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    Psicoanlisis APdeBA - Vol. XXII - N 3 - 2000

    Amor y destructividad: desdeel conflicto esttico a larevisin del concepto dedestructividad en la mente1

    Jean Bgoin

    2 (Grupo de estudio integrado por James Gammill, Genevieve Haag y otros colegas, creado

    en 1974, quienes trabajaron con Donald Meltzer, Martha Harris y Francis Tustin).

    1

    Publicado enExploring the work of Donald Mel tzer , A. Festschrift. Karnac Books, 2001.

    Escuch por primera vez a Donald Meltzer hablar de conflictoesttico cuando present este nuevo concepto en Pars, en unencuentro de GERPEN2 en marzo de 1986, casi catorce aosatrs. Este artculo se convirti en el segundo captulo de su libroLa Aprehensin de la Belleza, escrito con Meg Harris Williamsy publicado dos aos ms tarde, en 1988. Como muchos otros queestuvieron escuchando a Meltzer ese da, sent aquel momentodigno de ser considerado histrico, y sigo pensando que as lofue. Muchos elementos eran nuevos en este concepto, pero lo queresult ms llamativo fue su evidente inspiracin: estbamos

    escuchando a un nuevo Meltzer no tanto por sus teoras, con lasque yo estaba ya familiarizado desde haca ms de veinte aos,tras haber supervisado y habiendo traducido sus dos primeroslibros al francs sino en lo que tengo que llamar especialmentesu espritu, una nueva manera de pensar teoras, obteniendouna mezcla novedosamente integrada de psicoanlisis, filosofay poesa. En realidad, sera ms preciso decir que presenciamosel nacimiento de un ms alto grado de integracin de las cualida-des que de hecho siemprehabamos conocido en Meltzerdesdesus primeros trabajos y su primer libro,El Proceso Psicoanalt i-co : una combinacin meltzeriana nica de ciencia y arte.

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    Por supuesto, tambin en este extraordinario artculo de 1986haba nuevas ideas psicoanalticas. Una de las ms notables fueaquella en la que puso el acento en el amor, en lugar de la libido,cuando Meltzer (1988) evocaba las condiciones por las cuales unobjeto esttico es construido por el bello beb comn juntocon su bella madre comn, cuyo corolario terico es que elconflicto esttico y la posicin depresiva seran primarias para eldesarrollo y la esquizo-paranoide secundaria (p. 26). El primerlugar en el desarrollo le era otorgado al amor, y no al odio , por loque era posible una nueva actitud en lo concerniente al antiguo ytan difcil problema del dolor mental.

    EL ENIGMA DEL DOLOR MENTAL

    En Conflicto Esttico (1988), Donald Meltzer insista enque el cambio introducido por Bion en el modelo de la mentedeba obligarnos a re-pensar tanto el problema completo deldolor mental como el del proceso de desarrollo desde la infancia(p. 8). Como sabemos, desde que Freud lo inventara, el procesopsicoanaltico se ha hecho cada vez ms prolongado, desdeaquellos tempranos das en los que se extenda unos pocos meseshasta llegar posteriormente a abarcar aos y ms aos. Me pareceque esto se debe a que somos cada vez ms capaces de percibir ytener en cuenta la profundidad del dolor mental. La experiencia

    me ha demostrado que el final del proceso psicoanaltico es amenudo muy dificultoso porque, ante la amenaza de interrumpirlas sesiones psicoanalticas, se revela la existencia de un sufri-miento psquico que haba permanecido mucho ms latente quelas ansiedades de separacin y lo que su concienzuda interpreta-cin pudo haber mostrado y resuelto.

    He descubierto nuevas maneras de comprender estas formasms profundas del dolor mental gracias al trabajo de Esther Bickacerca del rol psquico de la piel y los estudios de Donald Meltzery Francis Tustin sobre autismo. Meltzer ya haba descripto comoterror una clase de ansiedad paranoide que resultaintolerablepor su cualidad y que debe ser diferenciada de otras formas depersecucin que pueden volverse intolerables por su intensidad.

    Tustin consigui elucidar la naturalezatraumtica de la ansiedadfundamental del autismo en los nios, que es el temor a la

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    suficientes capacidades como para recibir y contener en particu-lar las ansiedades de la depresin primaria, que amenazan laposibilidad misma de la vida psquica.

