Alicia y La Impermanencia

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"¿Quién eres ? -Dijo la oruga". Alicia ante la impermanencia Este año tuve la oportunidad de leer con atención Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll. Encontré, entre otras cosas, toda una reflexión acerca de quién eres en medio de los cambios, y en especial a través de aquellas transformaciones y pérdidas que se refieren a la manera que habitualmente asociamos al "yo", como es la forma corporal. Al caer por la madriguera del conejo Alicia despierta a una realidad de apariencia imaginaria, con sucesos y seres sorprendentes, que sin embargo parece arrojar luces sobre lo que es la vida. Cuando bebe de una botella crece inesperadamente hasta perder el control del cuerpo, la coordinación desde la cabeza y las manos hasta los pies, le surge un borbotón de preguntas, primero sobre cómo se va a relacionar con su nuevo cuerpo, que siente ajeno, luego en relación con su propia identidad ("ese es el gran puzzle"). -"Curioso y curiosísimo" -exclamó Alicia (estaba tan sorprendida, que de momento se le olvidó por completo hablar bien). "¡Ahora me estoy estirando como el catalejo más grande del mundo! ¡Adiós, pies!" (pues al mirarse los pies, le pareció que casi se perdían de vista, de tanto como se iban alejando). ¡Ay, mis pobres piececitos, quién os pondrá ahora los zapatos y los calcetines! ¡Desde luego, yo no voy a poder! Estaré lejísimos para ocuparme de vosotros; os las tendréis que arreglar lo mejor que podáis... "pero debo ser amable con ellos", pensó Alicia, "¡o puede que se nieguen a andar hacia donde yo quiero ir! Vamos a ver. Les regalaré unas botas nuevas todas las Navidades". * "¡Dios mío, Dios mío! ¡Qué raro es todo lo que me está pasando hoy! Ayer, en cambio, las cosas eran la mar de normales. ¿Habré cambiado yo por la noche? Vamos a ver: ¿era la misma al levantarme esta mañana? Casi me

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Ensayo breve

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"¿Quién eres tú? -Dijo la oruga". Alicia ante la impermanencia

Este año tuve la oportunidad de leer con atención Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll. Encontré, entre otras cosas, toda una reflexión acerca de quién eres en medio de los cambios, y en especial a través de aquellas transformaciones y pérdidas que se refieren a la manera que habitualmente asociamos al "yo", como es la forma corporal.

Al caer por la madriguera del conejo Alicia despierta a una realidad de apariencia imaginaria, con sucesos y seres sorprendentes, que sin embargo parece arrojar luces sobre lo que es la vida. Cuando bebe de una botella crece inesperadamente hasta perder el control del cuerpo, la coordinación desde la cabeza y las manos hasta los pies, le surge un borbotón de preguntas, primero sobre cómo se va a relacionar con su nuevo cuerpo, que siente ajeno, luego en relación con su propia identidad ("ese es el gran puzzle").

-"Curioso y curiosísimo" -exclamó Alicia (estaba tan sorprendida, que de momento se le olvidó por completo hablar bien). "¡Ahora me estoy estirando como el catalejo más grande del mundo! ¡Adiós, pies!" (pues al mirarse los pies, le pareció que casi se perdían de vista, de tanto como se iban alejando). ¡Ay, mis pobres piececitos, quién os pondrá ahora los zapatos y los calcetines! ¡Desde luego, yo no voy a poder! Estaré lejísimos para ocuparme de vosotros; os las tendréis que arreglar lo mejor que podáis... "pero debo ser amable con ellos", pensó Alicia, "¡o puede que se nieguen a andar hacia donde yo quiero ir! Vamos a ver. Les regalaré unas botas nuevas todas las Navidades".

*

"¡Dios mío, Dios mío! ¡Qué raro es todo lo que me está pasando hoy! Ayer, en cambio, las cosas eran la mar de normales. ¿Habré cambiado yo por la noche? Vamos a ver: ¿era la misma al levantarme esta mañana? Casi me parece recordar que me sentía un poco distinta. Pero si no soy la misma, la siguiente pregunta es: ¿Quién soy en el mundo? ¡Ah, ése es el gran enigma!".

Alicia llora desconsoladamente hasta formar un estanque de lágrimas. Cuando en el siguiente cambio reduce su tamaño, casi se ahoga en sus propias lágrimas. Parece un aviso sobre los riesgos del duelo y del llanto por la pérdida. Pero entre este "mar salado" se abre una puerta a nuevas experiencias y compañeros.

El encuentro con la Oruga, aquella oruga azul que fuma tranquilamente su pipa de agua encima de una seta, expresa con intensidad la pregunta acerca de la consistencia/vacuidad del yo en medio de la impermanencia, de los cambios en las formas. Las primeras palabras de la Oruga a Alicia son "quién eres tú", también "¡explícate!" ("Explain yourself!"). Alicia se encuentra en la dificultad de responder, llevada al terreno de la paradoja, pues lo más persistente a lo largo del día ha sido el cambio en su tamaño corporal y en su relación con el entorno: el no llegar a la mesa, el no entrar por la puerta. Como respuesta, Alicia señala los cambios que esperan a la

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Oruga: se convertirá en crisálida y luego en mariposa. Es el ejemplo (y un espejo) patente de las metamorfosis de la vida.

