“AUTÓNOMOS Y PREVENCIÓN” - Junta de Andalucía...La actual configuración de la normativa en...

“AUTÓNOMOS Y PREVENCIÓN”

Gestión del conocimiento en prevención

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Categoría: Gestión del conocimiento en la prevenciónNombre: Salvador Apellidos: Paneque GómezOrganización: FAFFE . Consejería de Empleo – DGSSLDepartamento: SPPTDirección de Contacto: Av de Hytasa Nº: 14Planta: -1Código Postal: 41014 Localidad: SevillaProvincia: Sevilla País: EspañaTeléfonos: 955048530 Fax:E-mail:[email protected]

Autónomos y prevenciónPREVEXPO 2010 - X CONGRESO ANDALUZ

DE SEGURIDAD Y SALUD LABORAL

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1. ABSTRACT

La Recomendación 2003/134/CE del Consejo, relativa a la mejora de la protección de la

seguridad y salud de los trabajadores autónomos, considera que éstos, están siempre

expuestos a los mismos riesgos para su seguridad y salud, que los trabajadores por

cuenta ajena y que abundan en sectores considerados de alto riesgo, tales como la

agricultura, pesca, construcción y transporte por tanto, desde instancias supranacionales

se reconoce un problema y fuente de problemas en la figura del trabajador autónomo, en

relación a la seguridad y salud laboral del mismo.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, establece en su art 2, que será de

aplicación tanto ella como sus Reglamentos de desarrollo a trabajadores autónomos, en

relación a los derechos y obligaciones que de la propia ley de prevención de riesgos

laborales, pudiese derivarse.

La actual configuración de la normativa en prevención de riesgos laborales, trata a los

autónomos de forma dispar en relación a la actividad de la Inspección de Trabajo y

Seguridad Social, además la realidad del trabajo autónomo le hace depender de la buena

voluntad e interés por la realidad preventiva del cliente que lo contrate y a la vez del

propio trabajador autónomo

Palabras Clave

Autónomo, cuenta ajena, TRADE, prevención, formación

2. INTRODUCCIÓN

La realidad de los trabajadores autónomos a día de hoy, es bastante difícil en relación al

cumplimiento veraz de la normativa preventiva vigente. El hecho de que la prevención

de riesgos, quede en manos de la discrecionalidad del propio autónomo, lo que unido a

las figuras de “falso autónomo” y TRADE, hacen aparecer un panorama confuso ante la

situación real de los trabajadores autónomos propiamente dichos.

El objetivo de este trabajo, es poner de manifiesto esa desprotección frente a los riesgos,

así cómo proponer medidas para atemperar el efecto perverso de un sistema que deja a



3

un gran número de la población fuera de los sistemas de control de aspectos tan

fundamentales, como pueden ser, el estado de salud o bien el conocimiento de los

riesgos reales a los que se enfrentan en el desarrollo de su tarea .

3. DESARROLLO EXPERIMENTAL

Se han estudiado aspectos relacionados con las estadísticas que se encuentran

disponibles en relación a la afiliación tanto de los autónomos propiamente dichos, como

de las figuras similares.

4. OTROS APARTADOS O SECCIONES

5. RESULTADOS

1º.- La normativa actual prima al trabajador por cuenta ajena frente al trabajador por

cuenta propia en relación a la seguridad en el desarrollo de la tarea que se lleve a cabo,

simplemente por la relación que uno u otro tiene con el Estado ( Seguridad Social,

fundamentalmente)

2º.- Las actuaciones encaminadas a incardinar la prevención de riesgos en las tareas

llevadas a cabo por los autónomos no dejan de ser declaraciones de intenciones, puesto

existen herramientas concisas para poder ejecutar esta integración

3º.- La realidad del trabajo autónomo le hace depender de la buena voluntad e interés

por la realidad preventiva del cliente que lo contrate y a la vez del propio trabajador

autónomo

4º.- La formación e información en prevención de riesgos para los autónomos es

totalmente disponible por éste, con las consecuencias que ello puede acarrear al resto de

trabajadores por cuenta ajena que ejecuten su trabajo en las inmediaciones del operario

autónomo.

5º.- La actual configuración de la normativa en prevención de riesgos laborales, trata a

los autónomos de forma dispar en relación a la actividad de la Inspección de Trabajo y

Seguridad Social.

6º.- Un autónomo en un tajo es el ser más desprotegido en el mismo en relación a la

prevención de riesgos, pero a la vez es el factor de riesgo más incontrolable de forma



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tal que podrá desencadenar una secuencia accidental (ausencia de formación e

información veraz y real)

7º.- La existencia de la figura del “falso autónomo”, deja a dicho autónomo

desprotegido frente a los riesgos laborales.

6. CONCLUSIONES

Sería necesario no tratar a la seguridad laboral con diferente rasero, en función de la

forma en la que un ser humano desarrolla sus tareas y se relaciona con la Seguridad

Social, la norma debería evolucionar en este sentido, ya que la cotización a la Seguridad

Social, no puede estar reñida con la garantía de la integridad tanto física como moral de

la persona objeto de la futura prestación, debiéndose prever la necesidad de que la

aportación para cubrir las contingencias profesionales sea obligatoria.

La seguridad y salud laboral deberá ser algo inherente al desarrollo de la tarea, la

ejecute quién la ejecute, proponiéndose que sea una asignatura trasversal en los planes

de estudio (sobre todo en todo el sistema educativo desde los niveles de desarrollo más

elementales)

Las diferenciaciones según sea un trabajador cuenta ajena o propia, lo único que crea es

operarios de primera, con garantías para evitar accidentes y operarios de segunda

abocados al accidente, salvo si su criterio considera lo contrario, evitándose un ahorro al

sistema, al cargar con accidentes profesionales los servicios de atención sanitaria

pública, en vez de acudir a su mútua, por lo que sería conveniente estudiar el actual

carácter voluntario de la protección de contingencias profesionales, ya que no es lógico

que una persona esté decidiendo si quiere o no esa protección, por ser autónoma y el

mismo desarrollo de actividad por cuenta ajena, lo establezca de forma obligatoria .

Se debería promover, fomentar y promocionar, las actividades de las asociaciones de

trabajadores autónomos, que impulsen programas formativos efectivos y reales en

materia de seguridad y salud laboral, estableciendo un sistema parecido al propiciado

por la TPC, ya que este daría fe de la formación e información efectiva recibida y

percibida por el trabajador autónomo, aún en el caso de que hiciese su aparición la

figura del “falso autónomo”.



