AMPARO EN REVISIÓN 191/2008
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AMPARO EN REVISIÓN 191/2008 QUEJOSO: **********
PONENTE: MINISTRO JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS. SECRETARIO: LIC. ÓSCAR RODRÍGUEZ ÁLVAREZ.
México, Distrito Federal. Acuerdo de la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación correspondiente al día
siete de mayo de dos mil ocho.
Vo. Bo. MINISTRO
V I S T O S; Y
R E S U L T A N D O:
COTEJÓ
PRIMERO. Mediante escrito presentado el catorce de junio
de dos mil siete, en la Oficina de Correspondencia Común de los
Juzgados de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito
Federal, **********, por conducto de su representante legal,
demandó el amparo y protección de la Justicia Federal, contra las
autoridades y por los actos que a continuación se precisan:
“III.- AUTORIDADES RESPONSABLES:
1.- El Presidente Constitucional de los Estados
Unidos Mexicanos.
2.- El Congreso de la Unión.
3.- La Cámara de Diputados del Congreso de la
Unión.
4.- La Cámara de Senadores del Congreso de la
Unión.
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5.- El Secretario de Gobernación.
6.- El Director del Diario Oficial de la Federación.
7.- El Secretario Ejecutivo de la Comisión Federal
de Competencia.
IV.- ACTOS RECLAMADOS:
De las autoridades responsables reclamo los
siguientes actos:
1.- Del Presidente Constitucional de los Estados
Unidos Mexicanos, se reclama:
a) La promulgación de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, publicada en el Diario Oficial del
día 11 de junio de 2002, por lo que hace a sus
artículos 3º, fracción II, y 18, fracción II.
b) La orden de publicación en el Diario Oficial de la
Federación, de la Ley Federal de Transparencia y
Acceso a la Información Pública Gubernamental,
publicada en el Diario Oficial el día 11 de junio de
2002, por lo que hace a sus artículos 3º, fracción II,
y 18, fracción II.
c) Los efectos y consecuencias de la Ley Federal
de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, publicada en el Diario Oficial del
día 11 de junio de 2002, por lo que hace a sus
artículos 3º, fracción II, y 18, fracción II.
2.- Del Congreso de la Unión; de la Cámara de
Diputados de ese Congreso; y de la Cámara de
Senadores del mismo, se reclama:
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a) La discusión, aprobación y expedición de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental, publicada en el Diario
Oficial del día 11 de junio de 2002, por lo que hace a
sus artículos 3º, fracción II, y 18, fracción II.
b) Los efectos y consecuencias de la Ley Federal
de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, publicada en el Diario Oficial del
día 11 de junio de 2002, por lo que hace a sus
artículos 3º, fracción II, y 18, fracción II.
3.- Del Secretario de Gobernación se reclama:
a) El refrendo y publicación de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, publicada en el Diario Oficial del
día 11 de junio de 2002, por lo que hace a sus
artículos 3º, fracción II, y 18, fracción II.
b) Los efectos y consecuencias de la Ley Federal
de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, publicada en el Diario Oficial del
día 11 de junio de 2002, por lo que hace a sus
artículos 3º, fracción II, y 18, fracción II.
4.- Del Director del Diario Oficial de la Federación
se reclama:
a) La publicación en el Diario Oficial de la
Federación, de la Ley Federal de Transparencia y
Acceso a la Información Pública Gubernamental,
publicada en el Diario Oficial del día 11 de junio de
2002, por lo que hace a sus artículos 3º, fracción II,
y 18, fracción II.
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b) Los efectos y consecuencias de la Ley Federal
de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, publicada en el Diario Oficial del
día 11 de junio de 2002, por lo que hace a sus
artículos 3º, fracción II, y 18, fracción II.
5.- Del Secretario Ejecutivo de la Comisión Federal
de Competencia se reclama:
a) La resolución de fecha 10 de mayo de 2007,
dictada en los autos del expediente RA.-01/2007,
tramitado ante la Comisión Federal de
Competencia, notificada por listas el día 23 de
mayo de 2007 (en los sucesivo referida
simplemente como la Resolución).
Todos los efectos y consecuencias de la
Resolución referida en el inciso precedente.”
SEGUNDO. La parte quejosa estimó violados en su perjuicio
los derechos fundamentales contenidos en los artículos 1º, 14, 16
y 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Como conceptos de violación aduce, en síntesis, que:
1. Contrariamente a lo establecido en la resolución
reclamada, las condiciones para la concentración
impuestas por la Comisión Federal de
Competencia a la ahora quejosa, sí cumplen con
las características de datos personales, pues
tienen que ver con su patrimonio.
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2. La fracción II del artículo 18, en relación con la
fracción II del artículo 3º, de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, viola la garantía de igualdad
prevista en el artículo 1º constitucional, ya que
privan de un beneficio a las personas morales con
respecto de las físicas, de manera injustificada,
pues sólo la información relativa al domicilio y
patrimonio de estas últimas es considerado como
información confidencial, más no el de las
personas morales.
3. La resolución impugnada, transgrede las garantías
de fundamentación, motivación, exhaustividad y
congruencia, legalidad, seguridad jurídica y
defensa, pues no atiende a su argumento toral por
el cual la quejosa sostiene que la información cuya
supresión solicitaba era confidencial, ya que podría
causarle un daño patrimonial sustancial e
irreversible; varió el concepto de lo que dicha
autoridad considera como información confidencial;
además de que si la sola revelación del plazo para
cumplir con las condiciones, pudiera dificultar o
entorpecer el proceso de disolución que éstas
suponían, por mayoría de razón, la Comisión
tendría que haber considerado que la revelación de
las condiciones, podría entorpecer o dificultar aún
más la referida disolución.
Con formato: Sin Resaltar
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4. Es errónea la interpretación que realiza la
responsable del artículo 38 del Reglamento de la
Ley de Transparencia.
5. La resolución combatida carece de la debida
fundamentación y motivación, pues los artículos en
que la responsable fundó su competencia no
facultan al Secretario Ejecutivo de la Comisión para
acordar promociones, o bien, emitir autos o
resoluciones.
TERCERO. Por auto de quince de junio de dos mil siete, el
Juez Décimo Segundo de Distrito en Materia Administrativa en el
Distrito Federal, al que correspondió conocer del asunto, admitió
la demanda de garantías que registró con el número J.A.
1006/2007; seguido el trámite de ley, el titular de dicho Juzgado
celebró la audiencia constitucional el cinco de noviembre de dos
mil siete, donde dictó sentencia terminada de engrosar el trece de
noviembre del mismo año, con los puntos resolutivos siguientes:
“PRIMERO.- LA JUSTICIA DE LA UNIÓN NO
AMPARA NI PROTEGE A **********en términos del
considerando cuarto de esta resolución. ---
SEGUNDO.- LA JUSTICIA DE LA UNIÓN AMPARA Y
PROTEGE a GRUPO**********, en contra del
considerando último de esta sentencia.”
En el considerando que da origen al primer resolutivo, en el
que se negó el amparo respecto de los artículos combatidos, el
Juez de Distrito sostuvo que la distinción que hace la ley de
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personas físicas y personas morales, no parte de una misma
situación jurídica, pues la hace depender de la que impera de
proteger la vida, la seguridad o la integridad de las personas
físicas.
El segundo resolutivo, derivó de que se concede el amparo
por indebida fundamentación de la competencia de la autoridad
que emitió el acto de aplicación.
CUARTO. Inconformes con dicha sentencia, la autorizada
de la parte quejosa y el Secretario Ejecutivo de la Comisión
Federal de Competencia, interpusieron recursos de revisión, por
lo que el Juzgado del conocimiento, determinó enviar los autos al
Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito
en turno.
El Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito, a quien correspondió el conocimiento de los
asuntos, los admitió y formó el toca R.A. 35/2008.
Seguidos los trámites legales, el veintiséis de marzo del dos
mil ocho, dicho Tribunal dictó la resolución correspondiente, cuyo
punto resolutivo es el que a continuación se transcribe:
“ÚNICO.- Se ordena remitir a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación el toca R.A. 35/2008, el juicio
de amparo 1006/2007 y tres legajos de pruebas del
índice del Juzgado Décimo Segundo de Distrito en
Materia Administrativa en el Distrito Federal, al no
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encontrarse en ninguno de los supuestos a que se
refiere el punto quinto del Acuerdo 5/2001 del
Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, relativo a la determinación de los
asuntos que conservará para su resolución y el
envío de los asuntos de su competencia originaria
a las Salas y a los Tribunales Colegiados de
Circuito, para lo que a su competencia original
corresponda.”
Las consideraciones que sustenta dicho fallo, en lo que
interesa, mencionan:
- Los recursos fueron interpuestos por personas
legitimadas y oportunamente (considerandos Segundo
y Tercero).
- Se desestimaron las causales de improcedencia
omitidas por el a quo (considerando Séptimo).
- Se determinó enviar el asunto a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, para que se pronunciara sobre el
tema de inconstitucionalidad de leyes.
