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Nº 8 TOLEDO, 2014

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Nº 8

TOLEDO, 2014

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ALMINAR

Revista del Profesorado

Edita: Instituto de Educación Secundaria “El Greco” Paseo de San Eugenio, 23. 45003 TOLEDO Teléfono 925 251452 - Fax 925 228798 E-mail: [email protected] Página web: http://ieselgreco.es

Dirección: Francisco García Martín (prof. Geografía e Historia. IES El Greco) Redacción: Alejandro Ballesteros Bienzobas (prof. Filosofía. IES El Greco) Ilustraciones: Portada y contraportada: Torres mudéjares de Santo Tomé y de Santiago el Mayor, dibujos de Fernando Aranda.

I.S.S.N.: 1131-8090

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S U M A R I O

Págs FERNANDO ALLUÉ. UN POETA EN TOLEDO. por Miguel Carabias Orgaz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

4 a 21

EL PROFESOR ANTONIO DE AQUINO E IZARDO (1829-1906) por Victoriano Prieto Prieto. . . .. . . . . . . . . . . . . . . . .

22 a 45

PIEZAS DE PREHISTORIA del Departamento de Geografía e Historia del I.E.S. “EL GRECO” de TOLEDO. COLECCIÓN MÁXIMO MARTÍN AGUADO. por Francisco García Martín y Mercedes Hernández Cabañas . …………………………………………

46 a 58

¡¡OS LO HABÍA AVISADO, NAVEGANTES!! Soliloquios e ideas varias “a punto de jubilarse”. por Miguel Mejía Ramos . . . . . . . . . . ………….... . .

59 a 61

EL AMOR ROMÁNTICO: MITOS Y REALIDADES. Unidad Didáctica sobre las Relaciones Afectivas Adolescentes y la Igualdad por Alejandro Ballesteros Bienzobas . . . . . . . . . . . . .

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FERNANDO ALLUÉ. UN POETA EN TOLEDO.

Miguel Carabias Orgaz.

“Un poeta en Toledo”. Eran las palabras con las que se iniciaba el prólogo a uno

de los mejores poemarios de Fernando Allué y Morer1. De este modo quedaba esbozado el perfil literario de un autor que, al igual que Bécquer o Pérez Galdós, se dejó atrapar por la vieja ciudad de las tres culturas, un autor cuyo nombre, paradójicamente, ya pocos recuerdan aquí.

Este vallisoletano que tanto amó Toledo no ha recibido aún la atención que

merece, pues la calidad de su obra poética, creo, no ha sido apreciada justamente. Nos encontramos, además, con un escritor que estuvo en contacto con muchos de los principales autores e intelectuales españoles del siglo XX, por lo que en sus versos se reconoce el pulso literario de gran parte de la centuria pasada. Buen amigo de Jorge Guillén, conoció a Lorca y a Juan Ramón Jiménez, y mereció elogios de Gerardo Diego, que reconocía su admiración por este “fino poeta de Valladolid”2.

Hombre de gran erudición, buen conocedor de la literatura española y europea,

ensayista y crítico literario, traductor, entre otros, de Paul Valery; Allué fue ante todo un excelente poeta.

1 F. ALLUÉ Y MORER, Con artificio de las altas ruedas, Valladolid, Imprenta castellana, 1947. 2 G. DIEGO, “La andaluzada de Lope”, en ABC de Sevilla, 18-10-1959, p. 27.

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José María Barrera3, al analizar algunas relaciones entre el Grupo o Generación del 27 y las revistas literarias de los años veinte y treinta, apuntaba la necesidad de romper los límites convencionales entre poetas consagrados y poetas que aún permanecen en el olvido –esos que constituyen la “otra generación”–, procurando rescatar a todos los que todavía no han sido investigados suficientemente. Entre estos últimos, citaba a Fernando Allué.

Por otro lado, Guillermo Carnero 4 ha preferido incluir a Allué dentro de la

nómina de los poetas de la Generación de 1936, al lado de Bleiberg, Gabriel Celaya, Carmen Conde, Victoriano Crémer, Ramón de Garciasol, Alfredo Marquerie, Leopoldo Panero, Dionisio Ridruejo, Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco y tantos otros.

En cualquier caso, es indudable que nos encontramos ante un autor que debiera

ser estudiado y recuperado para la historia de nuestra literatura reciente, labor que ha de quedar para un ingenio más fecundo, contentándome yo con refrescar el recuerdo de aquellos sus versos depurados y elegantes.

1. PRIMEROS VERSOS. LAS REVISTAS DE VANGUARDIA

Nació Fernando Allué y Morer en Valladolid, el año de 1899, en el seno de una familia de inquietudes literarias e intelectuales. Su hermano Antonio fue director de El Norte de Castilla y posteriormente de la revista Ceres. Sus hermanos Anselmo y Ricardo participaron activamente en la vida teatral vallisoletana, dirigiendo los teatros Zorrilla y Calderón, y posteriormente el Lope de Vega. Sobre todo Ricardo, muy vinculado al periodismo y a la literatura, fue una figura destacada en el mundillo cultural de Valladolid durante las primeras décadas del siglo XX, pues ejerció como crítico de teatro y redactor

3 J. M. BARRERA LÓPEZ, “Vicente Aleixandre y las revistas meridionales del 27”, Nebrija Digital. Rev de Lengua y Literatura españolas, 1, 2011, pp. 22-39. 4 G. CARNERO, Las armas abisinias: ensayos sobre literatura y arte del siglo XX, Barcelona, Anthropos, 1989, p. 250.

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en El Norte de Castilla5. Durante su juventud, Fernando Allué estudió en la Universidad de Valladolid y se licenció en Historia. Por aquellos mismos años se manifestaba ya claramente su vocación literaria, escribía sus primeros versos y obtenía los primeros reconocimientos en su ciudad natal.

Hacia 1919 apareció en la Revista Castellana un texto suyo que lleva por título

“Evocación de otoño”, en el cual se entrevé al poeta joven que inicia su andadura literaria con más entusiasmo que oficio. Después fueron apareciendo otras composiciones suyas en La Libertad, si bien compaginó aquella faceta lírica con su actividad teatral, seguramente alentado por sus hermanos. Sabemos que antes de 1924 ya había escrito dos dramas en verso: El imaginero, centrado en la figura del artista Gregorio Fernández, y Don Gaspar de Ezpeleta, en torno a un episodio cervantino. Ambas merecieron los elogios de Teófilo Ortega en la revista Alfar6. Poco después, a comienzos de 1925, se estrenaba la zarzuela titulada El pastor, con texto de Allué y música de Félix Antonio González, un drama de ambientación campesina escrito en versos de gran sencillez.

En 1922 Fernando resultó ganador de unos juegos florales organizados por el

Ateneo de Valladolid con un poema titulado “El Cid en Cardeñosa”. Al texto premiado añadió posteriormente algunos otros y publicó todos ellos con el título El Cid en Cardeñosa y otros poemas, imprimiéndose en Valladolid en 1923. El poema principal es una glosa del episodio cidiano, a la que siguen otros textos en que se advierte la influencia de Antonio Machado y la de Juan Ramón Jiménez. En “Romances ingenuos” y “Poema de la tarde apacible”, Allué sigue de cerca a sus modelos literarios, aunque se advierten también algunos aciertos. Tal como hizo notar Teófilo Ortega, “reúne en su personalidad valores tradicionales, al mismo tiempo que guía su espíritu un poderoso espíritu de novedad”7. Tiempo después, sin embargo, el autor desdeñaría estas primeras obras por considerarlas de escasa calidad.

5 Es abundante la documentación relativa a la familia Allué y Morer en el Archivo Histórico Provincial de Valladolid. 6 De la primera de las obras llega a decir: “…alcanza teatrales efectos de una técnica depurada que encubre calidades poéticas de gran valor”. T. ORTEGA, “Fernando Allué, poeta y dramaturgo”, en Alfar, 39, 1924, p. 32. 7 Idem.

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A aquellos años se remonta también su entrañable amistad con el poeta Jorge Guillén, vallisoletano como él, y con quien compartía admiración por la obra de Góngora y por la de Juan Ramón Jiménez. El propio Allué, tiempo después, hablaría de esta íntima amistad en una entrevista8, donde aludía a las vivencias y anécdotas compartidas por ambos poetas durante la década de los veinte. Testimonio de ello es el hecho de que se hayan conservado diversas cartas y otros textos manuscritos de Allué entre los documentos del archivo personal de Jorge Guillén, hoy depositado en la Biblioteca Nacional9 y en la Wellesley Collage Collection10. Guillén, seis años mayor que su amigo, probablemente le ayudó a ponerse en contacto con diversos círculos literarios e intelectuales.

Porque afortunadamente Allué no quedó circunscrito al ámbito local. Enseguida

salió de Valladolid y trabó conocimiento con multitud de poetas y artistas, moviéndose por diversas ciudades de España, por ámbitos literarios diversos, e intercambiando impresiones con los autores más relevantes del momento. A finales de los veinte, se encontraba a medio camino entre Valladolid, Salamanca, Madrid…

Una ciudad que influyó decisivamente en Allué durante estos primeros años,

tanto en lo literario como en lo personal, fue Salamanca. En la década de los veinte, aunque ésta era una pequeña ciudad de provincias, tenía cierta vitalidad cultural, principalmente al amparo de su universidad, donde ejercía su magisterio don Miguel de Unamuno. Además, desde 1925 había comenzado a publicarse en la capital del Tormes una revista literaria bajo el nombre de El estudiante, en cuyos primeros números aparecerá Tirano Banderas, de Valle Inclán. Y aunque poco después El Estudiante se trasladó a Madrid, cabe ser estimada como una pionera entre las revistas de su tiempo, pues se advierte una vocación renovadora de la universidad española, vinculándose

8 B. BERASATEGUI, “Jorge Guillén está preparando sus cosas para regresar a España”, en ABC, 27-10-1976, p. 42. 9 BNE, Arch.JG/4/16. 10 Allí se conservan dos textos de Allué titulados “Muchedumbre de trigos” y “Emily”, que están fechados respectivamente en 1928 y 1929.

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estrechamente al mundo hispanoamericano11. En este semanario encontramos la firma de autores con los que Allué entablaría amistad por aquellos años: José María Quiroga y Plá, yerno de Unamuno, Ángel Santos Mirat, Salvador Vila Hernández, Emilio Alarcos, Francisco Ruipérez, Casto Prieto Carrasco, entre otros.

También conoció el joven Allué en Salamanca a autores como Luis Maldonado

Bomati, Jesús Pedraz, Enrique Santos Mirat, Julián Sanz Martínez, José Escoril, Luis Portillo, Salvador Vila Hernández, Agustín Iscar Alonso, Luis Domínguez Guilarte Villar, etc.12, y se hallará entre los intelectuales que acudan a recibir a Unamuno a su vuelta del exilio en 193013.

Pero fue en Madrid, sobre todo, donde Allué entró en contacto con los principales

círculos literarios, pues la capital era en los años veinte el lugar de encuentro de artistas e intelectuales de toda España. Allí conoció a Pedro Salinas, con quien tenía importantes afinidades poéticas; en 1924 conoció personalmente a Juan Ramón, que lo recibió en su casa, y en 1926 asistió a la lectura de algunos poemas de un todavía desconocido García Lorca, que dos años más tarde los publicaría en su Romancero gitano.

La obra de Allué hasta 1932 presentará, de hecho, importantes analogías

temáticas y formales con algunos autores del Grupo o Generación del 27. Es indudable, sobre todo, la influencia de Jorge Guillén, que lo acerca también a obras como Perfil del aire, de Cernuda, o algunos poemas de Aleixandre.

Uno de los principales medios que sirvieron a Allué, como a sus contemporáneos,

para conocer y darse a conocer como poeta, fue sin duda la revista literaria. Aquellas publicaciones efímeras y vanguardistas, que proliferaron de manera extraordinaria en esos años, resultan de enorme importancia para poder explicar la difusión de ideas y las

11 F. DE LUIS MARTÍN, “La juventud rebelde frente a la dictadura: El estudiante, entre Salamanca y Madrid, 1925-1926”, I Congreso de Historia de Salamanca, Vol. III, Salamanca, Diputación Provincial, 1992, pp. 187-196. 12 M. SANCHEZ, Maurín, gran enigma de la guerra, y otros recuerdos, Madrid, Editorial Cuadernos para el Diálogo, 1976, pp. 32-33. 13 Ibidem, p. 37.

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relaciones entre escritores durante la década de los veinte. Los grandes poetas de la Generación del 27 participaron activamente en aquellas revistas, por supuesto, pero siempre al lado de otros autores menos conocidos, como Fernando Allué, que no son en absoluto escritores desdeñables, y que además ofrecen el extraño atractivo de lo olvidado, de lo que pudo ser y no fue…

Inicialmente Allué publicó en revistas de ámbito regional, como la vallisoletana

Ideas14, que se imprimió en 1924, o la segoviana Manantial (1928-1929), en la que encontramos su firma junto a las de Jarnés, Giménez Caballero, Manuel Machado, Carmen Conde, Ernestinda de Champourcin o Eduardo Ontañón.

También aparece su nombre en la revista burgalesa Parábola (1923 y 1927-

1930), fundada por Eduardo de Ontañón, y en la que publicó asiduamente un grupo de poetas castellanos encabezado por José María de Cossío, Díaz Caneja, Muñoz Arconada y el propio Ontañón. Además, de manera puntual, colaboraron autores de la talla de Gerardo Diego, Francisco Ayala, Benjamín Jarnés, Pedro Salinas, Lorca, etc. Fernando Allué dio a conocer en ella varios poemas, que firmó en Salamanca entre 1927 y 1928, y entre los cuales encontramos el siguiente romance, que trae al recuerdo algunos versos de Lorca:

Yo no sé hasta dónde quiere redondearse mi sueño. ¡Redondo, redondo y rosa como la luna de enero! Un arrullo de nostalgias me dibujarán su lecho azul celeste, con pájaros que azoguen el turbio espejo. ¿Y tú? Le prenderás, ágil y temblorosa. Los dedos se te desharán en lluvia

14 S. GÓMEZ CARBONERO, Cultura ciudadana y socialización política en la República. Actitudes y comportamientos de los vallisoletanos, tesis doctoral, Universidad de Valladolid, 1995, p. 104.

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nacarada de deseos. Mas, sí. Quiero tu inicial sobre el agua del sendero, y, para los dos, la luna, partida en trozos idénticos.