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7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

CCOO (2001). Madrid: Guía del trabajador autónomo

Recomendación del Consejo de la UE de 18 de febrero de 2003 relativa a la

mejora de la protección de la salud y la seguridad en el trabajo de los

trabajadores autónomos. 2003

Estatuto del trabajo autónomo Ley 20/2007, de 11 de julio (BOE de 12 de

julio de 2007)

Palomeque López, Manuel Carlos. (2008) Autónomos y seguridad laboral

.Revista Seguridad y Medio Ambiente.

González Morales , Olga (2008) Evolución del empleo autónomo en las

regiones españolas y su relación con el crecimiento económico y el empleo.

PP. 203-221 .Revista de Estudios Regionales nº 84, I.S.S.N.: 0213-7585 (

Upta. (2008). El trabajo autónomo en Andalucía.

Reyna Fernández , Sebastián (2009).El trabajo autónomo en el modelo social

europeo y en el reordenamiento jurídico de la UE en la Estrategia de Lisboa

después de 2010: especial referencia al trabajador autónomo dependiente.

http://www.upta.es/conPortal/documentos/89.pdf

Eurofound. (2009). Trabajadores por cuenta propia: relaciones laborales y

condiciones de trabajo.

Ojeda Avilés, Enrique (2009) “La externalización del derecho del trabajo”.

Revista Internacional del Trabajo de la OIT (vol. 128, 2009, num. 1-2)..

Rodríguez-Piñero Royo, Miguel C. (2010) La laboralización del trabajo

autónomo: experiencias comparadas y situación en España.

http://www.uhu.es/miguel.rodriguez/lecciones/Leccion7/LECTURA_TEMA

7.doc

8. AGRADECIMIENTOS

A todas las personas que estimulan la mejora de las condiciones de seguridad y salud en

que se desarrollan las tareas

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1. ABSTRACT


seguridad y salud de los trabajadores autónomos, considera que éstos, están siempre

expuestos a los mismos riesgos para su seguridad y salud, que los trabajadores por

cuenta ajena y que abundan en sectores considerados de alto riesgo, tales como la

agricultura, pesca, construcción y transporte por tanto, desde instancias supranacionales

se reconoce un problema y fuente de problemas en la figura del trabajador autónomo, en

relación a la seguridad y salud laboral del mismo.


aplicación tanto ella como sus Reglamentos de desarrollo a trabajadores autónomos, en

relación a los derechos y obligaciones que de la propia ley de prevención de riesgos

laborales, pudiese derivarse.

La actual configuración de la normativa en prevención de riesgos laborales, trata a los

autónomos de forma dispar en relación a la actividad de la Inspección de Trabajo y

Seguridad Social, además la realidad del trabajo autónomo le hace depender de la buena

voluntad e interés por la realidad preventiva del cliente que lo contrate y a la vez del

propio trabajador autónomo

Palabras Clave

Autónomo, cuenta ajena, TRADE, prevención, formación

2. INTRODUCCIÓN

La Prevención de Riesgos Laborales, es un campo tan amplio en el que cómo bien se

puede apreciar, quedan aspectos que se dejan a la libre regulación e incluso fuera de la

misma, tal y cómo es el caso de los trabajadores autónomos en su total y absoluta

complejidad.

Este texto, intenta sobre todo abundar en un aspecto complejo, pero que requiere a falta

de un estudio más profundo, una inicial reflexión en voz alta



3


seguridad y salud de los trabajadores autónomos, considera que:

- éstos, están siempre expuestos a los mismos riesgos para su seguridad y salud,

que los trabajadores por cuenta ajena

que abundan en sectores considerados de alto riesgo, tales como la agricultura, pesca,

construcción y transporte por tanto, desde instancias supranacionales se reconoce un

problema y fuente de problemas en la figura del trabajador autónomo, en relación a la

seguridad y salud laboral del mismo.

Según los últimos datos de afiliación de la Seguridad Social de la RETA (regimen

especial de trabajadores autónomos) hasta finales de enero, se puede decir que sólo 5

sectores productivos aglutinan a casi el 70% de los autónomos en España, estos

cinco sectores fundamentales son: comercio y reparación de vehículos, hostelería,

agricultura (más ganadería y pesca) construcción e industria manufacturera.

Los datos de afiliación de la Seguridad Social española, indicaban que a 31 de Enero de

2009 había un total de 3.273.471 trabajadores por cuenta propia en España de los cuales

el 67% pertenecían a cualquiera de éstos sectores. En concreto dichos 2.194.005

profesionales se repartían de la siguiente forma:

Comercio y reparación de vehículos 795.486

Construcción 520.926

Hostelería 317.482

Agricultura, ganadería y pesca 301.822

Industria manufacturera 258.289

Es desde luego muy importante cualquier ayuda a los autónomos, ya que si nos fijamos

los sectores más afectados por la crisis en España como la automoción, la construcción

y el turismo son justamente los que cuenta con mayor número de afiliados por cuenta

propia.

3. DESARROLLO EXPERIMENTAL



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aplicación tanto ella como sus Reglamentos de desarrollo a trabajadores por cuenta

ajena, así como en el de las relaciones de carácter administrativo o estatutario del

personal al servicio de las Administraciones Públicas, con las peculiaridades, entre

otros, tales cómo: fabricantes, importadores y suministradores, sociedades cooperativas,

constituidas de acuerdo con la legislación que les sea de aplicación, en las que existan

socios cuya actividad consista en la prestación de un trabajo personal, con las

peculiaridades derivadas de su normativa específica, así cómo a trabajadores

autónomos, en relación a los derechos y obligaciones que de la propia ley de prevención

de riesgos laborales, pudiese derivarse.

Es ésta última parte, la que nos va a interesar examinar desde un punto de vista práctico

y sobre todo teórico, en cuanto que esa teoría nos llevará a las conclusiones que

podremos establecer al final de este texto.

