Artesanas Tradicionales Artes Populares_carlos Alfonso Gonzalez Vargas

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    Aisthesis No. 22, 1989Instituto de EstticaSantiago

    Facultad de FilosofaPontificia Universidad Catlica de ChileChile

    ARTESANAS TRADICIONALES, ARTES POPULARES?En busca de una terminologa clarificadora.Carlos Alfonso Gonzlez Vargas

    MOTIVACINAl revisar algunos textos de diversos

    autores relacionados con las obras plsticaspertenecientes al folklore, se observa quecon frecuencia, no todos los especialistas serefieren a los mismos aspectos cuando intentan llegar a una definicin o a aproximarse a l un que establezca los rasgosdistintivos de lo que es conocido comoartesana tr dicion l o arte popular .

    Del examen de los textos que se indican a continuacin se deducen las referencias que ms adelante ordenamos en unlistado, con el propsito de extr er algunasconclusiones en relacin a la materia quenos interesa:1. CORTZAR, Augusto Ral: Artesa

    nas teora y estmulo en Catlogode la primera exposicin representativade artesanas argentinas Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 1968.Trmino anal izado: Artesana .2. LOMBARDO PONCE, Antonio: E stado actual de las artesanas folklricas de la Provincia de Mendoza , enActas del primer en uentro latinoamericano para la promocin artesanalNeuqun, 1974, pgs. 85-104. Trmino analizado: A rtesana .

    3. ALARCON, Norma; DOMNGUEZ,Juan; GONZLEZ, Ida: Arte Popular Artesanas, Artes Manuales en general Arte Aplicado y Arte Primitivo ,en Arte Popular Chileno. Definiciones,problemas re lid d actual Universi

    dad de Chile, Santiago, 1959. Trminoanalizado: Arte Popular .4. FORTN, Julia Elena: Folklore y Artesana, Instituto Boliviano de Cultura,La az 1976. Trmino analizado: Artesana .

    5. OEA: Carta Interamericana de las Artesanas y las Artes Populares, Washington D.C., 1973. Trmino analizado:Arte Popular .

    6. PLATH, Oreste: R egionalizacin delas Artes Populares Chilenas , en Atenea No.436, Universidad de Concepcin Concepcin, 1977. Trmino analizado: Arte Popular .

    7. DANNEMANN, Manuel: Artesana Chilena, Editorial Gabriela Mistral, Santiago 1975. Trmino analizado: Artesana .

    Listado de trminos aplicados a las definiciones sealadas se indica a qu aspectoespe fi o remiten :Trminos relativos al autor:actividaddestreza,empricacon intencin de tipo personalactividad independiente,de utor intuitivo,que o up su tiempo de ocioel autor no posee educacin sistemticaexpresa su interioridad,satisface ntimas necesidades de expresin.

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    Trminos relativos al conocimiento aprendizaje :transmitido por generacionespor enseanza experiencial de acciones tc

    nicas

    Trminos relativos a la relacin ut robra:empleo de tcnicas,produce objetosmediante labor manualcon apoyo de herramientas,sin organizacin industrial,con tcnicas tradicionales,empricasmanualeso no puramente manualescon experiencia artsticacon experiencia tcnica.

    Trminos relativos a la obra:es funcional,utilitariacon carcter o estilo tpicoson obras plsticasy de otra naturalezason hechos no institucionalizados,expresin espontneaexpresin ingenua,de tipo personalproducto individual,o de un grupo reducidoelaborada por un puebloo una cultura local,o regionalsatisface ntimas necesidades de expresincon materia prima loc lcon cualquier materia primaes un comportamiento de produccin pls

    ticaes un fenmeno funcional,expresin formal,y materialcon races en el pasadotambin de arte popularfuncionalmente satisfactoriaproducto de experiencias artsticas y tcni

    cas que le dan personalidad .

    Trminos relativos a la finalidad de la obra:atiende necesidadessatisface ntimas necesidades de expresintiene finalidad prcticasatisface necesidades humanas, sean utilita

    rias o de arte popular

    Trminos relativos a la relacin autor destinatario y obra destinatario:satisfacen necesidades materialessatisfacen necesidades espiritualesestn acordes con la cultura tradicional,son un conjunto de experiencias que caracte

    rizan a un pueblo y le dan personalidadTrminos relativos al carcter de la obracomo expresin del folklore:empricatradicional,popularfuncional,utilitariade fin prcticoannima .de la comunidadtransmitida por generacionesplstic en cuanto cambia segn regio

    giones o lugares),vigenteherencia de grupos cultos del pasadoelaborada por un puebloo una cultura local,o regionales un conjunto de experienciasque caracterizan aun puebloy le dan personalidades hecho no institucionalizado,expresin espontneaes comportamiento culturales comportamiento de carcter comunita

    rio constituido por la comunidad folk,en la que se produce el usufructo tradicional de bienes culturales por lotanto es un bien cultural

    es conductaforma de vidafenmeno funcional,propioaglutinanterepresentativo

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    pas por un proceso de expansin, seleccin y reelaboracin,

    es obra viva,operante ,a la vez, evoluciona,es expresin cultural,de transmisin directade vigencia colectiva,con variantes regionales,supervivencia debida al espritu conserva

    dor de la gente comn,obras instintivasno son producto de la educacin sistemtica,estn destinadas a la propia comunidad,satisfacen necesidades humanas.Al examinar la variada cantidad de trminos aplicados a las obras de rtes n ode arte popul r por los diversos autoresrevisados constatamos que algunos de sto s son sinnimos u operan como tales: esel caso de e s funcional es un fenmenofuncional es funcionalmente satisfactoria ; otros, aparecen como contradictoriosentre s , como por ejemplo: e s obra viva ,tiende a oponerse con es supervivencia debida al espritu conservador de la gente comn , ya que en cuanto viv implica queposee un impulso que la destina a un ciertocambio y, por lo tanto, no es el productosimple de una accin atvica involuntaria.Al contrario, su vigencia, su vida, le dan suscaractersticas de poseer plasticidad, de sercapaz de adaptarse a las nuevas necesidades a los nuevos t iempos. En otros casos,los trminos se hacen vagos, inconsistentescomo, por ejemplo: son hechos con materiaprima local o con cualquier materia prima obien so n obras plsticas y de otra naturaleza... ; incluso puede observarse en algncaso una especie de visin peyorativa delfenmeno descrito teida de etnocentrismo cultural por parte del autor? Un ejemplo claro parece ser la frase que sindica aeste hacer como supervivencia debida alespritu conservador de la gente omnFinalmente otros trminos parecen no serextensivos a todo el hacer folklrico comola frase que lo seala como herencia degrupos cultos de l pasado , hecho que puede ser negado fcilmente medi nte simples

    ejemplos, como puede ser el de las bordadoras de Isla Negra que, surgidas graciasa una intencin de ayuda por parte de laesposa de un mdico que tena all unacasa de descanso ayuda dirigida al aprovechamiento de pequeos tiempos libres delas mujeres e hijas de los pescadores dellugar ha logrado mantenerse, traspasar lasgeneraciones y proyectarse sobre otros lugares del pas, asumiendo, en cada caso,rasgos caractersticos que los identifican conel rea geogrfica respectiva, con los gruposque all residen, y con las vivencias personales o experiencias grupales

