Al Otro Extremo de la Correa -Patricia B. McConnell

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“Sencillamente, Al otro extremo de la correa es el mejor libro que he leído sobre adiestramiento de perros: divertido, inteligente y... ¡asombrosamente original!” Jeffrey M. Masson Autor de Dogs Never Lie About Love

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  • Lo mejor de nuestro lenguaje nos convierte en los peores adiestradores

    Dedicados a sus nuevos cachorros, John y Linda no podan pasrselo mejor enla clase de adiestramiento de perros. Acudan a las clases con gran entusiasmo,se rean de mis chistes (son buena gente), hacan los deberes y sentan un cari-o inmenso por su nueva golden retriever. Ginger, ven!, dijo John llamandoa su perra durante un ejercicio de memoria. Pero Ginger acababa de descubrirque en una mesa contigua haba trozos de hgado y no movi ni una oreja.Aqu, Ginger, repiti John, que concluy con un: Vamos, buena chica, venaqu, hacia aqu. Las enrgicas indicaciones de John slo sirvieron para dejar-lo sin aliento y con un creciente sentimiento de frustracin al comprobar que nolograba convencer a Ginger para que dejase los trozos de hgado de encima dela mesa. Pero la perra no ignoraba aquella serie de ruidos interesantes emitidospor su desafortunado dueo. Lo ms notable sobre esos ruidos es que eran muyvariables. Para quien no conozca el idioma que habla usted, Ven aqu no separece en nada a Ginger, ven!, pero los humanos parecen decididos a usartantas palabras como sea posible para la misma orden.

    Si se detiene a pensarlo, lo encontrar lgico. Uno de los aspectos msimpresionantes de nuestro lenguaje es su flexibilidad. Analice todas lasmaneras en que podemos decir lo mismo: Ven aqu, Hacia aqu,Vamos, a mi lado, Ven, Acrcate, Ginger! y muchas ms. Esteabundante festn de palabras es una bendicin para nosotros pero resultauna maldicin para nuestros perros. El aprendizaje de un idioma extran-jero ya es lo suficientemente difcil sin necesidad de que la palabra que seest aprendiendo cambie de un minuto a otro. Qu hara usted si la pala-bra de un idioma extranjero que est tratando de aprender cambiase alea-toriamente? Probablemente hara lo que hacen muchos de nuestros pe-rros, que es simplemente dejar de escuchar.

    Casi todos los libros que se han escrito sobre adiestramiento de perrosaconsejan a los dueos de los animales elegir rdenes simples y utilizarlasde un modo consistente, y casi todos los dueos de perros del mundo

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  • entero quebrantan esa norma una y otra vez. Cmo puede llegar a ser tanidiota la especie ms inteligente del mundo cuando se trata de respetar unanorma tan simple? Pienso que, como mnimo, las razones son dos. En pri-mer lugar, los humanos utilizamos continuamente sinnimos y aprendera emplear la misma palabra de un modo consistente para dar una ordenes algo que va contra nuestra naturaleza. El intercambio de palabras ofre-ce grandes ventajas: nos brinda un nivel de matices y refinamiento que nosenriquece. Pero qu reto debe suponer para nuestros pobres perros vivir enel equivalente de una cultura extranjera y que sus anfitriones utilicen dife-rentes palabras para la misma cosa. Lo sorprendente es que nuestros perrosno salgan pitando hacia las colinas ms prximas.