La prevención de riesgos laborales, se define según el art 4 de la LPRL como “el

conjunto de actividades o medidas adoptadas o previstas en todas las fases de actividad

de la empresa con el fin de evitar o disminuir los riesgos derivados del trabajo”, esta

definición es muy importante, pues fija la atención en el concepto trabajo por cuenta

ajena que recordemos establece el Texto Refundido del Estatuto de los Trabajadores

como el que se realiza voluntariamente, retribuidos por cuenta ajena y dentro del

ámbito de organización y dirección de otra persona, física o jurídica, denominada

empleador o empresario, hasta aquí, esta definición del trabajo por cuenta ajena, hace

que se tenga que depender de un empresario o empleador, pero en el caso de los

autónomos, él mismo es el empresario ( empleador, si contrata a trabajadores por cuenta

ajena), pero siempre es alguien que no cumple las prescripciones que establece el Texto

Refundido ya mencionado, puesto que el desarrollo de su tarea no exige retribución por

cuenta ajena, no exige, (en principio ya que esto es discutible), estar dentro del ámbito

de organización y dirección de otra persona física o jurídica.

El apartado relativo a estar bajo la dirección y organización de una persona física o

jurídica, aunque parezca lo contrario no es exclusivo de los trabajadores por cuenta

ajena, ya que esta figura se observa en aquellos trabajadores autónomos que regidos por

una relación mercantil, ven como su trabajo es organizado y dirigido, exactamente igual



5

que en el caso de los trabajadores por cuenta ajena, por una persona física o jurídica

pero que en vez de llamarse empleador o empresario, se denomina cliente, pues a éste es

al que va destinado el resultado final de la tarea ejecutada por dichos autónomos.

Este tipificación del trabajo por cuenta ajena, frente a las tareas que desarrollan los

trabajadores autónomos, llevan aparejadas situaciones rocambolescas de la entidad de

las que pueden provocar graves resultados físicos, personales y/o sociales, pues se

observa que la propia Ley de Prevención de Riesgos Laborales, define el riesgo laboral

como “la posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado del

trabajo. Para calificar un riesgo desde el punto de vista de su gravedad, se valorarán

conjuntamente la probabilidad de que se produzca el daño y la severidad del mismo”

,según esta definición y habida cuenta de la naturaleza del trabajador autónomo, ¿éstos

desarrollan sus tareas sin riesgos? (ajustado a norma legal de prevención de riesgos

laborales)....una situación cómo poco dantesca, no siendo necesario que el autónomo

pase por un infierno, cada vez que tenga un accidente relacionado con la tarea que

ejecuta, pues hasta hace poco el accidente de trabajo era un espacio vedado al mismo.

Desde distintas instancias, se propone vehemente la conversión del trabajador por

cuenta ajena en trabajador autónomo, ¿esto llevaría aparejada la desaparición gradual de

los riesgos laborales tal y cómo los entendemos hoy?

En un principio, estos riesgos no desaparecerán sin más, pero sin embargo, y con

frecuencia, tienden a camuflarse en los datos sobre accidentalidad, dentro de estadísticas

que, ofrecerán entre otros aspectos, posibles descensos de siniestralidad, relacionados

(aunque no condicionalmente) con el aumento de trabajadores autónomos frente a la

disminución de la contratación laboral por cuenta ajena.

La Ley 20/2007 y la prevención de riesgos en autónomos

La Ley 20/2007, de 11 de julio, del Estatuto del trabajo autónomo, establece en su art 8,

ciertas prescripciones en aras de la protección de éstos frente a los riesgos derivados de

la tarea que vayan a ejecutar. Entre otras, se estimula el que las Administraciones

Públicas competentes asuman un papel activo en relación con la prevención de riesgos

laborales de los trabajadores autónomos, por medio de actividades de promoción de la

prevención, asesoramiento técnico, vigilancia y control del cumplimiento por los

trabajadores autónomos de la normativa de prevención de riesgos laborales, lo que entre



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otras cosas no deja de ser un contrasentido, pues la propia Ley de Prevención de

Riesgos Laborales y sus normas de desarrollo, excluyen de forma fehaciente la figura

del trabajador autónomo propiamente dicho del “todo” de la LPRL , dejándola recluida

en el art 24 de la propia LPRL y el RD 171/2004, reduciendo la aplicación a una mera

relación mercantil entre la que deberá haber una coordinación (de otra parte lógica) en

relación a las actividades y riesgos que se pudieran dar en el centro de trabajo o lugar

común dónde coincidan estos trabajadores autónomos con otros autónomos y/o con

trabajadores por cuenta ajena ( tal y cómo establece el mismo art 8.31 de la Ley

20/2007).

Por otro lado este mismo art 8, en su apartado 2, sigue insistiendo en que las

Administraciones Públicas competentes promoverán una formación en prevención

específica y adaptada a las peculiaridades de los trabajadores autónomos.

Este art 8, consciente de la poca implicación que las empresas que tengan una relación

mercantil con un autónomo puede llegar a tener, establece que en caso de que contraten

con trabajadores autónomos la realización de obras o servicios correspondientes a la

propia actividad de aquéllas, y que se desarrollen en sus propios centros de trabajo,

“deberán vigilar el cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales

por estos trabajadores”, lo que nos haría recapacitar sobre la responsabilidad “in

vigilando” que aparece de forma sesgada en este aspecto del propio articulado del

Estatuto del Trabajador Autónomo, pues si bien se supone que es al trabajador por

cuenta ajena al que organizan y dirigen en la ejecución de su trabajo, ahora el propio

articulo 8.3 de la Ley 20/2007, establece un nexo con lo anteriormente expuesto, pues,

si la empresa deberá vigilar el cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos

laborales por el trabajador autónomo, estará entrando en el campo de la organización del

mismo, ya que van a dirigir las acciones y actuaciones que se desarrollen por este

autónomo contratado, no sólo desde el punto de vista preventivo, ya que éste se

incardinará en su forma de producción.

1 Cuando en un mismo centro de trabajo desarrollen actividades trabajadores autónomos y trabajadores de otra u otras empresas,así como cuando los trabajadores autónomos ejecuten su actividad profesional en los locales o centros de trabajo de lasempresas para las que presten servicios, serán de aplicación para todos ellos los deberes de cooperación, información einstrucción previstos en los apartados 1 y 2 del artículo 24 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de RiesgosLaborales.



