J a c k F a r f á n C e d r ó n

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Ángeluz [2000-2001] © Jack Farfán Cedrón, 2008 Carátula: The Cliffs of Moher, County Clare, costa oeste de Irlanda (Océano Atlántico); foto: Javier Farfán, enero de 2000. Esta Publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación, de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito del autor.

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PRÓLOGO Con el primer capítulo de Ángeluz, compuesto por piezas poéticas de más o menos largo aliento, abro el telón que devela elementos de un surrealismo candente. A esta primera parte también corresponde el apartado Este panal de soledad, en el que combino el prosema y el versículo largo, que de un solo tajo muestra lo emotivo de los primeros encuentros platónicos. Es un hecho que la poesía nunca se valió de la ampulosidad del género novelesco para originar grandes expectativas en el lector. En la segunda parte doy cuenta de la lejanía de mi musa, ya idealizada. Aquí hay más poemas en prosa que en verso. A la larga el sufrimiento del yo poético va in crescendo. El último apartado de esta segunda parte que da término a tan grande emoción es: Dirección de volver a amar con claridad, y revive ―como el fénix― de las cenizas de una pasión otrora solar, candente, más no se abandona del todo aquel vago pesimismo con el que recuerda el amante no correspondido a su Musa Inmortal. Ángeluz: “Ángel de Luz”, apuesta por una realidad vista como una efímera y agradable fantasía, ya resurrecta, ya primigenia, en un vaivén de emociones que siempre son desesperanzadoras: el trágico fin, el último domingo de la existencia de los amantes, y como leve garúa de pesimismo, su separación definitiva. Si para sacar a relucir todas las emociones que provoca el amor es necesario desgarrarse el alma, muy bien, lo hice. El todo por el todo. Todo legado literario es sinónimo de sacrificio y esto sumado a lo antojadizo del corazón, pleno de lenguaje, de un facilismo léxico propio de los seres enamorados, han dado como resultado Ángeluz: Ángel de Luz, Amada Inmortal, Ángel, Toda. Un torrente nihilista de versos desoladoramente apasionados con los que cumplo una meta humana y redentora: la salvación del hombre a través de las palabras, esas briznas mágicas que conforman el gran césped del amor. J.F.C. 22-3-07.

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Uno

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VARIOS ELEMENTOS EXTRAORDINARIOS GIRAN A LA LUZ DE ESPADAS BRILLANTES MIENTRAS UNA TROMBA INVISIBLE ARROJA LA LUZ TENUE DE LA POESÍA Nexo remoto, negrura de estrella donde este caos expirara Sombras, piedras, cristal hasta el agua Mar calma, géiseres, guijos rutilantes Muere en ocaso, alza en el alba Igual contraste día diferente Expirante niebla exiliada la otra espalda amanece Tu mirada pantano bajo lluvia inacabable Y velo día negado a la vida Ciegos muros del viento Lluvia de todas maneras, desorden en que tienes tus manos, alma negra del día Tu mirada abismo corroída entre uno y otro piélago Juntos el revuelo de un aplauso donde el mar nace y la vida muere en que acabo estas cuadrículas El papel de la existencia De negro la pared De cara, luz de mis penurias, pantalla celestial, nudo umbroso, mirada espacio abierto, luz muerta desde siempre Abismos nunca inicien de tromba invisible Suena, suena claro abierto, podrido la mentira más clara, más aberrante del Sol espejo recóndito en barro, más profundo otro cosmos Tu mirada, materia nacida a otras flores Venir cavando fetos de tristeza Esta ráfaga Niebla, niebla, niebla

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Tú eres la naranja traslúcida, la tarde Árboles luz Jardín en lo alto con góndolas blancas Cambiaren transcursos, trapos roídos por el Sol Nueva oraje el sueño sigue, consigue Aguardando soledad en lecho Afuera es desgracia, es grito, dolor, náusea Y vengo, continúo doliendo cobijas, vahos extraños donde prima la costumbre, vahos tumefactos donde tu aliento acantilado, donde mi boca un puente entre tu labio y mis dos labios Tú de rojo en el último muro de los cerros He probado la resistencia de los tallos, he caído pendientes abiertas Otra vez la espalda negada de la vida En ojos claros remotidad Espinar para otros paciera olvidos Pensar, acabar la fluidez del agua, la fluidez casi fría del volcán si enviáramos a nuestras alas a otra muchedumbre Lejos. Sonido de aves Mar diste Necro desaparecer Alas Viento Mudez en que me ahogo Tu mirada descompuesta baño de esta era perfumada. Jazmines. Frescura. Me acerco a tus manos, tersas frutas dispuestas Más cerca entre dos abismos mis labios/tus labios, entre dos distancias los abismos

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NUMEROSOS TALLOS MECEN SUS REMOTOS OJOS A LA TRANQUILIDAD DE LA NIEBLA SOBRE UN LAGO SIN FONDO, A OTRA OSCURIDAD Ojos, mar distante, luz tiniebla Si miras al fondo del olvido, lago claro oscuridad, lago negro claridad Estrella en que has mecer Puño espuma Ojo mar Intranquilidad olas romper La playa más distante Alas, brevedad posible Este Sueño Uno solo parpadeo la memoria Recuerda el principio La palmera oscilando entre olvido y tibieza Agua encerrar Ojos lejanía Más cerca este filo, este diente de charco La luz definirá en lo neutro aunque negro alcance, aunque negro alce Todos los espacios en el génesis Arrastrarse donde una cabellera blanca pulule No todo principio La claridad de la experiencia Canas tinieblas hecha la luz Por qué tiniebla si luz naciera Principio Fin Génesis Apocalipsis Estandartes Bandas Trompetas Abren las aguas, rutila el olvido Éxodo las piedras donde mece tallos la tranquilidad

