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HISTORIA DEL DERECHOANTOLOGA

NDICEPresentacin Unidad I Derecho e Historia Unidad II La Prehistoria Unidad III La Antigedad Unidad IV El Derecho Medieval Unidad V La Edad Moderna Unidad VI La Edad Contempornea Unidad VII Historia del derecho en Amrica Latina

PRESENTACIN

El derecho no surgi por generacin espontnea; dicha disciplina, al igual que toda creacin humana, y el hombre mismo, es resultado de un proceso evolutivo. El derecho es un PRODUCTO SOCIAL. Si el derecho fuera nicamente un conjunto de normas, no tendra ningn sentido pasar 3,4 o 5 aos segn sea el caso estudindolo en una escuela o facultad universitaria; bastara con comprar los cdigos, (los cuales

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si son conjuntos de normas) memorizarlos y ejercer. As, el derecho entendido como conjunto de normas es mera tcnica: las normas no definen ni agotan el derecho; son solo una manifestacin de este. El derecho es una CIENCIA. Cuando se define al derecho como producto social y como ciencia, estamos entendiendo a esta disciplina en toda su dimensin: como creacin humana. En cambio, cuando se le define como conjunto de normas se trata de una definicin didctica que se le da al estudiante con la finalidad de facilitar el aprendizaje de nuestra disciplina. Y sin embargo, dicha definicin se repite y se propala como frase sacramental y con una solemnidad francamente conmovedora. El derecho es CULTURA. Esta ltima se define como todo lo creado por el hombre. Por tanto, el derecho como ciencia y como conjunto de normas en que se manifiesta dicha disciplina cientfica es un producto cultural, social. Y si el derecho es un producto social, entonces aquel surge cuando aparece la sociedad; de ah la mxima que enuncia: ubi societas, ubi Ius (donde hay sociedad, hay derecho). Entonces, el derecho solo pudo surgir all donde aparecieron grupos de hombres socialmente organizados; un ermitao, anacoreta o Robinsn Crusor no requiere de normas jurdicas para regir su conducta. Las normas jurdicas fueron establecidas cuando surgi el conflicto social (la guerra de todos contra todos, dira Hobbes). En efecto, la unin de diversos hombres para la satisfaccin mutua de sus necesidades provoco la creacin de normas, instituciones, rganos y poderes para frenar el conflicto social originado por la utilizacin de diversos medios (generalmente de tipo violento) para satisfacer sus necesidades. As, para satisfacer la necesidad habitacin, el hombre puede utilizar diversos medios, unos pacficos y legales (compraventa, arrendamiento, etc.) y otros violentos o ilegales (robo, despojo, homicidio, etc.). Considero que fueron estos ltimos los que dieron origen al conflicto social y que condujeron al hombre que crear normas, otro factor es la naturaleza egosta y ambiciosa del hombre, (este, es malo por naturaleza). Pero fue, sin lugar a dudas, el surgimiento de la propiedad privada el acontecimiento histrico decisivo para la elaboracin de normas jurdicas. Y no es otro el sealamiento del marxismo cuando establece que el Estado y el derecho surgen cuando aparece la propiedad privada y la consecuente lucha de clases, y que ambos elementos Estado y Derecho son instrumentos de dominacin de una clase social sobre las dems. En esos trminos, el derecho y el aparato estatal son creados para proteger la propiedad privada. Entonces, las normas jurdicas y la ciencia que la estudia la ciencia jurdica o ciencia del Derecho tienen una historia. As, el derecho es tan antiguo como las primeras sociedades humanas. Desafortunadamente, la mayor parte de los autores de libros de derecho empiezan sus obras defiendo que es el derecho, y muy pocos se preocupan por elaborar un esbozo mnimo de la historia del derecho. Pero la omisin no termina all: pocas instituciones de educacin superior en las que se imparte la licenciatura en derecho contemplan en su currculo de materias la historia del derecho. Se imparten Derecho Romano, sistemas jurdicos contemporneos, Derecho constitucional, Historia del Derecho

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Mexicano y Derecho Cannico, pero estas materias no agotan la historia del derecho; nicamente ofrecen aspectos aislados o particulares sobre el origen y devenir del Derecho. Esta antologa ha sido elaborada para, de alguna forma, subsanar la primera de las omisiones, pues, para nuestra fortuna, la segunda no existe en nuestra Institucin, pues el programa de estudios del, Liceo si contempla la imparticion de Historia del Derecho. Debo decir la elaboracin de esta antologa ha tenido algunas limitaciones: la existencia de libro sobre la materia, lo cual nos oblig a recurrir a algunas enciclopedias para completarla. Debo tambin advertir que el presente trabajo no contiene ningn esfuerzo analtico o de investigacin, sino que su finalidad es meramente didctica y de recopilacin sin embargo, existe la pretensin de que este material represente un valioso apoyo para los estudiantes de la multicitada materia, ya que su contenido cubre en gran medida todos los puntos del temario de Historia del Derecho. Sin embargo, tendr que complementarse con lecturas y actividades adicionales. Y, en ltima instancia, la investigacin y el anlisis sern responsabilidad exclusiva de profesores y alumnos al interior de las aulas. Si este material cumple su cometido, estaremos satisfechos. Y en caso contrario, tambin lo estaremos, pues ello nos obligara a su constante revisin, actualizacin y perfeccionamiento.

OBJETIVO GENERAL DE LA ASIGNATURA:

Al concluir el curso el alumno tendr la capacidad para conocer, describir, analizar, comprender e interpretar el origen y desarrollo del derecho, as como la proyeccin del mismo; conocer y analizara las distintas formas de ordenacin jurdica en los diversos periodos de la evolucin social y describir los sistemas jurdicos de las sociedades precolombinas y las principales disposiciones e instituciones jurdicas de la colonia.

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CAPTULO I

DERECHO E HISTORIATomado de La Tradicin Jurdica del Occidente, JAVIER DE CERVANTES, UNAM, Mxico, 1978, pp. 6-32.

No es fcil precisar en forma categrica a qu tiempo y a qu lugar debe darse la preferencia para iniciar un estudio histrico de carcter tan amplio y tan general como es el que nos ocupa. Cuando en el campo de la historia unos pueblos se encuentran en estado de organizacin avanzada y aun en pleno periodo de apogeo, otros se hallan envueltos por completa oscuridad iniciando un lento desarrollo en pocas que por, lo remotas y poco conocidas son llamadas prehistricas. Unos pueblos conocen y relatan su historia desde la mayor antigedad como acontece con algunos de extremo oriente u otros que ocuparon las regiones baadas por el Tigris y el Eufrates, o que ocupan las costas orientales del Mediterrneo, como el pueblo judo hace remontar su historia segn los datos histricos que sus libros nos suministran, hasta la creaci6n del mundo. Parecera que en ellos debamos iniciar nuestro estudio y en efecto, como dice Henry Maine es la Biblia la que nos suministra los primeros datos acerca de la organizacin familiar como fundamento y base de las nacionalidades: las familias de Jacob y de Esa -dice el citado autor- constituyeron dos naciones al separarse. Sin embargo, dada la imposibilidad de ir recorriendo toda la historia de la humanidad para descubrir en ella los fenmenos de carcter jurdico las instituciones y las leyes en manera compendiada y concisa, habr que concretarse al estudio del derecho en aquellos pueblos que mayor influencia han tenido a travs de toda la historia, abandonando el orden estrictamente cronolgico por otro orden mas lgico para nuestro objeto. La raza indoeuropea, cuyos principales componentes son los griegos y los latinos, nos da el tema de iniciacin. Cules son las fuentes para, conocer, en sus orgenes la primitiva organizacin de esos pueblos? El citado Henry Maine dice que los rudimentos del estado social primitivo nos son conocidos por tres clases de testimonios, a saber: los relatos que observadores contemporneos de civilizaciones menos avanzadas que las propias, nos suministran; los informes que ciertas razas han conservado por lo que hace a su primitiva historia, y las leyes antiguas y ms remotas. Y cita como ejemplo del primer grupo, a Tcito, quien nos dej una descripcin de la Germania de su tiempo y cuyo ejemplo ha sido seguido por otros historiadores o investigadores de las sociedades primitivas o en vas de formacin. En cuanto al segundo grupo, o sea a los informes obtenidos respecto a la primitiva historia del origen de las sociedades, no pueden obtenerse sino a travs de los historiadores o de los escritores de pocas posteriores, al describir usos y costumbres de origen remoto y que subsistan hasta la poca en que dichos historiadores o escritores vivan. De estas fuentes se vale Fustel de Coulanges en su clsica obra La Ciudad Antigua para examinar y sentar las bases relativas al origen de las sociedades. Este autor investiga abundantsimamente las literaturas griega y latina para deducir de ah los orgenes de la primitiva organizacin de los pueblos griegos y latinos, considerndolos como los ms genuinos representantes de la raza indoeuropea. Esa literatura griega y latina, que aun cuando posterior a los orgenes de esos pueblos, conserva gran cantidad de tradiciones que indudablemente proceden de los tiempos ms remotos, nos dan la clave para

