mera tecnologa. En cierta forma, Jordi y Pallas estn ahora del mismo lado. Ambos entienden el tema tratado desde una ptica similar en la que se resaltan tanto los aspectos tcnicos como polticos de la tecnologa. Sin embargo, es apresurado lanzar esta interpretacin sin haber examinado fragmentos posteriores de la charla. Algunos de ellos nos muestran formulaciones con las que se desafa al hablante principal para que se posicione con respecto a determinados asuntos.

    Segn el relato de Pallas, a finales de la dcada de los 80 en Alemania empieza a utilizarse la no-cin de cibercrimen que puede ser aplicable a las actividades realizadas por el CCC (especialmente

    70717273

    Pallas: (...) yo me como [inaudible] >muy muy muy sencillo< (.) pero, (2.0) incluso en esto (1.0) podras PAGAR. como ahora como pay pal o algo as. cada uno tena un contraseo, y:: se- (1.5) con esto. >sobre esto?pa-gar< con estas contraseas, y que- que hay [huecos de la seguridad y los corre::os siempre porque=

    81 Jordi: [((se aclara la garganta))

    828384

    Pallas: =(ahh) estn en una oficina de estado (ah) >no no no no no

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    aquellas que tienen que ver con la intrusin no au-torizada en sistemas informticos, como fue el caso del BTX hack). Sus miembros deciden entonces convertir el club en una asociacin registrada que realiza sus actividades polticas desde dentro del Estado, utilizando sus herramientas. El modelo institucionalizado del CCC a partir de 1986 resul-ta incompatible con las estrategias organizativas propias del colectivo hacker que organiza la charla. Nuestra experiencia etnogrfica4 revela que los hacklabs evitan formas de organizacin que supon-gan la centralizacin en la toma de decisiones, que requieran de jerarquas o de trabajadores a sueldo y que sirvan para establecer interlocucin con el Estado o para recibir ayudas econmicas de las administraciones pblicas. Sin embargo, desde la perspectiva del anlisis puramente conversacional, esta informacin resulta de poco inters mientras no se encuentren evidencias en los datos interac-cionales. Por tal motivo, analizamos un fragmento donde se aprecia cmo el modelo organizativo del CCC genera interrogantes por parte del pblico y cmo ste problematiza el discurso de Pallas.

    Este fragmento empieza cuando Pallas deja atrs la primera parte de su exposicin (referi- da a la historia del CCC) para pasar a la segunda (la organizacin). En la lnea 174, al final de una frase, Carme interviene sin interrumpir el discurso de la expositora. Su pregunta est centrada en la gestin de los recursos econmicos. Al no recibir respuesta, en la lnea 176 Carme reformula la pre-gunta. El uso de una expresin menos coloquial fuentes de financiacin parece ser suficiente-mente claro para Pallas, quien responde rpida y enfticamente. La forma como inicia su respuesta parece indicar que la pregunta anterior no haba sido comprendida. Fijmonos en la forma como Pallas, en la lnea 177, trata de explicar el origen de los recursos del CCC y cmo su respuesta es progresivamente examinada y valorada por el pblico. La expositora cuida el contenido de su

    respuesta: reformula su enunciado en dos ocasio-nes (hay una- cada-), cuando parece empezar a decir que existe una cuota de inscripcin que cada miembro debe pagar para inscribirse en el CCC (informacin que ser entregada ms adelante a medida que el pblico solicita aclaraciones sobre el particular). Finalmente, opta por categorizar el CCC como una asociacin. Esta categora tiene aparejados algunos atributos; entre otras cosas, supone la existencia de una contribucin (ha de entenderse, econmica) por parte de sus aso-ciados. La palabra contribucin en la lnea 178, sin embargo, resulta ambigua para los asistentes. No aclara cul es la fuente de financiacin, slo establece el procedimiento. El hecho de que el dinero sea aportado por los miembros del CCC no resulta claro. En la lnea 179, Anna pregunta si el contribuyente es el Estado y si lo hace a travs de subvenciones.