    Es decir lo que pareca regresivo o estacionario, progresa, no tan slo introduciendo pequeos cambios dentro de algnquehacer especfico, sino tambin, generndose nuevas expresiones que enriquecen lasmanifestaciones plsticas regionales

    PREMBULO AL ANLISISMuchos son los factores que concurren

    para que las obras materiales que realiza elhombre lleguen a su forma final definitiva.Muchos son, tambin, los destinos de estasobras: unas se distinguirn por su naturalezautilitaria; otras, por su calidad ornamental ;algunas, por su capacidad expresiva Quhace que posean este o aquel carcter? Sinduda existe una intencin en el creador,quien es , finalmente el que toma la decisiny lleva a cabo la obra y, por lo tanto, estadecisin en el mejor de los c sos determina el resultado Esto es , las obras son comoson, entre otras razones, por efectos de lavoluntad de l autor

    Pero el pro lem no se supera de unamanera tan simple: el autor no es una isla.Vive en una sociedad, con un entorno en elque puede predomin r la naturaleza, con susvariados rasgos de vegetacin y morfologa,o bien en un entorno dominado por lo artificial en el que lo creado por el hombre ejerce su presencia rigurosa y, a menudo, montona . En esa sociedad y en dicho entorno, elhombre recibe un educ cin que puede car cteriz rse por su ser sistemtico o, al contrario, por su espontaneidad

    Los factores ya mencionados, sumados a

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    otros, como, por ejemplo, los lazos con elpasado de su comunidad o nacin, o con last radic iones seculares, modificarn sus obras,desde la necesidad que induce al hacer, hastala forma que asume el objeto creado.

    Desde que se acu el trmino folklore , aunque las obras materiales no constituyeron una de las primeras inquietudes de losestudiosos, se estim que ciertos aspectos dela creacin que nos ocupa corran el riesgode un irremediable proceso de desaparicin,el que se vea provocado por la aparicin dela mquina, afirmndose hasta hoy quee l desmesurado avance de la tcnica en losltimos aos, ha originado un dislocamientode los procesos naturales en las artes empricas Lzaro Flury, en Cerrutti, 1966Pg . 7.).

    Ante una visin tan terribilista , cabepreguntarse si slo el avance en la produccin emedios puede tener una ta n gran incidencia sobre la existencia de determinados productos o, si la asimilacin de algunos de esto s medios cambia las necesidades que originan las formas, o cambian a stas, o, si losmedios son slo eso, algo que permite alhombre, mediante el empleo de tcnicasapropiadas, dominar algunos materiales paralograr un producto cuya pre concepcin esevidente. Agreguemos a lo sealado, comoargumento complementario, que, antes delsurgimiento de la era industrial , los medios herramientas utilizados por artesanos,artfices o artistas de alta especializacinpudieron ser similares a los empleados poraqullos sus contemporneos que, hoy, suelen ser denominados artesanos tradicionales o artistas populares ; sin embargo, ladiferencia se establece en otros aspectos queinciden en el ser de la obra, p. ej.: en los sistemas de transmisin del conocimiento o enla relacin que se establece entre el destinatario y el autor.

    En fin, la creacin que deriva en obrasmateriales asociadas al folklore debe ser estimada de otro modo, diferente al que comnmente se ha empleado. Como primer paso,intentemos instalar esta creacin, adjetivadacon lo s trminos tradicional y popular ,en el mbito general del folklore y, luego, enlas categoras estticas que usualmente son

    aceptadas en nuestro medio, para poderapreciar qu las hace semejantes o diferentesa las consideradas doctas , cultas o educadas .

    /. EL FOLKLORE1. Quiz, en estos apuntes, debiramos

    considerar una breve definicin de cultura , para luego hab la r de folklore , o decultura folklrica . No profundizaremos enello; sin embargo, entregaremos un esbozo,una aproximacin a estos trminos, para poder examinar el problema de la plstica en elmbito del folklore.

    2. En sentido amplio, por culturadel latn: cultivo, cultivar , puede entenderse el ejercicio constante de las facultades espirituales de l hombre y, derivado de ste, elperfeccionamiento de sus frutos obras , ta nto en cantidad como en calidad, mejorando,por tanto, lo que su natural condicin humana por s sola entregara. El hombre, eneste caso, es semejante a un campo cultivado, que produce mejores frutos mientrasmejores son las semillas, el tratamiento de latierra y su posterior cuidado. En esta definicin metafrica, se entiende al hombre comouna buena tierra , pero que requiere deconstante, diligente y cuidadoso tratamiento, para que la vegetacin su pensamiento yobras no crezca disminuida ni en desorden.

    Esta definicin no implica solamenteeducar bajo un sistema estatuido, rgido,sino que hace de la educacin algo permanente y variable en sus modelos, desde unaeducacin intelectual, profesional o tecnolgica hasta la muy sencilla, pero efectiva, educacin que se recibe por la va del ejemplo.La cultura no slo est relacionada conel progreso material, sino tambin y quiz,ms bien con el progreso espiritual. Al implicar un conjunto de elementos formativosrelacionados con lo espiritual y lo material,el desarrollo cultural involucra el reconocimiento de valores, los que, en cuanto tales,se hacen vigentes, encarnndose en el sujetoque la viv Recurriendo a cualquier sistema educativo, el hombre, protagonista de lacultura, t iende a rescatar lo valioso y a renovar o a sustituir aquello que manifiesta ras

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    gos de obsolescencia, ya sea por insuficienciao porque la creatividad humana logra profundizar an ms en las cosas y los seres, ensus identes o en sus esencias

    Por cierto, aunque su trmino polar esla naturaleza , la cultura no la contradicenegndola, sino enriquecindola No se hace cultur luchando contra la naturalezahumana, ni tampoco destruyendo el entornonatural de l hombre, sino perfeccionando a lhombre desde su condicin natural, a suentorno y a las mltiples relaciones que seprodu en entre ambos

    De lo propuesto se deduce que la cultura es viva y que hay diversas vas de conservacin y perfeccionamiento de ella, por ejemplo, se puede lograr mediante la educacinsistemtica, o bien, por el camino ms lentode la renovacin natural, lo que dependerde los medios y mtodos que se empleen para conseguirlo y del mayor o menor acceso aellos, ya sean stos profundamente complejos o muy sencillos

    Podemos resumir estas ideas con el siguiente esquema

    por efecto de la cultura, el hombre, consus potencialidades e inmerso en el medionatural y rodeado de sus propias elaboraciones, se transforma en un hombre consus potencialidades actualizadas, se enriquece a s mismo y enriquece su entorno,perfeccionando, adems, lo que ha elaboradoEste esquema puede repetirse, establecindose un continuo perfeccionamientoespecialmente valioso en lo cualitativo.