En la revista vallisoletana Meseta, de la que salieron seis números entre 1928 y

1929, Allué publicó también algunos versos. En el primer número encontramos un poema suyo que lleva por título “Diciembre”, y que aparece junto a textos de Jorge Guillén, Benjamín Jarnés, Gerardo Diego y Rafael Alberti, entre otros. Poco después, en el número VI, se anunciaba la aparición de un poemario suyo titulado Auroras del lagar, y se incluían, como anticipo, tres poemas. En ellos se aprecia ya una gran calidad literaria y se advierte con claridad la estela vanguardista:

El milagro fue allí: junto al asfalto sucio de tiendas grises y amarillas, a la luz de las débiles cerillas de un ocaso barroco.

Desde el alto balcón abierto, preparó su salto agarrado a las mágicas anillas de sus delirios. Y voló, hecho astillas de sol, a un vivo cielo de cobalto. Mas, ¿qué fue? Raro pájaro encendido, flecha torcaz de corazón perdido, madura estrella de fragante fruta. Nadie pudo prender su aroma intacto, ni fumar en el lírico entreacto las efímeras alas de su ruta.

En la revista Ddooss aparece “Ría Falsa”, un texto de Allué que se presenta junto

a los de sus amigos del grupo salmantino, Quiroga y Plá y Maldonado Bomati. En esta

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misma revista encontramos también a García Lorca, Jorge Guillén, Alberti, Azorín, Gerardo Diego, Leopoldo Panero, Dionisio Ridruejo, Alejandro Casona…

Más allá del ámbito regional, el nombre de Allué apareció en revistas como la

Gaceta Literaria, una de las principales tribunas de la vanguardia española, surgida en 1927 y dirigida por el inquieto Ernesto Giménez Caballero. También es reseñable su colaboración en la revista Ley, gracias a la mediación de Jorge Guillén15, y en la que hallamos firmas como las de Manuel Altolaguirre, Rafael Alberti, José Bergamín o Carmen Conde.

Algunos de sus versos aparecerán en el Suplemento Literario, vinculado al diario

La Verdad, de Murcia, donde encontramos su nombre junto a los de Quiroga y Plá, Martínez Corbalán, Antonio Espina y Eugenio D’Ors16. En Murcia se publica también la revista Verso y Prosa (1927-1928), impulsada por Jorge Guillén, que era profesor en aquella ciudad, y donde encontramos poemas de Allué –“Telón de distancia” (1927) y “Poesías” (1928)– junto a textos de Altolaguirre, Luis Cernuda y Pablo Picasso.

En la revista madrileña Alero, dirigida por Román Escohotado, Allué publica un

poema en torno a la figura de la mujer deportista, un tema que lo vincula también a la literatura de vanguardia. Y es que, sobre todo a raíz de las olimpiadas de 1924, el deporte será un tema habitual entre los nuevos escritores. Recordemos La oda a Plakto y Nadadora, de Rafael Alberti, o los textos de Ernesto Giménez Caballero, sobre boxeo, en Hércules jugando a los dados (1928). Muñoz Arconada había publicado en Meseta algún poema en torno al tema de la fémina deportista, y por esos años Gerardo Diego y Aleixandre escribían también algunos poemas de asunto deportivo.

Excedería, en fin, el propósito de este trabajo si pretendiera dar cuenta de todos

los textos que Allué fue publicando, durante aquellos años, en diversas revistas literarias,

15 J. M. GONZÁLEZ GARCÍA, Lecturas y lectores en la Edad de Plata (de la correspondencia de León Sánchez Cuesta, 1925-1974), tesis doctoral, Universidad de Granada, 2010, p. 105. 16 F. J. DÍAZ DE REVENGA, Revistas murcianas relacionadas con la Generación del 27, Murcia, Academia Alfonso X el Sabio, 1979, p. 98

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así que me conformaré con añadir, a los nombres ya mencionados, el de las revistas Ciudad, Papel de Vasar, Ciprés, etc.

2. DE LA VANGUARDIA AL CLASICISMO. LA OBRA DE ALLUÉ DESPUÉS DE LA GUERRA.

En la década de los treinta, cuando algunos autores del 27 se alejaban de Góngora

para seguir el camino de Garcilaso, Fernando Allué abandonó repentinamente su actividad literaria, se estableció en Madrid y decidió dedicarse en exclusiva a su labor profesional, llegando con el tiempo a ser interventor de Hacienda.

Pero tal vez habría que buscar la causa de este abandono, más allá de sus

ambiciones o necesidades laborales, en la creciente politización del ambiente literario, que se radicalizó en pocos años. Ya desde fines de los veinte, la clase intelectual española se empezaba a dividir, y los autores que escribían en la Gaceta Literaria, uno de los pilares de la cultura en aquellos momentos, se alejaban hacia una u otra posición política.

Aquella situación desembocó, como sabemos, en una cruenta guerra civil, a raíz de la cual algunos escritores amigos de Allué tuvieron que marchar al exilio, mientras que otros, como el poeta Maldonado Bomati, fueron asesinados a causa de sus ideas políticas.

La guerra paralizó en gran medida la vida intelectual y artística española, que aún tardaría muchos años en regenerarse, habiendo de atravesar una posguerra prolongada y penosa. El conflicto bélico había causado, sin duda, una profunda conmoción en Allué, que era ya por entonces padre de familia. Casado con Emilia Martínez-Sangrador, ahora debía ocuparse de sus cuatro hijos: Pilar, Emilia, Ana y Fernando.

Pero en 1940 se establece en Toledo y poco a poco reanuda su labor literaria. Será

la propia ciudad, Toledo, la que le haga despertar de nuevo a la poesía. Se inicia entonces, después de los experimentos vanguardistas, una etapa de mayor serenidad, de consolidación y madurez, y empieza a percibirse en sus obras un clasicismo de corte

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espiritual, evocador, que mira al pasado. En Toledo, Allué tiene la sensación de haber regresado al siglo de Garcilaso y no puede ocultar su fascinación por la ciudad:

…donde los siglos, las razas, las religiones, se entrechocan o funden; y a cada paso, en fin, el pasado brota a través del presente17. Tal como señaló Marañón, nuestro poeta termina siendo “engullido” por la

ciudad castellana: …Ha tardado algún tiempo en darse cuenta de dónde estaba. La ciudad se lo tragó y vivía sumergido en ella, como alucinado. Iba y venía a su quehacer y lo que veía se iba clavando en su sensibilidad: desde el cielo de increíble profundidad azul, hasta aquella casita blanca…18 En 1947 Allué publica Con artificio de las altas ruedas. Se trata una colección de

setenta y cinco sonetos precedidos por un ensayo de Gregorio Marañón, y en la cual se incluye, a modo de epílogo, un poema de Narciso Alonso Cortés. El título del poemario remite a la Égloga III de Garcilaso, y su motivo central, como será habitual desde entonces, es Toledo. El poeta se centra en los aspectos más pintorescos de la ciudad, combinándolos con un hondo sentir espiritual, una fusión que se percibe especialmente en algunos textos como “Corpus”. Ya señaló Diego Marín19 que este poema es “una nítida composición plástica a manera de pinceladas impresionistas, cuya nota final de sentido religioso también se funde con la brillantez sensorial del cuadro”.

Con frecuencia Allué se detiene en un detalle urbano. Canta a las callejuelas

retorcidas, al enrejado de las ventanas, deleitándose en lo aparentemente trivial, humilde, que se convierte en sublime y luminoso a través de sus versos. Tal como señalaba Marañón en el mencionado ensayo, “en catorce versos incomparables, hace vivir ese

17 F. ALLUÉ Y MORER, Cinco franceses en Toledo, Toledo, Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, Ed. Rafael Gómez Menor, 1953. 18 F. ALLUÉ Y MORER, Con artificio de las altas ruedas, Valladolid, Imprenta castellana, 1947. 19 D. MARÍN, Poesía paisajística española. 1940-1970. Estudio y antología, Londres, Tamesis Books Limited, 1977, p. 88.

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detalle revelador de lo que los viajeros han visto tantas veces sin saber que tenía un alma viva y prodigiosa”. La callejuela, abierta solamente al cielo, resume el espíritu de la ciudad: “Vida, luz y verdad de azul cobalto”. En ello advierte Marín20 reminiscencias de Jorge Guillén, pues se apoya en líneas y planos tras los que se sugiere el espíritu ferviente de la ciudad:

Calleja, sí, calleja retorcida

trenza su inverosímil arabesco. En sombría oquedad su tinte fresco dice al cielo una súplica encendida. Líneas se van en mágica subida. Se oprimen otras en perfil grotesco. Planos de diapasón funambulesco tienen verdín besando cada herida. No se respira bien. Y las fachadas aplastan nuestros pasos. Encerradas, nuestras manos no ven. Pero en lo alto –sugestión sideral sobre el alero– dibujan los tejados un sendero: Vida, luz y verdad de azul cobalto.

Allué se ha consagrado, sobre todo, como un maestro del soneto, en cuya estructura se desenvuelve con elegancia y precisión. Al igual que Garcilaso, su modelo último, es capaz de condensar su más hondo sentir en esos catorce endecasílabos. Así lo percibió ya José María de Cossío al reseñar otro de sus poemarios:

El nombre de Garcilaso aparecería en primer lugar; el último, cronológicamente, el de Fernando Allué, que a la sombra de un verso garcilasista nos presenta una rica colección de sonetos en que recoge lo más matizado y sutil del encanto inacabable de la ciudad [Toledo].

20 Idem.

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En este sentido, podemos reconocer una cierta analogía con respecto a algunos autores de la Generación de 1936, que después de la guerra se decantan por una poesía de corte garcilasista. La obra de Allué recuerda, en algunos aspectos, a la de aquellos poetas que publicaban en Garcilaso o Escorial y, de hecho, en 1958 participará junto a algunos de ellos en una antología colectiva en homenaje a Garcilaso de la Vega 21 . Allí aparecieron cuatro poemas suyos –“A Garcilaso”, “El poeta”, “Elena”, “El sol subido en la mitad del cielo” –, junto a los de García Nieto, Bleiberg, Mariano Tomás, Alfonsa de la Torre, J. Pablo Forner y Luis Zapata. También colaboró estrechamente con José García Nieto y con su revista Poesía española, que se editó en Madrid entre 1952 y 1971, publicando en ella con asiduidad, al lado de firmas como las de Leopoldo de Luis, Ramón de Garciasol o Carmen Conde. En Poesía española dio a conocer, por ejemplo, “La palabra enamorada”, que luego será editada separadamente en Valladolid.

No obstante, Allué mantuvo amistades y contactos literarios de la primera época,

especialmente Jorge Guillén, a quien recibió en Toledo en abril de 195522. Del mismo modo, en su producción posterior a la guerra es posible reconocer también las huellas del Gerardo Diego más clásico, el de Versos humanos y Alondra de verdad. Nuestro autor parece buscar el equilibrio, la armonía renacentista en lo más sencillo e íntimo, en lo aparentemente insignificante.

En 1949 dará a la imprenta Púrpura del aire, un poemario que se estructura en varias partes: “Romances en Toledo”, “Siete sonetos de ayer”, “Retorno al campo” y “Silva de rincones”. En esta obra, prosigue Allué con su acertada descripción de paisajes y evocadores rincones, siempre adornada de una gran musicalidad. Toledo continúa siendo el centro de su poesía, y se vale de nuevo de elementos lineales matizados por notas de colorido y sonoridad, logrando con ello un efecto de masa elevada, tal como señaló Marín23 respecto del poema “Ciudad alta”:

21 AAVV, Antología poética en honor a Garcilaso de la Vega, Madrid, Ediciones Guadarrama, 1958. 22 F. ALLUÉ Y MORER, “Un gran poeta en Toledo”, en El Alcázar, 12-04-1955. 23 D. MARÍN, Poesía paisajística española. 1940-1970. Estudio y antología, Londres, Tamesis Books Limited, 1977, p. 89.

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Recorta la ciudad el perfil de sus torres, enrejadas siluetas, aleros, miradores. Si conventuales líneas se dibujan informes, hay morisco alminar de esbelta arista, incólume. Algún ciprés también por entre bardas ocres escorza los matices de sus verdes primores. La calleja hacia el río moja su abrupto borde, y el rodadero oblicuo nos desnuda emociones. Acaso caen las gotas de milenarios bronces transportando las almas de unciosos fervores. Todo allá arriba, aéreo: Alto tesoro inmóvil, sobre un altar de siglos enriqueciendo soles. Todo allá arriba, en alto: Como custodia enorme proyectando a los cielos perennes resplandores. ¡Oh ciudad! Concha viva de intransferibles goces: ¡Yo te amo toda entera, nudo y flor de rincones!

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Aquel mismo año 1949 Allué era aceptado como miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, en cuyo discurso de ingreso, Toledo en la poesía castellana, manifiesta una vez más su fascinación literaria e histórica por la ciudad24.

Durante la década de los cincuenta Fernando Allué intensificará su labor literaria.

En 1952 publica Luz sin tiempo, escrito en versos cortos, con gran sencillez e intimismo, y le siguen Romance viejo del castillo de la Mota (1952), de sabor más tradicional, Traslúcido tiempo (1954), La casa (1955) y La palabra enamorada (1959). En todos ellos encontramos ese acento clásico, mesurado… Y Toledo, siempre Toledo en el horizonte de su poesía:

¡Esplende la mañana en mil cristales! El aire es flor y luz, y se creyera que es toda flor y luz la primavera en friso horizontal de cigarrales. La guadaña del río peñascales recorta, y la ciudad se yergue entera –espadaña, alminar, torre cimera–, latiendo en surtidor de catedrales. ¡Qué luz, qué flor! El céfiro en mis manos tiene sabor de miel. Los altozanos desdibujan senderos y besanas. …Y hay un girar de alondras empujando hacia arriba los cielos. Y, cantando, un ingrávido vuelo de campanas.

24 F. ALLUÉ Y MORER, “Toledo en la poesía castellana”, en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, 62-63, 1948-1949, pp. 181-217.

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3. ÚLTIMOS AÑOS. NOVEDADES Y NOSTALGIAS.

Durante los años sesenta y setenta, Allué pone especial empeño en su labor como crítico y ensayista. En 1967 publica un trabajo histórico-biográfico bajo el título Cuatro monjas 25, en el que destaca la semblanza de Beatriz de Silva, la dama de Isabel de Portugal retratada por Tirso de Molina en Favorecer a todos y amar a ninguno. Al año siguiente aparecerá su obra El sepulcro de Garcilaso26, un interesante estudio sobre la problemática identificación de las estatuas orantes de la familia del poeta en la iglesia toledana de San Pedro Mártir, y que fue objeto de análisis en el Ateneo madrileño por parte de Gerardo Diego, Ramón de Garciasol y Federico Muelas.