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descubrir los orgenes de aquellos pueblos y sentar los primeros principios de carcter jurdico en las sociedades primitivas. Se ha criticado a Fustel de Coulanges por el hecho de dar al fenmeno religioso la capital importancia con que lo presenta, menospreciando otro gnero de fenmenos de carcter social que deben haber influido en las primitivas organizaciones. Pero sin excluir otros elementos, el fenmeno religioso es sin duda alguna el ms importante y merece ser estudiado a travs de la obra de Fustel de Coulanges, no solamente por la veracidad que en s encierra, sino por el enorme atractivo con que el citado autor lo reviste. Una investigacin de esas tradiciones a travs de la literatura clsica, ha permitido reconstruir los principios de la organizacin social, confirmada por los trabajos de exploraciones arqueolgicas y los estudios lingsticos, pudiendo afirmarse que esos orgenes no son exclusivos de griegos y latinos. Sino que son comunes a todos los pueblos de la raza indoeuropea. No sera posible apreciar la razn de ser de las primitivas organizaciones de carcter jurdico, sin tener en cuenta el medio y el momento, y muy especialmente en los orgenes de las sociedades, es elemento esencial en toda cuestin histrica el conocimiento de las creencias. Hasta los ltimos tiempos de la historia de Grecia y de Roma, se vio persistir entre el vulgo un conjunto de pensamientos y usos que se referan indudablemente a una poca remotsima. De ellos podemos inferir las opiniones que el hombre tom primeramente de su propia naturaleza, de su alma y del misterio de la muerte. Por mucho que nos remontemos en la historia de la raza indoeuropea, no se advierte que esa raza haya credo jams que tras esta corta vida todo hubiese concluido para el hombre. Las generaciones ms antiguas, mucho antes de que hubiera filsofos, han credo en una segunda existencia despus de la actual. Han considerado la muerte, no como una disolucin del ser, sino como un mero cambio de vida. Tambin se crey durante mucho tiempo, que en esta segunda existencia el alma permaneca asociada al cuerpo. Nacida con l en la tumba. Por muy viejas que sean esas creencias, de ellas nos han quedado testimonios autnticos, que son los ritos de la sepultura, que han sobrevivido con mucho a esas creencias primitivas, pero que haban seguramente nacido con ellas y podan hacrnoslas entender. Los ritos de la sepultura muestran claramente que cuando se colocaba un cuerpo en el sepulcro, tambin se crea colocar al mismo tiempo algo viviente. En Virgilio, quien describe con precisin y escrpulo las ceremonias religiosas, termina el relato de los funerales de Polidoro con estas palabras: "Encerramos su alma en la tumba." La misma expresin se encuentra en Ovidio y en Plinio y en trminos anlogos se encuentran alusiones en la Ilada, en las obras de Eurpides, Pausanias, Juvenal y en toda la literatura clsica. De esta creencia primitiva se deriv la necesidad de la sepultura. Para que el alma permaneciese en esta morada subterrnea, era necesario que el cuerpo a que estaba ligada quedase recubierto de tierra, pues se supona que el alma que careca de tumba no tena morada, sino que viva errante, y en vano aspiraba al reposo apetecido tras las agitaciones y trabajos de esta vida. Desgraciada, se converta pronto en malhechora; atormentaba a los vivos, les enviaba enfermedades, les asolaba las cosechas, les espantaba con apariciones lgubres para anunciarles que diesen sepultura a su cuerpo y a ella misma. Era adems necesario al depositar el cuerpo en la tierra, observar ritos tradicionales y pronunciar determinadas frmulas. Entre otros casos anlogos citados por varios autores, Suetonio refiere que enterrado el cuerpo de Calgula, sin realizarse las ceremonias fnebres, su alma anduvo errante y se mostr a los vivos, hasta el da en que se decidieron a desenterrar el cuerpo y darle sepultura segn los ritos. El ser que viva bajo tierra no se consideraba como totalmente emancipado de la humanidad, para no tener necesidad de alimento; por lo tanto, ciertos das del ao se le llevaba comida a la tumba. Estas creencias son el origen de ciertas reglas de conducta. Puesto que el muerto tenia necesidad de alimento y vida, se concibi que era un deber de los vivos el satisfacer esta necesidad, y el cuidado de llevar a los muertos los alimentos no se dej al capricho o a los sentimientos variables de los hombres, sino que fue obligatorio. De esta manera naci la religin de la muerte, cuyos principios y ritos duraron hasta el triunfo del cristianismo. Los muertos eran considerados como seres sagrados a quienes se renda una especie de culto, dndoseles los ms respetuosos eptetos que podan encontrarse. Esta especie de hiptesis no era el privilegio de los grandes hombres; entre los muertos no haba distincin. Cicern dice:

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"Nuestros antepasados han querido que los hombres que haban salido de esta vida, se contasen en el nmero de los dioses." (De legibus, II, 22). Las tumbas eran los templos de estas divinidades y ostentaban la inscripcin sacramental diis manibus. Ante la tumba haba un altar para los sacrificios. Este culto de los muertos se encuentra entre los helenos, entre los latinos, los sabinos, los etruscos y los himnos del Rig Veda y el libro de las leyes de Manu hablan de ese culto como el ms antiguo que los 'hombres hayan profesado. Si el muerto que se olvidaba era un ser malhechor, el que se honraba era un dios tutelar que amaba y protega a los que le ofrecan el sustento. Estas almas humanas divinizadas por la muerte, eran llamadas por los griegos demonios o hroes, en tanto que los latinos los llamaban Zares, o manes. Adems del culto a los muertos existi el culto al fuego. La casa de un griego o de un romano encerraba siempre un altar y sobre l deba arder siempre el fuego; siendo obligacin sagrada para el jefe de la casa conservado de da y de noche; Las reglas y los ritos que a este propsito se observaban demuestran que no se trataba nicamente de una costumbre, sino que era adems una imperiosa obligacin. El fuego tena algo de divino; se le renda culto; se le ofrecan aquellos objetos que podan ser gratos a un dios, tales como flores, fruta, incienso y vino, y se le dirigan frecuentes oraciones invocando su proteccin. El fuego del hogar era pues la providencia de la familia. La comida era el acto religioso por excelencia. El dios personificado en el fuego presida, y era l quien haba cocido el pan y preparado los alimentos. Este culto del fuego no pertenece exclusivamente a las poblaciones primitivas de Grecia e Italia, sino que se encuentra reglamentado tambin en las leyes de Man. Los indios llaman a esta divididad Agn. El culto a los muertos y el culto al fuego estaban ntimamente asociados y las creencias de los antiguos hacan de ellos una sola religin: hogar, demonios, hroes y dioses lares, todo esto se confunda. Esta primitiva religin era puramente domstica y slo la familia tena derecho de asistir a las ceremonias y ritos rendidos a las divinidades. La ley de Saln prohiba seguir gimiendo al cortejo fnebre de un hombre si no era un pariente. La ofrenda a un muerto slo poda dedicarse por sus descendientes; por lo tanto el hijo tena el deber de hacer las libaciones y sacrificios a los manes de sus padres y de todos sus abuelos. El genitor era considerado como ser divino y reciba por ello el culto de los descendientes. Una caracterstica de esta primitiva religin era que el hogar jams se colocaba fuera de la casa, sino en lo ms interior de ella de manera que no pudiera ser visto por los extraos. El sacerdote de este culto era el padre y como sacerdote no conoca a nadie como superior y esta prerrogativa slo Se trasmita por lnea de varn. El principio de la familia primitiva no radica en la generacin exclusivamente; esto lo demuestra el hecho que la hermana no era en la familia lo que el hermano y que el hijo emancipado o la hija casada dejaban de formar parte de la familia. Tampoco radicaba la organizacin familiar en el cario exclusivamente, pues el padre poda tener mucho amor hacia una hija, pero no poda legarle sus bienes. Tampoco la fuerza fsica del varn era el fundamento de la familia, sino que el verdadero fundamento era la religin; sta era la que daba la unin y constitua propiamente el lazo familiar. La primera institucin establecida verosmilmente por la religin domstica fue el matrimonio. La unin del hombre y la mujer deba celebrarse con cierto ritual del que qued no poco a travs de las legislaciones posteriores. Como la extincin de una familia produca la ruina de la religin familiar era obligatorio el matrimonio a fin de perpetuar la familia. Las leyes de Man llamaban al primognito "el que se ha engendrado para el cumplimiento del deber". El deber de perpetuar el culto domstico fue el principio del derecho de adopcin entre los antiguos; pues aqul a quien la naturaleza no haba concedido hijos, poda adoptar uno para que no cesara el culto debido a los dioses. Adoptar un hijo era, pues, velar por la religin domstica, por la continuacin de las ofrendas fnebres, por el reposo de los manes de los antepasados. El parentesco era por tanto la comunidad de los mismos dioses domsticos, segn expresin de Platn. El principio del parentesco no radicaba exclusivamente en el acto material del nacimiento sino en el culto. El altar domstico era el smbolo de la vida sedentaria; deba asentarse en el suelo, y una vez asentado no deba mudarse de sitio. Se supona que el dios familiar quera tener una morada fija y donde se instalaba deba permanecer indefinidamente; de esta manera el hogar tom posesin del suelo: esta parte de la tierra se haca propia de la familia y constitua el fundamento del derecho de propiedad. La idea de domicilio

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surge como consecuencia de esto, ya que la familia est adscrita al hogar, y el hogar al suelo, establecindose por tanto una estrecha relacin entre el suelo y la familia. El recinto sagrado que los griegos llamaban .epxos y los latinos herctum, es el lugar suficientemente amplio en donde la familia tiene su casa, sus rebaos y el pequeo campo donde cultiva. En el centro se levanta el hogar protector. "Qu hay ms sagrado, dice Cicern, que la morada de cada hombre? All est el altar; ah brilla el fuego sagrado, ah las cosas sagradas y la religin; (Pro domo, 41). Nadie puede despojar a una familia del suelo que ocupa, He aqu, pues, una parte de la tierra que en nombre de la religin se convierte en un objeto de propiedad perpetua para cada familia. De esta manera y en virtud de las creencias se lleg al concepto del derecho de propiedad que hace surgir toda civilizacin, pues por l mejora la tierra y el mismo hombre se hace mejor: Los linderos que constituan la propiedad eran marcados por medio de signos exteriores tales como piedras o troncos de rboles, que reciban el nombre de trminos, y estos trminos eran considerados como cosa sagrada por los pueblos primitivos. Parece ser que en un principio la enajenacin de estas propiedades familiares no existi y slo ms adelante y en virtud de formalidades y ceremonias especiales, fue autorizada la enajenacin de ellas. Establecido el derecho de propiedad ste deba durar ms que la vida de un hombre para que pudiera proseguirse la religin domstica. El padre no necesitaba en un principio hacer testamento, pues el hijo heredaba de pleno derecho. Las mujeres no podan heredar, pues no siendo ellas las encargadas de perpetuar el culto, era este derecho exclusivo de aqul que heredaba la obligacin de encargarse del culto. El patrimonio familiar constituy en un principio un derecho de primogenitura. El primognito era pues el heredero de los himnos, el continuador del culto, el jefe religioso de la familia y era quien tomaba posesin del patrimonio entero y los dems hermanos vivan bajo su autoridad como haban vivido bajo la del padre. El padre es el jefe supremo de la religin domstica. Tena el derecho de reconocer o rechazar a los hijos; el de repudiar a la mujer el de casar a la hija.; es decir, el de ceder a otro la autoridad que sobre ella tena. Tena adems el-derecho de emancipar, y, por ltimo, el de designar antes de su muerte a un tutor para la mujer y las hijas. Era adems el padre y juez supremo. Todo este poder tena su principio en las creencias que radican en el fondo de las almas y encontraba sus lmites en esas mismas creencias. Por ejemplo, el padre tena el derecho de excluir de su familia a un hijo, pero saba muy bien que si lo haca la familia corra el riesgo de extinguirse y los manes de sus antepasados caer en eterno olvido. Por este somero anlisis de la primitiva organizacin social, fcil es descubrir ciertos principios de carcter jurdico, como origen de las legislaciones que ms tarde haban de gobernar a los pueblos. Se encuentra ya la organizacin familiar, el dominio del padre sobre los hijos y sobre la mujer, el matrimonio, la adopcin, la emancipacin, el derecho de sucesin y la propiedad. Encuntranse entre los jurisconsultos romanos y los escritores griegos, las huellas de una antigua institucin que parece haber estado en gran vigor durante la primera edad de las sociedades griega y latina: la gens, que los griegos llamaron revos. En la historia romana de la poca de las guerras pnicas, se encuentran tres personajes de nombres Claudio Plquer, Claudio Nern y Claudio Cento; los tres pertenecen a una misma gens la gens Claudia. Demstenes en una de sus oraciones presenta siete testigos que certifican formar parte del mismo rvos el de los Britides. Cada gens tena un culta especial. En Atenas los eumlpidas veneran a Eumolpos, autor de su raza; los fitlidas al hroe Fitalos; los butados a Butes, etctera. En Roma los Claudios descienden de un Clauso; los Cecilios honran como a jefe de su raza al hroe Cculo; los calpurnios, a un Calpo, etctera. Es pues la gens una especie de ampliacin e incremento de la primitiva familia, cuyos miembros tienen un origen comn a quien divinizan; pero alrededor de esta familia unida entre s por los lazos de la sangre, se encuentran otras personas que forman parte de la agrupacin y que son conocidas con el nombre de clientes. El sucinto examen de la primitiva organizacin familiar para descubrir en ella los primeros elementos del derecho en la vida de los pueblos, nos conduce al examen del desenvolvimiento o desarrollo de aquella primitiva organizacin hasta veda convertida en nacin. Pero el cambio no fue brusco y examinaremos ahora ese paulatino desarrollo del primitivo ncleo social hasta llegar a la forma de nacin.