    Como ya queda dicho, en cualquier caso, el hombre puede actualizar sus potenciaspor va espontnea o a instancias de un proceso volunt rio de perfeccionamiento, elque, incluso, puede ser planificado de ntemano

    El hombre y sus ideales, las sociedades ysus ideales, en el tiempo, se dhieren v lores particulares, lo s que, en gran medida, dependen de sus conceptos er del cosmos,de su lugar en el cosmos, de su modo de estimar sus rel iones con los dems, de sus conceptos acerca de la vida y de las cosas, de latradicin En fin, las pocas y lo s hombres se

    enlazan con el pasado y proye t n el futurosegn las caractersticas y peculiaridades desu cultura

    Como puede colegirse de lo anterior, enel fenmeno que denominamos cultura seenlazan, una vez ms, razn e intuicin, inteligencia y experiencia, sentimientos y vidaHabra que pensar, partiendo de Max Schel r que cultur es , en esencia, humanizacin, lo que no solamente debe entenderseen cuanto que el hombre se hace ms hombre l actualizar sus potenci s sino, tambin, porque lo que hace manifiesta su humanidad enriquecida y la proye t al entorno, humanizndolo, vigorizndolo

    Conviniendo en todo lo anterior, la cultura abarca mucho ms que el conjunto debienes materiales que posee el hombre y susnormas de convivencia y su mundo de creencias Por el hecho de ser obra humana, abarca todo el mbito espiritual y el material, ensu ms amplio sentido En este entendido, elartefacto, el objeto creado por el hombre oadoptado por ste desde la naturaleza, puededirigirse a satisfacer sus necesidades materiales y tambin sus necesidades espirituales; enambos casos se trata de necesidades humanas, unas asociadas a lo inmanente, otras, alo t rascendente. Por cuestiones de mtodo,nos vemos obligados a separar necesidadm teri lde necesidad espiritual , comotambin a hacerlo con lo inm nente y lotrascendente , aunque especialmente en elprimer caso, las fronteras son siempre imprecisas.

    3. Desde la perspectiva anterior, cuandohablamos de folklore nos estamos refiriendo, tambin, a la cultura en una de sus peculiares dimensiones, la que puede flanquearsepara establecer sus rasgos particulares msrelevantes

    Indudablemente, con slo sealar estepunto se manifiesta la insuficiencia de losprimeros rasgos que William John Thoms estima como los que constituyen la materia deestudio del folklore. Este dice que es el lore , conocimiento, del folk , es decir, del mpesino letrado, circunscribindolo a loque en su poca se designaba como liter tur popul r

    Hoy se piensa, ms bien, en el folklore

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    como una fuerza viva y por ello con capacidad de perdurar Thoms pensaba en rescatar lo que estaba por extinguirse . Estafuerza viv fluye por todos los conductosde la sociedad a la que pertenece y pulsa alritmo de sta. Como algo vivo t iene la capacidad de renovarse pero debido a sus vigorosos lazos con la tradicin y a la fuerza desu arraigo en las diversas comunidades loscambios se producen con lentitud casi inadvertidamente. As e folklore se adapta a lasnuevas condiciones de vida de l hombre y aal hacerlo no slo puede adoptar otra apariencia sino tambin puede adoptar yadaptar formas que no constituan partedel folklore producindose un traspaso deelementos desde otros mbitos de la culturahacia el mbito de lo folklrico es decir seadmite algo que pasa a formar parte de losbienes de un grupo o de la sociedad folk ycomo patrimonio comn llega a hacerse representativo de ese grupo de esa sociedad.En este entendido puede estimarse comoelemento que vincula a los miembros de unacomunidad folk; agreguemos que un elemento integrado a la cultura folklrica es apropi do por la comunidad de un modo integral tradicionalizndose sumergindose enel anonimato de quienes lo cultivan arraigndose en la comunidad pueblo , y pasa atransmitirse de preferencia por va oral opor la va del ejemplo.

    Antes de terminar esta breve revisinparece conveniente advertir a quienes se interesan por el estudio del folklore acerca de unerror que suele cometerse al suponer que lofolklrico se caracteriza por su simplicidad . En efecto sta puede ser una falsaafirmacin. Prueba de ello podra ser porejemplo el canto a lo divino o en lo plstico la existenci de algunas vasijas en localidades como Quinchamal o Pomaire. Nosreferimos a las miniaturas cuya aparienciaefe tiv mentes sencilla pero son e lresult do de un refinamiento en el procedimiento de prep r cin de la pasta por partede las alfareras y a la vez son resultado deun diestro y complejo despliegue tcnico.

    // . A LGUNOS ELEMENTOS QUEPERMITEN CA RA CTER/ZA RLO FOLKLRICOPara poder sealar los elementos que

    permiten caracterizar lo folklrico recurramos una vez ms a los antecedentes de l trmino.

    El temor a que desaparecieran algunosaspectos de la literatura popul r o antigedades popul res indujo a Ambrose Mer-ton cuyo seudnimo de William John Thomslo hace ms conocido a que en la poca delos grandes cambios que provocaba el sbitodesarrollo industrial y la consiguiente concentracin de campesinos en barrios que seagregaron de modo creciente junto a las grandes ciudades publicara una carta en la revista 7776 A thenaeum el 22 de agosto de 846proponiendo el rescate de esa literatura popular que de acuerdo a su punto de vistaestaba condenada inexorablemente a desaparecer. Pero como hemos sealado lo fo lklrico es un lgo vivo y esos elementosque t ienden a perderse tienden tambin aser sustituidos por otros los que asumen sulugar en el mbito que nos ocupa y suelenrevitalizar aquello que se supona perdido.

    Si hacemos un recuento de los efectosque la situacin recin mencionada puedetener sobre el folklore veremos que desdeeste proceso de aceptacin de cambios dearraigo y de adaptacin a l medio que caracteriza lo folklrico o lo que devendr folklrico se desprenden varias de las caractersticas de lo folklrico:

    lo folklrico es dinmico no es algoanquilosado en una sociedad; en cuanto posee la vitalidad de la que

    se ha hablado sufre variaciones segn laspeculiaridades del grupo o sociedad que locultiva; en suma es variable:

    lo anterior permite sealar que es ose hace expresin regional;

    por lo tanto es locallzable;En todas las caractersticas antes mencionadas se advierte implcito un factor quelas determina: lo folklrico es funcional deta l suerte que incluso las caractersticas delmedio geogrfico pueden determinar las v

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    riaciones de una forma y su localizacinespecfica en un rea o regin, bajo una dinmica que la obliga a ditinguirse como formapeculiar y bien diferenciada. Consideremoscomo ejemplo las variaciones que existen enlas diversas formas de carreta que suelenen ontr rse a lo largo del pas, desde la antigua carreta calichera hasta las narrias trineo,birloche) y sus v ri bles en Chilo o enLinares, en Colchagua o en la Regin Metropolitana.

    Ciertamente, lo folklrico responde anecesidades y stas, aunque sean las mismaspara todos los habitantes de un pas, van diferencindose con claridad en un pas comoel nuestro, cuyas caractersticas geogrficas yclimticas inciden o pueden incidir notablemente sobre los hombres que viven endistintas latitudes. Un ejemplo claro puedeobservarse en las respuestas de las tejedorasfrente a la necesidad de cubrirse, que puedemanifestar un hombre que habita en plenodesierto, en el altiplano nortino, en la zonacentral o en la zona austral.

