Administrando lo Profético - Subsplash

3
Administrando Lo Profético Pastor Julio Herrera Escuela para Profetas Guatemala, 7 de septiembre del Año De La Revelación www.ebenezer.org.gt 1 Sabemos que existen doce facetas del fruto del Espíritu, que representan el carácter de Cristo manifestándose en nosotros, pues el número doce nos habla del gobierno de Dios en nuestro interior. Por otro lado, hemos aprendido también que hay dieciocho dones del Espíritu y, aunque sabemos que este número nos habla de las características de la bestia (666), significa entonces que la manifestación de estos dones dentro de la iglesia, nos ayudará a contrarrestar las facetas del carácter de los hombres del último tiempo (2Timoteo 3:2-5). Cuando hablamos de los dones, la Biblia dice que los debemos anhelar, sobre todo el profetizar, lo cual significa que la escritura le da cierta relevancia a la profecía, sin embargo lo profético es muy subjetivo pues solo por medio del discernimiento podremos conocer aquello que verdaderamente procede de Dios. Si anhelamos que lo profético se manifieste en nosotros, necesitamos entender que esto conlleva una responsabilidad muy grande, pues lo que anhelamos es ser como la boca de Dios para hablar a Su pueblo. Desde el Antiguo Testamento, Dios trabajó la boca de los profetas, por ejemplo Moisés, pensaba que era incircunciso de labios, por lo que Dios utilizó la boca de Aarón para hablar a Israel; en el caso de Balaam, aunque se le abrieron los ojos, Dios le cerró la boca y se la abrió a la burra; otro ejemplo es Jeremías, cuando Dios lo llamó se consideró muy joven para ser profeta, pero Dios le tocó su boca para hacerle entender que El hablaría por su boca. De la misma forma Isaías creía que sus labios eran inmundos por lo que Dios se los purificó con un carbón encendido; a Ezequiel le dijo que se comiera el rollo para endulzar su boca y a Elías le dio de comer; ante esto es necesario que comprendamos que todo lo que Dios usa de nosotros, el enemigo lo va a querer contaminar. Jeremías 15:19 (BSO) Por tanto, así dijo Jehová: «Si te conviertes, yo te restauraré y estarás delante de mí; y si separas lo precioso de lo vil, serás como mi boca. ¡Conviértanse ellos a ti, mas tú no te conviertas a ellos! En este verso podemos ver dos requisitos para ser como la boca de Dios: primero, que haya una genuina conversión, no solo un arrepentimiento, para dar lugar a la restauración y segundo, el saber discernir lo precioso de lo vil. La parte final del verso nos deja ver que el final de la vida de un ministro nos mostrará si se cumplieron con estos requisitos pues si el ministro se convierte al pueblo quiere decir que no era como la boca de Dios, pues el pueblo es el que se tiene que convertir a él, a través de lo que el Señor le da. En la escritura aparecen por lo menos cuatro palabra hebreas que significan profeta, y que tiene otros significados adicionales, los cuales nos dan un equilibrio en el verdadero fluir del ministerio profético. 1. H2374 Kjozé: contemplador en visión, pacto (mirando a con aprobación). Una de las cosas que necesitamos entender del ministerio profético es que sin visión el pueblo se desenfrena (Proverbios 29:18). El profeta debe tener visión pero no propia, sino la dada de parte de Dios a su cobertura, para tener dirección. 2. H4397 Malák: de una raíz que no se usa significa despachar como delegado; mensajero; especialmente de Dios, i.e. ángel. Esto nos habla que el ministerio profético debe ser enviado por su cobertura.

Transcript of Administrando lo Profético - Subsplash

Page 1: Administrando lo Profético - Subsplash

Administrando Lo Profético Pastor Julio Herrera Escuela para Profetas Guatemala, 7 de septiembre del Año De La Revelación