Con respecto a sus trabajos de investigación sobre historia de la literatura, cabe

mencionar el estudio Comedias toledanas de Lope de Vega27, así como el volumen De Jorge Manrique a Jorge Guillén28, en el que recoge diez trabajos sobre diversos autores españoles que habían ido apareciendo previamente.

Además, fueron numerosos los artículos sobre literatura que publicó en diversas

revistas, como la Revista de Occidente, profundizando en la obra de algunos autores clásicos (sobre todo su admirado Lope de Vega), y también en la de otros escritores contemporáneos como Lorca, Juan Ramón, los hermanos Machado…

Pero todos aquellos trabajos no impiden a Allué continuar atendiendo a las

musas. Su nombre aparece con asiduidad en la revista Poesía Española –desde 1971, Poesía Hispánica–, en Alaluz y otras publicaciones de igual prestigio. Durante los años sesenta se percibe una serena evolución en su poesía, que alcanza ya plena madurez; se advierten algunas novedades, aunque manteniéndose el fondo clásico, nostálgico y espiritual.

25 F. ALLUÉ Y MORER, Cuatro monjas, Málaga, El Guadalhorce, 1967. 26 F. ALLUÉ Y MORER, El sepulcro de Garcilaso, Málaga, El Guadalhorce, 1968. 27 F. ALLUÉ Y MORER, Comedias toledanas de Lope de Vega, [s. l.], Ceres, [s. a.]. 28 F. ALLUÉ Y MORER, De Jorge Manrique a Jorge Guillén, Málaga, El Guadalhorce, 1971.

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Silva de rincones (1963) es una colección de sonetos que destacan por la elegancia del verso, cargado de un cierto intimismo. En ellos evoca diversas ciudades: Córdoba, Granada, Madrid, Salamanca, Coimbra, Lisboa… Agrada a Marín 29 especialmente el poema titulado “Sevilla”, en el que reconoce la habilidad del autor para recoger el aspecto físico de la ciudad y el sentimiento que infunde en él:

Un mundo cegador abajo: Arcilla de caliente vibrar el caserío. Quiero, ciudad, los pulsos de tu río; dame el diamante que en tus cielos brilla. Subido a tu Giralda estoy, Sevilla: Su corazón ritmando con el mío. Florido pecho el agua del estío tiembla al fondo, en la bruma de la orilla. Te adivina mi afán en las miradas: Un rutilar de esquinas encaladas subraya en luz su nitidez exacta. ¿No eres eso, ciudad, blancor ileso? Mis fascinados ojos gozan eso: Llamas de albura en tu belleza intacta.

En 1966 Allué publica dos poemarios: El primero es Ciudad de oro. Verdad del

aire. Viaje hacia la gracia. Poemas, y el otro es V Poemas, donde predomina la nostalgia y el recuerdo del tiempo juvenil. Un año después, saldrá a la luz Historias de Benicasim.

Pero de este periodo destaca, sobre todo, su poemario Venecia y otros poemas

(1969), que mereció los elogios del académico Guillermo Díaz-Plaja30. En él contrastan los versos largos, entre el endecasílabo y el alejandrino, con los de arte menor, especialmente el heptasílabo, que dan forma a una poesía de gran madurez y destreza

29 D. MARÍN, Poesía paisajística española. 1940-1970. Estudio y antología. Londres, Tamesis Books Limited, 1977, p. 89. 30 G. DÍAZ-PLAJA, “Venecia y otros poemas, de Fernando Allué Morer”, en ABC, 01-05-1969, p. 18.

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verbal. La ciudad de Venecia inspira, como cabe deducirse, buena parte de este poemario. Díaz-Plaja lo relaciona con la obra de contemporáneos suyos como Adriano del Valle, Agustín de Foxá o Pere Gimferrer, y especialmente con la de este último, pues considera que ambos se apartan de la “visión magnificiente de lo marmóreo” para captar la esencia, lo inmaterial, la atmósfera italiana de la ciudad:

Los palacios se yerguen en su móvil quietud,

los besa el agua, el agua los acaricia, y siempre se ciñe como un novio amante y desdichado. Las góndolas ondulan entre mástiles húmedos: La humedad nada importa si tú la gozas, como la mano que nos llega aliviando el sentido.

Allué se detiene en los pequeños detalles, en los rincones urbanos, y aquel verso

largo y musical, junto al ambiente veneciano, lo acerca a ciertas tendencias de la lírica española de esos años. Nuestro poeta se muestra innovador y original, aunque no dejan de reconocerse resonancias modernistas. Y junto con el motivo veneciano, reaparece en este poemario la nostalgia por Castilla, el recuerdo añorante y el paso del tiempo.

Un año después, el autor publicaba su último poemario con el título Memoria

andaluza, pese a lo cual continuará colaborando en diversas revistas con textos poéticos y estudios literarios. Fernando Allué seguirá entregado a su pasión, la literatura, prácticamente hasta su muerte, ocurrida en Madrid el 20 de diciembre de 1982.

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4. POEMARIOS PUBLICADOS.

El Cid en Cardeñosa y otros poemas, Valladolid, Tip. Cuesta, 1923. Tres sonetos (Memoria de Luis Alba), Toledo, [s. n.], 1946. Con artificio de las altas ruedas, Valladolid, Imprenta castellana, 1947. Púrpura del aire, Toledo, Rafael Gómez Menor, 1949. Luz sin tiempo, Toledo, Rafael Gómez Menor, 1952. Romance viejo del castillo de la Mota, Toledo, Rafael Gómez Menor, 1952. Traslúcido tiempo, Toledo, Estilo, 1954. La casa, Toledo, Rafael Gómez Menor, 1955. La palabra enamorada, Valladolid, Ceres, 1959. Silva de rincones, Valencia, Ceres, 1963. Ciudad de oro: Verdad del aire. Viaje hacia la gracia. Poemas, Málaga, Librería

Anticuaria El Guadalhorce, 1966. V Poemas, Málaga, Librería Anticuaria El Guadalhorce, 1966. Historias de Benicasim, Málaga, Librería Anticuaria El Guadalhorce, 1967. Venecia y otros poemas, Málaga, Librería Anticuaria El Guadalhorce, 1969. Memoria andaluza, Málaga, Librería Anticuaria El Guadalhorce, 1970.

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EL PROFESOR ANTONIO DE AQUINO E IZARDO (1829-1906)

Victoriano Prieto Prieto

Dedicado a D. Francisco Prieto Caballero

A principios del siglo XX, cuando una brillante generación de profesores estaba

dando nueva vida al Instituto de Toledo, un veterano profesor seguía impartiendo sus clases con puntualidad, aunque por su edad y sus achaques debía estar ya jubilado. Quizá su tesón era reflejo de toda una vida de trabajo, en la que la precariedad y el infortunio habían prevalecido durante demasiados años; en la última etapa de su vida, como en la juventud, las circunstancias volvían a serle por fin favorables, y no quería desaprovecharlas.

Madrid, Pastrana, Burdeos, Angulema (1829-1850)

La vida de Antonio Aquino, profesor de Retórica y Poética (Literatura, más tarde)

en el Instituto de Toledo durante la mayor parte de su larga vida profesional, empieza en las postrimerías del reinado de Fernando VII, cuando se barrunta la primera guerra carlista. Vino al mundo en la Cava Baja, centro de la artesanía, el comercio y el transporte del Madrid de la época. Su padre durante algún tiempo ejerció de guarnicionero, siguiendo el oficio familiar; pero cambiaría de lugar de residencia y de actividad cuando Antonio contaba con cuatro años de edad. Hacia 1833 la familia Aquino Izardo,

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compuesta por Juan y María y sus cuatro hijos, Victoriana, Juan José, Antonio e Isabel, abandona la bulliciosa Corte para instalarse en una tranquila villa alcarreña.

El giro en la vida familiar lo protagoniza el hermano de María, Francisco de

Paula Izardo, clérigo que es nombrado Deán de la Colegiata de Pastrana unos días antes de la muerte de Fernando VII. Por la importancia que tuvo en el futuro de Antonio, conviene decir algunas palabras sobre su tío. Francisco de Paula era licenciado en derecho civil y canónico por la Universidad de Alcalá; su primer destino como párroco fue Layos, y últimamente era racionero de la catedral de Zamora, además de provisor y vicario general de la diócesis. Cuando toma posesión como Deán tiene 38 años.

En Pastrana, el Deán tenía asignada una amplia casa, con jardín y oratorio, y un

hospital anejo, del que era rector. Había trabajo para Juan y María, y espacio para su numerosa familia, que pronto se vería ampliada con el nacimiento de Juana Francisca. Pero Pastrana era una población pequeña, el clero muy numeroso y los tiempos turbulentos. Cuando se cumplen dos años de su estancia en Pastrana, Francisco de Paula Izardo alega razones de salud para ausentarse unos meses, y toma el camino del destierro a Francia, de donde ya no regresará.

La familia permanece por algunos años en Pastrana, esperando siempre el regreso

de su pariente y realizando las labores materiales de su casa y hospital. De los cuatro a los doce años de edad, Antonio vive en esta villa, donde comienza su instrucción.

El reencuentro de Antonio con su tío se realiza más allá de los Pirineos, donde se

completará su formación académica. Francisco de Paula Izardo ha establecido una buena relación con el Arzobispo de Burdeos, Fernand Donnet, que ha abierto un colegio a pocos kilómetros de la ciudad, en el lugar de la antigua y ruinosa abadía de La Grande Sauve. Es en este colegio donde el tío de Antonio ha comenzado una nueva vida, y llama a sus dos sobrinos varones para que vengan a estudiar. El colegio es de los más caros y elitistas del sur de Francia, pero a ellos no les costará nada. Los dos hermanos son bien acogidos por profesores y compañeros. En febrero de 1842, a poco de llegar, Francisco de Paula escribe a su cuñado: "Antonio avergüenza a los compañeros franceses en su clase,

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son rápidos los progresos que hace". Recordemos que no ha cumplido aún los trece años. Juan José sólo permanece un curso y regresa a España.

Los años sucesivos no hacen más que confirmar los buenos inicios de Antonio.

Sin embargo, cuando le queda un año para terminar los estudios, en el verano de 1848, está a punto de abandonar y regresar a España. Escribe a su padre, éste al Director del colegio, y el tío contesta con una carta zumbona que no disimula cierto resquemor; todo ha sido una rabieta de joven presumido para conseguir ropa nueva: "Como tu hijo después de recibir la tuya tenía ya satisfechos sus deseos que eran los de estar vestido a lo grande, y con ropas para todos los días como si fueran de fiesta, ya no se acordó ni de contestar, ni de la casa, ni de nada más que de sus ocupaciones, y el cuidar como un milord [...] le envié a Burdeos a que él mismo eligiese la ropa, tomando dos pares de pantalones, un paletó, un chaleco sobre otros 3 que tiene hermosos, tomó una gorra, y tiene otras 3 [...] Pantalones reúne en el día quatro o cinco pares solo para verano, y 3 ó quatro para invierno, pañuelos de seda para el cuello cuatro o seis, otros que no son de seda, además de bufa o bufas para el cuello en invierno & es bien seguro que no hay en el Colegio ningún colegial chico ni grande, que siendo de casas fuertes y de grandes caudales tengan la ropa ni se presenten como él en el colegio...". Su aplicación a los estudios no le impedía cuidar las apariencias.

A finales de año escribe a su madre y le cuenta el plan del último curso, que es un

galimatías de asignaturas, y los premios y buenos resultados que ha obtenido, sin embargo, en las últimas pruebas. Pide que se enteren de cuáles son las materias que se exigen en la Universidad de Madrid para ser licenciado en filosofía y sus programas. Tiene esperanzas de que el otoño próximo pueda volver a España con el tío.

El 30 de agosto de 1849 es su último día de colegial. Ha permanecido en la

Grande Sauve casi ocho años ininterrumpidos, en régimen de internado, veranos incluidos, con escapadas festivas, hemos de suponer, a Burdeos, y quizá estancias en la casa familiar de algún compañero. Tiene veinte años. Ha recibido una formación humanista, centrada en los clásicos griegos y latinos, pero que comprende también clásicos franceses y extranjeros, historia, filosofía y ciencias, además de lengua inglesa,

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que no era obligatoria. Pero no vuelve a España; quiere antes afianzar el francés y el griego, y el tío tiene contactos que permiten ofrecerle una colocación. En Angulema, durante el curso siguiente, es profesor de esas materias en el colegio Decour, donde gana 400 francos y la manutención. Cuando acaba el curso, la experiencia le ha servido para definir su vocación; será profesor de lo único que le interesa: la literatura y las lenguas.

Madrid (1850-1857) En el verano de 1850 viaja por fin a Madrid, donde ahora reside la familia, calle

de San Juan (hoy Moratín), excepto la hermana mayor, Victoriana, que se ha casado en Pastrana, lo que dará pie a una fluida correspondencia.

Todos desean la llegada del "gabacho", por motivos que no excluyen los

materiales y más interesados: esperan su contribución económica, porque en casa los apuros son constantes. En esto no deja de cumplir siempre con el máximo esfuerzo. El reencuentro familiar, sin embargo, no está exento de problemas. Escribe Juan de Aquino a su hija y yerno: "... el que da más guerra es el Antonio con sus impertinencias lechuguinas a quien le tengo ofrecido reservadamente el romperle una costilla antes que Dios me llame a juicio. Tiene grande aplicación para los estudios y disposición para poder ser hombre de provecho, pero reflexiona poco que tiene hermanas y quiere se gaste con él lo que no se puede ni se debe en lujo; bastante se gasta en libros porque es muy justo en razón a que aprovecha bien los estudios. Comer es con exceso lo que come, es si se quiere ansia o enfermedad que desde niño ya tuvo, por manera que yo soy el que tengo que cavilar para ver dónde salen tantos gastos como diariamente se originan, y no quiero contraer empeños de ninguna clase si puedo. La Isabel y el Antonio es odio mortal el que se tienen, el uno por tener la cabeza chica y la otra por tenerla grande, en fin donde hay mucha familia siempre hay disgustos...".

