“Predica la siste a tiem- Palabra, in- El Expositor po y fuera · del Dios Altísimo. El Dr....
Transcript of “Predica la siste a tiem- Palabra, in- El Expositor po y fuera · del Dios Altísimo. El Dr....
mo un sufriente y el
ejemplo que Él dio y la
ayuda que Él ofrece a los
sufrientes, encontremos
una medida de fortaleza
y consuelo para enfrentar
una de las duras realida-
des de la vida: Las Perso-
nas sobre la tierra sufren,
incluyendo a los santos
del Dios Altísimo.
El Dr. Scott Peck co-
menzó su libro, The Road
Less Travelled con esta
oración, “La Vida es Difí-
cil” Luego él observó,
que una vez que éste he-
cho es aceptado, entonces
la vida no ya no es más
difícil porque uno antici-
pa el daño, los obstáculos
y el dolor.
El problema del sufri-
miento humano es uno
de los problemas filosófi-
cos profundos de todas
las edades. Unos pocos
siglos ante de Cristo, Epi-
cúreo contendió con el
Jesús: “El Amigo de Todos los que Sufren” — Tom Holland
Mayo-Junio 2018 Vol. 18, Número 3
El Expositor
“Predica la
Palabra, in-
siste a tiem-
po y fuera
de tiem-
po” (2 Tim.
4:2—LBLA)
Jesús: “El Ami-
go de todos los
que Sufren”
Tom Holland
1
La Actitud ha-
cia Las Escritu-
ras
Phil Sanders
6
argumento que el dolor
y el sufrimiento proba-
ban que no hay Dios. Si
Dios existía, Él estaría
limitado en Sus atribu-
tos. Él no únicamente no
podría ser completamen-
te amoroso, un Dios To-
do poderoso no permiti-
ría que el dolor y el sufri-
miento existan. Sin em-
bargo, el dolor y el sufri-
miento existen, por lo
tanto, Dios no existe.
El problema del sufri-
miento humano no es
tanto filosófico como
personal para alguien
cuyo cuerpo está abru-
mado por el dolor de un
tumor maligno. Una per-
sona que se sienta junto
a la cama de un niño
muriéndose, probable-
mente se pregunta
“¿Porque?”. Sé que mu-
chas personas que sufren
el rechazo de un compa-
ñero matrimonial, la
E l Sufrimiento es una
realidad siempre
presente. Todos tenemos
familiares o amigos que
han o están actualmente
sufriendo. Muchos de
nosotros hemos experi-
mentado sufrimiento físi-
co o emocional. W. T. Ha-
milton, en su libro titula-
do: Why Has All This
Happened to Us?, obser-
va que el sufrimiento es
el “segundo problema
más antiguo que enfren-
ta la familia humana, y
es antecedido sólo por el
problema del peca-
do” (Pág.1). Esperamos
que al mirar en Jesús co-
herido de Dios y abati-
do” (53:4). Él como
inocente sufriría por
causa de los culpables.
¿En que sentido el
Mesías “afligido” por
Dios? ¿Se volvió Dios
airado con Su Hijo y
deseo afligirlo con do-
lor? ¿Hubo algún placer
sádico al ver a Su Hijo
sufrir? Estas preguntas
sería blasfemas sino si-
milares a las ideas que
algunos parecen tener
con respecto a la rela-
ción de Dios
con el sufrimiento. El
Señor Jesús fue
“afligido” de Dios única-
mente en el sentido que
Dios permitió que esto
ocurriera. Un Dios om-
nipotente pudo haber
detenido el sufrimiento
del Gólgota antes que
comenzará. Sin embar-
go, Él no envió aquellas
legiones de ángeles para
rescatar a Su Hijo de la
muchedumbre despia-
dada (cf. Mat.26:53). Él
permitió que Su Hijo
experimentará una fla-
gelación, llamada por
algunos como “la muer-
te intermedia”. Dios per-
mitió que los hombres
clavaran los calvos en
sus manos y sus pies
sobre Su Hijo y luego
dejó que estas personas
levantarán la cruz de
Página 2 Vol. 18, Número 3
nera que el peso de su
cuerpo cayera sobre sus
manos palpitantes y sus
pies heridos. En medio
de esta prueba dura
¿Que pregunta hizo Je-
sús? La misma pregunta
que muchas personas
hacen hoy “¿Por
qué?” (Mat.27:45). Des-
pués de todo, ¿No le ha-
bía pedido tres veces en
su oración agonizante la
misma cosa que estaba
ocurriendo? (Cf. Mat.26:
39, 42, 54) ¿No escuchó
Dios las oraciones de Su
Hijo? (cf. Heb.5:7).