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Así mismo, se establece por parte del art 8.5 que si “trabajadores autónomos deban

operar con maquinaria, equipos, productos, materias o útiles proporcionados por la

empresa para la que ejecutan su actividad profesional, pero no realicen esa actividad

en el centro de trabajo de tal empresa, ésta asumirá las obligaciones consignadas en el

último párrafo del artículo 41.1 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención

de Riesgos Laborales.”, este art 41.1 de la Ley 31/1995, fija las obligaciones que tienen

los fabricantes, importadores y suministradores, respecto a que “la maquinaria, equipos,

productos y útiles de trabajo no constituyan una fuente de peligro para el trabajador,

siempre que sean instalados y utilizados en las condiciones, forma y para los fines

recomendados por ellos. De otro lado los fabricantes, importadores y suministradores

de productos y sustancias químicas de utilización en el trabajo están obligados a

envasar y etiquetar los mismos de forma que se permita su conservación y

manipulación en condiciones de seguridad y se identifique claramente su contenido y

los riesgos para la seguridad o la salud de los trabajadores que su almacenamiento o

utilización comporten”, por tanto este apartado hace que cláusulas destinadas a

trabajadores por cuenta ajena, se asimilen a trabajadores por cuenta propia, por lo que

no es comprensible que más adelante se establezca que “las empresas incumplan las

obligaciones previstas en los apartados 3 a 5 del artículo 8, asumirán las obligaciones

indemnizatorias de los daños y perjuicios ocasionados, siempre y cuando haya relación

causal directa entre tales incumplimientos y los perjuicios y daños causados”,

debiéndose en todo caso hacer una mención especial a la figura de indemnización de

daños y perjuicios pues trata de forma mercantil, aspectos que son de carácter laboral,

entrando y saliendo de la norma preventiva para dar lugar a la plasmación de una

compensación económica por el daño causado, relacionando el denostado aspecto de

pagar por el daño producido, con la figura del trabajador autónomo, no poniendo en

marcha la necesidad de establecer criterios preventivos en las relaciones de carácter

mercantil más allá de la coordinación, de hecho si seguimos avanzando en el articulado

de la Ley 20/2007, ésta establece que “ la responsabilidad del pago establecida en el

párrafo anterior, que recaerá directamente sobre el empresario infractor, lo será con

independencia de que el trabajador autónomo se haya acogido o no a las prestaciones

por contingencias profesionales”, abordándose nuevamente aspectos relacionados con



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el pago de cuotas a la Seguridad Social y las correspondientes prestaciones que se

devengarían de la misma.

La figura de “Riesgo grave o inminente” se define en la propia Ley 31/1995 , cómo

aquel “resulte probable racionalmente que se materialice en un futuro inmediato y

pueda suponer un daño grave para la salud de los trabajadores”, la Ley 20/2007,

ofrece cobertura a una situación lógica, tal y cómo es que “El trabajador autónomo

tendrá derecho a interrumpir su actividad y abandonar el lugar de trabajo cuando

considere que dicha actividad entraña un riesgo grave e inminente para su vida o

salud”, si bien la Ley de Prevención de Riesgos Laborales protege al trabajador por

cuenta ajena , impidiendo que se represalíe al mismo en caso de paralizar de forma

razonable su actividad por la presencia de un riesgo grave e inminente, la aplicación de

esta cláusula a los trabajadores autónomos no es real, al no contar con una protección

similar en los casos en que éstos paralicen la actividad, pues una relación mercantil, es

susceptible de romperse (conforme al art 152 de la Ley 20/2007) mediada una

indemnización en más de las ocasiones, mediocre o incluso sin ella, una vez que se

interrumpió el trabajo de forma razonable, ante la presencia de un riesgo grave e

inminente, aún incluida dentro del art 16 de la propia Ley 20/2007, cómo una

“Interrupción justificada de la actividad profesional” e incluso aunque el art 16.2 diga

que no es causa de extinción contractual por voluntad del cliente, ya que un aspecto es

el legalmente reflejado y otro el realmente contemplado.

Todas estas disposiciones contenidas en el artículo 8 se aplicarán sin perjuicio de las

obligaciones legales establecidas para los trabajadores autónomos con asalariados a su

2 La relación contractual entre las partes se extinguirá por alguna de las siguientes circunstancias:

a. Mutuo acuerdo de las partes.b. Causas válidamente consignadas en el contrato, salvo que las mismas constituyan abuso de derecho manifiesto.c. Muerte y jubilación o invalidez incompatibles con la actividad profesional, conforme a la correspondiente legislación de

Seguridad Social.d. Desistimiento del trabajador autónomo económicamente dependiente, debiendo en tal caso mediar el preaviso

estipulado o conforme a los usos y costumbres.e. Voluntad del trabajador autónomo económicamente dependiente, fundada en un incumplimiento contractual grave de

la contraparte.f. Voluntad del cliente por causa justificada, debiendo mediar el preaviso estipulado o conforme a los usos y costumbres.g. Por decisión de la trabajadora autónoma económicamente dependiente que se vea obligada a extinguir la relación

contractual como consecuencia de ser víctima de violencia de género.

h. Cualquier otra causa legalmente establecida.



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cargo en su condición de empresarios, por lo que deberemos tener presente la dualidad

de la que permanentemente hará gala este tipo de operario que desarrolla su tarea por

cuenta propia.

Evolución del número de autónomos en período 2005-20093

SUJETOS A 31 DE DICIEMBRE 2005 2006 2007 2008 2009

Aut. propiamente dicho o Personas Físicas 2.235.198 2.207.485 2.238.772 2.141.717 2.026.176

Nº Autónomos sin asalariados 1.791.532 1.762.005 1.793.421 1.730.230 1.635.666

Nº Autónomos con 1 trabajador 221.833 226.290 228.718 218.832 209.236

Nº Autónomos con 2 trabajadores 98.798 98.920 99.012 91.600 86.674



Nº Autónomos con 5 y más trabajadores 46.305 44.279 42.698 35.591 32.896

SUJETOS SEGÚN SECTOR 2.005 2.006 2.007 2.008 2.009

AGRICULTURA 344.915 331.910 320.368 299.754 274.987

INDUSTRIA 134.415 127.943 124.722 118.168 106.716

CONSTRUCCIÓN 300.004 312.081 345.376 304.541 256.938

SERVICIOS 1.455.864 1.435.551 1.448.306 1.419.254 1.387.535

TOTAL 2.235.198 2.207.485 2.238.772 2.141.717 2.026.176

Estos números, nos muestran una permanente lucha con las condiciones económicas del

entorno, pues en los años de bonanza, se puede observar cómo (sobre todo en el sector

3 Datos extraídos del Ministerio de Trabajo e Inmigración (autónomos propiamente dichos)



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de la construcción), el número de autónomos contabilizado, tiene una tendencia

creciente, afectándose principalmente de su descenso desde 2008, la industria y el sector

agrícola, lo que no resulta raro, si como sabemos el crecimiento desde el año 2005 al

2007, estaba sustentado en el sector de la construcción (incluidos servicios afines),

manteniéndose el sector servicios en una constante bajada, sin pasar por la brusquedad

del ya referido sector de la construcción.

