Agosto 2013

Publicación de Misioneros de Guadalupe

Año LXIV • Núm. 764 • Ejemplar gratuito

La vida consagrada como expresión de fe

El Cardenal Juan Sandoval visita Angola

La vida consagradacomo expresión de fe

El Cardenal Juan Sandoval visita Angola

Benedicto XVi

L a alegría de la vida consagrada pasa necesariamente por la participación en la Cruz de Cristo. Así fue para María

Santísima. El suyo es el sufrimiento del corazón que se hace todo uno con el Corazón del Hijo de Dios, traspasado por amor. De aquella herida brota la luz de Dios, y también de los sufrimientos, de los sacrificios, del don de sí mismos que los consagrados viven por amor a Dios y a los demás se irradia la misma luz, que evangeliza a las gentes.

Benedicto xvi

Homilía de la Santa Misa con ocasión de la xvii Jornadade la Vida Consagrada 2 de febrero de 2013

La vida consagradaes peregrinacióndel espíritu

Misionera: Por la paz y la justicia en África.

Que las Iglesias locales en África, fieles al Evangelio, promuevan la construcción de la paz y la justicia.

La personalidad de los seres humanos es unitaria y es necesario que las di-mensiones física, biológica, psíquica y espiritual de cada persona se desarro-llen armónicamente. Para que la educación de cada persona alcance su objetivo, no se debe considerar a la persona fragmentada, como si se tratara de un ser con actividades separadas. Al contrario, el proceso educativo, en el cual se involucran padres y educadores, debe significar la unificación por lacual cada una de las actividades del ser humano se subordinen al pleno de-sarrollo que las capacidades con que ha sido dotado el hombre pueden al-canzar según la voluntad de Dios.

Las Iglesias africanas están llamadas a extender la actividad evangelizadora en su propio ambiente. No pueden guardar para sí mismas las inmensas riquezas que su fe cristiana puede aportar a este inmenso continente donde varios países luchan por alcanzar la justicia y la paz. Por ello deben dar mayor impulso a la animación misionera y la formación de agentes de pastoral, así como fortalecer y favorecer a las organizaciones que trabajan esas dimensio-nes pastorales. De igual manera, los obispos y demás hijos de la Iglesia en África deben procurar que su celo pastoral encuentre iniciativas concretas que lleven a la práctica, con gran dinamismo, estos propósitos.

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intenciones

P. Juan Antonio Muñoz Hernández, mg

General: Por la educación de nue-vas generaciones.Que padres y educadores ayuden a las nuevas generaciones a crecer con una conciencia rec-ta y a tener una vida coherente con los princi-pios evangélicos.

Almas es editada por Editora Escalante, sa de cv, Córdoba 17, pb, local 1, Col. Roma, Del. Cuauhtémoc, cp 06700, México, df; editor responsable: P. Juan José Márquez Echeverría. Distribuida por Misioneros de Guadalupe, ar, Cantera 29, Col. Tlalpan, Del. Tlalpan, cp 14000, México, df. Certificado de Licitud de Título Núm. 555 (Época SEP), y Certificado de Licitud de Contenido Núm. 4414. Certificado de Reserva de Derechos al uso exclusivo del Título Núm. 04-1999-050317152800-102. Impresa en Reproducciones Fotomecánicas, sa de cv, Duraznos 1, esquina Ejido, Col. Las Peritas Tepepan, Del. Xochimilco, cp 16010, México, df. Tel. 5334 1750. Registro Postal Publicaciones Núm. PP09-0298 autorizado por Sepomex.

El Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras fue fundado en 1949 por el Episcopado Mexicano y la Pontificia Unión Misional del Clero para formar y enviar misioneros a los países no cristianos que le señale el Santo Padre. El Papa Pío xii aprobó sus Constituciones. El Primer Superior General fue Mons. Alonso M. Escalante. El Instituto es sostenido por los católicos mexicanos.

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Papa Francisco, comprometido conlos pobresRedacción de Almas

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El Cardenal Juan Sandoval Íñiguez en la Misión de AngolaPadres mg Felipe de Jesús Martínez Navarro, Mario Miranda Monrroy y Odilón Borjas

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La fe y la vidaconsagradaP. Francisco Gerardo Hernández Ochoa, mg

PortadaEl P. Lenny Leonardo

Fernández Q., mg, platica conun catequista en la comunidad

de Loirero, Parroquia de Lenkisem, en Kenia.

DIRECTORIO

Director:P. Víctor Manuel Zavala Contreras

Coeditor:Juan José Ramírez Escarza

Diseño editorial:Lourdes Reyes Esquivel

Ilustración:Daniel Baltazar Sarabia

Enlace administrativo:Mariana Valeria Córdova Sosa

Webmaster:Jorge Hugo Guerrero Luna

Sitio web:www.revistaalmas.com.mx

Ejemplar gratuito. Prohibida su venta.Año Lxiv • Núm. 764 • Agosto 2013

Publicación de Misioneros de Guadalupe

Índice

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Benedicto xvi

IntencionesEditorialPágina del lectorPastoral vocacionalVida mg

Ad GentesDesde el seminarioSólo para niños. Club de Niños mg BienhechoresCentro de Orientación Vocacional

Línea Misionera: 01 800 00 58 100 www.mg.org.mx

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editorial

En el Credo declaramos que creemos en el Espíritu Santo, quien es la tercera persona de la Santísima Trinidad. Fue el Espíritu el que nos reveló a Je-sucristo y su Misión está estre-chamente relacionada a la de Él. Cuando Dios envió a su Hijo lo hizo a través de su Espíritu, y su presencia se halla en cada hecho trascendente de la historia de la Salvación: primero actúa en María para preparar la venida de Cristo y, justo en la Encarnación, el Hijo de Dios es ungido como Mesías gracias a la acción del Espíritu Santo; así mis-mo, luego de la muerte de Cristo, el Espíritu actúa para su Resurrección y más adelante, enviado por Jesús, es derramado sobre los apóstoles y la Iglesia, con la finalidad de unir a todos los hombres con Cristo e invitarnos a vivir en Él.