¿Cuántas personas en
su “Getsemaní” personal
no le han pedido a Dios
cosas que no les fueron
concedidas? ¿Cuántos
padres en la cama del
hospital con su hijo en-
fermo han orado, “Dios,
por favor permite que
mi hijo pase “está copa”
y luego el hijo muere?
¿Cuántas esposas han
orado que el marido no
las rechace a ellas y a
sus familias, pero ellos
lo han hecho? ¿Cuántos
maridos han orado que
la esposa no los rechace
y regresar a su hogar,
pero ella no ha regresa-
do?.
En las horas solitarias
de batalla con el dolor
contra un cáncer devas-
tador las personas silen-
perdida de un negocio o
empleo, o la enferme-
dad terminal, a menudo
se preguntan, “¿Por
qué?” .
Al estudiar Jesús y el
sufrimiento, esperamos
no únicamente ver la
respuesta al dilema
planteado por Epicúreo
y expuesta hoy por los
filósofos ateos, sino tam-
bién podamos ver como
abordar los problemas
personales del sufri-
miento emocional o físi-
co, o ambos. Cuando el
Hijo de Dios estuvo so-
bre la tierra, la vida para
Él fue difícil. Él experi-
mentó el dolor, el sufri-
miento y la vergüenza
extrema de una muerte
por Crucifixión. Pero
eso no fue le fin. Des-
pués de la muerte ¡vino
la victoria eterna!
I. Jesús fue
un Sufriente
Cuando Isaías, por
inspiración del Espíritu
Santo (2 Ped.2:20-22)
escribió sobre la venida
del Mesías, él claramen-
te declaró que el Mesías
sería el Siervo Sufriente
de Dios. El Mesías sería
“Despreciado y desecha-
do entre los hom-
bres…” (Isa.53:3). Él
también sería “azotado...
ciosa o vocalmente
han exclamado, en
medio del dolor de
una muerte inminen-
te, “¿Por qué? ¿Por
qué?” Dios permitió
que Su Hijo pagará el
alto precio por los pe-
cados de la humani-
dad. Entonces, ¿Reveló
el sufrimiento de Cris-
to el odio o Su amor?
¿Refleja el sufrimiento
humano el amor de
Dios por la humani-
dad? Eso depende so-
bre si o no esta breve
vida sobre la tierra es
la totalidad de la exis-
tencia humana. Sin
embargo, cuando uno
obtiene el concepto
comprensivo de vida,
uno entonces puede
decir con el apóstol
Pablo, “Pues tengo por
cierto que las afliccio-
nes del tiempo presen-
te no son comparables
con la gloria venidera
que en nosotros ha de
m a n i f e s t a r -
se” (Rom.8:18).
Si el sufrimiento
plantea un problema
para los creyentes, y
esto lo hace (vea
Sal.73), seguramente
representa un más
grande problema para
los incrédulos, espe-
cialmente para aque-
llos que defienden el
concepto evolutivo
a t e o d e l a
“sobrevivencia del más
apto”. Los fuertes son
a q u e l l o s q u e
s u p o n e m o s q u e
sobrevivirán.
Los sufrimientos de
Cristo nos dan algunas
r e s p u e s t a s a l
a r g u m e n t o d e
Epicúreo. Dios es un
Dios completamente
amoroso, pero y para
algunos irónicamente,
el sufrimiento de Su
H i j o f u e u n a
demostración de ese
amor. Uno que confía
en Dios hoy sabe que
el llanto es sólo para
la noche y el gozo
para la mañana. Uno
sabe que “al final de la
tormenta hay un sol
dorado y un dulce
canto plateado en la
oscuridad”
II. Jesús se
Identificó
con los
Sufrientes
Cuando el Siervo
Sufriente de Dios
estuvo aquí sobre la
tierra Él encontró a
muchas personas
sufriendo. Algunos
sufrían debido a la
enfermedad. Algunos
Página 3 Vol. 18, Número 3
es vista en Su compa-
sión por un hombre cu-
ya pequeña hija de doce
años estaba muriendo.
El hombre vino rogán-
dole al Señor Su ayuda
por su hija. Jesús vino a
su hogar y levantó a la
niña de los muertos
(Mat.9:23-26). En mu-
chos eventos registrados
de Jesús sanando al en-
fermo y levantando al
muerto vemos clara-
mente el cuidado amo-
roso y la preocupación
del Hijo de Dios por la
humanidad sufriente.
Pero hay otra forma
en la que vemos al Sal-
vador respondiendo a
las necesidades huma-
nas y es la forma en que
Él se acercó con aque-
llos con enfermedades
mentales y espirituales
a causa del pecado.