    Otras caractersticas de lo folklrico,usu lmente las ms recordadas y que, por lotanto, no requieren de extensas explicaciones, son:

    es tradicional. Recordemos que latradicin es un valioso factor que da continuidad a una cultura, esto es, es vnculo entr e el pasado, el presente y el futuro;

    es popular, es decir, forma parte delpatrimonio comn de una sociedad, estarraigado en ella y puede estar extensamentedifundido. Aunque parezca innecesario, recalquemos que, en cuanto popular , none es ri mente arranca aplausos y es conocido a todo nivel, como suele suceder con ciertos cantantes de la msica de moda ;

    al ser acogido y al arraigarse en unacomunidad, lo folklrico se hace annimo.Como lo seala Cortzar: el punto inicialde una trayectoria es siempre una m nifestcin o iniciativa individual originaria , pero,con frecuencia, y debido a su efi i funcionalidad bien lograda), la importancia delautor pasa a un plano secundario. Al ser acogida por una comunidad, la obra originalpuede ser modificada, para proxim rse msa los rasgos caractersticos de sta, a los usos

    y costumbres de los miembros de la comunidad de la cual se har representativa;

    lo que hemos sealado recin nospermite destacar otra caracterstica de lofolklrico: es vigente se asimil, propag yentr en funciones). No agregamos que lofolklrico es algo colectivo o socializado , pues estas caractersticas reiteran enotros trminos lo que habitualmente seentiende cuando se habla de que el folkloret iene un carcter annimo , popul r yvigente .

    Otra caracterstica que es destacadaocasionalmente y suele ser olvidada como unaspecto importante entre las caractersticasde lo folklrico es que ste no es un hechoInstitucionalizado: el comportamiento delcultor o cultores no depende de algo estatuido y reglamentado por una normativa escritay especialmente dictada para los efectos desu existencia y uso. Aunque pudiese reconocerse una normativa , sta es consuetudinaria, responde al carcter tradicional de lo fo lklrico y, en virtud de este carcter, es quese dan particularidades regionales, que dina-mizan los hechos folklricos y los hacen reconocibles en su especie. El reconocer unaforma general, a pesar de las variables, depende de las personas, cultores, y no de reglas escritas.

    De esto se desprende que otra de lascaractersticas de lo folklrico puede daarseen la medida en que se pretende ayudar alcultor, o expandir la esfera de influencias deun hecho u objeto, o de aumentar el nmerode cultores. Nos referimos a las modalidadesde transmisin de lo folklrico, cuya vaprincipal de aprendizaje es emprica, es decir, la experiencia de aprendizaje se realizaoralmente y por medio del ejemplo. De larepeticin de lo odo u observado surge sucultivo. De la dinmica propia del ser humano y de la sociedad, su apropiacin y posterior evolucin o sustitucin.

    Quiz como advertencia a quienes consider n necesario ayudar a lo folklrico para que no perezca naturalmente desde unmbito docto , conviene recordar el dichopopular lo s cuidados del sacristn mataronal seor cura .

    En el prendiz je y en el cultivo de

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    una expresin o hecho folklrico, el cultorprocede con plena naturalidad; esto noslleva a advertir en lo folklrico un alto gradode espontane idad .

    Finalmente, ya que nuestro propsitoes buscar una aproximacin a un mtodo deconocimiento de la plstica con carcter fo lklrico, hacemos notar que el cultor recurrea las materias que su medio ambiente le proporciona, en una especie de justo equilibriocon la naturaleza, que refuerza varias de lascaractersticas de lo folklrico ya enunciadas.

    En resumen, ante la pregunta Qu eslo folklrico? , quiz no debamos entrar engrandes disquisicions tericas acerca de ellosino, con sencillez, podramos utilizar lascaractersticas ya sealadas como una especie de t rama que, tamizando las diversas situaciones, hechos u objetos, separa lo folklrico de aqullo que no lo es.

    Es conveniente destacar que lo folklrico no se mantiene por una simple tendenciaatvica, no es una simple reliquia que sobrevive casualmente desde un pasado remoto, ya que su vigencia y funcionalidad en elmbito social o regional al que pertenece loliga vitalmente al hombre. Es tambin deseable rescatar al cultor natural de un tipo deprejuicio que surge del hombre formado bajootras normas, a travs de la educacin sistemtica. Este prejuicio sita al hombre asociado a l folklore en un nivel inferior , de incultura o de no-civilizacin. En este caso, seconfunde la cultura con el mero cultivo de lalectura, con la asistencia a una escuela y conla vida urbana, olvidando que culto esquien se cultiva, y esto puede lograrse desdeuna perspectiva folklrica o desde otras, quealgunos consideran doctas

    Antes de continuar, sealemos otro errorfrecuente en el que incurren muchos autores: al denominar algn aspecto particularde l folklore, como es el caso de la medicinao de las xpr sion s plsticas, deciden unadenominacin que, al ser aceptada como tal,hace incurrir a quien la emplea en el error dedefinir al todo por la parte. Expliqumoslo:si buscamos en un diccionario el trminodefinicin , podemos leer que significa

    proposicin que expone con claridad yexactitud los caracteres genricos y diferenciales de una cosa material o inmaterial .As, definir implica fijar con claridad,exactitud y precisin la significacin de unapalabra o la naturaleza de una cosa . Conestos antecedentes, vemos que, al definir, extraemos las notas particulares que n conjunto nos entregan los datos esencialespara poder reconocer lo definido. Aunquehemos eludido entregar una definicin tajante de folklore , la hemos hecho aproxima-tiva , al fijar sus principales caractersticaslo que, en lgic es vlido . Entre las caractersticas propuestas se cuentan la tradlcio-nalidad de lo folklrico y su arraigo popular.As, si hablamos de m edicina popular , oartesana tradicional ; estamos privilegiando una de las caractersticas de lo folklricoen cada caso, pero, estamos haciendo locorrecto, o slo provocamos con ello unaconfusin que va en desmedro de lo que queremos destacar? Busquemos algn ejemplo:el cido acetilsaliclico, conocido por sunombre comercial de Aspirina , es vastamente conocido y utilizado en nuestro pas;incluso, es vendido en los vehculos de locomocin colectiva, pero, su popularidad ,lo hace folklrico?; por cierto, la Aspirinano se contempla entre los elementos que seestudiaran al analizar la medicina popul ren el entendido de que nos estamos refiriendo a una medicina folklrica ).

    Este argumento lo ha hecho suyo Paulode Carvalho Neto en su Diccionario de Teora Folklrica, en el cual, al analizar algunostrminos, seala que, por ejemplo, Cuentoopular y Cuento Tradicional son un inadecuado sinnimo de Cuento Folklrico pg. 60), o. al referirse a M edicinaopular pg. 143), seala que es sinnimode Medicina Folklrica , agregando posteriormente que se ha consagrado la expresin, aunque es impropia, pues lo popular noes sinnimo de lo folklrico. Difieren, porejemplo, Msica opular de Msica Folklrica

    A lo anterior agrega que Pg. 161 162)lo popular es un hecho no folklrico, demucha aceptacin entre el pueblo... su vidaes radiante, pero efmera. Segn Flix Mol i -

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    na Tllez contin ella es un hecho queencierra lo popular circunst nci l en oposicin a lo popular tradicional de la concepcin de Jijena Snchez y Jacovella .

