Amenazas gubernamentales a la propiedad de la tierra

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15 SETIEMBRE de 2014 El gobierno del presidente Humala parece correr contra el tiempo en su intento de reactivar la economía. No terminan de discutirse las últimas medidas económicas y ya se está anunciando un nuevo paquete de ellas, el cual —según argumentan los voceros del gobierno— fortalecería el crecimiento macroeconómico y ayudaría a destrabar proyectos de gran inversión que, incluso, vienen de administraciones pasadas. Sin embargo, queda claro que el Gobier- no central piensa favorecer, casi de manera exclusiva, a la inversión privada, incluso al margen de derechos reconocidos en nuestra legislación. Un ejemplo de ello es la publicación de la Ley 30230 2 , en julio último, conocida como del «paquetazo reactivador», norma que establece una VHULH GH ゥPHGLGDV WULEXWDULDV VLPSOLソFD- ción de procedimientos y permisos para la promoción y dinamización de la inversión en el país», y que, como bien han denun- ciado una serie de colectivos de la sociedad civil y organizaciones indígenas, tiene un impacto negativo en materia de derechos a la tierra. La norma en cuestión, Ley 30230 Publicada el 12 de julio —con una redacción sumamente imprecisa y hasta ambigua—, posee 103 artículos, de los que casi la tercera parte (desde el título III KDVWD ODV GLVSRVLFLRQHV ソQDOHV WUDQVLWRULDV y derogatorias) se dedican al saneamiento físico legal de tierras involucradas en proyectos de inversión. La ley se cuida de señalar en forma expresa qué tipo de derecho otorgará a los inversionistas respecto a los predios que el Estado piensa sanear. Sin embargo, el saneamiento físico legal que se propone realizar no es otra cosa que el otorgamiento de derechos de propiedad (titularidad de dominio) sobre la tierra, lo que en buena FXHQWD VLJQLソFD TXH HO HPSUHVDULR VH SR- dría convertir —gracias a la ambigüedad de la norma— en el propietario del predio donde realice sus actividades; es decir, aquel obtiene el camino libre para con- vertirse en el titular de las tierras donde tiene una concesión minera (Andes), una de hidrocarburos o una forestal (selva), sin importar los derechos allí existentes. Con estos procedimientos especiales, FUHDGRV HVSHFtソFDPHQWH SDUD HOORV ORV inversionistas podrán solicitar la propiedad de las tierras donde realizan directamente VXV DFWLYLGDGHV LQタXHQFLD GLUHFWD R GH las zonas aledañas al proyecto que las empresas consideren necesarias para sus RSHUDFLRQHV LQタXHQFLD LQGLUHFWD Crisis institucional Uno de los lastres del Perú es la falta de institucionalidad. Un país sin reglas claras ni gente que las respete genera una sensación de desgobierno. Así lo entiende el Ranking de Competitividad Mundial 2014, elaborado por The World Economic Forum (WEF) 3 , conforme al cual el Perú ha caído cuatro puntos respecto a años anteriores, sobre todo debido a la fragilidad del parámetro institucional que presenta. Esta falta de institucionalidad —señalan expertos— ahuyenta las inversiones ne- cesarias para seguir creciendo como país. Sin embargo, no es sino el Estado quien genera esta situación. Recordemos que recién en enero de 2013 se había res- tituido —mediante el Decreto Supremo 001-2013-AG— la rectoría en materia de tierras al Ministerio de Agricultura y Riego ¿Se avecinan nuevos conflictos sociales? Amenazas gubernamentales a la propiedad de la tierra Pedro Castillo Castañeda 1 (Minagri). Por eso, no se entiende cómo, con la norma del paquete reactivador, el Ejecutivo le otorga facultades similares al Organismo de Formalización de la Propie- dad Informal (Cofopri), dependiente del 0LQLVWHULR GH 9LYLHQGD D ソQ GH TXH SXHGD diseñar procedimientos para sanear tierras, colisionando —como es evidente— con el Minagri, el que incluso iniciará en los próximos meses todo un proceso de titu- lación de tierras. También llama la atención el hecho de que el Ministerio de Cultura (Mincul) y su Viceministerio de Interculturalidad hayan sido excluidos de este proceso. Esta institución, en la práctica, debe velar por los derechos de los pueblos indígenas (representados mayoritariamente por las comunidades campesinas y nativas), siendo ellos los que probablemente sean los mayores perjudicados. ¿Participaron, tanto el Mincul como su viceministerio, de la creación de esta norma, o se los saltaron con garrocha como al Minagri? En el colmo de las contradicciones, la norma del paquetazo reactivador excluye al Minagri del proceso de formulación de su reglamento: solo están Cofopri y la Superintendencia de Bienes Nacionales (ambos de Vivienda), la Superintendencia Nacional de Registros Públicos (Sunarp) (de Justicia) y Provías Nacional (de Trans- portes). Es decir, el ente rector en materia de tierras y saneamiento de la propiedad rural está fuera. El debilitamiento de la institucionalidad, entonces, es ocasiona- do por el propio Estado, que no respeta las reglas que va creando. ¿Acaso la Ley 30230 no es para promocionar y dinamizar la economía nacional? ¿Se puede promo- cionar la inversión cuando el país tiene una institucionalidad precaria?