¿Qué peor tener un
cuerpo físico encadena-
do por una enfermedad
paralizante o una alma
esclavizada por pecado?
Muchos con espíritus
libres y hermosos tu-
vieron que residir mo-
mentáneamente en
cuerpos tullidos por la
enfermedad, marcados
por los accidentes, o
debilitados por la vejez.
Por otro lado, muchos
cuerpos estéticamente
bien proporcionados y
sufrían debido a la
muerte. Una de las pri-
meras interpretaciones
que Mateo nos da del
ministerio terrenal de
nuestro Señor nos per-
mite conocer la preocu-
pación amorosa que Él
tuvo por los sufrientes.
Jesús vino por toda Gali-
lea “enseñando en las
sinagogas de ellos, y
predicando el evangelio
del reino, y sanando to-
da enfermedad y toda
dolencia en el pue-
blo” (Mat.4:23). La noti-
cia rápidamente se es-
parció del interés que
Jesús tenia por los su-
frientes y pronto las per-
sonas sufriendo de di-
versas enfermedades
desde la enfermedad
física hasta la mental
fueron traídos a Jesús “y
los sanó” (Mat.4:24).
Después del sermón
del Monte, un leproso
vino a Jesús. Evidente-
mente este hombre ha-
bía escuchado del cuida-
do poder sanador de
Jesús porque le dijo,
“Señor, si quieres pue-
des limpiarme”. Jesús le
dijo, “Quiero, sé limpio”.
El resultado fue su cura
inmediata de su enfer-
m e d a d i n c u r a b l e
(Mat.8:1-4). Los siguien-
tes versículos y capítu-
los en Mateo revelan
que Jesús sanó al siervo
de un Centurión, curó
a la suegra de Pedro de
una fiebre debilitante,
echó fuera espíritus ma-
lignos de personas y
sanó a otro hombre pa-
ralitico, sanó a una mu-
jer que sufría de hemo-
rragias desde los doce
años, y dio la vista a dos
hombres ciegos (Vea
Mat.8-9).
La preocupación de
Jesús por los sufrientes
E l tema del sufrimiento, la
adversidad y las dificultades duras que padecen las personas se está volviendo un tema requerido en muchas de nuestras enseñanzas no únicamente para intentar impartir algún consuelo y esperanza a las personas que sufren a nuestro alrededor, sino también para intentar consolar a nuestros hermanos en la fe que experimentan pruebas
de intenso dolor. En el material “Jesús: El Amigo de los que Sufren” El hno. Tom Holland ofrece la consolación de las Escrituras junto a sugerencias practicas poderosas. Su exposición viene de un volumen dedicado al tema del sufrimiento y fue parte de las Lecturas anuales dela Iglesia Getwell de Memphis, TN. en 1991. El artículo, “La Actitud hacia las Escrituras” Phil Sanders señala cuatro básicas características que debieran describir a los estudiantes de la Biblia como Palabra revelada de Dios para guiarnos a toda la verdad. El hno. Sanders es autor de dos volúmenes titulados: “Adrift: Postmodernism in the Church” (2002) y “A Faith Built on Sand” (2011).
El Expositor Mayo-Junio 2018 COLUMNA EDITORIAL
Página 4
mi? ¿Está Él ayudando a
las personas ahora? Si es
así, ¿Cómo no hace? ¿Está
dando Él su poder a los
llamados “sanadores” hoy
a fin de realizar milagros
de sanidad? Sino es así,
¿Está haciendo Él algo
con el sufrimiento. Cuan-
do Él dejó la tierra y re-
greso al cielo (Hech.1:9-
11; Col.3:1-2; Heb.1:3),
¿Se apartó Él de las per-
sonas en sufrimiento?
Hay formas ahora en
las que Jesús esta envuel-
to en ayudar a las perso-
nas que sufren. Una for-
ma es al salvar a las per-
sonas del pecado
(Mat.1:21). Un gran por-
centaje de enfermedad
hoy es psicosomática y
cuando la personas son
perdonadas (Efe.1:7), y la
culpa es removida de la
conciencia, por lo tanto,
la fuente de la enferme-
dad psicosomática es re-
movida.
Indirectamente, Jesus
ayuda a las personas al
provocar que otras perso-
nas sensitivas tenga una
actitud comprensiva ha-
cia el prójimo. Algunas
personas pueden practi-
car las artes curativas
principalmente por lo
que obtienen y no por lo
que pueden dar. Hay al-
gunas personas que son
físicamente atractivos
han albergado algunos
espíritus muy vanidosos
y hasta horribles.