    Estas observaciones nos han inducido ahacer nuestra la proposicin de Dannemann,quien plantea la necesidad de hablar deplstica con carcter folklrico , evitando,de esta manera, el empleo de trminos concarcter restrictivo, como lo son artesanatr dicion l o arte popular

    En pro de un empleo adecuado de lostrminos, aclaramos, no restringiremos el usode plstica con carcter folklrico o mejor, plstica folklrica ) a lo que se ha designado como artesana rtstic (en sustitucin de los anteriores , puesto que elloconllevara aceptar una nueva y ambigua ctegorizacin esttica Antes bien, preferimoshab lar de artesana, incluso al referirnos a unyugo o una silleta de madera y paja///. LA OBRA PLSTICA FOLKLRICA,SUS CA TEGORIAS

    Los prrafos anteriores ponen en evidencia un realidad importante: en el ampliomarco de la cultura, las obr s materialescreadas por el hombre pueden tener diversascaractersticas, las que les permiten ingresardentro de un criterio clasificatorio en elmbito de lo estrictamente docto (en lacultura del hombre refinado , o en el mbitode lo estrictamente folklrico (en la culturapopul ro tradicional ), posibilitndose,adems, varios grados de aproximacin opureza entre ambos extremos

    Estas obras materiales, adems, puedenapuntar a diversos niveles de necesidad y poseer varias connotaciones que las hacen diferentes y, en cu nto tales, diferenciables, posibles de agrupar segn categoras objetivasEs decir, habr ciertos elementos caracterizantes de tipo esencial, que permitirn deciresto es A, y no es B, C D y, por lo tanto,todos los ejemplares pertenecientes a la especie pasarn a grup rse untos, y lo sB , y D formarn otros tantos grupos Estos tributos sern predic dos comunes a todos los objetos pertenecientes a unmisma categora

    Por razones prcticas, hacemos estasacotaciones, las que se enlazan con nuestraaceptacin de l trmino plstica folklricaen sustitucin de los supuest mente genricos de arte popul ro de artesana tradicion l

    En efecto, en lo referente a la plsticaen general, suele aceptarse la existencia detres categoras estticas bsicas: la artesana, que es obra de artesanos; la ornamntica , que es obra de artfices; el arte, que esobr de artistas (Kupareo, 1964 .Tambin suele haber acuerdo general enque el artesano es una persona diestra en lotcnico, recalcndose que sus obras puedenser repetitivas y que la artesana no tienecomo condicin slne qua non las exigenciasde ser producto original y nico de la inventiva person l de l artesano y, por lo tanto, nodemanda un alto grado de creatividad Sinembargo, es requisito indispensable que laobra sea tcnicamente bien lograda y en loposible plenamente eficiente, en cuantoresuelve la necesidad que la motiva La obradel artesano es producto de uso prctico,funcional, y debe caracterizarse por estarbien hecha.

    Pero, hay objetos que el hombre creacon otr finalidad: atava las formas, con elobjeto de hacerlas ms vistosas y, con ello, petecibles por su belleza formal y eleganciaEl artfice embellece, decora. El orn mentoes algo adicional a la forma y, en cuanto tal,puede agregarse, sustituirse o suprimirse, sincambiar la esencia de lo ornamentado Sinembargo, parece ser una necesidad humanael tener aceso a la belleza forma , por lo quese recurre con frecuencia al artfice, buscando satisfacer ta l necesidad

    La artesana y la omamnt icason, pues,dos categoras bsicas de la obra material de lhombre. Existe una tercera, no menos import nte que las ya mencionadas: es el arteQu procura el artista? Quiz su bsquedaprincip l sea el expresar mediante susobras, crendose un vnculo entre el artistay el destinatario, que va ms all de la buenafactura del objeto, pero que la implica; quetrasciende la belleza formal, aunque puedarequerirla En sntesis, el artista, por mediode la obra, manifiesta y destaca aspectos que

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    involucran lo propiamente humano aproximndose a la esencia de los seres o las cosas,revelndolas en una visin siempre nueva ydiferente.

    Si examinamos el mbito docto y el folklrico, no se advierten diferencias sustanciales entre las obras artesanales creadas en unou otro de dichos mbitos. Igual cosa sucedecon las obras del artfice y el artista Lo quecambia son las modalidades de dquisi in yentrega de conocimientos en la et p de formacin individual y, quiz, en la pre i inde las obras, o en la eleccin de una modalidad de ejecucin de stas, pudieran existirdiferencias de gusto en lo relativo a lo que esformalmente bello y a las modalidades deexpresin Pero, destaqumoslo con claridad: no se advierten diferencias sustancialesque hagan exigible una diversif icacin de la tegoriz in que proponemos, entre lasartesanas doctas y las folklricas, entre laorn mnti docta y la folklrica, entre e larte docto y el arte folklrico. As, quedademostrada la falacia de la bsqueda de unacuarta categora esttica , que ha derivadoen el mal uso y las confusiones que provocanel empleo de los trminos artesana tradicion ly arte popul r y, a la vez, se demuestra la posibilidad de que, en la expresin folklrica, existan buenos artesanos,buenos artfices y buenos artistas Pero, ascomo no son abundantes los artistas de latalla de un Juan Francisco Gonzlez o unaRebeca Matte, tampoco son abundantes losde la talla de un anzanito o una JulitaVera, a nivel de expresin folklrica.

    IV. EL CULTOR Y LAS OBRAS1. Al hacer algunas onsider iones acer

    ca de la ultur y el folklore, pudo advertirseque postul mos una amplia relacin entreambos y que el mbito docto y el folklricotienen un rea fronteriza que no los aisla nilos onvierte en omp rtimientos estancos eimpenetrables desde el uno hacia el otro

    Porque se nterpenetran, uno puede nutrirse del otro, o port r al otro algo de sEn este nivel de apreciacin, slo se advierte n velocidades de des rrollo diferentes,las que dependen, entre otros factores, del

    modo de transm itirse el conocimiento encada mbito y de la calidad de sus lazos conla tradicin. Haciendo un smil entre el folklore y el proceso de la osmosis, podramosconsiderar al mbito folklrico como envuelto en una membrana semi perme ble y fo rmando parte del mbito total de la cultura,de manera que lo docto puede estar rodendolo. El fenmeno de t raspaso de elementosse producir de ta l modo que los procesosde endosmosis y exosmosis se darn a distinta velocidad, dependiendo del carcter deltransmisor y de la cosa transmitida, es decir,de l solvente y del soluto Tambin depender de la concentracin y estructura molecular del soluto similares a la abundancia de laforma que se traspasa y a su nivel de complejidad y de la permeabilidad y selectividad dela membrana, lo que equivale a decir, de lacapacidad de aceptacin o rechazo de losaportes venidos desde el otro mbito, de lacapacidad de una sociedad para protegersede influencias forneas, protegiendo su identidad.

