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cuidarteGustavo Schujman

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cuidarteGustavo Schujman

EDIBA S.R.L2010 - Buenos Aires

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Para aprender cosas nuevas, para experimentar expe-riencias diferentes, para conocer nuevos mundos, necesi-tamos arriesgar nuestra seguridad. Es más seguroquedarse en el lugar en el que uno está, con lo que conoce,con sus rutinas. ¿Pero no vale la pena arriesgarnos a lonuevo?

Sin duda, crecer es una aventura maravillosa, pero loschicos necesitan de nuestro aval, nuestro apoyo, nuestraconfianza. A veces se nos hace complejo transmitirles se-guridad en una sociedad de riesgos, en la que los mediosnos dicen cada día que caminar por la calle e interactuarcon otros es peligroso.

¿Cómo te explico la inseguridad y los modos de cuidarte?es una invitación a reflexionar acerca de los riesgos y cómoafrontarlos para transmitirles a los chicos la seguridad quenecesitan para crecer.

La serie Cómo te explico ha sido pensada para padres ymaestros que creen en el diálogo y la transmisión de expe-riencias, como modos de educar, formar y estimular el cre-cimiento de los chicos.

La serie trata temas difíciles de abordar con los chicos porlos propios miedos, dudas o incomodidades de los adultos;posibilita el diálogo y brinda recursos para contener a losniños en esas situaciones.

Esta propuesta tiene la intención de que los adultos pue-dan pensar con los niños y ayudarlos en la construcciónde su propia identidad.

cuidarteSchujman, Gustavo

1.a ediciónISBN

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Ediba Libros S.A. - Forest 579 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires. - Tel: (011) 45547577Imprime: Casano Gráfica S.A. - Ministro Brin 3932 - Remedios de EscaladaBuenos Aires - Tel: (5411) 4249-5562.

(c), 2009 Editorial Ediba SRLQueda hecho el depósito que establece la Ley 11.723.Libro de edición argentina.

No se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la trans-misión o la transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, seaelectrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el per-miso previo y escrito del editor. Su infracción está penada por las leyes 11723 y 25446.-

Dirección editorial Adrian Balajovsky

Editor Gustavo Iaies

Corrección Elisabet ÁlvarezAdriana Serrano

Diseño y diagramación Andrea Hutt

FotografíaFernando AcuñaLaura Monzón

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Construir laseguridad

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Pero estás seguro?¡A Seguro se lo llevaron preso!

La expresión “A Seguro se lo llevaron preso” es un dichoo frase popular que se usa para afirmar la imposibilidad deestar seguros. Es la expresión de nuestro ser vulnerable yfalible. Se suele decir que los seres humanos somos los úni-cos animales que “tropezamos dos veces con la misma pie-dra”. Aceptamos sin mucha discusión que nos podemosequivocar y que nos hemos equivocado muy a menudo.Frágiles, falibles, vulnerables, nos sentimos inseguros.

Pero no todos reaccionamos igual ante ese sentimiento:hay quienes se hunden en él, y se paralizan mientras queotros son capaces de operar sobre la realidad incluso te-niendo conciencia de los riesgos.

Como padres, deseamos que nuestros hijos seenrolen en las filas de los que saben sacar fuerzasde flaquezas y afrontar las dificultades con valen-tía aunque sin imprudencia. No es sencillo edu-carlos en ese sentido. Pero tampoco, imposible.

De cómo hacer para formar chicos preparados para vivircon prudencia pero sin angustia en un mundo donde lospeligros son parte de la realidad, trataremos en este libro.

Más que hablar de cómo sobrellevar la inseguridad, ha-blaremos de cómo construir la seguridad.

Para empezar, observemos el paisaje en el que nos tocavivir: podemos verlo “inundado” de inseguridad, o por elcontrario podemos sentir que existen riesgos pero to-mando los recaudos necesarios construiremos nuestra se-guridad. Basta acudir a nuestra experiencia cotidiana paracomprobar cuántas y qué variadas son las situaciones enlas que experimentamos sentimientos de inseguridad.

Nos sentimos inseguros al presentarnos a un nuevo em-pleo; siente inseguridad el niño cuando entra por primeravez a la escuela, nos sentimos inseguros en nuestro puestode trabajo porque tememos perderlo; las rutas del país nosresultan riesgosas; estamos inseguros sobre lo que sabe-mos, sobre algunas relaciones afectivas, sobre lo que pien-san los demás de nosotros, sobre el futuro de nuestroshijos. Incluso, nos sentimos inseguros sobre los postula-dos científicos, porque la historia de la ciencia nos mues-tra que algunas verdades firmemente establecidas luegofueron refutadas y reemplazadas por otras.

La palabra “inseguridad” hace mención a situacionesmuy diferentes. Sin embargo, cuando en nuestros días sehabla de inseguridad, especialmente en los medios de co-

¿Construir la seguridad 7

Inseguridad: realidad y sentimiento 11

El miedo, nuestro eterno compañero 13

Historia de un progreso 15

De miedos y fantasmas 17

Ser o no ser miedoso 19

El costo de los mensajes alarmantes 21

Protección vs. sobreprotección 23

Tiempo de valientes 25

Cuentos para hablar con los chicos 29

¿Están listos? 33

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municación, lo que se nombra con ese término es unarealidad o un sentimiento referidos al riesgo de ser víc-timas de un delito o de una acción violenta.

Miramos la televisión, leemos los diarios, escuchamosla radio o navegamos por Internet, y cada vez que en cual-quiera de esos medios se alude a ese tipo de inseguridad,nos angustiamos porque la sentimos como una amenazaque puede recaer sobre cualquiera de nosotros.