Lucas registró la veni-
da de una mujer pecado-
ra a Jesús mientras él
estaba comiendo en la
casa del Fariseo. La mu-
jer ungió los pies de Je-
sús con el perfume, de-
rramando sus pies con
sus lágrimas y enjugán-
dolos con sus cabellos.
Jesús perdonó sus peca-
dos y le dijo “Tu ´fe te ha
s a l v a d o , v é e n
paz” (Luc.7:36-50). En la
casa de Cornelio, el após-
tol Pedro le dio un her-
moso resumen de la obra
de Jesús, “… y como éste
anduvo haciendo bienes
y sanando a todos los
oprimidos por el diablo,
porque Dios estaba con
él” (Hech.10:38).
III. Jesús Y los
Sufrientes
Ahora
Una cosa es leer de la
compasión de Jesús por
el sufrimiento humano
mientras estuvo sobre la
tierra, pero ¿Qué sobre el
sufrimiento que usted y
yo vemos o tenemos per-
sonalmente? Quizás la
pregunta tal como el an-
tiguo cántico lo dice,
¿Tiene Jesús cuidado de
siervos especiales de
las personas que sufren
quienes parecen tener
un cuidado genuino
por los demás.
Seguramente el Se-
ñor ayuda a las perso-
nas sufrientes con la
confianza que Él provi-
dencialmente puede
tomar los sufrimientos
de esta vida y usarlos
para forjar nuestros
caracteres (Stg.1:2).
Algunos de los más
grandes sermones han
sido silenciosamente
proclamados desde las
camas del sufrimiento
de los hijos de Dios cu-
yos espíritus de amor y
devoción a Dios sopor-
taron la aflicción de
Satanás (1 Ped.5:10).
Debe reconocerse que
Dios es digno de gloria
y devoción no única-
mente en tiempos de
gozo sino en horas de
angustia y dolor. Al-
guien ha observado
que el sufrimiento lo
hace a uno a amargo o
mejor.
Quizás la forma que
el Señor mejor sirve a
los sufrientes hoy es
con la firme promesa
que el sufrimiento está
limitado a unos breves
años o días sobre la
tierra y luego viene la
paz y la victoria eterna.
EL EXPOSITOR es una
publicación de artículos
sanos, edificantes y relevantes
al desempeño del fiel expositor
de la Palabra de Dios. Cual-
quier comentario diríjalo a
su editor responsable: Ar-
mando Ramírez 1 de Mayo #
214 Valle Hermoso, Tamps.
87501 México. E-Mail: Arman-
El Expositor Mayo-Junio 2018 Pág. 5
Bibliografía:
— Hamilton, W. T., Why Has
All Of This Happened to Us?,
Nashville, TN. 20 Th Century
Christian, 1986.
— Peck, Scott M. The Road
Less Travelled., New York:
Simon and Schuster, 1978.
— Fuente: There Was a
Man Named Job, Págs. 408
-415; Decimo Sexta Lectu-
ra Anual de Spiritual
Sword, Getwell Church of
Christ, Octubre 20-24,
1991.
El Salvador Sufriente pro-mete a sus siervos en su-frimiento un cuerpo for-mado como a semejanza de Su propio cuerpo glo-rioso (Fil.3:20-21). Este cuerpo glorioso no será afligido por la enferme-dad, agobiado por la vejez y hecho miserable por el dolor. El Señor nos ha prometido que en “hermosa tierra del lejano mundo” no habrá más muerte ni dolor para siempre jamás (Apoc.21:1-4).
IV. Nuestra
Repuesta
Un predicador del
evangelio quien escribió
un libro sobre el sufri-
miento humano fue diag-
nosticado con tener cán-
cer en los huesos. En ese
volumen el escribió:
...Cuando se inició el
manuscrito, nunca lo
había soñado (el capítu-
lo titulado, "Esto puede
sucedernos a cualquiera
de nosotros"), se escribi-
ría, nada podría haber
estado más lejos de mi
mente. Ahora que DE-
BE escribirse ... Lo in-
sertaré en el momento
que te vivió la experien-
cia ... Cáncer óseo. Sin
duda, estas son las pala-
bras más escalofriantes
que uno puede escuchar.
Duras. Frías. Dolorosas.
Suenan de sufrimiento,
o temor a la desespe-
ranza, al miedo
(Pág.53).
¿A que conclusión el
hermano Hamilton llegó
de su propia experiencia
de sufrimiento? Él tuvo
una filosofía del sufri-
miento que le ayudó y
que pudiera proveer con-
hospital recuperándose de una
cirugía de un tumor maligno.
Después de la conversación
inicial, le hice una pregunta.
