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    Coleccin

    La prdida de un ser querido provoca dolor, sufrimiento y toda una serie de

    sntomas que conforman lo que llamamos duelo, ese proceso por el que todos

    pasamos alguna vez, sea en mayor o menor grado, y que, si lo resolvemos bien,

    nos ayuda a levantar la vista y mirar hacia delante.AFAL publica un libro que

    nos habla de despedidas, de superacin y de nuevas esperanzas.

    En este libro se conjugan tres hechos: muerte, duelo y enfermedad de Alzheimer

    de una forma sencilla, concisa, comprensible, atractiva y llena de rigor cientfico.

    Es un libro para entender, para vivir, para recuperar el nimo y la esperanza,

    una vez producida la despedida.

    Manuel Nevado Rey comenz su trayectoria profesional con enfermos de

    Azheimer en 1994. Gran profesional reconocido y exper to en la intervencin

    psicolgica con familiares que sufren la prdida de un ser quer ido, trabaja con

    este colectivo en todo el territorio nacional.

    AFAL quiere reiterar su agradecimiento a Obra Social Caja Madrid por su

    colaboracin con nuestra Asociacin a lo largo de tantos aos.

    Coleccin

    Cuadernos prcticos sobre laEnfermedad de Alzheimer

    y otras demencias9

    Asociacin de Familiaresde Enfermos de Alzheimer

    General Daz Porlier,36. 28001 Madrid

    www.afal.es e-mail:[email protected]

    Aprendiendoadesp

    edirse.Delaprdidaalasuperacin

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    Cuadernos prcticos sobre laEnfermedad de Alzheimer

    y otras demencias

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    Aprendiendo a despedirse.De la prdida a la superacin

    Manuel Nevado ReyPrlogo de Pedro Gil Gregorio

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    Primera edicin, octubre de 2005

    Ttulo:Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin.

    Edita AFAL.General Daz Porlier, 36. 28001 MadridTelf. 91 309 16 60 Fax 91 309 18 92e-mail: [email protected] www.afal.es

    Para la presente edicin:Obra Social Caja MadridPlaza de Celenque, 228013 Madrid

    Coordinacin de la edicin: Marina Conde Morala

    Autor: Manuel Nevado Rey

    Ilustraciones: Carlos Maas Aldaya

    Todos los derechos reservados. Esta publicacin no puede ser reproducida, registradao transmitida, parcial o totalmente, en ninguna forma ni por medio sin permiso del Editor.

    Diseo, preimpresin e impresin:Grficas Arias Montano, S.A.28935 MSTOLES (Madrid)

    Depsito Legal: M. 40.411-2005I.S.B.N.: 84-934678-0-4

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    A mi madre Carmen.

    A mi Patri, por su apoyo.

    A Mara Jess Morala y a Carmen Sintes,

    por su confianza en mi trabajo.

    Y a todas las familias que me han enseado

    todo lo que s y sin las cuales sera

    imposible la realizacin de este libro.Y, por su puesto, a mi padre,

    fallecido hace siete aos.

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    Presentacin 11

    Prlogo 13

    1. Muerte 17

    1. Introduccin 19

    2. Cultura, muerte y otras curiosidades 25

    2.1. La muerte en las civilizaciones clsicas 26

    2.2. Diferentes formas de despedida 282.3. Noticias curiosas relacionadas con la muerte 32

    2. Prdida y duelo 393. Principales objetivos de los procesos de duelo 41

    4. Alzheimer: la enfermedad de las prdidas 47

    5. El duelo y los diferentes tipos de prdida 57

    6. Sensaciones del duelo normal y otros tipos de duelo 65

    7. Fases del proceso de duelo 81

    3. Superacin 918. Cmo ayudar en el duelo 93

    9. Volver a vivir y la enseanza del morir 111

    10. Despedidas simblicas 119

    11. Cartas a los ausentes 125

    Eplogo 133

    Bibliografa 141

    n d i c e

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    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

    Para llevar adelante estos propsitos, se ha planteado una serie de acti-vidades desarrolladas desde AFAL:

    Actividades de informacin y difusin: Informacin especfica a travs de entrevista personal, previa cita. Charlas y conferencias. Congresos y Jornadas. Eventos y conmemoraciones. Lnea editorial, de libros de inters para familiares y profesionales. Revista ALZHEIMER, de carcter trimestral. Gestin de nuestra pgina web.

    Actividades de formacin: Cursos para cuidadores familiares. Cursos para cuidadores profesionales. Cursos para voluntarios. Talleres monogrficos.

    Actividades de apoyo: Psicoestimulacin para enfermos en fases leve y moderada. Asistencia psicolgica al cuidador (grupal o individual). Programa Descanso dominical. Asesora jurdica. Asesora social.

    Asesora mdica. Programa de voluntariado AFAL. Red G.A.M.A. (Grupos de ayuda mutua por barrios). Mediacin de conflictos familiares. Almacn de Ayudas Tcnicas. Estanias en centros de da. Valoracin de residencias.

    Actividades de representacin y defensa de los intereses de los enfer-mos y sus familiares.

    Como se ve por todo lo expuesto, esta enfermedad nos sita en una rea-lidad dramtica, agravada por las sombras previsiones de crecimiento futu-ro. No obstante, AFAL encara este futuro con optimismo realista y confa enque la investigacin consiga, al fin, la conquista de esta enfermedad queGOLPEA EL CEREBRO DEL ENFERMO Y EL CORAZN DE LA FAMILIA.Mientras tanto, AFAL continuar su labor como parte de ese gran movi-miento social para la ayuda mutua entre los seres humanos que sufren. Noen vano, ALZHEIMER SE ESCRIBE CON a DE AYUDA.

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    P r e s e n t a c i n

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    La muerte es un fenmeno natural del que ninguna persona est libre.sta es una verdad incontestable que, sin embargo, no terminamos de

    asumir del todo. Todos hemos de vivir alguna vez en la vida el procesode duelo por la prdida de un ser querido. Que lo hagamos mejor o peordepende de muchos factores, pero es muy importante que consigamos

    atravesar esa situacin sin que nos deje marcados de tal manera que ya

    no podamos recobrar la normalidad.Por otra parte, aun siendo tan importante, no existen muchos textos que

    traten este tema del cmo prepararse al duelo y cmo despedirse del serquerido sin traumas permanentes.

    En el caso del Alzheimer, enfermedad que hoy por hoy no tiene cura y nose puede detener, hay un duelo que comienza con el diagnstico y evolu-ciona a la vez que el enfermo va empeorando; se trata de una muerte

    anunciada. Pero el cuidador se vuelca tanto en su labor que, cuando llega

    el desenlace fatal, se aade la sensacin de que le falta el motivo para vi-vir, la ocupacin fundamental que se haba convertido en la razn de su

    actividad diaria.

    Este libro ayuda a todos los que se encuentran en proceso de duelo porel fallecimiento de un familiar a asumir el hecho inexorable de la muerte, adecir adis serenamente y a aceptar que la vida sigue y merece la pena vi-virla sin que el recuerdo de quien se fue se convierta en un ancla que nos

    ata a la infelicidad.

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    Obra Social Caja Madrid, que presta su apoyo constante al colectivo deafectados por el Alzheimer u otras demencias desde hace muchos aos,se congratula de presentar este libro que, sin duda, servir de pauta y

    consuelo a muchas personas que se hallan prximas o inmersas ya en eseproceso de separacin por la muerte de un familiar o amigo. Y felicita aAFAL por su ya larga aventura en la edicin de esta coleccin CuadernosPrcticos en la que tan gratamente les hemos acompaado desde su co-

    mienzo.

    CARLOSMARAMARTNEZMARTNEZ

    Director GerenteObra Social Caja Madrid

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    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    P r l o g o

    Escribir un libro es, sin lugar a dudas, una de las actividades ms apasio-nantes pero a la vez ms difciles y comprometidas con las que un profe-sional se debe enfrentar. El bagaje de conocimientos, experiencia y aptitu-des debe ser amplio y bien construido para poder transmitir de una formasencilla, concisa y comprensible, en unas lneas, una gran parte de los co-

    nocimientos adquiridos sobre una determinada rea de trabajo.

    Pero si el hecho de escribir es un reto en s mismo, cuando el tema so-bre el que tratamos es complicado, oscuro, lleno de dudas e interrogantesy poco llamado a las modas, la tarea resulta mucho ms ardua y difcil. Ex-poner y desarrollar temas como la muerte, el duelo y la enfermedad deAlzheimer suponen, en el momento actual, un desafo para el cual pocosautores se encuentran capacitados. Slo una slida formacin cientfica yuna amplia experiencia personal van a ser las bases para que el autor in-tente y consiga enfrentarse a estos temas.

    La muerte sigue constituyendo una de las reas tab en el conocimientohumano, tambin en Medicina, que a pesar de luchar contra ella, apenasla conocemos. En las facultades de medicina se ensea a los profesiona-les sanitarios cmo enfrentarse a las enfermedades y cmo mejorar nues-tra calidad de vida, pero poco o nada se informa y forma sobre el acerca-

    miento y enfrentamiento, de manera "profesional", a la muerte. sta debeentenderse como un elemento ms de la actividad asistencial de muchossanitarios. En el momento actual, y por cuestiones no directamente rela-cionadas con la actividad sanitaria, empiezan a cobrar importancia temas

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    como la muerte digna, la asistencia al final de la vida y otros sobre los cua-les cada vez vamos a precisar mayor formacin.

    Directamente ligado al hecho fisiolgico de la muerte se encuentra el fe-nmeno del duelo. Este trmino ha sufrido muchas variaciones a lo largode las diferentes civilizaciones. En el momento actual el posicionamientosigue siendo conflictivo y con lmites de actuacin poco definidos.

    En las ltimas dcadas las enfermedades neurodegenerativas, y a la ca-beza de ellas la enfermedad de Alzheimer, han sido objeto y centro degrandes progresos cientficos que han originado artculos, consensos, li-bros y tratados. Posiblemente ningn rea del conocimiento humano hayavertido tanto papel y tinta. Adems, se da un hecho sorprendente y llama-

    tivo, a partir del estudio de una enfermedad se est conociendo y com-prendiendo el funcionamiento fisiolgico de nuestro sistema nervioso cen-tral.