Si observamos la evolución del número de los trabajadores autónomos según EPA:

Se puede inferir de ésta bajada, que los autónomos, afectados como la sociedad en

general por la situación de crisis, bruscamente patente desde finales de 2007 hasta la

actualidad, suelen optar en la mayoría de las ocasiones, por querer pasar a ser

trabajadores por cuenta ajena o bien cierran sus negocios al objeto de evitar una

bancarrota total en sus economías, de ordinario afectadas seriamente por los bruscos

cambios del ciclo económico, lo que nos vendría a decir que, en ciclos alcistas de

actividad económica, la población autónoma aumenta de una forma muy visible y que

por tanto un alto sector productivo, deja de estar bajo la protección de la norma de

prevención de riesgos laborales, en lo referido a lo que no sea lo previsto en el art 24 y



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su RD 171/2004, de desarrollo, ante el paso en estas situaciones del régimen cuenta

ajena al de autónomos

Al hilo de estos datos y si analizamos los datos aportados por el informe realizado por

ATA y Fraternidad Muprespa de enero de 2009, sobre la siniestralidad de los

autónomos, podremos obtener conclusiones bastante interesantes, en orden al tema que

nos incumbe, así observamos el número de autónomos que tienen protegidas sus

contingencias profesionales sobre el total de autónomos:

AUTÓNOMOSSEPTIEMBRE 2008

ALTAS EN CONTINGENCIASPROFESIONALES

TRABAJADORES AUTÓNOMOS

%PORCC.AA.

ANDALUCÍA 503.792 105.366 20,9

ARAGÓN 115.964 15.120 13,0

ASTURIAS 83.019 17.101 20,6

BALEARES 91.069 10.586 11,6

CANARIAS 114.427 19.158 16,7

CANTABRIA 46.090 8.486 18,4

CASTILLA LAMANCHA

162.540 36.810 22,6

CASTILLA YLEÓN

221.494 38.297 17,3

CATALUÑA 588.127 56.777 9,7

EXTREMADURA 81.551 17.599 21,6

GALICIA 236.095 53.392 22,6

LA RIOJA 28.493 5.792 20,3

MADRID 385.218 58.737 15,2

MURCIA 103.640 17.870 17,2

NAVARRA 49.784 8.831 17,7

PAÍS VASCO 188.193 14.477 7,7

VALENCIA 366.125 50.966 13,9

TOTAL 3.371.691 535.365 15,9

Tabla 1. Fuente: ATA y FRATERNIDAD MUPRESPA. Enero, 2009

Del análisis de estos datos, nos llama poderosamente la atención el que, sólo un 15,9 %

de trabajadores autónomos, tengan cubierta las contingencias profesionales,

surgiéndonos el interés sobre lo que realmente no se sabe qué ocurre con los accidentes

profesionales del 84,1 % de la población autónoma en España.

Todos los estudio realizados en orden a saber la situación real de la siniestralidad en los

trabajadores por cuenta propia, tal y como hemos visto hasta ahora, parten de un error

de base: no se sabe realmente la siniestralidad del RETA, pues sólo se opera en función



12

de lo declarado en las encuestas referidas al número de éstos que están actualmente de

alta en la cobertura de sus contingencias profesionales, luego la opacidad de los datos

del 84,1 % restante de la población que nos interesa, pone de manifiesto la necesidad de

abordar respuestas reales y efectivas ante la siniestralidad en esta población

Siniestralidad en los trabajadores autónomos:

INDICE DESINIESTRALIDAD

TOTALSISTEMA (POR MIL)

INDICE INCIDENCIA SINIESTRALIDADTRABAJADORES PORCUENTA PROPIA (POR

MIL)

ANDALUCÍA 60 24,2

ARAGÓN 53 19,2

ASTURIAS 63 22,5

BALEARES 75 18,7

CANARIAS 63 18,6

CANTABRIA 54 27,2

CASTILLA LA MANCHA 72 27,7

CASTILLA Y LEÓN 57 24,5

CATALUÑA 57 8,2

EXTREMADURA 53 28,7

GALICIA 50 18,1

LA RIOJA 60 22,3

MADRID 50 19,2

MURCIA 54 22,5

NAVARRA 56 27,5

PAÍS VASCO 58 23,6

VALENCIA 57 24,4

TOTAL 57,09 21,15

Tabla 2. Fuente: ATA y FRATERNIDAD MUPRESPA. Enero, 2009



13

A diciembre de 2008, el índice de siniestralidad era de 21,15/mil, para los trabajadores

autónomos, mientras que para el sistema en su totalidad, se cifraba en un 57,09/mil,

siendo una tasa que casi triplica al dato obtenido de los trabajadores autónomos (con la

prescripciones relativas a estos datos, ya expresadas), además con relación al

comportamiento de la siniestralidad de los trabajadores autónomos del total del sistema,

las comunidades que ofrecían menores índices de siniestralidad son Madrid (50/mil) y

Galicia (50/mil); y, Baleares (75/mil) y Castilla la Mancha (72/mil), las que presentan

mayores tasas. La Comunidad Andaluza, presenta un índice de siniestralidad de

(24,2/mil).

Si analizamos la proporción de autónomos con contingencias profesionales sobre el

total de autónomos según CC.AA, veremos que Andalucía con un total del 20,9 % de

sus autónomos de alta en contingencias profesionales, muestra junto a Cataluña y

Madrid, el número de autónomos más alto y en relación a estas comunidades, sin

embargo, muestra uno de los mayores porcentajes de cobertura de contingencias

profesionales, dándose el caso en atención a los datos de la tabla anterior (tabla 2), de

que la incidencia de siniestralidad es pareja a todas las CC.AA, a excepción de Cataluña

que la mantiene muy baja en comparación con el resto, claro está que no es tan

meritorio si nos fijamos en que sólo un 9,7% de su población autónoma es la que está en

alta en las contingencias profesionales, lo que nos hace pensar nuevamente, en que no se

pueden obtener datos de fondo, sobre la siniestralidad de los trabajadores autónomos , al

tener que regirnos sólo por los que se obtienen de aquellos que se han dado de alta en

las contingencias profesionales.