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No sera posible extenderse acerca de los principios de carcter sociolgico relativos a la familia considerada como ncleo y punto de partida de toda organizacin social. Debe tenerse en cuenta sin embargo, que entre los elementos que dan fuerza al ncleo familiar no es el religioso el nico que ha de tenerse en consideracin, pues adems de ste existen otros elementos de solidaridad social, tales como los factores econmicos propios a la satisfaccin de las necesidades materiales; los elementos de orden poltico, as como la sociabilidad propia de la naturaleza de la persona humana. Si en lo que hasta aqu llevamos visto se ha dado especial importancia a las causas de orden religioso como elementos de solidaridad social, es debido a la gran importancia que dicho elemento tiene; pero esto no supone la exclusin de otros. Debe tenerse en cuenta que los fenmenos de carcter religioso no solamente aparecen en los orgenes de las sociedades, sino que acompaan a stas a travs de todo su desenvolvimiento histrico y aun cuando llegan al pleno periodo del desarrollo, subsiste el elemento religioso como uno de los ms importantes, si no el primero, entre los que constituyen la solidaridad del grupo social. Y si esto es verdad a travs de toda la historia, en el origen de ella se manifiesta con mayor fuerza. En los primitivos tiempos en que la familia constituye la nica forma de sociedad, no se encuentra an ninguna fecha. En la historia de esas primitivas sociedades, las pocas se determinan ms fcilmente por la sucesin de las ideas y de las instituciones que por la de los aos. En aquel principio de organizacin social, la familia aun cuando se compusiera de gran nmero de personas, era sin embargo demasiado pequea para satisfacer las necesidades tanto materiales como morales propias de la naturaleza humana. La pequeez de esa sociedad primitiva responda a la pequeez de la idea que de la divinidad se haba forjado. Cada familia tena sus dioses, y el hombre slo conceba y adoraba divinidades domsticas. No pudiendo contenerse indefinidamente dentro de crculo tan estrecho tendi a ampliado y aun cuando necesit el transcurso de muchos siglos para llegar al concepto de Dios como ser nico, infinito e incomparable, insensiblemente, acercndose a ese ideal ampliaba sus horizontes. La idea religiosa y la sociedad humana iban, pues, a ensancharse al mismo tiempo. La religin domstica prohiba a dos familias mezclarse e identificarse; pero era posible que varias familias, sin sacrificar nada de su religin particular, se uniesen para la celebracin de otro culto comn. Esto parece ser que fue lo que ocurri. Cierto nmero de familias formaron un grupo que los griegos llamaron fratria y los latinos curia. Al constituirse esta unin, las familias concibieron una divinidad superior a sus divinidades domsticas, o posiblemente aceptaron esa divinidad comn si es que previamente ya exista. Elevronle un altar, le encendieron un fuego sagrado y le instituyeron un culto. No haba curia o fratria sin altar y sin dios protector. La comida celebrada en comn era como en la familia el acto religioso por excelencia. De estos gapes religiosos de la curia existen descripciones hechas por los escritores latinos de la edad de oro, pues todava en tiempos de Augusto se conservaban muchas de estas formas del ritual antiguo. Los das de fiesta como las apaturias y las targelias, cada fratria se reuna en Atenas alrededor de su altar; inmolaba a una vctima y las carnes cocidas en el fuego sagrado se distribuan entre los miembros de la fratria. Cada fratria o curia tena un jefe, curin o fratriarca, cuya principal funcin consista en presidir los sacrificios. La fratria tena sus asambleas, sus deliberaciones y poda expedir leyes obligatorias naturalmente para sus componentes. La sociedad sigue aumentando paulatinamente y as, varias curias o fratrias se agrupan para formar una tribu. Este nuevo crculo tambin tuvo su religin, su altar y su divinidad protectora. El dios de la tribu era un hombre divinizado, un hroe, y de l reciba la tribu su nombre; por eso los griegos lo llamaban hroe, epnimo. Cada tribu tena su tribunal que deca el derecho sobre sus miembros. La tribu, como la familia y la fratria, era un cuerpo independiente, con culto propio del que estaba exc1uieio cualquier extrao. No podan fundirse dos tribus en una, pues su religin se opona a ello. Pero as como varias fratrias constituyeron una tribu respetando sus respectivos cultos; y el da que se celebr esta alianza naci la ciudad. Ciudad y urbe no son palabras sinnimas refirindose a los antiguos. La ciudad era la asociacin religiosa y poltica de las tribus constituidas por curias y stas a su vez por familias; en tanto que urbe era el lugar de reunin, el domicilio y, ms que nada, el santuario de esa asociacin. Aconteci a menudo que la divinidad propia de la ciudad era el organizador de ella; el que haba

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propalado y llevado a debido efecto la unin. Baste recordar la leyenda de Eneas. No debe representarse a una ciudad deliberando en su origen acerca del gobierno que ha de adoptar; buscando o discutiendo sus leyes, o ideando sus instituciones. Las instituciones polticas y jurdicas de la primitiva ciudad, nacieron con ella misma, pues sus componentes llevaban en germen la organizacin poltica y sus principios jurdicos. La religin prescriba el establecimiento de un sacerdote supremo y este sacerdote del hogar pblico, ostentaba el nombre de rey. Segn testimonio de autores y entre ellos, Aristteles, las denominaciones de rey, pritano, y arconte, eran sinnimos. Eran atribuciones propias de los reyes las tres siguientes: ofrecer los sacrificios, mandar en la guerra y dictar justicia. En forma anloga a lo que aconteca en la familia, la herencia fue en un principio la regla constante para la transmisin del culto y junto con ste de los dems atributos propios del rey. De esta manera encontramos los orgenes del derecho pblico por lo que hace a las monarquas hereditarias. Cuando el rgimen monrquico fue sustituido por el republicano como aconteci en Atenas y en Roma, no se separaron las funciones de la autoridad poltica y la religiosa; sino que el magistrado que reemplaz al rey fue como l un sacerdote al mismo tiempo que jefe poltico. En Roma, el primer acto del cnsul, era celebrar un sacrificio en el foro. Entre los primitivos griegos como entre los primeros romanos, as como entre los primeros indios, la ley form al principio parte de la religin. Los antiguos cdigos de las ciudades fueron un conjunto de ritos, de prescripciones litrgicas, de oraciones, al mismo tiempo que disposiciones. Las reglas jurdicas del derecho de propiedad y del de sucesin se encontraban dispersas entre las relativas a los sacrificios, a la sepultura, y al culto de los muertos. No han llegado hasta nosotros las leyes que regan en las primitivas ciudades, por tanto no las conocemos directamente; pero no es difcil deducir el conocimiento de ellas, ya sea indirectamente o por tradicin Lo que nos ha quedado por tradicin de las ms antiguas eres de Roma, llamadas leyes reales, se aplica 1o mismo al culto que a las relaciones de la vida civil. Una de ellas prohiba a la mujer culpable acercarse a los altares; otra, que se sirviesen ciertas cosas en las comidas sagradas; otra prescriba la ceremonia religiosa que el general vencedor tena que celebrar al volver a la ciudad. Las leyes de Soln eran simultneamente un cdigo, una constitucin y un ritual. Hasta los tiempos posteriores de Roma se tena por cierto que no se poda ser buen pontfice si se desconoca el derecho, y, recprocamente, no se poda conocer el derecho si se ignoraba la religin. Los pontfices fueron durante mucho tiempo, los nicos jurisconsultos; y como eran raros los actos de la vida que no tuviesen alguna relacin con la religin, casi todo estaba sometido a las decisiones de los sacerdotes, quienes eran los nicos jueces competentes en gran nmero de procesos. Todas las cuestiones relativas al matrimonio, al divorcio, a los derechos civiles y religiosos de los hijos, se dilucidaban ante su tribunal. Como la adopcin corresponda a la religin, slo con el asentimiento del pontfice poda hacerse. Derecho y religin eran dos cosas ntimamente unidas; y sin duda de ah naci aquella definicin que se conserv hasta la poca de Justiniano: Jurisprudentia est rerum divinarum atque humanarum notitia. La confeccin de las leyes antiguas no era obra de un hombre, pues ni Soln, ni Licurgo, ni Minas, ni Numa fueron propiamente autores de ellas. Si por legislador entendemos un hombre que crea _un cdigo con la fuerza de su genio y que lo impone a los dems hombres, ese legislador jams existi entre los antiguos. Las leyes eran tan viejas como la ciudad misma; eran la misma tradicin. Los antiguos decan que sus leyes las haban recibido de los dioses; as los cretenses atribuan las suyas, no a Minos, sino a Jpiter, los lacedemonios crean que su legislador no era Licurgo, sino Apolo; y los romanos decan que Numa haba escrito bajo el dictado de una de las divinidades ms poderosas de la antigua Italia, la diosa Egeria. Se comprende por esto el respeto y adhesin que los antiguos conservaron durante tanto tiempo a sus leyes, y no es una frase vana de Platn al decir que obedecer a las leyes es obedecer a los dioses. En principio la leyera inmutable por su carcter divino y nunca se derogaban, pues aun cuando se dictaran otras nuevas las antiguas subsistan siempre. Otra caracterstica de las leyes primitivas era que, como obra de los dioses, no eran discutibles sino que

