Aplicacion de Constructos
-
Upload
emilio-aranda -
Category
Documents
-
view
233 -
download
0
description
Transcript of Aplicacion de Constructos
FACULTAD DE MEDICINA.
ESCUELA DE ENFERMERÍA.
CÁTEDRA: ÉTICA Y BOIÉTICA.
INFORME: APLICACIÓN DE CONSTRUCTOS
DEL CUIDADO EN ENFERMERÍA
Miércoles 21 de Diciembre 2011, Valparaíso.
Profesora Jefe Cátedra:
Josephine Bratz.
GRUPO: MICHENKEWÜN
Javiera Alfaro Ambar Aviléz Emilio Aranda Noelia Barrera Katherine Becerra Michelle Bozán Lesly Calderón Nicole Conejera Javiera Gacitúa Ljubytza Garay
1
MARCO TEÓRICO.
Cáncer pulmonar.
Alrededor del 90% de los cánceres pulmonares son causados por el tabaco y solamente un
pequeño porcentaje por otros inhalantes ambientales. El cáncer pulmonar no tiene signos ni
síntomas propios que permitan su detección en etapas precoces, y por esto la mayoría de los
pacientes se diagnostican en etapas avanzadas de la enfermedad.
Al momento del diagnóstico, el 50% de los pacientes son inoperables y, de aquellos que lo
son, sólo en la mitad es posible realizar una cirugía con posibilidad curativa. Es una
enfermedad agresiva que produce metástasis desde muy temprano, determinando que la
sobrevida a un año sea inferior al 20% y que la sobrevida promedio a 5 años, incluidas
todas las etapas de la enfermedad, no supere el 15 %.
Epidemiologia y etiología.
En Chile, actualmente el cáncer pulmonar es el tercero en frecuencia en hombres y el cuarto
en mujeres, la tasa de mortalidad ha ido en aumento en las últimas décadas: 10,2 por
100.000 habitantes en 1988, 11,3 en 1994, y 13,8 en 2004. Esta última cifra significa que
cada día mueren alrededor de 6 personas por esta causa. Sigue siendo más frecuente en
hombres que en mujeres, pero esta diferencia se ha ido estrechando en los últimos años por
un incremento acelerado en el consumo de cigarrillos en las mujeres.
Si bien este cáncer se presenta con mayor frecuencia en sujetos mayores de 45 años de
edad, se ha observado una creciente incidencia en personas jóvenes, presentándose
actualmente un 1% de casos en menores de 30 años.
Manifestaciones clínicas.
Las manifestaciones clínicas son muy variadas e inespecíficas, siendo con frecuencia
difíciles de distinguir de los síntomas propios del fumador crónico. Por esto no es raro que
el cáncer pulmonar se manifieste primero por sus metástasis.
2
Los síntomas y signos del cáncer bronquial son muy numerosos, y derivan de:
Efectos locales en el pulmón: tanto directos como por complicaciones, causadas
principalmente por la obstrucción bronquial (neumonitis obstructiva y atelectasias).
Efectos de invasión de estructuras vecinas: ganglios hiliares, órganos mediastínicos,
pleura, pared torácica, nervios, pericardio, etc.
Metástasis hematógenas: especialmente en cerebro, hígado, huesos y suprarrenales.
Síndromes paraneoplásicos: no se relacionan directamente con efecto físicos del
tumor y se deberían a péptidos hormonosímiles y a mecanismos inmunológicos.
Manifestaciones Metastásicas.
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad metastásicas varían según el órgano
comprometido. Los que con mayor frecuencia generan metástasis en el cáncer bronquial
son los huesos, cerebro, hígado y suprarrenales.
Tratamiento.
A pesar de los avances en las técnicas quirúrgicas y en la radioterapia, y pese a la
introducción de múltiples agentes quimioterápicos en las últimas décadas, el resultado a
largo plazo del tratamiento del cáncer ha mejorado poco. Aunque existen casos de curación
espontánea, debe considerarse que la letalidad de la enfermedad sin tratamiento es de
100%, de manera que rescatar definitivamente aunque sólo sea un 13% de los enfermos, y
prolongar la sobrevida en otros, son razones suficientes para que se haga el esfuerzo
terapéutico máximo que corresponda en cada caso.