    El uso de pecho-inodoro aparece como una defensa proyec-tiva que es parte de las defensas manacas. De hecho, las defensasmanacas parecen a menudo estar basadas en identificacionesmasculinas y si no son demasiado masivas, son parte del meca-nismo normal del crecimiento psquico porque son bastantenecesarias para proteger al self de los sentimientos depresivosexcesivos y peligrosos que impediran cualquier desarrollo. Unasdefensas manacas moderadas pueden proporcionar algn espa-cio de resguardo suficiente y conveniente para la elaboracin

    progresiva de los afectos depresivos, los que son contenidos enotras partes de la personalidad, generalmente en las identifica-ciones femeninas. As muy pronto la bisexualidad psquica, atravs de las identificaciones, queda implicada en la lucha contrael dolor mental.

    DESDE LA TEORIA TRAUMATICA DEL CRECIMIENTO HACIA UNA

    TEORIA ESTETICA

    Me resultaba desconcertante la importancia dada por Freud alo traumtico en el desarrollo psicosexual del nio. En Un Esque-ma del Psicoanlisis (1940a [1938]), resume sus conclusiones

    acerca de la evolucin del nio como el producto esencial de unaserie de traumas en relacin al ambiente: trauma de seduccin porparte de la madre, trauma del destete, trauma por las amenazas decastracin. Esa manera de teorizar me result menos enigmticacuando me di cuenta ms plenamente del rol decisivo de laeconoma del dolor mental en las relaciones intersubjetivas. Porejemplo, logr entender lafantasa de seduccin como esencial-mente basada en la necesidad de proyectar los propios deseos enotra persona, segn el principio de que el mismo que ama es elmismo que sufre. Por cierto, la seduccin es la vapor excelenciade evacuar el dolor latente y de evitar que ste se haga manifiesto,cuando no hay un pecho-inodoro disponible.

    La hiptesis del instinto de muerte dentro del organismopareci concluir en una teora de una doble polaridad de pulsio-nes dentro del psiquismo, de manera que el trauma qued situado

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    estrictamente dentro del self, como un conflicto inevitable ypermanente entre dos pulsiones bsicas. La relacin con el am-biente sera traumtica solamente porque estas pulsiones refor-zaran las inevitables fantasas de un objeto malo, mientras quelas buenas experiencias reforzaran las fantasas de un objetobueno. As es como Klein utiliz por lo menos la bipolaridadfreudiana de las pulsiones, que ella acept en su totalidad ydesarroll an ms sistemticamente. De todas formas, ella esti-m que Freud no le dio suficiente importancia a los sentimientospositivos que el nio experiment con relacin a su ambiente,especialmente hacia supadre, entre los factores de resolucin deconflictos como el del complejo de Edipo. Pero, aun con esta

    correccin importante, podemos realmente concebir una teorageneral del desarrollo psquico que pudiese darle slo un rolsecundario a lainteraccin humanaen la gnesis y el crecimien-to de la psiquis?

    Cuando comenzamos a hablar no slo del desarrollo sinoadems de la gnesis de las funciones psquicas, entramos en elperodo moderno de la evolucin de la teora psicoanaltica. Estofue asentado por Bion en Aprendiendo de la Experiencia, endonde present la primera teora analtica de las condiciones delnacimiento de la mente basada en la capacidad de la madre derecibir y contener las primeras ansiedades del beb. Con la ideade que el mecanismo para lograrlo era una forma normal deidentificacin proyectiva, recproca para el nio y la madre,Bion dio la primer descripcin terica del concepto clnico de lamadre suficientemente buena de Winnicott.

