Actas X. AIH. La Obra de Émile Zola, modelo literario de ... · PDF filelomon * de los...

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  • LA OBRA DE EMILE ZOLA, MODELO LITERARIO DE LA QUIMERADE EMILIA PARDO BAZN

    M.a LUISA STELO VZQUEZ

    Universidad de Barcelona

    I

    No siempre los modelos literarios actan sobre un autor como gnesis deanalogas, pues hay veces en que, ms all de posibles influencias, el autor pro-pone alternativas o contrastes que tienen como punto inicial de referencia elmodelo aunque el resultado final pueda ser bien distinto, tal es el caso de Laquimera 1 (1903) de Emilia Pardo Bazn con respecto a La obra 2 (1886) demile Zola.

    Es La quimera una obra proteica, en la que el peso de mltiples influen-cias se hace bien visible a travs de sus pginas desde las referencias explci-tas a La tentaion de Saint Antoine3 de Flaubert, la influencia de Manette Sa-

    1. La Quimera, novela que inicialmente Da. Emilia pens como la primera pane de una trilo-ga que despus quedara incompleta, pues tras la publicacin de la segunda novela, La sirena negra,la tercera titulada La Esfinge no la lleg nunca a escribir (cf. Nelli Clemessy, Emilia Pardo Bazncomo novelista, T. I, Madrid, F.U.E., 1982, p. 292).

    2. Es la decimocuarta novela de la serie de Los Rougon-Macquart. Y siguiendo lo que ya erauna constante en la larga serie de dedicar cada novela a un tema especfico y representativo de la so-ciedad de su tiempo, en esta novela se aborda la problemtica del artista.

    Citar por la primera traduccin al castellano que data de 1886, el mismo ao de su publicacinen francs, en Barcelona por la editorial de los hermanos Cortezo, en la que por estos aos figurabacomo asesor literario y director de la coleccin Autores contemporneos que se inaugurara conLos Pazos de Ulloa, el prestigioso crtico Josep Yxart.

    3. Cf. E. PARDO BAZAN, La Quimera. Obras Completas, T. XXIX, Madrid, Renacimiento, s/a.pp. 60 y 68-70, donde se transcribe ntegramente el dilogo entre la Esfinge y la Quimera.

    Dicho dilogo fue un motivo tpicamente modernista, frecuentemente utilizado por otros novelis-tas del siglo como Huysmann en A Rebours (1884), novela que con toda seguridad Da. Emilia haba

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  • lomon * de los Goncourt, pasando por un acercamiento ms sutil, aunque no

    menos perceptible, al psicologismo de Paul Bourget, conexiones con la litera-

    tura espaola finisecular,5 y, muy especialmente, con la mencionada novela

    de Zola.

    Aunque en repetidas ocasiones 6 doa Emilia precis la gnesis de su mejor no-

    vela finisecular, insistiendo en que el asunto estaba tomado de la realidad, y que el

    pintor Joaqun Vaamonde, amigo suyo, le haba servido como modelo para el pro-

    tagonista de la novela. Por tanto, argumentando en favor de la copia de la realidad y

    del modelo tomado de la vida al modo de los Goncourt pero, sin embargo, sin

    menospreciar en absoluto la importancia del modelo real, creo que La quimera es

    deudora en aquello que atae a la invencin literaria de La obra del novelista fran-

    cs. A pesar de que la ilustre escritora gallega no perdi ocasin de emitir juicios

    ms bien poco favorables sobre la mencionada novela de Zola, tal como se des-

    prende de una carta dirigida a Narcs Oller, en la que, tras felicitarle por Vilaniu, a

    propsito de los modelos literarios e influencias, escribe:

    Ea, fuera ese aplastamiento y a trabajar. No se justifica que se quede usted as ab-sorto, despus de la lectura de L'Oeuvre. L'Oeuvre es para m de lo ms flojo ymenos sentido que produjo Zola, y ms bien me parece que sirve para animarle auno, probando que los genios umversalmente reconocidos pueden tambin come-ter sus yerros. A propsito de esta obra s que han reido casi Zola y Goncourt,pues ste le dijo redondamente que era mejor Manette Salomn.''

    ledo directamente en francs, pues la primera traduccin castellana es de 1912 en la coleccin LaNovela Literaria dirigida por Blasco Ibez de la editorial valenciana Prometeo.

    Probablemente Zola tambin tuvo en cuenta A Rebours, pues a parte de que Huysmans fue unode los discpulos disidentes de las veladas de Medn precisamente a partir de la publicacin de dichanovela, el inters de Zola por sus obras se remonta a los aos 80 cuando en Une Campagne recogiun elogioso artculo titulado Ceard y Huysmans. Cf. Une Campagne (1880-1881), Pars, Charpen-tier, 1888, pp. 251-261.

    4. Probablemente este texto sirvi de modelo a mile Zola La Obra. Ya que fueron los Gon-court los primeros en estudiar la influencia decisiva de una mujer hermosa Nanette sobre el pintorprotagonista de la novela, as como tambin estudiaron con detenimiento el ambiente de bohemia ar-tstica, las tertulias, etc.

    5. Tngase en cuenta .que La Quimera se public por primera vez por entregas en las pginas dela revista La Lectura en 1903, un ao escasamente despus de la fecha emblemtica de 1902 en queapareci Camino de perfeccin de Po Baroja, La voluntad de Jos Martnez Ruiz, Amor y pedagogade Unamuno y Las Sonatas de Valle Incln. Concretamente en Camino de perfeccin la preocupa-cin del protagonista, Fernando Ossorio, por encontrarse a s mismo, por encontrar su verdadero ca-mino es tambin todo un sntoma del llamado mal del siglo.