La elección de la conducta terapéutica es compleja por diversas razones:
a) No existe ningún tipo de terapia cuya eficacia sea absoluta y de aplicación
universal.
b) Existen variables dependientes del cáncer que condicionan la eficacia de los
diferentes tratamientos: masa tumoral, extensión, tipo histológico, localización, etc.
3
c) Hay condiciones del paciente que determinan el efecto y la aplicabilidad de las
diferentes terapias: función pulmonar, estado general, morbilidad concomitante,
tolerancia a drogas antitumorales, etc.
Tratamientos sintomáticos y paliativos.
El manejo de estos pacientes debe considerar el impacto del cáncer y el de su tratamiento
en la calidad de vida del enfermo. Al respecto es conveniente distinguir:
a) Aspectos biológicos: síntomas de la enfermedad y efectos colaterales del
tratamiento, estado físico general, autosuficiencia.
b) Aspectos psicológicos: impacto del diagnóstico y capacidad de sobreponerse.
c) Aspectos sociales: efecto sobre relaciones familiares o de trabajo y repercusión
previsional.
Aun cuando el tumor no sea curable, la calidad de vida del enfermo puede ser
considerablemente mejorada por una atención minuciosa a todos los detalles de su cuadro
global. En este sentido, debe contemplarse:
a) Mejorar el estado general a través de las indicaciones entregadas por el medico
tratante, procurando una actitud amable y empática, otorgando cuidados de
enfermería de la mejor calidad.
b) Apoyo psicológico: puede efectuarse psicoterapia, cumplir las indicaciones de
tranquilizantes y/o antidepresivos, adecuar la forma de vida a la condición física del
paciente, apoyar en el enfrentamiento del diagnóstico, incluyendo a la familia en
estos cuidados, entregando orientaciones para sobrellevar de mejor manera todo el
proceso.
c) Tratamiento sintomático del dolor (analgesia progresiva, radioterapia paliativa), de
la tos (antitusivos), de la disnea (broncodilatadores, drenaje de derrames,
oxigenoterapia), todos estos cuidados ayudaran a una mejor calidad de vida.
4
d) Tratamiento de las complicaciones: hemoptisis (protección de la vía aérea y la
estabilidad hemodinámica), infección, derrame pleural por ejemplo.
Cuidados de enfermería en el Paciente terminal frente a síntomas respiratorios.
Los síntomas respiratorios son importantes en la atención al paciente terminal y lo es aún
más en el oncológico. Estos suelen asociarse a la elevada ansiedad tanto del paciente como
de la familia, que más tarde suele transmitirse al equipo de salud, lo cual refuerza la
angustia del paciente y también la magnitud del síntomas, obteniendo mayor ineficacia
respiratoria.
Debido a lo anterior, el manejo terapéutico no debe centrarse sólo en el tratamiento
farmacológico, sino que además debe incluir medidas orientadas a reducir la angustia del
paciente y de la familia. Como síntomas más importantes están la disnea, la tos, la
hemoptisis.
Disnea.
Modificar hábitos que le produzcan disnea.
Enseñar ejercicios respiratorios.
Uso de humidificadores ambientales (sobre todo si el paciente esta inconsciente).
Para hidratar las fosas nasales en caso oxigenoterapia, no usar cremas con base
alcohólica por riesgo de inhalación.
No fumar cerca del oxígeno: el oxígeno en la mayoría de los casos es una medida
paliativa para tranquilizar al paciente y a la familia, pues el origen no está en una
mala saturación de oxígeno, sino en que su situación es terminal.
Cuidados de la boca si existe sequedad de mucosa (efecto secundario de la
utilización de opiáceos).
En caso de crisis disneica:
Transmitir tranquilidad, confianza y control de la situación para disminuir la
ansiedad que pueda estar agravando el cuadro de disnea.
