ANÁLISIS POLÍTICO 58

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análısıs polí t ıco SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2006 N˚ 58 UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA INSTITUTO DE ESTUDIOS POLÍTICOS Y RELACIONES INTERNACIONALES IEPRI COMITÉ EDITORIAL FUNDADOR Francisco Leal Buitrago Universidad de los Andes, departamento de Ciencia Política DIRECTOR Luis Alberto Restrepo IEPRI, Universidad Nacional de Colombia EDITORA Diana Marcela Rojas IEPRI, Universidad Nacional de Colombia ASESORES EDITORIALES Daniel Pécaut Ecole des Hautes Etudes en Sciencies Sociales Charles Bergquist Universidad de Washington, Seatlle, departamento de Historia Stathis N. Kalyvas Universidad de Yale, departamento de Ciencia Política Gonzalo Sánchez Gómez IEPRI, Universidad Nacional de Colombia William Ramírez Tobón Fundación Seguridad y Democracia, Colombia Fernando Cubides Cipagauta Universidad Nacional de Colombia, departamento de Sociología Hugo Fazio Vengoa Universidad de los Andes, departamento de Historia ASISTENTE EDITORIAL Carlos Germán Sandoval IEPRI, Universidad Nacional de Colombia COMITÉ CIENTÍFICO Thomas Fischer Alemania Klaus Meschkat Alemania Maria Isaura Pereira de Queiroz Bra sil Catherine LeGrand Canadá Eric Hobsbawm Inglaterra Preparación editorial, diagramación e impresión Unibiblos / Universidad Nacional de Colombia Distribución El Malpensante Impresa en Colombia, 2006 contenido ESTUDIOS Colombia-Brasil: distante vecindad se fortalece en la seguridad y el comercio SOCORRO RAMíREZ 3 Canje o fusilamiento: los presos políticos en las guerras del siglo XIX MARIO AGUILERA PEñA 35 DEMOCRACIA La reelección presidencial inmediata y el movimiento de la democracia en Colombia YOLANDA RODRíGUEZ RINCóN 69 TESTIMONIO Transiciones conflictivas: combatientes desmovilizados en Colombia KIMBERLY THEIDON Y PAOLA ANDREA BETANCOURT 92 VENTANA DE JÓVENES INVESTIGADORES Inequidad, violencia política y el papel de la reforma agraria JAIRO BAQUERO MELO 112 Momentos, escenarios y sujetos de la producción constituyente. Aproximaciones críticas al proceso constitucional de los noventa CAROLINA JIMéNEZ MARTíN 132 RESEÑAS Nuestra guerra sin nombre, transformaciones del conflicto en Colombia, del IEPRI POR: CéSAR A. RODRíGUEZ GARAVITO 157 Venezuela-Colombia: retos de la convivencia, de Socorro Ramírez y José María Cadenas POR: ROMáN D. ORTIZ Y FEDERICO RAMíREZ 162 Guerras, memoria e historia, de Gonzalo Sánchez POR: CARLOS MARIO PEREA RESTREPO 166

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Revista Análisis Político No. 58. Universidad Nacional. Colombia.

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  • a n l s s p o l t c oseptiembre - diciembre 2006 N 58

    U n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a

    InstItuto de estudIos PoltIcos y RelacIones InteRnacIonales

    i e P r i

    comit e d i t o r i a l

    fundador Francisco leal Buitrago Universidad de los Andes, departamento de Ciencia Poltica

    d i r e c t o r luis alberto Restrepo IEPRI, Universidad Nacional de Colombia

    editora diana Marcela Rojas IEPRI, Universidad Nacional de Colombia

    asesores editoriales daniel Pcaut Ecole des Hautes Etudes en Sciencies Sociales charles Bergquist Universidad de Washington, Seatlle, departamento de Historia stathis n. Kalyvas Universidad de Yale, departamento de Ciencia Poltica Gonzalo snchez Gmez IEPRI, Universidad Nacional de Colombia William Ramrez tobn Fundacin Seguridad y Democracia, Colombia Fernando cubides cipagauta Universidad Nacional de Colombia, departamento de Sociologa Hugo Fazio Vengoa Universidad de los Andes, departamento de Historia

    asistente editorial carlos Germn sandoval IEPRI, Universidad Nacional de Colombia

    comit cientfico

    thomas Fischer alemania

    Klaus Meschkat alemania

    Maria Isaura Pereira de Queiroz Brasil

    catherine leGrand canad

    eric Hobsbawm inglaterra

    preparacin editorial, diagramacin e impresin Unibiblos / Universidad nacional de colombia

    distribucin el malpensante

    impresa en colombia, 2006

    contenido

    E S T U D I O SColombia-Brasil: distante vecindad se fortalece en la seguridad y el comerciosocorro ramrez 3

    Canje o fusilamiento: los presos polticos en las guerras del siglo XIXmario aguilera pea 35

    D E M O C R A C I ALa reeleccin presidencial inmediata y el movimiento de la democracia en ColombiaYolaNda rodrguez riNcN 69

    T E S T I M O N I OTransiciones conflictivas: combatientes desmovilizados en ColombiakimberlY theidoN Y paola aNdrea betaNcourt 92

    V E N T A N A D E J V E N E S I N V E S T I G A D O R E SInequidad, violencia poltica y el papel de la reforma agrariajairo baquero melo 112

    Momentos, escenarios y sujetos de la produccin constituyente. Aproximaciones crticas al proceso constitucional de los noventacaroliNa jimNez martN 132

    R E S E A SNuestra guerra sin nombre, transformaciones del conflicto en Colombia, del IEPRIpor: csar a. rodrguez garavito 157

    Venezuela-Colombia: retos de la convivencia, de Socorro Ramrez y Jos Mara Cadenaspor: romN d. ortiz Y federico ramrez 162

    Guerras, memoria e historia, de Gonzalo Snchezpor: carlos mario perea restrepo 166

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    PORTADA58 APOL cLunes, 11 de Septiembre de 2006 10:48:34 a.m.

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    R e s u m e nColombia comparte con Brasil la que constituye su segunda frontera en extensin, pero, a diferencia de la ms extensa, que lo separa y comunica con Venezuela, a esa colindancia no se le ha otorgado en el pas la relevancia que merece, pese a estar ubicada en una regin tan estratgica como la Amazonia, no obstante el enorme peso geopoltico y econmico de su vecino, y a pesar de que algunas reas de esa frontera han estado y siguen estando articuladas, de una u otra manera, a flujos internacionales y globales. Historias de ayer y de hoy han incidido para que los dos centros polticos, Brasilia y Bogot, se comporten como vecinos distantes, desconocidos y temerosos, y que slo en los ltimos aos se acerquen mutuamente, urgidos por los problemas de seguridad y motivados por el inters comercial o geopoltico global.Palabras clave: Brasil, relaciones internacionales, Amrica Latina, estudios fronterizos.

    BrazilColombia: Security and trade strengthen their far vicinity

    s u m m a R yColombia shares with Brazil the one that constitutes its second frontier in extension, but, contrary to the most extensive that separates it and it communicates with Venezuela, to that boundary he/she has not been granted in the country the relevance that deserves, in spite of being located in such a strategic region as the Amazonia, nevertheless its neighbors enormous geopolitical and economic weight and although some areas of that frontier have been and they continue being articulate, in an or another way, to international and global flows. Yesterday histories and of today they have impacted so that the two political centers, Brasilia and Bogot, behave as distant, unknown and fearful neighbors, and that only in the last years they come closer mutually, urged by the safe-deposit problems and motivated by the global commercial or geopolitical interest. Key words: Brazil, international relationships, Latin America, border studies.

    Fecha de Recepcin: 15/4/2006

    Fecha de apRobacin: 20/5/2006

    ColombiaBrasil:Distante vecindad se fortalece en la seguridad y el comercio

    Socorro Ramrez*

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    * Profesora titular del Instituto de Estudios Polticos y Relaciones

    Internacionales (Iepri) de la Universidad Nacional de Colombia. Este estudio

    hace parte de la Ctedra de Integracin Andrs Bello que se desarroll en

    la maestra del IEPRI as como del proyecto Brasil, la visin de sus vecinos

    que cont con el apoyo de Flacso y de la Konrad Adenauer en Brasil, lo que

    permiti contratar el trabajo que agradezco de Nicols Crdenas y Harvey

    Ferrer, quienes consiguieron parte de la informacin, el primero sobre los

    mbitos fronterizos y el segundo para los mapas. anlisis poltico n 58, Bogot,

    septiembre-diciembre, 2006: pgs. 3-34

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    Colombia-Brasil: distante vecindad se fortalece en la seguridad y el comercio Socorro Ramrez

    anlisis poltico n 58, Bogot, septiembre-diciembre, 2006: pgs. 3-34

    Colombia comparte con Brasil la que constituye su segunda frontera en extensin, pero, a diferencia de la ms extensa, que lo separa y comunica con Venezuela, a esa colindancia no se le ha otorgado en el pas la relevancia que merece, pese a estar ubicada en una regin tan estratgica como la Amazonia, no obstante el enorme peso geopoltico y econmico de su vecino, y a pesar de que algunas reas de esa frontera han estado y siguen estando articuladas, de una u otra manera, a flujos internacionales y globales. Historias de ayer y de hoy han incidido para que los dos centros polticos, Brasi-lia y Bogot, se comporten como vecinos distantes, desconocidos y temerosos, y que slo en los ltimos aos se acerquen mutuamente, urgidos por los problemas de seguridad y motivados por el inters comercial o geopoltico global.

    Hasta hace pocas dcadas, la historia de Brasil con sus vecinos andino-amaznicos no se haba distinguido por un acercamiento amistoso. Las querellas haban comenzado ya con las avanzadas militares portuguesas sobre los territorios amaznicos de Espaa, que haban dado lugar a una ampliacin del territorio, a un conocimiento geogrfico-carto-grfico y a una conexin con la metrpoli lusitana mayor que con la hispana. Las disputas continuaron con la poltica de asentamientos conducida por Brasil en amplios sectores de la Amazonia, poltica coronada con negociaciones, a mediados del siglo XIX con Per y a comienzos del siglo XX con Ecuador, mediante las cuales el gigante amaznico concret el reconocimiento de sus incursiones. Luego, entre las dcadas de 950 y 970, Brasil se propuso penetrar y articular la Amazonia mediante el Plan Alto Central, regin de las tres mayores cuencas hidrogrficas brasileas: el Plata, el Amazonas y el San Francisco. Los efectos del programa desarrollista fueron mltiples: la instalacin de numerosas empresas y la masiva inversin de capitales destinados a la explotacin intensiva de la Amazonia trajeron consigo una grave depredacin forestal y amplios desplazamientos de grupos indgenas; asimismo, hicieron resurgir entre sus vecinos el temor al expansionismo bra-sileo, apoyado ahora en su podero militar y en la estrecha relacin que por entonces mantena Brasil con Estados Unidos. El disgusto de los pases andinos con Brasil se agudiz ante el rechazo inicial de su vecino al proyecto de carretera marginal de la selva, del que se habl en los aos sesenta y setenta para unir las regiones amaznicas de Venezuela, Colombia, Ecuador, Per y Bolivia, integrarlas a los respectivos pases y conectarlas a travs de los Andes con los principales puertos sobre el Pacfico. Y el disgusto dara de nuevo lugar al temor cuando el alza de precios del petrleo en los aos setenta llevara a Brasil a interesarse en sus vecinos andinos poseedores de recursos energticos y de posibilidades para establecer corredores interocenicos.