En cuanto a los estudios, Antonio tiene que pelear para que se los reconozcan y

obtener los títulos correspondientes. No le sirven los papeles que trae, le piden más certificados. En enero de 1851 llega de La Grande Sauve el certificado firmado por el

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Director, Aimé Midy; después de consignar los estudios realizados y de que ha superado todas los exámenes "dando la prueba incontestable de su capacidad y de un trabajo constante e inteligente", añade: "Durante todo el tiempo de su estancia en el establecimiento, su amor al estudio y su excelente conducta le han hecho merecedor del reconocimiento y el afecto de sus profesores y de todos sus superiores".1

El reconocimiento de sus estudios en Francia no le exime de examinarse en el

verano de 1851 de las más variadas asignaturas; obtiene en general buenas notas en las de Letras, con sobresaliente en Retórica y Poética, Literatura latina, etc., medianas en las de Ciencias y un suspenso en Matemáticas. El tío comenta desde Burdeos, donde se halla hospitalizado: "No extraño lo que a nuestro Antonio le ha ocurrido con las matemáticas, porque fue cosa a que su amena y viva imaginación no le permitía obsequiar con su estudio por ser muy seria, precisa y circunscripta: en fin que supla ahora lo que entonces faltó sujetando la vivacidad y floreado del alma del poeta". Vuelve a examinarse en septiembre y es aprobado. Le admiten a las pruebas de grado, y finalmente el 8 de noviembre de 1851 obtiene el título de Bachiller en la Facultad de Filosofía.

A continuación, consigue con innumerables y prolijas instancias, que llegan a

implicar al Ministerio de Gracia y Justicia, que en menos de dos años le dejen examinarse de todas las asignaturas necesarias para obtener el título de Licenciado, y una vez que ha superado todas las pruebas (en las calificaciones hay medianas, buenas, muy buenas y sobresalientes), y después de un ejercicio de tanteo, le admiten a los demás ejercicios del grado de Licenciatura. Se realizan estos últimos los días 26, 27 y 28 de abril de 1853; elige los temas "arte poética de Horacio" y "declinaciones griegas"; obtiene el aprobado, y dos días después, junto con otros dos aspirantes, es investido solemnemente del grado de Licenciado en la Facultad de Filosofía.

1 "... le dit Sieur d'Aquino a passé les examens d'usage: qu'ils ont toujours donné la preuve incontestable de sa capacité, d'un travail constant et intelligent, suivi d'un remarquable succés. Pendant tout le temps de son sejour dans l' etablisement son amour de l' étude et son excellente conduite lui ont acquis le suffrage et l' affection meritée de ses professeurs et de tous ses supérieurs."

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Su actividad en estos años es abrumadora. Antes de obtener la Licenciatura ha dado clases en varios colegios privados, entre otros uno llamado Colegio Politécnico que dirige D. Julián González de Soto. Cuando ya tiene el título, pide dispensa para dirigir un colegio sin haber cumplido los 25 años, petición que es rechazada. En el curso 1853-1854 es profesor sustituto de Historia en la Universidad; y durante el curso 1854-1855, que ya tiene los 25 años, dirige un colegio sito en la calle del Lobo (hoy Echegaray) nº 27, propiedad del D. Pedro Estrada y Fernández. Ese mismo año se matricula en el curso de Doctorado, que culmina con sobresaliente. En el curso siguiente, 1855-1856, de nuevo es profesor sustituto en la Universidad, ahora de Historia de la Filosofía. Por otra parte, empieza su colaboración en el Semanario Pintoresco Español, en la Revista de Instrucción Pública y otras revistas. En estos ajetreados años se producen dos hechos luctuosos: en mayo de 1854, llega de Burdeos la noticia de la muerte del tío, y el año siguiente, el 18 de octubre, muere María del Rosario Izardo, su madre, víctima de la epidemia de cólera.

Profesor de Instituto: Guadalajara y Toledo (1857-1863)

En noviembre de 1855 solicita al Ministro de Fomento una plaza de Letras como profesor interino en cualquier Instituto. Pero hasta enero de 1857 no le dan una sustitución en Toledo de 3º de Latinidad y Humanidades. Para cuando termine la sustitución, le ofrecen en Gerona una plaza de Psicología, Lógica y Ética que no llega a ejercer. El 1º de abril comienza en el Instituto de Guadalajara una sustitución de Clásicos latinos y castellanos y de 3º de Latinidad y Humanidades, con el "haber anual de ocho mil reales"; en el curso siguiente, además de Latín y Castellano se le asigna la clase de Griego. La estancia en Guadalajara comienza en abril de 1857, abarca todo el curso 1857-58, y termina a mediados del siguiente.

En julio de 1857, como no ve claro su futuro inmediato, echa una instancia nada

menos que para la cátedra de Literatura latina de la Universidad de Santiago. Pero le prorrogan la sustitución para todo el curso siguiente y renuncia a la solicitud que hizo. En el Instituto de Guadalajara, por encargo del Director, el día 1 de octubre pronuncia el

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discurso de apertura del curso 1857-1858, que el Gobernador, presente en el acto, manda imprimir en el Boletín Oficial de la Provincia.

El día 4 de abril de 1858 se casa en la parroquia de San Nicolás, con Isabel

Rodríguez Torres, natural de Guadalajara y de padres sevillanos. En noviembre del mismo año, solicita, y le es concedido, permiso para impartir clases particulares. Pero aunque Guadalajara ha sido un capítulo importante en su vida, y ya de antes tiene lazos familiares en la provincia, no será el lugar donde se quede. El 26 de enero de 1859 cesa en el Instituto de esta ciudad, y en febrero lo encontramos otra vez en Toledo; pero ahora ya definitivamente, o casi. En Guadalajara ha sido compañero de otro profesor de Latín, 14 años mayor que él, que encontrará años después: D. Celedonio Velázquez y Longoria.

En Toledo empieza a hacer la sustitución de Retórica y Poética, "con el haber

anual de diez mil reales" y horario de 10 a 11'30. Al mes siguiente comienza a dar clases en el colegio de Infantería: Francés, Historia y Geografía civiles y militares.

En diciembre pide la propiedad de la cátedra que sustituye, pretensión que es

rechazada por oponerse a ley. En la Revista de Instrucción Pública escribe una larga serie de artículos en los que reivindica que se convierta a todos los interinos en numerarios o que se ofrezcan las plazas en oposición.

Por fin, en enero de 1862, se convocan oposiciones y concurso a cátedras

vacantes, y Aquino se inscribe para las oposiciones de Retórica y Poética. En abril sacan a concurso, entre catedráticos ya numerarios, la cátedra que sustituye; se queja y pide que salga a oposición; diez días después desestiman su petición. El 7 de agosto cesa en Toledo al ocupar la cátedra de Retórica y Poética otro profesor, Mariano Alfaro, procedente de Cuenca. (Los términos "profesor" y "catedrático" se usan indistintamente en esta época.) El Secretario, Rafael Díaz Jurado, en la memoria del curso, señala que los dos profesores sustitutos, Benito y Aquino han mostrado por los alumnos "no menos interés que los profesores propietarios".

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Huelva (octubre de 1863)

Se celebran las oposiciones y obtiene la cátedra. El 8 de enero de 1863 se publica la Real Orden por la que se le nombra catedrático por oposición de Retórica y Poética del Instituto de Huelva. El 2 de febrero pide dos meses de prórroga para ir a Huelva, alegando enfermedad de su esposa y "...que hallándose muy enfermo y en un estado de completo abatimiento moral e intelectual, ocasionado por sus no interrumpidas tareas, totales pérdidas de fortuna en el Banco industrial y mercantil de D. Francisco de Paula Mellado y Compª y otras desgracias domésticas, según se manifestó públicamente en el transcurso de las oposiciones, no pudo ir a servir dicha cátedra...". El 23 de abril se le contesta y concede la prórroga; cree que debe contarse desde la respuesta y que no deberá acudir hasta el 23 de junio, pero los dos meses se cuentan desde que los pidió, el 2 de febrero, y el plazo ya ha expirado. El 27 de mayo, por tanto, el Rector de la Universidad de Sevilla denuncia su ausencia, lo que causa sanción, porque el 24 de junio Antonio de Aquino solicita el indulto a la Reina. El 16 de septiembre llega el indulto y se le concede plazo de 15 días.

El 1º de octubre toma posesión en Huelva de su cátedra, pero sólo ejerce su cargo

en el Instituto de la ciudad dos semanas. A mediados de mes emprende el regreso a Toledo, gravemente enfermo, con la idea de morir en su casa. A finales de octubre, pide a la Reina que admita su renuncia temporal de la enseñanza, por causas de salud, y tan sólo mientras existan éstas, "dejándole a salvo el derecho adquirido de volver a la misma tan luego como desapareciesen las expresadas causas". Don Antonio Llácer y Carrión, que firma en Toledo el certificado médico adjunto a la instancia, dice que conoce al paciente desde hace tres años; habla de cefalalgia, temperamento bilioso-nervioso, desórdenes en la digestión, y señala como causa ocasional de su enfermedad sus tareas de bufete y mentales, sin olvidar el influjo nocivo del cambio de clima al marchar a Huelva. Y concluye: "Creo de indispensable necesidad la completa separación por ahora de la enseñanza".

El Director del Instituto de Huelva, ante la renuncia de Antonio de Aquino,

informa al Rectorado y éste a la Dirección General de Instrucción Pública, el 18 de

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noviembre: "... Sensible es este acontecimiento que priva a este Instituto de un Profesor entendido, celoso y que ha cumplido exactamente sus deberes en los días que ha desempeñado su cátedra en el establecimiento y también ha suplido dos días la de Griego por indisposición del encargado...".

Toledo (1863-1870) La recuperación de su salud fue lenta, y la situación económica muy apurada. Es

posible que siguiera en el colegio de Infantería, después de reponerse de su enfermedad; pero no hay noticias de él hasta 1864. A partir del 7 de octubre de este año aparecen colaboraciones suyas en la revista El Teatro, que ha empezado a editarse en Madrid.

En enero de 1865, cesa en el colegio de Infantería, por una disposición que

rescindía el contrato con el personal civil. El 25 de diciembre de este año nace su primer hijo, Enrique, que es bautizado en San Andrés.

En el periódico semanal El Tajo, el día 30 de noviembre de 1866, se publica un

anuncio en el que nuestro profesor comunica la apertura de una academia de Francés en su domicilio del Pozo Amargo nº 7. Se dirige especialmente a los estudiantes del Instituto y del Seminario. Por el padrón de ese año, sabemos que vivían en la casa: Antonio y su esposa, la madre de ésta, el niño y ¡una criada!

En enero de 1867 se reincorpora a la enseñanza oficial, en el Instituto de Toledo,

en las mismas condiciones que tenía antes de obtener la cátedra. Ha perdido, con la renuncia obligada por la enfermedad, todos los derechos que le diera ganar una oposición. Lo veremos intentar repetidamente el reconocimiento de su condición de profesor numerario, y cómo su pretensión es rechazada o ignorada.

Por lo pronto, se ha producido vacante de Retórica y Poética y Ejercicios de

análisis, traducción y composición latinas, y debe "a la generosidad de la Diputación atenta a no dejar perecer a un profesor que reúne los méritos y servicios" suficientes, el

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que se le nombre sustituto, con 2/3 del sueldo, es decir, 666'666 escudos anuales. En El Tajo del día 27 de enero aparece esta nota: "Buena elección.— Parece que la cátedra vacante en nuestro Instituto se ha encargado á D. Antonio Aquino, no sabemos si interinamente ó en qué concepto".

Ejerce la sustitución sólo lo que resta de curso. Para el siguiente, 1867-68, es

nombrado auxiliar de Letras, con sueldo de 500 escudos. Tras la revolución de septiembre de 1868, cesa como auxiliar por un decreto del Ministerio de Fomento que dispone la gratuidad del cargo. Pero a finales de noviembre el Claustro le nombra por unanimidad profesor auxiliar gratuito de Letras, para que acuda a hacer las suplencias que se produzcan. En estas mismas condiciones se elige otro profesor de Ciencias. El 13 de diciembre de este año se añade un miembro más a la familia Aquino: nace Ángeles, bautizada, como su hermano, en San Andrés. Tras un curso como auxiliar sin sueldo, en octubre de 1869 cesan los dos profesores de esta condición, de Letras y de Ciencias, y el Director del Instituto, Celedonio Velázquez, en la Memoria del curso, expresa su deseo de que "el Sr. Aquino, Catedrático por oposición, y el Sr. García González ocupen muy pronto el puesto a que están llamados por su brillante carrera literaria." Notemos que don Celedonio llama "catedrático por oposición" a nuestro atribulado profesor.

Sin embargo, Antonio Aquino permanece en el Instituto de Toledo un año más. Ha cesado el catedrático de Francés, Madrilley, y al comenzar el curso 1869-70 la Diputación nombra a Aquino catedrático interino "para regentar en enseñanza libre la cátedra de Lengua francesa", con sueldo de 500 escudos. Sólo estará en el cargo de la cátedra de Francés durante ese curso, y el 1º de julio de 1870 cesa en él, a pesar de que en los horarios del curso siguiente figura como profesor de Lengua francesa en enseñanza libre, con clase diaria, "a las oraciones".

El día 12 de julio eleva una instancia a S. A. el Regente del Reino (Serrano),

exponiendo detalladamente las vicisitudes de su carrera: oposición, enfermedad y renuncia, su apartamiento de la enseñanza y su reincorporación al Instituto de Toledo, y solicita su reingreso en la enseñanza oficial en el concepto que tenía, en otro Instituto.

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Cartagena (1870-1874)

Durante el verano se resuelve su petición negativamente. Pero el 25 de agosto es nombrado, por el Ayuntamiento de Cartagena, catedrático interino de Geografía e Historia del Instituto Libre Municipal, fundado el curso anterior, con una matrícula de más de 200 alumnos.

Incorporado ya a su destino, el 22 de octubre, solicita al ministro de Ultramar

(Becerra) concursar a las cátedras de Historia colonial creadas para la formación de los funcionarios de la administración de Filipinas. No consta que obtuviera respuesta.

Dos años más tarde, en octubre de 1872 y desde Cartagena, Antonio escribe a su

cuñado Anastasio Bobadilla, procurador en Pastrana, que ya ha enviudado de Victoriana Aquino. Empieza disculpándose por no haber contestado antes a su carta: "... no me ha sido posible hasta este momento, pasadas ya las 11 de la noche, y en medio de un violentísimo dolor de cabeza, fruto de este país, de mi mucho trabajo y de mis mayores disgustos y sinsabores en mi oficio, tan duro e ingrato". Después habla de hermanos y sobrinos que ha visto en Madrid, comenta las noticias de Pastrana, y más adelante: "La Isabel y los pequeños quedaron y siguen bien, a Dios gracias; y, por lo que hace a traer la familia a ésta, o llevarla a Madrid para vivir en este punto, ni lo uno ni lo otro me parece hacedero, hoy por hoy, en razón a una larga serie de circunstancias de enojosa enumeración. Una de las principales es la de que esto, sobre excesivamente caro, por todos conceptos, y muy malo, no ofrece estabilidad alguna; por aquí pagan poco, tarde, mal o nunca. Yo me arreglo aquí con suma economía y de cualquier modo y trabajo cuanto puedo y aún más, para atender, con dificultad y gran pena a las dobles obligaciones mías y de la familia. Mi permanencia en Madrid sería un absurdo, conforme se ha puesto la enseñanza, y eso lo veo punto menos que imposible. Por lo demás, el verano que viene nos veremos, Dios mediante, pues pienso hacer un viaje por esa tierra, y lo haré como las circunstancias no lo estorben; y, si esto no pudiese suceder por motivos imprevistos ya te escribiría yo, con anticipación, pidiéndote vinieses a pasar una temporada con nosotros, a Toledo, en cuyo punto, y, al fresco del patio, podríamos charlar en grande".