5
Administrar tratamiento médico prescrito, procurando actitud amable, respondiendo
a las dudas que puede tener el paciente, y a sus decisiones.
No dejar al paciente solo.
Mantener un ambiente tranquilo a su alrededor, evitando ruidos innecesarios.
Buscar la posición más confortable para el paciente y que mejore su función
respiratoria, normalmente semi-fowler o fowler.
Proporcionarle aire fresco en la cara. Se piensa que la percepción de la dificultad
respiratoria puede alterarse por mecanismos neurológicos mediante la estimulación
de los receptores del nervio trigémino en la mejilla. También se cree que el paso de
aire por la nariz puede aliviar la disnea, mediante estimulación adicional de otros
receptores nerviosos localizados en la nasofaringe.
Enseñar a la familia cómo controlar la situación y tranquilizar al paciente.
Es importante usar técnicas de relajación, que disminuyan las tensiones y reduzcan los
episodios de pánico que ocasiona la sensación de ahogo.
La relajación disminuye el consumo de oxígeno entre un 10% y un 20%, aumentando la
actividad parasimpática, provocando un enlentecimiento del pulso y de la respiración.
Tos.
Cuando la tos tiene una finalidad beneficiosa para eliminar el exceso de secreciones,
no debe suprimirse.
Cuando la tos es húmeda y el paciente en fase terminal no tienen capacidad para
expectorar, las medidas necesarias para eliminar las secreciones (aspiración, drenaje
postural, etc.) pueden ocasionar más perjuicios que beneficios, según sea el grado
de deterioro del paciente.
Explicar al enfermo y a la familia el motivo de la acumulación de secreciones y los
métodos que facilitan su eliminación.
Si el estado general del paciente lo permite y está poco hidratado, se aconseja
aumento de ingesta diaria a 2-3 litros/día.
6
Si existen factores que puedan precipitar la tos se evitaran (productos de limpieza
irritantes, tabaco).
Mejorar la humedad ambiental con recipientes de agua (sobre todo si hay
calefacción central), o uso de humidificadores comerciales de forma discontinua o
métodos tradicionales para inhalar vapor.
Administración de tratamientos médicos que irán encaminados a tratar la causa o si
no puede ser tratada, instaurara fármacos que alivien la sintomatología.
Administrar aerosoles, sólo con suero salino.
Enseñar a toser de forma adecuada con medidas sencillas (la tos ineficaz provoca
agotamiento y retención de secreciones): nunca toser en decúbito supino, elevar la
cama en posición sentada, eliminar prendas constrictivas, indicar al enfermo que
respire tres veces de manera breve para seguir con una inspiración profunda por
nariz, expulsar el aire de golpe, contrayendo los músculos del abdomen con la boca
abierta.
Se enseñaran ejercicios respiratorios y la posición más adecuada para realizarlos (la
posición de Fowler permite la máxima expansión del pecho y facilita la expulsión
de las secreciones).
Cuando la tos es irritativa se recomendara ejercicios respiratorios, tomar pequeñas
dosis de agua y caramelos.
Hemoptisis.
Cualquier sangrado alarma mucho al paciente y a la familia, por ello es importante:
Informar al paciente y a la familia adecuadamente.
Transmitir tranquilidad y eficacia.
Comprensión ante sus dudas, temores e inseguridades.
Vigilancia continuada con frecuentes visitas al paciente.
Reposo absoluto del paciente, colocándolo sobre el lado sangrante.
Aplicación de tratamiento médico.
Si la hemoptisis es masiva y terminal, cubrir el sangrado con paños verdes o rojos
(evitan la ansiedad que provoca la visión de mucha sangre). No se dejara solo al
7
paciente. Aconsejable la sedación del enfermo (prescripción médica), para evitar la
angustia de la muerte inminente y el ahogo que ocasiona el encharcamiento
pulmonar.
Teoría de Desarrollo de Erikson.
