Algunas consideraciones sobre la noción de «sugestión» en la obra freudiana

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Se identifican cambios y matices en la noción de «sugestión» a lo largo de la obra de Sigmund Freud. Autor: Javier Acuña Ditzel. Fecha: junio 2015.

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La nocin de sugestin aparece tempranamente en la obra freudiana ligadafundamentalmente al fenmeno de la hipnosis. Ambas (hipnosis y sugestin) se manifestancomo pareja indisociable de determinado acto teraputico concebido entonces por Freud. En unsentido descriptivo, se presentan de manera simultnea: el sugerir, como se llama alapalabramiento durante la hipnosis (Freud, 1891, p. 140). No obstante, ambas se distinguen ensu funcin: la hipnosis es la condicin necesaria para que la sugestin pueda operar. Y es estaltima la que prodiga los efectos teraputicos: El genuino valor teraputico de la hipnosisreside en la sugestin que durante ella se imparte (Freud, 1891, p. 143).Podemos afrmar entonces que la una se aade a la otra y en conjunto obran en favor dela eliminacin del sntoma. Por ello, no es raro advertir que las primeros artculos de Freudrespecto del tema muchas veces se refera a la tcnica como sugestin hipntica. Explica elobrar de esta sugestin como una negacin o prohibicin de la expresin del malestar en elpaciente a travs de una determinada orden: Esta sugestin consiste en la enrgica negacindel achaque de que el enfermo se ha quejado, o en el aseguramiento de que l es capaz de hacercierta cosa, o en la orden de ejecutarla (Freud, 1891, p. 143)Abandono de la sugestinFreud sealar que con el tiempo l mismo comenzara a decepcionarse de los logros alcanzadosa travs de esta tcnica. Finalmente se decide abandonarla. Si abandon tan pronto la tcnicasugestiva [] es porque dudaba de poder hacer una sugestin tan fuerte y resistente como serequera para una curacin duradera. En todos los casos graves, vi cmo la sugestinintroducida volva a desmoronarse, y entonces reaparecan la enfermedad misma o un sustitutode ella (Freud, 1905, p. 250). Tambin reconocer que esta tcnica comenzara a resultarle pocoatractiva pues poco aportaba a la inteleccin sobre los mecanismo de causacin de los sntomas.Simplemente se limitaba a prohibirlos por un tiempo hasta que stos se volvieran aexteriorizarse.Por estas razones, abjur de la sugestin hipntica en favor de la tcnica catrtica deBreuer, que entonces ofreca mayores respuestas para el inquieto espritu cientfco de Freud(1914, p. 7): la exploracin de pacientes en estado de hipnosis, que yo haba conocido porBreuer, aunaba dos cosas: un modo de operacin automtico y la satisfaccin del apetito desaber; por esto mismo deba resultar incomparablemente ms atractiva que la prohibicinmontona y forzada en que consista la sugestin, ajena a toda inquietud investigadoraEn este movimiento Freud desagrega la pareja teraputica que haba ofrecido su auxiliodurante los primeros aos: hipnosis-sugestin. Desestima la segunda y slo conserva laprimera. El mtodo catrtico por su parte se erige como una alternativa ms satisfactoria: noslo obtendra resultados teraputicos ms duraderos al permitir la abreaccin ydevelamiento de la situacin patgena, sino que adems permiti a Freud obtener mayorclaridad respecto de los mecanismos psquicos involucrados.Abandono de la hipnosisNo pasara mucho tiempo hasta que Freud alcanzara los lmites de la tcnica catrtica. As comola sugestin no haba ofrecido garantas sobre la duracin de sus efectos, la hipnosis adoleca deotro problema: no era aplicable a un mayor nmero los enfermos. En 1923, Freud recuerda estemomento enfatizando la considerable restriccin que desde el punto de vista mdicosignifcaba para la aplicacin del procedimiento catrtico el escaso nmero de las personas quepueden ser puestas en estado de hipnosis profunda. Por estas razones, el autor se decidi aabandonar la hipnosis (p. 233).En el