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No sabemos si el verano de 1873, al que se refiere en esta carta, fue a Pastrana o si su cuñado fue a Toledo. En Cartagena se formó el Gobierno cantonal el 13 de julio, y es de suponer que no estuviera allí, dado que habrían terminado las clases y le esperaban en Toledo. En agosto está en Madrid y dirige una instancia al Presidente del Gobierno de la República (Nicolás Salmerón) por conducto del Ministro de Fomento (Fernando González). Al final de su exposición, concluye: "A VE. Suplica que se sirva inclinar el ánimo del Excmo. Sr. Presidente del Gobierno de la República para que le conceda la gracia de volver nuevamente a la enseñanza oficial. Madrid, 7 de agosto de 1873".

No estaban las cosas como para que el Gobierno de la República atendiera las

quejas de un infortunado profesor, y éste continuó en su puesto, no podemos decir desde cuándo, pero sí que su cese en el Instituto Libre Municipal de Cartagena se produjo el 30 de septiembre de 1874, fecha en la que se suprime este establecimiento, nueve meses después del golpe de Pavía, al que siguió en pocos días la rendición del cantón de Cartagena.

Toledo (1874-1884)

A finales de 1874 se encuentra de nuevo en Toledo, intentando regresar a la enseñanza oficial. Las circunstancias, aunque difíciles, van a posibilitar su deseo. Como siempre, no deja de echar instancias con diversos fines. Un decreto de 25 de junio de 1875 convoca concurso a plazas de auxiliares, al que se presenta, y en virtud del cual es nombrado en octubre de este año profesor auxiliar de Letras en Ciudad Real, cargo que no llega a ejercer. La razón de que renuncie a esta plaza, ganada en concurso, es que se le ofrece una nueva sustitución en Toledo.

Ha sido jubilado por razones de salud D. Lucas Valentín Díaz, catedrático de Latín y Castellano. El Claustro ha elegido sustituto a D. Luis Rodríguez Miguel en febrero de 1875, y este mismo profesor es nombrado en junio auxiliar de Letras. Ya con el curso 1875-76 empezado, Luis Rodríguez Miguel debe renunciar a uno de los dos cargos, que no puede reunir en su persona (es además archivero). Y renuncia al de sustituto. El 30 de octubre de 1875, el Director del Instituto, D. Celedonio Velázquez,

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nombra sustituto interino de esta cátedra de Latín y Castellano (había dos) a Aquino, y propone su nombramiento oficial a la Dirección General de Instrucción Pública, fundamentando la propuesta en que "además de su título de Licenciado en la facultad correspondiente, tiene la cualidad muy recomendable de haber sido Catedrático numerario de Instituto por oposición". El 28 de enero es nombrado sustituto definitivo de D. Lucas Valentín Díaz, y se reparte con él el sueldo: 1.500 pesetas anuales cada uno.

Hasta el curso 1881-82, durante siete años, Antonio Aquino es sustituto definitivo

de D. Lucas Valentín Díaz. Imparte la clase diaria por la tarde, de 3 a 4:30. A partir de 1879-80 ejerce además como auxiliar voluntario y gratuito de las cátedras de Letras en ausencia de sus titulares, y forma parte de los tribunales de exámenes de Latín y Castellano, Retórica y Poética, Geografía e Historia y Psicología, Lógica y Filosofía Moral. Vive en la Bajada del Pozo Amargo, nº 4.

A la estabilidad de estos años se añade otro motivo de satisfacción. Su hijo

Enrique ha empezado a estudiar en el Instituto y su rendimiento es excelente. Después de hacer primero en 1877-78, se presenta con dos compañeros a oposiciones para pensiones de alumnos. Ninguno lo consigue, pero el Claustro, atendiendo a las pruebas de su aplicación y a que han estudiado durante "las vacaciones, que todos dedican a la holganza", los premia con 80 pesetas a Pintado y a Aquino, y con 50 pesetas a Estrada.

Su padre, para no darle clase, ha impartido la de Latín y Castellano de 2º, y al año

siguiente hará lo contrario. Enrique, además de obtener sobresalientes y menciones honoríficas en las asignaturas de Letras, también obtiene estas mismas calificaciones en Aritmética y Álgebra, lo que no dejaría de provocar cierta admiración en su padre, que no tenía una mente matemática, como ya sabemos.

Pero algo terrible acontece y rompe la placidez de estos años. El 10 de febrero de

1881, a las nueve y media de la mañana, muere Enrique, a consecuencia de una meningo-encefalitis aguda. Estaba cursando 4º año de Bachillerato y había cumplido 15 años la Navidad anterior. Aunque en esta época la mortalidad era más alta que en la actualidad y aunque hemos visto a Antonio Aquino sufrir en circunstancias difíciles, el golpe que

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supondría la muerte de su hijo a los quince años, con una carrera prometedora por delante, supera toda ponderación.

En el julio de 1881, cuando ha terminado el curso y quizá para distraer la mente

de sus penas, vuelve a emplearse en su acostumbrada ocupación de dirigir instancias al Ministerio de Fomento. Pone ahora más meticulosa precisión aún; elabora una instancia con todos los pormenores de su carrera accidentada y errática; le añade una hoja de servicios que enumera sus nombramientos y la mayor parte de sus publicaciones con detalle de fechas y números. Al margen de la instancia se lee la siguiente nota, de distinta letra: "Las circunstancias que concurren en el interesado; las cualidades especiales, celo e inteligencia del mismo para la enseñanza, los méritos y servicios que resultan en la hoja de su larga práctica profesional, son antecedentes que recomiendan muy especialmente a la consideración de esa Superioridad la demanda del Catedrático Sustituto de este Establecimiento D. Antonio de Aquino é Izardo. Toledo 30 de Julio de 1881, El Vicedirector D. Narciso Barsi". ¿Cuál es su demanda? Simplemente el "nombramiento de Auxiliar y, si hubiera lugar a ello por sus méritos y servicios, el de Supernumerario".

Esta vez su instancia es atendida y estudiada minuciosamente en la Dirección

General de Instrucción Pública, donde la petición aunque extraña parece modesta atendiendo a sus méritos. El Consejo de Instrucción Pública el 13 de enero de 1882 dictamina que debe ser rehabilitado como catedrático numerario, y por una Real Orden de 20 de enero se da cumplimiento a sus dos peticiones, nombrándole auxiliar, cargo que consiguió por concurso en 27 de octubre de 1875, y supernumerario, con sueldo de 1.000 pesetas.

El proceso de rehabilitación es lento, pero cuando ya había desistido de recuperar

su título de catedrático numerario por oposición es cuando lo va a conseguir. Esto será el año siguiente, en octubre de 1883, y el Ministerio de Fomento, a pesar de que la ley marca diez años de ocupación al catedrático que renuncia a su plaza para recuperarla, hace una excepción atendiendo a que renunció por grave enfermedad y a sus méritos. Puede ingresar en cátedra de igual o semejante asignatura a la que accedió por oposición,

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con exclusión de las de la Corte, que se obtienen por concurso. Él pide continuar como supernumerario en Toledo hasta obtener cátedra de número en esta ciudad.

Mientras sigue el proceso burocrático de su rehabilitación en el Ministerio de

Fomento, su situación en el Instituto de Toledo apenas presenta modificaciones. Durante dos cursos más desempeña la cátedra de Latín y Castellano, aunque el fallecimiento de D. Lucas Valentín Díaz en febrero de 1882 da paso a que la ocupe otro profesor numerario, que pide traslado, lo que deja a Aquino en su puesto. Se encarga también de la biblioteca del Instituto, por poco tiempo: en enero de 1883 se le exime del trabajo en la biblioteca por su salud precaria.

Catedrático de Psicología, Lógica y Ética (1884-1896)

El 30 de octubre de 1883 llega la rehabilitación de catedrático numerario, a la espera de que se produzca una vacante en Toledo. Esto ocurre el 11 de enero de 1884, fecha en que fallece D. Claudio Ortega, catedrático de Psicología, Lógica y Ética, profesor de la antigua Universidad de Toledo y primer Director del Instituto. El 8 de marzo, Antonio es nombrado catedrático numerario de esta asignatura, y el 27 toma posesión; el sueldo son 3.000 pesetas anuales. El día 30 de mayo hubo reunión de Claustro y "quedó enterado con verdadera complacencia del nombramiento del Sr. Martín y Serrano para Vice-Director del Instituto y de la toma de posesión como Catedrático numerario de Psicología, Lógica y Filosofía Moral del antiguo Profesor Auxiliar y Supernumerario del mismo Establecimiento Dn. Antonio de Aquino é Izardo". En realidad venía desempeñando la cátedra, como supernumerario, desde el fallecimiento de D. Claudio Ortega. A sus 55 años ha entrado en la categoría de catedrático numerario y empezado a cobrar el sueldo que le corresponde como tal. Ya no estará amenazado continuamente de quedar sin oficio, disponible para tapar huecos. Su horario es por las mañanas, unos años de 10:30 a 12, otros de 8:30 a 10 ó de 9 a 10:30.

En 1889, cuando empieza a cobrar el primer quinquenio, se muda al callejón de

San Pedro, nº 6, muy cerca de los otros dos domicilios que ha tenido antes. Ese mismo

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curso 1889-90, un sobrino nieto suyo, Victoriano Prieto Bobadilla, ha empezado el Bachillerato en el colegio de Nuestra Señora del Prado, en Talavera, incorporado al Instituto de Toledo. Al final del curso, el 24 de junio de 1890, el colegial, de 12 años de edad, escribe a la familia, que vive en Pastrana: "Querida madre: no puede V. imaginarse lo contento que estoy con mis dos notas en el bolsillo las notas han sido sobresaliente en 1º de Latín é id. en Geografía de dichas dos asignaturas me ha examinado el tío Antonio me he estado mis buenos ratitos en el portal del Colegio hablando con el le he dicho que si podía venirse conmigo a esa lo mismo que Angeles y dice les es imposible porque Angeles se casa este verano para Agosto ó á mas tarde setiembre si no se vuelven atrás se casa con un Alferez que está en Barcelona y ella esta deseando de marcharse" (ortografía y puntuación originales).

La boda de Ángeles Aquino se celebra finalmente el 18 de abril de 1891, en la

parroquia de San Justo, en Toledo. El novio es Ángel Herrera de Burgos, y es 2º Teniente del cuerpo de la Guardia Civil en Barcelona.

Volviendo a su vida profesional, Antonio Aquino aún tendrá que pasar varios

años enseñando una asignatura que no es "la suya"; pero también esta situación cambiará.

Catedrático de Retórica y Poética (1896-1906)

Se da la circunstancia de que desde el curso 1877-78 ocupaba la cátedra de Retórica y Poética el Secretario, Saturnino Milego, que había sido antes catedrático de Lógica en Las Palmas. En julio de 1896, Antonio Aquino permuta con él su cátedra, y por fin es catedrático de Retórica y Poética en la misma condición en que lo fue en Huelva durante 15 días de su juventud. Ahora tiene 67 años.

La última etapa de la vida de Antonio Aquino se inscribe en el período de

mandato de D. Teodoro de San Román. Es este un tiempo de reforma de la enseñanza, promovida por el conde de Romanones desde el flamante Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, y que en el Instituto de Toledo se vive con intensidad.

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No parece que Aquino se arredrara ante los cambios. En 1900 es jubilado por edad (71 años) y pide el reingreso. El Claustro debe dar su dictamen el 29 de marzo de 1901 y "por unanimidad informa favorablemente la petición del Sr. Aquino a quien considera en perfecto estado y condiciones para el desempeño de su cátedra, como lo estaba con anterioridad a su jubilación".

Vuelve al trabajo, y en el Claustro del 11 de septiembre de 1901 "el Sr. Director

interpretando los deseos del Claustro en sentidas frases dio la bienvenida al Catedrático D. Antonio de Aquino é Izardo por ser al primer Claustro que asiste después de haberse dejado sin efecto la jubilación por edad que se le había otorgado haciendo ver el contento de todos por continuar a su lado tan estimado compañero". Y con motivo de su reingreso se modifica la composición de tribunales para los exámenes extraordinarios.

En diciembre de 1904 de nuevo se le permite seguir ejerciendo, cuando ya ha

cumplido el 4º quinquenio, lo que supone unos ingresos de 5.000 pesetas anuales. Ha cambiado de casa y ahora vive en la plaza del Ayuntamiento, nº 8.

Antes de 1900, año de la reforma, tiene su clase diaria de Retórica y Poética en 3º

o en 4º, de 9 a 10:30 ó de 10 a 11:30. El primer año sigue el manual de su predecesor, Milego, y al año siguiente lo cambia por el de otro autor, Álvarez. Pero después de la reforma, ha cambiado el plan de estudios y se da paso a otros alumnos. Las asignaturas tienen otras denominaciones. Aquino enseña Lengua castellana: preceptiva y composición a 3º ó 4º, Historia de la literatura a 5º, y algunos años Gramática castellana a los aspirantes a maestros, en horario de mañana. Las clases se han reducido a una hora, y no son diarias, sino alternas en los seis días de la semana laborable.

En cuanto al contenido de su docencia, el examen que aporta José María Ruiz

Alonso 2 realizado conforme al programa de Antonio Aquino y presumiblemente corregido por él, puede revelar, con todas las reservas que impone la prudencia, que sus ideas no estaban anticuadas: la belleza como único fin de la literatura, que carece de fin

2 Documento 4 del Apéndice documental de La edad dorada del Instituto de Toledo (1900-1937).

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práctico inmediato; la lectura inteligente y sosegada, sin embargo, nos mejora en todos los sentidos, etc.; con el ejemplo audaz de un autor aún vivo y polémico: Zola.

Cuando acaba el curso 1905-1906 fallece Don Matías Moreno, que deja vacante

la Vicedirección del Instituto. Antonio de Aquino ocupa el primer lugar en la terna para sucederle, y es nombrado Vicedirector. El 21 de agosto, cuando debe firmar en la toma de posesión, la mano ya no le responde para trazar su hermosa letra de otros días. Fallece tres meses más tarde, a las diez de la noche del 12 de noviembre.