    En este libro se conjugan los tres elementos: muerte, duelo y enferme-dad de Alzheimer de una forma sencilla, concisa, comprensible, atractiva y

    llena de rigor cientfico. El autor, en sus primeras lneas, describe el fen-meno de la muerte y los enterramientos en diversos tiempos y culturas. Semuestra de forma sorprendente los cambios y modificaciones de algo que

    en nuestra cultura occidental y cristiana parece tan simple y rutinario. Enun segundo apartado se exponen las amplias y variadas prdidas de co-

    municacin, de capacidad jurdica, del rol, de los conocimientos adquiri-dos, del ahora, del ayer, del maana, de la capacidad de decisin, de la

    autonoma y de las relaciones familiares a las que se ven sometidos lospacientes con enfermedad de Alzheimer. Posteriormente, el autor exponequ entendemos por duelo, los tipos de prdidas y el currculum vitae de

    las diferentes prdidas que una persona sufre a lo largo de su hecho vital.En el texto se establecen de forma sencilla y clara las dimensiones cogniti-

    va, fsica, emotiva, espiritual, social y conductual del proceso de duelo, ascomo los tipos: normal, patolgico, crnico, anticipado, retardado y ambi-

    guo en que puede ser clasificado.

    En una bien establecida segunda parte del libro se afrontan los consejosy normas para enfrentarse al proceso del duelo. Se especifican los declo-gos tiles e intiles para las personas que quieran ayudar a otras a superarla prdida. En los ltimos apartados del libro se exponen las normas dirigi-das para una enseanza adecuada en el morir, las despedidas simblicas

    y las cartas a los ausentes.

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    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    Todas las reas temticas del libro estn jalonadas con ejemplos de laactividad rutinaria de una persona con amplia experiencia profesional. Esuna forma clara de acercar la teora a la realidad para una ms fcil com-

    prensin de un tema controvertido y que pudiese ser en algn momentorida.

    Quisiera, en este ltimo apartado de este prlogo, hablar sobre el autor.Hace ms de diez aos conoc a un joven licenciado en Psicologa Clnica

    por la Universidad Complutense. Desde el primer momento me llam po-derosamente la atencin la reserva de conocimientos bsicos y clnicos enel manejo de situaciones conflictivas, con especial nfasis en los pacientescon enfermedad de Alzheimer y sus familiares y cuidadores.

    Escribiendo este prlogo me viene a la memoria mi sorpresa e increduli-dad en la exposicin de tcnicas de rol playing que este psiclogo realiza-

    ba en centros de da con los familiares y cuidadores. Pero tambin mesorprendi su capacidad de trabajo. No conozco ningn reto planteado alque haya puesto algn inconveniente de sobrecarga de trabajo. No esta-

    mos sobrados de profesionales que unan a sus conocimientos y ganas detrabajar sus deseos de seguir avanzando en su profesin. Tanto para mcomo para los compaeros que forman parte de la Unidad de Memoriadel Servicio de Geriatra del Hospital Clnico San Carlos es una suerte po-der contar con la amistad y colaboracin de Manolo. Pero, sin lugar a du-das, son los familiares y los pacientes con los que trabaja en la Asociacinde Familiares de enfermos de Alzheimer los ms agradecidos a su trabajo

    y formacin. Creo sinceramente que la edicin de este libro no va a ser unpunto y final, sino unos puntos continuados en su prometedora vida labo-ral y cientfica.

    Quisiera acabar este prlogo recogiendo una frase que el autor enunciaen su libro: Va siendo hora no slo de reflexionar sobre la muerte, sino

    tambin de hablar de ella.

    PEDROGILGREGORIO

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    Aspectos bioticos en torno a la enfermedad de AlzheimerPrlogo

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    1 . M U E RT E

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    19Coleccin

    Antes de comenzar a leer este libro, apreciado lector, se le sugiereun ejercicio. Coja un papel y anote en l los cinco seres queridos msimportantes e insustituibles de su vida actual. Piense en ellos, recre-se en sus recuerdos, anote en el papel cundo los va a volver a ver ycierre los ojos.

    Ahora piense que, de repente, uno de ellos tiene que abandonarle yque, por lo tanto, todos esos planes de futuro elaborados, esa vidaen comn, esas acciones conjuntas, no pueden desarrollarse. C-mo se sentira? Solo, vaco, bloqueado, no quiere creerlo.

    Ejemplo:

    sta es una primera reflexin sobre los sentimientos respecto a las pr-didas, pero vamos a ir un poquito ms all. Vuelva a cerrar los ojos eimagnese que es usted un enfermo terminal y le quedan dos semanas

    1 . I n t r o d u c c i n

    Cita SensacinNombre para verlos de prdidaMi esposa esta noche

    Mi hijo Javi esta nocheMi hija Mara esta noche

    Mi madre el domingo

    Mi mejor amigo el sbado

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    Por lo tanto, hablar de muerte es hablar de dolor, es hablar de sufri-miento, de prdida. El duelo es todo eso: prdida, melancola, vaco...Hablar de Alzheimer es hablar de prdidas, de recuerdos, de nostal-gia, de situaciones que nunca volvern.

    PREGUNTAS SOBRE EL SENTIMIENTODE LA MUERTE

    Al hilo de lo establecido en el punto anterior, se le sugiere ponerseen la situacin de su muerte. En este apartado usted respondermentalmente a un conjunto de preguntas elaborado por Weisman, ensu obra On dying Denying (1972), relativas al sentimiento de hacerfrente a una prdida. En ellas se establece una serie de principios ba-sados en el razonamiento existencial sobre la no percepcin de lo co-tidiano y todo lo que continuamente se est perdiendo en el da a da.

    A continuacin, lalas con detenimiento y reflexione sobre ellas:

    1. Si tuviese que enfrentarse a la muerte, qu es lo que ms le

    importara?

    2. Si fuera una persona muy mayor, cmo podra vivir ms efec-

    tivamente y con menos dao a sus principios e ideales?

    3. Si la muerte fuera inevitable, qu circunstancia la hara acep-

    table?

    4. Qu puede hacer para preparar la muerte de un ser querido?

    5. Qu tipo de persona me gustara que me tratase si tuviera

    una enfermedad crnica?

    CONCLUSIN

    Hablar de la vida en cada una de sus etapas evolutivas es hablar deduelo. Quin no ha soado con retroceder una dcada atrs, convolver a vivir pocas pasadas? Todos esos sentimientos son provoca-dos por las prdidas, deseos de revivir momentos que, por ms quequeramos, nunca volvern.

    Muerte

    Introduccin

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    Uno de los objetivos de este libro es aprender a identificar las reac-ciones, sensaciones y etapas por las cuales todos los seres humanosdebern pasar ante la prdida de un ser querido, dolor, duelo, muer-te... pero tambin muerte como parte de un proceso vital, integrn-dola dentro de nuestro ser y asumiendo que, del mismo modo queun da, sin saber por qu, aparecimos en escena, como si nuestra vi-da fuera una pelcula programada, y nosotros uno de los actores dereparto, otro da desapareceremos sin ms, porque en realidad...

    La vida no es ms que un viaje en tren, repleto de embarques y desembarques,

    salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques, y profundas

    tristezas en otros.

    Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas que

    creemos siempre estarn con nosotros en este viaje: nuestros padres. Lamenta-

    blemente, la verdad es otra. Ellos se bajarn en alguna estacin, dejndonos

    hurfanos de su cario, amistad y compaa irreemplazable. Pero esto no impi-

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    de que al tren se suban otras personas que sern muy especiales para nosotros.

    Llegan nuestros hermanos, amigos... y esos amores maravillosos.

    Entre las personas que toman este tren, estarn tambin los que lo hagancomo un simple paseo. Habr unos que encontrarn solamente tristeza en

    el viaje Y otros que, circulando por el tren, estarn siempre listos para

    ayudar a quien lo necesite.

    Muchos, al bajar, dejan una aoranza permanente Mientras otros pasan tan

    desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta de que desocuparon el asiento.

    Es curioso constatar que algunos pasajeros a veces quienes nos son ms

    queridos se acomodan en vagones distintos al nuestro, y se nos obliga a ha-

    cer el trayecto separados de ellos.

    Desde luego, esto no impide que durante el viaje, aunque con dificultad, reco-

    rramos nuestro vagn y lleguemos a ellos... Pero, lamentablemente, ya no po-

    dremos sentarnos a su lado, pues habr otra persona ocupando el asiento.

    No importa, el viaje se hace de este modo: lleno de desafos, sueos, fantasas,

    esperas y despedidas... pero jams regresos.

    Entonces, hagamos este viaje de la mejor manera posible.Tratemos de relacio-narnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno lo mejor de s mis-

    mo.

    Recordemos siempre que en algn momento del trayecto, ellos podrn titubear

    y probablemente precisaremos entenderlos Nosotros tambin titubearemos

    muchas veces, y habr alguien que nos comprenda.

    El gran misterio, al fin, es que no sabremos jams en qu estacin bajaremos,

    mucho menos dnde bajarn nuestros compaeros, ni siquiera el que est sen-

    tado en el asiento de al lado.

    Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentir nostalgia...

    Creo que s.

    Separarme de algunos amigos de los que hice en el viaje ser doloroso. Dejar

    que mis hijos sigan solos, ser muy triste. Pero me aferro a la esperanza de

    que, en algn momento, llegar a la estacin principal y sentir la gran emocin

    de verlos llegar con un equipaje que no tenan cuando embarcaron.

    Muerte

    Introduccin

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    Lo que me har feliz ser pensar que colabor en que el equipaje creciera y se

    hiciera valioso.

    Hagamos que nuestra estancia en este tren sea tranquila, que haya valido lapena. Hagamos todo para que cuando llegue el momento de desembarcar, nues-

    tro asiento vaco deje aoranza y lindos recuerdos a los que en el viaje perma-

    nezcan.

    (Texto annimo)

    Esta bonita historia annima con la que me top hace unos mesessimboliza aspectos importantes a tener en cuenta a la hora de apre-ciar nuestro paso por la vida y la incertidumbre de no saber nunca enqu estacin bajaremos, ni siquiera aquellas personas que nos hanacompaado durante la mayor parte de nuestra vida.

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    No es que yo fuera superior, es que los dems eran inferiores

    (epitafio de la tumba de Orson Wells)

    Desde los tiempos ms remotos de la humanidad, la preocupacin porla muerte, los ritos de preparacin para el ltimo viaje y las formas de en-terramiento o cremacin han tenido preocupados al ser humano.

    Ya en pocas prehistricas, los antiguos neandertales maquillaban asus difuntos pintndoles los ojos antes de la cremacin. Su intencinno era sino la de agudizarle la vista al muerto para que caminara me-

    jor por la oscuridad del ms all.

    Desde entonces, hasta nuestros das, cada vez que en un colectivo,raza, pas o comunidad se hace presente la muerte, se responde deuna manera aprendida segn unos hbitos histricos y unas costum-bres ancestrales que, en su mayora, fueron fijadas de antemano.

    La muerte, por mucho que se espere, es siempre una sorpresa, porlo que en todas las pocas y culturas se han desarrollado tipos deactuacin social frente a esta eventualidad; el conjunto de actuacio-nes que una comunidad manifiesta como muestra y smbolo de dolorson los denominados ritos funerarios y el duelo.