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se imponan. Durante largas generaciones las leyes no estuvieron escritas; se trasmitieron de padres a hijos con la creencia y la frmula de la oracin. Eran una tradicin sagrada que se perpetuaba en tomo del hogar de la familia o del hogar de la ciudad. Escritas o no, esas leyes se formularon en brevsimas sentencias. Hay grandes indicios para suponer que las palabras de la ley estaban rimadas; y Aristteles sostiene que antes de la poca en que se escribieron las leyes, se cantaban. Buscando en la literatura clsica los conceptos que acerca de la ley tenan las primitivas sociedades ya constituidas en nacionalidades, se encuentra en los poemas homricos las palabras themis y themistes. Aparece ms tarde en la mitologa griega como la diosa de la justicia, pero esta personificacin no aparece en los orgenes tal como se describe en la Ilada. Es peculiar -dice Maine a este respecto- el uso del plural themstes y esta forma denota que thems no implica el concepto de ley sino el de resolucin o sentencia dada en cada caso concreto, apareciendo as la forma consuetudinaria de ap1icacin del derecho. El origen religioso del derecho antiguo explica tambin otro de sus caracteres importantes. La religin era exclusivamente civil, esto es, especial o propia de cada ciudad: de ella haba de derivarse necesariamente un derecho civil. Este carcter no quiere decir que cada ciudad tuviera su cdigo como en nuestros das cada Estado tiene el suyo, sino que quera decir que las leyes de 1a ciudad slo tenan valor y efecto entre los habitantes de la propia ciudad. No era suficiente habitar en una misma ciudad para quedar sometido a sus leyes y ser protegido por ellas, sino que era indispensable ser ciudadano. La ley no exista para el esclavo ni para el extranjero, estos no podan ser propietarios, ni heredar, ni testar, ni celebrar contratos, ni comparecer en justicia. Para que existiese una relacin de derecho entre dos o ms hombres, era necesario que existiere adems una relacin religiosa, es decir, que profesasen el mismo culto y rindieran los mismos sacrificios, y como se ha dicho ni el extranjero ni el esclavo participaba de la religin de la ciudad. De lo que hasta aqu hemos visto, fcil es deducir la profunda distincin que exista entre dos o ms ciudades. Por vecinas que fuesen, formaban dos sociedades completamente separadas, de aqu que durante muchos siglos no existi otra forma social que la constituida por la ciudad. Era ms fcil a una ciudad sojuzgar a otra que incorporrsela. La victoria poda hacer de todos los habitantes de una ciudad otros tantos esclavos, pero no eran admitidos como ciudadanos del vencedor. Esto es perfectamente conocido tanto en la historia de Grecia como en la de Roma. La independencia absoluta de la ciudad antigua slo ces cuando las creencias sobre las que estaba fundada fueron desapareciendo. Slo entonces pudo llegarse a concebir y establecer un Estado ms grande regido por otras reglas. Los habitantes de una ciudad pertenecan en todo a ella. Estaban obligados a prestar servicio militar; su fortuna siempre se encontraba a disposicin del Estado; el celibato se prohiba rigurosamente. La ciudad tena el derecho de no tolerar que sus ciudadanos fuesen deformes o contrahechos. En consecuencia, ordenaba al padre a quien nacan hijos semejantes que los sacrificaran. Semejante ley se encuentra entre las primitivas de Esparta y de Roma y Aristteles y Platn la inscriben en sus legislaciones ideales. La libertad de pensar, a propsito de la religin, fue absolutamente desconocida de los antiguos. Era necesario conformarse a todas las reglas del culto y tomar parte en las ceremonias religiosas. En una palabra, la libertad individual era desconocida. Los antiguos, y sobre todo los griegos, exageraron siempre la importancia de los derechos de la sociedad, y sin duda se deriv de esto el carcter sagrado y religioso que la sociedad revisti en su origen. De todo lo anterior no es difcil deducir cules hayan sido las leyes e instituciones jurdicas propias de las primitivas ciudades constituidas en Estados. En cuanto al derecho pblico, y como regla general, se hallaban constituidos en forma de monarqua teocrtica hereditaria, con poder omnmodo sobre los ciudadanos. En cuanto al derecho privado, regan los mismos principios que se han examinado ya dentro de la organizacin familiar, en los que existan los elementos del derecho relativo a las personas, ciertos principios de derecho relativos a las cosas, fundamentalmente el derecho de propiedad, y en forma muy rudimentaria existan tambin ciertos elementos de derecho contractual rodeados siempre de un ceremonial religioso y en el que el formulismo era llevado al extremo.

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CAPTULO II

EL DERECHO DURANTE LOS GRANDES IMPERIOS DE LA ANTIGUEDAD

Tomado de Tradicin Jurdica de Occidente, JAVIER DE CERVANTES, UNAM, 1978, pp. 33-100.

El orden lgico de nuestro estudio pide que despus de los principios generales histrico-jurdicos, a travs de la historia grecorromana como tipo principal de la raza indoeuropea, abordemos la historia propiamente dicha en Grecia, siguiendo as el orden cronolgico. Aun cuando se ha exagerado algunas veces la importancia que tienen los elementos o antecedentes geogrficos para los estudios histricos, no debe caerse en el error opuesto de no tenerlos en cuenta, pues muy marcadamente en Grecia esos elementos son de la mayor importancia. En primer lugar, la situacin de la Hlade en la confluencia de Europa, Asia y Africa, explica hasta cierto punto el origen de la cultura griega y la influencia enorme que despus de su apogeo, ejerci en todo el mundo. En segundo lugar, la situacin meridional que ocupa en Europa, le proporciona un clima benigno, sin cambios bruscos, con una temperatura agradable y una armoniosa mezcla de estaciones, segn expresin muy usual desde Herodoto hasta Platn. Esto permita la vida al aire libre, las charlas y discusiones intem1inables en el gora, las reuniones pblicas y los juegos y representaciones teatrales; todo lo cual influy en forma decisiva sobre el carcter de los griegos que, como es natural, se refleja en las instituciones polticas y en las leyes. Por otra parte, la configuracin de Grecia, parte peninsular y parte insular, fue uno de los motivos para que nunca existiera una verdadera unidad antes de los tiempos de Alejandro yeso tambin contribuy notablemente la divisin natural del territorio por medio de pequeas cadenas de montaas que separaban, unos de otros, los diversos ncleos de poblacin que haban de constituirse paulatinamente en otros tantos estados independientes.

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GRECIA

La primera civilizacin que se encuentra en la Hlade es la cretense Y no fue sino ms tarde, cuando se organizan y desarrollan las ciudades propiamente griegas. Todas estas ciudades presentan los caracteres comunes de que se ha hecho ya mencin al referimos a las primitivas ciudades. La forma ms antigua de gobierno que aparece en Grecia es la monarqua patriarcal hereditaria que nos es conocida por los monumentos literarios de Homero y Hesodo, quienes describen, a veces con muchos detalles, a aquellas primitivas organizaciones sociales como clanes provistos de organizaciones polticas de forma monrquica, poseyendo pequeos dominios y muy frecuentemente formando grupo bajo la hegemona de uno de sus reyes o soberanos, que por ser ms audaz o ms inteligente, o porque su territorio se prestara

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ms eficazmente al dominio sobre los dems grupos, era considerado como rey de reyes. As encontramos, entre otros, a la isla de Itaca que contaba con doce reyes y en la que Ulises era entre ellos el rey de reyes. El Teseo de la leyenda que constituy el sinesismo ateniense, o sea, la reunin de las diversas tribus ticas alrededor de la Acrpolis de Atenas, es otro tipo de rey de reyes. Micenas y Argos que se encuentran a corta distancia uno de otro, constituan dos reinos distintos que con Salamina y alguno ms, eran considerados como los ms importantes y poderosos entre los pequeos estados griegos. La tendencia general era que los diversos jefes del clan se agruparan alrededor del ms fuerte y poderoso, constituyendo una aristocracia entre la cual el rey de reyes escoga a algunos en calidad de consultores, y generalmente esta eleccin se haca entre los ancianos. La vida en esas monarquas era una mezcla de fasto y de sencillez que se encuentra descrita, no por historiadores propiamente dichos, sino por los poetas, especialmente Romero y Resodo, contemporneos de aquella poca remota. Por medio de expediciones militares, el soberano o rey de reyes conquistaba nuevas tierras que aada a sus dominios y se creaban, por los mismos procedimientos, riquezas que en algunos casos llegaban a ser muy grandes. Como magistrado supremo reuna en su persona las funciones de sumo sacerdote, de juez y de jefe del ejrcito. No eran, sin embargo, esas monarquas dictaduras absolutas a la manera de ciertos gobiernos orientales, sino que la autoridad del soberano se hallaba templada en virtud de los consejos de ancianos y posiblemente, en algunos casos, por las asambleas populares. Se encuentra, por lo tanto en esas primitivas sociedades griegas, un derecho de forma consuetudinaria, que desde el punto de vista pblico, constitua una monarqua patriarcal hereditaria, y en cuanto al derecho privado, seguan rigiendo los mismos principios que gobernaban a las diversas familias que componan al Estado tales como se han descrito anteriormente. Esas familias no eran un conglomerado de personas unidas por los lazos de la sangre, sino que formaban parte de ellas los hijos adoptivos y adems un grupo de individuos que estaban obligados a prestar servicios; stos eran denominados olientes. Adems existan los esclavos. La familia as constituida era, segn se ha dicho, lo que los griegos denominaban revs y los romanos gens. Las antiguas monarquas que caracterizaron a la sociedad homrica, desaparecieron en su mayor parte durante los siglos VIII y Vil; y a fines de este ltimo no existi monarqua ms importante en toda Grecia que la de Esparta. La invasin drica, el desarrollo del comercio, el incremento de las ciudades y de las fortunas, y en general nuevas y mayores actividades, trajeron consigo un concepto ms fuerte de los derechos personales, y aun cuando los reyes trataron de defender y conservar la primitiva forma de gobierno, favoreciendo en lo posible a la plebe, los euptridas, que constituyeron el ncleo ms poderoso, transformaron a aquellos regmenes, constituyendo nuevas formas de gobierno de carcter netamente aristocrtico. Las primitivas ciudades, como toda sociedad humana, constaban de jerarquas. En Atenas existan dos grupos jerrquicamente distintos: los euptridas y los tetas; en Esparta se encuentran la clase de los iguales y la de los inferiores; en Eubea, la de los caballeros y la del pueblo. Distinciones todas stas anlogas a las que ms tarde se encuentran en Roma formando los grupos o clases de patricios y plebeyos, mientras ms se remonta la historia de Grecia, ms notable y profunda se halla la distincin entre las dos clases y ms fuertemente marcados los rangos de una y otra. Estas dobles categoras no nacieron de la organizacin de la ciudad, sino que dimanan de la organizacin familiar; los euptridas en Atenas como los patricios en Roma, eran aquellas personas que al remontarse en su ascendencia, siempre encontraban un pater como tronco comn de la familia, en tanto que los teta, como los plebeyos no contaban con un pater en su ascendencia. Los plebeyos carecan de culto y de antepasados reconocidos legalmente. La plebe era el grupo de poblacin menospreciado y considerado como abyecto: fuera de la religin, fuera de la ley, fuera de la sociedad polticamente organizada y fuera de la familia.

