Araceli Mateos Actitudes Creencias

90 Araceli Mateos Daz

Estud. Socio-Jurd., Bogot (Colombia), 6(2): 90-116, julio-diciembre de 2004

Una aproximacin a las actitudespolticas de los espaolesmediante una estructura

dimensional inductivaAraceli Mateos Daz*Recibido: febrero de 2004Aprobado: julio de 2004

Despus de un cuarto de siglo de resta-blecida la democracia en Espaa, los estu-dios sobre sus elementos constitutivos, lainterrelacin de los mismos y el conocimien-to de los procesos que definen su mayor omenor grado de calidad han alcanzado unanotable madurez. La cultura poltica demo-crtica es un elemento que, aunque no escalificado en la literatura como condicinnecesaria y suficiente para la democracia,puede ser identificado como un factor expli-cativo de otros aspectos relacionados con eldesarrollo de la misma. La presencia de acti-tudes polticas democrticas entre los espa-oles, incluso antes del inicio del proceso detransicin poltica, hicieron que su compa-racin con otros casos de estudio con trayec-torias polticas similares estuviera mslimitada. La coexistencia de dichas actitudes

* Doctora en Ciencia Poltica. Profesora ayudante de la Universidad de Salamanca.

03 Aproximacion actitudes politicas.p65 2/1/2005, 11:04 AM90

Una aproximacin a las actitudes polticas de los espaoles mediante una estructura dimensional inductiva 9191


1 Pollack, Detlef, Political culture in post-communist Europe. Attitudes in new democracies, Ashgate,20032 Easton, David, A system analysis of political life, New York, John Wiley & Sons, 1965.3 Almond, Gabriel y Verba, Sidney, The civic culture, political attitudes and democracy in five nations.An analytic study, Boston, Little Brown, 1965.

con una situacin poltica autoritaria supuso que el caso espaol fueraun mbito de estudio atpico si se compara con el europeo occiden-tal. Sin embargo, Espaa s aparece como caso de comparacin en lostrabajos1 que analizan las diferencias actitudinales teniendo en cuen-ta las olas de democratizacin.

La definicin ms extendida de cultura poltica hace referencia alconjunto de orientaciones polticas, donde se incluyen opiniones,creencias, valores, actitudes y percepciones de los ciudadanos de unadeterminada colectividad sobre objetos polticos. En los trminos cl-sicos de Easton,2 estos objetos polticos hacen referencia tanto a loselementos que tienen que ver con la estructura como con el procesoy el resultado del sistema poltico. As, las investigaciones que tratande presentar las caractersticas definitorias de la cultura poltica deun pas analizan tanto las actitudes hacia la estructura como haciael proceso o el resultado del sistema poltico. Almond y Verba3 esta-blecieron una clasificacin de las mismas en orientaciones polticascognitivas, afectivas y evaluativas. Esta tipologa est justificada enla naturaleza que da origen a las actitudes polticas, si bien tiene ladesventaja de que algunas de stas pueden ser a su vez afectivas ycognitivas, afectivas y evaluativas o cognitivas y evaluativas. En esteartculo se presenta un modelo alternativo de esquema dimensionalde las actitudes polticas de los espaoles en el que las dimensionesno provienen de una distribucin predeterminada de las mismas sinode la interrelacin entre dichas actitudes.

En el primer apartado se lleva a cabo un repaso de los conceptos deactitud poltica y cultura poltica. Tambin se analizan las diferenciaso relaciones conceptuales y tericas establecidas entre las actitudes yotros conceptos como son los valores, las creencias y las opiniones. Elsegundo apartado conecta elementos tericos y metodolgicos en elanlisis de las actitudes polticas, y en el tercer apartado se presentaun esquema dimensional que permite descifrar algunas de las rela-ciones entre las actitudes polticas de los espaoles.




1. LAS ACTITUDES POLTICASCOMO COMPONENTES DE LA CULTURA POLTICA

Una actitud es la suma de inclinaciones y sentimientos, prejuicios odistorsiones, nociones preconcebidas, ideas, temores o amenazas yconvicciones de un individuo acerca de cualquier asunto especfi-co.4 Mientras, una opinin constituye la expresin verbal de unaactitud. La opinin tiene relevancia como smbolo de la actitud perolo que tiene realmente inters es la actitud. Sin embargo, las opi-niones y acciones tambin pueden ser distorsiones de las actitudes.En muchas ocasiones existe cierta discrepancia o algn error demedida entre la opinin sostenida y la accin manifiesta, y entrestas y la actitud. No siempre las opiniones y los actos manifiestosconstituyen el mejor escaparate para las orientaciones subjetivas ylas preferencias que forman una actitud.5

Froman diferencia entre creencia, actitud y valor: el valor es lo de-seable, lo que se quiere, lo que podra ser, la relacin de cosas quese consideran como un final.6 Las creencias se utilizaran para des-cribir lo que nos rodea, pueden referirse a creer en algo o creersobre algo, y suelen tener un significado adicional sobre si esto esverdadero o es falso. Por ltimo, para este autor una actitud es unapredisposicin individual a evaluar un aspecto de su mundo comofavorable o desfavorable, tener una predisposicin de aprobar odesaprobar algo. Para l, las actitudes pueden tener dos compo-nentes: afectivo (si algo gusta o no gusta) o cognitivo (si se cree ono se cree). Para otros autores,7 en lugar de estos componentes lasactitudes tendran un componente evaluativo y uno de creencia. Elevaluativo vendra definido por lo que nos gusta y lo que no nosgusta (que se correspondera con el afectivo de Froman), y estasevaluaciones tienen dos propiedades fundamentales: la direcciny la intensidad. El componente de creencia de una actitud tieneque ver con la calidad y el grado de informacin que est por deba-

4 Thurstone, Louis L., Las actitudes pueden medirse, en Summers, Gene F., Medicin de actitudes,Mxico, Trillas, 1984.5 En el caso que aqu se trata el ejemplo ms claro sera el de tener una opinin favorable hacia laparticipacin poltica de los individuos, pero despus no ir a votar y, entre esto, una actitud positivaante el sistema poltico democrtico y las elecciones como mecanismo de representacin.6 Froman, Lewis A., People and politics. An analysis of the american political system, Canada,Prentice-Hall, 1962.7 Jaros, Dean y Grand, Lawrence V., Political behavior. Choices and perspectives, New York, St.Martins Press, 1974, p. 252.




jo del componente evaluativo. La estructura particular de un siste-ma de creencias depende de las interrelaciones mantenidas entresus actitudes. Por su parte, las actitudes polticas contienen tres ele-mentos: un contenido emocional o afectivo; un elemento cognitivo,lo que la gente sabe o cree que es cierto, y la intencin de actuarque proporcionan en una direccin u otra.8

Las creencias se diferencian de las actitudes en que las primerastienen que ver con la naturaleza del mundo, mientras que las se-gundas son orientaciones hacia objetos especficos.9 Las actitudespolticas pueden ser el resultado de la combinacin de valores ycreencias, estar basadas en creencias sobre cosas, eventos o fen-menos polticos. Estas actitudes constituyen una organizacin per-sistente de predisposiciones hacia dichos objetos. Considerar lasactitudes como sinnimo de predisposiciones implica entenderlascomo una construccin terica10 o como una abstraccin analti-ca,11 lo que implica que puedan hacer referencia incluso a cosasque no son reales, que no pueden ser observadas. En este sentido,aquellos defensores de la inclusin del comportamiento en la defi-nicin de cultura poltica o como una extensin de las actitudespolticas no suelen tener en cuenta esta definicin. Sears12 llega adiferenciar entre predisposiciones actitudinales y predisposicionessimblicas. Las primeras tendran un mayor impacto en las evalua-ciones que los adultos hacen hacia los objetos polticos, mientrasque las segundas las simblicas seran aquellas adquiridas desdetemprana edad y seran estables hasta la edad adulta.