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UNA ORQUÍDEA LILA PRECONCEBIDA, PREVISTA UNA MADRUGADA A PARTIR DE UN HALO VENIDO EN SUAVE MÚSICA NEW AGE CRECE HACIA LA LUZ En esta mitad abrigada del mundo mujercitas breves, cántaro a la tarde Pantorrillas queman, hierven carreteras Ríos el Sol un viejo tan largo anaranjado Albor una herida en el fondo no expirara Calor. Olvidar un frío escondido Ancas Hacerlo acomodar Rocío de un cuerpo bronce hasta aurora Ríos de Sol a mi ventana La ideas fijas Aves en todo el color del rey, aves color todo ilumine Dormida flor rocío, dormida, legión amazonas en el verdor del agua, arterias, tierra libida Batalla de los brazos, polvo claro entre los árboles, bajo ha de nacer un venado Entre copas y ramas una oración Naciendo entre la idea fija que tienen los de este hemisferio Fríos, envidia los del Sur Naciendo alrededor de brazos verdes viento Y la furia ha de soplar Orquídea lila, viento Alcanzar tu rocío Aurora tus senos Grieta valva herida, sangre a Tierra, legión de selva en ríos de sol Abierta boca de agua Entre dos márgenes, vuelo, no llegare a beberte

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EL ERUCTO CÓSMICO ENTRE MURCIÉLAGOS, DIENTES, ESPADAS, GOLPES DE AGUA EN SOPOR LAMEN EL GÉNESIS, EL DESCANSO DEL SÉPTIMO DÍA Abierta, abierta, boca de agua al frío tibia Neblina descendiendo Pestañas blanca del sueño Cerro expirar, tajar ha de muerte, derroer rata aladada Murciélagos, dientes posar a golpe, golpe de espada perdida entre dos brillos, guerras entre dos batallas, vientos entre dos contiendas Alas, brevedad posible, diente a medio eructo cósmico, a media sombra plantada en la pared del olvido Desciende una pared de neblina Cerros tus ojos caídos Nunca terminara de caer una gota, evaporarse antes de llegada al fin si fin génesis, no aurora apocalipsis Principio: agua evaporada antes de la gota Diente a diente corroyera el guante Espada nacida, luz al pecho de principio cuadrado en tu forma Solidez en que me apago Neutros los posibles, gallos al futuro, trinos al portal Recuerdo/retrospección Vuelve/siesta Helechos de ríos ya hecho el séptimo día Era, era, espada en luz clavada, de lava hasta la sombra

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UNA ADOLESCENTE FEA CAMINA TORCIDA DE PIERNAS CORTANDO LA SOMBRA LENTA FOTOTRÓPICA DE LOS GIRASOLES, CASI A MEDIODÍA Días luz a Luna A plena oscuridad te mueves delatando tu rostro Hostias sucesivas Decantando peces pasión pasabas dolorosa y lo sabía por tu rostro Descábala, herida, omites delgada, atropellando autos girasoles Monedas, pasantía, la actividad, el trabajo Tu frente se parece más a la vida, tus pasos aferrando grietas de sudor Cuece Luna Sopas extrañas de universo Incircunscripto caldo efervescente o tus lágrimas extrañas viaja los ojos, luceros antepuestos A otros con esos lunares de cara meretriz Cristales de sudor cabalga tu vientre Tu matriz tiende al olvido Y otro el caso Red de estrellas, pasión poluta mía Bocanada al canto vidrioso los astros Concentrada en mi sonrisa, dura en mi rostro Dureza palo desde agua como cubierto en vaso al sol quiebras tus piernas, deslizas, flor atormentada, sin perfume que te falte Escondida como el alma en los ojos Entre tu arribo y sonríes a la sombra de un árbol con los ojos y horizontal y dudo y desapareces entre tu venida y mis cristales vacíos

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Flor triunfadora, pesar malabrigo Aravena, Aravena, Aravena Sangre detenida, sordidez dura, los abismos Derechos puentes, almas no caer desean Ah, los puentes, el fondo sin fondo Dos abismos colisionan, dos bases de frío sin cuesta, dos abismos, al otro lado sonríes, mirándome caído, horizontal, bloque tráqueo de garganta

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Este panal de soledad

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Adivino la suavidad de tus manos pequeñas Qué es el sueño cuando los sentimientos ceden La realidad no es tan espuma como las nubes Cielo, ascensión y descenso Puntos abismos Estrellas escondidas No ceguera el todo Hurgándonos la suavidad cabe en nuestras manos suaves Esa bandada de nubes El cielo para despertar

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El perro que sonará en mi ausencia. Este caramelo no es para la hiel. En las veredas pueden doler las personas. Te veo desde un vehículo adolorido por luces flacas. Hace algún tiempo me creía con el derecho de las rocas más duras. Qué es lo que pasa en el insomnio. Alguien llama tu ventana, pero a veces no sabes ser. El mismo hombre que te apretaba a sus dedos pegajosos. Es otra vez ahí. Todavía no vuelves a soñar tu cama. Pero la vida suele vomitarte de sus fauces. Creo en la luz, en la mañana, en tu voz suave como el nacimiento de miel del Sol. Haces tu cabellera y no puedo ver lo que me aguarda, no puedo mirarte nacer. Tu voz respira desde mi pesadumbre. Y lo que hago es sólo una carta ¿o son tus manos ramas tiernas y quebradas? Tus brazos levitan y yo te atrapa aquí, en los brazos de la lluvia. Renace tu pelo. Ahogan tus ojos. No voltees a mirarme la sombra: yo no tengo cuerpo: amanezco ciego a ordenar la paja y a destrozar la aguja: yo soy el hilo que la hace sufrir, el hilo transparente, agua, canto, efervescencia de luz, penuria de pasos. No te detengas mujer delgada. Únete a las sombras fatigadas de días y de cartas azules. Eres el ángel que renunció a ser mujer, la mujer demasiado desapercibida para que la miren entre algunas plumas. De bondad. Prometo escucharte, caminar contigo algunos pasos más. Prometo bajar de las extremidades rojizas de ese árbol que miraba tu nacimiento (tú me traes todas las ideas extensas) tú eres la vid en tus labios. Yo no soy el licor. Leche es una idea para conformarse de tu suavidad, para oler a tu respiro, para adormilar al nacido con luz láctea y pasión. Reconozco hemos nacido juntos, pero yo demoré en advertir tu presencia. Las cosas que se descubren inundan con dolor al primer viso del corazón. Las cosas que haremos cuando estemos juntos se parecerán al rumor oído por los latidos, cuando duerme el corazón