    Mientras se firmaban los tratados de Tordesillas en 494, de Madrid en 750 y de San Ildefonso en 777, que

    dividan territorios entre los imperios de Espaa y Portugal, los bandeirantes ampliaban a sangre y fuego la Amazonia durante los siglos XVII y XVIII e implantaban fuertes militares como el de Tabatinga para tomar posesin y desconocan los acuerdos sobre su devolucin que se fueron firmando en el proceso de demarcacin de la lnea limtrofe; GONZLEZ Bermdez, Jorge Luis, Historia de la Amazonia, tomo 4, Bogot, Ministerio de Educacin - Programa Fundacin, 996, p. 65.

    El plan de integracin vial inclua la vinculacin del polo industrial del sudeste Paran, Santa Catarina y Rio Grande do Sul con los principales centros urbanos del noreste, el traslado de la capital a Brasilia y su vinculacin por tierra con Belm; la conversin de Manaos en zona franca y el desarrollo de proyectos agropecuarios en la Amazonia; la construccin de la carretera transamaznica paralela al ro Amazonas en direccin este-oeste desde Recife en el Atlntico hasta Cruzeiro do Sul cerca de Per, y de la carretera perifrica del norte que bordeara las Guyanas, Venezuela, Colombia y el noreste de Per. Slo esta ltima no logr concretarse; MINdREAU, Manuel, Relaciones bilaterales Per-Brasil: en busca de trascender una historia de cordial y mutuo desinters, en http://www.up.edu.pe/serv/boletin/0, 9 de octubre de 003.

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    Estas preocupaciones de Brasil motivaron un primer acercamiento a sus vecinos ama-znicos, que condujo a las negociaciones del Tratado de Cooperacin Amaznica (TCA), firmado el 3 de julio de 9783. El Tratado, acomodado al ritmo del inters de Brasil frente a cada pas, encuadr las relaciones con los andinos hasta finales del siglo XX4. despus, a mediados de los aos ochenta, en el inicio de la transicin democrtica, Brasil trat de diversificar sus relaciones exteriores; tendi puentes hacia los pases asiticos, africanos y rabes, y se acerc a su antiguo rival, Argentina, para dar comienzo al proceso que con-ducira al Mercosur; frente a los andinos; sin embargo, slo represent un papel en la bsqueda de acuerdos en el conflicto entre Per y Ecuador. En cambio, ya desde finales de los aos noventa, los gobiernos de Fernando Enrique Cardoso y de Lula da Silva co-menzaron a plantearse una estrategia hacia toda la Amrica del Sur, que le permitiera a su pas construir una base regional de articulaciones fsicas, econmicas y polticas, capaz de sustentar un papel global de Brasil. En ese marco, la nacin carioca ha comenzado a mirar finalmente hacia unos pases andinos, a los que encuentra sumidos en coyunturas crticas. Entre ellos comienza a descubrir a Colombia, afectada por una prolongada guerra interna que ha crecido en intensidad, que ha multiplicado sus conexiones regionales y que, a solicitud de los gobiernos colombianos, ha atrado la presencia militar estadounidense al continente y la ha aproximado a su baluarte estratgico, la Amazonia5.

    del lado colombiano, el inters por las relaciones con Brasil no fue tampoco ms intenso en el pasado. Tras la Independencia y hasta bien entrado el siglo XX, Bogot concentr su atencin inicialmente en el Caribe y luego en la regin andina, mientras mantena prcticamente inmodificados sus nexos coloniales con la Amazonia hispana, confiados a las misiones religiosas. Mientras el pas se debata en incontables guerras entre sus distintas regiones y los territorios amaznicos permanecan en el olvido, Brasil concretaba acuerdos con Per y Ecuador6. A su vez, Per, que haba obtenido de Brasil la libre navegabilidad por el ro Amazonas, desplazaba a los colombianos dedicados a la explotacin del caucho, ocupaba amplios territorios de Colombia y atacaba, en 90, el puesto colombiano de La Pedrera7. Presionada por los acontecimientos, Bogot intent finalmente hacer una cierta presencia estatal en la Amazonia, ms simblica que real, y trat de avanzar en la

    3 Adems de Brasil y de los cinco andinos Bolivia, Colombia, Ecuador, Per, Venezuela, participan Guyana y

    Suriname.4 En octubre de 979, Brasil y el Grupo Andino expresaron su voluntad de cooperar para promover la

    complementacin econmica y comercial, conservar y desarrollar la cuenca amaznica, y establecer una postura conjunta en las negociaciones econmicas internacionales. En 980, el Grupo Andino y Brasil acordaron proyectos de integracin fsica; GINO Costa, F., Rasgos de la poltica exterior brasilera despus de 964. Lima, Cepei, 986; Per: Brasil a la bsqueda de un socio amaznico en Las relaciones econmicas y diplomticas del Brasil con sus vecinos de la Cuenca Amaznica 974-985. Documento de Trabajo, n 9. Lima, Cepei, 987, pp. 44-6; Los retos de nuestras relaciones con Brasil, Anlisis Internacional, mayo-agosto. Lima, Cepei, 995, pp. 74-9.

    5 CERVO, Armando Luis y Clodoaldo Bueno, Historia da poltica exterior do Brasil, a. ed., Brasilia, Instituto Brasileiro

    de Relaoes Internacionais Universidade de Brasilia, 00; Poltica externa do Brasil para o sculo XXI. Brasilia, Cmara dos deputados, 003.

    6 En 85, por el tratado Herrera-da Ponte de Ribeiro, Brasil concedi la libre navegabilidad del Amazonas al Per

    a cambio del reconocimiento de su avanzada en territorios hispanos, y traz como lmite entre los dos una lnea recta de Tabatinga a la desembocadura del ro Apaporis en el Caquet. En 904 Brasil logra que Ecuador le haga el mismo reconocimiento. Los mapas con el territorio que habra perdido Colombia y el recuento del proceso estn en LONdOO, Julio, Cuestiones de lmites de Colombia. Bogot, Ed. Retina, 975, pp. 64-77.

    7 FORERO Romn, Luis, La Pedrera. Relato de combates entre colombianos y peruanos en el ao de 1911. Bogot, Editorial

    Bolvar, 93.

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    delimitacin jurdica del territorio nacional. Las negociaciones no fueron fciles. Por una parte, en ellas se enfrentaban dos principios jurdicos contrarios: el lusitano del uti possi-detis facto, que consideraba las tomas de posesin portuguesas como un ejercicio fctico de soberana, y el axioma hispano del uti possidetis jure, que defenda los derechos sobre el territorio con base en los ttulos de Espaa y sus colonias; por otra parte, las negociaciones deban enfrentar y sortear al mismo tiempo las pretensiones entrecruzadas de los vecinos andinos. Esa intensa pugna por regiones amaznicas y el lamentable legado de problemas de navegabilidad en los ros comunes oblig al pas a dedicar la mitad del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX a la tarea de delimitar su territorio. Esa delimitacin se hizo ante todo con Brasil y luego con el resto de vecinos8, y dej en los andinos, Colombia en particular, la percepcin de prdida territorial9. A travs de la negociacin, Colombia logr en 930 que Per le devolviera el trapecio amaznico, ocupado dos dcadas antes por las empresas del caucho. Sin embargo, la recuperacin efectiva no fue pacfica. Como reaccin, los peruanos habitantes de Loreto ocuparon Leticia, lo que suscit en 93 la guerra entre Per y Colombia, el aumento del nacionalismo en el pas, el envo de tropas a esa poblacin y el reforzamiento de su dependencia con relacin a Bogot por razones de soberana0. No obstante todas estas dolorosas experiencias, tanto esa regin como las dems zonas fronterizas de la Amazonia colombiana no han logrado hasta ahora obtener una adecuada presencia estatal ni un lugar destacado en la construccin de la nacin. Como territorios nacionales pasaron de comisaras a intendencias hasta que la Cons-titucin de 99 las incorpor como departamentos. Pero aun en esta nueva condicin han ido quedando relegadas como periferias rurales y se ven continuamente sometidas al vaivn de bonanzas econmicas no reguladas, que atraen masas empobrecidas o expul-sadas del interior del pas por la violencia. de esta forma algunos mbitos fronterizos se han ido convirtiendo, en buena medida, en refugio de los tres grandes ejes del conflicto contemporneo: el fenmeno guerrillero, el empuje paramilitar y la extensin de cultivos ilcitos.

    Constreida por las tensiones que dej la delimitacin fronteriza y por la dbil articu-lacin de la Amazonia al resto de la nacin, la relacin de Colombia con Brasil careci durante el siglo XX de contenido econmico y poltico significativo. Los contactos entre los gobiernos centrales se mantuvieron al nivel de un mutuo desinters diplomtico, a

    8 Los siguientes acuerdos sellaron la delimitacin: 907 Vsquez Cobo-Martins, delimitacin Piedra del Cocuy-Apaporis entre Colombia y Brasil. 96 Surez-Muoz Vernaza, delimitacin entre Colombia y Ecuador. 9 Salomn-Lozano, delimitacin entre Colombia y Per. 98 Garca Ortiz-Mangabeira, delimitacin Apaporis-Tabatinga entre Colombia y Brasil. 94 Lpez de Mesa-Gil Borges, delimitacin entre Colombia y Venezuela. 9 As lo destaca un historiador local: A finales del siglo antepasado, el gobierno brasileo, viendo que la Amazonia

    colombiana estaba bastante descuidada y adems tena mucha riqueza, pens que podra fcilmente apoderarse de ella. Para tal fin mand a un grupo de hombres de su ejrcito equipados con unas caoneras, que eran unas embarcaciones que tenan a lado y lado caones, para realizar una misin de reconocimiento. stos subieron por todo el ro, desde San Gabriel hasta Yurupar. A su paso, con sus disparos supuestamente ahuyentando al enemigo, hicieron abandonar a los indgenas sus malocas, sus asentamientos que se encontraban a la orilla, los obligaron a ir en busca de nuevos sitios, lejos del Ro Grande, quizs a los caos amparados por las dificultades que la selva impone para transitarlos; BORRERO Wanana, Milciades, Vaups, mito y realidad. Bogot, Carlos Garzn, 004, pp. 35-36.

    0 PALACIO Castaeda, Germn, Civilizando la tierra caliente. La supervivencia de los bosquesinos amaznicos, 850-930.

    Bogot, Comunican, 004.