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El gobierno del presidente Humala parece correr contra el tiempo en su intento de reactivar la economía. No terminan de discutirse las últimas medidas económicas y ya se está anunciando un nuevo paquete de ellas, el cual —según argumentan los voceros del gobierno— fortalecería el crecimiento macroeconómico y ayudaría a destrabar proyectos de gran inversión que, incluso, vienen de administraciones pasadas.

Transcript of Amenazas gubernamentales a la propiedad de la tierra

15SETIEMBRE de 2014

El gobierno del presidente Humala parece

correr contra el tiempo en su intento de

reactivar la economía. No terminan de

discutirse las últimas medidas económicas

y ya se está anunciando un nuevo paquete

de ellas, el cual —según argumentan los

voceros del gobierno— fortalecería el

crecimiento macroeconómico y ayudaría

a destrabar proyectos de gran inversión

que, incluso, vienen de administraciones

pasadas.

Sin embargo, queda claro que el Gobier-

no central piensa favorecer, casi de manera

exclusiva, a la inversión privada, incluso

al margen de derechos reconocidos en

nuestra legislación. Un ejemplo de ello es

la publicación de la Ley 302302, en julio

último, conocida como del «paquetazo

reactivador», norma que establece una

-

ción de procedimientos y permisos para la

promoción y dinamización de la inversión

en el país», y que, como bien han denun-

ciado una serie de colectivos de la sociedad

civil y organizaciones indígenas, tiene un

impacto negativo en materia de derechos

a la tierra.

La norma en cuestión, Ley 30230

Publicada el 12 de julio —con una

redacción sumamente imprecisa y hasta

ambigua—, posee 103 artículos, de los

que casi la tercera parte (desde el título III

y derogatorias) se dedican al saneamiento

físico legal de tierras involucradas en

proyectos de inversión.

La ley se cuida de señalar en forma

expresa qué tipo de derecho otorgará a los

inversionistas respecto a los predios que

el Estado piensa sanear. Sin embargo, el

saneamiento físico legal que se propone

realizar no es otra cosa que el otorgamiento

de derechos de propiedad (titularidad de

dominio) sobre la tierra, lo que en buena

-

dría convertir —gracias a la ambigüedad

de la norma— en el propietario del predio

donde realice sus actividades; es decir,

aquel obtiene el camino libre para con-

vertirse en el titular de las tierras donde

tiene una concesión minera (Andes), una

de hidrocarburos o una forestal (selva), sin

importar los derechos allí existentes.

Con estos procedimientos especiales,

inversionistas podrán solicitar la propiedad

de las tierras donde realizan directamente

las zonas aledañas al proyecto que las

empresas consideren necesarias para sus

Crisis institucional

Uno de los lastres del Perú es la falta

de institucionalidad. Un país sin reglas

claras ni gente que las respete genera una

sensación de desgobierno. Así lo entiende

el Ranking de Competitividad Mundial

2014, elaborado por The World Economic

Forum (WEF)3, conforme al cual el Perú

ha caído cuatro puntos respecto a años

anteriores, sobre todo debido a la fragilidad

del parámetro institucional que presenta.

Esta falta de institucionalidad —señalan

expertos— ahuyenta las inversiones ne-

cesarias para seguir creciendo como país.

Sin embargo, no es sino el Estado

quien genera esta situación. Recordemos

que recién en enero de 2013 se había res-

tituido —mediante el Decreto Supremo

001-2013-AG— la rectoría en materia de

tierras al Ministerio de Agricultura y Riego

¿Se avecinan nuevos conflictos sociales?

Amenazas gubernamentales ala propiedad de la tierra

Pedro Castillo Castañeda1

(Minagri). Por eso, no se entiende cómo,

con la norma del paquete reactivador, el

Ejecutivo le otorga facultades similares al

Organismo de Formalización de la Propie-

dad Informal (Cofopri), dependiente del

diseñar procedimientos para sanear tierras,

colisionando —como es evidente— con

el Minagri, el que incluso iniciará en los

próximos meses todo un proceso de titu-

lación de tierras.

