Artes Plasticas Hillo. Sonora

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Historia de la Plástica Sonorense. Artículo periodístico del Pintor e Investigador Enrique Rodriguez Zazueta

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HISTORIA DE LAS ARTES PLSTICAS EN HERMOSILLO CICLOS Y PERSONAJES DE LOS SIGLO XIX Y XX.

Como metforas que se transforman con el tiempo, Hermosillo estuvo siempre aqu, desde el principio, con otros nombres y otras formas, viejos caminos que un da llegaron, les gust el sitio para descansar y se quedaron y pronto se hicieron casas, calles, familias y escuelas , presencias y ausencias bajo el mismo cielo, amores y generaciones que se desvanecieron con los aos y cuyo nico testimonio son los recuerdos y las viejas historias de personajes hermosillenses que fueron y ya no son, de casas y rostros que ya no estn, das ,dcadas, siglos, imgenes y palabras; deca Henry Ward en 1827, que al llegar a Hermosillo se encontr una casona propiedad de un viejo espaol de apellido Monteverdi o Monteverde , describe la casa, entre sorprendido y admirado, comparndola con un palacio, con grandes patios y adornada en su interior con bellos cuadros y grabados. La casa, dice Ward, era superior a cuantas conoci desde que sali de Guadalajara . Uno puede imaginarse al viajero extranjero recorriendo la casa, detenindose en cada cuadro, disfrutando cada pintura y cada imagen y afuera las calles polvorientas y el sol quemante de siempre y uno puede agregar a esas imgenes, la del presidente municipal electo en 1824, Don Francisco Monteverde, de origen genovs, divertido al ser confundido por el visitante extranjero, con un viejo espaol. Empezaba esta historia de las artes plsticas en Hermosillo que los viejos ilustres llaman tambin Villa del Pitic era la poca de 1827,cuando la ciudad entr en contacto con el mundo por mejores caminos que iban y venan y aqu se detenan , llegaban comerciantes que transportaban no solo alimentos, ropa, zapatos y herramientas, sino tambin imgenes religiosas y noticias diversas que transformaban el pueblo en ciudad y a Eva y Adn multiplicados en elegantes damas y caballeros que presagiaban la modernidad, era el siglo XIX del gran invento del ferrocarril que extendera la revolucin industrial y hara crecer el ansia colonialista del coloso del norte, decimonnico Gengis Khan que reducira a la mitad el territorio nacional y de pronto con ese histrico y rapaz acto de magia, Sonora quedara como nueva frontera inmediata que trazara los linderos que separaran a los dos pases. Fue as como por rdenes del senado norteamericano vino a Sonora el pintor John Russell Bartlett a fijar los lmites territoriales . Ya que andaba por Nogales y aprovechando el viaje, en los ltimos das de diciembre de 1851, el pintor estuvo en Hermosillo y dedico los dos das finales de diciembre a dibujar y pintar el Cerro de la Campana que estaba all en espera de las antenas de televisa.1

La obra artstica de Bartlett realizada en Hermosillo fue incluida en la publicacin Especial Narrative of exploration and incidents in Texas,New Mxico,California,Sonora and Chihuahua (1854) con el ttulo de Vista desde el Cerro de la Campana, Bartletts west.Drawing the Mexican Boundary. El artista norteamericano se fue y aqu ni se enteraron de donde vino o porque vino. Lo cierto es que Bartlett vino con el encargo tambin de trazar los caminos a todo lo largo de Sonora por donde despus se tenderan los rieles del ferrocarril que seran coincidente continuacin de los que cruzan el estado de Arizona. Tiempo despus, en 1873, por esos usados caminos lleg otro pintor, este s de origen desconocido y se sent a pintar tranquilamente, indiferente al calor, en el sitio que actualmente es la calle Sahuaripa de la Colonia Fuentes del Centenario, frente a la Capilla de San Antonio, que en aquel tiempo tena una torrecita y un puente pequeo hecho con mortero y piedras, al lado norte pasaba una acequia y all lavaban ropa las mujeres. El pintor que artsticamente se firmaba Zinck, reflej todo lo antes dicho en un cuadro, una pintura al leo que dicen los que saben que ahora esta en Nueva York y otros que dicen que saben ms, afirman que es actualmente propiedad de un conocido hermosillense de apellido Gonzlez . Seis aos despus de la visita del pintor Zinck, en 1879, Hermosillo pas a ser el centro y asiento de los poderes polticos y los poderes fcticos como capital del estado de Sonora. En los aos siguientes algunos pintores locales como Rafael C. Romero y Jos G. Segura contribuiran con decoraciones diversas a maquillar el rostro de Hermosillo para que entrara a la modernidad del siglo XX con apariencia de gran ciudad, fue esa la poca en la que un personaje de la noche, el general Lorenzo Torres, asumi la negra funcin histrica de iniciar la implantacin del porfirismo en Sonora; se originaba as la hegemona poltica de Rafael Izabal, Ramn Corral y Luis E. Torres, integrantes del llamado Triunvirato sonorense que de 1879 a 1910 se alternaran en el poder ejecutivo del Estado, al primero de ellos le toc en 1906, terminar de construir la casa de las esperanzas y desesperanzas de Sonora, el Palacio de Gobierno, un edificio al que, segn observ un recin llegado el ao anterior a la ciudad, el pintor Emilio W. Parra .- Le faltaba la torre del reloj.El Maestro Parra fund en 1906 la primera academia de pintura del estado de Sonora y all se iniciaron los primeros sueos con el color y la forma y tambin los primeros esfuerzos de un grupo de jvenes hermosillenses por convertirse en artistas plsticos. El pintor y maestro Emilio W. Parra y sus discpulos cubrieron una larga etapa de casi 30 aos en la produccin2