    Todos estos ritos o actuaciones son difciles de interpretar y suelenresponder, en general, tanto a determinadas creencias como a la ne-

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    2 . C u l t u r a , m u e r t ey o t r a s c u r i o s i d a d e s

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    cesidad vital de manifestar el afecto y el amor que se tiene por el serquerido ya fallecido. Por lo tanto, las interpretaciones desarrolladassobre manifestaciones de duelo de otras culturas o civilizaciones nodeberan hacerse a la ligera, para que no suceda lo que al protago-nista de esta pequea historia:

    Cuenta la leyenda que un da un australiano pregunt con sorna a un chino,

    que estaba colocando un tazn de arroz junto al cadver de su hermano, si cre-

    a que el difunto iba a venir a comerlo. El chino respondi que no, pero a su

    vez pregunt si los cristianos crean que sus difuntos pueden ver y oler las flo-

    res que los familiares les colocan en sus tumbas.

    Algunos de los ritos realizados en distintas culturas como forma dedespedida con respecto al cadver tienen, frecuentemente, por obje-to individualizar la causa de la muerte, hacerla singular.

    2.1. LA MUERTE EN LAS CIVILIZACIONESCLSICAS

    Aunque existen innumerables datos sobre cmo eran los ritos fune-rarios en las civilizaciones de la Edad Antigua, apuntaremos algunascosas importantes en este apartado sobre las tres civilizaciones clsi-cas por excelencia: Egipto, Grecia y Roma.

    Egipto:

    La muerte y Egipto han estado siempre muy relacionadas. Quinno podra sealar un monumento arquitectnico relacionado con la

    muerte en el antiguo Egipto (las pirmides, el libro de los muertos)?Si algo destacaba en esta civilizacin por encima de todas las tradi-ciones y rituales es la tcnica del embalsamamiento, que naci, contoda seguridad, en el antiguo Egipto.

    Claro ejemplo de estos rituales son las momificaciones. An hoy

    sorprende el buen estado de conservacin que presentan las mo-

    mias, algunas halladas no hace mucho tiempo, como la de Tutan-

    kamon.

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    Para los egipcios la muerte significaba la separacin de los elementos,por ello la finalidad de la momificacin era la conservacin del cuerpo porla creencia de que, incluso despus de muerto, la entidad espiritual se-gua viviendo en l. Y, por lo tanto, si se lograba volver a reunirlos se po-da disfrutar de la vida en el otro mundo.

    Grecia:

    En la mitologa griega se rene una gran parte de la riqueza tanato-lgica y de la cultura hacia la muerte. Su arquitectura as lo refleja ymuestra de ello son las apariciones de las primeras necrpolis (ciuda-

    des de enterramiento) surgidas fuera de Atenas y que suponen el ori-gen de los cementerios.

    De entre todos los ritos funera-rios de la antigua Grecia destaca-ba el rito del Caronte. Este ritualfunerario comenzaba por ponerdentro de la boca del difunto unbolo una especie de monedade poco valor, gracias al cual sepoda pagar el pasaje al barqueroCaronte, cuyo objetivo era ayudaral alma humana tras la muerte pa-ra penetrar en el Hades y atrave-sar los ros infernales en la barca.

    Con la exposicin y preparacin

    del cadver comenzaba el duelopropiamente dicho, en el que lasmujeres prorrumpan en llantos, segolpeaban el pecho, se arranca-ban los cabellos y se araaban lasmejillas. Si el fallecido no tena na-die que le llorara, se les encarga-ba a las plaideras (costumbre s-ta exportada a Espaa y presente

    Muerte

    Cultura, muerte y otras curiosidades

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    en nuestra cultura durante muchos siglos, sobre todo en zonas deAndaluca y Galicia). Despus de esto, tena lugar el entierro a primerahora de la maana del da siguiente.

    En poca de Homero, lo normal era la cremacin o incineracin delos cadveres, mientras que desde el siglo VIII a. C., la prctica mshabitual pas a ser la inhumacin. Los cementerios se situaban enGrecia fuera de las murallas de la ciudad, a lo largo de los caminos, ycuando el fallecido perteneca a la clase alta, en su tumba se levanta-ban hermosos monumentos funerarios.

    Roma:

    El ritual funerario se iniciaba de una bonita manera: a travs de un be-so. El objetivo era recoger el ltimo suspiro del difunto; a continuacin,se le cerraban los ojos y entonces se le llamaba por su nombre en vozalta. Despus se le arreglaba y se le expona en el atrio de su casa.

    Durante la exposicin del cadver, a su alrededor, se encendanlmparas y se colocaban coronas de flores. Tras ello, comenzaba elentierro con la formacin del cortejo fnebre, que para el caso de lasfamilias ilustres se haca de da, y tratndose de nios o pobres sehaca de noche y muy poco tiempo despus de su muerte. Durantela poca republicana y a comienzos del Imperio, la cremacin estabareservada a los ricos y la inhumacin a los pobres y a los esclavos.

    Tras la llegada del cristianismo, la inhumacin se convertir en elprocedimiento nico. En Roma, al igual que en Grecia, los cemente-

    rios estaban fuera de las murallas, pero aqu, en seal de luto, lasmujeres se dejaban crecer el cabello y los hombres la barba.

    2.2. DIFERENTES FORMAS DE DESPEDIDA

    Existen distintas maneras de despedir al cadver en funcin de

    las creencias religiosas, el clima, la geografa y el rango social. El

    enterramiento se asocia al culto de los antepasados y a las creen-

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    cias en la otra vida. La cremacin, sobre todo antiguamente, se

    asociaba a la intencin de liberar el espritu del muerto. La exposi-

    cin alaire libre es comn en las regiones rticas y entre los parsis

    (seguidores de una antigua religin persa, el zoroastrismo), donde

    tambin tiene un significado religioso. Prcticas menos comunes

    sonarrojar el cadver al agua despus de un traslado en barco y el

    canibalismo.

    2.2.1. Abandono del cadver:

    Este procedimiento ha sido el preferido por las tribus nmadas dedistintas partes del mundo, sobre todo de Asia y frica. Por ejemplo,los antiguos habitantes de Mongolia dejaban los cadveres, especial-mente los de los ms pequeos, envueltos en sacos de cuero, a unlado del camino. Y tiene su razn, en la creencia de que su espritu sereencarnara en el seno de las mujeres que pasasen ms tarde poraquel lugar. De esta manera, los nios podran tener una oportunidadms de volver a vivir.

    Los tibetanos tambin abandonan el cadver a los perros, sobre to-do los de las personas mayores. Al contrario de lo que nos pueda pa-recer, este acto es honorable para los difuntos. En algunas zonas deIndonesia se deja el cadver al aire libre hasta que se pudre; con pos-terioridad, recogen los huesos y los entierran realizando una granfiesta funeraria.

    En la India, los parsis como los antiguos asirios dejaban sus ca-dveres en las denominadas torres del silencio, que eran construc-

    ciones cilndricas con plataformas concntricas llenas de cavida-des destinadas a recibir los cuerpos para que los buitres (aves sagra-das de Ormuz) se encargaran de despedazarlos y descarnarlos. Des-pus de esto, los huesos eran recogidos por la familia, que se encar-gaba de guardarlos en su seno.

    Otro de los pueblos en los que se practica este tipo de rito son losesquimales, que abandonan a sus mayores entre los hielos an sin es-tar muertos, dejndoles una mochila con alimentos, para que puedan

    Muerte

    Cultura, muerte y otras curiosidades

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    subsistir, a la espera de que el oso polar venga y los devore. Luego,ellos se comern al oso y as el espritu volver al hogar.

    2.2.2. Entierro secundario:

    Este tipo de entierro se produce, en general, en las tribus del Occi-dente de Panam, y en muchas tribus de indios norteamericanos. Es-tos pueblos dejan a sus muertos en plataformas construdas entre losrboles o en la selva, expuestos a la descomposicin rpida o a laaccin de insectos y animales carnvoros.

    El requisito de la muerte tampoco era indispensable. Por ejemplo, losguaimes dejaban al enfermo terminal en una hamaca tendido entredos rboles con un mazo de pltanos, u otra fruta, y una calabaza conagua. Al cabo de unas semanas, cuando calculaban que sus huesosestaran ya limpios, los recogan, los limpiaban y los guardaban en unaolla de barro que enterraban, haciendo una fiesta en honor al difunto.

    2.2.3. Inhumacin:

    Desarrollada desde tiempos inmemoriales, ha sido y es la prcticams difundida en todo el mundo. Desde muchos siglos atrs, el ente-rramiento poda realizarse en grutas y cavernas, como hacan los an-tiguos cristianos o las tribus australianas y europeos prehistricos,como los antiguos escoceses y muchos pueblos de Oceana.

    En Japn, los denominadosainu entierran a sus muertos a los dos dasde fallecer con lo mejor de lo que disponen, y despus queman la casa

    del difunto. Los jefes de estas tribus pueden pasar hasta dos meses sinser enterrados, protegidos por productos que frenan la putrefaccin.

    En Indonesia existe una curiosa tradicin. Debido a su orografa, lasgrutas son de difcil acceso y, al estar excavadas en la roca, dejanuna especie de ventana o balcn tras el que colocan muecos antro-pomorfos vestidos que producen el efecto de sociabilidad y compa-a respecto al difunto. Al observarse desde la lejana da la impresinde que hay gente all reunida mirando lo que pasa por el mundo.

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    En numerosas culturas se han aadido al rito de la inhumacin la co-mida funeraria, que junto con el ajuar (formado por diversos objetosque pertenecieron al difunto) deba acompaar al muerto en su viaje alms all, que se imaginaban de diversas maneras. A veces se acom-paaba el enterramiento con variados rituales, a cargo de los familia-res o de los chamanes o sacerdotes, con msica y cnticos.

    El entierro de personajes importantes de las distintas tribus eraacompaado del sacrificio de sus esposas o personas allegadas.De esta manera, se han encontrado con frecuencia en diversas par-tes del mundo, en torno a los restos principales del varn, revesti-

    do de las galas propias de su rango, los cuerpos de mujeres, de ni-os o de esclavos a su alrededor con evidentes muestras de habersido sacrificados.

    Los primeros cementerios o necrpolis surgen ante la prohibicinen determinadas civilizaciones de inhumar los cuerpos dentro de lasciudades, como ocurra en Siracusa y en Roma. Ante esta circuns-tancia las ciudades de los muertos deban realizarse fuera de los re-cintos de las ciudades de los vivos.

    2.2.4. Cremacin o incineracin:

    Es, junto con la inhumacin, la prctica ms difundida durante todala historia de la humanidad, desde los primeros pueblos, es decir, de3.000 a 2.000 aos antes de cristo hasta la actualidad, donde la inci-neracin vuelve a estar de moda.