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Ladrido a ladrido encendiendo llama pesar Aquella enredadera girar las cosas, no sabe aquella planta caer, morir en el Sol despierta, morir la Tierra y partir No sabemos unir las manos para cuando lleguen los mortales, no sabemos del dolor de la lluvia más oscura y morada en montañas frías desde casas con gritos A tener una vida volvimos de una vez Y acabar esto, llegar a tu boca pesada, vino que aún es frío en las uvas Suaves mis manos recorres, se parecen a tus pies: ajorcas de oro, flores coloridas Tu pelo cortina guarda todos los arco iris antes del doblar de la tarde Acogimos un destino Yo te escogí solo y más cuando apercibía saberte Lo que a tu lado no tiene ojos pero sí da miradas Elegirte, pensarte, hablarte, mirarte brillar, Estrella redentora del silencio, cruza tus caminos y brilla a mi paso; yo cruzo fronteras, montes, borrascas; con mi capa tus ojos duermen suavidad; de nuestros hilos grita el agua; de nuestros hilos, suavidad El agua crece en tu pelo y yo al cielo espero cayendo enredaderas de mis dedos has nacido

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Este llanto es un río que se lleva la lluvia, lluvia tenue y calma y mañana qué habrá bajo este mismo sol Sólo sé que solo puedo ser un trozo de calma y el caudal rojo puede llevar pequeños barcos de papel La lluvia sólo sabe caer y ya no llora derramada Solo cielo para crecer, sólo cielo para crecer, solo el cielo sabe redimirlos, espejos ciegos de los hombres, hombres con manos suficientes para estrechar, suficiente una mujer replegada a mi cabeza Mi sombra miro sufrir, mi sombra enterrada cuando soy ciego, cuando camina mi corazón y los latidos se detienen a escuchar

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Llegué tarde a escuchar nuestros pasos, callé para advertirte delgada y taciturna El silencio es hermoso Tú asentiste, aceptaste ser un ángel Es la primera vez que los sueños caminan con pasos de nube Lo real y lo imaginario una estrella y un trozo de pesar, atragantado No te pongas triste, pero no dejes de mirar la tarde Tú me advertiste el pensamiento; tú me enseñaste a caminar, con las alas plegadas

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Dormida. Vela para tu eternidad, cueva tranquila con todos los ojos guardados crezcas agazapada entre follajes oscilando en fiestas cantos, grillos nuevamente. Dormida. Ojo de Luna. Triángulo. Perfecta. Rito de agua entre las piedras. Constelaciones alineadas en perfección de espera. Dormida, dormida. Ángulo perfecto. Yacemos lecho profundo Río. Deja que las piedras sean ese acertijo: anillos cruzados bajo platas. Prístinas aguas. Efervescencia oxígeno. Labios, ventosas sedientas, empapadas. Conjunción. Desmembración. Ida. Ida. Duerme. Una estrella podrida hunde al paso de mis ojos. Dormida. Dormidos. Así sea.

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No imaginar sucesiones más grandes aun que el dolor imaginado Tus actividades, tu cabeza inclinada Podré verte mirarme Cuando sea el beso mirarás mis ojos Queman tus manos Es tan cruel el fuego y el hielo interpuesto a esta llama ahogada, pero no muerta, a esta llama Efluvio detiene, efluvio de fuego desde los mares Un pequeño volcán sobre la isla es el anuncio Reventará todo el fuego en la sal En el mar no se apaga la sed No apagarás dios de los ahogados entre flores amarillas Sonríen más los muertos enamorados No mar, no apagarás mi llama porque el hielo es lo mejor para encenderla En todo momento, dolor, tu charco de lágrimas prístinas El fuego después del humo cuando revienta el corazón

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Lo que haga o lo que sueñe donde se encuentre sabrá; muy bien, morderá mi pecado Me encuentre ahogado en mi cuello Despertar sensación extrañeza Del momento volteas de espaldas Al horizonte lo que dejes atrás Procrea los ríos, vuela tus manos encender flamencos, de la patria El sueño y la verdad El agua rodea blancas arenas Un pie descansa para siempre Un rostro borrado en la arena y un solo mar y un solo Sol y un solo hombre atado llevando al viento estandartes de rojo dolor

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harina en la suavidad de la mañana, harina en la dulzura de las flores, en el polvo de oro de luz, en el trabajo hasta la muerte de una abeja El oro acostumbra ser un pan, un pan de harina y de luz un pan por el campo, prado o llanura del Edén creado por esos brazos blancos, es decir un amanecer sin Sol y con bendición de hostia de Luna El agua será de fiesta, danzaremos hasta dormirnos sobre nosotros y abrazados y extensos, animales salvajes solamente veloces por el viento Oración para la harina que traes tus pasos deslizados por el aire Viento de manos recién nacidas y antiguas, manos madrinas de la luz Harina de arco iris Aparecida, asombrada, recién vuelta a despertar Harina para la edad, harina para los suaves longevos dispersos como la harina, entre sus tumbas de harina, casa sola de harina, Ángeluz de harina El polvo es el Sol

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Pues el sueño, sí, acabó. Despierto el dolor es lo más parecido a una mano quemada Y no, no son tus párpados hacia abajo despiertos un manto de agua de deshielo, son más fuego. “que no me hagas daño” -mírame de frente Ya llegamos a una cueva de palos y tu voz se oye más fuerte que el cielo cuando baja a morir entre la suciedad

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Los perros buscan y su soledad los sigue y sus ojos humanos y su ladrido mudo Los perros pasan de largo pero nos quedamos sin partir, al viento, a solas con el aire, los ojos pesados, hundidos charcos en el agua, estrellas de barro temblando en el agua

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Te he de haber escogido como escogen el Oeste las espaldas de las gaviotas Te he escogido como el ayer a la ilusión, como lo pasado por venir entre tu imposibilidad y mi mano suavizándote el pecho de ave al atardecer Te he escogido y el pasado y la ilusión parecen un lago donde no cae perdón

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Niña mía que estás con los ojos a la Tierra yo Dios te proclamo, el miedo no es creer en la resurrección Sé que mirarás un día La Tierra no es de tu reino, tu reino son mis ojos y si los miras y si tocas mis manos, yo seré agua corriente de luz Niña mía que estás en los cielos, sabes bien que tu representación sufre en la Tierra por el perdón y los otros Cree en mí, vuelve a nacer en mí, niña mía que estás entre los otros Cuídala Dios, que nadie bese sus labios hasta que yo despierte, ella abra los ojos Reiremos de luz Que nadie sople su llama débil, que fauces mal nacidas del fuego no la traguen, es sólo una vela flotando en el agua, sin pedestal ni cuerda que la sostengan; ella es sólo una lengua de luz navegando en el agua, es quilla flama cercano el amanecer, Una luz naciendo del corazón de la sonrisa del agua

