ANESTESIA EN EL PACIENTE DE ALTURA -...

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ANESTESIA EN EL PACIENTE DE ALTURA Se puede considerar una utopía tra- tar sobre un' tema de esta naturaleza en unos I',uantos párrafos, ya. que incluso tend'ríamos que recordar de primera in- tención las características ambientales qrJe predominan ,en determinadas altitu- des y que son responsa,bles de las dIferen- cias fisiológicas apreci'3hles entre el hom- bre andino y el que vive, a nivel del mar. He tenido oportunidad de trabajar en los servicios de anestesiología de los hos- pitales de Chúlec y Regional de Tarma en estos últimos tres años, 'c,entros mécri- cos que se hallan situados 3.3,780 y 3,030 metros sobre el nivel del mar respediva- mente. Con resp,ecto a La Oroya, podemos ci- tar que presenta una presión atmosféri- ca de 480 mm. Hg. con una presión par- I~ial de oxígeno de 96 m.m, Hg., que dis- minuye progresivamente hasta alcan~al" valor,es de casi 50 mm. Hg. a nivel alveo- lar. Si recordamos que el intercambio ga- seoso de la respiración se basa en el pro. ceso físico de la difusión, que a su vez depende de la presión parcial de los ga- ses, pocremos deducir qu; tambiÉn a ni- vel sanguíneo capilar ella será mucho menor que a nivel del mar. Se ha, determinado que El org1anismodel paciente de a1tu;l1apresenta, en coom- pensación a esta hipoxia, algunas carac- terísticas tales '~omo la policitemia, que determina valores eleV1adosdel hemato- crito y la hemoglobinemia y también un volumen sanguíneo mayor que el ooten- tan los que viven a nivel del mar. Tam- bién podemos indicar que la velocidad circulatoria se haya disminuí da, la fre- cuenCÍ'a respiratoria algo aumentada,. que los diámetros cre la caja toracica son ma. yores, etc. En lo que respecta al aspecto psíquico, considero al paciente de altura como una Dr. Edmundo Céspedes. persona po:o emotiva, quizá iI'ltroverti- da; y desde el punto de vista dietético, como deficientement-e alimentado. En el ambiente hospItalario se puede apreciar qThe tal vez por su bajo- nivel cultural o por temperamento estoico, solicita la a- tendón médica únicamente en condi- ciones críticas, val; decir, cuando la en- ferm2dad que lo a.q,ueja se haya en un grado avanzado, surgiendo una serie de , problemas especialment:: si se trata de un paciente quirúrgico. ' Referente a la medicación pr,e-'anestési- ca, considero que la dosificación de la :1,- tropina debe ser mayor que la utili~3da en la costa y la estimo- en 0.5 mg. como mínimo para el paciente adulto que va a ser sometido a una intervención que no sea de cirugía máxilo-facial, pues en estos casos se va a requerir cre mayor cantidad Rutinariamente la aplicamos 30 minutos antes de .la, operación. El se- cobarbital, que utilizamos con frecuen- cia, lo administramos a las dosis conven- cionales con resultados satisfactorios. Respecto 'al uso de meperidina, admito mi r:ecelo por el efecto hipotensor de esta sustancia, efecto que se int,ensifica si 3e asocia con prometazina, por 10 que op- tamos por emplear mepEridina sola y a dosis que con raras excepciones han 118- g13do a los 75 ó 100 mg., si'3ndo laadmi- nistrac!ón usual de 50 mg. Por razones obvias no he utilizacro el cocktail lítico. Para la inducción, he tenido oportuni- dad de utilizar el tiopentobarbital y r~l tioamilal sódicos, habiéncrome decidido por el último, ya que con 21tiop2ntobarbi- tal se han producido algunos casos de laringoespasmo y ápnea, muy raros fe- lizmente y que evolThcionaron bjen. Con el tioamilal no he tenido ningún prQble- ma, usando este barbitúrico I~omo anes- tésico único en cirugía menor y de cor-

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ANESTESIA EN EL PACIENTE DE ALTURA

Se puede considerar una utopía tra-tar sobre un' tema de esta naturaleza enunos I',uantos párrafos, ya. que inclusotend'ríamos que recordar de primera in-tención las características ambientalesqrJe predominan ,en determinadas altitu-des y que son responsa,bles de las dIferen-cias fisiológicas apreci'3hles entre el hom-bre andino y el que vive, a nivel del mar.

He tenido oportunidad de trabajar enlos servicios de anestesiología de los hos-pitales de Chúlec y Regional de Tarmaen estos últimos tres años, 'c,entros mécri-cos que se hallan situados 3.3,780 y 3,030metros sobre el nivel del mar respediva-mente.

Con resp,ecto a La Oroya, podemos ci-tar que presenta una presión atmosféri-ca de 480 mm. Hg. con una presión par-I~ial de oxígeno de 96 m.m, Hg., que dis-minuye progresivamente hasta alcan~al"valor,es de casi 50 mm. Hg. a nivel alveo-lar. Si recordamos que el intercambio ga-seoso de la respiración se basa en el pro.ceso físico de la difusión, que a su vezdepende de la presión parcial de los ga-ses, pocremos deducir qu; tambiÉn a ni-vel sanguíneo capilar ella será muchomenor que a nivel del mar.

Se ha, determinado que Elorg1anismodelpaciente de a1tu;l1apresenta, en coom-pensación a esta hipoxia, algunas carac-terísticas tales '~omo la policitemia, quedetermina valores eleV1adosdel hemato-crito y la hemoglobinemia y también unvolumen sanguíneo mayor que el ooten-tan los que viven a nivel del mar. Tam-bién podemos indicar que la velocidadcirculatoria se haya disminuí da, la fre-cuenCÍ'arespiratoria algo aumentada,. quelos diámetros cre la caja toracica son ma.yores, etc.