Así, si vemos en la tele que robaron en una farmaciao leemos en el diario que asaltaron un restaurante oescuchamos el informativo radial informando quehirieron a un hombre para robarle su bicicleta, nossentimos inseguros: lo que les ha pasado a esas personaspodría habernos ocurrido a nosotros, a nuestros familiares,a nuestros amigos, a cualquier persona que hubiera estadoen el lugar y el momento del hecho.

El sociólogo Gabriel Kessler, uno de los investigadoresque se han dedicado a estudiar el origen de nuestrapreocupación por la inseguridad entendida delmodo en que suelen presentarla los medios,es decir, vinculada a los hechos delictivos.,en su libro El sentimiento de inseguri-dad (editorial Siglo XXI), coincide conlo que señalan muchos de sus colegas:la inseguridad relacionada con los deli-tos se observa fundamentalmente desde ladécada de 1980, y se ha extendido a todoslos estratos sociales, a distintas edades, aambos sexos y a diversos centros urba-nos. A su vez, es una preocupación que sealimenta y se activa por la presencia que estetipo de inseguridad tiene, desde hace muchos años,en las primeras planas de los diarios y en los noticieros

televisivos. Es también un tema de preocupación y ocu-pación de los políticos, ya que la seguridad figura entrelas demandas más insistentes de la población.

¿Podríamos decir entonces que la inseguridad es sólouna creación de los medios? No, evidentemente, no.Basta echar un vistazo a la realidad para advertir que

más allá de la presencia mediática, en elmundo real existen riesgos y peligros demuy diversa índole. Pero, sin duda, al-gunos son presentados con mayor dra-matismo que otros.

Así y todo, las estadísticas demuestranque las muertes por accidentes de trán-

sito o por ataques cardíacos son mu-chísimas más que las muertes por

acciones delictivas. En consecuencia,los riesgos más habituales están vincu-

lados a la capacidad de cuidarnos, deevitar riesgos innecesarios.

Por eso, en este libro nos interesa pensarla inseguridad en sentido amplio, y pregun-

tarnos por los modos en que educamos a losniños y jóvenes respecto de los riesgos que

deben evitar pero también en relación a los quedeben afrontar. En realidad, como ya dijimos, nues-tro eje de trabajo estará puesto en el tema de la cons-trucción de la seguridad; lo plantearemos como “laseguridad para enfrentar la inseguridad”.

Para crecer, aprender y desarrollarse hay queestar dispuesto a jugar permanentemente unjuego que requiere valor y equilibrio: pasar dezonas de seguridad a zonas de inseguridad.

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Conocer implica aceptar que vamos a internarnos en lazona de lo desconocido para poder asimilar nuevos sabe-res que, consideramos, mejorarán nuestra vida. Otro tantoocurre con el crecimiento y la maduración de los chicos:crecer es tomar riesgos, es cambiar. Y esa postura incluyela convicción de que madurar es mejor y que entonces,vale la pena asumir esos riesgos.

Podríamos quedarnos encerrados todo el día, evitar en-frentarnos a situaciones nuevas, a cambios internos, y esonos volvería totalmente seguros. Pero la vida se nos volve-ría terrible, no conoceríamos nada nuevo, no creceríamos,nos perderíamos la aventura de lo nuevo.

-Sí, obvio, algún día mi hija tendrá que aprender a cruzarla calle sola. Pero con el tráfico de locos que hay en BuenosAires, a mí me da miedo…

-¿Sabés qué pasa? Es su primer novio… Romina no se dacuenta, pero yo sé qué con ese chico no va a llegar a nin-gún lado.

-Ezequiel quiere tomar clases de taekwondo, pero mirási se lastima…

Es comprensible y a todos los padres nos sucede: sabe-mos que nuestros hijos tienen que crecer pero a su vez,quisiéramos evitarles todos los riesgos, protegerlos delmenor contratiempo, de la más mínima situación de su-frimiento, de la más remota posibilidad de equivocarse.

Sí, eso sentimos. Pero en algún momento de la vida tene-mos que asumir que “les vamos a sacar las rueditas a la bici-cleta” si efectivamente queremos que los chicos sean capacesde aprender a andar en ella.

Es fundamental que los chicos sientan que confiamos enellos, que apostamos a que van a poder, y no cargarlos denuestros propios medios.

Ahora, la aventura de vivir es una permanentetoma de riesgos, la pregunta es cómo evaluar losriesgos reales, los imaginarios y las situaciones enque podemos evitarlos.

El hecho de que crecer y madurar sea una permanenteapuesta a la inseguridad, no quiere decir que tengamos quecorrer riesgos inútiles, y que la administración de esos ries-gos, la posibilidad de cuidarnos, de minimizarlos, de dis-minuir nuestra sensación de inseguridad, nos permitirárecorrer con mayor placer y dinamismo, el maravilloso ca-mino de aprender, crecer y construirnos como personas.

La propuesta de este libro es que pensemos jun-tos cómo educar a los niños y jóvenes para quesean capaces de afrontar los riesgos que implica elcrecimiento sin paralizarse ante ellos y sin volversetemerarios.

La idea es transmitirles la seguridad que necesitan paraenfrentar la inseguridad, los criterios que les permitantransitar las zonas de inseguridad que incluye el caminodel crecimiento evaluando los peligros, discriminando losverdaderos de los imaginarios, arbitrando los medios paraminimizar las consecuencias no deseadas.

En síntesis, se trata de que nuestros hijos aprendan quela virtud de la valentía es el justo equilibrio entre la cobar-día y la temeridad. Nuestra tarea no es fácil. Pero es im-prescindible y apasionante.

Comencemos, entonces, a reflexionar sobre el creci-miento, la seguridad y la inseguridad.