    Una segunda razn por la que podemos ser tan ineptos en la eleccinde una nica orden verbal es que casi todas las especies animales, desdelas amebas unicelulares hasta los mamferos complejos, presentan un com-portamiento denominado acostumbramiento. El acostumbramiento seproduce cuando un organismo (o incluso una nica clula) comienza apasar por alto algo que sucede una y otra vez sin ninguna consecuenciarelevante. Esta reaccin es considerada como una forma simple de apren-dizaje que prcticamente se observa en todos los animales. Por ejemplo,explica por qu uno no oye el tren despus de llevar varios meses vivien-do junto a las vas. Y a ello se debe tambin que las parejas que pasanmomentos difciles puedan soportar los continuos reproches que se diri-gen mutuamente. Y podra ser la razn por la cual su perro ni siquieralevanta la vista si usted dice Ven muchsimas veces y despus se alejaimpotente ante la falta de respuesta por parte del animal. El animalaprendi que el sonido Ven es como el murmullo del viento en losrboles y l debe prestar atencin a ruidos ms relevantes, como el de uncoche que se acerca por la calzada o el del tintineo de las llaves.

    Los animales pueden incluso actuar inconscientemente para evitar elacostumbramiento. Esto podra explicar la razn por la cual algunas espe-cies de aves varan las notas de sus cantos. Y podra ser otro motivo porel que los humanos cambian con tanta facilidad de una palabra a otra. Talvez inconscientemente abandonamos un sonido (en especial si no fun-cion) y tratamos de pasar a otro, ya sea para evitar el acostumbramien-

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  • to o con la esperanza de que el nuevo funcione mejor. sta es una buenateora, pero finalmente se nos agotan las palabras y de todas manerasnuestros perros terminan por no hacernos caso. A pesar de la utilizacinimprecisa de las palabras que dirigimos a nuestros perros, existen muchascosas que puede hacer para ayudar a su perro a entenderle y la mayorade ellas no son difciles ni requieren mucho tiempo.

    Empiece por prestar una especial atencin a las palabras que usacuando se dirige a su perro. Incluso podra llegar a tomar nota de las queconsidere palabras de indicacin. Sea especfico acerca de cules son laspalabras exactas que emplea. Dice Acustate, Al suelo o Abajo o lastres cosas? Despus de todo, palabras tan distintas en cuanto a significa-do como abajo y trabajo, por ejemplo, comparten una misma cadena desonidos, pero para nosotros significan cosas muy diferentes. Cmo sesupone que su perro va a saber que acustate tiene el mismo significa-do que suelo? Lo sabra usted si se lo dijeran en swahili?

    Y piense tambin en cmo dice cada una de las palabras que utilizapara hablar con su perro. (Puede decir la misma palabra de una maneradiferente y con un significado diferente, del mismo modo que todossabemos cundo susurran nuestro nombre con dulzura o cundo lo pro-nuncian a gritos con irritacin.) Pruebe a determinar la entonacin delsonido de cada palabra cuando la dice. Cuando dice Abajo eleva laentonacin al terminar de pronunciar la palabra (como una pregunta) odesciende (como en la enunciacin de un hecho)?

    Comience escuchndose y pidiendo a sus familiares y amigos quepresten atencin a lo que usted realmente le dice a su perro. Al cabo deaproximadamente un da de realizar este experimento estar preparadopara encontrar la solucin. Casi todos hablamos a nuestros perros comosi estuvisemos utilizando un diccionario de sinnimos, sustituyendo unapalabra por otra para la misma orden. Antes de que llegue a rendirse,recuerde que es un ser humano y que eso es lo que hacen los seres huma-nos. Por otra parte, si advierte que es claro y consistente, entonces mayorser su autoridad, de lo cual puede felicitarse.

    Si realmente trabaja en este experimento, grbese en vdeo o en unacinta magnetofnica. Pruebe a grabarse cuando no es consciente de que

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  • est siendo grabado. Lo importante es ser totalmente claro en lo que dicea su perro, preguntndose cul es el grado de coherencia que mantienenusted y el conjunto de la familia.

    Una vez que su cerebro comience a prestar atencin a lo que usteddice, con poco esfuerzo empezar a ser ms coherente. Un mtodo estn-dar y probado de modificacin del comportamiento es pedir a personasque estn siguiendo una dieta, tratando de dejar de fumar, etc., que lle-ven un registro de cundo y qu comen o fuman. Sin siquiera intentarlo,la gente comienza a comer o a fumar menos simplemente porque se cen-tra en su percepcin de ese comportamiento en lugar de hacer algo sinpensar en ello. Por lo tanto, limtese a prestar atencin y automtica-mente llegar a ser ms coherente.

