Asesinato en Bardsley Mews

download Asesinato en Bardsley Mews

If you can't read please download the document

description

Historia de Agatha Christie

Transcript of Asesinato en Bardsley Mews

ASESINATO EN BARDSLEY MEWSAgatha ChristieCAPTULO IUna limosnita, seor...Un chiquillo de cara tiznada sonri al primer inspector Japp para ganarse su voluntad.Ni soarlo! exclam el polica. Y adems escucha bien, muchacho...Y le dirigi un breve sermn. El asustado golfillo, emprendiendo la retirada, dijo a sus jvenes amigos:Cscaras, pues no es un poli camuflado!Y la pandilla puso pies en polvorosa, cantando:Recuerden, recuerdenel cinco de noviembre.Plvora, traicin e intriga.No veo razn para que esa traicindeba ser nunca olvidada.El compaero del primer inspector, un hombrecillo menudo, de cierta edad, cabeza de huevo y grandes bigotes que le daban un aire marcial, sonrea para s.Tres bien, Japp coment. Ha sido un buen servicio! Le felicito!El da de Guy Fawkes es un buen pretexto para mendigar! dijo Japp.Una tradicin interesante repuso Hrcules Poirot. Se siguen lanzando fuegos artificiales... bum... bum... bum... mucho despus de que han olvidado al personaje que conmemoran y su doctrina.El hombre de Scotland Yard estuvo de acuerdo.Supongo que la mayora de esos muchachos ignoran quin fue en realidad Guy Fawkes.Y sin duda alguna, dentro de poco habr confusin de ideas. Es en su honor o todo lo contrario el disparo de feu d'artifice del cinco de noviembre? Fue un pecado o una noble gesta el echar abajo el Parlamento ingls?Japp ri.Ciertamente que muchas personas diran que lo primero.Dejando la calle principal, los dos hombres se adentraron en la relativa tranquilidad de los Jardines de Bardsley Mews. Haban cenado juntos y ahora se dirigan al piso de Hrcules Poirot.Mientras caminaban oan de vez en cuando las detonaciones de los cohetes que seguan estallando, y peridicamente una lluvia de oro iluminaba el cielo.Buena noche para cometer un crimen observ Japp con inters profesional. Por ejemplo, en una noche como sta nadie oira un disparo.Siempre me ha extraado que los criminales no aprovecharan ms esta ventaja repuso Hrcules Poirot.Sabe una cosa, Poirot? Algunas veces deseara que usted cometiese un crimen.Mon cher!S. Me gustara ver cmo lo haca.Mi querido Japp: si yo cometiera un crimen, usted no tendra ni la ms remota oportunidad de verlo... ni siquiera de saber que lo haba cometido.Japp ri de buen grado y con afecto.Es usted endiabladamente orgulloso, no le parece? aadi en tono indulgente.A las diez y media de la maana siguiente son el telfono de Hrcules Poirot.Diga? Diga?Hola, es usted Poirot?Oui, c'est moi.Le habla Japp. Recuerda que ayer noche volvimos a casa por los jardines de Bardsley Mews?S.Y que hablamos de lo sencillo que resultara disparar matando a una persona en medio del estruendo de los cohetes y petardos?Desde luego.Bien, hubo un suicidio en esa zona. En la casa nmero catorce. Se trata de una joven viuda... una tal seora Alien. Ahora voy para all. Le gustara acompaarme?Perdneme, pero es corriente enviar a una persona de su categora por un caso de suicidio, mi querido amigo?Es usted muy sagaz. No... no es corriente. A decir verdad, el mdico opina que hay algo raro en todo esto. Quiere acompaarme? Tengo el presentimiento de que usted habr de intervenir.Desde luego que ir. Dijo usted que en el nmero catorce?Exactamente.Poirot lleg al nmero catorce de los Jardines Bardsley Mews casi al mismo tiempo que el automvil que conduca a Japp y otros tres hombres.Era evidente que el nmero catorce acaparaba la atencin general, y lo rodeaba un enorme crculo de personas... chferes, sus esposas, mandaderos, desocupados, seores bien vestidos e innumerables chiquillos, todos con la boca abierta y mirada de asombro.Un polica de uniforme estaba en la entrada para contener a los curiosos. Jvenes de aire avispado