Un valor es definido como una creencia permanente que permitetransmitir el objetivo de la vida, es personal y socialmente transmi-tido. Los valores permiten adivinar los objetivos vitales por mediode objetivos y situaciones especficos. Los valores son los que incor-poran los objetivos hacia los cuales los individuos deben dirigirse.En este sentido, las actitudes son conjuntos de creencias enfocadashacia un objeto particular o situacin, y proporcionan una respuesta

8 Zuckerman, Alan, Doing political science. An introduction to political analysis, Oxford, WestviewPress, 1991, p. 53.9 Allen, Stanley, Psychological needs and political behavior. A theory of personality and politicalefficacy, The Free Press, 1974, p. 71.10 Jaros y Grant, op. cit.11 Kavanagah, Dennis, Political culture, McMillan Press, 1972, p. 14.12 Sears, David O., The role of affect in smbolic politics, en Kuklinski, James H. (ed.), Citizens andpolitics. Perspectives from political psychology, Cambridge University Press, 2001, p. 17.




favorable o desfavorable, facilitan la predisposicin de un indivi-duo. El sistema de creencias est ampliamente reconocido por susinterconexiones; las actitudes, creencias, valores, necesidades e in-tereses con frecuencia muestran altos niveles de consistenciacognitiva unos con otros.13

El momento en el que el concepto de cultura poltica tuvo un impac-to de mayor alcance hay que situarlo en la dcada de 1960 con laaparicin del libro de Almond y Verba,14 obra que se destac por sucarcter innovador al verse envuelta en la revolucin behavioristadel momento y en los desarrollos tericos funcionalista y sistmico.15

Dichos autores dieron una primera definicin de cultura poltica sos-teniendo que: la cultura poltica de una nacin es una particulardistribucin de los patrones de orientaciones hacia objetos polticosentre los miembros de una nacin.16 Con ello estaban haciendoreferencia a las orientaciones polticas, es decir, a las actitudes haciael sistema poltico y sus diversas partes, as como al papel que cadaindividuo tiene dentro del sistema poltico. Si la cultura poltica co-necta los dos niveles de la poltica (macro y micro), entonces stapuede ser entendida como el resultado, por un lado, de la historiacolectiva del sistema poltico y, por otro lado, de las experienciaspersonales de los individuos. La cultura poltica englobara al con-junto de significados compartidos de la vida poltica y al conjunto derecursos utilizados para pensar sobre lo poltico, lo que supone quees algo ms que la suma de las opiniones privadas de los individuos.Supone, adems, la propia definicin de los individuos como actorespolticos, la forma como la gente construye su visin de lo poltico ysu posicin dentro del mismo.17

Entre el nivel macro y micro de la poltica puede identificarse un nivelintermedio denominado por algunos autores como mesonivel, quehace referencia a las reglas del juego aceptadas por todos los ciudada-

13 Braithwaite, Valerie y Levi, Margaret (eds.), Trust and governance, New York, Russel Sage Foundation,1998, p. 48.14 Almond y Verba, op. cit.15 La concepcin parsoniana y funcionalista de cultura poltica asuma que sta era el principal instru-mento de cohesin social. Esta concepcin entraaba la imposibilidad de establecer cul era el sentidode la relacin entre los valores, creencias y actitudes, y los comportamientos concretos de los individuos.Adems, tena problemas para explicar el conflicto y el cambio social. Morn, Mara Luz, Sociedad,cultura y poltica: continuidad y novedad en el anlisis cultural, en Zona Abierta, 77/78, 1996, p. 11.16 Anteriormente Almond ya haba definido cultura poltica como una tendencia particular de orientacionesde la accin poltica, en las que todo sistema poltico est asentado. Almond, Gabriel, Comparative politicalsistem, en Journal of politics, No. 18, 1956, p. 396. Vase tambin, Almond y Verba, op. cit., p. 15.17 Morn, op. cit., p. 7.




nos y que permite la conexin entre el sistema poltico y los indivi-duos. Este mesonivel est abierto a la influencia de cmo se desarrolleel debate poltico en el micronivel. Por consiguiente, la micro culturapoltica est compuesta por aquellas actitudes y orientaciones que tie-nen que ver con la actividad poltica cotidiana.18

En la formacin de estas orientaciones adquiere una gran impor-tancia la socializacin. Si se parte de la idea de que determinadascaractersticas actitudinales de los ciudadanos estn condiciona-das por el contexto poltico y social en el cual esas actitudes se es-tn formando (o se han formado), es importante tener en cuentacmo son el contexto y los procesos de socializacin que han in-fluido en la formacin de las orientaciones.19

No existe mucha diversidad en las definiciones que se dan de culturapoltica, sin embargo, hay algunas aproximaciones que insisten demanera ms especfica en la definicin de los elementos o actitudesque la componen y el punto de vista que se utiliza para interpretar lacontinuidad o cambio de las mismas. As, por ejemplo, se encuen-tran aquellas que enfatizan que es el producto de la historia colecti-va de un sistema poltico y el resultado de la historia personal de losmiembros de dicho sistema.20 Otras definiciones resaltan ms el pesode los valores y las actitudes que son compartidas en el seno de unasociedad y transmitidos de generacin en generacin,21 mientras queotras definiciones, en lugar de considerar los valores, insisten en elconjunto de creencias compartidas que tienen consecuencias pol-ticas22 o que legitiman determinadas prcticas sociales.23

Si la cultura poltica incluye en su definicin la caracterstica de aque-llo que es compartido, las actitudes polticas pueden llegar a ser en-tendidas tambin como un factor de integracin y de autoidentificacin

18 Girvin, Brian, Change and continuity in liberal democratic political culture, en Gibbins, John,Contemporary political culture. Politics in a postmodern age, London, Sage, 1989, p. 35.19 Citizens form opinions about politics by evaluating information that is filtered through the social environmentin which they live. The implication is that social context, or an evaluation of a social context, is embeddedas an element in the cognitive structure an actor employs to encode and store information. Mackuen,Michael y Brown, Courtney, Political context and attitude change, en American Political Science Review,No. 81, 1987, p. 471.20 Pye, Lucian W., Political Culture, en Sills, David L. (ed.), International Encyclopaedia of the SocialScience, vol. 12, New York, MacMillan and Free Press, 1968, p. 218.21 Inglehart, Ronald, Modernizacin y posmodernizacin. El cambio cultural, econmico y poltico en43 sociedades, Madrid, Centro de Investigaciones Sociolgicas, 1998, p. 5.22 Lane, Ruth, Political culture: Residual category or general theory?, en Comparative PoliticalStudies, No. 25, 1992.23 Wildavsky, Aaron, Choosing preferences by constructing institutions: a cultural theory of preferenceformation, en American Political Science Review, No. 81, 1987.