QUINTO. Recibidos los autos en esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, su Presidente, por acuerdo de nueve de
abril de dos mil ocho, ordenó formar y registrar el toca relativo al
amparo en revisión con el número 191/2008; asimismo, se asumió
la competencia originaria para conocer de los recursos,
ordenando se diera vista con el escrito de expresión de agravios
al Procurador General de la República y que pasaran los autos
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para su estudio al Ministro José Fernando Franco González
Salas.
El Agente del Ministerio Público Federal se abstuvo de
formular pedimento.
Previo dictamen del Ministro Ponente, y la emisión de los
acuerdos presidenciales correspondientes, el asunto quedó
radicado en esta Segunda Sala.
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación es competente para resolver el presente
amparo en revisión, en términos de lo dispuesto en los artículos
107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 83, fracción IV y 84, fracción I, inciso
a), de la Ley de Amparo; 10, fracción II, inciso a), 11, fracción V y
21, fracción XI, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, en relación con lo previsto en los puntos Tercero,
fracción II y Cuarto del Acuerdo General Plenario 5/2001; en
virtud de que se trata de un recurso de revisión interpuesto en
contra de una sentencia dictada por un Juez de Distrito en la
audiencia constitucional de un juicio de amparo en el que se
reclamaron los artículos 3, fracción II, y 18, fracción II, de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, sin que se estime necesaria la intervención del
Tribunal Pleno para la resolución del presente asunto, pues el
precepto impugnado corresponde a una legislación materia de la
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competencia de esta Sala y existen precedentes que orientan su
resolución.
SEGUNDO. La oportunidad de los recursos fue analizada
por el Tribunal Colegiado que originalmente conoció de la
revisión.
TERCERO. En los agravios que corresponden al
conocimiento de este Alto Tribunal, la parte quejosa aduce que:
Los preceptos impugnados no buscan proteger la
vida, la seguridad o la integridad de las personas
físicas, pues ello está regulado en la fracción IV
del artículo 13 de la misma Ley, al referirse a la
información reservada, sino que protegen la
intimidad y privacidad de las personas, donde se
comprende el domicilio y el patrimonio de las
personas físicas, lo cual es considerado
información confidencial, pero también esos
conceptos están relacionados a las personas
morales, de donde se deriva la transgresión al
principio de igualdad, pues “el derecho a que se
proteja la información privada referida al
patrimonio deberá estar garantizado por la Ley
tanto para las personas físicas como morales”.
“En suma y toda vez que: (i) no se podía
sostener, como hizo el A quo, que los
objetivos de la LFTAIPG son los de
transparentar y publicitar todos los actos
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de las autoridades federales, y garantizar
el acceso a toda persona a la
información, sin advertir que ese derecho
no es absoluto por virtud de las
restricciones establecidas en la propia
ley, que por tanto, el no permitirse el
acceso a determinada información no
estaría haciendo nugatorio el derecho a
la información, o los fines para los cuales
fue creada la ley; y (ii) que otro de los
objetivos de la LFTAIPG tampoco es de
garantizar que los gobernados tengan
acceso a la información en la que tienen
injerencia personas morales, puesto que
el legislador al no haber hecho distinción
respecto a las personas que tienen
injerencia en la información, el A quo
tampoco debió distinguir..”
CUARTO. En primer lugar, debe precisarse que la quejosa,
en la demanda de amparo consideró inconstitucionales los
artículos 3 y 18, ambos en su fracción II, de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental,
pues sólo consideran como información confidencial los datos
personales de las personas físicas, pero no el de las morales,
específicamente por lo que hace al domicilio y al patrimonio.
El Juez de Distrito determinó que no existía transgresión a la
garantía de igualdad.
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En su agravio, la parte quejosa, si bien menciona
tangencialmente al domicilio, su argumento toral se basa en que
“el derecho a que se proteja la información privada referida al
patrimonio deberá estar garantizado por la Ley tanto para las
personas físicas como morales”, razón por la que el análisis que
se haga en el presente estudio, sólo estará referido al último tema
mencionado.
Del mismo modo, debe aclararse que el problema de la
violación a la garantía de igualdad, gira en torno a las personas
molares, también llamadas jurídicas o colectivas, pero de derecho
privado, por ser la quejosa una sociedad privada (lo cual se
demuestra de la mera transcripción de los antecedentes que se
hará enseguida).
Hechas las precisiones anteriores, para contestar los
agravios de la quejosa, es preciso tener presentes los
antecedentes del asunto (referidos en la demanda):
“1.- Mediante escrito presentado el día 16 de junio
de 2006, la aquí quejosa notificó a la Comisión
Federal de Competencia (‘la Comisión’ o CFC’) la
concentración realizada el día 6 de octubre de 2004,
por virtud de la cual, **********, había adquirido las
acciones y ciertos activos de **********(en lo
sucesivo referida como ‘la Concentración’). --- 2.-
Mediante resolución de fecha 2 de noviembre de
2006, dictada en los autos del expediente número
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CNT-93-2006 (en lo sucesivo referida como la
‘Resolución a la Concentración’), el Pleno de la
Comisión Federal de Competencia, impuso a mi
representada, para autorizar la Concentración, una
serie de condiciones (‘las condiciones’) que la
obligaban, en un plazo máximo de dos años, a
disolver su relación accionaria con**********, en el
entendido que de no dar cumplimiento a las
mismas, se tendría por no autorizada la
Concentración, cuestión que obligaría a mi
representada a disolver la propia Concentración. ---
3.- Inconforme con la Resolución a la
Concentración, mediante escrito del 9 de enero de
2007, mi representada interpuso recurso de
reconsideración en su contra (‘el Recurso de
Reconsideración’), mismo que se radicó con el
número de expediente RA-01-2007. --- 4.- Mediante
resolución de fecha 29 de marzo de 2007, dictada
en los autos del expediente RA-01-2007 (‘la
Resolución al Recurso’ o ‘la Resolución Definitiva’),
la CFC resolvió el Recurso de Reconsideración
interpuesto por mi representada, confirmando en
sus términos la Resolución a la Concentración. ---
5.- Con fecha 27 de abril de 2007, la Comisión
notificó a mi mandante el aviso de publicación de
fecha 30 de marzo de 2007 (en adelante el ‘Aviso’),
al cual adjuntaba la versión de la Resolución al
Recurso que dicha autoridad proponía fuese
publicada en cumplimiento de sus obligaciones de
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transparencia (en adelante la ‘Propuesta de Versión
Pública’), requiriendo a mi representada para que
dentro del término de 5 días hábiles contados a
partir del día siguiente a aquél en que surtiera
efectos la notificación del referido Aviso,
manifestara respecto de la Propuesta de Versión
Pública, las partes del texto que consideraba
contenía información confidencial y que la
Comisión había omitido suprimir. --- 6.- Mediante
escrito de fecha 7 de mayo de 2006, mi
representada solicitó a la Comisión que para
efectos de la publicación de la Resolución
Definitiva, se sirviese: ( i ) eliminar todas las
referencias expresas que, a lo largo de la misma, se
hicieran a las Condiciones específicas impuestas a
mi representada por la CFC para la autorización de
la Concentración; y ( ii ) eliminar, asimismo, todas
las referencias de las que se pudiera desprenderse
en qué consistían las referidas condiciones. --- A
propósito del particular, transcribo a continuación,
la parte conducente el escrito de marras, aludida en
el párrafo precedente. (Se transcribe). --- 7.-
Mediante resolución de fecha 10 de mayo de 2007,
dictada en los autos del expediente RA-01-2007 y
notificada por Listas de la Comisión del día 23 del
mismo mes y año (‘la Resolución’), el Secretario
Ejecutivo de la CFC resolvió que únicamente le
daría el carácter de información confidencial
adicional a la señalada previamente por la CFC, a: (
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i ) los estados financieros contenidos en la
Resolución a la Concentración; ( ii ) el plazo
impuesto a mi representada para cumplir con las
Condiciones impuestas; y ( iii ) los nombres de las
sociedades en las que mi mandante debía disolver
su relación de negocios; en la inteligencia de que al
resto de la información señalada por mi
representada no se le otorgaría tal carácter. --- 8.-
La referida Resolución actualizan en perjuicio de mi
representada, sendas violaciones de garantías,
según se demuestra en los siguientes:…”.
Ahora, el contenido de los artículos de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental,
tildados de inconstitucionales, es el siguiente:
“Artículo 3. Para los efectos de esta Ley se
entenderá por:
…
II. Datos personales: La información concerniente
a una persona física, identificada o identificable,
entre otra, la relativa a su origen étnico o racial, o
que esté referida a las características físicas,
morales o emocionales, a su vida afectiva y
familiar, domicilio, número telefónico, patrimonio,
ideología y opiniones políticas, creencias o
convicciones religiosas o filosóficas, los estados
de salud físicos o mentales, las preferencias
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sexuales, u otras análogas que afecten su
intimidad;
Artículo 18. Como información confidencial se
considerará:
…
II. Los datos personales que requieran el
consentimiento de los individuos para su difusión,
distribución o comercialización en los términos de
esta Ley.”