Nuestra Iglesia es el lugar donde se manifiesta la comunión de Dios con los hombres y es también donde conocemos al Espíritu Santo: en las Escrituras que ha inspirado, así como en el Magisterio de la Iglesia, que es auxiliado por Él; en los sacramentos, por medio de los cuales nos pone en comunión con Cristo; en su intercesión por nosotros a través de la oración; en las diversas manifestaciones de la vida consagrada; en el compromiso misionero, y en el testimonio de tantos santos a través de cuyas vidas ha manifestado su santidad y continuado la obra de la salvación.

La Misión de Cristo y del Espíritu Santo se realiza en la Iglesia, porque es la misma: todos sus miembros hemos sido enviados para anunciar y dar testi-monio del Evangelio, y de esa manera extender la comunión de Dios con los hombres. El Espíritu Santo nos ha acercado a Cristo y nos lo hace presente por medio de los sacramentos, para producir frutos de vida nueva y conducirnos a la comunión con Dios.

Este mes los Padres de la Misión de Angola comparten una crónica de la visita del Cardenal Juan Sandoval Íñiguez a aquel país de África. El Padre Gerardo Hernández escribe acerca de la relación entre la fe y la vida consagrada en la pastoral vocacional que se realiza en nuestro Instituto. Además les ofrece-mos una breve semblanza del Papa Francisco. Esperamos que la lectura de estos artículos los invite a reconocer los signos donde se manifiesta el Espíritu de Dios.

Creer en el Espíritu Santo

Estimados Misioneros de Guadalupe:

Reciban un cordial saludo y felicitaciones por la her-mosa Misión que realizan al nutrir las almas con la luz del Evangelio.

El 14 de diciembre del 2012 aún le leímos la felici-tación enviada por ustedes a nuestra querida María

Yara R. A., quien fue fiel Madrina de ustedes. Ella también fue portavoz del Evangelio en distintos ministerios: coro, en sus años de juventud, liturgia y catequesis, visita a los enfermos en la Parroquia de San Pedro y, posterior-mente, en la Parroquia de Cristo Rey.

Fue una mujer honesta, sencilla y sincera; una esposa fiel y protectora, y como madre, abuela y bisabuela era fervorosa en transmitir, con fe, amory alegría, la Palabra de un Dios vivo. Era una servidora incansable de nuestro Señor Jesucristo y nuestra madre, la Santísima Virgen María.

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Página del lector

Su lucha contra el cáncer pareciera una pérdida, mas a la luz del Evangelio el Señor la sostuvo y la liberó mediante los sacramentos de la Reconciliación, la Unción de los Enfermos y la Eucaristía, con los cuales quedó confortada su alma. Siendo una guerrera de la luz de Cristo hasta el final, nos repetía estas palabras del Evangelio: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás” (cfr. Jn 11, 25-26).

La extrañamos muchísimo, mas su recuerdo y su amor, así como sus pala-bras, están vigentes en nuestros corazones, y sus enseñanzas continuarán en nuestra familia por siempre. Gracias por haberla llenado de bendiciones y felicitaciones por muchos años. Nuestro Señor Jesucristo les conceda su-ficiente luz en cada paso de su Misión, transformando los corazones en un hermoso arcoíris que brille en la vida de cada hermano, para conducirnos a

Gracias por haberla llenado de bendiciones y felicitaciones por muchos años. Nuestro Señor Jesucristo les conceda suficiente luz en cada paso de su Misión, transformando los corazones en un hermoso arcoíris que brille en la vida

de cada hermano, para conducirnos a Dios y a la vida eterna.

Dios y a la vida eterna. Nosotros continuaremos con la aportación para su noble Misión.

Bendiciones y todo nuestro agradecimiento por siempre.

Fidencio O. A., Raymundo O. R.,María del Carmen O. R. y familia

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Página del lector

Estimados Misioneros de Guadalupe:

La señora Ma. Ángela S. P., viuda de Manci-lla, a sus 67 años de edad ha sido una madre ejemplar, una mujer luchadora y, junto con sus hijas, Madrina de ustedes desde hace dos años.

A los 17 años contrajo matrimonio con De-metrio M. y de su unión nacimos siete hi-

jos. Nuestro papá tuvo un accidente de trabajo a la edad de 27 años. Todos éramos muy pequeños, la hermana menor tenía solo seis meses de edad y la mayor 10 años. Gracias a Dios no falleció, aunque quedó muy mal y estuvo al borde de la muerte. Permaneció durante un año completo en un hospital de traumatología en la ciudad de México, y todo ese tiempo nuestra madre permaneció con él; sus hijos sufrimos mucho su ausencia.

Nuestro papá quedó de por vida en silla de ruedas, pero esto no lo limitaba de nada. Entre él y mi mamá nos enseñaron a trabajar, a ser personas res-ponsables y honradas. Todos sus hijos nos sentimos orgullosos de ellos. La-mentablemente él falleció en enero del año 2000. Siempre lo recordaremos. Nuestra mamá no se da por vencida y sigue luchando. Les pedimos, queridos ahijados, una oración para ella.