En lo que respecta al aspecto psíquico,considero al paciente de altura como una

Dr. Edmundo Céspedes.

persona po:o emotiva, quizá iI'ltroverti-da; y desde el punto de vista dietético,como deficientement-e alimentado. En elambiente hospItalario se puede apreciarqThe tal vez por su bajo- nivel cultural opor temperamento estoico, solicita la a-tendón médica únicamente en condi-ciones críticas, val; decir, cuando la en-ferm2dad que lo a.q,ueja se haya en ungrado avanzado, surgiendo una serie de

, problemas especialment:: si se trata deun paciente quirúrgico. '

Referente a la medicación pr,e-'anestési-ca, considero que la dosificación de la :1,-tropina debe ser mayor que la utili~3daen la costa y la estimo- en 0.5 mg. comomínimo para el paciente adulto que vaa ser sometido a una intervención queno sea de cirugía máxilo-facial, pues enestos casos se va a requerir cre mayorcantidad Rutinariamente la aplicamos30 minutos antes de .la, operación. El se-cobarbital, que utilizamos con frecuen-cia, lo administramos a las dosis conven-cionales con resultados satisfactorios.Respecto 'al uso de meperidina, admito mir:ecelo por el efecto hipotensor de estasustancia, efecto que se int,ensifica si 3easocia con prometazina, por 10 que op-tamos por emplear mepEridina sola y adosis que con raras excepciones han 118-g13do a los 75 ó 100 mg., si'3ndo laadmi-nistrac!ón usual de 50 mg. Por razonesobvias no he utilizacro el cocktail lítico.

Para la inducción, he tenido oportuni-dad de utilizar el tiopentobarbital y r~ltioamilal sódicos, habiéncrome decididopor el último, ya que con 21tiop2ntobarbi-tal se han producido algunos casos delaringoespasmo y ápnea, muy raros fe-lizmente y que evolThcionaron bjen. Conel tioamilal no he tenido ningún prQble-ma, usando este barbitúrico I~omo anes-tésico único en cirugía menor y de cor-

Volumen INúmero2

ANESTESIA EN EL PACIENTE DE ALTURA 77

ta duración, también con r.esultados sa-tisfactorios.

El éter ha sido el anestésico de fondo

usado con mas frecuencia, administrán-

dolo mEdiante el método cerrado y semi-

cerrado, apreciándose que s.e tarda mas

para eevar al paciente la. planos profun-

dos, desde luego comp.arativamenteconlo que he podido apr2ciar en la costa.

Con el metoxifluorano (P'entrane) y eltrifluoroetano (Fluothane) que en variasoportunidades se ha. utilizado, he obte-nido resultados óptimos, incluso en casosEon que fueron administrados desde lainducción.

Con relajante muscular se ha emplea-eb En la casi totalidad de los casos suc-cinicolina (Clocurin), SEa en soluciónal 5 por 100 para los fines de la intuba-ción, o diluido al 0.1 por 100 en soluciónde dextrosa al 5 por 100 para adminis-trarloendovenosamente gota. a gota, loque nos ha dado buenos resultados.

El óxido nitroso en las opÜ'rtunidad:sen que ha sido utilizado, solo ha dado re-sultados decepcionantes. En lo que respec-ta al ciclopropano, si bien no hemos teni-do oportunidad de emplearlo, estimo qUEEn la altura donde el ambiente es bastan-te exento de humedad y la electricidad es-tática ES severo problema. en los quiró-fanos, sólo deberá ser suministrado si secubren todos los riesgos de explosión.

Por último, en lo que respecta a la a-nestesia. raquídea hemos tenido experien-cia con la lidocaína (Xilocaína al 5 por1Q.0)aplicada en dosis única sin vasocons.trictores y en la totalidad de los casossólo a, pa,cientes que iban a ser cesareadasHemos observado que determina hipoten-sión, reduciendo la presión arterial a va-lores semEj antes a los que se producenen circunstancias similares en la costa.En. cuanto a l:a<duración de la raquian.es-tesia, puede decirse que en la mayoríade los casos las pacientes han comenzadoa manifestar dolor entre los 50 y 60 mi-nutos de aplicado el bloqueo. Pero lo quemas me ha llamado La atención, ha sidola observación de molestias que se pre-sentan entre los 40 y 45 minutos d~ apli-cada la anestesia subdural y q\lie las pa,-cientes manifiestan como sensación deopresión epigástrica" de falta de aire, defria o escalofríos, etc., aún cuando du-rante el curso de la an.estesla. les he-mos administrado oxígeno, desapare-ciendo con la administración de peque-ñas dosis de prometazina por vía endo-venosa.

CONCLUSION

Como conclusión de este modesto tra~bajo, se puede recomendar que la anes-tesia en la altura requiere y exige al es-pecialista un mayor cuidado, si es posi-ble, en lo referente a la óptima oxigena-ción del paciente, dadas Ias condj¡~ionesambientales.

BIBLIOGRAFIA

Hurtado y Rotta.

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Kreuzer, Tenney, Mithoefer y Remmer."Alveolar-arteriaI oxygen gradi2nt inandean nativts at hivh al-tutude".

Salar.

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Weaver y Virtue.

"Blood oxygenation as affected by tidal vclume and tension ofnitrous oxide and oxygen inhaled at one mile altitude".Anesthesiology 16: 57, 1955.