De la lectura conjunta de esos dos preceptos, se infiere que
será información confidencial, para efectos de esa Ley, la referida
a los datos personales sólo de las personas físicas, entre ellos los
atinentes a su patrimonio.
Lo anterior se confirma, si se toma en consideración el
proceso legislativo que dio origen a la Ley en cita.
En efecto, de las tres iniciativas que originaron la Ley de
referencia, destaca la del Ejecutivo Federal, suscrita en Palacio
Nacional el treinta de noviembre de dos mil uno, que en la parte
que interesa, dice:
“…Como último principio, y como parte del objeto
de la Ley, se señala la protección de datos
personales. Existe una clara relación entre el
derecho de acceso a la información y la protección
de datos personales, no porque se trate
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forzosamente de dos realidades contrapuestas,
sino porque la regulación de ambas debe ser
complementaria. En efecto, la publicidad de la
información debe respetar el derecho de privacidad
que corresponde a los datos personales de
cualquier individuo. Para lograr la correcta armonía
entre uno y otro derecho, deben especificarse lo
más posible sus alcances.
Existe la conciencia de que cada uno de estos
derechos es de tal magnitud, que requeriría de una
ley especial que regule su objeto y establezca su
diseño institucional, por esta razón y mientras no
se expida una ley en materia de datos personales,
la iniciativa que se presenta incluye un capítulo
específico relativo a este tema, en el que se
recogen los principios fundamentales al respecto y
que puede servir de base para la legislación futura.
…
Artículo 3. Para los efectos de esta Ley se
entenderá por:
III. Datos personales: La información concerniente
a una persona física, identificada o identificable,
entre otra, la relativa a su origen étnico o racial, o
que esté referida a las características físicas,
morales o emocionales, a su vida afectiva y
familiar, su estado civil, domicilio, número
telefónico, patrimonio, ideología y opiniones
políticas, creencias o convicciones religiosas o
filosóficas, los estados de salud físicos o mentales,
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las preferencias sexuales u otras análogas que
afecten su intimidad.”
El texto propuesto se siguió en el Dictamen de veinticuatro
de abril del dos mil dos, el cual concluyó:
“…Con fundamento en lo anterior, los suscritos
integrantes de la Comisión de Gobernación y
Seguridad Pública someten a la consideración del
Pleno de la Cámara de Diputados el siguiente
proyecto de decreto:
…
Artículo 3. Para los efectos de esta Ley se
entenderá por:
…
II. Datos personales: La información concerniente a
una persona física, identificada o identificable,
entre otra, la relativa a su origen étnico o racial, o
que esté referida a las características físicas,
morales o emocionales, a su vida afectiva y
familiar, domicilio, número telefónico, patrimonio,
ideología y opiniones políticas, creencias o
convicciones religiosas o filosóficas, los estados
de salud físicos o mentales, las preferencias
sexuales, u otras análogas que afecten su
intimidad;…”
Así, puede concluirse válidamente que el derecho a la
protección de los datos personales en la Ley que se combate,
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entre ellos el patrimonio, está referido únicamente para las
personas físicas, por estar encausado al respeto de un derecho
personalísimo como es el de la intimidad, del cual derivó aquél.
Para comprender a cabalidad lo dicho, es conveniente
acudir al ámbito académico1, el cual explica:
“…III. DEL DERECHO A LA INTIMIDAD A LA
PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES.
El derecho a la intimidad abarca aquello que se
considera más propio y oculto del ser humano —
entendiéndose por propio y oculto la información
que mantiene para sí mismo—. Pero es
insoslayable que el contacto permanente del ser
humano con sus semejantes al interior de la
sociedad a la que pertenece, así como todos
aquellos avances tecnológicos que han venido
desarrollándose en la sociedad, han comenzado a
transgredir aquellos ámbitos que forman parte de la
intimidad del ser humano.
La intimidad, marcada por un matiz individualista,
era la facultad destinada a salvaguardar un
determinado espacio con carácter exclusivo, y que
consistía en un derecho del individuo a la soledad y
"a tener una esfera reservada en la cual
1 García González, Aristeo. La Protección de Datos Personales: Derecho Fundamental del
Siglo XXI. Un Estudio Comparado. Boletín Mexicano de Derecho Comparado, Instituto de
Investigaciones Jurídicas U.N.A.M.
http://www.juridicas.unam.mx/publica/rev/boletin/cont/120/art/art3.htm
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desenvolver su vida sin que la indiscreción ajena
tenga acceso a ella".
Al igual que el resto de los derechos humanos, el
derecho a la intimidad ha tenido su historicidad y
positividad, y se ha consagrado con la modernidad.
Por lo que, desde escritos como el de Benjamín
Constant, De la libertad de los antiguos comparada
a la de los modernos, pasando por la obra On
Liberty de J. Stuart Smill, seguido por The Right to
Privacy de Samuel Warren y Louis Brandeis, la
intimidad de la persona ha encontrado su
justificación y fundamento en el derecho.
Un derecho tal como ha sido reconocido por las
normas puede justificarse por su capacidad de
promover ciertos bienes básicos para los
ciudadanos: como es la libertad, la igualdad, la
seguridad y otros semejantes. Por lo que desde
esta perspectiva puede justificarse la intimidad
como un medio para promover la libertad
individual, lo que Constan denominó "el goce
pacífico y la independencia privada", mientras
Stuart Mill estableció que "la única libertad que
merece este nombre es la de buscar nuestro propio
bien a nuestra propia manera".
Siendo una construcción más moderna de este
derecho la planteada por Warren y Brandeis en
1890, con The Right to Privacy se sentaron las
bases técnico-jurídicas de la noción Privacy,
contrario a lo que había acontecido con el supuesto
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teórico en la idea de libertad como autonomía
individual defendida por Mill.
Esto es, en 1859, Stuart Mill consideraba que los
aspectos concernientes al individuo consistían en
el derecho a una absoluta independencia, puesto
que sobre sí mismo, sobre su cuerpo y mente, el
individuo era soberano. Por lo que con Warren y
Brandeis, la privacy fue un derecho a la soledad,
una facultad "to be lef alone", esto es, una garantía
del individuo a la protección de su persona y su
seguridad frente a cualquier invasión del sagrado
recinto de su vida privada y doméstica.
En consecuencia, al proclamarse el derecho a la
búsqueda de la felicidad por parte de los
ciudadanos, se buscaba proteger las creencias, los
pensamientos, emociones y sensaciones de la
persona. Así, en 1890, siendo Brandeis juez de la
Suprema Corte de los Estados Unidos, en una
dissenting opinion consideró que frente al gobierno
el derecho a la soledad es el más amplio de los
derechos y el más estimado por los hombres
civilizados.
Por lo que la protección de este derecho frente a
cualquier intromisión injustificada del gobierno en
la esfera privada del individuo, fueren cuales fueran
los medios empleados, debía ser considerada una
exigencia de la cuarta enmienda de la Constitución
americana, por tanto, garantizó a los ciudadanos la
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seguridad de su persona, de su domicilio y de sus
efectos frente a cualquier intromisión indebida.
Sin embargo, la intimidad como una disciplina
jurídica ha perdido su carácter exclusivo individual
y privado, para asumir progresivamente una
significación pública y colectiva, consecuencia del
cauce tecnológico. Esto es, en palabras de Lusky,
la privacy, más que un mero sentido estático de
defensa de la vida privada del conocimiento ajeno,
tiene la función dinámica de controlar la circulación
de informaciones relevantes para cada sujeto. Por
su parte, Fried se pronuncia en el mismo sentido,
señalando que la privacy no implica sencillamente
la falta de información sobre nosotros por parte de
los demás, sino más bien el control que tenemos
sobre las informaciones que nos conciernen.
Consecuentemente, frente a una actual sociedad de
la información, resulta insuficiente hoy concebir a
la intimidad como una derecho garantista (estatus
negativo) de defensa frente a cualquier invasión
indebida de la esfera privada, sin contemplarla al
mismo tiempo, como un derecho activo de control
(estatus positivo) sobre el flujo de informaciones
que afectan a cada sujeto.
Este derecho, consecuencia del desarrollo
tecnológico y el creciente almacenamiento de
información relativa a la persona, así como la
inmersión cada vez mayor de la misma y de la
propia sociedad a tenido que ir ampliando sus
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directrices, ya no sólo dentro de su contexto de los
sentimientos, emociones, del hogar, de los papeles,
la correspondencia, las comunicaciones
telefónicas, videovigilancia, etcétera, sino que
además, hoy, es necesario su reconocimiento, y
más aún, el establecimiento de mecanismos de
protección que puedan hacer frente a su uso y
manejo.
Por lo tanto, Pérez Luño, entre otras cosas, señala
que la propia noción de intimidad o privacidad es
una categoría cultural, social e histórica. Por lo que
ahora este concepto ha pasado de una concepción
cerrada y estática de la intimidad a otra abierta y
dinámica. Puesto que ahora se contempla la
posibilidad de conocer, acceder y controlar las
informaciones concernientes a cada persona.