Postulaba la existencia de ocho fases de desarrollo que se extendían a lo largo de todo el
ciclo vital. Nuestros progresos a través de cada estadio están determinados en parte por
nuestros éxitos o por los fracasos en los estadios precedentes. Cada fase comprende ciertas
tareas o funciones que son psicosociales por naturaleza.
Si pasamos bien por un estadio, llevamos con nosotros ciertas virtudes o fuerzas
psicosociales que nos ayudarán en el resto de los estadios de nuestra vida. Por el contrario,
si no nos va tan bien, podremos desarrollar mal adaptaciones o malignidades, así como
poner en peligro nuestro desarrollo faltante.
Estadios.
Estadio VIII (50 años en adelante): Integridad vs. Desesperación.
Existe una relación significativa con los humanos o los “míos”. La virtud es la sabiduría y
la mal adaptación es la presunción y desesperanza.
Esta última etapa, la delicada adultez tardía o madurez. Empieza alrededor de la jubilación,
después que los hijos se han ido, alrededor de los 60 años. Erikson establece que es bueno
llegar a esta etapa, si no lo logramos es que existieron algunos problemas anteriores que
retrasaron nuestro desarrollo.
La tarea primordial aquí es lograr una integridad, con un mínimo de desesperanza. Esta
etapa parece ser la más difícil de todas, al menos desde un punto de vista juvenil. Primero
ocurre un distanciamiento social, desde un sentimiento de inutilidad; todo esto
evidentemente en el marco de nuestra sociedad. Algunos se jubilan de trabajos que han
tenido durante muchos años; otros perciben que su tarea como padres ya ha finalizado, y la
mayoría creen que sus aportes ya no son necesarios.
8
Además existe un sentido de inutilidad biológica, debido a que el cuerpo ya no responde
como antes. Las mujeres pasan por la menopausia. Surgen enfermedades de la vejez como
artritis, diabetes, problemas cardíacos, problemas relacionados con el pecho y ovarios y
cánceres de próstata. Empiezan los miedos a cuestiones que uno no había temido nunca,
como por ejemplo a un proceso gripal o simplemente a caerse.
Aparecen las preocupaciones relativas a la muerte. Los amigos, familiares, y muchas veces
la esposa comienzan a morir. Al enfrentarnos a toda esta situación, parece que todos
debemos sentirnos desesperanzados.
Como respuesta a esta desesperanza, algunos mayores se empiezan a preocupar con el
pasado. Vemos entonces que algunos ancianos se deprimen, se vuelven resentidos,
paranoides, hipocondríacos o desarrollan patrones comportamentales de senilidad con o sin
explicación biológica.
La integridad significa llegar a los términos de tu vida. Si somos capaces de mirar atrás y
aceptar el curso de los eventos pasados, las decisiones tomadas, entonces no se necesitará
temerle a la muerte.
La tendencia mal adaptativa del estadio VIII es llamada presunción. Esto ocurre cuando la
persona “presume” de una integridad sin afrontar de hecho las dificultades de la vejez.
La persona que afronta la muerte sin miedo tiene la virtud que Erikson llama sabiduría.
Considera que este es un regalo para los hijos, dado que “los niños sanos no temerán a la
vida si sus mayores tienen la suficiente integridad para no temer a la muerte”. El autor
sugiere que una persona debe sentirse verdaderamente agraciada de ser sabia.
Enfermedad terminal.
Proceso evolutivo final de las enfermedades crónicas progresivas cuando se han agotado los
remedios disponibles.
9
Diagnóstico de un paciente en fase terminal.
Enfermedad causal de evolución progresiva. Esto implica que a pesar de que se han
utilizado los tratamientos conocidos y disponibles y a veces experimentales, el enfermo
sigue deteriorándose.
Pronóstico de supervivencia inferior a un mes.
Ineficacia comprobada de los tratamientos.
Pérdida de la esperanza de recuperación y probabilidad de muerte de 100%.
Esto se basa no sólo en los datos clínicos y evidencia de deterioro, sino también en la
sensación al respecto que presenta el médico y el paciente.