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    no ser en el tema cafetero, campo en el que los dos pases se convirtieron en fuertes com-petidores. Al finalizar el siglo pasado, el desinters empez incluso a trastocarse una vez ms en temor entre algunos sectores de ambos pases. del lado brasileo, surgi recelo ante la poltica de seguridad aplicada por los ltimos gobiernos colombianos para hacerle frente a la guerra interna, poltica que se ha traducido en la militarizacin de algunos mbitos amaznicos en la perspectiva de la lucha contra las drogas y la subversin, y, pa-ralelamente, en una seria presencia militar de Estados Unidos en esas mismas reas; del lado colombiano, prevencin ante una posible identificacin del gobierno de Brasil con la postura venezolana de neutralidad ante el conflicto. El temor mutuo empez a cambiar, sin embargo, cuando los dos gobiernos, de Lula da Silva y de lvaro Uribe, pese a sus discrepancias polticas, o tal vez por ellas, comenzaron a ver en el otro un potencial socio central para el desarrollo de sus propias estrategias: el colombiano, para la aplicacin de sus polticas de seguridad, y el brasileo, con relacin a sus pretensiones comerciales y geopolticas. As, desde 003 se han incrementado las acciones conjuntas frente a los pro-blemas de seguridad transfronteriza y las definiciones en torno a la integracin comercial, relacionadas con tendencias globales que exigen estrategias de insercin compartidas. El mutuo acercamiento no se extiende, sin embargo, a la actuacin de los gobiernos en los rganos multilaterales, donde han aumentado las divergencias polticas entre ambos pases. As lo veremos en este trabajo, que presenta una revisin preliminar de las actuales relaciones bilaterales en sus diversos niveles y dimensiones, organizada en dos partes: en primer lugar, se analiza la vecindad derivada de las interacciones fronterizas, migratorias y diplomticas, y, luego, se ilustran los dos factores que han dinamizado en los ltimos aos la relacin: la seguridad y el comercio. El ensayo concluye con algunos interrogantes que los acercamientos y divergencias entre ambas naciones dejan planteados.

    i . L a Z o s F R o n T e R i Z o s , m u T u o d e s i n T e R s y d i s c R e p a n c i a s i n T e R e s T a T a L e s

    Una primera ubicacin de los mbitos compartidos y de las relaciones binacionales nos permite analizar los rasgos centrales de la vecindad colombo-brasilea en la que contrastan tres fenmenos: la articulacin transfronteriza a nivel poblacional y ambiental e incluso internacional de algunos de los tres mbitos fronterizos comunes generados por los .645 km de lnea limtrofe, y su aislamiento con relacin al resto de Colombia; la baja migra-cin binacional aun en pocas en las que ha aumentado el xodo de colombianos; y el acercamiento diplomtico entre las dos naciones, ms bien rutinario, adelantado mediante mecanismos binacionales poco dinmicos y atravesado por simultneas discrepancias en mbitos multilaterales.

    1 . u n a f r o n t e r a a m p l i a y d i v e r s a

    A lo largo de la frontera colombo-brasilea podemos establecer tres grandes mbitos tradicionalmente invisibilizados por la lejana poltica entre las capitales, y de stas con las zonas fronterizas de los dos pases. Algunos de estos espacios han permanecido histrica-mente muy articulados a procesos internacionales y globales, bien sea por la extraccin de recursos estratgicos o bien por la percepcin de la Amazonia como rea de reserva para la supervivencia de la humanidad. Todos los mbitos fronterizos exhiben gran riqueza

    PINTO Coelho, Pedro Motta, Fronteiras na Amaznia: un espaco integrado. Brasilia, Fundao Alexandre de Husmo-

    Instituto de Pesquisa de Relaes Internacionais (IPRI), 99.

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    ambiental y cultural junto a una baja poblacin y una precaria presencia estatal. dos de ellos tienen reas que comparten una condicin trinacional. La dbil presencia de los estados no ha facilitado la regulacin de las actividades extractivas por parte de la pobla-cin local, abre espacio a conflictos transfronterizos, y propicia, del lado colombiano, la activa presencia de grupos irregulares. Tres departamentos colombianos: Guaina, Vaups y Amazonas, estn implicados en la vecindad con el estado brasileo del Amazonas.

    L a s t r e s c a r a s d e l a P i e d r a d e l C o c u y

    El primer mbito incluye territorios del departamento de Guaina en Colombia, y algu-nas de sus reas comparten ciertas caractersticas con los estados de Amazonas en Brasil y Venezuela en torno al hito fronterizo de la Piedra del Cocuy, formacin geolgica de 400 metros de altura, que se ubica en las cercanas de la frontera tripartita y de dos importan-tes ros: el Guaina o Negro como se lo conoce en Brasil con .53 km de extensin, el Negro desemboca en el Amazonas, y el ro Casiquiare, que permite navegar entre los ros Orinoco y Amazonas, y ofrece grandes posibilidades para el comercio trinacional1.

    Esta zona, con muy baja poblacin incluso en el otrora fuerte de San Felipe, Naqun, Tuparro y Campo Alegre, ha sido habitada fundamentalmente por indgenas que ocupan territorios fronterizos de los tres pases y que pertenecen al grupo Curripaco, el cual incluye a los subgrupos Baniwa, Karupaka o Kurrin y Karry-Karutama, quienes pertenecen a su vez a la familia lingstica Arawak4. desde el punto de vista socioeconmico, la explotacin del oro del lado colombiano desde la ltima mitad del siglo XX ha provocado una intensa actividad minera transfronteriza con su consiguiente colonizacin, que ha generado no slo conflictos intertnicos dado que se efecta en zona de resguardo indgena, sino tam-bin disputas entre garimpeiros brasileos y mineros colombianos y venezolanos5. del lado colombiano, los cultivos de coca y la presencia de grupos armados irregulares en algunas reas de este mbito han afectado la vida de las poblaciones y del medio ambiente6.

    FRANKY Calvo, Carlos E. y Carlos H. Zrate Bota (eds.), Imani mundo. Estudios en la Amazonia colombiana. Bogot,

    Unibiblos, Universidad Nacional de Colombia, sede Leticia, 00.3

    GONZLEZ Bermdez, Jorge Luis, ob. cit., p. 74. 4

    CASTRO, Luz Marina, Curripaco, en Mara Eugenia Romero Moreno (coord.), Geografa humana de Colombia. Regin de la Orinoquia, tomo III, vol. -. Bogot, Instituto Colombiano de Cultura Hispnica, 993, p. 95.

    1 ARIZA, Eduardo, Atlas cultural de la Amazonia colombiana: la construccin del territorio en el siglo XX. Bogot, Corpes

    de la Orinoquia - Corpes de la Amazonia - Instituto Colombiano de Antropologa - Ministerio de Cultura, 998, p. .

    1 OCAMPO, Sergio, Orinoco: la frontera remota con Venezuela, Los confines de Colombia, en separata El Tiempo, 0 de agosto de 003, p. 7.

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    Mapa 1 . L a s t r e s c a r a s d e l a p i e d r a d e l c o c u y

    Fuente: Mapa construido para este trabajo a partir de Encarta 200.

    D e l a O r i n o q u i a a l a A m a z o n i a

    La parte oriental del Vaups y el Amazonas en Colombia y el occidente del estado de Amazonas en Brasil albergan la selva de transicin que une a la Orinoquia con la Amazo-nia y poseen caractersticas de ambos ecosistemas, aunque predomina la segunda desde el punto de vista geogrfico. La inscripcin de esta zona dentro de la Orinoquia se explica por razones de tipo econmico y poltico, por cuanto su vnculo comercial y cultural se asimila ms al epicentro llanero que al prototipo amaznico gracias a que las vas areas conducen al departamento del Meta, mientras sus vnculos econmicos y culturales son dbiles con la Amazonia7. En contraste con la carencia de vas terrestres, la regin se encuentra articulada a travs de importantes ros Vaups o Uaups, Apaporis, Caquet o Japur de acuerdo con sus nombres en Colombia y Brasil, navegables durante ocho meses al ao, lo que permite las travesas de pueblos indgenas ubicados en afluentes, caos y quebradas as como de colonos y mercancas8.

    Este mbito haba sido habitado fundamentalmente por grupos indgenas de las fami-lias lingsticas Tukano-Arawak, y Bak, esta ltima caracterizada por su constante errar por la selva interfluvial9. En 90 se cre la comisara del Vaups, que hasta 963 incluy territorios de Guaina y hasta 977, de Guaviare. Por los constantes problemas con po-bladores brasileos inicialmente se dej como capital a Yavarat por estar situada en toda

    7 Consejo Regional de Planificacin Econmica y Social, La Orinoquia colombiana: visin monogrfica. Bogot,

    Corpes Orinoquia, www.banrep.gov.co/, 997, 4 de abril de 005. 8

    Corpes de la Orinoquia, Plan de desarrollo departamental. Vaups, biodiversidad para el futuro. Bogot: Editorial Gminis, 994, p. 38.

    9 ARANGO Ochoa, Ral, Los pueblos indgenas de Colombia 1997: desarrollo y territorio. Bogot, departamento Nacional

    de Planeacin (dNP), 998, p. 307.

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    Colombia-Brasil: distante vecindad se fortalece en la seguridad y el comercio Socorro Ramrez

    anlisis poltico n 58, Bogot, septiembre-diciembre, 2006: pgs. 3-34

    la lnea limtrofe0, pero luego fue sustituida por Mit, que haba sido creada en 936, aunque esta poblacin se halla un poco apartada de la raya, como simblicamente la denominan los habitantes fronterizos. Esas dos poblaciones junto a Taraira y Pocoa han atrado colonos a raz de las distintas bonanzas no reguladas y de la violencia partidista de mediados del siglo XX. El aislamiento de este mbito del resto de Colombia sigue siendo notorio, ya que slo cuenta con una va apenas carreteable que comunica Mit con la comunidad de Monfort en la frontera con Brasil sobre el ro Papur. Tampoco cuenta con un sistema productivo autosuficiente, por lo que el suministro de alimentos se hace por va rea desde el interior de Colombia, lo que ocasiona un fuerte incremento de los costos de los productos bsicos.

    La regin ha vivido cuatro bonanzas que han alterado su poblacin y sus ecosistemas, y han generado colonizacin y violencia. Primera, la del caucho, que tuvo dos momentos: entre 890 y 90, y luego, a mediados de los aos cuarenta del siglo pasado, como pro-ducto de la demanda de la posguerra. Segunda, la de las pieles, entre 960 y 970, que agot las especies nativas y afect el equilibrio ecolgico. Tercera, la del oro, en Taraira, desde mediados de los ochenta, y, tras su agotamiento, la explotacin de otros yacimien-tos a lo largo del mbito fronterizo. Cuarta, la de la coca, desde finales de los ochenta.

    20 BORRERO Wanana, Milciades, ob. cit., p. 30.

    As lo destaca un estudio sobre el tema: En la serrana de Naqun el descubrimiento de oro tuvo lugar en los aos ochenta, y su explotacin durante dos aos estuvo en forma exclusiva en manos de algunos asentamientos de indgenas curripacos. Sin embargo, hacia 983 mineros buscadores de fortuna muchos de ellos brasileos conocidos como garimpeiros llegaron a la zona introduciendo cambios en la forma de explotacin. Asimismo se alter el orden social, con altos ndices de violencia. La lnea divisoria entre Colombia y Brasil se torna difusa, y de hecho se presentan desplazamientos permanentes a territorio colombiano por parte de los garimpeiros A pesar de las medidas de control, tanto de los indgenas como de las autoridades ambientales, en la actualidad se presenta una mayor tecnificacin de los mineros, que estn introduciendo maquinaria con mayor capacidad de explotacin. ARIZA, Eduardo, ob. cit., p. 0.

    Mapa 2 . d e l a o r i n o q u i a a l a a m a z o n i a

    Fuente: Mapa construido para este trabajo a partir de Encarta 200.

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    anlisis poltico n 58, Bogot, septiembre-diciembre, 2006: pgs. 3-34

    Las cuatro bonanzas han dado origen a no pocos conflictos entre poblaciones indgenas, colonos, mineros colombianos y brasileos, grupos armados irregulares.