Organizacin polticaEn la imposibilidad de estudiar todas y cada una de las ciudades griegas, habr que concretarse con el

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estudio de Atenas, no slo por ser entre todas la ms importante, sino porque sus antecedentes histricos y jurdicos son los que mayor importancia han tenido en el mundo posterior. Ya dentro del terreno propiamente histrico en que nos encontramos, la forma ms eficaz de emprender el estudio es buscar los antecedentes en las fuentes mismas, hasta donde sea posible; y respecto de Atenas, la principal fuente para el estudio de su organizacin poltica y jurdica es el tratado que nos dej Aristte1es.

Constitucin de AtenasEmpieza el texto de Aristte1es haciendo una brevsima alusin del proceso de los A1cmenidas y luego aade: Despus de esto aconteci que los nobles y la plebe se encontraron en conflicto durante mucho tiempo. En efecto, el rgimen poltico era oligrquico en todo; y en particular, los pobres, sus mujeres y sus hijos eran esclavos de los ricos. Se les llamaba clientes y hectemores, pues su condicin era tal que slo podan conservar una sexta parte de la cosecha que trabajaban en los dominios de los ricos. Toda la tierra se encontraba en un pequeo nmero de manos; y si los campesinos no cubran sus rentas se les tomaba como esclavos, as como a sus hijos pues las deudas tenan a las personas hasta tiempos de Soln que fue el primer jefe del partido popular. Por lo tanto, para la plebe el mal ms temible y ms amargo era esta esclavitud, aunque tena otros motivos de descontento, pues, por decido as, no posea ningn derecho. Aristte1es aade: La organizacin de la antigua constitucin anterior a Dracn, era la siguiente: se tomaba a los magistrados de entre las familias nobles y ricas. Los puestos en un principio eran vitalicios y ms tarde su duracin era de diez aos. El ms importante y el ms antiguo de los magistrados era el rey y con l el poleo maran y el arconte. De estas magistraturas la ms antigua era la del rey (que exista desde toda la antigedad); en segundo lugar fue creada la del polemarca, porque ciertos reyes no tenan las dotes necesarias, para la guerra... En ltimo lugar fue instituido el arcontado . . . Ms tarde, a estos tres magistrados se aadieron otros seis llamados temostetas, y a los nueve se les dio el mismo ttulo de arcontes como nombre genrico. El poder de los arcontes era casi ilimitado, pues eran propiamente los amos de la ciudad; reunan los poderes administrativos, polticos y judiciales, y eran escogidos de preferencia entre los ms acaudalados. Al acabar el desempeo de sus respectivos cargos, entraban a formar parte durante el resto de sus das del gran consejo del Arepago. Este consejo ejerca una especie de censura soberana sobre todos los ciudadanos, cuidaba del cumplimiento de las leyes y designaba a los arcontes. No se tiene conocimiento exacto acerca de si aliado de este consejo exista otro, o si se reuna el pueblo en forma de asamblea, pero posiblemente, s existan estas reuniones populares: reminiscencia de las asambleas del pueblo en tiempo de la monarqua. Pero seguramente que esta participacin del pueblo en el gobierno debe haber sido muy limitada. Todos los datos con que contamos respecto de esa poca hacen presumir que durante ella la organizacin administrativa del tica tenda exclusivamente a mantener la preponderancia aristocrtica. Las diversas ciudades jnicas se componan tradicionalmente de cuatro tribus, en tanto que las dricas, contaban tres. Las cuatro tribus jnicas correspondan a los cuatro grupos de terratenientes, pastores, artesanos y soldados. Y cada tribu se subdivida desde el punto de vista religioso y poltico en tres fratrias, las que a su vez se subdividan cada una en treinta familias. Hasta esta poca no exista derecho escrito y siendo los euptridas los administradores de justicia, aplicaban el derecho consuetudinario en forma muchas veces arbitraria y casi siempre con excesiva crueldad. Esto dio lugar a que el pueblo exigiera que las leyes fueran puestas por escrito, a fin de evitar arbitrariedades. Segn la tradicin las primeras leyes escritas fueron las de Zaleuco para la ciudad italiota de Lokroi, y ms o menos por la misma poca se hace mencin entre los historiadores de las leyes de Quarondas en Catania, las de Faitn en Corinto, Filolao en Tebas y Ptaco en Mitilene, adems de las de Dracn y Saln en Atenas.

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Aun cuando Aristteles hace mencin de la constitucin de Atenas por Dracn, no se tiene ningn otro dato acerca de ello, pero en cambio, s se sabe de las leyes especialmente de carcter penal cuya excesiva crueldad las hizo famosas, pues imponan la pena de muerte para toda clase de delitos. Dcese que al ser interrogado Dracn acerca del porqu de esa crueldad contest que a su juicio los delitos leves merecan esa pena y que no encontraba ninguna otra para los graves. Se ha discutido acerca de si las leyes de Dracn fueron creadas por l o simplemente fue la codificacin de leyes consuetudinarias anteriores y esto es lo que parece ms probable. Despus de hacer mencin de la Constitucin de Dracn, Aristteles aade: Como la plebe era esclava de la mayora, el pueblo se revel contra los nobles. Entonces la lucha era violenta y como los dos partidos se encontraban desde haca mucho tiempo frente a frente, convinieron en elegir a Soln como rbitro y arconte y se le confo la misin de establecer la constitucin. Saln perteneca a los euptridas por nacimiento; era de escasa fortuna y ms con el fin de instruirse que con el de lucro, se dedic al comercio y a viajar a travs del mundo conocido por los griegos, lo que le hizo adquirir una cultura superior. Esto unido a grandes facultades intelectuales, a una cultura fina y despierta, y a una honradez a toda prueba, haca de l el hombre ms a propsito para la tarea que se le encomend. Soln mismo achacaba los males principalmente a los ricos, a quienes deca, segn cita de Aristteles: "Calmad en vuestro pecho la violencia de vuestro corazn, vosotros que habis llegado hasta el hasto de los ms grandes bienes; conducid a la moderacin vuestro espritu, pues nosotros no obedeceremos y no todo ser xito para vosotros". Al principio de la elega citada -dice Aristteles- Soln expresaba el temor de que la codicia y el orgullo fueran la causa del odio. Procedi Soln primeramente por hacer desaparecer la carga de las deudas que pesaba sobre el pueblo; modific el sistema monetario, reduciendo el valor de la dracma, de manera que las deudas que no haban sido abolidas podan pagarse con moneda de inferior valor que la que haba sido desmonetizada. Esto dio lugar a serias crticas en contra de Soln, atribuyndole que esta medida la haba dado a conocer a sus amigos para que compraran tierras u otros bienes, con la obligacin de pagadas a plazo y luego saldar el precio de esos bienes con moneda de inferior valor. Plutarco describe con detalle estos acontecimientos y Aristteles defiende a Soln de las inculpaciones que se le hicieron. Sigue diciendo Aristteles: Soln estableci una constitucin y public otras leyes y cesaron de aplicarse las de Dracn, salvo las relativas al homicidio. Se grabaron las leyes en tabletas mviles y se colocaron en el Prtico Real y todos juraron observadas. . . Soln fij la duracin de sus leyes en cien aos y distribuy al cuerpo de ciudadanos de la manera siguiente; segn los ingresos gravables, en cuatro clases: pentacosiomedimnes, caballeros, zeugitas y tetas. Determin que todos los puestos pblicos fueran desempeados por lo perteneciente a los tres primeros grupos a saber: los nueve arcontes, los tesoreros, y otros puestos principales. Del primer grupo de ciudadanos deban formar parte aquellos que cosechaban de sus propiedades 500 medidas; los caballeros eran los que cosechaban 300 medidas; los zeugitas aquellos que cosechaban en total 200 medidas y en cuanto a los tetas no tenan ninguna participacin en el desempeo de los cargos pblicos. Pero no dej totalmente aislados a estos ltimos pues los hizo entrar por primera vez en la ciudad como miembros de la asamblea y en los tribunales populares que ms tarde fueron conocidos con el nombre de heliastas. Limit el acaparamiento de las tierras en pocas manos; prohibi que las personas sirvieran de garanta de las deudas y abri las puertas de la ciudad a todos. Por medio de un conjunto de medidas polticas priv Saln a los euptridas de su primitiva omnipotencia y permiti a los pobres defenderse con armas iguales y por medio de procedimientos legales. A esto es a lo que se da generalmente el nombre de Constitucin de Saln y que fue como la carta fundamental de la democracia ateniense que iba a desarrollarse ms tarde. La Constitucin de Saln descansa esencialmente en el principio de que los derechos polticos son proporcionales a las riquezas, pues si bien es cierto que favoreci en gran manera a las clases necesitadas, no por eso dej de reconocer los derechos de todos. Su obra fue de moderacin; en sus versos expresa cul fue su mente: "Di al pueblo el poder que le convena sin atentar en contra de su dignidad ni extenderlo demasiado. En cuanto aquellos tenan el poder y la riqueza, tuve cuidado de que no sufrieran en nada que fuera contrario a la equidad. Escrib mis leyes para los pobres y para el rico, fijando a cada uno una regla recta y justa."