Signos de muerte inminente.
Desaparición progresiva de los reflejos.
Desaparición de la capacidad de moverse.
Respiración dificultosa (Cheyne-Stokes).
Expresión facial fija.
Piel cianótica, clara, fría y pegajosa.
Aceleración del pulso, tornándose más débil.
Dilatación pupilar, pupilas fijas.
Hipotensión arterial.
Fiebre.
Taquipnea.
10
PRESENTACIÓN DEL CASO.
Ud. Es enfermera (o) del Servicio de Cirugía Adultos; a cargo de la atención de don José.
Antecedentes:
Nombre: José P.M
Edad: 58 años.
Antecedentes sociales: casado, tiene tres hijos, dos de los cuales están casados, el menor
vive con ellos.
Antecedentes relevantes de salud: Hipertenso hace 5 años en tratamiento, fumador de dos
cajetillas diarias desde los 17 años hasta hace 1 año atrás. Se le detectó un cáncer pulmonar
del cual fue operado y tratado con quimioterapia y radioterapia, terminó el tratamiento hace
4 meses.
Antecedentes de salud actuales: ingresa al servicio hace tres días producto de una
hemoptisis. Durante la valoración de enfermería al ingreso el paciente le cuenta que está
agotado de los tratamientos y desea que lo dejen tranquilo.
La señora e hijos de Don José se encuentran sumamente angustiados por la situación de
salud y desean estar con él constantemente.
De acuerdo a los exámenes tiene múltiples metástasis.
Valoración de enfermería: se encuentra soporoso, hipotenso, taquicardico, muy disneico y
bradipneico. Diuresis por CUP 250cc en 24 horas.
Durante el examen médico le solicitan a usted que le tome los siguientes exámenes: Gases
arteriales, hemograma, ELP, uremia y creatinemia.
11
PROCESO DE ENFERMERÍA.
Valoración ética.
Compasión.
El rol del profesional de Enfermería, en este caso es tener la capacidad de ponerse en su
lugar y sentir lo que él está viviendo, de esta manera darle todas las herramientas que
tengamos a nuestro alcance tanto médicas, sociales, espirituales, emocionales para brindarle
un buen morir.
En cuanto al rol asistencial, es nuestro deber, mantener su unidad limpia, ordenada, darle
los cuidados básicos como higiene, confort, respetar sus decisiones y preferencias.
Incorporar al paciente en las decisiones y considerar su voluntad en situaciones que sean
distintas de lo que propone el equipo de salud respecto a su estado de salud. Las que
conciernen a su lugar físico (leer diario, ver TV, dormir, estar cerca de las ventanas, traer
sus artículos de aseo, etc.), estados de ánimo, tratamientos a recibir (exámenes,
medicamentos, rutinas del hospital, etc.).
Gestionar la flexibilidad en las visitas de seres queridos (familiares, amigos, compañeros de
trabajo, vecinos, etc.) y en la entrega de información sobre el estado de salud de don José.
Respetar sus creencias espirituales, culturales y familiares y permitir dentro de lo posible la
aplicación de ellas, como por ejemplo la visita de algún pastor, sacerdote, machi, toqui, etc.
Además sería relevante, poner en marcha un plan en conjunto con el equipo de salud
respecto a técnicas de relajación, alivio y manejo del dolor, escucha activa, derivación a
otros profesionales, dar tiempo para que manifieste sus sentimientos, preocupaciones,
deseos.
Es fundamental que la enfermera tenga un manejo ético/moral e inculcar a su equipo
multidisciplinario la importancia de respetar los derechos y deberes de cada ser humano en
los cuales incluimos su individualidad, autonomía, derecho a una atención digna, oportuna,
eficiente, con profesionales competentes y comprometidos.
12
Competencia.
La tarea de cuidar requiere conocimientos de orden espiritual y psicológico, y ello resulta
mucho más arduo y difícil de integrar en la actividad profesional que las habilidades y
procedimientos de orden técnico.