Esto es, en la modernidad, el derecho a la
intimidad, como el más reciente derecho individual
relativo a la libertad, ha variado profundamente,
fruto de la revolución tecnológica. Por tanto ha sido
necesario ampliar su ámbito de protección, así
como el establecimiento de nuevos instrumentos
de tutela jurídica.
Consecuentemente, una teoría de la intimidad
encerrada en sí misma no sólo sería incapaz de
explicar satisfactoriamente la función de este
derecho en la experiencia política, científica y
cultural del presente, sino, incluso, sería inútil (o,
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
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en el peor de los casos, deformadora) la
formulación de su concepto.
Al tratarse de un derecho con un carácter abierto y
dinámico que está frente a una sociedad donde la
informática se ha convertido en el símbolo
emblemático de la cultura actual, Frossini, señalaba
acertadamente que el control electrónico de los
documentos de identificación, el proceso
informatizado de datos fiscales, el registro de
crédito, así como de las reservas de viajes,
representan muestras conocidas de la
omnipresente vigilancia informática de la existencia
habitual de la persona. Por lo que la vida individual
y social corre el riesgo de hallarse sometida a un
"juicio universal permanente".
Cada ciudadano fichado en un banco de datos se
halla expuesto a una vigilancia continua e
inadvertida que afecta potencialmente incluso a los
aspectos más sensibles de su vida privada,
aquellos que en épocas anteriores quedaban fuera
de todo control, por su variedad y multiplicidad, y
que hoy, además de tomar conciencia de ello,
comienzan a exigir un reconocimiento sobre el uso
y control de sus datos.
La protección de la intimidad frente a la informática
no significa impedir el proceso electrónico de
informaciones, necesarias en el funcionamiento de
cualquier Estado moderno, sino el aseguramiento
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
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de un uso democrático de la Information
Technology.
En consecuencia, si un derecho a la intimidad en la
vida del ser humano, ha sido viable; un tratamiento
y almacenamiento tecnológico de sus datos,
también lo puede ser. Por ende, un derecho a la
protección de sus datos personales en pleno siglo
XXI, también debe implicar el reconocimiento de
este último derecho como fundamental. Por lo que
el fenómeno de la intimidad aparece en todas las
sociedades humanas.
Para ello, una primera aproximación al
reconocimiento de una protección de datos
personales como un derecho fundamental puede
encontrar en textos de carácter constitucional, pero
sobre todo en textos europeos, mientras que en
otras latitudes se ha llevado a cabo en sede
jurisprudencial…”
Es más, en diversas disposiciones jurídicas relativas a la
Transparencia y Acceso a la Información Pública, se prevén
varias regulaciones que permiten reiterar que el derecho a la
protección de los datos personales, sólo está referido a las
personas físicas.
En la Ley multicitada (publicada en el Diario Oficial de la
Federación el once de junio de dos mil dos, con últimas reformas
publicadas el seis de junio de dos mil seis), se encuentra:
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“Capítulo IV
Protección de datos personales.
Artículo 20. Los sujetos obligados serán
responsables de los datos personales y, en
relación con éstos, deberán:
I. Adoptar los procedimientos adecuados para
recibir y responder las solicitudes de acceso y
corrección de datos, así como capacitar a los
servidores públicos y dar a conocer información
sobre sus políticas en relación con la protección de
tales datos, de conformidad con los lineamientos
que al respecto establezca el Instituto o las
instancias equivalentes previstas en el Artículo 61;
II. Tratar datos personales sólo cuando éstos sean
adecuados, pertinentes y no excesivos en relación
con los propósitos para los cuales se hayan
obtenido;
III. Poner a disposición de los individuos, a partir
del momento en el cual se recaben datos
personales, el documento en el que se establezcan
los propósitos para su tratamiento, en términos de
los lineamientos que establezca el Instituto o la
instancia equivalente a que se refiere el Artículo 61;
IV. Procurar que los datos personales sean exactos
y actualizados;
V. Sustituir, rectificar o completar, de oficio, los
datos personales que fueren inexactos, ya sea total
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
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o parcialmente, o incompletos, en el momento en
que tengan conocimiento de esta situación, y
VI. Adoptar las medidas necesarias que garanticen
la seguridad de los datos personales y eviten su
alteración, pérdida, transmisión y acceso no
autorizado.
Artículo 21. Los sujetos obligados no podrán
difundir, distribuir o comercializar los datos
personales contenidos en los sistemas de
información, desarrollados en el ejercicio de sus
funciones, salvo que haya mediado el
consentimiento expreso, por escrito o por un medio
de autenticación similar, de los individuos a que
haga referencia la información.
Artículo 22. No se requerirá el consentimiento de
los individuos para proporcionar los datos
personales en los siguientes casos:
I. (DEROGADA, D.O.F. 11 DE MAYO DE 2004)
II. Los necesarios por razones estadísticas,
científicas o de interés general previstas en ley,
previo procedimiento por el cual no puedan
asociarse los datos personales con el individuo a
quien se refieran;
III. Cuando se transmitan entre sujetos obligados o
entre dependencias y entidades, siempre y cuando
los datos se utilicen para el ejercicio de facultades
propias de los mismos;
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
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IV. Cuando exista una orden judicial;
V. A terceros cuando se contrate la prestación de
un servicio que requiera el tratamiento de datos
personales. Dichos terceros no podrán utilizar los
datos personales para propósitos distintos a
aquéllos para los cuales se les hubieren
transmitido, y
VI. En los demás casos que establezcan las leyes.
Artículo 23. Los sujetos obligados que posean, por
cualquier título, sistemas de datos personales,
deberán hacerlo del conocimiento del Instituto o de
las instancias equivalentes previstas en el Artículo
61, quienes mantendrán un listado actualizado de
los sistemas de datos personales.
Artículo 24. Sin perjuicio de lo que dispongan otras
leyes, sólo los interesados o sus representantes
podrán solicitar a una unidad de enlace o su
equivalente, previa acreditación, que les
proporcione los datos personales que obren en un
sistema de datos personales. Aquélla deberá
entregarle, en un plazo de diez días hábiles
contados desde la presentación de la solicitud, en
formato comprensible para el solicitante, la
información correspondiente, o bien, le comunicará
por escrito que ese sistema de datos personales no
contiene los referidos al solicitante.
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La entrega de los datos personales será gratuita,
debiendo cubrir el individuo únicamente los gastos
de envío de conformidad con las tarifas aplicables.
No obstante, si la misma persona realiza una nueva
solicitud respecto del mismo sistema de datos
personales en un periodo menor a doce meses a
partir de la última solicitud, los costos se
determinarán de acuerdo con lo establecido en el
Artículo 27.
Artículo 25. Las personas interesadas o sus
representantes podrán solicitar, previa
acreditación, ante la unidad de enlace o su
equivalente, que modifiquen sus datos que obren
en cualquier sistema de datos personales. Con tal
propósito, el interesado deberá entregar una
solicitud de modificaciones a la unidad de enlace o
su equivalente, que señale el sistema de datos
personales, indique las modificaciones por
realizarse y aporte la documentación que motive su
petición. Aquélla deberá entregar al solicitante, en
un plazo de 30 días hábiles desde la presentación
de la solicitud, una comunicación que haga constar
las modificaciones o bien, le informe de manera
fundada y motivada, las razones por las cuales no
procedieron las modificaciones.
Artículo 26. Contra la negativa de entregar o
corregir datos personales, procederá la
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interposición del recurso a que se refiere el Artículo
50. También procederá en el caso de falta de
respuesta en los plazos a que se refieren los
artículos 24 y 25.”
Por su parte, el Reglamento de la Ley (publicado el once de
junio de dos mil tres), dispone:
“Capítulo VIII
Protección de datos personales.
Artículo 47. Los procedimientos para acceder a los
datos personales que estén en posesión de las
dependencias y entidades garantizarán la
protección de los derechos de los individuos, en
particular, a la vida privada y a la intimidad, así
como al acceso y corrección de sus datos
personales, de conformidad con los lineamientos
que expida el Instituto y demás disposiciones
aplicables para el manejo, mantenimiento,
seguridad y protección de los datos personales.
Artículo 48. Las dependencias y entidades que
cuenten con sistemas de datos personales deberán
hacer del conocimiento del Instituto y del público
en general a través de sus sitios de internet, el
listado de dichos sistemas, en el cual indicarán el
objeto del sistema, el tipo de datos que contiene, el
uso que se les da, la unidad administrativa que lo
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
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administra y el nombre del responsable. El Instituto
mantendrá un listado público actualizado de los
sistemas de datos personales que sean hechos de
su conocimiento.
…
Capítulo XIII
De los procedimientos de acceso y corrección de
datos personales.
Artículo 76. En las solicitudes de acceso a datos
personales y de corrección de éstos serán
aplicables los artículos 66 y 68 de este Reglamento
con las variantes a que se refiere el presente
artículo.