En mi experiencia (hablaré de ella, es lo que tengo más a mano), a raíz de un accidente perdí la movilidad de parte del cuerpo, lo sentí extraño, y el mundo ajeno. Lleno de barreras, en la casa, en las calles, en la mentalidad de la gente. Conozco las mil preguntas que surgen en ese momento. Lloré, en sentido literal y figurado, hasta formar un charco de lágrimas en el que me pude ahogar. Pude ver también las oportunidades y la puerta que se abrió a nuevas experiencias, compañeros/as. A una manera diferente de entender la vida, que tiene este lado de impermanencia. Vale para cuando pierdes a un ser querido, un trabajo, una relación de pareja… Si no entiendes que todo cambia, y te aferras a lo que ya no está…

Los diálogos de locos en torno a la mesa del te, parecen insistir en que lo normal de la vida es bastante extraño. Alicia concluye: "Creo que deberíais hacer algo mejor con el tiempo que gastarlo en acertijos que no tienen respuesta".

Fluir, seguir caminando…

Notas

He combinado dos versiones del libro de Carroll:

El original, edición pública y disponible en Adventures in Wonderland.http://ebooks.adelaide.edu.au/c/carroll/lewis/alice/

Alicia anotada. Edición de Martín Gardner. Traducción Francisco Torres. Madrid. Akal.

De la película en torno a Alicia de 2010, dirigida por Tim Burton me gusta la canción de Grace Potter and the Nocturnals - White Rabbit

https://www.youtube.com/watch?v=1Vy1OoBAL-E

Y un sugerente cambio de perspectiva, de otro ser que ha experimentado cambios de los que hablo, en el video preparado por Javier Romañach, Al otro lado del espejo

https://www.youtube.com/watch?v=v4qp_GGNuOo

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Alicia en el charco de lágrimas

Se estiró de puntillas, y atisbó por el borde de la seta: y sus ojos se encontraron instantáneamente con los de una oruga azul que estaba sentada en lo alto, con los brazos cruzados, fumando tranquilamente un narguile, y sin hacer el menor caso de ella ni de nada.63

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CAPÍTULO VEl Consejo de una OrugaLa Orugal y Alicia se miraron durante un rato en silencio: por último, la Oruga se quitó el narguile de la boca, y le habló con voz lánguida y soñolienta.—¿Quién eres tú? —dijo la Oruga.No era ésta una forma alentadora de iniciar una conversación. Alicia replicó con cierta timidez: «Pues... pues creo que en este momento no lo sé, señora... sí sé quién era cuando me levanté esta mañana; pero he debido de cambiar varias veces desde entonces».—¿Qué quieres decir? —dijo la Oruga con severidad—. ¡Explícate!—Me temo que no me puedo explicar, señora —dijo Alicia—; porque, como ve, no soy yo misma.—Pues no lo veo —dijo la Oruga.—Me temo que no se lo puedo explicar con más claridad —replicó Alicia muycortésmente—; porque para empezar, yo misma no consigo entenderlo; y el cambiar de tamaño tantas veces en un día es muy desconcertante.—No lo es —dijo la Oruga.—Bueno, quizá no lo encuentre usted desconcertante —dijo Alicia—; pero cuando se convierta en crisálida, como le ocurrirá algún día, y después en mariposa, creo que le parecerá un poquito raro, ¿no?—De ninguna manera —dijo la Oruga.—Bueno, tal vez sus sensaciones sean diferentes —dijo Alicia—; lo que sí puedo decirle es que yo me sentiría muy rara.—¡Tú! —dijo la Oruga con desprecio—.¿Quién eres tú?Lo que les devolvió al principio de la conversación.

Alicia se sintió un poco irritada ante los comentarios tan secos de la Oruga; así que se acercó y dijo muy seria:—Creo que debería decirme quién es usted, primero.—¿Por qué? —dijo la Oruga.Ésta era otra pregunta desconcertante; y como a Alicia no se le ocurrió una buena razón, y la Oruga parecía estar de muy mal talante, dio media vuelta.—¡Vuelve aquí! —llamó la Oruga—. ¡Tengo algo importante que decir!Esto parecía prometedor, desde luego. Alicia dio media vuelta y regresó.—Domina tu mal genio—dijo la Oruga.—¿Eso es todo?—dijo Alicia, tragándose su enfado lo mejor que podía.—No —dijo la Oruga.Alicia decidió esperar, ya que no tenía otra cosa que hacer; a lo mejor le decía algo que valiese la pena escuchar. Durante unos minutos, la Oruga estuvo soltando bocanadas66de humo sin hablar; finalmente, desplegó los brazos, volvió a quitarse el narguile de la boca y dijo: «Conque crees que has cambiado,

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¿eh?».—Me temo que sí, señora —dijo Alicia—.No recuerdo las cosas como solía... ¡y noconservo el mismo tamaño diez minutosseguidos!—¿No puedes recordar el qué!—dijo laOruga.—Pues, he intentado recitar «Cómo la hacendosa abejita», ¡pero me salía tododistinto!—Recítame «Sois viejo, padre William»—dijo la Oruga.Alicia entrelazó las manos, y empezó2:

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