    Como se ve , el folklore, como todo lovivo y parte de un algo mayor, tambinvivo est en constante interaccin con elresto del organismo del cual forma parte,quedando sometido en sus cambios a unaserie de factores externos equivalentes a loscambios de presin y temperatura que pueden modificar el proceso de osmosis), losque pueden acelerar, retardar o anular lavelocidad de cambio Naturalmente, el incremento de formas folklricas en una sociedad depender de la concentracin, estabilidad o labilidad de las formas que lleguena traspasar la envolvente del mbito folklrico desde el mbito docto.

    El delicado equilibrio que involucra laexistencia de un conjunto de variables, en elejemplo que hemos pedido prestado a ciencias como la bioqumica o la termodinmica,nos da cuenta de la complejidad de losfenmenos folklricos y de la existencia demltiples factores que pueden incidir en elenriquecimiento o en el desfallecimiento dealguna de sus manifestaciones, incluyendoel comportamiento de los cultores, de losmiembros de una comunidad folk.

    En rigor, el ejemplo que pedimos a las

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    ciencias nos lleva a pensar que la membranaenvolvente, que imaginamos rodea al folklore , equivale a una especie de muy delgadapelcula, la que no difiere del fenmeno queenvuelve y existe por la sola fuerza de cohesin de ste. As, buscando siempre un smilcon aspectos de la ciencias que puedan ilustrar nuestras ideas, equivaldra a la fuerza detensin superficial, que se explica como elresultado de la atraccin mutua existente entre las molculas de este delicado lquidoque es el folklore.

    2. El cultor natural: en el folklore, cultor n tur les quien vive, piensa y actasegn las normas que la tradicin dicta, normalmente, en equilibrio con su propio entorno

    y, ocasionalmente, en otro similar.El hombre o mujer que crea objetos quepodemos calificar como pertenecientes a laplstica folklrica, aunque pudiera recibiralguna influencia externa, mantiene el uso demateriales, tcnicas, modelos de objetos ymotivos asociados a stos. Adems, da alobjeto su adecuada funcionalidad, es decir,lo liga con la necesidad que lo origina, sea suobra calificable como obra de artesana, deornamntica o de arte.

    Puede suceder que este hombre, por necesidades de demostracin de su hacer, o porsu participacin en ferias de rtes n deba ser re cl sific d o en esas ocasiones pasando a considerarse la demostracin, que esdistinta a la forma en que el propio cultoraprende, ensea o hace, como un acto deproyeccin del fo lk lo re h ac ia el mbitodocto, de modo que el cultor acta impropiamente como ta l y, ms propiamente, como intrprete .3. El intrprete: de hecho, hay personasque, desde el exterior de l mbito folklrico,es decir, desde una perspectiva docta, analtica, lo observan y proyectan con la mayorfidelidad posible, ctu ndo como vehculovinculante entre lo folklrico y lo docto. Esta s personas que, generalmente, viven bajolas normas del mbito docto, suelen aproximarse al cultor natural, p r dquirir de steel conocimiento de las p rticul rid des de sucreacin plstica, ya sea por medio de la observacin, o interrogando al cultor acerca desta. Tambin, pueden aprender de otras per

    sonas que se dediquen a una actividad deproyeccin, similar a la que l realiza e, incluso, aprender mediante la actividad analtica efectuada sobre piezas concretas.

    La pureza de su obra, aunque no alcanza el grado que posee la del cultor natural,puede ser alta. Todo estar condicionado poiel respeto a los modelos de objetos y a losmotivos que pudieran asocirseles, a losmateriales, las tcnicas y la funcionalidadpropia de los objetos.

    Una diferencia fundamental entre unapieza creada por un cultor natural y otra hecha por un intrprete , reside en que elobjeto creado por este ltimo es mostrativode una realidad pre existente e intenta mantener los rasgos con los que fue conocido porel intrprete, es decir, puede fijar un modeloy unos motivos que el cultor natural podramodificar en cualquier momento, debido auna necesidad interna. Curiosamente, el intrprete, tambin por una necesidad interna,la fidelidad con el original conocido, trata demantenerlo inalterable. Por otra parte, nodebemos olvidar que la pureza de la obradepende no slo de la forma, sino tambinde su funcionalidad, la que la asocia con unanecesidad humana que impulsa la creacin yque esa necesidad surge del medio en que elcultor desarrolla su labor, razn que es muydiferente a la que motiva al intrprete.

    Por ltimo, en su afn de mostrarnosuna realidad observada por l mismo, el intrprete puede modificar los materiales y lastcnicas, elaborando un objeto que se ciaperfectamente a la morfologa externa delmodelo, que sugiera su funcionalidad tambin a la perfeccin pero que, en la realidad,no logre cumplirla. Por ejemplo, que imiteuna olla cazuelera de Quinchamal, una deaqullas que t ienen la forma de una gallinaech d en su nido tapa y olla, respectivamente pero que, debido a que no cuentacon greda ni sabe quem r un tiesto, lahace en yeso, pintando la superficie conbetn negro y dibujando los motivos contempera blanca.

    4. El aplicador: por ltimo, pude existi r y, de hecho, se los suele encontrar confrecuencia en ferias de artesana , un vastocontingente de personas que, habiendo cono

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    cido algn objeto, o la obra de proyeccinde un intrprete, o el trabajo y la obra de uncultor natural, realizan una creacin personal,bajo patrones que se cien en parte a las caractersticas de las obras pertenecientes alfolklore y, tambin en parte, se dejan llevarpor los gustos y la moda imperante. El aprendizaje pueden realizarlo de muy diversos modos, desde los estudios sistemticos desarrollados en escuelas de bellas rtes o de arte s aplicadas , hasta la observacin profunda, u ocasional, del t ra b ajo de un cultor; incluso, pueden aprender las tcnicas estudiando en libros especializados El resultado fina de su obra puede tener alguna relacincon los modelos originales, pero pueden percibirse cambios formales y funcionales, adems de cambios en los materiales y tcnicasusadas

    5. Como lo sealamos en el captuloLa obra plstica folklrica: sus categoras ,fuera de l mbito folklrico pueden trabajarartesanos, artfices y artistas, los que destinan su obra, de preferencia, a un pblicodocto. Estos usan libremente de formas, materiales y tcnicas, creando formas nuevas,buscando el cambio, lo distinto, incluso dejndose llevar por la moda o establecindola,segn su capacidad creativa Aceptarn sugerencias de cambios lo que comnmente noacepta el cultor natural , pues nada les ataa la t radic in.A modo de resumen, podemos decir queaqul que no es cultor natural puede proceder segn los siguientes esquemas de conducta:

    el intrprete observa y proyecta confidelidad, con objetividad Hace una demostracin de un objeto X , contribuyendo a darlo a conocer, difundindolo; el aplicador toma un objeto X como motivo de inspiracin; hace arre los de ste, lo que da por resultadodiversas versiones Xa Xb, Xc,...Xn),de manera que un observador puede remontarse al objeto original, advierte elsello personal del autor, los cambios queson produ to de la re elaboracin de eseobjeto original; el artesano, artfice y artista doctopuede no interesarse en las obras perte

    necientes al folklore, creando bajo diversos principios, generalmente con arregloa cnones de t ipo universal, haciendouso de los aportes que la tecnologa lepone a su disposicin.