deambulaban atareadsimos con sus cmaras fotogrficas y se abalanzaron sobre Japp al verle descender del coche.Ahora no puedo decirles nada cort Japp apartndolos para dirigirse a Poirot. De modo que ya est usted aqu? Entremos.Penetraron rpidamente en el interior de la casa, y la puerta cerrse tras ellos, dejndoles ante una escalera parecida a la de los barcos.Un hombre asom la cabeza desde arriba, y reconociendo a Japp dijo:Es aqu arriba, inspector.Japp y Poirot subieron la escalerilla.El hombre que les haba hablado abri una puerta a la izquierda y les hizo pasar a un pequeo dormitorio.Pens que le agradara conocer los datos ms importantes, inspector.Cierto, Jameson replic Japp. Cules son?El inspector Jameson tom la palabra.La difunta es la seora Alien, inspector. Viva aqu con una amiga... la seorita Plenderleith. Miss Plenderleith estaba en el campo y regres esta maana. Abri ella misma con su llave y sorprendise al no encontrar a nadie. Por lo general viene a las nueve una mujer para hacer la limpieza. Subi primero a su habitacin, que es sta, y luego fue a la de su amiga, que est al otro lado del descansillo. La puerta estaba cerrada por dentro. Estuvo llamando y golpendola sin obtener respuesta. Al fin, alarmada, telefone a la polica. Eso fue a las diez cuarenta y cinco. Vinimos en seguida y forzamos la puerta. La seora Alien estaba tendida en el suelo con un balazo en la cabeza. En la mano tena una automtica... una Webley, calibre veinticinco, y... aparentemente se trata de un caso claro de suicidio.Dnde est ahora la seorita Plenderleith?Abajo, en la sala, inspector. Es una joven fra y eficiente, con mucha cabeza.Luego hablar con ella. Ahora ser mejor que vea a Brett.Acompaado de Poirot, atraves el descansillo para dirigirse a la otra habitacin, donde les recibi un hombre alto y de cierta edad.Hola, Japp, celebro verle por aqu. Este caso es muy curioso.Japp se aproxim a l, mientras Hrcules Poirot echaba un rpido vistazo a su alrededor.Se trataba de una habitacin mucho ms grande que la que acababan de abandonar. Tena un mirador y en tanto que la otra era puramente dormitorio, aquella estancia pareca ms bien una especie de saloncito.Las paredes eran de un tono plateado y el techo verde tambin plata y verde. Haba un divn tapizado de seda verde con profusin de cojines dorados y plateados. Un canterano antiguo de nogal, una cmoda de la misma madera y varias sillas modernas cromadas. Sobre una mesita baja, de cristal, vease un gran cenicero repleto de colillas.Poirot, con delicadeza, olfate el aire. Luego fue a reunirse con Japp, que estaba contemplando el cadver.Tendido sobre el suelo, como si hubiera resbalado de una de las sillas cromadas, estaba el cadver de una mujer joven, tal vez de unos veintisiete aos. Era rubia y de facciones delicadas e iba apenas maquillada. En el lado izquierdo de su rostro haba una masa de sangre coagulada. Los dedos de su mano derecha estaban crispados sobre una pequea pistola, y vesta un sencillo vestido verde cerrado hasta el cuello.Bueno, Brett, cul es su opinin? Japp miraba el cadver.La posicin es correcta indic el mdico. Si se mat ella misma es probable que cayera en esta posicin. La puerta estaba cerrada por dentro, as como la ventana.Dice usted que es correcta? Entonces, qu es, pues, lo curioso?Eche usted una mirada a la pistola. No la he tocado... espero que vengan a tomar las huellas, pero podr ver fcilmente lo que quiero decir.Poirot y Japp se arrodillaron para examinar el arma de cerca.Ya comprendo a qu se refiere dijo Japp levantndose. Est en la curva de su mano. Parece que la sostiene... pero en realidad no es as. Algo ms?S. Tiene la pistola en la mano derecha. Ahora fjese en la herida. El arma fue colocada junto a la cabeza, precisamente encima de su oreja izquierda... la Izquierda. Se fija?Hum! repuso Japp. Es cierto. No es posible que disparara