    En cualquier caso, qu significan todos esos ruidos?

    Si ha pensado en las palabras que utiliza para comunicarse con su perro,el prximo paso es anotar cul es el significado exacto de las mismas.Dicho de otra manera, qu quiere que haga su perro cuando usted ledice algo? Aunque esto parece muy simple, hasta los adiestradores profe-sionales se sorprenden cuando se sientan a escribir el diccionario de susrdenes. Muchos ni siquiera tenemos claro en nuestras mentes lo queesperamos que hagan nuestros perros cuando les damos rdenes; por lotanto, no debe sorprendernos que tampoco a nuestros perros les resulteclaro.

    Por ejemplo, muchos decimos Abajo para pedirle a nuestro perroque se acueste y diez minutos ms tarde decimos Abajo para impedirleque salte sobre la ta Polly. Entonces, qu es lo que quiere que haga superro cuando le dice Acustate? Que se acueste boca abajo? Quedeje de saltar y se quede quieto en el suelo? Que baje del sof? Porsupuesto, usted sabe que la misma palabra puede tener diferentes sig-nificados en distintos contextos, pero se supone que nos proponemosfacilitarles las cosas a nuestros perros y no someterlos continuamente apruebas de inteligencia. La vida de su perro mejorar enormemente si

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  • usted aprende a usar una orden diferente para cada comportamientoque espera de parte del animal.

    El siguiente es otro ejemplo de la manera en que el lenguaje verbalconfunde a nuestros perros. En la actualidad algo muy difundido entrelos adiestradores es ensear a los dueos de perros a pedirles a sus mas-cotas que se sienten y despus elogiarlos diciendo Sintate muy bien.Pero analice esas palabras desde la perspectiva del perro. Si Sintate sig-nifica Pon tu trasero sobre el suelo y usted quiere que su perro lo hagacada vez que le d esa orden, qu podra interpretar su perro si escuchaSintate despus de haberlo hecho? S que su perro es inteligente, peroesperar de l que lea sus pensamientos cuando l sabe que Sintatequiere decir Haz algo, pero usted lo dice para expresar No hagas algo,porque ya lo has hecho, y lo has hecho bien, es excesivo, incluso para elms listo de los canes. La reorganizacin del orden de las palabras es uncambio gramatical y pretender que un perro entienda las reglas de la gra-mtica de los humanos es pedir la luna.

    Yo volv locos a mis border collies durante algunas semanas tratandode ensearles a esperar en grupo en la puerta y despus salir uno por uno.Cada uno de los perros poda salir por la puerta despus de que yo dije-se su nombre seguido de la palabra OK. En cuanto deca OK, todos losperros se levantaban y avanzaban, fuese cual fuese el nombre que habaprecedido a la palabra. Saba que les resultara difcil, porque individual-mente todos haban aprendido que OK significaba adelante. Peropens que si era clara y tena paciencia los perros aprenderan a avanzarslo si oan OK despus de escuchar su nombre. Al cabo de dos sema-nas estaba desesperada y mis perros confusos. Pip estaba tan angustiadaque comenz a lloriquear debido a la tensin. Pip establece la conexinentre un sonido y una accin con mayor rapidez que cualquiera de losperros que he conocido, pero nunca podra entender que la palabra OKslo se refera a ella si iba precedida por su nombre. Permaneca sentadaesperando en la puerta y cuando yo deca Luke, OK, comenzaba aavanzar y luego retroceda, evidentemente sin saber con seguridad cmodeba actuar, mirndome a la cara en busca de alguna seal, hasta quecomenz a mostrarse realmente angustiada. Prcticamente se cubra las