    V. LA OBRA PLSTICA EN EL MBITOGENERAL DEL FOLKLORESegn lo propuesto en los captulos an

    teriores, el folklore es cultura y, como tal, serelaciona con todos y cada uno de los aspectos del conocimiento y del hacer humanos,tanto los relativos a las urgencias de tipomaterial, como los que derivan de urgenciasespirituales, de las sociedades y de las personas que, como individuos, las componen Dadas estas caractersticas, en el folklore se asocian urgencias y respuestas en varios nivelesde complejidad, generando una cadena deasociaciones necesidadsolucin funcional,que puede abarcar desde las normas de convivencia, pasando por la minga y su sentido de darse solidariamente, por los juegosinfantiles, o por la observacin de la naturaleza para saber apreciar la poca precisa parallevar a cabo una determinada faena agrcola,hasta el anlisis de elementos agoreros o eluso de un tipo de vestimenta o de utensiliosdomsticos.

    Bajo esta visin, el folklore alude y serelaciona con todos los logros y aspiracioneshumanas, para enfrentarse a las variadas condiciones que puede presentar el simple hechode vivir De acuerdo a esta realidad, puedenexistir muchas proposiciones de clasificacindel folklore. A continuacin, exponemosuna de ellas, del autor espaol Manuel deHoyos y Sainz, quien hace cinco grandesgrupos, delimitando reas generales en lasque ubica, por afinidad, los diversos aspectosespecficos de l folklore:

    1. Lo relativo a las ciencias: empleo denmeros, pesos y medidas; conceptos acercadel universo, la tierra y la vida; la higiene, lasalud y la medicina; las plantas y animales,etc

    2. Lo relativo a la s creencias: magia, mitos, ritos, supersticiones, brujera, religiosidad, etc3. Lo relativo al sentimiento y expre

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    sin: el lenguaje, la literatura: cuento, leyendas, adivinanzas, refranes, narraciones; lapotica; la rtmica msica, danza; la plstica; los adornos.

    4. Lo relativo a la sociabilidad: organizaciones sociales, costumbres familiares, colectivas, normas de convivencia, relacioneseconmicas, fiestas y juegos.

    5. Lo relativo al trabajo y vida material:casas, utensilios domsticos, ajuares, aperos,transporte, mtodos de trabajo, alimentacin, industrias.

    A pesar de que la proposicin es ordenada, podra ser necesaria una revisin de ella,puesto que varios aspectos plsticos son susceptibles de clasificar en dos o ms rubrosgenerales y en varios aspectos especficos,segn los intereses de quien estudie la pieza.Por ejemplo, supongamos, una mscara empleada por un miembro de una diabladaen la fiesta religiosa de la Tirana. Podra hacerse su estudio bajo el rubro Creencias ,en los aspectos de religiosidad , ritos ,mitos ; bajo Sociabilidad , en organizaciones soci les y, quiz, en fiestas ; en lorelativo a sentimiento y Expresin , bajopotica , si se consideran los versos desaludo y despedida a la Virgen, etc. Tambin, bajo plstic y adornos , en el mismo rubro. Finalmente, podra analizarse lamscara y los ajuares bordados con que sereviste el danzante en el rubro Trabajo yVida Material

    Otra proposicin planteada como unEnsayo de clasificacin del folklore segnsus funciones elementales , de los autoresBarros y Dannemann, puede resolver algunosde los problemas que se advierten en la anterior. Examinmosla:

    ESPIRITUAL:Amenizadora

    Recreativa danzas, canciones, cuentos, etc. .

    Ldica juegos deportes).Entretenedora de simple pasatiem

    p Bebidas tabaco, etc. .Religiosa (explicacin de la divini

    dad, comunicacin con ella .Interpretativa

    Racional: conocimiento emprico del

    hombre y la naturaleza. Su aplicacin.

    Imaginativa: mitos, leyendas, supersciones creencia y prctica)Comunicativa

    Lenguaje: oral, escrito...De ordenacin y vinculacin sociolgicaRelaciones de los miembros que cons

    tituyen una comunidad folklrica.MATERIAL:

    AlimenticiaComidas y bebidas.

    IndumentariaUtilitaria

    OficiosArquitectura: habitacional y no habi-

    tacional.Medios de transporte.

    Efectivamente, como lo destacan susautores, los comportamientos folklricossuelen ser de gran complejidad ya lo habamos advertido al analizar la proposicin anterior), ya que los fenmenos no son aislados, sino que se caracterizan por la simultaneidad en la aparicin de variadas manifestaciones del folklore. Con esta acotacin, susautores reconocen impl it mente quepuede haber ocasiones en que varias alternativas se superpongan, pudiendo llegar a crearse situaciones difciles de manejar por partede l estudioso que analiza el hecho en cuestin, sobre todo, si se trata de una personainexperta. En dicho caso, quiz, su errorparta de no estimar que, como base metodologica, en toda taxonoma parece apropiado que la fundamentacin se asiente sobrecriterios epistemolgicos que reflejen una je-rarquizacin y, por ende, se aprecie unaaxiologa tras la proposicin, hecho que noexcluye la posibilidad de establecer relaciones mltiples entre los diversos componentesconstituyentes de los hechos folklricos clasificados

    Esta disquisicin surgi al tratar de aplicar el esquema propuesto para hacer una distincin clara entre dos t ipos de alfombras: a)Una alfombra monocroma, tejida con unatcnica elemental, consistente en el simplepaso alternado de lo s h ilo s d e trama por en

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    tr e los de urdimbre b Una alfombra elaborada mediante la llamada tcnica de nu osknotted pile technlque), de la que puedenresultar variadas figuras de mltiples colorestcnica del chauntuco , de alfombras depelo , de alfombras con flecos ). En nuestros estudios hemos constatado que es insuficiente analizar estas ltimas slo bajo el aspecto material -utilitario clasificndolas enoficios y que, por efectos de los diseosgrficos, colores y tipo de tejido, pueden relacionarse con ms propiedad con el aspectoespiritual comunicativo y, desde dos ngulosdiferentes, con el aspecto espiritual imaginat ivo: uno, por la asociacin de la grfica cone l mundo mtico, el otro, con el mundo mgico en cuanto la alfombra puede asociarsecon ritos propiciatorios o impetratorios).

    Por el momento, dejamos a criterio delos estudiosos el empleo de una u otra proposicin de clasificacin del folklore, sugiriendo sol mente que en las descripciones yanlisis a realizar establezcan una escala devalores que opere en todos y cada uno de susanlisis como patrn comn.