Con fecha de ese mismo día, aunque hemos de pensar que fue al siguiente, el

Director, D. Teodoro de San Román, reúne el Claustro para "dar cuenta del fallecimiento del Catedrático Dn. Antonio de Aquino, antiguo maestro de esta casa y muy querido compañero que tanto se distinguió por su saber y condiciones. Enterado el Claustro de tan sensible pérdida acuerda conste en acta el sentimiento producido por la irreparable desgracia que le priva de uno de sus más ilustrados miembros. Propone el Sr. Director asistir en corporación al sepelio del cadáver y manifestar ostensiblemente nuestro cariño al muerto dedicándole una corona. Ambas cosas se acuerdan por unanimidad". Están presentes, además de don Teodoro, Ventura Reyes, Luis de Hoyos, Julián Besteiro, Juan José Daza, Gregorio Álvarez, Anastasio Vargas, Mateo Salinero, Justo Saturnino Rodríguez, Salvador Hormaechea y Luis Olavarrieta, Secretario.

Isabel Rodríguez, viuda de Aquino, a partir del año siguiente percibe una pensión

del Montepío de Oficinas de 1.125 pesetas anuales. Se traslada a vivir al callejón del Hombre de Palo, nº 3, donde fallece el 26 de abril de 1912. Reposa en el cementerio de Toledo junto a su marido, bajo una lápida en la que mandó inscribir, a continuación del nombre de Antonio, estas palabras: VICEDIRECTOR DEL INSTITUTO DE ESTA CIUDAD.

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PUBLICACIONES

En el Semanario Pintoresco Español. Fundado en 1836 y dirigido hasta 1843 por Ramón de Mesonero Romanos; desde 1846 hasta 1856 su director fue Ángel Fernández de los Ríos. Antonio Aquino escribió en esta revista dos series de artículos: o "Teatro antiguo", desde el 22 de oct de 1854 al 11 de feb de 1855, 10 entregas. o "El amor como elemento de arte considerado en la poesía lírico-erótica de los

provenzales", desde el 1 de abril hasta el 28 de octubre de 1855, 12 entregas. "Una idea de Guttemberg", El Tipógrafo, nms. 7 a 20, año 1856 (no encontrado). "Discurso pronunciado por el catedrático de clásicos latinos del Instituto

provincial de segunda enseñanza de Guadalajara, D. Antonio de Aquino, en la solemne apertura del curso académico de 1857 a 1858", Boletín oficial de la provincia de Guadalajara, números 140, 141 y 142, de 23, 25 y 27 de noviembre de 1857.

En la Revista de Instrucción pública: En 1856 se editó con el nombre de La Revista Universitaria, periódico científico-literario dedicado a la instrucción pública, pero desde 1857 hasta 1861 su cabecera fue Revista de Instrucción Pública, Literatura y Ciencias. El Director era D. Bartolomé Íñiguez Giménez, y en la larga lista de colaboradores, al lado de Antonio de Aquino, están José Amador de los Ríos, Gustavo Adolfo Bécquer, Ramón de Campoamor, Emilio Castelar, Julián Sanz del Río... Antonio Aquino, al que los redactores califican en una ocasión de "incansable colaborador", escribió al menos estos artículos, la mayoría de varias entregas: o "Importancia de la forma colegial o interna en los establecimientos públicos de

segunda enseñanza", 3, 10 y 25 de abril de 1858, Año III, núm. 27, 28 y 30. o "Historia de la Literatura Romana de Alexis Pierron", 2, 9, 16, 23 y 30 de octubre,

y 6 de noviembre de 1858. Año IV, núm. 1, 2, 3, 4, 5 y 6. o "Instituto de Guadalajara: noticia histórica de su fundación y fases por las que ha

pasado: mejoras verificadas en este establecimiento en el último año escolar: su estado actual y desarrollo", 20 nov de 1858, Año IV, nº 8.

o "Apertura curso académico en el Instituto de Guadalajara. Discurso de D. Zacarías Acosta, profesor de Matemáticas", 11 dic 1858, Año IV, n.11.

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o "Gramática griega, por D. Ciriaco Cruz", 8 y 15 ene 1859, Año IV, núm. 15 y 16. o "Elementos de literatura por D. José Coll y Vehi, catedrático de autores clásicos:

reflexiones sobre la crítica en España", 21 y 28 de abril y 5 de mayo de 1859, Año IV, núm. 29, 30 y 31.

o "Respuesta de Antonio Aquino a GLR", 23 de junio de 1859, Año IV, núm. 38 (se refiere a "De la leyenda", por G. L. R. 2 de junio de 1859, Año IV, núm. 35).

o "Noticia crítico-histórica de las diversas fases por las que el estudio del idioma griego ha pasado entre nosotros", 7 y 28 de julio y 24 de agosto de 1859, Año IV, núm. 39, 42 y 45.

o "Gramática griega, por D. Saturnino Lozano y Blasco", 22 y 29 de sept, 10 y 17 de nov de 1859, Año IV, núm. 49 y 50, Año V, núm. 6 y 7.

o "Juicio crítico del Compendio de Historia de España por D. Juan Carmelo Tárrega, Profesor del Colegio de Infantería", año V, nº 1, de 1859 (no encontrado)

o "La Ribera del Tajo ó Album de literatura y ciencias", 3 de noviembre de 1859, Año V, núm. 5.

o "Crítica de la Gramática francesa de D. Francisco Tramarría, catedrático de la Universidad Central", 9, 23 de febrero, 22 y 29 de marzo de 1860, Año V, núm. 19, 21, 25, 26.

o Carta sobre la toma de Tetuán, 1 de marzo de 1860, Año V, núm. 22. o "Crítica de la Gramática Latina de Juan Santos Vila y Juan José Domínguez,

catedráticos del Seminario Conciliar de Tuy", 19 de abril de 1860, Año V, núm. 29. o "Los catedráticos propietarios y los catedráticos interinos ó sustitutos", 12, 19 de

agosto, 4 de septiembre, 4 de octubre, 12, 19 de noviembre de 1860; 27 de marzo, 12 de abril de 1861, Año V, núm. 40, 41, 43, Año VI núm. 1, 6, 7, 24, 26.

o "Carta de Antonio de Aquino", 27 de febrero y 4 de marzo de 1861, Año VI, núm. 20 y 21.

En El Teatro, revista literaria. o "Teatro antiguo", 7, 14 y 29 de octubre y 7 y 14 de noviembre de 1864, núm. 1, 2,

4, 5 y 6. Reproduce en parte la serie publicada en el Semanario Pintoresco Español.

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o Crítica del Compendio de Historia de España de D. Hermenegildo Rato, capitán profesor del Colegio de Infantería de Toledo, 29 de noviembre, 7 de diciembre de 1864, y 7 de enero de 1865, núm. 8, 9 y 13.

Carta que D. Antonio de Aquino dirige al Sr. D. Antonio Martín Gamero, Director del Tajo, sobre un asunto que cree interesar vivamente a la ciudad de Toledo. Toledo, 1866, Imprenta de José de Cea. 40 pág.

Dos ejemplos

Todo lo que he encontrado de la producción literaria de Antonio Aquino se publica entre los años 1854 y 1866. En instancias y hojas de méritos a veces alude a trabajos posteriores, pero no da referencias precisas, y por ahora hay que atenerse a lo conocido. Su prosa quizá peca de retórica, por lo menos para el gusto actual, y en ocasiones de dispersa, cuando se deja llevar por el entusiasmo de su elocuencia, aquella "vivacidad y floreado del alma del poeta", que ya decía su tío Francisco de Paula Izardo. Sin embargo, me parece conveniente dar algunas muestras de sus escritos publicados, para que el lector juzgue por sí mismo.

El primer ejemplo forma parte de la larga serie sobre el profesorado que se

publicó en la Revista de Instrucción Pública, y es una digresión sobre un tipo ocioso y estéril que vegeta en los pueblos y aldeas como eterno pretendiente de cargos públicos, tras años de mal estudio del latín:

"Esa numerosa multitud de jóvenes holgazanes que en nuestros pueblos y aldeas, y por no dedicarse a las modestas cuanto lucrativas faenas del campo que desprecian, o no querer emprender el beneficioso cultivo de un arte u oficio que más tarde ha de proporcionarles una honrosa cuanto asegurada existencia, se dedican vanos al insipiente estudio latino, a lo que ellos apellidan estudiar gramática, ocupación vaga e indefinible (que) nada significa, (y) una vez terminada esta, dado de mano una vez al indicado estudio, aprendido el musa ae o el quis vel qui, y contándose por perfectos latinos, porque a la vuelta de dos o tres años transcurridos en la holganza, se han

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apercibido de que Cicerón era un prosista y Virgilio un poeta, creyéndose ya unos hombres de carrera como ellos dicen, se constituyen tras la de estudiantes, en otra profesión, menos honrosa por cierto, la de vagos perpetuos, la de indefinidos holgazanes, paseantes, no en corte sino en aldea, u otra cualquiera denominación que mejor les cuadre. Estos mejores anticipados latinos, holgazanes motu proprio, vagos, como hemos dicho, de profesión, son los sempiternos pretendientes a los destinos de los pueblos o de las capitales de provincia, los perpetuos aspirantes a vivir sobre la reducida localidad que les dio el ser, y como la clase de empleados en Madrid o en las grandes ciudades, forman el gusano roedor, la incansable polilla del modesto punto o lugar, al que por desgracia está afecta su existencia."

El segundo fragmento se halla en la serie, publicada en el Semanario Pintoresco Español, sobre la poesía provenzal, en la que, por cierto, de lo que menos habla es de esta escuela. En el fragmento elegido se refiere a los poetas románticos; podemos estar lejos de su opinión y de su estilo, pero no se le puede negar sentimiento, ritmo y algunas bellas imágenes:

"Vosotros, que no habéis jamás sufrido; vosotros, cuyos ojos jamás ha escaldado el llanto; vosotros, cuyas horas no ha marcado lentas y monótonas la aguja del tiempo en la esfera del dolor; cuya alma no se ha hallado una y otra vez envuelta en negro sudario de melancolía; vosotros en fin, que no habéis sentido irse poco a poco destacando de la cadena de la vida los eslabones que la forman en medio de honda tristeza, de amarga soledad, de sombría desesperación, de loco frenesí, del frenesí del dolor que rompe el alma y la desgarra; vosotros, que no sabéis sufrir, que no habéis jamás apurado la copa de amargura, no comprendéis cómo en medio de tanta pena, de tanta aflicción, de tanto abatimiento, se arroje el corazón del hombre en pos de una idea consoladora, de una idea de esperanza. Vosotros no concebís cómo el hombre se doble al pesar y no sucumba; cómo se muestre resignado y sumiso al dolor. Vosotros no concebís esto. Cuando se turba el cielo de vuestra aparente felicidad; cuando veis las luces del festín apagarse, retirarse los convidados, cesar poco a poco el ruido de la música; cuando veis que todo vuelve al silencio, que se extingue en vuestros labios la sonrisa, que se anubla vuestra frente y se corre sobre ella, frío y pavoroso, el velo de

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mortal palidez; cuando todo esto veis, pronunciáis una palabra de muerte, una horrenda palabra, y con ella os despedís de la vida. Los ecos tristes de esta palabra glacial, suicidio, se han confundido con los que ha despertado exánime vuestro cuerpo al caer sobre las losas de la sala del festín."

FUENTES DOCUMENTALES:

Archivo Histórico Nacional: Universidades, CAJA 6342, expediente 6. Ultramar, CAJA 475, expediente 1.

Archivo General de la Administración: (5)17 32/7974. (5)17 32/8103. (1)10.5 CAJA 21366 TOP. 12/52

Archivo del Instituto "El Greco" de Toledo: Libro de actas de las tomas de posesión del personal, 1862-1893. Libros de actas de claustro: 1882-1897, 1901-1907. Memorias de cursos, en la BCM.

Archivo Municipal de Toledo. Archivo Histórico Provincial de Toledo: 50768 Núm. I-941. 50769 Núm. I-942.

50770 Núm. I-943. 50771 Núm. I-944. Archivo del Instituto "Brianda de Mendoza" de Guadalajara. Archivos parroquiales de San Andrés, San Justo y San Pedro (Toledo). Archivos parroquiales de San Justo y San Pedro (Madrid). Archivo parroquial de Pastrana. Cartas familiares. Registro civil de Toledo.

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FUENTES HEMEROGRÁFICAS:

Boletín oficial de la provincia de Guadalajara, año de 1857. El Tajo. Toledo, semanal, 1866-68. El Teatro, Madrid, semanal, 1864. Revista de Instrucción Pública, Madrid, semanal, 1856-1861. Semanario Pintoresco Español, Madrid, 1854, 1855.

BIBLIOGRAFÍA:

AAVV, Biografías y semblanzas de profesores. Instituto "El Greco" de Toledo (1845-1995), Edición del IES "El Greco", 1999.

AAVV, Fondos Históricos del IB El Greco, Museo de Santa Cruz, Catálogo de la Exposición del 150 Aniversario, Toledo, 1995.

CADILHON, François, "L' institution catholique de La Sauve (1838-1858)", Actes du cinquième colloque Entre-deux-Mers tenu à La Sauve-Majeure les 9, 10, 16 et 17 septembre 1995.

PUELLES BENÍTEZ, Manuel, Historia de la educación en España II y III, De las Cortes de Cádiz a la Revolución de 1868 y De la Restauración a la II República, Madrid, Ministerio de Educación y Ciencia, 1985, 1989.

RUIZ ALONSO, José, La edad dorada del Instituto de Toledo (1900-1937). La Educación de la Mesocracia Provincial, Ciudad Real, Almud, ediciones de Castilla-La Mancha, Biblioteca Añil / Historia de la Educación, 2005.

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PIEZAS DE PREHISTORIA del Departamento de Geografía e Historia.

I.E.S. “EL GRECO” de TOLEDO. COLECCIÓN MÁXIMO MARTÍN AGUADO.

Francisco García Martín y Mercedes Hernández Cabañas.