ya que permiten la formacin de una identidad colectiva.24 Sin em-bargo, algunos autores no comparten que las actitudes tengan esafuncin integradora, sino ms bien consideran que pueden ser tantoun instrumento integrador como desintegrador, ya que al orientar lasacciones de los individuos, pueden generar a la vez conflicto o coope-racin. La cultura, puesto que proporciona un significado a las accio-nes de los individuos, es capaz de producir conflictos y es socialmentedesintegradora.25 Rosenbaum haba diferenciado entre sociedadesfragmentadas e integradas.26 Una sociedad desintegrada desde el pun-to de vista de las actitudes polticas es aqulla en la que hay gruposaislados y separados que tienen orientaciones contradictorias o in-compatibles hacia la vida poltica. Para este autor, sociedades con unalto pluralismo social pueden dar lugar a sociedades altamente frag-mentadas. Esta fragmentacin vendra condicionada por un dominiode las lealtades polticas parroquiales, por una presencia de violenciapoltica y desacuerdo con las reglas y normas civiles, as como por lapresencia de desconfianza poltica entre los grupos sociales. Por otrolado, las sociedades altamente integradas polticamente se caracteri-zaran por tener una alta consistencia e identificacin poltica, conbajos niveles de violencia poltica, un dominio civil de los procedi-mientos a la hora de manejar los conflictos, con amplias tcnicas decolaboracin poltica pese a la diversidad y con importantes leal-tades al rgimen y alta legitimidad de la forma de gobierno.

Algunos autores27 consideran a la cultura poltica como un fenme-no colectivo que se construye socialmente y que hace referencia alproceso de interpretacin de los significados de la vida poltica. Enese proceso de construccin social de significados intervienen unaserie de factores: las tradiciones sociales y polticas de una determi-nada sociedad, la accin de las lites como productoras y transmiso-ras de significados, y las pautas de interaccin dentro de una estructurasocial determinada. Otras definiciones, en lugar de hacer referenciaa las orientaciones polticas, destacan la importancia de las suposi-

24 La cultura como mecanismo integrador fue defendida por Parsons, siendo la socializacin polticala encargada de garantizar esa integracin.25 Eder, Klaus, La paradoja de la cultura. Ms all de una teora de la cultura como factor consen-sual, en Zona Abierta, Nos. 77/78, 1996, p. 96.26 Rosebaum, Walter, Political culture, London, Thomas Nelson & Son, 1975.27 Benedicto, Jorge, Las bases culturales de la ciudadana democrtica en Espaa, en Del Castillo yCrespo (eds.), Cultura poltica. Enfoques tericos y anlisis empricos, Valencia, Tirant lo Blanch,1997, p. 228.




28 Elkins, David J. y Simeon, Richard E. B., A cause in search of its effect, or what does political cultureexplain?, en Comparative Politics, enero, 1979, p. 132.29 Merelman, Richard M., The mundane experience of political culture, Political Communication, vol.5, No. 4, p. 530. Respecto a la importancia de la modernizacin y la posmodernizacin en el cambiode valores vase Inglehart, op. cit. Para el caso espaol, Rojo realiz un anlisis intentando compro-bar los supuestos de la nueva cultura poltica aplicndolo al comportamiento de voto de los madrile-os. En este caso, la nueva cultura poltica supone la prdida de lealtad a los partidos y la diversificacinsocial de sus bases, la prdida del voto de clase. Segn esta autora, la nueva cultura poltica tieneposibilidades de expandirse en Espaa por una equiparacin al desarrollo posindustrial que hahecho que comiencen a aparecer valores posmaterialistas, si bien su total incorporacin dependerde la absorcin de la modernidad por parte de los estratos sociales de menor nivel educativo. Rojo,Teresa, Los supuestos de la nueva cultura poltica respecto al comportamiento de voto. Una aplica-cin al caso de Madrid, en Revista Espaola de Investigaciones Sociolgicas, No. 58, 1992.30 Clark, Nichols y Inglehart, Ronald, The new political culture: Changing dynamics of support for thewelfare state and other policies in posindustrial societies, en Nichols Clark y Hoffman-Martinot (eds.),The new political culture, Colorado, Westview Press, 1998.

ciones, consideran que la cultura poltica consiste en adoptar unaactitud acerca del mundo poltico, es decir, centran la atencin eneventos, instituciones y comportamientos; definen qu es lo realmentefactible, identifican posibles problemas y permiten tomar decisio-nes, suponen una disposicin a favor entre un rango de posibilida-des. El espectro de actitudes y premisas que coexisten en una culturadebe ser muy consistente y estar ntimamente correlacionadas.28

En la segunda mitad de la dcada de los noventa aparecieron nuevasconcepciones o interpretaciones de las actitudes polticas que han de-rivado en cambios en la definicin de cultura poltica como fue laconcepcin mundana de la cultura poltica. Esta definicin insistaen resaltar la importancia de las conversaciones cotidianas, el con-junto de intercambios con los que los individuos interpretan lo polti-co y sus resultados, aquellos mbitos donde las actitudes se forman. Lacultura poltica mundana ayudara a explicar la estabilidad polticapuesto que sta poda estar basada en la propia inhibicin de los ciu-dadanos a la participacin poltica en las instituciones. Junto a estadefinicin hay que destacar la aparicin del trmino nueva culturapoltica (New Political Culture, NPC) y el de cultura posmoderna.29

Para Clark e Inglehart,30 la nueva cultura poltica plantea diferenciasrespecto a siete elementos clave: 1) la clsica dimensin izquierda-derecha se ha transformado, las definiciones y los significados que sedan de izquierda y derecha son diferentes a las que se daban tradicio-nalmente; 2) los issues sociales y econmico-fiscales estn distingui-dos explcitamente. No existe una superestructura ideolgica quemarque las diferencias de las posiciones mantenidas respecto a losissues sociales. La nueva cultura poltica refleja una mayor diferencia-cin socioeconmica y profesional; 3) los issues sociales han adquirido




una mayor importancia frente a los issues econmicos y fiscales; 4)hay un crecimiento del individualismo social y del mercado; 5) se pro-duce un cuestionamiento del Estado de bienestar. Algunos defensoresde la NPC manifiestan que el mantenimiento de un Estado centralplanificador es muy poco realista respecto a muchos servicios socialesy econmicos; 6) aparece un incremento de los issues polticos y unaamplia participacin ciudadana, a la vez que se produce una cada delas organizaciones jerrquicas; 7) esta nueva forma de definir la cultu-ra poltica surge de forma mucho ms clara entre las opiniones de losjvenes, las sociedades ms educadas y ms individualistas.

Tanto la nueva cultura poltica como la cultura posmoderna mantie-nen una estrecha relacin con la aparicin de los nuevos valoresposmaterialistas y el cambio en las preferencias sociales, as como enlas demandas planteadas al Estado y lo que se espera de ste. En cuan-to a la capacidad de contemplar la explicacin del cambio, esta nue-va manera de entender la cultura poltica implica una diferenciarespecto a la definicin clsica de cultura poltica puesto que s lo in-corpora. El posmodernismo es una corriente que trata de explicar lascondiciones culturales y los efectos que los cambios econmicos, so-ciales y polticos ocasionan. Incluye una concepcin de la cultura po-ltica en la que los valores individuales cambian tal y como lo hace elmundo contemporneo. Existe, por tanto, una proliferacin de nue-vos valores, actitudes polticas, estilos de vida y movimientos sociales.