    Slo durante la bonanza del oro, las instituciones estatales colombianas, que tienen una mnima presencia en la zona, han ejercido una cierta regulacin, mientras que en otras ocasiones los lazos existentes entre los pobladores de ambos lados de la raya son los que han permitido el funcionamiento de algunos acuerdos binacionales. Sin embargo, desde mediados de los aos noventa, las buenas relaciones de vecindad local generadas por el trnsito y el incipiente intercambio que ha existido desde pocas remotas, se han visto entorpecidas por la presencia de actores armados ilegales3.

    E l t r a p e c i o a m a z n i c o c o l o m b i a n o j u n t o a B r a s i l y P e r

    El trapecio amaznico colinda con el estado de Amazonas en Brasil y Loreto en Per, y del lado colombiano incluye territorios de tres municipios y una reserva ambiental situa-dos en las orillas de los dos ejes fluviales que articulan este mbito. En el ro Putumayo se encuentra Tarapac, y en el ro Amazonas se hallan Leticia, Puerto Nario y el parque Amacayacu, creado en 975, y que ocupa la parte central del trapecio4. de considerarse como regin del Caquet, pas a ser comisara en la dcada de 930, intendencia en 950 y departamento desde 99.

    Mapa 3 . e l t r a p e c i o a m a z n i c o c o l o m b i a n o

    Fuente: Mapa construido para este trabajo a partir de Encarta 200.

    En el trapecio amaznico existen identidades culturales diferenciadas, cruzadas a su vez por las identidades nacionales de los Estados que all confluyen. La poblacin se di-

    En la zona del Taraira, debido al agotamiento del oro de aluvin y a la capacidad de los equipos con que cuentan

    los garimpeiros, se adelantaron conversaciones entre ciudadanos de los dos pases y llegaron a acuerdos sin apoyo estatal; Corpes de la Orinoquia, ob. cit., p. 73.

    3 Corpes de la Orinoquia, ob. cit., p. 60.

    4 POSAdA, daniel (coord.), Nuestro patrimonio. Bogot, 00, p. 84.

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    anlisis poltico n 58, Bogot, septiembre-diciembre, 2006: pgs. 3-34

    vide en blancos, quienes son en su gran mayora los agentes estatales, los mestizos bien sean de origen local, colonos del interior y de otros territorios amaznicos de Colombia, o procedentes de los otros dos pases, y, finalmente, los indgenas. Los ms numerosos y con presencia en Colombia, Brasil y Per son los Ticuna, seguidos de los Cocama, YaguaMishara, Huitoto, Ocaina, varios de los cuales fueron objeto de desalojos con la delimitacin territorial en los tres pases5.

    Tambin en este mbito la comunicacin con sus vecinos es fluvial y area con el res-to de Colombia, lo que le da un cierto carcter insular6. El aislamiento con respecto al resto del pas contrasta con la fuerte vinculacin internacional y global del Amazonas en diferentes momentos. En el siglo XIX, la introduccin de las embarcaciones a vapor y el negocio del caucho estimularon la economa de esta rea trinacional y su vinculacin al mercado mundial, lo que trajo no pocas consecuencias para la regin como, entre otras, una sustancial modificacin de la vida de las poblaciones indgenas. Posteriormente, la extraccin ilegal maderera y de distintas especies vegetales y animales, as como el trn-sito de cocana procedente de Per en los aos ochenta y de Colombia en los noventa, y otras actividades ligadas al trfico ilcito de drogas y armas, han reactivado y actualizado la vinculacin de la regin al comercio globalizado7.

    Este territorio cuenta con dos centros conurbanados, surgidos ambos de estrategias de afirmacin de soberana nacional. del lado colombiano est Leticia que, en 867, haba comenzado su vida como un villorrio pobre fundado por peruanos, cobrara importancia con la guerra entre Per y Colombia, y se convertira en objeto de colonizacin militar que lo transformara en una especie de enclave dependiente de Bogot. del lado brasileo se encuentra Tabatinga, fundada como un fuerte en 767 por los portugueses, con el objetivo de legitimar sus avanzadas en territorios hispnicos y establecer una guarnicin militar en el ro Amazonas. Se ampli a lo largo de la frontera ante el temor de que Leticia generara una expansin social hacia Brasil sin una contrapartida que la detuviera. El aumento de la poblacin y de la economa se produjo no slo en Leticia y Tabatinga sino tambin en Ben-jamn Constant, en torno del emplazamiento militar del comando brasileo de fronteras del Alto Solimoes. Las tres orillas nacionales, incluida Santa Rosa, la poblacin peruana, han generado estrechas relaciones y una complementariedad espontnea de las distintas poblaciones en sus actividades econmicas y sociales8. La mayor parte de los pobladores hablan los dos idiomas latinos oficiales o uno intermedio, el portuol, e innumerables lenguas indgenas, que se cruzan entre la gente que convive cotidianamente de manera transfronteriza y comparte la msica, el baile, el ftbol, la cultura riberea y la adhesin a grupos religiosos tanto tradicionales como nuevos.

    5 LPEZ Claudia Leonor, Etnicidad y nacionalidad en la frontera entre Brasil, Colombia y Per, los Ticuna frente

    a los procesos de nacionalidad, en Clara Ins Garca, Fronteras: territorios y metforas. Medelln, Hombre Nuevo Editores - Universidad de Antioquia - Instituto de Estudios Regionales, 003, p. 49; SIERRA, lvaro, dos muros en la selva, En los confines de Colombia. Bogot, El Tiempo, 0 de agosto de 003, p. 37; ARANGO Ochoa, Ral, ob. cit., Grupos indgenas, www.peruecologico.com, 4 de agosto de 005; Fundacin Hemera, Etnias de Colombia, www.etniasdecolombia.org, Bogot, 3 de agosto de 005.

    6 GOULARd, Jean-Pierre, Cruce de identidades en el trapecio amaznico colombiano, en Clara Ins Garca, ob.

    cit., p. 90. 7

    Amazonia: escenarios y conflictos. Quito, Centro de Investigacin de los Movimientos Sociales (Cedime), 993. 8

    GRISALES, Germn, Amerita la frontera de Colombia, Brasil y Per una zona de integracin trinacional?, en Aldea Mundo, edicin sobre las zonas de integracin fronterizas coordinada por Socorro Ramrez, San Cristbal, septiembre de 005.

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    anlisis poltico n 58, Bogot, septiembre-diciembre, 2006: pgs. 3-34

    Este espacio fronterizo articula grandes ofertas tursticas y significativos intercambios acadmicos y de enseanza del espaol y el portugus, dado que cuenta con cuatro universidades y un centro de investigacin; por un lado, la del Estado do Amazonas en Tabatinga y la Federal do Amazonas, en Benjamn Constant; por otro, la sede Amazonia de la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad de la Amazonia del Caquet y el Instituto Amaznico de Investigaciones Cientficas, Sinchi. Las universidades hacen parte de la Red de Universidades Amaznicas (Unamaz), que propicia encuentros y tiene inters en ayudar al desarrollo de programas acadmicos regionales.

    En suma, los tres mbitos fronterizos triple frontera de Colombia con Venezuela y Brasil, transicin Orinoquia-Amazonia, triple frontera de Colombia con Brasil y Per comparten caractersticas comunes, ya que hacen parte de la periferia colombiana, marginada de los distintos circuitos nacionales, y estn sobrerrepresentados en los ms bajos ndices de necesidades bsicas insatisfechas. Los tres han sido habitados por comunidades indge-nas, cuyos resguardos han sido interferidos tanto por la colonizacin y las bonanzas no reguladas por el Estado como por la presencia de grupos armados ilegales. El ltimo, el trapecio amaznico, es el ms poblado y el que tiene las mayores y ms diversas relaciones de vecindad con Brasil y la mayor articulacin con procesos internacionales y globales9. Las mltiples interacciones entre las poblaciones y los procesos socioeconmicos fronterizos son interferidos por legislaciones antagnicas, por rdenes territoriales discordantes, por sistemas aduaneros enfrentados30, por tradiciones institucionales y operativas con polticas pblicas superpuestas, por servicios e inversiones duplicadas, y hasta por diferentes for-mas de encarar la seguridad. El precario dinamismo binacional no ha permitido superar esas diferencias y avanzar en procesos concretos de cooperacin, desarrollo e integracin transfronteriza.

    2 . b a j o m o v i m i e n t o m i g r a t o r i o

    En las relaciones transfronterizas el lmite, que suele ser bastante invisible, se torna, adems, sumamente poroso en dos tipos de situaciones migratorias. La primera, la que se genera por las incursiones de garimpeiros brasileos que llegan a extraer el oro, cuyas actividades, adems de ilegales, producen repercusiones sociales y ambientales negativas en los dos primeros mbitos fronterizos cuando ingresan con sus dragas en reas colom-bianas de reserva forestal o en asentamientos indgenas, y utilizan a su arbitrio operadores e insumos venezolanos, peruanos o colombianos. La segunda situacin se produce en la zona fronteriza ms poblada. All, personas de ambos pases traspasan a diario la lnea limtrofe por su recorrido de la vivienda al trabajo, en busca de bienes y servicios segn las disponibilidades locales o lo que resulte ms conveniente adquirir en uno u otro lado, ms an cuando al menos el 40% de la poblacin de Leticia, Tabatinga y Santa Rosa tienen triple nacionalidad: colombiana, brasilea y peruana.

    En cuanto a la migracin no fronteriza, el convenio firmado por Colombia y Brasil en 97 permite que los ciudadanos de un pas ingresen sin visa en el territorio del otro

    9 direccin de desarrollo territorial del dNP, Colombia y sus fronteras: polticas de frontera, caracterizacin

    regional socioeconmica comparada por pases y departamentos fronterizos, 00; Lineamientos para el desarrollo de una poltica de integracin y desarrollo fronterizo, documento Conpes 355, dNP, Ministerio de Relaciones Exteriores, Bogot, 0 de diciembre de 00.

    30 El sistema aduanero de Tabatinga est adaptado a los beneficios fiscales que recibe de la zona franca de Manaos, y

    el colombiano ha tenido regmenes especiales como zona fronteriza.

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    por un perodo de noventa das, prorrogable hasta por 80 das, a partir de los cuales se exige una visa, sea de estudios o de trabajo. Segn funcionarios de la embajada de Brasil en Bogot, aproximadamente 5.000 brasileos residen en Colombia, 40% de los cuales ejerce labores en empresas multinacionales y brasileas, 30% tiene pareja colombiana y estatus de residente, y el 30% restante son misioneros religiosos. Segn el departamento Administrativo de Seguridad (dAS) de Colombia, un promedio de 4.000 brasileos en distinta calidad han circulado en Colombia desde finales de los noventa, como lo muestra el cuadro .

    Cuadro 1 . b r a s i l e o s e n c o l o m b i a

    Ao Total

    Temporal

    ResidenteSin

    especificarPreferencial

    Cortesa Negocios Ordinaria Inmigrante VisitanteDiplomtico Oficial Servicio

    997 4.975 7 96 44 0.035 .47 56 3.009

    998 7.098 7 9 70 70 49 .003 3.895 49

    999 3.36 30 4 09 3 0 .885 0 0.499 47 0

    000 4.338 5 56 73 6 78 .76 0 .577 48

    00 .30 95 46 43 53 0 .367 9.066 430

    00 4.040 49 53 05 8 0 6.40 5.095 497 .78

    Fuente: dAS, Entradas de extranjeros por calidad migratoria segn nacionalidad.