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Me pregunto. Si yo no fuera tan interesante ella no se aburriría de mi conversación. Hablamos de lo que nos pasa pero no deberías dejarme aunque la vida así te lo ordene. Estoy tranquilo. El Sol traerá nuevas oscuridades. Estoy tranquilo y aburrido. Como siempre te mueves en otros horizontes. Ya conozco parte de tu luz. Sin embargo qué es una palabra escrita sobre hielo. Un hombre borrado en la arena, grabado en la lengua. La sed se memoriza al atardecer. El mar viene a lavar mi sangre. Tú vienes y me dejas. Pero eres la sal que sangra. Pero eres muerta en el mar. Mi pensamiento y mi mirada. No puedo encontrarte. Un beso es como darte calor y devolvernos frío. No te ausentes. Al primer contacto no tienes frío, pero creas el frío. Te vas y vas a ser llama. Yo te quemaré dentro de este vaso repleto. Pero tú me arderás más. Guardo mi sangre para derramarla en la arena. Olvido de agua. Olvido de mar.

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Los ojos el perfil de los planetas. Al despertar nos sabemos ilógicos. Trufas. No algo me ocurrió así. El punto es el Sol. La divagación sobre la Tierra. El punto es el cielo. El giro en blanco del negro, del caos; el giro desapercibido. Un círculo no existe. Sólo flotas así. Solo bajas. El Sol ha dormido demasiado.

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Tu lunar puede ser un campo vacío, tu lunar puede ser la clave del cómo asistes a la noche sin una sola estrella. Tu estrella es la oscuridad.

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La forma del suicidio es el ronquido de una culebra al no morderte, suave, inválido, cojuno con tu forma. Muévete al viento. Una sierpe dentro de tu ropa. “Puestas figuramos el símbolo de la medicina, alrededor de la pileta”. Veneno vida. Tu forma es la sencilla manera de amar. La sencilla manera de aprender esta. Fría el amor

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Luíl He venido a conocer la rareza de tus manos luíl tiempo frío con ardor. luíl tiempo fuerte con dolor. Irás a conocerme cuando te espere llegar

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Era una mano suave. Entraba por la ventana y me señalaba lo que debía escribirle. Y ponía sus dedos en sus latidos y tocaba el piano paseando en su pecho. Yo parpadeaba y la veía. Mi corazón fueron y sus dedos, los que la miraron oscurecerse. Los ojos no ven el alma de los luceros.

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El frío avanza. Tengo que darte mis cartas azules y negras y engrapadas. Sólo tú me haces escribir. No revientes de lo puro cansada. Tú no oyes más a otro adolescente. No existas para verte detrás de un planeta. No sé si podré dejar de temblar o de no decirlo de una vez. El Sol avanza para los ciegos. Hacia la caída de la tarde. Por la noche sufrimos perdón, por no haber dicho que nos encontrábamos solos, por no haber dicho. Te requiero para poder caminar, para cumplir con algún cometido alguno. Para respirar basta que me toques, que te pongas a mirarme. Te imagino ruborizada y te he visto algo naranja, como la pesadumbre del Sol. No puedo sostenerme un solo paso más. El precipicio me espera. No puedo contener lo que me traes y me quitas, bandera quieta al viento que trae y lleva. La flama oscura del dolor.

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Estoy frío, diríase tranquilo; pero la frialdad, recordémoslo, es sólo el fuego durmiendo. Mi pie derecho puede cumplir con la responsabilidad de escapar del izquierdo.

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Ayúdame a contenerla, Dios. El pecho es un lugar vacío para caer. Ayúdame, ya no puedo soportar. amor, dos ojos que no me pueden contener. Yo soy tu mirada. No retengas mi dolor

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Dos

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Creemos que no forzar el curso de las cosas puede estar en huir de ese destino, regalar una huella endeble y correr a ver cómo pasa el tiempo. Creí, por ejemplo, que perdiéndome de tu vista, iba, por así decirlo, a dejar de sentirte; lo que conseguí fue una necesidad, la de asombrarme más el cómo un hombre cincuentón que oía nuestra historia en el Parque Ecológico, decía: “Dios se olvidó de una cosa que no puede ni podemos controlar; Dios se olvidó de no crearnos con sentimientos, Dios se equivocó al crearnos con sentimientos”. El 18 de julio, era cero, continué escribiendo, hasta hoy, primer día de abril, el mes más cruel, aunque el frío abarca más que un mes. El frío es el tiempo cruel, el de doler no vernos simulando estar separados, por el solo hecho de juntar nuestras voces en palabras irrepetibles, inauditas, cansadas, imperceptibles. Oirás el recuerdo de las hojas, el rumor con edad del papel. Sabrás entonces que éste, no el otro ni el anterior, es el instante, el que pasó por tus ojos de brujería una madrugada, mujeres sacrificadas, brutalmente violadas alrededor del fuego miles de extremidades entretejidas, cuerpos viscosos resbalando entre sí, muerden pescuezos de gallos blancos, sangre y gotas de cera, amanecer ceniciento. Y luego por qué Goya sus demonios interiores, ¿la desgracia que le dejó una mujer? Sabes esto y mucho más; también que esto no es una carta, menos una confesión de adolescente; sabes que lo sublime no lo posees en tu belleza, la que figura en mi subconsciente. Eres más profunda que una vela derramada, más quieta e inmutable que una tumba nunca antes descubierta. La muerte nunca fue vista, porque calló y tuvo tus ojos desde que la viste venir. La muerte es una persona esperando carro al costado de una carretera, más solo como nunca hubo personas, ella pasa. El viento se derrama sobre sus ojos. Avizora un futuro desencadenado bajo un manto de sal. Las lágrimas se fueron con el Sol.