En el presente artculo las actitudes polticas quedaran recogidas bajola definicin clsica de cultura poltica de Almond y Verba, entendidacomo la particular distribucin de pautas de orientacin hacia losobjetos polticos, que resulta de una historia poltica compartida porlos ciudadanos y de unos elementos aprendidos e interiorizados a tra-vs de la socializacin, gracias a los cuales se puede dar significado adichos objetos polticos. Pero estas pautas de orientacin respondenno slo a actitudes sino tambin a algn comportamiento, en concre-to, los que hacen referencia a la participacin poltica no convencio-nal y la participacin social. Estos comportamientos no son ms quela prolongacin o expresin de las actitudes mantenidas.31 Por otraparte, la particular distribucin de las pautas de orientacin no res-ponde a algo preestablecido tericamente, sino que dicha estructura

31 political culture and political behaviour cannot be kept hermetically separated to arguing that theyshould therefore be subsumed under the same rubric. :Nor is it possible to explore the links betweenthe internal world of values, feelings, and beliefs and the external world of behaviour if the two realmsare conflated. Everitt, Joanna y ONell, Brenda, Citizan politics. Research and theory in Canadian




es creada a lo largo de la presente investigacin a partir de las res-puestas de los ciudadanos.

2. PERSPECTIVAS TERICAS EN EL ANLISISDE LAS ACTITUDES POLTICAS

Cada definicin de un concepto permite operacionalizarlo en di-mensiones medibles por cada investigador. Pero, a su vez, esaoperacionalizacin puede llegar a estar condicionada por la pers-pectiva terica en la que se enmarque el anlisis. La teora de lacultura poltica la define, en primer lugar, como compuesta por unaserie de concepciones subjetivas que prevalecen en la sociedad. Ensegundo lugar, considera que posee componentes cognitivos,afectivos y evaluativos. En tercer lugar, parte de que su contenido esfruto de la socializacin poltica y de las experiencias adultas. Fi-nalmente, sostiene que afecta a la estructura y al desempeo polti-co y gubernamental.32

El estructuralismo hace referencia a las reacciones de la gente antela poltica, busca las diferencias entre lo que se espera y el consen-so que existe ante determinados aspectos polticos. Estas reaccionessobre la cultura y la poltica se hacen por medio de representacio-nes colectivas que, a su vez, provienen del lugar que una u otrapersona ocupa dentro de la estructura social. La teora cultural pue-de encuadrarse como derivada del acercamiento estructuralista,para ella los intereses polticos no pueden ser analizados desde laperspectiva econmica o racional, sino que han de estar conecta-dos a las relaciones que establecen los individuos con sus grupos dereferencia y que, a travs de su participacin en poltica, van crean-do sus propias preferencias y opiniones.33

La perspectiva culturalista ha establecido cuatro elementoscaracterizadores de una cultura. Primero, la cultura est relaciona-da con la sociedad, constituye una determinada manera de pensary actuar. Segundo, considera que la cultura es vida social en unaserie de aspectos: creencias, conocimiento, moral, leyes, costumbres

political behavior, Oxford, Oxford University Press, 2002. Political culture must be limited to theattitudes, beliefs, and sentiments that give order and meaning to the political process and provide theunderlying assumptions and rules that govern behaviour. Rosenbaum, op. cit., p. 6.32 Almond, Gabriel, Una disciplina segmentada. Escuelas y corrientes en las ciencias polticas,Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1999, p. 203.33 Welch, Stephen, The concept of political culture, Ipswich, St. Martins Press, 1993.




y hbitos de una sociedad. Tercero, la cultura es lo que diferencia auna sociedad de otra. Por ltimo, la cultura es diferenciadora, esuna variable que une un conjunto de maneras de pensar por mediode las cuales normalmente se regula el comportamiento social.34

El funcionalismo entiende la cultura poltica como el conjunto deinterconexiones lgicas entre las preferencias, los intereses y las con-cepciones de las necesidades y los recursos, as como la contribucinde cada uno a la hora de perpetuar un estilo de vida como una partedel contexto poltico de una sociedad. Para ello existe lo que Parsonsdefini como action frame of reference, segn el cual el individuo estsituado en un contexto que le proporciona informacin sobre los ob-jetos polticos y, a su vez, aprende a reaccionar ante situaciones.35

La cuarta de las perspectivas tericas es la teora sistmica, que con-sidera la poltica como un sistema, y que sobrevive dependiendo decmo se proporcionen los outputs que ese determinado sistema ne-cesita. Segn esta teora, la cultura poltica est situada fuera delentorno poltico o del centro del comportamiento y de la actividad.Las normas culturales transmitidas a travs de generaciones regu-lan las demandas de los ciudadanos, lo que se espera de ellos comociudadanos o en cooperacin con otros, as como lo que es acepta-ble en una sociedad. Los valores y las creencias de una cultura pol-tica pueden prevenir tambin que se planteen ciertas demandas.Las normas culturales guan a los miembros del sistema y propor-cionan las reglas de juego poltico, y ayudan a regular el nmero ycontenido de las demandas planteadas al sistema.36

Finalmente, para el marxismo, el estudio de la cultura poltica y de lasactitudes polticas estaba relegado a un segundo plano ya que, tradi-cionalmente, se haba considerado a la cultura poltica como una partede la superestructura de una sociedad. Las normas culturales y los va-lores estaban determinados por la base social y econmica de la mis-ma.37 La superestructura representa los intereses de la burguesa queasimila la ideologa inherente en el modelo dominante de produc-cin y relaciones sociales de clase. La cultura se convierte en algo est-

34 Eckstein, Harry, A culturalist theory of political change, en The American Political Science Review,vol. 82, issue 3, 1988.35 Welch, op. cit.36 Easton, op. cit., p. 2.37 Gibbins, John R. (ed.), Contemporary political culture. Politics in a postmodern age, London, Sage,1989, p. 4.




38 Chilote, Ronald H., Theories of comparative politics: the search for a paradigm reconsidered,Boulder, Westview Press, 1994, p. 177.39 Morn, op. cit., p. 2.40 Eder, op. cit.41 Hunt, L. (comp.), The new cultural history, Berkeley y Los Angeles, University of California Press, 1989.42 Somers, M., Qu hay de poltico o de cultural en la cultura poltica y en la esfera pblica? Haciauna sociologa histrica de la formacin de conceptos, en Zona Abierta, Nos. 77/78, 1996, p. 73.

tico porque representa las consecuencias de las relaciones sociales entrelos trabajadores y la clase capitalista. Marx explicaba la cultura entrminos de dependencia mientras que, por contraste, Weber explica-ba el orden poltico, econmico y social referido a una cultura que eracompartida por las orientaciones individuales del inters racionalparticular.38

Junto a estas perspectivas de anlisis, a finales de la dcada de losochenta aparecieron nuevas lneas de anlisis cultural que reivin-dicaban una resociologizacin del concepto de cultura poltica.En este nuevo enfoque, o perspectiva de la interpretacin, no exis-ten diferencias entre hechos y valores, se considera a la culturapoltica como un recurso bsico que utilizan los individuos paraguiar su accin, proporcionndoles a su vez un significado, sobretodo para el anlisis de los procesos de transformacin y cambio.39

Adems, esta perspectiva abandona la idea de la cultura polticacomo algo homogneo y necesario para el mantenimiento de laestabilidad del sistema poltico, y plantea la posibilidad de hablarde diferentes culturas polticas que diferencien a los grupos quecomponen una sociedad, relacionndose en cierta medida con latesis mantenida por Eder40 de identificacin de la cultura polticacomo desintegradora y no homognea.