“Si tu no quieres usted no
quiere responder a mi pre-
gunta no la hagas pero quie-
ro preguntarte si has estado
preguntándote ̒¿Por qué? ̕
Ella me dijo que había repe-tidamente preguntado ̒¿Por qué? ̕ porque es una repuesta normal al sufrimiento y que aun Jesús cuando estba en el horno del dolor. Mi ruego a esta dama fue: ¿Podrías considerar cambiar la pregunta del ̒
¿Por qué? ̕ a ̒ ¿Para que? ̕Le
aseguré que podríamos nun-
ca saber ¿Porque suceden las
cosas?, pero cuando cambia-
mos la pregunta a ¿Para
que? Inmediatamente encon-
tramos fortaleza. Recientemen-
te ella me hizo llegar una nota
que con su permiso le compar-
to.
El pasado verano cuando
tuve la cirugía de cáncer,
usted me dijo que no pre-
guntará el porque, sino ¿Qué
hago ahora? He recordado
sus palabras continuamente
y estas palabras en mi calen-
dario enfatizan tu sugeren-
cia. Su nota adicional dice:
El impulso de hablar,
defender, o demandar expli-
caciones es fuerte en todos
nosotros. Algunas veces es
preferible — y más sabio—
no decir nada y solamente
escuchar…
Si determinamos glorifi-
car a Dios en la vida o en la
muerte, inmediatamente
estamos tomando un curso
positivo frente a la enferme-
dad, el desaliento, la vejez y
la muerte.
suelo y fortaleza a los su-
frientes ahora. El escribió:
… un Cristiano que vive
en este presente mundo
está sujeto a toda dificul-
tad y prueba física que
esta vida puede tener para
cualquiera. Sin embargo,
el Cristiano tiene algo que
el pecador no lo tiene;
una relación con Dios que
se rinde a Su voluntad, ya
sean bendiciones provi-
dencial que traigan la
cura, o si esto significa
abandonar este mundo
por otro que Dios ha pro-
veído. Dios puede remo-
vernos el aguijón o darnos
la gracia… Si podemos
usar este antiguo cuerpo,
sujeto a la decadencia y a
la enfermedad, por seten-
ta años y luego cambiarlo
por uno nuevo semejante
al glorioso cuerpo de Cris-
to y vivir para siempre,
¿Qué hay de malo con
eso? (Págs. 589, 60).
En vista de las prome-
sas del Señor, necesitamos
cambiar las preguntas
relacionadas al sufrimien-
to. Cambiemos la pregun-
ta de ¿Por qué? a ¿Qué?.
Jesús cambió de “¿Por
qué me has desamparado?
(Mat.27:46) A ¿Padre, en
tus manos encomiendo
mi espíritu” (Luc. 23:46).
En el verano de 1990 visi-
té a una mujer Cristiana
en el hospital Partview en
Nashville, TN. Su hijo
había sido diagnosticado y
separado por una enfer-
medad contagiosa. Su ma-
rido había fallecido tan
solo unos mesas atrás de
un ataque al corazón.
Ahora ella estaba en el
“El dolor mientras no
llegue a ser un gran Verdugo, es
un gran Maestro”
—Marco Tulio
Cicerón
“No Ores por vidas fáciles, Ora
por hombres fuertes”
— Phillips Brooks
“Oh, cuantos han sido llevados al Infierno en los carros de los
placeres terrenales, mientras que otros han sido llevados al Cielo mediante
la vara de la aflicción”
— John Flavel
Página 6 El Expositor Marzo-Abril 2018
E l Dr. Raymond C.
Kely fue mi profesor
y consejero en la Universi-
dad Cristiana Oklahoma
de 1970 a 1974. Él fue un
hombre de gran visión y
paciencia. No solamente
me enseño las Escrituras y
el Griego Koiné, sino tam-
bién el hermano Kelcy
también nos enseñó a co-
mo pensar Bíblicamente.
En su artículo, encon-
trado en la ultima edición
de 1962, el hermano Kelcy
reveló que una marca dis-
tintiva de la Iglesia del
resto del mundo descansa
en su actitud hacia las Es-
crituras. Ciertamente, la
actitud que las personas
tienen hacia las Escrituras
distingue a la verdadera
Iglesia que Jesús edificó
de aquellos que siguen a
o t r a s a u t o r i d a d e s
(Jn.8:31.32).
El hermano reconoció
que uno debe tener la
actitud correcta hacia la
Palabra de Dios si uno
desea seguir el camino
seguro y evitar los errores.