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No sé si los artistas se enamoran o prefieren sufrir, no sé si construyen una musa inexistente o destruyen la realidad, que en la mayoría de las veces, simple, normal, levantarse, escupir amarillo, sollozar verde, miccionar marrón; derramarse en blanco bebido y todo, desayunen en tigre, escupan pólvora, mis drilos, muchachos, sigan la fila, y no se cojan de las espinas: abajo hay un abismo. Pensaba desesperarme mirando el cielo raso de tablas ásperas, pensaba quedarme bajo la gelidez de la neblina, sapo negro, frío de bosque. La desesperación que te siento lejos. La cercanía que me haces y me hacías falta. Otra vez me acercaré a mi poesía. Oiré tu voz. La indecisión de tus manos tendrá que redimir al papel. Otra vez estaré cerca, sorprendido, soñando despierto. ¿Te quedarás?

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Una tarde, por fin, la vi por la calle. Caminaba por la otra vereda, en forma resuelta, como quien tiene que llegar a un lugar definido a una hora definida. La reconocí inmediatamente; podría haberla reconocido en medio de una multitud. Sentí una indescriptible emoción. Pensé tanto en ella, durante esos meses, imaginé tantas cosas, que al verla, no supe qué hacer. Ernesto Sábato, El Túnel

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Dícese el amor no provoca daño alguno. Tu dolor es mío. Tú eres el amor. Daño más suave, más pensar, daño más leve del amor. La inercia. Dejar que todo suceda. Forzar las cosas de esa manera que nunca enojaste. Caperuza perdón, rezo inolvidable, oración de dolor. Por la noche dueles una mirada y me comprendes, por la noche eres así. No salgas si te place, no me duelas si te conmueves; pero oye, mírame así. No empieces, cruel, dolida, mirada, tierna oscuridad. Sabes los poetas se enamoran y no ven así, sabes cómo puedo contenerte, y no lo sabes. La ironía es el punto. Pasos que no se oyen presagian tus latidos. El rojo viene. No levantes la mano del amor.

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No ver a Dios La esencia Misma amor Mueren los sabios, lloran los débiles La ley de la vida Nacer el derecho de morir Poder inexplosivo Volver a nacer El primer hombre y la segunda costilla Cada uno nacemos el amor es un poder que produce amor; en el amor entre hombre y mujer, cada uno vuelve a nacer.

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Contra la luz de la ventana se retorcía la pared, caía; pero al amanecer continuaba esa casa sin gritos, atormentada de polvo.

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Decidiendo no te encontraras he venido a verte y no te has mirado simplemente hablar o aun más recordar falta un tiempo de encuentro en ese parque y poder explicarnos todo dentro de nosotros mismos como antes donde no retiramos ninguna sola piedra al pasar desde tu casa que afrontaban los cipreses al ir derritiendo todo menos en una sola tarde en que confesionabas ibas poco a poco te fuiste haciendo cuña de estrella moneda de la noche en este cerebro obstinado como el deseo de Dios antes de saber cómo nos colocaría a ti o a mí tan sólo en este paraíso de cercas y piedras arrancadas sólo así se construyen sentimientos no pudiste adivinar mi edad tan sólo viste mi apariencia para esta carta ya habrás sucumbido al error de poder enamorarse si sólo pudieras ver lo que hay detrás de donde no pudimos ver estar contigo lo explicó todo parecías enjugarme relatando escuchando no puedo te cuento me enredo anteceden a esas preguntas tus instintos de esconderte prometerme una respuesta para cuando te sientes detrás de un libro a esperar esa antigua respuesta que no equivocaste deslízate delgada una carta negra aflora el viento tú como en sueños vienes la estación de autobuses todo volverá como antes larga experiencia un adolescente descendiendo abajo está la superioridad el cielo para los que se hunden arriba no es la Tierra mírame esfinge te vas a mí una vez más

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Es Domingo, el último de nuestra existencia. Recostados sobre las hojas admiramos la vitalidad del astro, la roja matriz donde todo es fuerte, suave, a la vez. Una cadena de agua nos circunda. Las hojas soportan ese atavío natural. Nos soportan además. Soportan la luz. La vitalidad nos soporta. Las puertas de la percepción. Un domingo al cual nadie pidió que nos mataran, de tanto en tanto, oscila una bandera, de humo en humo, de quietud en soledad. El dolor de sentirnos en domingo, en siempre, en gracias, en perdón, en dar e irse, en mirar y soportar el viento que revolotea tu pelo. Pasar a través de este domingo, por el salto de una bocanada a través de mis ojos, el salto a la oscuridad. Bocanada al canto vidrioso. Los ojos para seguir. Los párpados. Todo fluya. Otra vez vienes desde ahí. . y no lo sabías, y nunca lo sabes y no lo hayas sabido. Acaso lo sabrás. .Nunca sabemos nada cuando lo sabemos. Algo es tener la razón. Todo. Para. O la de tenerme colgado de tus dedos. Saberlo. Tu razón o la mía. Contra tu averno. Mi sueño. Nuestros. Perro ahorcado que no muere. No sabes lo que me sufres. Caminando suprimo la holgura de abrir los brazos. Contra mi propia libertad. Tu abrazo. Que echa contra ti raíces. Era tu domingo. Tu animal preferido. Y tan desaparecida y despreocupada. Como una antorcha visible. Y la noche que no cesa de llamarme desde ti Luna de días sucesivos interminables. Merezco ser Dios para saber por qué no sufro. Caer de tus dedos marioneta. Los dioses no sufren: Están vacíos, el abismo alrededor. Te vas. Quedan los cipreses yéndome, lo que te dije sonriendo. Estarías sentida. Bajar para no verte, subir para verte siempre. Flotar sonreías alejarme. Conexiones suntuosas. El apocalíptico retorno de la bestia de las aguas. Ploma en todo su ardoroso mar de grises y oscuros. La pasión caída. ¿Merezco ser el que asume el vacío de Dios? Tú no lo digas, anda. Merezco así o a mí. Dios no estará solo sin sufrir: Él nos ha creado la pasión interminable, para descansar mientras sufre, de vacío o de nosotros. El cielo siempre será gris. Y después mis ojos. Y tu sombra. Y la sombra de tus ojos. El rastro más puro de las lágrimas.