    Por su parte, la embajada de Brasil expide visas a tres tipos de migrantes colombianos. El primero, con el mayor flujo, est constituido por estudiantes de posgrados o doctora-dos, 350 de los cuales recibieron en 005 ese tipo de visa, y se trata de un sector que suele regresar a Colombia al finalizar sus estudios. El siguiente grupo es el de los colombianos que trabajan en multinacionales en Brasil en Petrobras en particular y que se trasladan a ese pas con su familia. El tercer grupo en nmero cinco en 005 y de ms reciente migracin, es el de personal directivo de empresas colombianas que invierten en Brasil. No es posible establecer con precisin la cantidad de colombianos que se quedan en Brasil con o sin visa; los registrados en los consulados son muy pocos y no representan ni una quinta parte de la poblacin estimada por esas mismas entidades que como lo muestra el cuadro no alcanzaran a los 0.000, y se encuentran en especial en So Paulo, Brasilia, Ro y Manaos; en esta ltima ciudad parecera ser mayor la poblacin colombiana que reside o circula en torno a diversos tipos de negocios.

    Pese a la no existencia de cifras exactas, se observa que se trata de una baja migracin, comparada con aquella hacia otros pases vecinos como Ecuador, que ha aumentado de-bido a la agudizacin del conflicto colombiano. En la escasa densidad de las relaciones de todo orden entre los dos pases influye tal vez la lejana de Leticia con respecto a otras ciudades del interior de Colombia, expulsoras de poblacin, el idioma diferente y el hecho de que no se haya producido un fuerte desplazamiento en las zonas en donde Colombia limita con Brasil que, adems, son bastante despobladas.

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    anlisis poltico n 58, Bogot, septiembre-diciembre, 2006: pgs. 3-34

    3 . d b i l r e l a c i n b i l a t e r a l y d i s c r e p a n c i a s e n r g a n o s m u l t i l a t e r a l e s

    Luego del difcil proceso de delimitacin fronteriza adelantado durante el siglo XIX, y debido a las complejas caractersticas de las zonas atravesadas por la lnea limtrofe, no faltaron a lo largo del siglo XX confusiones entre Colombia y Brasil para la demarcacin de algunos trechos y el establecimiento de un rgimen de navegacin en ciertos ros. de ah que durante todo el siglo XX las interacciones entre las cancilleras de ambos pases estuvieran concentradas en solucionar las dudas y los problemas de demarcacin a travs de comisiones mixtas de inspeccin de hitos y de elaboracin de la cartografa de la raya. El resto del amplio espectro de relaciones posibles ha quedado en el olvido. Ni siquiera han sido intensas las relaciones ms tradicionales, a travs de las representaciones diplo-mticas, que ms bien han mostrado los desfases propios de las diplomacias de cada pas. Mientras en el caso de Brasil predominan los funcionarios de carrera, en el colombiano la escogencia de los embajadores est ligada a la dinmica clientelista del pago de favores polticos, lo que ha impedido tener verdaderos diplomticos eficaces, ha generado malestar en Itamaraty y ha hecho perder oportunidades para un manejo adecuado de los asuntos fronterizos o binacionales.

    El bajo nivel de relaciones tambin se expresa en el funcionamiento rutinario de mecanismos bilaterales como la Comisin mixta de Cooperacin, Educacin y Cultura, y la Comisin de Vecindad e Integracin. Esta ltima, creada por los presidentes de los dos pases el 3 de septiembre de 99, slo se puso en marcha tres aos despus y no se ha reunido ni siquiera una vez por ao, a pesar de la amplia gama de asuntos que debe atender. Con todo, los temarios de sus reuniones como se aprecia en el anexo , han ayudado al menos a enumerar asuntos centrales de la agenda binacional. La principal limitacin de la Comisin consiste en que ha sido un mecanismo asesor que no cuenta con capacidad tcnica y operativa, no logra atender distintas dimensiones de la relacin ni dar cabida a los diversos actores que participan de manera espontnea en la vida de las fronteras o influyen en su dinmica con diversos programas; otra limitacin tiene que ver con la falta de avances reales en la armonizacin de los diferentes enfoques y mecanismos

    Cuadro 2 . c o l o m b i a n o s e n b r a s i l

    Consulado Hombres Mujeres Registrados Poblacin estimada

    Belem

    Bello Horizonte

    Brasilia 03 9 94 5.758

    Curitiba 56 370

    Fortaleza

    Joinville

    Manaos 56 3 87 50

    Porto Alegre

    Recife

    Ro de Janeiro 43 7 695 3.000

    San Gabriel

    Sao Paulo .8 7.800

    Tabatinga 5 7 7

    Subtotales 697 396 3.477 7.465

    Fuente: Asistencia a connacionales y promocin de comunidades colombianas en el exterior, Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, 200.

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    anlisis poltico n 58, Bogot, septiembre-diciembre, 2006: pgs. 3-34

    de atencin de los distintos temas de la agenda, lo que lleva a que algunos problemas, como el ambiental, estn agravndose da a da ante la ausencia de regmenes comunes de regulacin3.

    Entre Brasil y Colombia no ha habido discrepancia en asumir la Amazonia como pa-trimonio de los estados que la conforman, como lo plantea el Tratado de Cooperacin Amaznica, a diferencia de lo que sostienen diversos organismos internacionales contro-lados por los pases del Norte, que la consideran patrimonio de la humanidad. Las dis-crepancias se han presentado en torno a otros asuntos. Medios colombianos vinculados a las negociaciones ambientales tienen la percepcin de que en su actividad internacional los representantes de Brasil asumen la cuestin amaznica como si fuera asunto de su exclusiva competencia, y no buscan actuar conjuntamente con el resto de pases amaz-nicos. Al mismo tiempo, los medios colombianos perciben incoherencia entre discursos de proteccin de la Amazonia y concesiones madereras y empresariales que, aunque conllevan destruccin de poblaciones y ecosistemas, son defendidas por Brasil como un esfuerzo por lograr su control y evitar su desnacionalizacin. En cambio, para sectores brasileos, Colombia ha mirado a la Amazonia slo como un lugar de lejanas zonas de colonizacin y de problemas de seguridad, mientras que Brasil lo ha hecho parte central de su identidad y sus intereses nacionales. Esas percepciones no tuvieron procesamiento en los veinte aos del TCA, ni lo han tenido en casi una dcada de la Organizacin del Tratado de Cooperacin Amaznica (OTCA), creada el 4 de diciembre de 998, para institucionalizar las relaciones amaznicas. Como se aprecia en el anexo , el Tratado y la OTCA no han tenido gran dinamismo. Tampoco la Iniciativa Amaznica, propuesta por Brasil en 99 con el propsito de coordinar algunas posiciones en la Cumbre de Naciones Unidas para el medio ambiente, tuvo mayores desarrollos. A esas diferentes percepciones se le ha agregado el temor de diversos sectores gubernamentales, sociales y de opinin de Brasil de una internacionalizacin de la Amazonia por el aumento de conexiones globales del conflicto colombiano, y en particular por la creciente presencia, estadounidense entre otras, en la Amazonia colombiana.

    Guardando las proporciones en lo que cada uno representa, Colombia y Brasil han tenido coincidencias espontneas en algunos aspectos de su estrategia de insercin inter-nacional como, por ejemplo, en la adhesin a los regmenes globales de medio ambiente, derechos humanos, seguridad, comercio y en su participacin en los foros multilaterales. Sus diplomacias enfrentan, aunque de diversa manera, los mismos constreimientos en-tre otros, los cambios internacionales y globales, el peso de la visin economicista de la insercin internacional, la subordinacin a las directrices de la poltica macroeconmica, la renovada centralidad alcanzada por la poltica domstica en el proceso de formacin de la poltica exterior. A ms del diferente alcance de sus aparatos diplomticos, entre ambos pases ha existido un fuerte contraste entre la visin universalista propia de la di-plomacia brasilea, que se expresa en la manera como asume a su pas como jugador y comerciante global, y el fuerte enclaustramiento colombiano en el mundo andino. Ms recientemente, las diferencias se han centrado en la distinta relacin de ambos pases con Estados Unidos.

    3 Por ejemplo, el ciclo migratorio de los peces se desarrolla en ros de dos o tres pases pero no coinciden los

    tiempos de veda, los mtodos usados ni los mecanismos de control y, adems, existe un manejo nacional discordante de la produccin y comercializacin.

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    anlisis poltico n 58, Bogot, septiembre-diciembre, 2006: pgs. 3-34

    Esas diferencias no slo tienen que ver con la presencia de Estados Unidos en el con-flicto colombiano, sino tambin con las alianzas que Washington propicia en mbitos hemisfricos. Un ejemplo se vivi en las votaciones para secretario general de la OEA, en 005. Brasil acompa desde el comienzo al chileno Jos Miguel Insulza mientras Co-lombia apoy inicialmente a los candidatos de Estados Unidos, primero el salvadoreo Francisco Flrez y, con su renuncia, al mexicano Luis Ernesto derbez. Slo en la sexta y ltima votacin, luego de la renuncia de derbez, Colombia se uni a Brasil en el apoyo a Insulza3.

    Algo similar ocurri en la votacin para presidente del Banco Interamericano de desa-rrollo (BId) en julio de 005, aunque en este caso la discrepancia no revel un diferente alineamiento internacional sino una natural competencia entre candidatos nacionales. El colombiano Luis Alberto Moreno fue elegido en la primera vuelta con una votacin regional de 0 de los 8 pases americanos que hacen parte del BId, frente al brasileo Joao Sayad, que obtuvo 7, y en la votacin de accionistas el colombiano alcanz 6 votos, equivalentes al 56,07%, mientras el brasileo obtuvo 3, o sea el 33,64%, y el peruano Pedro Pablo Kuczynski el ,44%33. En esta votacin, aunque el apoyo de Estados Unidos fue decisivo, tambin lo fue la campaa colombiana, que logr generar una amplia alianza.

    En Naciones Unidas ambos pases presentan diferencias en algunos asuntos como la reforma del Consejo de Seguridad, y relativa coincidencia en temas sobre los que votan las asambleas. En cuanto a las diferencias, desde hace muchos aos Brasil ambiciona un asiento permanente en el Consejo, dotado adems con poder de veto. Colombia no ha compartido esa pretensin, en principio, con el argumento de que siempre se ha opuesto al veto, pero tambin porque los diplomticos colombianos perciben que Brasil slo toma en cuenta sus propios intereses y juega segn su particular conveniencia como outsider o como hermano mayor. Por eso las dos naciones se han visto enfrentadas en distintos grupos de pases que trabajan en la reforma del Consejo34. En cuanto a la coincidencia, como lo muestra el anexo 3, Colombia y Brasil han mantenido entre 997 y 004 ms o menos un tipo de votacin similar en las asambleas de Naciones Unidas, aunque parad-jicamente Brasil tiene ms votos comunes con Estados Unidos que Colombia. En los tres ltimos aos los votos coincidentes de ambos pases con Estados Unidos se han reducido y han aumentado las abstenciones.

    3 Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/ElecciSecretarioGeneral_de_la_OEA,_005; http//www.laprensagrafica.com, y 3 de agosto de 005.