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Conserv a los arcontes, pero en lugar de ser elegidos por el arepago aristocrtico, eran elegidos por el pueblo y su papel fue exclusivamente de carcter administrativo, pues las pocas causas de que conocan en materia judicial quedaban sujetas a la revisin del tribunal popular. El arepago fue modificado tambin, pues en lugar de ser una asamblea de euptridas fue constituido en forma de gran consejo compuesto de aquellos que haban salido ya del puesto de arcontes. Las atribuciones de este Consejo fueron en cierta manera vagas, pues tenan caracteres morales, judiciales y de vigilancia, respecto del cumplimiento de las leyes. Al lado de estas leyes de carcter pblico, formul Saln un conjunto de leyes civiles y criminales de las que pocos datos se tienen, pues muchas de las leyes que posteriormente se expidieron, se las han atribuido a l sin ningn fundamento serio. Las severas leyes de Dracn quedaron abrogadas con excepcin de los casos de homicidio y por primera vez apareci en Atenas ese carcter que conserv siempre su legislacin con orgullo de los atenienses. Estableci Saln la libertad de testar y protegi a las hijas mediante el establecimiento de las dotes; exhortaba a la actividad individual por medio del ejercicio de la industria y del comercio para emancipar de esta manera 10 ms posible al pueblo del dominio de los terratenientes; reglament las importaciones Y exportaciones, etctera, etctera. Despus de describir las diversas medidas adoptadas por Soln, Aristte1es aade: Cuando Saln hubo reglamentado la Constitucin tal como 1o he dicho, vindose atormentado por las crticas que se le hacan y por los interrogatorios sobre sus leyes que nunca quiso modificar, hizo un viaje a Egipto,... deca (Saln) que lo que era justo, a su juicio, no era quedarse para interpretar sus leyes, sino que cada uno hiciera lo que estaba escrito. Al mismo tiempo aconteci que muchos nobles le fueron hostiles a causa de la abolicin de las deudas, y que los dos partidos cambiaron de opinin respecto de l porque el Estado que l instituy era contrario, a 1o que se esperaba. En efecto, el partido democrtico haba credo que procedera a una nueva reparticin general, y los nobles que dejara subsistir la antigua organizacin, o que la cambiara poco; pero l se opuso a los dos partidos y habiendo podido llegar a ser un tirano alindose uno a otro, prefiri hacerse detestar por todos salvando a su patria y dndole las mejores leyes. A raz de la salida de Saln la situacin sigui agravndose debido al descontento de unos y otros: los euptridas se mostraban hostiles por haber sido privados de sus viejas prerrogativas, y la plebe no manifest menos su descontento por no haber logrado todo lo que esperaba. Las disputas que por la posesin del arcontado ocuparon los aos inmediatos posteriores, fueron la base de la democracia ateniense. Despus de describir en pocas palabras los trastornos mencionados, Aristte1es aade: Ahora bien, haba tres partidos: la gente de la costa cuyo jefe era Mgac1es hijo de A1cmen y que sostenan la poltica moderada; la gente de la llanura o campesinos que favorecan la oligarqua Y tenan por jefe a Licurgo; y en tercer lugar la gente de la montaa, a cuya cabeza estaba Pisstrato, que era considerado como el ms adicto a la democracia. ste fue el partido que domin y lleg a constituir el gobierno. Al gobierno de Pisstrato se le consider como una tirana, dando a esta palabra la aceptacin propia entre los griegos, o sea la de un gobierno establecido mediante procedimientos ilegales, pero no porque el rgimen tuviera los caracteres de un poder absoluto, segn el concepto moderno de tirana. Pisstrato sigui, en todo, el criterio que Saln haba trazado en sus leyes encaminadas a la proteccin de los hurfanos y gobern, segn expresin de Aristteles, ms como ciudadano que como tirano. Despus de treinta aos, y no sin algunas interrupciones al principio, dej Pisstrato el gobierno en manos de sus hijos Hiparco e Hipias. El primero fue muerto por Harmodio y Aristogiton y en cuanto al segundo, aun cuando conserv muchas de las buenas cualidades de su padre, fue derrocado, subiendo en su lugar CIstenes, quien haba de consumar las reformas de Saln. Los euptridas mantenan an gran parte de su poder, conservando siempre en las tribus y en sus familias una preponderante influencia que descansaba tanto en los principios religiosos como en una tradicin inmemorial. Haba por lo tanto que transformar el orden social y a ello se aplic Clstenes con todo empeo. En lugar de las cuatro tribus primitivas del tica constituy diez tribus a fin de hacer participar a mayor nmero de gentes en los derechos cvicos. Estableci el Consejo de los quinientos, cincuenta por cada tribu. Dividi el pas en treinta grupos o demos, diez en la ciudad, diez a la orilla del

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mar y diez en el resto del pas; estableci el ostracismo y extendi la ciudadana a todos los habitantes que componan cada demos o comuna. La ciudad no comprenda todos los habitantes del tica sino nicamente a los ciudadanos propiamente dichos y stos eran los habitantes del tica hijos de padre ciudadano y madre ateniense. La calidad de ciudadano se estableci por la inscripcin que deba hacerse de cada individuo al cumplir los dieciocho aos en los registros del demos a que perteneca. Durante los dos aos siguientes deba cada individuo prestar su servicio en la milicia y a los veinte aos alcanzaba la plenitud de los derechos civiles y polticos. Poda tomar parte en las asambleas con voz y voto y poda ser igualmente llamado a desempear los puestos de las diversas magistraturas. Al lado de los ciudadanos se encontraba a las metecas o forasteros, y a los esclavos cuyo nmero era elevado. La organizacin pblica era la siguiente: existan dos asambleas que eran los elementos principales de toda actividad poltica: el Consejo de los quinientos y la asamblea del pueblo. El Consejo de los quinientos se constitua por medio de sorteos, a razn de cincuenta miembros por cada tribu. Se dividi en diez prytanias que se alternaban constituyendo cada una de ellas el Consejo Directivo. El Consejo de los quinientos preparaba la reunin de las asambleas populares y estudiaba previamente los asuntos que deberan ser sometidos a dicha asamblea; preparaba los proyectos de leyes y tena adems atribuciones de vigilancia sobre todo el resto de la administracin pblica. Juzgaba de ciertas causas y era, en suma, como una seccin permanente de la Asamblea popular. La Asamblea del Pueblo (Eolesia) era el poder soberano, y tericamente se compona de la totalidad de los ciudadanos mayores de veinte aos, pero en la prctica sus reuniones eran, ms o menos numerosas, segn el inters de los asuntos que en ella se trataban. En ciertos das contaba con varios miles de hombres y en otras ocasiones el nmero de los asistentes era muy restringido. La soberana de la Asamblea se hallaba en cierto modo restringida, pues no poda deliberar sino acerca de los asuntos propuestos por el Consejo de los quinientos y no poda apartarse de la orden del da formulada por ste. Poda expedir decretos aplicables a casos particulares, pero para expedir leyes propiamente dichas deba someterse a procedimientos largos y complicados que garantizaran un prudente y maduro estudio de ellas. Toda medida ilegal votada por la asamblea traa consigo el derecho de acusar al autor de dicha proposicin ilegal, quien era sometido a los tribunales. Cada reunin de la Asamblea, se abra con una ceremonia religiosa. Al lado de las dos asambleas deliberantes, los tribunales ocupaban en la ciudad un lugar casi tan importante como el de aquellos. Segn expresin de Aristteles, Atenas era la ciudad de los jueces y de los procesos. En primer lugar subsista el Aropago, pero sus atribuciones judiciales fueron restringidas; nicamente conoca de ciertos procesos de homicidio. Constituido por los antiguos arcontes, qued ms bien como un sitio de retiro honroso, que como autoridad propiamente dicha. El tribunal por excelencia, el ms democrtico y el ms poderoso, uno de los primeros elementos de la vida ateniense, fue el tribunal de los heliastas, que haba sido establecido por Saln y cuya competencia fue aumentando a medida que se desarrollaba el espritu democrtico. Su nombre proviene de la Helia, que era, segn parece, una parte del gora o plaza pblica, en donde tena ordinariamente sus sesiones. Los heliastas eran seis mil, designados cada uno por medio de sorteo, entre los ciudadanos mayores de treinta aos a razn de seiscientos por cada tribu se encontraban repartidos en diez secciones de quinientos miembros cada una y en ciertos casos juzgaban separadamente y en otros se reunan segn la importancia de los asuntos que conocan. Los mil heliastas que no formaban parte de los grupos de quinientos cada uno, se les tena como substitutos. La competencia de los heliastas fue, desde el origen de dicho tribunal, sumamente amplia, pues comprenda una gran parte de los asuntos de derecho privado y todos los asuntos de derecho pblico. Era adems, el tribunal de segunda instancia que conoca de aquellos asuntos que haba resuelto en la primera el Consejo de los quinientos, los arcontes u otros jueces. Conoca adems de asuntos de carcter internacional. Era, en suma, un tribunal casi omnipotente, constituido en forma de enorme jurado popular, con aspecto ms bien de asamblea poltica que de tribunal propiamente dicho, segn el concepto moderno de tribunal. En cuanto a los diversos magistrados que completaban la administracin pblica, Con pocas

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excepciones eran designados por medio de sorteos. La mayor parte eran puestos colegiados y todos los que entraban a desempear alguna magistratura eran sometidos previamente a un examen y al salir de ella obligados a rendir cuentas. Aristteles, en su Constitucin de Atenas, hace una minuciosa descripcin de todas las magistraturas, desde las ms importantes hasta los puestos de nfima importancia. Concretndonos a los primeros, diremos que el ms importante era el arcontado, compuesto por un colegio de nueve miembros, el primero de los cuales era el epnimo que daba su nombre al ao; era quien estableca el orden de las ceremonias y festividades de la ciudad. El arconte rey era el encargado de las festividades religiosas y el que instrua los procesos que de alguna manera se relacionaban con la religin. El polemarca instrua los procesos relativos a los delitos militares, y el resto de los arcontes o ternos tetas reciban las quejas relativas a toda clase de asuntos para ser sometidas a los tribunales correspondientes. Los estrategas, en nmero de diez, eran los jefes del ejrcito y de la flota y eran los nicos puestos en los que no intervena la suerte, sino que los estrategas eran nombrados debido a los conocimientos especiales que deban tener, por medio de votacin de la Asamblea del pueblo. Adems de las magistraturas anteriormente mencionadas hay que referirse a otra especie de magistratura voluntaria desempeada por los oradores y que aun cuando carecan de carcter oficial, desempeaban un papel de primer orden en la vida poltica de Atenas. El orador era como el alma o la cabeza de las asambleas populares. La democracia -dice Croiset- estableci fuera del cuadro rgido de la constitucin y por medio del juego de las fuerzas vivas, una nueva especie de magistratura en la que figuraron todos los ms grandes nombres de la historia de Atenas, desde Temistocles y Arstides, hasta Demstenes. El ejrcito y sobre todo la marina eran objeto de muy especiales atenciones en Atenas y adems de los cuerpos de milicia constituidos, como se ha dicho, por los jvenes de 18 a 20 aos; todos los ciudadanos entre veinte y cincuenta estaban obligados a servicio militar cuando las necesidades as lo requeran. El problema financiero era para Atenas de inters vital y a veces abundaron las dificultades, pues dominaba el principio que los ciudadanos eran libres tanto en sus personas como en sus propiedades, y el impuesto directo era considerado como un atentado a la propiedad. Para subsanar esto el Estado contaba con bienes propios, pues posea tierras y casas que daba en arrendamiento y entre sus propiedades las que mayor rendimiento le daban eran las minas de plata del Laurio. Otras fuentes de recursos econmicos eran los impuestos cobrados a los metecos y a los esclavos. Los primeros los pagaban ellos mismos; en cuanto al impuesto sobre los esclavos, era cubierto por los propietarios, lo que constitua una derogacin al principio que rechazaba los impuestos directos. Por el contrario, los impuestos indirectos se aplicaban con mucha frecuencia y no de los ms importantes era el causado por la importacin. Todos estos recursos seran insuficientes, si no hubiera contado Atenas con las cantidades suministradas por sus aliados y por las contribuciones ms o menos voluntarias que peridicamente se imponan a los ricos, a las que se les daba el carcter de donaciones. Por ltimo, ciertos servicios pblicos eran encomendados a los ciudadanos ricos, quienes estaban obligados a organizar dichos servicios a su costa, liberando as a la ciudad de gastos onerosos. Se ve por lo anterior que Atenas contaba con una legislacin amplsima, tanto en cuanto al derecho pblico, cuanto al derecho privado, correspondiendo a la brillante cultura griega, cuya principal representacin fue Atenas. Aristteles describe pormenorizadamente cada una de las diversas funciones administrativas: receptora de rentas pblicas; auditoras; comisariados de polica; inspeccin de mercados; comisariados para los sacrificios, etctera; sin excluir de entre los detalles que acerca de cada una de estas funciones mencionadas, lo relativo a sueldos y salarios. Como siempre acontece exista en Atenas una divergencia de opiniones, muy dignas de hacerse notar, respecto a la bondad de la constitucin democrtica de la ciudad. Para unos era poco menos que perfecta. Tenemos, dice Pericles, una Constitucin a la que ninguna otra ha servido de modelo, sino que ms bien es el modelo de las dems." Para los demcratas la Constitucin de Atenas estableca la igualdad absoluta entre todos los ciudadanos; el gobierno tena por objeto el inters de todos, y todos eran iguales ante la ley. Para el desempeo de los asuntos pblicos, ni el rango social, ni la fortuna constituan un privilegio, sino que el nico eran las cualidades personales, base

