ANTOLOGÍA POÉTICA Mercedes Escolano

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Material didáctico elaborado por la Biblioteca Escolar Juan Leiva para el encuentro literario con la poeta Mercedes Escolano el 2 de diciembre.

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Page 1: ANTOLOGÍA POÉTICA  Mercedes Escolano

BREVÍSIMA

ANTOLOGÍA POÉTICA

Mercedes Escolano

Biblioteca Escolar Juan Leiva

ENCUENTROS

LITERARIOS

La isla de las mujeres Cuando al amanecer, calmados los vientos que horas antes agitaban las jarcias, los tripulantes decidieron dirigirse a la isla en busca de agua y provisiones, eligieron una bahía serena y recogida para desembarcar. Ya en tierra firme, sobre cada uno de ellos se abalanzaron más de cien mujeres, y cada una se disputaba al hombre elegido, y los hombres, exhaustos, obligados a gozar sin parar de todas y cada una de las hembras, morían con los ojos en blanco.

4. Fascinación del Atlántico (Cádiz, Diputa-

ción Provincial, 2007)

Los amantes

En las tardes crecientes del verano acaso el amor fuera la ola rugiente que dobla el cuerpo, dinámica, curva espalda de espuma que sinuosa llega hasta la orilla y allí muere sin peso; acaso los dorados granos de arena que van y vienen —dóciles— de la mano del viento caprichoso; acaso la caracola que una marea de poniente fue arrastrando y depositó en esta playa. El sol ha ido secando la sal de los bañistas, dejando escamas blancas en la piel que antes fuera brillante y sedosa. Se aman en las olas. Se aman en la arena los amantes, con júbilo y usura. El mar no los detiene.

5. Jardín salvaje (Madrid, Del Centro Edito-

res, 2011)

Jardín Salvaje es un proyecto fruto de la colaboración

artística entre una pintora de las palabras (Mercedes

Escolano) y un poeta de las imágenes (José Ganforni-

na). Comenzó a gestarse al hilo del libro de poemas

que nuestra autora escribió bajo el mismo título que

hoy da nombre a la muestra.

JOSÉ GANFORNINA, Hojas secas

Hojas secas

Para mi padre Hojas secas. Viento que dispersa hojas secas. Un cuchillo de viento que dispersa hojas secas. En mi cuerpo un cuchillo de viento que dispersa hojas secas]. He sentido en mi cuerpo un cuchillo de viento que

[ dispersa hojas secas. Dijiste adiós, y he sentido en mi cuerpo un cuchillo de

[ viento que dispersa hojas secas.

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BREVÍSIMA ANTOLOGÍA POÉTICA

1. Marejada (Salesianos, Elche, 1982)

Libro con el que Mercedes Escolano obtiene el premio “Poema Joven” en 1981. “A través de sus versos notamos esa fuerte corriente de irracionalismo poético que nos sorprende por su belleza y su pasión. Hay una poesía honda y secreta que aflora a la superficie del poema, tal una marejada que nos dejas esos versos rotos como significantes de las garras que los han deshecho y que intuimos

más allá de la palabra escrita”. (Publicado en Mercedes

Escolano, Marejada, Salesianos, Elche (Alicante), 1982)

Canción de arcilla

Mi cuerpo está hecho de ríos. Tiene las curvas del caudal de tus manos de agua; las huellas que tú has ido labrando con tu paso. Y en mis márgenes de espuma crece el romero y la salicaria. Has ido tendiendo puentes sobre mi espuma y turbulencia, sobre el mágico misterio de sentirse río latente. Me has amasado con el barro de la orilla, pequeño alfarero, con tus grandes manos tiernas. Por mis ojos de vasija mana toda la luz del agua.

1.1

CANCIÓN D Patio

El patio y la cancela de mi infancia (hierro blanco desnudo de cristales) pertenecen a la casa del pasado: aquella a la que no he de volver.

Con sed se incrustan hacia el mármol los aljibes manteniendo celosamente su secreto.

Los arabescos caen rodando por la escalera. Quizá aquel par de bancos siga día a día desgañitándose.

2. Malos tiempos (Quorum Ediciones, Cádiz, 1997)

No amarás (Diputación de Cádiz, 1997)

“Los personajes de uno (Malos Tiempos) y otro (No

amarás) son los mismos. El escenario sigue siendo urbano,

pero ya no hay tanto alcohol ni tantos automóviles. En

Malos tiempos, los protagonistas aparecían con un perfil

más cómico o vodevilesco. Los de ahora son más amargos,

ya no aman; se limitan a pasear por la ciudad y a observar.

Han madurado, son seres más reflexivos y solitarios. La

palabra clave a lo largo de todo el poemario es

desencanto”. (Mercedes Escolano)

Declaración de intenciones

Entiendo la poesía como un ocio elegante, irónico y perverso, un lujo desfasado en el que se refugian algunos solitarios. Un poeta de oficio nunca soy ni seré. Detesto los horarios, la obligada rutina que convierte al poeta en un vil funcionario. Sólo escribo poesía cuando no hay más remedio y siempre, en ese caso, hago trampas al juego. Escribo por capricho, por celo, por hastío, por pasión reincidente, por humor, por dinero, por despecho, por vicio, por obtener la dosis de ternura y crueldad que requiere mi vida, o tal vez por motivos de amor inexplicables. Las historias que cuento, ¿a quiénes interesan? A unos pocos amigos y a algún lector amable que me sigue hace años, pendiente de mi juego.

Escribo –lo confieso– sólo para mí misma, sin preocuparme apenas de la fama, la corte, el mundillo y los chismes que sobre mí se cuentan, sin pensar si a otros gusta; gustándome a mí, basta. He aquí mis intenciones: si puedo, divertirme a costa de la lírica, sentimental a veces, frívolamente otras, pero siempre consciente de aborrecer las reglas que marcan este juego. (Malos Tiempos)

Un invierno en Lisboa

Una ciudad bajo un sol tibio de invierno con calles bajando en desorden hacia un río, chimeneas de carbón en un cielo manchado, tabernas en penumbra, casi en silencio. La vida entra a traición, por el costado, y atraca como un barco más al puerto. De dónde viene, a dónde va, qué importa. Una ciudad sin prisas, donde el tiempo se mide por cafés, a breves sorbos. Cuando cae la noche y la humedad con ella, todas las calles conducen al cielo y el río se abre como un peine.

(No amarás)

3. Islas (Madrid, Ediciones La Palma, 2002)

“Las islas son territorios míticos por excelencia, pues

en ellas fácilmente tiene lugar lo imaginario. Son

universos cerrados, replegados sobre sí mismos, con

sus propias leyes; lugares en los que lo exótico,

extraordinario y maravilloso encuentran cobijo.

Dioses y humanos conviven en islas desde la

Antigüedad, conformando un espacio mítico lleno de

encanto que ha atraído a todo tipo de viajeros y

lectores”. (Mercedes Escolano. Del prólogo)

Las islas del sueño Fuera de las rutas, más allá del mar conocido, hay islas sin pájaros donde crecen los árboles del sueño. Los navegantes que a ellas arriban quedan sumidos en un profundo sopor que invade sus miembros y los paraliza. Por el número de huesos esparcidos junto a los troncos, se calcula el número de infortunados. .