    Ms importante todava es el siguiente paso, la descripcintotalmente nueva y original de Meltzer del conflicto psquicobsico, bajo el nombre de conflicto esttico. No est referido alos supuestos instintos innatos de vida y muerte, sino al conflictoresultante de las pulsiones libidinales y epistemoflicas dirigidoshacia el interior de la madre. Meltzer no da una definicin muyclara y precisa de la naturaleza del conflicto. Utiliza ms poesaque teora, comunica sus propios sentimientos acerca del conflic-to esttico, usa yuxtaposicin de materiales clnicos basados ensueos y alusiones literarias, para que ese sentimiento inefablepueda ser evocado en el lector y as surja en l. Escribe:

    La bella madre abnegada comn presenta a su bello beb

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    comn un objeto complejo de increble inters, inters tantosensual como infra-sensual... Pero el significado del compor-tamiento de su madre, de la aparicin y desaparicin del pechoy de la luz en sus ojos, de un rostro por el que pasan lasemociones como sombras de nubes por el paisaje, es descono-cido para l... (1988, p. 22)

    As, podemos comprender que las pulsiones epistemoflicasdel beb podran devenir conflictivas con la investidura de lamadre como un objeto esttico, un objeto primario de amor yadmiracin cuando el beb descubre el mundo exterior despusdel nacimiento. Meltzer afirma:

    El (el beb) no puede decir si ella (la madre) es Beatriz o suBelle Dame Sans Merci.4 Este es el conflicto esttico, el cualpuede ser afirmado con ms precisin en trminos del impactoesttico del exterior de la madre bella, a disposicin de lossentidos, y el interior enigmtico que debe ser construidomediante la imaginacin creativa. Todo en el arte y en laliteratura, cada anlisis, evidencia su perseverancia a lo largode la vida. (1988, p. 22)

    El concepto merecera una larga discusin. Mencionar breve-mente slo tres puntos.

    EL CONCEPTO DE OBJETO ENIGMATICO

    El objeto descripto por Meltzer es enigmtico, como lo diceexplcitamente:

    La madre es enigmtica para l (el beb); exhibe la mayorparte del tiempo la sonrisa de la Gioconda, y la msica de suvoz cambia sin cesar de un tono mayor a uno menor. Como K(de Kafka, no de Bion) l tiene que esperar las decisiones delcastillo, del mundo interno de su madre... Se trata de lacondicin humana. Qu hombre conoce el corazn de su

    4 Referencia al poema de Keats (1891) (N. Del T.)

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    amada, o de su hijo, o de su analizando tan bien como conoceel corazn de su enemigo? (1988, p. 22)

    Parecera que debe diferenciarse entre enigma y misterio. Elanalista francs Jean Laplanche tambin habla actualmente de laprimera relacin con la madre como esencialmente enigmti-ca. En mi opinin, un enigma, como el tpico enigma de laEsfinge, es siempre muy persecutorio porque contiene una enor-me cantidad de terror frente a un dolor latente, el cual puede serun peligro para la vida psquica misma. Es el peligro de senti-mientos intolerables de depresin; su naturaleza fue afirmada porel joven paciente autista de Klein, Dick (Klein, 1930), cuando vio

    las virutas del lpiz y dijo Pobre Sra. Klein!. El concepto demisterio implica, ms bien, una profunda consideracin porcuestiones insuficientemente conocidas, pero muy importantesrespecto a la vida y la muerte y, sobre todo, a la creacin de lavida.

    Resulta claro que Meltzer quiere indicar la diferencia entreobjeto esttico e idealizado cuando habla de la belleza comninherente a la madre abnegada y la belleza comn inherente albeb. Y yo prefiero pensar, como Meltzer, que la posicin esquizo-paranoide es slo secundaria y no primaria en el desarrollo, locual implica que el primer objeto debe ser ms misterioso queenigmtico para ser introyectado como un objeto suficiente-mente bueno.

    EL CONCEPTO DE RECIPROCIDAD

    Meltzer le ha dado una gran importancia al concepto dereciprocidad. Hay ejemplos clnicos en los que la reciprocidadde la investidura entre el nio y su medio ambiente no fue losuficientemente buena, pero donde era casi imposible saber si lafalta de reciprocidad provino de la madre o del padre o si provinode parte del beb. De tal manera que a menudo es imposibledecidir cul de los dos madre (y padre) o nio fue el primeroen considerar al otro como un objeto enigmtico. Pensara quees por el mismo carcter de las tempranas interacciones que se

    vuelve rpidamente imposible diferenciar el rol de uno del rol delotro, en gran medida debido a que las primeras investiduras e