Familia Mancilla S.

Entre él y mi mamá nos enseñaron a trabajar, a ser personas responsables y honradas. Todos sus hijos nos sentimos orgullosos de ellos. Lamentablemente él falleció en enero del año 2000.

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Papa Francisco,comprometido conlos pobres

Ofrecemos a los lectores de nuestra revista una breve semblanza biográ-fica del Papa Francisco, quien fue elegido Sucesor de Pedro el pasado 13 de marzo.

Redacción de Almas

Jorge Mario Bergoglio, quien tomó el nombre de Francisco al ser elegido Sumo Pontífice, nació en Buenos Aires, Argentina, el 17 de diciembre de 1936. Se diplomó como técnico químico, pero tiem-po después eligió la vocación sa-cerdotal e ingresó al Seminario Diocesano de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 inició el noviciado en la Compañía de Jesús, y termi-nó sus estudios de humanidades en Chile. Regresó a Argentina en 1963 para graduarse como licen-ciado en Filosofía por el Colegio de San José, que pertenecía a la Diócesis de San Martín. De 1964 a 1965 enseñó Literatura y Psicolo-gía en el Colegio de la Inmacu-lada Concepción, en Santa Fe, y en 1966 impartió las mismas ma-terias en el Colegio del Salvador, en Buenos Aires.

El 13 de diciembre de 1969 fue or-denado sacerdote por Mons. Ra-món José Castellano, Arzobispo de Córdoba. Entre 1970 y 1971 continuó

su formación en la Universidad de Alcalá, España. De vuelta en Argentina desempeñó el cargo de Consultor de la Provincia Argen-tino-Uruguaya de la Compañía de Jesús y el 31 de julio de 1973 fue elegido Superior Provincial, cargoque ejerció durante seis años. De 1980 a 1986 fue rector del Cole-gio de San José y párroco en la Diócesis de San Miguel. Después de finalizar su tesis doctoral en Alemania fue enviado al Colegio del Salvador y a la iglesia de la Compañía de Jesús en la ciudad de Córdoba, para desempeñarse como director espiritual y confesor.

El 20 de mayo de 1992 el Papa Juan Pablo ii lo designó Obispo Titular de Auca y Obispo Auxiliar de Bue-nos Aires. El 3 de junio de 1997 fue nombrado Arzobispo Coadjutor de Buenos Aires y el 28 de febrerode 1998, Arzobispo de Buenos Ai-res. Durante el Consistorio del 21 de febrero de 2001 fue creado Cardenal por Juan Pablo ii.

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Desde sus inicios en la vida reli-giosa el Papa Francisco se ha destacado por llevar una vida austera sin importar su jerar-quía. Ahora, como Vicario de Cristo, ha dado mues-tras claras de suhumildad y del ca-mino que esperaque siga la Igle-sia: hasta la fecha vive en una peque-ña recámara en laCasa Santa Marta, en algunos eventos utiliza un sencillo

sillón blanco en lugar del trono papal, y se ha bajado más de una vez del papamóvil para saludar a niños y enfermos.

El Papa Francisco explica con sus actos las palabras que ha tenido que repetir más de una vez para explicar su modo de vida: “Mi pueblo es pobre y yo soy uno de ellos”. Por ello el Sumo Pontífice trabaja por una Iglesia para los pobres. ¡Dios lo bendiga en el ejer-cicio de su ministerio petrino!

El Papa Francisco explica con sus actos

las palabras queha tenido que repetir más de una vez para

explicar su modo de vida: “Mi pueblo es pobre y yo soy

uno de ellos”.

La fe y la vida consagrada

El Padre Francisco Gerardo Her-nández comparte algunos aspectos del trabajo vocacional que se realiza con los jóvenes que aspiran a la vi-da consagrada.

Padre Francisco Gerardo Hernández Ochoa, mg

Durante una reciente visita a padres de familia de nuestros semina-ristas, recibí una invitación para dialogar con un joven acerca de la vocación sacerdotal misionera. Los Padres que trabajamos en la pas-toral vocacional nos damos cuenta de que los jóvenes quieren saber si nosotros realmente estamos movidos por la alegría y la gracia que Jesús nos muestra como signo de resurrección: “Que la paz esté con ustedes... Tengan fe... Dichosos los que creen sin haber visto” (cfr. Jn 20, 19-31), pues esa es la manera en la que ellos buscan responder a su llamado.

En muchos lugares del país la fe en Cristo ha sido cuestionada, per-seguida y amenazada. A lo largo de su historia la Iglesia ha sido in-terpelada por diversas situaciones y sus respuestas nos han suscitado fortaleza, confianza y esperanza, pues siempre se hallan nuevas for-mas de dejar a un lado los intereses propios y vivir en comunión.

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La fe en nuestro país ha rena-cido, por ejemplo, gracias a los mártires que dieron su vida por mantener firmes las creencias de nuestro pueblo. Cristo se muestra a todos al reconocer que la vida encuentra su verdadero senti-do en el mismo corazón de Dios, donde todo va más allá de lo que podríamos idear y proyectar. Él no es una idea, sino alguien que se ha revelado como amor (cfr. 1Jn 4, 8).

