Artigo2 - Hauke Brunkhorst - Importante

download Artigo2 - Hauke Brunkhorst - Importante

of 4

Transcript of Artigo2 - Hauke Brunkhorst - Importante

  • 7/25/2019 Artigo2 - Hauke Brunkhorst - Importante

    1/4

    185

    v Profesor titular del Departamento de Filosofa de la Universidad de los Andes, Colombia. Correo electrnico: [email protected]. Traduccin del

    entrevistador.

    HaukeBrunkhorst pertenece a esa tradicinde autores europeos con slida formaciny diversidad de intereses. Cuenta con estu-dios universitarios en literatura alemana,filosofa, pedagoga y sociologa en las

    universidades de Kiel, Friburgo y Frncfort. Desde1996 se desempea como profesor de sociologa en laUniversidad de Flensburg y actualmente ostenta loscargos de director del Instituto de Sociologa y directorcientfico del International Institute of Manage-ment en la misma universidad. El libro Soli darit t. VonBrgerfreundschaft zur globalen RechtsgenossenschaftSolida-ridad. De la amistad ciudadana a la sociedad coopera-tiva global (Frncfort: Suhrkamp, 2002) dio a HaukeBrunkhorst notable visibilidad en el mbito europeoy anglosajn como gran conocedor del tema que nosinteresa. Entre otros libros, el profesor Brunkhorstha publicado en la prestigiosa editorial Suhrkamp deFrncfort: Demokratischer Experimentalismus(1998) Expe-rimentalismo democrtico; Recht auf Menschenrechte

    (1999) Derecho a los derechos humanos , junto conWlfgang R. Khler y Matthias Lutz-Bachmann; DasRecht der Republik (1999) El derecho de la repblica,junto con Peter Niesen; y Globalisierung und Demokratie:Wirtscha ft, Recht, Medien (2000) Globalizacin y demo-cracia: economa, derecho y medios. Igualmente, hainvestigado y publicado sobre Theodor Adorno (1990),Hannah Arendt (1999) y Jrgen Habermas (2006).

    Segn las investigaciones de Brunkhorst, en elconcepto moderno de solidaridad confluyen dos tradi-ciones histricas convergentes, la judeocristiana de lafraternidad y la republicana de la cooperacin cvica.De la solidaridad han tomado fuerza las masas para sumovilizacin social, pese a estar sujetas a un progre-sivo proceso de individualizacin. El concepto hamantenido la elasticidad suficiente para impedir laruptura del lazo social a consecuencia de la crecientefragmentacin social. En su libro de 2002 Brunkhorstreconstruye los puentes que permiten comprender la

    Solidaridaden la historia de Occidente

    Por Rodolfo Arangov

    DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res46.2013.17

    Entrevista a Hauke Brunkhorst

  • 7/25/2019 Artigo2 - Hauke Brunkhorst - Importante

    2/4

    Revista de Estudios Sociales No. 46 rev.estud.soc. Pp. 216.ISSN 0123-885X Bogot, mayo - agosto de 2013 Pp. 185-188.

    186

    evolucin de la solidaridad desde la amistad aristocr-tica entre los ciudadanos de la Repblica y la coope-racin igualitaria entre judos y cristianos en la vidacomunal hasta la inclusin de los extraos o ajenos enlos Estados constitucionales modernos. En la actua-lidad, sostiene Brunkhorst, la solidaridad demo-crtica se perfila como un concepto medular para laestatalidad nacional y la globalizacin (2002, 2).

