Paula Villarrubia Reina.

Arte, música y educación.Nos encontramos ante tres conceptos de los cuales sacar una relación es algo difícil si tenemos que unir los tres, arte, música y educación. Por separado todos sabemos lo que significan y lo que representan, aunque sean un poco subjetivos y ambiguos. El arte es arte por haber sido creado, la música es música porque suena, porque vibra, ambas son gratificantes por tener cualidades que a los humanos nos gustan y a otros nos disgustan, de ahí que sea subjetivo. Para algunas personas el arte moderno puede resultarle no ser arte y para otras personas sí, para algunas personas el heavy no es música y para otras sí. Hay otras que consideran que ambas son un arte y que se pueden relacionar entre sí, ¿pero qué tiene que ver esto con la educación?

Dejando el arte y la música, la educación es algo vital para las personas, no hablo de asistir a un colegio y que el maestro te enseñe matemáticas, lengua e inglés, eso es importante, pero también según se mire. En mi opinión la educación no debe ser propiedad de los profesores y de los colegios, ya que puedes aprender en cualquier rincón del mundo, y te puede enseñar cualquier persona, sea quien sea. La educación es la transmisión de los conocimientos que tenemos a las nuevas generaciones, esto nos ha permitido y nos permite, avanzar en la sociedad. La educación es saber cualquier cosa y compartirla. No solo los que han ido a la mejor escuela del mundo han aprendido algo, incluso las personas que no han ido nunca al colegio tienen muchas cosa que enseñar y que han aprendido. Por ejemplo en música, hay personas que saber tocar el violín de una forma que te encandila y te absorbe, pero también hay tribus en áfrica, que no saben lo que es un conservatorio y que cuando realizan una danza tradicional o cuando cantan mientras trabajan, puede llegar a ser el mejor espectáculo que hayas podido presenciar. Es cierto que en el colegio nos enseñan arte y música, puede ser esta la relación entre estos tres términos. Que sin educación, sin un profesor que te enseñe quiénes fueron Mozart o Miró, no sabríamos nada de música ni de arte... ¿o si? En mi opinión el arte y la música se lleva en la sangre, ya existen desde el principio de los tiempos y aún no había escuelas, aunque si aprendían a imitar a los que sabían tocar o pintar. Pero ese no es el quid de la cuestión, sean enseñadas o no, hay que tener un talento natural que te permita ser bueno en algo, incluso prodigios. Acaso no hay gente que sale en las noticias y que tienen un don para tocar el piano o para dibujar, cantar o mil cosas más y confiesan que nadie les ha enseñado, sino que es algo que les gusta hacer y se les da bien. Así que para mi, esa no es la relación entre estos tres términos.

La relación que a mi me gusta pensar que tienen es que estos tres términos van de la mano y que son buenos amigos. Con esto quiero decir que son disciplinas que se pueden combinar entre ellas y que si lo hacemos, puede salir algo muy bueno de ello. Como futuros profesores, podemos hacer que nuestros alumnos sean mejores personas y que aprendan cualquier asignatura, ese es nuestro deber, pero no me gusta que se quede ahí. La simple transmisión de conocimientos y su repetición no es algo productivo, no es algo bonito ni satisfactorio... Sin embargo si les damos a nuestros alumnos la oportunidad de aprender qué es el arte haciéndolo ellos mismos con sus manos y su imaginación el concepto que van a tener de arte va a ser muy distinto al que se le daría si le explicamos la definición de arte de un diccionario. Si les explicamos qué es la

música sin dejar que hagan toquen, que canten y bailen o incluso solo se muevan y hagan ruido, no van a saber realmente que es la música si no la experimentan. Por eso me gusta pensar que la relación entre estos tres términos puede ser la mejoría en las clases en cuanto a una nueva manera de enseñar. Que podamos convertir la educación en un arte, la música en educación y el arte en música. Que se abran las puertas y ventanas de nuestras mentes, dejemos entrar sonidos, luces, colores, libros, pintura, juegos, instrumentos, una clave de sol... y que con todo ello, junto, hagamos sonar el timbre, que pasen nuestros alumnos y les enseñemos todo de una manera diferente, creativa y apasionada.