    La aparicin de la figura del Estado en este mo-mento no carece de implicaciones. Como ya se ha comentado, la relacin con las administraciones pblicas es vista con recelo por los activistas que participan del colectivo que organiza la charla. Al recibir subvenciones estatales suelen afirmar los hacktivistas se establece una relacin de de-pendencia que resulta lesiva para la autonoma del grupo. No podemos saber si Pallas conoce de antemano esta forma de enfocar el asunto, pero s podemos encontrar que reconoce la delicadeza del problema. En las lneas 180 y 182, enfatiza una respuesta negativa y clarifica en repetidas ocasiones que son los miembros quienes pagan la contribucin. Dicha respuesta favorece la com-prensin del punto de vista de Pallas, pero parece insatisfactoria para los asistentes. Una voz nueva interviene de manera que apenas se le distingue. Ofrece una reformulacin: el CCC es definido como un negocio. Tal categora deslegitima al Chaos Computer Club como actor poltico; im-plica que su objetivo es la obtencin de beneficios econmicos, no la generacin de transformaciones sociales. Adicionalmente, construye a los socios del CCC como clientes, no como activistas. Esta formulacin, a diferencia de la dada por Jordi en el fragmento 3, es ignorada por Pallas, quien

    4 Este trabajo se enmarca dentro de una investigacin ms amplia sobre el hacktivismo cataln. La misma se realiza desde 2004 a travs de una metodologa etnogrfica que incluye observacin de campo, entrevistas con informantes claves, anlisis de hiper-vnculos y estudio de documentos producidos por los activistas tecnolgicos.

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    contina aclarando a Anna lo que supone hacerse miembro del club.

    Es evidente que la categora de asociacin genera un inters que no est presente en los atri-butos aficionado de los ordenadores o de izquierdas. Dicho inters se centra en el modelo organizativo de los colectivos. Tales elementos estn fuerte-mente asociados a la identidad colectiva de los movimientos sociales y, en el caso que nos ocupa, establece una diferencia entre el hacktivismo de los hacklabs y el que desarrolla el CCC en Alemania.

    Las diferencias entre estos dos tipos ideales de activismo tecnolgico se convierten en un tema central. Aparece de manera velada en diferentes intervenciones del pblico durante la exposicin, pero sobre todo en la seccin dedicada a las pre-guntas. En dicho momento, las inquietudes expre-sadas por los asistentes se orientan a comparar el CCC con los hacklabs, examinando temas como la

    relacin entre el Chaos Computer Club y los mo-vimientos sociales (especialmente el movimiento de okupacin, muy vinculado con los laboratorios hacker), su lucha contra las patentes de software, sus mecanismos de toma de decisiones, sus relacio-nes internacionales, etc. Incluso, en un momento, se pide a Pallas una comparacin explcita entre los colectivos. La respuesta que ofrece la expositora y las intervenciones siguientes aparecen en el ltimo fragmento que analizamos aqu.

    En este fragmento se puede apreciar que la dinmica ha cambiado. Pallas no domina la con-versacin; sus turnos de habla son interrumpidos por las frecuentes intervenciones de los asistentes. La exposicin ha terminado e inicia un debate en torno a una expresin que Pallas emplea para com-parar los hacklabs y el CCC. Este ltimo, en virtud de la existencia de una estructura nacional que cohesiona sus grupos geogrficamente dispersos

    169170171172

    Pallas: voy a cambiar a la organizacin estamos aqu. de qu consiste el grupo? son (.) gru-pos regiona::les. (1.0) hay dos tipos. (2.0) hay grupos oficiales, que: tambin obtienen un poquito de dinero (0.5) del:: grupo grande. de la asociacin (.) grande (.) y grupos inoficiales.