    En la Pennsula Ibrica, los iberos, celtberos, celtas, tartsicos, tur-

    detanos, pnicos, fenicios, cartagineses, etc., quemaban a sus muer-tos en una pira funeraria, recogiendo, al terminar, las cenizas y losfragmentos de hueso que quedaban. Con ellos se hacan amuletos yel resto lo guardaban en las urnas, que enterraban en la necrpolis.Otros pueblos, como los etruscos y los cartagineses, mantuvieronsiempre esta tcnica como rito funerario.

    La India es el pas donde la cremacin es la prctica ms generali-zada. Pero all no se guardan las cenizas del muerto, sino, simple-

    Muerte

    Cultura, muerte y otras curiosidades

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    Cultura, muerte y otras curiosidades

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    No quiero comerme a Toby, es amigo mo, y siempre ha sido la

    mascota ms adorable. Sin embargo, pongo a Dios por testigo, me lo

    zampar si no recibo 50.000 dlares en mi cuenta o en ventas de

    merchandising.

    sta es la amenaza y tambin la forma de evitar que el conejosea descuartizado y servido para su degustacin. En la pginaweb aparecen fotos de Toby, disfrutando de la vida, y metido encacerolas y servido con lechugas. Segn esta pgina, ya hanrecaudado casi 20.000 dlares. Sin embargo, hace unas horasel sistema de pago que utilizan en esta web, Paypal, ha bloque-ado la cuenta y no se acepta ms dinero.

    Cmo hacer mi propio negocio a costa de simular

    mi muerte (extracto de la noticia aparecida en

    informativos telecinco.com, el 27 de diciembre de 2004)

    Resulta que la picaresca espaola no tiene lmites, aunque pa-ra ello se tenga que simular la muerte, como durante el ao2004 la simularon 56 espaoles, cifra rcord de esta curiosaforma de timo en toda la Unin Europea.

    Ms de medio centenar de espaoles, en concreto 56, se las ingenia-

    ron el pasado ao para simular su muerte e intentar que las asegura-

    doras con las que haban suscrito un seguro de vida les abonaran una

    indemnizacin por su supuesto fallecimiento.

    Modelos en ropa interior, lo ltimo para vender atades

    (noticia tomada de la agencia Reuters,

    22 de noviembre de 2002)

    La sociedad actual est acostumbrada a la utilizacin de laimagen de mujeres hermosas para vender casi todo: coches,perfumes, bombones pero hasta ahora a nadie se le habaocurrido utilizar modelos para anunciar y vender atades.

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    La muerte es algo duro de enfrentar, pero un sitio de Internet

    de funerales en Italia est tratando de hacer la vida en el ms

    all un poco ms tentadora, al usar chicas modelos semidesnu-

    das para vender sus atades.

    En su sitio de Internet: http://www.cofanifunebri.it, la fbrica de

    atades y servicios funerarios Cisa, con sede en Roma, muestra

    sus productos hechos a mano junto a las modelos bebiendo

    champaa o reclinndose seductoramente sobre los fretros.

    Queramos hacer de la idea de escoger un atad menos seria, incluso

    que la gente se riera un poco, dijo Giuseppe Tenara, uno de los socios.

    Por si las moscas: atades con alarma (noticia tomada de

    www.sitiosdeargentina.com.ar, 15 de diciembre de 2004)

    Ser enterrado vivo es algo que ha preocupado siempre al serhumano. Quin no sabe de alguien que dice conocer a un ami-

    go de un conocido de un primo suyo al cual tuvieron que sacardel fretro cuando estaban empezando a echar sobre l las pri-meras paladas de tierra. Estas leyendas urbanas han dado co-mo fruto la aparicin de este curioso sistema implantado en uncementerio de Santiago de Chile.

    As como la birome es argentina, el Ford es norteamericano y el re-

    loj es suizo, los atades con botn de alarma para los muertos vivien-

    tes son chilenos. Un cementerio evanglico, Camino a Canaan, de

    Chile ha comenzado esta semana a ofrecer a sus clientes la posibilidadde adquirir atades con alarma, para evitar que se produzcan casos de

    personas vivas que fueron enterradas por error. Segn el administra-

    dor del mausoleo, Humberto Becerra, estos atades constan de un

    dispositivo que, en caso de registrar el ms mnimo movimiento, acti-

    va una alarma sonora que puede ser escuchada en la superficie. El pre-

    cio del fretro oscila entre los 320 y 2.700 dlares.

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    Cultura, muerte y otras curiosidades

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    El reciclaje llevado a la mxima expresin: atades de cartn

    (noticia aparecida en el diario El Mundo,

    el 29 de abril de 2004)

    Atades de cartn, sta es la ltima moda que ofrece una empresa de

    Madrid, algo que demuestra que, en la actualidad, la muerte est ms

    de moda que nunca.

    As lo piensa Restbox, una empresa radicada en Madrid que se dedi-

    ca a la produccin de atades de cartn. No, no se imaginen una caja

    de zapatos enorme en la que depositar sin pizca de respeto los restos

    de su ser querido. Se trata de un recipiente que nada tiene que envi-diar por su aspecto a los pesados y carsimos atades de toda la vida,

    con cruz incluida si as lo desea.Aguanta, adems, un peso de ms de

    200 kilos y todas las inclemencias meteorolgicas que se imagine. Se

    necesita un rbol para construir un slo atad y con ese mismo rbol

    podran fabricarse 100 de cartn. El coste es de unos 35.

    Atades personalizados segn oficios, lo ltimo

    de la moda funeraria en Ghana (extracto de la noticia

    aparecida en BBCMUNDO.COM, el 30 de enero de 2005)

    En Teshi se han inventado una curiosa forma de despedir a losdifuntos: stos sern enterrados en unos atades muy origina-les. Dependiendo de su profesin o de sus gustos, as ser suatad. Si, por ejemplo, el difunto era taxista, pues el atad ten-dr forma de coche. As lo cuenta la BBC.

    Si uno se desplazara desprevenido por la calle principal de Teshi, al

    ver las vitrinas probablemente se preguntara por qu exhiben un

    enorme pez rojo o un martillo gigante. Parece una extraa rea de al-

    macenamiento del decorado de un grupo de teatro local o de un es-

    cenario de cine. Pero, cuando uno se adentra en la ciudad, puede ver

    un par de esos talleres de decoracin de escenografa, y otro ms, y...

    es eso realmente un avin? Al acercarse, cada uno de esos objetos se

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    revela como un atad de madera hecho con una destreza enorme y

    terminado con cario para transportar a los nuevos finados en su viaje

    al ms all.

    Isaac Adjetev Sowah es el gerente del negocio que su abuelo empe-

    z y, con apenas 22 aos de vida, lo ha visto y hecho todo. Fretros

    con forma de martillos, peces, automviles, telfonos celulares, galli-

    nas, gallos, leopardos, leones, canoas, granos de cacao y varios elefan-

    tes. Al parecer, no hay nada que la compaa de Isaac no considerara

    hacer.

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    Cultura, muerte y otras curiosidades

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    Congelarse para seguir viviendo: la criogenizacin

    (extracto de la noticia aparecida en el diario El Mundo,

    el 23 de diciembre de 2003)

    Quin no ha escuchado alguna vez que

    Walt Disney se encuentra congelado para,

    en un futuro incierto, volver a vivir. Actual-

    mente existen varias empresas que desarro-

    llan esta labor, su sede est ubicada en el de-

    sierto de Arizona, en un pueblo llamado Al-

    cor, en el que esperan la resurreccin cerca

    de 300 personas, dos de ellas espaolas.

    Un cementerio diferente: el Cementerio Alegre

    Existe un cementerio diferente al resto de los que podemos conocer,

    este cementerio se encuentra en la regin de Maraumares, al este de

    Rumania, cerca de la frontera con Ucrania.

    En l destaca el colorido de sus lpidas, todas

    pintadas de colores, y con caricaturas, recre-

    ando pasajes importantes de la vida del difun-to.Y se escriben epitafios singulares, como s-

    te, que dice:Aqu yace mi suegra. Si hubiera vivi-

    do un da ms, quiz ahora yo ocupara su lugar,

    que hacen de este cementerio un importante

    centro de turismo, donde miles de visitantes

    acuden cada ao para poder observar una

    forma diferente de ver y entender la muerte.

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    Humor, muerte, epitafios y frases para reflexionar

    10 frases para reflexionar:

    1. Lo mejor, si se puede evitar, es no morirse, porque aunque lavida nos d problemas y depresiones, vivir es muy bonito,que pueta! (Miguel Gila).

    2. Si lo que quieres es vivir cien aos, vacnate contra el azar(Joaqun Sabina).

    3. Nos horroriza el rostro de la muerte en nuestros seres queri-dos, pero lo admitimos en los rostros ajenos porque nos deci-

    mos: eso slo le pasa a los otros. Con esta idea alejamos lamuerte de nuestro entorno, pero no a los muertos (M. Allu).

    4. Vivir en el corazn de los que dejamos detrs de nosotros noes morir (T. Campbell).

    5. Si todo muere, nada tiene sentido (Miguel de Unamuno).

    6. El Dios en quien yo creo no nos manda el problema, sino lafuerza para sobrellevarlo (Harold S. Kushner).

    7. No es que tenga miedo a morirme, es tan slo que no quieroestar all cuando suceda (Woody Allen).

    8. El animal conoce la muerte tan slo cuando muere; el hom-bre se aproxima a su muerte con plena conciencia de ella encada hora de su vida (Schopenhauer).

    9. Dad palabras al dolor, la pena que no habla murmura en elfondo del corazn y lo invita a romperse (Shakespeare).

    10. La vida es injusta, porque si no, dime t, toda la vida condu-

    ciendo un utilitario y cuando te mueres vas y te meten en unmercedes; toda la vida amueblando tu piso con madera bara-ta y muebles de conglomerado de IKEA y cuando te mueresvas y te meten en un atad con madera de roble (EnriqueSan Francisco).

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    2 . P R D I DAY D U E L O

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    Cuando las horas del crepsculo ensombrecen mi vida,

    no te pido ya que me hables, amigo mo,

    sino que me tiendas tu mano.

    Djame tenerla y sentirla, en el vaco

    cada vez ms grande de mi soledad.

    (Tagore)

    Va siendo hora no slo de reflexionar sobre la muerte, sino tambin de

    hablar de ella.

    (M. Frisch)

    ste es uno de los objetivos a la hora de trabajar el proceso deduelo: hablar, reflexionar acerca del sentido de nuestras vidas yde las vidas de nuestros seres queridos. Este tipo de reflexin tiene

    lugar sobre todo en los momentos finales de las enfermedades cr-nicas, reflexiones que en los familiares de enfermos de Alzheimer, ycomo consecuencia del paso de la enfermedad, se dan de formaque el familiar comienza a generar miedos; miedos que van desdeel temor a enfrentarse a lo desconocido hasta los temores psquicosdel enfermo.