¿Cuál es la actitud correc-
ta? Ofrezco estos adjeti-
vos para describir las Escri-
turas: Sagrada, Totalmente
Suficiente y Poderosa. Pablo
consideró las Escrituras pro-
vechosas y así las debiéra-
mos considerar nosotros.
Sagrada
Más de 2, 000 veces el
Antiguo Testamento es-
pecíficamente apunta a
Dios como la fuente de
sus palabras: “Toda la
Escritura es inspirada por
Dios” (2 Tim.3:16). Pode-
mos fácilmente entender
a las Escrituras como los
“ o r á c u l o s d e
Dios” (Rom.3:2). La idea
de Dios hablando y las
Escrituras son expresio-
nes usadas intercambia-
blemente en la Biblia. Por
ejemplo, Pablo se refirió
a la promesa verbal de
Dios hecha a Abraham en
Génesis 12:3 como pala-
bras que la Escritura ha-
bló a él en Gálatas 3:8.
Esto muestra cuán com-
pletamente Pablo igualó
las declaraciones en la
Escritura con las declara-
ciones de Dios.
Pedro, también reco-
noció el papel de Dios en
la composición de las
Escrituras: él dijo,
“entendiendo primero
esto, que ninguna profe-
cía de la Escritura es de
interpretación privada,
porque nunca la profecía
fue traída por voluntad
humana, sino que los
santos hombres de Dios
hablaron siendo inspira-
dos por el Espíritu San-
to” (2 Ped.1:20-21). El
pasaje no habla como los
hombres entendieron o
recibieron la Escritura
sino como ellos hablaron
de parte de Dios. Pedro
sabía que la Escritura era
sagrada, un mensaje de
Dios mismo.
Pablo alabó a los Te-
salonicenses por recono-
cer la naturaleza sagrada
del mensaje del evange-
lio. “Por lo cual también
nosotros sin cesar damos
gracias a Dios, de que
cuando recibisteis la pa-
labra de Dios que oísteis
de nosotros, la recibisteis
no como palabra de
hombres, sino según es
en verdad, la palabra de
Dios, la cual actúa en vo-
sotros los creyentes” (1
Tes.2:13).
Debido a que la Pala-
bra viene de Dios, esta
participa de Su carácter.
Debido a que Dios es
santo y perfecto, Sus pa-
labras son santas y per-
fectas. Debido a que Dios
es amoroso, confiable y
sin faltas, es lógico pen-
sar que Su palabra sea
sin defectos, llena de
amor y completamente
confiable. Nuestra cultu-
ra parece haber perdido
su estimación como sa-
grada. Tal como el impío
Esaú, hemos cambiado lo
que es excepcionalmente
precioso como algo co-
mún. La Biblia no es sim-
plemente otro libro anti-
guo, lleno de mitos y fa-
bulas. Es la Palabra Santa
de Dios y sagrada. Aque-
llos que aman a Dios de-
bieran reverenciarla, es-
tudiarla, meditan en ella,
vivirla en sus vidas, y
compartir con los demás
sus tesoros.
Autoritativa
El Señor Jesús, en sus
últimas palabras del Ser-
món del Monte, contrastó
La Actitud hacia Las EscriturasLa Actitud hacia Las EscriturasLa Actitud hacia Las Escrituras Phil Sanders
al hombre sabio y al
hombre necio (Mateo
7:24-27). Él no los distin-
guió por si ellos escu-
charon Sus palabras sino
por si ellos obedecieron
esas palabras. Ambos el
hombre sabio y el necio
construyeron su casa,
pero el hombre sabio
hizo lo que le fue dicho
mientras que el hombre
necio no atendió lo que
escuchó. Si uno examina
las dos construcciones, a
uno de hubiera gustado
que el hombre necio
fuera mejor pero el des-
tino de cada construc-
ción fue determinada
por el fundamento sobre
el cual fue construida.
Un fundamento sobre la
roca respeta la autori-
dad de Dios de la pala-
bra de Dios mientras
que el fundamento so-
bre la arena la repudió.
El hombre necio actuó
como a el le agrado, sin
considerar el alto precio
que él pagaría por ello.
El Señor Jesús dijo,
“Al que me rechaza, y no
recibe mis palabras, tie-
ne quien le juzgue; la
palabra que he hablado,
ella le juzgará en el día
postrero” (Juan 12:48).
Jesús no solamente ha-
bló Sus palabras sino las
diseño para que fuesen
grabadas en forma escri-
ta. Él no solamente en-
vió a los profetas y a los
hombres sabios sino
también a los escribas
Vol. 18, Número 3
(Mat.23:34). Juan reveló
en Apocalipsis 20:11-15
el gran trono blanco la
escena donde toda la
humanidad será juzgada
“por las cosas que esta-
ban escritas en los li-
bros, según sus obras”.