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    identificaciones tienen el carcter predominante de ser mutuas yrecprocas. As que tenemos que hablar de interaccin como algodiferente al concepto comn de relaciones objetales. En estesentido, lo que hace exitosas las tempranas relaciones objetalesno est totalmente del lado de la investidura del nio, tan admi-rativa como puede serlo, ni totalmente del lado del amor de lamadre por su hijo (aun cuando est contenida por el amor delpadre) sino por la interaccin cuando es suficientemente armo-niosa. Me parece que el sentimiento esttico descripto por Mel-tzer es el resultado de la belleza del encuentro entre la madre ylas nacientes capacidades de amar del beb, contenidos por elpadre. Tal maravilloso encuentro parece muy necesario para

    confirmarle al beb su estar en condiciones de go on being,porque, en trminos ms tericos, la mutua investidura de laatencin y cuidado entre los padres le proporciona un sustitutointersubjetivo mental de la funcin continente del cuerpo de lamadre, perdido al nacer: es el equivalente simblico del rolcontinente de la piel, descripto por Esther Bick (1967).

    Este logro tiene un doble aspecto. El primero es una funcindefensiva y anti-traumtica (el campo defensivo freudiano). Traelo que he llamado seguridad bsica, compuesta por la confian-za derivada de ser lo suficientemente protegido de las ansiedadesde aniquilacin, lo que es el primer paso hacia el sentido deidentidad.

    La segunda funcin deriva del aspecto libidinal de un hermoso

    y suficiente encuentro entre el beb y la madre-y-el padre, lo queconstituye elplacer de estar vivo, gracias a la investidura estticadel objeto que permite una suficiente investidura de s mismo. Elgran mrito de Meltzer es haber agregado esta dimensin estticaa las investiduras primarias, lo que enriquece enormemente nues-tra comprensin acerca de ellas, comparado con la irnica des-cripcin de Freud de Su majestad el beb como la proyeccindel ingenuo o perverso narcisismo de los padres sobre l.

    EL DESARROLLO COGNITIVO Y AFECTIVO

    Mediante observaciones sistemticas se ha revelado la exis-

    tencia de capacidades o habilidades en el beb muy inespera-das. Se hace ms claro que los desarrollos cognitivo y afectivo

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    estn, en el mismo comienzo de la vida post-natal, ligados y escasi imposible diferenciarlos. Podemos pensar, sin embargo, quees necesario distinguir los aspectos sensuales de la relacin conel objeto, que son neurofisiolgicos y cognitivos, de su investi-dura afectiva y ms o menos esttica que determinar la persona-lidad psquica del sujeto.

    El ejemplo ms hermoso de posibilidad de resurgimiento delaspecto sensual y esttico del objeto primordial es ciertamente,en la literatura francesa, la memoria famosa de la magdalena enEn busca del Tiempo Perdido, de Marcel Proust. Permtanmerecordarles con qu sensibilidad describe la bsqueda obstinadade la memoria olvidada, cuyas huellas mnmicas haban sido

    repentinamente despertadas por el sabor de una magdalena moja-da en una taza de t:

    Tan pronto la tibia infusin mezclada con las migas toc mipaladar me recorri un escalofro y me detuve, absorto por lomaravilloso de lo que me estaba ocurriendo. Un exquisitoplacer haba invadido mis sentidos, algo aislado, separado,con ninguna referencia respecto a su origen. Al mismo tiempolas vicisitudes de la vida se me volvieron indiferentes, susdesastres inocuos, su brevedad ilusoria habiendo tenido estanueva sensacin el efecto, que el amor tiene, de colmarme conunapreciosa esencia; o ms an esta esencia no estaba en m,era yo. Me haba dejado de sentir mediocre, contingente,

    mortal. (Proust, 1913, p. 58)

    No es sta acaso una extraordinaria y vvida evocacin de loque nosotros laboriosamente tratamos de definir en trminos msabstractos: la memoria de las primitivas interacciones que esta-blecen la seguridad bsica y el placer de estar vivo, cuando estbasada en el amor mutuo esto es, ser capaces de amar y de seramados?

    Proust contina en su bsqueda:

    De dnde me vino estajoya todopoderosa? Era conscientede que estaba conectada con el sabor del t y la torta, pero elque trascendiera infinitamente esos sabores no poda, en

    verdad, ser de la misma naturaleza. (p. 58)

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    El autor hace una clara y crucial diferenciacin entre lasensacin en s misma y su investidura emocional. Es lo quecorresponde a la diferencia entre el desarrollo cognitivo y elafectivo, pero podemos ver al mismo tiempo cunto tienen queestar suficientemente integradas estas lneas de desarrollo, unacon la otra, para poder resistir la escisin que ocurre cuando eldolor mental es intolerable.