    En la ltima fase se acrecienta el sentimiento de prdida inmediata,de la hora de la despedida y, sobre todo, el sentimiento de vaco tras

    3 . P r i n c i p a l e s o b j e t i v o sd e l o s p r o c e s o s d e d u e l o

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    el abandono de la persona querida. La prdida se percibe como in-mediata e irremediable.

    A la hora de trabajar con los familiares de personas fallecidas sepueden enumerar algunos objetivos clave en el proceso de recupera-cin. Worden estableci estos cuatro:

    1. Sentirnos libres de vnculos emocionales: Significa ir abando-nando poco a poco los mecanismos de negacin ante la prdi-da. Sentirse libre de vnculos emocionales significa ser capazde ir percibiendo que vuelvo a poseer el control de mi vida, quesoy capaz de no idealizar la prdida y de disminuir de manera

    significativa las reacciones de anhelo y reencuentro del ser que-rido. Por lo tanto, y en resumidas cuentas, cumplir este primerobjetivo o tarea de duelo es ser capaz de controlar los recuer-dos y no que sean los recuerdos los que me controlen a m.

    2. Ser capaz de ajustarse al cambio del ambiente: Significa asumir yresolver el propio sentido de s mismo, la propia identidad, dentrode la nueva realidad una vez producida la prdida, y mejorar la ca-pacidad para reajustar la vida ante las nuevas perspectivas. Ima-

    ginemos a un familiar de un enfermo de Alzheimer. Esta personaconsigue reajustarse a la nueva situacin cuando es capaz demoldear su vida al integrar en ella la prdida (de muchas cosas)por la enfermedad. Para esto decide, por ejemplo, acudir o parti-cipar en una asociacin de familiares, recopilar informacin y pla-nificar su vida teniendo en cuenta la enfermedad.

    3. Ser capaz de desarrollar nuevas relaciones: Cuando una perso-na se enfrenta a la prdida de un ser querido, o al deterioro delmismo a travs de una enfermedad crnica, tratar de encon-trar gente en su misma situacin e informacin que le permitanir superando las diversas circunstancias a las cuales tendr queenfrentarse en su nuevo ambiente. En sus semejantes tratarde buscar la comprensin que o bien no encuentra en sus msallegados o bien no sabe cmo conseguir. Encontrar complici-dad y ayuda mutua, fundamental para ir haciendo frente a losprocesos de prdida.

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    4. Sentirse cmodo tanto con los recuerdos positivos como con losnegativos del fallecido: No hay nada como morirse para que ha-blen bien de uno. Se tratar de que el doliente sea capaz de re-cordar su vnculo y convivencia con la persona fallecida, pero deuna manera que le permita mantenerle en el recuerdo y continuarcon su vida. Al mismo tiempo debe tratar de evitar la idealizacindel fallecido y ser capaz de expresar las ideas contradictoriasque, con respecto a sus recuerdos, fluyen del interior de unomismo, a medida que durante el proceso de duelo seamos ca-paces de sentirnos cmodos con los defectos y las virtudes delser querido.

    Esto evitar la idealizacin y forzar a que, poco a poco, se va-yan soltando los recuerdos que nos amarran a su ausencia.

    Prdida y duelo

    Principales objetivos de los procesos de duelo

    43Coleccin

    OBJETIVOS

    REAJUSTARLA VIDA A LA

    NUEVA

    REALIDAD

    CONVIVIRRECUERDOSPOSITIVOS Y

    NEGATIVOS

    SENTIRSELIBRE

    VNCULOSEMOCIONALES

    NUEVASRELACIONES

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    Objetivos teraputicos con Mara, de 73 aos. Esposa deun enfermo de Alzheimer que acaba de fallecer

    Mara acude a consulta porque considera que necesita ayuda parasuperar la prdida de su marido, fallecido con enfermedad de Alzhei-mer a los 76 aos, despus de diez aos de cuidado. Mara se sientevaca, no sabe cmo rellenar el tiempo de soledad que su esposo leha dejado.

    Al aceptar que necesita ayuda, est empezando a cumplir el primerobjetivo planteado por Worden (sentirnos libres de vnculos emocio-nales), porque comienza a abandonar la negacin mecanismo dedefensa que impide la toma de conciencia de la prdida, al chocarsta irremediablemente con la realidad.

    Nuestro segundo objetivo ser que Mara se ajuste a su nueva reali-dad. ste ser un objetivo a medio plazo. Mara ha pasado los lti-mos diez aos realizando una labor: cuidar a su esposo, y es lo quesabe hacer; ha renunciado a sus aficiones, amigos,hobbies e inclusoa relacionarse con algunos miembros de su familia; se encerr en el

    cuidado, ahora debe ir paso a paso, debe ser consciente de todoel trabajo y sacrificio desarrollado durante esta dcada, e ir reajustan-do su vida a la nueva situacin, en la que su marido ya no es el cen-tro de todo. Para ello se potenciar la realizacin de ejercicios de to-ma de conciencia de las labores desarrolladas y de todo lo que dejde hacer para cuidar a su marido. Se empezar a implantar un pro-grama de actividades, siempre despacio, con calma, evitando abru-mar al principio; tiene que ser ella la que vaya pidiendo ms activida-des, de esta manera comenzar a reajustar de nuevo su vida. Al

    tiempo que Mara comienza a desarrollar sus nuevas actividades, co-menzar a desarrollar nuevas relaciones, conocer gente nueva, qui-z con una vida similar a la suya (por su edad y circunstancias vitales,seguro que encuentra alguna otra viuda en las actividades que desa-rrolle), y comenzar a cumplir el tercer objetivo marcado en las tareasdel duelo: conocer a gente e iniciar nuevas relaciones.

    El ltimo objetivo requiere ms tiempo; no debe ir deprisa, perotampoco con pausa, se trata de sentirse cmodo tanto con los re-

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    cuerdos positivos como con los negativos del fallecido. Poco a pocoMara ir consiguiendo ahuyentar la culpa, comenzar a tener la sen-sacin de que hizo todo lo posible cuidando de su marido y se irdando cada vez ms permiso para disfrutar de su tiempo libre y vol-ver a divertirse, aunque sea con menor intensidad. Ser capaz de noidealizar al fallecido y de recordarle cuando ella quiera, llegando aaprender a vivir con su ausencia.

    Prdida y duelo

    Principales objetivos de los procesos de duelo

    45Coleccin

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    que tiene que ver con la percepcin del cuidador en las labores dereubicacin personal vistas en los objetivos de duelo del captuloanterior.

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    1. Prdida de la comunicacin

    Con el paso de la enfermedad y el consiguiente deterioro cognitivo

    asociado a la misma, el lenguaje se deteriora. Se afectan la expresiny la comprensin, que, unido a la prdida de la memoria, conlleva laprdida de la comunicacin con el enfermo. Este aspecto se hacemuy difcil de llevar para la familia:

    Si por lo menos pudiera ver una pelcula con l... Le encantaba

    John Wayne, y el ftbol; ahora nada de nada. Antes hablbamos mu-

    cho, ramos una pareja muy comunicativa, discutamos mucho sobre

    poltica porque siempre hemos tenido ideas distintas, pero ahora ya

    no, est metido en su mundo; si pudiera grabar sus pensamientos

    cuando tiene la mirada perdida... (Juani, 70 aos)

    2. Prdida de la capacidad jurdica

    La incapacitacin es otro de esos momentos en los que la familia seda cuenta de que la enfermedad se va llevando al ser querido prcti-camente sin darse cuenta:

    Recuerdo cuando me recomendaron la incapacitacin, mi prime-

    ra idea fue de rechazo, yo no poda hacerle eso a mi marido, con lo

    que era l para las cuentas. Fueron mis hijos los que, siguiendo las

    indicaciones de los abogados de la asociacin, comenzaron a mover

    los papeles. La noche antes del da del juicio no pude dormir, tena

    unos sentimientos de culpa tremendos; sin embargo, todo pas y l

    ni se enter, contest al juez y me pregunt quin era ese seor. Al

    da siguiente no recordaba nada. (Remedios, 72 aos)

    3. Prdida del rol, intercambio de papeles

    El cambio de rol en la enfermedad es una de las prdidas ms ca-ractersticas de la misma. La esposa por ejemplo tiene que asu-mir las funciones desarrolladas hasta entonces por su marido; el hijotiene que cuidar a su padre... Este cambio de papeles se siente co-mo una prdida:

    Prdida y duelo

    Alzheimer: la enfermedad de las prdidas

    49Coleccin

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    No pasa nada! afirma Marina, hija de un enfermo, cuando yo

    era joven l me pona los lmites y ahora que l es mayor y enfermo

    se los pongo yo.

    4. Prdida de los conocimientos adquiridos

    Da igual que el enfermo sea abogado, fontanero, electricista o eco-nomista, la enfermedad le har perder los conocimientos adquiridosdurante toda la vida y el rol social que antes tena; y todo esto es dif-cil de asumir por la familia:

    Cuando David le manda los ejercicios semanales en la asocia-cin y me dice que le ayude, yo lo intento, pero es difcil asumir que

    mi padre hace tres aos haca las declaraciones de la renta a todala familia y ahora no puede realizar una suma sencilla. (Enrique, 39aos)

    En ocasiones estas prdidas hacen referencia al rol social que ocu-paba el enfermo en su entorno cercano:

    l era el centro de atencin en las reuniones, sus imitacionesde Rodrguez de La Fuente no dejaban indiferente a nadie, le en-cantaba invitar a amigos a cenar. Ahora, cuando nos reunimoscon amigos est deseando irse, no quiere salir y opta por no ha-blar, creo que es por miedo a fallar o por no saber qu decir. (Am-paro, 66 aos)

    5. Prdida del ahora

    La enfermedad de Alzheimer se lleva el presente, el ahora. La inca-pacidad para recordar es lo ltimo que alguien puede robar. Al no po-der almacenar informacin, vive sin presente:

    No reconoce a sus nietos y no se ha enterado de que mi nieta

    mayor, que era su ojito derecho, le va a dar un biznieto. (Carmen, 75aos)

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    6. Prdida del ayer

    La enfermedad de Alzheimer provoca la cada de los recuerdos: no

    reconocer a familiares, amigos, allegados en definitiva, recuerdos,genera fuertes frustraciones e impotencia en el cuidador principal.