La anterior es una de las ideas fun-damentales que buscamos com-partir con los jóvenes de México,para que comprendan que el llamado vocacional invita a vi-vir la plenitud de nuestras vidas y nuestra fe en la consagración al servicio del prójimo por me-dio de la Iglesia. En lo personal colaboro durante la etapa forma-tiva de los jóvenes que han de-cidido dar respuesta al llamado sacerdotal misionero y formar-se en nuestro seminario. Cada

año casi un centenar de jóvenes de más de 36 diócesis de Méxi-co buscan ingresar, lo cual para los formadores es una gran ale-gría y un motivo para agrade-cer a Dios. No obstante, de esos jóvenes sólo cerca de la tercera parte persevera en su anhelo.

El amor verdadero hacia la voca-ción no antepone nada al proyec-to de Dios: “...siendo sinceros en el amor, crezcamos en todo hasta Aquel que es la cabeza, Cristo” (Ef 4, 15). La iniciativa es de Dios, “porque Él nos amó primero” (1Jn 4, 19), como también es iniciativa suya la llamada a la fe y nues-tra vocación apostólica (cfr. Mc 3, 13; Jn 15, 16). Los invito a reno-var nuestra fe y seguir apoyan-do a los jóvenes interesados en la vida consagrada. Oremos por las vocaciones y pidamos a Dios que promueva y llame a todos los jóvenes que desean consagrarse a Él de una forma plena.

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Pastoral Vocacional

No cabe duda de que nuestra voca-ción es un regalo incondicional que recibimos para encontrar la felicidad que el Señor nos ofrece. Desde mi punto de vista, vocación es un sinó-nimo de felicidad, porque ahí donde se encuentra la vocación uno pue-de ir experimentando la plenitud de la vida.

Esta vocación, también nombrada co-mo llamado de Dios, se me figura como un sonido que alguien emite en la montaña y que hace eco en di-ferentes partes de las cordilleras, en-tre las piedras, los árboles y muchos lugares más. En nuestra vocación sacerdotal misionera pasa algo se-mejante al eco: en primer lugar Dios lanza su llamado a todos los jóvenes de nuestra república y del mundo entero, y en segundo lugar los invita al sacerdocio misionero, algunas ve-ces al sacerdocio en alguna diócesis,

o a formar parte de alguna comuni-dad religiosa.

En nuestro Instituto habemos algu-nos sacerdotes dedicados a acompa-ñar a los jóvenes que han decidido iniciar su camino hacia la vida mi-sionera. A través de este acompaña-miento intentamos que otros jóve-nes escuchen lo que Dios les pide y les invita a realizar. Esto nos inte-resa mucho porque de esta forma cada muchacho hace eco de su expe-riencia y puede ser escuchado por otros jóvenes con similares inquie-tudes vocacionales.

P. Ignacio Flores García, mg

Ecos del llamado

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El Padre Adolfo Fermín Parra G., mg, y un servidor participamos hace poco en la xxx Peregrinación Nacional de la Juventud al Cristo de la Montaña, en Guanajuato. Nos acompañó un gru-po de seminaristas, quienes vistieron sus sotanas y, con actitud servicial, entregaron ejemplares de Almas a otros peregrinos, al mismo tiempo que realizaban promoción vocacio-nal con los jóvenes provenientes de diferentes partes de la república.

Entrada la noche, cuando llegó el tiempo de regresar, me dirigí a la ca-mioneta donde viajábamos. Un jo-ven peregrino me detuvo y comenzó a contarme que uno de los semina-ristas, al platicar con él, lo había he-cho recordar varias cosas de su vida y le despertó la confianza para reconci-liarse con nuestro Señor. “¿Sabe? Yo ni quería venir, pero el Cristo de la Montaña me acaba de dar un regalo muy grande. Tal vez un día me haga sacerdote, pero, si Dios me tiene otro camino preparado, responderé de la mejor manera posible”. El mu-chacho se confesó y al terminar me

dio un abrazo fraterno y se perdió entre los demás jóvenes peregrinos.

Yo regresé con el P. Fermín y nues-tros seminaristas, quienes platicaban anécdotas con mucha alegría; algu-nos estaban cansados, pero al pare-cer todos se sentían muy satisfechos por haber cumplido su misión.

Nunca supe cuál de los seminaristas fue el que conversó con aquel mu-chacho ni tampoco sé si ese joven vaya a hacerse sacerdote, pero estoy convencido de que él y otros mucha-chos y muchachas que encontramos en esa ocasión han escuchado ecos del llamado de Dios, un llamado específico a su felicidad, pues recor-demos que Dios nos llama a todos, aunque de diferentes maneras.

Oremos por los seminaristas, sacer-dotes, religiosos y laicos que laboran por el Reino de Dios, para que el Señor siga haciendo, por medio de nuestro trabajo, ecos de la vocación entre nuestros jóvenes.

60 aniversario sacerdotalPadre Rodolfo Navarro Guerra, mg

El Padre Rodolfo Navarro es un fiel apóstol que respondió al llamado de Jesús y formó parte del grupo fundador del Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras.

El Padre Rodolfo Navarro Guerra, mg, nació el 6 de abril de 1927 en el municipio de Jacona, en Michoacán. Sus padres fueron Antonio Navarro y María Guadalupe Guerra, a quienes debe el recuerdo de una infancia dichosa y feliz al lado de sus nueve hermanos.

Realizó estudios de primaria, secundaria y comercio en el colegio Excél-sior, en Zamora, donde aprendió lo necesario para ayudar en negocios fa-miliares. Descubrió su vocación sacerdotal en una reflexión que realizó su grupo de la escuela cuando concluyeron los estudios de secundaria, y sin avisar a sus padres solicitó ingresar al Seminario Diocesano de Zamora.