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Cuál es el fondo de eso. Caminas. Guardas tus preguntas y alargas mis dudas. Paciencia al esperar cómo sucede lo que me sucede. Paciencia, pero no tranquilidad. Cuál es el fondo de eso. Caminas ida en alejar algún retorno mío. Yo que simplemente pienso en cómo soportar dejar de memorizar tu historia, del otro lado de nuestros recuerdos, sabe, los recuerdos entre dos personas que jamás han hecho de ellos acciones concretas, aunque mirarlas sea una acción concreta, la historia de los recuerdos que dejamos pasar. Como pensar en cómo y qué y cuándo y adónde y para cuándo dejar preguntas y enfrentar respuestas que pueden estar saliendo de la casa, izquierda, 6.5 cuadras, llega al otro lado de la puerta, decirlo todo, al final sólo darse por derrotado, seguir con la duda, felino a cuestas en la noche perseguido por la duda enfrentando arañando golpeando más más la furia ciega esta maraña roja de guerra, de estar así y no continuar más, así y no resolver, no responder, no ir. . Perdí el rastro de la poesía. Aun después de hablarte comprendo tu inexactitud para con el hielo. Yo recobraba tarde en la tarde mi futura, verte desesperanzada, otra vez saliendo a nacer. Yo que espero con este nerviosismo que ya me conociste sin hablar y que al pasar reconocías y hablabas al pasar. Comprendemos que ahora el silencio no está en la observación, al contrario, es una forma de contemplar tarde en la noche. La madrugada cruel ha dejado muy lejos las imágenes que más nos convendrían. Contemplar cómo llegué a estar pegado a tu cara, por los labios, y solitario desde que viniste a mi vida, solo para todo aquél que me rodea y me siente a mi lado a su lado. A ver!, cuéntame lo que me pasa. Acércate. Mas no es nada. Pasas. Retroalimentas las expresiones que no llegaron a alcanzarme dentro. La extensión inusual para escribir. Un discurso en soliloquio, la idea de tus palabras que golpean este manto de ceniza. La lluvia habla tus palabras. El viento recorre tu pelo y te recorre. La lluvia que no cesa me hace respirarte. La lluvia no me puede hacer llorar. Polvo en tus ojos (ir al grano). Polvo en el viento es darle demasiadas vueltas al asunto. La lluvia ha cesado. No puedo terminar con todo esto. La lluvia, mensajera de las nubes. Lo soporta todo. No sabe lo que sucede. La paz que te circunda, cerca a mi desgracia. La lluvia, el agua desde la paz, tu paz; las gotas, yo que circundo los

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charcos (y tu arriba) aquí lejos, horizontal mundano. Polvo en el viento es decidir por tu paz o tu desgracia, y no darle vueltas al asunto. Polvo en tus ojos.

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Si hubiera una clara definición para esa palabra Estando más confundido pero seguro ya Estaría más confundido de lo que Pero en realidad. Hablamos. De tanto llanto se aclaran las dudas Unas veces te comportabas y otras mentías y ahora no otra que Cuando existió rodó la manzana, la mordida ahí justo cuando empezaba y la segunda la costilla En el paraíso se aclaran más las confusiones Ahora que atado a mi garganta, a mis confesiones Si tanto no fuera a amarte, a amarte Solía hablarle despacio pero en realidad mi voz era más que un quebranto, un fuego de fauces, de ardientes Si hubiera dejado tan solo salir una cantidad suficiente pero continuaba y contestaba esa delicadez Todo era así en aquella alma mater, acercarnos más a nuestros corazones, crear una definición exacta para esa Y no basto que me abrazara, y no Enfriaba la palidez, con sus manos; entre sus piernas notaba la primera Y esa manera cómo miraba definían su espacio y no sólo En nuestra mirada existe tanto por mirar Reclame la violencia para conmigo de dejarla ahí pensativa, desnuda llorando del otro lado de la cama Pero no así, así no se ven los corazones Temblaba poder mirarte, reclamé la holgura de verano Cómo amarla ahora si me encuentro acostado mirábamos tu cielo y tus miradas, nos mirábamos pensar el precipicio

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Los dos anudados, las gargantas dispuestas, las penas, las dudas Tanto por reclamarle a Dios “Y quizá ahí hijos míos la definición de esa, de tan difícil” Hacer eso junto a ti, junto a tus muslos; compartir la virgen, disponer la res, la matanza Eres un fuego oculto, estos dos corazones puros que no cifrasen apurarse a esta rutina Estos dos corazones puros Él, la frescura en la barba, la sonrisa en el alma Ya no te encontraré más Sufrir sea un abandono de cruces a las 6 que fue esa hora un ritual de encuentro No llegaste a la hora convenida Cómo aclarar mis ojos bajo este cielo Pasará siempre, la convenida calle y yo esperando Siempre la frialdad a flor de cuenta de borrar y empezarlo El día ya trajo mucho mundo No tan confundido por tanto y por no tan Mucho nos mirábamos con esas almas, estrellas dentro de nuestra propia negrura Y no así, así no, no fue así; aunque así sea Dios no miente ni ha mentido, no, tampoco mentira La definición en las puntas de nuestros dedos tomados, en esa profundidad del cielo para con nuestros Nuestra libertad definiendo todo acto púdico La señal avanza, los caminos, má, ya no serán viejos “La vida se acorta, Sancho, perros, señal de envejecer” Apurando tu ternura en los Y esos parques, la oscilación en la cabellera, la lágrima por esperar esa respuesta, mi nerviosismo o mi temblor, el fuego de mis manos, ardiente la; mi sudor contagiándote, mojándote, cada vez y el viento saludaba, las agujas, la hora convenida

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Mirarte, hablarte, abrazarte, morderte, copularte, ensuciarte, amarte, cada vez y esa caricia que bajaba con la Luna en tu rostro, esa muerta Llorar es permanecer en silencio Y de cuando en vez preguntábamonos por qué te apagas, porque el silencio y fue ahí, no en otra orilla; dije esa palabra que más nos acercara y tú, lluvia suelta, mensaje de harina en las olas del tiempo Ahora sabemos que llorar la definición de estar tan confundido y seguro, la única certeza que existe entre nosotros a la vez confundidos y temblando y arañando La única verdad de esta desesperación Inhalarte perfectamente en señales de humo que comienzan Lo único que pudo acercarnos fue que tu. temblabas y llamándome despacio, respondiendo yo, que no te fueras, y que por qué así tiene que todo, todo terminar, y lo que más sentirnos cuesta pronuncie esa palabra que nos alborotó las alas y entendimos todo y todo fuimos Nuestras lenguas tejiéndose cada vez más adentro, mi sangre y tu sangre por ese lado de donde se llega al síntoma más extraño Horas y horas relatando como si ya La historia pasada también Amarnos lo explica, lo define pero no cuando estamos separados pretexto para existir