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  • orejas con las patas. Ahora parece tan evidente que duele recordarlo. SiOK significaba que todo est bien y ahora puedes levantarte, es lgi-co que Pip respondiese cuando escuchaba la palabra. Por lo tanto, si superro Chief puede captar la palabra Sintate en medio de una frase,qu har cuando escuche Sintate muy bien despus de haberse senta-do? Con Pip llegu a sorprenderme utilizando las palabras que emplearasi estuviese hablando con un humano y pienso que otros dueos deperros suelen reproducir este error.1

    El siguiente es otro ejemplo de nuestra notable habilidad para emplearlas complejidades del lenguaje para confundir a nuestros perros. Mu-chsima gente dice a sus perros No ladres para pedirles que dejen deladrar. Sin duda, No ladres suena como algo simple porque no son msque dos palabras cortas. Pero analcelo desde la perspectiva de su perro.En primer lugar, le ha enseado a su perro qu significa ladres? Despusde todo, una palabra no es ms que un ruido que usted hace y el ruidoen s mismo no tiene ningn significado para su perro hasta que no le haenseado qu quiere decir. El nico significado intrnseco que podratener para su perro es que usted se suma al coro de ladridos y, puesto queladrar es contagioso, lo ms probable es que eso estimule a su perro enlugar de tranquilizarlo.

    En segundo lugar, analice el orden de las palabras: si primero diceno y despus dice ladres, su perro no se pondra nuevamente a ladrarsi supiese el significado de esa palabra? Vuelve a plantearse el mismo pro-blema que se presentaba con la frase Sintate muy bien. No ladres!no es ms que otro ejemplo de nuestra expectativa de que los perrosentiendan que la primera palabra (no) cambia el significado de la siguien-te (ladres). Conozco a algunos perros que realmente se quedarn en silen-cio despus de que sus dueos les griten No ladres, pero decir Notambin habra funcionado.

    Aunque sea claro y coherente con las seales, asegrese de que superro las define del mismo modo que usted. Por ejemplo, sospecho que

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    1. A propsito, ahora suelto a cada perro en la puerta pronunciando su nombre convoz cantarina. De esa manera los perros slo tardan uno o dos das en aprender lo que

    deben hacer. Qu alivio!

  • muchos perros y dueos de perros definen la simple palabra sintate demanera diferente. Si usted es como la mayora de los dueos de perro,habr enseado a su perro a sentarse pidindole que venga, pidindoleque se siente y respaldando al animal despus de haberlo hecho. Paranosotros sentarse es una postura. Definimos sentarse como una posi-cin en la cual las ancas del perro estn flexionadas, la parte trasera sobreel suelo y los cuartos delanteros rectos con las patas planas sobre el suelo.Sintate. Algo muy simple. Y parece que su perro tambin lo define delmismo modo porque apuesto a que lo hace la mayora de las veces queusted le dice que se siente. Pero qu hace el perro si est acostado y ustedle dice Sintate? A menos que usted le haya enseado especficamentea incorporarse, es probable que siga acostado. Qu pasa si ya est senta-do? Muchos perros en realidad se acuestan si se les repite Sintate cuan-do estn sentados. Qu pasa si le pide a su perro que se siente cuandoest a cierta distancia de usted? Si es como la mayora de los perros, seacercar y se sentar delante de usted, tal como hizo la primera vez quele ense a sentarse. Apuesto a que la mayor parte de los perros creen queSintate significa avanzar hacia las piernas del dueo, pararse delante del y acostarse parcialmente en el suelo.

    Por supuesto, puede ensear a su perro a sentarse sin acercarse a ustedo a incorporarse. Pero la cuestin es que usted tiene que ensearle. Amenos que vaya ms all que la mayora de los dueos de perros, es pro-bable que su perro defina Sintate de una manera diferente a como lohace usted. Podra preguntarse con qu otras palabras lo definira superro. Recuerdo mi dibujo animado preferido en el que un perro son-riente y bobalicn deca: Hola! Mi nombre es No, No, Perro Malo. Yel tuyo?.