    33 As se vot en el BId por Moreno, en El Tiempo, 9 de julio de 005, p. 7; VARGAS, Orlando, Moreno, nuevo

    presidente del BId, en http://www.elespacio.com.co/publicaciones/; Colombiano Luis Moreno obtuvo 6 votos para el BId y gan presidencia, en http://www.elregionalpiura.com.pe/005_07/julio; Pobreza y desigualdad en Amrica Latina, los retos de Luis Alberto Moreno en el BId, en Portafolio, 8 de julio de 005, en http://www.portafolio.com.co/port_secc_online/, y de agosto de 005.

    34 Colombia, junto con un bloque de 8 pases que se autodenominan Unidos por el consenso, propuso

    ampliar slo el nmero general de miembros del Consejo, que pasara de 5 a 5 gracias al aumento de los no permanentes, que pasaran de 0 a 0, mientras las cinco potencias mantendran su asiento y su derecho al veto. Brasil, en cambio, particip en el Grupo de los cuatro junto a otros tres aspirantes a miembros permanentes con derecho a veto: Alemania, Japn e India, y con ellos defendi la propuesta de ampliar el nmero total de miembros a 5 distribuidos as: los permanentes y con poder de veto subiran de 5 a los cuatro miembros del grupo ms dos africanos y los no permanentes, de 0 a 4; Brasil, molesto con Colombia, en El Tiempo, 6 de julio de 005; Semana clave en reforma del Consejo de Seguridad de ONU, en El Tiempo, 7 de julio de 005; dEEN, Thalif, divisiones paralizan reforma del Consejo, en http://www.enkidumagazine.com/art/005.

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    anlisis poltico n 58, Bogot, septiembre-diciembre, 2006: pgs. 3-34

    Luego de ser fuertes competidores como productores y exportadores de caf, Brasil y Colombia han emprendido en los ltimos aos una ofensiva diplomtica conjunta frente a los cultivadores de Centroamrica y Asia para acelerar y garantizar el programa de re-tencin hasta de un 0% de exportaciones del grano, tal como fue acordado en Londres, en mayo de 000, por la Asociacin de Pases Productores de Caf y otros cultivadores, con la intencin de recuperar los precios internacionales35. As ocurri en 003, en marzo en Brasilia y en septiembre en Cartagena, cuando Lula y lvaro Uribe acordaron meca-nismos conjuntos para el fortalecimiento de la comercializacin del caf en los mercados internacionales36.

    En sntesis, esta primera parte nos muestra fuertes interacciones sociales y ambientales de los pobladores fronterizos colombianos con sus vecinos locales, algunas de ellas articuladas a dinmicas internacionales o globales, mientras se presenta un enorme aislamiento de esas mismas poblaciones con respecto al resto de Colombia, incluso para el ltimo mbito el trapecio, que por razones de soberana ha dependido directamente de Bogot. Se revelan as mismo traspaso cotidiano de la lnea fronteriza y baja migracin binacional, agenda binacional y mecanismos para tramitarla con poco dinamismo, convergencias espontneas en rganos regionales e internacionales y crecientes divergencias reforzadas por la distinta alineacin actual con Estados Unidos.

    i i . p R o b L e m a s c o m p a R T i d o s y a c e R c a m i e n T o e n s e G u R i d a d y c o m e R c i o

    A pesar de los enormes problemas y las posibilidades que ofrece la relacin, entre Co-lombia y Brasil han existido pocos y limitados vnculos bilaterales fuera de las interacciones intratnicas binacionales o entre los habitantes fronterizos en especial del mbito ms poblado. Sin embargo, la situacin ha empezado a cambiar en el nivel intergubernamental y empresarial, en materia de seguridad y comercio.

    1 . p r o b l e m t i c a , p e r c e p c i o n e s y a c u e r d o s d e s e g u r i d a d

    Tres dimensiones centrales nos permiten acercarnos al tema de seguridad en las rela-ciones colombo-brasileas: la situacin especfica en sus diversas manifestaciones locales, nacionales, binacionales o transnacionales; las percepciones de amenaza de diversos actores de ambos lados; y los acuerdos a los que han ido llegando los gobiernos de los dos pases para hacerle frente a esa problemtica.

    F u e n t e s d e i n s e g u r i d a d

    Las mayores fuentes de inseguridad fronteriza se derivan de la delincuencia comn, de la confrontacin armada que vive Colombia y de sus nexos con los cultivos ilegales y el trfico de drogas. La delincuencia comn se concentra en el robo de motos, en particular entre Leticia y Tabatinga, aunque tambin se relaciona con actividades encadenadas a la criminalidad organizada dedicada al trfico ilcito de piedras preciosas o a la biopiratera, por ejemplo, de especies silvestres protegidas, as como al contrabando de madera fina aprovechando la no coincidencia en las normas de ambos pases sobre veda, tala, extrac-cin, transporte y comercializacin del producto. Las normas colombianas prohben la comercializacin y el transporte de ese tipo de madera, pero en Brasil existe un rea pro-ductora que por su cercana a la lnea limtrofe dificulta las actividades de control, facilita

    35 Brasil y Colombia aceleran retencin de caf, en El Tiempo, 8 de agosto de 000.

    36 Comunicado conjunto Colombia-Brasil, en El Tiempo, 7 de marzo de 003, p. -4.

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    la adulteracin de autorizaciones y multiplica la dificultad de vigilancia por parte de las autoridades sobre los ros compartidos37.

    La otra problemtica de seguridad proviene de la confrontacin armada colombiana, aunque no obedece propiamente a su derrame. dada la naturaleza de la frontera colom-bo-brasilea, de baja poblacin, difcil acceso y alejada de los centros urbanos, no es sta una de las zonas ms afectadas. As lo muestran algunos de los indicadores del conflicto. Con relacin a lo ocurrido en la totalidad de los municipios y corregimientos fronterizos colombianos antes de su agravamiento, entre 980 y 996, en las zonas colombianas prxi-mas a Brasil se registr el ,53% de la presencia de agentes de violencia; luego, con su agudizacin entre 997 y 003, se registr el ,04% de los ataques guerrilleros a poblacio-nes, el ,54% de secuestros, el 0,97% de cultivos de coca, el 0,77% de acciones terroristas ocurridas en zonas fronterizas colombianas38. La revisin de hechos relacionados con la confrontacin ocurridos en esa frontera y registrados por el peridico de mayor circula-cin colombiana, contenidas en el anexo 4 y que podran ser ms si se revisa tambin la prensa brasilea, nos permite un primer acercamiento a lo que all ocurre.

    En cambio, de esa revisin se desprende que la mayor problemtica del conflicto co-lombiano para Brasil parece estar ubicada en la articulacin de la confrontacin armada con la actividad del crimen organizado, ligado a las drogas ilcitas y a sus delitos conexos. Esa problemtica vena impactando de tiempo atrs la triple frontera brasilea-colombo-peruana, a sus tres ciudades, Tabatinga, Leticia y Santa Rosa, y a otros mbitos en los que han aumentado los cultivos de hoja de coca, estimulados por actores armados irregulares. El aumento de cultivos y trfico ha generado varios efectos: mayores requisas y retenciones que limitan las interacciones fronterizas cotidianas, corrupcin de autoridades civiles, policiales y militares, deforestacin de partes de la selva y contaminacin de algunos ros, as como colonizacin violenta viabilizada por la bonanza ilegal, o depresin econmica y reversin de la colonizacin cuando se erradican los cultivos. A su vez, la expansin de la produccin y el trfico de cocana han ampliado el uso y la disputa por el control de ros para sacar hacia el exterior la droga refinada. Por su lado, los programas de fumigacin en el Putumayo han tenido consecuencias ambientales y sociales no atendidas.

    Adems, la amplia regin fronteriza es fuente de interacciones entre la confrontacin colombiana y la problemtica de Brasil ligada a las drogas: trfico de precursores qumi-cos, pasta bsica, clorhidrato de cocana, lavado de activos, consumo, transacciones de cocana por armas39. Hay que recordar la captura y detencin, el 9 de abril de 00, en el territorio colombiano de Barrancominas (Guaina), del narcotraficante brasileo Luis Fernando da Costa, Fernandinho, a quien las FARC le daban refugio y proteccin40, o la resea del peridico O Estado de So Paulo de refugios de las FARC en Brasil como parte de

    37 Consejo Regional de Planificacin Econmica y Social, ob. cit.; BORRERO Wanana, Milciades, ob. cit.; SIERRA,

    lvaro, La Amazonia asediada, El Tiempo, Bogot, 3 de noviembre de 003, p. -6; SIERRA, lvaro, Otra Colombia frente a Brasil, ob. cit., pp. 3-36.

    38 RAMREZ, Socorro, La ambigua regionalizacin del conflicto colombiano, en Nuestra guerra sin nombre. Bogot,

    Iepri-Editorial Norma, 006, pp. -68.39 PROCOPIO, Argemiro, O Brasil no mundo das drogas. So Paulo, Ed. Vozes, 999.40

    Adems de la condena en Brasil, una juez de Villavicencio, Colombia, hall a Fernandio culpable de trfico de drogas en asociacin con la guerrilla, exigi al gobierno pedirlo en extradicin una vez cumpla la pena que purga en Brasil. Condenado a 8 aos capo brasileo socio de las FARC en narcotrfico, en El Tiempo, de marzo de 005, p. -3.

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    las mismas transacciones4. Autoridades de Brasil aseguraron que Fernandinho, adems de manejar el 60% del negocio de las drogas en ese pas, traficaba con armas por Suri-nam, Brasil, Colombia y Paraguay; y comisarios de la polica federal brasilea aseguraron que con frecuencia capturan personas dedicadas al intercambio de cocana por armas en localidades fronterizas con Colombia o aviones brasileos con droga y con armas para la guerrilla colombiana4.

    P e r c e p c i o n e s d e a m e n a z a

    del lado colombiano, en uno u otro momento, distintos actores gubernamentales y militares, as como miembros de las agencias de inteligencia y de seguridad pblica, han ido percibiendo como fuente de inseguridad los desacuerdos brasileos con las polticas colombianas de Seguridad democrtica y las relaciones de sectores brasileos con las FARC43. Irrita en diversos medios colombianos que distintos sectores brasileos no vean sus propias implicaciones en el problema de las drogas sino que lo asuman como un asunto exclusivo de Colombia44, que se traslada hacia Brasil45. Todos ellos han temido que esas percepciones brasileas presionen en contra de un entendimiento sostenible en materia de defensa y seguridad para hacerle frente a los problemas comunes, y abran el camino a una peligrosa xenofobia anticolombiana. Otros sectores del pas, de carcter guber-namental, acadmico y de formadores de opinin, ms que percibir amenazas observan oportunidades y han llamado una y otra vez a atender las preocupaciones brasileas en materia de seguridad para, a partir de ellas, construir formas de actuacin conjunta frente a problemas comunes. Adems, insisten en que, a pesar de las posiciones discrepantes entre los actuales gobiernos de Colombia y Brasil, o justamente por ello, Brasil puede desempear un papel decisivo en los acercamientos para un dilogo con las guerrillas o con el gobierno venezolano, tendiente a encontrar acuerdos duraderos.

    del lado brasileo, actores externos a la presidencia y la cancillera, en donde existe cierto temor por un eventual desbordamiento del conflicto colombiano, perciben que ste ha internacionalizado la Amazonia y ha agudizado sus problemas de seguridad, incluidos los que desde hace varias dcadas padecen las favelas de Ro de Janeiro. La percepcin de otros actores frente al conflicto colombiano est atravesada por sus propias expecta-tivas. Primero, las fuerzas armadas han sabido sacarle partido a su slida ubicacin en el proceso democrtico y a su traslado del sur al norte de Brasil, motivado por la agudiza-cin del conflicto colombiano y por la crisis de cada uno de los dems pases andinos. Ambos factores han contribuido, tanto a que los militares hayan logrado que el proceso de revisin e institucionalizacin de la poltica de defensa se ponga a tono con las nuevas percepciones de amenaza, como a que ellos mismos encuentren su lugar en el diseo de las nuevas polticas de defensa, conquisten un nuevo tipo de legitimidad en las cuestio-nes domsticas, elemento muy importante en sus negociaciones por recursos, y puedan

    4 Editorial, Uribe y Lula: relacin clave, en El Tiempo, 7 de marzo de 003, p. -.

    4 Polica brasilea iniciar operacin antidroga en la frontera con Colombia, en El Tiempo, 9 de agosto de 000.

    43 La revista VEJA habl de Tentculos de las FARC en Brasil, para mostrar vnculos del grupo guerrillero con el

    Partido de los Trabajadores de Lula; Las revelaciones sobre vnculos FARC-PT, en El Tiempo, 5 de marzo de 005, p. -.