    173 (1.5)

    174 Carme: cmo sacis dinero?

    175 (1.0)

    176 Carme: de:: dnde:: tenis las fuentes de financiacin?=

    177178

    Pallas: =AH VALE ah hay una- cada- somos una asociacin y (.) tenemos contribucin (.) y::=

    179 Anna: =paga el estado? o sea subvenciona?

    180 Pallas: NO no [no el estado

    181 Anna: [no?

    182 Pallas: NO [NO [los miembros

    183 Joan: [el [[inaudible]

    184 Anna: [[inaudible]

    185 Pallas: los miembros

    186 Anna: los miembros [[inaudible]

    187 Pilar: [(es un negocio)

    (4)

  • la i d e n t i da d c o l e c t i va e n l a i n t e r ac c i n

    Un i v e r s i ta s Ps yc h o l o g i c a v. 7 no. 1 e n e r o-a B r i l 2008 67

    (en el >ce ce ce< estbamos juntos) tiene ms poder que los laboratorios hackers, entendidos como colectivos que guardan poca relacin entre s. Una primera lectura del fragmento nos muestra que Pallas y sus interlocutores sostienen conceptos distintos de poder. Fijmonos, por ejemplo, en las dos intervenciones de Joan. En la primera, mani-fiesta su apoyo a Pilar cuando pide una definicin de lo que se entiende por poder. En la segunda, defiende que los laboratorios hacker no aspiran al poder. De esta manera, niega que el concepto sea pertinente para describir a los hacklabs. No se pue-de juzgar a estos ltimos por carecer de algo que

    no desean obtener, al menos de momento. Sin embargo, las frases de Joan, dejan an sin definir el vocablo. En este sentido, son ms ricas las pa-labras de Pilar.

    Pilar fue la interlocutora que manifest abier-tamente la necesidad de conceptuar el poder, y fue tambin la que empez a acotar la definicin relacionando dicha palabra con la poltica insti-tucional (poder:: dentro del gobierno). De tal manera reformula la respuesta de Pallas, dando a entender que el Chaos Computer Club, en virtud de su organizacin, tiene ms posibilidades de influir sobre los procesos de toma de decisiones

    816817818819

    Pallas: (...) vale pero:: volviendo:: si a la pregunta (..) pienso que la diferencia es que todos los hacklabs son ehm sepa::rados y::: en el >ce ce ce< estbamos juntos (1.0) y:: por eso m tienes ms poder porque: hay (.) ms gente y:::=

    820 Anna: =ms coordinacin?

    821 Pallas: ms coo[rdinacin (1.0) pe::ro

    822 Pilar: [pero:: poder en qu sentido?

    823 Pallas: [mm?

    824 Jordi: [s

    825 Pilar: poder [en poder en qu:: sentido? poder::

    826827

    Jordi: [nosotros no aspiramos al poder (.) de momento (.) [ya se ver ha ha de momento

    828829

    Pilar: [dentro del gobierno por ejemplo? como como ms lobby eso seguro que si

    830 Pallas: si: eh::=

    831 Pilar: =porque nosotros no nos [hemos [inaudible] pasa nada, ir a lobby? 832833

    Pallas: [ha ha (1.0) ehm (.) por ejemplo por ejemplo tienes [ms recur-sos y tienes ms gente que pueda hablar en una=

    834 Pilar: [[inaudible]

    835836837

    Pallas: =>presentacin< o:: en frente del gobierno. porque::- conoces a m::s. (1.0) pero en el fondo (.) en los grupos regionales somos muy muy parecidos.

    838 Pilar: mju=

    839840

    Pallas: =de verdad. cuando yo digo- era- con- pruebas son:: completamente (.) iguales. es (.) exactamente lo mismo ()

    (5)

  • JUan carlos aceros gUaldrn, natalia evnitskaya

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    polticas, usando, por ejemplo, estrategias propias de los lobbies. Esta forma de entender el poder parece ser bien recibida por los hablantes. Mientras que Joan no manifiesta desacuerdo, Pallas recoge la idea y la utiliza para construir su propia respuesta: tener una organizacin nacional y registrada faci-lita la movilizacin de recursos, entre otras cosas, para hacer llegar reivindicaciones a los centros estatales de decisin poltica.