    Proust contina:

    De dnde provino? Qu quera decir? Dnde pude apre-henderla?

    Y trata de beber un segundo sorbo, luego un tercero paraintentar, vanamente, re-encontrar el origen de este exquisitoplacer el cual le pareca ser la esencia de s mismo, como elrenacer de su sentimiento de identidad y el placer de estar vivo.

    Entonces, se detiene y piensa:

    Es tiempo de detenerse, la pocin est perdiendo su virtud. Esclaro que la verdad que estoy buscando yace en m y no en lataza... Dejo la taza y examino mi propia mente. Ella sola puededescubrir la verdad. Pero, cmo? (p. 59)

    Y Proust comienza un autoanlisis maravilloso del cual nosofrece un relato inolvidable sobre el que quiero sealar algunas

    frases:

    Y repentinamente la memoria se revel a s misma. El saborera el de un pequeo trozo de magdalena que en las maanasde los domingos en Combray... mi ta Lonie acostumbrabadarme, mojndolo primero en su propia taza de t o tisana...(p. 61)

    Y Proust concluye esta bsqueda con un prrafo tan hermo-so que nunca he podido leer en voz alta sin que me embargara unapoderosa emocin:

    ... cuando de un pasado distante nada subsiste, despus de quela gente se ha muerto, despus de que las cosas estn destrui-das, solamente el gusto y el olfato, ms frgiles pero ms

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    duraderos, ms inmateriales, ms persistentes, ms autnti-cos, permanecen equilibrados un largo tiempo, como almas,recordando, esperando, deseando, entre las ruinas de todo elresto, asumiendo intrpidamente, en la diminuta y casi etreagota de su esencia, el inmenso edificio del recuerdo. (p. 61)

    UNA REVISION DEL CONCEPTO DE DESTRUCTIVIDAD PSIQUICA

    Ahora, la pregunta es: cmo son las cosas cuando las condi-ciones ambientales no son lo suficientemente buenas y el aspectoesttico del amor primario no puede ser creado? Cmo estn

    constituidas estas ansiedades inimaginables (Winnicott) y es-tas ansiedades de aniquilacin del sentido del ser? Creo que sepuede decir que en lugar de la creacin del sentido deBelleza quedeviene del mutuo amor, toma lugar su negativo elHorror, loque es el negativo de la admiracin y del deslumbramiento delamor.

    El horror ha sido representado en la mitologa por la figura dela Medusa, quien tuvo un poder paralizante y mortal. De las tresGorgonas, hijas de las divinidades del mar que vivan en elLejano Occidente, no lejos del Reino de la Muerte, Medusa era lanica cuya mirada poda matar. Estaba representada como unmonstruo con cabeza de mujer, cuyos cabellos estaban hechos deserpientes, sus enormes y peligrosos dientes sobresalan de su

    boca siempre abierta y su cara era tan horrible de mirar quepetrif icaba con terrora aquellos desafortunados que se encontra-ban con ella. Para poder defenderse y matarla, Perseo tuvo queusar el escudo de Atenea y as luchar con ella sin enfrentar sumirada.

    Algunos psicoanalistas como Pasche y Racamier han utilizadoel mito de Medusa para ilustrar el terror de lo que ellos llaman loirrepresentable. Podemos comprender lo que quieren significarpero preferira, con Elisabeth About, quien tambin trabaj conMeltzer y tiene escrito un libro, Rencontres avec Mduse, hablardel terror del agujero negro de la depresin primaria, queseala el horror al aborto de la vida psquica.

    De hecho estoy definiendo ahora una relacin de objetonarcisista como una relacin con un objeto que es sentido einvestido por el sujeto como siendo capaz, en la interaccin con

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    ste, de llevar a cabo ciertas funciones necesarias para su segu-ridad y desarrollo. El carcter principal de tal relacin es el serla matriz del cambio potencial y del crecimiento psquico.

