AÑO DE LA PROMOCIÓN DE LA INDUSTRIA … · demanda de amparo contra la Superintendencia Nacional...

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PROCESOS CONSTITUCIONALES TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Miércoles 26 de marzo de 2014 Año X / Nº 1796 48443 AÑO DE LA PROMOCIÓN DE LA INDUSTRIA RESPONSABLE Y DEL COMPROMISO CLIMÁTICO PROCESO DE AMPARO EXP. Nº 01360-2012-PA/TC LIMA INMOBILIARIA ALMONTE S.A . SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL En Lima, a los 3 días del mes de setiembre de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia ASUNTO Recurso de agravio constitucional interpuesto por la Inmobiliaria Almonte S.A. contra la resolución de fojas 535, su fecha 30 de noviembre de 2011, expedida por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró improcedente la demanda de autos. ANTECEDENTES Con fecha 27 de enero de 2011, la recurrente interpone demanda de amparo contra la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales, alegando que se amenaza sus derechos fundamentales a la propiedad, a libre iniciativa privada y a la libertad de empresa. En ese sentido, solicita que se declare inaplicables: i) la Primera Disposición Complementaria de la Ley Nº 27333, las Leyes N. os 11061, 18460, los Decretos Leyes N. os 14197, 19462, 19955 y 17716, y demás disposiciones conexas y complementarias que regulan la reversión de los terrenos eriazos al dominio del Estado. Asimismo, como pretensiones accesorias solicita que se deje sin efecto el inicio del trámite de reversión de los referidos terrenos y se ordene que la demandada se abstenga de cualquier acto o disposición que pretenda afectarlo. Alega que en aplicación de la Ley Nº 27333 se pretende revertir a favor del Estado los terrenos inscritos en las Partidas N. os 12324438 (U.C: 11258), 12324436, 49036707 (ahora Partida Electrónica Nº 12576152) del Registro de la Propiedad Inmueble de Lima, que son de su propiedad. Recuerda que estos terrenos fueron adquiridos mediante el procedimiento de subasta pública y al amparo de la Ley Nº 12069 por particulares, los que luego fueron aportados a la Inmobiliaria Almonte S.A. Indica que posteriormente, con el propósito de elaborar el proyecto MESÍAS, a cargo de Sedapal, de sus terrenos se incluyeron 214.86 hectáreas, autorizándose a Sedapal a iniciar el proceso de expropiación. Señala no obstante, que con fecha 4 de julio de 2006, el Segundo Juzgado Contencioso Administrativo declaró concluido el proceso expropiatorio, por lo cual actualmente ni el Estado ni Sedapal tienen la condición de propietarios. Reere haber iniciado diversas tratativas para solucionar el problema, pero en el interín ha tomado conocimiento de manera extraocial de que la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales ha iniciado un proceso de reversión de los terrenos al amparo de la Ley Nº 27333. Indica que con fecha 10 de noviembre del 2010 se ha conrmado la existencia de dicho proceso, pues se ha noticado a través del diario ocial El Peruano “sobre el procedimiento de regularización de reversión de terrenos `eriazos´ al dominio del estado de varios inmuebles, tres de los cuales se encuentran en el Distrito de Punta Hermoza y precisamente se encuentra en las inmediaciones del inmueble de propiedad de nuestra empresa descrito en el numeral 3.1” [o sea, en las partidas registrales]. Alega que con ello se “pretendería hacer es quitar [sic] la titularidad Registral de Inmobiliaria Almonte S.A. y consignar en ella al Estado, cosa que en ningún momento fue comentado ni sugerida, y que no es más que una forma conscatoria y abusiva de obtener la propiedad de un bien de terceros (…)”. La procuradora pública de la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales contesta la demanda solicitando que se la declare infundada, ya que no existe amenaza cierta ni inminente de violación de los derechos constitucionales de la demandante, al no encontrarse en el proceso de reversión los terrenos a que se ha hecho referencia con las partidas registrales. El Tercer Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima, con fecha 22 de julio de 2011, declaró fundada la demanda de amparo, por estimar que “si bien es cierto se observa que no se encuentra comprendida la propiedad de la Inmobiliaria Almonte SAC, sin embargo, existe la convocatoria respecto de inmuebles ubicados en el distrito de Punta Hermoza que se encuentran ubicados próximos a la propiedad de la demandante, hecho que a criterio del juzgador constituiría una serie amenaza y una inminente probabilidad de que futuras convocatorias hagan un llamamiento a reversión de su propiedad, más aún cuando existe la probabilidad de la realización de un proyecto de Sedapal próximo a la propiedad de la actora, manifestando la propia demandada en su escrito de contestación de la presente demanda como se ha mencionado líneas arriba la existencia de una superposición de bienes”. A su turno, la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima revoca la apelada y, reformándola, declara improcedente la demanda, en relación con la alegación de amenaza de violación de los derechos a la libre iniciativa privada y a la libertad de empresa, por no existir una relación de los hechos y la pretensión de la demanda con el contenido constitucionalmente protegido de estos derechos; e improcedente en relación con la amenaza de violación del derecho de propiedad, pues no se ha agotado la vía previa a que se reere la Directiva Nº 008-2007/SBN. FUNDAMENTOS 1. Delimitación del petitorio 1. La demandante solicita que se declaren inaplicables la Primera Disposición Complementaria de la Ley Nº 27333, las Leyes Nos.11061, 18460, los Decretos Leyes N. os 14197, 19462, 19955 y 17716, y demás disposiciones conexas y complementarias que regulan la reversión de los terrenos eriazos al dominio del Estado y que se ordene que la demandada se abstenga de cualquier acto o disposición que pretenda afectar los terrenos que son de su propiedad, por considerar que se encuentran amenazados sus derechos fundamentales a la propiedad, a la libre iniciativa privada y a la libertad de empresa. 2. Consideraciones previas 2. El Tribunal observa que además de haberse alegado una amenaza de violación de su derecho de propiedad, el recurrente también pretende la protección de los derechos a la libre iniciativa y de empresa. Según se ha expresado en la demanda, y a lo largo de todo el proceso, la amenaza de violación sobre estos dos últimos derechos fundamentales sería consecuencia de la eventual iniciación del proceso de reversión de diversas propiedades sobre las que la recurrente habría planicado, realizado o previsto realizar proyectos de inversión [v.gr. adquisición del terreno, proyectos de habilitación urbana e independizaciones de predios]. Puesto que la determinación de si existe (o no) alguna amenaza de violación sobre los derechos a la libre iniciativa y a la libertad de empresa es una cuestión que depende, a su vez, de si existe o no una amenaza de violación del derecho de propiedad, el Tribunal ha de analizar todo lo relacionado con este último derecho. Después de todo, bajo los hechos que se encuentran alrededor del caso, la intervención de aquellos derechos solo sería consecuencia de que se haya afectado, previamente, el derecho de propiedad, y no a la inversa. 3. Por otro lado, el Tribunal también observa que al formularse la pretensión, una cierta lectura del escrito que contiene la demanda parecería sugerir que mediante el amparo se aspiraría a lograr la inaplicación en abstracto de la Ley Nº 27333, que es complementaria a la Ley Nº 26662, y muy particularmente de su primera disposición complementaria, que determina la reversión de los terrenos eriazos de la República, de acuerdo con las Leyes

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PROCESOS CONSTITUCIONALES

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Miércoles 26 de marzo de 2014

Año X / Nº 1796 48443

AÑO DE LA PROMOCIÓN DE LA INDUSTRIA RESPONSABLE Y DEL COMPROMISO CLIMÁTICO

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 01360-2012-PA/TCLIMAINMOBILIARIA ALMONTE S.A.SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 3 días del mes de setiembre de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por la Inmobiliaria Almonte S.A. contra la resolución de fojas 535, su fecha 30 de noviembre de 2011, expedida por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTESCon fecha 27 de enero de 2011, la recurrente interpone

demanda de amparo contra la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales, alegando que se amenaza sus derechos fundamentales a la propiedad, a libre iniciativa privada y a la libertad de empresa. En ese sentido, solicita que se declare inaplicables: i) la Primera Disposición Complementaria de la Ley Nº 27333, las Leyes N.os 11061, 18460, los Decretos Leyes N.os 14197, 19462, 19955 y 17716, y demás disposiciones conexas y complementarias que regulan la reversión de los terrenos eriazos al dominio del Estado. Asimismo, como pretensiones accesorias solicita que se deje sin efecto el inicio del trámite de reversión de los referidos terrenos y se ordene que la demandada se abstenga de cualquier acto o disposición que pretenda afectarlo.

Alega que en aplicación de la Ley Nº 27333 se pretende revertir a favor del Estado los terrenos inscritos en las Partidas N.os 12324438 (U.C: 11258), 12324436, 49036707 (ahora Partida Electrónica Nº 12576152) del Registro de la Propiedad Inmueble de Lima, que son de su propiedad. Recuerda que estos terrenos fueron adquiridos mediante el procedimiento de subasta pública y al amparo de la Ley Nº 12069 por particulares, los que luego fueron aportados a la Inmobiliaria Almonte S.A. Indica que posteriormente, con el propósito de elaborar el proyecto MESÍAS, a cargo de Sedapal, de sus terrenos se incluyeron 214.86 hectáreas, autorizándose a Sedapal a iniciar el proceso de expropiación. Señala no obstante, que con fecha 4 de julio de 2006, el Segundo Juzgado Contencioso Administrativo declaró concluido el proceso expropiatorio, por lo cual actualmente ni el Estado ni Sedapal tienen la condición de propietarios. Refi ere haber iniciado diversas tratativas para solucionar el problema, pero en el interín ha tomado conocimiento de manera extraofi cial de que la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales ha iniciado un proceso de reversión de los terrenos al amparo de la Ley Nº 27333. Indica que con fecha 10 de noviembre del 2010 se ha confi rmado la existencia de dicho proceso, pues se ha notifi cado a través del diario ofi cial El Peruano “sobre el procedimiento de regularización de reversión de terrenos `eriazos´ al dominio del estado de varios inmuebles, tres de los cuales se encuentran en el Distrito de Punta Hermoza y precisamente se encuentra en las inmediaciones del inmueble de propiedad de nuestra empresa descrito en el numeral 3.1” [o sea, en las partidas registrales]. Alega que con ello se “pretendería hacer es quitar [sic] la titularidad Registral de Inmobiliaria Almonte S.A. y consignar en ella al Estado, cosa que en ningún momento fue comentado ni sugerida, y que no es más que una forma confi scatoria y abusiva de obtener la propiedad de un bien de terceros (…)”.

La procuradora pública de la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales contesta la demanda solicitando que se la

declare infundada, ya que no existe amenaza cierta ni inminente de violación de los derechos constitucionales de la demandante, al no encontrarse en el proceso de reversión los terrenos a que se ha hecho referencia con las partidas registrales.

El Tercer Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima, con fecha 22 de julio de 2011, declaró fundada la demanda de amparo, por estimar que “si bien es cierto se observa que no se encuentra comprendida la propiedad de la Inmobiliaria Almonte SAC, sin embargo, existe la convocatoria respecto de inmuebles ubicados en el distrito de Punta Hermoza que se encuentran ubicados próximos a la propiedad de la demandante, hecho que a criterio del juzgador constituiría una serie amenaza y una inminente probabilidad de que futuras convocatorias hagan un llamamiento a reversión de su propiedad, más aún cuando existe la probabilidad de la realización de un proyecto de Sedapal próximo a la propiedad de la actora, manifestando la propia demandada en su escrito de contestación de la presente demanda como se ha mencionado líneas arriba la existencia de una superposición de bienes”. A su turno, la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima revoca la apelada y, reformándola, declara improcedente la demanda, en relación con la alegación de amenaza de violación de los derechos a la libre iniciativa privada y a la libertad de empresa, por no existir una relación de los hechos y la pretensión de la demanda con el contenido constitucionalmente protegido de estos derechos; e improcedente en relación con la amenaza de violación del derecho de propiedad, pues no se ha agotado la vía previa a que se refi ere la Directiva Nº 008-2007/SBN.

FUNDAMENTOS

1. Delimitación del petitorio

1. La demandante solicita que se declaren inaplicables la Primera Disposición Complementaria de la Ley Nº 27333, las Leyes Nos.11061, 18460, los Decretos Leyes N.os14197, 19462, 19955 y 17716, y demás disposiciones conexas y complementarias que regulan la reversión de los terrenos eriazos al dominio del Estado y que se ordene que la demandada se abstenga de cualquier acto o disposición que pretenda afectar los terrenos que son de su propiedad, por considerar que se encuentran amenazados sus derechos fundamentales a la propiedad, a la libre iniciativa privada y a la libertad de empresa.

2. Consideraciones previas

2. El Tribunal observa que además de haberse alegado una amenaza de violación de su derecho de propiedad, el recurrente también pretende la protección de los derechos a la libre iniciativa y de empresa. Según se ha expresado en la demanda, y a lo largo de todo el proceso, la amenaza de violación sobre estos dos últimos derechos fundamentales sería consecuencia de la eventual iniciación del proceso de reversión de diversas propiedades sobre las que la recurrente habría planifi cado, realizado o previsto realizar proyectos de inversión [v.gr. adquisición del terreno, proyectos de habilitación urbana e independizaciones de predios]. Puesto que la determinación de si existe (o no) alguna amenaza de violación sobre los derechos a la libre iniciativa y a la libertad de empresa es una cuestión que depende, a su vez, de si existe o no una amenaza de violación del derecho de propiedad, el Tribunal ha de analizar todo lo relacionado con este último derecho. Después de todo, bajo los hechos que se encuentran alrededor del caso, la intervención de aquellos derechos solo sería consecuencia de que se haya afectado, previamente, el derecho de propiedad, y no a la inversa.

3. Por otro lado, el Tribunal también observa que al formularse la pretensión, una cierta lectura del escrito que contiene la demanda parecería sugerir que mediante el amparo se aspiraría a lograr la inaplicación en abstracto de la Ley Nº 27333, que es complementaria a la Ley Nº 26662, y muy particularmente de su primera disposición complementaria, que determina la reversión de los terrenos eriazos de la República, de acuerdo con las Leyes

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48444 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

N.os11061, 18460 y los Decretos Leyes N.os 14197, 19462, 19955 y 17716. Naturalmente, si ese fuera el caso, antes de cualquier análisis sobre el fondo del asunto, el Tribunal tendría que detenerse en considerar la procedencia de la demanda bajo los alcances del artículo 3 del Código Procesal Constitucional. Es decir, considerar si las disposiciones legislativas cuestionadas son de naturaleza autoaplicativa o, por el contrario, si estas son de efi cacia diferida.

4. No obstante, es opinión del Tribunal que ese no es el caso que aquí se ha presentado. Los agravios que se denuncian que podrían ocurrir no se imputan a las normas jurídicas que se han reseñado en el fundamento anterior, sino a los actos de aplicación [futura] de aquellas. En concreto, a la amenaza resultante del hecho de que “con fecha 10 de noviembre del presente año la Superintendencia Nacionales (sic) de Bienes Estatales notifi có a través del diario ofi cial El Peruano de (sic) sobre el procedimiento de regularización de reversión de terrenos `eriazos´ al dominio del Estado”. Es decir, al procedimiento iniciado aplicándose aquellas disposiciones legislativas. Por ello, ningún análisis cabe que aquí realicemos sobre el tipo de disposiciones [autoaplicativas o heteroaplicativas] que aquellas leyes y decretos leyes contienen, por lo que hemos de detenernos directamente en el análisis de lo relacionado con la denunciada amenaza de violación del derecho de propiedad.

3. Presunta amenaza de violación del derecho de propiedad

a) Argumentos del demandante

5. La recurrente sostiene que los inmuebles de su propiedad, inscritos en las Partidas N.os 12324438 (U.C: 11258), 12324436, 49036707 (ahora Partida Electrónica Nº 12576152) del Registro de la Propiedad Inmueble de Lima, son objeto de una amenaza de violación. Esta consistiría en que con fecha 10 de noviembre del 2010, se inició un “[…] procedimiento de regularización de reversión de terrenos `eriazos´ al dominio del estado de varios inmuebles, tres de los cuales se encuentran en el Distrito de Punta Hermoza y precisamente se encuentra en las inmediaciones del inmueble de propiedad de nuestra empresa descrito en el numeral 3.1” [o sea, en las partidas registrales]. En su opinión, con la iniciación de este procedimiento se “pretendería (…) quitar la titularidad Registral de Inmobiliaria Almonte S.A. y consignar en ella al Estado, cosa que en ningún momento fue comentado ni sugerida, y que no es más que una forma confi scatoria y abusiva de obtener la propiedad de un bien de terceros[…]”.

b) Argumentos de la demandada

6. En opinión de la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales la amenaza denunciada no es cierta ni de inminente realización. A su juicio, el proceso de reversión al cual ha aludido el demandante no comprende los terrenos de los cuales la recurrente es propietaria, como ella misma afi rma. “Si usted aprecia –se dirige al juez constitucional de primera instancia– la publicación del 10.Nov.2010 que adjunta el accionante a su Escrito de Demanda como prueba de la amenaza (Anexo 1-J), podrá percatarse que las partidas materia del Petitorio no han sido involucradas en la Publicación. En tal sentido, vale preguntarse ¿Cómo se materializa la alegada amenaza a sus derechos?” [f. 440].

7. Por otro lado, refi ere que el proceso de reversión no tiene por propósito expropiar una propiedad, sino formalizar un derecho de propiedad preexistente. Para el primer supuesto, se inicia un proceso de expropiación y debe pagarse un justiprecio. En el segundo, no se discute la titularidad de la propiedad del Estado, pues se trata de un procedimiento orientado a regularizar registralmente un bien cuya propiedad corresponde al Estado. Indica que si llegado el caso se produjera una superposición registral, de ello no resultaría una amenaza de violación de derechos constitucionales, sino la discusión de a quién corresponde el mejor derecho de propiedad, asunto que no podría discutirse en el amparo sino en un proceso ordinario que cuente con la oportunidad de ofrecer y actuarse medios de prueba.

c) Consideraciones del Tribunal Constitucional

8. El Tribunal recuerda que tratándose del cuestionamiento de un acto futuro [amenaza de violación] que se presume lesivo de un derecho constitucional, el artículo 2º del Código Procesal Constitucional impone como condición de procedibilidad de la acción que este deba ser cierto y de inminente realización. El primer requisito –la certeza de la amenaza– tiene que ver con la plausibilidad de que el acto pueda ser efectivamente realizado, jurídica o materialmente. Alude al suceso verdadero, seguro e indubitable de acaecer. Por ello, en la STC 0091-2004-PA/TC sostuvimos que para que el acto futuro pueda ser considerado cierto, es preciso que este se encuentre fundado en hechos reales y no imaginarios [Fund. Jur. Nº 8]. Pero para cuestionar un acto futuro no basta con demostrar la plausibilidad de la amenaza. Es preciso, además, que este sea de inminente realización; es decir, que su realización esté pronta a suceder. Se descarta, así, que mediante el amparo se pueda cuestionar actos futuros remotos, esto es, aquellos sobre los cuales pesa una indeterminación temporal de que puedan acaecer.

9. En el presente caso, el acto futuro que se cuestiona –la posibilidad de que se inicie un proceso de reversión de su propiedad sobre terrenos eriazos– se ha materializado con la notifi cación en el diario ofi cial El Peruano (f. 460) de la iniciación del proceso de

regularización de reversión de terrenos eriazos al dominio del Estado, en aplicación de la Primera Disposición Complementaria de la Ley Nº 27333, respecto a los terrenos de la recurrente que tienen como inscripción registral las partidas Nos. 12324436, 12324438 y 12576152. En opinión del Tribunal, la sola iniciación de dicho procedimiento torna en cierto y de inminente realización al acto reclamado.

10. En diversas ocasiones hemos hecho referencia al programa normativo del derecho de propiedad. Hemos dicho, en efecto, que este garantiza la existencia e integridad de la propiedad (corporal o incorporal) de la persona a quien el ordenamiento reconoce como propietaria. Faculta a su titular para usar, gozar, explotar y disponer de ella, siempre y cuando a través de su uso se realice la función social que le es propia (artículo 70º de la Constitución). El derecho de propiedad se caracteriza, entre otras cosas, por ser a) un derecho pleno, en el sentido de que le confi ere a su titular un conjunto amplio de atribuciones que puede ejercer autónomamente dentro de los límites impuestos por el ordenamiento jurídico y los derechos ajenos; y, b) un derecho irrevocable, en el sentido de reconocer que su extinción o transmisión depende de la propia voluntad del titular y no de la realización de una causa extraña o del solo querer de un tercero, salvo las excepciones que prevé expresamente la Constitución Política. Por ello, las restricciones admisibles para su goce y ejercicio deben: a) estar establecidas en la ley; b) ser necesarias; c) ser proporcionales, y d) hacerse con el fi n de lograr un objetivo legítimo en una sociedad democrática.

11. También el artículo 70 de la Constitución contempla la posibilidad legítima de privar de la propiedad. Por razones de seguridad nacional o por exigencias de necesidad pública, puede expropiarse la propiedad, aun contra la voluntad de su titular. Para que un acto tan extremo como la expropiación sea legítimo, sin embargo, debe observarse, en primer término, que las razones que la justifi can sean declaradas por ley y que en segundo término, se efectúe el previo pago en efectivo de la indemnización justipreciada. Por ello, hemos afi rmado que se estará ante supuestos inconstitucionales de privación del derecho de propiedad, cuando:

a. No exista la ley del Congreso de la República que declare la expropiación sino otra norma con rango de ley.

b. Exista la ley del Congreso de la República que declare la expropiación, pero no exprese o señale alguno de los motivos contemplados en la Constitución para que proceda la expropiación, o se fundamente en motivos distintos.

c. Exista la ley del Congreso de la República que señale alguno de los motivos de expropiación contemplados en la Constitución, pero ésta se produce sin indemnización [STC 5614-2007-PA/TC, Fund. Jur. Nº. 13].

12. En el presente caso, con las copias de las partidas registrales 12324436 [obrante a fojas 86 y sgtes.], 12324438 [ff. 82 y sgtes.] y 12576152 [ff. 113 y 87 y sgtes.] se ha acreditado que la Inmobiliaria Almonte S.A. es la propietaria de los inmuebles que se detallan en dicha partidas. Igualmente, se encuentra acreditado que dicha situación jurídica es de conocimiento de la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales [SNBE], pues al notifi car sobre el inicio del procedimiento de reversión de terrenos eriazos al dominio del Estado [f. 460], especifi ca que las partidas registrales antes indicadas se encuentran a favor de la entidad demandante.

13. Por otro lado, el Tribunal observa que, al contestarse la demanda, la SNBE argumentó que “[…]la Primera Disposición Complementaria de la Ley Nº 27333, regula la formalización de las acciones de reversión que en su momento el Estado realizó en mérito a las leyes Nº 11061, 14197, 17716, 18460, 18492, 19955 y demás disposiciones conexas y complementarias. Es decir, el procedimiento regulado tiene por fi nalidad formalizar un derecho de propiedad preexistente que por falta de reglamentación no se logró formalizar en una debida oportunidad. Ello lleva a determinar que el derecho del Estado ya está declarado a través de acotados dispositivos (sic) y solo se meritúa su regularización registral” [f. 441]. El Tribunal recuerda que un argumento semejante fue desestimado anteriormente por ser incompatible con el contenido constitucionalmente declarado del derecho de propiedad.

14. Efectivamente, en la STC 1342-2012-PA/TC, el Tribunal afi rmó que las acciones realizadas en mérito a las leyes N.os 11061, 14197, 17716, 18460, 18492 y 19955 y que la Primera Disposición Complementaria de la Ley Nº 27333 ordenaba regularizar, eran inaceptables, pues no basta invocar la naturaleza eriaza de un terreno para revertirlo a favor del Estado sin mediar un proceso de expropiación[…]. En ese contexto, sostener la legalidad de la reversión de terrenos eriazos a favor del Estado sin cumplir con un proceso de expropiación, porque así lo disponen las leyes Nos. 11061, 14197, 17716 y 19955, colisiona con lo dispuesto por nuestra norma constitucional en su artículo 70º y con lo prescrito por su artículo 51, toda vez que los emplazados pretenden que las normas infraconstitucionales primen sobre nuestra Carta fundamental, requerimiento que no puede ser amparado, obviando adicionalmente que desde la promulgación de la Constitución de 1993, todas las normas preexistentes en el ordenamiento jurídico deben interpretarse con arreglo a ella [Fund. Jur. Nº. 16].

15. En opinión del Tribunal, la sola iniciación del procedimiento de reversión –ausente una ley que en base a la seguridad nacional o a razones de necesidad pública, expropie un bien cuya titularidad se encuentra registrada a nombre de un particular y, al mismo tiempo, ordene previamente el pago del debido justiprecio–, constituye una ilegítima intromisión en el ámbito defi nitivamente garantizado del derecho de propiedad. Y puesto que en esa situación se encuentran

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48445

los predios inscritos en las partidas Nos. 12324436, 12324438 y 12576152, al estimarse la pretensión deberá dejarse sin efecto los respectivos procedimientos. Así debe declararse.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda y que en consecuencia, se violó el derecho de propiedad de Inmobiliaria Almonte S.A., en relación con los inmuebles inscritos en las partidas registrales Nos. 12324436, 12324438 y 12576152.

2. Declara sin efecto el procedimiento de reversión de terrenos eriazos al dominio del Estado relacionados con los inmuebles inscritos en las partidas registrales Nos. 12324436, 12324438 y 12576152.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

W-1061050-11

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 05345-2011-PA/TCAREQUIPACARLOS PERCY CONDORI ARANYA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 23 días del mes de agosto de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Urviola Hani, Calle Hayen y Eto Cruz, pronuncia la siguiente sentencia, con el voto en mayoría de los magistrados Urviola Hani y Eto Cruz, el voto en discordia del magistrado Calle Hayen y el voto dirimente del magistrado Mesía Ramírez, que se agregan.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Carlos Percy Condori Aranya contra la resolución de la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, de fojas 248, su fecha 26 de octubre de 2011, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 31 de marzo de 2009, el recurrente interpone demanda de amparo contra la Junta General de Accionistas de la E.P.S. Sedapar S.A. y la propia E.P.S. Sedapar S.A., a fi n de que se ordene su reincorporación como miembro del Directorio al haberse acordado, en la Junta General de Accionistas Nº 57, del 7 de enero de 2009, su remoción en el referido cargo. Alega el actor que se han violado sus derechos al debido proceso, al haber sido removido como consecuencia de un proceso irregular, sin motivación ni expresión de causa; de defensa, al no haber sido notifi cado para que concurra a la junta en la que fue removido del cargo ni con el propio documento de remoción; de trabajo, ante la ocurrencia de un despido arbitrario; y a la no discriminación, por razón de sus ideas.

La emplazada contesta la demanda el 17 de setiembre de 2010 contradiciéndola, aseverando que la remoción del recurrente como director de Sedapar se realizó en el marco del ejercicio regular de las facultades previstas para los accionistas de una empresa en la Ley General de Sociedades, y deduciendo las excepciones de falta de legitimidad para obrar activa y de prescripción extintiva.

El Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de Arequipa, mediante resolución de fecha 14 de marzo de 2011, declaró infundadas las excepciones propuestas y, mediante resolución de fecha 22 de junio de 2011, declaró infundada la demanda, estimando que no se ha probado la vulneración de los derechos invocados por cuanto la remoción del demandante se debió al ejercicio de una atribución o facultad que tiene la Junta General de Accionistas de Sedapar y porque la labor del demandante como miembro del directorio de la empresa demandada no constituía una relación laboral al no concurrir ninguno de los elementos característicos de este tipo de relación.

La Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, mediante resolución de fecha 26 de octubre de 2011, revocó la apelada y, reformándola, declaró improcedente la demanda, considerando que la afectación invocada se había tornado irreparable y que correspondía aplicar, a contrario sensu, el artículo 1º del Código Procesal Constitucional, haciendo referencia a que se procede de manera similar a la forma en que se resolvió el Exp. Nº 00400-2011-PA/TC.

FUNDAMENTOS

1. Si bien es cierto de que el período (noviembre del 2007 a noviembre del 2010) para el que fue elegido el recurrente como

miembro del Directorio de la E.P.S SEDAPAR S.A. ya culminó, y que por tanto es válido sostener que la alegada afectación ha devenido irreparable a la fecha de vista ante el Tribunal (16 de marzo de 2012), no menos cierto es que la declaración de sustracción de la materia controvertida no opera automáticamente en todos los casos en los que se advierta la irreparabilidad de la vulneración, tal como este Colegiado señaló en la STC 4530-2008-HD/TC (fundamento 16), razón por la cual debe analizarse cada caso en concreto.

2. En efecto, en la STC 4530-2008-HD/TC se indicó que “(…) el Código [Procesal Constitucional] ha previsto de forma expresa que no en todos los supuestos en que el acto lesivo cesó o devino en irreparable luego de presentada la demanda corresponde declarar su improcedencia. En este sentido ha establecido la potestad de la autoridad jurisdiccional para que, atendiendo a las particularidades de cada caso concreto, puede emitir un pronunciamiento estimatorio sobre el fondo de la controversia. Esta facultad tiene por objetivo evitar que actos similares puedan reiterarse en el futuro. Se trata por lo tanto de una opción legislativa acorde con el artículo II del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, que establece como una de las fi nalidades de los procesos constitucionales garantizar la vigencia efectiva de los derechos constitucionales, lo que también se obtiene a través de una tutela procesal preventiva. Cuando se declara fundada una demanda de este tipo no se hace con el objeto de reponer las cosas al estado anterior a la violación o amenaza de violación de los derechos constitucionales (lo cual es imposible), sino con el propósito de evitar que las mismas conductas se vuelvan a repetir (STC Nº 603-2004-AA, fundamento 4).

3. En el caso de autos, dos circunstancias determinan que estemos ante un caso singular en el que no cabe declarar la improcedencia de la demanda por haber devenido irreparable la agresión que se denuncia en la demanda, y justifi can ingresar al fondo de la controversia:

i) El artículo 25-A del Decreto Supremo Nº 085-2006-EF –por el cual se modifi ca el Reglamento de la Ley de FONAFE, aprobado por D.S. Nº 072-2000-EF– prescribe que está prohibido ser designado como director de una empresa en la que FONAFE participa como accionista, bajo ninguna excepción, aquél que haya sido revocado o removido del directorio de una entidad, organismo o empresa.

Como se ha referido en el fundamento 1 supra, la Junta General de Accionistas de Sedapar acordó remover al recurrente como miembro del directorio de dicha empresa, razón por la cual, a la fecha, el recurrente no está habilitado para ser designado en un futuro como director de una empresa en la que FONAFE participe como accionista, situación que se mantendría vigente en caso de que la jurisdicción constitucional se inhiba de conocer el fondo de la controversia, lo que consideramos que no es tolerable.

Finalmente, en cuanto concierne a este extremo, debemos poner énfasis en que en el segundo párrafo del artículo 1º del Código Procesal Constitucional se confi ere al juez constitucional la facultad de conocer el fondo de un asunto en el que ha operado la irreparabilidad de la agresión de un derecho constitucional atendiendo al agravio producido. En el caso de autos se está frente a un agravio de efectos continuados como se ha detallado supra, lo que justifi ca ingresar a conocer el fondo de la controversia.

ii) A fojas 117 consta la resolución del Tribunal Constitucional de 4 de mayo de 2010, recaída en el presente proceso, en mérito a la cual se declaró la nulidad de todo lo actuado y ordenó que se admita a trámite la demanda de autos en razón de un indebido rechazo liminar por parte de las instancias judiciales, de modo tal que pese a que el recurrente interpuso su demanda el 31 de marzo de 2009 (f. 15), la emplazada contestó la demanda recién el 17 de septiembre de 2010 (f. 152) y se dictó sentencia en primera instancia con fecha 22 de junio de 2011 (f. 192) y resolución en segunda instancia con fecha 26 de octubre de 2011 (f. 248).

iii) Se tiene entonces que por razones ajenas al recurrente se ha producido en el proceso de autos una demora irrazonable en la resolución del caso, lo que ha conllevado a que el período como director de Sedapar para el que fue elegido el recurrente (noviembre del 2007 a noviembre del 2010) haya expirado, aun a la fecha de expedición de la resolución de primera instancia, de ahí que resulte paradójico que se invoque la sustracción de la materia, pues se estaría, en los hechos, convalidando la demora incurrida a nivel judicial.

4. Antes de ingresar al fondo de la controversia, consideramos que es conveniente referirnos brevemente a la resolución recaída en el Exp. Nº 00400-2011-PA/TC invocada por la Sala revisora como un pronunciamiento que justifi có su decisión, al haber sido los suscritos tres de los seis magistrados del Tribunal que emitieron la citada resolución.

5. En efecto, en dicha causa, el Tribunal conoció la pretensión de quien fuera decano de la facultad de derecho de una universidad nacional, a fi n de ser repuesto en el cargo, alegando la vulneración del derecho al debido proceso. Sin embargo, declaró la sustracción de la materia por cuanto, en el séquito del proceso, ya se había elegido a un nuevo decano de dicha facultad, por lo que era imposible reponer al demandante en el cargo de decano.

6. Al respecto, debemos advertir que existen notorias diferencias entre ese caso y el que nos convoca en autos, como expondremos a continuación y que permiten concluir que no es aceptable identifi car lo resuelto en el Exp. Nº 00400-2011-PA/TC como un término de comparación válido que sirva como precedente a seguir en la resolución del caso de autos.

7. Ello es así, en primer lugar, porque en aquella causa no se verifi caba la existencia de una agresión con efectos continuados

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48446 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

(no se le prohibía al demandante ser elegido a futuro como decano de la facultad de derecho de una universidad) como en el caso de autos, sino de una con efectos instantáneos; y en segundo término, porque el estado del proceso es distinto, en aquella causa el Tribunal la conoció tras un rechazo liminar de la demanda por las instancias judiciales, mientras que en el caso de autos, el Tribunal la conoce luego de haber revocado el rechazo liminar de la demanda, de que la emplazada contestara la demanda y de que las instancias judiciales se hayan pronunciado, incluso por el fondo, como ocurrió en el caso del a quo.

8. Conforme este Tribunal ha precisado en reiterada jurisprudencia, en todo Estado Constitucional y Democrático de Derecho, la motivación debida de las decisiones de las entidades públicas -sean o no de carácter jurisdiccional- es un derecho fundamental que forma parte del contenido esencial del derecho a la tutela procesal efectiva. El derecho a la motivación debida constituye una garantía fundamental en los supuestos en que con la decisión emitida se afecta de manera negativa la esfera o situación jurídica de las personas. Así, toda decisión que carezca de una motivación adecuada, sufi ciente y congruente, constituirá una decisión arbitraria y, en consecuencia, inconstitucional (por todas, véase la resolución recaída en el Exp. 01243-2011-PA/TC).

9. Más allá de la naturaleza jurídica de la emplazada (aunque, como está acreditado a fojas 203, la emplazada es una empresa del Estado de derecho privado) cabe recordar que el derecho al debido proceso (y por ende, el derecho a la motivación debida) no es exclusivo de las personas que se vean afectadas por las decisiones de las entidades públicas, sino también de las entidades privadas, como la abundante jurisprudencia del Tribunal lo demuestra (por todas, véase la resolución recaída en el Exp. 01612-2003-AA/TC).

10. En el caso de autos, es evidente la agresión del derecho a la motivación debida, pues, como es de verse del acta de sesión de junta general de accionistas Nº 57 de fecha 2009.01.07 de la Empresa prestadora de servicios de saneamiento Sedapar S.A. (f. 5-12), no obra motivación alguna de la emplazada para remover al recurrente como miembro de su directorio (y a la luz de lo expuesto en el fundamento 7, supra, para prohibirle ser designado en un futuro como director de una empresa en la que FONAFE participe como accionista), tan solo consta:

i) La referencia a una breve deliberación en la que la emplazada no aceptó la solicitud del representante de la Municipalidad de Atico, de explicar “las razones por las que se pide la revocatoria de los dos miembros del Directorio” (uno de ellos el recurrente);

ii) La intervención de algunos accionistas, como la del entonces alcalde de la Municipalidad de Bustamante y Rivero, de la que se desprende que las razones por las que se solicitó la remoción del recurrente “fueron ampliamente expuestas y debatidas en una reunión anterior, por lo que debe procederse a cumplir el mandato judicial”.

Sobre el particular cabe hacer notar que no consta en el expediente copia del acta en la que supuestamente constarían las razones por las cuales se solicitó la remoción del recurrente, y más bien sí consta la tacha registral (f. 13) de la inscripción del inicial acuerdo de remoción de directores de la emplazada (uno de ellos el recurrente), suscrita por el Registrador Público de la Zona Registral Nº XII- Sede Arequipa de la SUNARP, acuerdo que se habría tomado en la reunión anterior a que hacía alusión el referido alcalde de Bustamante y Rivero, de modo tal que los acuerdos adoptados en esa reunión no tuvieron consecuencias jurídicas. Finalmente, y no por ello menos importante, conviene resaltar que las supuestas razones de la remoción están relacionadas con el momento de su solicitud y no con la decisión de la remoción en sí.

Adicionalmente cabe aclarar que el hecho de que la referida junta general de accionistas Nº 57 se haya llevado a cabo por mandato judicial (f. 145) no implica que las decisiones que se adopten en dicha junta, y que tengan impacto en los derechos de terceros, prescindan de motivación.

11. A mayor abundamiento, debemos señalar que en la contestación de la demanda la emplazada no opuso argumento de defensa alguno ante la supuesta falta de motivación debida que ocurrió en autos, ya que circunscribió su alegato a que la emplazada tendría la facultad de remover, sin expresión de causa, al recurrente como director de Sedapar en el marco de lo previsto en la Ley General de Sociedades, lo que se descarta a partir de lo expuesto en los fundamentos 9 y 10, supra.

12. Por otra parte, el derecho de defensa se proyecta como un principio de interdicción de ocasionarse indefensión y como un principio de contradicción de los actos procesales que pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes de un proceso o de un tercero con interés, siendo aplicable este razonamiento a las relaciones inter privatos. Al respecto, el Tribunal Constitucional ha sostenido que “(...) el derecho de defensa consiste en la facultad de toda persona de contar con el tiempo y los medios necesarios para ejercerlo en todo tipo de procesos, incluidos los administrativos, lo cual implica, entre otras cosas, que sea informada con anticipación de las actuaciones iniciadas en su contra” [Exp. Nº 0649-2002-AA/TC, fundamento 4].

13. En el presente caso, es evidente la agresión del derecho de defensa del recurrente, pues no obra constancia alguna en el expediente de que la emplazada le haya notifi cado con la convocatoria a la junta general de accionistas Nº 57 de fecha 2009.01.07, ocasión en la que habría podido ejercer su defensa ante los cuestionamientos existentes a su actuación como director (aunque, como ya se ha visto supra, no se tiene certeza de las

razones por las cuales se solicitó su remoción y menos de aquellas que motivaron que ésta se concrete).

Si bien se desprende del mandato judicial (f. 146) que la convocatoria a la referida junta general de accionistas se llevaría a cabo mediante publicación en el diario encargado de los avisos judiciales, cabe precisar que dicha convocatoria estaba restringida a los accionistas, destacando que el recurrente era director y no accionista, por lo que no es aceptable oponer este argumento a la vulneración del derecho de defensa del recurrente.

14. Adicionalmente, debemos añadir que la emplazada no ha negado la vulneración de este derecho a lo largo del proceso, es más, ni siquiera se ha pronunciado sobre el particular.

15. Por último, deben rechazarse los argumentos de la demanda en cuanto a la vulneración del derecho al trabajo, puesto que el recurrente no tenía una relación laboral con la emplazada, y a la no discriminación, por no haberse acreditado dicho extremo.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú,

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda, no obstante la irreparabilidad del agravio producido, por aplicación de lo preceptuado en el segundo párrafo del artículo 1º del Código Procesal Constitucional, al haberse acreditado la vulneración de los derechos de motivación debida y de defensa.

2. Disponer que, en consecuencia, que no podrá oponerse al recurrente la remoción del cargo de director de Sedapar S.A. a la que se arribó en la Junta General de Accionistas Nº 57 de fecha 2009.01.07 de la Empresa Prestadora de Servicios de Saneamiento Sedapar S.A. para los efectos a que se contrae el artículo 25-A del Decreto Supremo Nº 085-2006-EF o la norma que la modifi que.

3. Disponer que Sedapar S.A.. no incurra en adoptar decisiones carentes de motivación y sin observar el derecho de defensa que afecten derechos de terceros, bajo apercibimiento de aplicarle las medidas coercitivas previstas en el artículo 22º del Código Procesal Constitucional, sin perjuicio de la responsabilidad penal que corresponda.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIMESÍA RAMÍREZETO CRUZ

VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO MESÍA RAMÍREZ

Llamado por ley a dirimir la presente discordia, me adhiero al voto de los magistrados Urviola Hani y Eto Cruz, esto es, porque la demanda se declare fundada.

Sr.MESÍA RAMÍREZ

VOTO DE LOS MAGISTRADOS URVIOLA HANIY ETO CRUZ

Con el debido respeto por la posición de mi colega magistrado, emitimos el presente voto singular por las siguientes razones:

1. Con fecha 31 de marzo de 2009, el recurrente interpone demanda de amparo contra la Junta General de Accionistas de la E.P.S. Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Arequipa - Sedapar S.A. y la propia E.P.S. Sedapar S.A., a fi n de que se ordene su reincorporación como miembro del directorio al haberse acordado, en la Junta General de Accionistas Nº 57, del 7 de enero de 2009, su remoción en el referido cargo.

Alega el actor que se han violado sus derechos al debido proceso, al haber sido removido como consecuencia de un procedimiento irregular, sin motivación ni expresión de causa; de defensa, al no haber sido notifi cado para que concurra a la junta en la que fue removido del cargo, ni con el propio documento de remoción; de trabajo, ante la ocurrencia de un despido arbitrario; y a la no discriminación, por razón de sus ideas.

2. La emplazada contesta la demanda el 17 de septiembre de 2010 contradiciéndola, aseverando que la remoción del recurrente como director de Sedapar se realizó en el marco del ejercicio regular de las facultades previstas para los accionistas de una empresa en la Ley General de Sociedades, y deduciendo las excepciones de falta de legitimidad para obrar activa y de prescripción extintiva.

3. El Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de Arequipa, mediante resolución de fecha 14 de marzo de 2011, declaró infundadas las excepciones propuestas y mediante resolución de fecha 22 de junio de 2011, declaró infundada la demanda por estimar que no se ha probado la vulneración de los derechos invocados, por cuanto la remoción del demandante se debió al ejercicio de una atribución o facultad que tiene la Junta General de Accionistas de Sedapar, y porque la relación del demandante con la empresa demandada es la de un Director, que constituye un cargo de confi anza, y no una relación laboral, al no concurrir ninguno de los elementos característicos de ésta.

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48447

4. La Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, mediante resolución de fecha 26 de octubre de 2011, revocando la apelada, declaró improcedente la demanda por estimar que la afectación invocada se ha tornado irreparable, siendo de aplicación, a contrario sensu, el artículo 1º del Código Procesal Constitucional, haciendo referencia a que se procede de manera similar a la forma en que se resolvió el Exp. Nº 00400-2011-PA/TC.

5. Si bien es cierto que el período (noviembre del 2007 a noviembre del 2010) para el que fue elegido el recurrente como miembro del Directorio de la E.P.S SEDAPAR S.A. ya culminó, y que por tanto es válido sostener que la alegada afectación ha devenido irreparable a la fecha de vista ante el Tribunal (16 de marzo de 2012), no menos cierto es que la declaración de sustracción de la materia controvertida no opera automáticamente en todos los casos en los que se advierta la irreparabilidad de la vulneración, tal como se señaló en la STC 4530-2008-HD/TC (fundamento 16º), razón por la cual debe analizarse cada caso en concreto.

6. En efecto, en la STC 4530-2008-HD/TC se indicó que “(…) el Código [Procesal Constitucional] ha previsto de forma expresa que no en todos los supuestos en que el acto lesivo cesó o devino en irreparable luego de presentada la demanda corresponde declarar su improcedencia. En este sentido ha establecido la potestad de la autoridad jurisdiccional para que, atendiendo a las particularidades de cada caso concreto, puede emitir un pronunciamiento estimatorio sobre el fondo de la controversia. Esta facultad tiene por objetivo evitar que actos similares puedan reiterarse en el futuro. Se trata por lo tanto de una opción legislativa acorde con el artículo II del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, que establece como una de las fi nalidades de los procesos constitucionales garantizar la vigencia efectiva de los derechos constitucionales, lo que también se obtiene a través de una tutela procesal preventiva. Cuando se declara fundada una demanda de este tipo no se hace con el objeto de reponer las cosas al estado anterior a la violación o amenaza de violación de los derechos constitucionales (lo cual es imposible), sino con el propósito de evitar que las mismas conductas se vuelvan a repetir (STC Nº 603-2004-AA, fundamento Nº 4) [2] [el agregado es nuestro].

7. En el caso de autos, dos circunstancias determinan que estemos ante un caso singular en el que no cabe declarar la improcedencia de la demanda por haber devenido irreparable la agresión que se denuncia en la demanda, y justifi can ingresar al fondo de la controversia:

i) El artículo 25-A del Decreto Supremo Nº 085-2006-EF –por el cual se modifi ca el Reglamento de la Ley de FONAFE, aprobado por D.S. Nº 072-2000-EF– prescribe que está prohibido ser designado director de una empresa en la que FONAFE participa como accionista, bajo ninguna excepción, aquél que haya sido revocado o removido del directorio de una entidad, organismo o empresa.

Como se ha referido en el fundamento 1 supra, la Junta General de Accionistas de Sedapar acordó remover al recurrente como miembro del directorio de dicha empresa, razón por la cual, a la fecha, el recurrente no está habilitado para ser designado en un futuro director de una empresa en la que FONAFE participe como accionista, situación que se mantendría vigente en caso de que la jurisdicción constitucional se inhiba de conocer el fondo de la controversia, lo cual consideramos que no es tolerable.

Finalmente, en cuanto concierne a este extremo, debe ponerse énfasis en que en el segundo párrafo del artículo 1º del Código Procesal Constitucional se confi ere al juez constitucional la facultad de conocer el fondo de un asunto en el que ha operado la irreparabilidad de la agresión de un derecho constitucional atendiendo al agravio producido. En el caso de autos se está frente a un agravio de efectos continuados como se ha detallado supra, lo que justifi ca ingresar a conocer el fondo de la controversia.

ii) A fojas 117 consta la resolución del Tribunal Constitucional de 4 de mayo de 2010, recaída en el presente proceso, en mérito a la cual se declaró la nulidad de todo lo actuado y se ordenó que se admita a trámite la demanda de autos en razón de un indebido rechazo liminar por parte de las instancias judiciales, de modo tal que pese a que el recurrente interpuso su demanda el 31 de marzo de 2009 (f. 15), la emplazada la contestó recién el 17 de septiembre de 2010 (f. 152) y se dictó sentencia en primera instancia con fecha 22 de junio de 2011 (f. 192) y resolución en segunda instancia con fecha 26 de octubre de 2011 (f. 248).

Se desprende entonces que por razones ajenas al recurrente se ha producido en el proceso de autos una demora irrazonable en la resolución del caso, lo que ha conllevado que el período como director de Sedapar para el que fue elegido el recurrente (noviembre del 2007 a noviembre del 2010) haya expirado, aun a la fecha de expedición de la resolución de primera instancia, de ahí que resulte paradójico que se invoque la sustracción de la materia, pues se estaría, en los hechos, convalidando la demora en que se ha incurrido a nivel judicial.

8. Antes de ingresar al fondo de la controversia, consideramos conveniente referirnos brevemente a la resolución recaída en el Exp. Nº 00400-2011-PA/TC invocada por la Sala revisora como un pronunciamiento que justifi có su decisión, al haber sido el suscrito uno de los seis magistrados del Tribunal que fi rmó la citada resolución.

En efecto, en dicha causa, el Tribunal conoció la pretensión de quien fuera decano de la facultad de derecho de una universidad nacional, a fi n de ser repuesto en el cargo, alegando

la vulneración del derecho al debido proceso. Sin embargo, declaró la sustracción de la materia por cuanto, en el séquito del proceso, ya se había elegido a un nuevo decano de dicha facultad, por lo que era imposible reponer al demandante en el cargo de decano.

Al respecto, existen notorias diferencias entre ese caso y el que nos convoca en autos, como se expondrá a continuación y que permiten concluir que no es aceptable identifi car lo resuelto en el Exp. Nº 00400-2011-PA/TC como un término de comparación válido que sirva como precedente a seguir en la resolución del caso de autos.

En primer lugar, porque en aquella causa no se verifi caba la existencia de una agresión con efectos continuados (no se le prohibía al demandante ser elegido a futuro decano de la facultad de derecho de una universidad) como en el caso de autos, sino de una con efectos instantáneos; y en segundo término, porque el estado del proceso es distinto; en aquella causa el Tribunal la conoció tras un rechazo liminar de la demanda por las instancias judiciales, mientras que en el caso de autos, el Tribunal la conoce luego de haber revocado el rechazo liminar de la demanda, de que la emplazada contestara la demanda y de que las instancias judiciales se hayan pronunciado, incluso por el fondo, como ocurrió en el caso del a quo.

9. Conforme este Tribunal ha precisado en reiterada jurisprudencia, en todo Estado constitucional y democrático de derecho, la motivación debida de las decisiones de las entidades públicas –sean o no de carácter jurisdiccional– es un derecho fundamental que forma parte del contenido esencial del derecho a la tutela procesal efectiva. El derecho a la motivación debida constituye una garantía fundamental en los supuestos en que con la decisión emitida se afecta de manera negativa la esfera o situación jurídica de las personas. Así, toda decisión que carezca de una motivación adecuada, sufi ciente y congruente, constituirá una decisión arbitraria y, en consecuencia, sería inconstitucional (por todas, véase la resolución recaída en el Exp. 01243-2011-PA/TC) (el subrayado es nuestro).

10. Más allá de la naturaleza jurídica de la emplazada (aunque, como está acreditado a fojas 203, la emplazada es una empresa del Estado de derecho privado) cabe recordar que el derecho al debido proceso (y por ende, el derecho a la motivación debida) no es exclusivo de las personas que se vean afectadas por las decisiones de las entidades públicas, sino también de las entidades privadas, como la abundante jurisprudencia del Tribunal lo demuestra (por todas, véase la resolución recaída en el Exp. 01612-2003-AA/TC).

11. En el caso de autos, es evidente la agresión del derecho a la motivación debida, pues, como es de verse del acta de sesión de junta general de accionistas Nº 57 de fecha 2009.01.07 de la Empresa prestadora de servicios de saneamiento Sedapar S.A. (f. 5-12), no obra motivación alguna de la emplazada para remover al recurrente como miembro de su directorio (y a la luz de lo expuesto en el fundamento 7, supra, para prohibirle ser designado en un futuro director de una empresa en la que FONAFE participe como accionista); tan solo consta:

i) La referencia a una breve deliberación en la que la emplazada no aceptó la solicitud del representante de la Municipalidad de Atico, de explicar “las razones por las que se pide la revocatoria de los dos miembros del Directorio” (uno de ellos el recurrente).

ii) La intervención de algunos accionistas, como la del entonces alcalde de la Municipalidad de Bustamante y Rivero, de la que se desprende que las razones por las que se solicitó la remoción del recurrente “fueron ampliamente expuestas y debatidas en una reunión anterior, por lo que debe procederse a cumplir el mandato judicial”.

Sobre el particular, cabe hacer notar que no consta en el expediente copia del acta en la que supuestamente constarían las razones por las cuales se solicitó la remoción del recurrente, y más bien sí consta la tacha registral (f. 13) de la inscripción del inicial acuerdo de remoción de directores de la emplazada (uno de ellos el recurrente), suscrita por el registrador público de la Zona Registral Nº XII- Sede Arequipa de la SUNARP, acuerdo que se habría adoptado en la reunión anterior a que hacía alusión el referido alcalde de Bustamante y Rivero, de modo tal que los acuerdos adoptados en esa reunión no tuvieron consecuencias jurídicas. Finalmente, y no por ello menos importante, conviene resaltar que las supuestas razones de la remoción están relacionadas con el momento de su solicitud y no con la decisión de la remoción en sí.

Adicionalmente cabe aclarar que el hecho de que la referida junta general de accionistas Nº 57 se haya llevado a cabo por mandato judicial (f. 145) no implica que las decisiones que se adopten en dicha junta, y que tengan impacto en los derechos de terceros, prescindan de motivación.

A mayor abundamiento, se debe señalar que en la contestación de la demanda la emplazada no opuso argumento de defensa alguno ante la supuesta falta de motivación debida que ocurrió en autos, ya que circunscribió su alegato a que la emplazada tendría la facultad de remover, sin expresión de causa, al recurrente como director de Sedapar en el marco de lo previsto en la Ley General de Sociedades, lo que se descarta a partir de lo expuesto en los fundamentos 9 y 10, supra.

12. Por otra parte, el derecho de defensa se proyecta como un principio de interdicción de ocasionarse indefensión y como un principio de contradicción de los actos procesales que pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes de

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48448 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

un proceso o de un tercero con interés, siendo aplicable este razonamiento a las relaciones inter privatos. Al respecto, el Tribunal Constitucional ha sostenido que “(...) el derecho de defensa consiste en la facultad de toda persona de contar con el tiempo y los medios necesarios para ejercerlo en todo tipo de procesos, incluidos los administrativos, lo cual implica, entre otras cosas, que sea informada con anticipación de las actuaciones iniciadas en su contra” [Exp. Nº 0649-2002-AA/TC, fundamento 4].

13. En el presente caso, es evidente la agresión del derecho de defensa del recurrente, pues no obra constancia alguna en el expediente de que la emplazada le haya notifi cado con la convocatoria a la junta general de accionistas Nº 57 de fecha 2009.01.07, ocasión en la que habría podido ejercer su defensa ante los cuestionamientos existentes a su actuación como director (aunque, como ya se ha visto supra, no se tiene certeza de las razones por las cuales se solicitó su remoción y menos de aquellas que motivaron que ésta se concrete).

Si bien se desprende del mandato judicial (f. 146) que la convocatoria a la referida junta general de accionistas se llevaría a cabo mediante publicación en el diario encargado de los avisos judiciales, cabe precisar que dicha convocatoria estaba restringida a los accionistas, destacando que el recurrente era director y no accionista, por lo que no es aceptable oponer este argumento a la vulneración del derecho de defensa del recurrente.

Adicionalmente, vale añadir que la emplazada no ha negado la vulneración de este derecho a lo largo del proceso, es más, ni siquiera se ha pronunciado sobre el particular.

14. Por último, deben rechazarse los argumentos de la demanda referidos a la vulneración del derecho al trabajo, puesto que el recurrente no tenía una relación laboral con la emplazada, y a la no discriminación, por no haberse acreditado dicho extremo.

Atendiendo a lo expuesto en los fundamentos 11 y 13 del presente voto, y conforme a lo preceptuado en el segundo párrafo del artículo 1º del Código Procesal Constitucional, estimamos que no obstante la irreparabilidad del agravio producido, se debe declarar FUNDADA la demanda, al haberse acreditado la vulneración de los derechos de motivación debida y de defensa, razón por la cual no podrá oponerse al recurrente la remoción del cargo de director de Sedapar S.A., la cual se acordó en la junta general de accionistas Nº 57 de fecha 2009.01.07 de la Empresa prestadora de servicios de saneamiento Sedapar S.A. para los efectos a que se contrae el artículo 25-A del Decreto Supremo Nº 085-2006-EF o la norma que la modifi que; y disponer que Sedapar S.A. no incurra en el error de adoptar decisiones carentes de motivación y sin observar el derecho de defensa que afecten derechos de terceros, bajo apercibimiento de aplicarle las medidas coercitivas previstas en el artículo 22º del Código Procesal Constitucional, sin perjuicio de la responsabilidad penal que corresponda.

SS.

URVIOLA HANIETO CRUZ

VOTO DEL MAGISTRADO CALLE HAYEN

Sustento el presente voto en las consideraciones siguientes:

1. Con fecha 31 de marzo de 2009, el recurrente interpone demanda de amparo contra la Junta General de Accionistas de la E.P.S. Sedapar S.A. y la propia E.P.S. Sedapar S.A., a fi n de que se ordene su reincorporación como miembro del Directorio al haberse acordado, en la Junta General de Accionistas Nº 57, del 7 de enero de 2009, su remoción en el referido cargo. Alega el actor que se han violado sus derechos al debido proceso –al haber sido removido como consecuencia de un procedimiento irregular, sin motivación ni expresión de causa– y de defensa, al no haber sido notifi cado para que concurra a la junta en la que fue removido del cargo, ni con el propio documento de remoción.

2. El Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de Arequipa, mediante resolución de fecha 22 de junio de 2011, declaró infundada la demanda por estimar que no se ha probado la vulneración de los derechos invocados, por cuanto la remoción del demandante se debió al ejercicio de una atribución o facultad que tiene la Junta General de Accionistas de la empresa Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Arequipa-SEDAPAR, y porque la relación del demandante con la empresa demandada sólo es la de un Director, que constituye un cargo de confi anza, y no una relación laboral al no concurrir ninguno de los elementos de toda relación laboral.

3. Por su parte, la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, revocando la apelada, declaró improcedente la demanda por estimar que la afectación invocada se ha tornado irreparable, siendo de aplicación, a contrario sensu, el artículo 1º del Código Procesal Constitucional.

4. Aun cuando en su debida oportunidad este Tribunal declaró la nulidad de todo lo actuado y ordenó que admita a trámite la demanda de autos –en razón de un indebido rechazo liminar–, ahora se advierte que la demanda resulta improcedente por cuanto de autos se desprende que el período para el que el demandante fue elegido como miembro del Directorio de la E.P.S SEDAPAR S.A. ya culminó, toda vez que correspondía de noviembre del año 2007 a noviembre del año 2010, de manera que, a la fecha de vista ante este Tribunal, la alegada afectación ha devenido en irreparable. En consecuencia, se ha producido la sustracción de la materia controvertida, resultando de aplicación, a contrario sensu, el artículo 1º del Código Procesal Constitucional.

Por estas consideraciones, estimo que se debe declarar IMPROCEDENTE la demanda.

SS.

CALLE HAYEN

W-1061050-12

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 01188-2012-AA/TCCAJAMARCAFRANCISCO CORTEZ SANGAY

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 27 días del mes de setiembre de 2012, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Mesía Ramírez, pronuncia la siguiente sentencia, con el fundamento adjunto del magistrado Vergara Gotelli

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Francisco Cortez Sangay contra la sentencia expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca, de fojas 248, su fecha 31 de enero de 2012, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 9 de agosto de 2011 el recurrente interpone demanda de amparo contra la Municipalidad Provincial de Cajamarca, solicitando que se deje sin efecto el despido arbitrario del que fue objeto, y que en consecuencia, se lo reponga en el cargo de obrero de asfaltado y construcción que ocupaba. Manifi esta que laboró ininterrumpidamente bajo el régimen laboral privado, sin suscribir un contrato escrito, desde el 1 de setiembre de 2007 hasta el 20 de julio de 2011, fecha en la que fue despedido sin expresión de una causa justa prevista en la ley pese a que en los hechos se había confi gurado una relación de trabajo a plazo indeterminado por haberse presentado todos los elementos de un contrato de trabajo y haber efectuado una labor de naturaleza permanente; que por tanto al ser despedido arbitrariamente se han vulnerado sus derechos al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario, al debido proceso y de defensa.

El procurador público de la Municipalidad emplazada contesta la demanda argumentando que el recurrente sólo era contratado para efectuar labores temporales y de duración determinada en proyectos específi cos al amparo de lo dispuesto en la Ley Nº 24041 y en el Decreto Supremo Nº 005-90-PCM. Sostiene que el actor no ha acreditado haber laborado ininterrumpidamente durante todo el periodo que señala en su demanda.

El Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de Cajamarca con fecha 19 de setiembre de 2011, declara infundada la demanda por estimar que el régimen laboral privado no se aplica al personal que es contratado para efectuar labores temporales en proyectos específi cos, como es el caso del recurrente, quien prestó servicios en varios proyectos como peón y operario. Refi ere que la contratación temporal del personal obrero depende del presupuesto con el que cuente la municipalidad y de las necesidades de requerimiento de personal eventual que ésta tenga. Manifi esta que no se produjo un despido arbitrario sino que se extinguió el vínculo contractual existente entre las partes por la culminación del proyecto o el agotamiento del presupuesto.

La Sala revisora confi rma la apelada por considerar que el actor no ha probado la continuidad de sus labores y porque su contratación fue exclusivamente para trabajar en proyectos eventuales de duración determinada, efectuando servicios de naturaleza temporal y específi ca. El ad quem señala que no era procedente la reposición del demandante al haber culminado la realización de la última obra para la que fue contratado, no siendo necesaria la suscripción de contratos de trabajo por escrito, por cuanto no constituye una exigencia legal en el caso de un obrero sujeto a las normas que regulan las obras de construcción civil.

El demandante interpone recurso de agravio constitucional contra la sentencia de vista negando que haya sido un trabajador sujeto al régimen de construcción civil conforme concluyó la Sala superior y se ratifi có en los términos de su demanda.

FUNDAMENTOS

1) Delimitación del petitorio

El demandante solicita que se ordene su reposición en el cargo de obrero, sosteniendo que ha sido despedido arbitrariamente puesto que trabajó sin suscribir un contrato escrito y que por tanto en aplicación del artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR se confi guró una relación laboral de naturaleza indeterminada; por lo que solicita que a través del presente proceso se ordene su reincorporación como trabajador a plazo indeterminado. Alega que se han vulnerado sus derechos constitucionales al trabajo y a la

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48449

protección adecuada contra el despido arbitrario, al debido proceso y de defensa.

2) Consideraciones previas

En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativas a la materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, este Tribunal considera que, en el presente caso, corresponde evaluar si el recurrente ha sido objeto de un despido arbitrario conforme señala en su demanda.

3) Sobre la afectación del derecho al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario

3.1 Argumentos del demandante

El actor sostiene que se ha vulnerado su derecho al trabajo y a gozar de una protección adecuada contra el despido arbitrario, toda vez que en los hechos se confi guró una relación laboral a plazo indeterminado por haber trabajado sin celebrarse contratos de trabajo escritos, motivo por el cual solamente podía ser despedido por una causa justa prevista en la ley.

3.2 Argumentos de la municipalidad demandada

La municipalidad demandada argumenta que el actor trabajó en proyectos temporales efectuando labores de naturaleza eventual, y que por ello nunca fue considerado como un trabajador a plazo indeterminado, por lo que no gozaba de estabilidad laboral ni había obligación de contratarlo indefi nidamente.

3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

3.3.1. El artículo 22º de la Constitución Política del Perú establece que: “El trabajo es un deber y un derecho. Es base del bienestar social y medio de realización de una persona”. Mientras que el artículo 27º de la Carta Magna señala que: “La ley otorga al trabajador adecuada protección contra el despido arbitrario”.

3.3.2. Si bien el demandante afi rma haber prestado servicios a la municipalidad demandada desde el 1 de setiembre de 2007, no ha podido acreditar fehacientemente ese hecho, por cuanto en autos únicamente se encuentra probado que laboró desde el 1 de octubre de 2007 hasta que el 20 de julio de 2011, tal como se acredita con la boleta de pago de fojas 22, en la que se consigna que ingresó el 1 de octubre de 2007, mientras que con las boletas de pago obrantes de fojas 8 a 45 se concluye que desde dicha fecha hasta el 20 de julio de 2011 laboró ininterrumpidamente como operario (obrero) y peón en determinadas obras para la Municipalidad emplazada, conforme al artículo 37º de la Ley 27972.

3.3.3 Según el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR: “En toda prestación personal de servicios remunerados y subordinados, se presume la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado. El contrato individual de trabajo puede celebrarse libremente por tiempo indeterminado o sujeto a modalidad. El primero podrá celebrarse en forma verbal o escrita y el segundo en los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”.

3.3.4 Del artículo transcrito puede señalarse que en el régimen laboral peruano el principio de continuidad opera como un límite a la contratación laboral por tiempo determinado. Por ello, este Tribunal, en la STC 1874-2002-AA/TC, precisó que hay una preferencia de la contratación laboral por tiempo indefi nido sobre la contratación de duración determinada, la que tiene carácter excepcional y procede únicamente cuando las labores que se van a prestar (objeto del contrato) son de naturaleza temporal o accidental.

3.3.5 Y es que como resultado de ese carácter excepcional la ley establece formalidades, requisitos, condiciones y plazos especiales para este tipo de contratos, e incluso sanciones cuando a través de estos, utilizando la simulación o el fraude, se pretende evadir la contratación laboral por tiempo indeterminado.

3.3.6 En este sentido el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR opera como un límite a la contratación temporal, ya que sólo los empleadores podrán contratar trabajadores con contratos de trabajo sujetos a modalidad “en los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”, pues en caso contrario el contrato de trabajo será considerado de duración indeterminada.

3.3.7 En el presente caso, no se advierte de autos que las partes hayan celebrado un contrato de trabajo sujeto a modalidad ni ningún otro tipo de contrato, por lo que debe concluirse que las partes no suscribieron un contrato por escrito, habiéndose confi gurado, por tanto, una relación laboral de naturaleza indeterminada Lo cual incluso no ha sido cuestionado ni negado en autos por la municipalidad emplazada; más aún cuando en autos obra un documento de la municipalidad demandada presentado por el actor, en el que se consigna al demandante como “trabajador a plazo indeterminado” (f. 205), cuyo tenor no ha sido cuestionado por la parte demandada. Asimismo, ha quedado acreditado en autos que el demandante percibía una remuneración por el trabajo efectivamente realizado conforme se advierte de las boletas de pago (f. 8 a 45).

3.3.8 En atención a lo antes expuesto y a lo establecido por el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR cabe concluir que entre las partes existió un contrato de trabajo de naturaleza

indeterminada y que por tanto el demandante sólo podía ser despedido por una causa justa prevista en la ley, por lo que la ruptura del vínculo laboral, sustentada en el vencimiento del plazo del contrato, tiene el carácter de un despido arbitrario, frente a lo cual procede la reposición como fi nalidad eminentemente restitutoria de todo proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales.

3.3.9 De otro lado, este Tribunal considera que otro aspecto importante que se debe resaltar es que conforme a lo dispuesto en el Decreto Legislativo Nº 727, únicamente las empresas constructoras de inversión limitada están facultadas para contratar personal para la prestación de servicios bajo el régimen de construcción civil, por lo que no siendo éste el caso de la municipalidad emplazada, la contratación del demandante bajo un supuesto régimen de construcción civil sería fraudulenta, por lo que este Tribunal no comparte la argumentación esgrimida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca.

4) Sobre la afectación de los derechos al debido proceso y de defensa

4.1 Argumentos del demandante

El actor sostiene que se han vulnerado sus derechos al debido proceso y de defensa por cuanto en virtud de lo dispuesto en el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR era un trabajador a plazo indeterminado, y en consecuencia únicamente procedía su despido luego de seguirse un procedimiento en el cual se le haya imputado una causa justa prevista en la ley, y en el que se le haya permitido hacer uso de su derecho de defensa al otorgarsele un plazo para que efectúe sus descargos.

4.2 Argumentos de la municipalidad demandada

La municipalidad demandada argumenta que el actor no era un trabajador a plazo indeterminado y que por tanto no era necesario seguir el procedimiento de despido previsto en el Decreto Supremo Nº 003-97-TR.

4.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

4.3.1. El artículo 139º, inciso 3), de la Constitución Política del Perú establece que: “Son principios y derechos de la función jurisdiccional: (…) 3. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional”. Al respecto, este Tribunal reiteradamente ha establecido que el derecho al debido proceso es aplicable no sólo a nivel judicial sino también en sede administrativa e incluso entre particulares, y supone el cumplimiento de todas las garantías, requisitos y normas de orden público que deben observarse en las instancias procesales de todos los procedimientos, incluidos los administrativos y confl ictos entre privados, a fi n de que las personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto que pueda afectarlas.