El descenso de la contratación por cuenta ajena, las más de las veces ha supuesto la

subcontratación de las tareas por realizar a trabajadores autónomos, de hecho es una de

las formas que se han usado para compensar la falta de fuerza de trabajo, siendo

substituida ésta de ordinario por trabajadores autónomos, lo que implica a todas luces

que las medidas de prevención que se tuviera que tomar para la prevención y protección

de trabajadores por cuenta ajena, no se tomarán, siendo ordinariamente sustituidas por

otras de menor coste, eso sí incursas dentro de la coordinación de actividades

empresariales, pero con un coste menor indudablemente al ser trasladado el problema de

la seguridad y salud a la responsabilidad del trabajador autónomo. Esta situación,

entronca con la realidad de los llamados “falsos autónomos” , grupo de trabajadores que



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desarrollan su actividad bajo los parámetros típicos del trabajo subordinado

(dependencia, ajenidad y remuneración periódica) si bien, formalmente, se encuentran

sometidos a las obligaciones fiscales y de Seguridad Social propias del trabajo

autónomo.

Son relaciones bilaterales con apariencia mercantil, en las que, si bien parece primar la

autonomía de las partes en cuanto al contenido y desarrollo de la prestación, el

trabajador se encuentra en una relación de absoluta subordinación tanto técnica

como organizativa y económica respecto de la empresa para la que presta sus

servicios. En determinadas ocasiones y con objeto de cubrir, en apariencia, el régimen

de autonomía, estos trabajadores se constituyen en sociedades cooperativas laborales o

en comunidades de bienes creando ficticiamente un entorno probatorio que sirva para

tratar de acreditar la supuesta realización de trabajos por cuenta propia (facturas de

compra de materiales y de maquinaria, prestación para una pluralidad de empresarios,

etc.). Para el empresario que pone en marcha este sistema, este fraudulento modo de

prestación del trabajo reporta considerables beneficios tanto en orden a las obligaciones

de Seguridad Social así como en relación a las obligaciones de naturaleza laboral. Lo

que traducido a seguridad y salud laboral , se convierte en lo que hemos tratado con

anterioridad, una desprotección real frente a la teórica protección real de la figura en

cuestión, ya que la protección de las contingencias profesionales es voluntaria y de

ordinario el patrón de ese falso autónomo, se ahorrará el coste, lo que sumado a la no

necesaria información y formación que de forma obligada se le daría en caso de ser por

cuenta ajena, la ausencia de vigilancia de la salud y un largo rosario de aspectos

imposibles de evitar para el empresario con trabajadores por cuenta ajena, pero

totalmente evitables en caso de tratar con autónomos propiamente dichos, hace que

éstos estén desprotegidos de forma real, incluidos los autónomos económicamente

dependientes (los llamados TRADE), aunque éstos están más próximos al trabajo por

cuenta ajena que al trabajo por cuenta de propia.

Camino de ida hacia el problema

Si analizáramos la siniestralidad en los trabajadores por cuenta ajena:

EVOLUCIÓN DE LA SINIESTRALIDAD 2.005 2.006 2.007 2.008 2.009

AGRICULTURA 36.096 34.215 34.991 33.367 29.518

INDUSTRIA 260.626 242.542 239.566 216.709 143.099



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CONSTRUCCIÓN 250.376 255.636 253.222 194.248 114.378

SERVICIOS 434.697 402.350 406.572 384.617 318.078

TOTAL 981.795 934.743 934.351 828.941 605.073

Podríamos observar que desde el 2005 hasta el presente, las series, nos muestran el

comportamiento de los sectores económicos, de tal forma que el análisis de estos datos,

nos muestra un descenso especialmente brusco en relación a la siniestralidad, en el

marco de las relaciones por cuenta ajena, lo que extrapolado al sector de los autónomos

debería ser visualizado mediante aquellos partes en los que se reflejen accidentes, pero,

y aquí es dónde radica el uno de los posibles problemas de la disfunción del sistema, la

cobertura de accidentes profesionales para los trabajadores autónomos es voluntaria

como hemos visto en las tablas de datos, es decir que el autónomo con recursos y

disponibilidad, de ordinario cubrirá esta contingencia, sin embargo, aquellos que

dependen de las facturaciones a mes pasado e incluso son acreedores de

Administraciones Públicas, ven cómo al reducir sus gastos no cubren esta contingencia,

dándose lugar a un efecto perverso, ya que el sistema se encarga de dejar fuera del

mismo a aquellos que no optan por cubrir las contingencias profesionales de forma

voluntaria, por tanto y a raíz de ello, la siniestralidad respecto a estos profesionales, en

los tajos queda desvirtuada, no se puede saber si realmente se dio un accidente en el

desarrollo de la tarea, es más ¿quién evita los riesgos? ¿quién los evalúa si no los pudo

evitar en caso de los trabajadores autónomos, que ni tan siquiera cubren las

contingencias profesionales de modo voluntario? Nadie, salvo él mismo, lo que implica

que en épocas de fuerte recesión , tal y cómo estamos afrontando en la actualidad, la

seguridad y salud de este colectivo, se deja al libre albedrío del autónomo.

En razón de no se sabe bien que criterios técnicos, a dos personas que desarrollan el

mismo trabajo, una al lado de la otra, pero diferenciadas sólo por el régimen de

cotización a la Seguridad Social, se les ofrece una cobertura legal de forma obligatoria y

a la otra de carácter disponible por ella misma, no pudiéndose obviar que ésta para la

que el carácter es disponible, puede ser la causa del accidente de aquella para la que es

obligatoria.



16

Si no perdemos de vista los sectores en los que se concentran los autónomos, veremos

que entre servicios y construcción se aglutinan el mayor número de afiliados a este

régimen.

Si nos fijamos en la gráfica de evolución de la siniestralidad en los trabajadores por

cuenta ajena, es en estos sectores dónde más alta se observan las cifras, aún decreciendo

camino del año 2009, pero lo más importante es que no tenemos datos sobre la

evolución de la siniestralidad real entre autónomos y no olvidemos que la figura del

“falso autónomo” sigue rondando las relaciones en el mercado de trabajo.