    La matriz es el continente, en trminos de Bion, del cambio ydel crecimiento cuando cumple con su funcin. Es particular-mente necesaria para permitir al sujeto contener y elaborar lodesconocido, lo que implica confrontar en cada paso nuevo deldesarrollo tanto los recientes aspectos de la vida como los senti-mientos depresivos por haber perdido los pasados.

    Por lo contrario, cuando la matriz presenta aspectos que sondemasiado patolgicos porque existe una relacin no armoniosaentre el sujeto y el objeto, falla en cumplir esta funcin y deviene,

    de acuerdo al concepto introducido por Meltzer, en el claustroque encarcela las capacidades potenciales de cambio y creci-miento.

    A mi juicio, la perspectiva introducida por Meltzer con losconceptos de pecho-inodoro, conflicto esttico y claustro,nos obliga a revisar completamente la teora psicoanaltica de ladestructividad psquica, aunque nos conduzca a revertir comple-tamente la posicin clsica de los dos instintos bsicos. Cuandolas condiciones no han sido lo suficientemente buenas y particu-larmente cuando no ha habido una interaccin suficientementearmoniosa entre el nio y su entorno, el dolor por no ser capaz decrecerser muy intenso y liberar un ncleo de desesperacinms o menos oculto en las profundidades del ser humano. En mi

    opinin, el dolor mental es fundamentalmente depresivo porqueen lo esencial es el dolor por ser incapaz de desarrollarse, lo cualsignifica un sentimiento de muerte psquica. Ese dolor general-mente se mantiene latente porque hay defensas contra l que sonmuchas y cada vez ms complejas. Cuando es reconocido comotal, lo que puede ocurrir slo bajo condiciones que lo hagantolerable, como en una situacin teraputica, puede ser transfor-mado por el pensar y as ser usado para el crecimiento mental, locual es una creacin, como lo sinti y expres Marcel Proust. Laparte que permanece intolerable constituye un ncleo ms omenos secreto de profunda desesperacin dentro de nosotros, yello puede desembocar en violencia o en las as llamadas enfer-medades psicosomticas.

    El narcisismo se revel primero, como siempre, a travs de susformas patolgicas. En mi experiencia el narcisismo patolgico

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    refleja la violencia de las defensas contra la desesperacin.Quien no ha encontrado un objeto suficientemente bueno que lehaya permitido la creacin de una seguridad bsica conserva enel interior de s mismo partes no nacidas de su self. Laexpresin ha sido creada por Bion con relacin a la cesura delnacimiento pero yo la utilizo en un sentido diferente. Sabemosque hay pacientes que suean, a menudo, con animales salvajesy terrorficos tales como leones, tigres, araas y dems. Piensoque es demasiado simple y hasta falso considerarlos como deri-vados puros y lineales de pulsiones destructivas provenientes delinstinto de muerte. Ms bien pienso que esta destructividadrevela la internalizacin de la falla en la interaccin del desarro-

    llo, lo que constituye una real interrupcin de la relacin crea-tiva continente-contenido, fuente del narcisismo normal y de lainvestidura del self. Este aborto de las potencialidades del desa-rrollo est acompaado por una reversin con direccin opuestade la investidura del self, la que depende de la economa del dolormental. Si no hay ningn pecho-inodoro disponible, el objeto sevuelve persecutorio por lo que el sujeto est obligado, para susupervivencia, a identificarse: esta primitiva identificacin conel agresor es esencialmente una tcnica de supervivencia quepreviene ladepresin suicida. Estas identificaciones proyectivaspatolgicas conforman el claustro descripto por Meltzer y seoponen al desarrollo al encerrar al sujeto, quien rechaza supropio selfque es experimentado con horror. El resultado de la

    interrupcin de la investidura del self puede ser la paranoia. Elparanoico no slo se siente perseguido por un objeto externo,sino tambin por su self no nacido.