Mientras que el inciso 14º del referido artículo de la Carta Magna establece: “El principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del proceso.”

4.3.2. A su vez, se debe resaltar que el artículo 22º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR dispone que: “Para el despido de un trabajador sujeto a régimen de la actividad privada, que labore cuatro o más horas diarias para un mismo empleador, es indispensable la existencia de causa justa contemplada en la ley y debidamente comprobada”. Y el artículo 31º de la referida norma legal establece que: “El empleador no podrá despedir por causa relacionada con la conducta o con la capacidad del trabajador sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los cargos que se le formulare, salvo aquellos casos de falta grave fl agrante en que no resulte razonable tal posibilidad o de treinta días naturales para que demuestre su capacidad o corrija su defi ciencia”.

4.3.3. Habiéndose acreditado en autos que el actor era un trabajador con una relación laboral de naturaleza indeterminada solamente podía ser despedido conforme a lo señalado en el fundamento 4.3.2. supra, por lo que al no haber sido así, la municipalidad demandada ha vulnerado sus derechos al debido proceso y de defensa, en consecuencia corresponde amparar la presente demanda.

4.3.4. Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente caso se ha confi gurado un despido arbitrario, vulneratorio de los derechos al trabajo, al debido proceso y de defensa del actor, reconocido en los artículos 22º y 139º de la Constitución; por lo que la demanda debe estimarse.

4.3.5. Siendo que reiterados casos se ha estimado la demanda de amparo por haberse comprobado un despido arbitrario, el Tribunal considera pertinente señalar que cuando se interponga y admita una demanda de amparo contra una entidad del Estado que tenga por fi nalidad la reposición del demandante, ello debe registrarse como una posible contingencia económica que ha de preverse en el presupuesto, con la fi nalidad de que la plaza que ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimatoria.

En estos casos, la Administración Pública para justifi car el mantenimiento de la plaza presupuestada, tendrá presente que el artículo 7º del Código Procesal Constitucional dispone que “El Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48450 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se afecta el derecho constitucional invocado”.

Con la opinión del procurador público, puede evitarse y preverse gastos fi scales, ya que la Administración Pública puede allanarse a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir con el proceso.

5) Efectos de la Sentencia

5.1. En la medida en que en este caso se ha acreditado que la municipalidad demandada ha vulnerado los derechos constitucionales al trabajo, al debido proceso y de defensa corresponde ordenar la reposición del demandante como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional.

5.2. Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, la entidad emplazada debe asumir los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación de los derechos al trabajo, de defensa y al debido proceso; en consecuencia, NULO el despido de que ha sido objeto el demandante.

2. ORDENAR que la Municipalidad Distrital de Cajamarca reponga a don Francisco Cortez Sangay como trabajador a plazo indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLIMESÍA RAMÍREZ

FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO VERGARA GOTELLI

Emito el presente fundamento de voto por las siguientes consideraciones:

1. En el presente caso el recurrente interpone demanda de amparo contra la Municipalidad Provincial de Cajamarca, con la fi nalidad de que se deje sin efecto el despido arbitrario del que fue objeto, debiéndose disponer su reposición en el cargo de obrero de asfaltado y construcción que ocupaba, por considerar que ha sido objeto de un despido incausado, habiéndose vulnerado sus derechos al trabajo y debido proceso.

Refi ere que laboró para la entidad emplazada desde el 1 de setiembre hasta el 20 de julio de 2011, fecha en que fue separado de la entidad demandada sin que exista causa alguna que justifi que dicho despido. Señala que ha ejercido labores de naturaleza permanente, por lo que estaría sujeto a una relación laboral a plazo indeterminado.

2. En este Caso estamos ante un supuesto singular, puesto que el trabajador no denuncia la desnaturalización de un contrato civil o un contrato a modalidad, sino que su reclamación está dirigida a denunciar el haber sido despedido sin causa justa, puesto que era un trabajador obrero que tenía una relación laboral a plazo indeterminado con la entidad edil emplazada, conforme se observa de las boletas de pago (f. 8 a 45) y un documento de la municipalidad demandada en la cual se consigna al demandante como trabajador a plazo indeterminado (f. 205); de cuyos medios probatorios se corrobora que su condición es considerado como el de obrero. Es decir la misma entidad edil le ha dado al actor un tratamiento de trabajador estable, reconociéndole todos sus derechos laborales. En tal sentido apreciándose de autos que en la realidad el trabajador demandante se encontraba en planillas de la entidad edil, corresponde a este Colegiado verifi car si ha sido despedido por causa justa o no.

3. El artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-IR expresa que “En toda prestación personal de servicios remunerados y subordinados, se presume la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado. El contrato individual de trabajo puede celebrarse libremente por tiempo indeterminado o sujeto a modalidad. El primero podrá celebrarse en forma verbal o escrita y el segundo en los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”.

4. En el caso de autos tenemos que la entidad edil emplazada expresa que el demandante fue contratado de manera temporal, esto es que su labor era de duración determinada, no obstante lo expresado no adjunta medio probatorio alguno que acredite tal afi rmación. En tal sentido se aprecia que en puridad el actor estuvo laborando a través de un contrato verbal, con todas las

características de un contrato laboral, por lo que conforme lo establece el citado artículo del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, el contrato de trabajo al que se encontraba sujeto el actor era indeterminado.

5. Por lo expuesto precedentemente la entidad edil emplazada despidió al recurrente sin que mediara una causa justa, razón por la que este Colegiado considera que su accionar ha sido arbitrario, debiéndose disponer que el demandante sea repuesto como trabajador a plazo indeterminado en el mismo cargo u otro de similar nivel en el plazo de 2 días, con el abono de los costos del proceso.

Por las razones expuestas mi voto es porque se declare FUNDADA la demanda de amparo propuesta, y en consecuencia NULO el despido arbitrario del que ha sido víctima el demandante. Asimismo corresponde disponer que el actor sea repuesto como trabajador a plazo indeterminado en el mismo cargo u otro de similar nivel en el plazo de 2 días, con el abono de los costos del proceso.

S.VERGARA GOTELLI

W-1061050-14

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 4051-2012-PA/TCTUMBESMARÍA ALCIRA SALDARRIAGA RAMÍREZ

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 4 días del mes de enero de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por María Alcira Saldarriaga Ramírez contra la resolución expedida de fojas 222, su fecha 31 de julio de 2012, por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Tumbes, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 9 de marzo de 2011 y escrito subsanatorio del 28 de marzo de 2011, la demandante interpone demanda contra la Municipalidad Provincial de Tumbes solicitando su reposición laboral en el cargo de coordinadora de la Posta Médica San Camilo del asentamiento humano Las Malvinas en Tumbes, y que además se disponga la nulidad del despido incausado del 30 de noviembre de 2010, y de la Resolución de Alcaldía Nº 044-2011-MPT-ALC, del 25 de enero de 2011. Refi ere la demandante que laboró desde el 1 de agosto de 2007 hasta el 30 de noviembre de 2010, fecha en la que recibió la Nota de Coordinación Múltiple Nº 028-2010-G.ADM-SGPER-MPT, de fecha 30 de noviembre de 2010, mediante la cual se daba por culminada su relación laboral, confi gurándose un despido incausado, toda vez que al haber realizado sus labores de manera subordinada, cumpliendo un horario de trabajo y percibiendo una remuneración mensual en contraprestación con las mismas, no podía ser despedida sino sólo por justa causa y luego de un procedimiento con todas las garantías, por lo que en el presente caso se vulneró su derecho constitucional al trabajo.

El procurador Público de la Municipalidad Provincial de Tumbes contesta la demanda solicitando que se la declare improcedente, señalando que la demandante estaba sujeta a un contrato administrativo de servicios - CAS, en el marco del régimen del Decreto Legislativo Nº 1057, y que para resolver el presente caso se necesita de una etapa probatoria.

El Juzgado Mixto de la Corte Superior de Justicia de Tumbes, mediante resolución del 2 de enero de 2012, de fojas 165, declaró fundada la demanda por considerar que en los hechos la demandante se desempeñaba como una trabajadora sujeta a un contrato de trabajo a plazo indeterminado.

La Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Tumbes revocó la decisión del Juzgado y declaró infundada la demanda, por considerar que en el caso de autos no existió despido alguno, sino la conclusión de la relación laboral de la demandante por haberse cumplido la fecha de vencimiento especifi cada en su contrato.

FUNDAMENTOS

Procedencia de la demanda

1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la reposición de la demandante en el cargo que venía desempeñando, por haber sido objeto de despido arbitrario. Se alega que la demandante fue separada de su puesto de trabajo de manera incausada, pues no obstante lo señalado en los documentos, en los hechos se desempeñó como un trabajadora de la entidad sujeta a plazo indeterminado, por lo que no podía ser separada de su cargo sino sólo por causa justa y luego de un procedimiento con todas las garantías.

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48451

2. Por su parte la emplazada manifi esta que la demandante no fue despedida, sino que dejó de prestar servicios en la entidad por el vencimiento de su último contrato administrativo de servicios.

3. Considerando los argumentos expuestos por las partes y los criterios de procedencia establecidos en el precedente vinculante de la STC Nº 00206-2005-PA/TC, en el presente caso corresponde evaluar si la demandante ha sido objeto de un despido incausado.

Análisis de la controversia

4. Para resolver la controversia planteada conviene recordar que en las SSTC 00002-2010-PI/TC y 03818-2009-PA/TC, así como en la RTC Nº 00002-2010-PI/TC, este Tribunal ha establecido que el régimen de protección sustantivo – reparador contra el despido arbitrario previsto en el régimen laboral especial del contrato administrativo de servicios guarda conformidad con el artículo 27º de la Constitución.

Consecuentemente en el proceso de amparo no corresponde analizar si con anterioridad a la suscripción del contrato administrativo de servicios, los servicios que presta el demandante, conforme señaló en la demanda, fueron desnaturalizados, pues en el caso que ello hubiese ocurrido, dicha situación de fraude constituiría un período independiente del inicio del contrato administrativo de servicios, lo que es constitucional.

5. Hecha la precisión que antecede cabe señalar que de fojas 51 a 102 obran copias de los Contratos Administrativos de Servicios suscritos por la demandante y la entidad demandada, con lo que queda demostrado que la demandante ha mantenido una relación a plazo determinado sujeta a un contrato administrativo de servicios que culminó al vencer el plazo del contrato, es decir, el 30 de noviembre de 2010, conforme al artículo 13.1.H) del Decreto Supremo 075-2008-PCM, por lo que corresponde desestimar la demanda en el presente caso pues no se ha afectado derecho constitucional alguno.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda, porque no se ha acreditado la vulneración del derecho alegado.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

W-1061050-17

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 00149-2012-PA/TCPIURASINDICATO DE TRABAJADORES DE ELECTRONORESTE S.A. REGIÓN GRAU

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 28 días del mes de noviembre de 2012, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados, Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por el Sindicato de Trabajadores de Electronoreste S.A. Región Grau contra la sentencia expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, de fojas 460, su fecha 28 de octubre de 2011, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Mediante demanda de fecha 24 de agosto de 2010 y escrito subsanatorio de fecha 13 de septiembre de 2010, el Sindicato recurrente interpone demanda de amparo contra Electronoroeste S.A. (ENOSA) y Rafetec Contratistas Generales S.A.C; solicitando que cesen las amenazas a sus derechos constitucionales al trabajo, a la estabilidad laboral, a la participación en las utilidades, a la libertad sindical y a la negociación colectiva, y que en consecuencia se declare la inaplicabilidad del contrato de tercerización Nº 130-2010/ /ELECTRONOROESTE S.A., de fecha 19 de abril de 2010, celebrado entre la emplazada y la empresa Rafatec Contratistas Generales S.A.C; sobre “Servicio de actividades de mantenimiento, operaciones y atención de emergencias. Pequeñas ampliaciones y remodelaciones del Sistema de Distribución de las empresas del Grupo Distriluz” en la Zona I (Piura – Alto Piura y Bajo Piura) y en Zona II (Sullana – Paita), así como el abono de los costos del proceso. Refi eren que la aplicación del contrato citado afectaría a los técnicos sindicalizados que laboran en el área de emergencia de la Unidad de Distribución de Piura de la Gerencia de Distribución: don César Augusto Silva Yarlequé, don Darwin Ubillús Manrique,

don Javier Espinoza Pardo, don Alez Guerrero Ramírez, don Oscar Briceño Ayala, don Eduardo Zapata Sullón, don Miguel Palacios Celi, don José Macalupu Jiménez, don Roger Reátegui Rategui y don Segundo Nima Acha; de las diferentes Unidades de Negocios de Paita: don Julio Zapata Yovera y don Henry Ávila Chavez; a los técnicos que han sido repuestos por mandato judicial: don Daniel Alexander Espinoza Mendoza, don Fredy Omar Rufasto Vásquez, don Roberto Wun Alcocer, don Percy Ruiz Yamunaque y don Rigoberto Masquez Lescano; de la Unidad de Negocios de Sullana: don Marcelino Guzmán Morán, don Junior Ipanaqué Varillas, don Willian Castillo Infante y don Carlos Mitac Herrera, de la Unidad de Negocios de Sechura del Bajo Piura: don Jorge de los Santos y de la Unidad de Negocios Chulucanas del Alto Piura: a don Ernesto Aguilar Huamán, por cuanto podría traer como consecuencia el despido de trabajadores afi liados o su disminución, la misma que conduciría a la cancelación del Registro del Sindicato y su consecuente desaparición como organismo gremial, lo que sostienen ya habría ocurrido en anterior oportunidad. Agregan que el personal de la empresa tercerizadora laborará en operaciones productivas que se encuentran a cargo del personal técnico de la emplazada, por lo que la tercerización de servicios ha sido realizada con la única intención y/o efecto de limitar y/o perjudicar la libertad sindical de los recurrentes.

El representante de la empresa ENOSA propone la excepción de prescripción y contesta la demanda señalando que este tipo de reclamos sobre supuestas violaciones de sus derechos sindicales por parte del Sindicato ya ha sido anteriormente materia de inspección por la Autoridad Administrativa de Trabajo, a través del Exp. Nº AI-708-2009-DRTPE-PIURA-SDNCIHSO, inspección en la cual se realizaron las respectivas diligencias de las cuales participaron los dirigentes sindicales, concluyéndose mediante el respectivo Informe Final de Actuación Inspectiva que no se había desnaturalizado la intermediación y tercerización denunciada por el Sindicato, expediente que a la fecha se encuentra archivado. Respecto a la amenaza o merma en sus remuneraciones por aplicación de este sistema, precisa que con los medios probatorios presentados en autos se puede verifi car que los supuestos afectados se mantienen en sus mismos niveles laborales y perciben sus remuneraciones sin modifi cación alguna; asimismo sostienen que la tercerización de algunas de sus actividades se encuentra debidamente amparada en las disposiciones legales sobre la materia y se sustenta en una serie de razones técnicas de las cuales los demandantes tienen conocimiento; por otra parte, la demandada señala que el crecimiento económico de la región, proveniente de grandes inversiones en el campo industrial y de comercio, ha signifi cado el incremento de clientes y, por ende, de la demanda de energía eléctrica, y que para cumplir con este objetivo se requiere incrementar la infraestructura de redes, principalmente la de distribución, lo que genera una mayor actividad necesaria para atender las actividades corrientes del negocio; y que aunado a ello las exigencias del Organismo Supervisor de Energía traen consigo mayor actividad en las remodelaciones, actividades de mantenimiento y atención oportunas de reclamos y/o emergencia. Por otro lado están las directivas dictadas por FONAFE prohibiendo la contratación y/o nombramiento de nuevo personal, limitaciones que se producen en todas las empresas del Estado Ley Nº 24948 y en todos los organismos del Estado, es por ello que el servicio es atendido para algunas actividades con personal propio y, según necesidad, especialización o incrementos de actividades, vía contratos de tercerización.

El gerente general de RAFATEC formula nulidad de todo lo actuado a efectos de que se le proceda a notifi car válidamente a su representada, a fi n de poder ejercer su derecho de defensa.

El Segundo Juzgado Civil de Piura, con fecha 10 de enero de 2011, declaró infundada la nulidad propuesta por RAFETEC; con fecha 3 de marzo de 2011, declaró infundada la excepción propuesta; con fecha 22 de agosto de 2011, declaró infundada la demanda por estimar que la tercerización signifi ca para las organizaciones un ahorro de costos, siendo que una de las ventajas estratégicas que se ofrece a las empresas que deciden implementar un outsourcing es el conocimiento de las tecnologías, el acceso a mejores procesos o efi ciencias que le ofrece la empresa tercerizadora al poder aprender sobre procedimientos de gestión más efi cientes. No obstante el Sindicato demandante ha confundido las fi guras de intermediación con la fi gura de tercerización, las mismas que son distintas.

La Sala Superior competente confi rmó la apelada por considerar que no se ha probado en autos que con los efectos contractuales, el desenvolvimiento de las operaciones y la realización de actividades por la empresa RAFETEC se pueda llegar a afectar las labores de los trabajadores.

El Sindicato recurrente interpone recurso de agravio constitucional en contra de la sentencia de vista con los mismos argumentos de la demanda.

FUNDAMENTOS

1) Delimitación del petitorio

El Sindicato recurrente solicita que cesen las amenazas a sus derechos constitucionales al trabajo, a la estabilidad laboral, a la participación en las utilidades, a la libertad sindical y a la negociación colectiva, y que en consecuencia se declare la inaplicabilidad del contrato de tercerización Nº 130-2010/ /ELECTRONOROESTE S.A., de fecha 19 de abril de 2010, celebrado entre la emplazada y la empresa Rafatec Contratistas Generales S.A.C., por cuanto dicha aplicación conllevaría despidos al interior del Sindicato.

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48452 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

2) Consideraciones previas

En atención al precedente establecido en la STC 00206-2005-PA/TC, el proceso de amparo constituye la vía idónea, efi caz y satisfactoria para proteger el derecho a la libertad sindical en caso de que su ejercicio sea amenazado de manera cierta e inminente o vulnerado de manera manifi esta.

3) Sobre la afectación del derecho al trabajo

3.1 Argumentos del sindicato demandante

El Sindicato sostiene que se está amenazando su derecho al trabajo, toda vez que la aplicación del contrato de tercerización celebrado por su empleadora afectaría a los técnicos sindicalizados que laboran en el área de emergencia de la Unidad de Distribución de Piura, por cuanto estos serían reemplazados por los trabajadores de la empresa tercerizadora de forma paulatina.

3.2 Argumentos de la empresa emplazada

La parte demandada argumenta que el contrato de tercerización no afecta el derecho al trabajo del Sindicato, tal como ya ha sido corroborado por la Autoridad Administrativa de Trabajo, la misma que determinó que no se había desnaturalizado la intermediación y tercerización denunciada por el Sindicato.

3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

3.3.1. El artículo 22º de la Constitución Política del Perú establece que: “El trabajo es un deber y un derecho. Es base del bienestar social y medio de realización de una persona”. Mientras que el artículo 27º de la carta magna señala que: “La ley otorga al trabajador adecuada protección contra el despido arbitrario”.

En tal sentido, cabe resaltar que el contenido esencial del derecho al trabajo implica dos aspectos: el de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto implica un desarrollo progresivo y según las posibilidades económicas del Estado. El segundo aspecto trata del derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido salvo por causa justa.

3.3.2 El Tribunal Constitucional, en reiterada línea jurisprudencial (cf. STC Nº 2593-2003-AA/TC, 3125-2004-AA/TC y 05259-2008-AA/TC), ha señalado que para que pueda tutelarse los derechos vulnerados a través de los procesos constitucionales, la amenaza de violación de un derecho constitucional debe ser cierta y de inminente realización; es decir, el perjuicio debe ser real, efectivo, tangible, concreto e ineludible, excluyendo del amparo aquellos perjuicios que escapan a una captación objetiva. En consecuencia, para que sea considerada cierta, la amenaza debe estar fundada en hechos reales y de inminente realización, esto es, que el perjuicio ocurra en un futuro inmediato, y no en uno remoto. A su vez, el perjuicio que se ocasione en el futuro debe ser real (es decir, que inequívocamente menoscabará alguno de los derechos tutelados); tangible (que se perciba de manera precisa), e ineludible (que implique irremediablemente una violación concreta).

3.3.3 Del análisis del caso de autos, se desprende que la “amenaza” que sustentaría la pretensión del Sindicato recurrente no cumple los requisitos antes señalados. En efecto, aunque el Sindicato refi ere que la aplicación del contrato de tercerización Nº 130-2010/ /ELECTRONOROESTE S.A., de fecha 19 de abril de 2010 afectaría el derecho al trabajo de los técnicos sindicalizados que laboran en el área de emergencia de la Unidad de Distribución de Piura, por cuanto el personal de la empresa tercerizadora laborará en operaciones productivas que se encuentran a cargo del personal técnico de la emplazada, también es cierto que ello, por sí mismo, no convierte tal contrato en una amenaza cierta e inminente, por cuanto de acuerdo a lo señalado en el Decreto Supremo Nº 006-2008-TR, Reglamento de la Ley Nº 29245 y del Decreto Legislativo N. 1038, que regulan los servicios de tercerización, la tercerización

Es una forma de organización empresarial por la que una empresa principal encarga o delega el desarrollo de una o más partes de su actividad principal a una o más empresas tercerizadoras, que le proveen de obras o servicios vinculados o integrados a la misma.

3.3.4 En autos no obra instrumental alguna de la cual se desprenda que el citado contrato, por sí mismo, implique que sea arbitrario o lesivo de los derechos que alega el Sindicato.

3.3.5 En consecuencia la amenaza invocada se sustenta en una suposición de los posibles actos a realizar por la emplazada, observándose que no se encuentran indicios de que la demandada pretenda despedir a los trabajadores que laboran en el área de emergencia de la Unidad de Distribución de Piura de la Gerencia de Distribución, por lo que dicho contrato no implica que se vaya a atentar contra los derechos constitucionales invocados, ni que ello sucedería en el futuro. Más aún cuando de la conclusión del Informe Final de Actuaciones Inspectivas, de fecha 10 de enero de 2011 (ff. 360 a 363), se concluye que la inspeccionada cumple con lo requerido por la Autoridad Administrativa de Trabajo, respecto al contrato de locación de servicios celebrado entre otros con la empresa Rafetec Contratistas Generales S.A.C.

3.3.6. Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente caso no se ha acreditado que la amenaza denunciada sea cierta

o inminente o que se haya vulnerado los derechos al trabajo, a la estabilidad laboral, a la participación en las utilidades, a la libertad sindical y a la negociación colectiva, por lo que no procede estimar la presente demanda.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda, porque no se ha acreditado que el contrato de tercerización Nº 130-2010/ELECTRONOROESTE S.A vulnere los derechos alegados.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

W-1061050-18

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 02187-2012-PA/TCLAMBAYEQUEINOCENCIO CARRASCAL TAPIA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 12 días del mes de marzo de 2013 la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia, con el fundamento de voto del magistrado Vergara Gotelli, que se agrega

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Inocencio Carrascal Tapia contra la sentencia expedida por la Sala Descentralizada Mixta y de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, de fojas 216, su fecha 27 de marzo de 2012, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 12 de enero de 2011 el recurrente interpone demanda de amparo contra el alcalde de la Municipalidad Distrital de Santo Tomás – Cutervo, don Homero Pérez Cardozo, solicitando que se deje sin efecto el despido arbitrario del que ha sido víctima, y que por consiguiente se le reincorpore en el cargo de operador de máquina pesada – tractor oruga que venía desempeñando. Manifi esta que prestó servicios ininterrumpidamente desde el 2 de julio de 2003 hasta el 3 de enero de 2011, inicialmente bajo el régimen de contrato de locación de servicios personales y a partir del 1 de octubre de 2003 hasta el 31 de diciembre de 2009, bajo el régimen de contratos a plazo fi jo, por lo que estaba protegido por la Ley Nº 24041, pese a lo cual ha sido despedido sin expresión de causa.

El alcalde de la municipalidad emplazada propone las excepciones de falta de agotamiento de la vía administrativa, incompetencia por razón de territorio y de prescripción, y contesta la demanda solicitando que se declare la nulidad del auto admisorio e infundada o improcedente la demanda, manifestando que el demandante no ha concurrido a trabajar ningún día del año 2011, lo cual fue constatado por el juez de paz del distrito, desconociendo asimismo si con anterioridad a dicha fecha ha sido servidor de la emplazada, dejando constancia de que de acreditarse que el demandante ha sido trabajador de la Municipalidad se iniciará el proceso administrativo disciplinario correspondiente, por no haber asistido a laborar. Agrega que las consecuencias que se deriven de los despidos de los servidores públicos o del personal que sin tener tal condición laboral para el sector público deben dilucidarse en la vía contencioso-administrativa por ser la idónea, adecuada e igualmente satisfactoria, conforme al inciso 2), artículo 5º, del Código Procesal Constitucional.

El Segundo Juzgado Mixto de Cutervo, con fecha 7 de noviembre de 2011, declaró infundadas las excepciones propuestas y la nulidad del auto admisorio, y con fecha 21 de diciembre de 2011 declara fundada la demanda por considerar que el cargo de operador de máquina pesada – tractor oruga es una función de obrero y que además, atendiendo a que la municipalidad emplazada no ha probado en autos que el demandante pertenezca al régimen laboral público pese a haber sido requerido, habiéndose acreditado la relación laboral entre las partes por aplicación del principio de la primacía de la realidad, queda establecido que su labor era de naturaleza permanente y no temporal, por lo que habiendo superado el periodo de prueba, alcanzó la protección contra el despido arbitrario, y al haberse determinado que entre las partes existía una relación de naturaleza indeterminada, no podía ser despedido sino por una causa justa.

La Sala superior revisora revoca la apelada y declara improcedente la demanda por haberse determinado que la pretensión se debió haber tramitado en el proceso contencioso

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48453

administrativo, en aplicación del numeral 2) del artículo 5º del Código Procesal Constitucional.

El demandante interpone recurso de agravio constitucional contra la sentencia de vista señalando que existe una errónea interpretación de la Sala, en razón de que nunca se desempeñó como empleado público, sino como obrero, pues solo cuenta con estudios de nivel primario, desconociendo los regímenes laborales existentes, y asimismo señala que se deberá tener en cuenta que no ha realizado labores administrativas sino manuales.

FUNDAMENTOS

1) Cuestión previa

En primer lugar resulta necesario determinar cuál es el régimen laboral al cual estuvo sujeto el demandante a efectos de poder verifi car la competencia de este Tribunal para conocer la controversia planteada. Al respecto, de lo actuado se acredita que el recurrente laboró como obrero para la entidad emplazada sujeto al régimen laboral de la actividad privada, según lo prescrito por el artículo 37º de la Ley Nº 27972, Orgánica de Municipalidades.

2) Delimitación del petitorio

El recurrente solicita en concreto que se declare sin efecto el despido del que fue objeto. Consecuentemente requiere que se le reincorpore como obrero, específi camente como operario de máquina pesada – tractor oruga de la municipalidad emplazada, labor de naturaleza permanente que siempre ha desempeñado. Alega que se ha vulnerado su derecho constitucional al trabajo.

3) Consideraciones previas

En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativas a la materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, este Tribunal considera que, en el presente caso, corresponde evaluar si el recurrente ha sido objeto de un despido incausado conforme señala en su demanda.

4) Sobre la afectación del derecho al trabajo

4.1 Argumentos del demandante

El actor sostiene que se ha vulnerado su derecho al trabajo, toda vez que venía efectuando labores permanentes para la municipalidad emplazada y que no obstante estar protegido por la Ley Nº 24041, ha sido despedido sin expresión de causa.

4.2 Argumentos de la entidad demandada

La parte demandada sostiene que el demandante no ha concurrido a trabajar ningún día del año 2011, lo cual fue constatado por el juez de paz del distrito, desconociendo asimismo si con anterioridad a dicha fecha ha sido servidor de la emplazada, dejando constancia de que de acreditarse que el demandante ha sido trabajador de la Municipalidad se iniciará el proceso administrativo disciplinario correspondiente, por no haber asistido a laborar.

4.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

4.3.1. El artículo 22º de la Constitución Política del Perú establece que: “El trabajo es un deber y un derecho. Es base del bienestar social y medio de realización de una persona”. Mientras que el artículo 27º de la carta magna señala que: “La ley otorga al trabajador adecuada protección contra el despido arbitrario”.

En tal sentido, cabe resaltar que el contenido esencial del derecho al trabajo implica dos aspectos: el de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto implica un desarrollo progresivo y según las posibilidades económicas del Estado. El segundo aspecto trata del derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido salvo por causa justa.

4.3.2. La cuestión controvertida consiste en determinar si entre las partes existía o no un contrato de trabajo a plazo indeterminado. Ello es necesario a efectos de aplicar el principio de primacía de la realidad, en cuyo caso el demandante solo podía haber sido despedido por una causa justa relacionada con su conducta o capacidad laboral.

4.3.3 En tal sentido, cabe señalar que con respecto al principio de primacía de la realidad, que es un elemento implícito en nuestro ordenamiento jurídico y, concretamente, impuesto por la propia naturaleza tuitiva de nuestra Constitución, se ha precisado, en la STC Nº 1944-2002-AA/TC, que: “(...) en caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que fl uye de los documentos, debe darse preferencia a lo primero; es decir, a lo que sucede en el terreno de los hechos” (Fund. 3).

4.3.4 De autos se desprende que el recurrente prestó servicios primero bajo el régimen de contrato de locación de servicios personales desde el 1 de julio hasta el 30 de septiembre de 2003 (ff. 1 y 2); después bajo el régimen de contratos de servicios personales a plazo fi jo desde el 1 de octubre de 2003 hasta el

31 de diciembre de 2009 (f. 3 a 16); luego conforme obra de “las planillas de remuneraciones empleados SNP” desde enero a diciembre de 2010 (f. 102 a 113) como operador de tractor de oruga, confi rmándose que el demandante ha prestado servicios de manera ininterrumpida, desde el primero de julio de 2003 hasta el 3 de enero de 2011. Es decir, en el presente caso se acredita que en realidad realizaba labores inherentes a los obreros. Esta califi cación se ve corroborada con lo señalado en la primera cláusula del contrato de locación de servicios personales (f. 1 y 2), pues en éste se señala que se contrata los servicios del operador de tractor para realizar las diferentes trochas carrozables.

Al respecto, cabe reiterar que este Tribunal, en uniforme jurisprudencia, ha establecido que las labores que realiza un operario-chofer de maquinaria pesada no son de carácter temporal, sino que más bien son de naturaleza permanente (Exp. 00180-2012-PA/TC).

4.3.5 Debe destacarse que tampoco podrían ser consideradas como materia de contratación bajo la modalidad de servicios personales a plazo fi jo, debido a que se ha acreditado que en realidad el actor prestaba servicios en calidad de obrero; por lo que de conformidad con el artículo 37º de la Ley 27972, que establece que los obreros municipales están sujetos al régimen laboral de la actividad privada, debe entenderse que es éste el régimen laboral aplicable al demandante, careciendo de validez la califi cación que hizo la Municipalidad demandada en los contratos de servicios personales a plazo fi jo, pues es contraria a la mencionada ley.

4.3.6 En consecuencia, conforme se advierte de la constancia policial, obrante a fojas 19, la emplazada ha despedido al demandante sin haberle expresado causa alguna relacionada con su conducta o su desempeño laboral que justifi que dicha decisión, vulnerando de esta manera su derecho constitucional al trabajo, razón por la cual se confi gura un despido incausado.

4.3.7 Finalmente, debe precisarse que mediante el Ofi cio Nº 064-2011.-JIPM-C/MGC, de fecha 18 de agosto de 2011 (f. 99), se ordenó al alcalde de la Municipalidad emplazada que informe sobre el régimen laboral al cual perteneció el demandante; no obstante, la emplazada no cumplió con lo ordenado, no obrando en autos instrumental que acredite lo argumentado por la demandada.

4.3.8 Teniendo presente que existen reiterados casos en los que se estima la demanda de amparo por haberse comprobado un despido arbitrario, conviene señalar que cuando se interponga y admita una demanda de amparo contra la Administración Pública cuya fi nalidad sea la reposición del demandante, ello debe registrarse como una posible contingencia económica que tiene que preverse en el presupuesto, con la fi nalidad de poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimatoria.

En estos casos, la Administración Pública, para justifi car el mantenimiento de la plaza presupuestada tendrá presente que el artículo 7º del C.P.Const. dispone que “El Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se afecta el derecho constitucional invocado”.

Con la opinión del procurador público, puede evitarse y preverse gastos fi scales, ya que la Administración Pública puede allanarse a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir con el proceso.

5) Efectos de la Sentencia

5.1. En la medida en que en este caso se ha acreditado que la entidad demandada ha vulnerado el derecho constitucional al trabajo corresponde ordenar la reposición del demandante como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional.

5.2. Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, la entidad emplazada debe asumir los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación del derecho al trabajo; en consecuencia, NULO el despido de que ha sido objeto el demandante.

2. ORDENAR que la Municipalidad Distrital de Santo Tomás – Cutervo reponga a don Inocencio Carrascal Tapia como trabajador a plazo indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48454 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO VERGARA GOTELLI

Emito el presente fundamento de voto por las siguientes consideraciones:

1. En el presente caso el recurrente interpone demanda de amparo contra la Municipalidad Distrital de Santo Tomás – Cutervo, con la fi nalidad de que se disponga su reposición en el cargo de operador de maquinaria pesada – tractor oruga que venía desempeñando, por considerar que ha sido objeto de un despido incausado, habiéndose vulnerado su derecho al trabajo y la protección contra el despido arbitrario.

Refi ere que ingresó a laborar a partir del 2 de julio de 2003 hasta el 3 de enero de 2011, suscribiendo en un inicio contratos de servicios personales a plazo fi jo y, posteriormente a través de contratos no personales. Señala que el 3 de enero de 2011 cuando se disponía a ingresar a su centro de trabajo, no se le permitió por disposiciones del alcalde; por ello considera que al no existir causa justifi cada, se está incurriendo en una afectación a sus derechos laborales.

2. En el presente caso encontramos de autos que el recurrente se encontraba laborando para la emplazada como obrero municipal (fojas 1 a 16). Respecto a ello debo expresar que este Colegiado en reiterada jurisprudencia ha expresado que los obreros municipales se encuentran regidos por el régimen laboral de la actividad privada, habiéndose precisado por jurisprudencia qué labores corresponden a un obrero.

3. En tal sentido partiendo de dicho punto, no puede exigirse a un obrero municipal el sometimiento a un concurso público, razón por la que la entidad emplazada solo podía despedir al actor por causa justifi cada, al haberse desnaturalizado el contrato de locación de servicios al que fue sometido el demandante. Por tanto al haberse contratado al demandante para realizar una labor que se encuentra dentro de las actividades directas del ente edil, se advierte que efectivamente se ha desnaturalizado el contrato de locación de servicios, puesto que por mandato de la misma ley no puede un obrero ser contratado bajo una modalidad civil. Por lo expuesto en el caso de autos se advierte que se despidió al recurrente sin que mediara una causa justa, razón por la que este Colegiado considera que su accionar ha sido arbitrario, debiéndose disponer que el demandante sea repuesto como trabajador a plazo indeterminado en el mismo cargo u otro de similar nivel en el plazo de 2 días, con el abono de los costos del proceso.

Por las razones expuestas mi voto es porque se declare FUNDADA la demanda de amparo propuesta, y en consecuencia NULO el despido arbitrario del que ha sido victima el demandante. Asimismo corresponde disponer que el actor sea repuesto como trabajador a plazo indeterminado en el mismo cargo u otro de similar nivel en el plazo de 2 días, con el abono de los costos del proceso.

S.VERGARA GOTELLI

W-1061050-19

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 01931-2012-PA/TCLORETOCINTIA MARIANELA CUBAS CASTILLO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 14 días del mes de diciembre de 2012, la Sala Primera del Tribunal Constitucional pronuncia la siguiente sentencia con el voto en mayoría de los magistrados Urviola Hani y Calle Hayen, y el voto dirimente del magistrado Eto Cruz, llamado a componer la discordia suscitada por el voto del magistrado Vergara Gotelli

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Cintia Marianela Cubas Castillo contra la sentencia de fojas 132, su fecha 12 de diciembre de 2011, expedida por la Sala Civil Mixta de la Corte Superior de Justicia de Loreto, que declaró infundada la demanda de amparo de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 12 de abril de 2011, la recurrente interpone demanda de amparo contra la Corte Superior de Justicia de Loreto, solicitando que se declare la nulidad de la Carta Nº 064-2011-AP-OA-CSJLO/PJ, notifi cada el 28 de febrero de 2011, mediante la cual se le comunica su despido; y que, en consecuencia, se ordene su reposición en el cargo que venía desempeñando. Refi ere que ha prestado servicios para la entidad emplazada de forma ininterrumpida desde el 1 de octubre de 2009 hasta el 28 de febrero de 2011, bajo el régimen de contratos de trabajo sujetos a modalidad para servicio específi co, de suplencia y de emergencia, realizando labores de carácter permanente, los mismos que se desnaturalizaron. Alega que si bien el contrato era de servicio específi co, no se precisa la causa objetiva de contratación; asimismo, que los sucesivos contratos de suplencia que suscribió para cubrir la plaza de doña Perla Gacela

Caballero Reátegui y de doña Nice Nicole Torres Marquina se desnaturalizaron por cuanto aun cuando sus contratos terminaron, las citadas trabajadoras no reasumieron su cargo; agrega que en el caso del contrato de emergencia se ha invocado una causa objetiva no contemplada para esta modalidad de contrato, siendo obvia la intención de pretender ocultar una relación laboral a plazo indeterminado. Aduce que al haber sido despedida sin expresión de una causa justa prevista en la ley, se ha vulnerado su derecho constitucional al trabajo.

El procurador público adjunto ad hoc en procesos constitucionales del Poder Judicial contesta la demanda alegando que existiendo controversia no solo en la pretensión sino en las pruebas ofrecidas, la vía del amparo no es idónea para resolver la controversia planteada, por su carácter residual y por carecer de etapa probatoria.

El Primer Juzgado Especializado en lo Civil de Maynas, con fecha 1 de agosto de 2011, declara fundada la demanda, por considerar que de autos se ha corroborado que la demandante desempeñó diversos cargos en dependencias de la entidad demandada, de lo que concluye que se habría simulado el contrato sujeto a modalidad para cubrir uno de plazo indeterminado, más aún considerando la naturaleza de las funciones ejercidas en un área que forma parte de la estructura orgánica de la demandada, las mismas que no tienen un plazo determinado para su ejecución, sino por el contrario se realizan en forma permanente y continua, por ser propias de su actividad principal.

La Sala revisora revoca la apelada y declara infundada la demanda, por estimar que de acuerdo a lo establecido en la Ley Marco del Empleo Público, la Ley Orgánica del Poder Judicial y Directivas, las plazas vacantes sujetas al régimen laboral del Decreto Legislativo Nº 728 se cubren mediante concurso público de selección, siendo esta la única manera de obtener un contrato a plazo indeterminado en el Poder Judicial, lo cual no ha sucedido en el caso de la demandante.

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio y procedencia de la demanda

1. La demandante pretende que se ordene su reincorporación en el cargo que venía desempeñando, por lo que la controversia gira en torno a determinar si los contratos de trabajo sujetos a modalidad se desnaturalizaron y se convirtieron en un contrato de trabajo a plazo indeterminado.

2. Atendiendo a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativos a materia laboral individual privada establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-2005-PA/TC, que constituyen precedente constitucional vinculante, consideramos que, en el presente caso, procede efectuar la verifi cación del despido arbitrario denunciado por la demandante.

Análisis de la controversia

3. De los contratos de trabajo para servicio específico obrantes a fojas 16 y 17, se advierte que la recurrente ocupó el cargo de secretaria II, desde el 1 de octubre hasta el 30 de noviembre de 2009; después suscribió los contratos por suplencia que obran de fojas 18 a 22, de los cuales se desprende que laboró como auxiliar administrativo I, desde el 1 de diciembre de 2009 hasta el 31 de marzo de 2010, sustituyendo temporalmente a doña Perla Gacela Caballero Reátegui; asimismo, que desde el 1 de abril de 2010 hasta el 31 de enero de 2011, sustituyó temporalmente a doña Nice Nicole Torres Marquina; luego suscribió el contrato de emergencia de fecha 1 de febrero de 2011, que concluiría el día de la publicación de los resultados del procedimiento de selección del contrato administrativos de servicios (ff. 24 y 34).

4. El artículo 72º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR establece los requisitos formales de validez de los contratos modales: “Los contratos de trabajo (modales) deberán constar por escrito y por triplicado, debiendo consignarse en forma expresa su duración, y las causas objetivas determinantes de la contratación, así como las demás condiciones de la relación laboral”.

5. Fluye de los contratos de trabajo para servicio específi co suscritos por las partes, obrantes de fojas 16 y 17, que se ha omitido consignar la causa objetiva determinante de la contratación, toda vez que solo se ha indicado que el empleador en el proceso de reforma “requiere cubrir necesidades de recursos humanos a fi n de mantener debidamente operativos los Servicios de Administración de Justicia que presta”; y “contrata al trabajador para que realice sus labores en el cargo de Secretaria II”. Consecuentemente, se ha acreditado que los contratos suscritos por la actora y el Poder Judicial se han desnaturalizado y, por tanto, convertido en un contrato a plazo indeterminado, por haberse producido fraude en la contratación sujeta a modalidad, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 77, inciso d, del Decreto Supremo Nº 003-97-TR.

6. Con relación al contrato de suplencia, el Decreto Supremo Nº 003-97-TR establece en el artículo 61º que: el Contrato de Suplencia “[...] es aquel celebrado entre un empleador y un trabajador con el objeto que este sustituya a un trabajador estable de la empresa, cuyo vínculo laboral se encuentre suspendido por alguna causa justifi cada prevista en la legislación vigente, o por efecto de disposiciones convencionales aplicables en el centro de trabajo. Su duración será la que resulte necesaria según las circunstancias. En tal caso el empleador deberá reservar el puesto a su titular, quien conserva su derecho de readmisión en la empresa, operando con

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su reincorporación oportuna la extinción del contrato de suplencia. En esta modalidad de contrato se encuentran comprendidas las coberturas de puestos de trabajo estable, cuyo titular por razones de orden administrativo debe desarrollar temporalmente otras labores en el mismo centro de trabajo”.

Siendo ello así, la temporalidad del contrato de suplencia deriva de la sustitución no defi nitiva de un trabajador estable de la empresa, cuya relación de trabajo se encuentre suspendida o que por razones de orden administrativo deba desarrollar temporalmente otras labores en el mismo centro de trabajo. En consecuencia, este Colegiado considera que el contrato de suplencia se celebra con fraude al Decreto Supremo Nº 003-97-TR cuando el trabajador suplente no ocupa el puesto del trabajador sustituido para el cual fue contratado, sino otro puesto o cargo de trabajo.

7. A este respecto, se advierte del contrato de suplencia obrante a fojas 22 que en la cláusula primera se especifi ca la razón por la cual se contrató a la recurrente bajo dicha modalidad, señalándose que la titular de la plaza, doña Nice Nicole Torres Marquina, se encontraba con encargatura, y que por lo tanto era necesario contratar a la demandante para que desempeñe las funciones de auxiliar administrativo I a partir del 1 de septiembre de 2010.

No obstante, a fojas 26 obra el Memorándum Nº 578-2010-OA-AP-CSJLO/PJ, de fecha 4 de octubre de 2010, expedido por el jefe de la Ofi cina de Administración del Distrito Judicial de Loreto, a través del cual se le comunica a la demandante que a partir del 4 de septiembre de 2010 laborará en el área de Mesa de Partes como “Auxiliar Administrativo II”, sin tenerse en cuenta que en el encargo de la suplencia se estableció ejercer un cargo distinto del cargo para el cual fue contratada, de lo que se concluye que la entidad emplazada simuló el contrato sujeto a modalidad para encubrir uno de plazo indeterminado.

8. Por consiguiente, habiéndose acreditado la existencia de simulación en los contratos citados, cabe concluir que su contrato debe ser considerado como de duración indeterminada, conforme lo establece el artículo 77º, inciso d, del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, razón por la que la demandante solo podía ser despedida por una causa justa relacionada con su conducta o capacidad laboral, por lo que la ruptura del vínculo laboral tiene el carácter de un despido arbitrario, frente a lo cual procede la reposición como fi nalidad eminentemente restitutoria de todo proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales.

9. En consecuencia, habiéndose demostrado que su contratación modal encubrió la existencia de una relación laboral a plazo indeterminado, los contratos de trabajo que ambas partes suscribieron con posterioridad carecen de efi cacia jurídica.

10. Teniendo presente que existen reiterados casos en los que se estima la demanda de amparo por haberse comprobado un despido arbitrario, resulta pertinente señalar que cuando se interponga y admita una demanda de amparo contra la Administración Pública cuya fi nalidad sea la reposición del demandante, ello tiene que registrarse como una posible contingencia económica que ha de preverse en el presupuesto, con la fi nalidad de que la plaza que se ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimativa.

En estos casos, la Administración Pública, para justifi car el mantenimiento de la plaza presupuestada, deberá tener presente que el artículo 7º del C.P.Const. dispone que “El Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se afecta el derecho constitucional invocado”.

Con la opinión del procurador público puede evitarse y preverse gastos fi scales, ya que la Administración Pública puede allanarse a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir con el proceso.

11. Finalmente, habiéndose acreditado que la entidad emplazada ha vulnerado el derecho constitucional al trabajo de la demandante, corresponde, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, que asuma los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo porque se ha acreditado la vulneración del derecho constitucional al trabajo; en consecuencia, NULO el despido de la demandante.

2. Ordenar que la Corte Superior de Justicia de Loreto reponga a doña Cintia Marianela Cubas Castillo bajo el régimen de contrato de trabajo a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANICALLE HAYENETO CRUZ

VOTO DEL MAGISTRADO ETO CRUZ

Concuerdo con los fundamentos y el fallo contenidos en el voto de los magistrados Urviola Hani y Calle Hayen, por lo que mi voto es porque se declare FUNDADA la demanda de amparo porque se ha acreditado la vulneración del derecho constitucional al trabajo; en consecuencia, NULO el despido de la demandante. ORDENAR que la Corte Superior de Justicia de Loreto reponga a doña Cintia Marianela Cubas Castillo bajo el régimen de contrato de trabajo a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos del proceso.

SS.

ETO CRUZ

VOTO EN DISCORDIA DEL MAGISTRADO VERGARA GOTELLI

Emito el presente voto en discordia por las siguientes consideraciones:

1. En el presente caso la recurrente interpone demanda de amparo contra la Corte Superior de Justicia de Loreto, con la fi nalidad de que se disponga su reposición en el cargo que venía desempeñando, por considerar que ha sido objeto de despido incausado, habiéndose vulnerando su derecho al trabajo.

Refi ere que ingresó a laborar del 1 de octubre de 2009 hasta el 28 de febrero de 2011, mediante contratos sujetos a modalidad de distintas tipos tales como servicio especifi co, de suplencia y de emergencia. Señala que se produjo el despido sin expresión de una causa justa prevista en la ley, cuando por los hechos se había confi gurado una relación laboral a plazo indeterminado.

2. Cabe expresar que en reiteradas oportunidades he venido admitiendo demandas que tienen como emplazado a un ente del Estado, disponiendo en cientos de oportunidades la reposición del trabajador en el puesto de trabajado que venia desempeñando, asumiendo la contratación a plazo indeterminado. Qué ha traído esto como consecuencia? Las masivas demandas de amparo de personas que habiendo sido contratados bajo determinada modalidad, pretenden la reincorporación a determinado puesto pero como trabajadores a plazo indeterminados, encontrando fi nalmente el mecanismo perfecto para burlar la normatividad que especifi ca la forma de ingreso a las entidades públicas como trabajadores a plazo indeterminado. Por ello actualmente observo que las personas prefi eren buscar de cualquier manera ingresar a realizar una labor determinada en cualquier entidad del Estado para posteriormente –evitando el concurso público– ingresar como trabajador a plazo indeterminado a través de una demanda de amparo –claro está habiendo previamente buscado un error en la administración a efectos de poder demandar–.

3. Debemos señalar que el artículo 5º de la Ley Nº 28175, Ley Marco del Empleo Público, el acceso al empleo público se realiza mediante concurso público y abierto, por grupo ocupacional, en base a los méritos y capacidad de las personas, en un régimen de igualdad de oportunidades.

4. Es así que el objetivo que persogue el Estado es dotar a la Administración Pública de los mejores cuadros, razón por la que concordamos con la posición asumida por el Dr. Álvarez Miranda en otros casos, que expresa que “a diferencia de lo que ocurre con los particulares, quienes guiados por el incentivo de ser cada día más efi cientes bajo pena de ser expectorados del mercado, procuran captar al mejor personal en base a sus cualifi caciones personales y trayectoria; ello no suele presentarse con frecuencia en el sector público, pues carece de tal incentivo.”

5. Por ello también considero que en el empleo público no se puede aplicar la misma mecánica del concepto de “desnaturalización”, puesto que una empresa particular velan solo por sus intereses patrimoniales, mientras que el Estado debe estar dotado de personal idóneo capaz de resolver los problemas que día a día aquejan a cualquier entidad del Estado, teniendo por ello importancia especial la labor de los trabajadores vinculados al ente estatal, ya que su desempeño directa o indirectamente incidirá en los intereses de los peruanos

6. En tal sentido en atención a dicha realidad estimo necesario realizar un cambio que exprese mi rechazo ante una situación grave que está trayendo como consecuencia la saturación de la administración pública, con trabajadores que no han sido evaluados debidamente –puesto que no han pasado por un concurso público–, lo que pone en tela de juicio la capacidad e idoneidad de dicho personal.

7. Por lo expuesto considero que cuando una entidad estatal sea la demandada, deberá desestimar la demanda por improcedente puesto que deberá exigirse la respectiva participación en un concurso público a efectos de verifi car una serie de características que debe ostentar el trabajador para determinado puesto de trabajo. Claro está de advertirse negligencia o arbitrariedad por parte de la entidad estatal en la contratación, la persona afectada podrá acudir a la vía ordinaria a efectos de que se le indemnice por tal arbitrariedad.

8. Cabe expresar que este cambio no tiene como fi nalidad perjudicar a los trabajadores ni mucho menos limitar sus derechos fundamentales, sino que busca que el aparato estatal tenga trabajadores califi cados y especializados, razón por la que por ley

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48456 El Peruano

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se ha dispuesto el ingreso como trabajador a la entidades estatales solo por concurso público.

9. Es así que en el presente caso tenemos que la demandante interpone demanda de amparo contra la Corte Superior de Justicia de Loreto a efectos de que se le reincorpore en el cargo que venía desempeñando, puesto que considera que los distintos contratos modales a los que se ha venido sujetando han sido desnaturalizados.

10. En consecuencia tenemos que no podemos disponer la reincorporación de la recurrente en la entidad emplazada, por lo que debe sujetarse al concurso respectivo a efectos de que se evalúe las características e idoneidad de la recurrente para el puesto al que pretenda acceder como trabajador a plazo indeterminado. No obstante ello la recurrente puede recurrir a la vía correspondiente a efectos de que busque el resarcimiento del daño causado por la entidad demandada, de existir éste.

Por las razones expuestas mi voto es por que se declare IMPROCEDENTE la demanda de amparo propuesta.

S.

VERGARA GOTELLI

VOTO DE LOS MAGISTRADOS URVIOLA HANIY CALLE HAYEN

Sustentamos el presente voto en las consideraciones siguientes:

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio y procedencia de la demanda

1. La demandante pretende que se ordene su reincorporación en el cargo que venía desempeñando, por lo que la controversia gira en torno a determinar si los contratos de trabajo sujetos a modalidad se desnaturalizaron y se convirtieron en un contrato de trabajo a plazo indeterminado.

2. Atendiendo a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativos a materia laboral individual privada establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-2005-PA/TC, que constituyen precedente constitucional vinculante, consideramos que, en el presente caso, procede efectuar la verifi cación del despido arbitrario denunciado por la demandante.

Análisis de la controversia

3. De los contratos de trabajo para servicio específi co obrantes a fojas 16 y 17, se advierte que la recurrente ocupó el cargo de secretaria II, desde el 1 de octubre hasta el 30 de noviembre de 2009; después suscribió los contratos por suplencia que obran de fojas 18 a 22, de los cuales se desprende que laboró como auxiliar administrativo I, desde el 1 de diciembre de 2009 hasta el 31 de marzo de 2010, sustituyendo temporalmente a doña Perla Gacela Caballero Reátegui, y desde el 1 de abril de 2010 hasta el 31 de enero de 2011, sustituyó temporalmente a doña Nice Nicole Torres Marquina; luego suscribió el contrato de emergencia de fecha 1 de febrero de 2011, que concluiría el día de la publicación de los resultados del procedimiento de selección del contrato administrativos de servicios (ff. 24 y 34).

4. El artículo 72º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR establece los requisitos formales de validez de los contratos modales: “Los contratos de trabajo (modales) deberán constar por escrito y por triplicado, debiendo consignarse en forma expresa su duración, y las causas objetivas determinantes de la contratación, así como las demás condiciones de la relación laboral”.

5. Fluye de los contratos de trabajo para servicio específi co suscritos por las partes, obrantes de fojas 16 y 17, que se ha omitido consignar la causa objetiva determinante de la contratación, toda vez que solo se ha indicado que el empleador en el proceso de reforma “requiere cubrir necesidades de recursos humanos a fi n de mantener debidamente operativos los Servicios de Administración de Justicia que presta”; y “contrata al trabajador para que realice sus labores en el cargo de Secretaria II”. Consecuentemente, se ha acreditado que los contratos suscritos por la actora y el Poder Judicial se han desnaturalizado y, por tanto, convertido en un contrato a plazo indeterminado, por haberse producido fraude en la contratación sujeta a modalidad, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 77, inciso d, del Decreto Supremo Nº 003-97-TR.

6. Con relación al contrato de suplencia, el Decreto Supremo Nº 003-97-TR establece en el artículo 61º que: el Contrato de Suplencia “[...] es aquel celebrado entre un empleador y un trabajador con el objeto que este sustituya a un trabajador estable de la empresa, cuyo vínculo laboral se encuentre suspendido por alguna causa justifi cada prevista en la legislación vigente, o por efecto de disposiciones convencionales aplicables en el centro de trabajo. Su duración será la que resulte necesaria según las circunstancias. En tal caso el empleador deberá reservar el puesto a su titular, quien conserva su derecho de readmisión en la empresa, operando con su reincorporación oportuna la extinción del contrato de suplencia. En esta modalidad de contrato se encuentran comprendidas las coberturas de puestos de trabajo estable, cuyo titular por razones de orden administrativo debe desarrollar temporalmente otras labores en el mismo centro de trabajo”.

Siendo ello así, la temporalidad del contrato de suplencia deriva de la sustitución no defi nitiva de un trabajador estable de

la empresa, cuya relación de trabajo se encuentre suspendida o que por razones de orden administrativo deba desarrollar temporalmente otras labores en el mismo centro de trabajo. En consecuencia, consideramos que el contrato de suplencia se celebra con fraude al Decreto Supremo Nº 003-97-TR cuando el trabajador suplente no ocupa el puesto del trabajador sustituido para el cual fue contratado, sino otro puesto o cargo de trabajo.

7. A este respecto, se advierte del contrato de suplencia obrante a fojas 22 que en la cláusula primera se especifi ca la razón por la cual se contrató a la recurrente bajo dicha modalidad, señalándose que la titular de la plaza, doña Nice Nicole Torres Marquina, se encontraba con encargatura, y que por lo tanto era necesario contratar a la demandante para que desempeñe las funciones de auxiliar administrativo I a partir del 1 de septiembre de 2010.

No obstante, a fojas 26 obra el Memorándum Nº 578-2010-OA-AP-CSJLO/PJ, de fecha 4 de octubre de 2010, expedido por el jefe de la Ofi cina de Administración del Distrito Judicial de Loreto, a través del cual se le comunica a la demandante que a partir del 4 de septiembre de 2010 laborará en el área de Mesa de Partes como “Auxiliar Administrativo II”, sin tenerse en cuenta que en el encargo de la suplencia se estableció ejercer un cargo distinto para el cual fue contratada, de lo que se concluye que la entidad emplazada simuló el contrato sujeto a modalidad para encubrir uno de plazo indeterminado.

8. Por consiguiente, habiéndose acreditado la existencia de simulación en los contratos citados, cabe concluir que su contrato debe ser considerado como de duración indeterminada, conforme lo establece el artículo 77º, inciso d, del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, razón por la que la demandante solo podía ser despedida por una causa justa relacionada con su conducta o capacidad laboral, por lo que la ruptura del vínculo laboral tiene el carácter de un despido arbitrario, frente a lo cual procede la reposición como fi nalidad eminentemente restitutoria de todo proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales.

9. En consecuencia, habiéndose demostrado que su contratación modal encubrió la existencia de una relación laboral a plazo indeterminado, los contratos de trabajo que ambas partes suscribieron con posterioridad carecen de efi cacia jurídica.

10. Teniendo presente que existen reiterados casos en los que se estima la demanda de amparo por haberse comprobado un despido arbitrario, resulta pertinente señalar que cuando se interponga y admita una demanda de amparo contra la Administración Pública cuya fi nalidad sea la reposición del demandante, ello tiene que registrarse como una posible contingencia económica que ha de preverse en el presupuesto, con la fi nalidad de que la plaza que se ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimativa.

En estos casos, la Administración Pública, para justifi car el mantenimiento de la plaza presupuestada, deberá tener presente que el artículo 7º del C.P.Const. dispone que “El Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se afecta el derecho constitucional invocado”.

Con la opinión del procurador público puede evitarse y preverse gastos fi scales, ya que la Administración Pública puede allanarse a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir con el proceso.

11. Finalmente, habiéndose acreditado que la entidad emplazada ha vulnerado el derecho constitucional al trabajo de la demandante, corresponde, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, que asuma los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

Por lo expuesto, a nuestro juicio corresponde:

1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo porque se ha acreditado la vulneración del derecho constitucional al trabajo; en consecuencia, NULO el despido de la demandante.

2. Ordenar que la Corte Superior de Justicia de Loreto reponga a doña Cintia Marianela Cubas Castillo bajo el régimen de contrato de trabajo a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

SS.

URVIOLA HANICALLE HAYEN

W-1061050-20

PROCESO DE CUMPLIMIENTOEXP. Nº 02844-2010-PC/TCHUAURAGUILLERMO TENORIO PAJUELO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 22 días del mes de agosto de 2012, la Sala Primera del Tribunal Constitucional pronuncia la siguiente sentencia

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con el voto en mayoría de los magistrados Beaumont Callirgos y Calle Hayen, y el voto dirimente del magistrado Eto Cruz, llamado a componer la discordia suscitada por el voto del magistrado Álvarez Miranda.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto contra la resolución expedida por la Corte Superior de Justicia de Huaura, de fojas 243, su fecha 5 de mayo de 2010, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 27 de abril de 2009, el recurrente interpone demanda de cumplimiento contra la Municipalidad Distrital de Paramonga, contra su Concejo Municipal y sus integrantes (Alcalde y regidores) solicitando que cumpla con dictar, promulgar y publicar la ordenanza que reglamente el cabildo abierto a que se refi ere el artículo 119º de la Ley 27972, el que debe guardar relación con lo establecido en el Capítulo III de los Derechos de Control Vecinal de los Gobiernos Locales de la misma Ley 27972, en concordancia con lo establecido en sus artículos 121º y 100º al 118º, referidos a la revocatoria de autoridades municipales y rendición de cuenta. Añaden que mediante Acuerdo de Concejo Nº 05-08-C/MDP, de fecha 29 de febrero de 2008, se determinó conformar una comisión para la elaboración del referido reglamento y que no obstante las cartas notariales dirigidas y los pedidos de informe cursados por la Defensoría del Pueblo la demandada mantiene su renuencia a dictarlo, promulgarlo y publicarlo. Solicita, además, la condena de costos y costas del proceso y la aplicación del artículo 22º del Código Procesal Constitucional.

Mediante escrito de fecha 10 de diciembre y fuera del plazo para contestar la demanda el Procurador Público de la Municipalidad Distrital de Paramonga se apersona y acompaña a su escrito copia fedateada de la Resolución de Alcaldía Nº 016-2009-AL/MDP, del 30 de enero de 2009, por la que se aprueba la conformación de la Comisión que se encargará de elaborar el Reglamento del Cabildo Abierto de la Municipalidad y la Ordenanza Municipal Nº 014-2009-C/MDP, del 20 de noviembre de 2009, que reglamenta los cabildos abiertos en el Distrito de Paramonga.

El Segundo Juzgado Civil de Barranca de la Corte Superior de Justicia de Huaura, con fecha 30 de diciembre de 2009, declara fundada en parte la demanda por considerar que el Acuerdo de Concejo Nº 05-08-C/MDP, de fecha 29 de febrero de 2008, contiene un mandamus claro e inobjetable; y, apreciando que se ha cumplido con la dación y promulgación de la Ordenanza que aprueba el reglamento de cabildos abiertos de la Municipalidad demandada, mas no con su publicación en el diario ofi cial “El Peruano” ordena que esta sea publicada bajo apercibimiento de aplicar el artículo 22º del Código Procesal Constitucional, sin condena de costos y costas.

La Sala, revocando la apelada, declara improcedente la demanda en todos sus extremos por considerar que se ha producido la sustracción de la materia al haberse expedido y publicado la Ordenanza que aprueba el reglamento de cabildos abiertos conforme a ley.

FUNDAMENTOS

§ 1 Cuestiones preliminares

1. El artículo 200, inciso 6), de la Constitución Política establece que la acción de cumplimiento procede contra cualquier autoridad o funcionario renuente a acatar una norma legal o un acto administrativo. Por su parte, el artículo 66, inciso 2, del Código Procesal Constitucional indica que el proceso de cumplimiento tiene por objeto que el funcionario o autoridad pública renuente se pronuncie expresamente cuando las normas legales le ordenan emitir una resolución administrativa o dictar un reglamento.

El artículo 69º del Código Procesal Constitucional contempla como requisito especial de la demanda que el demandante previamente haya reclamado, por documento de fecha cierta, el cumplimiento del deber legal o administrativo, y que la autoridad se haya ratifi cado en su incumplimiento o no haya contestado dentro de los diez días útiles siguientes a la presentación de la solicitud. A fojas 6, obra la carta notarial de fecha 10 de febrero de 2009, en la que el recurrente reitera su solicitud de fecha 17 de setiembre de 2008 (fojas 5), ya que hasta la fecha no había obtenido respuesta de parte de la emplazada; por tanto, se ha cumplido con el requisito especial de la demanda. Cabe resaltar, a su vez, que es a partir de la solicitud de fecha 10 de febrero de 2009 que se computará el plazo para interponer la demanda –60 días–, ya que de lo contrario se estaría avalando el incumplimiento e inacción de la Administración en perjuicio del derecho que le asiste al recurrente. En eses sentido, habiéndose interpuesto la demanda con fecha 27 de abril de 2009, se evidencia que la misma ha sido planteada dentro del plazo respectivo.

2. Dentro de su labor como supremo intérprete de la Constitución, es deber de este Tribunal velar por la observancia de la fi nalidad del proceso de cumplimiento, esto es proteger el derecho constitucional de defender la efi cacia de las normas legales y actos administrativos. Es por ello que mediante la sentencia recaída en el Expediente Nº 0168-2005-PC/TC (fundamentos 14, 15 y 16, que constituyen precedente vinculante), se ha establecido que para que el cumplimiento de una norma legal, la ejecución de un acto administrativo y la orden de emisión

de una resolución o reglamento sean exigibles a través del proceso de cumplimiento, además de la renuencia del funcionario o autoridad pública, el mandato contenido en aquellos deberá reunir los siguientes requisitos mínimos comunes: a) ser un mandato vigente; b) ser un mandato cierto y claro, es decir, debe inferirse indubitablemente de la norma legal o del acto administrativo; c) no estar sujeto a controversia compleja ni a interpretaciones dispares; d) ser de ineludible y obligatorio cumplimiento; e) ser incondicional. Excepcionalmente podrá tratarse de un mandato condicional, siempre y cuando su satisfacción no sea compleja y no requiera de actuación probatoria.

§ 2 Delimitación del petitorio y de las normas cuyo cumplimiento se solicita

3. Conforme se aprecia de la demanda, el recurrente solicita: a) que se cumpla con lo establecido en el artículo 119º de la Ley 27972 y que, en consecuencia se dicte, promulgue y publique la ordenanza que reglamenta los cabildos abiertos en el Distrito de Paramonga; b) que la reglamentación contenga los mecanismos de control ciudadano a que se refi ere el artículo 121º y otros de la referida ley; y, adicionalmente, se solicita que a la demandada se le condene al pago de costas y costos y se aplique el artículo 22º del Código Procesal Constitucional.

§ 3 Análisis de las normas cuyo cumplimiento se solicita y de la actividad de la demandada

4. Respecto a lo solicitado en los puntos a) y b) se procede a examinar las disposiciones referidas en el fundamento 3, supra, a fi n de determinar si efectivamente pueden ser considerados mandatos exigibles mediante proceso de cumplimiento.

3.1 Aprobación y promulgación de la ordenanza

El artículo 119 de la Ley 27972 establece que:

El cabildo abierto es una instancia de consulta directa del gobierno local al pueblo, convocada con un fi n específi co. El concejo provincial o el distrital, mediante ordenanza reglamentará la convocatoria a cabildo abierto (énfasis agregado).

5. Del análisis del artículo 119º de la Ley Orgánica de Municipalidades se aprecia claramente una norma cuya estructura denota un mandato que puede ser exigido mediante el proceso de cumplimiento, ya que palmariamente se demuestra que la Municipalidad tiene un deber legal de reglamentar dicha disposición a fi n de estructurar jurídicamente los requisitos necesarios para que se realice la convocatoria del cabildo abierto. Dicha norma, entonces, contiene un mandato que cumple los requisitos establecidos en la sentencia recaída en el Expediente Nº 0168-2008-PC/TC, en tanto resulta cierto, claro, vigente, de obligatorio cumplimiento, incondicional y no está sujeto a controversias interpretativas.

6. Como se aprecia, la norma no establece plazo alguno para que los Gobiernos Locales cumplan con emitir tal reglamentación. Aun cuando este Colegiado no soslaya este punto, debe tomarse en cuenta que al momento de interponerse la demanda el mandato contenido en el artículo sub exámine ya contaba con más de seis años de vigencia (la Ley 27972 fue publicada el 27 de mayo de 2003), tiempo que debe ser considerado más que suficiente para que se lleve a cabo la referida regulación.

7. Respecto de la fi nalidad del cabildo y los mecanismos de participación y control vecinal, es importante resaltar que el artículo I del Título Preliminar de la Ley Orgánica de Municipalidades señala que los gobiernos locales son “canales inmediatos de participación vecinal en asuntos públicos”. De otro lado, no debe olvidarse que el cabildo abierto ha signifi cado, a lo largo de nuestra historia republicana, un instrumento de legitimación de las decisiones de los Gobiernos Locales, creándose con ello un clima de paz y tranquilidad apropiado para el desarrollo de la dignidad y el desarrollo de la comunidad.

8. A nivel comparado, la Corte Constitucional de Colombia ha defi nido esta institución como “la congregación del pueblo soberano para discutir libremente, acerca de los asuntos que le interesen o afecten” (Sentencia de la Corte Constitucional Colombiana Nº C-180/94.) En el ámbito nacional, debe recordarse que la derogada LOM (Ley Nº 23853) regulaba esta fi gura –incluso de manera algo más extensa– en su artículo 83, en el que disponía que: “los vecinos pueden ser consultados en Cabildo Abierto, en vía ilustrativa, para que expresen su opinión sobre materias de la competencia municipal”. En cambio la vigente LOM no expone mayor referencia sobre la institución, salvo lo dicho en el artículo 119. Es decir, establece que se trata de una “instancia de consulta directa del gobierno local al pueblo”, al que se le convoca con un fi n específi co, el mismo que debe ser de relevancia para la comunidad.