    No recuerda nada, es como si alguien le hubiera manipulado el

    cerebro y le hubiera borrado toda su informacin. (Mar, 37 aos)

    7. Prdida del maana

    sta es una percepcin constante en el cuidador: el miedo al futuro,

    el miedo a lo que vendr, sobre todo teniendo en cuenta lo que se haido y lo que se est perdiendo (pasado y presente). La enfermedadaugura un futuro incierto, lleno de decisiones difciles que el cuidadortiene que resolver:

    Llevo ya tanto tiempo cuidndole, 12 aos..., que creo que nunca

    hemos tenido otra vida, por eso tengo que ver constantemente fotos,

    recuerdos, o vdeos de eventos familiares, para no perder toda nocin

    de mi vida anterior, pero al mismo tiempo me pregunto: cunto tiem-

    po ms?, y sobre todo qu har cuando l no est. (Elena, 48 aos)

    8. Prdida de la capacidad de decisin

    La familia tiene que saber que las decisiones importantes en la vidadel enfermo van a recaer en la figura del cuidador principal; el afecta-do no puede decidir, y menos en cuestiones importantes:

    Cuesta asumirlo porque mi padre empez joven, yo tena tan slo24 aos, mi madre todava trabajaba y entre las dos tuvimos que to-

    mar decisiones sobre el futuro de mi padre sin poder consultar con l

    porque ya no poda decidir, como, por ejemplo, cuando ingres en

    el centro de da, cuando deca una y otra vez que no quera ir, pero la

    decisin tena que ser nuestra, tenamos que concienciarnos de que

    era por su bien, y as le llevamos. Lo ms difcil es afrontar que llega

    un momento en el que tienes que decidir por tu padre y esto es una

    responsabilidad muy grande. (Gema, 30 aos)

    Prdida y duelo

    Alzheimer: la enfermedad de las prdidas

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    9. Prdida de la autonoma

    La prdida de la autonoma del enfermo es complicada para los im-

    plicados en mayor grado: el enfermo y el cuidador. A veces esta pr-dida de la independencia hace que el enfermo reaccione con agresi-vidad ante la presencia de su familiar:

    La primera vez que tuve que baar a mi padre sent vergenza,

    nunca haba visto a mi padre desnudo, l reaccion con agresividad,

    o creo que con frustracin, o quiz fuera impotencia... La verdad es

    que la primera vez fue un pequeo infierno. Los dos estbamos ner-

    viosos y en un momento me di cuenta de que mi padre ya no era l;

    me bast con ver su cara. Ahora ya nos hemos habituado los dos.

    10. Prdida familiar

    La ruptura familiar es una de las prdidas ms dolorosas. El cuida-dor principal no slo tiene que hacer frente a una despedida del serquerido, lenta y prolongada en el tiempo, sino que tambin, y como

    consecuencia de la incomprensin de otros miembros de la familia yde la escasez de ayuda de la misma, se producen rupturas que aca-barn con las relaciones entre hermanos, hijos u otros miembros fa-miliares:

    Siempre fuimos una familia feliz, acudamos juntos a los cumplea-

    os, reuniones familiares hasta que mi madre comenz con la en-

    fermedad. De los tres hermanos tan slo mi hermana me ayud un

    poco, mi hermano se desvincul desde un primer momento. Ahora

    que mi padre ha fallecido, me pregunto por qu adems de perderlea l he tenido que perder tambin a mi hermano, no lo s, no lo en-

    tiendo.

    Las prdidas comienzan desde el momento del diagnstico, desdeese da se empieza a perder al enfermo de Alzheimer, y el proceso deduelo anticipado no terminar hasta que el cuidador se reinserte so-cialmente, despus del fallecimiento del mismo y habiendo retomadolas actividades que, como consecuencia de su enfermedad, se deja-

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    ron de realizar para poder cuidar del ser querido. Aun as, es impor-tante ir asumiendo que la prdida se va a producir porque, da a da,se va apagando un poco ms.

    Las prdidas estn presentes a lo largo de la enfermedad, hay queaprender a convivir con este duelo anticipado que se produce en lasdemencias. Asumir es comenzar a recuperar, es comenzar a sobre-vivir.

    Prdida y duelo

    Alzheimer: la enfermedad de las prdidas

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    Prdidas en la enfermedad de Alzheimer

    1. Comunicacin.

    2. Capacidad jurdica.3. Roles.

    4. Conocimientos.

    5. El ahora.

    6. El ayer.

    7. El maana.

    8. Toma de decisiones.

    9. Autonoma.

    10. Relaciones familiares.

    Historia de un cuidador cualquiera, historiade una vida cualquiera

    Voy a contar mi historia con la mayor brevedad del mundo; aunque resumir

    toda una vida en unas cuantas lneas es complicado, en fin, lo voy a intentar.

    Hace diez aos que cuido a mi esposa, enferma de Alzheimer. En la actuali-dad se encuentra en la ltima fase, los mdicos me han confirmado que puede

    morir cualquier da.Yo pienso: cuanto ms tarde en llegar ese momento, mejor

    ser.A mi cabeza me vienen recuerdos de hace mucho tiempo.

    Soy un hombre de 78 aos que ha pasado su vida con ms alegras que pe-

    nas. Cuando vine del servicio militar, fund, junto a mis padres y mis herma-

    nos, una pequea empresa que, por suerte, fue prosperando y gracias a la cual

    hemos podido vivir toda nuestra vida.

    Lleg la hora de casarme y lo hice con la mujer que yo quera, con una her-

    mosa mujer, con una gran compaera. En junio de 2005 celebramos las bodas

    de oro, una luna de miel que comenz el 22 de junio de 1955. Cincuenta

    aos de recuerdos borrados por una enfermedad, el Alzheimer.

    A los dos nos gustaba mucho viajar y andar por el campo, lo que mis nietos

    ahora llaman senderismo, creo que hemos visitado casi todas las montaas de

    Espaa y creo tambin que tenemos ms horas de avin que muchos pilotos.

    Recuerdo en especial el viaje de novios: fue a Alemania. Partimos en autobs

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    desde Elda y cogimos el barco en Zurich para seguir el curso del rio Rhin y

    desembocar en Holanda.

    Despus comenzamos a tener hijos, stos se hicieron mayores, vinieron losnietos y, casi sin darme cuenta, me lleg la jubilacin.Al poco tiempo de jubi-

    larme comenzamos a darnos cuenta de que algo raro le pasaba a mi esposa, re-

    cuerdo el ao, 1995, no era gran cosa, pero los que la conocamos veamos una

    rara forma de andar, responda con ambigedades, se olvidaba muchas cosas y

    se encontraba desorientada.

    Decidimos llevarla a un neurlogo a Alicante, que le diagnostic Alzheimer.

    Tratando de evitar lo inevitable acudimos a una clnica privada de Barcelona,

    que conocimos a travs de un amigo de la familia, pero el diagnstico fue elmismo.

    Tras unos aos en los que pareca que la enfermedad se estancaba, sta co-

    menz a ir cada vez ms deprisa; mi mujer no me recordaba, no poda hablar

    con ella, no reconoca a sus nietos, ni a sus hijos; no podamos ver fotos, era

    triste. Recuerdo el primer da que me llam de usted, fue al darle un vaso de

    leche, recuerdo que me dijo: Gracias seor, pero dnde est mi esposo?

    Toda una vida juntos y ahora no le queda ni un recuerdo. Actualmente esten una silla de ruedas, ha perdido la movilidad; a veces pienso: con lo que he-

    mos andado, cmo se ha podido llegar a esto..., est totalmente cambiada, su

    aspecto alegre ha desaparecido, no habla, no anda, slo mira y en su mirada, en

    su interior, creo que me reconoce. He aceptado ayuda porque si no quiz ya no

    estara aqu y tengo que hacer un gran esfuerzo al da para no perder las ganas

    de vivir, porque es muy duro estar con la persona que amas y solamente poder

    cuidarla, observando en cada momento lo cruel que puede llegar a ser la vida

    con las personas que ms quieres; no obstante, y pese a estar en este estado,

    quiero seguir cuidndola hasta el ltimo suspiro, todos los das que nos queden

    de nuestra vida, porque no s hacer otra cosa, tan slo quererla.Tengo la impre-

    sin de que en algn lugar remoto de su cerebro sabe que quien est a su lado

    soy yo, y sa para m es suficiente recompensa.

    Prdida y duelo

    Alzheimer: la enfermedad de las prdidas

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    El duelo es tan natural como

    llorar cuando te lastimas,

    dormir cuando ests cansado,

    comer cuando tienes hambre,

    estornudar cuando te pica la nariz.

    Es la manera en que la naturaleza

    sana un corazn roto.

    (Doug Manning)

    La palabra duelo proviene del latn dolus, dolor, es la respuesta auna prdida o separacin. Es una respuesta normal y natural; lo queno sera natural es la ausencia de respuesta. Es algo personal y ni-co, cada persona lo experimenta a su modo y manera, sin embargo,produce reacciones generales y comunes en prcticamente todos los

    seres humanos.Por duelo se entiende: La sensacin de prdida sin posibilidad de

    recuperacin, fallecimientos, prdida de la salud, prdida de traba-

    jo..., por lo tanto, las emociones y sentimientos que se producen co-mo consecuencia de la prdida de un ser querido son muy similaresa las emociones y sentimientos que podemos tener, por ejemplo, an-te la prdida como consecuencia de un divorcio, o ante la prdida deuna relacin laboral.

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    5 . E l d u e l o y l o s d i f e r e n t e st i p o s d e p r d i d a

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    los lazos que le unan al ser querido, adaptarse a la prdida y volver avivir de manera sana en un mundo en el que ese ser querido nuncams estar. De esta manera se aprende a convivir con los recuerdosy se fortalecen los aspectos psicolgicos y personales.

    Posibilidad de riesgo. Sucedera al ser incapaz de salir del duelo,hacer un duelo incompleto o elaborarlo mal, no llegando nuncaa superar la prdida y que, consiguientemente, requerir de trata-miento psicolgico al cabo del tiempo.

    Las prdidas, sean del tipo que sean, siempre van a llevar la cargade la superacin del duelo, en mayor o menor intensidad y con mayoro menor posibilidad de recuperacin y de sustitucin, pero la nicaposibilidad de superar el duelo es pasando por l.

    Quin no ha perdido un amor adolescente, o sencillamente un amor,a lo largo de su vida, en cualquiera de sus diferentes etapas, en lascuales el dolor tras la separacin era tan intenso que le imposibilitaba,aunque fuera de manera transitoria, entender la vida sin la personaamada al lado. Analicemos, si no, esta estrofa de la cancin titula-

    da Te esperar, del grupo musical La caja de Pandora, para aclarar elsentimiento no deseado que se tiene ante una separacin, divorcio oruptura amorosa: Desde que te fuiste no consigo encontrar ni tanslo un motivo para seguir; vivir no merece la pena si conmigo t noests, muero como un ro al llegar al mar, necesito verte aunque seapor ltima vez. Acaso los sentimientos extrados de esta estrofa nopodran valer para la prdida por fallecimiento de un ser querido?