Al promover sus solicitudes, los particulares
titulares de los datos personales o sus
representantes deberán acreditar previamente su
personalidad. La representación deberá tener
carácter legal en los términos de las disposiciones
que correspondan. Lo anterior será aplicable en los
casos de las notificaciones de resoluciones
conforme a las fracciones I y II del artículo 68 de
este Reglamento, así como el segundo párrafo del
mismo.
El uso de medios electrónicos para promover
solicitudes y recibir las notificaciones de las
resoluciones se limitará a los casos en que el
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particular cuente con la certificación del medio de
identificación electrónica a que se refiere el artículo
69-C de la Ley Federal de Procedimiento
Administrativo.
Los plazos a que se refieren los artículos 24 y 25 de
la Ley no serán prorrogables, ni procederá lo
dispuesto por el segundo párrafo del artículo 66 del
presente Reglamento.
Artículo 77. En el caso de que los plazos y
procedimientos aplicables a las solicitudes de
acceso y corrección de datos personales, se
precisen como servicios o trámites de conformidad
con las fracciones VII y VIII del artículo 7 de la Ley,
los particulares titulares de los datos personales
deberán presentar sus solicitudes conforme a lo
que ahí se establezca.
Artículo 78. Los Comités de cada dependencia o
entidad podrán establecer los plazos y el
procedimiento interno para dar trámite a las
solicitudes de acceso a datos personales, el cual se
desahogará en el plazo máximo de diez días hábiles
a que se refiere el primer párrafo del artículo 24 de
la Ley, incluida la notificación al solicitante a través
de la Unidad de Enlace, y se ajustará a lo siguiente:
I. Recibida la solicitud, la Unidad de Enlace deberá
turnar la solicitud de acceso a los datos personales
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
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a la o las unidades administrativas que puedan
tener la información correspondiente;
II. En caso de contar con la información sobre los
datos personales del particular, la unidad
administrativa deberá remitirla en formato
comprensible a la Unidad de Enlace, precisando en
su caso la gratuidad de la reproducción respectiva
y el costo del envío de la información, conforme al
artículo 54 de este Reglamento, a menos que se
trate de copias certificadas o de lo que dispone el
segundo párrafo del artículo 24 de la Ley, para lo
cual se precisará lo conducente, y
III. En caso de que la unidad administrativa
determine que la información solicitada no se
encuentra en su sistema de datos personales,
deberá enviar un informe en el que exponga este
hecho al Comité, el cual analizará el caso y tomará
las medidas pertinentes para localizar la
información solicitada. En caso de no encontrarse
la información solicitada, el Comité expedirá una
resolución que comunique al solicitante la
inexistencia de sus datos personales en el sistema
de que se trate.
Artículo 79. Los Comités de cada dependencia o
entidad podrán establecer los plazos y el
procedimiento interno para dar trámite a las
solicitudes de corrección de datos personales, las
cuales se desahogarán en el plazo máximo de
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treinta días hábiles a que se refiere el artículo 25 de
la Ley, incluida la notificación al solicitante a través
de la Unidad de Enlace, y se ajustará a lo siguiente:
I. Recibida la solicitud, la Unidad de Enlace deberá
turnarla a la o las unidades administrativas que
puedan tener la información correspondiente;
II. En caso de ser procedente la corrección de los
datos personales del particular, la unidad
administrativa deberá remitir a la Unidad de Enlace
una comunicación en la que haga constar las
modificaciones, precisando en su caso la gratuidad
de esta última y el costo del envío de la
información, conforme al artículo 54 de este
Reglamento, a menos que se trate de copias
certificadas o de lo que dispone el segundo párrafo
del artículo 24 de la Ley, para lo cual se precisará lo
conducente, y
III. En caso de que la unidad administrativa
determine que la corrección de los datos
personales solicitada no resulta procedente, deberá
remitir al Comité una comunicación en la que funde
y motive las razones por las que no procedieron las
modificaciones. El Comité determinará la
procedencia de las modificaciones conforme a la
fracción anterior, o bien emitirá una resolución
fundada y motivada que determine la
improcedencia total o parcial de las correcciones.
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
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Artículo 80. Las resoluciones de los Comités que
determinen la inexistencia de datos personales, o la
improcedencia total o parcial de sus
modificaciones, deberán estar fundadas y
motivadas e indicar al solicitante que puede
interponer el recurso de revisión ante el Instituto,
así como proporcionarle el formato respectivo, el
sitio de internet donde puede obtenerlo e
interponerlo a través del sistema que establezca el
Instituto, o bien darle acceso a dicho sistema si así
lo solicita.
Artículo 81. Cuando el particular haya solicitado la
reproducción de la información de sus datos
personales o de la corrección de éstos en copias
certificadas, los plazos de resolución comenzarán a
correr a partir del día hábil siguiente a aquel en que
compruebe haber cubierto los costos
correspondientes.”
Incluso, existen unos Lineamientos de Protección de Datos
Personales (publicados en el mismo medio de difusión oficial el
treinta de septiembre de dos mil cinco, con últimas reformas
publicadas el diecisiete de julio de dos mil seis), en cuyo
preámbulo se explica:
“El Pleno del Instituto Federal de Acceso a la
Información Pública, con fundamento en lo
dispuesto por los artículos 37 fracción IX de la Ley
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Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental, y 2 fracción III, 47 y 62
fracciones I y II de su Reglamento, y:
Reconociendo que el respeto a la dignidad de la
persona es un valor central de los Estados
democráticos que tienen como fundamento la
búsqueda de la justicia, la libertad, la igualdad, la
seguridad y la solidaridad, y que es a partir de la
afirmación de dicha dignidad que existen y se
legitiman todos los derechos;
Considerando que en nuestro país, fue voluntad del
legislador plasmar en la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos el derecho a la vida
privada también denominada por la doctrina
intimidad, como límite a la intromisión del Estado
en el ámbito de la persona, al plasmar en su
artículo 16 que: “nadie puede ser molestado en su
persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de la
autoridad competente, que funde y motive la causa
legal del procedimiento”, por lo que el derecho a la
intimidad tiene dos facetas principales: una que
tutela la inviolabilidad del hogar, de las
comunicaciones y de las relaciones familiares, y
otra que consagra el derecho del individuo a
desarrollarse libremente como tal;
Observando que los artículos 6o. y 7o.
Constitucionales establecen como límite a la
manifestación de las ideas y a la libertad de
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
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imprenta respectivamente, el ataque a los derechos
de tercero y el respeto a la vida privada, la libertad
de expresar o publicar pensamientos encuentra
entonces una restricción cuando con ello se
menoscabe a la persona. Asimismo, el artículo 6o.