9. Constituye, entonces, obligación de la municipalidad emplazada facilitar el ejercicio de los derechos de participación vecinal de los ciudadanos que viven en su circunscripción, por lo que la inactividad producida al no reglamentar el procedimiento a seguir para la convocatoria de cabildo abierto es un acto que no solo omite un mandato legal, sino que termina por vulnerar los derechos, no solo del actor, sino de todos los ciudadanos que domicilian en esa circunscripción, ya que impide un normal desarrollo del derecho de participación vecinal.

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48458 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

3.2 Sustracción de materia y pronunciamiento de fondo

10. Al margen de las consideraciones precedentes, se aprecia de autos (fojas 109 a 117) y, en particular de la documentación alcanzada por el procurador público de la Municipalidad Distrital de Paramonga, que de acuerdo con la Ordenanza Municipal Nº 014-2009-C/MDP, el Concejo Municipal Distrital de Paramonga en Sesión Ordinaria de Concejo Nº 021-2009-C/MP, de fecha 13 de noviembre de 2009, aprobó el reglamento de los cabildos abiertos en el Distrito de Paramonga conforme a lo dispuesto en el inciso 9 del artículo 8 de la Ley 27972. En dicho contexto y verificándose que la ordenanza que reglamenta los cabildos abiertos en el ámbito del distrito de Paramonga a que se refiere el artículo 119º de la Ley 27972 ha sido dictada (aprobada) y promulgada, luego de presentada la demanda, el extremo de la misma que invoca la expedición de la citada norma resultaría improcedente por sustracción de la materia; sin embargo, conforme a lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 1º del Código Procesal Constitucional y atendiendo al agravio producido por la demora en la reglamentación de los cabildos abiertos en lo que se refiere a la aprobación y la promulgación de la respectiva ordenanza, lo cual tiene implicancias en el ejercicio de los derechos de participación vecinal, este Tribunal estima que se debe declarar fundada la demanda en este extremo y disponer que la demandada no vuelva a incurrir en el futuro en omisiones como la descrita, no siendo aceptable el argumento expuesto por el Procurador Público de la Municipalidad de Paramonga con el que pretende explicar una demora tan prolongada, esgrimiendo cuestiones netamente presupuestales (escrito a fojas 153 de autos).

11. Es preciso acotar que lo dicho no implica un juicio de validez desde la dimensión material y que sólo se circunscribe a la validez formal que supone que la Ordenanza Municipal Nº 014-2009-C/MDP es válida en tanto que el proceso de su producción se ha ajustado al derecho vigente.

3.3 La exigencia de publicación completa de las ordenanzas municipales

12. Conforme al inciso 1 del artículo 44 de la Ley 27972: “Las ordenanzas (...) deben ser publicadas: en el diario ofi cial El Peruano en el caso de las municipalidades distritales y provinciales del departamento de Lima y la Provincia Constitucional del Callao”; en consecuencia, en lo que se refi ere al presente caso, resulta evidente la obligación de la Municipalidad Distrital de Paramonga de publicar sus ordenanzas en el diario ofi cial El Peruano.

13. Asimismo, en el caso de autos se demanda que se cumpla no sólo con la aprobación y la promulgación de la Ordenanza a que se refi ere el artículo 119º de la Ley 27972, sino también que se cumpla con su publicación; al respecto, no cabe duda de que el inciso 1) del artículo 44º de la Ley 27972 exige, como ya se ha expresado supra, que las ordenanzas deben ser publicadas en el diario ofi cial El Peruano en el caso de las municipalidades distritales y provinciales del departamento de Lima y la Provincia Constitucional del Callao. Sin embargo, la demandada considera que dicha exigencia se ha satisfecho con la publicación del Reglamento de los Cabildos Abiertos realizada en el Diario Ofi cial del día 16 de enero de 2010, para lo cual acompaña la copia de la publicación referida (a fojas 152 y a fojas 168 de autos).

14. Sobre el particular, y vista la publicación del 16 de enero de 2010, se observa que no se ha publicado el texto íntegro de la ordenanza pues en la propia publicación aparece como artículo segundo lo siguiente:

Artículo Segundo.- INDICAR que el texto completo de la Ordenanza se encuentra publicado en su integridad en el Portal Web de nuestra institución www.muniparamonga.gob.pe.

15. En efecto, el texto de la reglamentación de los cabildos abiertos no se encuentra publicado en el diario ofi cial El Peruano conforme lo dispone el inciso 1) del artículo 44º de la Ley 27972. A la omisión advertida se añade el agravante constatado por los magistrados que integran el Colegiado, en el portal electrónico institucional de la Municipalidad Distrital de Paramonga pues en la dirección electrónica que se indica no se ha encontrado referencia alguna al texto íntegro de la Ordenanza Nº 014-2009-C/MDP. En consecuencia, se ha acreditado la renuencia de la Municipalidad en publicar la ordenanza que reglamenta los cabildos abiertos en la Municipalidad Distrital de Paramonga, por lo que se debe declarar fundada la demanda en el extremo en que se solicita su publicación. Por lo tanto, a fi n de revertir esta situación, la Municipalidad demandada deberá cumplir con publicar íntegramente en el diario ofi cial El Peruano el texto de la ordenanza por ella aprobada y promulgada dentro del plazo de 10 días, de conformidad con lo establecido en el artículo 72º del Código Procesal Constitucional, disponiéndose el apercibimiento correspondiente indicado en el artículo 22º del Código Procesal Constitucional en la medida en que no solo se ha omitido cumplir con lo exigido por la Ley sino que dicha omisión debilita sustancialmente el principio de seguridad jurídica, pues solo podrán asegurarse las posiciones jurídicas de los ciudadanos, su posibilidad de ejercer y defender sus derechos, y la efectiva sujeción de estos y los poderes públicos al ordenamiento jurídico, si los destinatarios de las normas tienen la oportunidad de conocerlas.

3.4 Sobre el cumplimiento de expedir la ordenanza sobre cabildos abiertos y los derechos de control vecinal establecidos en el Capítulo III de la Ley 27972

16. Con relación a la solicitud de que se dicte una sentencia que ordene a la Municipalidad Distrital de Paramonga incluir en su ordenanza sobre cabildos abiertos la reglamentación referida a los mecanismos de control vecinal: Revocatoria de autoridades municipales y Demanda de rendición de cuentas este Colegiado estima que no existe un mandato cierto, claro, vigente, de obligatorio cumplimiento, incondicional y no sujeto a controversias interpretativas para que la Municipalidad demandada cumpla con lo que el demandante exige. En efecto, si bien el artículo 121º de la Ley 27972 dispone que los vecinos ejercen los derechos de control, queda meridianamente claro que la regulación de dichos mecanismos de participación directa (de control) se realiza por ley conforme lo establece el segundo párrafo del artículo 31 de la Constitución, de tal modo que dichos mecanismos han sido desarrollados en la Ley 26300, específicamente en los artículos 20º al 26º para el procedimiento de Revocación de autoridades municipales y en los artículos 31º al 36º para el procedimiento de la demanda de rendición de cuentas, y cuyo trámite es competencia del Jurado Nacional de Elecciones. En consecuencia, no se aprecia un mandamus cierto, claro, vigente, de obligatorio cumplimiento e incondicional para que la demandada cumpla con la pretensión.

§ 4 Condena de costos

17. El artículo 56º del Código Procesal Constitucional dispone que el Estado solo puede ser condenado a los costos del proceso. En consecuencia, en vista de que, aun habiéndose aprobado y promulgado la Ordenanza 014-2009-C/MDP, estos actos se realizaron con excesiva morosidad (luego de presentada, admitida y notificada la demanda a la Municipalidad demandada) provocando con ello que se demande su cumplimiento por esta vía; y que incluso, como se ha podido apreciar, aún no se ha publicado la referida ordenanza conforme lo establece el artículo 44º de la Ley Orgánica de Municipalidades; la demandada debe ser condenada al pago de costos de todo el proceso conforme a la liquidación que se deberá realizar en ejecución de sentencia.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda respecto al cumplimiento del artículo 119º de la Ley Nº 27972, Orgánica de Municipalidades, en el extremo en que se solicita la aprobación a la promulgación de la ordenanza que reglamente la convocatoria a cabildo abierto, conforme lo establece el fundamento 10 de la presente sentencia, a fi n de que omisiones injustifi cadas que inciden en derechos fundamentales como las advertidas no se repitan en el futuro.

2. Declarar FUNDADA la demanda respecto del cumplimiento de la publicación de la ordenanza que reglamenta los cabildos abiertos en la Municipalidad de Paramonga, y ordena la publicación íntegra de su texto en el diario ofi cial El Peruano, en un plazo máximo de 10 días calendario, contados desde el día siguiente a la fecha de notifi cación de la presente sentencia a la Municipalidad demandada, bajo apercibimiento de aplicársele una multa de 10 unidades de referencia procesal (URP), la que se incrementará en 50% por cada día calendario en que persista la omisión, hasta el acatamiento del presente mandato judicial.

3. Declarar IMPROCEDENTE la demanda en lo demás que contiene.

4. Condenar a la Municipalidad Distrital de Paramonga al pago de costos conforme a lo expuesto en el fundamento 17 de esta sentencia.

Publíquese y notifíquese.

SS.

BEAUMONT CALLIRGOSCALLE HAYENETO CRUZ

VOTO DEL MAGISTRADO ETO CRUZ

Concuerdo con los fundamentos y el fallo contenidos en el voto de los magistrados Beaumont Callirgos y Calle Hayen, por lo que mi voto es porque se declare FUNDADA la demanda respecto al cumplimiento del artículo 119 de la Ley Nº 27972, en el extremo que se solicita la promulgación de la ordenanza que reglamente la convocatoria a cabildo abierto, conforme al fundamento 10, a fi n de que omisiones injustifi cadas que inciden en derechos fundamentales como las advertidas no se repitan en el futuro; y FUNDADA respecto al cumplimiento de la publicación de la Ordenanza que reglamenta los cabildos abiertos en la Municipalidad de Paramonga, ordenando la publicación íntegra de su texto en el Diario Ofi cial El Peruano, en un plazo máximo de 10 días calendario, contados desde el día siguiente de notifi cación de la presente sentencia a la Municipalidad demandada, bajo apercibimiento de aplicarse una multa de 10

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48459

Unidades de Referencia Procesal, la que se incrementará en 50% por cada día calendario en que persista la omisión; con el abono de los costos e IMPROCEDENTE en lo demás que contiene.

SS.ETO CRUZ

VOTO DE LOS MAGISTRADOS BEAUMONT CALLIRGOS Y CALLE HAYEN

Con pleno respeto por la opinión de nuesto colega, expresamos nuestra discrepancia mediante el presente voto

FUNDAMENTOS

1§ Cuestiones preliminares

1. El artículo 200, inciso 6), de la Constitución Política establece que la acción de cumplimiento procede contra cualquier autoridad o funcionario renuente a acatar una norma legal o un acto administrativo. Por su parte, el artículo 66, inciso 2), del Código Procesal Constitucional indica que el proceso de cumplimiento tiene por objeto que el funcionario o autoridad pública renuente se pronuncie expresamente cuando las normas legales le ordenan emitir una resolución administrativa o dictar un reglamento.

El artículo 69º del Código Procesal Constitucional contempla como requisito especial de la demanda que el demandante previamente haya reclamado, por documento de fecha cierta, el cumplimiento del deber legal o administrativo, y que la autoridad se haya ratifi cado en su incumplimiento o no haya contestado dentro de los diez días útiles siguientes a la presentación de la solicitud. A fojas 6, obra la carta notarial de fecha 10 de febrero de 2009, en la que el recurrente reitera su solicitud de fecha 17 de setiembre de 2008 (fojas 5), ya que hasta la fecha no había obtenido respuesta de parte de la emplazada; por tanto, se ha cumplido con el requisito especial de la demanda. Cabe resaltar, a su vez, que es a partir de la solicitud de fecha 10 de febrero de 2009 que se computará el plazo para interponer la demanda –60 días–, ya que de lo contrario se estaría avalando el incumplimiento e inacción de la Administración en perjuicio del derecho que le asiste al recurrente. En eses sentido, habiéndose interpuesto la demanda con fecha 27 de abril de 2009, se evidencia que la misma ha sido planteada dentro del plazo respectivo.

2. Dentro de su labor como supremo intérprete de la Constitución, es deber de este Tribunal velar por la observancia de la fi nalidad del proceso de cumplimiento, esto es proteger el derecho constitucional de defender la efi cacia de las normas legales y actos administrativos. Es por ello que mediante la sentencia recaída en el Expediente Nº 0168-2005-PC/TC (fundamentos 14, 15 y 16, que constituyen precedente vinculante), se ha establecido que para que el cumplimiento de una norma legal, la ejecución de un acto administrativo y la orden de emisión de una resolución o reglamento sean exigibles a través del proceso de cumplimiento, además de la renuencia del funcionario o autoridad pública, el mandato contenido en aquellos deberá reunir los siguientes requisitos mínimos comunes: a) ser un mandato vigente; b) ser un mandato cierto y claro, es decir, debe inferirse indubitablemente de la norma legal o del acto administrativo; c) no estar sujeto a controversia compleja ni a interpretaciones dispares; d) ser de ineludible y obligatorio cumplimiento; e) ser incondicional. Excepcionalmente podrá tratarse de un mandato condicional, siempre y cuando su satisfacción no sea compleja y no requiera de actuación probatoria.

2§ Delimitación del petitorio y de las normas cuyo cumplimiento se solicita

3. Conforme se aprecia de la demanda, el recurrente solicita: a) que se cumpla con lo establecido en el artículo 119º de la Ley 27972 y que, en consecuencia se dicte, promulgue y publique la ordenanza que reglamenta los cabildos abiertos en el Distrito de Paramonga; b) que la reglamentación contenga lo referido a los mecanismos de control ciudadano a que se refi ere el artículo 121º y otros de la referida ley; y, adicionalmente, se solicita que a la demandada se le condene al pago de costas y costos y se aplique el artículo 22º del Código Procesal Constitucional.

3§ Análisis de las normas cuyo cumplimiento se solicita y de la actividad de la demandada

4. Respecto a lo solicitado en los puntos a) y b) se procede a examinar las disposiciones referidas en el fundamento 3, supra, a fi n de determinar si efectivamente pueden ser considerados mandatos exigibles mediante proceso de cumplimiento.

3.1 Aprobación y Promulgación de la Ordenanza

El artículo 119 de la Ley 27972 establece que:

El cabildo abierto es una instancia de consulta directa del gobierno local al pueblo, convocada con un fi n específi co. El concejo provincial o el distrital, mediante ordenanza reglamentará la convocatoria a cabildo abierto (énfasis agregado).

5. Del análisis del artículo 119º de la Ley Orgánica de Municipalidades se aprecia claramente una norma cuya estructura denota un mandato que puede ser exigido mediante

proceso de cumplimiento, ya que palmariamente se demuestra que la Municipalidad tiene un deber legal de reglamentar dicha disposición a fi n de estructurar jurídicamente los requisitos necesarios para que se realice la convocatoria del cabildo abierto. Dicha norma, entonces, contiene un mandato que cumple los requisitos establecidos en la sentencia recaída en el Expediente Nº 0168-2008-PC/TC, en tanto resulta cierto, claro, vigente, de obligatorio cumplimiento, incondicional y no sujeto a controversias interpretativas.

6. Como se aprecia, la norma no establece plazo alguno para que los gobiernos locales cumplan con emitir tal reglamentación. Aun cuando no soslayamos este punto, debe tomarse en cuenta que al momento de interponerse la demanda el mandato contenido en el artículo sub exámine ya contaba con más de seis años de vigencia (la Ley 27972 fue publicada el 27 de mayo de 2003), tiempo que debe ser considerado más que sufi ciente para que se lleve a cabo la referida regulación.

7. Respecto de la fi nalidad del cabildo y los mecanismos de participación y control vecinal, es importante resaltar que el artículo I del Título Preliminar de la Ley Orgánica de Minicipalidades señala que los gobiernos locales son “canales inmediatos de participación vecinal en asuntos públicos”. De otro lado, no debe olvidarse que el cabildo abierto ha signifi cado, a lo largo de nuestra historia republicana, un instrumento de legitimación de las decisiones de los gobiernos locales, creándose con ello un clima de paz y tranquilidad apropiado para el desarrollo de la dignidad y el desarrollo de la comunidad.

8. A nivel comparado, la Corte Constitucional de Colombia ha defi nido esta institución como “la congregación del pueblo soberano para discutir libremente, acerca de los asuntos que le interesen o afecten” (Sentencia de la Corte Constitucional Colombiana Nº C-180/94.) En el ámbito nacional, debe recordarse que la derogada LOM (Ley Nº 23853) regulaba esta fi gura -incluso de manera algo más extensa- en su artículo 83, en el que disponía que: “los vecinos pueden ser consultados en Cabildo Abierto, en vía ilustrativa, para que expresen su opinión sobre materias de la competencia municipal”. En cambio la vigente LOM no expone mayor referencia sobre la institución, salvo lo dicho en el artículo 119. Es decir, establece que se trata de una “instancia de consulta directa del gobierno local al pueblo”, al que se le convoca con un fi n específi co, el mismo que debe ser de relevancia para la comunidad.

9. Constituye, entonces, obligación de la municipalidad emplazada facilitar el ejercicio de los derechos de participación vecinal de los ciudadanos que viven en su circunscripción, por lo que la inactividad producida al no reglamentar el procedimiento a seguir para la convocatoria de cabildo abierto es un acto que no solo omite un mandato legal, sino que termina por vulnerar los derechos, no solo del actor, sino de todos los ciudadanos que domicilian en esa circunscripción, ya que impide un normal desarrollo del derecho de participación vecinal.

3.2 Sustracción de materia y pronunciamiento de fondo

10. Al margen de las consideraciones precedentes, se aprecia de autos (fojas 109 a 117) y en particular de la documentación alcanzada por el Procurador Público de la Municipalidad Distrital de Paramonga, que de acuerdo con la Ordenanza Municipal Nº 014-2009-C/MDP, el Concejo Municipal Distrital de Paramonga en Sesión Ordinaria de Concejo Nº 021-2009-C/MP, de fecha 13 de noviembre de 2009, aprobó el reglamento de los cabildos abiertos en el Distrito de Paramonga conforme a lo dispuesto en el inciso 9) del artículo 8 de la Ley 27972. En dicho contexto y verifi cándose que la Ordenanza que reglamenta los cabildos abiertos en el ámbito del distrito de Paramonga a que se refi ere el artículo 119º de la Ley 27972 ha sido dictada (aprobada) y promulgada, luego de presentada la demanda, el extremo de la misma que invoca la expedición de la citada norma resultaría improcedente por sustracción de la materia; sin embargo, conforme a lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 1º del Código Procesal Constitucional y atendiendo al agravio producido por la demora en la reglamentación de los cabildos abiertos en lo que se refi ere a la aprobación y la promulgación de la respectiva ordenanza, lo cual tiene implicancias en el ejercicio de los derechos de participación vecinal, estimamos que se debe declarar fundada la demanda en este extremo y disponer que la demandada no vuelva a incurrir en el futuro en omisiones como la descrita, no siendo aceptable el argumento expuesto por el Procurador Público de la Municipalidad de Paramonga con el que pretende explicar una demora tan prolongada, esgrimiendo cuestiones netamente presupuestales (escrito a fojas 153 de autos).

11. Es preciso acotar que lo dicho no implica un juicio de validez desde la dimensión material y que sólo se circunscribe a la validez formal que supone que la Ordenanza Municipal Nº 014-2009-C/MDP es válida en tanto que el proceso de su producción se ha ajustado al Derecho vigente.

3.3 La exigencia de publicación completa de las ordenanzas municipales

12. Conforme al inciso 1) del artículo 44 de la Ley 27972: “Las ordenanzas (...) deben ser publicadas: en el diario ofi cial El Peruano en el caso de las municipalidades distritales y provinciales del departamento de Lima y la Provincia Constitucional del Callao”; en consecuencia, en lo que se refi ere al presente caso, resulta evidente la obligación de la Municipalidad Distrital de Paramonga de publicar sus ordenanzas en el diario ofi cial El Peruano.

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48460 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

13. Asimismo, en el caso de autos se demanda que se cumpla no sólo con la aprobación y la promulgación de la Ordenanza a que se refi ere el artículo 119º de la Ley 27972, sino también que se cumpla con su publicación; al respecto, no cabe duda de que el inciso 1) del artículo 44º de la Ley 27972 exige, como ya se ha expresado supra, que las ordenanzas deben ser publicadas en el diario ofi cial El Peruano en el caso de las municipalidades distritales y provinciales del departamento de Lima y la Provincia Constitucional del Callao. Sin embargo, la demandada considera que dicha exigencia se ha satisfecho con la publicación del Reglamento de los Cabildos Abiertos realizada en el Diario Ofi cial del día 16 de enero de 2010, para lo cual acompaña la copia de la publicación referida (a fojas 152 y a fojas 168 de autos).

14. Sobre el particular, y vista la publicación del 16 de enero de 2010, se observa que no se ha publicado el texto íntegro de la ordenanza pues en la propia publicación aparece como artículo segundo lo siguiente:

Artículo Segundo.- INDICAR que el texto completo de la Ordenanza se encuentra publicado en su integridad en el Portal Web de nuestra institución www.muniparamonga.gob.pe.

15. En efecto, el texto de la reglamentación de los cabildos abiertos no se encuentra publicado en el diario ofi cial El Peruano conforme lo dispone el inciso 1) del artículo 44º de la Ley 27972. A la omisión advertida se añade el agravante constatado por los magistrados que integran el Colegiado, en el portal electrónico institucional de la Municipalidad Distrital de Paramonga pues en la dirección electrónica que se indica no se ha encontrado referencia alguna al texto íntegro de la Ordenanza Nº 014-2009-C/MDP. En consecuencia, se ha acreditado la renuencia de la Municipalidad de publicar la Ordenanza que reglamenta los cabildos abiertos en la Municipalidad Distrital de Paramonga, por lo que se debe declarar fundada la demanda en el extremo en que se solicita su publicación. Por lo tanto, a fi n de revertir esta situación, la Municipalidad demandada deberá cumplir con publicar íntegramente en el diario ofi cial El Peruano el texto de la Ordenanza por ella aprobada y promulgada dentro del plazo de 10 días, de conformidad con lo establecido en el artículo 72º del Código Procesal Constitucional, disponiéndose el apercibimiento correspondiente indicado en el artículo 22º del Código Procesal Constitucional en la medida en que no solo se ha omitido cumplir con lo exigido por la Ley sino que dicha omisión debilita sustancialmente el principio de seguridad jurídica, pues solo podrán asegurarse las posiciones jurídicas de los ciudadanos, su posibilidad de ejercer y defender sus derechos, y la efectiva sujeción de estos y los poderes públicos al ordenamiento jurídico, si los destinatarios de las normas tienen la oportunidad de conocerlas.

3.4 Sobre el cumplimiento de expedir la ordenanza sobre cabildos abiertos y los derechos de control vecinal establecidos en el Capítulo III de la Ley 27972

16. Con relación a la solicitud de que se dicte una sentencia que ordene a la Municipalidad Distrital de Paramonga incluir en su ordenanza sobre cabildos abiertos la reglamentación referida a los mecanismos de control vecinal: Revocatoria de autoridades municipales y Demanda de rendición de cuentas estimamos que no existe un mandato cierto, claro, vigente, de obligatorio cumplimiento, incondicional y no sujeto a controversias interpretativas para que la Municipalidad demandada cumpla con lo que el demandante exige. En efecto, si bien el artículo 121º de la Ley 27972 dispone que los vecinos ejercen los derechos de control, queda meridianamente claro que la regulación de dichos mecanismos de participación directa (de control) se realiza por ley conforme lo establece el segundo párrafo del artículo 31 de la Constitución, de tal modo que dichos mecanismos han sido desarrollados en la Ley 26300, específi camente en los artículos 20º al 26º para el procedimiento de Revocación de autoridades municipales y en los artículos 31º al 36º para el procedimiento de la demanda de rendición de cuentas; y cuyo trámite es competencia del Jurado Nacional de Elecciones. En consecuencia no se aprecia un mandamus cierto, claro, vigente, de obligatorio cumplimiento e incondicional para que la demandada cumpla con lo que se pretende se le exija.

4§ Condena de costos

17. El artículo 56º del Código Procesal Constitucional dispone que el Estado solo puede ser condenado a los costos del proceso. En consecuencia, en vista de que, aun habiéndose aprobado y promulgado la Ordenanza 014-2009-C/MDP, estos actos se realizaron con excesiva morosidad (luego de presentada, admitida y notifi cada la demanda a la Municipalidad demandada) provocando con ello que se demande su cumplimiento por esta vía; y que incluso, como se ha podido apreciar, aún no se ha publicado la referida ordenanza conforme lo establece el artículo 44º de la Ley Orgánica de Municipalidades; la demandada debe ser condenada al pago de costos de todo el proceso conforme a la liquidación que se deberá realizar en ejecución de sentencia.

Por estos fundamentos, en nuestra opinión, correspondería:

1. Declarar FUNDADA la demanda respecto al cumplimiento del artículo 119º de la Ley Nº 27972, Orgánica de Municipalidades, en el extremo en que se solicita la aprobación a la promulgación de la ordenanza que reglamente la convocatoria a cabildo abierto, conforme lo establece el fundamento 10 del presente

voto, a fi n de que omisiones injustifi cadas que inciden en derechos fundamentales como las advertidas no se repitan en el futuro.

2. Declarar FUNDADA la demanda respecto del cumplimiento de la publicación de la Ordenanza que reglamenta los cabildos abiertos en la Municipalidad de Paramonga, ordenando la publicación íntegra de su texto en el diario ofi cial El Peruano, en un plazo máximo de 10 días calendario, contados desde el día siguiente a la fecha de notifi cación de la presente sentencia a la Municipalidad demandada, bajo apercibimiento de aplicársele una multa de 10 Unidades de Referencia Procesal (URP), la que se incrementará en 50% por cada día calendario en que persista la omisión, hasta el acatamiento del presente mandato judicial.

3. Declarar IMPROCEDENTE la demanda en lo demás que contiene.

4. Condenar a la Municipalidad Distrital de Paramonga al pago de costos conforme a lo expuesto en el fundamento 17 de este voto.

Publíquese y notifíquese.

SS.

BEAUMONT CALLIRGOSCALLE HAYEN

VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADOÁLVAREZ MIRANDA

Con el debido respeto por la opinión de mis colegas magistrados, emito el presente voto singular por las razones que expongo a continuación.

1. De lo actuado se advierte que:

a. Mediante la Carta Notarial recibida por la emplazada el 1 de febrero de 2008 (fojas 3), se le solicitó que conforme a lo previsto en el artículo 119º de la Ley Orgánica de Municipalidades, cumpla con reglamentar el funcionamiento del Cabildo Abierto en el Distrito de Paramonga.

b. Atendiendo a ello, la emplazada conformó una comisión para la elaboración del mencionado reglamento, conforme se advierte del Acuerdo de Concejo Nº 005-2008-C/MDP, de fecha 29 de febrero de 2008 (fojas 4).

c. No obstante lo acordado por el Concejo Distrital de Paramonga, a través de la Carta Notarial recibida por el citado municipio el 17 de setiembre de 2008 (fojas 5), el recurrente solicitó que se cumpla el acuerdo de concejo señalado en el párrafo precedente, para lo cual le “otorgó” un plazo de diez días para que ejecute dicho acuerdo.

d. Sin embargo, dado que la demandada no cumplió con expedir dicha reglamentación, el recurrente reiteró la ejecución del referido acuerdo mediante la Carta Notarial de recepcionada por la entidad emplazada el 10 de febrero de 2009 (fojas 6).

2. De ahí que, dado que la presente demanda de cumplimiento ha sido interpuesta el 27 de abril de 2009, como se verifi ca a fojas 14, se advierte que el demandante ha excedido el plazo de sesenta días para poder hacerlo, incurriéndose así en la causal de improcedencia prevista en el artículo 70º, inciso 8, del Código Procesal Constitucional pues, contrariamente a lo señalado por el demandante, el plazo para la presentación de la demanda no debe reputarse desde la recepción de la comunicación recibida el 10 de febrero de 2009, sino desde el 17 de setiembre de 2008.

3. Tal como ha sido regulada dicha causal de improcedencia, el plazo para la presentación de la demanda no se suspende durante la formulación de requerimientos adicionales, máxime cuando estos resultan, a todas luces, inofi ciosos.

Sin embargo, estaríamos ante otro escenario si dicho requerimiento adicional supondría el agotamiento de la vía administrativa pues, pese a que esta exigencia no resulta aplicable al proceso de cumplimiento, no se podría declarar la improcedencia de la demanda dado que ello importaría sancionar al demandante por su conducta diligente (Cfr. Fundamento Jurídico Nº 6 de la STC Nº 01002-2011-PC/TC).

Por tales consideraciones, a mi juicio, la presente demanda debe ser declarada IMPROCEDENTE.

S.

ÁLVAREZ MIRANDA

W-1061050-21

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 4034-2012-PA/TCLAMBAYEQUEMIGUEL OMAR VILLALOBOS CARLOS

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 14 días del mes de diciembre de 2012 la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48461

magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por Miguel Omar Villalobos Carlos contra la resolución de fojas 117, su fecha 3 de agosto de 2012, expedida por la Sala de Derecho Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 14 de enero de 2011 el demandante interpone demanda de amparo contra la Municipalidad Distrital de Chiclayo, solicitando su reposición laboral en el cargo de chofer obrero de la demandada. Refi ere que ingresó en la municipalidad demandada en abril de 2008, como chofer de compactadora desempeñando dicha función hasta el 31 de diciembre de 2010, fecha en que no se le renovó el contrato, confi gurándose un despido incausado toda vez que al haber realizado sus labores de manera subordinada, cumpliendo un horario de trabajo y percibiendo una remuneración mensual en contraprestación por las mismas, no podía ser despedido sino sólo por justa causa y luego de un procedimiento con todas las garantías, por lo que en el presente caso su despido vulneró el derecho constitucional al trabajo.

El procurador a cargo de los asuntos judiciales de la Municipalidad Provincial de Chiclayo contesta la demanda solicitando que se declare improcedente o infundada negando que el demandante haya sido trabajador municipal sujeto a plazo indeterminado al amparo del régimen privado y señalando en su lugar que desde el 2010 el demandante venía trabajando para la Municipalidad demandada sujeto a un contrato administrativo de servicios - CAS, y al amparo del régimen del Decreto Legislativo Nº 1057, por lo que su demanda debe ser desestimada.

El Quinto Juzgado Civil de Chiclayo mediante resolución del 25 de julio de 2011, de fojas 68, declaró infundada la demanda, por considerar que en el presente caso el cese se produjo por el vencimiento del contrato administrativo de servicios suscrito por las partes, el cual, conforme a la STC Nº 0002-2010-AI/TC, resulta acorde con la Constitución. La Sala Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque confi rmó la sentencia apelada por los mismos fundamentos.

FUNDAMENTOS

Procedencia de la demanda

1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la reposición del demandante en el cargo que venía desempeñando por haber sido objeto de despido incausado, y haber realizado sus labores como chofer por un plazo mayor de dos años, bajo subordinación, sujeto a un horario de trabajo y por haber percibido una remuneración mensual en contraprestación a sus servicios.

2. Considerando los argumentos expuestos por las partes y los criterios de procedencia establecidos en el precedente vinculante de la STC Nº 00206-2005-PA/TC, en el presente caso corresponde evaluar si el demandante ha sido objeto de un despido incausado.

Análisis de la controversia

3. Para resolver la controversia planteada, conviene recordar que en las SSTC 00002-2010-PI/TC y 03818-2009-PA/TC, así como en la RTC Nº 00002-2010-PI/TC, este Tribunal ha establecido que el régimen de protección sustantivo – reparador contra el despido arbitrario previsto en el régimen laboral especial del contrato administrativo de servicios guarda conformidad con el artículo 27º de la Constitución.

Consecuentemente en el proceso de amparo no corresponde analizar si con anterioridad a la suscripción del contrato administrativo de servicios, los servicios eventuales y el contrato modal suscrito se desnaturalizaron, pues en el caso de que ello hubiese ocurrido, dicha situación de fraude constituiría un período independiente del inicio del contrato administrativo de servicios, que es constitucional.

4. Hecha la precisión que antecede cabe señalar que a fojas 23 de autos, obra copia del contrato administrativo de servicios suscrito por el demandante y la Municipalidad demandada, a través del cual se acredita que el demandante prestaba servicios sujeto a un contrato administrativo de servicios, el cual establece como fecha de término el 31 de diciembre de 2010, lo que acredita que el demandante dejó de prestar servicios en la municipalidad demandada debido al vencimiento del plazo de su CAS, por lo tanto, la extinción de la relación laboral se produjo en forma automática, conforme al artículo 13.1 h) del Decreto Supremo 75-2008-PCM. Siendo ello así, corresponde desestimar la demanda.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda porque no se ha acreditado la vulneración del derecho al trabajo del demandante.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

W-1061050-22

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 04535-2011-PA/TCCAJAMARCAARLENE MARITZA CULQUI BRINGAS

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 14 días del mes de diciembre de 2012, la Sala Primera del Tribunal Constitucional pronuncia la siguiente sentencia con el voto en mayoría de los magistrados Mesía Ramírez y Beaumont Callirgos, y el voto dirimente del magistrado Eto Cruz, llamado a componer la discordia suscitada por el voto del magistrado Álvarez Miranda

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Arlene Maritza Culqui Bingas contra la sentencia de fojas 103, su fecha 7 de diciembre de 2011, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 25 de octubre de 2010, la recurrente interpone demanda de amparo contra la Municipalidad Provincial de Cajamarca, solicitando que se deje sin efecto el despido arbitrario del que fue objeto; y que, consecuentemente, se ordene su reposición en el cargo de obrera de limpieza que venía ocupando. Refi ere que prestó servicios de manera ininterrumpida desde el abril de 2009 hasta agosto de 2010, fecha en la que fue despedida sin que se le exprese una causa justa prevista en la ley, pese a que en los hechos se había confi gurado una relación laboral a plazo indeterminado porque se presentaron todos los elementos de un contrato de trabajo. Sostiene que se han vulnerado sus derechos constitucionales al trabajo, al debido proceso y de defensa.

El procurador público de la Municipalidad emplazada propone la excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa y contesta la demanda argumentando que debe entenderse que la recurrente estuvo prestando servicios al amparo de lo dispuesto en el Decreto Legislativo Nº 1057, norma legal que desde que entró en vigor regula todas aquellas relaciones contractuales irregulares y reemplaza los contratos de locación de servicios.

El Tercer Juzgado Especializado en lo Civil de Cajamarca con fecha 13 de enero de 2011, declara infundada la excepción propuesta; y con fecha 8 de marzo de 2011, declara fundada la demanda por estimar que la demandante, al ser una obrera de limpieza, efectuaba una labor permanente, y que al haber superado el periodo de prueba solamente podía ser despedida por una causa justa prevista en la ley. El a quo sostiene que entre las partes se presentaron todos los elementos típicos de un contrato de trabajo a plazo indeterminado.

La Sala revisora revocando la apelada, declara infundada la demanda por considerar que la recurrente no acreditó la continuidad de sus labores y además porque únicamente laboró en obras determinadas.

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio y procedencia de la demanda

1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la reposición de la recurrente en el cargo de obrera que venía desempeñando, por haber sido objeto de un despido arbitrario. Alega la demandante que prestó servicios bajo una relación laboral de naturaleza indeterminada porque realizaba una labor de carácter permanente.

2. De acuerdo con los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativos a materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, corresponde evaluar si la demandante ha sido objeto de un despido arbitrario.

Análisis de la controversia

3. Con la constancia de fecha 8 de julio de 2010 (f. 3), las boletas de pago (f. 4 a 8), el Informe Nº 003-2012-H.M.A.-RR.HH-MPC, de fecha 11 de enero de 2012 (f. 8 del cuaderno del Tribunal), y la constancia de fecha 19 de octubre de 2010 (f. 2), se acredita que la demandante prestó servicios para la Municipalidad emplazada desde abril de 2009 hasta marzo de 2010 y desde mayo hasta agosto de 2010, trabajando como obrera en proyectos para la Municipalidad emplazada.

4. Según el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, “En toda prestación personal de servicios remunerados

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48462 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

y subordinados, se presume la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado. El contrato individual de trabajo puede celebrarse libremente por tiempo indeterminado o sujeto a modalidad. El primero podrá celebrarse en forma verbal o escrita; y el segundo, en los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”.

5. Del artículo transcrito puede señalarse que en el régimen laboral peruano el principio de continuidad opera como un límite a la contratación laboral por tiempo determinado. Por ello, este Tribunal, en la STC 1874-2002-AA/TC, precisó que hay una preferencia de la contratación laboral por tiempo indefinido sobre la de duración determinada, la que tiene carácter excepcional y procede únicamente cuando las labores que se van a prestar (objeto del contrato) son de naturaleza temporal o accidental.

6. Y es que como resultado de ese carácter excepcional la ley establece formalidades, requisitos, condiciones y plazos especiales para este tipo de contratos, e incluso sanciones cuando a través de estos, utilizando la simulación o el fraude, se pretende evadir la contratación laboral por tiempo indeterminado.

7. En consecuencia, el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR opera como un límite a la contratación temporal, ya que sólo los empleadores podrán contratar trabajadores con contratos de trabajo sujetos a modalidad “en los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”, pues en caso contrario el contrato de trabajo será considerado de duración indeterminada.

8. En el presente caso, no se advierte de autos que las partes hayan celebrado un contrato de trabajo a plazo fi jo sujeto a modalidad ni ningún otro tipo de contrato, por lo que debe concluirse que las partes no suscribieron un contrato por escrito, habiéndose confi gurado, por tanto, una relación laboral de naturaleza indeterminada, lo cual tampoco ha sido desvirtuado por la Municipalidad emplazada, pese a que este Tribunal, mediante resolución de fecha 21 de noviembre de 2011, le requirió copias de los contratos.

9. Por ello, en virtud de lo expuesto y lo establecido por el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, vale concluir que entre las partes existió un contrato de trabajo de naturaleza indeterminada y que por tanto, la demandante sólo podía ser despedida por una causa justa prevista en la ley, por lo que la ruptura del vínculo laboral sustentada en el vencimiento del plazo del contrato tiene el carácter de un despido arbitrario, frente a lo cual procede la reposición como fi nalidad eminentemente restitutoria de todo proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales.

Por tanto, al haberse confi gurado entre las partes una relación laboral de naturaleza indeterminada durante el periodo comprendido desde mayo hasta agosto de 2010, dicha situación no puede verse enervada por la contratación temporal de la actora, efectuada en los meses de mayo de 2011 y de octubre a diciembre de 2011, a la que se hace referencia en el Informe Nº 003-2012-H.M.A.-RR.HH-MPC, de fecha 11 de enero de 2012 (f. 8 del cuaderno del Tribunal).

10. En la medida en que en este caso, se ha acreditado que la Municipalidad emplazada ha vulnerado los derechos constitucionales alegados por la demandante, corresponde, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, ordenar el pago de los costos procesales, los cuales deben ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

11. Teniendo presente que existen reiterados casos en los que se estima la demanda de amparo por haberse comprobado un despido arbitrario, resulta pertinente señalar que cuando se interponga y admita una demanda de amparo contra la Administración Pública que tenga por fi nalidad la reposición del demandante, ello debe registrarse como una posible contingencia económica que tiene que preverse en el presupuesto, con la fi nalidad de que la plaza que se ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimativa.

En estos casos, la Administración Pública para justifi car el mantenimiento de la plaza presupuestada tendrá presente que el artículo 7º del C.P.Const. dispone que “El Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se afecta el derecho constitucional invocado”.

Con la opinión del procurador público puede evitarse y preverse gastos fi scales, ya que la Administración Pública puede allanarse a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir con el proceso.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda por haberse acreditado la violación de los derechos constitucionales al trabajo, al debido proceso y de defensa; en consecuencia, NULO el despido de que ha sido víctima la demandante.

2. ORDENAR que la Municipalidad Provincial de Cajamarca reponga a doña Arlene Maritza Culqui Bringas como trabajadora a plazo indeterminado, en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos del proceso.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZBEAUMONT CALLIRGOSETO CRUZ

VOTO DEL MAGISTRADO ETO CRUZ

Concuerdo con los fundamentos y el fallo contenidos en el voto de los magistrados Mesía Ramírez y Beaumont Callirgos; por lo que mi voto es por declarar FUNDADA la demanda por haberse acreditado la violación de los derechos constitucionales al trabajo, al debido proceso y de defensa; en consecuencia, NULO el despido de que ha sido víctima la demandante; y ORDENAR que la Municipalidad Provincial de Cajamarca reponga a doña Arlene Maritza Culqui Bringas como trabajadora a plazo indeterminado, en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos del proceso.

SS.ETO CRUZ

VOTO DE LOS MAGISTRADOS MESÍA RAMÍREZY BEAUMONT CALLIRGOS

Sustentamos el presente voto en las consideraciones siguientes:

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio y procedencia de la demanda

1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la reposición de la recurrente en el cargo de obrera que venía desempeñando, por haber sido objeto de un despido arbitrario. Alega la demandante que prestó servicios bajo una relación laboral de naturaleza indeterminada porque realizaba una labor de carácter permanente.

2. De acuerdo con los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativos a materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, corresponde evaluar si la demandante ha sido objeto de un despido arbitrario.

Análisis de la controversia

3. Con la constancia de fecha 8 de julio de 2010 (f. 3), las boletas de pago (f. 4 a 8), el Informe Nº 003-2012-H.M.A.-RR.HH-MPC de fecha 11 de enero de 2012 (f. 8 del cuaderno del Tribunal), y la constancia de fecha 19 de octubre de 2010 (f. 2), acreditan que la demandante prestó servicios para la Municipalidad emplazada desde abril de 2009 hasta marzo de 2010, y desde mayo hasta agosto de 2010, trabajando como obrera en proyectos para la Municipalidad emplazada.

4. Según el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, “En toda prestación personal de servicios remunerados y subordinados, se presume la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado. El contrato individual de trabajo puede celebrarse libremente por tiempo indeterminado o sujeto a modalidad. El primero podrá celebrarse en forma verbal o escrita y el segundo en los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”.

5. Del artículo transcrito puede señalarse que en el régimen laboral peruano el principio de continuidad opera como un límite a la contratación laboral por tiempo determinado. Por ello, este Tribunal, en la STC 1874-2002-AA/TC, precisó que hay una preferencia de la contratación laboral por tiempo indefi nido sobre la de duración determinada, la que tiene carácter excepcional y procede únicamente cuando las labores que se van a prestar (objeto del contrato) son de naturaleza temporal o accidental.

6. Y es que como resultado de ese carácter excepcional la ley establece formalidades, requisitos, condiciones y plazos especiales para este tipo de contratos, e incluso sanciones cuando a través de estos, utilizando la simulación o el fraude, se pretende evadir la contratación laboral por tiempo indeterminado.

7. En este sentido, el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR opera como un límite a la contratación temporal, ya que sólo los empleadores podrán contratar trabajadores con contratos de trabajo sujetos a modalidad “en los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”, pues en caso contrario el contrato de trabajo será considerado de duración indeterminada.

8. En el presente caso, no se advierte de autos que las partes hayan celebrado un contrato de trabajo a plazo fi jo sujeto a modalidad ni ningún otro tipo de contrato, por lo que debe concluirse que las partes no suscribieron un contrato por escrito, habiéndose confi gurado, por tanto, una relación laboral de naturaleza indeterminada. Lo cual tampoco ha sido desvirtuado por la Municipalidad emplazada, pese a que este Tribunal mediante resolución de fecha 21 de noviembre de 2011 le requirió copias de los contratos.

9. Por ello, en virtud de lo expuesto y lo establecido por el

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48463

artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR vale concluir que entre las partes existió un contrato de trabajo de naturaleza indeterminada y que por tanto la demandante sólo podía ser despedida por una causa justa prevista en la ley, por lo que la ruptura del vínculo laboral, sustentada en el vencimiento del plazo del contrato, tiene el carácter de un despido arbitrario, frente a lo cual procede la reposición como fi nalidad eminentemente restitutoria de todo proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales.

Por tanto, al haberse confi gurado entre las partes una relación laboral de naturaleza indeterminada durante el periodo comprendido desde mayo hasta agosto de 2010, dicha situación no puede verse enervada por la contratación temporal de la actora, efectuada en los meses de mayo de 2011 y de octubre a diciembre de 2011, a la que se hace referencia el Informe Nº 003-2012-H.M.A.-RR.HH-MPC, de fecha 11 de enero de 2012 (f. 8 del cuaderno del Tribunal).

10. En la medida en que en este caso, se ha acreditado que la Municipalidad emplazada ha vulnerado los derechos constitucionales alegados por la demandante, corresponde, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, ordenar el pago de los costos procesales, los cuales deben ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

11. Teniendo presente que existen reiterados casos en los que se estima la demanda de amparo por haberse comprobado un despido arbitrario resulta pertinente señalar que cuando se interponga y admita una demanda de amparo contra la Administración Pública que tenga por fi nalidad la reposición del demandante, ello debe registrarse como una posible contingencia económica que tiene que preverse en el presupuesto, con la fi nalidad de que la plaza que se ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimativa.

En estos casos, la Administración Pública para justifi car el mantenimiento de la plaza presupuestada tendrá presente que el artículo 7º del C.P.Const. dispone que “El Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se afecta el derecho constitucional invocado”.

Con la opinión del procurador público puede evitarse y preverse gastos fi scales, ya que la Administración Pública puede allanarse a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir con el proceso.

Por estas consideraciones, corresponde:

1. Declarar FUNDADA la demanda por haberse acreditado la violación de los derechos constitucionales al trabajo, al debido proceso y de defensa; en consecuencia, NULO el despido de que ha sido víctima la demandante.

2. ORDENAR que la Municipalidad Provincial de Cajamarca reponga a doña Arlene Maritza Culqui Bringas como trabajadora a plazo indeterminado, en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos del proceso.

SS.

MESÍA RAMÍREZBEAUMONT CALLIRGOS

VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADOÁLVAREZ MIRANDA

Con el debido respeto por la opinión del resto de mis colegas magistrados emito el presente voto singular por las razones que expongo a continuación

1. Según el artículo 5º de la Ley Nº 28175, Ley Marco del Empleo Público, el acceso al empleo público se realiza mediante concurso público y abierto, por grupo ocupacional, en base a los méritos y capacidad de las personas, en un régimen de igualdad de oportunidades.

2. A través de dicho fi ltro, se persigue, en la medida de lo posible, de dotar a la Administración Pública de los mejores cuadros pues a diferencia de lo que ocurre con los particulares, quienes guiados por el incentivo de ser cada día más efi cientes bajo pena de ser expectorados del mercado, procuran captar al mejor personal en base a sus cualifi caciones personales y trayectoria; ello no suele presentarse con frecuencia en el sector público, pues carece de tal incentivo.

3. De ahí que, a fi n de corregir tal situación, resulta constitucionalmente lógico que el Ordenamiento Jurídico supedite el acceso al empleo público a la aprobación de un concurso en el que se evalúen tanto los méritos como las habilidades de los participantes en el marco de una evaluación transparente. Sólo de esta manera, se garantizaría que el gobierno de turno no utilice el aparato estatal para cubrir tales plazas con personas cercanas al mismo que carezcan de la idoneidad necesaria para ocuparlas.

4. Por ello, en el empleo público no cabe la aplicación mecánica del concepto de “desnaturalización”, pues a diferencia

de una empresa particular en la que sus accionistas velan por sus legítimos intereses; el Estado que es la gran empresa de todos los peruanos, muchas veces termina siendo superado por intereses subalternos, perjudicando abiertamente a la sociedad en su conjunto, y en especial, a las personas que a pesar de estar debidamente cualifi cadas y tener vocación de servicio, no logran ingresar al sector público.

5. No desconozco que, jurisprudencialmente este Colegiado ha venido amparando pretensiones tendientes a reincorporar a extrabajadores públicos que fueron contratados bajo una fi gura modal so pretexto de una “desnaturalización” del mismo, sin tomar en consideración el citado fi ltro, pese a que de manera uniforme y reiterada se ha señalado que el proceso de amparo tiene una fi nalidad restitutiva y no declarativa.

6. En tal escenario, se ha venido incorporando al régimen laboral de la actividad privada regulado en el Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo Nº 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral a ex - trabajadores contratados bajo fi guras modales, pese a no haber pasado por un proceso evaluación previa de méritos, a través de la cual, se determine en primer lugar si existe una plaza disponible, y en segundo término, si el recurrente cumple con los requisitos necesarios para desempeñar dicha labor, pues si bien previamente ha sido evaluado al ser contratado bajo cualquier fi gura modal, dicha evaluación no tiene el rigor que supondría su ingreso defi nitivo.

7. Así mismo, tampoco puede soslayarse que todo hace indicar que en el caso de autos existirían indicios que la “desnaturalización” del contrato tiene su origen en una actitud negligente o maliciosa de funcionarios de la emplazada, que podría tener rasgos de mala fe, que en todo caso deberían ser objeto de un debate en la vía ordinaria.

Por tales consideraciones, soy de la opinión que la presente demanda debe ser declarada IMPROCEDENTE.

S.

ÁLVAREZ MIRANDA

W-1061050-23

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 01752-2011-PA/TCAREQUIPAROBERTH ALEXANDER POMAREDA JUÁREZ

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima (Arequipa), a los 13 días del mes de septiembre de 2012, la Sala Primera del Tribunal Constitucional pronuncia la siguiente sentencia con el voto en mayoría de los magistrados Beaumont Callirgos y Calle Hayen, y el voto dirimente del magistrado Eto Cruz, llamado a componer la discordia suscitada por el voto del magistrado Álvarez Miranda.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Roberth Alexander Pomareda Juárez contra la sentencia expedida por la Sala Mixta de Vacaciones de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, de fojas 139, su fecha 25 de febrero de 2011, que declaró improcedente la demanda de amparo de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 1 de diciembre de 2009, el recurrente interpone demanda de amparo contra el Poder Judicial, solicitando que se ordene la adjudicación de la plaza de asistente judicial o de otra plaza del mismo nivel o equivalente, a tenor de lo señalado en el considerando cuarto de la Resolución del Consejo Ejecutivo Distrital de Arequipa Nº 105-2009-CEJD/CSA. Manifi esta que mediante concurso público obtuvo la plaza de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná; que sin embargo, se le informó de que la plaza a la cual concursó había sido reservada por medida cautelar, por lo que solicitó que se le adjudique una plaza similar; que sin embargo, mediante Acta Nº 016-2009-CSJA-CPSP, de fecha 6 de noviembre de 2009, la Comisión Permanente de Selección de Personal de la Corte Superior de Justicia de Arequipa desestimó su solicitud, por no existir una plaza de igual nivel y perfi l a la postulada. Refi ere que al no ser contratado ni asignado para desempeñar la función de asistente judicial se está vulnerando sus derechos al trabajo y a la igualdad de oportunidades.

El procurador público adjunto a cargo de los asuntos judiciales del Poder Judicial contesta la demanda alegando que el amparo no es la vía idónea para tutelar el derecho del recurrente, siendo la vía adecuada el proceso contencioso administrativo.

El Undécimo Juzgado Civil de Arequipa, con fecha 22 de julio de 2010, declaró fundada la demanda, por considerar que el demandante obtuvo de manera legítima la plaza de asistente judicial, por lo que, de no adjudicarle la plaza ganada, se estaría vulnerando su derecho al trabajo, consagrado en el artículo 22 de la Constitución.

La Sala Superior competente, revocando la apelada, declaró improcedente la demanda, por estimar que existían vías procedimentales específi cas e igualmente satisfactorias para la

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48464 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

protección del derecho constitucional amenazado o vulnerado, de conformidad con el inciso 2 del artículo 5 del Código Procesal Constitucional.

FUNDAMENTOS

1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la contratación del demandante en el cargo de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná o en otro cargo de similar nivel o categoría, por haber ganado el concurso público de méritos convocado por la Corte Superior de Justicia de Arequipa.

2. Sobre la base del alegato indicado y en atención a los supuestos de procedencia del amparo laboral, establecidos en los fundamentos 7 a 20 del precedente vinculante recaído en la STC Nº 00206-2005-PA/TC, este Tribunal considera que en el presente caso corresponde emitir un pronunciamiento de fondo.

§. Análisis de la controversia

3. Con los documentos obrantes de fojas 3 a 14, se encuentra probado que el demandante decidió participar en el concurso público de méritos que convocó la Corte Superior de Justicia de Arequipa (Convocatoria Externa Nº 001-2009), para seleccionar e incorporar la plaza vacante y presupuestada, entre otras, de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná.

Sobre el particular, en la STC 04331-2008-PA/TC este Tribunal precisó que el concurso público de méritos constituye un mecanismo de promoción de los principios de igualdad e imparcialidad, en cuanto garantiza que a la Administración Pública accedan los mejores y los más capaces, descartándose de manera defi nitiva la inclusión de otros factores de valoración que son contrarios a la esencia misma del Estado social de derecho, tales como el favoritismo y el nepotismo.

En buena cuenta, el concurso público de méritos busca la acreditación de un conjunto de aptitudes, conocimientos teóricos y prácticos, y experiencia basados exclusivamente en el mérito y la capacidad, garantizando así la excelencia en la calidad del servicio y la efi ciencia de la Administración Pública.

4. Ahora bien, con la Relación de Ganadores de la Convocatoria Externa Nº 001-2009, obrante a fojas 10, se acredita que el demandante superó satisfactoriamente el proceso de selección y obtuvo el primer lugar, es decir, que fue el ganador del concurso público de méritos celebrado por la Corte Superior de Justicia de Arequipa para cubrir la plaza de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná.

Por tanto, resulta razonable concluir que quien ocupe el primer lugar, de acuerdo con el puntaje obtenido, será el ganador de la plaza del concurso público de méritos. Si se procede de otro modo, se estaría ante un acto arbitrario e inconstitucional.

5. Sin embargo, cuando la Corte Superior de Justicia de Arequipa debió haber contratado al demandante como asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná emitió la Resolución del Consejo Ejecutivo Distrital de Arequipa Nº 105-2009-CEJD/CSA, de fecha 21 de octubre de 2009, obrante de fojas 15 a 16, que en su cuarto considerando señala:

Que, habiendo la comisión evaluadora propuesto la adjudicación de plazas vacantes a los ganadores de una plaza que por efecto de las medidas cautelares notifi cadas no ha sido posible su asignación: propuesta que ha sido aprobada en reunión de Consejo Ejecutivo Distrital de la fecha bajo los siguientes criterios: a) Ranking que haya sido ganador de terna. b) Que la plaza sea del mismo nivel o equivalente, cada uno dentro de la correspondiente área administrativa o jurisdiccional, según sea el caso. Salvo que por la función sea compatible: y, c) El perfi l sea el correspondiente. Encontrándose dentro de dichos supuestos las plazas con código 6224, 6664, 6388 y 16130, cuya adjudicación se aprueba.

En tal sentido, le correspondía a la Comisión Permanente de Selección de Personal proponer, con la mayor brevedad, la plaza que se le podía adjudicar válidamente al demandante, conforme se consigna en el quinto considerando y el tercer punto resolutivo de la resolución administrativa mencionada.

6. Como consecuencia de ello, la Comisión Permanente de Selección de Personal de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, con fecha 6 de noviembre de 2009, desestimó el pedido del demandante de adjudicarle una plaza de igual nivel y perfi l a la que postuló y ganó (asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná), conforme se consigna en el Acta Nº 016-2009-CSJA-CPSP, obrante a fojas 33.

De la valoración conjunta de los medios probatorios obrantes en autos, se llega a la conclusión de que la Corte Superior de Justicia de Arequipa ha vulnerado el derecho al trabajo del demandante en su faceta de acceso al puesto de trabajo, pues si bien existe una justifi cación para no adjudicarle la plaza de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná porque ésta se encuentra retenida con una medida cautelar, desde que ello ocurrió hasta la fecha, han transcurrido más de dos años, hecho que torna irrazonable y arbitraria la justifi cación de la Corte Superior de Justicia de Arequipa.

Asimismo, la actuación de la Corte Superior de Justicia de Arequipa es contraria a la naturaleza misma del concurso público de méritos, porque varió ex post facto y unilateralmente las reglas a las que, inicialmente, el demandante se había ajustado, ya que en las bases del concurso público obrante de fojas 3 a 9, no se prevé que alguna de las plazas vacantes y presupuestadas se encontraban retenidas por una medida cautelar, a fi n de no crear falsas expectativas a las personas interesadas en desempeñar las plazas convocadas a concurso.

7. Consecuentemente, en el caso de autos se encuentra probado que el demandante es titular del derecho al trabajo por haber participado en el concurso público de méritos convocado por la Corte Superior de Justicia de Arequipa y haberlo ganado; sin embargo, hasta la fecha no puede ejercer dicho derecho porque la plaza a la que postuló y que ganó no se le puede adjudicar debido a que sobre ella existe una medida cautelar.

Cabe destacar que estos mismos hechos también se presentaron en el caso de otro postulante ganador; sin embargo, en su caso la Comisión Permanente de Selección de Personal de la Corte Superior de Justicia de Arequipa decidió adjudicarle una plaza diferente de la que postuló y ganó, conforme se comprueba con el primer acuerdo del Acta Nº 016-2009-CSJA-CPSP, obrante a fojas 33.

Este comportamiento demuestra que la Comisión Permanente de Selección de Personal de la Corte Superior de Justicia de Arequipa en casos similares ha actuado en forma diferente sin que exista una razón objetiva, afectando de este modo el derecho a la igualdad, pues si bien la Comisión referida ha señalado que al demandante no se le puede adjudicar una plaza distinta a la de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná, en autos se encuentra probado que algunas de las plazas del concurso público de méritos no fueron adjudicadas y son similares a la plaza mencionada, como por ejemplo la plaza de asistente judicial del pull de asistentes del Módulo Básico de Justicia de Paucarpata o la plaza de asistente del Sétimo Juzgado de Paz Letrado.

8. En este contexto, este Tribunal considera que la demanda debe ser estimada, pues se encuentra probado que el demandante postuló a la plaza presupuestada y vacante de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná, en el concurso público de méritos convocado por la Corte Superior de Justicia de Arequipa, y que la ganó; asimismo, que existen otras plazas vacantes y presupuestadas que son similares a la plaza mencionada; es decir, que cabe la posibilidad de que al demandante se le pueda adjudicar una plaza distinta a la que ganó para que pueda ejercer su derecho al trabajo.

9. Por otra parte, en la medida en que, en este caso, se ha acreditado que la emplazada ha vulnerado el derecho de defensa del demandante, corresponde, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, ordenar a la emplazada que asuma los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda, por haberse acreditado la vulneración del derecho al trabajo.

2. ORDENAR que la Corte Superior de Justicia de Arequipa cumpla con adjudicarle a don Roberth Alexander Pomareda Juárez una plaza distinta a la de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná, pero de similar categoría o nivel, en el plazo de cinco días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

Publíquese y notifíquese.

SS.

BEAUMONT CALLIRGOSCALLE HAYENETO CRUZ

VOTO DE LOS MAGISTRADOS BEAUMONT CALLIRGOS Y CALLE HAYEN

Sustentamos el presente voto en las consideraciones siguientes:

FUNDAMENTOS

1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la contratación del demandante en el cargo de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná o en otro cargo de similar nivel o categoría, por haber ganado el concurso público de méritos convocado por la Corte Superior de Justicia de Arequipa.

2. Sobre la base del alegato indicado y en atención a los supuestos de procedencia del amparo laboral, establecidos en los fundamentos 7 a 20 del precedente vinculante recaído en la STC Nº 00206-2005-PA/TC, consideramos que en el presente caso corresponde emitir un pronunciamiento de fondo.

§. Análisis de la controversia

3. Con los documentos obrantes de fojas 3 a 14, se encuentra probado que el demandante decidió participar en el concurso público de méritos que convocó la Corte Superior de Justicia de Arequipa (Convocatoria Externa Nº 001-2009), para seleccionar e incorporar la plaza vacante y presupuestada, entre otras, de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná.

Sobre el particular, en la STC Nº 04331-2008-PA/TC este Tribunal precisó que el concurso público de méritos constituye un mecanismo de promoción de los principios de igualdad e imparcialidad, en cuanto garantiza que a la Administración Pública

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48465

accedan los mejores y los más capaces, descartándose de manera defi nitiva la inclusión de otros factores de valoración que son contrarios a la esencia misma del Estado social de derecho, tales como el favoritismo y el nepotismo.

En buena cuenta, el concurso público de méritos busca la acreditación de un conjunto de aptitudes, conocimientos teóricos y prácticos, y experiencia basados exclusivamente en el mérito y la capacidad, garantizando así la excelencia en la calidad del servicio y la efi ciencia de la Administración Pública.

4. Ahora bien, con la Relación de Ganadores de la Convocatoria Externa Nº 001-2009, obrante a fojas 10, se acredita que el demandante superó satisfactoriamente el proceso de selección y obtuvo el primer lugar, es decir, que fue el ganador del concurso público de méritos celebrado por la Corte Superior de Justicia de Arequipa para cubrir la plaza de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná.

Por tanto, resulta razonable concluir que quien ocupe el primer lugar, de acuerdo con el puntaje obtenido, será el ganador de la plaza del concurso público de méritos. Si se procede de otro modo, estaríamos ante un acto arbitrario e inconstitucional.

5. Sin embargo, cuando la Corte Superior de Justicia de Arequipa debió haber contratado al demandante como asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná emitió la Resolución del Consejo Ejecutivo Distrital de Arequipa Nº 105-2009-CEJD/CSA, de fecha 21 de octubre de 2009, obrante de fojas 15 a 16, que en su cuarto considerando señala:

Que, habiendo la comisión evaluadora propuesto la adjudicación de plazas vacantes a los ganadores de una plaza que por efecto de las medidas cautelares notifi cadas no ha sido posible su asignación: propuesta que ha sido aprobada en reunión de Consejo Ejecutivo Distrital de la fecha bajo los siguientes criterios: a) Ranking que haya sido ganador de terna. b) Que la plaza sea del mismo nivel o equivalente, cada uno dentro de la correspondiente área administrativa o jurisdiccional, según sea el caso. Salvo que por la función sea compatible: y, c) El perfi l sea el correspondiente. Encontrándose dentro de dichos supuestos las plazas con código 6224, 6664, 6388 y 16130, cuya adjudicación se aprueba.

En tal sentido, le correspondía a la Comisión Permanente de Selección de Personal proponer, con la mayor brevedad, la plaza que se le podía adjudicar válidamente al demandante, conforme se consigna en el quinto considerando y el tercer punto resolutivo de la resolución administrativa mencionada.

6. Como consecuencia de ello, la Comisión Permanente de Selección de Personal de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, con fecha 6 de noviembre de 2009, desestimó el pedido del demandante de adjudicarle una plaza de igual nivel y perfi l a la que postuló y ganó (asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná), conforme se consigna en el Acta Nº 016-2009-CSJA-CPSP, obrante a fojas 33.

De la valoración conjunta de los medios probatorios obrantes en autos, llegamos a la conclusión de que la Corte Superior de Justicia de Arequipa ha vulnerado el derecho al trabajo del demandante en su faceta de acceso al puesto de trabajo, pues si bien existe una justifi cación para no adjudicarle la plaza de Asistente Judicial de la Sala Mixta de Camaná porque ésta se encuentra retenida con una medida cautelar, desde que ello ocurrió hasta la fecha, han transcurrido más de dos años, hecho que torna en irrazonable y arbitraria la justifi cación de la Corte Superior de Justicia de Arequipa.

Asimismo, la actuación de la Corte Superior de Justicia de Arequipa es contraria a la naturaleza misma del concurso público de méritos, porque varió ex post facto y unilateralmente las reglas a las que, inicialmente, el demandante se había ajustado, ya que en las bases del concurso público obrante de fojas 3 a 9, no se prevé que alguna de las plazas vacantes y presupuestadas se encontraban retenidas por una medida cautelar, a fi n de no crear falsas expectativas a las personas interesadas en desempeñar las plazas convocadas a concurso.

7. Consecuentemente, en el caso de autos se encuentra probado que el demandante es titular del derecho al trabajo por haber participado en el concurso público de méritos convocado por la Corte Superior de Justicia de Arequipa y haberlo ganado; sin embargo, hasta la fecha no puede ejercer dicho derecho porque la plaza a la que postuló y que ganó no se le puede adjudicar debido a que sobre ella existe una medida cautelar.

Cabe destacar que estos mismos hechos también se presentaron en el caso de otro postulante ganador; sin embargo, en su caso la Comisión Permanente de Selección de Personal de la Corte Superior de Justicia de Arequipa decidió adjudicarle una plaza diferente de la que postuló y ganó, conforme se comprueba con el primer acuerdo del Acta Nº 016-2009-CSJA-CPSP, obrante a fojas 33.

Este comportamiento demuestra que la Comisión Permanente de Selección de Personal de la Corte Superior de Justicia de Arequipa en casos similares ha actuado en forma diferente sin que exista una razón objetiva, afectando de este modo el derecho a la igualdad, pues si bien la Comisión referida ha señalado que al demandante no se le puede adjudicar una plaza distinta a la de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná, en autos se encuentra probado que algunas de las plazas del concurso público de méritos no fueron adjudicadas y son similares a la plaza mencionada, como por ejemplo la plaza de asistente judicial del pull de asistentes del Módulo Básico de Justicia de Paucarpata o la plaza de asistente del Sétimo Juzgado de Paz Letrado.

8. En este contexto, consideramos que la demanda debe ser estimada, pues se encuentra probado que el demandante

postuló a la plaza presupuestada y vacante de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná, en el concurso público de méritos convocado por la Corte Superior de Justicia de Arequipa, y que la ganó; asimismo, que existen otras plazas vacantes y presupuestadas que son similares a la plaza mencionada; es decir, que cabe la posibilidad de que al demandante se le pueda adjudicar una plaza distinta a la que ganó para que pueda ejercer su derecho al trabajo.

9. Por otra parte, en la medida en que, en este caso, se ha acreditado que la emplazada ha vulnerado el derecho de defensa del demandante, corresponde, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, ordenar a la emplazada que asuma los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

Por las consideraciones precedentes, se debe declarar FUNDADA la demanda, por haberse acreditado la vulneración del derecho al trabajo y, en consecuencia, ORDENAR que la Corte Superior de Justicia de Arequipa cumpla con adjudicarle a don Roberth Alexander Pomareda Juárez una plaza distinta a la de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná, pero de similar categoría o nivel, en el plazo de 5 días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

SS.

BEAUMONT CALLIRGOSCALLE HAYEN

VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO ETO CRUZ

Con el debido respeto por la opinión del magistrado Álvarez Miranda, me adhiero a lo resuelto por los magistrados Beaumont Callirgos y Calle Hayen, y en ese sentido, mi voto es porque se declare FUNDADA la demanda, por haberse acreditado la vulneración del derecho al trabajo y, en consecuencia, ORDENAR que la Corte Superior de Justicia de Arequipa cumpla con adjudicarle a don Roberth Alexander Pomareda Juárez una plaza distinta a la de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná, pero de similar categoría o nivel, en el plazo de 5 días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

Sr.ETO CRUZ

VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADOÁLVAREZ MIRANDA

Con el debido respeto por la opinión de mis colegas magistrados, emito el presente voto singular por cuanto si bien estimo que la presente demanda resulta fundada, no comparto ni el fallo ni los argumentos que sustentan tal posición.

1. A través del presente proceso, el recurrente solicita que se le otorgue una plaza de asistente judicial de la Sala Mixta de Camaná u otra de similar nivel y categoría, en la medida que ganó dicha plaza (7103) en el Concurso Público de Méritos convocado por la Corte Superior de Justicia de Arequipa conforme se advierte de la documentación obrante a fojas 11.