    La muerte de un ser querido es una prdida de mayor rango que cual-

    quier otra y se diferencia de las dems por dos caractersticas:1. La intensidad de los sentimientos.

    2. La irreversibilidad y lo definitivo de la muerte.

    A lo largo de la vida el ser humano est continuamente sufriendoprdidas, nos encontramos constantemente atravesando los ciclos deduelo. Podramos sacar una conclusin: que sin darnos cuenta esta-mos ms familiarizados de lo que creemos con los procesos de prdi-

    Prdida y duelo

    El duelo y los diferentes tipos de prdida

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    da. Arnaldo Pangrazzi las defini como prdidas continuas y las es-tableci a modo de declogo:

    1. El propio nacimiento, como la primera y ms dolorosa separacin.2. Las prdidas que conlleva el mismo crecimiento.

    3. La prdida de la propia cultura por necesidad de emigrar.

    4. La prdida de bienes materiales (robo, desastres naturales...).

    5. La prdida de vnculos afectivos (marcha o ruptura con elamigo, divorcio, ruptura intergeneracional...).

    6. La prdida de la identidad personal (fracaso profesional, re-chazos afectivos, falta de autoestima...).

    7. La prdida de bienes humanos y espirituales (desconcierto eimpotencia frente a actos terroristas, secuestros, violenciacallejera...).

    8. La prdida de la salud por enfermedad, accidente, envejecimiento.

    9. La prdida de aquello que nunca se ha tenido, pero se ha so-ado y deseado: la carrera no cursada, el hijo que no naci,la soltera impuesta o mal soportada...

    10. La muerte, como prdida ms temida.

    Un poco ms adelante realizaremos un ejercicio para tratar de tomarconciencia de la prdida.

    Si alguno de ustedes tuviera maana una entrevista de trabajo y lepidieran su currculum vitae, a buen seguro que tendran en su cabe-za los mritos desarrollados a lo largo de su vida. El ejercicio que sepropondr ser que cada uno elabore un currculo de prdidas sufri-das en toda la vida.

    Para ayudarle a la realizacin del ejercicio, a continuacin se esta-blecen distintos tipos de prdidas que pueden generar procesos deduelo. Primero, y en funcin del grado de intensidad que provocanlas diferentes prdidas, se sealan los fallecimientos:

    1. Prdidas por fallecimiento. La prdida de un ser querido esla principal causa de estrs en todo el mundo, el tipo de falle-cimiento, la manera como se ha actuado con el fallecido antesde morir, los asuntos pendientes, el parentesco determinarnla respuesta que el doliente tendr ante este tipo de prdida.

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    2. Prdidas sentimentales. Dentro de esta categora se puedenincluir los siguientes subtipos:

    a) Amorosas: las prdidas por divorcios, separaciones, rup-turas de noviazgos, etc., pueden llegar a causar gravesestragos en las vidas de las personas, afectando fuerte-mente a los valores, creencias, provocando prdida de laautoestima, disminucin del rendimiento laboral y sensa-cin de vaco.

    b) Relaciones familiares: la vida a veces da demasiados proble-mas y complicaciones; uno de ellos son las relaciones fami-

    liares, la prdida de relacin entre hermanos, como sucedecon bastante frecuencia durante las enfermedades crnicascomo el Alzheimer. Estos asuntos generan sentimientos deduelo similares a los descritos anteriormente.

    c) Amistades: del mismo modo, la prdida de las relacionescon amigos, esos amigos tan buenos y cercanos, los quepensbamos que siempre estaran ah, supone en el dolientesensaciones propias de duelo, como desconfianza, frustra-

    cin, soledad...3. Prdidas materiales. Como consecuencia del derrumbe de

    las casas del barrio barcelons del Carmel en el ao 2005, po-demos comprobar cmo las destrucciones materiales puedenllegar a generar unas sensaciones de prdida y, por lo tanto,pasar por el ciclo del duelo: sueos rotos, futuro incierto, bs-queda de culpables Reacciones todas ellas normales dentrodel proceso de duelo. Dentro de las prdidas materiales podr-an englobarse los despidos, cambios de trabajo, cambio deciudad de residencia, negocios fracasados

    4. Prdidas vitales. Seran aquellas prdidas fruto del paso dela vida y que, inevitablemente, cierran una etapa vital. La me-nopausia, en algunas mujeres, supone el fin de un ciclo y traeconsigo un proceso de duelo, de prdida; del mismo modo, lascrisis vitales aparecidas como consecuencia de la jubilacino de las prejubilaciones, el sndrome del nido vaco en las amasde casa cuando ya no tienen hijos a los que cuidar, etc., supo-

    Prdida y duelo

    El duelo y los diferentes tipos de prdida

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    ne un reajuste en la vida social, familiar y laboral de las perso-nas en esta situacin; por lo tanto, supone el inicio de un ciclode duelo.

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

    62Coleccin

    PRDIDAS

    VITALESMATERIALES

    JUBILACIN

    MENOPAUSIA

    NIDO VACO

    CICLOS

    VITALES

    DESPIDOS

    RUINAS

    FRACASOS

    DE

    NEGOCIOS

    SERES

    QUERIDOS

    FALLECIMIENTO

    AMOROSOS

    AMISTADES

    RELACIONES

    FAMILIARES

    CAMBIOS

    DE

    RESIDENCIA

    EMIGRACIO-

    NES

    SENTIMENTALES

    Por lo tanto, y una vez explicados los tipos de prdida a los que unser humano puede verse sometido a lo largo de su vida, se le propo-ne el siguiente ejercicio:

    Enumere las prdidas ms importantes sufridas por usted en las si-guientes etapas vitales:

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    MI CURRCULUM VITAE DE PRDIDAS

    (ngel, 75 aos)

    Me han pedido que haga un ejercicio a modo de redaccin sobre las prdidas

    que he tenido a lo largo de mi vida. Hace tiempo entr en lo que se denomina

    tercera edad, por lo tanto, ya he tenido muchas, y tratar de resumirlas.

    La primera, que an hoy recuerdo, y eso que hace muchos aos, fue la de mi

    padre.Yo era muy pequeo, tena ocho aos, fue durante la Guerra Civil. Un

    da le alistaron forzosamente, segn contaba mi madre, y todava hoy no he-

    mos sabido nada de l.Vivir la niez sin padre es muy complicado, tuve queser yo el cabeza de familia y adopt ms responsabilidades que las que eran

    propias de mi edad, pero en esa poca tampoco resultaba tan raro, ramos mu-

    chos los nios sin padre y te acababas acostumbrando.

    Unos aos despus, viv otra prdida: una chica del pueblo de la que esta-

    ba locamente enamorado cuando tena diecisis aos emigr con su familia a

    Barcelona.Yo soy de Extremadura, y en aquella poca todos, como luego me

    ocurri a m, tenamos que emigrar en busca de un futuro mejor. Se me cay el

    mundo a los pies, estuve muy deprimido.

    A los veinte aos sufr la siguiente prdida: me fui a Alemania a trabajar pa-

    ra poder dar de comer a mi familia, y tuve que romper con todo, con mi pueblo,

    mis amigos, mis costumbres y con mi familia.Vena una vez al ao, casi siem-

    pre por Navidad. Por suerte, como all haba muchos espaoles, me adapt ms

    o menos bien.All conoc a la que hoy es mi esposa.

    Quince aos despus volv a Espaa y me qued a vivir en Madrid. A los

    dos aos falleci mi madre y entonces pens: El siguiente soy yo!. Pero no,

    Prdida y duelo

    El duelo y los diferentes tipos de prdida

    63Coleccin

    Etapa vital PRDIDAS

    AMIGOS SEPARACIN

    0-15 AOS ABUELO COLEGIO DE PADRES16 30 AOS

    31 45 AOS

    46 65 AOS

    + DE 65 AOS

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    vinieron antes los fallecimientos de mis tos que para m fueron como unos

    segundos padres y de dos de mis mejores amigos; lleg la jubilacin, las

    broncas de mi mujer porque me meta en sus labores (la verdad es que era muy

    pesado), mi hijo mayor se fue a trabajar a Canarias

    Y ahora, con setenta y cinco aos, vivo la que creo, ya que tengo experiencia

    en esto de las prdidas, la peor de todas: la de mi esposa.

    Ella no est muerta, pero sus recuerdos s; no me reconoce, no habla, y ahora

    est en silla de ruedas. Hace ocho aos la diagnosticaron Alzheimer.

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    El miedo es mi compaero ms fiel, nunca me ha abandonado para irse con otro.

    (Woody Allen)

    Las distintas sensaciones que el ser humano desarrolla ante la pr-dida de un ser querido son muy personales y variopintas. Gloria Fuer-tes sealaba que el hombre es el nico animal que sabe que se va a

    morir. Precisamente por ello comienza a anticipar pensamientos,sentimientos y respuestas, pudiendo llegar, tras el fallecimiento de unser querido, a cambiar por completo su escala de valores, de creen-cias, y poniendo en claro peligro su estabilidad fsica y emocional si elproceso de duelo no es llevado de una manera satisfactoria.

    Siempre que el organismo se encuentra ante una amenaza respon-de con los denominados tres sistemas de respuestas: cognitivo, fisio-lgico y motor. Es lo que se denominaansiedad.

    LA ANSIEDAD EN EL DUELO

    Los estados de ansiedad en el proceso de duelo comienzan a apre-ciarse cuando, ante un determinado problema, comenzamos a darvueltas sin sentido, a notar cmo la respiracin se entrecorta, a notarun nudo en la garganta, a no poder controlar nuestros pensamientos...

    65Coleccin

    6 . S e n s a c i o n e s d e l d u e l on o r m a l y o t r o s t i p o s d e d u e l o

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    A todo este conjunto de respuestas se le denomina estado de an-siedad. Normalmente la ansiedad es til, pues gracias a ella pode-mos actuar y relacionarnos con el medio. Pero cuando esta activa-cin se prolonga en el tiempo, produciendo una sobrecarga al orga-nismo (como sucede en la enfermedad de Alzheimer), se generan losdenominados trastornos por ansiedad.

    Las respuestas de ansiedad son respuestas aprendidas que el or-ganismo piensa (cognitivo), hace (motor) o siente (fisiolgico).

    Respuestas fisiolgicas. Son aquellas sensaciones que emitenuestro organismo ante una situacin estresante, como la prdida

    de un ser querido. Suelen aparecer de manera automtica y pro-ducen una fuerte sensacin de malestar, como las taquicardias, elnudo en el estmago, la sudoracin, etc.

    Respuestas cognitivas. Son todas aquellas ideas o pensamientosque genera la situacin y que se disparan en el cerebro de mane-ra automtica: No valgo para nada, soy un intil, por qu meha pasado esto a m...