consagra el derecho a la información, el cual será
garantizado por el Estado, que para efectos de la
regulación que en el presente instrumento se emite,
se interpreta como el derecho del individuo a tener
acceso a la información sobre sí mismo que obra
en bancos de datos y a que sus datos no sean
manejados de manera indebida;
Reconociendo que a nivel internacional se
configura la existencia del derecho humano a la
vida privada, por el cual: “ninguna persona puede
ser objeto de injerencias arbitrarias en su vida
privada, su familia, su domicilio o su
correspondencia, ni de ataques a su honra o a su
reputación, gozando del derecho a la protección de
la ley contra tales injerencias o ataques”. Lo
anterior se establece en los siguientes
instrumentos internacionales, los cuales por virtud
del artículo 133 Constitucional constituyen Ley
Suprema de la Unión: la Declaración Universal de
los Derechos Humanos -artículo 12-; el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos -
artículo 17-; la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre -artículo V-; la
Convención Americana sobre Derechos Humanos -
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artículo 11-, y la Convención sobre los Derechos
del Niño -artículo 16-;
Recordando que en el marco jurídico vigente en
México existen diversas disposiciones que regulan
las consecuencias de los ataques o invasiones a la
vida privada de las personas en el orden
administrativo, civil, penal y de responsabilidad
patrimonial del Estado, por lo que existe un acervo
jurídico que brinda protección al individuo frente a
injerencias ilegales en su vida privada;
Admitiendo que la sociedad de la información,
fundada en el avance vertiginoso de la tecnología,
ofrece al individuo ventajas diversas que
contribuyen a mejorar su calidad de vida y, en el
caso del Estado, a mejorar la actividad
administrativa, el desarrollo económico, social y
cultural, así como el cumplimiento de las
obligaciones ciudadanas frente a éste, pero que, al
mismo tiempo, una mala utilización de las
herramientas tecnológicas puede convertirse en un
factor de amenaza a la privacidad y seguridad de
las personas al permitir que se generen formas de
exclusión o condiciones de incertidumbre y riesgo,
ya que las nuevas tecnologías facilitan ilimitadas
posibilidades para mover un gran volumen de
información y de interrelacionarla, de manera que
se constituyen perfiles que pueden limitar la
libertad o condicionar el modo de actuar de las
personas;
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
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Reconociendo que como consecuencia de lo
anterior, y a efecto de lograr un uso racional y ético
de las tecnologías, en el concierto de las naciones
se ha legislado en materia de protección de datos
personales, por lo cual los individuos gozan de un
nuevo derecho denominado a la autodeterminación
informativa, como garantía del ciudadano en las
modernas sociedades frente al desafío del
tratamiento electrónico de sus datos, entendida la
garantía como la facultad del individuo de decidir
quién, cuándo y bajo qué circunstancias utiliza sus
datos personales, tanto en el sector público como
en el privado;
Atendiendo a la evolución que ha ocurrido de la
noción tradicional de intimidad o vida privada
limitada al derecho de impedir interferencias
ajenas, o al derecho a ser dejado solo, hasta el
derecho de mantener el control de la propia
información y de determinar la forma de
construcción de la propia esfera privada, por lo que
el derecho a la protección de los datos personales
se presenta como un elemento esencial para el
libre desarrollo de la persona en las sociedades
democráticas;
Tomando en cuenta que la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental es obligatoria únicamente para los
poderes públicos del Estado Federal, y tiene como
uno de sus objetivos el de garantizar la protección
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
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de los datos personales en posesión de los sujetos
obligados, así como el acceso y la corrección de
los mismos por parte de sus titulares,
estableciendo autoridades encargadas de dicha
protección en cada sujeto obligado;
Reconociendo que el ejercicio de las atribuciones
de las dependencias y entidades de la
Administración Pública Federal implica recabar
datos personales para los fines establecidos en las
disposiciones aplicables, por lo que los servidores
públicos deben ser los primeros obligados al
cumplimiento de la Ley para promover el uso
responsable de las nuevas tecnologías de la
información, atendiendo los principios de
protección de datos personales de licitud, calidad,
de información al titular sobre el uso y destino de
su información, de seguridad, custodia y
consentimiento para su transmisión; principios que
no limitan la utilización de la informática en el
ámbito público, sino que se trata de hacerla
compatible con los derechos de los ciudadanos;
Distinguiendo la importancia de que las personas
tengan conocimiento de la información que de ellos
obra en los archivos del Gobierno Federal a efecto
de hacer uso del derecho de acceso y corrección
de los datos personales que les conciernen, así
como de conocer las transferencias de sistemas de
datos personales efectuadas para el cumplimiento
de las atribuciones de las unidades administrativas
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
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que lo conforman, se creará una nueva aplicación
informática de acceso al público denominada
“Sistema Persona”;
Considerando que la Administración Pública
Federal debe proteger rigurosamente los datos
personales, apegándose en forma escrupulosa a la
regulación en la materia, sin que ello se constituya
en pretexto u obstáculo que menoscabe el Estado
de Derecho o impida el acceso a la información
gubernamental y la rendición de cuentas, de
manera que los ciudadanos puedan valorar el
desempeño de los sujetos obligados por la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental, por lo que ante una
solicitud de acceso a información gubernamental
en la que se requieran datos personales contenidos
en un Sistema de datos personales, en cada caso,
las dependencias y entidades deberán determinar
la procedencia de otorgar acceso a aquellos datos
que no se consideran como confidenciales, por
ubicarse en los supuestos establecidos por los
artículos 7, 12 y 18 último párrafo de dicha Ley, y
Resaltando que en el ámbito del Poder Ejecutivo
Federal, el Instituto Federal de Acceso a la
Información Pública es el garante de la protección
de las personas respecto del tratamiento dado a la
información que les concierne, a efecto de evitar
injerencias a su vida privada, y que los principios
contenidos en el capítulo IV del Título I de la Ley
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
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Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental requieren de un desarrollo
para su adecuada observancia, ha tenido a bien
expedir los siguientes:..”
De tal suerte que, como ya se adelantó, en la legislación a
estudio, el derecho a la protección de datos personales, al derivar
del de a la intimidad, está dirigido sólo a las personas físicas.
Ahora bien, para determinar si esa sola inclusión de las
personas físicas en el derecho a la protección de datos
personales, como los atinentes al patrimonio, es violatoria de la
garantía de igualdad prevista en el artículo 1º de la Constitución
Federal, respecto de las personas morales, colectivas o jurídicas
privadas, debe precisarse qué comprende la mencionada
garantía.
El artículo 1º constitucional, menciona:
“Art. 1o.- En los Estados Unidos Mexicanos todo
individuo gozará de las garantías que otorga esta
Constitución, las cuales no podrán restringirse ni
suspenderse, sino en los casos y con las
condiciones que ella misma establece.
(ADICIONADO, D.O.F. 14 DE AGOSTO DE 2001)
Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos
Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren
al territorio nacional alcanzarán, por este solo
hecho, su libertad y la protección de las leyes.
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(REFORMADO, D.O.F. 4 DE DICIEMBRE DE 2006)
Queda prohibida toda discriminación motivada por
origen étnico o nacional, el género, la edad, las
discapacidades, la condición social, las
condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias, el estado civil o cualquier otra que
atente contra la dignidad humana y tenga por
objeto anular o menoscabar los derechos y
libertades de las personas.”
De acuerdo al primer párrafo transcrito, la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que todos los
hombres son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacionalidad, raza, sexo,
religión o cualquier otra condición o circunstancia personal o
social, de manera que los poderes públicos han de tener en
cuenta que los particulares que se encuentren en la misma
situación deben ser tratados igualmente, sin privilegio ni favor.
Así, el principio de igualdad se configura como uno de los
valores superiores del orden jurídico, lo que significa que ha de
servir de criterio básico para la producción normativa y su
posterior interpretación y aplicación, y si bien es cierto que el
verdadero sentido de la igualdad es colocar a los particulares en
condiciones de poder acceder a derechos reconocidos
constitucionalmente, lo que implica eliminar situaciones de
desigualdad manifiesta, ello no significa que todos los individuos
deban ser iguales en todo, ya que si la propia Constitución
protege la propiedad privada, la libertad económica y otros
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
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derechos patrimoniales, está aceptando implícitamente la
existencia de desigualdades materiales y económicas; es decir, el
principio de igualdad no implica que todos los sujetos de la norma
se encuentren siempre, en todo momento y ante cualquier
circunstancia, en condiciones de absoluta igualdad, sino que
dicho principio se refiere a la igualdad jurídica, que debe
traducirse en la seguridad de no tener que soportar un perjuicio (o
privarse de un beneficio) desigual e injustificado.
En estas condiciones, el valor superior que persigue este
principio consiste en evitar que existan normas que, llamadas a
proyectarse sobre situaciones de igualdad de hecho, produzcan
como efecto de su aplicación la ruptura de esa igualdad al
generar un trato discriminatorio entre situaciones análogas, o
bien, propicien efectos semejantes sobre personas que se
encuentran en situaciones dispares, lo que se traduce en
desigualdad jurídica.
Similar criterio respecto del tema de igualdad adoptó la
Primera Sala de este Alto Tribunal2.
2 No. Registro: 180,345
Jurisprudencia
Materia(s): Constitucional
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XX, Octubre de 2004
Tesis: 1a./J. 81/2004
Página: 99
IGUALDAD. LÍMITES A ESTE PRINCIPIO.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que todos los hombres son iguales ante
la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacionalidad, raza, sexo, religión o
cualquier otra condición o circunstancia personal o social, de manera que los poderes públicos han de tener en
cuenta que los particulares que se encuentren en la misma situación deben ser tratados igualmente, sin
privilegio ni favor. Así, el principio de igualdad se configura como uno de los valores superiores del orden
jurídico, lo que significa que ha de servir de criterio básico para la producción normativa y su posterior
interpretación y aplicación, y si bien es cierto que el verdadero sentido de la igualdad es colocar a los
particulares en condiciones de poder acceder a derechos reconocidos constitucionalmente, lo que implica
eliminar situaciones de desigualdad manifiesta, ello no significa que todos los individuos deban ser iguales en
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
PÁG. 45
En el caso que se analiza, la igualdad jurídica que alega la
quejosa, no se actualiza respecto de las personas físicas frente a
las personas morales privadas, pues se encuentran en
situaciones de derecho dispares, ya que, como se ha explicado
abundantemente, la protección de datos personales es una
derivación del derecho a la intimidad, del cual sólo pueden gozar
los individuos, entendidos estos como la persona humana.
Cabe aclarar que esta línea de pensamiento ya se había
seguido por el Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación, al analizar precisamente el Derecho a la Información que
es el fundamento de la ley aquí impugnada.
El criterio referido, se plasmó en la siguiente tesis (citada
incluso por la quejosa):
No. Registro: 191,967
Tesis aislada
Materia(s): Constitucional
Novena Época
Instancia: Pleno
todo, ya que si la propia Constitución protege la propiedad privada, la libertad económica y otros derechos
patrimoniales, está aceptando implícitamente la existencia de desigualdades materiales y económicas; es
decir, el principio de igualdad no implica que todos los sujetos de la norma se encuentren siempre, en todo
momento y ante cualquier circunstancia, en condiciones de absoluta igualdad, sino que dicho principio se
refiere a la igualdad jurídica, que debe traducirse en la seguridad de no tener que soportar un perjuicio (o
privarse de un beneficio) desigual e injustificado. En estas condiciones, el valor superior que persigue este
principio consiste en evitar que existan normas que, llamadas a proyectarse sobre situaciones de igualdad de
hecho, produzcan como efecto de su aplicación la ruptura de esa igualdad al generar un trato discriminatorio
entre situaciones análogas, o bien, propicien efectos semejantes sobre personas que se encuentran en
situaciones dispares, lo que se traduce en desigualdad jurídica.