El Padre Navarro realizó con disciplina sus estudios de Humanidades, du-rante cuatro años, y de Filosofía, por tres. Esos siete años han sido, según él mismo refiere, los más felices de su vida. Fue en la última etapa de esa época cuando supo que pronto se fundaría un instituto que respondería a su “comezón agradable por las Misiones”: el Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras. El Padre Navarro solicitó su ingreso y fue aceptado como uno de los 12 miembros del grupo pionero de la institución.

El 16 de agosto de 1953 fue ordenado sacerdo-te por Mons. Alonso Manuel Escalante E., Vica-rio Apostólico de Pando y Rector del Seminario Mexicano de Misiones, en la Basílica de Guada-lupe. Un año después fue enviado a la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma para realizar la licenciatura en Filosofía. A su regresó se convirtió en miembro del equipo formador del Seminario Mayor como Director Espiritual, de 1955 a 1958, y Rector, de 1958 a 1963. Durante su ministerio ha sido llamado en más de una ocasión a for-mar parte del grupo de formadores de nuestro seminario.

En 1963 su sueño misionero se convirtió en realidad cuando fue enviado por primera vez a

Vida Mg

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60 aniversario sacerdotalPadre Rodolfo Navarro Guerra, mg

El Padre Rodolfo Navarro es un fiel apóstol que respondió al llamado de Jesús y formó parte del grupo fundador del Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras.

El Padre Rodolfo Navarro Guerra, mg, nació el 6 de abril de 1927 en el municipio de Jacona, en Michoacán. Sus padres fueron Antonio Navarro y María Guadalupe Guerra, a quienes debe el recuerdo de una infancia dichosa y feliz al lado de sus nueve hermanos.

Realizó estudios de primaria, secundaria y comercio en el colegio Excél-sior, en Zamora, donde aprendió lo necesario para ayudar en negocios fa-miliares. Descubrió su vocación sacerdotal en una reflexión que realizó su grupo de la escuela cuando concluyeron los estudios de secundaria, y sin avisar a sus padres solicitó ingresar al Seminario Diocesano de Zamora.

El Padre Navarro realizó con disciplina sus estudios de Humanidades, du-rante cuatro años, y de Filosofía, por tres. Esos siete años han sido, según él mismo refiere, los más felices de su vida. Fue en la última etapa de esa época cuando supo que pronto se fundaría un instituto que respondería a su “comezón agradable por las Misiones”: el Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras. El Padre Navarro solicitó su ingreso y fue aceptado como uno de los 12 miembros del grupo pionero de la institución.

El 16 de agosto de 1953 fue ordenado sacerdo-te por Mons. Alonso Manuel Escalante E., Vica-rio Apostólico de Pando y Rector del Seminario Mexicano de Misiones, en la Basílica de Guada-lupe. Un año después fue enviado a la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma para realizar la licenciatura en Filosofía. A su regresó se convirtió en miembro del equipo formador del Seminario Mayor como Director Espiritual, de 1955 a 1958, y Rector, de 1958 a 1963. Durante su ministerio ha sido llamado en más de una ocasión a for-mar parte del grupo de formadores de nuestro seminario.

En 1963 su sueño misionero se convirtió en realidad cuando fue enviado por primera vez a

Corea, como Superior de Misión. En ese país permaneció hasta 1975, año en que volvió a México. Años más tarde fue llamado nuevamente a ese país asiático, donde proclamó el Evangelio de 1997 a 2003.

En su trayectoria destaca su labor como tercer Superior General de mg, durante el periodo de 1979 a 1986, en el cual se fundaron las Misiones de Perú (1980) y Angola (1981). Perú sería su segunda Misión, pues en 1987 fue enviado a ésta como Superior; allá atendió dos parroquias situadas a las afueras de Lima.

El Padre Navarro se ha entregado plenamente a cada uno de los car-gos y Misiones a los que ha sido nombrado. Con el mismo entusias-mo misionero, en la actualidad resi-de en la Casa San José, para Padres mayores, en Guadalajara, Jalisco. Este mes celebra 60 años de fructí-fero sacedocio. ¡Muchas felicidades, Padre Navarro!

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ad gentes

El capítulo iv del decreto Ad Gentes trata tanto del llamado que Dios hace a la vocación misionera, como de la respuesta y, so-bre todo, del cuidado que se debe tener en la preparación de los futuros misioneros. No es para menos, finalmente la encarna-ción viva del mensaje y el cumplimiento al mandato del Señor se concreta en la persona de quienes son enviados: ellos están en la primera línea de la actividad misionera de la Iglesia entre personas y ambientes no cristianos. Esta gran responsabilidad implica no sólo la conciencia de ser enviado, sino también la necesidad de una formación espiritual, doctrinal y apostólica.

El misionero debe cultivar, desde su formación inicial, el espíri-tu de oración con fe viva y esperanza firme. Nada mejor que un espíritu de fortaleza, de amor y de templanza lo sostendrá en las dificultades y lo impulsará a continuar los trabajos hasta el fin. Así mismo, con espíritu de sacrificio, cuya inspiración será el de Jesucristo en la cruz, y llevado del celo por las almas, deberá aprender a sacrificarse por ellas, a contentarse con lo que tiene y a gastárselo todo para que la vida de Jesús obre en aquellos a los que es enviado. Con mente abierta y corazón

La formación de los misioneros

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dilatado, aprenderá a aco-modarse a las costumbres ajenas y a las condiciones de los pueblos, aceptando con gusto los cargos que se le confíen.