    Imagine qu se siente al ser el perro que est en el otro extremo de lacorrea, tratando continuamente de entender a un animal simptico peroraro: su dueo. Desarroll una nueva perspectiva acerca de lo que se sien-te siendo un perro cuando pas dos aos trabajando para el profesorCharles Snowdon en el Departamento de Psicologa de la Universidad deWisconsin en Madison tratando de traducir las seales de un diminutoanimal sudamericano llamado mono tit cabeciblanco. Estos primates del

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  • tamao de una ardilla y sumamente sociables viven en medio de unadensa vegetacin y han desarrollado un impresionante repertorio devocalizaciones. Igual que su perro, los cientficos slo pueden suponer loque realmente significan los ruidos de otras especies valindose de lo quesucedi antes y despus de los sonidos que emiten como claves para inter-pretarlos. Pero incluso para un integrante de la especie ms inteligente delplaneta la traduccin de esos sonidos es una tarea tremendamente difcil.Por ejemplo, los grupos de la familia de los monos tit emiten largosreclamos cuando oyen los sonidos de grupos vecinos. Son esos sonidosmensajes para los otros grupos, para su propia familia o para ambos?Qu significan? Cmo lo averiguara?

    No es fcil traducir los ruidos de otras especies y puedo asegurarle quesu perro realiza un gran esfuerzo para tratar de descifrar los suyos.Acustate, ACUSTATE significa lo mismo que Tmbate? Vensignifica lo mismo que A mi lado? Slo el hecho de pensar en la mane-ra en que utiliza las palabras que dirige a su perro le ayudar automtica-mente a reforzar su vocabulario.

    Nunca repita una orden.Nunca repita una orden.

    Nunca repita...

    Todos los dueos de perros que han ledo un libro sobre adiestramientohan tratado, por lo general sin xito, de seguir el consejo de no repetirrdenes. Segn mi experiencia, una de las tendencias ms universales detodos los seres humanos es repetirnos cuando le hablamos a un perro.Tenemos tanta propensin a la repeticin que lo hacemos incluso des-pus de que el perro haya hecho lo que le pedimos. Sintate, sintate,sintate, dice Bob, pero el tercer sintate lo dice despus de que Maxse haya sentado.

    Un ejemplo de esta tendencia a la repeticin es mi propio comporta-miento la primera vez que me puse a trabajar con perros pastores.Imagine que sale a un gran campo y deja a su perro suelto en medio de

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  • animales que son presas fciles y pueden correr a unos 35 kilmetros porhora. Su trabajo es impedir que el perro se ponga a perseguir a las ovejas,ni al otro lado ni a este lado del cerco, ni en ningn otro lugar. En algu-nas situaciones la oveja comenzar a perseguir al perro. Suceda lo quesuceda, un perro novato con un adiestrador novato es una garanta dedescarga de adrenalina y, en cuanto las cosas comienzan a caldearse, igualque la mayora de los adiestradores de perros pastores novatos, utilizo condemasiada frecuencia la orden al suelo como una especie de muleta paracontribuir a frenar la situacin mientras trato de resolver qu demoniosdebo hacer. (El pastoreo puede describirse como un ajedrez con piezasanimadas y slo fracciones de segundo para decidir y ejecutar la siguien-te jugada.) Grito Al suelo!, y a continuacin repito: AL SUELO!.En muy poco tiempo haba enseado a acostarse a Drift, mi primer bor-der collie, de este modo: al suelo, al suelo, AL SUELO! Por lo que s,el perro esperaba la seal completa para responder, porque no tenamanera de saber cul era la unidad bsica de la orden.