    La forma como se habla de la organizacin del CCC distingue entre el tipo de hacktivismo que realiza esta asociacin y el que ejecutan otros colectivos. Su activismo tecnolgico funciona gracias a un aporte econmico obligatorio de sus miembros, se estructura institucionalmente, y bus-ca ejercer una presin sobre los gobernantes. En la interaccin no se hacen explcitas las caracte-rsticas organizativas de los hacklabs, sin embargo, la experiencia etnogrfica nos sugiere que se hace referencia velada a ellas en diferentes momentos de la charla. Tales intervenciones no pueden ser reproducidas aqu por cuestiones de espacio, pero se refieren a lo siguiente: 1) los hacklabs no estn institucionalizados y, en este sentido, mantienen caractersticas ms cercanas a los nuevos movi-mientos sociales; 2) la participacin en ellos no requiere de una cuota de inscripcin sino que se fundamenta en el voluntariado y la militancia; 3) sus decisiones se toman por consenso, no a travs del voto; y 4) su organizacin carece de jerarquas locales y nacionales, no cuenta con representan-tes oficiales ni con entidades que coordinen a los hacklabs distribuidos por la geografa espaola.

    Nos encontramos as con dos modelos distin-tos de hacktivismo que aparecen delimitados por el contenido de las interacciones y por la forma de conversar sobre los colectivos. En este ltimo sentido, es de resaltar que cuando Jordi y Pilar hablan de los hacklabs utilizan la primera persona del plural, tal como Pallas hiciera en el fragmento 1 cuando se refera al CCC. Tanto la expositora como los asistentes se expresan en nombre de un nosotros que es distinto para cada uno de ellos. Tenemos entonces dos identidades colectivas rele-vantes que se encuentran, se comparan y terminan por diferenciarse.

    Pallas intenta que esta frontera se desvanezca en las lneas 836, 837, 839 y 840. Si atendemos a la lnea 833 podramos hipotetizar que propone que la diferencia entre el hacktivismo alemn y el espaol es slo cuantitativa. El CCC puede movi-lizar una mayor cantidad de recursos y de personas, pero en lo fundamental (en el fondo) funciona de manera parecida a los hacklabs. Estos ltimos se asemejaran en su operatividad a los grupos regio-nales del Chaos Computer Club. Sin embargo, la finalizacin de la charla, pocos segundos despus, deja en suspenso esa comparacin y nos hace im-posible ofrecer mayores detalles sobre este intento de crear una categora comn que pueda aplicarse tanto al activismo tecnolgico del norte de Europa, como al del estado Espaol.

    Conclusiones

    El anlisis conversacional nos permite mostrar c-mo las categoras identitarias son empleadas por los hacktivistas en un contexto interaccional. Durante la charla sobre el CCC, la expositora y los asistentes utilizan el discurso para definir las categoras ms relevantes para la conversacin. Aunque pueden existir diferentes identidades salientes (debido a las caractersticas de gnero o edad de la expositora, por ejemplo), slo algunas son puestas en juego ac-tivamente. Son stas las que resultan susceptibles de ser estudiadas en trminos de sus efectos sobre los participantes y sus identidades.

    En la charla examinada, la categora miembro del CCC es la que ocupa un lugar central. De ella revisamos sus atributos (ser freaky, izquierdista y socio de una institucin formal) y vimos cmo s-tos no son simplemente activados una vez que la categora se vuelve relevante, sino que deben ser cuidadosamente elaborados. Para tal efecto se hace uso de recursos discursivos como los smiles (como decir (.) hoy que (.) me interesa po:r los (.) viajes a la luna ehh tursticas ), el nfasis sobre detalles histricos (con un anuncio, ah- en un peridico:: (.) mu::y a la:: izquierda), las formulaciones (paga el estado? o sea subvenciona?) y las reformulacio-nes (NO no no el estado).