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de una igualdad esencialmente liberal. Se tena a Atenas, y en efecto lo era, como la escuela, de Grecia y entre otros, Demstenes, consideraba a la democracia como la fuente de la grandeza ateniense que estaba constituida no slo por la fuerza material, sino por la fuerza moral. Frente a estas opiniones democrticas existieron tambin desde un principio opiniones adversas y, muy especialmente, entre los filsofos, el criterio antidemocrtico predominaba. Entre otros muchos escritos que han llegado hasta nosotros, existe el de un desconocido aristcrata que escribi un tratado sobre la Repblica Ateniense y que figura entre las obras de Xenofonte. Dicho desconocido ataca a la democracia de Atenas con fuertes y numerosos argumentos: acusa a la democracia de ignorante y de grosera y slo le reconoce gran inteligencia para el malo por lo menos para mantener su propia dominacin, para la satisfaccin de sus intereses, y trata de demostrar de manera muy ingeniosa cmo todas las instituciones se combinan para ese fin. No conocemos la opinin de Scrates ms que indirectamente por medio de algunas frases que le atribuye Xenofonte, pero sin duda que el padre del intelectualismo, que ligaba la virtud al saber y que no encontraba verdadera sabidura sino en la dialctica, deba tener cierto desdn para las asambleas polticas, constituidas, segn expresa l mismo, por zapateros, albailes, herreros y campesinos; gentes que no piensan sino vender caro lo que han comprado barato, en una palabra, compuesta por todo aquello que en la ciudad es menos inteligente y ms miserable. Para Platn los atenienses no eran sino unos locos amables y es conocido su ideal de gobierno: una casta de magistrados y de guerreros formados por una educacin filosfica muy completa, gobernando desde lo alto de su sabidura a la multitud de ignorantes y trabajadores. El gobierno ateniense era para Platn una anarqua de ignorancia y de grosera en la que la filosofa no ocupaba ningn lugar (Repblica). La igualdad democrtica era para Plat6n el colmo de la sinraz6n; la libertad sin medida conduce a la anarqua J sta lleva fatalmente a la tirana (Las Leyes). Aristte1es es ms conciliador y admite en principio toda clase de gobierno. Otros crticos de la democracia ateniense, tales como Polibio y Plutarco son muy posteriores a la poca en que domin ese rgimen en Atenas, no obstante las objeciones que hacen son muy dignas de tomarse en cuenta.

2.

ROMA

El estudio de la historia universal permite apreciar las aptitudes y las inclinaciones distintivas de cada pueblo, y no es difcil encontrar una forma de especializacin de conceptos y de realizaciones propios de cada grupo social. Si los griegos fueron especialmente aptos para la investigacin filosfica y la expresin artstica, otros pueblos descollaron en otro gnero de ideas y de acciones, Roma domin. a-todas en el terreno jurdico; de aqu la importancia del derecho romano y la imposibilidad de excluido del estudio de la historia general del derecho. Al salir del estado de barbarie en el que las necesidades ms esenciales de la existencia son provistas por instituciones rudimentarias, los pueblos comienzan a manifestar claramente, segn sus diversos caracteres tnicos, ciertas facultades peculiares a cada uno de ellos. La individualidad de cada grupo social que constituye una nacin embrionaria, se manifiesta dejando al descubierto una misin o vocacin especial. Un solo pueblo nunca ha podido abarcar como patrimonio propio todos los conceptos de que es capaz la humanidad, ni tampoco la realizacin concreta de todos ellos, sino que cada pueblo tiene una especializacin. En Grecia lo fue la de la especulacin filosfica y la del arte, y en otros pueblos se encuentran diversas especializaciones que han dejado en la historia una huella ms o menos fuerte y definitiva. Esta colaboracin civilizadora universal vara en importancia e intensidad en razn directa del poder intelectual, del valor fsico y del moral, siendo a veces casi imperceptible, pero en otras ocasiones de alcance enorme, de manera que el trabajo realizado en determinado tiempo y en determinado punto deja imperecedera la huella a travs de los siglos, haciendo que millones de seres y pueblos enteros le sean tributarios.

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A Roma toc la misin de la guerra y la vocacin del derecho. Llev al ms alto grado de su perfeccionamiento la ciencia militar, la que posey y utiliz para someter por medio de ella a sus contemporneos, a los principios que reglamentan las relaciones de los individuos entre s o con la colectividad de que dependen, lo que en trminos generales constituye el derecho. Tal fue la vocacin jurdica de Roma. Excluir del estudio de la historia general del derecho la historia del derecho romano es privar a aqulla del elemento capital de la misma. Aun cuando el estudio de la historia general del derecho preceda, como en el caso, al estudio del derecho romano, y aun cuando aqul sea hecho desde el punto de vista histrico, no sera posible excluir al derecho romano del estudio de la historia general del derecho, aunque no sea ms que para recordar lo ya aprendido, sin destruir la hilacin de los fenmenos histrico-jurdicos a travs del tiempo, y sin privar a todo el derecho posterior al romano de sus antecedentes lgicos e histricos. Respecto de las divisiones que desde el punto de vista prctico se hacen en el estudio de la historia del derecho romano, cabe preguntarse si debe subordinarse la historia del pueblo a la del derecho, o bien a la inversa. Todo historiador debe ser jurisconsulto, dice Ortoln, y todo jurisconsulto debe ser historiador. No se puede conocer el derecho sin conocer su historia, pero la historia del derecho no es nicamente un cuadro rido de leyes clasificadas por orden cronolgico. Las costumbres de la nacin, sus transformaciones, sus guerras y su civilizacin son otras tantas causas que modifican su derecho; desarrollar estas causas e indicar su influencia, es por tanto un elemento indispensable para la recta apreciacin y profundo conocimiento del derecho. Por tanto, es la historia del derecho la que debe supeditarse a la historia general, por lo que al estudiar la historia del derecho romano, tendremos que seguir la divisin que de la historia" de este pueblo se hace, en virtud de los grandes acontecimientos polticos que modificaron su aspecto como nacin y su gobierno. Las transformaciones fundamentales en la historia de Roma, no slo implican o traen consigo una transformacin en el rgimen poltico, sino que repercuten en el derecho privado, ya sea consuetudinario o escrito. De aqu que siguiendo la divisin de la historia de Roma, el estudio del derecho romano deber comprender los tres grandes periodos siguientes: a) Periodo de los reyes o Monarqua. b) La Repblica. c) El Imperio.

MonarquaConviene recordar lo que ya se ha dicho, acerca de la organizacin social y poltica en los orgenes de Roma. Su poblacin se encontraba dividida en dos grupos: una casta superior dominante, con su derecho privilegiado, su monopolio en las funciones sacerdotales, polticas y judiciales, sus ritos propios, la institucin del matrimonio exclusiva de ella; en una palabra, los patricios (patres, patrci), y una casta inferior, sojuzgada, que no poda aliarse con la anterior ni era admitida en sus ritos, ni en su derecho, y que se hallaba distribuida entre las familias patricias bajo la proteccin de ellas y mediante el lazo de la clientela, excluida de las funciones pblicas; stos eran los plebeyos o la plebe (plebs, pleb). Exista adems otro grupo de la poblacin que no formaba parte de la ciudad, que no tena ningn derecho y que era objeto de propiedad como si fuera cosa: los esclavos (serv, mancpa). El lazo de la clientela ofrece otra distincin entre patrones y clientes. Por parte de los primeros existan estrictos deberes de protecci6n y de asistencia para los segundos, y respecto de stos exista la obligaci6n de ayudar a los patrones por medio de contribuciones con el objeto de dotar a las hijas o de rescatar a los hijos prisioneros. De parte de unos y otros exista tambin la obligacin de guardarse una fe recproca al grado de que no era permitido acusar uno al otro, ni servir de testigo el patrn contra el cliente ni ste contra aqul. Se puede dar testimonio en favor de un cliente contra un cognado -dice Catn- contra un cliente, nunca. Debe