    Klein haba observado en los anlisis de nios la existencia deansiedades de aniquilacin. Pero parece que se refiri a ellascomo el temor a la muerte psquica, fundamentalmente. Comoejemplo, en su trabajo Sobre la Teora de la Ansiedad y laCulpa (1948), escribe que fue llevada a aplicar las hiptesis deFreud acerca de la lucha entre los instintos de vida y muerte almaterial clnico logrado en anlisis de nios pequeos y dice:Siguiendo esta lnea de pensamiento, adelant la hiptesis deque la ansiedad es provocada por el peligro que amenaza alorganismo proveniente del instinto de muerte;y suger que sta

    es la causa primaria de ansiedad (p. 275, destacado agregado).De hecho, como ya lo he mencionado, debemos diferenciar

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    entre el temor a la aniquilacin psquica del temor a la aniquila-cin fsica, bajo el peso de la depresin. La muerte fsica puedeser deseada y concretada como para ponerle fin a una torturapsquica insoportable. Las as llamadas enfermedades psicoso-mticas pueden ser consideradas como expresiones somticas deformas de depresiones suicidas latentes y escindidas. Dar unejemplo corto del cambio de perspectiva que propongo sealandola forma en que Klein ilustra, en el mismo trabajo, su punto devista acerca del instinto de muerte:

    Un nio de cinco aos sola imaginarse que tena toda clasede animales salvajes, tales como elefantes, leopardos, hienas

    y lobos, que lo ayudaban contra sus enemigos. Representabanobjetos peligrosos perseguidores que haba domesticado ypoda usar como proteccin contra sus enemigos. Pero surgien el anlisis que representaban su propio sadismo, cadaanimal representaba una fuente especfica de sadismo y losrganos utilizados en conexin con esto. Los elefantes simbo-lizaban su sadismo muscular, sus impulsos a atropellar ypatear. Los leopardos que desgarran, representaban sus dien-tes y uas y las funciones de stos en los ataques que l haca.Los lobos simbolizaban sus excrementos investidos con pro-piedades destructivas. A veces se asustaba mucho porque losanimales salvajes que haba domesticado podran volversecontra l y exterminarlo. Este temor expresaba su sensacin de

    estar amenazado por su propia destructividad (tanto como porsus perseguidores internos).

    Es una descripcin muy impresionante del mundo en el queeste nio viva! El trabajo es posterior a Notas sobre algunosmecanismos esquizoides (1946), pero Klein se expresa sola-mente en trminos de sadismo para ilustrar su tesis acerca de ladestructividad y el instinto de muerte. Para cualquiera est claroque este nio est en un gran peligro, pero yo prefiero expresarloen trminos de un desarrollo enormemente tardo en constituir einvestir la imagen del self. Lo que Klein llama sadismo, deacuerdo a la terminologa clsica de las fases del desarrollo de lalibido, se me ocurre que tiene que ser comprendido, realmente,como la investidura negativa de las propias funciones del nio yde sus rganos fsicos que reflejan el no ser investido por sus

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    objetos internos. Por cierto, un nio como el descripto vive en unsentimiento de soledad, como si no lograse confiar en nadie quelo pudiera ayudar a desarrollar una mejor imagen de s mismo. Sesiente completamente solo para enfrentar sus objetos internosrechazados, tratando desesperadamente de domesticar su cuerpofragmentado, que se mantiene como un extrao para l y al quefantasea como una horda heterognea de animales salvajes. Lostiene que usar como aliados, los nicos que puede usar en suinmensa soledad interior, para luchar contra lo que l llama susenemigos, entre los que sus sentimientos depresivos son induda-blemente los ms peligrosos, porque hubieran podido invadir yaniquilar su vida psquica, si no hubiese estado peleando conti-

    nuamente contra ellos para su supervivencia.Podemos encontrar casos donde el espacio y el tiempo son

    sentidos como perseguidores terrorficos. Esta es la interpreta-cin que Samuel Beckett dio del tiempo en los trabajos de Proust.Beckett tena tan slo 24 aos cuando escribi, en 1930, unabreve monografa sobre Proust. Es un libro extraordinario, bas-tante fascinante, si hasta parece un artculo de Bion! Sin embar-go, ellos no se haban encontrado todava, un encuentro queDidier Anzieu pens como muy importante para ellos podraser alguna forma de identificacin recproca? De todos modos,Beckett (1931) escribi lo siguiente acerca de Proust:

    La ecuacin proustiana nunca es simple... En primer lugar es

    conveniente examinar el monstruo de doble cabeza de conde-na y salvacin Tiempo... las criaturas de Proust son vctimasde esta predominante condicin y circunstancia Tiempo;vctimas como los organismos inferiores, conscientes slo dedos dimensiones y repentinamente confrontados con el miste-rio de la altura, son vctimas vctimas y prisioneros. (p. 1)