La principal fuente de su preparación en la fe y la doctrina será el estudio del misterio de Cristo en la Sagrada Escritura. Pero las exigencias de la labor misionera requerirán la formación doctrinal tan-to en la universalidad de la Iglesia como en la di-versidad de los pueblos, para lo cual se auxiliará de otras disciplinas y ciencias que le alcancen los cono-cimientos sobre los pue-blos, culturas y religiones, cultivando particularmente el aprecio por el patrimonio cultural, la lengua y las costumbres de los lu-gares a los que sean enviados.

Ad Gentes manifiesta la necesidad de que el futuro misionero se dedique a los estudios de misionología en ins-titutos, facultades o universidades. Dichos estudios incluyen la doctrina y las disposiciones de la Iglesia sobre la actividad misional, los cambios que esta actividad ha experimentado en el devenir de los siglos, así como la situación actual de las Misiones y los métodos evangelizadores con-siderados más eficaces. La prepara-ción remota se habrá de completar con la formación que los misioneros reciban en el lugar a donde son en-

viados, la cual se referirá a diversos aspectos locales, como historia, es-tructura social, orden moral, lengua, costumbres, conceptos de Dios, del hombre y del mundo, además de las necesidades pastorales.

Los institutos misioneros concen-tran las fuerzas de los que, formados adecuadamente, realizan la obra mi-sionera en nombre de toda la Iglesia y bajo la autoridad jerárquica. La ne-cesidad de estos institutos, que a tra-vés de los siglos con sudor y a veces con sangre fundaron Iglesias locales, se hace evidente al constatar que el trabajo de predicación del Evangelio a los no cristianos está lejos de ser concluido.

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desde el seMinario

Emmanuel

Cuando escuchaba el término Misión pensaba en tierras lejanas y extra-ñas costumbres, pero ahora sé que también se refiere a nuestra tierra y nuestra gente. En meses pasados los seminaristas del Curso Introductorio al Seminario de Misiones (Cisemi) realizamos actividades en la Parroquia de San Pablo, en Saltillo, Coahuila. Visitamos diversos pueblos y nos inte-gramos con los laicos locales. Trabajé en Benecio López Padilla, un pueblo alejado de la ciudad que ya no era atendido por la falta de sacerdotes.

El pueblo tiene poco más de 60 habitantes, quienes subsisten de la ganadería o trabajando en otros lu-gares. Tienen muchas necesidades económicas y religiosas. Las personas no cuentan con una buena evangeli-

Campo misión en SaltilloEmmanuel Valier Izquierdo, Héctor Oswaldo León Vázquez,

Juan Guadalupe Olmedo García y Jesús Alberto Padilla Valverde

zación y sus carencias los han alejado de Cristo, por lo que al llegar tomé la guitarra y con los niños y adultos realizamos dinámicas y cantos de am-bientación; al ver a la gente contenta pude sentirme seguro, pues podrían reconocer en nosotros un rostro dife-rente de la Iglesia y de Cristo.

Las visitas fueron cansadas, pero muy enriquecedoras. Escuchar a las familias, conocer sus penas, sus ale-grías, sus necesidades, fue descubrir la Misión, pues todo lo que buscan es posible encontrarlo en Dios. En las actividades realizadas las personas mostraron disposición por conocer y continuar de manera activa la vida cristiana. Creo que esta actividad fue exitosa. Sé que nuestro pueblo nece-sita jóvenes capaces de dar su vida al servicio a los demás y esta experien-cia fortaleció mi vocación.

Héctor Oswaldo

La comunidad de Benecio López Pa-dilla es muy entregada y ama a Dios por encima de todo. No hace mucho tiempo algunos seminaristas realiza-mos actividades ahí y fuimos recibi-dos con los brazos abiertos, sonrisas sinceras y alegría que desbordaba ca-lor fraternal. Conviví con miembros

Seminaristas de Misioneros de Guadalupe comparten sus vivencias en un campo misión.

Agosto 2013 17

del grupo juvenil Damasco, de la Parroquia de San Pablo, de Saltillo, Coahuila, y con tres hermanos se-minaristas. El grupo de adultos fue muy numeroso, aunque sólo lo con-formaron mujeres. El interés de los jóvenes fue mucho y los niños brin-daron alegría a todos los grupos.

La experiencia fue muy gratifican-te, porque fortalecí mi vocación y me di cuenta de que Dios me ama y por eso me llamó a ser sacerdote misionero. Un día me tocó dirigir la Celebración de la Palabra y tuve que preparar una homilía, pero los ner-vios se apoderaron de mí y cuando tuve que hablar olvidé lo que tenía preparado. Durante un momento mi mente se bloqueó, pero le pedí a Dios que me iluminará y en ese mo-mento comencé a hablar. Me quedé muy sorprendido porque lo que ha-bía dicho no eran mis palabras sino las de Dios, que en ese momento me tomó como su instrumento y re-afirmó mi vocación.