AMPARO EN REVISIÓN 191/2008.
PÁG. 46
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Tomo: XI, Abril de 2000
Tesis: P. LX/2000
Página: 74
“DERECHO A LA INFORMACIÓN. SU EJERCICIO
SE ENCUENTRA LIMITADO TANTO POR LOS
INTERESES NACIONALES Y DE LA SOCIEDAD,
COMO POR LOS DERECHOS DE TERCEROS.
El derecho a la información consagrado en la
última parte del artículo 6o. de la Constitución
Federal no es absoluto, sino que, como toda
garantía, se halla sujeto a limitaciones o
excepciones que se sustentan, fundamentalmente,
en la protección de la seguridad nacional y en el
respeto tanto a los intereses de la sociedad como a
los derechos de los gobernados, limitaciones que,
incluso, han dado origen a la figura jurídica del
secreto de información que se conoce en la
doctrina como "reserva de información" o "secreto
burocrático". En estas condiciones, al encontrarse
obligado el Estado, como sujeto pasivo de la citada
garantía, a velar por dichos intereses, con apego a
las normas constitucionales y legales, el
mencionado derecho no puede ser garantizado
indiscriminadamente, sino que el respeto a su
ejercicio encuentra excepciones que lo regulan y a
su vez lo garantizan, en atención a la materia a que
se refiera; así, en cuanto a la seguridad nacional, se
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tienen normas que, por un lado, restringen el
acceso a la información en esta materia, en razón
de que su conocimiento público puede generar
daños a los intereses nacionales y, por el otro,
sancionan la inobservancia de esa reserva; por lo
que hace al interés social, se cuenta con normas
que tienden a proteger la averiguación de los
delitos, la salud y la moral públicas, mientras que
por lo que respecta a la protección de la persona
existen normas que protegen el derecho a la vida o
a la privacidad de los gobernados.”
Amparo en revisión 3137/98.**********. 2 de
diciembre de 1999. Unanimidad de ocho votos.
Ausentes: Presidente Genaro David Góngora
Pimentel, Juventino V. Castro y Castro y José de
Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Juan Díaz Romero.
Secretario: Gonzalo Arredondo Jiménez.
En el precedente anotado, en cuanto a los derechos de
terceros, precisó:
“Por último, se encuentran aquellas excepciones al
derecho a la información que tienden a la
protección de la persona, esto es, que protegen el
derecho a la vida o privacidad de los gobernados,
que si bien no están citadas expresamente en el
texto constitucional, se desprenden de diversos
preceptos que consagran derechos de naturaleza
individual, como son los siguientes:
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“ARTÍCULO 5º. A ninguna persona podrá impedírsele
que se dedique a la profesión, industria, comercio o
trabajo que le acomode (…)”
“ARTÍCULO 7º. (…) Ninguna ley ni autoridad puede
establecer la previa censura, ni exigir fianza a los
autores o impresores, ni coartar la libertad de imprenta,
que no tiene más límites que el respeto a la vida
privada (…)”
“ARTÍCULO 10. Los habitantes de los Estados Unidos
Mexicanos tienen derecho a poseer armas en su
domicilio, para su seguridad y legítima defensa (…)”
“ARTÍCULO 14. (…) Nadie podrá ser privado de la
vida, de la libertad o de sus propiedades, posesiones o
derechos, sino mediante juicio seguido ante los
tribunales previamente establecidos, en el que se
cumplan las formalidades esenciales del procedimiento
y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al
hecho (…)”
“ARTÍCULO 16. Nadie puede ser molestado en su
persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino
en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento.
No podrá librarse orden de aprehensión sino por la
autoridad judicial y sin que preceda denuncia,
acusación o querella de un hecho determinado que la
ley señale como delito (…)
En toda orden de cateo, que sólo la autoridad judicial
podrá expedir (…)
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Las comunicaciones privadas son inviolables. La ley
sancionará plenamente cualquier acto que atente
contra la libertad y privacía de las mismas (…)
La autoridad administrativa podrá practicar visitas
domiciliarias únicamente para (…)
La correspondencia que bajo cubierta circule por las
estafetas estará libre de todo registro, y su violación
será penada por la ley.
En tiempo de paz ningún miembro del ejército podrá
alojarse en casa particular contra la voluntad del dueño
(…)”
“ARTÍCULO 24. Todo hombre es libre para profesar la
creencia religiosa que más le agrade (…)”
Son las citadas excepciones o limitantes del
derecho a la información, las que incluso dan
origen a la figura jurídica del “secreto de
información” que algunos tratadistas denominan
también como “reserva de información”; o bien
como “secreto burocrático”, ya se trate de
burocracia pública o privada, y según lo hasta aquí
considerado su soporte constitucional será el
artículo 6º, parte final, de la Constitución Federal,
interpretado en sentido contrario, y demás
disposiciones constitucionales a que se ha hecho
mención, según la materia que dé motivo a la
limitante al derecho a la información.
De las reflexiones expuestas se concluye que el
derecho a la información no es absoluto, es decir,
que no puede ser garantizado indiscriminadamente,
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en todos los casos, sino que el respeto de su
ejercicio encuentra limitantes que lo regulan y a su
vez garantizan atendiendo a la materia a que se
refiera…”
A mayor abundamiento, es importante mencionar que en la
actualidad, el artículo 6º constitucional, fue reformado, previendo
expresamente la protección de la información que se refiere a la
vida privada y los datos personales, en los siguientes términos:
“(REFORMADO PRIMER PÁRRAFO, D.O.F. 13 DE
NOVIEMBRE DE 2007)
Art. 6o.- La manifestación de las ideas no será
objeto de ninguna inquisición judicial o
administrativa, sino en el caso de que ataque a la
moral, los derechos de tercero, provoque algún
delito, o perturbe el orden público; el derecho de
réplica será ejercido en los términos dispuestos
por la ley. El derecho a la información será
garantizado por el Estado.
(ADICIONADO, D.O.F. 20 DE JULIO DE 2007)
Para el ejercicio del derecho de acceso a la
información, la Federación, los Estados y el Distrito
Federal, en el ámbito de sus respectivas
competencias, se regirán por los siguientes
principios y bases:
I. Toda la información en posesión de cualquier
autoridad, entidad, órgano y organismo
federal, estatal y municipal, es pública y sólo
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podrá ser reservada temporalmente por
razones de interés público en los términos que
fijen las leyes. En la interpretación de este
derecho deberá prevalecer el principio de
máxima publicidad.
II. La información que se refiere a la vida privada
y los datos personales será protegida en los
términos y con las excepciones que fijen las
leyes.
III. Toda persona, sin necesidad de acreditar
interés alguno o justificar su utilización,
tendrá acceso gratuito a la información
pública, a sus datos personales o a la
rectificación de éstos.
IV. Se establecerán mecanismos de acceso a la
información y procedimientos de revisión
expeditos. Estos procedimientos se
sustanciarán ante órganos u organismos
especializados e imparciales, y con autonomía
operativa, de gestión y de decisión.
V. Los sujetos obligados deberán preservar sus
documentos en archivos administrativos
actualizados y publicarán a través de los
medios electrónicos disponibles, la
información completa y actualizada sobre sus
indicadores de gestión y el ejercicio de los
recursos públicos.
VI. Las leyes determinarán la manera en que los
sujetos obligados deberán hacer pública la
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información relativa a los recursos públicos
que entreguen a personas físicas o morales.
VII. La inobservancia a las disposiciones en
materia de acceso a la información pública
será sancionada en los términos que
dispongan las leyes.”
Del proceso legislativo que originó la reforma constitucional
publicada en el Diario Oficial de la Federación el veinte de julio de
dos mil siete, se advierte que el ahora concepto constitucional del
derecho de protección de datos personales, también está ligado al
derecho a la intimidad.
Así es, una de las dos iniciativas de fecha diecinueve de
diciembre de dos mil seis, presentada por Diputados de diversos
grupos parlamentarios, menciona:
“… El segundo principio, tiene que ver con el
entendido de que no existen derechos ilimitados,
dado que estos hayan su acotamiento, en la
protección de intereses superiores, que para el
caso en concreto se refiere a la protección de la
intimidad de las personas, por lo que la
información que se refiera a la vida privada y los
datos personales, deberá considerarse como
confidencial, y será de acceso restringido en los
términos que fijen las leyes.
…
Artículo 6°. ...