momento de realizar estas modifcaciones Freud se representaba el desarrollo de sutcnica psicoteraputica como una doble emancipacin desde la primitiva sugestinhipntica: en primer lugar, liberndose de la sugestin cuando arrib al mtodo catrtico. Ensegundo lugar, liberndose de la hipnosis. En 1904 Freud lo escribi as: El mtodo catrtico yahaba renunciado a la sugestin; Freud emprendi el segundo paso: abandonar la hipnosis (p.238). Aos ms tarde sostendr una opinin similar: Por eso me fue lcito decir, tambin, queel psicoanlisis propiamente dicho empez cuando se renunci a la ayuda de la hipnosis(Freud, 1917a, p. 267)Un ao ms tarde, Freud lograba oponer de manera diametral la primera tcnicasugestiva con la actual tcnica analtica. Est ltima se plantea como una tcnica en sumodepurada que no adoleca de (i) la variabilidad en la duracin de los efectos, como en la tcnicasugestiva; ni de (ii) la variabilidad en la susceptibilidad a la hipnosis que presentan losenfermos, como en el mtodo catrtico. Pero s conservaba de esta ltima, el afn investigativoy revelador de los mecanismos patgenos que buscaba desmontar. Para efectos ilustrativos,Freud se servir de la siguiente comparacin:En verdad, entre la tcnica sugestiva y la analtica hay la mxima oposicin posible:aquella que el gran Leonardo da Vinci resumi, con relacin a las artes, en las frmulasper via di porre y per va di levare. La pintura, dice Leonardo, trabaja per via di porre; enefecto, sobre la tela en blanco deposita acumulaciones de colores donde antes no estaban;en cambio, la escultura procede per via di levare, pues quita de la piedra todo lo querecubre las formas de la estatua contenida en ella. De manera en un todo semejante,seores, la tcnica sugestiva busca operar per via di porre; no hace caso del origen, de lafuerza y la signifcacin de los sntomas patolgicos, sino que deposita algo, la sugestin,que, segn se espera, ser sufcientemente poderosa para impedir la exteriorizacin de laidea patgena. La terapia analtica, en cambio, no quiere agregar ni introducir nadanuevo, sino restar, retirar, y con ese fn se preocupa por la gnesis de los sntomaspatolgicos y la trama psquica de la idea patgena, cuya eliminacin se propone comometa (Freud, 1905, p. 250)Doce aos ms tarde utiliza una imagen algo diferente para ilustrar la misma idea: La terapiahipntica busca encubrir y tapar algo en la vida anmica; la analtica, sacar a luz y remover algo.La primera trabaja como una cosmtica, la segunda como una ciruga (Freud, 1917c, p. 410)Relevancia de la relacin con el mdicoLlegado a este punto de la evolucin de su tcnica psicoteraputica, Freud bien habra podidocontentarse con la conquista alcanzada y haber considerado la sugestin como un captulocerrado de la prehistoria del psicoanlisis. Sin embargo, la revisin crtica que realiza sobreaquello donde resida la efcacia de las tcnicas anteriores, le permite reconsiderar el valor de lasugestin.En la revisin que efecta sobre la efcacia del mtodo catrtico va a sealar: Es verdadque la desaparicin de los sntomas se produca paralelamente a la catarsis, pero el resultadoglobal demostr ser por entero dependiente del vnculo del paciente con el mdico; secomportaba, por tanto, como un resultado de la sugestin, y si este vnculo se destrua,volvan a emerger todos los sntomas como si nunca hubieran tenido solucin (Freud, 1923, p.233)Ntense dos aspectos relevantes de esta declaracin: el primero, que enfatiza larelevancia que reviste el vnculo del paciente con el terapeuta para la desaparicin de lossntomas. Condicin necesaria e indispensable, sin la cual los sntomas podran retornar. Elsegundo es que reconoce el valor sugestivo en este vnculo.En primera instancia nos podra parecer curioso que Freud invoque un supuesto carctersugestivo del mtodo catrtico, pues ya no se vera con tanta claridad qu sera aquello de loque resign cuando abandon la sugestin hipntica en favor del mtodo de Breuer.En