  • la i d e n t i da d c o l e c t i va e n l a i n t e r ac c i n

    Un i v e r s i ta s Ps yc h o l o g i c a v. 7 no. 1 e n e r o-a B r i l 2008 69

    Para hacer relevante la categora sus atribu-tos son puestos en escena de manera selectiva. De entre todas las posibles caractersticas de los miembros del CCC, Pallas resalta aquellas que probablemente coincidirn con la identidad co-lectiva de los hacklabs. No puede afirmarse que lo haga deliberadamente, pero lo cierto es que su discurso tiene una alta probabilidad de resonar en el sistema de creencias del pblico. De ocurrir as, las auto y heterocategorizaciones utilizadas por la expositora seran sumamente tiles para generar lo que Melucci (1999) entiende por solidaridad: la capacidad de los actores de reconocerse a s mismos y de ser reconocidos como parte de una unidad social (p. 44). En efecto, el anlisis nos sugiere que la expositora intenta integrar a los asistentes y a los hacktivistas alemanes bajo un mismo inters por los problemas tecno-polticos.

    Sin embargo, tener xito en la generacin de solidaridad no es fcil. Las intervenciones del p-blico orientan la conversacin en otra direccin, resaltando las diferencias intergrupales y refor-zando su propia identidad colectiva. El resultado es la aparicin de dos formas distintas de concebir y practicar el hacktivismo. Dos modelos potencial-mente incompatibles. El CCC representa un mo-delo institucionalizado que busca influir los centros de toma de decisiones del Estado. Los hacklabs espaoles apuestan por un modelo basado en la au-tonoma de los colectivos y de sus participantes, as como en el establecimiento de vnculos informales de los que no se deriva un acceso al poder poltico. Estas diferencias se vuelven importantes mientras los participantes hablan sobre la organizacin de los colectivos implicados en la charla.

    La aparicin de estos dos modelos organizativos nos permite afirmar que la identidad colectiva no es un fenmeno activado de manera unitaria durante la conversacin. Es ms bien un constructo que se somete a revisin y debate. Los posibles efectos de la categorizacin (cooperacin o conflicto in-tergrupal, por ejemplo) no sern consecuencia de la categora en s misma, sino de este proceso de negociacin del significado.

    Adicionalmente, el hecho de que las identida-des colectivas mencionadas emerjan en el discurso

    nos sugiere que las categoras no aparecen en el vaco; se conforman de elementos culturales dis-ponibles para los hablantes. Est fuera del alcance del anlisis conversacional ofrecer respuestas sobre el origen histrico y la distribucin social de estas herramientas discursivas, pero resulta muy til para informarnos sobre su existencia y su relevancia en el presente, para las personas que participan en movimientos sociales.

    En definitiva, el anlisis conversacional de una interaccin cotidiana se muestra adecuado para aprehender los componentes de la identidad co-lectiva de un grupo de activistas, para rastrear los procesos conflictivos a los que est sujeta, y para vislumbrar posibles implicaciones para la accin colectiva. Tal acercamiento puede complementar otros estudios que no alcanzan a captar las din-micas de las redes sumergidas de los movimientos sociales y, especialmente, sus esfuerzos por poner en circulacin nuevas identidades sociopolticas.

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  • la i d e n t i da d c o l e c t i va e n l a i n t e r ac c i n

    Un i v e r s i ta s Ps yc h o l o g i c a v. 7 no. 1 e n e r o-a B r i l 2008 71

    Apndice

    Los smbolos utilizados en la transcripcin son una adaptacin de las convenciones propuestas por Gail Jefferson (Atkinson & Heritage, 1984).

    [ Solapamiento entre dos hablantes

    (.) Pausa corta

    (2.0) Pausa cronometrada

    >hola< Fragmento ms rpido

    Fragmento ms lento

    [inaudible] Fragmento inaudible

    (hola) Interpretacin que el transcriptor hace de un fragmento inaudible

    ((tose)) Sonido no lingstico

    ha ha Risas de los interlocutores

    ho(h)la (h) indica risa entre palabras

    hola Palabra dicha entre risas

    hola nfasis

    HOLA Emisin en voz ms alta que el habla circundante

    hola Emisin en voz ms baja que el habla circundante

    hola Entonacin ascendente

    hola Entonacin descendente

    ho:la Alargamiento voclico

    hol- Paro repentino o interrupcin

    hola==hola

    Enlace entre dos emisiones