Al respecto, conviene precisar que, tal como lo refi ere la emplazada en el Acta Nº 016-2009-CSJA-CPSP, dicha plaza ha concedida cautelarmente a Greta Ramos Quispe (fojas 39), por lo que al tratar de reubicarlo en otra plaza, ello no ha sido posible por cuanto no existe otra disponible con el mismo nivel y perfi l.

2. Por su parte, el procurador público del Poder Judicial se limita a solicitar la improcedencia de la demanda invocando las causales de improcedencia previstas en los artículos 2º y 4º del Código Procesal Constitucional.

Es más, al momento de apelar la sentencia de primer grado que declara fundada la presente demanda, la defensa del Estado se limita a repetir tales alegatos cuestionando la procedencia de la misma, sin entrar a refutar el fondo de lo controvertido en la presente demanda.

3. Luego de revisar minuciosamente la documentación obrante autos, estimo que en el caso de autos, la actuación del Poder Judicial ha sido arbitraria por cuanto a pesar de convocar un concurso público de méritos en el que resultó ganador el recurrente, permitió que esta sea ocupada por otra persona a través de una medida cautelar, pese a que la misma había sido sometida a concurso en el que se concluyó que la persona idónea por cualidades personales y profesionales para asumir dicho puesto de trabajo es el recurrente.

4. En tal escenario, entiendo como concurso público de méritos al “procedimiento complejo previamente reglado por la administración, mediante el señalamiento de las bases o normas claramente defi nidas, en virtud del cual se selecciona entre varios participantes que han sido convocados y reclutados, a la persona o personas que por razón de sus méritos y calidades adquieren el derecho a ser nombrados en un cargo público” (Sentencia de la Corte Constitucional Colombiana Nº T-256 de 1995), de modo que a través de dicho fi ltro, se persigue, en la medida de lo posible, dotar a la Administración Pública de los mejores cuadros, a diferencia de lo que ocurre con los particulares, quienes guiados

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48466 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

por el incentivo de ser cada día más efi cientes bajo pena de ser expulsados del mercado, procuran captar al mejor personal con base en sus cualifi caciones personales y trayectoria. En el sector público, ello no suele presentarse con frecuencia pues no existe tal incentivo.

5. De ahí que, a fi n de corregir tal situación, resulta constitucionalmente lógico que el ordenamiento jurídico supedite el acceso al empleo público a la aprobación de un concurso en el que se evalúen tanto los méritos como las habilidades de los participantes en el marco de una evaluación transparente.

6. No obstante lo expuesto, si bien existe un mandato judicial que ordena reponer cautelarmente a un trabajador que necesariamente debe ser cumplido, dicho mandato no puede ser ejecutado menoscabando las legítimas expectativas de quien cumplió satisfactoriamente todas las formalidades necesarias para ingresar en la Administración Pública, por lo que, en todo caso, la referida resolución judicial debió ser ejecutada en cualquiera de las plazas declaradas desiertas, no sólo por una innegable y manifi esta cuestión de justicia (que de por sí resulta sufi ciente para amparar la pretensión del recurrente) sino porque, en la práctica, tal decisión importa el despilfarro de todos los recursos públicos utilizados en el frustrado proceso de contratación del recurrente.

7. Por ello y tal como ha sido descrito en el párrafo precedente, el proceder de la emplazada resulta manifi estamente arbitrario pues en lugar de decantarse por la opción que favorece en mayor medida las expectativas y los derechos de los involucrados, optó por otra carente de toda razonabilidad, máxime cuando dicha decisión no cuenta con la debida motivación que respalde adecuadamente el sentido de lo resuelto.

8. Tal situación se agravaría cuando todo hace indicar (pues en autos no se aprecian los elementos necesarios para emitir un pronunciamiento al respecto) que el proceder de la emplazada no ha sido uniforme en todos los casos, pues existen indicios de que otra persona que se encontraba en una situación sustancialmente igual al demandante sí fue nombrada en otra plaza.

9. Por consiguiente y a fi n de enmendar dicha arbitrariedad, corresponde que la emplazada ubique al demandante en la plaza que ganó en el mencionado concurso y reubique a quien actualmente la ocupa (a través de la mencionada medida cautelar) en cualquier otra disponible, sin perjuicio de que interponga los recursos que considere necesarios para salvaguardar los intereses del Estado en dicho proceso judicial.

Por tales consideraciones, voto porque la presente demanda sea declarada FUNDADA en los términos estipulados en el Considerando Nº 9 del presente voto, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional.

S.

ÁLVAREZ MIRANDA

W-1061050-24

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 04328-2012-PA/TCLAMBAYEQUEÁLVARO BRAVO BRAVO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 14 días del mes de diciembre de 2012 la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Álvaro Bravo Bravo contra la resolución de fojas 75, su fecha 27 de agosto de 2012, expedida por la Sala Especializada de derecho Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

El recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), solicitando que se reajuste su pensión de jubilación en un monto equivalente a tres sueldos mínimos vitales en aplicación de la Ley 23908. Asimismo, solicita el pago de devengados e intereses legales.

La emplazada contesta la demanda alegando que para el otorgamiento de la pensión del actor aplicó los dispositivos legales vigentes.

El Quinto Juzgado Especializado Civil de Chiclayo, con fecha 5 de marzo de 2012, declara improcedente la demanda manifestando que el actor percibe una pensión de jubilación reducida en virtud del artículo 42 del Decreto Ley 19990, por lo que no le corresponde la aplicación de la Ley 23908, conforme al artículo 3 de la mencionada ley.

La Sala Superior competente confi rma la apelada argumentando que el monto de la pensión del recurrente era superior al que le correspondería por la aplicación de la Ley 23908.

FUNDAMENTOS

1. Delimitación del petitorio

El demandante pretende que se incremente el monto de su pensión de jubilación, en aplicación de los benefi cios establecidos en la Ley 23908.

En atención a los criterios de procedencia establecidos en el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC, que constituye precedente vinculante, y en concordancia con lo dispuesto en el artículo VII del Título Preliminar y los artículos 5, inciso 1, y 38 del Código Procesal Constitucional, este Tribunal estima que, en el presente caso, aun cuando la demanda cuestiona la suma específi ca de la pensión que percibe el demandante, procede efectuar su verifi cación, toda vez que se encuentra comprometido el derecho al mínimo vital.

En consecuencia la pretensión del recurrente está comprendida en el supuesto previsto en el fundamento 37 de la citada sentencia, motivo por el cual corresponde analizar el fondo de la controversia.

2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución)

2.1. Argumentos del demandante

Manifi esta que se le debe aplicar a su pensión de jubilación la Ley 23908, estableciendo como pensión inicial el monto de S/. 36.00 y que sin embargo la ONP la ha fi jado en S/. 13.34, suma inferior a la establecida por ley.

2.2. Argumentos de la demandada

Alega que el demandante no ha cumplido con acreditar la violación o amenaza de un derecho constitucional, pues de su demanda no se puede colegir cuál es el derecho constitucional supuestamente violado. Asimismo, señala que se le ha otorgado una pensión reducida conforme a los dispositivos legales vigentes.

2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

2.3.1. En cuanto a la aplicación de la Ley 23908, este Colegiado en la STC 5189-2005-PA/TC, del 13 de setiembre de 2006, atendiendo a su función ordenadora y pacifi cadora, y en mérito de lo dispuesto en el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, acordó precisar los criterios adoptados en la STC 198-2003-AC/TC para la aplicación de la Ley 23908 durante su periodo de vigencia, y dispuso la observancia obligatoria de los fundamentos jurídicos 5 y del 7 al 21.

2.3.2. De la Resolución 44245-2006-ONP/DC/DL 19990, de fecha 28 de abril de 2006 (f. 2), se observa que el demandante goza de pensión de jubilación reducida a partir del 28 de diciembre de 1990, al habérsele reconocido 6 años y 3 meses de aportaciones, de conformidad con el artículo 42 del Decreto Ley 19990.

2.3.3. Al respecto el artículo 3, inciso b, de la Ley 23908 señala expresamente que quedan excluidas de los alcances de la referida norma las pensiones reducidas de invalidez y jubilación a que se refi eren los artículos 28 y 42 del Decreto Ley 19990; consecuentemente no cabe reajustar la pensión del recurrente según los criterios establecidos en la Ley 23908. De otro lado, conviene precisar que la pensión se solicitó luego de haber transcurrido más de 13 años de la derogación de la Ley 23908.

2.3.4. Finalmente importa señalar que conforme a lo dispuesto por las Leyes 27617 y 27655, la pensión mínima establecida para el Sistema Nacional de Pensiones está determinada en atención al número de años de aportaciones acreditadas por el pensionista; y que en concordancia con las disposiciones legales, mediante la Resolución Jefatural 001-2002-JEFATURA-ONP (publicada el 3 de enero de 2002), se dispuso incrementar los niveles de pensión mínima mensual de las pensiones comprendidas en el Sistema Nacional de Pensiones a que se refi ere el Decreto Ley 19990, estableciéndose en S/. 308.00 el monto mínimo de las pensiones con más de 5 años y menos de 10 años de aportaciones.

2.3.5. Fluye de autos a fojas 9 que el demandante percibe una pensión de jubilación acorde a los años aportados, de lo que se concluye que actualmente no se está vulnerando su derecho al mínimo vital.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTODeclarar INFUNDADA la demanda al no haberse acreditado la

vulneración del derecho a la pensión del recurrente.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYENW-1061050-25

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48467

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 02278-2012-PA/TCTACNAGILBER DARIO QUISPE

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima (Arequipa), a los 14 días del mes de diciembre de 2012, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Gilber Dario Quispe contra la resolución de fojas 196, su fecha 9 de marzo de 2012, expedida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Superior de Justicia de Tacna, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Mediante demanda de fecha 21 de julio de 2010 y escrito de subsanatorio de fecha 12 de agosto de 2010, el recurrente interpone demanda de amparo contra el Subcomité de Administración del Fondo de Asistencia y Estimulo de la Dirección Regional de Educación - Tacna, solicitando que se deje sin efecto el despido arbitrario del cual ha sido objeto; y que, por consiguiente, se disponga su reposición en el cargo de vigilante nocturno que venía desempeñando, con el pago de las remuneraciones dejadas de percibir, sus intereses, y las costas y costos del proceso. Manifi esta que ha laborado para la entidad emplazada desde el 1 de noviembre de 2008 hasta el 14 de julio de 2010, y que entre las partes ha existido una relación laboral a plazo indeterminado, pues las labores que realizó eran ordinarias y de naturaleza permanente, por lo que no podía ser despedido sino por una causal relacionada con su conducta o capacidad laboral; que sin embargo, fue despedido sin expresión de causa, hecho que vulnera sus derechos constitucionales al trabajo, a trabajar libremente con sujeción a la ley, a la igualdad ante la ley, a la adecuada atención que debe brindar el Estado a los trabajadores, al carácter irrenunciable de los derechos reconocidos por la Constitución y la ley, a la adecuada protección contra el despido arbitrario, al debido proceso y de defensa.

El gerente administrativo de la entidad emplazada propone la excepción de incompetencia por razón de la materia, y contesta la demanda señalando que no procede el amparo en defensa de un derecho que carece de sustento constitucional directo o que no está referido a los aspectos constitucionalmente protegidos; agrega que el actor nunca realizó labores de naturaleza permanente ni estuvo sujeto a subordinación, pues prestó servicio de manera eventual.

El Segundo Juzgado Civil de Tacna, con fecha 15 de julio de 2011, en mérito a que la emplazada no cumplió con subsanar las observaciones formuladas al escrito de apersonamiento y contestación de la demanda, resuelve rechazar dicha contestación; y, con fecha 30 de noviembre de 2011, declara infundada la demanda, por considerar que con los medios probatorios aportados por el recurrente no se ha podido acreditar la existencia de un vinculo laboral entre las partes, ni que la plaza de vigilante nocturno corresponda a un trabajo permanente de la institución demandada; no siendo el amparo la vía idónea para determinar la preexistencia del derecho que alega el accionante.

La Sala Superior competente confi rma la apelada por similares fundamentos.

En su recurso de agravio constitucional, obrante a fojas 205, el accionante sostiene que, conforme a los criterios establecidos por el Tribunal Constitucional, la vía del amparo resulta idónea para conocer la pretensión planteada en su demanda, pues ha sido despedido sin expresión de causa.

FUNDAMENTOS

1) Delimitación del petitorio

La presente demanda tiene por objeto que se ordene la reposición del demandante en el cargo que venía desempeñando, por haber sido objeto de un despido incausado. Manifi esta que se desempeñó como vigilante nocturno y que sus labores eran de naturaleza permanente, por lo que en los hechos existió entre las partes una relación laboral a plazo indeterminado. Alega la violación de sus derechos constitucionales al trabajo, a trabajar libremente con sujeción a la ley, a la igualdad ante la ley, a la adecuada atención que debe brindar el Estado a los trabajadores, al carácter irrenunciable de los derechos reconocidos por la Constitución y la ley, a la adecuada protección contra el despido arbitrario, al debido proceso y de defensa.

2) Consideraciones previas

2.1 En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativas a materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 00206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, en el presente caso, corresponde evaluar si el demandante ha sido objeto de un despido incausado.

2.2 Asimismo, resulta pertinente precisar que si bien el actor ha alegado la vulneración de varios derechos constitucionales, a

criterio de este Tribunal sólo resultan pertinentes para dirimir la litis, y por lo tanto serán materia de análisis, los derechos al trabajo, a la adecuada protección contra el despido arbitrario, al debido proceso y de defensa.

3) Sobre la afectación de los derechos al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario

3.1. Argumentos de la parte demandante

El demandante afi rma que ha sido víctima de un despido sin expresión de causa, violatorio de sus derechos constitucionales al trabajo y a la protección contra el despido arbitrario, debido a que no obstante mantener con la emplazada un contrato de trabajo a plazo indeterminado, fue despedido de manera incausada.

3.2. Argumentos de la parte demandada

La parte demandada argumenta que durante la relación laboral con el actor, este nunca realizó labores de naturaleza permanente, pues prestaba servicios de manera eventual.

3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

3.3.1. El derecho al trabajo se encuentra reconocido por el artículo 22º de la Constitución. Al respecto, este Tribunal estima que el contenido esencial del referido derecho constitucional implica dos aspectos: el de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto de este derecho constitucional implica un desarrollo progresivo y según las posibilidades del Estado. El segundo aspecto del derecho concierne al derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido salvo por causa justa.

Respecto al derecho constitucional a la protección adecuada contra el despido arbitrario reconocido en el artículo 27º de la Constitución, se debe señalar que este Tribunal, en la STC Nº 00976-2001-AA/TC, delimitó su contenido e interpretó qué debe entenderse por protección adecuada contra el despido arbitrario. Asimismo, el Tribunal ha reconocido en reiterada jurisprudencia (por todas, la STC Nº 05650-2009-PA/TC), dos tipos de protección en casos de despido arbitrario, de carácter excluyente y a elección del trabajador: a) protección de efi cacia resarcitoria, cuando el trabajador opta por recurrir a la vía ordinaria solicitando el pago de la indemnización por despido arbitrario; y, b) protección de efi cacia restitutoria, cuando el trabajador opta por recurrir a la vía constitucional a través del proceso de amparo constitucional, siempre y cuando el despido se haya producido, entre otros supuestos, de manera incausada, es decir, ejecutado de manera verbal o mediante comunicación escrita, sin expresión de causa alguna relacionada con la conducta o el desempeño laboral del trabajador que justifi que el despido.

3.3.2 La dilucidación de la controversia se centrará en determinar si la prestación de servicios por parte del demandante puede ser considerada como un contrato de trabajo de duración indeterminada, y para ello es necesario aplicar el principio de la primacía de la realidad, a fi n de establecer si solo podía ser despedido por una causa justa relacionada con su capacidad o conducta laboral.

3.3.3 El artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR establece que “En toda prestación personal de servicios remunerados y subordinados, se presume la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado”. Asimismo, la jurisprudencia de este Tribunal precisa que toda relación laboral o contrato de trabajo se confi gura al concurrir y comprobarse la existencia de tres elementos esenciales: (i) la prestación personal por parte del trabajador, (ii) la remuneración y (iii) la subordinación frente al empleador.

3.3.4 Con los comprobantes de pago y los recibos por honorarios profesionales obrantes de fojas 18 a 48, se acredita que el actor ha prestado servicios en la entidad emplazada desde el mes de noviembre de 2008 hasta el mes de junio de 2010, desempeñando labores de apoyo en seguridad –turno noche– y que cobró mensualmente una suma de dinero por dichos servicios.

3.3.5 Al respecto, ya este Tribunal ha señalado que la labor que realiza un vigilante o guardián tiene la característica de ser permanente, subordinada y además, por su propia naturaleza, está sujeta a un horario de trabajo impuesto por el empleador (Cfr. por todas, sentencia recaída en el Expediente Nº 00441-2011-PA/TC ). Asimismo, conforme a la constancia policial de fojas 8, el actor prestaba servicios en calidad de guardián (turno noche) en el horario de 10:00 pm a 07:00 am.

3.3.6 En consecuencia, atendiendo a lo establecido por el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, y en aplicación del principio de la primacía de la realidad, ha quedado determinado que el demandante ha realizado labores de naturaleza permanente, subordinado y sujeto a una remuneración; y que, por lo tanto, entre las partes ha habido una relación de naturaleza laboral a plazo indeterminado y a tiempo completo; por lo que el demandante sólo podía ser despedido por causa justa prevista en la ley, lo cual no ha sucedido.

3.3.7 Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48468 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

caso se ha confi gurado un despido incausado, violatorio de los derechos constitucionales al trabajo y a la protección contra el despido arbitrario del demandante, reconocidos en los artículos 22º y 27º de la Constitución.

4) Sobre la afectación de los derechos al debido proceso y de defensa

4.1 Argumentos de la parte demandante

El demandante también afi rma que su despido sin expresión de causa resulta violatorio de sus derechos constitucionales al debido proceso y de defensa, pues no se ha seguido el procedimiento de despido establecido en la ley.

4.2 Argumentos de la parte demandada

El apoderado de la entidad emplazada sostiene que el actor sólo realizaba trabajos esporádicos para la institución, y que no ha existido una relación laboral entre las partes.

4.3 Consideraciones del Tribunal Constitucional

4.3.1 Como este Tribunal tiene señalado, el derecho fundamental al debido proceso, consagrado en el artículo 139º, numeral 3), de la Constitución, comprende una serie de garantías, formales y materiales, de muy distinta naturaleza, cuyo cumplimiento efectivo garantiza que el procedimiento o proceso en el cual se encuentre inmersa una persona, pueda considerarse justo (STC Nº 10490-2006-AA, Fundamento 2). De ahí que este Tribunal haya destacado que el ámbito de irradiación de este derecho continente no abarca exclusivamente al ámbito judicial, sino que se proyecta también al ámbito de los procesos administrativos (STC Nº 07569-2006-AA/TC, Fundamento 6).

También este Tribunal ha establecido en reiterada jurisprudencia (STC Nº 03359-2006-PA/TC, por todas) “que el debido proceso –y los derechos que lo conforman, p. e. el derecho de defensa– resultan aplicables al interior de la actividad institucional de cualquier persona jurídica, máxime si ha previsto la posibilidad de imponer una sanción tan grave como la expulsión. En tal sentido, si el emplazado consideraba que el actor cometió alguna falta, debieron comunicarle, previamente y por escrito, los cargos imputados, acompañando el correspondiente sustento probatorio, y otorgarle un plazo prudencial a efectos de que –mediante la expresión de los descargos correspondientes– pueda ejercer cabalmente su legítimo derecho de defensa”.

Por su parte, el derecho de defensa se encuentra reconocido expresamente por el artículo 139º, numeral 14, de nuestra Constitución, y constituye un elemento del derecho al debido proceso. Según lo ha señalado la jurisprudencia de este Tribunal, el contenido esencial del derecho de defensa queda afectado cuando, en el seno de un proceso judicial, a cualquiera de las partes se le impide, por concretos actos de los órganos judiciales, ejercer los medios necesarios, sufi cientes y efi caces para defender sus derechos e intereses legítimos [STC 1231-2002-HC/TC]. Es así que el derecho de defensa (de naturaleza procesal) se constituye en un derecho fundamental y conforma el ámbito del debido proceso, siendo presupuesto para reconocer la garantía de este último. Por ello, en tanto derecho fundamental, se proyecta como principio de interdicción para afrontar cualquier indefensión y como principio de contradicción de los actos procesales que pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes, sea en un proceso o procedimiento, o en el caso de un tercero con interés.

4.3.2 En el caso de autos, la controversia constitucional radica en determinar si la empresa demandada, al dar por culminado el vínculo laboral con el actor, lo hizo observando el debido proceso, o si, por el contrario, lo lesionó. Efectuada esta precisión, debe comenzarse por evaluar la lesión del derecho de defensa, toda vez que forma parte del derecho al debido proceso.

4.3.3. De acuerdo con lo previsto por el artículo 31º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, el empleador no podrá despedir a un trabajador por causa relacionada con su conducta laboral, sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los cargos que se le formulen; es decir el despido se inicia con una carta de imputación de cargos para que el trabajador pueda ejercer su derecho de defensa, efectuando su descargo en la forma que considere conveniente a su derecho.

4.3.4 En el presente caso ya ha quedado determinado que el recurrente mantenía con la demandada una relación laboral a plazo indeterminado y que el empleador dio por terminada la relación laboral sin expresar causal alguna; es decir, el recurrente fue despedido sin que le haya remitido previamente una carta de imputación de faltas graves.

4.3.5 Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente caso la entidad demandada también ha vulnerado el derecho al debido proceso del recurrente, específi camente, su derecho de defensa.

5) De las remuneraciones devengadas

Con relación a las remuneraciones dejadas de percibir, este Tribunal Constitucional ha establecido que dicha pretensión al no tener naturaleza restitutoria debe hacerse valer en la forma legal correspondiente.

6) Efectos de la presente Sentencia

6.1 En la medida en que en este caso se ha acreditado que la empresa demandada ha vulnerado los derechos constitucionales al trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario, al debido proceso y de defensa, corresponde ordenar la reposición del demandante como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional.

6.2 Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, la entidad emplazada debe asumir las costas y costos del proceso, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación de los derechos al trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario, al debido proceso y de defensa; en consecuencia, NULO el despido arbitrario del demandante.

2. ORDENAR que el Subcomité de Administración del Fondo de Asistencia y Estimulo de la Dirección Regional de Educación - Tacna reponga a don Gílber Darío Quispe como trabajador a plazo indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de las costas y costos procesales.

3. Declarar IMPROCEDENTE la demanda en el extremo referido al pago de las remuneraciones dejadas de percibir.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

W-1061050-26

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 04671-2012-PA/TCSANTAALEJANDRO ENRIQUE BERNAOLA ACASIETE

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 13 días del mes de diciembre de 2012, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Alejandro Enrique Bernaola Acasiete contra la resolución de fojas 65, su fecha 12 de setiembre de 2012, expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Santa, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

El recurrente interpone demanda de amparo contra la Caja de Benefi cios y Seguridad Social del Pescador (CBSSP) solicitando que se le otorgue pensión de jubilación en aplicación del Reglamento del Fondo de Jubilación del Pescador aprobado por Resolución Suprema 423-72-TR. Asimismo, solicita el pago de los devengados e intereses legales, gratifi caciones de julio y diciembre, costos y costas del proceso.

La emplazada contesta la demanda argumentando que el demandante no tiene derecho a la pensión solicitada, porque no cumple los requisitos de ley.

El Primer Juzgado Civil del Santa, con fecha 24 de enero de 2012, declara infundada la demanda sosteniendo que el actor no cumple los requisitos para percibir una pensión de conformidad con el Acuerdo 012-002-2004-CEMR-CBSSP.

La Sala Superior competente confi rma la apelada, por similares fundamentos.

FUNDAMENTOS

1. Delimitación del petitorio

El demandante solicita el otorgamiento de una pensión de jubilación de conformidad con la Resolución Suprema 423-72-TR.

En la STC 1417-2005-PA/TC, publicada en el diario ofi cial El Peruano el 12 de julio de 2005, este Tribunal ha señalado que forman parte del contenido esencial directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión las disposiciones legales

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48469

que establecen los requisitos para el goce de tal derecho, y que la titularidad del derecho invocado debe estar sufi cientemente acreditada para que sea posible emitir pronunciamiento.

En consecuencia, dado que la pretensión del actor está referida al acceso a una pensión corresponde analizar el fondo de la cuestión controvertida.

2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución)

2.1. Argumentos del demandante

Manifi esta que al no haberle otorgado la entidad demandada la pensión de jubilación solicitada se vulnera su derecho a la pensión, a la cual tiene el derecho de gozar por reunir los requisitos de ley.

2.2. Argumentos de la demandada

Alega que el demandante no ha cumplido los requisitos que se exigen para el otorgamiento de la pensión de jubilación solicitada.

2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

2.3.1. El Reglamento del Fondo de Jubilación del Pescador, aprobado por la Resolución Suprema 423-72-TR, del 20 de junio de 1972, establece los requisitos y las condiciones para que los pescadores afi liados a este gocen de una pensión de jubilación.

2.3.2. El artículo 6 del Reglamento del Fondo de Jubilación del Pescador (Resolución Suprema 423-72-TR) establece que se otorgará pensión básica de jubilación al pescador que haya cumplido, por lo menos, 55 años de edad, y reunido 15 contribuciones semanales por año; asimismo, conforme al artículo 7, gozarán del benefi cio de la pensión total de jubilación todos los pescadores que tengan más de 55 años de edad y acrediten 25 años de trabajo en la pesca y 375 contribuciones semanales en total; por otro lado, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 10, los pescadores jubilados que no hubieren cumplido los requisitos señalados tendrán derecho a una veinticincoava partes de la tasa total de la pensión de jubilación por cada año cotizado o contribuido.

2.3.3. Sin embargo, mediante Acuerdo 012-002-2004-CEMR-CBSSP, de fecha 20 de abril de 2004, se aprobó el nuevo estatuto de la entidad demandada, que dispone en el artículo 17 que se otorgará la pensión de jubilación cuando se hubiere cumplido un periodo mínimo laboral de 25 años de trabajo en pesca, un mínimo de 15 semanas contributivas por año y 375 semanas en total, y se hubiere cumplido la edad de 55 años. Asimismo señala que sólo procede el otorgamiento de pensión completa de jubilación.

2.3.4. A fi n de probar su pretensión, el demandante ha presentado los siguientes documentos:

a) Copia de su Documento Nacional de Identidad (f. 2), de la cual se advierte que nació el 31 de diciembre de 1950, y que, por tanto, cumplió el requisito establecido respecto de la edad (55 años) con fecha 31 de diciembre de 2005.

b) Hoja de Detalle de los Años Contributivos (f. 4), que consigna labores en la actividad pesquera hasta el año 2010, en la que reúne un total de 19 años contributivos.

2.3.5. Por lo tanto, habiéndose acreditado que el demandante cumplió el requisito establecido respecto de la edad durante la vigencia del nuevo estatuto y que no cuenta con los 25 años de trabajo en pesca, debe desestimarse la presente demanda.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda porque no se ha acreditado la vulneración del derecho a la pensión del demandante.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

W-1061050-27

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 03356-2012-PA/TCLIMABEATRIZ NORMA BUSTILLOS YNGA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 14 días del mes de diciembre de 2012 la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Beatriz Norma Bustillos Ynga contra la resolución de fojas 105, su fecha 10 de abril de 2012, expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

La recurrente interpone demanda de amparo contra la Comandancia General del Ejército del Perú, solicitando que se le otorgue la pensión de orfandad establecida por el Decreto Ley 19846, por encontrarse incapacitada y carecer de recursos económicos para su subsistencia y la recuperación de su salud.

El procurador público especializado en los asuntos del Ejército del Perú deduce las excepciones de incompetencia y de prescripción, y contestando la demanda solicita que se la declare infundada, argumentando que la recurrente no cumple los requisitos para acceder a una pensión de orfandad tales como ser hija soltera mayor de edad, debido a que la pensión de viudez excluye este derecho, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 25, inciso b) del Decreto Ley 19846, reglamentado por el Decreto Supremo 009-DE-CCFA, del 17 de diciembre de 1987.

El Décimo Juzgado Especializado en lo Constitucional de Lima, con fecha 18 de abril de 2011, declara infundadas las excepciones de incompetencia y de prescripción con fecha 27 de julio de 2011, declara fundada la demanda, argumentando que toda vez que no obra partida de matrimonio o documento que acredite que la actora ha contraído matrimonio civil o ha dejado de ser soltera, corresponde otorgarle la pensión de orfandad.

La Sala Superior competente revoca la apelada; y, reformándola, declara improcedente la demanda, por considerar que según lo establecido en el inciso b) del artículo 25 del Decreto Ley 19846, la pensión de viudez otorgada a su señora madre excluye el derecho a la pensión de orfandad de las hijas solteras mayores de edad.

FUNDAMENTOS

1. Delimitación del petitorio

La recurrente interpone demanda de amparo contra la Comandancia General del Ejército del Perú, solicitando que se le otorgue la pensión de orfandad que establece el Decreto Ley 19846, en su condición de hija soltera mayor de edad.

En el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA, publicada en el diario ofi cial El Peruano el 12 de julio de 2005, este Tribunal ha señalado que aun cuando, prima facie, las pensiones de viudez, orfandad y ascendientes no forman parte del contenido esencial del derecho fundamental a la pensión, en la medida en que el acceso a las prestaciones pensionarías sí forma parte de él, son susceptibles de protección a través del amparo los supuestos en que se deniegue una pensión de sobrevivencia, a pesar de cumplirse los requisitos legales. En consecuencia, al encontrarse la pretensión de la recurrente en el supuesto previsto en el fundamento 37.d) de la referida sentencia, corresponde resolver el fondo de la cuestión controvertida.

2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución)

2.1. Argumentos de la demandante

Señala que a su padre don Daniel Bustillos Sánchez, luego de aportar durante más de 33 años y 7 meses de servicios al Estado, le otorgaron cédula renovable de pensión de cesantía; y que luego, al fallecer, el 29 de diciembre de 1994, mediante Resolución de la Comandancia General del Ejército 1860-CGE/GP-JADPE-1, de fecha 1 de julio de 1995, le otorgaron pensión renovable de sobreviviente- viudez a favor de su madre doña Leonarda Inga Huallpa, la que percibió hasta el 6 de febrero de 1996, fecha en que falleció. En consecuencia, al haber fallecido sus padres dejándola soltera, abandonada económica y moralmente, encontrarse enferma de tuberculosis y padecer de esquizofrenia paranoica, le corresponde una pensión de orfandad.

2.2. Argumentos de la demandada

Manifi esta que la recurrente no cumple los requisitos para acceder a una pensión de orfandad tales como ser hija soltera mayor de edad, debido a que el inciso b) del artículo 25 del Decreto Ley 19846 precisa que la pensión de viudez excluye el derecho a la pensión de orfandad de la hija soltera mayor de edad.

2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

2.3.1. El Decreto Ley 19846, Ley del Régimen de Pensiones del Personal Militar y Policial de la Fuerza Armada y Fuerzas Policiales, en su artículo 25 prescribe que: “[…]Se otorgará pensión de orfandad (...) b) a las hijas solteras, mayores de edad, si no tienen actividad lucrativa, carezcan de renta o no están amparadas por algún sistema de Seguridad Social. La pensión de viudez excluye este derecho” (subrayado agregado).

2.3.2. Consta de la Carta 2616/02.01.05.11.02, de fecha 19 de noviembre de 2009 (f. 4), que la Dirección de Administración de Derechos del Personal del Ejército rechazó la solicitud de pensión de orfandad presentada por la recurrente, por carecer de amparo

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48470 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

legal; señalando, además, que la misma petición ya fue resuelta mediante la Carta 930/02.05.01.11.02, de fecha 11 de agosto de 2008.

2.3.3. En el caso de autos, tal como lo señala la propia demandante, en su escrito de demanda de fecha 18 de mayo de 2010, el titular de la pensión, su padre don Daniel Bustillos Sánchez, falleció el 29 de diciembre de 1994, lo que generó la pensión renovable de viudez a favor de su cónyuge supérstite, su madre doña Leonarda Ynga Huallpa. En consecuencia, toda vez que el derecho pensionario del padre de la actora se derivó a su cónyuge supérstite a través de una pensión de viudez, la demandante –mayor de edad– no tiene derecho a una pensión de orfandad, pues la pensión de viudez excluye este derecho conforme a lo previsto en el inciso b) del artículo 25 del Decreto Ley 19846.

2.3.4. En consecuencia, no habiéndose afectado derecho fundamental alguno, la demanda debe desestimarse.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda por no haberse acreditado la alegada vulneración del derecho a la pensión de la actora.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

W-1061050-28

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 3291-2012-PA/TCPIURALUIS ABEL CHIRA OTERO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima a los 26 días del mes de noviembre de 2012, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Luis Abel Chira Otero contra la resolución expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, de fojas 629, su fecha 2 de julio de 2012, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 26 de agosto de 2011, el demandante interpuso demanda de amparo contra el Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social - FONCODES solicitando su reposición laboral como trabajador, Supervisor de proyectos de la demandada. Refi ere el demandante haber laborado del 1 de julio de 2004, inicialmente sujeto a un contrato de locación de servicios, posteriormente a partir del 21 de julio de 2008 al 30 de abril de 2011, sujeto a un contrato administrativo de servicios, y del 3 de mayo al 30 de junio de 2011, nuevamente sujeto a un contrato de locación de servicios, fecha en la que el demandante refi ere haber sido despedido de manera incausada y vulneratoria de su derecho al trabajo. En este sentido, refi ere que no obstante lo señalado en los contratos, en los hechos se desempeñaba como un trabajador más de la entidad, realizando sus labores de manera subordinada, cumpliendo un horario de trabajo y percibiendo una remuneración mensual en contraprestación a las mismas, por lo que no podía ser despedido sino sólo por justa causa y luego de un procedimiento con todas las garantías.

La Procuradora a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social - MIMDES, propone las excepciones de incompetencia, prescripción y convenio arbitral y contesta la demanda solicitando se la declare improcedente o infundada, negando que el demandante haya laborado de manera interrumpida en una relación laboral privada, señalando que el demandante laboró para FONCODES inicialmente sujeto a un contrato de naturaleza civil, y posteriormente a sucesivos contratos administrativos de servicios - CAS, al amparo del régimen del Decreto Legislativo Nº 1057, siendo que fi nalmente suscribió un último contrato de locación de servicios, negando la existencia de un despido y señalando que el demandante dejó de prestar sus servicios como resultado de haberse verifi cado la fecha de término de su contrato civil de locación de servicios.

El Primer Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, con fecha 6 de diciembre de 2011, declaró infundadas las excepciones propuestas y mediante resolución del 6 de marzo de 2012, de fojas 509, declaró fundada la demanda por considerarse que al amparo del principio de primacía de la realidad, debía considerar al demandante como trabajador a plazo indeterminado del régimen laboral privado de la entidad demandada, por lo que

no podía ser cesado sino sólo por justa causa y luego de un procedimiento con todas las garantías.

La Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, revocó la decisión del Juzgado y declaró infundada la demanda, por considerar, por un lado, que al régimen laboral especial del contrato administrativo de servicios no le resulta aplicable el régimen procesal de efi cacia restitutoria (readmisión en el empleo), sino únicamente el régimen procesal de efi cacia restitutiva (indemnización); y por otro, que habiendo el demandante laborado luego del vencimiento de su último contrato administrativo de servicios, debe considerar que el contrato de locación de servicios constituía una prórroga automática del contrato administrativo de servicios, y no el surgimiento de una relación laboral a plazo indeterminado.

FUNDAMENTOS

Procedencia de la demanda

1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la reposición del demandante en el cargo que venía desempeñando, por haber sido objeto de despido arbitrario. Se alega que el demandante, a pesar de haber suscrito contratos de locación de servicios, en los hechos prestó servicios bajo una relación laboral.

2. Por su parte, la emplazada manifi esta que el demandante no fue despedido arbitrariamente, sino que dejó de prestar servicios en la entidad, con posterioridad al vencimiento de su último contrato de locación de servicios.

3. Considerando los argumentos expuestos por las partes y los criterios de procedencia establecidos en el precedente vinculante de la STC Nº 00206-2005-PA/TC, en el presente caso corresponde evaluar si el demandante ha sido objeto de un despido incausado.

Análisis de la controversia

4. Para resolver la controversia planteada, conviene recordar que en las SSTC 00002-2010-PI/TC y 03818-2009-PA/TC, así como en la RTC Nº 00002-2010-PI/TC, este Tribunal ha establecido que el régimen de protección sustantivo – reparador contra el despido arbitrario previsto en el régimen laboral especial del contrato administrativo de servicios guarda conformidad con el artículo 27º de la Constitución.

Consecuentemente, en el proceso de amparo no corresponde analizar si con anterioridad a la suscripción del contrato administrativo de servicios, los contratos civiles que suscribió el demandante fueron desnaturalizados, pues en el caso que ello hubiese ocurrido, dicha situación de fraude constituiría un período independiente del inicio del contrato administrativo de servicios, lo que es constitucional.

5. Hecha la precisión que antecede, cabe señalar que a fojas 7 a 34, obra copia de los Contratos Administrativos de Servicios y las prórrogas a los referidos Contratos Administrativos de Servicios suscritos por el demandante y la entidad demandada, con lo que queda demostrado que el demandante mantuvo una relación a plazo determinado sujeta a sucesivos contratos administrativos de servicios que debió culminar al vencer el plazo de su último contrato, es decir, el 30 de abril de 2011.

6. No obstante, en la demanda se alega que ello no habría sucedido, por cuanto el actor siguió laborando luego de vencido el CAS, este hecho se acredita con el Contrato de Locación de Servicios Nº 00009-2011-FONCODES, en donde se contrata al demandante desde el 3 de mayo de 2011 hasta el 30 de junio de 2011 para que preste el servicio de supervisión, seguimiento y monitoreo de acciones de inicio y ejecución de proyecto de fortalecimiento (f. 3).

7. Así las cosas, resulta relevante también destacar que el demandante durante el período referido desempeñó labores como “supervisor de proyectos”. Este hecho permite concluir que el supuesto contrato de locación de servicios, en la realidad de los hechos, encubrió una relación de naturaleza laboral y no civil, pues el actor realizaba labores propias de Foncodes, tal como se acredita con los informes realizados al jefe del Equipo Zonal de Foncodes de Chiclayo (ff. 105, 106 y 110), de los que se verifi ca que realizaba labores de supervisión, monitoreo, realización de informes, entre otros.

Por dicha razón, este Tribunal considera que durante el período en que prestó servicios en virtud de contratos civiles, la demandada ha incumplido sus obligaciones como empleadora, motivo por el cual el demandante tiene expedita la vía ordinaria para demandar el abono de los benefi cios sociales no percibidos, ya que ello no puede dilucidarse mediante el presente proceso.

8. Dicho lo anterior, corresponde determinar las consecuencias jurídicas del actuar arbitrario del organismo emplazado. Al respecto, este Tribunal debe precisar que si bien el contrato civil celebrado entre las partes encubrió una relación laboral, ello no implica que la relación laboral encubierta se encuentre regulada por el régimen laboral del Decreto Supremo Nº 0003-97-TR, pues antes de los contratos civiles el demandante venía trabajando bajo el régimen de contratos administrativos de servicios.

Esta cuestión resulta relevante para concluir que los contratos civiles encubrieron un contrato de trabajo sujeto al régimen laboral especial regulado por el Decreto Legislativo Nº 1057, pues en el presente caso existe continuidad en la prestación del trabajo desempeñado por la demandante, que la emplazada pretendió encubrir mediante contratos civiles.

Por ello, este Tribunal considera que en el presente caso el contrato administrativo de servicios del demandante se prorrogó

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48471

en forma automática, conforme a lo señalado por el artículo 5.2 del Decreto Supremo 075-2008-PCM, modifi cado por el Decreto Supremo 065-2011-PCM, razón por la cual al haberse terminado su relación laboral sin que se presente alguna de las causas de extinción del contrato administrativo de servicios, el demandante tiene derecho a percibir la indemnización prevista en el numeral 13.3 del Decreto Supremo Nº 075-2008-PCM.

9. Sobre la pretensión de reposición en el régimen del contrato administrativo de servicios, cabe recordar que en la STC 03818-2009-PA/TC, este Tribunal señaló que:

La solución de reposición desnaturalizaría la esencia especial y transitoria del contrato administrativo de servicios, por cuanto los contratos de trabajo en este régimen son a plazo determinado y no a plazo indeterminado. Además, conforme al párrafo d) del artículo 7º del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en casos de despido injustifi cado, el trabajador, tendrá derecho a una indemnización o a la readmisión en el empleo o a cualquier otra prestación prevista por la legislación nacional.

Consecuentemente, al régimen laboral especial del contrato administrativo de servicios no le resulta aplicable el régimen procesal de efi cacia restitutoria (readmisión en el empleo), sino únicamente el régimen procesal de efi cacia restitutiva (indemnización).

10. Finalmente, cabe destacar que el hecho de que un trabajador labore bajo el régimen de contratos civiles que encubren una relación laboral sujeta al régimen del contrato administrativo de servicios constituye una falta administrativa que debe ser objeto de un procedimiento disciplinario a fi n de que se determine las responsabilidades correspondientes. Asimismo, debe rechazarse los alegatos del demandante en el sentido de que se le habría coaccionado a suscribir los CAS, pues en autos no obra documento alguno que lo acredite.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda, porque no se ha acreditado la vulneración del derecho al trabajo del demandante.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

W-1061050-29

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 02927-2012-PA/TCHUAURAJORGE ARENAS PAUCARCAJA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 10 días del mes de abril de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Beaumont Callirgos, pronuncia la siguiente sentencia.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Jorge Arenas Paucarcaja contra la resolución de fojas 308, su fecha 4 de abril de 2012, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Huaura, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

El recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), con el objeto de que se declare sin efecto las Resoluciones 6686-2008-ONP/DP/DL 19990 y 16167-2009-ONP/DPR.SC/DL 19990, expedidas con fechas 5 de noviembre de 2008 y 27 de febrero de 2009, respectivamente, y que en consecuencia se ordene a la entidad demandada restituirle la pensión de invalidez que le fue otorgada mediante Resolución 58999-2004-ONP/DC/DL 19990, de fecha 17 de agosto de 2004.

La emplazada contesta la demanda y solicita que esta sea declarada infundada, argumentando que las cuestionadas resoluciones se sustentan en que el actor no ha presentado ningún medio probatorio que acredite fehacientemente su supuesta incapacidad, así como haber efectuado las aportaciones requeridas para obtener el derecho a la pensión de invalidez que reclama. Precisa que los documentos en los que se sustentó la resolución para otorgar la pensión de invalidez adolecían de irregularidades toda vez que los verifi cadores que realizaron la labor de inspección formaban parte de una organización delictiva que se encargaba de falsifi car documentos.

El Primer Juzgado Civil de Huaral, con fecha 8 de noviembre de 2011, declaró improcedente la demanda por considerar que habiendo concluido la demandada que hubo fraude y vulneración del ordenamiento jurídico penal en la emisión de los informes de verifi cación de aportes, corresponde al demandante probar la validez de las aportaciones cuya verifi cación se encuentra cuestionada, lo cual debe ser dilucidado en la vía ordinaria y no en el presente proceso constitucional por carecer de etapa probatoria.

La Sala Superior revisora confi rma la apelada argumentando que si bien el actor acredita que presenta incapacidad permanente, no cumple con acreditar fehacientemente las aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones por el periodo de 1988 a 1993.

FUNDAMENTOS

1. Delimitación del petitorio

El recurrente interpone demanda de amparo contra la ONP, con el objeto de que se declaren sin efecto las Resoluciones 6686-2008-ONP/DP/DL 19990 y 16167-2009-ONP/DPR.SC/DL 19990, y que, en consecuencia, se ordene a la entidad demandada restituirle su pensión de invalidez con arreglo al Decreto Ley 19990, que venía percibiendo en virtud de la Resolución 58999-2004-ONP/DC/DL 19990, de fecha 17 de agosto de 2004.

Considera que la citadas resoluciones vulneran su derecho constitucional al debido procedimiento administrativo así como su derecho fundamental a la pensión, toda vez que en forma arbitraria la Resolución 6686-2008-ONP/DPR/DL 19990 declara la nulidad de la Resolución 58999-2004-ONP/DC/DL 19990, que le otorga la pensión de invalidez, y la Resolución 16167-2009-ONP/DPR.SC/DL 19990, le deniega la referida pensión.

De acuerdo a lo dispuesto por el fundamento 107 de la STC 00050-2004-AI/TC y otros acumulados, el derecho a no ser privado arbitrariamente de la pensión constituye un elemento del contenido esencial del derecho a la pensión, el cual encuentra protección a través del proceso de amparo, de conformidad con los supuestos de procedencia establecidos en el fundamento 37 de la STC 01417-2005-PA/TC. En consecuencia, evaluada la pretensión planteada, corresponde efectuar el análisis del caso concreto en atención a lo antes precitado, considerando además que la titularidad del derecho invocado debe estar sufi cientemente acreditada para que sea posible emitir un pronunciamiento.

Asimismo teniendo en cuenta que la pensión como derecho fundamental por su naturaleza requiere de regulación legal para establecer las condiciones necesarias para su goce, debe concluirse que aquellas limitaciones o restricciones temporales o permanentes a su ejercicio han de estar debidamente sustentadas, a efectos de evitar arbitrariedades en la intervención de este derecho.

2. Sobre la afectación al debido proceso (artículo 139.3 de la Constitución)

2.1. Argumentos del demandante

Manifi esta que con la Resolución 58999-2004-ONP/DC/DL 19990 (fojas 3), la ONP le otorgó, a partir del 4 de abril de 1993, la pensión de invalidez defi nitiva de conformidad con lo dispuesto en el artículo 25, inciso b), del Decreto Ley 19990.

No obstante, consta de la Resolución 6686-2008-ONP/DP/DL19990 (fojas 4), que la emplazada decidió declarar la nulidad de la resolución que le otorgó la pensión, en razón de que el reconocimiento de aportes se sustentó en el informe de verifi cación de fecha 27 de julio de 2004, realizado por los verifi cadores Víctor Raul Collantes Anselmo y Verónica Guadalupe Ruiz Azahuanche, quienes de acuerdo a la sentencia de terminación expedida por el Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de Huaura, del 24 de junio de 2008, y adicionada por la Resolución 8, del 14 de agosto de 2008, fueron condenados por los delitos de estafa y asociación ilícita previstos en los artículos 196 y 317 del Código Penal en agravio de la ONP.

Considera que los argumentos esgrimidos por la ONP son generales, habiendo sido involucrado discriminadamente con las personas que fueron sancionadas penalmente; más aún cuando en la resolución cuestionada no se han identifi cado los documentos que sirvieron de sustento para el reconocimiento de la pensión de invalidez cuya falsedad, adulteración o irregularidad se encuentre comprobada.

2.2. Argumentos de la demandada

Sostiene que ha declarado nulo el goce de la pensión de invalidez del demandante por haberse descubierto que las aportaciones alegadas no existen y que la documentación presentada con la fi nalidad de acreditar el cumplimiento de los requisitos mínimos para su obtención tiene indicios de falsedad.

Considera por tanto, que la pretensión deviene en improcedente ya que no se discute la restitución del contenido esencial a la pensión, sino la veracidad y la verifi cación de la documentación presentada por el actor.

Asimismo, propone que la pretensión sea declarada infundada toda vez que el reconocimiento de aportes se sustentó en el informe de verifi cación emitido por los verifi cadores Víctor Raul Collantes Anselmo y Verónica Guadalupe Ruiz Azahuanche, quienes fueron condenados por los delitos de estafa y asociación ilícita previstos en los artículos 196 y 317 del Código Penal en agravio de la ONP; y el actor, con la fi nalidad de obtener la pensión de invalidez solicitada,

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Miércoles 26 de marzo de 2014

no ha presentado medio probatorio alguno con el cual acredite que realizó aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones.

2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

El derecho a un debido proceso en sede administrativa

2.3.1. El derecho constitucional al debido proceso tipifi cado en la Constitución Política de 1993 establece, en el inciso 3) del artículo 139 que: “Son principios y derechos de la función jurisdiccional: (…) 3) La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional”.

Dicha disposición constitucional es aplicable a todo proceso en general, por lo que constituye también un principio y un derecho del proceso administrativo.

2.3.2. Al respecto con relación al debido proceso en sede administrativa este Tribunal en la STC 4289-2004-AA/TC, ha expresado en los fundamentos 2 y 3, respectivamente, que “(…) el debido proceso, como principio constitucional, está concebido como el cumplimiento de todas las garantías y normas de orden público que deben aplicarse a todos los casos y procedimientos, incluidos los administrativos, a fi n de que las personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto del Estado que pueda afectarlos. …”; y que “El derecho al debido proceso y los derechos que contiene son invocables y, por lo tanto, están garantizados, no solo en el seno de un proceso judicial, sino también en el ámbito del procedimiento administrativo. Así, el debido proceso administrativo supone, en toda circunstancia, el respeto –por parte de la administración pública o privada- de todos los principios y derechos normalmente invocables en el ámbito de la jurisdicción común o especializada, a los cuales se refi ere el artículo 139º de la Constitución (juez natural, juez imparcial e independiente, derecho de defensa, etc.)” (subrayado agregado)

Posteriormente en lo que se refi ere al contenido constitucional del derecho al debido proceso este Colegiado, ha establecido en la STC 0023-2005-AI/TC, fundamento 43 que: “(…) los derechos fundamentales que componen el debido proceso y la tutela jurisdiccional efectiva son exigibles a todo órgano que tenga naturaleza jurisdiccional (jurisdicción ordinaria, constitucional, electoral y militar) y que pueden ser extendidos, en lo que fuere aplicable, a todo acto de otros órganos estatales o de particulares (procedimiento administrativo, procedimiento legislativo, arbitraje y relaciones entre particulares, entre otros)” y fundamento 48 que: “(…) este contenido presenta dos expresiones: la formal y la sustantiva. En la de carácter formal, los principios y reglas que lo integran tienen que ver con las formalidades estatuidas, tales como las que establecen el juez natural, el procedimiento preestablecido, el derecho de defensa y la motivación; y en su expresión sustantiva, están relacionados los estándares de razonabilidad y proporcionalidad que toda decisión judicial debe suponer” (subrayado agregado).

2.3.3. Este Tribunal ha precisado que el derecho al debido proceso comprende, a su vez, un conjunto de derechos constitucionales que forman parte de su estándar mínimo, entre los cuales se encuentra el derecho a la motivación. Así en el presente caso especial relevancia adquiere confi rmar si se ha respetado el derecho a la motivación, como parte integrante del derecho al debido procedimiento administrativo.

La motivación como parte integrante del debido procedimiento administrativo

2.3.4. En lo que concierne a la motivación de los actos administrativos, este Colegiado en la STC 2192-2004-AA/TC, ha señalado: “La motivación de las decisiones administrativas no tiene referente constitucional directo. No obstante, se trata de un principio constitucional implícito en la organización del Estado Democrático de derecho, que se defi ne en los artículos 3º y 43º de la Constitución como un tipo de Estado contrario a la idea del poder absoluto o arbitrario. En el Estado constitucional democrático, el poder público está sometido al Derecho, lo que supone, entre otras cosas, que la actuación de la Administración deberá dar cuenta de esta sujeción a fi n de despejar cualquier sospecha de arbitrariedad. Para lograr este objetivo, las decisiones de la Administración deben contener una adecuada motivación, tanto de los hechos como de la interpretación de las normas o el razonamiento realizado por el funcionario o colegiado, de ser el caso”.

2.3.5. Asimismo, este Tribunal ha tenido la oportunidad de expresar su posición en la STC 00091-2005-PA/TC, fundamento jurídico 9, párrafos 3 y 5 al 8; criterio reiterado en las SSTC 294-2005-PA/TC, 5514-2005-PA/TC, entre otras, en los siguientes términos:

El derecho a la motivación de las resoluciones administrativas es de especial relevancia. Consiste en el derecho a la certeza, el cual supone la garantía de todo administrado a que las sentencias estén motivadas, es decir, que exista un razonamiento jurídico explícito entre los hechos y las leyes que se aplican. […].

La motivación de la actuación administrativa, es decir, la fundamentación con los razonamientos en que se apoya, es una exigencia ineludible para todo tipo de actos administrativos, imponiéndose las mismas razones para exigirla tanto respecto de actos emanados de una potestad reglada como discrecional.

El tema de la motivación del acto administrativo es una cuestión clave en el ordenamiento jurídico-administrativo, y es objeto central de control integral por el juez constitucional de la actividad administrativa y la consiguiente supresión de los ámbitos de inmunidad jurisdiccional.

Constituye una exigencia o condición impuesta para la vigencia efectiva del principio de legalidad, presupuesto ineludible de todo Estado de derecho. A ello, se debe añadir la estrecha vinculación que existe entre la actividad administrativa y los derechos de las personas. Es indiscutible que la exigencia de motivación sufi ciente de sus actos es una garantía de razonabilidad y no arbitrariedad de la decisión administrativa.

En esa medida, este Tribunal debe enfatizar que la falta de motivación o su insufi ciencia constituye una arbitrariedad e ilegalidad, en la medida en que es una condición impuesta por la Ley 27444. Así, la falta de fundamento racional sufi ciente de una actuación administrativa es por sí sola contraria a las garantías del debido procedimiento administrativo.

2.3.6. Adicionalmente, en el fundamento 40 de la STC 8495-2006-PA/TC, ha determinado que: “(…) un acto administrativo dictado al amparo de una potestad discrecional legalmente establecida resulta arbitrario cuando sólo expresa la apreciación individual de quien ejerce la competencia administrativa, o cuando el órgano administrativo, al adoptar la decisión, no motiva o expresa las razones que lo han conducido a adoptar tal decisión. De modo que motivar una decisión no sólo signifi ca expresar únicamente bajo qué norma legal se expide el acto administrativo, sino, fundamentalmente, exponer en forma sucinta –pero sufi ciente– las razones de hecho y el sustento jurídico que justifi can la decisión tomada”.

2.3.7. Sobre el particular, el inciso 1.2 del artículo IV del Título Preliminar de la Ley 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, señala que el debido procedimiento administrativo es uno de los principios del procedimiento administrativo, el cual reconoce que: “Los administrados gozan de todos los derechos y garantías inherentes al debido procedimiento administrativo, que comprende el derecho a exponer sus argumentos, a ofrecer y producir pruebas y a obtener una decisión motivada y fundada en derecho[…]”. (subrayado agregado)

2.3.8. El artículo 3.4. de la Ley 27444, sobre los requisitos de validez de los actos administrativos, precisa que: “El acto administrativo debe estar debidamente motivado en proporción al contenido y conforme al ordenamiento jurídico”; y en el artículo 6, sobre la motivación del acto administrativo, señala: “6.1 La motivación deberá ser expresa, mediante una relación concreta y directa de los hechos probados relevantes del caso específi co, y la exposición de las razones jurídicas y normativas que con referencia directa a los anteriores justifi can el acto adoptado; 6.2 Puede motivarse mediante la declaración de conformidad con los fundamentos y conclusiones de anteriores dictámenes, decisiones o informes obrantes en el expediente, a condición de que se le identifi que de modo certero, y que por esta situación constituyan parte integrante del respectivo acto”; 6.3 No son admisibles como motivación la exposición de fórmulas generales o vacías de fundamentación para el caso concreto o aquellas fórmulas que por su oscuridad, vaguedad, contradicción o insufi ciencia no resulten específi camente esclarecedoras para la motivación del acto […]”.

2.3.9. Abundando en la obligación de motivar, incluso cuando se hubiera efectuado una motivación por remisión, el artículo 24.1.1 de la Ley 27444, exige a la Administración que la notifi cación contenga “El texto íntegro del acto administrativo, incluyendo su motivación”

2.3.10. Por último, en el Título V, Capítulo II, denominado “Responsabilidad de las autoridades y personal al servicio de la Administración Pública” de la Ley 27444, el artículo 239.4 preceptúa que “las autoridades y personal al servicio de las entidades, independientemente de su régimen laboral o contractual, incurren en falta administrativa en el trámite de los procedimientos administrativos a su cargo y, por ende, son susceptibles de ser sancionados administrativamente con amonestación, suspensión, cese o destitución atendiendo a la gravedad de la falta, la reincidencia, el daño causado y la intencionalidad con que hayan actuado, en caso de: (…) Resolver sin motivación algún asunto sometido a su competencia”.

2.3.11. En el caso de autos, consta de la Resolución 58999-2004-ONP/DC/DL 19990 del 17 de agosto de 2004 (f. 3) y del Cuadro de Resumen de Aportaciones (f. 242) que al demandante se le otorgó pensión de invalidez a partir del 4 de abril de 1993, conforme a lo previsto en el artículo 25, inciso b), del Decreto Ley 19990, en virtud de haberle reconocido 4 años y 10 meses de aportaciones, y que además, el Certifi cado Médico de Discapacidad, de fecha 9 de junio de 2004, dejó constancia de que sufre de una incapacidad permanente total (diabetes, mellitus, miopía bilateral severa) desde el 10 de diciembre de 1990.

2.3.12. No obstante, con fecha 5 de noviembre de 2008, la emplazada emite la Resolución 6686-2008-ONP/DPR/DL 19990 (f. 4), mediante la cual declara la nulidad de la Resolución 58999-2004ONP/DC/DL 19990 y dispone que la Subdirección de Califi caciones absuelva la solicitud de otorgamiento de pensión de invalidez presentada por el actor, conforme a la normativa aplicable.

2.3.13. De la Resolución 6686-2008-ONP/DPR/DL 19990 (f. 4), se advierte que en virtud de lo establecido por el artículo 32 de la Ley 27444 y el artículo 3, numeral 14, de la Ley 28532, se realizó la revisión del expediente administrativo del actor, comprobándose que el informe de verifi cación de fecha 27 de julio de 2004, fue realizado por los verifi cadores Víctor Raul Collantes Anselmo y Verónica Guadalupe Ruiz Azahuanche, quienes de acuerdo a la sentencia de terminación anticipada expedida por el Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de Huaura de la Corte Superior de Justicia de Huaura, del 24 de junio de 2008 y adicionada

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por la Resolución 8 del 14 de agosto de 2008, fueron condenados por los delitos de estafa y asociación ilícita previstos en los artículos 196 y 317 del Código Penal en agravio de la ONP. Tal situación –según se consigna en la resolución administrativa– determina que los hechos constitutivos de infracción penal agravian el interés público y confi guran vicios del acto administrativo que causan su nulidad de pleno derecho de conformidad con lo dispuesto por los numerales 1 y 4 del artículo 10 de la Ley 27444.

2.3.14. Con base en lo indicado, la demandada concluye que la Resolución 58999-2004-ONP/DC/DL 19990, de fecha 17 de agosto de 2004, que le otorga al demandante la pensión de invalidez considerando como elemento de prueba para el reconocimiento de aportes el informe de verifi cación emitido en forma fraudulenta por los verifi cadores Víctor Raul Collantes Anselmo y Verónica Guadalupe Ruiz Azahuanche, con fecha 27 de julio de 2004 (f. 245), adolece de nulidad al transgredir el ordenamiento jurídico establecido.

2.3.15. De lo anotado se advierte que la entidad demandada sustenta la declaratoria de nulidad de la Resolución 58999-2004-ONP/DC/DL 19990 en la intervención de Víctor Raul Collantes Anselmo y Verónica Gadalupe Ruiz Azahuanche, quienes verifi caron los aportes, por el periodo comprendido del 29 de mayo de 1988 al 3 de abril de 1993 (f. 245 y 246, 248 y 249), que sirvieron de sustento para su expedición.

2.3.16. Sin embargo, de la revisión de los actuados se observa que la entidad previsional ha presentado el expediente administrativo 11100791204, en el que obran copias fedateadas de la resolución cuestionada (ff. 188 y 189), así como de la sentencia de terminación anticipada expedida por el Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de Huaura de la Corte Superior de Justicia de Huaura del 24 de junio de 2008 (ff. 205 a 208) y de la Resolución 8, del 14 de agosto de 2008 (f. 208 vuelta), mas no aporta documentación alguna que acredite que se produjo el hecho en el cual se sustenta la nulidad, esto es, aquella que permita comprobar que los mencionados verifi cadores, en el caso concreto del actor, hubieran emitido el informe de verifi cación de manera fraudulenta, es decir, validando documentos adulterados o falsifi cados con el propósito de acreditar aportaciones inexistentes. Debe tenerse presente que el hecho que los funcionarios de la entidad previsional hayan sido condenado por los delitos de estafa y asociación ilícita no implica, necesariamente, que en el caso específi co del recurrente hayan actuado fraudulentamente.

2.3.17. En consecuencia, y siguiendo el criterio recaído en la STC 0086-2011-TC/PA (fundamento 6), aplicable el presente caso, resulta pertinente afi rmar que “la distribución de la carga de la prueba comporta que la demandada demuestre que se ha confi gurado la causal de suspensión que le sirve de argumento para sostener su postura en esta litis. Tal exigencia probatoria, sin embargo, no ha sido satisfecha por la demandada, puesto que de los actuados se verifi ca que no presenta ningún documento que demuestre el hecho en el cual se sustente la suspensión referida; esto es, que el actor haya adulterado documentos para así poder obtener su pensión de jubilación minera”.

2.3.18. Se evidencia de autos que la resolución cuestionada resulta manifi estamente arbitraria, dado que declara la nulidad de un acto administrativo aduciendo la confi guración de las causales previstas en los numerales 1 y 4 del artículo 10 de la Ley 27444 sin sustento alguno, toda vez que omite precisar cuáles son y en qué consisten las irregularidades o actos delictivos que se habrían cometido en el procedimiento administrativo del demandante, y cuáles los medios probatorios que los acreditan.

2.3.19. Es más, la arbitrariedad de la impugnada se confi rma cuando en el presente proceso se advierte que el Informe de Verifi cación D.L. 19990 –supuestamente fraudulento– (ff. 244 a 255) y la Declaración Jurada (f. 268) se encuentran debidamente sustentados en el Libro de Planillas de salarios autorizado por el Ministerio de Trabajo el 1 de julio de 1987, presentado en original, a folios 50 (cuaderno separado), mediante escrito de fecha 24 de agosto de 2012, con el cual el actor acredita que laboró para su exempleadora Adela Cremaschi Cahuas, desde el 28 de mayo de 1988 hasta el 3 de abril de 1993.

2.3.20. Al respecto atendiendo a que este Colegiado en la STC 4762-2007-PA/TC y su resolución de aclaración, ha establecido los criterios para el reconocimiento de periodos de aportaciones que no han sido considerados por la ONP, y que en el fundamento 26, inciso a), de la citada sentencia, ha precisado que para tal efecto el accionante, con la fi nalidad de generar sufi ciente convicción en el juez sobre la razonabilidad de su petitorio, puede adjuntar a su demanda, como instrumento de prueba, los siguientes documentos: certifi cados de trabajo, las boletas de pago de remuneraciones, los libros de planillas de remuneraciones, las liquidaciones de tiempo de servicios o de benefi cios sociales, las constancias de aportaciones de Orcinea, del IPSS o de EsSalud, entre otros; ha quedado acreditado, en mérito a los documentos consignados en el fundamento 2.3.19. supra, que el actor ha aportado al Sistema Nacional de Pensiones por el periodo comprendido del 28 de mayo de 1988 al 3 de abril de 1993, esto es, por espacio de 4 años y 10 meses al régimen del Decreto Ley 19990.

2.3.21. Por su parte toda vez que la Resolución 6686-2008-ONP/DPR/DL 19990 declara la nulidad del goce de la pensión de invalidez del demandante y dispone que la Subdirección de Califi caciones absuelva la solicitud de otorgamiento de pensión de invalidez del actor, conforme a la normativa aplicable, se advierte que la emplazada mediante la Resolución 16167-2009-ONP/DPR.SC/DL 19990, de fecha 27 de febrero de 2009 (f. 6), y la Resolución 8929-2010-ONP/DPR/DL 19990, de fecha 2 de diciembre de 2010 (f. 65), le denegó al recurrente la pensión de invalidez por acreditar

únicamente según el Cuadro de Aportaciones (f. 73), 2 años y 5 meses de aportaciones, por el periodo comprendido desde el año 1957 hasta el año 1960.

2.3.22. En este orden de ideas, las Resoluciones 16167-2009-ONP/DPR.SC/DL 19990 y 8929-2010-ONP/DPR/DL 19990 señalan además que según el certifi cado médico de fecha 30 de julio de 2007, expedido por la Comisión Médica Evaluadora y Califi cadora de Incapacidades de la Red Asistencial Sabogal EsSalud, se determinó que el actor se encuentra incapacitado para laborar a partir del 30 de julio de 2007 y que en caso de acreditarse los aportes efectuados al Sistema Nacional de Pensiones por el periodo comprendido desde el 29 de mayo de 1988 hasta el 3 de abril de 1993, no cumpliría los requisitos exigidos para el otorgamiento de la pensión de invalidez prevista en el inciso b) del artículo 25 del Decreto Ley 19990, que establece: “tiene derecho a pensión de invalidez, el asegurado que teniendo más de 3 años y menos de 15 años de aportaciones completos de aportaciones al momento de sobrevenir la invalidez, cualquiera que fuere su causa, contase por lo menos con 12 meses de aportaciones en los 36 meses anteriores a aquel en que se produjo la invalidez aunque a dicha fecha no se encuentre aportando”.

2.3.23. Sobre el particular cabe precisar sin embargo que la Resolución 58999-2004-ONP/DC/DL 19990, de fecha 17 de agosto de 2004, que le otorgó al demandante pensión de invalidez, se sustentó en el Certifi cado de Discapacidad de fecha 9 de junio de 2004, emitido por la Posta de Salud Palpa-Huaral, en el que se determinó que el asegurado sufre de una incapacidad total de naturaleza permanente desde el 10 de diciembre de 1990 (f. 267), estado de incapacidad que fue confi rmado en el marco del proceso de verifi cación y/o comprobación de subsistencia del estado de incapacidad, en el que la Comisión Médica Evaluadora y Califi cadora de Incapacidades de la Red Asistencial Sabogal EsSalud, mediante el certifi cado médico de fecha 30 de julio de 2007, determinó que el actor sufre de incapacidad permanente total con un menoscabo global en la salud del 72%, no pudiéndose precisar el inicio de la enfermedad (f. 208).

2.3.24. En consecuencia al desprenderse del tenor de la Resolución 6686-2008-ONP/DPR/DL 19990 que la nulidad se sustentó únicamente en los supuestos actos ilícitos que se habrían cometido en el reconocimiento de aportaciones mas no en la fecha de inicio de incapacidad del recurrente, argumento ex post con el cual la ONP pretende justifi car su actuación en las Resoluciones 16167-2009-ONP/DPR.SC/DL 19990, de fecha 27 de febrero de 2009 y 8929-2010-ONP/DPR/DL 19990, que le deniegan la pensión al actor, y al haber quedado acreditado en el proceso de autos que el demandante ha aportado durante 4 años y 10 meses de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones, corresponde estimar la demanda.

3. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución)

3.1. Argumentos del demandante

Señala que haber sido privado arbitrariamente de seguir percibiendo su pensión de invalidez, se ha vulnerado su derecho constitucional a la pensión.

3.2. Argumentos de la demandada

Manifi esta que no se ha vulnerado el derecho a la pensión del recurrente al haberse verifi cado que no reúne los requisitos legalmente previstos para percibir la prestación reclamada.

3.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

3.3.1. El derecho fundamental a la pensión se encuentra reconocido en el artículo 11 de la Constitución Política, y debe ser otorgado en el marco del sistema de seguridad social reconocido en el artículo 10 de la referida Norma Fundamental.