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recordarse tambin lo que se ha dicho acerca de la gens, que estaba constituida por aquellos que, remontndose en su ascendencia, no encontraban a ninguno que hubiera sido siervo, ni sujeto a ninguna liga personal. Slo los patricios se encontraban en este caso; nicamente ellos podan formar con las diferentes ramas salidas de un tronco comn y ligadas entre s por lazos de abnegacin, una gens; slo ellos podan ser calificados de gentiles. De aqu los calificativos de las lenguas modernas de gentilhombre, gentilumo, gentleman, etctera. Esta nocin de la gens tiene como caracterstica, adems, los derechos de tutela y de herencia legtima sobre la persona y la sucesin de sus clientes y de sus descendientes, as como sobre las personas y bienes de sus libertas. El jefe de la gens (pater) entraa la idea de dominio y entre los primitivos romanos este dominio era casi absoluto, por lo que el pater familias ya tuviera o no hijos, fuera o no casado, era el jefe de la familia compuesta de cognados, clientes, libertas y esclavos. Era por lo tanto patricio que patrem ciere possent, id est nihil ultra quam ingenous, y plebs, in qua gentes civium patriciam non insunt. El pueblo romano se encontraba adems dividido en tres tribus: ramnenses, tatienses y luceres, acerca de cuyo origen los autores no estn de acuerdo, pues en tanto que unos sealan como origen de cada una de ellas respectivamente a Rmulo, jefe de los latinos, a Tasio, jefe de los sabinos y a Lucumon, jefe de los etruscos, otros afirman que los nombres y orgenes de las mencionadas tribus derivan de los etruscos exclusivamente. Cada tribu se divida en diez curias, de manera que el pueblo romano se encontraba distribuido en treinta curias. La tradicin popular refiere que estas curias recibieron cada una el nombre de una de las mujeres sabinas que despus de su rapto se arrojaron en medio del combate entre romanos y sabinos, como mediadoras de la paz. Los miembros de una misma tribu y los de cada curia, adems de su origen nacional comn, latino, sabina o etrusco, estaban unidos entre s por lazos religiosos y cada tribu contaba con sus sacerdotes (curiones, curiales, flamines, curiarum sacerdotes), sus fiestas y sus gapes anuales en comn tambin estn unidas por lazos militares, pues cada tribu deba suministrar una legin de mil hombres y adems, las unan lazos polticos, mediante la agrupacin de votos de cada tribu. La reunin de las treinta curias convocadas para deliberar y decidir constituye la ms antigua asamblea del pueblo romano. Estos comicios, llamados comitia curiata de carcter religioso y aristocrtico, se reunan al pie del Capitolio en la parte del Foro llamada comitium y constituyeron las primeras asambleas legislativas en la historia de la conferencia de las leyes. Sin embargo, su poder no era muy amplio, pues no se reunan sino cuando eran convocadas y slo para tratar un solo asunto en cada vez. Adems, despus de tomar una decisin era indispensable para que llegara a ejecutarse, contar con el asentimiento del Senado; potestas in papulo, auctoritas in senatu sit (Cicern). El Senado, institucin comn a todas las ciudades de la antigedad, estaba constituido por los principales jefes de la casta patricia. El ttulo de senador denota hombre de edad madura, con experiencia, y se les llamaba tambin patres. En un principio el Senado constaba de cien patres o senadores y ms tarde se elev el nmero hasta trescientos, conservando las familias de los cien primeros el nombre de patres matarum gentium, y el de los doscientos restantes, creados por Tarquino, el de patres minarum gentium. Cuando, ms tarde, los plebeyos fueron admitidos en el Senado no recibieron el calificativo de patres, sino que se les llam canscripti o adjecti, de donde proviene la locucin patres et conscripto. El rey (rex), tercera autoridad, era el administrador del gobierno aristocrtico de Roma. Era nombrado por las curias y confirmada su eleccin por la auctoritas del Senado, lo cual daba a su nombramiento el carcter de leo curiata. La guerra, las cosas sagradas y la jurisdiccin eran las tres facultades de que gozaba, pues era jefe militar, sumo sacerdote y magistrado judicial. A su vez creaba senadores, reparta las tierras conquistadas y propona las leyes a los comicios. Fueron siete los reyes a saber: Rmulo (hasta el ao de 39), Numa Pompilio, que segn la tradicin, expidi varias leyes relativas a las instituciones religiosas, tanto pblicas como privadas; Tulio Hostilio (ao 81) Anco Marcio (ao 113); Tarquino el Antiguo (ao 136); Servio Tulio (ao 176) l' Tarquino el Soberbio, ltimo rey. Las relaciones internacionales estaban encomendadas al Colegio de los Faciales; especie de embajadores.

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En la poca de Servio Tulio se estableci la obligacin para todos los habitantes, de inscribirse en el censo, en el que adems se inscribieron las fortunas personales. El censo se celebraba cada cinco aos y despus se proceda a la ceremonia de purificacin del pueblo (populum lustrare). De aqu el nombre de lustro al periodo de cinco aos. De la institucin del censo, que determin la fortuna de cada ciudadano, se deriva la distribucin del pueblo en clases y centurias. La divisin de clases radica en el monto de la fortuna y se dividi a los causantes (assidui) en cinco clases, segn que tuviesen ms de cien mil ases, ms de setenta y cinco mil, ms de cincuenta mil, ms de veinticinco mil, y ms de once mil. Aquellos que no eran causantes slo se les exiga que contribuyeran con sus personas para la formacin del ejrcito, eran los proletarii. La centuria tena un origen militar y designaba en un principio un grupo de cien hombres. As como los comicios por curias constituan el grupo de legisladores de la aristocracia de origen, los comicios por centurias constituyeron el grupo de legisladores de la aristocracia de fortuna. No desaparecieron los comicios por curias al establecerse los de centurias. Otra institucin que se encuentra en la Roma primitiva, es la de los caballeros, orden destinada a colocarse entre los senadores y los plebeyos y que fue tomando importancia con el tiempo. Antes de terminar el periodo de los reyes, posiblemente en el reinado de Tarquino el Soberbio, se hizo una recopilacin de las leyes consuetudinarias que regan desde la poca de Rmulo, compilacin hecha por el pontfice Sexto Papirio, por lo que se conoce dicha compilacin con el nombre de ius civile papirianum. Este cuerpo de derecho no ha llegado hasta nuestros das. En resumen, por lo que hace al derecho pblico el gobierno estaba constituido por el pueblo reunido en curias, por el Senado y por el rey. El pueblo elega a sus reyes, daba algunas veces su asentimiento en casos de declaracin de guerra, pronunciaba su admisin para la aceptacin de una ley que se le propona. El Senado era consultado en todos los asuntos importantes de la administracin, los proyectos de la ley, la guerra o la paz, eran del conocimiento de l antes de ser sometidos al pueblo y las decisiones de ste deban ser investidas con la auctoritas del Senado para que tuvieran fuerza lega1. Estos decretos se llamaban senatus-consultus. El rey era el jefe del ejrcito, era quien convocaba los comicios, al Senado, haca ejecutar las leyes y sentenciaba. Como pontfice mximo, presida el culto religioso. En cuanto al derecho privado, los documentos de esa poca faltan totalmente, pero como derecho consuetudinario se conservan hasta ms tarde muchos principios de aquella poca remota. Todo el derecho privado de los romanos tanto respecto de las personas como respecto de las cosas, descansaba sobre el concepto de la manus, la mano, o sea el poder en su expresin ms general y en su smbolo ms vigoroso. Los bienes, los esclavos, los hijos, la mujer y aun los hombres libres en servicio de otro, se encuentran bajo la mano del jefe in manu, expresin que ms tarde perder su amplitud para ser ms especia1. La lanza, es decir, la fuerza guerrera, es para el quirite (hombre de la lanza) el medio originario y por excelencia para adquirir el poder de la manu y cuando desaparezca como medio brutal y salvaje se conservar como smbolo. Lo que llamamos hoy propiedad, en aquella poca reciba el nombre de mancipium (manu captum). Si la lanza es el medio simblico de la adquisicin primitiva, posteriormente fue substituida por la solemnidad del bronce y la balanza (per des et libram). As como la manus es la base principal del derecho privado de los quirites, la mancipatio y la solemnidad per des et libram es la manera como funciona el establecimiento, la modificacin y la extincin de los derechos. Por este medio se adquira la propiedad de la tierra, del ganado, de los esclavos y aun de la mujer. Entre los patricios en lugar de este medio exista para el matrimonio la confarreatio. Respecto de las personas exista el derecho de constituir la esclavitud; la patria potestad, el poder marital, la manumisin y la clientela; y por lo que hace a las cosas, exista la propiedad territorial del Estado (ager publcus) que perteneca al pueblo colectivamente y el (ager romanus) que se divida como propiedad privada entre los ciudadanos.

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Surgimiento de la RepblicaHemos visto que el poder pblico en Roma fue desempeado por tres cuerpos polticos; a saber: el rey, el pueblo y el Senado. De estos tres cuerpos el primero fue substituido por el de dos cnsules nombrados anualmente. Este movimiento se llev a cabo por patricios, como por plebeyos, quedando estos dos grupos sociales frente a frente una vez destruido el poder del rey (ao 245 de Roma) 408 a. C. El poder o facultades conferidos a los cnsules (en un principio llamados pretores) no tenan el mismo alcance que el poder de que gozaba el rey, quien, como se ha dicho, era el juez supremo, el jefe del ejrcito y el sumo sacerdote. Las facultades de carcter religioso no pasaron a los cnsules sino que quedaron en el rex sacrorum, pero la subordinacin de ste al pontifex maximus lo exclua de toda significacin poltica. Los cnsules aun cuando pudiera llamrseles en cierto sentido los reyes anuales, en realidad no tomaron el puesto del rey, pues mientras que ste se encontraba por encima de los senadores y de los patricios, constituyendo un cuerpo poltico independiente, los cnsules, por el contrario no eran sino patricios, dirigidos por el Senado y nada podan llevar a cabo sin la influencia de ste. El equilibrio poltico se distribuy exclusivamente entre el Senado y el pueblo. El Senado aument su poder ejecutivo, la administracin se concentr en l y se le atribuy la facultad de tratar directamente con los aliados y con los enemigos; en una palabra, el Senado era quien llevaba las riendas del gobierno. La lucha sigui entre patricios y plebeyos; aquellos tratando de conservar todos sus privilegios y stos buscando mayor igualdad. Existe la idea que desde la poca de los primeros cnsules, Junio Bruto y Tarquino Colatino, los plebeyos lograron obtener algunos puestos en el Senado, pero esto no parece confirmarse. Sin embargo, en tiempo del cnsul Valerio Publcola, uno de los sucesores de los primeros mencionados, se expidieron varias leyes llamadas leyes Valerias (leges valeriae). Entre las cuales las ms importantes fueron aquellas que prohiban bajo pena de muerte, que se privara a un ciudadano romano de la vida, de la libertad o de los derechos de la ciudadana, sin que previamente se hubiera apelado al pueblo (provocatio ad populum), y la que prohibi la creacin de magistrados sin el asentimiento del pueblo. En el caso de apelacin, tratndose de delitos graves, el pueblo delegaba sus facultades a dos ciudadanos llamados quaestores parricidii, quienes abran la instruccin y dictaban sentencia en los aludidos asuntos criminales a nombre del pueblo (qui capitalibus rebus praessent), parricidium significaba en esa poca paris-cidium asesinato de su semejante; esto es, homicidio y no como ms adelante se dijo patriscidium o sea muerte o asesinato del padre. Esta ley Valeria no se aplicaba a los extranjeros ni a los esclavos; los cnsules podan respecto de stos, imponerles castigos o sentenciados a muerte. Tampoco se extendan sus efectos fuera de la ciudad y por consiguiente no se aplicaba al ejrcito cuando se haba alejado ms de una milla de la ciudad. Por ltimo, tampoco afectaba a la patria potestad, pudiendo darse el caso de que una persona cuya vida dependa del pueblo, fuera condenada a morir por orden de su padre. Al mismo pretor Valerio PubIcola se atribuye la creacin de una nueva magistratura: la de los quaestores, en nmero de dos, a quienes se encomend la guarda y administracin del tesoro pblico (qui pecuniae praessent). Este cargo era un desmembramiento del consulado. Fue reservado originariamente a los patricios y el nombramiento de estos quaestores lo haca el pueblo. Tarquino el Soberbio, ltimo rey, al ser expulsado de la ciudad, no dej de luchar para recuperar su antiguo puesto y con el objeto de evitar que esto sucediera, por orden del Senado, los cnsules nombraron un dictador con poder omnmodo durante seis meses. Este funcionario poda condenar a toda clase de ciudadanos al destierro, a ser azot