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La Federación, los Estados, los Municipios y el
Distrito Federal, en el ámbito de sus respectivas
competencias, establecerán las instituciones y
determinarán las políticas necesarias para asegurar
el ejercicio efectivo del derecho de acceso a la
información, bajo las siguientes bases:
…
La información que se refiera a la vida privada y los
datos personales se considerará como confidencial
y será de acceso restringido en los términos que
fije la ley;…”
Por su parte, en el Dictamen de primero de marzo de dos mil
siete, se dijo:
“Las Comisiones Unidas de Puntos
Constitucionales y de la Función Pública con
fundamento en lo dispuesto por los artículos 70, 71,
72 y 73 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; 39, 45 numeral 6, incisos f) y g)
de la Ley Orgánica del Congreso General de los
Estados Unidos Mexicanos; 55, 56, 60, 87 y 88, del
Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso
General de los Estados Unidos Mexicanos,
someten a la consideración de los integrantes de
esta Honorable Asamblea el presente:
…
2) La fracción segunda. En ella se establece una
segunda limitación al derecho de acceso a la
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información, misma que se refiere a la protección
de la vida privada y de los datos personales. Esta
información no puede estar sujeta al principio de
publicidad, pues pondría en grave riesgo otro
derecho fundamental, que es el de la intimidad y la
vida privada.
Es fundamental esclarecer que aunque íntimamente
vinculados, no debe confundirse la vida privada
con los datos personales. La primera se refiere al
ámbito de privacidad de las personas respecto de
la intervención tanto del estado como de otros
particulares. Los datos personales, en cambio, son
una expresión de la privacidad.
La fracción segunda establece también una reserva
de ley en el sentido que corresponderá a ésta,
determinar los términos de la protección y las
excepciones a este derecho. Así es perfectamente
posible considerar que cierta información privada o
datos personales, que adquieran un valor público,
podrán ser divulgados a través de los mecanismos
que al efecto determine la ley. Este es el caso, por
ejemplo, de los registros públicos de la propiedad,
de los salarios de los funcionarios públicos o bien
de la regulación del ejercicio del consentimiento
del titular de la información para que esta pueda
ser divulgada. En otras palabras, existen
circunstancias en que, por ministerio la ley, los
datos personales podrán ser divulgados sin el
consentimiento del titular.
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En otros casos, la ley deberá prever la posibilidad
de que, algunos datos personales, puedan ser
divulgados cuando un órgano jurisdiccional o
administrativo determine que existen razones
particulares que justifiquen su divulgación, previa
garantía de audiencia del implicado. De cualquier
forma, las autoridades deberán realizar una
cuidadosa ponderación que justifique el hecho de
que una información que pertenece al ámbito
privado, puede ser divulgada por así convenir al
interés público.
…
Artículo 6o. ...
Para el ejercicio del derecho de acceso a la
información, la Federación, los Estados y el Distrito
Federal, en el ámbito de sus respectivas
competencias, se regirán por los siguientes
principios y bases:
…
II. La información que se refiere a la vida privada y
los datos personales será protegida en los
términos y con las excepciones que fijen las leyes.”
Así, es claro que no existe la transgresión a la garantía de
igualdad alegada por la quejosa, por lo que los agravios de la
recurrente, aunque fundados devienen inoperantes.
Lo fundado, dado que contrariamente a lo sostenido por el a
quo, la desigualdad jurídica entre personas físicas y morales
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privadas no impera de proteger la vida, la seguridad o la
integridad de las primeras, sino, como ya se dijo, no existe
transgresión a la garantía de igualdad, por que sólo las personas
físicas gozan de la protección al derecho a la intimidad, del cual
deriva el derecho a la protección de datos personales, entre ellos
el del patrimonio y su confidencialidad.
Además, no sólo los objetivos de la Ley combatida son los
de transparentar y publicitar todos los actos de las autoridades
federales y garantizar el derecho a la información, pues su propio
artículo 4º detalla:
“Artículo 4. Son objetivos de esta Ley:
I. Proveer lo necesario para que toda persona
pueda tener acceso a la información mediante
procedimientos sencillos y expeditos;
II. Transparentar la gestión pública mediante la
difusión de la información que generan los sujetos
obligados;
III. Garantizar la protección de los datos personales
en posesión de los sujetos obligados;
IV. Favorecer la rendición de cuentas a los
ciudadanos, de manera que puedan valorar el
desempeño de los sujetos obligados;
V. Mejorar la organización, clasificación y manejo
de los documentos, y
VI. Contribuir a la democratización de la sociedad
mexicana y la plena vigencia del Estado de
derecho.”
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En el sentido anotado, la protección de datos personales no
está referida a las personas morales, colectivas o jurídicas
privadas; sin embargo, debe destacarse que del contenido de la
propia Ley, puede concluirse que éstas gozan de algunas
protecciones, a saber:
“Artículo 14. También se considerará como
información reservada:
I. La que por disposición expresa de una Ley
sea considerada confidencial, reservada,
comercial reservada o gubernamental
confidencial;
II. Los secretos comercial, industrial, fiscal,
bancario, fiduciario u otro considerado como
tal por una disposición legal;
III. Las averiguaciones previas;
IV. Los expedientes judiciales o de los
procedimientos administrativos seguidos en
forma de juicio en tanto no hayan causado
estado;
V. Los procedimientos de responsabilidad de los
servidores públicos, en tanto no se haya
dictado la resolución administrativa o la
jurisdiccional definitiva, o
VI. La que contenga las opiniones,
recomendaciones o puntos de vista que
formen parte del proceso deliberativo de los
servidores públicos, hasta en tanto no sea
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adoptada la decisión definitiva, la cual deberá
estar documentada.
Cuando concluya el periodo de reserva o las
causas que hayan dado origen a la reserva de la
información a que se refieren las fracciones III y IV
de este Artículo, dicha información podrá ser
pública, protegiendo la información confidencial
que en ella se contenga.
No podrá invocarse el carácter de reservado
cuando se trate de la investigación de violaciones
graves de derechos fundamentales o delitos de
lesa humanidad.”
En conclusión, no existe la transgresión a la garantía de
igualdad alegada, por lo que al ser fundados pero inoperantes los
agravios hechos valer por la recurrente quejosa, se impone, en lo
que es materia de la revisión, competencia de esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación, modificar la sentencia recurrida y
negar el amparo solicitado en cuanto a los artículos 3, fracción II,
y 18, fracción II, de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental.
No es obstáculo para arribar a la conclusión alcanzada que
exista, por ejemplo, en el Reglamento de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para
la aplicación de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental, un precepto que establezca
como datos de carácter personal, también la información
concerniente a las personas jurídicas identificadas o
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identificables3, pues este ordenamiento sólo rige para ese ámbito
de aplicación, además de que no es materia de análisis en el
presente asunto.
QUINTO. El agravio hecho valer por el Secretario Ejecutivo
de la Comisión Federal de Competencia, gira en torno a la
competencia de la autoridad emisora del acto de aplicación
reclamado, por lo que en este aspecto procede reservar
jurisdicción al Tribunal Colegiado de Circuito que originalmente
conoció de la revisión, por ser un tema de mera legalidad, a fin de
que se pronuncie al respecto.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, se modifica la sentencia
recurrida.
SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege
a**********, en contra de los artículos 3, fracción II, y 18, fracción
II, de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental.
TERCERO. Se reserva jurisdicción al Séptimo Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, en
3 Artículo 2o. Además de las definiciones contenidas en el artículo 3o. de la Ley Federal de Transparencia y
Acceso a la Información Pública Gubernamental, para los efectos de este reglamento, se entenderá por:
…
(ADICIONADA, D.O.F. 12 DE DICIEMBRE DE 2007)
XXI. Datos de carácter personal: cualquier información concerniente a personas físicas o jurídicas
identificadas o identificables.
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términos y para los efectos precisados en el último considerando
de esta sentencia.
Notifíquese; con testimonio autorizado de esta resolución
devuélvanse los autos al Tribunal Colegiado de origen; en su
oportunidad, archívese este toca como asunto concluido.
Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los
señores Ministros: Mariano Azuela Güitrón, Genaro David
Góngora Pimentel, Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Margarita
Beatriz Luna Ramos y Presidente José Fernando Franco
González Salas. El Ministro Genaro David Góngora Pimentel
formulará voto concurrente.
Firman el Ministro Presidente y Ponente con el Secretario de
Acuerdos de la Segunda Sala que autoriza y da fe.
PRESIDENTE Y PONENTE
_________________________________
MINISTRO JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS
SECRETARIO DE ACUERDOS
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___________________________________ LIC. MARIO EDUARDO PLATA ÁLVAREZ
Esta foja pertenece a la parte final del amparo en revisión número 191/2008. Quejoso:**********, fallado en sesión de siete de mayo de dos mil ocho, en el siguiente sentido: PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, se modifica la sentencia recurrida. --- SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a**********, en contra de los artículos 3, fracción II, y 18, fracción II, de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental. --- TERCERO. Se reserva jurisdicción al Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, en términos y para los efectos precisados en el último considerando de esta sentencia. Conste.