plstica en Sonora, de hecho Parra se constituye en el primer patriarca de las artes plsticas en Hermosillo, un patriarca que al principio convirti, de alguna manera, sus clases de arte en un escape a la realidad violenta y sangrienta con la que la revolucin mexicana modelaba el nuevo sistema poltico . El grupo de pintores formado por Emilio W. Parra recre una visin idlica, con imgenes intimistas, romnticas y religiosas extradas de estampas europeas de siglos anteriores, paradigma de una anacrnica cultura de importacin que an ahora, mentes colonizadas o globalizadas acogen como propia, ninfas, velos, madonas, encajes y sedas, bosques y montaas nevadas, vrgenes , ngeles y santos, cupidos y escenas bblicas eran los temas que los jvenes artistas hermosillenses de principio del siglo XX recreaban, aislndose de su propia realidad, pero dicen los conformistas de siempre que por algo se empieza y as empez en Hermosillo la enseanza del oficio de la pintura y el dibujo; con un buen pintor que como maestro procur transmitir bien el conocimiento de las artes plsticas, con rigor y pasin, con dominio tcnico y emocin y sobre todo con habilidad para manejar formas y proporciones, atmsferas y densidades, todo esto tuvo sus frutos en una generacin de buenos pintores en los que destacan Carmen Tern, Rosalo E. Moreno S., Romelia y Amelia Burgos, Francisca y Ernestina Romero, Las hermanas Symonds, Eva y Guadalupe Acua, Amparo Leyva, Mercedes Acua, Francisca Urrutia, Lidia Michel, Mara Vidal, Margarita Mendoza, Carmen Valencia y las ahora famosas hermanas Fontes, Mara Emilia y Adelina Fontes Irique, cuya intensa actividad pictrica rebasaba con mucho el ritmo de produccin acadmica impuesta por el maestro Parra. Las hermanas Fontes realizaron sus pinturas en pequeos y grandes formatos, en estos ltimos evidencian un gran dominio tcnico y el uso de diversos recursos pictricos, los que les permitieron sobresalir con su produccin plstica hasta afirmarse como las primeras pintoras sonorenses de significacin artstica trascendente, esto con todo y que eran parte de una generacin de mucho talento artstico, valiosos jvenes que estaban juntos, como estn juntos en la naturaleza el oro y la plata y haran brillar y fortaleceran las races de la cultura sonorense. Mara Emilia Fontes muere en 1936 y dos aos despus desaparece tambin su maestro Emilio W Parra, cuya trayectoria como artista y maestro lo convierte en piedra angular de una tradicin artstica desde entonces ininterrumpida, tradicin y continuidad explicable por el cruce de los astros, por la ley del movimiento continuo, por la causalidad o por lo que usted quiera o guste, pero el caso es que a pesar de las adversas situaciones en las que ha sobrevivido el arte sonorense, ese mismo ao de 1938, en el que muere el maestro Parra, por uno de esos renovados y abiertos caminos llega, afortunadamente para nuestra ciudad, otro gran artista, el maestro , pintor y escultor chiapaneco Francisco Castillo Blanco3

y el 16 de noviembre de ese mismo ao el Congreso del Estado de Sonora aprueba el proyecto de ley nmero 92 de Enseanza Universitaria que dara origen a lo que el poeta Cristbal Ojeda llam atinadamente Blanca Flor Plantada en el Desierto, la Universidad de Sonora, institucin en la que a partir de 1942 se escribiran otras pginas de esta y otras historias. Lic. Enrique Rodrguez Z.Pintor y Escultor Especialista en Polticas Culturales Autor del libro indito Cien Aos de la Plstica Sonorense

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