    Las tesis de este autor sobre solidaridad y democraciacontrastan con la comprensin liberal de la democracia,para la cual es central el principio de mayoras, y la soli-daridad resulta superflua o una mera coletilla cambiantesegn el color poltico. En oposicin a esta concepcindeflacionista de la solidaridad, Brunkhorst defiendela tesis segn la cual desde la modernidad la solidaridadse encuentra vinculada conceptualmente con la demo-cracia (2002, 7). La solidaridad, al trmino de un largoproceso de estilizacin de las ideas polticas, impregna elentendimiento moderno de la democracia, en contrastecon la antigua comprensin asociada a la pertenencia acomunidades de amigos o a una lite ciudadana. Segneste autor alemn, las ideas vigentes en 1789 dotaronal postulado cristiano de la fraternidad de una formapoltica que involucra a todos los destinatarios del podercomo actores de su propio destino. De la fraternidadse deriva, en un contexto secularizado, la autolegisla-cin (2002, 7). La perspectiva de Brunkhorst permitecomprender por qu Kant traducir el tercer postuladode la Revolucin Francesa, enSobre una paz perpetua(1795),como la dependencia de una nica legislacin comn.La comprensin moderna del concepto de la solidaridadhace posible pensar en un mundo cosmopolita que recu-pere el vnculo interno entre solidaridad y democraciasupra- y transnacional, alternativa a los proyecto de lademocracia liberal y de la globalizacin econmica.

    Rodolfo Arango (RA): Qu deberamos entender (hoy)por solidaridad?

    Hauke Brunkhorst (HB): Dara la misma respuesta quepresent en mi libro sobre solidaridad en 2002 (traducido en2005 al ingls).1En dicho lugar argument que el conceptode solidaridad est vinculado categorialmente al legisladordemocrtico. La solidaridad no es un asunto del Estado dederecho; tampoco, de derechos humanos, ni es una cate-gora que venga a complementar o a expandir la demo-cracia; ms bien, la solidaridad es un asunto que concierne

    1 Solidari ty. From Civic Friend ship to a Global Legal Communit y. Cambridge Londres: MIT Press, 2005. (N. del T.)

    por excelencia al legislador poltico. ste fija legislativa-mente el ms o menos de las prestaciones solidarias(Habermas) segn el parmetro de los intereses mayorita-rios. Marx, por dems, tambin vio este punto central dela misma manera al confrontar la magra Magna Chartade la jornada laboral establecida por ley la cual, comopolitizacin de la lucha de clases (lucha por una ley parla-mentaria), es producto de la solidaridad (los trabajadoresunidos por las cabezas) con el ampuloso catlogo de losderechos humanos inalienables. No es que tengamos algocontra los derechos humanos (incluso los derechos de latercera generacin), pero ellos pasan de largo el tema sobreel que aqu se trata.

    RA: Qu diferencia existe entre la solidaridad y lafraternidad?

    HB:En el concepto de solidaridad confluyen dos grandesrevoluciones jurdicas europeas que se iniciaron con larevolucin del papado en los siglos XI y XII: el sentidoliberador y emancipador del derecho (identificado con elCorpus Christi universal) se enlaza con su sentido polticorepublicano genuino, que desde entonces se entiende comoautonoma legislativa (incluso el papa es promovido en eseentonces a Legislador!). En los conceptos de fraternidad(judeo-cristiano) y de solidaridad (romano republicano)confluyen finalmente los dos eplogos (en cuanto revolu-cin social y republicana) en un mismo concepto polticojurdico (as como es el caso con el concepto de Legislador).

    RA: Est la solidaridad incluida en el concepto dejusticia, siendo el concepto de solidaridad por lotanto superfluo?

    HB: Es una pregunta difcil. Ambas dependen estrecha-mente la una de la otra, de forma que no puede haberjusticia sin solidaridad ni verdaderasolidaridad (en el sentidode Hegel), sin justicia (en contraste con la falsa solidaridadpresente en la mafia o en los comits internos estalinistas,con sus diversas variaciones). En Rawls el primer prin-cipio de la justicia (igual libertad de todos) corresponde ala justicia, y el segundo, a la solidaridad, pero la prioridaddel primero es problemtica. Considero errnea cualquierjerarquizacin, por ejemplo, segn el formato de primerolos derechos liberales de libertad, luego los polticos y, alfinal, si todava queda aire, los derechos sociales y la soli-daridad. Por otra parte, el concepto de justicia poltica enRawls es prcticamente indistinguible de la verdaderasolidaridad. La justicia, en sentido estricto, slo puede refe-rirse a deberes recprocos universalizables. En principio,es indisputable ya hace tiempo, puesto que est incluidaen la regla de oro (lo que no quieras que te hagan a ti, no