Por tanto y en aras de garantizar una seguridad y salud tanto laboral, como profesional,

la prevención de riesgos laborales, debería dotarse de un carácter más firme y concreto

en relación al trabajador autónomo, no siendo objeto de meros aspectos inconcretos (la

coordinación de actividades empresariales, está bastante bien, pero ¿de qué sirve, si

realmente el autónomo lo más cerca que has estado de la seguridad y salud, es cuando

se pone un casco, un guante o firma un papel diciendo que asume lo que el contratista

dice que tiene que hacer)

El inicio del camino hacia la problemática del trabajador autónomo, pasa entre otros

hitos por pararse en situaciones especialmente llamativas:

- Vigilancia de la salud: El art 22 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales,

establece que el empresario vendrá obligado a garantizar a los trabajadores a su

2005 2006 2007 2008 2009



17

servicio la vigilancia periódica de su estado de salud en función de los riesgos

inherentes al trabajo; esta garantía lleva aparejada la voluntariedad por parte del

trabajador, es decir, que preste su consentimiento a la vigilancia de su salud, sin

embargo, deberemos estar a un apartado especialmente llamativo, y es el que

establece que, de esa voluntariedad “sólo se exceptuarán, previo informe de los

representantes de los trabajadores, los supuestos en los que la realización de los

reconocimientos sea imprescindible para evaluar los efectos de las condiciones

de trabajo sobre la salud de los trabajadores o para verificar si el estado de

salud del trabajador puede constituir un peligro para el mismo, para los demás

trabajadores o para otras personas relacionadas con la empresa o cuando así

esté establecido en una disposición legal en relación con la protección de

riesgos específicos y actividades de especial peligrosidad”, todo ello con vistas

a la protección del propio trabajador y de sus compañeros...sin embargo ¿qué

ocurre si es un trabajador autónomo el que constituye un peligro para sí mismo o

para los demás?, en principio, nada, pues no se le puede exigir que demuestre

que su estado de salud es el adecuado para desarrollar la tarea requerida en ese

momento, por tanto, salvando la profesionalidad de dicho autónomo, si no se

encuentra bien, se puede dar el caso de que no sólo sea un riesgo para él, sino

que se convierta en un factor de riesgo, no valorado ni controlado por demás,

para el resto de operarios que ejecutan las tareas a su alrededor.

- Formación e información : El art 18 y 19 de la LPRL, establece que el

empresario adoptará las medidas adecuadas para que los trabajadores reciban

todas las informaciones necesarias en relación con:

o Los riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores en el trabajo,

tanto aquellos que afecten a la empresa en su conjunto como a cada tipo

de puesto de trabajo o función.

o Las medidas y actividades de protección y prevención aplicables a los

riesgos señalados en el apartado anterior.

o Las medidas adoptadas de conformidad con lo dispuesto en el artículo 20

de la Ley 31/1995 (medidas de emergencia).



18

Así mismo, el art 19 de LPRL, nos dice que “En cumplimiento del deber de protección,

el empresario deberá garantizar que cada trabajador reciba una formación teórica y

práctica, suficiente y adecuada, en materia preventiva, tanto en el momento de su

contratación, cualquiera que sea la modalidad o duración de ésta, como cuando se

produzcan cambios en las funciones que desempeñe o se introduzcan nuevas

tecnologías o cambios en los equipos de trabajo.

La formación deberá estar centrada específicamente en el puesto de trabajo o función de

cada trabajador, adaptarse a la evolución de los riesgos y a la aparición de otros nuevos

y repetirse periódicamente, si fuera necesario.

La formación a que se refiere el apartado anterior deberá impartirse, siempre que sea

posible, dentro de la jornada de trabajo o, en su defecto, en otras horas pero con el

descuento en aquélla del tiempo invertido en la misma. La formación se podrá impartir

por la empresa mediante medios propios o concertándola con servicios ajenos, y su

coste no recaerá en ningún caso sobre los trabajadores.”

Bien, como una aproximación al mundo del trabajador por cuenta ajena, pero , ¿cómo se

puede tener garantías sobre la formación de un trabajador autónomo? ¿quién valora que

dicho autónomo sabe las medidas relativas a emergencias? ¿quién garantiza que sabe los

riesgos a los que está expuesto aunque lleve en el puesto mucho tiempo?. Nadie,

ninguna persona garantiza esto y por tanto, si tan importante es el concepto de

información y formación para el legislador ¿por qué se deja fuera de la obligatoriedad

de estar informado y formado de forma específica al trabajador autónomo? En teoría

porque se aplica el art 24 de la LPRL y el RD 171/2004, pero sin embargo esto requiere

sesiones informativas específicas y reales y no simplemente la entrega de un papel a

cambio de una firma.... . Esta realidad supone que o por desconocimiento o por la

cotidianidad de su actividad, los peligros de su trabajo resultan desapercibidos, lo que

les convierte en un colectivo especialmente vulnerable.

Se deberían encaminar los esfuerzos, por tanto, hacia la formación e información real (a

veces entregar un papel y recibir una firma por parte de personas que no saben hacer

lecturas comprensivas es el origen de bastantes problemas), de los trabajadores

autónomos antes de entrar en los lugares de trabajo, al objeto de que comprendan bien



19

los mecanismos de actuación para prevenir accidentes, convirtiéndolo en una parte

activa de dicho mecanismo

- Equipos de protección individual: Basta decir que el RD773/97 establece la

obligatoriedad de su uso en base a poder determinar los puestos de trabajo en los

que deba recurrirse a la protección individual conforme a lo establecido en el

artículo 4 del propio RD 773/97 y precisa además que, para cada uno de estos

puestos, se deberá determinar el riesgo o riesgos frente a los que debe ofrecerse

protección, las partes del cuerpo a proteger y el tipo de equipo o equipos de

protección individual que deberán utilizarse. Este aspecto está muy bien

planteado para un análisis del trabajo desde fuera y con la constante de que los

costes de los EPI´S no recaerán en el trabajador, ahora bien, si tenemos presente

que el trabajo autónomo presenta unas características asociadas a la reducción de

costes, se observa cómo se produce una reducción de costes en relación a los

EPI´S por parte de gran número de autónomos, ya que no usan todos los que

deberían o los llevan a extremos en que su fiabilidad ya no es del 100%.