También llama la atención el hecho

de que el Ministerio de Cultura (Mincul)

y su Viceministerio de Interculturalidad

hayan sido excluidos de este proceso.

Esta institución, en la práctica, debe velar

por los derechos de los pueblos indígenas

(representados mayoritariamente por

las comunidades campesinas y nativas),

siendo ellos los que probablemente sean

los mayores perjudicados. ¿Participaron,

tanto el Mincul como su viceministerio, de

la creación de esta norma, o se los saltaron

con garrocha como al Minagri?

En el colmo de las contradicciones, la

norma del paquetazo reactivador excluye

al Minagri del proceso de formulación

de su reglamento: solo están Cofopri y la

Superintendencia de Bienes Nacionales

(ambos de Vivienda), la Superintendencia

Nacional de Registros Públicos (Sunarp)

(de Justicia) y Provías Nacional (de Trans-

portes). Es decir, el ente rector en materia

de tierras y saneamiento de la propiedad

rural está fuera. El debilitamiento de la

institucionalidad, entonces, es ocasiona-

do por el propio Estado, que no respeta

las reglas que va creando. ¿Acaso la Ley

30230 no es para promocionar y dinamizar

la economía nacional? ¿Se puede promo-

cionar la inversión cuando el país tiene una

institucionalidad precaria?

16 LA REVISTA AGRARIA / 166

no en alta resolución del Perú. Ministerio del

Institution for Science

at Stanford University.

stocks

-

Ferias y mercados de productores: hacia nue

ciudadrril y Gianmarco Cheng

mes et Vétérinaires

en América del Sur

la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos

-

-

-

-

publicacionespublicacionespublicacionespublicacionespublicacionespubli

El nuevo proyectode titulación de tierras

El pasado 5 de setiembre, el Minagri

organizó una reunión para presentar el

Proyecto catastro, titulación y registro

de tierras rurales en el Perú, tercera etapa

(PTRT3), en la que participaron repre-

sentantes de la sociedad civil y gremios

agrarios e indígenas. El objetivo es titular a

441,093 predios individuales, 190 comuni-

dades nativas y 190 comunidades campesi-

nas de la sierra, para lo cual se cuenta con

un préstamo de US$40 millones del Banco

Interamericano de Desarrollo (BID).

Las preguntas surgen de manera inme-

diata. ¿Qué piensa titular el Minagri? ¿Los

saldos que deje Cofopri cuando empiece

a otorgar derechos a favor de los inversio-

nistas? Cuando exista superposición de

derechos, ¿qué título tendrá mayor valor?

¿El de Cofopri o el del Minagri? ¿El del in-

versionista o el del pequeño agricultor? Las

respuestas pueden deducirse fácilmente.

Desde las últimas décadas, en materia de

tierras, la tendencia del Estado es la misma:

liberalizar su tratamiento al máximo y des-

conocer los derechos de las personas que

más dependen de ellas —las comunidades

y agricultores familiares—, para favorecer

a las grandes inversiones.

Desde Fujimori, Toledo, García, y

ahora Humala, cada uno, a su turno, ha

las condiciones legales a través de las

cuales el Estado peruano garantizaba los

derechos sobre la tierra. Esta vez han sido

reemplazadas por medidas que promocio-

nan su uso intensivo mediante proyectos

de explotación de recursos naturales.

El llamado «paquetazo reactivador» está

en la línea del cuestionado discurso del

«síndrome del perro del hortelano»4, pero

incluso va más allá: ya no se trata de vender

las tierras para traer inversión o tecnología,

como señalara García en 2007; ahora es

necesario entregarlas en propiedad —sin

respetar las normas vigentes, la Consti-

tución y los tratados internacionales— a

los inversionistas, con el argumento de

dinamizar nuestra economía. Si esto sig-

sociales. El «Baguazo» sucedió por menos.

Notas1 Investigador del Cepes en temas relacionados

a comunidades campesinas, tierra y agua. 2 Puede descargar y revisar la ley en:

http://bit.ly/1rggjr73 Fundación sin fines de lucro, con sede en

Ginebra (Suiza), donde los principales líderes

empresariales, políticos internacionales y

periodistas e intelectuales analizan problemas

mundiales, como la salud y el medioambiente.4 Artículo escrito por Alan García, durante su

segundo periodo presidencial (diario El Co-

mercio, 27.10.2007).

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