    44 Miedo al contagio narco-guerrillero y a los desplazados, en El Tiempo, 3 de agosto de 000.

    45 Brasil refuerza presencia militar en frontera con Colombia, en El Tiempo, 0 de agosto de 000.

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    reconstituir una agenda positiva en momentos de crisis de su identidad y de cambio de las funciones que tenan bajo la dictadura y la Guerra Fra. Segundo, los estados del norte de Brasil, que tambin adelantan una negociacin en el proceso de redefinicin de la defensa y la seguridad, a partir de su propia percepcin de amenaza del conflicto colombiano, tratan de unir cuestiones de poltica exterior y de defensa derivadas de la relacin con Colombia con asuntos domsticos intereses de grandes propietarios de tierra, de comunidades indgenas y de la sociedad poltica local. Tercero, el parlamento, que participa en ese dilogo y en la agenda de negociacin con las fuerzas armadas, ha venido incluyendo temas de seguridad dentro de sus agendas y ha tomado iniciativas fren-te al conflicto colombiano46. Cuarto, la opinin pblica, la intelectualidad y la academia observan con mayor inters el desenvolvimiento del conflicto colombiano47, y de alguna manera reproducen las percepciones de los sectores anteriores.

    Las diferencias en las percepciones de amenaza corresponden a discrepancias en cuanto a la naturaleza y forma de tratar el conflicto colombiano, su dimensin militar y su aspecto diplomtico. Sin embargo, en algunas de ellas pesan ms la desinformacin o el desconocimiento de los procesos polticos que vive el otro pas, desconocimiento que es mutuo, entre otras cosas, porque la informacin de un pas sobre el otro es insuficien-te y distorsionada. En el centro de las preocupaciones que tienen forjadores de opinin colombianos estn las urgencias nacionales, un gran localismo y muchos prejuicios. Para los brasileos, la informacin que brindan los medios de comunicacin no les ayuda a entender la evolucin del conflicto ni la existencia en Colombia de una saturacin nacio-nal con la confrontacin. Todo ello genera temor de tratar con Colombia, pas que no siempre les deja claro si valora la participacin de Brasil en su problemtica. Este desfase de perspectivas dificulta la construccin de unas relaciones ms slidas y de mecanismos compartidos en materia de seguridad.

    C o o p e r a c i n y a c c i n c o n t r a l a i n s e g u r i d a d

    Ante la agudizacin del conflicto, hacia finales de los aos noventa Brasilia se limit a hacer declaraciones genricas en favor de la paz, de acuerdo con su tradicin diplomtica de defensa de los principios de soberana y no intervencin en asuntos internos de otros estados. El presidente Fernando Enrique Cardoso otorg un apoyo discreto a las actuacio-nes del gobierno de Andrs Pastrana en la apertura y terminacin de los dilogos con las guerrillas. Con todo, hubo discrepancias sobre las opciones gubernamentales colombianas y sobre la participacin de Brasil en los mecanismos del gobierno de Pastrana. El hecho de que el gobierno colombiano no hubiera incluido a Brasil en la comisin internacio-nal de paz48, fue asumido por Itamaraty como expresin de una escasa valoracin de su actuacin diplomtica. A su vez, San Carlos consider inexplicable la ausencia de Brasil en una mesa de donantes conformada para buscar apoyos al proceso de paz por entonces

    46 Legisladores de la comisin de derechos humanos de la Cmara de diputados de Brasil buscan abrir canales de

    apoyo a la negociacin para la paz; delegacin carioca para la paz, en El Tiempo, 7 de julio de 999.47

    HIRST, Mnica, Brasil ante el conflicto colombiano, en Dimensiones territoriales de la guerra y la paz en Colombia, Bogot, Red de Estudios de Espacio y Territorio (RET) de la Universidad Nacional de Colombia, 004.

    48 La comisin de nueve miembros Venezuela, Mxico y Cuba, junto a Canad y a seis europeos, que sesion entre

    marzo de 00 y febrero de 00, coordinaba a los 6 pases amigos de los dilogos con las FARC, dentro de los cuales estaba Brasil.

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    iniciado. Sin embargo, tan pronto fue elegido Uribe, Cardoso le puso a su disposicin la experiencia de Brasil en la bsqueda de soluciones pacficas49.

    Luego, entre Uribe y Lula, varios factores contribuyeron a generar temores y distancias iniciales. Los ofrecimientos de Lula en su campaa de mediar en las negociaciones del gobierno con las FARC, suscitaron rechazo en sectores gubernamentales y de opinin colombianos, muy influidos por los anuncios internacionales de los grandes desastres que se seguiran si Lula era elegido, pero sobre todo por el temor de que el acercamiento de Lula y Hugo Chvez ampliara el abanico de la neutralidad anunciada por este ltimo, que igualaba el gobierno elegido con las guerrillas. Luego de su posesin, Lula se comunic con varios de sus colegas suramericanos y les propuso realizar una reunin sobre diversos temas, entre ellos el de la situacin colombiana. Como la iniciativa no haba sido consultada con Uribe, la protesta del presidente logr que se cambiara la reunin anunciada por otra que se llev a cabo en Bogot50. Por ltimo, la diplomacia del micrfono practicada por funcionarios de Colombia el ministro del Interior y de Justicia y de Brasil el asesor de Relaciones Exteriores de Lula, aument los temores y la tensin.

    Sin embargo, estos malos auspicios pronto se diluyeron cuando Itamaraty y San Carlos, aun en medio del aumento de mutuas prevenciones, lograron frmulas diplomticas de entendimiento y llegaron a acuerdos a travs de frecuentes reuniones presidenciales, diez en el primer gobierno de Uribe, como se aprecia en el cuadro 3, frente a una en el pero-do de Pastrana5. El gobierno de Lula ha respetado las decisiones de seguridad tomadas por Uribe, aunque stas sean con frecuencia criticadas en medios estatales y de opinin brasilea, y adems ha ofrecido sus buenos oficios5 y ha mostrado su disposicin para ayudar a un acercamiento entre los gobiernos de Colombia y Venezuela53. Por su parte, la cancillera colombiana ha mostrado inters en que el gobierno de Brasil ayude a una posible reunin de las FARC con la ONU en suelo brasileo54.

    Pese a esos acercamientos entre Brasil y Colombia, adems de percepciones distintas, han existido otros desacuerdos en materia de seguridad. stos se han expresado, ante todo, frente a la naturaleza de la confrontacin colombiana, a estrategias como el Plan Colombia, la poltica de Seguridad democrtica y la declaratoria de las guerrillas como terroristas. As mismo, hay diferencias con relacin al inters expresado por el gobierno de Uribe de analizar la posibilidad de conformar fuerzas regionales dispuestas incluso, si fuera necesario, a intervenir militarmente en casos como el colombiano y examinar, para ello, por ejemplo, posibles modificaciones del Tratado Interamericano de Asistencia Recproca (TIAR). Colombia y Brasil no han podido concretar acuerdos sobre el Sivam-Sipam, el ambicioso proyecto brasileo de seguridad y proteccin ambiental, que pretende controlar el espacio amaznico con aviones, radares y satlites, segn ex ministros de de-

    49 Brasil interesado en mediar en el conflicto de Colombia, en El Tiempo, 0 de julio de 00, p. -7.

    50 Incomodidad por idea del presidente de Brasil, en El Tiempo, de febrero de 003, p. -8.

    5 Cumbre entre presidentes de Colombia y Brasil, en El Tiempo, 6 de febrero de 003, p. -3; Colombia podr

    utilizar SIVAM contra narcotrfico y terrorismo, en El Tiempo, 7 de marzo de 003, p. -5; Uribe y Lula, en Leticia, en El Tiempo, 7 de enero de 005, p. -4.

    5 Naciones Unidas invit informalmente a Brasil a encuentro con las FARC, en El Tiempo, de septiembre de 003,

    p. -6.53

    Editorial, Uribe y Lula: relacin clave, en El Tiempo, 7 de marzo de 003, p. -; Cumbre presidencial en Brasil, en El Tiempo, de marzo de 005, p. -6.

    54 Respaldo a encuentro de ONU y FARC, en Brasil, en El Tiempo, 4 de septiembre de 003, p. -4.

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    fensa colombianos porque son muy altos los costos financieros de los servicios ofrecidos por Brasil, y segn fuentes brasileas, por presiones estadounidenses en contra o por incompatibilidad con los acuerdos que Colombia tiene con Washington.

    No obstante las percepciones y los desacuerdos entre los dos pases, existe un enorme espacio para diversos entendimientos. As ha venido ocurriendo desde 003, como se observa en el anexo 5. Los acuerdos muestran un compromiso de mayor cooperacin fronteriza y de combate conjunto a distintas formas de criminalidad organizada, como la produccin y trfico de drogas y el terrorismo, considerados segn la percepcin de amenaza que de ellos tiene cada pas y los consensos asumidos en la ONU y la OEA al respecto. Adems del funcionamiento rutinario y un poco lento frente a las necesidades de la comisin mixta antidrogas, se han intentado crear grupos de trabajo y se han incre-mentado las reuniones de alto nivel en materia de seguridad. Una dificultad para que los acuerdos y mecanismos funcionen es la poca disponibilidad de recursos que se les asigna, lo que limita la capacidad de actuar, incluso en el corto plazo.