  • 7/25/2019 Artigo2 - Hauke Brunkhorst - Importante

    3/4

    Solidaridad en la historia de Occidente

    Rodofo Arango, Hauke Brunkhorst

    187

    Debate

    se lo hagas a otro), que desde los siglos VIII a II a. C. (eraaxial) se reconoce en las altas religiones y en las doctrinasfilosficas (como mnimo) de todo el mbito euroasitico,y se articula en muchas variantes. La frmula kantiana dela ley ha dotado a la solidaridad de una forma moderna ymetodolgicamente confiable, a partir de la cual desdeentonces de nuevo, en muchas variantes se estiliza yse mejora con xito. De este modo, el imperativo categricotambin sobrevivi, casi intocado, el paso de la filosofade la conciencia a la filosofa del lenguaje de los siglos XXy XXI. Por cuanto la solidaridad tambin involucra unaexigencia general, su diferencia con la justicia es tan sloque la justicia deletrea afirmativamente lo que ha sidoexperimentado antes como una crasa injusticia. El puntode partida negativo en el sense of injustice (BarringtonMoore) es determinante para la apelacin a la solida-ridad universal, en la cual la injusticia sentida y sufridase transforma en una pretensin jurdica. Tal apelacin esproftica en el mejor sentido, no ya de la prediccin, sinodel pre-decir prctico y poltico: la anticipacin normativade mejores relaciones. Para que con ello tambin funcionecomo derecho (a saber, como derecho positivo), se requierela diferenciacin funcional de un sistema jurdico profesio-nalizado, an no conocido por la Antigedad y que vendraa configurarse en Europa slo hacia los siglos XII y XIII, yse diferenciara plenamente con posterioridad a la poca delas revoluciones atlnticas (siglo XVIII).

    RA: En qu relacin estn solidaridad y democracia?

    HB:Es una relacin muy estrecha, como ya afirm arriba,tan estrecha que no deseo hacer mayor distincin entre ellay la democracia radical (o socialismo democrtico), cuyafuerza comunicativa est atada al poder del Legislador. Ental sentido entiendo tambin la democracia segn JohnDewey y el expansionismo democrtico, slo que Deweyno se ocup demasiado por su plasmacin institucionalen las formas de una solidaridad orgnica (Durkheim),que tienen hoy en da que referirse a poderes orgnicos enlos mbitos nacional, inter-, trans- y supranacional. Perosin duda Dewey tena razn cuando resaltaba la idea delcontrol (dominacin) del sistema capitalista mediante unpoder democrtico, y con ello (en muchos de sus escritos),la estrecha relacin entre la igualitaria democracia demasas, propia del siglo XX, y la idea socialista de la sociali-zacin (Vergesellschaftung) de los medios de produccin.

    RA: Es la solidaridad un concepto emprico (porejemplo, un sentimiento, como en Rorty), norma-tivo (por ejemplo, un mandato o principio, como enHabermas) o ambas cosas (por ejemplo, un conceptotico denso, como en Putnam)?

    HB: De hecho, es todo esto; el uso corriente delconcepto de solidaridad es bastante amplio, y contraello no hay nada que objetar. No obstante, yo pondrael acento en el derecho positivo, en los derechos posi-tivos y su legitimacin democrtica.

    RA: Segn su opinin, qu rol debera tener la soli-daridad en las actuales relaciones (morales, polticas,

    jurdicas) en el contexto mundial?