La nueva historia cultural41 apareci como una perspectiva de an-lisis entre los historiadores; se centraba en analizar la relacin en-tre cultura poltica y democratizacin, pero entendiendo la culturapoltica como algo ms que una coleccin de valores subjetivos,sta era definida como una configuracin de representaciones yprcticas que existe como algo estructural y por derecho propio.42

Las ideas y prcticas polticas de los actores polticos deban ser vis-tas como resultado de sus propias historias.




3. LA ESTRUCTURA DIMENSIONAL CLSICA DE LASACTITUDES POLTICAS

Segn la definicin clsica de Almond y Verba, la operacionalizacindel concepto de cultura poltica permite dividirlo en tres tipos de orien-taciones polticas o dimensiones: cognitiva, afectiva y evaluativa.Cada una de estas dimensiones est compuesta a su vez por actitu-des, creencias y valores polticos.

Las orientaciones cognitivas hacen referencia al conocimiento de, ya la creencia en, el sistema poltico, sus papeles y todo lo relaciona-do con stos; sus inputs y sus outputs. Las orientaciones afectivas inclu-yen los sentimientos acerca del sistema poltico, sus papelespersonales y transformados, y las orientaciones evaluativas, a los jui-cios y opiniones acerca de los objetos que tpicamente envuelve lacombinacin de valores y criterios estndar con informacin y senti-mientos.43 Las orientaciones cognitivas incluyen, adems de la can-tidad de informacin, su especificidad y precisin, as como sucapacidad para organizar y procesar informacin. Las orientacionesafectivas hacen referencia a las distintas intensidades y diferentescualidades: el enfado, la alegra, el desprecio y otros conceptos pare-cidos. Las orientaciones evaluativas tienen que ver con el uso de di-ferentes criterios de valor para la formulacin de opiniones y juicios.Las categoras de los objetos polticos son reducidas a sus elementoscomponentes.

Los objetos input incluyen los medios de comunicacin, los gruposde inters, partidos polticos, poderes legislativos y el ejecutivo ensu aspecto poltico. Los objetos output son clasificados de diferentesmaneras; como subcategoras que agrupan a la polica, el ejrcito,los diferentes actores civiles y las autoridades fiscales. Al tratar loselementos del sistema poltico se distinguen tres categoras de ob-jetos polticos: 1) papeles o estructuras especficas: cuerpos legislati-vos, ejecutivos y burcratas; 2) titulares de dichos papeles: monarcas,legisladores y funcionarios, 3) principios de gobierno, decisiones oimposiciones de decisiones pblicas y especficas.

Adems de las mencionadas dimensiones extradas de la opera-cionalizacin que Almond y Verba hacen de su definicin del concep-

43 Almond y Verba, op. cit., p. 15.




to, los indicadores que aportan informacin sobre dichas orientacio-nes polticas son: conocimientos y creencias acerca del sistema polti-co, sus papeles, y de todo lo que tenga que ver con dichos papeles ensus aspectos polticos (inputs) y administrativos (outputs), sentimientosacerca del sistema poltico, sus funciones, sentimientos que despiertaen s mismo y sus logros, juicios y opiniones sobre objetos polticos.Estos juicios y opiniones implican tpicamente la combinacin de cri-terios de valor con la informacin y los sentimientos. Incluyen la va-loracin de su propia funcin como sujetos activos y participativos enla vida poltica.

En las operacionalizaciones del concepto, incluso utilizando defi-niciones parecidas a la que dieron Almond y Verba, no siempre seutilizan los mismos indicadores actitudinales o no siempre se cuen-ta con la informacin suficiente para extraer datos al respecto. As,Morn y Benedicto44 utilizan, para el caso espaol, la clasificacinen las siguientes dimensiones: individuo-ciudadano como actor, lavinculacin ciudadano-poltica, la imagen del sistema poltico.

Sin embargo, esta clasificacin de los indicadores en las dimensio-nes cognitiva, afectiva y evaluativa no ser sostenida en este artculotal como fue planteada por los autores, por diversos motivos. Pri-mero, porque algunos de los indicadores podran situarse en msde una dimensin, lo que limita el carcter excluyente de dichasdimensiones. Segundo, porque la clasificacin de Almond y Verbaest elaborada a partir de un nmero mayor de indicadores que losconsiderados en este caso, y ese hecho impide su comparacin y elajuste de dicha clasificacin para el caso espaol. Por otra parte, elmodelo preestablecido impide comprobar cules son los cambiosque puedan haberse producido en la estructura relacional entrevariables actitudinales con el paso del tiempo. Un esquema dimen-sional demasiado ajustado a clasificaciones tericas fijas impideanalizar y comprobar dichas variaciones, as como la introduccinde aspectos concretos que puedan resultar de crucial inters en losestudios de casos especficos.

En este artculo se considera que a partir de las orientaciones polti-cas de los espaoles, conocidas mediante las respuestas a losindicadores que representan actitudes, valores y comportamientos

44 Morn, Mara Luz y Benedicto, Jorge, La cultura poltica de los espaoles. Un ensayo de reinterpretacin,Madrid, Centro de Investigaciones Sociolgicas, 1995.




polticos, se puede crear una estructura de asociacin que permitaextraer las dimensiones caractersticas de dicho conjunto deindicadores. No se parte de una clasificacin actitudinal predetermi-nada, sino que sta se crear a partir de las actitudes mantenidas porlos espaoles hacia objetos polticos. Este esquema dimensional abor-da de manera un poco ms novedosa el tratamiento estructural delas actitudes polticas, y en el trasfondo de la cultura poltica, inten-tando superar algunas de las limitaciones sealadas.

4. ELEMENTOS METODOLGICOS Y DATOS UTILIZADOS

El primer aspecto que hay que tener en cuenta a la hora de la medi-cin de las actitudes es especificar cules sern las variables de acti-tud y, por medio de ellas, limitar o definir la medida a utilizar. Algunosautores45 cuando se hace referencia a medir en las ciencias socia-les, suelen hablar de asignar smbolos numricos a alguna magni-tud o atributo de algn acontecimiento o hecho. Gracias a estadefinicin, las mediciones pueden ir ms all de la descripcin de losfenmenos, facilitan el estudio de las posibles relaciones entre losdistintos fenmenos y ayudan a revisar los conceptos con los que setrabaja. Para otros autores,46 medir no significa necesariamente cuan-tificar los conceptos, sino establecer criterios para su observacin yclasificacin teniendo en cuenta la presencia o ausencia de las pro-piedades del concepto. En este artculo, medir hace referencia a unacombinacin de las dos cosas, se le asignan smbolos numricos a lapresencia o ausencia de las propiedades de un concepto o de los va-lores de las variables que representan a los indicadores de culturapoltica. ste es el criterio escogido para su observacin y la formams adecuada para poder establecer gradaciones y escalas en lasopiniones y actitudes. Adems, esta asignacin de nmeros permiterealizar anlisis estadsticos y crear modelos explicativos sobre larelacin entre las diferentes variables que de otra manera resultaraimposible.