realidad, este retorno de la sugestin parece atender al esclarecimiento que halogrado Freud (1917b) respecto del fundamento de su efcacia: Bernheim nunca pudo decir quera en verdad la sugestin y cmo se produca. Para l constitua un hecho bsico, acerca decuyo origen no poda aclarar nada. No advirti que la sugestibilit provena de la sexualidad,de la actividad de la libido (p. 405-6)De esta forma, Freud logra identifcar los cimientos anmicos de la sugestin: estos seencuentran en el factor sexual. Nos arriesgaremos a afrmar que esta idea de Freud no es nuevapara l. Muchos aos antes, cuando an no desarrollaba la nocin de transferencia, ya habaintuido la relacin entre la sugestionabilidad y la condicin del amor. En un texto todavaanterior al psicoanlisis, Freud (1890) seala:Observacin al pasar: una credulidad como la que el hipnotizado presta a su hipnotizadorslo la hallamos, en la vida real, fuera de la hipnosis, en el nio hacia sus amados padres; yuna actitud semejante de la vida anmica de un individuo hacia otra persona con unsometimiento parecido, tiene un nico correspondiente, pero vlido en todas sus partes,en muchas relaciones amorosas con entrega plena. La conjuncin de estima exclusiva yobediencia crdula pertenece, en general, a los rasgos caractersticos del amor (p. 127)El carcter sugestivo de la tcnica analticaAl reconsiderar la importancia de la sugestin, Freud no hace sino retornar a una antiguapropuesta en favor del desarrollo de una psicoterapia de carcter cientfco. Esto es, apropiarsedeliberadamente del factor sugestivo en benefcio del tratamiento:Nosotros, los mdicos, todos ustedes, por tanto, cultivan permanentemente lapsicoterapia, por ms que no lo sepan ni se lo propongan; slo que constituye unadesventaja dejar librado tan totalmente a los enfermos el factor psquico de la infuenciaque ustedes ejercen sobre ellos. De esa manera se vuelve incontrolable, indosifcable,insusceptible de acrecentamiento. No es entonces lcito que el mdico se empee enapropiarse de ese factor, servirse deliberadamente de l, guiarlo y reforzarlo? A esto, yslo a esto, los alienta la psicoterapia cientfca (Freud, 1905, p. 248)Ahora se encuentra en condiciones de reconocer el lugar de la operacin sugestiva al interior dela tcnica psicoanaltica. Se relaciona con el vnculo de carcter libidinal que se establece entreel paciente y el terapeuta. Dicho de otra manera, toma su lugar al interior de la transferencia:En esa medida confesamos sin ambages que los resultados del psicoanlisis se basaron en unasugestin; slo que por sugestin es preciso comprender lo que con Ferenczi (1909) hemosdescubierto ah: el infujo sobre un ser humano por medio de los fenmenos trasferencialesposibles con l (Freud, 1912, p. 103).Reconocido el valor sugestivo en la tcnica psicoanaltica, queda por aclarar cul es lafuncin que se le otorga. Por cierto, que ya no se tratar de aquella de prohibicin de lossntomas que le ocup en los primeros aos. Ahora se tratar de una ms especfca, asociada acumplir un trabajo psquico que tiene por consecuencia necesaria una mejora duradera de susituacin psquica (Freud, 1912, p. 103). O tal como se lo plantea a su interlocutor imaginrio ensu texto sobre la posibilidad del anlisis lego: Ya le he dicho a usted para qu usamos eseinfujo sugestivo particularmente grande. No para la sofocacin de los sntomas es lo quedistingue al mtodo analtico de otros procedimientos psicoteraputicos, sino como fuerzapulsional para mover al yo del enfermo a superar sus resistencias (Freud, 1926, p. 210)As, el terapeuta aprovecha la sugestin para llevar al paciente a trascender el lmite deaquellas resistencias que le impiden seguir progresando en el trabajo analtico. Freud llegar acaracterizar la combinacin transferencia-sugestin como decisiva en el xito de untratamiento. El vnculo libidinal infunde al paciente con el impulso, diremos incluso: la valentanecesaria para enfrentar sus confictos:Si