    Hacemos hincapi en estos planteamientos, pues la plstica folklrica se liga con muchas otras y muy variadas manifestacionesdel folklore. A ttulo de ejemplo, acotemosque algo ta n sencillo como son las asas deunavasija de greda pueden hablar al estudiosode muchas particularidades del objeto y noslo de l hacer plstico , del oficio delautor, de variantes tcnicas y de los porqude estas variantes, las que en aparienciaslo responderan a algo similar al ta n voluble capricho de artista . En efecto, ya lapresencia o ausencia de ellas puede implicardiversidad de usos del objeto. Tambin eltamao, forma, angulacin, nmero y ubicacin nos sealan diferencias en usos y costumbres, no slo del manejo de los utensiliosen el marco de lo domstico, incluyendo sualmacenamiento ordenado; adems, puedendar noticias acerca de la economa predominante entre sus usuarios, igualmente, de lacalidad y cantidad de los alimentos a ingerir,de lo s sistemas de coccin, etc. Desde otraperspectiva, pueden observarse las asas comoel producto meditado, resultado de un anlisis de resistencia de los materiales al peso y

    la traccin y, por consiguiente, nos remiten auna meditacin del autor acerca de la relacin forma funcin, buscando la proporcin, ubicacin, nmero y angulacin msapropiados para un uso determinado, lo queredunda en una cuidadosa seleccin de losmateriales y en la adecuacin de las tcnicasdel armado de la vasija a esas finalidadesfuncionales.

    VI. ELEMENTOS QUE SE DEBENCONSIDERAR EN CONJUNTO PARALA REAL IZA CION DE UN ANAL IS ISFORMAL

    Algunos autores, al definir la plsticacon carcter folklrico arte popular , artesana tradicional , etc.), no centran su observacin tanto en los objetos y su destino, oen su s autores y destinatarios, como en otrosdetalles que, a nuestro juicio, aunque importantes, debieran ser considerados complementarios, como es el caso de las caractersticas del lugar fsico donde se elaboran losobjetos. Olvidan, con ello, que no es el tallerel que define al objeto: es la voluntad delhombre, antes que nada.

    Considerando que es conveniente conocer antecedentes acerca del taller o, mejor,acerca de l rea o lugar fsico donde se lleva acabo el trabajo; de evaluar la habitual sencillez o poca especializacin de las herramienta s empleadas, incluso el carcter improvisado de stas, llegando a ocuparse como herramientas materiales de desecho trozos deplantillas plsticas de l tipo de calzado llamado vulgarmente hawaiana , en sustitucinde un casco de calabazo, para pulir d e mat piezas alfareras, por ejemplo); o de estimar la casi nula diversificacin entre los distintos aspectos de l trabajo y quin es el amado a realizarlo; o que, por norma general,no existe en estos casos una relacin deempresario -operario no puede soslayarseque el conjunto bsico de fac tores que debentenerse en cuenta al realizar el anlisis formalde un objeto est constituido por:

    1. El objeto es creado porque existe unaurgencia que lo requiere, una necesidad quesolicita su existencia. Esta necesidad puedeser material, por ejemplo: la necesidad de

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    conservar alimentos o la de protegerse contralas inclemencias del t iempo.

    Dada la necesidad, el hombre puede buscar, imaginativamente, un modelo de objetoque opere funcionalmente, como respuesta

    2. Para conseguir resolver el problema,debe buscar el material adecuado, que facilite la solucin de la necesidad por ejemplo,greda, para el primer caso, alguna fibra, parael segundo

    3. Para elaborar el material se requieredel tratamiento especial de ste, es decir, deuna tcnica; en el caso de las fibras, para llegar a crear un objeto textil, se comienza porla extraccin , pasando por su limpieza, hilado, teido, armado del bastidor o telar,para, finalmente, realizar la labor de tejidopropiamente tal. El trabajo con la greda requiere, igualmente, de varios pasos tcnicos,desde la extraccin y limpieza de los materiales, la preparacin de las pastas, el armado de la vasija, las distintas fases de pulido,la etapa de secado, la preparacin y realizacin de l quemado de las piezas

    4. Pero, cualquier o jeto puede asumirformas variables, lo que hace imperioso parael destinatario y el cultor llegar a una formaestable, a un modelo de objeto que aseguresu efectividad

    5. Sin embargo, la efectividad puede llegar a ser muy baja o puede lograrse una graneficiencia de l objeto Este dato se logra alcotejar su funcionalidad con la necesidad quegenera la bsqueda que realiza el autor Eneste ltimo punto se encuentran el destinatario y el creador, llegando a valorarse, excepcionalmente, algunos creadores por su calidad y destreza en la ejecucin, por la calidadde sus modelos Por otra parte, el modelo deobjeto puede satisfacer no slo a un individuo, sino a todas las personas miembros deuna sociedad, convirtindose, de este modo,en factor que caracteriza al usuario y que,localizando regionalmente a l objeto, lo dist ingue de sus congneres de otras localidadeso reas.

    Todos estos factores, como se propusoen 1 , responden a necesidades materialesPero, una olla de Quinchama no necesita deornamentos incisos, rellenos de un pigmentoblanco, para hacer ms digerible o sabroso lo

    que en ella se ha cocinado As, no debe seruna urgencia material lo que motiva esos diseos que se destacan en blanco sobre el negro brillante de la olla Igual cosa podradecirse, a lo mejor, de las labores que pueden adornar un chamanto doihuano, o delconjunto de personajes de greda pintada quedan vida a un uasimodo de Talagante y,mucho ms, de una alfombra de Piedra Azul,en Llanquihue, o de un poncho de Cholchol.

    En realidad, lo que motiva est s figurasasociadas a diversos modelos de objetos sonurgencias de tipo espiritual, ya sea una bsqueda de belleza formal que engalana alo jeto y al usuario, o bien, una bsqueda decarcter expresivo, ya sea de lo s sentimientosdel grupo en que el objeto se cultiva, ya delos sentimientos personales del cultor, losque se esconden en los motivos, en su organizacin, proporcin, modo de asociarse a losobjetos, etc

    Se produce as una duplicacin del esquema desarrollado en los cinco puntos anteriores, est lecindose una relacin simtricaentre los factores relacionados con las urgencias materiales y aqullos que se relacionancon urgencias espirituales, como se puedeobservar en el grfico que se agrega poco msadelante, ya que: La necesidad espiritual,2. tiende a generar un visible refinamiento

    o cambio de los materiales empleadospor el cultor hilos especiales, para unchamanto doihuano) .

    3. Lo anterior involucra cambios tcnicospara adecuarse al manejo de lo s nuevosmateriales o de la nueva condicin quedquiere el refin miento del materialempleado para resolver slo urgencias detipo material

    4. Todo lo nterior se debe al deseo de permitir la asociacin de los motivos seleccionados signos) con el modelo de objeto sobre el cual se imponen.

    5. Logrado lo anterior, se espera que elconjunto satisfaga la nueva funcionalidad que se le agrega al objeto, sin desplazar a la primera , sino que enriquecindol elevando su valor

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    En la plstica folklrica, esta nueva funcionalidad espiritu l puede redundar, yasea en valores de ornamntica, ya en valores expresivos, cuyos modos de significaroperan con diversos t ipos de smbolos. Estosantecedentes nos permiten suponer que lasrespuestas asociadas a slo urgencias materiales son la materia especfica del trabajo deun artesano folklrico, de preferencia. Porotra parte, aqullas relacionadas con urgencias espirituales seran la materia especfica^ tambin de preferencia de artfices y deartistas folklricos, empleando las categorasque propusimos en el captulo pertinente.

    NECESIDAD 1

    FUNCIN

    MODELO DEOBJ ETO

    MAT.

    MOTIVOSIGNO

    FUNCIN 2

    TECN. 2