Los indicadores generalmente proceden de la observacin o de laexperiencia, permiten cuantificar las dimensiones y convertirlas en

45 Gonzlez Blasco, Pedro, Medir en las ciencias sociales, en Manuel Garca Ferrando y otros, Elanlisis de la realidad social, Madrid, Alianza, 1986, p. 227.46 Anduiza, Eva; Crespo, Ismael y Mndez, Mnica, Metodologa de la ciencia poltica, en Cuadernosmetodolgicos, No. 28, Madrid, Centro de Investigaciones Sociolgicas, 1999, p. 38.




utilizables para la manipulacin estadstica. Un indicador es lamedida estadstica de un concepto, de la dimensin de un concep-to o de una parte de ella, basado en un anlisis terico previo ointegrado en un sistema coherente de medidas semejantes. Las prin-cipales funciones de los indicadores son: describir (obtener infor-macin de una constante, establecer un balance); comparar(establecer una tipologa de situaciones en diferentes mbitos); ex-plicar (unos hacen referencia a las causas y otros los efectos) y pre-ver (evaluar los efectos y determinar posibles inferencias).47 Perolos indicadores tambin pueden ser utilizados para descubrir la es-tructura interna dentro de un concepto sin responder inicialmentea un anlisis terico.

Casi todos los indicadores que se utilizan en este artculo son subje-tivos, hacen referencia a las percepciones o interpretaciones de lospropios individuos sobre los aspectos polticos; no obstante, respec-to a alguno de ellos, como es la preferencia por un rgimen polti-co, se podra hablar de un indicador normativo ya que apenas existevariacin en las opiniones de los espaoles respecto al mismo.

Los indicadores que hacen referencia a las actitudes polticas en esteartculo48 podran ser agrupados de acuerdo con las dimensiones enlas que se divide el concepto clsico de cultura poltica, sin embargo,se considera que segn esa clasificacin existen indicadores que apor-tan informacin sobre varias de esas dimensiones, lo que dificulta suubicacin exclusivamente en una de ellas. Dependiendo de cmo seentienda el significado y la informacin que se pretende obtener dedichos indicadores pueden pertenecer a una dimensin u otra de di-cho concepto. Adems, al no utilizar la misma cantidad de indicadoresque utilizaron Almond y Verba, y siendo la realidad poltica a anali-zar diferente a la considerada en el trabajo de estos autores, se sostie-

47 Carmona Guilln, Jos Antonio, Los indicadores sociales hoy, Madrid, Centro de InvestigacionesSociolgicas, Coleccin Monografas, No. 2, 1977, p. 30.48 Los datos utilizados en este trabajo corresponden al estudio 2387 realizado por el Centro deInvestigaciones Sociolgicas (CIS) en marzo de 2000. Un total de 14 indicadores: inters por lapoltica, seguimiento de informacin poltica, socializacin poltica, confianza en instituciones polti-cas, importancia de determinadas instituciones para el funcionamiento de la democracia, participa-cin social, participacin poltica no convencional, cmo le afectan personalmente las decisiones quetoman determinadas instituciones de la democracia, ubicacin ideolgica personal y ubicacin ideo-lgica de partidos polticos, preferencia rgimen poltico, valoracin de los partidos polticos, cercanaa partidos polticos y satisfaccin con el funcionamiento de la democracia. Algunos de estos 14indicadores constituyen la agrupacin de otros que hacen referencia al mismo objeto poltico enforma de ndice.




ne que la diferenciacin de estas dimensiones actitudinales puede serextrada de los individuos y no ser establecida de antemano por elinvestigador. Es decir, se parte de un conjunto de indicadores actitu-dinales y se lleva a cabo un anlisis estadstico especfico49 para quesean los ciudadanos entrevistados los que, de acuerdo con la relacinsostenida entre las respuestas a dichos indicadores, permitan inferir elcriterio de agrupacin y creacin de las dimensiones.

En otras investigaciones se ha aplicado esta tcnica para descubrircmo las actitudes ante la poltica se agrupan en varias dimensionesempricamente diferenciables.50 En este caso, se lleg a la conclu-sin de que las actitudes de los ciudadanos no son tan diferenciadascomo sugiere el modelo terico que divide a las mismas en policy(contenidos de diferentes campos de la poltica), politics (procesospolticos: la formacin de la voluntad poltica, la decisin y laimplementacin) y polity (estructuras e instituciones que forman elmarco en el que se desarrolla la accin poltica).51 Existen indicadoresque segn el modelo terico estaran en dimensiones diferentes peroque los resultados del anlisis juntaron en la misma dimensin.52

En el presente artculo se es consciente de que no se puede intentarcomprobar si la divisin o estructuracin de los indicadores actitu-dinales en dimensiones se ajusta perfectamente o no al modelo te-rico propuesto por Almond y Verba puesto que no se cuenta con losmismos indicadores, y se es uno de los principales requisitos en losque se basa un buen estudio comparativo. Sin embargo, se conside-ra que el ejemplo aqu presentado supone un acercamiento til ala hora de su aplicacin con informacin disponible para otros casoso momentos a lo largo del tiempo.

49 En concreto se realiza un anlisis factorial con todos los indicadores considerados.50 Wolling, Jens, La influencia de los medios sobre la actitud ante la poltica, en Contribuciones, No.2, 2001, p. 28.51 Este trabajo realizado por medio de la aplicacin de cuestionarios a los habitantes de la ciudad deDresde (Alemania) pretenda analizar el uso de los medios de comunicacin y las actitudes hacia lapoltica. Sus indicadores intentaban medir, adems, los componentes de la cultura poltica: eficaciapoltica, la competencia poltica, legitimidad del gobierno y del sistema poltico, identificacin conlos partidos, inters por la poltica y participacin no convencional.52 Por ejemplo, la ubicacin de determinados partidos polticos en una escala de ideologa puede ser unindicador cognitivo si se hace referencia a la capacidad y el conocimiento de un individuo para sercapaz de ubicar a esos partidos en la escala. Pero tambin puede ser considerado como un indicadorafectivo si lo que se pretende comprobar es la adecuada o radicalizada ubicacin de algunospartidos como resultado de la distancia que se quiere mantener respecto a la ubicacin ideolgicapersonal o del partido al que ese individuo se sienta ms cercano.




Puesto que son los individuos los que establecen las relaciones en-tre los diferentes tems a travs de sus respuestas a las cuestionesplanteadas, se construyen ndices a partir de los mismos que permi-tan medir dicha relacin como un solo indicador.53 A la hora detransformar uno o varios conceptos en ndices han de seguirse al-gunas etapas:54 representacin imaginada del concepto, especifi-cacin del concepto, eleccin de indicadores y, finalmente, laformacin de los ndices. En primer lugar, se debe tener claro cules el marco terico en el que encuadra el anlisis de un problema,o se intenta descubrir o explicar un fenmeno. Lo primero que sehace es partir de un concepto que describa las relaciones observa-das entre los fenmenos. En segundo lugar, a la hora de concretaren qu consiste ese concepto se analizan los componentes del mis-mo, stos pueden deducirse del concepto general que engloba o, demanera ms emprica, derivarse de la estructura de sus inter-correlaciones. En tercer lugar, y puesto que un concepto general-mente hace referencia a un conjunto ms completo de fenmenos,los indicadores son los representantes de las dimensiones ms im-portantes del mismo. Los indicadores son los que aportan la in-formacin numrica que, una vez manipulada, permite crear elndice. Por ltimo, para construir unos buenos ndices es necesariocombinar varios de estos indicadores.

En este artculo, y para la creacin de los ndices aqu utilizados, seha llevado a cabo una recodificacin de las variables para que todasellas tengan una misma escala,55 sin embargo, intentando evitar al-gunos de los problemas que conlleva la ponderacin de los indica-dores no se ha aplicado un peso diferenciado a cada uno de ellos. Sedesconoce de partida la diferente influencia o presencia que puedantener los distintos indicadores entre los ciudadanos, no existe un cri-terio que a priori justifique la asignacin de pesos diferentes a lostems, por ello los datos utilizados no estn ponderados.