su pistola en esa misma posicin con la mano derecha?Yo dira que es completamente imposible. Se puede colocar el brazo en esa posicin, pero dudo de que se consiguiera disparar.Entonces resulta bastante evidente. Alguien la mat y luego trat de hacer que pareciera un suicidio. Aunque, cmo se explica que la puerta y la ventana estuviesen cerradas?El inspector Jameson fue quien contest a su pregunta.La ventana estaba cerrada por dentro, inspector, pero aunque la puerta lo estaba tambin, no hemos conseguido encontrar la llave.Japp hizo un gesto de asentimiento.S. Eso fue un gran fallo. Quienquiera que haya sido, cerr la puerta al marcharse con la esperanza de que no se notase la falta de la llave.C'est bte, ca!Oh, vamos, Poirot, no debe juzgar a los dems con la luz de su brillante intelecto. A decir verdad, es un detalle que pudo muy bien pasar inadvertido. La puerta est cerrada. Se abre por la fuerza... encuentra a una mujer muerta... con la pistola en la mano... un caso claro de suicidio...: se encerr para matarse. No tiene por qu buscar la llave. Fue una suerte que la seorita Plenderleith avisara a la polica. Pudo hacer que un par de chferes abrieran la puerta... y entonces la cuestin de la llave hubiera pasado por alto.S, creo que tiene razn repuso Hrcules Poirot. Hubiera sido la reaccin natural de muchsas personas. La polica siempre es el ltimo recurso, no es cierto?Sus ojos no se apartaron del cadver.Hay algo que le llame la atencin? le pregunt Japp en tono intrascendente, aunque sus ojos expresaban inters.Hrcules Poirot mene lentamente la cabeza.Miraba su reloj de pulsera.E inclinndole lo toc apenas con la punta de un dedo. Era una joya muy bonita, sujeta por una cinta negra de moar a la mueca de la mano que sostena la pistola.Es muy lindo observ Japp. Debi costar mucho dinero! Mir interrogadoramente a Poirot. giere alguna cosa?Es posible... s.Poirot dirigise al canterano. Lo abri, bajando la tapa delantera. El interior estaba dispuesto de modo que hiciera juego con el resto de la habitacin.En el centro haba un enorme tintero de plata, y ante l un bonito secante de laca verde. A la izquierda de ste vease una bandejita de cristal verde conteniendo un portaplumas de plata... una barra de lacre verde, un lpiz y dos sellos. A la derecha del secante, un calendario movible que indicaba el da de la semana, el mes y la fecha. Haba tambin un cacharrillo de cristal por el que asomaba una elegante pluma de ave color verde, que al parecer interes a Poirot. La sac para observarla, pero no estaba manchada de tinta, lo cual era prueba de que slo constitua un elemento decorativo... nada ms. El portaplumas de plata s que pareca haber sido utilizado. La mirada de Poirot se pos en el calendario.Martes, cinco de noviembre dijo Japp. Es la fecha de ayer, y por lo tanto la que corresponde.Se volvi hacia Brett.Cunto tiempo lleva muerta?La mataron a las once y treinta y tres minutos de la noche de ayer replic el doctor sin vacilar. Al ver la cara de asombro de Japp sonri. Lo siento, amigo mo. He querido hacer como los mdicos de las novelas. A decir verdad, lo ms que puedo precisar son las once... con un margen de una hora antes y otra despus.Oh, pens que se le habra parado el reloj de pulsera... o algo as.Desde luego, est parado, pero a las cuatro y cuarto.Y supongo que no pudo ser asesinada a esa hora...Puede tener plena seguridad.Poirot dio la vuelta al secante.Buena idea dijo Japp; pero no ha habido suerte.El secante mostraba una blancura impoluta. Poirot fue revisando las hojas de recambio, pero estaban todas sin estrenar.Entonces dedic su atencin al cesto de los papeles.Contena dos o tres cartas hechas pedazos y varias circulares. Slo estaban partidas por la mitad y era fcil reconstruirlas. Una peticin de un donativo para una sociedad de ayuda a los ex combatientes; una invitacin para un refresco