Jesús exhortó a los
apóstoles a hacer discí-
pulos, bautizándolos y
enseñándoles a “guardar
todas las cosas que os
he mandado; y he aquí
yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el
f i n d e m u n -
do” (Mat.28:20). Lo que
Jesús ordenó en el pri-
mer siglo juzgará a toda
la humanidad en el día
final. De todos los asun-
tos de naturaleza moral
y espiritual, el Señor Je-
sús tendrá la palabra
final. Citando a Moisés,
Pedo dijo, “El Señor
vuestro Dios os levanta-
rá profeta de entre vues-
tros hermanos, como a
mí; a él oiréis en todas
las cosas que os hable; y
toda alma que no oiga a
aquel profeta, será des-
arraigada del pue-
blo” (Hechos 3:22-23).
Debiéramos entender
que la forma que el Se-
ñor Jesús nos habla hoy
es por medio de la Pala-
bra escrita. Cuando las
personas ignoran o re-
chazan obedecerla, ellos
están trayendo juicio
sobre si mismas. Los que
aman al Señor guarda-
rán Sus mandamientos
Página 7
para redargüir, para co-
rregir, para instruir en
justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea per-
fecto, enteramente pre-
parado para toda buena
obra” (2 Tim.3:16-17). La
Palabra de Dios puede
enseñarnos la verdad,
puede reprender nues-
tros pecados y debilida-
des, puede traernos a la
corrección y puede pre-
pararnos para la justicia.
Las Escrituras transfor-
man nuestras vidas y
nos ayudan a imitar a
Dios como Sus hijos
amados (Rom.12:2;
Efe.5:1).
La total suficiencia de
las Escrituras implica la
naturaleza prohibitiva
del silencio de las Escri-
turas. Dios ha hablado
todo lo que Él diseño
hablar y todo lo que ne-
cesitamos para la vida y
la piedad de manera que
no hay necesidad de ir
más allá de la voluntad
revelada de Dios. Debi-
do a que el Señor ha
guiado a los apóstoles a
toda la verdad
(Jn.16:13), cualquier des-
viación de la voluntad
revelada está prohibido.
Cualquier añadidura,
substracción o revisión
de las Escrituras deshon-
ra la omnipotencia y
sabiduría de Dios. Sugie-
re que Dios necesita un
consejero o editor (Vea
Rom.11:33-36).
(Juan 14:15, 23). Ellos
respetaran la autoridad
de las Escrituras.
Completamente
Suficiente
El Señor Jesús pro-
metió a los apóstoles
que el Espíritu Santo les
guiaría “a toda la ver-
dad” (Juan 16:12-13). A
ellos no les faltaría algo
que necesitaran para
vivir como Cristianos y
tener la vida eterna. Pe-
dro proclamó que
“todas las cosas que per-
tenecen a la vida y a la
piedad nos han sido da-
das por su divino poder,
mediante el conocimien-
to de aquel que nos lla-
mó por su gloria eterna·
(2 Ped.1:3). Dios nos ha
fallado en proveer para
que todas las personas
de todos los tiempos y
en todos los lugares to-
do lo que necesitan co-
nocer para guardar Sus
instrucciones y recibir la
vida eterna. Debido a
que Dios es omnisciente
y amoroso, podemos
estar seguros que tene-
mos todo el consejo de
Dios disponible a noso-
tros hoy (Hech.20:27).
Las Escrituras están
plenamente equipadas
para reunir toda necesi-
dad espiritual que en-
frentamos. “Toda la Es-
critura es inspirada por
Dios, y útil para enseñar,
Somos exhortados a
examinarnos a nosotros
mismos para determinar
si estamos “en la fe” (2
Cor.13:5). La única
fuente infalible por la
c u a l d e b i é r a m o s
examinar nuestras vidas.
Motivos, pensamientos
y acciones es la Palabra
de Dios, porque el
hombre no puede
conocer Su voluntad
separado de la divina
revelación (1 Cor.2:11).
Se cuenta un historia
sobre ciertos turistas
que estaban visitando
una galería en Europa.
Cuando uno de ellos
estaba mirando las
obras maestras sobre la
pared, uno de ellos dijo
con desdén “No creo
que estas imágenes sean
de mucho valor”. El
asistente del museo
quien escucho la
declaración le dijo,
“Discúlpeme Señor, pero
estas imágenes no están
a prueba, los visitantes
si”.
Lo mismo es verdad
con respecto a las
enseñanzas de las
Escrituras. Ellas no están
a prueba. Nosotros sí.