Juan Guadalupe

Hay momentos y lugares determi-nados en los que el Señor nos llama a servirle y uno aprende a valorar la vida y su ser como cristiano. Hace unos meses realicé actividades de campo misión en ciudad, en la Ca-pilla San Pascual Bailón, en Gua-dalupe, Nuevo León, y en el ejido Benecio López Padilla, en Coahuila. La experiencia me hizo pensar que hoy la Iglesia enfrenta dos realida-des. Una es la vida urbana, con sus retos y desafíos en el terreno de la búsqueda de identidad y superación humana; en esa realidad el ser hu-

mano ve limitada su posibilidad de libertad y libre albedrío, pues se ve inducido a buscar dinero y posesio-nes, muchas veces olvidándose de la dignidad humana. Por otro lado está la vida rural, donde siguen existien-do grupos marginados, explotados y en condiciones indignas de vida. Ins-taurar la religión ahí representa un gran reto, pues estas comunidades se encuentran casi en su totalidad muy necesitadas del conocimiento de Cristo y su mensaje salvífico. Ambas realidades de la Misión nos hacen comprender que cada una necesita el mensaje de salvación para vivirlo a diario. Mi experiencia me llevó a conocer a personas que, a pesar de la distancia, son amigos y hermanos que permanecerán en mi mente y mi corazón.

Jesús Alberto

Me es grato compartir una reflexión que hice a partir de una actividad realizada en la comunidad Benecio López Padilla, donde descubrí va-lores y tuve retos mientras disfruté la convivencia con la gente. Me di cuenta de que la poca asistencia de sacerdotes se debe a la falta de voca-ciones, pues la gente trató de asistir todos los días a las actividades para aprender y no desaprovechar ni un instante. A veces las personas que vivimos en la ciudad nos quejamos por la falta de asistencia presbiteral, pero no nos damos cuenta de que los sacerdotes tienen mucho traba-jo y luchan por asistir a zonas rura-les alejadas de la ciudad. Por eso les agradezco a nuestros bienhechores, pues sin su ayuda estas actividades no serían posibles.

Revista Almas18

El Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, Arzobispo Emérito de Guadalajara, arribó el 9 de febrero de este año a Angola, acompañado por el señor Juan Manuel Reyes Brambila, quien es su biógrafo. Durante los prime-ros días de su visita el cardenal llevó a cabo varias actividades en la Arquidiócesis de Luanda.

El domingo 10 presidió la Celebración Eucarística en la Parroquia de San José, en Catete. Al siguiente día realizó una visita al Cardenal Alexandre do Nascimento, Arzobispo Emérito de Luanda. El día 12 im-partió un retiro durante el encuentro de miembros de los Institutos Misioneros Mexicanos en Angola (imma), durante el cual también se celebró la Eucaristía y se llevó a cabo una convivencia.

El Cardenal Juan Sandoval Íñiguez en la Misión de Angola

Breve narración de algunos aspectos de la visita del Cardenal Sandoval a la Misión de Angola.

Padres mg Felipe de Jesús Martínez Navarro, Mario Miranda Monroy, y Odilón Borjas

19Agosto 2013

El 13 de febrero fue Miércoles de Ceniza y el cardenal visitó la Parroquia de Santa Ana, en Caxi-to, y la comunidad de Coragem, además de presidir la Eucaristíaen la catedral. Por la tarde reali-zó una visita de cortesía a Mons.Novatus Rugambwa, Nuncio Apos-tólico en Angola.

El día 14 viajó a Ondjiva, en la pro-vincia de Cunene, donde Mons. Pío Hipunyati, Obispo de Ondji-va, el vicegobernador de la ciu-dad y Padres mg lo esperaban en el aeropuerto; en la catedral un buen número de fieles aguar-daba su llegada. Ese mismo día visitó el seminario diocesano y tuvo oportunidad de hablar con los aspirantes al sacerdocio y los Padres formadores. Horas más tarde comenzó su viaje a Caha-ma. El obispo y tres sacerdotes más acompañaron al cardenal y los Padres mg hasta la comunidad de Xangongo, donde los fieles te-

nían preparada otra recepción en la iglesia. Finalmente arribaron a Cahama a las 5:00 p.m.

A la mañana siguiente visitó la comunidad de Hapundo, donde celebró Misa solemne para dar la bienvenida a unos 120 candidatos al Bautismo. El día 16 convivió con los líderes y catequistas de Caha-ma, y los jóvenes hicieron una representación dramática de El hijo pródigo, la cual gustó mucho a toda la gente.

El domingo 17 de febrero celebró Misa en el atrio de la iglesia. Esa ceremonia contó con un gran nú-mero de asistentes y con la pre-sencia de Mons. Pío Hipunyati y 10 sacerdotes concelebrantes, de los cuales seis, pertenecientes a la Arquidiócesis de Lubango, rea-lizaron estudios en la Arquidió-cesis de Guadalajara: tres como sacerdotes y tres como semi-naristas (estudiaron Teología y

recibieron el diaconado de ma-nos del Cardenal Sandoval Íñi-guez). Después se compartió la comida que prepararon los fieles de Cahama.

Ese mismo día por la tarde viajó a Lubango, donde las Hermanas Clarisas (algunas de las cuales son mexicanas) lo recibieron y aten-dieron muy bien. Al día siguiente celebró con ellas la Eucaristía y después regresó a Luanda, donde por la noche asistió, en compañía de Padres mg, a una cena ofrecida en la Nunciatura Apostólica.

El Cardenal Juan Sandoval Íñi-guez también impartió el tema “Justicia y paz”, durante la se-mana de estudios de Misioneros de Guadalupe en Angola. Debido al momento eclesial que se vivía entonces, es decir, la renuncia de Benedicto xvi al ministerio papal, se tocaron también otros temas

y nos compartió momentos muy significativos de su vida como sa-cerdote, obispo y cardenal.