www.ebenezer.org.gt

1

Sabemos que existen doce facetas del fruto del Espíritu, que representan el carácter de Cristo manifestándose en nosotros, pues el número doce nos habla del gobierno de Dios en nuestro interior. Por otro lado, hemos aprendido también que hay dieciocho dones del Espíritu y, aunque sabemos que este número nos habla de las características de la bestia (666), significa entonces que la manifestación de estos dones dentro de la iglesia, nos ayudará a contrarrestar las facetas del carácter de los hombres del último tiempo (2Timoteo 3:2-5). Cuando hablamos de los dones, la Biblia dice que los debemos anhelar, sobre todo el profetizar, lo cual significa que la escritura le da cierta relevancia a la profecía, sin embargo lo profético es muy subjetivo pues solo por medio del discernimiento podremos conocer aquello que verdaderamente procede de Dios. Si anhelamos que lo profético se manifieste en nosotros, necesitamos entender que esto conlleva una responsabilidad muy grande, pues lo que anhelamos es ser como la boca de Dios para hablar a Su pueblo. Desde el Antiguo Testamento, Dios trabajó la boca de los profetas, por ejemplo Moisés, pensaba que era incircunciso de labios, por lo que Dios utilizó la boca de Aarón para hablar a Israel; en el caso de Balaam, aunque se le abrieron los ojos, Dios le cerró la boca y se la abrió a la burra; otro ejemplo es Jeremías, cuando Dios lo llamó se consideró muy joven para ser profeta, pero Dios le tocó su boca para hacerle entender que El hablaría por su boca. De la misma forma Isaías creía que sus labios eran inmundos por lo que Dios se los purificó con un carbón encendido; a Ezequiel le dijo que se comiera el rollo para endulzar su boca y a Elías le dio de comer; ante esto es necesario que comprendamos que todo lo que Dios usa de nosotros, el enemigo lo va a querer contaminar. Jeremías 15:19 (BSO) Por tanto, así dijo Jehová: «Si te conviertes, yo te restauraré y estarás delante de mí; y si separas lo precioso de lo vil, serás como mi boca. ¡Conviértanse ellos a ti, mas tú no te conviertas a ellos! En este verso podemos ver dos requisitos para ser como la boca de Dios: primero, que haya una genuina conversión, no solo un arrepentimiento, para dar lugar a la restauración y segundo, el saber discernir lo precioso de lo vil. La parte final del verso nos deja ver que el final de la vida de un ministro nos mostrará si se cumplieron con estos requisitos pues si el ministro se convierte al pueblo quiere decir que no era como la boca de Dios, pues el pueblo es el que se tiene que convertir a él, a través de lo que el Señor le da. En la escritura aparecen por lo menos cuatro palabra hebreas que significan profeta, y que tiene otros significados adicionales, los cuales nos dan un equilibrio en el verdadero fluir del ministerio profético. 1. H2374 Kjozé: contemplador en visión, pacto (mirando a con aprobación). Una de las cosas

que necesitamos entender del ministerio profético es que sin visión el pueblo se desenfrena (Proverbios 29:18). El profeta debe tener visión pero no propia, sino la dada de parte de Dios a su cobertura, para tener dirección.

2. H4397 Malák: de una raíz que no se usa significa despachar como delegado; mensajero; especialmente de Dios, i.e. ángel. Esto nos habla que el ministerio profético debe ser enviado por su cobertura.

Page 2: Administrando lo Profético - Subsplash

Administrando Lo Profético Pastor Julio Herrera Escuela para Profetas Guatemala, 7 de septiembre del Año De La Revelación

www.ebenezer.org.gt

2

3. H5030 Nabí : profeta o (generalmente) hombre inspirado. Del H5012 profetizar, hablar o cantar por inspiración. Esto nos habla que la fuente de la que viene la inspiración, debe ser el Señor.

4. H5197 Nataf: rezumar, i.e. destilar gradualmente; por impl. gotear. El ministerio profético tiene que saber administrar la profecía porque no todo lo que se recibe es para darlo, sino que puede ser para uno mismo. En esta ocasión nos enfocaremos en este último aspecto de la profecía.

Job 29:22 (BTX3) Después de hablar yo, nada añadían, Mis palabras destilaban sobre ellos, En este verso la palabra nataf se traduce destilaban, esto quiere decir que la palabra del profeta debe ser dada gota a gota, como incluyendo ciertos elementos para que esté completa. Job 29:22 (KDSH) Después que yo hablaba, ellos no replicaban, mis palabras eran como gotas de rocío sobre ellos. Esta versión nos dice que las palabras del profeta deben ser como un rocío que cubre la vegetación, lo que nos habla de cobertura. Para demostrar que estamos bajo cobertura, debemos permanecer en la doctrina en la que hemos sido instruidos y la que hemos creído. Cantares 4:11 (LBLA) Miel virgen destilan tus labios, esposa mía, miel y leche hay debajo de tu lengua, y la fragancia de tus vestidos es como la fragancia del Líbano. El profeta debe tener miel virgen en sus labios, es decir revelación no adulterada. Debemos tener nuestro vaso limpio para que la revelación llegue limpia a los que nos escuchen. Proverbios 10:32 (KDSH) Los labios del justo destilan gracia, mas la boca del perverso [conoce] el engaño. La gracia de Dios nos ayuda a decir las cosas de la manera correcta pues es como la sazón con la que debemos dar la palabra; la cual se traduce gracia, también quiere decir deleite, por lo que la palabra que demos, aunque confronte al pueblo, debe existir la certeza de saber que es por su bien. Proverbios 15:2 (NVI) La lengua de los sabios destila conocimiento; la boca de los necios escupe necedades. Los ministros somos escuchados por personas que posiblemente son académicamente superiores a nosotros, sin embargo debemos evolucionar en cuanto al conocimiento, no solamente en lo concerniente a las escrituras, sino aún en nuestra forma de hablar. El conocimiento está en la mente pero debe bajar al corazón para que podamos entender y si baja a nuestros pies (en el sentido espiritual) influirá también en nuestro modo de caminar, pues no solo vino el entendimiento, sino también la revelación.

Page 3: Administrando lo Profético - Subsplash

Administrando Lo Profético Pastor Julio Herrera Escuela para Profetas Guatemala, 7 de septiembre del Año De La Revelación

www.ebenezer.org.gt

3

Proverbios 15:7 (NBE) Los labios del sensato destilan experiencia, la mente del necio es insensata. La experiencia es sinónimo de madurez, por lo que el que fluye en lo profético no puede ser un neófito. Pidamos al Señor que podamos administrar de manera adecuada el mover profético en nuestra vida y nuestra congregación, para que sea de edificación para Su pueblo.