3.3.2. En el fundamento 32 de la STC 1417-2005-PA/TC, este Tribunal Constitucional ha señalado que el derecho a la pensión:

Tiene la naturaleza de derecho social -de contenido económico-. Surgido históricamente en el tránsito del Estado liberal al Estado social de Derecho, impone a los poderes públicos la obligación de proporcionar las prestaciones adecuadas a las personas en función a criterios y requisitos determinados legislativamente, para subvenir sus necesidades vitales y satisfacer los estándares de la ‘procura existencial’. De esta forma se supera la visión tradicional que suponía distintos niveles de protección entre los derechos civiles, políticos, sociales y económicos, atendiendo al principio de indivisibilidad de los derechos fundamentales y a que cada uno formaba un complejo de obligaciones de respeto y protección -negativas- y de garantía y promoción -positivas- por parte del Estado” (SSTC 0050-2004-AI , 0051-2004-AI / 0004-2005-AI, 0007-2005-AI, 0009-2005-AI, acumulados, fundamento 74).

3.3.3. Por su parte por lo que se refi ere a no ser privado de modo arbitrario e injustifi cado de la pensión, este Colegiado, en el fundamento 107 de la STC 00050-2004-AI/TC y otros acumulados, ha precisado:

(…) en concordancia con el principio de dignidad humana y con valores superiores como la igualdad y solidaridad, además de los derechos fundamentales a la vida y al bienestar, se puede inferir que la Constitución de 1993 reconoce el derecho fundamental a la

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pensión, el cual adquiere relevancia porque asegura a las personas llevar una vida en condiciones de dignidad e igualdad.

El contenido esencial del derecho fundamental a la pensión está constituido por tres elementos, a saber:

- el derecho de acceso a una pensión;- el derecho a no ser privado arbitrariamente de ella; y,- el derecho a una pensión mínima vital.

Mediante el derecho fundamental a la pensión, la Constitución de 1993 garantiza el acceso de las personas a una pensión que les permita llevar una vida en condiciones de dignidad. Este derecho fundamental también comporta el derecho de las personas a no ser privadas de modo arbitrario e injustifi cado de la pensión; de ahí que corresponda garantizar, frente a la privación arbitraria e irrazonable, el goce de este derecho […].

3.3.4. El artículo 24 del Decreto Ley 19990 establece que se considera inválido al asegurado que presenta incapacidad física o mental prolongada o presumida permanente, que le impide ganar más de la tercera parte de la remuneración o ingreso asegurable que percibiría otro trabajador de la misma categoría, en un trabajo igual o similar en la misma región; y que habiendo gozado de subsidio de enfermedad durante el tiempo máximo establecido por la ley continúa incapacitado para el trabajo.

3.3.5. Sobre el particular debe precisarse que conforme al artículo 25 del Decreto Ley 19990, tiene derecho a pensión de invalidez el asegurado: a) cuya invalidez, cualquiera que fuere su causa, se haya producido después de haber aportado cuando menos 15 años, aunque a la fecha de sobrevenirle la invalidez no se encuentre aportando; b) que teniendo más de 3 y menos de 15 años completos de aportación, al momento de sobrevenirle la invalidez, cualquiera que fuere su causa, contase por lo menos con 12 meses de aportación en los 36 meses anteriores a aquél en que produjo la invalidez, aunque a dicha fecha no se encuentre aportando; c) que al momento de sobrevenirle la invalidez, cualquiera que fuere su causa, tenga por lo menos 3 años de aportación, de los cuales por lo menos la mitad corresponda a los últimos 36 meses anteriores a aquél en que se produjo la invalidez, aunque a dicha fecha no se encuentre aportando; y d) cuya invalidez se haya producido por accidente común o de trabajo, o enfermedad profesional, siempre que a la fecha de producirse el riesgo haya estado aportando.

3.3.6. En el presente caso fl uye de la Resolución 6686-2008-ONP/DP/DL 19990, de fecha 5 de noviembre de 2008, que declara la nulidad de la Resolución 58999-2004-ONP/DC/DL 19990 y las Resoluciones 16167-2009-ONP/DPR.SC/DL 19990 y 8929-2010-ONP/DPR/DL 19990, de fecha 27 de febrero de 2009 y 2 de diciembre de 2010, respectivamente, que le denegaron al recurrente la pensión solicitada, que se fundamentan en que el recurrente no reúne los requisitos para acceder a la pensión de invalidez del Decreto Ley 19990, toda vez que en la oportunidad en que esta fue otorgada se consideró como elemento de prueba para el reconocimiento de aportes, por el periodo comprendido del 29 de mayo de 1988 al 3 de abril de 1993, el informe de verifi cación emitido por los verifi cadores Víctor Raul Collantes Anselmo y Verónica Guadalupe Ruiz Azahuanche, que fueron condenados por los delitos de estafa y asociación ilícita previstos en los artículos 196 y 317 del Código Penal en agravio de la ONP; acreditando solo 2 años y 5 meses de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones (de 1957 a 1960).

3.3.7. No obstante de los actuados se advierte que la ONP no ha acreditado que los documentos que el accionante presentó en sede administrativa para obtener su pensión de jubilación, sean falsos, adulterados y/o irregulares, y por su parte, el demandante, en el proceso de autos ha acreditado, conforme a lo expuesto en el fundamento 2.3.20. supra, 4 años y 10 meses al Régimen del Decreto Ley 19990 –del 29 de mayo de 1988 al 3 de abril de 1993–, que sumados a los 2 años y 5 meses de aportaciones reconocidos por la emplazada en la Resolución 8929-2010-ONP/DPR/DL 19990 (de 1957 a 1960), hacen un total de 7 años y 3 meses de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones. A su vez considerando que la ONP inicialmente determinó como fecha de inicio de su incapacidad el 10 de diciembre de 1990, dolencia que ha sido ratifi cada en el procedimiento de control posterior por la propia entidad gestora, cabe concluir que el recurrente reúne los requisitos para acceder a la pensión de invalidez contemplada en el inciso b) del artículo 25 del Decreto Ley 19990.

3.3.8. Por consiguiente se concluye que la ONP ha actuado de manera arbitraria, vulnerando el derecho a la pensión del actor.

3.3.9. Cabe precisar que aun cuando el recurrente no ha solicitado el pago de intereses legales y costos procesales, al haberse acreditado la vulneración de su derecho pensionario, corresponde que de conformidad con lo dispuesto en el precedente contenido en la STC 5430-2006-PA/TC, se ordene el pago de intereses legales y costos del proceso, de acuerdo con el artículo 1246 del Código Civil y el artículo 56 del Código Procesal Constitucional, respectivamente.

4. Efectos de la presente sentencia

En consecuencia se acredita la vulneración del derecho del debido proceso administrativo, en particular, del derecho a la motivación como parte integrante del derecho del debido proceso en sede administrativa, así como del derecho fundamental a la pensión.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda, por haberse acreditado la vulneración de los derechos a la motivación de las resoluciones judiciales, como parte integrante del debido proceso, así como a la pensión; en consecuencia, NULAS las Resoluciones 6686-2008-ONP/DP/DL 19990, 16167-2009-ONP/DPR.SC/DL 19990 y 8929-2010-ONP-DPR/DL 19990.

2. Reponiendo las cosas al estado anterior a la vulneración, ordena a la emplazada que cumpla con restituir el pago de las prestaciones pensionarias del demandante, desde el mes de noviembre de 2008, conforme a los fundamentos de la presente sentencia, con el abono de los intereses legales y los costos procesales.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLIBEAUMONT CALLIRGOS

W-1061050-30

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 00434-2013-PA/TCPUNOYEMELY MILAGROS RAMOS APAZA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 17 días del mes de junio de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Vergara Gotelli, Calle Hayen y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Yemely Milagros Ramos Apaza contra la resolución de fojas 163, su fecha 8 de noviembre de 2012, expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Puno, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 25 de julio de 2012, la recurrente interpone demanda de amparo contra la directora ejecutiva del Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (Pronaa) y el procurador público a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) solicitando que se deje sin efecto la extinción unilateral de su relación laboral, y que en consecuencia, se ordene su reposición laboral en el cargo que venía desempeñando como secretaria de gerencia del Equipo Zonal Pronaa-Puno o en otro de similar nivel. Manifi esta que desde su ingreso, el 1 de marzo de 2006, hasta el 31 de mayo de 2007 laboró bajo la modalidad de servicios no personales sin suscribir contrato alguno; que sin embargo, a partir del 1 de junio de 2007 empezó a suscribir contratos laborales bajo la misma modalidad. Refi ere que desde el 1 de julio de 2008 se le obligó a suscribir contratos administrativos de servicios (CAS), realizando las mismas funciones, los cuales fueron renovados de forma mensual, siendo la vigencia del último contrato desde el 1 de abril hasta el 31 de mayo de 2012, fecha en que fue despedido. Alega la vulneración de sus derechos al trabajo y a la protección contra el despido arbitrario.

El Primer Juzgado Mixto de Puno, con fecha 31 de julio de 2012, declaró improcedente la demanda por considerar que existen vías procedimentales, igualmente satisfactorias, para la protección del derecho vulnerado, tales como el proceso contencioso-administrativo, de conformidad con el artículo 5, inciso 2, del Código Procesal Constitucional.

La Sala Superior revisora confi rmó la apelada por similar fundamento.

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio y procedencia de la demanda

1. Antes de ingresar a evaluar el fondo de la controversia constitucional, es preciso examinar el rechazo in límine dictado por las instancias judiciales precedentes, pues tanto en primera como en segunda instancia la demanda fue rechazada liminarmente.

2. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la reposición de la demandante en el cargo que venía desempeñando, porque habría sido despedida arbitrariamente, vulnerándose sus derechos constitucionales al trabajo y a la protección contra el despido arbitrario.

3. Sobre el particular, debe recordarse que en el precedente establecido en la sentencia recaída en la STC 00206-2005-PA/TC, este Tribunal precisó, con carácter vinculante, que el proceso de

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48475

amparo constituye la vía idónea, efi caz y satisfactoria para proteger, entre otras cosas, el despido arbitrario, nulo y fraudulento.

4. Teniendo ello presente, este Tribunal considera que tanto en primera como en segunda instancia se ha incurrido en un error al momento de califi car la demanda, por lo que debería revocarse el auto de rechazo liminar y ordenarse su admisión a trámite, pues en el caso de autos la demandante cuestiona el despido del cual ha sido objeto.

No obstante ello, y en atención a los principios de celeridad y economía procesal, este Tribunal considera pertinente no hacer uso de la mencionada facultad, toda vez que en autos aparecen elementos de prueba sufi cientes que posibilitan un pronunciamiento de fondo, más aún si el procurador público del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social y otra han sido notifi cados con el concesorio del recurso de apelación (f. 128), lo que implica que su derecho de defensa está garantizado, por lo que en el presente caso se procederá a evaluar si la recurrente ha sufrido un despido arbitrario.

Análisis de la controversia

5. Para resolver la controversia planteada, conviene recordar que en las SSTC 002-2010-PI/TC y 03818-2009-PA/TC, así como en la RTC 00002-2010-PI/TC, este Tribunal ha establecido que el régimen de protección sustantivo-reparador contra el despido arbitrario, previsto en el régimen laboral especial del contrato administrativo de servicios, guarda conformidad con el artículo 27º de la Constitución.

Consecuentemente, en el proceso de amparo no corresponde analizar si con anterioridad a la suscripción de los contratos administrativos de servicios, los contratos de servicios no personales que habría prestado la actora se desnaturalizaron, pues en el caso de que ello hubiese ocurrido, dicha situación de fraude constituiría un período independiente del inicio de los contratos administrativos de servicios, lo cual es constitucional.

6. De autos se advierte que a partir del 1 de julio de 2008, la recurrente laboró en virtud de contratos administrativos de servicios (f. 58 a 94), demostrándose con ello que la actora ha mantenido una relación laboral a plazo determinado bajo el régimen laboral especial previsto en el Decreto Legislativo 1057, que culminó al vencer el plazo de su última adenda, esto es, el 31 de mayo de 2012, conforme consta del contrato que suscribió (f. 94); de la Carta 344-2012-MIDIS-PRONAA/UAD-RH, de fecha 24 de mayo de 2012 (f. 95), y de la Orden de Inspección 203-2012-DRTPE (f. 97). Por lo tanto, habiéndose cumplido el plazo de duración del referido contrato, la extinción de la relación laboral de la demandante se produjo en forma automática, conforme lo señala el literal h) del artículo 13.1 del Decreto Supremo 075-2008-PCM.

Siendo ello así, la extinción de la relación laboral de la accionante no afecta derecho constitucional alguno, por lo que no cabe estimar la demanda.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda, porque no se ha acreditado la vulneración de los derechos alegados.

Publíquese y notifíquese.

SS.

VERGARA GOTELLICALLE HAYENÁLVAREZ MIRANDA

W-1061051-1

PROCESO DE HÁBEAS DATAEXP. Nº 00209-2013-PHD/TCLIMAVÍCTOR ESQUIVEL COLLAZOS

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 22 días del mes de mayo de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Vergara Gotelli, Calle Hayen y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia, con el fundamento de voto del magistrado Álvarez Miranda, que se agrega

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Víctor Esquivel Collazos contra la resolución de fojas 329, su fecha 9 de agosto de 2012, expedida por la Sétima Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 6 de abril de 2011, el recurrente interpone demanda de hábeas data contra la Ofi cina de Normalización Previsional

solicitando la entrega de copias certifi cadas o fedateadas del expediente administrativo Nº 88815564498 DL 19990, más el pago de costas y costos. Manifi esta que mediante solicitud de fecha 15 de marzo de 2011, requirió a la emplazada la entrega de la documentación antes mencionada, sin que haya obtenido respuesta alguna; por esta razón alega que se ha lesionado su derecho de acceso a la información pública.

Con fecha 13 de junio de 2011, la entidad emplazada se allana a la demanda.

El Noveno Juzgado Constitucional de Lima con fecha 28 de octubre de 2011, declaró fundada en parte la demanda por estimar que la emplazada lesionó el derecho invocado por el demandante por haber denegado el acceso a la documentación solicitada y declaró improcedente el pago de costos en aplicación del artículo 413º del Código Procesal Civil.

La Sala revisora confi rmó el extremo apelado por estimar que la entidad emplazada se allanó a la demanda, resultando de aplicación supletoria lo dispuesto por el artículo 413º del Código Procesal Civil.

El recurrente interpone recurso de agravio constitucional solicitando el pago de costos invocando las SSTC N.os 2776-2011-PHD/TC y 10064-2005-PA/TC y la resolución de aclaración recaída en la RTC Nº 971-2005-PA/TC, pues considera que el Estado solo se encuentra exonerado del pago de costas; agrega que no le resulta aplicable el artículo 413º del Código Procesal Civil, pues en su caso corresponde solo la aplicación del artículo 56º del Código Procesal Constitucional.

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio

1. La recurrente solicita mediante el presente recurso de agravio constitucional, que se condene al pago de costos procesales a la entidad emplazada en atención a lo dispuesto por el artículo 56º del Código Procesal Constitucional.

Análisis de la controversia

2. En el presente caso, se aprecia que la demanda fue estimada por el a quo, al considerar que el demandante tiene derecho a conocer del contenido del expediente administrativo ya que su acceso no se encuentra dentro de ninguna de las excepciones de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública (cfr. f. 27).

3. El recurrente posteriormente interpuso recurso de apelación contra el extremo referido al pago de costos manifestando que el artículo 413º del Código Procesal Civil no resulta aplicable a los procesos constitucionales, pues de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, el Estado sí puede ser condenado al pago de costos, más aún cuando de acuerdo con nuestro ordenamiento procesal, los costos son considerados corolario del vencimiento y se imponen no como sanción sino como resarcimiento de los gastos provocados por el litigio.

El referido medio impugnatorio sería desestimado por el ad quem considerando que:

SEGUNDO:El Colegiado no comparte los argumentos expuestos por

el actor, por cuanto si bien, el artículo 56º del Código Procesal Constitucional establece que en los procesos constitucionales el Estado solo puede ser condenado al pago de costos; también lo es que este artículo prevé además, que en aquello que no esté expresamente establecido en la presente Ley, los costos se regulan por los artículos 410 al 419 del Código Procesal Civil. En ese sentido, atendiendo a que el último párrafo del artículo 413º del acotado código establece respecto a la exoneración de costas y costos del proceso, que también está exonerado quien reconoce o se allana a la demanda dentro del plazo para contestarla, este supuesto es aplicable al presente caso, por lo que la recurrida debe ser confi rmada en este extremo (sic 329).

4. Evaluados los argumentos de las instancias precedentes, este Tribunal considera importarte recordar que si bien resulta cierto que el Código Procesal Constitucional –que regula las reglas de tramitación de los procesos constitucionales– establece en el artículo IX de su Título Preliminar, la posibilidad de la aplicación supletoria de los Códigos Procesales afi nes a la materia que se discute en un proceso constitucional, debe tenerse en cuenta que dicha aplicación supletoria se encuentra supeditada , entre otras cosas, a la existencia de un vacío o defecto legal del referido Código y al logro de los fi nes del proceso, situación que no se presenta en el caso del pago de los costos procesales cuando el Estado resulta ser el emplazado en este tipo de procesos, pues expresamente el artículo 56º dispone que

Si la sentencia declara fundada la demanda, se impondrán las costas y costos que el Juez establezca a la autoridad, funcionario o persona demandada. Si el amparo fuere desestimado por el Juez, éste podrá condenar al demandante al pago de costas y costos cuando estime que incurrió en manifi esta temeridad.

En los procesos constitucionales el Estado solo puede ser condenado al pago de costos.

En aquello que no esté expresamente establecido en la presente Ley, los costos se regulan por los artículos 410 al 419 del Código Procesal Civil.

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48476 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

5. En tal sentido, el hecho de que la emplazada se haya allanado en los términos que expresa el último párrafo del artículo 413º del Código Procesal Civil no implica que no se haya vulnerado el derecho invocado por el demandante, todo lo contrario, el allanamiento planteado implica un reconocimiento expreso de la existencia de la conducta lesiva por parte de la entidad emplazada, que ha permitido resolver prontamente la pretensión del accionante; sin embargo, ello no evitó la lesión del derecho invocado ni transformó en innecesaria su petición de tutela judicial efectiva respecto de dicho derecho. En efecto, resulta evidente que la conducta lesiva previa de la emplazada generó en el demandante la necesidad de solicitar tutela judicial para acceder a la restitución de su derecho conculcado, situación que, en el presente caso, le generó costos para accionar el presente proceso (tales como el asesoramiento de un abogado), los cuales de acuerdo con el artículo 56º antes citado, deben ser asumidos por la emplazada, a modo de condena por su accionar lesivo.

6. Consecuentemente, este Colegiado aprecia que la decisión del ad quem contraviene el texto expreso del artículo 56º del Código Procesal Constitucional, aplicable al proceso de hábeas data conforme al artículo 65º del mismo cuerpo legal, que establece la obligatoriedad del órgano judicial de ordenar el pago de costos procesales ante el supuesto de declararse fundada la demanda constitucional, constituyendo uno (el pago de costos) consecuencia legal de lo otro (el carácter fundado de la demanda). Y es que tal dispositivo legal, por regular de manera expresa el pago de costos procesales a cargo del Estado en los procesos constitucionales, resulta aplicable al caso de autos pues no existe un vacío o defecto legal que permita la aplicación supletoria del Código Procesal Civil en cuanto a dicho pago.

7. Por lo expuesto se debe estimar el recurso de agravio constitucional y ordenar a la ONP (Estado) el pago de los costos procesales.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

Declarar FUNDADO el recurso de agravio constitucional presentado; en consecuencia ORDENA a la ONP el pago de costos procesales a favor de don Víctor Esquivel Collazos, cuya liquidación se hará en ejecución de sentencia.

Publíquese y notifíquese.

SS.

VERGARA GOTELLICALLE HAYENÁLVAREZ MIRANDA

FUNDAMENTO DE VOTO DEI, MAGISTRADO ÁLVAREZ MIRANDA

Emito el presente fundamento de voto pues si bien estimo que la presente demanda debe ser declarada fundada, ello obedece a las siguientes razones.

1. Es objeto de revisión, a través del recurso de agravio constitucional, el extremo de la decisión de segunda instancia que eximió del pago de costos procesales a la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), a pesar de que se declaró fundada la demanda Por ende, el asunto litigioso radica en determinar si la interpretación realizada por las instancias precedentes para eximir a la emplazada del pago de costos resulta constitucionalmente adecuado.

2. A juicio de este Colegiado, no puede soslayarse, bajo ningún punto de vista, que si bien el artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional permite la posibilidad de aplicar supletoriamente otros códigos procesales, ello se encuentra supeditado a la existencia de alga vacío en la regulación de determinada situación por parte del Código Procesal Constitucional y siempre que ello no desvirtúe la naturaleza de los procesos constitucionales.

3. Sin embargo, el artículo 56º del Código Procesal Constitucional establece expresamente que “si la sentencia declara fundada la demanda, se impondrán las costas y castos que el Juez establezca a la autoridad, funcionario o persona demandada” y que “en los procesos constitucionales el Estado sólo puede ser condenado al pago de costos”, por lo que no existe ningún vacío legal que cubrir.

4. Por ello, el extremo de la sentencia cuestionada que, pese a estimar la demanda, eximió del pago de costos procesales a la emplazada, contraviene el texto expreso del artículo 56º del mencionado código, que conforme ha sido expuesto, establece la obligatoriedad del órgano judicial de ordenar el pago de costos procesales ante el supuesto de declararse fundada la demanda constitucional, constituyendo uno (el pago de costos) consecuencia legal de lo otro (el carácter fundado de la demanda), incluso en los supuestos en que la emplazada se allane.

5. Y es que, en la medida que el Código Procesal Constitucional regula expresamente esta situación (“Principio de Ley Especial prima sobre la Ley General”), no resulta aplicable lo previsto en el artículo 413º del Código Procesal Civil, máxime si se tiene en cuenta que si el actor se vio obligado a recurrir a la justicia constitucional fue justamente por la desidia de la emplazada que, a fi n de cuentas,

terminó conculcado el derecho a la autodeterminación informativa del recurrente.

6. Es más, la lógica del razonamiento esbozado por las instancias precedentes podría inclusive desincentivar a la ONP la contestación oportuna de este tipo de solicitudes, pues así no cumpla dentro de los plazos establecidos con entregar la documentación requerida (a pesar de que no existe ninguna razón para negar lo peticionado), su desidia e inefi ciencia sólo repercutiría negativamente en el demandante quien no sólo tendría que soportar el agravio manifi esto a su derecho fundamental a la autodeterminación informativa sino que también tendría incurrir en una serie de costos de carácter económico pues así el proceso de hábeas data no se encuentre sujeto a tasas judiciales ni requiera necesariamente de la fi rma de un letrado, acceder a la justicia constitucional importa la irrogación de gastos que si bien son en cierta forma aminorados al eximirse al litigante de tales requisitos (o al menos de la obligatoriedad de contar con el asesoramiento de un abogado), no puede negarse no sólo que existan sino que, en determinados supuestos, la carencia de recursos económicos de los agraviados les imposibilite revertir tales violaciones al citado derecho fundamental.

7. Así mismo, tampoco puede quedar inadvertido que lo resuelto tanto por el a quo como por el ad quem, no toma en cuenta que la presente demanda no es fruto de un hecho aislado sino que por el contrario, obedece a una práctica que debe ser desterrada no sólo porque implica la conculcación de los derechos fundamentales de quienes solicitan sus expedientes administrativos, sino porque la mayor parte de tales causas terminarán. judicializándose en el fuero constitucional ralentizando la tramitación de otras que sí requieren de tutela urgente (externalidad negativa), a pesar de que no existe argumento jurídico válido que justifi que negar la entrega de tal información.

8. En tal sentido, la interpretación realizada por las instancias judiciales no resulta constitucionalmente adecuada, en especial, cuando ha de interpretársela desde el sentido que le irradia la Constitución y la propia lógica de los procesos constitucionales, que como ha sido desarrollado de manera reiterada por este Colegiado, no pueden ser comprendidos ni analizados exclusivamente desde las perspectivas desarrolladas por la teoría general del proceso, dadas las particularidades del derecho procesal constitucional.

9. Por consiguiente, la imposición de este tipo de medidas no sólo resulta arreglada a derecho conforme ha sido esgrimido infra sino que resulta necesaria para el funcionamiento de una jurisdicción constitucional que pueda salvaguardar efectivamente los derechos fundamentales de los particulares.

10. Por tal motivo, este Colegiado considera que el recurso de agravio constitucional debe ser estimado, debiendo ordenarse a la ONP el pago de los costos procesales.

Por tales consideraciones, mi VOTO es por que se declare FUNDADO el recurso de agravio constitucional presentado y por tanto FUNDADA la demanda en el extremo impugnado; en consecuencia ORDENA a la ONP el pago de costos procesales a favor de don Víctor Esquivel Collazos, cuya liquidación se hará en ejecución de sentencia.

Sr.

ÁLVAREZ MIRANDA

W-1061051-2

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 00807-2013-PA/TCHUAURALIBERATA CASTILLO VDA. DE BAZÁN

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 22 días del mes de marzo de 2013 la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Vergara Gotelli, Calle Hayen y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Liberata Castillo Vda. de Bazán contra la resolución de fojas 120, su fecha 18 de diciembre de 2012, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Huaura, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

La recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), con el objeto de que se declare inaplicable la Resolución 8436-2012-ONP/DPR.SC/DL 19990, de fecha 26 de enero de 2012; y que, en consecuencia, se reconozca sus aportaciones y se le otorgue una pensión del régimen especial de jubilación establecido por el Decreto Ley 19990, en aplicación del Decreto Supremo 082-2001-EF. Asimismo, solicita el pago de las pensiones devengadas, los intereses legales, y de las costas y costos procesales.

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48477

La ONP formula tacha contra la constancia de trabajo de Agro Industrial Paramonga S.A.A. y contesta la demanda expresando que la actora no acredita haber efectuado las aportaciones mínimas para acceder a una pensión del régimen especial del Decreto Ley 19990.

El Segundo Juzgado Civil de Barranca, con fecha 15 de agosto de 2012, declara fundada la tacha formulada contra el certifi cado de trabajo e infundada la demanda, por considerar que existe evidente falsedad en la prueba instrumental presentada por la actora para sustentar su relación laboral.

La Sala Superior competente revoca la apelada y, reformándola, declara improcedentes la tacha planteada y la demanda, por estimar que la actora no ha acreditado haber reunido los aportes que establece el Decreto Ley 19990 para acceder a la pensión que solicita, en tanto que el certifi cado de trabajo en copia simple no es sufi ciente para acreditar la relación laboral, tal como señala el artículo 1 del Decreto Supremo 082-2001-EF.

FUNDAMENTOS

1. Delimitación del petitorio

El objeto de la demanda es que se declare inaplicable la Resolución 8436-2012-ONP/DPR.SC/DL 19990; y que, en consecuencia, se le otorgue una pensión con arreglo al régimen especial de jubilación del Decreto Ley 19990, más el pago de las pensiones devengadas, los intereses legales, costas y costos procesales.

En el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC, sobre la base de los alcances del derecho fundamental a la pensión como derecho de confi guración legal, este Colegiado delimitó los lineamientos jurídicos que permiten ubicar las pretensiones que, por pertenecer al contenido esencial de dicho derecho o estar directamente relacionadas con él, merecen protección a través del proceso de amparo. Por ello, en el literal b) del mismo fundamento, se precisó que “forman parte del contenido esencial directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión, las disposiciones legales que establecen los requisitos para gozar dicho derecho”.

En consecuencia, corresponde analizar si el demandante cumple los presupuestos legales que permitirán determinar si tiene derecho a percibir la pensión que reclama, pues de ser así se estaría verifi cando la arbitrariedad en el accionar de la entidad demandada.

2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución)

2.1. Argumentos de la demandante

Solicita el reconocimiento de las aportaciones efectuadas al régimen del Decreto Ley 19990, en aplicación exclusiva del Decreto Supremo 082-2001-EF, y que se cumpla con otorgarle la pensión del régimen especial de jubilación.

2.2. Argumentos de la demandada

Manifi esta que existe una ausencia probatoria en las afi rmaciones de la demandante, porque pretende que se le reconozcan años de aportes cuando de la verifi cación administrativa se determinó que los documentos presentados no guardan nexo temporal entre el cese laboral y la emisión del certifi cado. Asimismo, aduce que tampoco adjuntó otros medios probatorios efi caces y sufi cientes para acreditar sus aportaciones, más aún cuando dichos medios probatorios están referidos a períodos laborados antes de 1962, cuando aún no existía el régimen previsional para los trabajadores.

2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

2.3.1. En cuanto a la aplicación del Decreto Supremo 082-2001-EF, derogado por la Única Disposición Derogatoria del Decreto Supremo 092-2012-EF –reglamento de la Ley 29711–, y sustituido por el artículo 3, es conveniente señalar que este Tribunal Constitucional en la STC 02488-2007-PA/TC ha dispensado al reconocimiento de aportaciones en aplicación del referido decreto supremo un carácter excepcional acorde con la naturaleza del referido dispositivo legal y en armonía con el presupuesto al cual obedece, esto es, siempre y cuando se hubiese podido acreditar la existencia del vínculo laboral, pero no el periodo de aportación sufi ciente para acceder a una prestación económica en el régimen, y que la acreditación de años de aportes, mediante declaración jurada, se efectúe al interior del proceso administrativo sujetándose al cumplimiento de las condiciones y los requisitos previstos en el citado decreto supremo.

2.3.2. Se desprende de la cuestionada resolución administrativa (f. 4), y del cuadro de resumen de aportaciones (f. 5) que la ONP le denegó a la actora la pensión de jubilación del régimen especial con fecha 26 de enero de 2012 por no haber acreditado aportaciones. Cabe agregar que en el cuadro resumen de aportes se consigna como observación “según el certifi cado de trabajo de folios 13 periodo comprendido del 12/01/1949 al 30/6/1955 aportaciones efectivas 02 años y 04 meses”.

2.3.3. Asimismo debe precisarse que obra en autos (f. 7) una solicitud de pensión presentada el 20 de diciembre de 2011, adjuntándose certifi cados de trabajo y el documento nacional de identidad; y que la actora, con fecha 27 de enero de 2012,

presentó una solicitud de aplicación del Decreto Supremo 082-2001-EF (f. 10), basada en el certifi cado de trabajo emitido por Agro Industrial Paramonga S.A.A. del 30 de noviembre de 2011 que adjuntó a la misma y en el que se indica que la actora laboró en dicha institución desde el 12 de enero de 1949 hasta el 30 de junio de 1955, lapso en el cual totalizaría un récord efectivo de 2 años y 4 meses de aportes, pero que no fue materia de control ex ante por parte de la entidad previsional dado que no llegaría al mínimo exigido.

2.3.4. A efectos de sustentar las aportaciones presuntamente generadas en la relación laboral con Agro Industrial Paramonga S.A.A. dentro de los alcances del derogado (y sustituido) Decreto Supremo 082-2001-EF, la demandante ha presentado los siguientes documentos:

a) Copia legalizada de los certifi cados de trabajo expedidos con fecha 26 de agosto de 2011 y 20 de abril de 2012 (f. 72 y 73), en los que se consigna que la demandante trabajó del 3 de octubre de 1945 al 4 de setiembre de 1957 y del 7 de abril de 1960 al 30 de junio de 1995; así como las declaraciones juradas de remuneraciones mensuales de los años 1992, 1993, 1994 y 1995 del 28 de marzo y 10 de abril de 2012 (f. 74 a 77).

b) Certifi cado de trabajo y declaración jurada del empleador de fecha 27 de noviembre y 18 de diciembre de 2012 (f.127 y 128), en los que se indica que la demandante trabajó del 12 de enero de 1949 al 30 de junio de 1955 en la Sociedad Paramonga Ltda.

c) Copia simple de la declaración jurada de la actora sin fecha ni sello de recepción de la ONP (f. 13), en la que indica que laboró para el exempleador precitado del 12 de enero de 1949 al 30 de junio de 1955.

d) Copia legalizada de la hoja de indemnización obrero del 3 de setiembre de 1953 (f. 116), en la que se señala que laboró para Soc. Agrícola Paramonga Ltda. desde enero de 1949 hasta el 11 de abril de 1952, fechas de ingreso y cese que no coinciden con las consignadas en los documentos descritos anteriormente.

e) Cédula de inscripción en la Caja Nacional de Seguro Social (f. 14 y 15), en la que no se consigna al empleador, razón por la cual no es idónea para acreditar aportaciones.

2.3.5. De lo expuesto se advierte que la demandante no presentó su solicitud de pensión dentro de los alcances del Decreto Supremo 082-2001-EF, vale decir no adjuntó en su debida oportunidad la declaración jurada prevista en la precitada norma legal. Asimismo, que la solicitud de aplicación del Decreto Supremo 082-2001-EF fue presentada con fecha 27 de enero de 2012, esto es, con posterioridad a la expedición de la Resolución 8436-2012-ONP/DPR.SC/DL 19990 de fecha 24 de enero de 2012 y notifi cada a la actora cuando menos el 31 de enero de 2012 (f. 3); situación que queda corroborada con las instrumentales detalladas en el fundamento supra, de las cuales se aprecia que fueron emitidas luego de expedida la mencionada resolución.

2.3.6. La situación descrita permite concluir a este Colegiado que la actora acude a la vía del amparo solicitando la aplicación del Decreto Supremo 082-2001-EF, sin haber cumplido con las exigencias previstas normativamente y que han sido materia de tratamiento jurisprudencial conforme se ha señalado en el fundamento 2.3.1., tales como acompañar la documentación supletoria al interior de un procedimiento administrativo, sin que sea posible verifi car la actuación de la ONP ni aplicar las reglas para la acreditación de aportes en tanto no se verifi ca un desconocimiento arbitrario de las aportaciones por parte de la mencionada entidad.

2.3.7. En consecuencia, la accionante no reúne los años de aportes exigidos por los artículos 47 y 48 del Decreto Ley 19990, debiéndose desestimar la demanda.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú,

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda, por no haberse acreditado la vulneración del derecho fundamental a la pensión.

Publíquese y notifíquese.

SS.

VERGARA GOTELLICALLE HAYENÁLVAREZ MIRANDA

W-1061051-3

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 00204-2013-PA/TCHUAURACARLOS ROBERTO BLAS INOCENTE Y OTRO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 24 días del mes de mayo de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Vergara Gotelli, Calle Hayen y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia.

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48478 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Julio Gamero Vargas, abogado de don Carlos Roberto Blas Inocente y don Richard Eduardo Tarazona Rojas contra la resolución de fojas 168, su fecha 28 de setiembre de 2012, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Huaura, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 6 de enero de 2012 don Carlos Roberto Blas Inocente y don Richard Eduardo Tarazona Rojas interponen demanda de amparo contra Arcor de Perú S.A. solicitando que se deje sin efecto el despido incausado de que han sido objeto y que, por consiguiente, se los reincorpore en sus puestos de trabajo, celebrando con la demandada contratos de duración indeterminada. Manifi estan haber suscrito contratos en la modalidad de necesidades del mercado y haber laborado por cerca de 5 años para la emplazada; que dichos contratos han sido desnaturalizados debido a que no se ha cumplido con el requisito de consignar la causa objetiva de la contratación, por lo que se han convertido en contratos de trabajo de duración indeterminada; agregan que se ha vulnerado su derecho al trabajo porque fueron despedidos sin que se haya alegado la existencia de una causa justa prevista en la ley.

La emplazada contesta la demanda solicitando que se la declare improcedente expresando que los demandantes no han laborado de manera continua; que no han sido despedidos y que sí se ha cumplido con la exigencia de consignar la causa objetiva de la contratación.

El Juzgado Mixto de Chancay, con fecha 11 de junio del 2012, declara fundada en parte la demanda por estimar que los demandantes desempeñaron labores de naturaleza permanente, y que, por otro lado, la emplazada no ha acreditado documentariamente el incremento de la demanda en el mercado, y declara improcedente la demanda en cuanto a la suscripción de contrato de trabajo a plazo indeterminado.

La Sala superior competente revocó la apelada declarando improcedente la demanda por considerar que en los contratos de trabajo de los demandantes sí se señala la causa objetiva de la contratación, no habiéndose demostrado en autos que dichas causas no respondan a hechos reales, situación que debe dilucidarse en la vía ordinaria; agrega que los actores consintieron el fenecimiento de su vínculo laboral, porque cobraron su compensación por tiempo de servicios.

FUNDAMENTOS

1) Delimitación del petitorio

Los demandantes solicitan su reposición en los cargos que venían ocupando, sosteniendo que han sufrido un despido incausado; asimismo, solicitan que se los contrate a plazo indeterminado. Afi rman que su vínculo laboral se desnaturalizó y que en los hechos se confi guró una relación laboral a plazo indeterminado.

2) Consideraciones previas

2.1 En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativas a materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, en el presente caso corresponde evaluar si los recurrentes fueron objeto de un despido incausado.

3) Sobre la afectación del derecho al trabajo

3.1 Argumentos de la parte demandante

Los demandantes afi rman que han sido víctimas de un despido sin expresión de causa, violatorio de su derecho constitucional al trabajo, debido a que no obstante mantener con la entidad emplazada un contrato de trabajo a plazo indeterminado, por haberse desnaturalizado los contratos modales por necesidades del mercado, fueron despedidos de manera incausada.

3.2 Argumentos de la parte demandada

La parte demandada argumenta que los demandantes no fueron despedidos, sino que su vínculo laboral se extinguió por vencimiento de contrato.

3.3 Consideraciones del Tribunal Constitucional

3.3.1 El derecho al trabajo se encuentra reconocido por el artículo 22º de la Constitución. Al respecto este Tribunal estima que el contenido esencial del referido derecho constitucional implica dos aspectos: el de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por la otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa. Aunque no resulta relevante para resolver la causa, cabe precisar que, en el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto de este derecho constitucional implica un desarrollo progresivo y según las posibilidades del Estado. El segundo aspecto del derecho es el que resulta relevante para

resolver la causa. Se trata del derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido salvo por causa justa.

Respecto al derecho constitucional a la protección adecuada contra el despido arbitrario reconocido en el artículo 27º de la Constitución, se debe señalar que este Tribunal, en la STC Nº 00976-2001-AA/TC, delimitó su contenido e interpretó qué debe entenderse por protección adecuada contra el despido arbitrario. Asimismo, el Tribunal ha reconocido en reiterada jurisprudencia (por todas, la STC Nº 05650-2009-PA/TC) dos tipos de protección en casos de despido arbitrario, de carácter excluyente y a elección del trabajador: a) protección de efi cacia resarcitoria, cuando el trabajador opta por recurrir a la vía ordinaria solicitando el pago de la indemnización por despido arbitrario; y, b) protección de efi cacia restitutoria, cuando el trabajador opta por recurrir a la vía constitucional a través del proceso de amparo constitucional, siempre y cuando el despido se haya producido, entre otros supuestos, de manera incausada, es decir, ejecutado de manera verbal o mediante comunicación escrita, sin expresión de causa alguna relacionada con la conducta o el desempeño laboral del trabajador que la justifi que.

3.3.2 De las instrumentales que obran en autos se desprende que los demandantes prestaron servicios en varios periodos interrumpidos; sin embargo en el caso del codemandante Carlos Roberto Blas Inocente corre a fojas 101 la renovación del contrato de trabajo en la modalidad de necesidades de mercado celebrado el 30 de setiembre del 2008 y de fojas 102 a 117 las sucesivas renovaciones, que demuestran que trabajó ininterrumpidamente desde el 30 de setiembre del 2008 hasta el 30 de noviembre del 2011; en el caso del codemandante Richard Eduardo Tarazona Rojas obra a fojas 26 el contrato de trabajo en la modalidad de necesidades del mercado y de fojas 87 a 100 sus renovaciones, que demuestran que trabajó ininterrumpidamente desde el 7 de abril del 2009 hasta el 30 de noviembre del 2011; por consiguiente, serán objeto de análisis dichos periodos de trabajo.

3.3.3 El artículo 72º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR establece los requisitos formales de validez de los contratos modales. Así, determina que: “Los contratos de trabajo (modales) deberán constar por escrito y por triplicado, debiendo consignarse en forma expresa su duración, y las causas objetivas determinantes de la contratación, así como las demás condiciones de la relación laboral”.

3.3.4 Asimismo, el artículo 58º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR establece que: “El contrato temporal por necesidades del mercado es aquel que se celebra entre un empleador y un trabajador con el objeto de atender incrementos coyunturales de la producción originados por variaciones sustanciales de la demanda en el mercado aun cuando se trate de labores ordinarias que formen parte de la actividad normal de la empresa y que no pueden ser satisfechas con personal permanente. Este puede ser renovado sucesivamente hasta el término máximo establecido en el Artículo 74 de la presente Ley. En los contratos temporales por necesidades del mercado, deberá constar la causa objetiva que justifi que la contratación temporal.

Dicha causa objetiva deberá sustentarse en un incremento temporal e imprevisible del ritmo normal de la actividad productiva, con exclusión de las variaciones de carácter cíclico o de temporada que se producen en algunas actividades productivas de carácter estacional”.

3.3.5 El inciso d) del artículo 77º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR dispone que los contratos de trabajo sujetos a modalidad se desnaturalizan cuando, entre otros supuestos, el trabajador demuestra la existencia de simulación o fraude a las normas establecidas en ese cuerpo legal.

3.3.6 De los mencionados contratos de trabajo y sus renovaciones se advierte que existió fraude en la contratación de los recurrentes por cuanto del tenor de los mismos se desprende que no se ha cumplido con precisar debidamente la causa objetiva de la contratación; en efecto, en la cláusula segunda del contrato de fojas 26, correspondiente al codemandante Richard Eduardo Tarazona Rojas, se consigna: “Que siendo la causa objetiva determinante el incremento coyuntural de las ventas por variaciones sustanciales en la demanda en el mercado (…)”. (resaltado nuestro); y en la cláusula segunda de la renovación de contrato de fojas 101, correspondiente al codemandante Carlos Alberto Blas Inocente, se consigna: “Que siendo causa objetiva determinante el incremento coyuntural de la producción originada por las variaciones sustanciales de la demanda en el mercado (…)”. (resaltado nuestro).

3.3.7 Como se puede apreciar en el presente caso no se puede considerar cumplida la exigencia de consignar la causa objetiva que justifi que la contratación temporal, puesto que la empresa emplazada ha utilizado una fórmula genérica, que reproduce casi literalmente el tenor del artículo 58º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, que reza: “El contrato temporal por necesidades del mercado es aquel que se celebra entre un empleador y un trabajador con el objeto de atender incrementos coyunturales de la producción originados por variaciones sustanciales de la demanda en el mercado (…)” (resaltado nuestro); es decir, en lugar de consignar la causa objetiva específi ca, precisando los hechos que han generado la variación de la demanda y sus efectos concretos para la empresa, la emplazada se ha limitado a parafrasear el texto de la norma legal, lo que evidentemente constituye burla a la ley.

3.3.8 Por tanto al no haberse cumplido con precisar la causa objetiva que justifi ca la celebración del contrato de trabajo por necesidades del mercado, se ha producido la desnaturalización del

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48479

mismo, con lo que carece de efi cacia legal, confi gurándose así una relación laboral a plazo indeterminado.

3.3.9 En consecuencia al haberse determinado que entre las partes existía una relación laboral de naturaleza indeterminada, los demandantes solo podían ser despedidos por una causa justa relacionada con su conducta o capacidad laboral; por lo tanto la ruptura del vínculo laboral, sustentada en el vencimiento del plazo del contrato, tiene el carácter de un despido arbitrario, lesivo del derecho al trabajo, frente a lo cual procede la reposición como fi nalidad eminentemente restitutoria de todo proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales.

Por lo expuesto este Tribunal declara que en el presente caso se ha confi gurado un despido incausado, violatorio del derecho constitucional al trabajo, reconocido en el artículo 22º de la Constitución, por lo que debe estimarse la demanda.

4) Efectos de la presente Sentencia

4.1 En la medida en que en este caso se ha acreditado que la entidad demandada ha vulnerado los derechos constitucionales al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario, corresponde ordenar la reposición de los demandantes como trabajadores a plazo indeterminado en los cargos que venían desempeñando o en otros de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional.

4.2 Asimismo de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, la entidad emplazada debe asumir los costos del proceso, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú,

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda por haberse acreditado la afectación de los derechos al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario; en consecuencia, NULO el despido arbitrario de los demandantes.

2. ORDENAR a Arcor de Perú S.A. que reponga a don Carlos Roberto Blas Inocente y a don Richard Eduardo Tarazona Rojas como trabajadores a plazo indeterminado, en sus mismos puestos de trabajo o en otros de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

Publíquese y notifíquese.

SS.

VERGARA GOTELLICALLE HAYENÁLVAREZ MIRANDA

W-1061051-4

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 04882-2012-PA/TCLIMAVITERBO TUANAMA TUANAMA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 17 días del mes de enero de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados, Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Viterbo Tuanama Tuanama contra la resolución de fojas 51, su fecha 18 de setiembre de 2012, expedida por la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declara improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

El recurrente interpone demanda de amparo contra la Comandancia General del Ejército del Perú, con el objeto de que se reajuste la pensión de invalidez que percibe al amparo del Decreto Ley 19846, en aplicación de la Ley 28254 y en concordancia con el artículo 2 de la Ley 25413, con el reintegro de las asignaciones especiales devengadas desde julio de 2004, más los intereses legales y costos del proceso.

El Sexto Juzgado Especializado en lo Constitucional de Lima, con fecha 27 de marzo de 2012, declara improcedente la demanda, por considerar que no se ha acreditado documentariamente que se haya cumplido con agotar las vías previas, de conformidad con el artículo 5, inciso 4, del Código Procesal Constitucional.

La Sala Superior competente confi rma la apelada por similar fundamento.

FUNDAMENTOS

1. Delimitación del petitorio

El recurrente solicita que se incremente la pensión de invalidez que percibe al amparo del Decreto Ley 19846, según lo dispuesto por la Ley 28254 y el artículo 2 de la Ley 25413, con el abono de devengados, intereses y costos.

2. Consideraciones previas

2.1. Previamente este Colegiado considera pertinente pronunciarse sobre el rechazo liminar del cual ha sido objeto la demanda, tanto por el a quo como por la Sala, sosteniéndose que la pretensión del demandante corresponde ser dilucidada por los juzgados contencioso-administrativos, dado que no se encuentra dentro de los supuestos de la STC 1417-2005-PA/TC que delimita el contenido constitucionalmente protegido del derecho a la pensión.

2.2. No obstante, debe precisarse que tal criterio ha sido aplicado de forma incorrecta, pues de acuerdo a los criterios de procedencia establecidos en el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, y en concordancia con lo dispuesto en el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, en el presente caso, aun cuando la pretensión se encuentra dirigida a cuestionar la suma específi ca de la pensión que percibe la parte demandante, se debe efectuar su verifi cación por las objetivas circunstancias del caso (grave estado de salud del actor), a fi n de evitar consecuencias irreparables.

2.3. En tal sentido y atendiendo a los principios de economía y celeridad procesal, así como a lo dispuesto por el artículo 47, in fi ne, del Código Procesal Constitucional, a fojas 33 y 34 se puso en conocimiento de la emplazada el recurso de apelación interpuesto contra la resolución que rechazó liminarmente la demanda y el auto que lo concede, por lo que corresponde analizar el fondo de la cuestión controvertida.

3. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución)

3.1. Argumentos del demandante

Manifi esta que el Tribunal Constitucional ha interpretado los alcances del haber establecido por la Ley 25413 precisando que la pensión de invalidez comprende, sin distinciones, el haber de todos los goces y benefi cios que perciban los respectivos grados de las jerarquías militares y policial en situación de actividad.

3.2. Consideraciones del Tribunal Constitucional

3.2.1. La Ley 28254, publicada el 15 de junio de 2004, que autoriza un crédito suplementario en el presupuesto del sector público para dicho año fi scal, dispone:

“[…]Artículo 9.- Asignación Especial al personal militar y policial en

actividad

9.1 Otórgase una Asignación Especial a favor del personal militar y policial, en situación de actividad, en los montos y tramos siguientes:

a) Primer Tramo: CINCUENTA y 00/100 NUEVOS SOLES (S/. 50.00) mensuales a partir del mes de julio del presente año.

b) Segundo Tramo: CINCUENTA y 00/100 NUEVOS SOLES (S/. 50.00) mensuales adicionales a partir del mes de octubre del presente año.

9.2 El costo de aplicación de lo dispuesto en el presente artículo se fi nancia con cargo al crédito suplementario que aprueba la presente Ley.

9.3 Para efectos de lo dispuesto en este artículo, no es de aplicación lo establecido en el artículo 10, literal i), primer párrafo, del Decreto 19846, modifi cado por la Ley 24640.

9.4 Mediante decreto supremo, refrendado por el Ministro de Defensa, el Ministro del Interior y el Ministro de Economía y Finanzas, se emitirán, de ser necesario, las disposiciones reglamentarias y complementarias para la mejor aplicación de lo dispuesto en el presente artículo”.

3.2.2. Al respecto, la Cuarta Disposición Final de la misma ley precisa que: “Los incrementos en los ingresos del personal que autoriza la presente Ley no tienen carácter ni naturaleza remunerativa ni pensionable, ni se encuentran afectos a cargas sociales […]”.

3.2.3. Sobre las pensiones de invalidez del personal militar-policial, este Colegiado ha señalado, en reiterada jurisprudencia, que la pensión por invalidez e incapacidad comprende, sin distinciones, el haber de todos los goces y beneficios que por diversos conceptos y bajo diferentes denominaciones perciban los respectivos grados de las jerarquías militar y policial en situación de actividad (SSTC 3813-2005-PA/TC, 3949-2004-PA/TC, 1582-2003-PA/TC, 0504-2009-PA/TC, 1996-2009-PA/TC), sea que se trate de conceptos pensionables o no pensionables.

3.2.4. En el presente caso, con la boleta de pago de pensión del recurrente (f. 10), queda demostrado que no se ha incrementado la

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48480 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

pensión del actor con la asignación especial otorgada mediante la Ley 28254, por lo que corresponde estimar la demanda, al haberse acreditado la vulneración del derecho pensionario.

3.2.5. Adicionalmente, conforme al precedente sentado en la STC 5430-2006-PA/TC, debe ordenarse el pago de las pensiones dejadas de percibir desde julio de 2004 y de los intereses legales y costos procesales, según lo dispuesto en el artículo 1246 del Código Civil y el artículo 56 del Código Procesal Constitucional, respectivamente.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú,

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda, porque ha quedado acreditada la vulneración del derecho del actor.

2. Reponiendo las cosas al estado anterior a la vulneración, ordena que la emplazada abone al accionante la asignación especial dispuesta por el artículo 9 de la Ley 28254, regularizando los montos dejados de percibir por el actor desde julio de 2004, más los intereses legales y los costos procesales, conforme a los fundamentos de la presente sentencia.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMIREZETO CRUZÁLVAREZ MIRANDA

W-1061051-5

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 04939-2012-PA/TCLIMAGERMÁN LEONARDO MALDONADO ROMERO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 22 días del mes de mayo de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Germán Leonardo Maldonado Romero contra la resolución de fojas 366, su fecha 28 de setiembre de 2012, expedida por la Quinta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

El recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), con el objeto de que se declare inaplicable la Resolución 65893-2011-ONP/DPR.SC/DL 19990 del 15 de julio de 2010; y que, en consecuencia, se le otorgue pensión minera proporcional de acuerdo con la Ley 25009, más los intereses legales, costas y costos.

La emplazada contesta la demanda alegando que la pretensión del actor no se encuentra comprendida en el contenido esencial del derecho constitucionalmente protegido a la pensión, y porque además existe una vía igualmente satisfactoria que tiene estación probatoria.

El Tercer Juzgado Especializado en lo Constitucional de Lima, con fecha 16 de abril de 2012, declara fundada la demanda, por considerar que el actor ha acreditado los requisitos para acceder a la pensión que solicita.

La Sala Superior competente revoca la apelada y declara infundada la demanda, por considerar que el actor no ha probado el nexo causal entre la enfermedad que padece y las labores desempeñadas.

FUNDAMENTOS

1. Delimitación del petitorio

En el presente caso, el demandante solicita que se le otorgue pensión minera proporcional según la Ley 25009 por haber laborado en un centro de producción minera.

En el fundamento 37.b) de la STC 1417-2005-PA/TC, este Tribunal ha señalado que forman parte del contenido esencial directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión las disposiciones legales que establecen los requisitos para el goce de tal derecho, y además que la titularidad del derecho invocado debe estar sufi cientemente acreditada para que sea posible emitir un pronunciamiento estimatorio.

Fluye de autos que la pretensión del accionante está comprendida en el supuesto previsto en el fundamento precitado, motivo por el cual corresponde analizar el fondo de la cuestión controvertida.

2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución)

2.1. Argumentos del demandante

Manifiesta que por haber laborado para diversos empleadores por más de 20 años en centro de producción minera y por contar 62 años de edad, le corresponde una pensión minera proporcional.

2.2. Argumentos de la demandada

Señala que no se puede determinar si el accionante ha desempeñado en su relación laboral un cargo que le haya causado la enfermedad que señala por lo que no habría nexo causal alguno. Asimismo refi ere que la documentación anexada no acredita el mínimo de años de aportes para acceder a la pensión que solicita.

2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

2.3.1. Los artículos 1 y 2 de la Ley 25009 preceptúan que tendrán derecho a pensión los trabajadores que laboren en centros de producción minera, metalúrgicos y siderúrgicos entre los 50 y 55 años de edad y siempre y cuando acrediten 30 años de aportaciones, de los cuales 15 años deben corresponder a trabajo en este tipo de centro de trabajo, a condición de que en la realización de sus labores estén expuestos a los riesgos de toxicidad, peligrosidad e insalubridad.

2.3.2. Asimismo, el artículo 3 de la precitada ley establece que “en aquellos casos que no se cuente con el número de aportaciones referido en el artículo 2 (para el caso, de 30 años), el IPSS abona la pensión proporcional en base a los años de aportación establecidos en la presente ley, que en ningún caso será menor de 10 años”. En concordancia con ello el artículo 15 del Reglamento de la Ley 25009, Decreto Supremo 029-89-TR, señala que los trabajadores a que se refiere el artículo 1 de la ley, que cuenten con un mínimo de diez (10) o quince (15) años de aportaciones, pero menos de 20, 25 y 30 años, según se trate de trabajadores de minas subterráneas o a tajo abierto o de trabajadores de centros de producción minera, tienen derecho a percibir una pensión proporcional a razón de tantas avas partes como años de aportaciones acrediten en su respectiva modalidad de trabajo.

2.3.3. Cabe precisar que el artículo 1 del Decreto Ley 25967, en rigor desde el 19 de diciembre de 1992, establece que para obtener una pensión de jubilación, en cualquiera de los distintos regímenes pensionarios, se debe acreditar haber efectuado aportaciones por un período no inferior a 20 años.

2.3.4. Del documento nacional de identidad (f. 2), se colige que el demandante cumplió 50 años de edad el 13 de diciembre de 1998, durante la vigencia del Decreto Ley 25967.

2.3.5. Este Colegiado en la STC 4762-2007-PA/TC (Caso Tarazona Valverde) y su resolución aclaratoria, ha establecido los criterios para el reconocimiento de periodos de aportaciones que no han sido considerados por la ONP.

2.3.6. De la resolución cuestionada y del cuadro resumen de aportaciones (f. 4 a 8) fl uye que la demandada le reconoce 26 años y 7 meses de aportaciones y no reconoce la totalidad de los años laborados en Utah Construcción y Mining Co., de setiembre de 1967 a marzo de 1968; en Consorcio Cousa Constructora Utah, desde junio de 1969 hasta diciembre de 1971; para la Compañía Peruvian Asociates, de julio de 1973 a diciembre de 1974, y en J.A. Orihuela & Cía. Ingenieros S.A., desde agosto de 1977 hasta el 15 de setiembre de 1979.

2.3.7. De otro lado, se advierte de la documentación obrante en autos, concretamente de los certifi cados de trabajo, que el actor laboró para Utah Construcción y Mining Co. como peón 2da. ayudante de albañilería, en Consorcio Cousa Constructora Utah como especialista 1ra. muestrero, en la Compañía Peruvian Asociates como ofi cial 2do., asistente de campo y operario 1ro. ayudante de ofi cina, en Compañía Graña y Montero, en asociación y participación con Peruvian Associates como auxiliar de ofi cina; en J.A. Orihuela & Cía. Ingenieros S.A. como almacenero y auxiliar de ofi cina; en la Empresa Minera del Centro - CENTROMÍN como operario, ofi cinista, ofi cinista de inventarios y costos, tareador pagador y ofi cinista vacacionista; en EMSA 86, Ejecutores Mineros 86 S.A., como asistente de administrador; Pragminsa Negocios Mineros S.A.C. como asistente administrativo (f.10 a 17 y 91).

2.3.8. En consecuencia, se advierte de la documentación mencionada que el demandante no demuestra los 10 años de labor efectiva en la modalidad de centro de producción minera que la Ley 25009 exige para el otorgamiento de la pensión de jubilación minera proporcional, como tampoco ha acreditado la exposición a riesgos.

2.3.9. Por lo tanto, no habiendo cumplido el demandante con acreditar el requisito relativo al trabajo en la modalidad para acceder a una pensión minera proporcional dentro de los alcances de la Ley 25009, la demanda debe ser desestimada.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48481

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda porque no se acredita la alegada vulneración del derecho a la pensión.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMIREZETO CRUZÁLVAREZ MIRANDA

W-1061051-6

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 04531-2012-PA/TCHUAURAISOLINA RAMOS LUDGARDO DE LUCERO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 22 días del mes de mayo de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Isolina Ramos Ludgardo de Lucero contra la resolución de fojas 332, su fecha 16 de agosto de 2012, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Huaura, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

El recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), con el objeto de que se declaren inaplicables las Resoluciones 72619-2005-ONP/DC/DL 19990, 33901-2010-ONP/DPR.SC/DL 19990 y 33902-2010-ONP/DPR.SC/DL 19990, de 17 de agosto de 2005, 29 de abril de 2010 y 26 de abril de de 2010 respectivamente, y que, en consecuencia, se le otorgue una pensión de jubilación con arreglo al régimen especial del Decreto Ley 19990.

Refiere que la pensión de invalidez le fue denegada mediante las resoluciones administrativas precitadas, por lo que solicitó en su oportunidad el cambio a una pensión de jubilación según el régimen especial del Decreto Ley 19990, por contar con 7 años de aportaciones. Asimismo, pide el pago de las pensiones devengadas, los intereses legales y los costos del proceso

La ONP contesta la demanda expresando que la actora no acredita aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones.

El Segundo Juzgado Civil Transitorio de Huaura con fecha 29 de mayo de 2012, declaró fundada en parte la demanda, por considerar que la accionante no reúne aportaciones para obtener una pensión de invalidez, pero sí los requisitos exigidos para la percepción de la pensión de jubilación del régimen especial establecido por el Decreto Ley 19990, e infundada en los demás extremos.

La Sala Superior revisora revoca la apelada y, reformándola, declara improcedente la demanda por estimar que no obra en autos documento alguno que acredite que la demandante haya estado inscrita en la Caja Nacional de Seguro Social del Empleado.

FUNDAMENTOS

1. Delimitación del petitorio

La accionante pretende el acceso a una pensión de jubilación bajo el régimen especial regulado por los artículos 47 y 48 del Decreto Ley 19990, previo reconocimiento de aportaciones.

En el fundamento 37.b) de la STC 1417-2005-PA/TC, publicada en el diario ofi cial El Peruano el 12 de julio de 2005, este Tribunal ha señalado que forman parte del contenido esencial directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión las disposiciones legales que establecen los requisitos para el disfrute de tal derecho y que si cumpliéndolos se deniega tal derecho, podrá solicitarse su protección en sede constitucional.

Fluye de autos que la pretensión de la parte demandante está comprendida en el supuesto previsto en el precitado fundamento, motivo por el cual corresponde analizar el fondo de la cuestión controvertida.

2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución)

2.1. Argumentos de la demandante

Alega que le corresponde percibir una pensión de jubilación arreglada al régimen especial del Decreto Ley 19990, por cuanto reúne la edad y las aportaciones requeridas.

2.2. Argumentos de la demandada

Manifi esta que la actora no acredita aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones.

2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

2.3.1. Conforme a los artículos 47 y 48 del Decreto Ley 19990, a efectos de obtener una pensión de jubilación, el régimen especial exige la concurrencia de cuatro requisitos en el caso de los mujeres: tener 55 años de edad, por lo menos 5 años de aportaciones, haber nacido antes del 1 de julio de 1936 y haber estado inscrita en las Cajas de Pensiones de la Caja Nacional del Seguro Social o del Seguro Social del Empleado hasta el 30 de abril de 1973; requisitos que deben haberse cumplido antes del 19 de diciembre de 1992, fecha en que entró en vigor el Decreto Ley 25967.

2.3.2. Del documento nacional de identidad de fojas 2 se constata que la demandante nació el 10 de marzo de 1920, en consecuencia cumplió la edad requerida el 10 de marzo de 1975.

2.3.3. Fluye de los actuados (f. 10) que la demandante solicita a la ONP, con fecha 12 de mayo de 2011, cambiar de riesgo, de una jubilación de invalidez a una jubilación especial del Decreto Ley 19990, consignando que adjunta copia legalizada de un certifi cado de trabajo y la copia legalizada de la liquidación de tiempo de servicios con el objeto de acreditar aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones.

2.3.4. Para la acreditación de aportaciones en la vía del amparo, en el fundamento 26 de la STC 4762-2007-PA/TC, este Tribunal ha sentado precedente y establecido las reglas para acreditar períodos de aportaciones en el proceso de amparo, detallando los documentos idóneos para tal fi n.

2.3.5. La demandante a fi n de acreditar sus aportes ha presentado copia legalizada notarialmente del certifi cado de trabajo otorgado por su exempleador Confederación Nacional de Trabajadores (f. 13), en el que se señala que la demandante ha laborado del 10 de febrero de 1974 al 15 de marzo de 1980, el mismo que se corrobora con una copia legalizada notarialmente de la liquidación de compensación por tiempo de servicios (f. 12), otorgada por la misma empleadora. Por lo tanto, la actora acredita haber generado en dicho periodo laboral un total de 6 años, 1 mes y 5 días de aportaciones, antes del 19 de diciembre de 1992.

2.3.6. No obstante, advirtiéndose que la demandante no ha logrado acreditar que se encontraba inscrita en alguna de las Cajas de Pensiones existentes hasta el 30 de abril de 1973, este Colegiado considera al igual que en la STC 02902-2011-PA/TC (fundamento 9), que corresponde la aplicación del principio iura novit curia para evaluar el acceso de la actora a una pensión de jubilación reducida con arreglo al Decreto Ley 19990.

2.3.7. El artículo 42 del Decreto Ley 19990, vigente hasta el 19 de diciembre de 1992, estableció que podían acceder a la pensión reducida de jubilación las aseguradas mujeres que acrediten 55 años de edad y más de 5 pero menos de 15 años de aportaciones.

2.3.8. En consecuencia, a la demandante le corresponde percibir la pensión de jubilación reducida del Decreto Ley 19990, debiendo abonársele las pensiones devengadas de acuerdo con lo señalado por el artículo 81 de la mencionada norma, tomando en consideración la solicitud pensionaria del 12 de mayo de 2011.

2.3.9. Respecto a los intereses legales este Colegiado ha sentado precedente vinculante en la STC 05430-2006-PA/TC indicando que el pago de dicho concepto debe efectuarse conforme a la tasa establecida en el artículo 1246 del Código Civil.

2.3.10. Por último si bien correspondería de conformidad con el artículo 56 del Código Procesal Constitucional, ordenar que dicha entidad asuma los costos procesales, de autos se desprende un supuesto objetivo y razonable de exoneración, que se materializa en el hecho de que la controversia constitucional ha sido resuelta aplicando el principio iura novit curia, lo que ha llevado a una nueva delimitación de la pretensión demandada.

3. Efectos de la presente sentenciaVerifi cándose que la actora debe acceder al derecho

fundamental, ha de ordenarse que se emita resolución otorgando pensión de jubilación reducida teniendo en cuenta lo dispuesto en el artículo 42 del Decreto Ley 19990, en el artículo 81 del citado dispositivo legal en cuanto al pago de pensiones devengadas y el artículo 1246 del Código Civil.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú,

HA RESUELTO1. Declarar FUNDADA la demanda porque se ha acreditado la

vulneración del derecho fundamental a la pensión.2. Reponiendo las cosas al estado anterior de la vulneración,

ordena que la ONP le otorgue a la demandante una pensión de jubilación reducida de acuerdo con el Decreto Ley 19990, conforme a los fundamentos de la presente sentencia, abonándole las pensiones devengadas y los intereses legales correspondientes.

Publíquese y notifíquese.SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

W-1061051-7

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48482 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

PROCESO DE HÁBEAS DATAEXP. Nº 03393-2012-PHD/TCICAASOCIACIÓN DE PADRES DE FAMILIA DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA ANTONIA MORENO DE CÁCERES

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 22 días del mes de mayo de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Iris Luz Chacaltana Ticllahuanca, en representación de la Asociación de Padres de Familia de la Institución Educativa Antonia Moreno de Cáceres, contra la sentencia de fojas 55, su fecha 13 de junio de 2012, expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ica que, revocando la apelada, declaró infundada la demanda.

ANTECEDENTES

Con fecha 19 de setiembre de 2011, la recurrente interpone demanda de hábeas data contra la directora de la Institución Educativa Antonia Moreno de Cáceres, doña Irma Ruth García Uculmana, a fi n de que se le proporcione copia de la documentación siguiente:

a) Integrantes del cuadro jerárquico nombrados por Resolución Directoral año 2011

b) Distribución del cuadro de horasc) Copia del horario de clasesd) Copia del documento técnico-pedagógicoe) PDIf) PCCg) Reglamento Internoh) Plan Anual de Trabajoi) Proyecto de Innovaciónj) Proyecto Educativo Institucionalk) Proyecto Curricular de la Institución (PCI), entre otrosl) Conformación de los Presidentes de Comité de aula 2011

Tal como lo advierte la demandante, dicha documentación fue requerida previamente a través de una solicitud de fecha 21 de junio de 2011, y ante la falta de respuesta, dicho pedido fue reiterado el 11 de agosto de 2011. Así mismo solicita que se le concedan los costos del proceso.

Con fecha 14 de octubre de 2011, la institución educativa demandada aduce que la demandante tiene pleno conocimiento de que se viene realizando una serie de cambios en el plantel promovidos por la propia Asociación de Padres de Familia, razón por la cual la documentación solicitada no se encuentra actualizada. Asimismo aduce que la propia APAFA participa en la reformulación de los mismos. En tal sentido, refi ere que se encuentra llana a atender lo requerido en su debido momento.

Mediante Sentencia de fecha 19 de enero de 2012, el Cuarto Juzgado Civil Transitorio de Ica declara fundada la demanda pues la asociación demandante cumplió con requerir previamente la documentación solicitada y la emplazada no ha cumplido con darle respuesta.

Con fecha 26 de enero de 2012, la demandada interpuso recurso de apelación contra lo resuelto en primer grado a fi n de que sea revocado. Justifi ca su impugnación en el hecho que resulta materialmente imposible cumplir con entregar tal documentación dado que la misma no existe. Al respecto, refi ere que conforme al Acta obrante a fojas 16, la propia demandante tiene conocimiento de ello, por lo que considera malicioso que se pretenda compelerla a entregarla a través de este proceso.

Mediante Sentencia de fecha 13 de junio de 2012, la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ica revoca la recurrida declarando infundada la demanda debido a que la documentación solicitada no se encuentra actualizada, ya que sólo existe hasta el año 2002 (Cfr. Acta de Verifi cación f. 36 - 37).