Recientemente hemos rescatado del fondo de uno de los armarios del Departamento de Geografía e Historia del Centro, una colección de reproducciones de piezas líticas prehistóricas (inv. nº 1 a 17), y dos ejemplares originales (inv. nº 18 y 19), que permanecían arrumbados desde el traslado de las antiguas dependencias del Centro en el Palacio de Lorenzana a su nueva sede, en 1972. Aparte de la sorpresa por la existencia de la, hasta entonces desconocida colección, nos permite, ahora con criterios de gestión museológica, presentar una colección que adquiere un nuevo valor expositivo y didáctico, ya sea por el carácter artesanal de las reproducciones, o por las piezas originales procedentes de hallazgos realizados por profesores del centro a comienzos del pasado siglo. A la serie se añaden otras cuatro piezas líticas conservadas en el Laboratorio de Ciencias Naturales, presentadas como piezas de las colecciones de rocas y minerales. Por último, se completa con otras dos piezas que se conservaban en el Departamento y utilizaban para las prácticas didácticas. Se trata de dos hachas talladas de Pinedo (piezas nº 24 y 25), traídas al Centro por el profesor del mismo Máximo Martín Aguado, nombre que damos a esta variopinta colección de piezas prehistóricas en honor a este naturalista y

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arqueólogo que desarrolló una fecunda labor investigadora, educativa y divulgadora del patrimonio arqueológico, natural y geológico1.

Probablemente, en el Instituto habría ya una colección de piezas líticas a

comienzos del siglo XX, procedente de salidas realizadas por profesores del Centro o por donaciones de Moraleda y Esteban, de la que tenemos solamente referencias indirectas.

A comienzos de 1930, Ismael del Pan, profesor de nuestro Instituto y miembro de

la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, realiza unas “excursiones” por la provincia recopilando datos folklóricos, geológicos y arqueológicos. Los objetos recopilados serían entregados en el Instituto provincial2 procedentes de los yacimientos de Valdecubas, Buenavista, La Guardia y valles del Tajo y Algodor3. La pieza que hoy se conserva en la colección que presentamos (nº inv. 18), y cuya inscripción indica: “Valdecuvas/carretera de Azucaica/Toledo”, es una de las tres que se reseñan como “silex tallados” procedentes de aquél yacimiento, junto con otros de los “cerros de Buenavista”.

1 V. su faceta investigadora en “El profesor Máximo Martín Aguado, naturalista y prehistoriador, valoración de su labor investigadora”, por Pedro Rodríguez Vallejo y Elvira San Román Sandoval, en Biografías y semblantes del profesores del Instituto “El Greco”, pág. 169-186, y Miscelanea, Toledo, Instituto “El Greco”, 1985. 2 En un cliché del autor: “hachas neolíticas de diversos pueblos de la provincia de Toledo (Colección del Instituto Nacional de 2ª enseñanza (vease cuartilla n 35.). ARABACHTo. Expediente personal. 3 “Silex tallados procedentes de Valdecubas (procedentes de Mocejón) y de los cerros de Buenavista (Toledo) veáse cuartillas n. 27,28, y 29”. “Piezas sobre aspectos geológicos de Toledo (vista vuelta Tajo a la salida del puente de S. Martín y arcillas cuaternarias a orilla derecha del Tajo, junto a Buenavista. Veáse cuartilla 45”. “Objetos de Cerámica eneolítica de la provincia de Toledo (colec. del Museo arqueológico provincial) veáse cuartilla, 37,38 y 39”. “Objetos procedentes de la planicie cuaternaria y curso del Tajo en Algodor (38)”. ARABACHTo. Expediente personal. En una hoja suelta: “los hallazgos prehistóricos de la Guardia (Toledo). Toledo, 6 de abril de 1930. Pan, San Román, Francisco Sánchez Comendador, P. Román”. Desgraciadamente, excepto alguna fotografía, no se conservan los informes referidos en el expediente personal.

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El Conde de Cedillo, describe piezas “Prehistóricas” en varias colecciones toledanas en 19324: “Ejemplares paleolíticos y neolíticos procedentes de la provincia de Toledo hay también en el Instituto de Segunda Enseñanza y en el Museo Arqueológico de aquella Capital y en la colección, ya citada, de don Fernando Aguilar, en Illescas. Con respecto a nuestro centro, dirá:

“Los ejemplares del Instituto, que he examinado, se guardan en un escaparate de su Museo de Historia Natural y son en número de doce, todos bien conservados, a saber: un hacha de fibrolita, recogida en los alrededores de la ciudad; otra de la misma materia, procedente de Mora; una de fibrolita blanca, pequeña y acaso votiva, procedente de Mohedas de la Jara; otra de idéntica materia, hallada en La Guardia; cuatro de diorita y de fibrolita, procedente de San Pablo de los Montes; una de diorita y dos de fibrolita, sin procedencia conocida; y un cincelito hallado en los terrenos del Polígono, de Toledo. Todas ellas son piezas neolíticas”.

Con el Museo Nacional de Ciencias Naturales se habían tenido intercambios de colecciones desde antiguo. El 22 de diciembre de 1849, el director del Instituto de Toledo, Manuel Herreros, envió una colección de minerales y moluscos “recolectados en su distrito” a dicho Museo5, envío que se realiza cuando aún no se habían recibido en el Instituto las colecciones de los Gabinetes de Historia Natural de los cardenales Lorenzana y Luis María de Borbón, entrega realizada el 1 de abril de 18696, por lo que intuimos que los “moluscos” son realmente fósiles recolectados en los Montes de Toledo. Cincuenta

4 Conde de Cedillo: “Noticia de algunos neolitos procedentes de tierra de Toledo, con breves apuntamientos bibliográficos de Geología, Geografía y Prehistoria toledanas”. Anuario del Cuerpo Facultativo de Archivos, Bibliotecarios y Arqueólogos, Madrid MCMXXXIV, págs. 61-84. El artículo, realizado por el Conde de Cedillo en 1932, tuvo que ser revisado para su publicación por el fallecimiento del autor por el Marqués de Lozoya. 5 ACN0163/144/014. Expedientes de intercambio con centros docentes. 6 V. García Martín, Francisco: El Gabinete de Historia Natural del Infante don Luis Antonio en Boadilla del Monte, Ed. Ledoira, Toledo, 2012, pág. 171.

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años después, el 21 de marzo de 1905 Teodoro San Román solicitó una colección de rocas y fósiles, que el Museo envió el 15 de enero de 19067.

Titulamos la colección de “Máximo Martín Aguado”, ya que fue el último profesor del Centro interesado en temas de prehistoria y arqueología8, especialmente del Paleolítico Inferior, y al que debemos una de las piezas que se conservan en el Instituto (inv. nº 20) procedente de Pinedo, yacimiento al que dedicó varios estudios y le valió reconocimiento internacional. Apuntamos, ya que no hay constancia documental, la adquisición de la colección de reproducciones artísticas (inv. nº 1 al 16) que, por su tipología, coincidió con la estancia de dicho profesor en el Centro (1959-1985).

Hoy la colección se encuentra dispersa en el Centro, parte de ella está en el Departamento de Geografía e Historia –reproducciones, cantos trabajados procedentes de Pinedo y dos piezas originales-, y parte en el pequeño museo del Laboratorio del Departamento de Ciencias Naturales (inv. nº 20 a 22). Aquí se muestra un ejemplar espléndido por su tamaño y acabado, un hacha pulimentada (inv. nº 23), cuyas características nos hace dudar de su procedencia arqueológica9. Valga este trabajo para unir toda la colección –reproducciones y originales- y su distinta y azarosa procedencia.

7 Expediente sobre el envío al Instituto Provincial de Toledo de dos remesas de rocas y fósiles que solicitó su director, Teodoro de San Román, al Museo de Ciencias, autorizando a Tomás Díaz para recoger las colecciones. ACN0265/006. Expedientes de intercambio con centros docentes. 8 V. su semblanza en el art. de Rodríguez Vallejo, P. y San Román Sandolval, E.: “El profesor Máximo Martín Aguado, naturalista y prehistoriador. Valoración de su labor investigadora”, en Biografías y semblanzas de profesores. Instituto “El Greco” de Toledo (1845-1995), pág. 169-186. 9 En el Centro se conserva también una valiosa colección de mármoles tallados procedentes de los Gabinetes de Historia Natural que estuvieron en el Palacio Arzobispal hasta 1861, formando parte de las colecciones de Francisco de Lorenzana y Luis María de Borbón, ésta última procedente del Gabinete de Historia Natural que su padre, el infante D. Luis Antonio de Borbón atesoró en Boadilla del Monte y Arenas de San Pedro.

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INVENTARIO. “Colección Máximo Martín Aguado”. I.E.S. “El Greco” de Toledo.

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¡¡OS LO HABÍA AVISADO, NAVEGANTES!! Soliloquios e ideas varias “a punto de jubilarse”.

Miguel Mejía Ramos

Lo que hubiera sido mi discurso de despedida ergo jubilación, apenas insinuado por impedimentos del protocolo, aunque el común de los asistentes al acto intuyera el grueso de su contenido.

Desde hace tiempo, tenía pensado no envejecer ante el encerado. Por no llegar a esa situación ridícula, en la que después de un furibundo rapapolvo en clase, algún zagalón pretendiendo ser solícito conmigo me dijera: “No se enfade usted, abuelo”.

Por eso y aunque sé que mi memoria suscitará en unos casos alivio, en otros lamento e inevitablemente olvido, permitidme que afirme sin falsa modestia ni melancolía, que yo me jubilo en plenitud, con el caché más alto y a sabiendas de que acaso me quedaban en esta historia, algún que otro episodio de "gloria".

Pero una retirada a tiempo es una victoria, la de quién a pesar de sus dudas y contradicciones, quiso ser coherente y leal a sí mismo y ante los demás, distanciándose de lo políticamente correcto, sin acomodarse a la rutina, ni aferrarse al puesto.

Para mí la vida es un continuo y no me paro a diferenciar segunda o tercera edad. ¡Vivir! Como en el tango es lo que importa. Ahora bien, en sintonía con Herman Hesse: “No quiero que mi único motivo para vivir sea la vida, ni quiero que mi único motivo para amar sea la mujer, necesito dar un rodeo y pasar por el arte, necesito el placer solitario y elaborado del artista, para poder estar a gusto con la vida". Y en la posibilidad de que se cumplan los sueños, que es lo que hace la vida interesante.

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A bordo de este barco a la deriva llamado educación, muchas veces por “vergüenza marinera” tuve que izar el pabellón del espíritu crítico, del inconformismo y la rebelión, viendo que entre la tripulación, casi nadie, ni a babor ni a estribor, estaban por navegar con ese rumbo.

Y lo que es más descorazonador, comprobando de nuevo que por estas causas, aunque sean de utilidad y en defensa del bien común, quien se significa se crea enemigos: “¿Qué no los tienes? preguntaba Ramón y Cajal; es que nunca dijiste la verdad, ni defendiste la justícia”.

Ahora que por fin diviso tierra firme, ya no escucho cantos de sirena, ni encuentro vientos que muevan mis velas para continuar en esta singladura por treinta y cinco años lastrada.

Llegó la hora de echar amarras y proclamar como el marinero poeta a punto de naufragar: “Frente al cabo de poca esperanza arrío mi bandera", si me pierdo, buscadme lejos de la escuela. Desde luego lejos de ésta que se está construyendo aceleradamente, donde alguno como yo parodiará al filósofo con irónico desdén: “Pienso, luego estorbo”.

Pero hoy despedimos estas costas entre inquietantes interrogantes. Celebrando la jubilación rodeados de amigos y trabajadores de este estado democrático aconfesional ¿O no? Junto a compañeros de la enseñanza pública y láica ¿O no? Profesionales idóneos para impulsar una ética diacrónica, que piense en las generaciones venideras. ¿O no? Que defiendan la razón, la libertad y los fundamentos del bienestar; la tierra y el hombre. ¿O no? Porque nada vale la ciencia, si no se convierte en conciencia. ¿O no?

Vivimos eso sí, en una sociedad escandalosamente desigual e injusta. En la que

los valores de la ética se han subvertido, donde se predica una alienante resignación beatífica y al mismo tiempo el sistema en perfecta sintonía aplica “la doctrina del shock”, es decir, “acojonar a todo dios”. Donde las castas de criminales, pringaos, trincones, reyezuelos, mandamases y administradores del dolor y la muerte, lo tienen "todo atado y bien atado", los muy… cabrones. Vulgarizo, porque bastante depauperada nos están dejando la dignidad humana, como para andarse con eufemismos.

Sin embargo hay una cosa que escapa de su control: la imaginación. Puesto que imaginar se tolera aún y es gratis todavía, hagamos realidad las frases de Pessoa del libro

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del desasosiego: “Ya que no podemos extraer belleza de la vida, busquemos al menos extraer belleza de no poder extraer belleza de la vida”.

Y si no es por medio del arte o la imaginación, no importa jubilosos o compungidos conjubilados. Aunque dejemos de fondear en este inhóspito puerto y optemos por desembarcar de este viaje, siempre nos quedará Paris, o el coleccionismo, el bricolaje, las sociedades gastronómicas, las cofradías, el fútbol o cualquier otra religión, o indignarte junto a los indignados o propagar la contrapropaganda, o más ladinamente pretender la ataraxía: solo pensar y contemplar imperturbable como pasa el mundo.

Quizá todavía a alguno de nosotros nos quedaría, entregarnos a bendecir con todo honor y toda gloria, los frutos de la vid. Porque para conseguir la espiritualidad y olvidarse del mundanal ruido, no hay mejor recurso, que darle curso natural a ese proceso místico pleno de perfección y armonía revelado en ciertos caldos, que una vez puestos en boca consiguen eso, elevarte el espíritu y cuasi levitar, al transmitir ese fondo sedoso y equilibrado de aromas y sabores, tal y como rezan las alabanzas, en las santificadas escrituras de las etiquetas.

Ciertamente en todo discurso, donde se reflexione, se razone o se remuevan ideas,

siempre cabe optar por llamar al pan, pan y al vino, vino. En mi caso, la herencia cordobesa gongorina y la paterna socarronería manchega, me impelen con más propensión que propósito, a lucubrar con el pensamiento y gambetear con las palabras.

En suma, satisfecho este deseo instintivo por prolongar el clímax retórico, con estos desinhibidos flujos semánticos que lubrican la mente excitando las conexiones nerviosas del córtex inteligente y los bulbos del límbico emocional, tan útiles también para prevenir el alzheimer y algún que otro mal, pensemos finalmente que ante todo, lo verdaderamente importante es como siempre se dice, la salud….. la salud y la res-pública. Así sea.

Miguel del Monte Carmelo, suba usted que yo me bajo.

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EL AMOR ROMÁNTICO: MITOS Y REALIDADES. Unidad Didáctica sobre Relaciones Afectivas

e Igualdad entre adolescentes.

Alejandro Ballesteros Bienzobas

El Real Decreto 1631/2006, del Ministerio de Educación, incorporaba un nuevo

elemento al complejo entramado de los curriculums educativos. Nos referimos a las Competencias Básicas, aquellos “aprendizajes que se consideran imprescindibles, aquellos saberes que debe haber desarrollado un joven o una joven al finalizar la enseñanza obligatoria para poder lograr su realización persona”.