    6. E. PARDO BAZN, Vaamonde y La Quimera, La Ilustracin Artstica, n. 1585, p. 318 yCuarenta das en la Exposicin. Obras Completas, T. XXI, Madrid, ed. Renacimiento, sin., p. 117.

    7. Carta de Emilia Pardo Bazn fechada en La Corua el 15-V-1886. Cf. Narcs OlXER, Memo-res Lierries. Historia deis meus libres, Barcelona, Aedos, 1962, p. 97.

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  • E incluso, con posterioridad a la redaccin de La quimera, en el volumendedicado al Naturalismo en La literatura francesa moderna, de forma superfi-cial slo resume el argumento y apunta el autobiografismo de la novela, cuandoescribe:

    La obra es la novela de un pintor genial, de un degenerado superior que noacierta a producir la obra maestra soada; de quien el pblico hace befa en la ex-posicin, comentando con carcajadas mofadoras su envo, y que, desesperado desu impotencia, se ahorca. Hay en la lucha del pintor algo de simblico; Zola aso-ma en aquellas pginas, defendiendo su propio litigio.8

    La obra se menciona explcitamente en La quimera9 y tras un cotejo minu-cioso parece evidente que doa Emilia tuvo a la vista, un fragmento de la men-cionada novela de Zola cuando al describir la visita de su protagonista, SilvioLago, a una exposicin de pintura acompaado de otro pintor amigo, este lti-mo dice:

    Has visto mis paisajitos? pregunt afanosamente.No... Dnde los has escondido?Escondido, justo...! Si yo me diese el tono de tener enemigos, dira que mis

    enemigos los han colocado all para fastidiarme [...].Me arrastr, al travs de la fila de salones, hasta otro arrinconado, apenas visi-

    tado, donde muy alto y a media luz campeaban varias tablitas siempre inspiradasen Haes.10

    Fragmento que recuerda de forma casi literal aquel otro pasaje de la novelade Zola en que Claude Lantire contempla desalentado y avergonzado como eljurado del saln, aunque finalmente ha aceptado su cuadro L'enfant mort, lo hacolocado en la ltima sala, all donde se amontonan las limosnas del arte, y lohan colocado tan alto que casi no se ve:

    En la sala del Este, el almacn donde agoniza el gran arte, el desvn dondeapilan las vastas composiciones histricas y religiosas, fras y sombras, se estre-meci de pronto, y se qued inmvil alzando los ojos. Dos veces haba pasado porall, y no lo haba visto. Alto estaba el cuadro, all arriba, tan arriba que no acaba-ba de conocerlo, puesto como una golondrina, pequeito en su rincn..."

    8. Emilia PARDO BAZN, El Naturalismo. La Literatura Moderna. Obras Completas, T. XLI,Madrid, Renacimiento, s/a. (1911), p. 111.

    9. Emilia PARDO BAZAN, La Quimera, ed. cit., p. 236.10. Emilia PARDO BAZAN, La Quimera, ed. cit., pp. 237-238.11. mile ZOLA, La Obra. Versin castellana de A. Blanco Prieto. Ilustraciones de M. Foix,

    Barcelona, Daniel Cortezo ed., 1886, p. 378.

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  • El paralelismo entre ambos pasajes es evidente, aunque en doa Emilia elmotivo es un hecho secundario y no tiene el mismo dramatismo que en La obra,pues no afecta a la trayectoria pictrica del protagonista. Es ste el nico plagioliteral de la novela, pero, sin embargo, las semejanzas ms sutiles y diluidas sonconsiderables en otros aspectos: la trayectoria pictrica de ambos artistas, lapsicologa de los mismos, el ambiente decadente europeo, el autobiografis-mo..., aunque dichas semejanzas no resten inters a uno de los mejores textospardobazanianos.

    Ms all del autobiografismo tan importante en ambas novelas, pues, si bienresulta evidente que el novelista Pierre Sandoz u es en La obra el alterego deZola, de la misma manera que lo es la compositora musical, Minia, en La qui-mera de Emilia Pardo Bazn,13 hay, adems o, a veces, incluso los contrastesponen de manifiesto algo que, aunque no es totalmente novedoso,14 anlisis co-mo el que nos proponemos aqu contribuyen, sin duda, a resaltar, y es la in-fluencia que el autor de Nana ejerci en los novelistas espaoles del ltimo ter-cio del siglo xix.15 Prcticamente todos los novelistas de la llamada generacindel 68 y sobre todo los mejores escribieron de acuerdo o en contra del m-todo propuesto por zola, pero en todo caso no fueron nunca indiferentes ya quelos mismos que lo impugnaban lo practicaban a veces, pues resultaba imposibledesentenderse de algo que impregnaba las formas y usos literarios de la poca yque circulaba como moneda corriente.

    12. Pierre Sandoz es aqu inequvocamente alterego de Zola en aquellos aspectos relacionadoscon la literatura y el arte, pues el personaje es novelista interesado en escribir la historia de una granfamilia como lo estaba por entonces Zola con los Rougon-Macquarl. Y en la ltima novela de estaserie aparecer, de nuevo, otro personaje tambin claramente autobiogrfico, pero en este caso mdi-co y cientfico, tambin experimentando y estudiando los resultados