FUNDAMENTOS

Delimitación del Petitum

1. El demandante solicita copias de la siguiente documentación:

a) Integrantes del cuadro jerárquico nombrados por Resolución Directoral año 2011

b) Distribución del cuadro de horasc) Copia del horario de clasesd) Copia del documento técnico pedagógicoe) PDIf) PCCg) Reglamento Internoh) Plan Anual de Trabajoi) Proyecto de Innovaciónj) Proyecto Educativo Institucional

k) Proyecto Curricular de la Institución (PCI), entre otrosl) Conformación de los Presidentes de Comité de aula 2011

Asimismo que se le pague los costos del proceso.

No obstante lo expuesto por la demandante, este Tribunal considera que el punto a) del petitum se refi ere a la Resolución Directoral que designa a los integrantes del cuadro jerárquico.

Procedencia de la demanda

2. Conforme se aprecia a fojas 4, la demandante cumplió con requerir mediante documento de fecha cierta la documentación solicitada. A juicio de este Colegiado dicha instrumental acredita que la recurrente ha cumplido con el requisito especial de la demanda de hábeas data previsto en el artículo 62º del Código Procesal Constitucional, por lo que corresponde emitir un pronunciamiento sobre el fondo.

Consideraciones de las partes

3. En el presente caso, la recurrente sustenta su pretensión en su derecho a la autodeterminación informativa y en el acceso a la información pública.

4. Por su parte, la emplazada sostiene que en la medida que la documentación solicitada no obra en su poder, no se puede estimar la presente demanda pues devendría en inejecutable.

Consideraciones del Tribunal Constitucional

5. El hábeas data es un proceso constitucional que tiene por objeto la protección de los derechos reconocidos en los incisos 5) y 6) del artículo 2º de la Constitución, que establecen que “toda persona tiene derecho a solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptúan las informaciones que afectan la intimidad personal y las que expresamente se excluyan por ley o por razones de seguridad nacional”; y “que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o privados, no suministren informaciones que afecte la intimidad personal y familiar”, respectivamente.

6. Ahora bien, en el caso de autos, el Tribunal Constitucional observa que la demandante alega que se ha vulnerado su derecho a la autodeterminación informativa así como su derecho de acceso a la información pública. Sin embargo, del estudio de autos resulta que tanto la pretensión como los hechos descritos guardan relación únicamente con el derecho de acceso a la información pública. Por ello, este Colegiado en aplicación del artículo VIII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, analizará la demanda desde la perspectiva de este derecho fundamental.

7. El derecho fundamental de acceso a la información pública se encuentra reconocido en el inciso 5) del artículo 2º de la Constitución de 1993, y es enunciado como la facultad de “(…) solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptúan las informaciones que afectan la intimidad personal y las que expresamente se excluyan por ley o por razones de seguridad nacional”. También está reconocido en el artículo 13º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y ha sido desarrollado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Claude Reyes vs. Chile, del 19 de setiembre del 2006, fundamento 77.

8. Conforme a la doctrina del Tribunal, específi camente la enunciada en los fundamentos 4 y 5 de la sentencia recaída en el expediente Nº 02579-2003-HD/TC “(…) el derecho de acceso a la información pública se encuentra estrechamente vinculado a uno de los contenidos protegidos por la libertad de información. Y al igual de lo que sucede con esta última, debe indicarse que el derecho de acceso a la información pública tiene una doble dimensión. Por un lado, se trata de un derecho individual, en el sentido de que garantiza que nadie sea arbitrariamente impedido de acceder a la información que guarden, mantengan o elaboren las diversas instancias y organismos que pertenezcan al Estado, sin más limitaciones que aquellas que se han previsto como constitucionalmente legítimas. A través de este derecho se posibilita que los individuos, aisladamente considerados, puedan trazar, de manera libre, su proyecto de vida, pero también el pleno ejercicio y disfrute de otros derechos fundamentales. Desde esta perspectiva, en su dimensión individual, el derecho de acceso a la información se presenta como un presupuesto o medio para el ejercicio de otras libertades fundamentales, como puede ser la libertad de investigación, de opinión o de expresión, por mencionar alguna. En tanto que desde su dimensión colectiva el derecho de acceso a la información pública garantiza el derecho de todas las personas de recibir la información necesaria y oportuna, a fi n de que puedan formarse una opinión pública, libre e informada, presupuesto de una sociedad auténticamente democrática”.

9. Ahora bien, en cuanto al caso en concreto, este Colegiado considera que si bien puede ser cierto que ciertos documentos no se encuentren actualizados, no puede soslayarse que no resulta verosímil que la totalidad de la misma no lo esté o que simple y llanamente, no exista.

10. En esa línea, no puede soslayarse que mediante resolución de fecha 11 de setiembre de 2012, la cual fue recepcionada con fecha 1 de octubre de 2012, se requirió a la emplazada:

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48483

- Un informe en el que se indique si la información requerida por la Asociación de Padres de Familia de la Institución Educativa Antonio Moreno de Cáceres existe o no. De ser el caso, señale cuál es la causa por la que dicha información ha desaparecido, así como quién es el presunto responsable de dicha pérdida.

- Un informe sobre los resultados o avances de la Comisión encargada de “actualizar” dichos documentos. Dicho informe deberá incluir, además, la identidad de las personas que lo conforman.

Empero, la institución educativa demandada no ha dado respuesta a dicho requerimiento. Doña Yrma García Uculmana, quien al momento de la interposición de la demanda se desempeñaba como directora del mencionado colegio, simple y llanamente se ha limitado a señalar que ha sido suspendida en sus funciones, por lo que la misma debe ser requerida a doña Nelly Matta Uribe al habérsele encargado la dirección de dicha institución educativa.

11. Naturalmente, la falta de colaboración del colegio emplazado no puede menoscabar el ineludible rol de este Tribunal en la salvaguarda en última instancia de los derechos fundamentales de la demandante. Por ende, el presente litigio se resolverá con el acervo documentario obrante en autos.

12. Contrariamente a lo sostenido por la institución educativa emplazada en el recurso de apelación formulado, el Acta de Reunión de Coordinación obrante a fojas 16 sólo precisa que no se encuentra actualizado el PEI (Proyecto Educativo Institucional), el RI (Reglamento Interno), el PCC (Proyecto Curricular de Centro) y el PAT (Plan Anual de Trabajo). Así mismo cabe mencionar que únicamente se acordó la creación de Comisiones para actualizar el PEI, el PCI, el PAT, el RI y el CAP (Cuadro de Asignación del Personal) - COTIE (Comisión Técnica de la Institución Educativa).

13. Así tales comisiones no hayan concluido con actualizar tal información, ello no enerva la obligación de la emplazada de proveerla, en el estado en que se encuentre. Si bien sería ideal que la misma se encuentre debidamente actualizada, la propia falta de diligencia de la institución educativa demandada no puede servirle de excusa para negar lo solicitado. Distinto sería si la misma no existiera y todo indica que tal aseveración sea cierta, en cuyo caso una declaración jurada bastaría para declarar infundada la demanda.

14. Ahora bien, dado que en la contestación de la demanda, el colegio emplazado se ha mostrado llano a proporcionar tal documentación tan pronto como la misma haya sido actualizada, cabe inferir que no existe restricción constitucional válida para denegar tal pedido.

15. Adicionalmente a lo expuesto, cabe señalar que algunos puntos del petitum no fueron materia de debate en la citada reunión de trabajo, conforme se desprende del acta que da cuenta de qué es lo que efectivamente se trató en ella, por lo que no existe duda de que la documentación debe ser proporcionada a la recurrente.

16. En consecuencia, la demanda debe ser estimada.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda de autos, en la medida que no existe restricción válida para negar la documentación que se exige, previo pago del costo real que ello importe.

2. Disponer el pago de los costos del proceso.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

W-1061051-8

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 04149-2012-PA/TCAREQUIPAMANUEL NÚÑEZ DELGADO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 22 días del mes de mayo de 2013 la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Manuel Núñez Delgado contra la sentencia de fojas 296, su fecha 7 de agosto de 2012, expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTESCon fecha 8 de noviembre de 2011, el recurrente interpone

demanda de amparo contra Casa Grande S.A.A., solicitando

que se declare la nulidad del despido fraudulento producido el 5 de setiembre de 2011, y que, consecuentemente, se le reponga en su puesto laboral como vendedor zona sur. Refiere que las faltas que se le imputan son falsas toda vez que la falta de suscripción de una letra de cambio por parte de un cliente se debió a que el representante de dicha empresa Socosani no se encontraba en la ciudad de Arequipa, sede de la empresa, es decir, que no fue su responsabilidad la falta de ese requisito y la obligación que se atribuye en su condición de vendedor de la empresa emplazada. Manifiesta que se ha violado el principio de inmediatez toda vez que la supuesta falta se produjo en junio de 2011 y la imputación se realizó el 19 de agosto de 2011.

El apoderado de la Sociedad emplazada contesta la demanda argumentando que el actor fue despedido por haber incurrido en la falta grave prevista en el inciso a) del artículo 25º del Decreto Supremo Nº 037-97-TR, relativo al incumplimiento de las obligaciones de trabajo que supone el quebrantamiento de la buena fe laboral e inobservancia del acápite 55.7 del artículo 55 del Reglamento Interno de Trabajo. Manifi esta que el despido del trabajador obedece a la gravedad de la falta en la que incurrió, al poner en peligro la garantía del crédito otorgado a la empresa Socosani y mentir a su superior jerárquico, conforme lo acredita con la copia de los correos al señalar que tenía la letra de cambio debidamente fi rmada, cuando nunca obtuvo la fi rma en dicho documento cambiario.

Con fecha 16 de abril de 2012, el Décimo Juzgado Especializado en lo Civil de Arequipa declaró fundada la demanda por estimar que se ha producido una transgresión al principio de razonabilidad y proporcionalidad, toda vez que no existe agravio en concreto a la demandada ya que el cliente Socosani cumplió con pagar el crédito otorgado.

La Sala revisora competente, revocando la apelada, declaró improcedente la demanda por estimar que conforme a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, la pretensión sólo será procedente en la vía de amparo cuando el demandante acredite fehacientemente e indubitablemente que existió fraude, pues en caso contrario, es decir, cuando haya controversia o duda sobre los hechos, corresponderá en la vía ordinaria laboral determinar la veracidad o falsedad de ellos.

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio y procedencia de la demanda

1. El demandante pretende que se ordene su reposición en el puesto de trabajo que venía desempeñando. Alega que ha sido objeto de un despido fraudulento porque las faltas que se le atribuyen, en todo caso, merecían una amonestación escrita, de modo que no se le podía imputar el incumplimiento de sus obligaciones laborales y el quebrantamiento de la buena fe laboral, como causas justas de despido, porque ello vulnera el principio de razonabilidad y proporcionalidad.

2. En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativas a materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, en el presente caso corresponde evaluar si el demandante ha sido objeto de un despido fraudulento.

Análisis de la controversia

3. Este Tribunal ha establecido que se produce el despido fraudulento cuando se “despide al trabajador con ánimo perverso y auspiciado por el engaño, por ende, de manera contraria a la verdad y la rectitud de las relaciones laborales; aun cuando se cumple con la imputación de una causal y los cánones procedimentales, como sucede cuando se imputa al trabajador hechos notoriamente inexistentes, falsos o imaginarios o, asimismo, se le atribuye una falta no prevista legalmente, vulnerando el principio de tipicidad, (...) o se produce la extinción de la relación laboral con vicio de voluntad (...) o mediante la “fabricación de pruebas” (Exp. Nº 0976-2001-AA/TC, Fundamento 15).

4. De acuerdo a la carta de preaviso de despido de fojas 11, al recurrente se le imputa la falta grave referida al quebrantamiento de la buena fe laboral e inobservancia del Reglamento Interno de Trabajo prevista en el literal a) del artículo 25º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, por haber incumplido el procedimiento establecido y dispuesto por la empresa para la venta de sus productos, como es el no haber recogido la letra de cambio debidamente aceptadas y fi rmadas por el cliente, arriesgando la garantía del crédito, además de haber ocultado información a la empresa y su superior jerárquico.

5. Asimismo, en la carta de despido de fojas 21, la Sociedad emplazada afi rma que el demandante no desvirtuó la imputación de la falta grave que se le atribuía, tanto es así que en la carta de descargos el actor no negó: i) haber incumplido con recoger la letra de cambio en garantía del crédito otorgado al cliente Socosani; ii) que ocultó información a la empresa y a su superior jerárquico; iii) que cuando el cliente no pagó recién se pudo advertir que no había recogido las letras de cambio aceptadas por el cliente; es decir, que no fueron tramitadas por el recurrente; iiii) que realizó un procedimiento irregular, esto es, que incumplió sus obligaciones de trabajo.

6. Cabe destacar que conforme a lo dispuesto en la STC 0535-2009-PA/TC: “el principio de taxatividad o de tipicidad representa una de las manifestaciones o concreciones del principio de

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48484 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

legalidad respecto de los límites que se imponen al legislador penal o administrativo, a efectos de que las prohibiciones que defi nen sanciones, sean éstas penales o administrativas, estén redactadas con un nivel de precisión sufi ciente que permita a cualquier ciudadano de formación básica comprender sin difi cultad lo que se está proscribiendo bajo amenaza de sanción en una determinada disposición legal”.

7. Así, el inciso a) del artículo 25º del Decreto Supremo establece que constituye falta grave que amerita el despido de un trabajador: “a) El incumplimiento de las obligaciones de trabajo que supone el quebrantamiento de la buena fe laboral, la reiterada resistencia a las órdenes relacionadas con las labores, la reiterada paralización intempestiva de labores y la inobservancia del Reglamento Interno de Trabajo o del Reglamento de Seguridad e Higiene Industrial, aprobados o expedidos, según corresponda, por la autoridad competente que revistan gravedad”. En esa misma línea, el acápite 55.7 del artículo 55º del Reglamento Interno de Trabajo de la Sociedad emplazada establece que son causas justas de despido las señaladas en el Decreto Supremo Nº 003-97-TR.

8. Respecto de la imputación de la falta grave, de fojas 17 a 19 el actor asevera que:

“Las letras no fueron aceptadas en su oportunidad por causas imputables a la empresa Socosani, mas no a su persona (...)”; es decir, que acepta que su obligación de cuidar el procedimiento –recabar letras aceptadas por el cliente– no fue cumplida. Asimismo, no desvirtúa en su carta de descargo lo concerniente al ocultamiento de información a la empresa y su superior jerárquico.

9. Es decir, el demandante admite que ocurrieron los hechos que la Sociedad emplazada le imputa como falta grave, pero, además, no desvirtúa la imputación de haber ocultado información a su superior jerárquico, y por ende, a la empresa emplazada, lo que evidencia la gravedad de la falta en que incurrió el recurrente; por lo tanto, no se vulnera el principio de razonabilidad, toda vez que la falta cometida está comprendida en el inciso a) del artículo 25º del Decreto Supremo N. 003-97-TR y en el artículo 46º del Reglamento Interno de Trabajo, siendo proporcional a la gravedad de los hechos acontecidos.

10. A mayor abundamiento, obran en autos, de fojas 101 a 107, copias autenticadas de correos electrónicos remitidos por los superiores jerárquicos del demandante, donde se le requiere el cumplimiento de sus funciones, haciéndose referencia de que en caso de que persista el incumplimiento de sus funciones y obligaciones, será sancionado con suspensión, como en efecto ocurrió conforme se corrobora con las papeletas de sanción que obran de fojas 93 a 95. Es decir, que se advierte también que el demandante, con fecha anterior a los hechos analizados en el presente proceso ya había sido sancionado con suspensión por el reiterado incumplimiento de sus labores.

11. En consecuencia, examinados los autos, se concluye que el despido del demandante ha sido un despido disciplinario que está previsto en la ley y ha sido objeto de un debido procedimiento; por lo tanto, corresponde desestimar la demanda.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda, por no haberse acreditado la vulneración de los derechos y principios constitucionales alegados.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

W-1061051-9

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 02733-2012-AA/TCSAN MARTÍNRENZO GABRIEL RÍOS CELIS

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 3 días del mes de mayo de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional pronuncia la siguiente sentencia con el voto en mayoría de los magistrados Urviola Hani y Calle Hayen, y el voto dirimente del magistrado Eto Cruz, llamado a componer la discordia suscitada por el voto del magistrado Vergara Gotelli

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Renzo Gabriel Ríos Celis contra la sentencia de fojas 187, su fecha 14 de mayo de 2012, expedida por la Sala Mixta Descentralizada de la Corte Superior de Justicia de San Martín, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 6 de diciembre de 2010, el recurrente interpone demanda de amparo contra el presidente de la Corte Superior de Justicia de San Martín, solicitando que se declare nula la carta Nº 026-2010-A-CSJSM/PJ, de fecha 25 de noviembre de 2010, que le comunica el término de su contrato de trabajo; y que, por consiguiente, se lo reponga en el cargo de secretario judicial, con el abono de los costos procesales, asimismo solicita la aplicación del artículo 8º del Código Procesal Constitucional. Manifi esta haber laborado bajo la modalidad de contrato a plazo fi jo, contrato a partir del cual se le reconoce el cargo de secretario judicial, labor que es de naturaleza permanente y no temporal; que, por tanto, el vínculo laboral a plazo fi jo que mantuvo se desnaturalizó, por lo que al haberse dispuesto el término de su relación laboral, se han vulnerado sus derechos constitucionales al trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario y al debido proceso. Refi ere que su despido se debió a su participación activa en la huelga nacional indefi nida de los trabajadores del Poder Judicial, pues en esos mismos días se le remite la carta Nº 026-2010-A-CSJSM/PJ, por medio de la cual se le comunica que prescinden de sus servicios.

El Juzgado Especializado en lo Civil de la Provincia de San Martín, con fecha 21 de noviembre de 2011, declaró fundada en parte la demanda por considerar que de autos se ha determinado la existencia de fraude a las normas laborales, por cuanto, habiéndose contratado al demandante para prestar un servicio específi co en la ciudad de Bellavista, fl uye de autos que laboró en la ciudad de Tarapoto, e infundada en el extremo que solicita la remisión de los actuados al Ministerio Público.

La Sala Superior competente, revocando la apelada, declaró infundada la demanda por estimar que del primer contrato modal celebrado por las partes se desprende que se ha cumplido con indicar la causa objetiva que justifi ca la contratación del demandante, atendiendo a que el Poder Judicial requiere cubrir necesidades de recursos humanos a fi n de mantener operativos los servicios que presta, por lo que, teniendo en cuenta que el ingreso en la Administración Pública requiere necesariamente de un concurso público de méritos y siendo necesario mantener permanente el servicio de la administración de justicia, se justifi ca objetivamente la contratación modal temporal de personal para cubrir tales necesidades.

El demandante interpone recurso de agravio constitucional contra la sentencia de vista señalando que si bien la sentencia reconoce que el acto efectuado por la demandada ha sido un despido nulo, no lo ampara. Señala además que desde el 27 de abril de 2010 pasó a laborar en forma indeterminada, puesto que cubría una plaza permanente y no contaba con contrato, por lo que solo podía ser despedido por una causa justa relacionada con su conducta o capacidad laboral; que siendo ello así, la ruptura del vínculo laboral sustentada en la celebración de una supuesta temporalidad en su contratación y en el hecho de participar de una manifestación sindical, tiene el carácter de un despido arbitrario, lesivo del derecho al trabajo.

FUNDAMENTOS

1) Cuestión previa

De la lectura de la demanda, así como de los escritos obrantes en autos se advierte que el demandante alega que su despido se debió a su participación activa en la huelga nacional indefi nida de los trabajadores del Poder Judicial, pues en esos mismos días se le remite la carta Nº 026-2010-A-CSJSM/PJ, por medio de la cual se le comunica que prescinden de sus servicios, adjuntando como medio probatorio en el presente proceso tan solo la constancia de su asistencia a la huelga nacional indefi nida llevada a cabo desde el 3 de noviembre de 2010, expedida por el Sindicato de Trabajadores del Poder Judicial – Base San Martín; no obstante, esta instrumental resulta insufi ciente para poder determinar si dicho acto motivó su despido, por lo tanto debe desestimarse este argumento.

2) Delimitación del petitorio

El demandante solicita su reposición en el cargo de secretario judicial, sosteniendo que ha sido despedido incausadamente debido a que su vínculo laboral a plazo fi jo se desnaturalizó en virtud de que las labores que desempeñaba son de naturaleza permanente; por lo que solicita que a través del presente proceso se ordene su reincorporación a la entidad demandada como trabajador a plazo indeterminado. Alega que se han vulnerado sus derechos constitucionales al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario y al debido proceso.

3) Consideraciones previasEn atención a los criterios de procedibilidad de las demandas

de amparo relativas a la materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, en el presente caso, corresponde evaluar si el recurrente ha sido objeto de un despido incausado conforme señala en su demanda.

4) Sobre la afectación del derecho al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario

4.1 El actor sostiene que se ha vulnerado su derecho al trabajo y a gozar de una protección adecuada contra el despido arbitrario,

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48485

toda vez que al haberse desnaturalizado los contratos de trabajo a plazo fi jo que suscribió con la entidad emplazada por haber sido celebrados con fraude a la ley, en los hechos se confi guró una relación laboral a plazo indeterminado, motivo por el cual no debió ser despedido con el argumento del término de su contrato. Agrega el demandante que solamente podía ser despedido por una causa justa prevista en la ley.

4.2 La parte demandada en su escrito de apelación solicita que se revoque la sentencia apelada y que se la declare infundada o alternativamente improcedente, expresando que la controversia debe dilucidarse en la vía laboral y no en la del amparo por carecer de etapa probatoria.

4.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

4.3.1. El artículo 22º de la Constitución Política del Perú establece que: “El trabajo es un deber y un derecho. Es base del bienestar social y medio de realización de una persona”. Mientras que el artículo 27º de la carta magna señala que: “La ley otorga al trabajador adecuada protección contra el despido arbitrario”.

Cabe resaltar que el contenido esencial del derecho al trabajo implica dos aspectos: el de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto implica un desarrollo progresivo y según las posibilidades económicas del Estado. El segundo aspecto trata del derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido salvo por causa justa.

4.3.2. Con relación al contrato de trabajo por suplencia, el Decreto Supremo Nº 003-97-TR establece en su artículo 61º que el contrato de suplencia “[...] es aquel celebrado entre un empleador y un trabajador con el objeto que este sustituya a un trabajador estable de la empresa, cuyo vínculo laboral se encuentre suspendido por alguna causa justifi cada prevista en la legislación vigente, o por efecto de disposiciones convencionales aplicables en el centro de trabajo”.

En consecuencia, la temporalidad del contrato de suplencia deriva de la sustitución no definitiva de un trabajador estable de la empresa, cuya relación de trabajo se encuentre suspendida. cabe señalar que el contrato de suplencia se celebra con fraude al Decreto Supremo Nº 003-97-TR cuando el trabajador suplente desde un inicio no desempeña el puesto del trabajador sustituido para el cual fue contratado, sino otro puesto o cargo de trabajo.

4.3.3. Previamente debe precisarse que de los contratos que obran en autos se desprende que el demandante prestó servicios en virtud de contratos de suplencia desde el 13 de mayo de 2009 hasta el 30 de junio de 2010 (fojas 11 a 15 del cuaderno de este Tribunal) y de contratos de trabajo para servicio específi co desde el 1 de julio de 2010 hasta el 31 de diciembre de 2010 (fojas 8 a 10 del cuaderno de este Tribunal).

4.3.4. Del contrato de suplencia obrante a fojas 11 del cuaderno de este Tribunal se advierte que en la cláusula primera y segunda se especifi ca la razón por la cual se contrató al actor bajo esa modalidad, señalándose que el titular de la plaza, don Aristóteles Arquímedes Quispe Alejandría, se encontraba suspendido temporalmente, y que por lo tanto era necesario contratar al actor para que realice las labores de auxiliar administrativo II a partir del 1 de abril de 2010 hasta el 30 de junio de 2010.

No obstante, a fojas 24 obra la constancia de servicios prestados por el demandante, de fecha 30 de noviembre de 2010, expedida por el coordinador administrativo de la Corte Superior de Justicia de San Martín, en la que se precisa que el actor ha laborado desde el 27 de abril hasta el 25 de noviembre de 2010 como secretario judicial en forma permanente y continua en el Segundo Juzgado de Paz Letrado del Distrito de Tarapoto, hecho que se corrobora con el Memorando Nº 283-2010-A-CSJSM/PJ, obrante a fojas 6, documento a través del cual se le asigna al demandante a partir del día 22 de abril de 2010 el cargo de secretario judicial en la plaza vacante generada por renuncia de doña Claudia Maribel Silva Mejía, sin tenerse en cuenta que el encargo de la suplencia se inició el 1 de abril de 2010 y concluía el 30 de junio de 2010 (fojas 4 del cuaderno de este Tribunal) en un cargo distinto para el cual fue contratado, así como con las boletas de pago de mayo y junio de 2010 (fojas 15 y 16), de lo que se concluye que la entidad emplazada ha simulado el contrato sujeto a modalidad para encubrir uno de plazo indeterminado.

4.3.5. Por consiguiente, habiéndose acreditado la existencia de simulación en el contrato del demandante, éste debe ser considerado como de duración indeterminada, conforme lo establece el inciso d) del artículo 77º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, razón por la que el demandante sólo podía ser despedido por una causa justa relacionada con su conducta o capacidad laboral, por lo que la ruptura del vínculo laboral sustentada en el término de su contrato tiene el carácter de un despido arbitrario, frente a lo cual procede la reposición como fi nalidad eminentemente restitutoria de todo proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales.

4.3.6. Siendo así, carecen de efi cacia jurídica los contratos de trabajo por servicio específi co suscritos por las partes con posterioridad, pues con ellos se pretendió encubrir la existencia de una relación laboral a plazo indeterminado.

5) Sobre la afectación del derecho al debido proceso

5.1 Argumentos del demandante

El actor sostiene que se han vulnerado sus derechos al debido proceso por cuanto las labores que desempeñaba como secretario judicial eran de naturaleza permanente y no temporal, y que en consecuencia, únicamente habría procedido su despido luego de seguirse un procedimiento en el cual se le hubiese imputado una causa justa prevista en la ley.

5.2 Argumentos de la entidad demandada

La entidad demandada no fundamenta al respecto.

5.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

5.3.1. El artículo 139º, inciso 3), de la Constitución Política del Perú establece que: “Son principios y derechos de la función jurisdiccional: (…) 3. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional.”. Al respecto este Tribunal, en más de una oportunidad, ha establecido que el derecho al debido proceso es aplicable no sólo a nivel judicial sino también en sede administrativa e incluso entre particulares, y supone el cumplimiento de todas las garantías, requisitos y normas de orden público que deben observarse en las instancias procesales de todos los procedimientos, incluidos los administrativos y confl ictos entre privados, a fi n de que las personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto que pueda afectarlos.

5.3.2. A su vez, cabe resaltar que el artículo 22º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR dispone que: “Para el despido de un trabajador sujeto a régimen de la actividad privada, que labore cuatro o más horas diarias para un mismo empleador, es indispensable la existencia de causa justa contemplada en la ley y debidamente comprobada”. Y el artículo 31º de la referida norma legal establece que: “El empleador no podrá despedir por causa relacionada con la conducta o con la capacidad del trabajador sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los cargos que se le formulare, salvo aquellos casos de falta grave fl agrante en que no resulte razonable tal posibilidad o de treinta días naturales para que demuestre su capacidad o corrija su defi ciencia”.

5.3.3. Se ha acreditado en autos que la relación laboral del actor era de naturaleza indeterminada, por lo que solamente podía ser despedido conforme a lo señalado en el fundamento 4.3.2. supra; por lo tanto, habiendo la entidad demandada vulnerado sus derechos al debido proceso, corresponde amparar la presente demanda.

5.3.4. Por lo expuesto, este Colegiado considera que en el presente caso se ha confi gurado un despido arbitrario, vulneratorio de los derechos al trabajo y al debido proceso del actor, reconocidos en los artículos 22º y 139º de la Constitución; por lo que la demanda debe estimarse.

5.3.5. Siendo que en reiterados casos se ha estimado la demanda de amparo por haberse comprobado un despido arbitrario, resulta pertinente señalar que cuando se interponga y admita una demanda de amparo contra una entidad del Estado que tenga por finalidad la reposición del demandante, ello debe registrarse como una posible contingencia económica que ha de preverse en el presupuesto, con la finalidad de que la plaza que ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimatoria.

En estos casos, la Administración Pública para justifi car el mantenimiento de la plaza presupuestada, tendrá presente que el artículo 7º del Código Procesal Constitucional dispone que “El Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se afecta el derecho constitucional invocado”.

Con la opinión del procurador público, puede evitarse y preverse gastos fi scales, ya que la Administración Pública puede allanarse a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir con el proceso.

6) Por las razones expuestas y en la medida en que en este caso se ha acreditado que la entidad demandada ha vulnerado los derechos constitucionales al trabajo y al debido proceso este Tribunal estima que corresponde ordenar la reposición del demandante como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional.

7) Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, la entidad emplazada debe asumir los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación de los derechos al trabajo y al debido proceso;

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48486 El Peruano

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en consecuencia, NULO el despido de que ha sido objeto el demandante.

2. ORDENAR que el Poder Judicial reponga a don Renzo Gabriel Ríos Celis como trabajador a plazo indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANICALLE HAYENETO CRUZ

VOTO DE LOS MAGISTRADOS URVIOLA HANIY CALLE HAYEN

Sustentamos el presente voto en las consideraciones siguientes

FUNDAMENTOS

1) De la lectura de la demanda, así como de los escritos obrantes en autos se advierte que el demandante alega que su despido se debió a su participación activa en la huelga nacional indefi nida de los trabajadores del Poder Judicial, pues en esos mismos días se le remite la carta Nº 026-2010-A-CSJSM/PJ, por medio de la cual se le comunica que prescinden de sus servicios, adjuntando como medio probatorio en el presente proceso tan solo la constancia de su asistencia a la huelga nacional indefi nida llevada a cabo desde el 3 de noviembre de 2010, expedida por el Sindicato de Trabajadores del Poder Judicial – Base San Martín; no obstante, esta instrumental resulta insufi ciente para poder determinar que dicho acto motivó su despido, por lo tanto debe desestimarse este argumento.

2) El demandante solicita su reposición en el cargo de secretario judicial, sosteniendo que ha sido despedido incausadamente debido a que su vínculo laboral a plazo fi jo se desnaturalizó en virtud de que las labores que desempeñaba son de naturaleza permanente; por lo que solicita que a través del presente proceso se ordene su reincorporación a la entidad demandada como trabajador a plazo indeterminado. Alega que se han vulnerado sus derechos constitucionales al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario y al debido proceso.

3) Consideraciones previas

En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativas a la materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC 0206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, en el presente caso, corresponde evaluar si el recurrente ha sido objeto de un despido incausado conforme señala en su demanda.

4) Sobre la afectación del derecho al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario

4.1 El actor sostiene que se ha vulnerado su derecho al trabajo y a gozar de una protección adecuada contra el despido arbitrario, toda vez que al haberse desnaturalizado los contratos de trabajo a plazo fi jo que suscribió con la entidad emplazada por haber sido celebrados con fraude a la ley, en los hechos se confi guró una relación laboral a plazo indeterminado, motivo por el cual no debió ser despedido con el argumento del término de su contrato, sino que solamente podía ser despedido por una causa justa prevista en la ley.

4.2 La parte demandada en su escrito de apelación solicita que se revoque la sentencia apelada y que se declare infundada o alternativamente improcedente, expresando que la controversia debe dilucidarse en la vía laboral y no en la del amparo por carecer de etapa probatoria.

4.3. El artículo 22º de la Constitución Política del Perú establece que: “El trabajo es un deber y un derecho. Es base del bienestar social y medio de realización de una persona”. Mientras que el artículo 27º de la carta magna señala que: “La ley otorga al trabajador adecuada protección contra el despido arbitrario”.

En tal sentido, cabe resaltar que el contenido esencial del derecho al trabajo implica dos aspectos: el de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto implica un desarrollo progresivo y según las posibilidades económicas del Estado. El segundo aspecto trata del derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido salvo por causa justa.

4.4 Con relación al contrato de trabajo por suplencia, el Decreto Supremo Nº 003-97-TR establece en su artículo 61º que el contrato de suplencia “[...] es aquel celebrado entre un empleador y un trabajador con el objeto que este sustituya a un trabajador estable de la empresa, cuyo vínculo laboral se encuentre suspendido por alguna causa justifi cada prevista en la legislación vigente, o por

efecto de disposiciones convencionales aplicables en el centro de trabajo”.

En este sentido, la temporalidad del contrato de suplencia deriva de la sustitución no defi nitiva de un trabajador estable de la empresa, cuya relación de trabajo se encuentre suspendida. En este sentido, consideramos que el contrato de suplencia se celebra con fraude al Decreto Supremo Nº 003-97-TR cuando el trabajador suplente desde un inicio no desempeña el puesto del trabajador sustituido para el cual fue contratado, sino otro puesto o cargo de trabajo.

4.5 Previamente debe precisarse que de los contratos que obran en autos se desprende que el demandante prestó servicios en virtud de contratos de suplencia desde el 13 de mayo de 2009 hasta el 30 de junio de 2010 (fojas 11 a 15 del cuaderno de este Tribunal) y de contratos de trabajo para servicio específi co desde el 1 de julio de 2010 hasta el 31 de diciembre de 2010 (fojas 8 a 10 del cuaderno de este Tribunal).

4.6 Del contrato de suplencia obrante a fojas 11 del cuaderno de este Tribunal se advierte que en la cláusula primera y segunda se especifica la razón por la cual se contrató al actor bajo esa modalidad, señalándose que el titular de la plaza, don Aristóteles Arquímedes Quispe Alejandría, se encontraba suspendido temporalmente, y que por lo tanto era necesario contratar al actor para que desarrolle las labores de auxiliar administrativo II a partir del 1 de abril de 2010 hasta el 30 de junio de 2010.

No obstante, a fojas 24 obra la constancia de servicios prestados por el demandante, de fecha 30 de noviembre de 2010, expedida por el coordinador administrativo de la Corte Superior de Justicia de San Martín, en la que se precisa que el actor ha laborado desde el 27 de abril hasta el 25 de noviembre de 2010 como secretario judicial en forma permanente y continua en el Segundo Juzgado de Paz Letrado del Distrito de Tarapoto, hecho que se corrobora con el Memorando Nº 283-2010-A-CSJSM/PJ, obrante a fojas 6, documento a través del cual se le asigna al demandante a partir del día 22 de abril de 2010 el cargo de secretario judicial en la plaza vacante generada por renuncia de doña Claudia Maribel Silva Mejía, sin tenerse en cuenta que el encargo de la suplencia se inició el 1 de abril de 2010 y concluía el 30 de junio de 2010 (fojas 4 del cuaderno de este Tribunal) en un cargo distinto para el cual fue contratado, así como con las boletas de pago de mayo y junio de 2010 (fojas 15 y 16), por lo que se concluye que la entidad emplazada ha simulado el contrato sujeto a modalidad para encubrir uno de plazo indeterminado.

4.7 Por consiguiente, habiéndose acreditado la existencia de simulación en el contrato del demandante, éste debe ser considerado como de duración indeterminada, conforme lo establece el inciso d) del artículo 77º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, razón por la que el demandante sólo podía ser despedido por una causa justa relacionada con su conducta o capacidad laboral, por lo que la ruptura del vínculo laboral, sustentada en el término de su contrato, tiene el carácter de un despido arbitrario, frente a lo cual procede la reposición como fi nalidad eminentemente restitutoria de todo proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales.

4.8 Siendo así, carecen de efi cacia jurídica los contratos de trabajo por servicio específi co suscritos por las partes con posterioridad, pues con ellos se pretendió encubrir la existencia de una relación laboral a plazo indeterminado.

5) Sobre la afectación del derecho al debido proceso

5.1 El actor sostiene que se han vulnerado sus derechos al debido proceso por cuanto las labores que desempeñaba como secretario judicial eran de naturaleza permanente y no temporal, y en consecuencia únicamente procedía su despido luego de seguirse un procedimiento en el cual se le haya imputado una causa justa prevista en la ley.

5.2 La entidad demandada no fundamenta al respecto.5.3. El artículo 139º, inciso 3), de la Constitución Política del

Perú establece que: “Son principios y derechos de la función jurisdiccional: (…) 3. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional.”. Al respecto este Tribunal, en más de una oportunidad, ha establecido que el derecho al debido proceso es aplicable no sólo a nivel judicial sino también en sede administrativa e incluso entre particulares, y supone el cumplimiento de todas las garantías, requisitos y normas de orden público que deben observarse en las instancias procesales de todos los procedimientos, incluidos los administrativos y confl ictos entre privados, a fi n de que las personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto que pueda afectarlos.

5.4 A su vez, cabe resaltar que el artículo 22º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR dispone que: “Para el despido de un trabajador sujeto a régimen de la actividad privada, que labore cuatro o más horas diarias para un mismo empleador, es indispensable la existencia de causa justa contemplada en la ley y debidamente comprobada”. Y el artículo 31º de la referida norma legal establece que: “El empleador no podrá despedir por causa relacionada con la conducta o con la capacidad del trabajador sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los cargos que se le formulare, salvo aquellos casos de falta grave fl agrante en que no resulte razonable tal posibilidad o de treinta días naturales para que demuestre su capacidad o corrija su defi ciencia”.

5.5 Se ha acreditado en autos que el actor era un trabajador con una relación laboral de naturaleza indeterminada, por lo que solamente podía ser despedido conforme a lo señalado en el fundamento 4.3.2. supra, por lo tanto, la entidad demandada

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48487

ha vulnerado sus derechos al debido proceso, en consecuencia corresponde amparar la presente demanda.

5.6 Por lo expuesto, consideramos que en el presente caso se ha confi gurado un despido arbitrario, vulneratorio de los derechos al trabajo y al debido proceso del actor, reconocidos en los artículos 22º y 139º de la Constitución; por lo que la demanda debe estimarse.

5.7 Siendo que en reiterados casos se ha estimado la demanda de amparo por haberse comprobado un despido arbitrario, resulta pertinente señalar que cuando se interponga y admita una demanda de amparo contra una entidad del Estado que tenga por fi nalidad la reposición del demandante, ello debe registrarse como una posible contingencia económica que ha de preverse en el presupuesto, con la fi nalidad de que la plaza que ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimatoria.

En estos casos, la Administración Pública para justifi car el mantenimiento de la plaza presupuestada, tendrá presente que el artículo 7º del Código Procesal Constitucional dispone que “El Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se afecta el derecho constitucional invocado”.

Con la opinión del procurador público, puede evitarse y preverse gastos fi scales, ya que la Administración Pública puede allanarse a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir con el proceso.

6) Por las razones expuestas y en la medida en que en este caso se ha acreditado que la entidad demandada ha vulnerado los derechos constitucionales al trabajo y al debido proceso estimamos que corresponde ordenar la reposición del demandante como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional.

7) Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, la entidad emplazada debe asumir los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

Por lo tanto, a nuestro juicio corresponde:

1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación de los derechos al trabajo y al debido proceso; en consecuencia, NULO el despido de que ha sido objeto el demandante.

2. ORDENAR que el Poder Judicial reponga a don Renzo Gabriel Ríos Celis como trabajador a plazo indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

SS.

URVIOLA HANICALLE HAYEN

VOTO DEL MAGISTRADO ETO CRUZ

Concuerdo con los fundamentos y el fallo contenidos en el voto de los magistrados Urviola Hani y Calle Hayen, mi voto es por declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación de los derechos al trabajo y el debido proceso; en consecuencia, NULO el despido de que ha sido objeto el demandante, ORDENAR que el Poder Judicial reponga a don Renzo Gabriel Ríos Celis como trabajador a plazo indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional.

SS.

ETO CRUZ

VOTO EN DISCORDIA DEL MAGISTRADOVERGARA GOTELLI

Emito el presente voto en discordia por las siguientes consideraciones:

1. En el presente caso el recurrente interpone demanda de amparo contra el presidente de la Corte Superior de Justicia de San Martín, con la fi nalidad de que se disponga su reposición en el cargo de secretario judicial que venía ocupando. Considera que ha sido objeto de un despido incausado, habiéndose vulnerando sus derechos al trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario y el debido proceso.

Refi ere que ingresó a laborar a partir del 13 de mayo de 2009 hasta el 31 de diciembre de 2010, mediante contratos en la modalidad

de suplencia y en la modalidad para servicio especifi co. Señala que en la realidad desarrollaba labores de naturaleza permanente, por lo que se habría desnaturalizado los contratos suscritos, confi gurándose una relación laboral a plazo indeterminado.

2. Cabe expresar que en reiteradas oportunidades he venido admitiendo demandas que tienen como emplazado a un ente del Estado, disponiendo en cientos de oportunidades la reposición del trabajador en el puesto de trabajo que venía desempeñando, asumiendo la contratación a plazo indeterminado. Qué ha traído esto como consecuencia? Las masivas demandas de amparo de personas que habiendo sido contratados bajo determinada modalidad, pretenden la reincorporación a determinado puesto pero como trabajadores a plazo indeterminados, encontrando fi nalmente el mecanismo perfecto para burlar la normatividad que especifi ca la forma de ingreso a las entidades públicas como trabajadores a plazo indeterminado. Por ello actualmente observo que las personas prefi eren buscar de cualquier manera ingresar a realizar una labor determinada en cualquier entidad del Estado para posteriormente –evitando el concurso público– ingresar como trabajador a plazo indeterminado a través de una demanda de amparo –claro está habiendo previamente buscado un error en la administración a efectos de poder demandar–.

3. Debemos señalar que el artículo 5º de la Ley Nº 28175, Ley Marco del Empleo Público, el acceso al empleo público se realiza mediante concurso público y abierto, por grupo ocupacional, en base a los méritos y capacidad de las personas, en un régimen de igualdad de oportunidades.

4. Es así que el objetivo que persigue el Estado es dotar a la Administración Pública de los mejores cuadros, razón por la que concordamos con la posición asumida por el Dr. Álvarez Miranda en otros casos, que expresa que “a diferencia de lo que ocurre con los particulares, quienes guiados por el incentivo de ser cada día más efi cientes bajo pena de ser expectorados del mercado, procuran captar al mejor personal en base a sus cualifi caciones personales y trayectoria; ello no suele presentarse con frecuencia en el sector público, pues carece de tal incentivo.”

5. Por ello también considero que en el empleo público no se puede aplicar la misma mecánica del concepto de “desnaturalización”, puesto que una empresa particular velan solo por sus intereses patrimoniales, mientras que el Estado debe estar dotado de personal idóneo capaz de resolver los problemas que día a día aquejan a cualquier entidad del Estado, teniendo por ello importancia especial la labor de los trabajadores vinculados al ente estatal, ya que su desempeño directa o indirectamente incidirá en los intereses de los peruanos

6. En tal sentido en atención a dicha realidad estimo necesario realizar un cambio que exprese mi rechazo ante una situación grave que está trayendo como consecuencia la saturación de la administración pública, con trabajadores que no han sido evaluados debidamente –puesto que no han pasado por un concurso público–, lo que pone en tela de juicio la capacidad e idoneidad de dicho personal.

7. Por lo expuesto considero que cuando una entidad estatal sea la demandada, deberá desestimar la demanda por improcedente puesto que deberá exigirse la respectiva participación en un concurso público a efectos de verifi car una serie de características que debe ostentar el trabajador para determinado puesto de trabajo. Claro está de advertirse negligencia o arbitrariedad por parte de la entidad estatal en la contratación, la persona afectada podrá acudir a la vía ordinaria a efectos de que se le indemnice por tal arbitrariedad. No obstante ello debo enfatizar que cuando la propia entidad estatal de tratamiento de trabajador estable a una persona, brindándole un cargo que solo es considerado como estable, emitiendo boletas, otorgándole todos los benefi cios correspondientes, entre otros, no cabrá el análisis de una presunta denuncia de desnaturalización de contrato sino solo el análisis de la existencia de una causa justifi cada para el despido.

8. Cabe expresar que este cambio no tiene como fi nalidad perjudicar a los trabajadores ni mucho menos limitar sus derechos fundamentales, sino que busca que el aparato estatal tenga trabajadores califi cados y especializados, razón por la que por ley se ha dispuesto el ingreso como trabajador a la entidades estatales solo por concurso público.

9. Es así que en el presente caso tenemos que el demandante interpone demanda de amparo contra el presidente de la Corte Superior de Justicia de San Martín a efectos de que se le reincorpore en el cargo que venía desempeñando u otro similar, puesto que considera que los contratos suscritos a los que se ha venido sujetando han sido desnaturalizados.

10. En consecuencia tenemos que no podemos disponer la reincorporación del recurrente en la entidad emplazada, por lo que debe sujetarse al concurso respectivo a efectos de que se evalúe las características e idoneidad del recurrente para el puesto al que pretenda acceder como trabajador a plazo indeterminado. No obstante ello el recurrente puede recurrir a la vía correspondiente a efectos de que busque el resarcimiento del daño causado por la entidad demandada, de existir éste.

Por las razones expuestas mi voto es por que se declare IMPROCEDENTE la demanda de amparo propuesta.

S.

VERGARA GOTELLI

W-1061051-10

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48488 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 02624-2012-AA/TCPIURAANA MARÍA SALAVERRY ARMAS

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 21 días del mes de junio de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional pronuncia la siguiente sentencia con el voto en mayoría de los magistrados Urviola Hani y Calle Hayen, y el voto dirimente del magistrado Eto Cruz, llamado a componer la discordia suscitada por el voto del magistrado Vergara Gotelli

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Ana María Salaverry Armas contra la sentencia de fojas 306, su fecha 10 de abril de 2012, expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, que declaró infundada la demanda de amparo de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 2 de setiembre de 2011, la recurrente interpone demanda de amparo contra el Organismo para la Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri), solicitando que se la reponga en el puesto de trabajo que venía ocupando, que corresponde al cargo de especialista legal, por haber sido objeto de un despido incausado, violatorio de sus derechos constitucionales al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario. Manifi esta que ha laborado directamente para la entidad demandada habiendo sido contratada para prestar servicios de consultoría, bajo el régimen de locación de servicios, desde el 4 de agosto de 2009 hasta el 31 de julio de 2011, fecha en que fue despedida arbitrariamente, no obstante que entre las partes existía una relación laboral a plazo indeterminado, que la emplazada de manera fraudulenta pretendía ocultar con contratos bajo los alcances del Código Civil, pues la labor que realizaba era de carácter permanente y estaba sujeta a subordinación y a un horario de trabajo.

El procurador público de Cofopri propone la excepción de incompetencia por razón de la materia y contesta la demanda manifestando que la actora no ha tenido la condición de trabajadora, pues prestó servicios de naturaleza civil en virtud de contratos de servicios de consultoría celebrados con el Proyecto Consolidación de los Derechos de Propiedad Inmueble (Pcdpi), que es un proyecto de inversión pública, limitado en el tiempo y sujeto a una fuente de fi nanciamiento agotable, al ser fi nanciado por fondos del Estado y del Banco Mundial, y en el cual no participa la administración de Cofopri debido a que, de acuerdo con el Convenio de Préstamo Nº 7368-PE, la selección y contratación de los servicios de consultoría requeridos por dicho Proyecto deberán ser realizados conforme a las normas de Selección y Contratación de Consultores por Prestatarios del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF). Precisa que el vínculo contractual con la actora fi nalizó el 31 de julio de 2011, por cumplimiento del plazo establecido contractualmente.

El Tercer Juzgado Civil de Piura, con fecha 5 de diciembre de 2011, declara infundada la excepción propuesta y, con fecha 11 de enero de 2012, declara fundada la demanda, por considerar que las actividades desarrolladas por la actora responden al cumplimiento de las funciones propias de Cofopri para el logro de sus objetivos institucionales, habiéndose acreditado que las labores realizadas por la recurrente reúnen los elementos propios de una relación laboral, que desvirtúan que realmente haya existido una relación de naturaleza civil.

La Sala Superior competente revocó la apelada y declaró infundada la demanda, por estimar que la recurrente fue contratada desde un inicio por Cofopri para desempeñar funciones de consultora legal en el Proyecto Consolidación de los Derechos de Propiedad Inmueble, que es ejecutado por la entidad emplazada en alianza con otras entidades del Estado y con el fi nanciamiento del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) del Grupo Banco Mundial, cuya duración es de cinco años, entre el 2007 y el 2011; y que por falta de recursos el Banco Mundial ha decidido culminar el referido Proyecto, por lo que no corresponde califi car los servicios prestados por la actora como de naturaleza permanente.

La parte demandante, con fecha 8 de junio de 2012, interpone recurso de agravio constitucional contra la sentencia de vista, señalando que se ha desempeñado como consultora legal, sujeta a subordinación y a un horario de trabajo, y realizando actividades de carácter permanente, propias de Cofopri, por lo que los contratos civiles suscritos con la emplazada se han desnaturalizado, generando una relación laboral a plazo indeterminado. Asimismo, precisa que su relación contractual era de manera exclusiva y directa con Cofopri y no con el Banco Mundial o el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, entidades que solo participaron como fuente de fi nanciamiento del Proyecto Consolidación de los Derechos de Propiedad Inmueble.

FUNDAMENTOS

1) Delimitación del petitorioLa presente demanda tiene por objeto que se ordene la

reposición de la demandante en el cargo que venía desempeñando,

por haber sido objeto de un despido incausado. Alega que no obstante que prestó servicios en virtud de contratos de locación de servicios en los hechos existió entre las partes una relación laboral a plazo indeterminado, pues realizaba labores propias de la entidad emplazada y estaba sujeta a subordinación y a un horario de trabajo; por lo que su despido deviene en arbitrario y violatorio de sus derechos constitucionales al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario.

2) Consideraciones previas

En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativas a materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 00206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, en el presente caso, corresponde evaluar si la demandante ha sido objeto de un despido incausado.

3) Sobre la afectación de los derechos al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario

3.1 Argumentos de la demandante

La demandante afi rma que ha sido víctima de un despido sin expresión de causa, violatorio de sus derechos constitucionales al trabajo y a la protección contra el despido arbitrario, debido a que los contratos de locación de servicios suscritos con la entidad demandada se han desnaturalizado y convertido en un contrato de trabajo a plazo indeterminado, motivo por el cual sólo podía ser despedida por causa justa.

3.2 Argumentos del demandado

La parte demandada argumenta que los contratos de consultoría que suscribió con la actora eran de naturaleza civil y que contaban con el fi nanciamiento del Banco Mundial. Refi ere que nunca existió entre las partes una relación laboral y que por ello resulta legalmente válido que el vínculo contractual que mantenían se extinga por el vencimiento del plazo, como ha ocurrido en el caso de autos.

3.3 Consideraciones del Tribunal Constitucional

3.3.1 Conviene recordar que el derecho al trabajo está reconocido por el artículo 22º de la Constitución. El contenido esencial de este derecho constitucional implica dos aspectos: el de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por la otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto de este derecho constitucional implica un desarrollo progresivo y según las posibilidades del Estado. El segundo aspecto del derecho trata del derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido salvo por causa justa.

Respecto del derecho constitucional a la protección adecuada contra el despido arbitrario reconocido en el artículo 27º de la Constitución, el Tribunal Constitucional, en la STC Nº 00976-2001-AA/TC, delimitó su contenido e interpretó qué debe entenderse por protección adecuada contra el despido arbitrario. Asimismo, el Tribunal ha reconocido en reiterada jurisprudencia (por todas, la STC Nº 05650-2009-PA/TC) dos tipos de protección en casos de despido arbitrario, de carácter excluyente y a elección del trabajador: a) protección de efi cacia resarcitoria, cuando el trabajador opta por recurrir a la vía ordinaria solicitando el pago de la indemnización por despido arbitrario; y b) protección de efi cacia restitutoria, cuando el trabajador opta por recurrir a la vía constitucional a través del proceso de amparo constitucional, siempre y cuando el despido se haya producido, entre otros supuestos, de manera incausada, es decir, ejecutado de manera verbal o mediante comunicación escrita, sin expresión de causa alguna relacionada con la conducta o el desempeño laboral del trabajador que lo justifi que.

3.3.2 Según el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, “En toda prestación personal de servicios remunerados y subordinados, se presume la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado. El contrato individual de trabajo puede celebrarse libremente por tiempo indeterminado o sujeto a modalidad. El primero podrá celebrarse en forma verbal o escrita y el segundo en los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”.

3.3.3 La cuestión controvertida consiste en determinar, primero, qué tipo de relación hubo entre la demandante y la entidad emplazada; esto es, si existió una relación laboral de carácter subordinado o, por el contrario, una relación civil de carácter independiente. Ello es necesario a efectos de aplicar el principio de primacía de la realidad, pues de verifi carse que hubo una relación laboral, los contratos civiles suscritos por la actora deberán ser considerados como un contrato de trabajo de duración indeterminada, en cuyo caso la demandante solo podía ser despedida por causa justa relacionada con su conducta o capacidad laboral.

3.3.4 En efecto, el principio de primacía de la realidad, es un elemento implícito en nuestro ordenamiento jurídico y, concretamente, impuesto por la propia naturaleza tuitiva de nuestra Constitución. Así se ha precisado, en la sentencia Nº 01944-2002-AA/TC, que: “(...) en caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que fl uye de los documentos, debe darse preferencia

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48489

a lo primero; es decir, a lo que sucede en el terreno de los hechos” (fundamento 3).

3.3.5 Siendo así, en el presente caso se debe determinar si la prestación de servicios del recurrente, en aplicación del principio de primacía de la realidad, puede ser considerada un contrato de trabajo a plazo indeterminado, porque de ser así, el demandante sólo podía ser despedido por causa justa prevista en la ley.

3.3.6 Pues bien, para determinar si existió una relación de trabajo entre las partes encubierta mediante un contrato civil, se debe evaluar si en los hechos se presentó, en forma alternativa y no concurrente, alguno de los siguientes rasgos de laboralidad: a) control sobre la prestación o la forma en que ésta se ejecuta; b) integración de la demandante en la estructura organizacional de la emplazada; c) prestación ejecutada dentro de un horario determinado; d) prestación de cierta duración y continuidad; e) suministro de herramientas y materiales a la demandante para la prestación del servicio; f) pago de remuneración a la demandante; y, g) reconocimiento de derechos laborales, tales como las vacaciones anuales, las gratifi caciones y los descuentos para los sistemas de pensiones y de salud.

3.3.7 En el presente caso, con los contratos de locación de servicios, sus cláusulas adicionales, términos de referencia y anexos, obrantes de fojas 4 a 40, se corrobora que la demandante prestó servicios para la parte emplazada desempeñando la función de consultora legal. Entre las labores desempeñadas por la demandante se destacan las siguientes:

– Elaborar y suscribir informes legales necesarios para el procedimiento de formalización o para la atención de solicitudes que los administrados requieran.

– Coordinar, supervisar y apoyar en la califi cación de la información recabada durante las acciones de empadronamiento o verifi cación.

– Realizar un control de calidad por muestreo sobre las califi caciones de predios declarados aptos y en contingencia.

– Realizar el diagnóstico legal de los predios involucrados en el procedimiento de formalización.

– Realizar inspecciones oculares y trabajo de campo necesario para verifi car y establecer hechos y derechos competentes para la elaboración del diagnóstico competente.

– Ejecutar las acciones de formalización señaladas en los Informes diagnósticos, debiendo elaborar los proyectos de resolución necesarios para tal fi n.

3.3.8 Mediante el Decreto Legislativo Nº 803, Ley de Promoción del Acceso a la Propiedad Formal, cuyo Texto Único Ordenado ha sido aprobado por el Decreto Supremo Nº 009-99-MTC, se crea la Comisión de Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri), como organismo rector máximo encargado de diseñar y ejecutar de manera integral, a nivel nacional, un Programa de Formalización de la Propiedad y de su mantenimiento dentro de la formalidad. Entre las principales funciones de Cofopri, establecidas en el artículo 3º de la citada norma, cabe citar:

Artículo 3.- Para cumplir el objetivo del Artículo 2, son funciones de COFOPRI:

a) Formular, aprobar y ejecutar de manera progresiva un Programa de Formalización de la Propiedad Urbana de ámbito nacional, que comprenda los asentamientos humanos, programas municipales de vivienda, programas estatales de vivienda, centros poblados, pueblos tradicionales, centros urbanos informales, habilitaciones urbanas a las que se refi eren los artículos 7 y 8 de la Ley Nº 26878 y toda otra forma de posesión, ocupación y titularidad informal de terrenos con fi nes urbanos que sean defi nidos mediante Directiva de COFOPRI.

Para formalizar la propiedad, COFOPRI podrá ejercer las siguientes competencias dependiendo de la modalidad de posesión, ocupación o titularidad que corresponda:

a.1) Identifi cará y reconocerá las diversas formas de posesión, ocupación, tenencia y titularidad de terrenos con fi nes urbanos, que requieran la formalización de la propiedad en favor de sus ocupantes;

a.2) Ejecutará el Procedimiento de Formalización Integral, que comprende todas las acciones de saneamiento físico y legal de los terrenos (…).

a.3) Ejecutará el Procedimiento de Formalización Individual, que comprende todos los actos necesarios para la titulación individual de los lotes (…).

3.3.9 Por lo tanto, debe ponerse de relieve que las actividades para las que fue contratada la demandante son actividades propias e inherentes al desempeño de las funciones de Cofopri. Asimismo, de los Informes obrantes a fojas 55, 60, 71, 81, 91, 97, 107, 109 y 119, se aprecia que a la recurrente se le encomendaron comisiones de servicios y se le asignaron viáticos. También del Ofi cio Nº 072-2011-COFOPRI/OZPIU, de fecha 7 de enero de 2011, obrante a fojas 122, se desprende que la actora estuvo sujeta a un horario de trabajo impuesto por la parte emplazada. Todo ello ha sido advertido también por la Autoridad Administrativa de Trabajo, conforme consta en el Informe Final de Actuaciones Inspectivas, de fecha 15 de agosto de 2011, obrante a fojas 142.

3.3.10 De acuerdo a lo señalado, queda establecido que la recurrente ha prestado servicios para la entidad demandada bajo subordinación y dependencia, realizando labores que constituyen una prestación de naturaleza permanente en el tiempo y que

obedecen a una necesidad permanente en el ejercicio habitual de las funciones de la emplazada; por lo que en aplicación del principio de primacía de la realidad, debe prevalecer la realidad de los hechos sobre las formas y apariencias de los contratos civiles suscritos por la demandante, con los que se pretendía esconder una relación laboral a plazo indeterminado.

3.3.11 En consecuencia, atendiendo a lo establecido por el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, ha de concluirse que entre las partes existió un contrato de trabajo a plazo indeterminado y que, por lo tanto, la demandante solo podía ser despedida por causa justa prevista en la ley, lo cual no ha sucedido.

3.3.12 Sin perjuicio de lo expuesto, y al margen de que la actora prestó servicios de manera directa y exclusiva a Cofopri, es pertinente precisar, con relación a la caducidad del Proyecto Consolidación de los Derechos de Propiedad Inmueble advertida por el ad quem, que el mismo se viene actualmente ejecutando en su segunda fase, conforme consta en la página web de la entidad emplazada (<http://www.cofopri.gob.pe/pcdpi.asp?i=0>).

3.3.13 Por lo tanto, en el presente caso se ha confi gurado un despido incausado, violatorio de los derechos constitucionales al trabajo y a la protección contra el despido arbitrario de la demandante, reconocidos en los artículos 22º y 27º de la Constitución.

3.3.14 Teniendo presente que en reiterados casos se ha estimado la demanda de amparo por haberse comprobado un despido arbitrario, resulta pertinente señalar que cuando se interponga y admita una demanda de amparo contra una entidad del Estado que tenga por fi nalidad la reposición del demandante, ello debe registrarse como una posible contingencia económica que ha de preverse en el presupuesto, con la fi nalidad de que la plaza que ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimatoria.

En estos casos, la Administración Pública para justifi car el mantenimiento de la plaza presupuestada, tendrá presente que el artículo 7º del Código Procesal Constitucional dispone que “El Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se afecta el derecho constitucional invocado”.

Con la opinión del procurador público, puede evitarse y preverse gastos fi scales, ya que la Administración Pública puede allanarse a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir con el proceso.

4) Efectos de la presente sentencia

4.1 En la medida en que en este caso se ha acreditado que el Organismo para la Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri) ha vulnerado los derechos constitucionales al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario, corresponde ordenar la reposición de la demandante como trabajadora a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional.

4.2 Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, la entidad emplazada debe asumir los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación del derecho al trabajo; en consecuencia, NULO el despido arbitrario de la demandante.

2. ORDENAR que el Organismo de Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri) reponga a doña Ana María Salaverry Armas como trabajadora a plazo indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANICALLE HAYENETO CRUZ

VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO ETO CRUZ

Con el debido respeto por la opinión del magistrado Vergara Gotelli, quien opta por declarar improcedente la demanda, me adhiero a lo resuelto por los magistrados Urviola Hani y Calle Hayen, y en ese sentido, mi voto es por que se declare FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación del derecho al trabajo; y en consecuencia, NULO el despido arbitrario de la demandante; por lo tanto, ORDENAR que el Organismo de Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri) reponga a doña Ana María Salaverry

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48490 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

Armas como trabajadora a plazo indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

Sr.

ETO CRUZ

VOTO DE LOS MAGISTRADOS URVIOLA HANIY CALLE HAYEN

Sustentamos el presente voto en las consideraciones siguientes:

FUNDAMENTOS

1) Delimitación del petitorio

La presente demanda tiene por objeto que se ordene la reposición de la demandante en el cargo que venía desempeñando, por haber sido objeto de un despido incausado. Alega que no obstante que prestó servicios en virtud de contratos de locación de servicios en los hechos existió entre las partes una relación laboral a plazo indeterminado, pues realizaba labores propias de la entidad emplazada y estaba sujeta a subordinación y a un horario de trabajo; por lo que su despido deviene en arbitrario y violatorio de sus derechos constitucionales al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario.

2) Consideraciones previas

En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativas a materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 00206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, en el presente caso, corresponde evaluar si la demandante ha sido objeto de un despido incausado.

3) Sobre la afectación de los derechos al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario

3.1 La demandante afi rma que ha sido víctima de un despido sin expresión de causa, violatorio de sus derechos constitucionales al trabajo y a la protección contra el despido arbitrario, debido a que los contratos de locación de servicios suscritos con la entidad demandada se han desnaturalizado y convertido en un contrato de trabajo a plazo indeterminado, motivo por el cual sólo podía ser despedida por causa justa.

3.2. La parte demandada argumenta que los contratos de consultoría que suscribió con la actora eran de naturaleza civil y que contaban con el fi nanciamiento del Banco Mundial. Refi ere que nunca existió entre las partes una relación laboral y que por ello resulta legalmente válido que el vínculo contractual que mantenían se extinga por el vencimiento del plazo, como ha ocurrido en el caso de autos.

3.3. Conviene recordar que el derecho al trabajo está reconocido por el artículo 22º de la Constitución. El contenido esencial de este derecho constitucional implica dos aspectos: el de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto de este derecho constitucional implica un desarrollo progresivo y según las posibilidades del Estado. El segundo aspecto del derecho trata del derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido salvo por causa justa.

Respecto del derecho constitucional a la protección adecuada contra el despido arbitrario reconocido en el artículo 27º de la Constitución, el Tribunal Constitucional, en la STC Nº 00976-2001-AA/TC, delimitó su contenido e interpretó qué debe entenderse por protección adecuada contra el despido arbitrario. Asimismo, el Tribunal ha reconocido en reiterada jurisprudencia (por todas, la STC Nº 05650-2009-PA/TC) dos tipos de protección en casos de despido arbitrario, de carácter excluyente y a elección del trabajador: a) protección de efi cacia resarcitoria, cuando el trabajador opta por recurrir a la vía ordinaria solicitando el pago de la indemnización por despido arbitrario; y b) protección de efi cacia restitutoria, cuando el trabajador opta por recurrir a la vía constitucional a través del proceso de amparo constitucional, siempre y cuando el despido se haya producido, entre otros supuestos, de manera incausada, es decir, ejecutado de manera verbal o mediante comunicación escrita, sin expresión de causa alguna relacionada con la conducta o el desempeño laboral del trabajador que lo justifi que.

3.4 Según el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, “En toda prestación personal de servicios remunerados y subordinados, se presume la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado. El contrato individual de trabajo puede celebrarse libremente por tiempo indeterminado o sujeto a modalidad. El primero podrá celebrarse en forma verbal o escrita y el segundo en los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”.

3.5. La cuestión controvertida consiste en determinar, primero, qué tipo de relación hubo entre la demandante y la entidad emplazada; esto es, si existió una relación laboral de

carácter subordinado o, por el contrario, una relación civil de carácter independiente. Ello es necesario a efectos de aplicar el principio de primacía de la realidad, pues de verifi carse que hubo una relación laboral, los contratos civiles suscritos por la actora deberán ser considerados como un contrato de trabajo de duración indeterminada, en cuyo caso la demandante solo podía ser despedida por causa justa relacionada con su conducta o capacidad laboral.

3.6. En efecto, el principio de primacía de la realidad, es un elemento implícito en nuestro ordenamiento jurídico y, concretamente, impuesto por la propia naturaleza tuitiva de nuestra Constitución. Así se ha precisado, en la sentencia Nº 01944-2002-AA/TC, que: “(...) en caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que fl uye de los documentos, debe darse preferencia a lo primero; es decir, a lo que sucede en el terreno de los hechos” (fundamento 3).

3.7. Siendo así, en el presente caso se debe determinar si la prestación de servicios del recurrente, en aplicación del principio de primacía de la realidad, puede ser considerada un contrato de trabajo a plazo indeterminado, porque de ser así, el demandante sólo podía ser despedido por causa justa prevista en la ley.

3.8. Pues bien, para determinar si existió una relación de trabajo entre las partes encubierta mediante un contrato civil, se debe evaluar si en los hechos se presentó, en forma alternativa y no concurrente, alguno de los siguientes rasgos de laboralidad: a) control sobre la prestación o la forma en que ésta se ejecuta; b) integración de la demandante en la estructura organizacional de la emplazada; c) prestación ejecutada dentro de un horario determinado; d) prestación de cierta duración y continuidad; e) suministro de herramientas y materiales a la demandante para la prestación del servicio; f) pago de remuneración a la demandante; y, g) reconocimiento de derechos laborales, tales como las vacaciones anuales, las gratifi caciones y los descuentos para los sistemas de pensiones y de salud.

3.9. En el presente caso, con los contratos de locación de servicios, sus cláusulas adicionales, términos de referencia y anexos, obrantes de fojas 4 a 40, se corrobora que la demandante prestó servicios para la parte emplazada desempeñando la función de consultora legal. Entre las labores desempeñadas por la demandante se destacan las siguientes:

- Elaborar y suscribir informes legales necesarios para el procedimiento de formalización o para la atención de solicitudes que los administrados requieran.

- Coordinar, supervisar y apoyar en la califi cación de la información recabada durante las acciones de empadronamiento o verifi cación.

- Realizar un control de calidad por muestreo sobre las califi caciones de predios declarados aptos y en contingencia.

- Realizar el diagnóstico legal de los predios involucrados en el procedimiento de formalización.

- Realizar inspecciones oculares y trabajo de campo necesario para verifi car y establecer hechos y derechos competentes para la elaboración del diagnóstico competente.

- Ejecutar las acciones de formalización señaladas en los Informes diagnósticos, debiendo elaborar los proyectos de resolución necesarios para tal fi n.