que deba celebrarse el tres de noviembre, y una nota de una modista. Las circulares eran un anuncio de una tienda de pieles y un catlogo de unos almacenes.Nada dijo Japp.No, es extrao... coment Poirot.Se refiere a que suele dejarse una carta cuando se trata de un suicidio?Exacto.Una prueba ms de que no fue suicidio!Se dirigi a la puerta.Ahora dejemos que mis hombres se pongan a trabajar. Ser mejor que baje a hablar con la seorita Plenderleith. Me acompaa, Poirot?El aludido pareca continuar enfrascado en la contemplacin del escritorio y su contenido.Al salir de la habitacin sus ojos se volvieron una vez ms para mirar la flamante pluma de ave de color verde.CAPTULO IIAL pie del estrecho tramo de escalones se abra la puerta que daba acceso a un amplio saloncito... y en aquella estancia, cuyas paredes estaban recubiertas de una pintura rugosa de gran efecto, y de las que pendan grabados al aguafuerte y en madera, hallbanse sentadas dos personas.Una, muy cerca de la chimenea y con las manos extendidas hacia el fuego, era una mujer morena, de aspecto inteligente, de unos veintisiete o veintiocho aos. La otra, de ms edad y de amplias proporciones, llevaba una bolsa de cordel y manoteaba y charlaba cuando los dos hombres entraron en la habitacin....y como ya le dije, seorita, el corazn me ha dado un vuelco tan grande que casi me caigo redonda al suelo. Y pensar que precisamente esta maana...Est bien, seora Pierce. Creo que esos caballeros son inspectores de polica.La seorita Plenderleith? pregunt Japp, adelantndose.La joven asinti.Ese es mi nombre. sta es la seora Pierce, que viene cada da a hacer la limpieza.Y la seora Pierce volvi a tomar la palabra.Y cmo le estaba diciendo a la seorita Plenderleith... pensar que esta maana, precisamente esta maana, mi hermana Luisa Maud ha tenido un ataque y yo era la nica que poda atenderla... y como digo, la sangre tira y pens que no le importara a la seora Alien, aunque no me agradara faltar a mis seoras...Japp la interrumpi con cierta astucia.Desde luego, seora Pierce. Quiere acompaar al inspector Jameson a la cocina y hacerle un breve resumen de lo ocurrido?Una vez se hubo librado de la seora Pierce, que sali con Jameson charlando por los codos, Japp dedic su atencin a la joven.Soy el primer inspector Japp, seorita Plenderleith; le agradecera me dijera todo lo que sea posible acerca de este asunto.Desde luego. Por dnde empiezo?Su serenidad era admirable. No daba la menor muestra de pesar o sobresalto, como no fuera una ligera rapidez en sus ademanes.Usted lleg esta maana. A qu hora?Creo que poco despus de las diez y media. La seora Pierce, esa vieja bruja, no estaba an aqu...Suele ocurrir a menudo?Jane Plenderleith se encogi de hombros.Una o dos veces por semana aparece a las doce... o a ninguna hora. Debiera estar aqu a las nueve. Como le digo, un par de veces por semana o viene cuando le parece, o alguien de su familia se pone enfermo. Todas esas mujeres son iguales... fallan de vez en cuando, y sta es de las peores.Hace mucho que la tienen?Slo un mes. La ltima que tuvimos se llevaba todo lo que poda.Por favor, contine, seorita Plenderleith.Pagu al taxista, entr mi maleta y busqu a la seora Pierce. En vista de que no estaba, sub a mi habitacin. Me arregl un poco y fui al dormitorio de Brbara... la seora Alien... encontrando la puerta cerrada. Estuve llamando y golpeando sin obtener respuesta. Entonces baj a telefonear al puesto de polica.Pardon! Poirot intervino con una pregunta rpida. No se le ocurri tratar de echar abajo la puerta... con la ayuda de algn chfer, pongo por ejemplo?Sus ojos se volvieron hacia l... eran fros y de un color verde gris. Pareci contemplarle inquisitivamente.No, no se me ocurri. Si ocurra algo anormal me pareci que lo mejor era llamar a la polica.Entonces usted pens... pardon, mademoiselle... que ocurra algo