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No en esa, fija, puesta en lo más distante a mí, campana de amanecer, detenida bajo luces urbanas, en dónde te sigo perderte en dónde pierdes esa concentración. Perdida. Concentrada. Quieta alrededor de todo lo que sigue. No quiero mirarte en esa esquina al dejar la historia, sentarse a caminar. Aquella tarde. Lo que nos sucedió ya era un recuerdo más que un sueño. Sentarse a caminar por los recuerdos. .A ver si todo acaba así. Creer sentir que es eso de esa manera, la de encontrarnos, ver mejor lo que afuera nos sucede adentro. No sucede nada en la verdad que pasa, golondrina sola oscilar parpadeos, mucha, desde Sur ese punto desde donde desconcentras mi extravío, sigues fija desde tu centro hacia el centro en el centro de nuestro. En el de todos. El corazón de la Tierra es un viaje.

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Ponerse en el lugar de Dios es verse. Dolernos doblemente. Acostumbrarse a no sentirte. Comenzar a portarnos puros. Ya no más. No sentirnos habituar a la verdad a ciegas. Mis actos que más me sorprendían. Perder al amor y verte otra, oírte siempre. Sentir no cuando no te amo sino cuando no te amo. Simulé un corazón crepé, una sonrisa para llorar de pura alegría. El símbolo más falso es un corazón. Una cruz te necesito, te espero una vela. ¿Es mentira que empecemos fríos a habituarnos a nosotros? Forzar al amor desacostumbraba estarnos. El mundo es distinto. Dejarte un adiós, una huella de agua cualquiera, rompiéndose adentro. Mis ojos te alejan. Amar es distinto a verse desde adentro, confundiéndose luz y oro en una nube, el abismo y la luz cuando se piensa. Amarte un día cualquiera, contigo y con nosotros.

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Dirección de volver a amar con claridad

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Con nuestros propios nombres grabados se llaman los árboles, llaman mi nombre los bosques, mi nombre te llama A por ti en espirales de lluvia lo que fuera A por ti, perfume, color que no pudimos despertar soñando. Música. A por ti, canto. A por ti, espiral de verdes me oyes desde mí recordada, segura de palidecer frente a mi boca, no siendo más que nuestros. A por ti Amada inmortal, Ángel, Toda. A por ti

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No a mí. La sinceridad arruinó la tarde. Tu delicadez preguntó por mi manera de callar. Adorné al silencio con mis ojos escondidos que te miraban desde ti misma, desde mí acercándome, cercándome tu mirada que en ese solo instante parecía venida de otra soledad, de otro interminable deseo, en un aire antiguo de hojas, de mariposas refrescando el fuego del amor.

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Tan radiante como un solo Sol llevado en medio del corazón, tan hermoso para ti, con mi camisa azul italiano resplandeciente y esta mitad de luz partida en mi centro. Beba, ternura en alas de la tarde Nunca preguntarás tanto así la espuma pregunta a los ríos por qué se detiene ante lo que no llega lo que nos llegue antes de cerrarlos Estos ojos que no volverán más Esa continuidad en los ríos, en las venas, en el destino del Señor, en cómo sigue todo y no somos nadie para esperar mirando, mordiendo las palabras, el lenguaje más secreto de un poema.

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En todas las mujeres cercanas a ti, en todas las personas con tu olor aproximado; tu llanto de flor, cuando florece Rocío de praderas encendidas, desiertos apagados; arena en que calles tus presagios, vuelvas toda el agua que rezumas, bajo la Tierra, con olor bajo la Tierra En toda la vida presagiada, en esa música que pasas con tus únicos pasos; con tu única, delgada, túnica de seda, luz de las praderas, te conozco, desde todas las personas encontradas

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Refoliación atemporal de reconocibles oquedades. Útero en sombras. No entendía tus pasos porque flotabas no aun sin los poderes transmutantes practicados por El Redentor, aturdida ante mi amnesia vista pasar, falsa en mi recuerdo, callada ante una persona individualmente remota, intersticio-astro-destello-ola, irredimible ante el girar de las manzanas. Uno regresiona. Mi silencioso grito que te envuelve, mi zarpazo que te deja muerta al Sol carne, al buitre. Cruces cácticas. Vacas calaveras. Un caballo innombrable desde el Oeste y hacia él. Áquea carretera. Espejismo en la baba ojosa. Trashumir los hechos. Tras. Humar. Grito caballuno a espera exabrupta del primer becerro de oro, la primera imagen desnuda, orgía aceite, viscosidad intersticio, entreextremidad, atrapierna, entrebrazo, pesto! ALTAENCENDIDA, nuestra

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Todo es perfecto. La misma piedra donde planeé encontrarnos. La sala inimaginable a cada hora vacía del espectáculo inenarrable. Más alcohol para saber que no todo es mentira. Qué más nos queda a los que soñamos simularlo todo como perfección hasta belleza. Es extraño. Me levanto, te hablo sin temor ni frialdad. Sigues sentada como lo soñé. Seguimos caminando en secreto. Qué mentira tan hermosa.

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Siempre lo que nos pasa no es lo que soñamos. Siempre lo que nos pasa, dolor de voz en la garganta. La noche no termina todavía. La primera cita desata la más larga vida de cansancio. No puedo moverme hasta alcanzarla, necesito una fuerza hasta rodar. No volver a nacer nunca Buenas noches Sé cuál es la mentira mal soñada

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Llegas y desapareces, desapareces y llegas; así como viniste a mí, te vas constantemente en la estación donde nunca te pude encontrar, donde no quise encontrarte. Más que una sospecha, estuviste segura me habías dejado ahogar; más que segura, siempre bajas la mirada prefiriendo irte con todas tus palabras al teléfono. Pude vencerme, pude soportar las caricias de una Luna rota en mis ojos; todo lo pude, hasta vencer la mística de la poesía y enfrentarla enfrentándote. Si pudieras comprender mi imposibilidad de volver a enfrentarte, tú también lo podrías, porque todo lo puedes, todo; Ángel presente que cuando desapareces estás tan crucificada a mí como a la luz que espero; estás aun más a mi lado llegada e inasible; pero estás más en mí desaparecida, destrozada en mí, descuartizada, unida, volcada en tus manos, puesta el rocío, Luna claridad. Habíamos concurrido a una cita siendo apenas desconocidos, apenas reconocibles entre nuestras propias miradas, entre nuestras propias miradas que escapaban al sueño sumergidas en la realidad. Soñábamos juntos descaminando para que todo inicie como antes, sin espacios palabras, sin bocas cercanas a la única palabra irrepetible entre dos personas silenciadas, para que todo inicie sin esa oportunidad varada entre mariposas de fuego lamiéndonos los vientres y un viento helado que nos obligó a emprendernos desde nuestro propio mundo hacia donde pudiéramos pensar más en lo que pudo ser que en lo que pudo haber sido. “He pasado toda la vida en el mundo del “ya llegará” y sólo pocos días en el paraíso del: “lo encontré” ”.