Nuestra actitud es
manifestada por la
fo rma que l as
consideramos. Seamos
cuidadosos o seremos
condenados.
— Fuente: The South Baldwin Bulletin, Noviembre 2008
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El Expositor Mayo-Junio 2018 Página 8
Nadie puede dudar que
el evangelio tiene el poder
de Dios dentro para traer a
las almas a Cristo. Debido a
que el hombre no puede
conocer a Dios completa-
mente a través de su propia
sabiduría, “agradó a Dios
salvar a los creyentes por la
locura de la predicación” (1
Cor.1:21). La “palabra im-
plantada” es capaz de salvar
nuestras almas (Stg.1:21).
Pablo dijo, “Porque no me
avergüenzo del evangelio,
porque es poder de Dios
para salvación a todo aquel
que cree; al judío primera-
mente y también al grie-
go” (Rom.1:16). Pedro re-
conoció que debido a que
los Cristianos purifican sus
almas “por la obediencia a
la verdad” , él les exhorta a
“amarse unos a otros entra-
ñablemente, de corazón
puro” (1 Ped.1:22-23).
El poder de la Palabra de
Dios esta presente en aque-
llos que están dispuestos a
recibirla y aplicarla a sus
vidas “Mas el que mira
atentamente en la perfecta
ley, la de la libertad, y per-
severa en ella, no siendo
oidor olvidadizo, sino hace-
dor de la obra, éste será
bienaventurado en lo que
hace” (Stg.1:25). Deseamos
que todas las personas qui-
sieran permitir que la pura y
poderosa Palabra de Dios
impregne cada aspecto de
sus vidas.
— Fuente: Gospel Ad-vocate, Julio 2015, Vol.
157, Núm.. 7; Págs.. 14-16.
Esto es porque nos opone-
mos al denominacionalis-
mo. Si hay un solo bautismo
(v.5), no podemos aprobar
algo distinto al bautismo.
Esto es porque nos opone-
mos a la aspersión y al bau-
tismo de infantes. Si debe-
mos cantar desde nuestros
labios y corazones a Dios en
nuestra adoración (Efe.5:19;
Col.3:16; Heb.13:15), enton-
ces no debemos atrevernos
a practicar distintas formas
de adoración musical. Esta
es la razón porque no usa-
mos instrumentos mecánico
de música en nuestra adora-
ción.
Reverenciamos las Escri-
turas y no estamos dispues-
tos a ir más allá de lo que
ellas enseñan sino permane-
cemos en ellas de manera
que podamos tener la apro-
bación del Padre y del Hijo.
Poderosa
“Porque la palabra de
Dios es viva y eficaz, y más
cortante que toda espada
de dos filos; y penetra hasta
partir el alma y el espíritu,
las coyunturas y los tuéta-
nos, y discierne los pensa-
mientos y las intenciones
del corazón” (Heb.4:12).
Aunque algunos sugieren
que este versículo habla de
Jesús, vemos su aplicación
en las palabras dichas y
escritas de Jesús. La
“espada del Espíri-
tu” (Efe.6:17), la Palabra de
Dios es capaz de atravesar
el corazón y el alma. La Pa-
labra puede transformar
vidas y traerlas a una con-
formidad a la voluntad de
Dios (Rom.12:2).
Cuando los anticristo o
los falsos maestros nega-
ron que Jesucristo vino en
carne, ellos ya no más
permanecían en la doctri-
na de Cristo. Los que en-
señaron más allá de la
doctrina de Dios queda-
ron separados de una re-
lación con Dios (2 Jn.9).
Los files Cristianos ya no
pueden darles la bienveni-
da o recibirlos en sus ho-
gares; quien lo hiciera
“participa de sus malas
obras” (vv.10-11).
El pecado de 2 de
Juan 9 descansa en como
los falsos maestros tratan
la enseñanza de Cristo; los
falsos maestros van más
allá y fallan en permane-
cer dentro de la verdadera
enseñanza. Este “ir más
allá” describe una falta de
respeto por la autoridad
de lo que ha sido enseña-
do. Cree que la enseñanza
debe ser cambiada en al-
guna otra forma que ma-
nifiesta sus creencias. Dios
nunca permitió que Sus
verdades sean cambiadas
(cf. Deut.4:2; 12:32;
Prov.30:5-6; Apoc.22:18-
19).
Lo que es verdadero
de cambiar la enseñanza
como los falsos maestros
lo hicieron en 2 Juan 9 es
verdadero en otros asun-
tos también. Si hay una
sola Iglesia (Efe.4:4), no
podemos ir más allá afir-
mando que hay muchas.