3.10. Mediante el Decreto Legislativo Nº 803, Ley de Promoción del Acceso a la Propiedad Formal, cuyo Texto Único Ordenado ha sido aprobado por el Decreto Supremo Nº 009-99-MTC, se crea la Comisión de Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri), como organismo rector máximo encargado de diseñar y ejecutar de manera integral, a nivel nacional, un Programa de Formalización de la Propiedad y de su mantenimiento dentro de la formalidad. Entre las principales funciones de Cofopri, establecidas en el artículo 3º de la citada norma, cabe citar:

Artículo 3.- Para cumplir el objetivo del Artículo 2, son funciones de COFOPRI:

a) Formular, aprobar y ejecutar de manera progresiva un Programa de Formalización de la Propiedad Urbana de ámbito nacional, que comprenda los asentamientos humanos, programas municipales de vivienda, programas estatales de vivienda, centros poblados, pueblos tradicionales, centros urbanos informales, habilitaciones urbanas a las que se refi eren los artículos 7 y 8 de la Ley Nº 26878 y toda otra forma de posesión, ocupación y titularidad informal de terrenos con fi nes urbanos que sean defi nidos mediante Directiva de COFOPRI.

Para formalizar la propiedad, COFOPRI podrá ejercer las siguientes competencias dependiendo de la modalidad de posesión, ocupación o titularidad que corresponda:

a.1) Identifi cará y reconocerá las diversas formas de posesión, ocupación, tenencia y titularidad de terrenos con fi nes urbanos, que requieran la formalización de la propiedad en favor de sus ocupantes;

a.2) Ejecutará el Procedimiento de Formalización Integral, que comprende todas las acciones de saneamiento físico y legal de los terrenos (…).

a.3) Ejecutará el Procedimiento de Formalización Individual, que comprende todos los actos necesarios para la titulación individual de los lotes (…).

3.11. Por lo tanto, debe ponerse de relieve que las actividades para las que fue contratada la demandante son actividades propias

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48491

e inherentes al desempeño de las funciones de Cofopri. Asimismo, de los Informes obrantes a fojas 55, 60, 71, 81, 91, 97, 107, 109 y 119, se aprecia que a la recurrente se le encomendaron comisiones de servicios y se le asignaron viáticos. También del Ofi cio Nº 072-2011-COFOPRI/OZPIU, de fecha 7 de enero de 2011, obrante a fojas 122, se desprende que la actora estuvo sujeta a un horario de trabajo impuesto por la parte emplazada. Todo ello ha sido advertido también por la Autoridad Administrativa de Trabajo, conforme consta en el Informe Final de Actuaciones Inspectivas, de fecha 15 de agosto de 2011, obrante a fojas 142.

3.12. De acuerdo a lo antes señalado, queda establecido que la recurrente ha prestado servicios para la entidad demandada bajo subordinación y dependencia, realizando labores que constituyen una prestación de naturaleza permanente en el tiempo y que obedecen a una necesidad permanente en el ejercicio habitual de las funciones de la emplazada; por lo que en aplicación del principio de primacía de la realidad, debe prevalecer la realidad de los hechos sobre las formas y apariencias de los contratos civiles suscritos por la demandante, con los que se pretendía esconder una relación laboral a plazo indeterminado.

3.13. En consecuencia, atendiendo a lo establecido por el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, ha de concluirse que entre las partes existió un contrato de trabajo a plazo indeterminado y que, por lo tanto, la demandante solo podía ser despedida por causa justa prevista en la ley, lo cual no ha sucedido.

3.14. Sin perjuicio de lo antes expuesto, y al margen de que la actora prestó servicios de manera directa y exclusiva a Cofopri, es pertinente precisar, con relación a la caducidad del Proyecto Consolidación de los Derechos de Propiedad Inmueble advertida por el ad quem, que el mismo se viene actualmente ejecutando en su segunda fase, conforme consta en la página web de la entidad emplazada (<http://www.cofopri.gob.pe/pcdpi.asp?i=0>).

3.15. Por lo tanto, en el presente caso se ha confi gurado un despido incausado, violatorio de los derechos constitucionales al trabajo y a la protección contra el despido arbitrario de la demandante, reconocidos en los artículos 22º y 27º de la Constitución.

3.16. Teniendo presente que en reiterados casos se ha estimado la demanda de amparo por haberse comprobado un despido arbitrario, resulta pertinente señalar que cuando se interponga y admita una demanda de amparo contra una entidad del Estado que tenga por fi nalidad la reposición del demandante, ello debe registrarse como una posible contingencia económica que ha de preverse en el presupuesto, con la fi nalidad de que la plaza que ocupaba se mantenga presupuestada para, de ser el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la sentencia estimatoria.

En estos casos, la Administración Pública para justifi car el mantenimiento de la plaza presupuestada, tendrá presente que el artículo 7º del Código Procesal Constitucional dispone que “El Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su opinión profesional motivada cuando considere que se afecta el derecho constitucional invocado”.

Con la opinión del procurador público, puede evitarse y preverse gastos fi scales, ya que la Administración Pública puede allanarse a la demanda (si es que la pretensión según la jurisprudencia y los precedentes del Tribunal Constitucional es estimable) o proseguir con el proceso.

3.17. En la medida en que en este caso se ha acreditado que el Organismo para la Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri) ha vulnerado los derechos constitucionales al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario, corresponde ordenar la reposición de la demandante como trabajadora a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional.

3.18. Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, la entidad emplazada debe asumir los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

Por todo lo expuesto, estimamos que corresponde:

1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación del derecho al trabajo; y en consecuencia, NULO el despido arbitrario de la demandante.

2. ORDENAR que el Organismo de Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri) reponga a doña Ana María Salaverry Armas como trabajadora a plazo indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

SS.URVIOLA HANICALLE HAYEN

VOTO EN DISCORDIA DEL MAGISTRADOVERGARA GOTELLI

Emito el presente voto en discordia por las siguientes consideraciones:

1. En el presente caso la recurrente interpone demanda de amparo contra el Organismo para la Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri), con la fi nalidad de que se disponga su reposición en el cargo de especialista legal que venía ocupando. Señala que ha sido objeto de un despido arbitrario, vulnerándose así su derecho al trabajo.

Refiere que ingresó a laborar a partir del 4 agosto de 2009 hasta el 31 de julio de 2011, suscribiendo contratos de locación de servicios. Señala que mantenía una relación laboral a plazo indeterminado con la emplazada, no obstante aquella relación laboral era ocultada mediante contratos civiles.

2. Cabe expresar que en reiteradas oportunidades he venido admitiendo demandas que tienen como emplazado a un ente del Estado, disponiendo en cientos de oportunidades la reposición del trabajador en el puesto de trabajado que venía desempeñando, asumiendo la contratación a plazo indeterminado. ¿Qué ha traído esto como consecuencia? Las masivas demandas de amparo de personas que habiendo sido contratados bajo determinada modalidad, pretenden la reincorporación a determinado puesto pero como trabajadores a plazo indeterminados, encontrando fi nalmente el mecanismo perfecto para burlar la normatividad que especifi ca la forma de ingreso a las entidades públicas como trabajadores a plazo indeterminado. Por ello actualmente observo que las personas prefi eren buscar de cualquier manera ingresar a realizar una labor determinada en cualquier entidad del Estado para posteriormente –evitando el concurso público– ingresar como trabajador a plazo indeterminado a través de una demanda de amparo –claro está habiendo previamente buscado un error en la administración a efectos de poder demandar–.

3. Debemos señalar que el artículo 5º de la Ley Nº 28175, Ley Marco del Empleo Público, el acceso al empleo público se realiza mediante concurso público y abierto, por grupo ocupacional, en base a los méritos y capacidad de las personas, en un régimen de igualdad de oportunidades.

4. Es así que el objetivo que persogue el Estado es dotar a la Administración Pública de los mejores cuadros, razón por la que concordamos con la posición asumida por el Dr. Álvarez Miranda en otros casos, que expresa que “a diferencia de lo que ocurre con los particulares, quienes guiados por el incentivo de ser cada día más efi cientes bajo pena de ser expectorados del mercado, procuran captar al mejor personal en base a sus cualifi caciones personales y trayectoria; ello no suele presentarse con frecuencia en el sector público, pues carece de tal incentivo.”

5. Por ello también considero que en el empleo público no se puede aplicar la misma mecánica del concepto de “desnaturalización”, puesto que una empresa particular velan solo por sus intereses patrimoniales, mientras que el Estado debe estar dotado de personal idóneo capaz de resolver los problemas que día a día aquejan a cualquier entidad del Estado, teniendo por ello importancia especial la labor de los trabajadores vinculados al ente estatal, ya que su desempeño directa o indirectamente incidirá en los intereses de los peruanos

6. En tal sentido en atención a dicha realidad estimo necesario realizar un cambio que exprese mi rechazo ante una situación grave que está trayendo como consecuencia la saturación de la administración pública, con trabajadores que no han sido evaluados debidamente –puesto que no han pasado por un concurso público–, lo que pone en tela de juicio la capacidad e idoneidad de dicho personal.

7. Por lo expuesto considero que cuando una entidad estatal sea la demandada, deberá desestimar la demanda por improcedente puesto que deberá exigirse la respectiva participación en un concurso público a efectos de verifi car una serie de características que debe ostentar el trabajador para determinado puesto de trabajo. Claro está de advertirse negligencia o arbitrariedad por parte de la entidad estatal en la contratación, la persona afectada podrá acudir a la vía ordinaria a efectos de que se le indemnice por tal arbitrariedad. No obstante ello debo enfatizar que cuando la propia entidad estatal de tratamiento de trabajador estable a una persona, brindándole un cargo que solo es considerado como estable, emitiendo boletas, otorgándole todos los benefi cios correspondientes, entre otros, no cabrá el análisis de una presunta denuncia de desnaturalización de contrato sino solo el análisis de la existencia de una causa justifi cada para el despido.

8. Cabe expresar que este cambio no tiene como fi nalidad perjudicar a los trabajadores ni mucho menos limitar sus derechos fundamentales, sino que busca que el aparato estatal tenga trabajadores califi cados y especializados, razón por la que por ley se ha dispuesto el ingreso como trabajador a la entidades estatales solo por concurso público.

9. Es así que en el presente caso tenemos que la demandante interpone demanda de amparo contra el Organismo de Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri) a efectos de que se la reincorpore en el cargo que venía desempeñando, puesto que considera que los contratos suscritos a los que se ha venido sujetando han sido desnaturalizados.

10. En consecuencia tenemos que no podemos disponer la reincorporación de la recurrente en la entidad emplazada, puesto que el concurso público en el que obtuvo la plaza vacante para trabajador a plazo indeterminado ha sido declarado nula; sin embargo, considero que podría cuestionar la nulidad de la resolución mencionada en un proceso que cuenta con etapa probatoria. Por otro lado, la recurrente puede recurrir a la vía correspondiente a efectos de que busque el resarcimiento del daño causado por la entidad demandada, de existir éste.

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48492 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

Por las razones expuestas mi voto es por que se declare IMPROCEDENTE la demanda de amparo propuesta.

S.

VERGARA GOTELLI

W-1061051-11

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 02383-2012-AA/TCSAN MARTÍNJUAN YOEL SALGADO GUEVARA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 23 días del mes de julio de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional pronuncia la siguiente sentencia con el voto en mayoría de los magistrados Urviola Hani y Calle Hayen, y el voto dirimente del magistrado Eto Cruz, llamado a componer la discordia suscitada por el voto del magistrado Vergara Gotelli.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Juan Yoel Salgado Guevara contra la sentencia de fojas 171, su fecha 11 de abril del 2012, expedida por la Sala Mixta Descentralizada de Tarapoto de la Corte Superior de Justicia de San Martín, que declaró infundada la demanda de amparo de autos

ANTECEDENTES

Con fecha 6 de diciembre de 2010 el recurrente interpone demanda de amparo contra el presidente de la Corte Superior de Justicia del Distrito Judicial de San Martín y el procurador público encargado de los asuntos judiciales del Poder Judicial, solicitando que se declare la nulidad de la Carta Nº 023-2010-A-CSJSM/PJ, de fecha 25 de noviembre de 2010, mediante la cual fue despedido de manera arbitraria; y que, por consiguiente, se lo reponga en el puesto de especialista legal que venía ocupando, con el pago de los costos procesales y la remisión de lo actuado al Órgano de Control Interno del Ministerio Público de conformidad con el artículo 8 del Código Procesal Constitucional. Manifi esta que ha laborado por más de tres meses, desde el 17 de agosto de 2010, y que se prescindió de sus servicios no obstante que su segundo contrato de trabajo específi co, además de no haber vencido, se había desnaturalizado y convertido en un contrato de trabajo a plazo indeterminado, debido a que no se especifi có la dependencia u órgano jurisdiccional en el que trabajaría, agregando que el cargo que desempeñó era exclusivo, bajo supervisión y permanente. Alega la vulneración de sus derechos constitucionales al trabajo, a la protección frente al despido arbitrario y al debido proceso.

El procurador público adjunto ad hoc en procesos constitucionales a cargo de la Procuraduría Pública del Poder Judicial contesta la demanda solicitando que se la declare improcedente, expresando que el demandante no fue despedido, sino que la relación laboral se extinguió conforme a lo convenido en el contrato de naturaleza temporal celebrado con el actor, en el cual se estableció que el empleador podía resolver el contrato sin expresión de causa, previo aviso escrito con tres días calendario de anticipación. Asimismo, precisa que el proceso constitucional de amparo tiene una naturaleza restitutiva de derechos y no declarativa, por lo que el recurrente debe acudir a la vía del proceso laboral para ventilar su pretensión.

El Juzgado Especializado en lo Civil de la Provincia de San Martín, con fecha 22 de noviembre de 2011, declaró fundada en parte la demanda, por considerar que el contrato del demandante se desnaturalizó, en razón de que la labor que realizaba era de naturaleza permanente, propia del Poder Judicial, por lo que el contrato se convirtió en un contrato de duración indeterminada, y que no obstante haber superado el período de prueba, el actor fue despedido sin expresión de causa, y declara infundada la demanda en el extremo que solicita la remisión de los actuados al Ministerio Público.

La recurrida, revocando la apelada, declaró infundada la demanda, estimando que en el contrato modal celebrado por las partes se ha cumplido con indicar la causa objetiva que justifi ca la contratación temporal del recurrente; precisando que, conforme a la legislación sobre la materia, el ingreso a la Administración Pública se efectúa necesariamente por concurso público de mérito, requisito que no cumple el actor.

FUNDAMENTOS

1) Delimitación del petitorio

La presente demanda tiene por objeto que se ordene la reposición del demandante en el cargo que venía desempeñando, por haber sido objeto de un despido incausado. Alega que los contratos de trabajo para servicio específi co celebrados con el emplazado se han desnaturalizado y convertido en un contrato de trabajo a plazo indeterminado, de modo que habiéndose dado por extinguida su relación laboral sin expresión de una causa justa, se ha confi gurado un despido arbitrario, lesivo de sus derechos

constitucionales al trabajo, a la protección contra el despido arbitrario y al debido proceso.

2) Consideraciones previas

En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativas a materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 00206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, en el presente caso, corresponde evaluar si el demandante ha sido objeto de un despido incausado.

3) Sobre la afectación de los derechos al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario

3.1 Argumentos del demandante

El demandante afi rma que ha sido víctima de un despido sin expresión de causa, violatorio de sus derechos constitucionales al trabajo y a la protección contra el despido arbitrario, debido a que los contratos modales suscritos con el demandado se han desnaturalizado y convertido en un contrato de trabajo a plazo indeterminado, por no especifi car en qué dependencia u órgano prestaría su servicio, y porque las labores que realizaba no eran de naturaleza temporal sino permanente, propias del Poder Judicial.

3.2 Argumentos del demandado

El procurador público adjunto ad hoc en procesos constitucionales a cargo de la Procuraduría Pública del Poder Judicial argumenta que el demandante no fue despedido, pues conforme a lo establecido en su contrato de trabajo temporal el empleador podía resolver el contrato sin expresión de causa, previo aviso escrito con tres días calendario de anticipación; precisando que el demandante debe acudir a la vía del proceso laboral para ventilar su pretensión, pues el proceso constitucional de amparo tiene una naturaleza restitutiva de derechos y no declarativa.

3.3 Consideraciones del Tribunal Constitucional

3.3.1.El derecho al trabajo está reconocido por el artículo 22º de la Constitución. Al respecto, el Tribunal Constitucional estima que el contenido esencial de este derecho constitucional implica dos aspectos: el de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto de este derecho constitucional implica un desarrollo progresivo y según las posibilidades del Estado. El segundo aspecto del derecho es el que resulta relevante para resolver la causa. Se trata del derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido salvo por causa justa.

Respecto del derecho constitucional a la protección adecuada contra el despido arbitrario reconocido en el artículo 27º de la Constitución, este Tribunal, en la STC Nº 00976-2001-AA/TC, delimitó su contenido e interpretó qué debe entenderse por protección adecuada contra el despido arbitrario, señalando dos perspectivas en que se puede abordar el contenido del derecho en referencia: i) un régimen de carácter sustantivo, que puede ser de carácter preventivo o de carácter reparador; y ii) un régimen de carácter procesal, que puede ser de efi cacia resarcitoria o de efi cacia restitutoria. Asimismo, precisó que el establecimiento de un régimen sustantivo no es incompatible con la opción de que el mismo legislador establezca, simultáneamente, un régimen procesal; es decir, que ambos regímenes de protección son compatibles con el artículo 27º de la Constitución. En ese sentido, el Tribunal ha reconocido en reiterada jurisprudencia (por todas, la STC Nº 05650-2009-PA/TC) dos tipos de protección en casos de despido arbitrario, de carácter excluyente y a elección del trabajador: a) protección de efi cacia resarcitoria, cuando el trabajador opta por recurrir a la vía ordinaria solicitando el pago de la indemnización por despido arbitrario; y b) protección de efi cacia restitutoria, cuando el trabajador opta por recurrir a la vía constitucional a través del proceso de amparo constitucional, siempre y cuando el despido se haya producido de manera nula (aquellos casos que tienen como origen la discriminación por razón de sexo, raza, religión, opinión, idioma, estado civil o de cualquier otra índole, o los producidos con motivo del embarazo, o por la condición de afi liado o representante de un sindicato), incausada (despido producido de manera verbal o mediante comunicación escrita, sin expresión de causa alguna relacionada con la conducta o el desempeño laboral del trabajador que la justifi que) o fraudulenta (se imputa al trabajador hechos notoriamente inexistentes, falsos o imaginarios, o se le atribuye una falta no prevista legalmente).

3.3.2.Según el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR: “En toda prestación personal de servicios remunerados y subordinados, se presume la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado. El contrato individual de trabajo puede celebrarse libremente por tiempo indeterminado o sujeto a modalidad. El primero podrá celebrarse en forma verbal o escrita y el segundo en los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”.

Del artículo transcrito puede señalarse que en el régimen laboral peruano el principio de continuidad opera como un límite

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48493

a la contratación laboral por tiempo determinado. Por ello este Tribunal, en la STC Nº 01874-2002-AA/TC, precisó que hay una preferencia de la contratación laboral por tiempo indefi nido sobre la contratación de duración determinada, la que tiene carácter excepcional y procede únicamente cuando las labores que se van a realizar (objeto del contrato) son de naturaleza temporal o accidental.

Como resultado de dicho carácter excepcional la ley establece formalidades, requisitos, condiciones y plazos especiales para este tipo de contratos, e incluso sanciones cuando, a través de estos, utilizando la simulación o el fraude, se pretende evadir la contratación laboral por tiempo indeterminado.

En este sentido, el artículo 4º de la referida norma legal opera como un límite a la contratación temporal, ya que sólo los empleadores podrán contratar trabajadores con contratos de trabajo sujetos a modalidad “en los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”.

3.3.3.La cuestión controvertida se circunscribe a determinar si los contratos de trabajo del recurrente han sido desnaturalizados por la causal prevista en el inciso d) del artículo 77º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, que establece que los contratos a modalidad se desnaturalizan y convierten en indeterminados cuando el trabajador demuestra que hubo simulación o fraude a las normas legales establecidas en el mencionado decreto supremo.

3.3.4.Como se aprecia de los contratos de trabajo de fojas 3 y 4, el demandante prestó servicios para el emplazado en virtud de contratos en la modalidad de servicio específi co. Al respecto, de los referidos contratos se aprecia que no se ha cumplido con la exigencia legal de precisar en qué consiste, justamente, el servicio para el cual fue contratado el demandante. En efecto, en la cláusula primera de los citados contratos se consigna: “EL EMPLEADOR, debido al Proceso de Reforma que viene implementando requiere cubrir necesidades de recursos humanos a fi n de mantener debidamente operativos los servicios que presta”. Asimismo, en la cláusula segunda se señala: “Para el logro, materia de la cláusula anterior, EL EMPLEADOR contrata a EL TRABAJADOR (…) para que realice labores de ESPECIALISTA LEGAL, el mismo que deberá someterse al cumplimiento estricto de las funciones.”. De las cláusulas transcritas puede concluirse que en los contratos mencionados se ha omitido consignar la causa objetiva específi ca que autorizó la contratación temporal del demandante, pues se señala de manera genérica que su labor era la de “Especialista Legal” sin precisar cuáles eran específi camente las labores a realizar en dicho cargo. Por otro lado, sin perjuicio de que por mandato legal se debe señalar la causa objetiva de la contratación, ha de tenerse en consideración, en el presente caso, que un especialista legal realiza labores propias u ordinarias del Poder Judicial, por lo que no se justifi ca la contratación temporal.

3.3.5.En consecuencia, habiendo superado el periodo de prueba, el contrato modal del demandante se desnaturalizó al no establecerse la causa objetiva de contratación y haberse simulado una relación laboral de carácter temporal que en realidad era de naturaleza permanente, vulnerando un elemento esencial de la contratación temporal, confi gurándose la causal de desnaturalización prevista en el inciso d) del artículo 77º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, por lo que el contrato se ha convertido en un contrato de duración indeterminada.

3.3.6.Siendo que la relación laboral era de duración indeterminada, el demandante solamente podía ser despedido por una causa justa relacionada con su conducta o capacidad, lo que no ha sucedido en el presente caso, razón por la cual ha sido objeto de un despido arbitrario.

3.3.7.Por lo expuesto, que en el presente caso este Colegiado estima que se ha confi gurado un despido incausado, vulneratorio del derecho al trabajo del actor, reconocido en el artículo 22º de la Constitución.

4) Sobre la afectación del derecho al debido proceso

4.1 Argumentos del demandante

El demandante también afi rma que su despido sin expresión de causa resulta violatorio de su derecho constitucional al debido proceso, pues en su despido no se ha seguido el procedimiento administrativo establecido en los artículos 31º y 32º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR.

4.2 Argumentos del demandado

Al respecto, el procurador público adjunto ad hoc en procesos constitucionales a cargo de la Procuraduría Pública del Poder Judicial sostiene que conforme a lo establecido en su contrato de trabajo el empleador podía resolver el contrato sin expresión de causa, previo aviso escrito con tres días calendario de anticipación.

4.3 Consideraciones del Tribunal Constitucional

4.3.1.Como este Tribunal tiene señalado, el derecho fundamental al debido proceso, consagrado en el artículo 139º, numeral 3), de la Constitución, comprende una serie de garantías, formales y materiales, de muy distinta naturaleza, cuyo cumplimiento efectivo garantiza que el procedimiento o proceso en el cual se encuentre inmersa una persona pueda considerarse justo (STC Nº 10490-2006-AA, Fundamento 2). De ahí que este Tribunal haya destacado que el ámbito de irradiación de este derecho continente no abarca

exclusivamente al ámbito judicial, sino que se proyecta también al ámbito de los procesos administrativos (STC Nº 07569-2006-AA/TC, Fundamento 6).

También este Tribunal ha establecido en reiterada jurisprudencia (STC Nº 03359-2006-PA/TC, por todas) “que el debido proceso –y los derechos que lo conforman, p. e. el derecho de defensa– resultan aplicables al interior de la actividad institucional de cualquier persona jurídica, máxime si ha previsto la posibilidad de imponer una sanción tan grave como la expulsión. En tal sentido, si el emplazado consideraba que el actor cometió alguna falta, debieron comunicarle, previamente y por escrito, los cargos imputados, acompañando el correspondiente sustento probatorio, y otorgarle un plazo prudencial a efectos de que –mediante la expresión de los descargos correspondientes– pueda ejercer cabalmente su legítimo derecho de defensa”.

Por su parte, el derecho de defensa se encuentra reconocido expresamente por el artículo 139º, numeral 14, de nuestra Constitución, y constituye un elemento del derecho al debido proceso. Según lo ha señalado la jurisprudencia de este Tribunal, el contenido esencial del derecho de defensa queda afectado cuando, en el seno de un proceso judicial, a cualquiera de las partes se le impide, por concretos actos de los órganos judiciales, el ejercicio de los medios necesarios, sufi cientes y efi caces para defender sus derechos e intereses legítimos [STC 1231-2002-HC/TC]. Es así que el derecho de defensa (de naturaleza procesal) se constituye en fundamental y conforma el ámbito del debido proceso, siendo presupuesto para reconocer la garantía de este último. Por ello, en tanto derecho fundamental, se proyecta como principio de interdicción para afrontar cualquier indefensión y como principio de contradicción de los actos procesales que pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes, sea en un proceso o procedimiento, o en el caso de un tercero con interés.

4.3.2.En el caso de autos, la controversia constitucional radica en determinar si el demandado, al dar por culminado el vínculo laboral con el actor, lo hizo observando el debido proceso, o si, por el contrario, lo lesionó. Efectuada esta precisión, se debe comenzar por evaluar la lesión del derecho de defensa, toda vez que forma parte del derecho al debido proceso.

4.3.3.De acuerdo con lo previsto por el artículo 31º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, el empleador no podrá despedir a un trabajador por causa relacionada con su conducta laboral, sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los cargos que se le formulen; es decir el despido se inicia con una carta de imputación de cargos para que el trabajador pueda ejercer su derecho de defensa, efectuando su descargo en la forma que considere conveniente a su derecho.

4.3.4.En el presente caso, ya ha quedado determinado que el recurrente mantenía con el demandado una relación laboral a plazo indeterminado, por lo que este Colegiado considera que la Carta Nº 023-2010-A-CSJSM/PJ, de fecha 25 de noviembre de 2010 –que si bien no obra en autos, su existencia ha sido corroborada por ambas partes y consta como hecho verifi cado por la Autoridad Administrativa de Trabajo (Anexo de Requerimiento de fojas 8)–, no puede ser califi cada de una carta de imputación de faltas graves según lo prescrito por el artículo 31º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, pues en ella el empleador se limita a comunicar al demandante su decisión de dar por terminado el vínculo contractual sin expresar causal alguna, por lo que cabe concluir que el recurrente fue despedido sin que le haya remitido previamente una carta de imputación de faltas graves.

4.3.5.Por lo expuesto, en el presente caso este Tribunal estima que el demandado también ha vulnerado el derecho al debido proceso del recurrente, específi camente, su derecho de defensa.

5) Efectos de la presente Sentencia

5.1 En la medida en que en este caso se ha acreditado que el demandado ha vulnerado los derechos constitucionales al trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario y al debido proceso, corresponde ordenar la reposición del demandante como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional.

5.2 Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, el emplazado debe asumir los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación de los derechos al trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario y al debido proceso; en consecuencia, NULO el despido de que ha sido objeto el demandante.

2. ORDENAR que el presidente de la Corte Superior de Justicia del Distrito Judicial de San Martín reponga a don Juan Yoel Salgado Guevara como trabajador a plazo indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º y 59º

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48494 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

SS.

URVIOLA HANICALLE HAYENETO CRUZ

VOTO DE LOS MAGISTRADOS URVIOLA HANIY CALLE HAYEN

Sustentamos el presente voto en las consideraciones siguientes:

1. La presente demanda tiene por objeto que se ordene la reposición del demandante en el cargo que venía desempeñando, por haber sido objeto de un despido incausado. Alega que los contratos de trabajo para servicio específi co celebrados con el emplazado se han desnaturalizado y convertido en un contrato de trabajo a plazo indeterminado, de modo que habiéndose dado por extinguida su relación laboral sin expresión de una causa justa, se ha confi gurado un despido arbitrario, lesivo de sus derechos constitucionales al trabajo, a la protección contra el despido arbitrario y al debido proceso.

2. En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo relativas a materia laboral individual privada, establecidos en los fundamentos 7 a 20 de la STC Nº 00206-2005-PA/TC, que constituyen precedente vinculante, en el presente caso, corresponde evaluar si el demandante ha sido objeto de un despido incausado.

Sobre la afectación de los derechos al trabajo y a la protección adecuada contra el despido arbitrario

3. El demandante afi rma que ha sido víctima de un despido sin expresión de causa, violatorio de sus derechos constitucionales al trabajo y a la protección contra el despido arbitrario, debido a que los contratos modales suscritos con el demandado se han desnaturalizado y convertido en un contrato de trabajo a plazo indeterminado, por no especifi car en qué dependencia u órgano prestaría su servicio, y porque las labores que realizaba no eran de naturaleza temporal sino permanente, propias del Poder Judicial.

4. El procurador público adjunto ad hoc en procesos constitucionales a cargo de la Procuraduría Pública del Poder Judicial argumenta que el demandante no fue despedido, pues conforme a lo establecido en su contrato de trabajo temporal el empleador podía resolver el contrato sin expresión de causa, previo aviso escrito con tres días calendario de anticipación; precisando que el demandante debe acudir a la vía del proceso laboral para ventilar su pretensión, pues el proceso constitucional de amparo tiene una naturaleza restitutiva de derechos y no declarativa.

5. El derecho al trabajo está reconocido por el artículo 22º de la Constitución. Al respecto, el Tribunal Constitucional estima que el contenido esencial de este derecho constitucional implica dos aspectos: el de acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto de este derecho constitucional implica un desarrollo progresivo y según las posibilidades del Estado. El segundo aspecto del derecho es el que resulta relevante para resolver la causa. Se trata del derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido salvo por causa justa.

Respecto del derecho constitucional a la protección adecuada contra el despido arbitrario reconocido en el artículo 27º de la Constitución, este Tribunal, en la STC Nº 00976-2001-AA/TC, delimitó su contenido e interpretó qué debe entenderse por protección adecuada contra el despido arbitrario, señalando dos perspectivas en que se puede abordar el contenido del derecho en referencia: i) un régimen de carácter sustantivo, que puede ser de carácter preventivo o de carácter reparador; y ii) un régimen de carácter procesal, que puede ser de efi cacia resarcitoria o de efi cacia restitutoria. Asimismo, precisó que el establecimiento de un régimen sustantivo no es incompatible con la opción de que el mismo legislador establezca, simultáneamente, un régimen procesal; es decir, que ambos regímenes de protección son compatibles con el artículo 27º de la Constitución. En ese sentido, el Tribunal ha reconocido en reiterada jurisprudencia (por todas, la STC Nº 05650-2009-PA/TC) dos tipos de protección en casos de despido arbitrario, de carácter excluyente y a elección del trabajador: a) protección de efi cacia resarcitoria, cuando el trabajador opta por recurrir a la vía ordinaria solicitando el pago de la indemnización por despido arbitrario; y b) protección de efi cacia restitutoria, cuando el trabajador opta por recurrir a la vía constitucional a través del proceso de amparo constitucional, siempre y cuando el despido se haya producido de manera nula (aquellos casos que tienen como origen la discriminación por razón de sexo, raza, religión, opinión, idioma, estado civil o de cualquier otra índole, o los producidos con motivo del embarazo, o por la condición de afi liado o representante de un sindicato), incausada (despido producido de manera verbal o mediante comunicación escrita, sin expresión de causa alguna relacionada con la conducta o el desempeño laboral del trabajador que la justifi que) o fraudulenta (se imputa al trabajador hechos notoriamente inexistentes, falsos o imaginarios, o se le atribuye una falta no prevista legalmente).

6. Según el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR: “En toda prestación personal de servicios remunerados y subordinados, se presume la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado. El contrato individual de trabajo puede celebrarse libremente por tiempo indeterminado o sujeto a modalidad. El primero podrá celebrarse en forma verbal o escrita y el segundo en los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”.

Del artículo transcrito puede señalarse que en el régimen laboral peruano el principio de continuidad opera como un límite a la contratación laboral por tiempo determinado. Por ello este Tribunal, en la STC Nº 01874-2002-AA/TC, precisó que hay una preferencia de la contratación laboral por tiempo indefi nido sobre la contratación de duración determinada, la que tiene carácter excepcional y procede únicamente cuando las labores que se van a realizar (objeto del contrato) son de naturaleza temporal o accidental.

Como resultado de dicho carácter excepcional la ley establece formalidades, requisitos, condiciones y plazos especiales para este tipo de contratos, e incluso sanciones cuando, a través de estos, utilizando la simulación o el fraude, se pretende evadir la contratación laboral por tiempo indeterminado.

En este sentido, el artículo 4º de la referida norma legal opera como un límite a la contratación temporal, ya que sólo los empleadores podrán contratar trabajadores con contratos de trabajo sujetos a modalidad “en los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”.

7. La cuestión controvertida se circunscribe a determinar si los contratos de trabajo del recurrente han sido desnaturalizados por la causal prevista en el inciso d) del artículo 77º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, que establece que los contratos a modalidad se desnaturalizan y convierten en indeterminados cuando el trabajador demuestra que hubo simulación o fraude a las normas legales establecidas en el mencionado decreto supremo.

8. Como se aprecia de los contratos de trabajo de fojas 3 y 4, el demandante prestó servicios para el emplazado en virtud de contratos en la modalidad de servicio específico. Al respecto, de los referidos contratos se aprecia que no se ha cumplido con la exigencia legal de precisar en qué consiste, justamente, el servicio para el cual fue contratado el demandante. En efecto, en la cláusula primera de los citados contratos se consigna: “EL EMPLEADOR, debido al Proceso de Reforma que viene implementando requiere cubrir necesidades de recursos humanos a fin de mantener debidamente operativos los servicios que presta”. Asimismo, en la cláusula segunda se señala: “Para el logro, materia de la cláusula anterior, EL EMPLEADOR contrata a EL TRABAJADOR (…) para que realice labores de ESPECIALISTA LEGAL, el mismo que deberá someterse al cumplimiento estricto de las funciones.”. De las cláusulas transcritas puede concluirse que en los contratos mencionados se ha omitido consignar la causa objetiva específica que autorizó la contratación temporal del demandante, pues se señala de manera genérica que su labor era la de “Especialista Legal” sin precisar cuáles eran específicamente las labores a realizar en dicho cargo. Por otro lado, sin perjuicio de que por mandato legal se debe señalar la causa objetiva de la contratación, ha de tenerse en consideración, en el presente caso, que un especialista legal realiza labores propias u ordinarias del Poder Judicial, por lo que no se justifica la contratación temporal.

9. En consecuencia, habiendo superado el periodo de prueba, el contrato modal del demandante se desnaturalizó al no establecerse la causa objetiva de contratación y haberse simulado una relación laboral de carácter temporal que en realidad era de naturaleza permanente, vulnerando un elemento esencial de la contratación temporal, confi gurándose la causal de desnaturalización prevista en el inciso d) del artículo 77º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, por lo que el contrato se ha convertido en un contrato de duración indeterminada.

10. Siendo que la relación laboral era de duración indeterminada, el demandante solamente podía ser despedido por una causa justa relacionada con su conducta o capacidad, lo que no ha sucedido en el presente caso, razón por la cual ha sido objeto de un despido arbitrario.

11. Por lo expuesto, que en el presente caso estimamos que se ha confi gurado un despido incausado, vulneratorio del derecho al trabajo del actor, reconocido en el artículo 22º de la Constitución.

12. El demandante también afi rma que su despido sin expresión de causa resulta violatorio de su derecho constitucional al debido proceso, pues en su despido no se ha seguido el procedimiento administrativo establecido en los artículos 31º y 32º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR.

13. Al respecto, el procurador público adjunto ad hoc en procesos constitucionales a cargo de la Procuraduría Pública del Poder Judicial sostiene que conforme a lo establecido en su contrato de trabajo el empleador podía resolver el contrato sin expresión de causa, previo aviso escrito con tres días calendario de anticipación.

14. Como este Tribunal tiene señalado, el derecho fundamental al debido proceso, consagrado en el artículo 139º, numeral 3), de la Constitución, comprende una serie de garantías, formales y materiales, de muy distinta naturaleza, cuyo cumplimiento efectivo garantiza que el procedimiento o proceso en el cual se encuentre inmersa una persona pueda considerarse justo (STC Nº 10490-2006-AA, Fundamento 2). De ahí que este Tribunal haya destacado que el ámbito de irradiación de este derecho continente no abarca exclusivamente al ámbito judicial, sino que se proyecta también

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48495

al ámbito de los procesos administrativos (STC Nº 07569-2006-AA/TC, Fundamento 6).

También este Tribunal ha establecido en reiterada jurisprudencia (STC Nº 03359-2006-PA/TC, por todas) “que el debido proceso –y los derechos que lo conforman, p. e. el derecho de defensa– resultan aplicables al interior de la actividad institucional de cualquier persona jurídica, máxime si ha previsto la posibilidad de imponer una sanción tan grave como la expulsión. En tal sentido, si el emplazado consideraba que el actor cometió alguna falta, debieron comunicarle, previamente y por escrito, los cargos imputados, acompañando el correspondiente sustento probatorio, y otorgarle un plazo prudencial a efectos de que –mediante la expresión de los descargos correspondientes– pueda ejercer cabalmente su legítimo derecho de defensa”.

Por su parte, el derecho de defensa se encuentra reconocido expresamente por el artículo 139º, numeral 14, de nuestra Constitución, y constituye un elemento del derecho al debido proceso. Según lo ha señalado la jurisprudencia de este Tribunal, el contenido esencial del derecho de defensa queda afectado cuando, en el seno de un proceso judicial, a cualquiera de las partes se le impide, por concretos actos de los órganos judiciales, el ejercicio de los medios necesarios, sufi cientes y efi caces para defender sus derechos e intereses legítimos [STC 1231-2002-HC/TC]. Es así que el derecho de defensa (de naturaleza procesal) se constituye en fundamental y conforma el ámbito del debido proceso, siendo presupuesto para reconocer la garantía de este último. Por ello, en tanto derecho fundamental, se proyecta como principio de interdicción para afrontar cualquier indefensión y como principio de contradicción de los actos procesales que pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes, sea en un proceso o procedimiento, o en el caso de un tercero con interés.

15. En el caso de autos, la controversia constitucional radica en determinar si el demandado, al dar por culminado el vínculo laboral con el actor, lo hizo observando el debido proceso, o si, por el contrario, lo lesionó. Efectuada esta precisión, se debe comenzar por evaluar la lesión del derecho de defensa, toda vez que forma parte del derecho al debido proceso.

16. De acuerdo con lo previsto por el artículo 31º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, el empleador no podrá despedir a un trabajador por causa relacionada con su conducta laboral, sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los cargos que se le formulen; es decir el despido se inicia con una carta de imputación de cargos para que el trabajador pueda ejercer su derecho de defensa, efectuando su descargo en la forma que considere conveniente a su derecho.

17. En el presente caso, ya ha quedado determinado que el recurrente mantenía con el demandado una relación laboral a plazo indeterminado, por lo que consideramos que la Carta Nº 023-2010-A-CSJSM/PJ, de fecha 25 de noviembre de 2010 –que si bien no obra en autos, su existencia ha sido corroborada por ambas partes y consta como hecho verifi cado por la Autoridad Administrativa de Trabajo (Anexo de Requerimiento de fojas 8)–, no puede ser califi cada de una carta de imputación de faltas graves según lo prescrito por el artículo 31º del Decreto Supremo Nº 003-97-TR, pues en ella el empleador se limita a comunicar al demandante su decisión de dar por terminado el vínculo contractual sin expresar causal alguna, por lo que cabe concluir que el recurrente fue despedido sin que le haya remitido previamente una carta de imputación de faltas graves.

18. Por lo expuesto, en el presente caso estimamos que el demandado también ha vulnerado el derecho al debido proceso del recurrente, específi camente, su derecho de defensa.

19. En la medida en que en este caso se ha acreditado que el demandado ha vulnerado los derechos constitucionales al trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario y al debido proceso, corresponde ordenar la reposición del demandante como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional.

20. Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, el emplazado debe asumir los costos procesales, los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente sentencia.

Por estas consideraciones, a nuestro juicio corresponde:

1. Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación de los derechos al trabajo, a la protección adecuada contra el despido arbitrario y al debido proceso; en consecuencia, NULO el despido de que ha sido objeto el demandante.

2. ORDENAR que el presidente de la Corte Superior de Justicia del Distrito Judicial de San Martín reponga a don Juan Yoel Salgado Guevara como trabajador a plazo indeterminado en su mismo puesto de trabajo o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas prescritas en los artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional, con el abono de los costos procesales.

SS.

URVIOLA HANICALLE HAYEN

VOTO DEL MAGISTRADO ETO CRUZ

Concuerdo con los fundamentos y el fallo contenidos en el voto de los magistrados Urviola Hani y Calle Hayen, por lo que mi voto es porque se declare FUNDADA la demanda, porque se ha acreditado la vulneración del derecho del trabajo; y, por tanto, NULO el despido arbitrario del demandante. Ordenar que la Corte Superior de Justicia de San Martín cumpla con reponer a don Juan Yoel Salgado Guevara como trabajador a plazo indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar nivel o categoría, en el término de dos días hábiles, bajo apercibimiento de aplicar las medidas coercitivas establecidas en los artículos 22 y 59 del C.P.Const.; con el abono de los costos del proceso.

SS.ETO CRUZ

VOTO EN DISCORDIA DEL MAGISTRADOVERGARA GOTELLI

Emito el presente voto en discordia por las siguientes consideraciones:

1. En el presente caso el recurrente interpone demanda de amparo contra el presidente de la Corte Superior de Justicia del Distrito Judicial de San Martín y el Procurador Público encargado de los asuntos judiciales del Poder Judicial, con la fi nalidad de que se disponga su reposición en el cargo de especialista legal que venía ocupando. Considera que mediante la Carta Nº 023-2010-A-CJSM ha sido objeto de un despido incausado, puesto que los contratos se desnaturalizaron, habiéndose convertido en contratos a plazo indeterminado, vulnerándose así sus derechos al trabajo, a la protección frente al despido arbitrario y al debido proceso.

Refi ere que ingresó a laborar a partir del 17 de agosto hasta el 30 de diciembre de 2010, suscribiendo contratos de trabajo para servicio especifi co. Señala que no se especifi có la dependencia y órgano jurisdiccional en el que trabajaría, produciéndose la desnaturalización del contrato, confi gurándose una relación laboral a plazo indeterminado.

2. Cabe expresar que en reiteradas oportunidades he venido admitiendo demandas que tienen como emplazado a un ente del Estado, disponiendo en cientos de oportunidades la reposición del trabajador en el puesto de trabajado que venia desempeñando, asumiendo la contratación a plazo indeterminado. ¿Qué ha traído esto como consecuencia? Las masivas demandas de amparo de personas que habiendo sido contratados bajo determinada modalidad, pretenden la reincorporación a determinado puesto pero como trabajadores a plazo indeterminados, encontrando fi nalmente el mecanismo perfecto para burlar la normatividad que especifi ca la forma de ingreso a las entidades públicas como trabajadores a plazo indeterminado. Por ello actualmente observo que las personas prefi eren buscar de cualquier manera ingresar a realizar una labor determinada en cualquier entidad del Estado para posteriormente –evitando el concurso público– ingresar como trabajador a plazo indeterminado a través de una demanda de amparo –claro está habiendo previamente buscado un error en la administración a efectos de poder demandar–.

3. Debemos señalar que el artículo 5º de la Ley Nº 28175, Ley Marco del Empleo Público, el acceso al empleo público se realiza mediante concurso público y abierto, por grupo ocupacional, en base a los méritos y capacidad de las personas, en un régimen de igualdad de oportunidades.

4. Es así que el objetivo que persogue el Estado es dotar a la Administración Pública de los mejores cuadros, razón por la que concordamos con la posición asumida por el Dr. Álvarez Miranda en otros casos, que expresa que “a diferencia de lo que ocurre con los particulares, quienes guiados por el incentivo de ser cada día más efi cientes bajo pena de ser expectorados del mercado, procuran captar al mejor personal en base a sus cualifi caciones personales y trayectoria; ello no suele presentarse con frecuencia en el sector público, pues carece de tal incentivo.”

5. Por ello también considero que en el empleo público no se puede aplicar la misma mecánica del concepto de “desnaturalización”, puesto que una empresa particular velan solo por sus intereses patrimoniales, mientras que el Estado debe estar dotado de personal idóneo capaz de resolver los problemas que día a día aquejan a cualquier entidad del Estado, teniendo por ello importancia especial la labor de los trabajadores vinculados al ente estatal, ya que su desempeño directa o indirectamente incidirá en los intereses de los peruanos.

6. En tal sentido en atención a dicha realidad estimo necesario realizar un cambio que exprese mi rechazo ante una situación grave que está trayendo como consecuencia la saturación de la administración pública, con trabajadores que no han sido evaluados debidamente –puesto que no han pasado por un concurso público–, lo que pone en tela de juicio la capacidad e idoneidad de dicho personal.

7. Por lo expuesto considero que cuando una entidad estatal sea la demandada, deberá desestimar la demanda por improcedente puesto que deberá exigirse la respectiva participación en un concurso público a efectos de verifi car una serie de características que debe ostentar el trabajador para determinado puesto de trabajo. Claro está de advertirse negligencia o arbitrariedad por parte de la entidad estatal en la contratación, la persona afectada podrá acudir a la vía ordinaria a efectos de que se le indemnice por tal arbitrariedad. No obstante ello debo enfatizar que cuando la propia entidad estatal de tratamiento de trabajador estable

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48496 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

a una persona, brindándole un cargo que solo es considerado como estable, emitiendo boletas, otorgándole todos los benefi cios correspondientes, entre otros, no cabrá el análisis de una presunta denuncia de desnaturalización de contrato sino solo el análisis de la existencia de una causa justifi cada para el despido.

8. Cabe expresar que este cambio no tiene como fi nalidad perjudicar a los trabajadores ni mucho menos limitar sus derechos fundamentales, sino que busca que el aparato estatal tenga trabajadores califi cados y especializados, razón por la que por ley se ha dispuesto el ingreso como trabajador a la entidades estatales solo por concurso público.

9. Es así que en el presente caso tenemos que el demandante interpone demanda de amparo contra la Corte Superior de Justicia de San Martin a efectos de que se le reincorpore en el cargo que venía desempeñando u otro similar, puesto que considera que los contratos suscritos a los que se ha venido sujetando han sido desnaturalizados.

10. En consecuencia tenemos que no podemos disponer la reincorporación del recurrente en la entidad emplazada, por lo que debe sujetarse al concurso respectivo a efectos de que se evalúe las características e idoneidad del recurrente para el puesto al que pretenda acceder como trabajador a plazo indeterminado. No obstante ello el recurrente puede recurrir a la vía correspondiente a efectos de que busque el resarcimiento del daño causado por la entidad demandada, de existir éste.

Por las razones expuestas mi voto es porque se declare IMPROCEDENTE la demanda de amparo propuesta.

S.VERGARA GOTELLI

W-1061051-12

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 01290-2013-PA/TCSANTAESTUARDO ANDRÉS CUSTODIO SANDOVAL

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 17 días del mes de junio de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Vergara Gotelli, Calle Hayen y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Estuardo Andrés Custodio Sandoval contra la resolución de fojas 93, su fecha 14 de noviembre de 2012, expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Santa, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

El recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), con el objeto de que se declaren nulas las Resoluciones 3795-2008-ONP/DPR.SC/DL 19990 y 416-2009-ONP/DPR/DL 19990, y que, en consecuencia, se le otorgue la pensión de invalidez dispuesta en el artículo 25, inciso d), del Decreto Ley 19990, con el abono de las pensiones devengadas, intereses legales y costos procesales. Manifi esta que en su certifi cado médico se determinó que se encontraba incapacitado para laborar a partir del 31 de diciembre de 2006; agrega que, en dicha fecha, se encontraba realizando aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones.

La emplazada contesta la demanda solicitando que se la declare infundada, argumentando que el demandante no se encuentra en ninguno de los supuestos contenidos en el artículo 25 del Decreto Ley 19990 para acceder a la pensión de invalidez.

El Primer Juzgado Civil de Chimbote, con fecha 30 de julio de 2012, declara infundada la demanda por considerar que el actor no acredita 12 meses de aportaciones en los 36 meses anteriores al 31 de diciembre de 2006, fecha probable de inicio de la incapacidad.

La Sala Civil competente confi rma la apelada estimando que el certifi cado médico de incapacidad no precisa la fecha de inicio de la invalidez del demandante.

FUNDAMENTOS

1. Delimitación del petitorio

La presente demanda tiene por objeto que se le otorgue al demandante una pensión de invalidez de conformidad con el artículo 25 del Decreto Ley 19990, con el abono de las pensiones devengadas, intereses legales y costos procesales.

En el fundamento 37. b) de la STC 01417-2005-PA/TC, publicada en el diario ofi cial El Peruano el 12 de julio de 2005, este Tribunal ha señalado que forman parte del contenido esencial directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión las disposiciones legales que establecen los requisitos para el disfrute de tal derecho y que la titularidad del derecho invocado debe estar sufi cientemente acreditada para que sea posible emitir pronunciamiento. En consecuencia, la pretensión del recurrente

se encuentra comprendida en el supuesto previsto en el citado fundamento, motivo por el cual corresponde analizar el fondo de la cuestión controvertida.

2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución)

2.1. Argumentos del demandante

Sostiene que las cuestionadas resoluciones administrativas le deniegan la pensión de invalidez por no cumplir el requisito previsto en el artículo 25, inciso b), del Decreto Ley 19990; sin embargo, considera que su caso se encuentra comprendido en el inciso d) de dicha norma, por lo que se ha vulnerado su derecho constitucional a la pensión.

2.2. Argumentos de la demandada

Manifi esta que el demandante no reúne ninguno de los requisitos señalados por el artículo 25 del Decreto Ley 19990 para acceder a la pensión de invalidez.

2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

2.3.1. El derecho fundamental a la pensión se encuentra reconocido en el artículo 11 de la Constitución Política y debe ser otorgado en el marco del Sistema de Seguridad Social reconocido en el artículo 10 de la referida norma fundamental.

2.3.2. El artículo 24 del Decreto Ley 19990 establece que se considera inválido al asegurado que presenta incapacidad física o mental prolongada o presumida permanente, que le impide ganar más de la tercera parte de la remuneración o ingreso asegurable que percibiría otro trabajador de la misma categoría en un trabajo igual o similar en la misma región, y que habiendo gozado de subsidio de enfermedad durante el tiempo máximo establecido por la ley, continúa incapacitado para el trabajo.

2.3.3. Sobre el particular, debe precisarse que conforme al artículo 25 del Decreto Ley 19990, tiene derecho a pensión de invalidez el asegurado: a) cuya invalidez, cualquiera que fuere su causa, se haya producido después de haber aportado cuando menos 15 años, aunque a la fecha de sobrevenirle la invalidez no se encuentre aportando; b) que teniendo más de 3 y menos de 15 años completos de aportación al momento de sobrevenirle la invalidez, cualquiera que fuere su causa, contase por lo menos con 12 meses de aportación en los 36 meses anteriores a aquél en que produjo la invalidez, aunque a dicha fecha no se encuentre aportando; c) que al momento de sobrevenirle la invalidez, cualquiera que fuere su causa, tenga por lo menos 3 años de aportación, de los cuales por lo menos la mitad corresponda a los últimos 36 meses anteriores a aquél en que se produjo la invalidez, aunque a dicha fecha no se encuentre aportando; y, d) cuya invalidez se haya producido por accidente común o de trabajo, o enfermedad profesional, siempre que a la fecha de producirse el riesgo haya estado aportando.

2.3.4. Por su parte, el artículo 26 del Decreto Ley 19990 dispone que el asegurado que pretenda obtener una pensión de invalidez deberá presentar “(…) un Certifi cado Médico de Invalidez emitido por el Instituto Peruano de Seguridad Social, establecimientos de salud pública del Ministerio de Salud o Entidades Prestadoras de Salud constituidas según Ley 26790, de acuerdo al contenido que la Ofi cina de Normalización Previsional apruebe, previo examen de una Comisión Médica nombrada para tal efecto en cada una de dichas entidades (…)”.

2.3.5. Este Colegiado, en el precedente vinculante dictado en la STC 00061-2008-PA/TC y ratifi cado en la STC 02513-2007-PA/TC (fundamento 40), ha precisado que la contingencia debe establecerse desde la fecha de emisión del dictamen o certifi cado médico expedido por una Comisión Médica Evaluadora o Califi cadora de Incapacidades de EsSalud, o del Ministerio de Salud o de una EPS.

2.3.6. Al respecto, a fojas 88 obra el Certifi cado Médico - D.S. 166-2005-EF, de fecha 10 de abril de 2008, expedido por la Comisión Médica Califi cadora de la Incapacidad del Hospital III de Chimbote, el cual dictamina que el demandante adolece de artrosis postraumática de otras articulaciones, con un menoscabo global de 42%.

2.3.7. De la cuestionada Resolución 416-2009-ONP/DPR/DL 19990, de fecha 4 de febrero de 2009 (f. 11), y del cuadro resumen de aportaciones (f. 13), se aprecia que al recurrente se le reconoció un total de 7 años y 9 meses de aportaciones correspondientes a los periodos de 1975 a 1981 (307 semanas) y los años 2006 y 2007 (1 año y 11 meses).

2.3.8. Se ha acreditado de autos que el demandante tenía 7 años de aportaciones al momento de sobrevenirle la invalidez (10 de abril de 2008) y que cuenta con más de 12 meses de aportaciones en los 36 meses anteriores a dicha fecha; por lo tanto, cumple el requisito establecido en el artículo 25, inciso b), del Decreto Ley 19990 para acceder a la pensión de invalidez, por lo que debe estimarse la demanda y ordenarse el abono de las pensiones devengadas conforme al artículo 81 del Decreto Ley 19990.

2.3.9. Asimismo, corresponde el pago de intereses legales y los costos del proceso de conformidad con el artículo 1246 del Código Civil y el artículo 56 del Código Procesal Constitucional, respectivamente, a tenor de lo dispuesto en el precedente contenido en la STC 5430-2006-PA/TC.

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48497

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda porque se ha acreditado la vulneración del derecho a la pensión; en consecuencia, NULAS las Resoluciones 3795-2008-ONP/DPR.SC/DL 19990 y 416-2009-ONP/DPR/DL 19990.

2. Reponiendo las cosas al estado anterior a la vulneración del derecho a la pensión, ordena a la ONP que cumpla con otorgar al recurrente una pensión de invalidez con arreglo al Decreto Ley 19990, conforme a los fundamentos de la presente sentencia, abonando las pensiones devengadas con sus respectivos intereses legales y costos procesales.

Publíquese y notifíquese.

SS.

VERGARA GOTELLICALLE HAYENÁLVAREZ MIRANDA

W-1061051-13

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 01045-2012-PA/TCLIMAFAUSTO MARTÍN ZEVALLOS

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 3 días del mes de julio de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional pronuncia la siguiente sentencia con el voto en mayoría de los magistrados Vergara Gotelli y Mesía Ramírez, y el voto dirimente del magistrado Eto Cruz, llamado a componer la discordia suscitada por el voto del magistrado Urviola Hani.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Fausto Martín Zevallos contra la resolución de fojas 232, su fecha 9 de noviembre de 2011, expedida por la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

El recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina de Normalización Previsional (ONP), solicitando que se declaren inaplicables las Resoluciones 50784-2008-ONP/DPR.SC/DL 19990 y 18053-2009-ONP/DPR.SC/DL 19990, de fechas 29 de diciembre de 2008 y 4 de marzo de 2009, respectivamente; y que en consecuencia, se le otorgue pensión de jubilación conforme al Decreto Ley 19990, teniendo en cuenta la totalidad de sus aportaciones. Asimismo solicita el pago de los devengados, los intereses legales y los costos del proceso.

La emplazada contesta la demanda expresando que el actor no ha acreditado fehacientemente las aportaciones que alega haber efectuado.

El Noveno Juzgado Constitucional de Lima, con fecha 12 de mayo de 2011, declara infundada la demanda considerando que con los documentos obrantes en autos el demandante no acredita el mínimo de 20 años de aportes para acceder a la pensión general del régimen del Decreto Ley 19990.

La Sala Superior competente revoca la apelada y declara improcedente la demanda, estimando que no se ha observado lo dispuesto por la STC 4762-2007-PA/TC para la acreditación de las aportaciones del actor.

FUNDAMENTOS

1. El recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP) solicitando que se declaren inaplicables las Resoluciones 50784- 2008-0NP/DPR.SC/DL 19990 y 18053-2009-0NP/DPR.SC/DL 19990, de fechas 29 de diciembre de 2008 y 4 de marzo de 2009, respectivamente, y que en consecuencia, se le otorgue pensión de jubilación conforme al Decreto Ley 19990, teniendo en cuenta la totalidad de sus aportaciones, más el pago de las pensiones devengadas, los intereses legales y los costos del proceso.

2. Fluye de autos que lo pretendido por el actor es el otorgamiento de una pensión de jubilación conforme al Decreto Ley 19990. En consecuencia su pretensión está comprendida en el supuesto previsto en el fundamento 37.b) de la STC 1417-2005-PA/TC, motivo por el cual corresponde analizar el fondo de la cuestión controvertida.

3. En el fundamento 26 de la STC 04762-2007-PA/TC, así como en la RTC 04762-2007-PA/TC, este Colegiado ha establecido como precedente vinculante las reglas para acreditar periodos aportaciones en el proceso amparo, detallando los documentos idóneos para tal fi n.

4. De conformidad con el artículo 38 del Decreto Ley 19990, modifi cado por el artículo 9 de la Ley 26504, y el artículo 1 del Decreto Ley 25967, para obtener una pensión de jubilación se requiere tener 65 años de edad y acreditar, por lo menos, 20 arios de aportaciones.

5. Obran en autos los siguientes medios probatorios: La declaración jurada suscrita por el Ministerio de Agricultura (f. 8), b) el informe 011- 2003-GR-P-DRA-0A/UPER emitido por su ofi cina de personal (f. 9), con los cuales prueban las 4 semanas de aportaciones no reconocidas por la ONP durante el año 1964, pues del cuadro resumen de aportaciones obrante a fojas 4, se desprende que solo se le reconoció 48 semanas. De igual manera, se aprecia el certifi cado de trabajo y la liquidación de benefi cios sociales emitidos por la Cooperativa Comunal Villa de Paseo Ltda. obrantes a fojas 13 y 14, con los que demuestra haber laborado, y por ende aportado 19 años de los cuales la emplazada solo le ha reconocido 1 mes de aportaciones durante el año 1989. Asimismo, de la copia de su documento nacional de identidad (f. 2), se acredita que cumplió la edad requerida el 16 de julio de 2007.

6. Por lo expuesto se evidencia que el actor cumplió los requisitos exigidos en los Decretos Leyes 25967 y 19990, y la Ley 26504, motivo por el cual corresponde estimar la demanda, debiendo por ello la demandada otorgarle pensión de jubilación en el régimen general. Asimismo, corresponde abonarle las pensiones devengadas según lo dispuesto por el artículo 81 del Decreto Ley 19990, con los intereses legales y los costos.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda por haberse acreditado la vulneración del derecho a la pensión del demandante, en consecuencia NULAS las Resoluciones 50784-2008-ONP/DPR.SC/DL 19990 y 18053- 2009-ONP/DPR.SC/DL 19990, de fechas 29 de diciembre de 2008 y 4 de marzo de 2009, respectivamente.

2. Ordenar que la ONP otorgue al recurrente pensión de jubilación con arreglo al régimen general del Decreto Ley 19990, con el abono de las pensiones devengadas, los intereses legales y los costos procesales.

Publíquese y notifíquese.

SS.

VERGARA GOTELLIMESÍA RAMÍREZETO CRUZ

VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO ETO CRUZ

Con el debido respeto por la opinión del magistrado Urviola Hani, quien opta por declarar infundada la demanda, me adhiero a lo resuelto por los magistrados Mesía Ramírez y Vergara Gotelli, y en ese sentido, mi voto es porque se declare FUNDADA la demanda por haberse acreditado la vulneración del derecho a la pensión del demandante, en consecuencia NULAS las Resoluciones 50784-2008-ONP/DPR.SC/DL 19990 y 18053-2009-ONP/DPR.SC/DL 19990; y ORDENAR que la ONP le otorgue al demandante una pensión de jubilación con arreglo al régimen general del Decreto Ley 19990, con el abono de las pensiones devengadas, los intereses legales y los costos procesales.

Sr.ETO CRUZ

VOTO DEL MAGISTRADO URVIOLA HANI

Susteno el presente voto en las consideraciones siguientes:

Procedencia de la demanda

1. En la STC 1417-2005-PA/TC, publicada en el diario ofi cial El Peruano el 12 de julio de 2005, este Tribunal ha señalado que forman parte del contenido esencial directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión las disposiciones legales que establecen los requisitos para el disfrute de tal derecho, y que la titularidad del derecho invocado debe estar acreditada para que sea posible emitir un pronunciamiento.

Delimitación del petitorio

2. En el presente caso, el demandante pretende que se le otorgue pensión de jubilación conforme al Decreto Ley 19990. En consecuencia, su pretensión está comprendida en el supuesto previsto en el fundamento 37.b) de la citada sentencia, motivo por el cual corresponde analizar el fondo de la cuestión controvertida.

Análisis de la controversia

3. Previamente, cabe señalar que en el fundamento 26 de la STC 04762-2007-PA/TC, así como en la RTC 04762-2007-PA/TC, este Colegiado ha establecido como precedente vinculante las reglas para acreditar periodos de aportaciones

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48498 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

en el proceso de amparo, detallando los documentos idóneos para tal fin.

4. De conformidad con el artículo 38 del Decreto Ley 19990 –modifi cado por el artículo 9 de la Ley 26504– y el artículo 1 del Decreto Ley 25967, para obtener una pensión de jubilación se requiere tener 65 años de edad y acreditar, por lo menos, 20 años de aportaciones.

5. Con la copia del documento nacional de identidad obrante a fojas 2, se acredita que el actor nació el 16 de julio de 1942; por tanto, cumplió la edad requerida para acceder a la pensión el 16 de julio de 2007.

6. De las cuestionadas resoluciones (f. 3 y 5), así como del Cuadro Resumen de Aportaciones (f. 4), se advierte que la demandada le denegó al actor la pensión de jubilación con el argumento de que únicamente había acreditado un año de aportaciones.

7. Para acreditar la totalidad de aportaciones que alega haber efectuado, el recurrente ha presentado copia legalizada del certifi cado de trabajo expedido por la Cooperativa Comunal Villa de Pasco Ltda. 17 (f. 13), en el que se consigna que laboró como administrador del 1 de mayo de 1970 al 30 de abril de 1989, período que se encuentra corroborado con la copia legalizada de la liquidación de benefi cios sociales (f. 14) y con las boletas de pago (f. 16 a 20), expedida por la indicada empleadora, en la que fi gura que laboró por 18 años, 11 meses y 28 días, que sumados al año reconocido por la Administración, hacen un total de 19 años, 11 meses y 28 días, que resultan insufi cientes para el otorgamiento de la pensión del régimen general del Decreto Ley 19990.

8. Cabe mencionar que habiéndose revisado la documentación que obra en autos, vale concluir que el demandante no ha cumplido con presentar otros documentos idóneos a fi n de probar su pretensión, por lo que la demanda deviene en manifi estamente infundada, conforme al fundamento 26.f) de la STC 4762-2007-AA/TC, que precisa: “se está ante una demanda manifi estamente infundada (...) cuando de la valoración conjunta de los medios probatorios aportados se llega a la conclusión de que no acreditan el mínimo de años de aportaciones para acceder a una pensión de jubilación”.

En consecuencia, estimo que se debe declarar INFUNDADA la demanda porque no se ha acreditado la vulneración del derecho a la pensión.

S.

URVIOLA HANI

VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADOMESÍA RAMÍREZ

Haciendo uso de la facultad establecida por el artículo 5 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, manifi esto, a través de este voto, mi parecer respecto al caso de autos. -parecer que se sustenta en las consideraciones siguientes:

1. En el presente caso, como acto lesivo tenemos que la ONP le ha denegado al demandante el otorgamiento de la pensión de jubilación solicitada, porque consideró que habla aportado tan solo 1 año.

2. Con la declaración jurada suscrita por el Ministerio de Agricultura, así como con el informe emitido por su Ofi cina de Personal, obrantes de fojas 8 a 9, se prueban las 4 semanas de aportaciones no reconocidas por la ONP durante el año 1964, en tanto que de las 52 semanas de aportaciones que efectuó durante dicho año solo le .rec mocio 48 semanas Asimismo, con el certifi cado de trabajo y la liquidación de .befi efi cios sociales, emitidos por la Cooperativa Comunal Villa de Paseo Ltda., o rantes de fojas 13 a 14, se demuestra que el demandante trabajó y aportó durante 1) años, de los cuales la ONP solo le reconoció 1 mes de aportaciones durante el año 1989.

En buena cuenta, en autos se encuentra acreditado que el demandante tiene 20 años de aportaciones al SNP y más de 65 de de edad.

3. Por lo tanto, el demandante al reunir los requisitos establecidos en el Decreto Ley 19990, corresponde que se le otorgue una pensión con arreglo al régimen general de ,jubilación; debiendo abonársele las pensiones devengadas según lo dispuesto por el artículo 81 del Decreto Ley 19990, con los intereses legales y los costos.

Por estas razones, considero que debe:

1. Declararse FUNDADA la demanda por haberse acreditado la vulneración del derecho fundamental a la pensión; en consecuencia. NULAS las Resoluciones 50784-2008-0NPIDPR.SC/DL 19990 y 18053-2009-0NP/DPR.SC/DL 19990.

2. Ordenarse que la ONP le otorgue al demandante una pensión de jubilación con arreglo al régimen general del Decreto Ley 19990, con el abono de las pensiones devengadas, los intereses legales y los costos procesales.

Sr

MESIA RAMÍREZ

VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADOVERGARA GOTELLI

Con respeto a lo expresado en la resolución de la ponencia, tengo bien a emitir el presente voto en singular por las siguientes consideraciones:

1. El recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP) solicitando que se declare inaplicables las Resoluciones 50784- 2008-ONP/DPR.SC/DL 19990 y 18053-2009-ONP/DPR.SC/DL 19990, de fechas 29 de diciembre de 2008 y 4 de marzo de 2009, respectivamente, y que en consecuencia, se le otorgue pensión de jubilación conforme al Decreto Ley 19990, teniendo en cuenta la totalidad de sus aportaciones, más el pago de las pensiones devengadas, los intereses legales y los costos del proceso.

2. Entonces tenemos que lo pretendido por el actor es el otorgamiento de una pensión de jubilación conforme al Decreto Ley 19990. En consecuencia su pretensión está comprendida en el supuesto previsto en el fundamento 37.b) de la STC 1417-2005-PA/TC, motivo por el cual corresponde analizar el fondo de la cuestión controvertida.

3. En e1 fundamento 26 de la STC 04762-2007-PA/TC, así como en la RTC 04762-2007-PA/TC, este Colegiado ha establecido como precedente vinculante las reglas para acreditar periodos aportaciones en el proceso amparo, detallando los documentos idóneos para tal fi n.

4. De conformidad con el artículo 38 del Decreto Ley 19990, modifi cado por el artículo 9 de la Ley 26504, y el artículo 1 del Decreto Ley 25967, para obtener una pensión de jubilación se requiere tener 65 años de edad y acreditar, por lo menos, 20 arios de aportaciones.

5. De lo actuado en el caso concreto se desprende los siguientes medios probatorios: La declaración jurada suscrita por el Ministerio de Agricultura (f. 8), b) el informe 011- 2003-GR-P-DRA-0A/UPER emitido por su ofi cina de personal (f. 9), con los cuales prueban las 4 semanas de aportaciones no reconocidas por la ONP durante el ario 1964, pues del cuadro resumen de aportaciones obrante a fojas 4, se desprende que sólo se le reconoció 48 semanas. De igual manera, se aprecia el certifi cado de trabajo y la liquidación de benefi cios sociales emitidos por la Cooperativa Comunal Villa de Paseo Ltda. obrantes a fojas 13 y 14, con los que demuestra haber laborado, y por ende aportado, 19 años de los cuales la emplazada solo le ha reconocido 1 mes de aportaciones durante el año 1989. Asimismo, de la copia de su Documento Nacional de Identidad (f. 2), se acredita que éste cumplió la edad requerida el 16 de julio de 2007.