Es por esto que la competencia profesional en el cuidado de individuos en este caso de
José, es una virtud básica que requiere de la comprensión de su estado desde una
perspectiva holística, lo que implica tener la capacidad para desarrollar la profesión de un
modo óptimo con el objetivo claro de ayudar al individuo a tomar la mejor decisión para su
bienestar.
En el caso de José con diagnostico de cáncer terminal, los cuidados de enfermería presentan
conflictos entre las necesidades terapéuticas que requiere su enfermedad y los deseos del
paciente. Debido a esta problemática es necesario que la enfermera tenga los conocimientos
disciplinares y de las alternativas de tratamiento que puede ofrecer para el ejercicio de los
cuidados, tener el deber de dominarlos, usarlos adecuadamente y entregar las herramientas
necesarias para su bienestar físico, emocional y espiritual.
La tarea de cuidar requiere la experiencia de la compasión, pero también de la competencia
profesional, pues solo es posible cuidar adecuadamente a don José desde la competencia, el
conocimiento de su ser, el respeto y su voluntad, desde una perspectiva global.
Conciencia.
En este caso, la conciencia es necesaria en el rol de enfermería, entendida como una
habilidad que es adquirida por el profesional a través de la experiencia para poder entender
que la persona que está a nuestro cuidado es vulnerable, y a la vez tiene derechos que
pueden ser explicados a través de los principios básicos de la bioética (autonomía,
beneficencia, no maleficencia y justicia).
Esta habilidad implica tener un conocimiento teórico de la situación, es decir: de la
enfermedad, etapa de vida, estado emocional individual y familiar, tratamiento
correspondiente, consentimiento y documentación legal (trámites) que se podría llegar a
requerir. Esta es una visión universal que se tiene de la situación una persona con
13
enfermedad terminal, pero el profesional de enfermería debe tener la capacidad de
reflexionar sobre la individualidad de cada persona. Es por esto que se debe tener prudencia
al manejar la información que nos llega del paciente, familiares, médico tratante u otros
profesionales que se muevan en el ambiente dinámico de Don José.
Esto nos permite optar y entregar el mejor plan de cuidados holísticos para este paciente,
siempre informando y respetando la voluntad de la persona y de la familia. Es fundamental
nunca olvidar el calibre de la responsabilidad que se adquiere al tener una persona con este
nivel de deterioro, y siempre teniendo en cuenta su dignidad.
Confianza.
Este constructo se debe basar en intervenciones orientadas al paciente y su familia, las
cuales constituirán el medio para lograr el desarrollo de esta virtud. En donde ambos tengan
la certeza y la tranquilidad, de que el profesional de enfermería junto al equipo de salud,
cuentan con las competencias profesionales y morales, necesarias para realizar acciones
acordes a la situación en la que se encuentran. Lo anterior se verá reflejado en las
actividades derivadas del plan de cuidado tales como: permitir la expresión de sentimientos
y/o emociones del paciente y familia; escucha activa; proporcionar información veraz y
sencilla; no dar falsas esperanzas; no forzar comunicación; respetar las decisiones que se
tomen frente al caso; resolver dudas; flexibilizar el horario de visitas.
Confidencialidad.
Dada las condiciones de salud del paciente Don José, resulta una persona vulnerable, por
ende requiere de un confidente, de una persona que posea las herramientas necesarias para
escucharlo y ser discreto, manteniendo una relación basada en la confianza, se debe
entregar la seguridad que todo secreto y conversaciones que se tenga tanto con él como su
familia, el profesional de enfermería tendrá la capacidad de reservar para sí cada situación y
secretos que el paciente comunique a este. Además debe resguardar y velar por la
privacidad de Don José y de su familia.
El profesional deberá callar toda aquella información que el paciente le entregue, y sólo si
este le permite comunicar un problema o situación a su familia u otro profesional de la
14
salud, este lo hará. El profesional de enfermería procederá según los deseos y decisión del
paciente.