53 Un ndice es una medida resumen de un conjunto de medidas. Los ndices aqu utilizados tienencomo principal funcin presentar una gran cantidad de informacin relativa a un mismo indicador demanera sencilla y fcil de manejar en los anlisis estadsticos multivariantes.54 Boudon, Raymond y Lazarsfeld, Paul, Metodologa de las ciencias sociales, I. Conceptos e ndices,Barcelona, Laia, 1965.55 Los valores ms pequeos y los adjetivos o atribuciones negativas recibirn siempre los valores msbajos, mientras que las atribuciones positivas o lo que refleje mayor cantidad siempre son identifica-dos con los valores ms altos.




5. ESQUEMA DIMENSIONAL DE LAS ACTITUDES POLTICAS

La aplicacin del anlisis factorial responde a la necesidad de bus-car una agrupacin de las diferentes actitudes polticas en dimensio-nes sin utilizar ningn esquema terico previo sobre sus posiblesrelaciones. Estas agrupaciones son creadas a partir de las correlacio-nes entre las respuestas dadas por los entrevistados y sin tener encuenta una agrupacin terica existente. En este caso, y para la apli-cacin de esta tcnica, se requiere que sus variables sean cuantitati-vas; los indicadores actitudinales utilizados han sido transformadosen forma de ndices (14) que varan entre cero y uno. Los resultadosde este esquema dimensional se observan en las tablas 1 y 2. La ta-bla 1 proporciona informacin sobre el porcentaje de varianza ex-plicado por cada uno de los componentes. El modelo que incluye lostres componentes explica un 49% de la variabilidad entre las actitu-des sostenidas por los ciudadanos. La incorporacin de un nuevofactor a este modelo no explicara un importante porcentaje de lavariabilidad de los datos, de ah que el nmero de ellos se haya man-tenido en tres.

Tabla 1. Varianza total explicada por cada componente

Varianza total explicada

3.557 25.410 25.410 3.557 25.410 25.410 2.594 18.531 18.531

2.066 14.759 40.169 2.066 14.759 40.169 2.487 17.765 36.296

1.238 8.843 49.013 1.238 8.843 49.013 1.780 12.717 49.013

1.047 7.482 56.495

1.001 7.147 63.641

.816 5.828 69.469

.775 5.538 75.007

.678 4.844 79.851

.584 4.170 84.021

.554 3.954 87.975

.470 3.355 91.329

.432 3.085 94.414

.406 2.899 97.313

.376 2.687 100.000

Componente1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13

14

Total% de lavarianza

%acumulado Total

% de lavarianza

%acumulado Total

% de lavarianza

%acumulado

Autovalores inicialesSumas de las saturaciones al

cuadrado de la extraccinSuma de las saturaciones al

cuadrado de la rotacin

Mtodo de extraccin: Anlisis de Componentes principales.Metodo de extraccin: anlisis de componentes principales.




Tabla 2. Matriz de componentes rotados

Matriz de componentes rotados a

.763 5.552E-02 .170

.745 .232 .144

.718 .102 5.684E-02

.643 1.832E-02 .179

.572 -3.035E-02 4.104E-02

5.988E-02 .824 4.046E-02

-1.198E-02 .768 -7.849E-03

.258 .614 .126

7.371E-02 .606 -1.333E-02

1.215E-02 .576 8.243E-02

3.515E-03 .190 .116

.158 2.148E-02 .847

.310 2.721E-02 .741

6.809E-02 .190 .623

Indice socializacin poltica0-1

Indice inters por la poltica0-1

Indice seguimientoinformacion poltica 0-1

Indice participacin pol tica noconvencional 0-1

Indice participacin social 0-1

Confianza que le transmitendeterminadas instituciones 0-1

Indice importanciainstituciones para lademocracia 0-1

Indice valoracin de lospartidos 0-1

Indice valoracin de cmo leafectan las institucionespolticas 0-1

Indice satisfaccionfuncionamiento democracia0-1

Preferenciar gimen poltico0-1

Ubicacin Ideologica personal

Subndice de ubicacin/noubicacin partidos 0-1

Cercana a partidos

1 2 3

Componente

Mtodo de extraccin: Anlisis de componentes principales. Mtodo de rotacin: Normalizacin Varimax con Kaiser.

La rotacin ha convergido en 5 iteraciones.a.

La matriz de componentes rotados (tabla 2) muestra los tres facto-res extrados y las variables que los forman. El primer factor consti-tuye una combinacin de indicadores de implicacin poltica:socializacin poltica, inters por la poltica, seguimiento de infor-macin poltica, participacin poltica social y participacin noconvencional. El segundo factor est compuesto por todas las va-riables evaluativas incluidas: importancia de determinadas insti-tuciones para el funcionamiento de la democracia, valoracin decmo le afectan las decisiones tomadas en determinadas institu-




ciones, valoracin de los partidos polticos, satisfaccin con el fun-cionamiento de la democracia y preferencia por un rgimen polti-co; este ltimo indicador tiene una baja correlacin con todos losfactores, de hecho podra colocarse en dos de los factores, ya quecon el segundo componente tiene una correlacin de 0,190 y conel tercer componente una correlacin de 0,116. El tercero de losfactores puede denominarse afectivo-ideolgico y est compuestopor la autoubicacin ideolgica, la cercana a los partidos y la ubi-cacin de los mismos en la escala ideolgica.

Estos tres factores reflejan una posible operacionalizacin del con-cepto de cultura poltica, y cmo de un conjunto de actitudes y orien-taciones polticas sobre objetos polticos se descubren dimensionesdiferenciadas entre s y con una lgica de diferenciacin bastanteclara. Por otra parte, estos datos ponen de manifiesto lo difcil queresulta ubicar algunos indicadores slo en uno de los factores o di-mensiones, y refleja el problema planteado de la clasificacin dealgunos indicadores siguiendo una estructura terica. Ya se ha des-tacado el caso de la variable preferencia de rgimen poltico, peroadems se puede resaltar la ubicacin ideolgica de los partidos po-lticos. Este indicador podra formar parte de dos componentes, el deimplicacin poltica y el ideolgico, puesto que con el primero tieneuna correlacin de 0,310 y con el tercero de 0,741; con ello se estapoyando la afirmacin de que es muy difcil en muchas ocasionescolocar a un indicador en una sola dimensin o componente.

La ubicacin de los partidos polticos puede responder a un conoci-miento de lo que significa el espectro ideolgico y tambin puederesponder a una ubicacin basada en algo afectivo dependiendode la ubicacin ideolgica personal. En este caso, generalmentequienes se sienten cercanos o identificados con un partido poltico,suelen ser capaces de ubicar al resto en posturas ms extremas a lasque realmente pertenecen. El indicador rgimen poltico no es muyimportante, su coeficiente de correlacin es muy bajo, de hecho esel ms bajo de todos los incluidos, porque prcticamente la totali-dad de los individuos tiene la misma opinin, no hay variabilidaden la opinin respecto a este indicador.

Los resultados que se han obtenido en este anlisis factorial permi-ten estructurar el conjunto de variables actitudinales en tres dimen-siones: implicacin poltica, actitudes valorativas y orientacionesideolgico-afectivas. Si se observa el contenido de dichas dimen-




siones puede decirse que stas guardan cierta relacin con la clasi-ficacin terica de Almond y Verba, si bien el mtodo de extrac-cin de las mismas ha sido diferente. El mtodo de clasificacin delas actitudes polticas en dimensiones responde a una lgicainductiva extrada de los datos que se poseen, y no a una lgicadeductiva como en el caso de Almond y Verba.