    Estaba bastante sorprendido cuando le por primera vez unaevocacin tan directa de la bidimensionalidad, como si fuera unadescripcin meltzeriana del mundo de los nios autistas y de ladificultad de elaborar una tercera dimensin con referencia a lasidentificaciones proyectivas patolgicas y al claustro! Beckettcontina describiendo los aspectos persecutorios del tiempo:

    No hay escapatoria de las horas y los das. Ni del maana ni

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    del ayer. No hay escapatoria del ayer porque el ayer nos hadeformado o ha sido deformado por nosotros. El modo no tieneimportancia. La deformacin ha tomado lugar. Meramente noestamos ms agotados por el ayer, nosotros somos otros, noms que lo que fuimos antes de la calamidad del ayer. (pp. 2-3)

    Entonces l expresa una sensacin de absoluta soledad, sinsentido y ausencia de cualquier objeto bueno:

    La disposicin buena o malvada del objeto no tiene realidadni significado. Las alegras y penas inmediatas del cuerpo y la

    inteligencia son autoevidentes pero no convincentes... Talcomo lo fue, ha sido asimilado al nico mundo que tienerealidad y significado, el mundo de nuestra propia conciencialatente y su cosmografa ha padecido una desubicacin. (p. 3)

    As, para finalizar, un concepto de cambio catastrfico ydespus, la nada.

    Estamos en desacuerdo con la nulidad de lo que estamoscomplacidos en llamar xito... (p. 3)

    Esta es una descripcin muy impresionante de un mundopsquico sin espacio para el desarrollo (bidimensionalidad) y en

    el cual el Tiempo es visto como un predador inexorable. Beckettnos hace percibir elhorrorlatente de una permanente amenazade aniquilacin de la vida psquica , el cual reglamenta tal mun-do. Conduce solamente a la nada y al sin sentido, al absurdo, quese convertir ms y ms en el tema central del trabajo de Beckett.Para l, ...la solucin proustiana consiste... en la negacin delTiempo y la Muerte, la negacin de la Muerte por la negacin delTiempo. La Muerte es muerta porque el Tiempo es muerto (p.56). Beckett se burla del tiempo recuperado de Proust; lmantiene que el Tiempo no es recuperado, es eliminado (p. 56).

    De hecho, la posicin de Proust es bastante diferente, porquel consigui redescubrir la memoria esttica del objeto parasobreponerse a sus sentimientos depresivos de prdida y destruc-

    cin y recrear su propio self. Como lo dice al final de su reflexincuando:

  • 7/30/2019 Amor y Destructividad

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    AMOR Y DESTRUCTIVIDAD

    ...estaba buscando la causa de esta felicidad, el carcter de lacerteza con la que se me impuso... Tantas veces, durante mivida, la realidad me haba decepcionado ya que, tras el mo-mento en el que yo la perciba, ya mi imaginacin, que era minico rgano para disfrutar de la belleza, no se poda aplicara ella, de acuerdo con la ley inevitable que prescribe que unoslo puede imaginar lo que est ausente... Pero permitan queun sonido, un aroma, ya odo o respirado en el pasado, seaescuchado o respirado nuevamente, ambos en el presente y enel pasado, real sin ser actual, ideal sin ser abstracto, instant-neamente la esencia permanente y oculta de las cosas esliberada y nuestro self verdadero que algunas veces por un

    largo tiempo pareca muerto pero no del todo, se despierta yrevive al recibir el alimento divino que le es trado a l.(Proust, 1990, pp. 178-179, traducido por J.B.)

    En verdad, la emocin esttica mantiene los lazos ms profun-dos con el reconocimiento y la recreacin del amor por la vida. Elidioma francs no posee tantas palabras como el ingls, uninconveniente que, no obstante, tiene una ventaja: la palabrafrancesa reconnaissance significa tanto reconocimiento comogratitud, una buena integracin del desarrollo cognitivo y afecti-vo, al menos eso es lo que uno espera. Debemos, con este estilo,agradecer a Donald Meltzer por recordarnos cuestiones tan im-portantes y por habernos ayudado a comprenderlas con ms

    claridad.

    Traducido por Raquel Duek de Escandarani.

    Jean Bgoin

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