6. Por lo expuesto se evidencia que el actor cumplió con los requisitos de edad y aportes exigidos en los Decretos Leyes 25967 y 19990, y la Ley 26504, motivo por el cual corresponde estimar la demanda, debiendo por ello la demandada otorgarle pensión de jubilación en el régimen general. Asimismo, corresponde abonarle las pensiones devengadas según lo dispuesto por el artículo 81 del Decreto Ley 19990, con los intereses legales y los costos.

Por las consideraciones expuestas mi voto es porque se declare FUNDADA la demanda por haberse acreditado la vulneración del derecho a la pensión del demandante, en consecuencia NULAS las Resoluciones 50784-2008-ONP/DPR.SC/DL 19990 y 18053- 2009-ONP/DPR.SC/DL 19990, de fechas 29 de diciembre de 2008 y 4 de marzo de 2009, respectivamente. Ordenar a la ONP otorgue al recurrente pensión de jubilación en el régimen general del Decreto Ley19990, con el abono de las pensiones devengadas, los intereses legales y los costos procesales.

W-1061051-14

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 01684-2013-PA/TCLIMALAURA ASUNTA RODRÍGUEZ BARRAGÁN

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 12 días del mes de julio de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Laura Asunta Rodríguez Barragán contra la resolución de fojas 227, su fecha 24 de enero de 2013, expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

La recurrente interpone demanda de amparo contra la Administradora de Fondo de Pensiones AFP-INTEGRA y la Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones (SBS), solicitando que se declare nulo por la causal de falta de información el contrato de afi liación que

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48499

suscribió con fecha 30 de junio de 1993, y que, en consecuencia, se ordene desafi liarlo del Sistema Privado de Pensiones y se autorice su retorno al sistema público del Decreto Ley 19990.

Las emplazadas contestan la demanda manifestando que al tener la actora la calidad de pensionista en el Sistema Privado de Pensiones, no le resulta aplicable la libre desafi liación de conformidad con el artículo 9 de la Ley 28991.

El Segundo Juzgado Constitucional de Lima, con fecha 23 de abril de 2012, declaró improcedente la demanda, por estimar que la demandante debió iniciar el procedimiento legalmente establecido para obtener la desafi liación que solicita.

La Sala Superior revisora confi rmó la apelada por considerar que de acuerdo con lo estipulado en el artículo 9 de la Ley 28991, la desafi liación alegando la causal de falta de información no será de aplicación a aquellos afi liados que tengan la calidad de pensionistas del Sistema Privado de Pensiones, condición adquirida por la demandante.

FUNDAMENTOS

1. Delimitación del petitorio

La recurrente interpone demanda de amparo contra la Administradora de Fondo de Pensiones AFP-INTEGRA y la SBS, solicitando que se declare la “nulidad de su contrato de afiliación por la causal de falta de información” (sic); y que, en consecuencia, se autorice su retorno al Sistema Nacional de Pensiones.

En el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC, publicada en el diario ofi cial El Peruano el 12 de julio de 2005, este Tribunal ha declarado que forman parte del contenido esencial directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión las disposiciones legales que establecen los requisitos para el disfrute de tal derecho.

2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución)

2.1. Argumentos de la demandante

Manifi esta que suscribió el contrato de afi liación sin haber sido debidamente informada sobre los alcances del Sistema Privado de Pensiones y los efectos desfavorables sobre su pensión de jubilación; por lo que la AFP INTEGRA, al denegarle la desafi liación, vulnera su derecho constitucional de acceder a una pensión del Sistema Nacional de Pensiones.

2.2. Argumentos de las codemandadas

Alegan que conforme lo establece el artículo 9 de la Ley 28991 y sus normas reglamentarias, la desafi liación por falta de información no procede en el caso de los pensionistas.

2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

2.3.1. La Ley 28991, de libre desafi liación informada, pensiones mínima y complementaria, y régimen especial de jubilación anticipada, publicada en el diario ofi cial El Peruano el 27 de marzo de 2007, fue dictada por el Congreso de la República, atendiendo, casi en su totalidad, a los precedentes vinculantes que en materia de desafi liación del Sistema Privado de Pensiones este Colegiado estableció en la STC 1776-2004-AA/TC, publicada en el diario ofi cial El Peruano el 20 de febrero de 2007.

2.3.2. Dado que la Ley no incluyó como causal de desafi liación la falta de información, mediante la STC 7281-2006-PA/TC, publicada en el diario ofi cial El Peruano el 15 de mayo de 2007, el Tribunal Constitucional emitió pronunciamiento sobre las causales de solicitud de desafi liación, incluida las referidas a la falta de información y a la insufi ciente o errónea información, y estableció dos precedentes vinculantes, a saber: el primero concerniente a la información (Cfr. fundamento 27) y el segundo relativo a las pautas a seguir en el procedimiento de desafi liación (Cfr. fundamento 37); además, a través de la Resolución SBS 11718-2008, de diciembre de 2008, se aprobó el Reglamento operativo que dispone el procedimiento administrativo de desafi liación del SPP por la causal de la falta de información, establecida por el Tribunal Constitucional, según sentencias recaídas en los expedientes 1776-2004-AA/TC y 07281-2006-PA/TC.

2.3.3. Así las cosas en la STC 014-2007-PI/TC este Colegiado declaró constitucional el artículo 4 de la mencionada Ley 28991.

2.3.4. Cabe precisar que el artículo 9 de la Ley 28991, cuya constitucionalidad fue ratifi cada por la STC 014-2007-PI/TC, establece que la Ley no resulta de aplicación a los afi liados pensionistas.

2.3.5. En el presente caso, tal como se observa de la demanda formulada con fecha 26 de marzo de 2009, la misma demandante sostiene que viene gozando de una renta vitalicia familiar del Sistema Privado de Pensiones lo que se verifica de la boleta de pago (f. 18). Asimismo, habiendo procedido a efectuar la consulta correspondiente en la página web de la SBS (<http://www.sbs.gob.pe/app/spp/Reporte_Sit_Prev/afil_datos_documento.asp>), a fin de verificar la condición actual de la demandante, se ha podido corroborar que su situación es la de pensionista por lo que atendiendo al mencionado artículo 9 de la Ley 28991 y a la Tercera Disposición Complementaria Final de su Reglamento, el Decreto Supremo 063-2007-EF, y conforme a lo señalado en la jurisprudencia del Tribunal

Constitucional (SSTC 1070-2011-PA/TC y 1608-2010-PA/TC), que establecen claramente que la desafiliación no es aplicable a los pensionistas, corresponde desestimar la presente demanda.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda, por no haberse acreditado la vulneración del derecho al libre acceso al sistema de pensiones.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLIÁLVAREZ MIRANDA

W-1061051-15

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 03273-2012-PA/TCLIMASCOTIABANK PERÚ S. A. A.

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 21 días del mes de marzo de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Vergara Gotelli, Calle Hayen y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia.

ASUNTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por don José Alberto Simons Pino, en representación de la empresa Scotiabank Perú S.A.A., contra la Resolución Nº 4, de fecha 2 de marzo de 2012, expedida por la Sétima Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima.

ANTECEDENTES

La empresa Scotiabank Perú S.A.A. interpone demanda de amparo con fecha 16 de enero de 2007 contra la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat), con el objeto de que se declare inaplicable la Ley Nº 28424, Ley del Impuesto Temporal a los Activos Netos – ITAN, y su reglamento. Específi camente indica que debe dejarse sin efecto la Resolución de Ejecución Coactiva Nº 011-006-0027861, notifi cada de fecha 19 de octubre de 2006, y la Orden de Pago Nº 011-001-0059529, notifi cada en la misma fecha, por ser vulneratorias del principio de no confi scatoriedad de los tributos, del principio de capacidad contributiva y de los derechos a la igualdad y a la propiedad.

Este Colegiado emitió sentencia con fecha 24 de setiembre de 2009, en aplicación de la jurisprudencia (STC 3797-2006-PA/TC) declarando infundada la demanda.

Con fecha 5 de setiembre de 2011 el Vigésimo Cuarto Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima declara concluido el proceso argumentando que el Tribunal Constitucional declaró infundada la demanda de amparo e infundada la pretensión referida al plazo para el cobro de intereses, ya que la Sunat ha dado cumplimiento a la sentencia respecto al mismo, computándose desde la fecha de interposición de la demanda hasta el 1 de julio de 2007, fecha en que se confi rmó la constitucionalidad del referido ITAN.

Con fecha 2 de marzo de 2012, la Sétima Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima confi rma la apelada por los mismos fundamentos.

FUNDAMENTOS

1) Delimitación del petitorio

El recurso de agravio constitucional tiene por objeto que se ejecute o se cumpla, adecuada y correctamente, la STC Nº 02523-2009-PA/TC, que tiene calidad de cosa juzgada, en el extremo referido al fundamento Nº 5, relativo al pago de los intereses moratorios del ITAN, al considerar que se estaría vulnerando el derecho a una correcta ejecución del mandato contenido en la sentencia constitucional ya mencionada.

2) Consideraciones previas

Tal como ha sido manifestado por este Colegiado en la RTC. Nº 0168-2007-Q/TC, de fecha 27 de noviembre de 2007, se habilitó la procedencia del recurso de agravio constitucional a favor del cumplimiento de las sentencias del Tribunal Constitucional, con la finalidad de restablecer el orden jurídico constitucional, el mismo que fue preservado previamente, mediante sentencia estimatoria del Tribunal en el trámite de un proceso constitucional.

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48500 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

Es importante recalcar que esta competencia del Tribunal Constitucional, en la práctica, se hace mucho más necesaria si se tiene en cuenta que los efectos estimatorios de un proceso de amparo son eminentemente “restitutorios”, y como tal, involucran per se una transformación iusfundamental en la esfera jurídica del demandante que debe ser cumplida y/o ejecutada de manera ineludible por el órgano correspondiente. Y ese cumplimiento, por ser iusfundamental, debe ser verificado por este Colegiado (Cfr. STC Nº 3088-2009-PA/TC, fundamento 5).

3) Sobre la afectación del derecho a la debida ejecución de las sentencias

3.1 Argumentos del demandante

La recurrente solicita que se cumpla el fundamento 5 de la STC Nº 02523-2009-PA/TC, en el que se dispuso que la Sunat deberá abstenerse de considerar el cobro de intereses moratorios hasta la fecha en que existieron dudas sobre la constitucionalidad del tributo ITAN, por tanto, los que presentaron su demanda luego del 1 de julio de 2007, deberán pagar los intereses del mismo, lo cual los exoneraría del pago de los intereses moratorios, sin precisar fecha alguna, ya que el Tribunal Constitucional no lo expresó en su sentencia.

3.2 Argumentos del demandado

Con fecha 20 de enero de 2012, la Sunat manifi esta que en la Resolución de Intendencia Nº 015-016-000066/SUNAT, de fecha 29 de diciembre de 2010, así como en su Informe Nº 018-2010-SUNAT-2H3500-EMJ, de la misma fecha, ha dado cumplimiento a la sentencia del Tribunal Constitucional; así en el artículo 2 de la referida Resolución de Intendencia indica la actualización de la deuda tributaria dentro de la fecha de interposición de la demanda; esto es, el 16 de enero de 2007, y el 1 de julio de 2007, fecha en que el Tribunal Constitucional determinó la constitucionalidad del ITAN.

3.3 Consideraciones del Tribunal Constitucional

3.3.1. Tal como se ha expresado este Tribunal en el fundamento Nº 5 de la STC Nº 02523-2009-PA/TC: “En consecuencia la SUNAT tendrá que abstenerse de considerar el cobro de los intereses moratorios, debiendo cumplir además con su función orientadora al contribuyente (artículo 84º del Código Tributario) informando de las formas o facilidades de pago establecidas en el Código Tributario o de las leyes especiales relativas a la materia. Debe precisarse que dicha regla sólo rige hasta la fecha en que existió la duda sobre el pago del tributo; esto es, el 1 de julio de 2007, fecha en que se publicó en el diario ofi cial El Peruano la STC 3797-2006-PA/TC, con la que se confi rmó la constitucionalidad del mencionado tributo, debiendo entenderse entonces que aquellos contribuyentes que presentaron su demanda luego de esta fecha deberán pagar su impuesto e intereses (inclusive los moratorios) de acuerdo con las normas del Código Tributario”.

3.3.2.De lo expuesto supra se desprende este Tribunal ha manifestado en reiterada jurisprudencia, respecto al plazo de exoneración de los intereses moratorios del ITAN, que este rige desde la fecha de interposición de la demanda hasta la fecha en que se declaró constitucional el impuesto, por lo que el demandante debe cumplir con abonar el impuesto y los intereses que devengan fuera del mismo.

3.3.3. En el caso de autos este Colegiado entiende que la Sunat, mediante la Resolución de Intendencia Nº 015-016-000066/SUNAT y el Informe Nº 018-2010-SUNAT-2H3500-EMJ, en cumplimiento de los lineamientos exigidos por la jurisprudencia emitida por este Colegiado, resuelve modifi car y proseguir con la cobranza de la deuda tributaria contenida en la Orden de Pago Nº 011-001-0059529 y en la Resolución de Ejecución Coactiva Nº 011-006-0027861, considerando solamente los intereses moratorios devengados desde la fecha de interposición de la demanda y la constitucionalidad del impuesto temporal a los activos netos (ITAN).

3.3.4. En consecuencia, el proceder del Vigésimo Cuarto Juzgado Especializado y de la Sétima Sala de la Corte Superior de Justicia de Lima, al declarar cumplida la STC Nº 02523-2009-PA/TC, concluido el proceso, ordenando el archivo del expediente, e infundada respecto al plazo que alega el demandante, se ajusta a derecho; por lo tanto, no vulnerando la correcta ejecución de la sentencia constitucional invocada, debe desestimarse la demanda.

4) Efectos de la presente Sentencia

En suma según lo expuesto, la recurrente deberá cumplir con el pago de los intereses moratorios del impuesto temporal de los activos netos (ITAN) que no estén dentro del lapso de tiempo para la exoneración del mismo, tal como lo ha establecido este Colegiado en reiterada jurisprudencia.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADO el recurso de agravio constitucional.

Publíquese y notifíquese.

SS.

VERGARA GOTELLICALLE HAYENÁLVAREZ MIRANDA

W-1061051-16

PROCESO DE HÁBEAS DATAEXP. Nº 03426-2012-PHD/TCLIMAHIGINIO PAJITA GUADALUPE

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 4 días del mes de enero de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Higinio Pajita Guadalupe contra la resolución expedida por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 64, su fecha 3 de julio de 2012, que declaró improcedente el pago de costos procesales.

ANTECEDENTES

Con fecha 21 de julio de 2011, el recurrente interpone demanda de hábeas data contra la Ofi cina de Normalización Previsional solicitando que se le entregue copias certifi cadas o fedateadas del expediente administrativo Nº 11100618603 DL 19990, más el pago de costas y costos. Manifi esta que mediante solicitud de fecha 23 de junio de 2011, solicitó a la emplazada la entrega de la documentación antes mencionada, sin que haya obtenido respuesta alguna.

Con fecha 11 de agosto de 2011, la entidad emplazada se allana a la demanda y solicita la exoneración del pago de costos en atención a lo dispuesto por el artículo 413º del Código Procesal Civil.

El Octavo Juzgado Constitucional de Lima, a través de la Resolución Número Tres, de fecha 28 de octubre de 2011, dio cuenta del allanamiento de la emplazada y dispuso pasar los autos a despacho para emitir sentencia. Mediante sentencia de la misma fecha, declaró fundada la demanda por estimar que la emplazada lesionó el derecho de acceso a la información pública del demandante por tener la obligación de brindar la documentación solicitada, sin costos, por haberse allanado a la demanda oportunamente conforme lo señala el artículo 413º del Código Procesal Civil.

La Sala revisora confi rmó la sentencia apelada en el extremo que deniega el pago de costos de conformidad con lo que dispone el artículo 413º del Código Procesal Civil y el artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional.

El recurrente interpone recurso de agravio constitucional solicitando el pago de costos invocando las SSTC Nºs. 2776-2011-PHD/TC y 10064-2005-PA/TC y la resolución de aclaración recaída en la RTC Nº 971-2005-PA/TC, pues considera que el Estado solo se encuentra exonerado del pago de costas y que no le resulta aplicable el artículo 413º del Código Procesal Civil, pues en su caso corresponde solo la aplicación del artículo 56º del Código Procesal Constitucional.

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio

1. La recurrente solicita mediante el presente recurso de agravio constitucional que se condene al pago de costos procesales a la entidad emplazada en atención a lo dispuesto por el artículo 56º Código Procesal Constitucional.

Análisis de la controversia

2. En el presente caso, se aprecia que la demanda fue estimada por el a quo, quien consideró que la emplazada tenía la obligación de otorgar al demandante la información que solicitaba, por no encontrarse ésta en ninguna de las excepciones que regula el TUO de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Asimismo consideró que al haberse allanado la entidad emplazada oportunamente, quedaba exonerado del pago de costos en atención a lo dispuesto por el artículo 413º del Código Procesal Civil.

3. El demandante interpuso recurso de apelación contra el extremo que le denegó el pago de costos, manifestando que en su caso no resultaba aplicable el artículo 413º del Código Procesal Civil, pues el pago de costos estaba expresamente regulado en el artículo 56º del Código Procesal Constitucional. El referido medio impugnatorio fue desestimado por el ad quem quien consideró:

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48501

Quinto: Que, el artículo 413º del Código Procesal Civil de aplicación supletoria a los procesos constitucionales, establece que, están exentos de la condena en costas y costos los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, el Ministerio Público, los órganos constitucionalmente autónomos, los gobiernos regionales y locales; en su último párrafo señala que: ‘También está exonerado quien reconoce o se allana a la demanda dentro del plazo para contestarla.

Sexto: Que la exoneración de pago de costos y costas de quien se allana dentro del plazo para contestar la demanda estimula la pronta conclusión del proceso. Es decir los costos y costas los soporta quien se allana, pero si reconoce oportunamente las pretensiones del adversario allanándose a satisfacerlos no se impodrán las costas y costos al vencido.

Setimo: Que, el artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, establece, “En caso de vacío o defecto de la presente ley, serán de aplicación supletoria los Códigos Procesales afi nes a la materia discutida siempre que no contradigan los fi nes de los procesos constitucionales y los ayuden a su mejor desarrollo. En defecto de las normas supletorias citadas, el juez podrá recurrir a la jurisprudencia, a los principios generales del derecho procesal y a la doctrina. Por tanto, al no estar contemplado en el Código Procesal Constitucional el allanamiento, se ha aplicado supletoriamente el artículo 413º del Código Procesal Civil, deviniendo en inoperante los argumentos del apelante (ff. 65 y 66).

4. Teniendo en cuenta los argumentos de la instancia precedente, este Tribunal considera importarte recordar que si bien resulta cierto que el Código Procesal Constitucional –que regula las reglas de tramitación de los procesos constitucionales– establece en el artículo IX de su Título Preliminar, la posibilidad de la aplicación supletoria de los Códigos Procesales afines a la materia que se discute en un proceso constitucional, debe tenerse en cuenta que dicha aplicación supletoria se encuentra supeditada a la existencia de un vacío o defecto legal del referido Código, situación que no se presenta en el caso del pago de los costos procesales cuando el Estado resulta ser el emplazado en este tipo de procesos, pues expresamente el artículo 56º dispone que:

Si la sentencia declara fundada la demanda, se impondrán las costas y costos que el Juez establezca a la autoridad, funcionario o persona demandada. Si el amparo fuere desestimado por el Juez, éste podrá condenar al demandante al pago de costas y costos cuando estime que incurrió en manifi esta temeridad.

En los procesos constitucionales el Estado solo puede ser condenado al pago de costos.

En aquello que no esté expresamente establecido en la presente Ley, los costos se regulan por los artículos 410 al 419 del Código Procesal Civil.

5. En consecuencia, el hecho de que la emplazada se haya allanado en los términos que expresa el último párrafo del artículo 413º del Código Procesal Civil no implica que no se haya vulnerado el derecho invocado por el demandante, todo lo contrario, el allanamiento planteado implica un reconocimiento expreso de la existencia de la conducta lesiva por parte de la entidad emplazada, que ha permitido resolver prontamente la pretensión del accionante, sin embargo, ello no evitó la lesión del derecho invocado ni transformó en innecesaria su petición de tutela judicial efectiva respecto de dicho derecho. En efecto, resulta evidente que la conducta lesiva previa seguida por la emplazada llevó al demandante a solicitar tutela judicial para acceder a la restitución de su derecho conculcado, situación que, en el presente caso, le generó costos para accionar el presente proceso (como lo es el asesoramiento de un abogado) y los cuales, de acuerdo con el artículo 56º antes citado, deben ser asumidos por la emplazada, a modo de condena por su accionar lesivo.

6. Consecuentemente, este Colegiado estima que la decisión del ad quem contraviene el texto expreso del artículo 56º del Código Procesal Constitucional, aplicable al proceso de hábeas data conforme al artículo 65º del mismo cuerpo legal, que establece la obligatoriedad del órgano judicial de ordenar el pago de costos procesales ante el supuesto de declararse fundada la demanda constitucional, constituyendo uno (el pago de costos) consecuencia legal de lo otro (el carácter fundado de la demanda). Y es que tal dispositivo legal, por regular de manera expresa el pago de costos procesales a cargo del Estado en los procesos constitucionales, resulta aplicable al caso de autos pues no existe un vacío o defecto legal que permita la aplicación supletoria del Código Procesal Civil en cuanto a dicho pago.

7. Por tal motivo, este Colegiado considera que el recurso de agravio constitucional debe ser estimado, debiendo ordenarse a la Ofi cina de Normalización Previsional (Estado) el pago de los costos procesales a favor de don Higinio Pajita Guadalupe.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

Declarar FUNDADO el recurso de agravio constitucional presentado; en consecuencia ORDENA a la Ofi cina de Normalización Previsional que pague los costos procesales a favor de Higinio Pajita Guadalupe, cuya liquidación se hará en ejecución de sentencia.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

W-1061051-17

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 04516-2012-PA/TCLIMATEODORO MEZA ARMAS

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 7 días del mes de marzo de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia

.ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Teodoro Meza Armas, contra la resolución de fojas 76, su fecha 28 de junio de 2012, expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

El recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP) con el objeto de que se declare sin efecto la Resolución 28800-2008-ONP/DC/DL 19990, de fecha 14 de abril de 2008, que declara infundado el recurso de reconsideración interpuesto contra la Resolución 24253-2004-ONP/DC/DL 19990, de fecha 6 de abril de 2004, que le deniega la pensión de jubilación minera solicitada; y que, en consecuencia, se emita la resolución correspondiente otorgándole pensión de jubilación proporcional minera conforme a la Ley 25009.

La emplazada contesta la demanda y solicita que se la declare improcedente debido a que el recurrente no cumple los requisitos para acceder a una pensión de jubilación proporcional minera conforme a lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 1 de la Ley 25009, al no haber acreditado, en su condición de trabajador de centro de producción minera, que estuvo expuesto a los riesgos de toxicidad que establece la ley.

El Noveno Juzgado Constitucional de Lima, con fecha 30 de setiembre del 2011, declara infundada la demanda, por considerar que el demandante prestó servicios en el cargo de mecánico soldador, conforme consta en el certifi cado de trabajo expedido por la Sociedad Minera Yauli Ltda. S.A., sin que exista prueba alguna de que su actividad laboral la haya realizado estando expuesto a riesgos de toxicidad, peligrosidad e insalubridad.

La Sala Superior competente revoca la apelada y, reformándola, declara improcedente la demanda por estimar que para determinar si el demandante puede acceder a la pensión solicitada, se requiere necesariamente de una actuación probatoria que deberá realizarse en la vía ordinaria competente.

FUNDAMENTOS

1. Delimitación del petitorio

El recurrente interpone demanda de amparo contra la ONP con el objeto de que se deje sin efecto la Resolución 28800-2008-ONP/DC/DL 19990, y que, en consecuencia se le otorgue pensión de jubilación proporcional minera conforme a la Ley 25009 y su reglamento aprobado Decreto Supremo 029-89-TR.

En el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA, publicada en el diario ofi cial El Peruano el 12 de julio de 2005, este Tribunal ha señalado que forma parte del contenido esencial directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión las disposiciones legales que establecen los requisitos para el goce de tal derecho, y que la titularidad del derecho invocado debe estar sufi cientemente acreditada para que sea posible emitir un pronunciamiento.

Fluye de autos que la pretensión del demandante está referida al acceso a una pensión de lo que se concluye que la misma se encuentra comprendida en el supuesto previsto en el fundamento 37.b) de la precitada sentencia, motivo por el cual corresponde un análisis de fondo.

2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución)

2.1. Argumentos del demandante

Manifi esta que pese a que la ONP ha reconocido que ha trabajado durante 19 años y 5 meses en un centro de producción minero metalúrgico y siderúrgico, y que consta en el certifi cado de trabajo de fecha 22 de setiembre de 1986, que ha laborado como obrero minero metalúrgico, en el cargo de mecánico soldador de la estructura metálica de la planta concentradora de la mina Morococha de la Sociedad Minera Yauli Ltda. S.A., desde el 14 de

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48502 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

marzo de 1966 hasta el 20 de setiembre de 1986, la emplazada vulnera su derecho constitucional a la pensión, al denegarle la pensión de jubilación minera solicitada, argumentando que no acredita haber desempeñado sus labores expuesto a riesgos de toxicidad, peligrosidad e insalubridad.

2.2. Argumentos de la demandada

Sostiene que al actor se le ha denegado la pensión de jubilación minera solicitada, debido a que no ha acreditado que durante la realización de sus labores estuvo expuesto a los riesgos de toxicidad que establece la ley.

2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

2.3.1. Los artículos 1 y 2 de la Ley 25009 de preceptúan que los trabajadores que laboren en centros de producción minera, metalúrgicos y siderúrgicos tienen derecho a percibir pensión de jubilación entre los 50 hasta los 55 años de edad, siempre que en la realización de sus labores estén expuestos a riesgos de toxicidad, peligrosidad e insalubridad y acrediten 30 años de aportaciones, de los cuales 15 años deben corresponder a trabajo efectivo prestado en dicha modalidad.

2.3.2. Asimismo el artículo 3 de la precitada ley establece que “en aquellos casos que no se cuente con el número de aportaciones referido en el artículo 2 (para el caso, de 30 años), el IPSS abona la pensión proporcional en base a los años de aportación establecidos en la presente ley, que en ningún caso será menor de 10 años”. En concordancia con ello, el artículo 15 del Reglamento de la Ley 25009, Decreto Supremo 029-89-TR, señala que los trabajadores a que se refi ere el artículo 1 de la ley, que cuenten con un mínimo de diez (10) o quince (15) años de aportaciones, pero menos de 20, 25 y 30 años, según se trate de trabajadores de minas subterráneas o a tajo abierto o de trabajadores de centros de producción minera, tienen derecho a percibir una pensión proporcional a razón de tantas avas partes como años de aportaciones acrediten en su respectiva modalidad de trabajo.

2.3.3. Cabe precisar que el artículo 1 del Decreto Ley 25967, vigente desde el 19 de diciembre de 1992, establece que para obtener una pensión de jubilación, en cualquiera de los distintos regímenes pensionarios, se debe acreditar haber efectuado aportaciones por un período no menor de 20 años, no pudiéndose otorgar la pensión proporcional por un periodo de aportaciones inferior a 20 años.

2.3.4. De la Resolución 28800-2008-ONP/DC/DL 19990, de fecha 14 de abril de 2008 (f. 2 a 4), y del cuadro de resumen de aportaciones (f. 5), se advierte que el actor cesó en sus actividades laborales el 20 de setiembre de 1986 y que la ONP le ha reconocido 20 años y 10 meses de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones, habiéndole denegado su pensión de jubilación proporcional minera al no haberse podido determinar que laboró expuesto a los riesgos de toxicidad, peligrosidad e insalubridad.

2.3.5. Al respecto, obra en autos el certifi cado de trabajo (f. 6), expedido por la Sociedad Minera Yauli Ltda. S.A., en el que se consigna que el accionante laboró desde el 14 de marzo de 1966 hasta el 20 de setiembre de 1986 en la planta concentradora de la mina Morococha, desempeñándose como mecánico soldador. Sobre el particular, corresponde mencionar que el actor no ha probado la exposición a riesgos de conformidad con lo previsto en la Ley 25009, por lo que correspondería desestimar la demanda.

2.3.6. No obstante este Tribunal considera que en atención al derecho fundamental en debate y a efectos de evitar un perjuicio innecesario a la parte demandante, procede la aplicación del principio iura novit curia, consagrado en el artículo VIII del Código Procesal Constitucional. En consecuencia, en el presente caso la confi guración legal del derecho a la pensión deberá ser analizada según las normas que regulan la pensión del régimen general de jubilación establecido en del Decreto Ley 19990 y sus modifi catorias.

2.3.7. De conformidad con el artículo 38 del Decreto Ley 19990, modifi cado por el artículo 9 de la Ley 26504, y el artículo 1 del Decreto Ley 25967, para obtener una pensión bajo el régimen general de jubilación se requiere tener 65 años de edad y acreditar, por lo menos, 20 años de aportaciones.

2.3.8. De la copia del documento nacional de identidad (f. 7), consta que el actor nació el 28 de setiembre de 1946; por lo tanto, cumplió la edad requerida para gozar de una pensión arreglada al régimen general de jubilación del Decreto Ley 19990, el 28 de setiembre de 2011.

2.3.9. Por consiguiente, conforme a lo indicado en los fundamentos 2.3.4. y 2.3.8. supra, toda vez que el actor acredita 20 años y 10 meses de aportaciones y más de 65 años de edad en la actualidad, le corresponde percibir una pensión de jubilación bajo el régimen general establecido por el Decreto Ley 19990.

2.3.10. En cuanto a la fecha de inicio del pago de la pensión de jubilación del demandante, cabe precisar que dicha pensión debe ser abonada a partir del 28 de setiembre de 2011, debido a que en dicha fecha se produjo la contingencia.

2.3.11. Respecto al pago de intereses legales, este Tribunal, en la STC 05430-2006-PA/TC ha precisado que el pago de los intereses legales debe ser efectuado de acuerdo con la tasa estipulada en el artículo 1246 del Código Civil.

2.3.12. Por último, si bien correspondería, de conformidad con el artículo 56 del Código Procesal Constitucional, ordenar que dicha entidad asuma los costos procesales, de autos se desprende un supuesto objetivo y razonable de exoneración, en aplicación de lo establecido por el artículo 412 del Código Procesal Civil, que regula

supletoriamente esta materia, que se materializa en el hecho de que la controversia constitucional ha sido resuelta aplicando el principio iura novit curia conforme al fundamento 2.3.6., lo que ha conllevado una nueva delimitación de la pretensión demandada.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

1. Declara FUNDADA la demanda.2. Ordena que la entidad demandada cumpla con otorgar la

pensión de jubilación según el régimen general del Decreto Ley 19990 que corresponde al demandante, conforme a los fundamentos de la presente sentencia, con el abono de las pensiones generadas a que hubiere lugar y los intereses legales correspondientes.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLICALLE HAYEN

W-1061051-18

PROCESO DE HÁBEAS DATAEXP. Nº 03154-2012-PHD/TCLIMAVÍCTOR RAÚL BAZÁN CHACÓN

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 24 días del mes de octubre de 2012, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli y Beaumont Callirgos, pronuncia la siguiente sentencia, con el fundamento de voto del magistrado Urviola Hani, que se agrega.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Víctor Raúl Bazán Chacón contra la resolución de fecha 24 de mayo de 2012, de fojas 62, expedida por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima que, confi rmando la apelada, exoneró a la emplazada del pago de costos procesales.

ANTECEDENTES

Con fecha 21 de setiembre de 2011 el recurrente interpone demanda de hábeas data contra la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), solicitando copias debidamente fedateadas de su Expediente Administrativo Nº 111011208809 DL 19990, con expresa condena de pago de costos procesales. Sostiene que la emplazada ha omitido la entrega de la documentación solicitada.

La emplazada se allana.

El Primer Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima, mediante sentencia de fecha 30 de noviembre de 2011, declara fundada la demanda de hábeas data, disponiendo que la entidad demandada entregue la documentación solicitada. En relación a los costos procesales, indica que la emplazada se encuentra eximida de los mismos conforme a lo establecido en el artículo 413º del Código Procesal Civil.

Con fecha 24 de mayo de 2012, la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima confi rma el extremo impugnado por la misma razón.

Con fecha 8 de junio de 2012, el recurrente interpone recurso de agravio constitucional contra la sentencia de segundo grado, argumentando que, conforme a lo previsto en el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, la entidad emplazada debe ser condenada al pago de costos procesales, no siendo de aplicación lo estipulado en el último párrafo del artículo 413º del Código Procesal Civil dado que lo concerniente a los costos procesales se encuentra expresamente regulado en el Código Procesal Constitucional.

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio

1. Es objeto de revisión, a través del recurso de agravio constitucional, el extremo de la decisión de segunda instancia emitida en el proceso de hábeas data por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima que, eximió del pago de costos procesales a la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), a pesar de que se declaró fundada la demanda.

Estimatoria de hábeas data y pago de costos procesales a cargo del Estado

2. El artículo 56º del Código Procesal Constitucional establece que “si la sentencia declara fundada la demanda, se impondrán las

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48503

costas y costos que el Juez establezca a la autoridad, funcionario o persona demandada (…) En los procesos constitucionales el Estado sólo puede ser condenado al pago de costos”.

3. Absolviendo el recurso de agravio constitucional relacionado con el extremo de la sentencia cuestionada que, pese a estimar la demanda, exoneró del pago de costos procesales a la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), este Colegiado aprecia que la Sala Civil ha resuelto contraviniendo el texto expreso del artículo 56º del Código Procesal Constitucional, aplicable al proceso de hábeas data, que establece la obligatoriedad del órgano judicial de ordenar el pago de costos procesales ante el supuesto de declararse fundada la demanda constitucional, constituyendo uno (el pago de costos) consecuencia legal de lo otro (el carácter fundado de la demanda). Y es que tal dispositivo legal, por regular de manera expresa el pago de costos procesales a cargo del Estado (“Principio de Ley Especial prima sobre la Ley General”) resulta aplicable al caso de autos, en contraposición a lo que señale al respecto el Código Procesal Civil.

4. Por tal motivo, este Colegiado considera que el recurso de agravio constitucional debe ser estimado, debiendo ordenarse a la ONP (Estado) el pago de los costos procesales.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

Declarar FUNDADO el recurso de agravio constitucional presentado; en consecuencia ORDENA a la ONP efectuar el pago de costos procesales a favor de don Víctor Raúl Bazán Chacón, cuya liquidación se hará en ejecución de sentencia.

Publíquese y notifíquese.

SS.

URVIOLA HANIVERGARA GOTELLIBEAUMONT CALLIRGOS

FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADOURVIOLA HANI

Si bien estoy de acuerdo tanto con la parte resolutiva como con la parte considerativa de la ponencia recaída en autos, quisiera realizar las siguientes precisiones adicionales:

1. En la ponencia recaída en autos se estima la pretensión del demandante referida a la condena al pago de los costos procesales contra la emplazada, Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), en atención a la aplicación del artículo 56º del Código Procesal Constitucional, considerando que en virtud de dicho dispositivo debe entenderse que en aquellos casos en los cuales se declara fundada una demanda en el marco de un proceso constitucional constituye una consecuencia legal de dicha decisión el que la parte demandada sea condenada al pago de los costos del proceso. En ese sentido, no habría lugar a la aplicación supletoria del artículo 413º del Código Procesal Civil, en consideración del artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, en la medida en que nos encontramos ante un supuesto expresamente regulado por el artículo 56º del Código Procesal Constitucional.

2. Sin embargo, a pesar de que dicho argumento resulta correcto en términos generales, considero que la decisión del Tribunal en el presente caso se encuentran fundamentada también en razones que atañen a la conducta procesal de la parte emplazada y a la incidencia de dicha conducta en los derechos fundamentales del demandante, que otorgan aún mayor fortaleza argumentativa al fallo del presente caso que el argumento al que hecho alusión en el fundamento 1 supra. Dichas razones pueden ser resumidas, de un lado, en el reconocimiento del acto lesivo del derecho fundamental a la autodeterminación informativa del demandante por parte de la emplazada y, de otro lado, en los incentivos perversos de orden económico que pueden generarse con la excepción al pago de costos procesales como efecto del allanamiento de la demandada.

3. En efecto, el hecho de que la emplazada se haya allanado en los términos que expresa el último párrafo del artículo 413º del Código Procesal Civil no implica que no se haya vulnerado el derecho invocado por el demandante. Dicho allanamiento implica, por el contrario, un reconocimiento expreso de la conducta lesiva por parte de la entidad emplazada, la cual generó justamente la necesidad por parte del demandante de solicitar tutela judicial mediante el presente proceso constitucional, con los consecuentes costos que ello implica (tales como el asesoramiento de abogado), los cuales corresponden ser asumidos entonces por la emplazada a modo de condena por su accionar lesivo.

4. De otro lado, la decisión de exceptuar a la entidad emplazada de la condena al pago de costos en casos como el de autos en atención al allanamiento, en aplicación del artículo 413º del Código Procesal Civil, puede traer como consecuencia la generación de un desincentivo a la ONP para no atender oportunamente solicitudes de información como la planteada por el demandante. Dicho desincentivo consistiría en que, conociendo la ONP que la no atención de lo solicitado en el plazo oportuno daría lugar a un proceso judicial en su contra cuya conclusión puede lograr posteriormente sin costo alguno a través del allanamiento, esta ya no estaría interesada en atender prontamente tales solicitudes

por cuanto los procesos judiciales que podrían generarse a consecuencia de tal demora únicamente correrían por cuenta de los ciudadanos perjudicados, quienes, a la par que ven vulnerado su derecho constitucional a la autodeterminación informativa, se verían obligados a asumir también el costo procesal por dicha vulneración. A mayor abundamiento, cabe considerar inclusive que la interposición de sendas demandas de hábeas data originadas por este tipo de conducta por parte de la ONP podría dar lugar a un innecesario e injustifi cado incremento de la carga procesal de la jurisdicción constitucional, lo cual implicaría demorar la tramitación de aquellas causas que sí requieren de tutela urgente.

5. Por tales razones, considero que en casos como el presente la condena a la emplazada al pago de los costos procesales se encuentra plenamente justifi cada, en estricta aplicación del artículo 56º del Código Procesal Constitucional.

Sr.

URVIOLA HANI

W-1061051-19

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 04308-2011-PA/TCLIMAJUSTO VÁSQUEZ HUARANGA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 22 días del mes de marzo de 2013, la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Álvarez Miranda, Beaumont Callirgos y Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Justo Vásquez Huaranga contra la resolución de la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 207, su fecha 23 de junio de 2011, que declara infundada la demanda.

ANTECEDENTES

El recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), solicitando que se declare inaplicable la Resolución 48036-2007-ONP/DC/DL 19990, que le deniega la pensión de jubilación minera; y que en consecuencia, se expida una nueva resolución otorgándole pensión minera al amparo de lo dispuesto por el Decreto Supremo 001-74-TR, establecido para los trabajadores de minas subterráneas, más el abono de pensiones devengadas e intereses legales.

La emplazada contesta la demanda alegando que el actor no cumple los requisitos para tener derecho a una pensión de jubilación minera establecidos en el artículo 2 de la Ley 25009, pues sólo ha acreditado 6 años y 7 meses de aportaciones.

El Octavo Juzgado Constitucional de Lima, con fecha 29 de octubre de 2010, declara fundada la demanda, por estimar que el actor reúne los requisitos para acceder a la pensión de jubilación minera.

La Sala Superior competente revoca la apelada y la declara infundada por considerar que el actor no reúne los requisitos para acceder a una pensión minera.

FUNDAMENTOS

Procedencia de la demanda

1. En el fundamento 37 de la STC 1417-2005-PA/TC publicada en el diario ofi cial El Peruano el 12 de julio de 2005, este Tribunal ha señalado que forman parte del contenido esencial directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión las disposiciones legales que establecen los requisitos para su disfrute, y que la titularidad del derecho invocado debe estar sufi cientemente acreditada para que sea posible emitir pronunciamiento.

Delimitación del petitorio

2. En el presente caso, el demandante solicita pensión minera conforme a lo dispuesto por el Decreto Supremo 001-74-TR, con el abono de devengados e intereses. En consecuencia, su pretensión está comprendida en el supuesto previsto en el fundamento 37. b de la citada sentencia, motivo por el cual corresponde analizar el fondo de la cuestión controvertida.

3. Antes de dilucidar la controversia, conviene analizar las normas que han regulado la pensión de jubilación minera de los trabajadores que realizan actividades en minas subterráneas, pues las modifi caciones de los requisitos exigidos para el acceso a la prestación han hecho surgir situaciones especiales respecto a su aplicación en el tiempo.

El Decreto Supremo 001-74-TR

4. El Decreto Supremo 001-74-TR, del 26 de febrero de 1974, establece en artículo 1: “los trabajadores de las minas metálicas subterráneas tendrán derecho a obtener su pensión de jubilación

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48504 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

de acuerdo a la siguiente escala: a los 55 años de edad, los que hayan trabajado en esas condiciones cinco años o más [...]”. En consecuencia, al crearse esta modalidad de jubilación adelantada, los requisitos quedaron establecidos en 55 años de edad y 15 años de aportaciones conforme al artículo 38 del Decreto Ley 19990, de los cuales, por lo menos 5 años, deberán corresponder a labores en minas subterráneas.

La Ley 25009

5. Posterior al Decreto Supremo 001-74-TR, se dicta la Ley 25009, de Jubilación Minera, vigente desde el 26 de enero de 1989, con el objeto de brindar una protección integral a los trabajadores mineros que concluyan sus actividades laborales, dado que regula la jubilación para quienes realicen labores directamente extractivas en minas subterráneas o en minas a tajo abierto, en centros de producción y para quienes adolezcan de enfermedad profesional derivada de la actividad minera.

6. Respecto de los trabajadores que realicen actividades directamente extractivas en minas subterránea, se establece en los artículos 1 y 2 de la Ley 25009 que “Los trabajadores que laboren en minas subterráneas tienen derecho a percibir una pensión de jubilación completa a los 45 años de edad, siempre que cuenten con veinte años de aportaciones, de los cuales diez años deben corresponder a labores en minas subterráneas”.

7. Se advierte, entonces, que la nueva norma reduce en 10 años la edad de jubilación anteriormente exigida, pero eleva de 15 a 20 los años de aportaciones y de 5 a 10 el periodo de labores en la modalidad de trabajo.

8. Por lo tanto, se debe tener presente en este análisis que la aplicación de la Ley 25009 es inmediata desde el 26 de enero de 1989, y que mediante la Resolución Jefatural 123-2001-JEFATURA-ONP, del 22 de junio de 2001, se aclaró la interpretación del artículo 80 del Decreto Ley 19990, señalándose que “Para efectos del proceso de pensionamiento en el Sistema Nacional de Pensiones deberá entenderse por “contingencia”, la fecha en que el asegurado adquiere el derecho a la prestación económica. Para tales efectos deberá tenerse presente lo siguiente: (…) b) Cuando el asegurado cese en el trabajo antes de haber cumplido con el requisito de edad establecido por Ley para alcanzar el derecho a la pensión de jubilación, la “contingencia” se producirá cuando éste cumpla con tal requisito, sin necesidad que dicho cumplimiento se dé concurrentemente con el requisito de años de aportación y que esto deba producirse antes de la fecha de cese”.

9. Consiguientemente, para la califi cación de las pensiones de jubilación de los trabajadores que realizan labores directamente extractivas en minas subterráneas, se pueden presentar las siguientes supuestos:

9.1. Aplicación del Decreto Supremo 001-74-TR porque todos los requisitos se cumplen antes del 26 de enero de 1989. Ello supone haber cumplido 55 años de edad antes de la fecha en referencia y haber efectuado un mínimo de 15 años de aportaciones de los cuales 5 años correspondan a labores en la modalidad.

9.2. Aplicación de las reglas establecidas en la Ley 25009, dado que todos los requisitos se cumplen a partir del 26 de enero de 1989. Ello supone haber cumplido 45 años de edad a partir de la fecha en referencia y haber efectuado un mínimo de 20 años de aportaciones, de los cuales 10 años correspondan a labores en la modalidad de trabajo. Ello, sin importar si el cese laboral se produjo durante la vigencia de la anterior legislación, dado que la contingencia se produce en la fecha en que se reúnen todos los requisitos para acceder a la pensión.

9.3. Cese de labores durante la vigencia del Decreto Supremo 001-74-TR, luego de haber cumplido el tiempo mínimo de aportaciones y de labores en la modalidad, pero antes de cumplir los 55 años de edad exigidos por dicha norma para jubilarse. En este supuesto, el asegurado debe esperar cumplir los 55 años para solicitar la pensión; sin embargo, antes de alcanzarla, se dicta la Ley 25009 que, como ya se ha manifestado, reduce a 45 años la edad requerida para acceder a la pensión. Siendo así, de reunir los requisitos exigidos por la nueva norma, la contingencia quedará establecida en la fecha de vigencia de la Ley, es decir, el 26 de enero de 1989.

Esta posición se fundamenta en la aplicación inmediata de la Ley con base en la teoría de los hechos cumplidos establecida por el artículo 103 de nuestra Constitución, la cual se sustenta en el carácter innovador de las normas a partir del hecho de que las leyes posteriores deben suponerse mejores que las anteriores, y a la consiguiente prohibición de aplicar ultraactivamente las leyes, máxime si ello importa un perjuicio para el asegurado.

Análisis de la controversia

10. En el presente caso, se evidencia que lo expuesto en el fundamento 9.3 supra resulta aplicable toda vez que el actor cesó en sus actividades laborales el 7 de febrero de 1971, tal como se aprecia de la resolución cuestionada (f. 3), y nació el 28 de febrero de 1935, conforme se registra en la copia simple del Documento Nacional de Identidad (f. 2); por lo tanto, a la fecha de vigencia de la Ley 25009, contaba 50 años de edad.

11. Los artículos 1 y 2 de la Ley 25009, de jubilación minera, preceptúan que la edad de jubilación de los trabajadores mineros será a los 45 años de edad, cuando laboren en minas subterráneas, siempre que hayan acreditado 20 años de aportaciones, de los cuales 10 años deberán corresponder a trabajo efectivo prestado en dicha modalidad.

12. Asimismo, el artículo 3 de la precitada ley establece que “en aquellos casos en que no se cuente con el número de aportaciones referido en el artículo 2 (para el caso, de 20 años), el IPSS abona la pensión proporcional en base a los años de aportación establecidos en la presente ley, que en ningún caso será menor de 10 años”. En concordancia con ello, el artículo 15 del reglamento de la Ley 25009, Decreto Supremo 029-89-TR, señala para la modalidad de mina subterránea que los trabajadores a que se refi ere el artículo 1 de la ley, que cuenten con un mínimo de diez (10) años de aportes pero menos de 20 años, tienen derecho a percibir una pensión proporcional a razón de tantas avas partes como años de aportaciones acrediten.

13. De la resolución cuestionada (f. 3) y del cuadro resumen de aportaciones (f. 109), se constata que la entidad previsional le reconoce 6 años y 7 meses de aportes (de los que 2 años, 6 meses y 7 días de aportes corresponden al periodo de 1968 a 1971).

14. Este Tribunal Constitucional en el fundamento 26.f de la STC 04762-2007-PA/TC ha señalado los supuestos en los que se está frente a una demanda manifi estamente infundada precisando que se confi gurará tal situación cuando de la valoración conjunta de los medios probatorios aportados se llegue a la convicción de que no se acredita el mínimo de años de aportaciones para acceder a una pensión de jubilación.

15. De la revisión del certifi cado de trabajo en copia legalizada (f. 4) emitido por la Sociedad Minera El Brocal S.A.A., que señala que el actor trabajó en los periodos comprendidos del 3 de febrero al 22 de abril de 1955, del 4 de agosto de 1955 al 29 de abril de 1956 y del 4 de octubre de 1957 al 15 de abril de 1962, con los que se podría acreditar un máximo de 5 años, 5 meses y 6 días de aportes, a los que podrían sumarse los 2 años, 6 meses y 7 días de aportes reconocidos por la ONP; se desprende que el actor no reuniría el requisito de aportes para acceder a una pensión de jubilación minera proporcional. En consecuencia, este Colegiado desestima la demanda por ser manifi estamente infundada.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda, porque no se ha acreditado la vulneración del derecho a la pensión del demandante.

SS.

ÁLVAREZ MIRANDABEAUMONT CALLIRGOSCALLE HAYEN

W-1061051-20

PROCESO DE HÁBEAS DATAEXP. Nº 00181-2013-PHD/TCLIMAPRIMITIVO LAUREANO ZEVALLOS

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 21 días del mes de marzo de 2013 la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados Vergara Gotelli, Calle Hayen y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia, con el fundamento de voto del magistrado Álvarez Miranda, que se agrega

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Primitivo Laureano Zevallos contra la resolución de fojas 45, su fecha 27 de setiembre de 2012, expedida por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que declaró improcedente el pago de costos procesales de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 1 de setiembre de 2011, el recurrente interpone demanda de hábeas data contra la Ofi cina de Normalización Previsional solicitando la entrega de copias certifi cadas o fedateadas del expediente administrativo Nº 016-00014694 DL 19990, más el pago de costas y costos. Manifi esta que mediante solicitud de fecha 26 de julio de 2011, solicitó a la emplazada la entrega de la documentación antes mencionada, sin que haya obtenido respuesta alguna.

Con fecha 28 de octubre de 2011, la entidad emplazada se allana a la demanda.

El Cuarto Juzgado Constitucional de Lima, con fecha 29 de diciembre de 2011, declaró fundada la demanda por estimar que la emplazada lesionó el derecho de acceso a la información pública del demandante por haber negado el acceso a la documentación solicitada y exoneró a la emplazada del pago de costos en aplicación del artículo 413º del Código Procesal Civil.

La Sala revisora confi rmó la apelada por estimar que la entidad emplazada se allanó a la demanda, resultando de aplicación el artículo 413º del Código Procesal Civil y el tercer párrafo del artículo 56º del Código Procesal Constitucional.

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PROCESOS CONSTITUCIONALESEl PeruanoMiércoles 26 de marzo de 2014 48505

El recurrente interpone recurso de agravio constitucional solicitando el pago de costos invocando las SSTC N.os 2776-2011-PHD/TC y 10064-2005-PA/TC y la RTC Nº 971-2005-PA/TC, pues considera que el Estado solo se encuentra exonerado del pago de costas y que no le resulta aplicable el artículo 413º del Código Procesal Civil, pues en su caso solo corresponde la aplicación del artículo 56º del Código Procesal Constitucional, más aún cuando a la fecha de presentación de dicho recurso, la entidad emplazada no ha cumplido con entregar la copia de su expediente administrativo.

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio

1. Mediante el presente recurso de agravio constitucional, la recurrente solicita que se condene al pago de costos procesales a la entidad emplazada en atención a lo dispuesto por el artículo 56º del Código Procesal Constitucional.

Análisis de la controversia

2. En el presente caso, se aprecia que la demanda fue estimada por el a quo, al considerar que la denunciada afectación se había producido como consecuencia de la negativa de acceso a la información solicitada por parte de la entidad emplazada. Asimismo y valorando el allanamiento de la demandada, consideró pertinente exonerarla del pago de costos en aplicación supletoria del 413º del Código Procesal Civil (f. 28).

3. El recurrente posteriormente interpuso recurso de apelación contra el extremo referido al pago de costos manifestando que el artículo 413º del Código Procesal Civil no resulta aplicable a los procesos constitucionales, pues de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, el Estado sí puede ser condenado al pago de costos, más aún cuando de acuerdo con nuestro ordenamiento procesal, los costos son considerados como corolario del vencimiento y se imponen no como sanción sino como resarcimiento de los gastos provocados por el litigio.

El referido medio impugnatorio sería desestimado por el ad quem al considerar que:

DÉCIMO: Que, sin embargo, a pesar que la aplicación del precepto contenido en el artículo 413º del Código Procesal Civil, respecto a la exoneración del pago de costos por parte de las entidades del Estado, resulta impertinente al presente proceso constitucional, dada la existencia de un numeral específi co para la regulación del pago de costos, como es el mencionado artículo 56º del Código Procesal Constitucional, el que se encuentra obligado al pago de costos por haberse declarado fundada la demanda, no menos cierto es que, de autos se aprecia que, mediante escrito de fecha veintiocho de octubre de dos mil once, obrante de fojas diecinueve a veinte, la Ofi cina de Normalización Previsional se allanó a la demanda, lo cual fue aceptado por el A quo, mediante resolución número dos de fecha veintinueve de diciembre de dos mil once, obrante a fojas veintisiete, de la cual uno de sus extremos es materia del grado. En tal sentido, se aprecia que la norma adjetiva constitucional no ha regulado expresamente si corresponde la condena de pago por costos procesales en los casos que el demandado haya reconocido o allanado a la demanda, independientemente que sea el Estado o no el emplazado, por lo que resulta de aplicación lo prescrito en el tercer párrafo del artículo 413º del Código Procesal Civil, en forma supletoria al presente caso por excepción, de acuerdo a lo establecido en el tercer párrafo del artículo 56º del Código Procesal Constitucional (“En aquello que no esté expresamente establecido en la presente Ley, los costos se regulan por los artículos 410 al 419 del Código Procesal Civil”), motivo por el cual, deberá exonerarse a la Ofi cina de Normalización Previsional del pago de los costos procesales, debiendo confi rmar el extremo de la sentencia apelada (sic 48).

4. Teniendo en cuenta los argumentos de las instancias precedentes, este Tribunal considera importarte recordar que si bien resulta cierto que el Código Procesal Constitucional –que regula las reglas de tramitación de los procesos constitucionales– establece en el artículo IX de su Título Preliminar la posibilidad de la aplicación supletoria de los Códigos Procesales afi nes a la materia que se discute en un proceso constitucional, debe mencionarse que dicha aplicación supletoria se encuentra supeditada , entre otras cosas, a la existencia de un vacío o defecto legal del referido Código y al logro de los fi nes del proceso, situación que no se presentó en el caso del pago de los costos procesales cuando el Estado resulta ser el emplazado en este tipo de procesos, pues expresamente el artículo 56º dispone que:

Si la sentencia declara fundada la demanda, se impondrán las costas y costos que el Juez establezca a la autoridad, funcionario o persona demandada. Si el amparo fuere desestimado por el Juez, éste podrá condenar al demandante al pago de costas y costos cuando estime que incurrió en manifi esta temeridad.

En los procesos constitucionales el Estado solo puede ser condenado al pago de costos.

En aquello que no esté expresamente establecido en la presente Ley, los costos se regulan por los artículos 410 al 419 del Código Procesal Civil.

5. En consecuencia el hecho de que la emplazada se haya allanado en los términos que expresa el último párrafo del artículo

413º del Código Procesal Civil no implica que no se haya vulnerado el derecho invocado por el demandante; todo lo contrario, el allanamiento planteado implica un reconocimiento expreso de la existencia de la conducta lesiva por parte de la entidad emplazada, que ha permitido resolver prontamente la pretensión del accionante; sin embargo, ello no evitó la lesión del derecho invocado ni transformó en innecesaria su petición de tutela judicial efectiva respecto de dicho derecho. En efecto, resulta evidente que la conducta lesiva previa seguida por la emplazada generó en el demandante la necesidad de solicitar tutela judicial para acceder a la restitución de su derecho, lo que, en el presente caso, le generó costos para promover el presente proceso (p. ej. el asesoramiento de un abogado), los cuales de acuerdo con el artículo 56º antes citado, corresponden ser asumidos por la emplazada, a modo de condena por su actuación lesiva.

6. Consecuentemente, este Colegiado aprecia que la decisión del ad quem contraviene el texto expreso del artículo 56º del Código Procesal Constitucional, aplicable al proceso de hábeas data conforme lo dispone el artículo 65º del mismo cuerpo legal, que establece la obligatoriedad del órgano judicial de ordenar el pago de costos procesales ante el supuesto de declararse fundada la demanda constitucional, constituyendo uno (el pago de costos) consecuencia legal de lo otro (el carácter fundado de la demanda). Y es que tal dispositivo legal, por regular de manera expresa el pago de costos procesales a cargo del Estado en los procesos constitucionales, resulta aplicable al caso de autos pues no existe un vacío o defecto legal que permita la aplicación supletoria del Código Procesal Civil en cuanto a dicho pago.

7. Por lo expuesto este Colegiado considera que el recurso de agravio constitucional debe ser estimado, debiendo ordenarse a la ONP (Estado) el pago de los costos procesales.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

Declarar FUNDADO el recurso de agravio constitucional presentado; en consecuencia, ORDENA a la ONP el pago de costos procesales a favor de don Primitivo Laureano Zevallos, cuya liquidación se hará en ejecución de sentencia.

Publíquese y notifíquese.

SS.

VERGARA GOTELLICALLE HAYENÁLVAREZ MIRANDA

FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADOÁLVAREZ MIRANDA

Emito el presente fundamento de voto pues si bien estimo que la presente demanda debe ser declarada fundada, ello obedece a las siguientes razones.

1. Es objeto de revisión, a través del recurso de agravio constitucional, el extremo de la decisión de segunda instancia que eximió del pago de costos procesales a la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), a pesar de que se declaró fundada la demanda. Por ende, el asunto litigioso radica en determinar si la interpretación realizada por las instancias precedentes para eximir a la emplazada del pago de costos resulta constitucionalmente adecuado.

2. A juicio de este Colegiado, no puede soslayarse, bajo ningún punto de vista, que si bien el artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional permite la posibilidad de aplicar supletoriamente otros códigos procesales, ello se encuentra supeditado a la existencia de algún vacío en la regulación de determinada situación por parte del Código Procesal Constitucional y siempre que ello no desvirtúe la naturaleza de los procesos constitucionales.

3. Sin embargo, el artículo 56º del Código Procesal Constitucional establece expresamente que “si la sentencia declara fundada la demanda, se impondrán las costas y costos que el Juez establezca a la autoridad, funcionario o persona demandada” y que “en los procesos constitucionales el Estado sólo puede ser condenado al pago de costos”, por lo que no existe ningún vacío legal que cubrir.

4. Por ello, el extremo de la sentencia cuestionada que, pese a estimar la demanda, eximió del pago de costos procesales a la emplazada, contraviene el texto expreso del artículo 56º del mencionado código, que conforme ha sido expuesto, establece la obligatoriedad del órgano judicial de ordenar el pago de costos procesales ante el supuesto de declararse fundada la demanda constitucional, constituyendo uno (el pago de costos) consecuencia legal de lo otro (el carácter fundado de la demanda), incluso en los supuestos en que la emplazada se allane.

5. Y es que, en la medida que el Código Procesal Constitucional regula expresamente esta situación (“Principio de Ley Especial prima sobre la Ley General”), no resulta aplicable lo previsto en el artículo 413º del Código Procesal Civil, máxime si se tiene en cuenta que si el actor se vio obligado a recurrir a la justicia constitucional fue justamente por la desidia de la emplazada que, a fi n de cuentas, terminó conculcado el derecho a la autodeterminación informativa del recurrente.

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PROCESOS CONSTITUCIONALES48506 El Peruano

Miércoles 26 de marzo de 2014

6. Es más, la lógica del razonamiento esbozado por las instancias precedentes podría inclusive desincentivar a la ONP la contestación oportuna de este tipo de solicitudes, pues así no cumpla dentro de los plazos establecidos con entregar la documentación requerida (a pesar de que no existe ninguna razón para negar lo peticionado), su desidia e inefi ciencia sólo repercutiría negativamente en el demandante quien no sólo tendría que soportar el agravio manifi esto a su derecho fundamental a la autodeterminación informativa sino que también tendría incurrir en una serie de costos de carácter económico pues así el proceso de hábeas data no se encuentre sujeto a tasas judiciales ni requiera necesariamente de la fi rma de un letrado, acceder a la justicia constitucional importa la irrogación de gastos que si bien son en cierta forma aminorados al eximirse al litigante de tales requisitos (o al menos de la obligatoriedad de contar con el asesoramiento de un abogado), no puede negarse no sólo que existan sino que, en determinados supuestos, la carencia de recursos económicos de los agraviados les imposibilite revertir tales violaciones al citado derecho fundamental.

7. Así mismo, tampoco puede quedar inadvertido que lo resuelto tanto por el a quo como por el ad quem, no toma en cuenta que la presente demanda no es fruto de un hecho aislado sino que por el contrario, obedece a una práctica que debe ser desterrada no sólo porque implica la conculcación de los derechos fundamentales de quienes solicitan sus expedientes administrativos, sino porque la mayor parte de tales causas terminarán judicializándose en el fuero constitucional ralentizando la tramitación de otras que sí requieren de tutela urgente (externalidad negativa), a pesar de que no existe argumento jurídico válido que justifi que negar la entrega de tal información.

8. En tal sentido, la interpretación realizada por las instancias judiciales no resulta constitucionalmente adecuada, en especial, cuando ha de interpretársela desde el sentido que le irradia la Constitución y la propia lógica de los procesos constitucionales, que como ha sido desarrollado de manera reiterada por este Colegiado, no pueden ser comprendidos ni analizados exclusivamente desde las perspectivas desarrolladas por la teoría general del proceso, dadas las particularidades del derecho procesal constitucional.

9. Por consiguiente, la imposición de este tipo de medidas no sólo resulta arreglada a derecho conforme ha sido esgrimido infra sino que resulta necesaria para el funcionamiento de una jurisdicción constitucional que pueda salvaguardar efectivamente los derechos fundamentales de los particulares.

10. Por tal motivo, este Colegiado considera que el recurso de agravio constitucional debe ser estimado, debiendo ordenarse a la ONP el pago de los costos procesales.

Por tales consideraciones, mi VOTO es porque se declare FUNDADO el recurso de agravio constitucional presentado y por tanto FUNDADA la demanda en el extremo impugnado; en consecuencia ORDENA a la ONP el pago de costos procesales a favor de don Primitivo Laureano Zevallos, cuya liquidación se hará en ejecución de sentencia.

Sr.ÁLVAREZ MIRANDA

W-1061051-21

PROCESO DE AMPAROEXP. Nº 01161-2013-PA/TCHUAURAMARIA ROSALINDA URBANO DIONICIO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 17 días del mes de junio de 2013 la Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los señores magistrados, Vergara Gotelli, Calle Hayen y Álvarez Miranda pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña María Rosalinda Urbano Dionicio contra la resolución de fojas 105, su fecha 18 de enero de 2013, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Huaura, que declaró infundada la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 29 de diciembre de 2011, la recurrente interpone demanda de amparo contra la Ofi cina de Normalización Previsional (ONP), con el objeto de que se declaren inaplicables las Resoluciones 68445-2011-ONP/DPR.SC/DL 19990 y 102160-2011-ONP/DPR.SC/DL 19990, de 22 de julio y 8 de noviembre de 2011, respectivamente; y que, por consiguiente, se le otorgue pensión de jubilación adelantada de conformidad con el Decreto Ley 19990. Asimismo, solicita que se disponga el pago de los devengados, los intereses legales, costas y los costos del proceso.

La emplazada contesta la demanda manifestando que la demandante no ha presentado medio probatorio que acredite más años de aportaciones que los reconocidos.

El Segundo Juzgado Civil de Barranca, con fecha 15 de agosto de 2012, declara infundada la demanda por considerar que la demandante no ha cumplido con acreditar un periodo de aportes mayor que el reconocido administrativamente.

La Sala Superior competente confi rma la apelada, por similar fundamento.

FUNDAMENTOS

1. Delimitación del petitorio

En el presente caso, el demandante pretende que se le otorgue pensión de jubilación adelantada conforme al Decreto Ley 19990.

En la STC 1417-2005-PA/TC, publicada en el diario ofi cial El Peruano el 12 de julio de 2005, este Tribunal ha señalado que forman parte del contenido esencial directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión las disposiciones legales que establecen los requisitos para el disfrute de tal derecho y que la titularidad del derecho invocado debe estar sufi cientemente acreditada para que sea posible emitir pronunciamiento.

La pretensión del actor está comprendida en el supuesto previsto en el fundamento 37.b) de la citada sentencia, por lo que corresponde analizar el fondo de la cuestión controvertida.

2. Sobre la afectación del derecho a la pensión (artículo 11 de la Constitución)

2.1. Argumentos de la demandante

Manifi esta que reunió los requisitos para acceder a una pensión de jubilación adelantada conforme al Decreto Ley 19990.

2.2. Argumentos de la demandada

Señala que la actora no tiene derecho a percibir una pensión de jubilación adelantada al amparo del Decreto Ley 19990, toda vez que en los informes de verifi cación de los medios probatorios aportados se determinó que no acredita un total de 25 años completos de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones.

2.3. Consideraciones del Tribunal Constitucional

2.3.1. El artículo 44 del Decreto Ley 19990 establece que los trabajadores que tengan cuando menos 55 o 50 años de edad y 30 o 25 años de aportaciones, según sean hombres y mujeres, respectivamente, tienen derecho a pensión de jubilación.

2.3.2. De la copia del documento nacional de identidad (f. 2), se advierte que la demandante nació el 23 de abril de 1950; por lo tanto, cumplió la edad requerida para acceder a la pensión solicitada el 23 de abril de 2000.

2.3.3. De las resoluciones cuestionadas (f. 4 y 7) y del Cuadro Resumen de Aportaciones (f. 8), se desprende que la ONP reconoce a la demandante 23 años y 10 meses de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones.

2.3.4. Este Tribunal, en el fundamento 26.f) de la STC 4762-2007-PA/TC, ha precisado que para acreditar períodos de aportaciones no resulta exigible que los jueces soliciten el expediente administrativo de otorgamiento de pensión o copia fedateada de éste cuando se está ante una demanda manifi estamente infundada. A estos efectos se considera una demanda manifi estamente infundada aquella en la que se advierta que el demandante solicita el reconocimiento de años de aportaciones y no ha cumplido con presentar prueba alguna que sustente su pretensión; cuando de la valoración conjunta de los medios probatorios aportados se llega a la convicción de que no acreditan el mínimo de años de aportaciones para acceder a una pensión de jubilación, o cuando se presentan certifi cados de trabajo que no han sido expedidos por los exempleadores sino por terceras personas.

2.3.5. La demandante, a fi n de acreditar sus aportaciones al régimen del Decreto Ley 19990, ha presentado el certifi cado de pago regular del mes de diciembre de 1998 (f. 11) que corresponde al periodo que ya está reconocido; y la declaración jurada de fojas 13, que constituye una declaración unilateral que no acredita aportes por sí sola.

2.3.6. Por consiguiente, corresponde seguir el criterio previsto en el fundamento 26.f de la STC 4762-2007-PA/TC, según el cual se está ante una demanda manifi estamente infundada cuando: “(...) de la valoración conjunta de los medios probatorios aportados se llega a la convicción de que no acreditan el mínimo de años de aportaciones para acceder a una pensión de jubilación; o cuando se presentan certifi cados de trabajo que no han sido expedidos por los ex empleadores sino por terceras personas (...)”.

2.3.7. En consecuencia, no habiéndose acreditado la vulneración del derecho a la pensión invocado por el recurrente, la demanda debe desestimarse.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confi ere la Constitución Política del Perú,

HA RESUELTODeclarar INFUNDADA la demanda porque no se ha acreditado

la vulneración del derecho a la pensión.

Publíquese y notifíquese.

SS.

VERGARA GOTELLICALLE HAYENÁLVAREZ MIRANDA

W-1061051-22