    El anlisis de los registros de adiestradores de animales de habla noinglesa, cuando trabaj en mi tesis doctoral, me ense lo difcil queresulta determinar la unidad bsica de una seal. Si un pastor de ovejasvasco, hablando en euskera, ininteligible para m, deca tres notas cortas,despus haca una breve pausa y volva a decir lo mismo, resultaba difcilsaber con exactitud cul era la seal. Eran las tres o cuatro notas cor-tas? Si todas las notas sonaban como grf, no poda decir necesariamen-te si grf grf grf significaba lo mismo que grf, slo que repetido tresveces. Me esforc denodadamente por tratar de averiguar cules eran real-mente las rdenes de los pastores... y eso que creo pertenecer a la especiede los inteligentes.

    La tendencia de los dueos de perros a repetir las seales es apabu-llante; en cualquier clase de adiestramiento a la que acuda oir a los due-os de perros diciendo Ven o Sintate una y otra vez, mientras losinstructores sonren apretando los dientes despus de haberles advertido:Asegrese de decir Sintate slo una vez. Por favor, por favor, porfavor decimos repetidamente en esta ocasin trate de evitar decirlotres o cuatro veces!

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  • Por qu los humanos nos sentimos compelidos a repetirnos, ensar-tando las palabras unas detrs de las otras como si fuesen las cuentas deun collar? Los integrantes de una especie que incluye a magos del len-guaje como Dickinson y Shakespeare deberan ser capaces de no caer enun parloteo estpido. Sin embargo, caemos en ello a menudo y se meocurre que no es porque seamos idiotas, aunque por la manera en que noscomportamos con nuestros perros a veces lo parezcamos. Con toda segu-ridad, una tendencia de comportamiento que est tan arraigada y es tanuniversal debe reflejar algo que es ms que una simple obstinacin. Paraentender mejor esta cuestin podra resultar til observarnos como pri-mates. Si ve un vdeo sobre chimpancs comprobar que a nuestrosparientes animales ms cercanos les encanta repetir notas: Ooo, dicen.Y luego repiten Ooo, ooo, ooo. Y no slo los chimpancs: la mayorade los primates realiza vocalizaciones en las que repite una y otra veznotas similares. Los monos agitados por la presencia de ardillas llenan elaire con una variedad de gorjeos, parloteos y risas estridentes. Los monoscapuchinos emiten jejs y jujs en rpidas cadencias. Los monos tit cabeci-blancos que estudi con Charles Snowdon dicen con voz aguda iiicuando ven algo apetitoso como una larva de escarabajo, pero esa notanica se convierte fcilmente en un aluvin de iii, iii, iii, iii, iii a medi-da que su excitacin aumenta.

    Si la primera vez no tiene xito, grite!

    No dejamos de repetirnos con nuestros perros. Tendemos a decir cadanota ms y ms fuerte. No decimos simplemente: Sintate, sintate,sintate; decimos: Sintate, sintate, SINTATE! Y no slo lo hace-mos cuando hablamos con nuestros perros. Los investigadores lingsti-cos han descubierto que cuando hablamos a alguien que no entiende loque decimos tendemos a repetir exactamente lo que dijimos la primeravez, slo que ms fuerte.

    Una estudiante de la Universidad de Wisconsin descubri que loshumanos hacemos exactamente lo mismo con nuestros perros. Para su

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  • tesis de diplomatura superior, Susan Murray pidi a los dueos de perrosque asistan a las clases de adiestramiento de cachorros que dijesen a susmascotas que se sentasen. Tal como sucede en la comunicacin humana,si el perro no se sentaba despus de habrselo pedido por primera vez, eldueo repeta la seal, pero en dos tercios de los casos lo haca en voz msalta que antes.