Si el paciente, en algún momento, tiene la necesidad de expresar algo y nos lo pide la
colaboración para hacerle, debemos disponer nuestras herramientas para apoyarlo en esta
decisión.
Compromiso.
En base a esta virtud se ponen en disposición todos los conocimientos, habilidades y
competencias del profesional de enfermería en beneficio de la persona vulnerable,
considerando y respetando los principios de autonomía y no maleficencia, con el fin de
cuidar y proteger la integridad del paciente.
La aplicación de los distintos constructos bioéticos en nuestro quehacer diario, nos
entregará una visión biopsicosocial del ser humano, de modo que nos permitirá identificar
sus necesidades y así poder contribuir en la satisfacción de éstas.
Intervenciones de Enfermería.
Recibir o declinar la visita de un sacerdote, machi, pastor, toqui, etc. En caso que el
paciente o la familia lo pida.
Manejar la pérdida del control de tono muscular mediante uso de pañales,
desodorante ambiental, acojinar en zona de prominencias óseas, cambio de
posición.
Realizar baño en cama diario, aseo bucal, aspiración de secreciones, cambio de
pañales oportuno, realizar limpieza ocular de secreciones
Mantener su unidad y ropa limpia, seca y ordenada.
Administrar medicamentos vía endovenoso, según condiciones del paciente.
Mantener en posición Fowler.
15
Mantener habitación iluminada, con temperatura adecuada, evitar murmullos y
comentarios en la sala.
Permitir expresión de sentimientos.
Proporcionar información anticipatoria, clara, veraz, simple, sencilla, oportuna y
respetar la confidencialidad, permitiendo manifestar dudas o reclamos por parte de
la familia.
Respetar la voluntad tanto del paciente como de la familia.
Contención emocional y escucha activa del paciente y la familia, permitiendo la
expresión de sentimientos positivos y negativos.
Permitir la participación del paciente y la familia en la toma de decisiones.
Considerar su privacidad e intimidad, ser tratado con dignidad e individualidad por
el personal de salud.
Informar sobre alternativas de tratamiento, beneficios y efectos positivos y
negativos.
Ayudar a cumplir las últimas voluntades del paciente y familia.
Coordinación y manejo del equipo:
Médico: plantearle al médico la situación actual del paciente y sugerir
suspender la toma de exámenes y tratamientos
Enfermera Jefa del Servicio: gestionar flexibilidad de visitas y compañía
permanente de familiares.
Paramédico: informar de la situación del paciente, evitar molestias como
murmullos, paseos innecesarios, toma de control se ciclo coordinado,
mantener privacidad del paciente (con biombo o cortinas). Realización de
cuidados básicos en todo momento y cuando lo requiera el paciente,
16
respetando la intimidad y los momentos en los cuales se encuentra con su
familia.
Enfermeras de otros turnos: realizar cambio de turno manifestando cambios
importantes de turno anterior, actualizar con todas las decisiones que se
tomaron en cuenta con la familia o con el paciente en caso de conciencia de
éste.
Enfermera: en caso que el paciente rechace tratamientos o toma de exámenes
dejar registro de esto con firma del paciente. Brindar contención a familia.
No realizar procedimientos invasivos. Entregar información a familia.
17
CONCLUSIÓN.
Una enfermedad terminal es un problema que afecta tanto al paciente que la padece tanto
como a su familia, de manera física, psicológica y socioeconómicamente. El impacto que
produce el cáncer terminal en una familia tiene diversos matices a medida que evoluciona
la enfermedad. Comienza con el diagnóstico, el largo proceso de tratamiento con quimio
y/o radioterapia y concluye con las etapas más difíciles: la agonía y la muerte del ser
querido, y todo lo que implica el proceso de duelo.
La etapa de agonía es la que nos toca analizar en el caso de don José, que se encuentra en
estado soporoso y ha manifestado que por favor lo dejen tranquilo. Ya ha sufrido suficiente.