4. RESULTADOS

De lo visto de forma totalmente somera, pero habida cuenta de la complejidad del tema,

sin embargo una primera aproximación a la realidad del trabajo autónomo en relación

con la prevención de riesgos laborales, se puede inferir varios aspectos destacables:

1º.- La normativa actual de seguridad y salud laboral prima al trabajador por cuenta

ajena frente al trabajador por cuenta propia en relación a la seguridad en el desarrollo de

la tarea que se lleve a cabo, simplemente por la relación que uno u otro tiene con el

Estado ( Seguridad Social, fundamentalmente), tratándose a los autónomos asimismo

de forma dispar en relación a la actividad de la Inspección de Trabajo.

2º.- Las actuaciones encaminadas a incardinar la prevención de riesgos en las tareas

llevadas a cabo por los autónomos no dejan de ser declaraciones de intenciones, puesto

que no existen herramientas concisas para poder ejecutar esta integración



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3º.- La realidad del trabajo autónomo le hace depender de la buena voluntad e interés

por la realidad preventiva del cliente que lo contrate y a la vez del propio trabajador

autónomo

4º.- La formación e información en prevención de riesgos para los autónomos es

totalmente disponible por éste, con las consecuencias que ello puede acarrear al resto de

trabajadores por cuenta ajena que ejecuten su trabajo en las inmediaciones del operario

autónomo.

5º.- Un autónomo en un tajo es el ser más desprotegido en el mismo en relación a la

prevención de riesgos, pero a la vez es el factor de riesgo más incontrolable de forma

tal que podrá desencadenar una secuencia accidental (ausencia de formación e

información veraz y real)

6º.- La existencia de la figura del “falso autónomo”, deja a dicho autónomo

desprotegido frente a los riesgos laborales

5. CONCLUSIONES

Sería necesario no tratar a la seguridad laboral con diferente rasero, en función de la

forma en la que un ser humano desarrolla sus tareas y se relaciona con la Seguridad

Social, la norma debería evolucionar en este sentido, ya que la cotización a la

Seguridad Social, no puede estar reñida con la garantía de la integridad tanto física,

mental como social de la persona objeto de la futura prestación, debiéndose prever la

necesidad de que la aportación para cubrir las contingencias profesionales sea

obligatoria.

Las diferenciaciones según sea un trabajador cuenta ajena o propia, lo único que crea

es operarios de primera, con garantías para evitar accidentes y operarios de segunda

abocados al accidente, salvo si su criterio considera lo contrario, dándose un ahorro al

sistema, al evitar que carguen los servicios de atención sanitaria, por lo que sería

conveniente estudiar el actual carácter voluntario de la protección de contingencias

profesionales, ya que no es lógico que una persona esté decidiendo si quiere o no esa

protección, por ser autónoma y el mismo desarrollo de actividad por cuenta ajena, lo

establezca de forma obligatoria .



21

La seguridad y salud laboral deberá ser algo inherente al desarrollo de la tarea, la

ejecute quién la ejecute, proponiéndose que sea una asignatura trasversal en los planes

de estudio (sobre todo en todo el sistema educativo desde los niveles de desarrollo más

elementales)

La formación en materia de prevención de riesgos es fundamental. El acceso de los

autónomos a material didáctico, tipo guías de mano para consulta rápida, de sectores o

bien manuales especialmente diseñados para ellos y los riesgos en el desarrollo de sus

tareas.

La formación de nivel básico en materia preventiva en función de los riesgos de su

actividad y en los términos previstos en el Real Decreto 39/97, de 17 de enero, que

aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención, es una de las mejores

herramientas de las que se puede dotar al autónomo, pues una formación mínima con el

contenido especificado en el programa a que se refiere el Anexo IV del Reglamento con

la finalidad de identificar riesgos, realizar evaluaciones elementales de riesgos y

promover un hábito de buenas prácticas y actuaciones preventivas básicas en su

propia empresa

Se debería promover, fomentar y promocionar, las actividades de las asociaciones de

trabajadores autónomos, que impulsen programas formativos efectivos y reales en

materia de seguridad y salud laboral, estableciendo un sistema parecido al propiciado

por la TPC, ya que este daría fé de la formación e información efectiva recibida y

percibida por el trabajador autónomo, aún en el caso de que hiciese su aparición la

figura del “falso autónomo”.

6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

- Guía del trabajador autónomo. CCOO Madrid. 2001

- RECOMENDACIÓN del CONSEJO de la UE de 18 de febrero de 2003 relativa

a la mejora de la protección de la salud y la seguridad en el trabajo de los

trabajadores autónomos. 2003

- La laboralización del trabajo autónomo: experiencias comparadas y situación en

España. Miguel C. Rodríguez-Piñero Royo Catedrático de Derecho del Trabajo,



22

Universidad de Huelva. Consejero del Consejo Económico y Social Grupo de

Investigación PAI SEJ-322

- Estatuto del trabajo autónomo Ley 20/2007, de 11 de julio (BOE de 12 de julio

de 2007)

- Revista Seguridad y Medio Ambiente. Autónomos y seguridad laboral. Manuel

Carlos Palomeque López. 2008

- Evolución del empleo autónomo en las regiones españolas y su relación con el

crecimiento económico y el empleo. Olga González Morales. 2008

- El trabajo autónomo en Andalucía. Upta. 2008

- El trabajo autónomo en el modelo social europeo y en el reordenamiento

jurídico de la UE en la Estrategia de Lisboa después de 2010: especial referencia

al trabajador autónomo dependiente. Sebastián Reyna Fernández. 2009.

- Trabajadores por cuenta propia: relaciones laborales y condiciones de trabajo.

Eurofound. 2009

- Revista Internacional del Trabajo de la OIT (vol. 128, 2009, num. 1-2). “La

externalización del derecho del trabajo”. Enrique Ojeda Avilés (Universidad de

Sevilla). 2009

- Estudio diagnóstico y evaluación de la gestión de la prl en el colectivo de autónomos

con asalariados. ATA- Junta de Castilla y León. 2009

- Informe de siniestralidad laboral en autónomos 2008. Federación nacional de

Trabajadores Autónomos (ATA) y Fraternidad Muprespa. 2010

7. AGRADECIMIENTOS

A todas las personas que estimulan la mejora de las condiciones de seguridad y salud en

que se desarrollan las tareas

“AUTÓNOMOS Y PREVENCIÓN” - Junta de Andalucía...La actual configuración de la normativa en...

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