    HB: Debera tener un rol mucho ms amplio que elactual. Acabamos de presenciar el mayor y ms exitosointento de campaa de insolidaridad por ms de treintaaos y con dimensiones globales, la que an no ha termi-nado. Tomemos slo el ejemplo de la Unin Europea. Alos pases (relativamente) pobres del sur se les imponedesde fuera una poltica de austeridad, que los empujams y ms hondo en una crisis deflacionista muchasveces, incluso, acompaada del correspondiente gobiernotecnocrtico, y puesto que carecen ya de una monedapropia, a los pases pobres se les ha sustrado la ltimaarma con la cual podran defenderse de las grandes injus-ticias en el reparto de la riqueza entre el norte y el sur, asaber, la devaluacin de su moneda. El derecho europeoest, sin embargo, en su contra. Esto no es mucho, dadoque en trminos jurdico-positivos est casi completa-mente sin construir, pero no es nada (Hegel). De hecho,los tratados de la Unin Europea siguen prescribiendomultiplicidad de deberes jurdicos de solidaridad. Pero deello no se ocupa el norte rico (aun cuando s el TribunalEuropeo de Derechos Humanos, con respecto a lo cualSonja Buckel ha presentado recientemente su escrito dehabilitacin). Lo que les queda a dichos pases pobresy a sus trabajadores, al ejrcito de desempleados quecrece dramticamente y a las grandes mayoras traicio-nadas por sus clases dirigentes y el poder hegemnicodel norte es la extensin de la solidaridad en una luchade clases transnacional. Slo mediante la lucha conjuntade los sindicatos sureuropeos (y luego la apelacin ya noineficaz a la solidaridad de los sindicatos del norte) esposible realizar, por ejemplo, la necesaria e imperiosamagra Magna Charta (Marx) de un subsidio europeode desempleo. sta es una tarea monumental, y la proba-bilidad de fracaso es alta. Pero no existe de hecho alter-nativa, si no queremos caer al estadio de la nacionalistay, por sobre todo, regionalista destruccin de todas lassolidaridades. Con ello, la situacin de Europa no es deltodo diferente a la del resto del mundo globalizado, enel cual se ha impuesto un capitalismo agresivo, fundadoen el fundamentalismo neoliberal y organizado por ellaw and economics,en lugar de ser gobernado por el law anddemocracy. Las relaciones entre el norte y el sur en Europa

  • 7/25/2019 Artigo2 - Hauke Brunkhorst - Importante

    4/4

    Revista de Estudios Sociales No. 46 rev.estud.soc. Pp. 216.ISSN 0123-885X Bogot, mayo - agosto de 2013 Pp. 185-188.

    188

    son muy semejantes a las existentes entre el norte y elsur en todo el mundo, y la situacin nos enfrenta a unproblema de solidaridad similar, aun cuando las condi-ciones en el sur de Europa son menos graves, en compa-racin con regiones donde en verdad reina la miseria en elmundo. Solidaridad significa hoy en da, en todas partes,lucha de clases transnacional, con el objetivo de hacerretroceder la gran transformacin que se ha operado enlos ltimos treinta aos, a saber, la state-embedded markets.Esta transformacin se ha convertido a su vez en market-embedded states (Wolfgang Streek), un retroceso de talndole (y ste es el quid del asunto, o por lo menos el granproblema, para el cual no existe solucin alguna en elpapel) que podra llevarnos de vuelta al estado nacional impe-rialista. Recordemos cmo Kelsen demostr en 1920 la rela-cin interna, lgica y necesaria entre la soberana estataly el imperialismo agresivo. La solidaridad puede neutra-lizar y hacer retroceder esta evolucin, y ello, medianteel salto hacia una democracia trans- y supranacionalque finalmente nos permita superar la concentracin delcontrol poltico del capitalismo en un pequeo segmentode los Estados mundiales, el del noroccidente global, quesiempre fue el escndalo moral del Estado de bienestaroccidental (welfare and warfare).

    Referencias1. Brunkhorst, Hauke. 1990. Theodor W. Adorno. Dialektik der

    Moderne. Mnich: Piper.

    2. Brunkhorst, Hauke. 1998. Demokratischer Experimentalis-mus. Frncfort: Suhrkamp.

    3. Brunkhorst, Hauke. 1999.Hannah Arendt. Mnich: Beck.

    4. Brunkhorst, Hauke. 2000. Globalisierung und Demokratie:Wirtschaft, Recht, Medien. Frncfort: Suhrkamp.

    5. Brunkhorst, Hauke. 2002. Solidaritt. Von Brgerfreundschaftzur globalen Rechtsgenossenschaft. Frncfort: Suhrkamp.

    6. Brunkhorst, Hauke. 2006. Habermas. Stuttgart: ReclamLeipzig.

    7. Brunkhorst, Hauke y Peter Niesen. 1999.Das Recht der Re-publik. Frncfort: Suhrkamp.

    8. Brunkhorst, Hauke, Wlfgang R. Khler y MatthiasLutz-Bachmann. 1999. Recht auf Menschenrechte. Frncfort:Suhrkamp.