Éticamente, lo que nos corresponde es respetar su autonomía, es decir, respetar su decisión
de rechazar cualquier tratamiento e intervención. Lo más importante en esta etapa, es que
don José pase el mayor tiempo posible con su familia y seres queridos, ya que es poco
probable que salga de su estado actual. Al parecer ya no hay tratamiento que funcione, sólo
quedan los cuidados paliativos que corresponden a aliviar el dolor. De esta manera nos
aseguramos de mantener la integridad de la dignidad de nuestro paciente, haciéndolo sentir
lo más cómodo posible dentro de nuestras capacidades y límites.
Respecto a la situación puntual relacionada a la toma de exámenes. Como grupo nos
cuestionamos la necesidad de la toma de aquellos, debido a que el objetivo principal de
estos es guiar el diagnóstico médico en un paciente que no lo posea o del cual, el
profesional médico se encuentre dudoso. Además de ser necesarios para el control
parámetros plasmáticos, hematológicos, leucocitarios entre otros, lo que determinaran la
evolución de la enfermedad y eficacia de tratamiento administrado, pudiendo
posteriormente realizarse un cambio en el tratamiento y optando por el más eficaz. Sin
embargo, consideramos que hay un factor importante que nos ha hace reflexionar respecto
a esta situación y la posterior realización de estos. Nos referimos en particular a la etapa
de esta enfermedad donde la metástasis múltiple originada luego del fracaso en el
tratamiento utilizado ( quimio y radioterapia) ha determinado que Don José se encuentre en
la fase de agonía y posterior muerte, por falla y mal funcionamiento de múltiples órganos lo
que se evidencia por el deterioro de su estado general, por la identificación de signos y
síntomas característicos en este periodo (sudoración, sopor, taquicardia, hipotensión y
18
diuresis en CUP de 250 cc en 24 horas), junto con la verbalización de no querer mas
intervenciones. De acuerdo esto no es necesario realizar, sino más bien como se nombro
anteriormente, entregar cuidados paliativos y del alivio del dolor. Antes de tomar aquella
decisión es necesario referir la situación actual del paciente al profesional médico y
aclarar junto éste el sentido o propósito de la toma de aquellos exámenes. Y de acuerdo a
la justificación más apropiada decidir, entregando nuestro punto de vista basado en los
conocimientos de los constructos éticos de enfermería y los derechos del paciente de esa
forma evitando caer en el encarnizamiento terapéutico y vulnerando los derechos del
nuestro paciente.
En cuanto a los constructos estudiados, llegamos a la conclusión de que cada uno por si
solo reviste una importancia determinada en el logro de una atención de calidad y a su vez
en conjunto, aportan en alcanzar el fin mayor en el quehacer profesional: El compromiso.
Un compromiso que debe ser comprendido desde el punto de vista profesional y también de
la persona a la cual brindamos nuestros cuidados. Quizás, si analizamos cada caso que se
nos presenta a diario en el quehacer profesional, encontraremos que un determinado
constructo es el más atingente para ser aplicado, pero comprenderemos que este conducirá a
otro y este al siguiente. Así, en la medida que logremos desarrollar, aplicar y comprender
cada uno de estos constructos, seremos profesionales más completos, lo que ira en
beneficio directo de nuestros pacientes y sus familias.
19
BIBLIOGRAFÍA.
Basso, L. (2009). Aspectos ético legales y gestión del cuidado relacionado con el
buen morir. Valparaíso, Chile: Universidad de Valparaíso.
Boeree, G. (2002). Teorías de la personalidad. Recuperado el 16 de Diciembre de
2011, de: http://www.psicologia-online.com/ebooks/personalidad/erikson.htm
Bravo, S. (s.f.). Hemoptisis. En Guías para manejo de urgencias (pp. 584-590).
Recuperado de: http://www.aibarra.org/Apuntes/criticos/Guias/Cardiovascular-
Respiratorio/Hemoptisis.pdf
Cuidados de enfermería en el enfermo terminal (s.f.) recuperado el 15 de diciembre,
de:
http://www.fuden.es/ficheros_administrador/aula/aula_acredit_terminal_julio04.pdf