El Cardenal Juan Sandoval salió el día 20 rumbo a Roma, para par-ticipar en el cónclave para la elección de nuevo Papa. Su visita fue muy significativa para los mg

y para la comunidad mexicana en Angola. Su presencia entre noso-tros fue la de un pastor: paternal, humana y muy cercana. Al com-partir su rica experiencia, con un estilo lleno de buen humor, nos animó a seguir llevando la fe por estas tierras africanas. Su sen-cillez en el trato con todos fue muy edificante.

A pesar de contar con poco tiem-po, nos sentimos muy satisfechos y agradecemos su visita y su par-ticipación en las actividades que realizamos durante esos días.

S

Dos ranitas salieron a pasear y de repente cayeron en un balde de leche que alguien había olvidado afuera de un granero. Al principio les pareció gracio-so, pero pronto se dieron cuenta de que por más que nadaran y saltaran no podían salir de ahí.

Continuaron intentando salir hasta que una de ellas se quejó y dijo: “No pue-do más, nunca saldremos”. Su amiga trató de animarla, pero aquella rana se dio por vencida y se ahogó. La otra rana siguió nadando. Estaba a punto de perder la esperanza cuando sintió que algo sólido se formaba en sus patas: ¡de tanto nadar y saltar la leche se había convertido en mantequilla! Pasados unos minutos pudo apoyarse en ella y salir del balde para salvar su vida.

Las dos ranas

En esta fábula aprendimos que gracias a la perseverancia y al esfuerzo po-demos salir adelante de cualquier situación desafortunada. La rana que no se rindió tuvo la sabiduría de enfrentar con valor el miedo de ahogarse y finalmente salió victoriosa.

El darnos por vencidos en las dificultades que enfrentamos puede traer con-secuencias terribles. Sin embargo, si nos preparamos y confiamos en la ayuda que Dios nos brinda podremos realizar lo que nos propongamos. Debemos dejar todo en manos del Señor, pero también luchar como si no contáramos con su ayuda, y confiar en que Dios iluminará el camino correcto.

Ayúdate que yo te ayudaré

Demuestra qué tanto conoces a Vera al responder las siguientes preguntas.

1. Es una virtud que se desarrolla de la inteligencia y la experiencia de cada persona; nos ayuda a discernir entre lo bueno y lo malo.

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2. ¿Qué significa Vera? _________________________________________

3. ¿De dónde es?______________________________________________

4. ¿Qué idioma habla? _________________________________________

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“Vayan por todo el mundo y proclamenla Buena Nueva a toda la creación” (Mc 16, 15)

Becas misioneras

Línea Misionera (sin costo): 01 800 00 58 100Correo electrónico: padrinos@mg.org.mx

¡Ayudemos a laevangelización del mundo!

Beca completaMedia beca

Ayuda anual

$12 000.00$ 6 000.00$ 1 000.00

El trabajo de la evangelización entre los no cristianos no ha terminado y continúa realizándose en muchos lugares. Los misioneros ancianos necesitan que los jóvenes apoyen y prosigan su labor de proclamar la Buena Nueva. Ustedes pueden apoyar a quienes han decidido consagrar su vida a la Misión ad gentes, al fundar una beca con

la cual un seminarista completará su formación sacerdotal.

¡Tú puedes ser misionero!Joven mexicano, ¿has sentido el llamado de Jesús y quieres

llevar su mensaje de salvación a las personas que no lo conocen?

Participa en las actividades que organiza su Centro de Orientación Vocacional (cov). Comparte experiencias recreativas y formativascon otros jóvenes que también buscan tomar decisiones acertadas

que darán sentido a sus propias vidas.

Misioneros de Guadalupe te invitaa descubrir tu vocación.

Informes:

• cov MéxicoTel. (01 55) 5573 3000vocacionesmg@hotmail.comLínea Misionera (sin costo): 01 800 00 58 100

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Nació en Mérida, Yuc., en 1971. Ingresó al Seminario de Misiones en 1985. Realizó estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Intercontinental. El 2 de agosto de 1997 recibió la ordenación sacerdotal de manos de Mons. EmilioCarlos Berlie Belaunzarán, Arzobispo de Yucatán. Desde 1997 ha compartido el Evangelio con los no cristianos de Kenia, particularmente entre los maa-sai. A partir de este año colaborará en la pastoral vocacional de Misioneros de Guadalupe en Villahermosa, Tabasco.

La vocación del Padre Lenny despertó desde que era joven, cuando colabora-ba como acólito en su parroquia, donde trabajaban los Misioneros de Maryk-noll, cuyo trabajo le dejó una huella profunda. Tu también puedes dedicar tu vida a sembrar la semilla del Evangelio.

¡Responde al llamado de tu vocación!

Padre Lenny Leonardo Fernández QuitucMisionero de Guadalupe

Únete a la Misión

Ciudad de MéxicoCantera 29,Col. Tlalpan,Del. Tlalpan,

cp 14000, México, df.

Tel. (01 55) 5655 2691

GuadalajaraMadero 837,esq. Escorza,

Centro, sj, cp 44100,

Guadalajara, Jalisco.Tel. (01 33) 3825 2315

MonterreyHabana 105,Col. Altavista,

cp 64840,Monterrey,

Nuevo León. Tel. (01 81) 8358 2101

VillahermosaEjército Mexicano 167,Col. Atasta de Serra,

cp 86100,Villahermosa,

Tabasco. Tel. (01 993) 315 2934