el enfermo tiene que librar, batalla por batalla, el conficto normal con las resistenciasque le hemos revelado en el anlisis, necesita de una impulsin poderosa que infuyasobre la decisin en el sentido deseado por nosotros, el que lleva al restablecimiento. []Lo que decide el resultado de esta lucha no es su penetracin intelectual que no es lobastante intensa ni libre para semejante logro, sino nicamente su relacin con elmdico. [] Sin esa trasferencia, o si ella es negativa, ni siquiera prestara odos al mdicoo a sus argumentos. (Freud, 1917b, p. 405)Preguntas fnales: lmites de la sugestinHemos seguido la trayectoria de la nocin de sugestin en la obra de Freud: desde su intersinicial como tcnica teraputica que eliminaba los sntomas a travs de la prohibicin en lasugestin hipntica, y durante su abandono temporal en favor del mtodo catrtico queofreca mejores resultados y una mayor inteleccin de los fenmenos psicopatognicos. Mstarde, con el desarrollo de la tcnica psicoanaltica y la refexin sobre los fundamentos de suefcacia, logra recobrar la relevancia de la sugestin y la vincula al poder que ofrece latransferencia para, junto a ella, vencer las resistencias que obstaculizan el trabajo de la cura.Aun cuando la presente exposicin no tiene un carcter exhaustivo, dejaremosplanteadas algunas interrogantes que la extensin de esta refexin nos impiden seguirabordando. Ellas surgen en relacin a la fnalizacin de la cura y, en particular, a lo que Freud(1917c) identifca como el desmontaje de la transferencia:En el fondo, es este ltimo rasgo el que separa el tratamiento analtico del basadopuramente en la sugestin, y el que libra a los resultados analticos de la sospecha de serxitos de sugestin. En cualquier otro tratamiento sugestivo, la trasferencia es respetadacuidadosamente: se la deja intacta; en el analtico, ella misma es objeto del tratamiento yes descompuesta en cada una de sus formas de manifestacin. Para la fnalizacin de unacura analtica, la trasferencia misma tiene que ser desmontada; y si entonces sobreviene ose mantiene el xito, no se basa en la sugestin, sino en la superacin de resistenciasejecutada con su ayuda y en la trasformacin interior promovida en el enfermo (p. 412)Si acordamos por un parte en que la sugestin obtiene su efcacia de la impulsintranferencial, y sealamos por otra que para la fnalizacin de una cura analtica latransferencia misma tiene que ser desmontada; se sigue entonces que en el decurso de untratamiento buscaremos desmontar el mismo cimiento (transferencia) sobre el que se erige unade nuestras herramientas principales (sugestin). Aventuramos que, esto que pudiera parecercontraproducente, pareciera ser el justo precio que debe pagar un anlisis por la infuencia de laque ha gozado sobre el paciente. A fn de cuentas, no es lcito que el anlisis aspire a unasoberana sobre el paciente, un estado indefnido de sugestin sobre l. Muy por el contrario, ycomo sealara Freud, en ltima instancia velamos por la autonoma ltima del enfermoaprovechando la sugestin (1912, p. 103)Referencias bibliogrfcasFreud, S. (1890). Tratamiento psquico (tratamiento del alma). En Obras Completas (Vol. 1, p.111132). Buenos Aires: Amorrortu Editores.Freud, S. (1891). Hipnosis. En Obras Completas (Vol. 1, pp. 133146). Buenos Aires: AmorrortuEditores.Freud, S. (1904). El mtodo psicoanaltico de Freud. En Obras Completas (Vol. 7, pp. 233242).Buenos Aires: Amorrortu Editores.Freud, S. (1905). Sobre psicoterapia. En Obras Completas (Vol. 7, pp. 243258). Buenos Aires:Amorrortu Editores.Freud, S. (1912). Sobre la dinmica de la trasferencia. En Obras Completas (Vol. 12, pp. 93106).Buenos Aires: Amorrortu Editores.Freud, S. (1914). Contribucin a la historia del mtodo psicoanaltico. En Obras Completas (Vol.14, pp. 164). Buenos Aires: Amorrortu Editores.Freud, S. (1917a). 19a conferencia. Resistencia y represin. 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