    Respuestas motoras. Son las acciones que se realizan con el fin

    de controlar la situacin y que hacen que, aparentemente, todovuelva a la normalidad; sin embargo, este tipo de respuesta deansiedad puede llegar a desarrollar problemas mayores, como,por ejemplo, fumar demasiado, comerse las uas, beber en exce-so, comer compulsivamente o dar vueltas sin sentido en la camatratando de buscar la postura adecuada.

    Aprendiendo a despedirse. De la prdida a la superacin

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    PIENSO

    SIENTO

    ANSIEDAD

    ACTO

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    Prdida y duelo

    Sensaciones del duelo normal y otros tipos de duelo

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    En la enfermedad de Alzheimer la ansiedad est presente en todoslos momentos del proceso degenerativo, creando un crculo viciosoen el cual los tres tipos de respuestas de solapan y se generalizan,sobre todo los efectos negativos de la conducta.

    LAS SEIS DIMENSIONES DEL PROCESODE DUELO

    La ansiedad se va a manifestar afectando a las seis esferas de la perso-na y llegando a crear una desestructuracin, como consecuencia del pro-

    ceso de duelo, importante y significativa. Las reas afectadas son: cogni-tiva, fsica, social, emotiva, espiritual y conductual (Iosu Cabodevilla):

    CONDUCTUAL

    EMOCIONAL

    COGNITIVO

    SOCIAL

    DIMENSIONESDEL PROCESO

    DE DUELO

    FSICA

    ESPIRITUAL/CREENCIAS

    a) Dimensin cognitiva. Esta dimensin tiene que ver con la for-ma de apreciar el proceso de duelo y los distintos pensamientosque el doliente genera ante este proceso.

    Una reaccin muy comn en esta dimensin es tener la sensa-cin de que nos estamos volviendo locos, no merece la pena se-guir viviendo si no es al lado del ser querido. Sntomas como las

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    alucinaciones o la sensacin de presencia del fallecido. Van a es-tar ligadas a nuestro pensamiento la bsqueda y la necesidad delocalizar a la persona desaparecida. Esto se transforma en aluci-naciones, nos encontramos personas parecidas en la calle, so-amos con l

    Van a existir muchas alteraciones del estado de nimo, confuertes altibajos. De repente un da comenzamos a sentirnosmejor, pero al mismo tiempo empezamos a generar una granpreocupacin psicolgica.

    No hay que alarmarse, son reacciones propias del proceso deduelo.

    b) Dimensin fsica. Con el fallecimiento del ser querido comien-zan a aparecer sensaciones de malestar fisiolgico. Principal-mente, este malestar va a afectar en mayor medida a aquellaspartes del organismo donde el sujeto presente mayor vulnerabili-dad. Taquicardia, punzadas en el pecho, momentos o episodiosde pnico o asfixia, dolor de cabeza, insomnio, prdida de apeti-

    to, prdida de fuerza fsica, sensacin de inquietud, falta de de-seo sexual

    c) Dimensin emotiva. Los sentimientos estn a flor de piel du-rante el proceso de duelo, la primera reaccin (como se ver enel captulo siguiente) es el shock, la reaccin inicial al eventotraumtico, y puede ir acompaado de aturdimientos (incapaci-dad de sentir y de reaccionar), pnico (respuesta con actitudeshistricas y exclamaciones incontroladas), prdida de control,

    que suele ser contagiosa (alguien debe hacerse cargo entoncesde la situacin), incredulidad (no es posible, no puedo creer-lo, poniendo en evidencia la dificultad para aceptarlo) o rechazo(la fantasa acta como analgsico y decimos: no puede ser,ha sido un error...).

    Dentro de la dimensin emotiva tiene una enorme trascendencia latristeza, que es el sentimiento ms fuerte y extendido, y viene ca-racterizado por la trada denominada llanto, melancola y soledad.

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    d) Dimensin espiritual/valores. Las creencias personalesvan a verse afectadas cuando un ser querido desaparece. Elimpacto de la muerte puede poner en crisis una determinadavisin de la fe o de la filosofa de vida. En las personas cre-yentes puede quedar cuestionado el papel de Dios o bien ver-se reforzado por la esperanza que proporciona la idea de in-mortalidad.

    Todas las personas, sean creyentes o no, durante el duelose cuestionan sus creencias, valores e ideales. Personas quetras el fallecimiento de un ser querido establecen otro orden

    en sus prioridades, comienzan a dar ms importancia a lospequeos detalles, a vivir ms el da a da; otras descubrenuna nueva vida y otras se apartan porque no obtienen res-puestas. En esta faceta, como en otras, las reacciones sonindividuales. Lo que es seguro es que la muerte no deja indi-ferente a nadie.

    e) Dimensin social. La persona en duelo se asla, muestra es-caso inters por la participacin social y tiene la sensacin de

    que la vida se ha detenido, llegndole a molestar el comporta-miento de quien sigue su quehacer cotidiano. Es tambin nor-mal la denominada sensacin de no pertenencia. Esta sensa-cin es alimentada por la actitud de los dems, el doliente sien-te y puede llegar a observar, como consecuencia de las distor-siones cognitivas fruto del proceso por el que est pasando,que la gente est coaccionada e incmoda ante su presencia;se sienten, en definitiva, distintos a los dems y prefieren en-contrar apoyo en personas que, como ellos, hayan pasado porlo mismo.

    f) Dimensin conductual. El duelo puede llegar a generar altera-ciones de conducta importantes, sobre todo con la implantacinde hbitos nocivos: el uso y abuso del consumo de alcohol, taba-co o medicamentos, dejar de comer o comenzar a comer en ex-ceso como reaccin normal de los procesos de ansiedad, etc.Puede darse tambin insomnio, retraimiento de la conducta so-cial o hiperactividad.

    Prdida y duelo

    Sensaciones del duelo normal y otros tipos de duelo

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    SENSACIONES DE DUELO NORMAL

    TRASTORNOS DEL SUEOPESADILLASTRASTORNOS DE ALIMENTACIN

    LLOROS CONTINUOSVISITAS AL CEMENTERIO

    VISITAR LUGARES DONDE FUIMOSCON EL FALLECIDO...

    INCREDULIDADSHOCKSEN

    SACINDEPRESENCIAALUCINACIONESPREOCUPACINPSICOLGICASENTIMIENTOSCONTRADICTORIOSCULPAANHELOSSOLEDAD

    VACO EN EL PECHOOPRESIN EN EL ESTMAGOMALESTAR EN LA GARGANTA

    FALTA DE AIRESENSACIN DE DESPERSONALIZACIN

    DEBILIDAD MUSCULAR

    FATIGA

    DECLOGO DE LAS SENSACIONESMS IMPORTANTES DEL DUELO NORMAL

    Las dimensiones analizadas en el apartado anterior seran las pro-pias a desarrollar durante el proceso de duelo normal. A continua-cin, y a modo de resumen, se recogen algunas de las ms impor-tantes y que ms preocupan a los familiares.

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    1. Alteraciones del sueo.

    2. Sentimientos de culpa.

    3. Sentimientos contradictorios.4. Estar absorto en imgenes y recuerdos.

    5. Idealizacin del difunto.

    6. Miedo al futuro.

    7. Vaco.

    8. Depresin.

    9. Sentimientos de ira y celos.

    10. Sensacin de falta de comprensin y ayuda.

    1. Alteraciones del sueo. Tras la prdida de un ser queridocuesta conciliar el sueo y si se logra, nuestra preocupacin psi-colgica acumulada durante el da se va a traducir en ensoacio-nes en las que percibimos al ser querido. sta es una respuestade nuestro inconsciente, es la forma en la que nuestro cerebrotrata de evitar la realidad de la prdida.

    2. Sentimientos de culpa. Estos sentimientos pueden llegar agenerar autnticos problemas despus del fallecimiento si noson bien encauzados. En realidad, ms que hablar de senti-mientos de culpa se podra hablar de impotencia, frustra-cin, sobre todo cuando se habla de enfermedades crni-cas, como es el caso de la enfermedad de Alzheimer y la im-potencia que sta genera en la persona que cuida, precisa-mente cuando se hace la pregunta: Han valido la pena to-

    dos estos aos de cuidado?.3. Sentimientos contradictorios. A lo largo del proceso, en

    ocasiones se ha deseado o, cuando menos, pensado que elenfermo estara mejor muerto. Sin embargo, cuando algo raropareca que pasaba en su organismo, inmediatamente se acu-da a un especialista para que rpidamente solucionara el pro-blema. Tras el fallecimiento de un enfermo crnico se vuelve aestos sentimientos contradictorios: por un lado, sentimos alivio

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    primera vez de todo, un primer cumpleaos del difunto, un primerda de los difuntos, un primer aniversario del fallecimiento..., produ-ciendo en esas fechas sealadas los encontronazos tpicos entre lanegacin de la muerte y la realidad de los acontecimientos.

    Se ha comparado la experiencia del duelo con un tnel. Del dueloslo se puede salir si se es capaz de atravesarlo. Quien ms tarde enentrar en el tnel ms pospone el duelo y, por lo tanto, prolonga eldolor. Durante el duelo normal puede haber tropiezos, recadas y re-trocesos, pero lo importante ser estar en movimiento para llegar alfinal y no quedarse inmovilizados por el dolor.

    Durante el duelo normal el doliente va superando las distintas fasesdel proceso, hasta llegar a la aceptacin de la prdida, pudiendo vol-ver a rehacer su vida sin la presencia del ser querido.

    B. Duelo patolgico:

    Segn A. Pangrazzi y otros autores, lo que distingue el duelo normaldel anormal o patolgico es la intensidad y la duracin de las reaccio-

    nes en el tiempo.

    El duelo patolgico se produce cuando la persona se ve superadapor la prdida, llevando consigo una ruptura de su equilibrio fsico ypsquico, y necesitando, por tanto, ayuda profesional y teraputica.

    Algunas de las seales de alerta que pueden inducir a pensar que elduelo est convirtindose en patolgico son las siguientes:

    1. Falta total de respuesta ante la muerte. En puntos anterio-

    res de este libro ha quedado claro que elshocko negacin esuna de las principales reacciones que el ser humano tiene an-te la perspectiva del fallecimiento. En el duelo patolgico estarespuesta inicial deshockse prolonga en el tiempo, el dolienteno rompe emocionalmente y parece mantener el control dela situacin sin dar signos aparentes de sufrimiento.

    2. El dolor intenso se prolonga sobremanera. Igual de pato-lgica ser la reaccin contraria a la expresada en el punto an-

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    carse con los sntomas del fallecido, de tal manera que si elenfermo ha fallecido como consecuencia de la enfermedadde Alzheimer y empez con problemas de memoria, el su-perviviente comienza