    Nos comportamos como si el volumen de la voz pudiese generar laenerga que necesitamos para estimular a nuestros perros para que res-pondan. Esta tendencia a levantar la voz parece formar parte de nuestraherencia de primates. No son muchos los animales que pueden competircon un primate excitado cuando comienza a emitir ruidos simples y en-sordecedores (bueno, ahora me vienen a la mente los loros, que tampocose quedan cortos). Los diminutos monos tit cabeciblancos con los que hetrabajado eran capaces de hacer temblar las paredes con sus reclamoscolectivos cuando pensaban que alguno de su grupo se encontraba en peli-gro. El ruido era tan ensordecedor que si uno se hallaba en la misma habi-tacin le resultaba imposible concentrarse en algo. Nuestros parientes mscercanos, los chimpancs y los bonobos, son famosos por el crescendo de susreclamos cuando se sienten emocionalmente agitados. Pero el ruido de los chimpancs no obedece slo a la excitacin. En el seno de un grupo de chimpancs, donde los machos siempre son conscientes de quin de-tenta el dominio y quin no, la capacidad de armar alboroto es ms eficazpara ascender rpidamente en la escala social que comprarse un BMW.Jane Goodal describe el ascenso meterico en estatus de Mike, un chim-panc que aprendi a reforzar sus fuertes aullidos durante las exhibicionesde dominio golpeando latas metlicas de queroseno. El alboroto que cau-saba impresionaba tanto a los otros machos que todos, menos el machodominante, abandonaban inmediatamente la lealtad al lder que habanrespetado hasta ese momento y se acercaban a l en actitud sumisa. Miketermin siendo el macho dominante y su capacidad para alcanzar nivelesde sonido propios de una banda de rock parece haber jugado un impor-tante papel en su bsqueda de poder.

    Nosotros tambin alzamos la voz ms y ms si no obtenemos la res-puesta que queremos. Es como si tratsemos de lograr que suceda algo slo

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  • con la energa que ponemos en la voz. (Piense en lo mucho que se esfuer-za por ensear a su hijo para que no se quede de pie junto al telfono gri-tando Pap o Mam cada vez con mayor fuerza en lugar de ir haciadonde est usted.) Pero los perros no responden igual que los primates y,aunque un ruido fuerte puede sobresaltarlos y llamarles la atencin, ello nosignifica necesariamente que sea eficaz para ganarse su respeto.

    Los perros que ladran suelen ser perros asustados y, cuanto ms fuer-te ladran, ms asustados estn. Tenga presente que el ladrido es relativa-mente raro en los lobos, en especial en los adultos.2 A los lobos adultos,con experiencia y seguros pocas veces se les oye ladrar; los que en algunasocasiones ladran son los lobos jvenes, por lo general en respuesta a unasituacin que su inmadurez les hace percibir como alarmante. En reali-dad, la tendencia universal a ladrar de los perros domsticos adultos esuno de los muchos indicadores del comportamiento que indica que losperros adultos son verdaderamente una versin juvenil de los lobos adul-tos. El ladrido parece ir dirigido hacia dos receptores diferentes. Porsupuesto, uno es el intruso (Te estoy viendo. No puedes esconderte dem. Es mejor que vayas con cuidado!). El otro es la manada, que acudea toda prisa, respondiendo a la seal de peligro de uno de sus miembros.

    Los perros que me producen escalofros son los que gruen de modoapenas audible, los que permanecen rgidos e inmviles con los ojos cla-vados en m casi en silencio. Si el ladrido se relaciona con un estado juve-nil y sumiso, entonces es improbable que los perros interpreten nuestrasexhibiciones vocales altisonantes como una expresin de dominio o questas les causen alguna impresin. En cambio, podran considerarlasseales de miedo o de falta de control. En cambio, las personas que des-piertan la atraccin de los perros suelen ser lacnicas y hablan suave-mente. Pienso que el hecho de que no ladren es percibido como unaseal de liderazgo y que los perros se sienten atrados hacia esas personasa causa de esa sensacin de seguridad que emana de ellas.

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    2. En los lobos adultos se oye comnmente el aullido, que acta para comunicar ellugar en que se encuentra la manada. Tambin cumple una funcin para mantener la

    cohesin del grupo, algo que me parece similar al papel que desempea el canto en las

    iglesias o las salmodias tribales antes de salir de cacera.

    Del libro Al otro extremo de la correa, de Patricia B. McConnell, con traduccin de Delia Mateovich, de la coleccin SitBooks,

    de Viena Ediciones.