5.1 Dimensin de implicacin poltica

Esta dimensin est compuesta por actitudes polticas que reflejanel compromiso y la implicacin poltica de los espaoles y explicael 25,4% de la variabilidad de los datos con los que se trabaja. Setrata de un componente que agrupa a elementos de conocimientode la realidad poltica y su seguimiento a travs de diferentes me-dios de comunicacin. Adems de la importancia concedida a lasocializacin poltica como mecanismo de transmisin de valoresy creencias se incluyen determinados hbitos de comportamientoentre los que puede encontrarse la participacin social o polticano convencional.

Estos indicadores permiten captar el grado de competencia polticasubjetiva56 de un individuo. Si una persona es consciente de queexisten mecanismos por medio de los cuales es posible interveniren poltica adems de hacerlo a travs del voto (participando enorganizaciones sociales o polticas, o a travs de otras formas me-nos convencionales de participacin que requieren un compromi-so ms individualizado), sta suele estar al corriente de lo que ocurreen poltica y muestra un alto inters por cuestiones de este tipo. Laimplicacin poltica es, segn este modelo, la dimensin ms rele-vante a la hora de describir las actitudes polticas de los espaolesy aparece claramente diferenciada de las otras dos dimensiones.

5.2 Dimensin evaluativa

Esta dimensin explica un porcentaje menor de la variabilidad delos datos (14,7%), sin embargo, agrupa perfectamente a todos los

56 La competencia poltica puede ser definida como el sentimiento de que uno mismo, como ciudada-no dentro del sistema, es capaz de transformarlo en alguna medida y hacerlo de una manera eficaz;Wiatr, Jerzy J., The civic culture a marxist-sociological perspective, en Almond, Gabriel y Verba,Sidney (eds.), The civic culture revisited, Boston, Little Brown and Company, 1980.




indicadores actitudinales que tienen que ver con las institucionespolticas marcando diferencias respecto a las otras dos dimensio-nes. Como se ha sealado, el indicador con una menor coherenciaen dicho componente es el de preferencia por un rgimen polticou otro. Esto se debe en gran medida a que en los datos apenas exis-ten discrepancias respecto a este indicador entre los espaoles. Elhecho de que pueda ser un indicador afectivo-ideolgico es el ni-co inconveniente que puede encontrarse en esta dimensin, ya queel resto de indicadores estn agrupados bajo una lgica coherente.

Entre las actitudes polticas de los espaoles pueden diferenciarseclaramente aquellas que hacen referencia a aspectos de implicacinpoltica personal y aquellas que tienen que ver con la evaluacin dealgunas instituciones polticas. La valoracin de estas instituciones,su funcionamiento y la confianza que transmiten estn adquiriendoun lugar dominante en los actuales debates sobre desafeccin polti-ca y descontento de los ciudadanos. Por ello, el hecho de que todasellas formen una sola dimensin facilita el anlisis de la posibledesafeccin poltica de manera general entre los espaoles.

5.3 Dimensin ideolgico-afectiva

La tercera dimensin que estructura las actitudes polticas aqu ana-lizadas es la denominada ideolgico-afectiva. Las actitudes que tie-nen que ver con aspectos ideolgicos parecen estar claramentediferenciadas de las de carcter evaluativo y de las de implicacinpoltica. Cabe esperar que algunos aspectos de implicacin polti-ca tengan contenido ideolgico, pero la asociacin entre este tipode indicadores no llega a ser tan importante como para formarparte de la misma dimensin.

Merece la pena resaltar cmo la socializacin poltica est ms co-nectada con aspectos de implicacin poltica que con elementosideolgicos. Este hecho permite concluir que en Espaa la sociali-zacin poltica cumple la funcin de transmisora de valores y acti-tudes polticas ms relacionadas con el desarrollo de actividadescon esta implicacin (entre las que se incluye accin o comporta-miento) que con transmisin de valores y actitudes que tengan quever con elementos ideolgicos.

Junto a estos elementos hay que sealar tambin que los indicadoresque guardan una mayor correlacin con cada componente en cada




caso son la socializacin poltica, la confianza que transmiten de-terminadas instituciones polticas y la ubicacin ideolgica perso-nal. Estas actitudes han aparecido en estudios sobre cultura polticaen Espaa, lo que refleja que la importancia de las mismas siguemantenindose vigente. La importancia en su momento de laresocializacin poltica adulta,57 la relevancia de la presencia devalores y creencias democrticas incluso antes de la transicin po-ltica a la misma o la ideologa son variables que permiten seguirdefiniendo y describiendo actitudinalmente a los espaoles.

6. CONCLUSIONES

Las actitudes polticas han constituido el componente esencial de ladefinicin del concepto de cultura poltica. Estas actitudes permitendescribir las caractersticas de las percepciones, predisposiciones yvaloraciones de los ciudadanos hacia objetos polticos. La maneracomo se han clasificado estas actitudes en la mayora de los anlisisde cultura poltica ha respondido a una lgica deductiva, es decir,partiendo de una estructuracin terica de las actitudes polticas seha llevado a cabo la distribucin de las mismas en orientacionescognitivas, afectivas y evaluativas. En torno a esa tipologa se hadescrito la cultura poltica de diferentes pases o se ha resaltado lasubcultura en el mismo sentido de diferentes grupos de individuosatendiendo a una categora que los diferenciara. En este artculo sepropone un esquema dimensional inductivo, es decir, se plantea quesean los propios datos los que proporcionen la lgica de la distribu-cin de los indicadores actitudinales en componentes.

La utilizacin tanto del mtodo inductivo como de tcnicas de anlisisposee ciertas ventajas. Por un lado, permite la introduccin de indica-dores especficos relativos a los pases o casos de estudio y, por otrolado, facilita la distribucin de las respuestas que los ciudadanos dana indicadores actitudinales en componentes de acuerdo con la corre-lacin existente entre ellas. En el caso aqu planteado, el anlisisfactorial muestra tres dimensiones en las que se pueden agrupar lasactitudes polticas de los espaoles: implicacin poltica, evaluativa eideolgico-afectiva. Cada uno de estos componentes describe la rela-cin entre actitudes polticas explicando un importante porcentaje de

57 Montero, Jos Ramn y Torcal, Mariano, La cultura poltica de los espaoles: pautas de continuidady cambio, en Sistema, No. 99, 1990, p. 42.




la variabilidad de los datos. En este esquema dimensional se descubre,por ejemplo, que la socializacin poltica en Espaa est relacionadams directamente con aspectos de implicacin y eficacia poltica quecon elementos ideolgicos. Adems, la recurrente legitimidad de lademocracia como mejor forma de gobierno aparece como indicadorque no diferencia a los espaoles, se trata de una actitud que sigue sinpresentar variabilidad entre ellos. Por ltimo, puede destacarse cmola ubicacin ideolgica de determinados partidos polticos en la esca-la de la ideologa responde a elementos afectivos ms que a aspectosde conocimiento o seguimiento de informacin poltica. La aplica-cin de este mtodo a grupos especficos de poblacin permitira des-cubrir la presencia de diferencias o similitudes en torno a unas u otrasdimensiones.

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Araceli Mateos Actitudes Creencias

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