    Para enfrentar las consecuencias del conflicto armado en la precaria situacin fronteriza es muy poco lo que, en el terreno econmico y social, ambos pases han hecho, bien sea por separado o en conjunto. La mayor respuesta a la inseguridad ha sido militar aunque de manera diferenciada. Colombia tiene escasa presencia militar en la zona fronteriza, y sta es forzosamente mvil en razn del conflicto, y para el control territorial intenta instalar dispositivos policiales en los ms importantes poblados. La mayor concentracin militar y policial se ubica en Leticia. En cambio, segn el comandante del ejrcito brasi-leo, hacia mediados de 003, Brasil contaba en la frontera con Colombia con 5.000 de los 3.000 hombres que tiene desplegados en toda la regin amaznica y que equivalen al % del total del ejrcito brasileo55. El comando militar amaznico, con centro en Manaos, tiene diez bases, cuatro brigadas de infantera de selva, un grupo de ingenieros, un comando naval y dos areos, sin contar la Polica Federal. Con la venia colombiana,

    55 Colombia: informe de fronteras, julio de 003, en http://www.reliefweb.int/rw/rwb.nsf/

    Cuadro 3 . R e u n i o n e s p r e s i d e n c i a l e s d e c o l o m b i a y b r a s i l 1 9 9 8 - 2 0 0 5

    Fecha y lugar Presidenciales

    8 de octubre de 999, Leticia. ) Andrs Pastrana con Fernando Enrique Cardoso.

    de julio de 00, Brasilia. ) lvaro Uribe visita a Cardoso.

    5 de enero de 003, Quito.3) Uribe con Luis Incio Lula da Silva en la posesin del presidente del Ecuador.

    7 de marzo de 003, Brasilia. 4) Uribe visita oficialmente a Luis Incio Lula da Silva.

    4 y 8 junio de 003, Rionegro. 5) Uribe con Lula en la XIV reunin del Consejo presidencial andino.

    de septiembre de 003, Bogot. 6) Uribe con el canciller brasileo.

    6 de septiembre de 003, Cartagena 7) Uribe con Lula en evento del caf.

    de junio de 004, So Paulo. 8) Uribe con Lula en rueda binacional de negocios.

    9 de enero de 005, Leticia. 9) Uribe con Lula en visita oficial.

    9 de marzo de 005, Guayana. 0) Uribe con Lula, Jos Luis Rodrguez Zapatero y Hugo Chvez.

    4 de diciembre de 005, Bogot. ) Uribe con Lula en visita oficial.

    5 de abril de 006, Brasilia. ) Uribe con Lula en visita oficial.

    Fuente: Cuadro de construccin propia a partir de revisin de prensa hasta junio de 200 y de las Memorias de la Cancillera al Congreso, de 1 a 200.

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    como lo sealan oficiales de ambos pases, soldados y policas brasileos requisan toda embarcacin sea cual sea su bandera y as vaya por el lado colombiano del ro, piden documentos e interrogan a la tripulacin56.

    Resumiendo, pese a las divergencias, la existencia de problemticas transnacionales que tienen componentes difciles de resolver por uno solo de los dos estados, ha llevado a la generacin de algunos acuerdos y mecanismos de cooperacin, intercambio de informa-cin, y cierta coordinacin judicial, area y militar. En cambio, las medidas de confianza mutua y el funcionamiento de las comisiones binacionales frente al tema de seguridad an son precarias. Los niveles de acuerdo, aunque son los ms significativos que ha logrado el gobierno de Colombia con sus vecinos, no configuran una agenda cooperativa como la que Brasil mantiene con Argentina, Uruguay y Paraguay en el marco del Mercosur, que ha desactivado percepciones de amenaza en el Cono Sur y ha aumentado la coordinacin de polticas de defensa y seguridad.

    2 . i n c i p i e n t e i n t e g r a c i n c o m e r c i a l

    dos dinmicas nos permiten acercarnos al estado de la integracin entre los dos pa-ses: una revisin de la evolucin reciente de los intercambios comerciales y los acuerdos CAN- Mercosur.

    T e m o r e s y p r i m e r o s a c e r c a m i e n t o s

    Las relaciones comerciales entre Colombia y Brasil han sido escasas. A nivel fronterizo, la economa de subsistencia no permite mayores intercambios. En el mbito ms poblado la actividad comercial se ha emparejado entre Leticia y Tabatinga en cuanto a volumen y movimiento de productos que llegan del interior de Colombia, Brasil o Per57. La industria turstica, la artesana a ella ligada, la explotacin de maderas y frutas amaznicas articula algunos pequeos circuitos comerciales regionales. A nivel de los grandes centros produc-tivos de los dos pases, los intercambios son deficitarios para Colombia, como lo muestra el cuadro 4. Los montos no alcanzan al % de las exportaciones de cada pas. de hecho, Colombia le exporta cincuenta veces ms a Estados Unidos que a Brasil.

    A pesar de su colindancia geogrfica, los dos pases han mantenido una enorme distan-cia comercial. Los medios de transporte entre ambos han sido precarios, las rutas areas no han sido frecuentes, la infraestructura fluvial ha sido casi inexistente, los costos del transporte martimo han sido altos, no ha habido libre trnsito por las fronteras y ha fal-tado agilidad y transparencia en los procedimientos aduaneros. Adems, son muy altos los costos y engorrosos los trmites de las exportaciones transporte, embarque, impuestos por la internalizacin del producto y de las importaciones impuestos, desembarque de la carga en el puerto o aeropuerto y entrega hasta el destino final. As, mientras el transporte de un contenedor de Cartagena a Nueva York cuesta US$.450, de Cartagena a Ro Grande do Sul cuesta el doble58.

    56 SIERRA, lvaro, ob. cit.

    57 Hay intercambios de combustibles, muebles, ferretera, vehculos, papelera, textiles, cueros, confecciones,

    farmacuticos, alimentos, bebidas, licores y tabacos; PALACIOS, Germn, Leticia, regin transfronteriza, en Brasil: visin de los vecinos y ms all, Rio de Janeiro y San Jos, Flacso - Konrad Adenauer, en proceso de publicacin en 006.

    58 Infraestructura, el problema del comercio entre Brasil y Colombia, en www.portafolio.com.co, 8 de junio de 005.

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    El acuerdo parcial de complementacin econmica No 39, suscrito el de agosto de 999 por Colombia, Ecuador, Per y Venezuela con Brasil, entr en vigencia por dos aos y empez a fortalecer el comercio binacional pero no logr superar las dificultades ni las percepciones negativas de ambos lados. desde Colombia, entre 00 y 003 se expres un rechazo empresarial y de los gremios econmicos al incremento de la relacin con Brasil, ms fuerte que a la aproximacin a la economa estadounidense. Los argumentos fueron contradictorios. Primero, aducan que la economa brasilea poda arrasar con la colombiana porque es ms fuerte, la produccin de los dos pases no es complementaria y afectara productos metalmecnicos, grasa, calzado, telas de algodn, papel, cartn, crni-cos y lcteos. Segundo, afirmaban que el sector agropecuario, muy vulnerable y protegido en la CAN, saldra afectado en azcar, soya, maz, arroz y ganadera. Tercero, argan que los acercamientos de Venezuela a Brasil estaban dirigidos a remplazar a los empresarios y mercados colombianos por los brasileos. Cuarto, agregaban que Brasil desplazara a Colombia de la regin andina en donde las exportaciones de manufacturas colombianas pasaron del 6,% en 969 al % en 997 y al 9,5% en 00. Para demostrar la pertur-bacin que introduca Brasil en las dinmicas andinas, dirigentes empresariales sealaban que el estilo brasileo no difera del estadounidense, el cual al menos da ventajas arance-larias por la lucha antidrogas, y sealaban como una amenaza la ampliacin del Mercosur a travs de negociaciones bilaterales de Brasil con Bolivia, Per y Venezuela, que fueron ingresando como miembros asociados. Junto a esa percepcin otros gremios se oponan a profundizar las relaciones con Brasil por una razn contraria. stos consideraban que los temas que estaban en ese momento en la mesa de negociacin en el ALCA absorberan o superaran los compromisos pactados por los gobiernos en los grupos subregionales; por tanto, no tena sentido insistir en procesos como el andino y menos en el acuerdo CAN-Mercosur. Hacan nfasis en que, si bien la CAN ha sido un instrumento fundamental para el crecimiento de las exportaciones colombianas, no sera realista asumir que esa tendencia podra mantenerse debido al retroceso en ese momento de la integracin econmica colombo-venezolana, y que haba que concentrarse slo en la negociacin de un Tratado de Libre Comercio (TLC) bilateral con Estados Unidos. Unos ms destacaban que no vean de parte de Brasil una consideracin especial polticas compensatorias, fondos para equilibrar los efectos, apoyos polticos para subsanar las asimetras de los socios andinos. Otros se preguntaban si el gigante regional no llegaba tarde a preocuparse

    Cuadro 4 . c o m e r c i o c o l o m b i a - b r a s i l ( m i l e s d e d l a r e s )

    Ao Exportaciones Importaciones Balanza comercial

    995 04.47 438.7 -333.70

    996 9.00 47.95 -308.85

    997 3.50 5.58 -380.080

    998 0.600 467.993 -366.393

    999 66.898 49.083 -5.85

    000 83.637 508.839 -5.0

    00 66.704 575.07 -408.403

    00 07.83 64.83 -534.000

    003 9.848 779.433 -686.585

    004 4.65 94.695 -800.530

    005 4.35 54.90 -3.055

    Fuente: Estadsticas de importaciones y exportaciones, www.aladi.org.

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    por la unidad suramericana, y si el Estado y los empresarios brasileos eran conscientes de que deban pagar el costo que implica la unidad suramericana, la cual le reportara a Brasil la posibilidad de ejercer un liderazgo internacional ms amplio59.

    desde Brasil, los tres ltimos aos del gobierno de Cardoso mostraron el renacimien-to de un doble inters hacia Suramrica. Por una parte, un inters comercial y poltico que tom impulso con el relanzamiento del Mercosur en abril de 000, las dos primeras cumbres suramericanas en 000 y 00 y la reiteracin en ellas de que Brasil no pretenda ejercer el liderazgo en el subcontinente. Pero estos gestos e intenciones fueron impoten-tes desde el punto de vista de la capacidad econmica y militar del gobierno federal para sostener compromisos concretos con los pases vecinos, lo que mostr un liderazgo ms ideal que real60. Lula ha reiterado esas iniciativas y las ha acompaado de mecanismos ms concretos, en particular en el terreno comercial. Por otra parte, ha resurgido el inters en las conexiones interocenicas que ha sido planteado en las cumbres de presidentes sura-mericanos como parte de la integracin fsica para la cual se han identificado diez ejes y 6 grupos de proyectos por parte de la Iniciativa de Integracin Regional Suramericana (IIRSA). La cuarta cumbre suramericana, el 9 y 30 de septiembre de 005 en Brasilia, decidi la conformacin de la Comunidad Suramericana6. Ese ha sido otro mbito de cierto acercamiento colombo-brasileo.

    Colombia participa formalmente con una veintena de proyectos en dos ejes del IIRSA, el andino y el amaznico. Este ltimo se propone hacer navegables los ros amaznicos para la interconexin fluvial e interocenica, buscar corredores de exportacin e importacin de bienes, incrementar la explotacin de recursos forestales, pesca, artesanas y ecoturis-mo. Brasil y Colombia se encuentran comprometidas en la conformacin de un corredor intermodal que en territorio colombiano, en su tramo carreteable, integrara el sur del pas a partir del puerto de Tumaco en el Pacfico, desde donde comenzara a ascender a la regin andina hasta llegar a Pasto, descendera por la cordillera hasta Mocoa-Puerto Ass-Puerto Leguzamo sobre el ro Putumayo para seguir por el Amazonas hasta Belm do Par. La zona involucrada y su rea de influencia cubren un poco ms del 0% del territorio colombiano, una de las zonas ms convulsionadas tanto por los bajos ndices de desarrollo como por la presencia de guerrillas y paramilitares que han