En Castilla La Mancha, en su Decreto 60/2007, se añadía una Competencia más,

hablamos de la Competencia Emocional que será el eje que guíe la Unidad Didáctica que a continuación presentamos. La Competencia Emocional, consiste en “la madurez que la persona demuestra en sus actuaciones tanto consigo mismo y con los demás, especialmente a la hora de resolver los conflictos que el día a día le ofrece”.

La necesidad de actuar educativamente sobre el “autoconcepto” proviene del hecho

de que es a través de él como los jóvenes interpretarán la realidad que les rodea y sus relaciones con los demás. Hablamos de una relación positiva y comprometida con los otros, su grupo de iguales, sus compañeros y compañeras.

Uno de los momentos “relacionales” más importantes en la vida de un o una adolescente es el momento de lo “afectivo”, la aparición del concepto de pareja y la consolidación de una relación “amorosa”. También es uno de los momentos en los que

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nuestros jóvenes han de tomar decisiones sin contar con ninguna información, más allá de la adquirida en su grupo de iguales o a través de los medios de comunicación de masas (cine, televisión…).

El planteamiento de la siguiente Unidad Didáctica, centrada en la temática del amor

y las relaciones afectivas, pretende romper el esquema tradicional de enseñanza dentro del cual no parecen entrar estos saberes.

El alumnado de 4º de la E.S.O., chicos y chicas de entre 15 y 16 años, empieza a

vivir la etapa de la valoración y consolidación de las relaciones afectivas, y lo hacen sin contar con elementos de información suficientes para poder tomar decisiones de forma eficaz. Este tema pretende que sean capaces de desarrollar actitudes positivas en sus relaciones afectivas, consolidando relaciones igualitarias. Asimismo pensamos que tratar estos temas en el aula permite prevenir actitudes de violencia machista al poner en común las ideas y valores diferentes de chicos y chicas con respecto al Amor Romántico.

OBJETIVOS Y COMPETENCIAS.

El Real Decreto 116/2004 del currículo de la E.S.O., nos indicaba cuáles habían de ser las capacidades que el alumnado debía alcanzar a lo largo de la etapa educativa. Específicamente, y relacionados con el tema que tratamos (“El Amor Romántico”. Mitos y realidades), pensamos que esta Unidad Didáctica permitirá trabajar los siguientes:

a) Asumir responsablemente sus deberes y ejercer sus derechos en el respeto a los demás, practicar la tolerancia y la solidaridad entre las personas y ejercitarse en el diálogo afianzando los valores comunes de una sociedad participativa y democrática.

La tolerancia, la solidaridad y el diálogo constituyen herramientas “indispón-sables” para el libre ejercicio de las relaciones afectivas.

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b) Desarrollar destrezas básicas en la utilización de las fuentes de información para adquirir, con sentido crítico, nuevos conocimientos.

El trabajo por parejas o en grupos permite que los conocimientos adquiridos sobre el tema sean puestos en común con las visiones de los otros.

c) Adquirir una preparación básica en el campo de las tecnologías, fundamentalmente mediante la adquisición de las destrezas relacionadas con las tecnologías de la información y de la comunicación, a fin de usarlas en el proceso de aprendizaje para encontrar, analizar, intercambiar y presentar la información y el conocimiento adquiridos.

Utilizamos Internet (Youtube, Blog, Videos, páginas web, etc…) porque pensamos que dichos medios tienen un fuerte componente motivador para el alumnado de estas edades (además permite contextualizar en sus mundos cotidianos la información haciéndola más “cercana”).

d) Apreciar, disfrutar y respetar la creación artística, e identificar y analizar críticamente los mensajes explícitos e implícitos que contiene el lenguaje de las distintas manifestaciones artísticas.

Al utilizar películas, analizar el lenguaje, estudiar y analizar los medios de comunicación, permitimos a nuestro alumnado desarrollar una actitud crítica ante los mismos.

e) Conocer el funcionamiento del propio cuerpo para afianzar los hábitos de cuidado y salud corporales, e incorporar la práctica del deporte para favorecer el desarrollo en lo personal y en lo social.

Las relaciones entre sexualidad y amor, tratadas en este tema, constituyen una aproximación al autoconocimiento del cuerpo y la salud.

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Relacionado con el alumnado de entre 14 y 16 años, el que cursa en 4º de la E.S.O. la asignatura Educación Ético-cívica; el Real Decreto también señala objetivos concretos. Nosotros, en nuestra Unidad Didáctica, nos quedamos con los siguientes:

1. Conocer y comprender los rasgos específicos que fundamentan la moralidad humana en su práctica individual y social, valorando el significado de la dignidad personal, de la libertad de la recta conciencia, del bien y la verdad…

Las relaciones afectivas son un escenario privilegiado desde el que poner en práctica los valores personales. Analizar la moralidad humana es objetivo primordial.

4. Identificar y analizar los principales conflictos morales del mundo actual en los que se manifiestan tesis antropológicas y éticas diferentes o contra-puestas, tales como materialismo y espiritualismo, liberalismo y socialismo, individualismo y comunitarismo, universalismo y contextualismo.

Algunos de los principales conflictos morales de nuestro tiempo y algunas de sus respuestas inciden sobre el tema de las relaciones afectivas entre las personas.

8. Utilizar adecuadamente el método dialógico y el debate como instrumentos esenciales en el plantea-miento de los conflictos y dilemas morales y como medio para estimular la capacidad argumentativa.

El diálogo y puesta en común de las diferentes posturas es el caldo de cultivo sobre el que consolidar relaciones afectivas gozosas.

9. Participar de modo racional y constructivo en actividades de clase, individualmente o en grupo, comprendiendo las tesis y actitudes éticas de los otros en un clima de diálogo y de tolerancia positiva.

Entender las posturas de los otros generando un clima de confianza.

10. Iniciar el descubrimiento de los valores morales, adquiriendo independencia de criterio y juicio crítico, adoptando hábitos de conducta moral que planifican la propia vida y rechazando aquellos que la hacen decaer en su dignidad de ser humano, así como estimular una imagen positiva de sí mismos y una autoestima adecuada de sus capacidades y actitudes.

La necesidad de poseer una autoestima positiva, una imagen adecuada de sí mismo, es el paso previo necesario para la formación de relaciones afectivas.

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CONTENIDOS.

El Currículo de la asignatura “Educación Ético-cívica” de 4º curso de la E.S.O. abarca diferentes bloques de trabajo. Nuestro tema “El Amor Romántico. Mitos y realidades”, se enmarca en el Bloque 1: Problemas morales de nuestro tiempo. Y, dentro de él, en la Unidad 3: Problemas derivados del mundo personal: planes e ideales de vida, responsabilidad, hábitos, valores y virtudes morales, sentido del deber, realización personal, relaciones personales: amor, amistad, sexualidad...

METODOLOGÍA.

Aspiramos a presentar con rigor una visión global de los principales contenidos, teorías y problemas relacionados con el concepto de Amor Romántico.

• Nos centraremos en unos Contenidos breves, claros y precisos. • Para propiciar conductas democráticas y altruistas, procuraremos desterrar todo

dogmatismo y presentar una pluralidad de opiniones, tendencias y perspectivas • Para que los alumnos/as puedan expresar sus propias ideas y sus propios

argumentos, favoreceremos el diálogo y el debate. • Tendremos en cuenta sus situaciones y preocupaciones cotidianas, pues las

cuestiones relacionadas con el mundo afectivo aparecen en nuestro entorno más inmediato y surgen de improviso.

• Mantener el lenguaje a un nivel accesible para el alumnado, con terminología adecuada y formas adecuadas de expresión de sus puntos de vista.

• Resaltar la dimensión práctica de nuestra materia. • Con una metodología activa y participativa, en la que el alumnado sea sujeto

activo y protagonista de su aprendizaje.

Usamos evaluaciones previas para apreciar las ideas que se poseen al iniciar el tema, usamos el cuaderno de clase para registrar las actividades (gran y medio grupo, parejas e individuales), también informaciones o ejercicios, trabajos de grupo, dinámicas, juegos de roles, películas, exposiciones…

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ACTIVIDADES.

Para el desarrollo de las actividades hemos puesto en marcha un Blog en internet. En él encontramos las actividades, materiales y textos propuestos. Usamos las nuevas tecnologías (Blogs, internet…) por una razón fundamental: la previsible MOTIVACIÓN que generan actividades diseñadas en estos contextos para nuestros chicos y chicas. Acostumbrados al uso del Smartphone, al manejo de sus cuentas de Twitter, a la conexión constante a las redes y a internet; pensamos que además de hacer la actividad más atractiva y motivadora, les resultará más fácil trabajar en ella e, incluso, proponer soluciones. Desglosamos las diferentes actividades de la Unidad Didáctica:

http://mitosamorromantico.blogspot.com/

Actividad 1. ¿Qué es el Amor Romántico?

Encuesta previa.

Una encuesta inicial en la que el alumnado irá proponiendo los elementos que componen el amor romántico.

Clase Magistral: Características del amor.

El profesor dará clase explicando como surgió históricamente la idea del Amor Romántico y cuáles son sus mitos comunes. Terminará con un turno de preguntas y una reflexión en el aula.

Actividad 2. ¿Sólo pasa en las películas?

Videos (Youtube).

A través del Blog visionamos películas y series para reflexionar sobre el Amor Romántico y sus mitos (Física y química…).

Preguntas de Reflexión.

Planteamos 5 preguntas sobre las que reflexionar. Después una puesta en común con las reflexiones individuales.

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Actividad 3. Canciones, ¿de amor?

CANCIONES

Trabajaremos con dos canciones sobre el Amor Romántico, una de ellas machista (tópicos sexistas) y otra más igualitaria.

Reescribiendo canciones en clave de género.

Trataremos, en grupos de reescribir la canción más estereotipada en clave de género. Posteriormente pondremos las canciones en común y debatiremos sobre el tema.

Actividad 4. ¿Y qué es para ti el Amor?

Texto sobre los CELOS.

Lectura individual de un texto sobre los CELOS. Después se abre un breve turno de debate y reflexión.

Encuesta.

Se pasa una encuesta al alumnado (por parejas) sobre las relaciones de pareja.

Debate en clase.

Se analizan los resultados de la encuesta, en la pizarra, y se abre un debate sobre los CELOS y las Relaciones de Pareja. ¿Se debe compartir todo en una relación?

Actividad 5. Pintamos corazones.

DIBUJOS

En un folio, les pedimos a los/as alumnos/as que dibujen, por un lado el Amor y por el otro el Sexo.

Debate y reflexión.

Se comparan los dibujos realizados por chicos y los dibujos de las chicas. Se propone un debate sobre las diferencias entre varones y mujeres en la consideración del Amor y del sexo.

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Actividad 6. Vamos al Cine.

Visionado de una película

Veremos una película en la que se trate el Amor de forma positiva (Juno, Brokeback Mountain…)

Debate y reflexión.

Son películas en las que el amor es tratado de forma diferente (la mujer es la que decide, amor homosexual…). Reflexionaremos sobre si hay otra forma de vivir el Amor.

http://mitosamorromantico.blogspot.com/

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EVALUACIÓN.

Al tratarse de una Unidad Didáctica en la que priman las actitudes sobre los contenidos, la Evaluación atiende al desarrollo de estas actitudes entre nuestro alumnado. El profesor observa el trabajo diario, la participación en debates, el trabajo individual, en parejas y en grupo; la resolución de tareas… De lo que se trata es de permitirles debatir y compartir puntos de vista acerca de lo que consideran que deben ser las relaciones afectivas. El currículo nos indica que los alumnos y alumnas deberán:

3. Conocer y apreciar las diferentes pautas culturales y morales que se dan en las sociedades modernas, como expresión de la riqueza cultural de la humanidad.

4. Identificar y expresar de modo fundamentado los principales conflictos morales del mundo actual en los que se presentan de modo claro posiciones éticas diferentes u opuestas.

8. Utilizar el diálogo y la argumentación como medio adecuado para justificar las propias posiciones éticas y para refutar las ajenas. Se pretende evaluar el uso adecuado de la argumentación sobre dilemas y conflictos morales y el grado de conocimiento y respeto a las posiciones divergentes de los interlocutores tanto en el aula como en el ámbito familiar y social.

9. Participar de modo democrático y cooperativo en todas las actividades programadas tanto en el aula como fuera de ella.

10. Iniciar la construcción de un código de conducta moral personal y autónomo. Se pretende evaluar si el alumnado es capaz de comenzar en esta etapa de desarrollo psicológico la creación de su propio itinerario de madurez moral, superando los niveles convencionales del desarrollo moral e iniciando el nivel de universalidad e imparcialidad éticas.

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BIBLIOGRAFÍA.

- Bosch Fiol, E (ed.) (2007) Investigación Social. Del mito del Amor Romántico a la violencia contra las mujeres en la pareja. Universidad de las Islas Baleares.

- Cerviño Saavedra, M.J. y otras (2007) El Amor y la Sexualidad en la Educación. Cuadernos de Educación no sexista, nº 21, Instituto de la Mujer, Madrid.

- V.V.A.A. (2005) Tomar en serio a las niñas. Cuaderno de Educación no sexista, nº 17, Instituto de la Mujer, Madrid.

- Masa Carrasqueño, M. (2009) Adolescentes en Euskadi. Una aproximación desde el empoderamiento. EMAKUNDE, Instituto Vasco de la Mujer, Vitoria.

- No te líes con los chicos malos. Guía no sexista dirigida a chicas.

- Rodríguez, S. (2008) Diario-juego de aventuras: Las decisiones de Sandra, Federación de Mujeres Jóvenes y Ministerio de Igualdad, Madrid.

- Educando en Igualdad. Guía del profesor y del alumnado (2009), FETE-UGT, Instituto de la Mujer y Ministerio de Igualdad, Madrid.

- I. M. (2008) Sindicadas. Educando en Igualdad. Cuaderno de de Educación no sexista, nº 23, Instituto de la Mujer, Madrid.

- I. M. (2000) Sindicadas. ¿Cómo educar a chicos y a chicas? Cuaderno de de Educación no sexista, nº 5, Instituto de la Mujer, Madrid.

- Jiménez Aragonés, P. (1999) Materiales Didácticos para la prevención de la violencia de género. Educación Primaria. Consejería Educación y Ciencia, Junta de Andalucía, Málaga.

- Cordón Cañero, M.C. (2010) La igualdad: un trabajo en equipo. Material de corresponsabilidad para el alumnado, Instituto Andaluz de la Mujer, Sevilla.

- Org. De mujeres del STAC-STE (2005) Unidad Didáctica: Vamos a medias.

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I.S.S.N.: 1131-8090