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Sigues perdiéndote de vista frente a mí, visiblemente a mí, de paso, irreprimiblemente silenciosa. Muchacha rota en mi pensamiento destrozado.

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Citas ― “Así sea” (La Biblia) ― “que estás en los cielos” (Jesucristo) ― “el mes más cruel” (T.S. Eliot) ― “Una tarde, por fin, la vi por la calle. Caminaba por la otra vereda, en forma resuelta, como quien tiene que llegar a un lugar definido a una hora definida. La reconocí inmediatamente; podría haberla reconocido en medio de una multitud. Sentí una indescriptible emoción. Pensé tanto en ella, durante esos meses, imaginé tantas cosas, que al verla, no supe qué hacer.” (Ernesto Sábato) ―“el amor es un poder que produce amor;/en el amor entre hombre y mujer,/cada uno vuelve a nacer” (Erich Fromm) ― “Las puertas de la percepción” (William Blake) ― “cuéntame lo que me pasa” (César Vallejo) ― “Polvo en el viento” (Kansas) ―”Dolernos doblemente” (César Vallejo) ― “Amada inmortal” (Beethoven) ― “mordiendo las palabras” (¿?) ― “He pasado toda la vida en el mundo del ‘ya llegará’ y sólo pocos días en el paraíso del: ‘lo encontré’ ” (Christian Burguer)

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ÍNDICE Prólogo…………………………………………………………………….………..5 Uno …………………………………………………………………………...…....7 VARIOS ELEMENTOS EXTRAORDINARIOS GIRAN A LA LUZ DE ESPADAS BRILLANTES MIENTRAS UNA TROMBA INVISIBLE ARROJA LA LUZ TENUE DE LA POESÍA ……………………………………………………….….……9 NUMEROSOS TALLOS MECEN SUS REMOTOS OJOS A LA TRANQUILIDAD DE LA NIEBLA SOBRE UN LAGO SIN FONDO, A OTRA OSCURIDAD ……………………...……..…...11 UNA ORQUÍDEA LILA PRECONCEBIDA, PREVISTA UNA MADRUGADA A PARTIR DE UN HALO VENIDO EN SUAVE MÚSICA NEW AGE CRECE HACIA LA LUZ……………………………………………………...……….12 EL ERUCTO CÓSMICO ENTRE MURCIÉLAGOS, DIENTES, ESPADAS, GOLPES DE AGUA EN SOPOR LAMEN EL GÉNESIS, EL DESCANSO DEL SÉPTIMO DÍA…………………………………...……………………..….……13 UNA ADOLESCENTE FEA CAMINA TORCIDA DE PIERNAS CORTANDO LA SOMBRA LENTA FOTOTRÓPICA DE LOS GIRASOLES, CASI A MEDIODÍA……………………................14 Este panal de soledad…………………………………………………………….16 Adivino la suavidad de tus manos pequeñas…………………………………..….18 El perro que sonará en mi ausencia.………………………………………………19 Ladrido a ladrido…………………………………………………………………..20 Este llanto es un río que se lleva la lluvia……..……………………………….….21 Llegué tarde a escuchar nuestros pasos…….………………………………….….22 Dormida.…….………………………………………………………………….…23 No imaginar sucesiones más grandes…………………………………………..…24 Lo que haga o lo que sueñe…………………………………………………….….25 harina en la suavidad de la mañana……..………………………………………...26 Pues el sueño, sí, acabó.………………………………………………………...…27 Los perros buscan y su soledad los sigue…………………………………….…...28 Te he de haber escogido……………………………………………………….….29 Niña mía que estás con los ojos a la Tierra………………………………………30 Me pregunto.……………………………………………………………………....31 Los ojos el perfil de los planetas……………………………………………….….32 Tu lunar puede ser un campo vacío…………………………………………….…33 La forma del suicidio es el ronquido………………………………………….…..34 luíl………………………………………………………………………………....35 Era una mano suave………………………………………………………….……36 El frío avanza.…………………………………………………………….……….37 Estoy frío, diríase tranquilo…………………………………………………..…...38 Ayúdame a contenerla, Dios.……………………………………………….……..39 Dos………………………………………………………………………….……..40

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Creemos que no forzar el curso de las cosas……………………………………...42 Dícese el amor no provoca daño alguno.…….……………………………………46 No ver a Dios…..……………………………………………………………...…..47 Contra la luz de la ventana………………………………………………….……..48 Decidiendo no te encontraras …………….………………………………...……..49 Es domingo, el último de nuestra existencia. …………………………………….50 Cuál es el fondo de eso. ………………………………………………………..…51 Si hubiera una clara definición para esa palabra…………………….……………53 No en esa, fija………………..……………………………………………………56 Ponerse en el lugar de Dios es verse. ……………………………………………..57 Dirección de volver a amar con claridad ………………………………………58 Con nuestros propios nombres…………………………………………………….60 No a mí. La sinceridad arruinó la tarde. ………………………………………….61 Tan radiante como un solo Sol……………………………………………….…...62 En todas las mujeres cercanas a ti……………………………………………..…..63 Refoliación atemporal………………………………………………………….….64 Todo es perfecto.…………………………………………………………….……65 Siempre lo que nos pasa no es lo que soñamos.…….…………………………….66 Llegas y desapareces………………….……………………………………….…..67 Sigues perdiéndote de vista frente a mí…….………………………………….….68 Citas……………………………………………………………………………….69