anormal?Naturalmente.Porque sus llamadas no obtuvieron respuesta? Su amiga pudo haber tomado una pastilla para dormir o algo por el estilo...Ella no tomaba drogas para dormir.La respuesta fue tajante.O pudo marcharse y cerrar la puerta con llave.Por qu haba de cerrarla? En todo caso me hubiera dejado una nota.Y no... se la dej? Est bien segura?Claro que lo estoy. La hubiera visto en seguida.Su tono se iba haciendo ms cortante.No trat de mirar por el ojo de la cerradura, seorita Plenderleith? le pregunt Japp.No repuso pensativa. No me pas siquiera por la imaginacin. Pero no hubiera visto nada, no le parece? La llave deba estar puesta.Su mirada inocente e interrogadora sostuvo la de Japp. Poirot sonri para s.Hizo usted muy bien, desde luego, seorita Plenderleith dijo Japp. Supongo que no tendra usted motivos para creer que su amiga estaba dispuesta a suicidarse.Oh, no.No le pareci angustiada... o decepcionada en algn sentido?Hubo un silencio antes de que la joven respondiera escuetamente:No.Saba usted que tena una pistola?S; la trajo de la India, y la guardaba en un cajn de su dormitorio.Hum!... Tena licencia de armas?Lo supongo, pero no estoy segura.Seorita Plenderleith, quiere decirme todo lo que pueda acerca de la seora Alien...? Cunto tiempo hace que la conoca..., dnde viven sus familiares..., en fin..., todo.Jane Plenderleith asinti.Conoc a Brbara har unos cinco aos... en su primer viaje al extranjero. En Egipto, para ser exacta. Regresaba a su casa desde la India. Yo haba estado en el colegio ingls de Atenas durante algn tiempo y pasaba unas semanas en Egipto antes de volver a casa. Hicimos juntas el crucero del Nilo, y simpatizamos, convirtindonos en grandes amigas. Haca tiempo que yo buscaba alguien con quien compartir un piso o una casa pequea. Brbara estaba sola en el mundo; y pensamos que nos llevaramos bien.Y se llevaban bien? pregunt Poirot.Estupendamente. Cada una tena sus amistades... Brbara era ms sociable... mis amigos eran ms bien artistas. Probablemente era mejor as.Poirot asinti en tanto que Japp preguntaba:Qu sabe usted de la familia de la seora Alien y de su vida antes de conocerla a usted?Jane Plenderleith encogise de hombros.No mucho, la verdad. Creo que su nombre de soltera era Armitage.Y su marido?Creo que beba. Me imagino que falleci al ao o dos de matrimonio. Tuvieron una nia que muri a los tres aos. Brbara no hablaba mucho de su marido. Tengo entendido que se cas con l en la India cuando tena diecisiete aos. Se fueron a Borneo o a uno de esos lugares olvidados de Dios donde se enva a los intiles... pero como era un tema doloroso nunca le hablaba de ello.Sabe si la seora Alien tena dificultades econmicas?No, estoy segura de que no.No tena deudas... o algo por el estilo?Oh, no! Estoy segura de que no estaba en ningn apuro.Ahora debo hacerle otra pregunta... y espero que no se moleste por ella, seorita Plenderleith. La seora Alien tena algn enemigo o amigos ntimos?Jane Plenderleith repuso framente:Pues... estaba prometida para casarse, si es que con esto respondo a su pregunta.Cmo se llama su prometido?Carlos Laverton-West. Es miembro del Parlamento en cierto lugar de Hampshire.Le conoca desde mucho tiempo atrs?Poco ms de un ao.Y... cunto tiempo llevaban prometidos?Pues... dos... no, cerca de tres meses.Y que sepa usted, no tuvieron ninguna disputa?La seorita Plenderleith mene la cabeza.No. Me hubiera sorprendido mucho. Brbara no sola enfadarse.Cundo vio por ltima vez a la seora Alien?El viernes pasado, poco antes de marcharme para el fin de semana.La seora Alien pensaba permanecer en la ciudad?S. Creo que el domingo iba a salir con su prometido.Y usted, dnde pas el fin de semana?En Laidells Hall, Laidells. Essex.Quiere darme el nombre de las personas con quienes estuvo?El seor y la seora Bentinck.Y se march de su casa esta maana?S.Debi salir muy temprano.El seor Bentinck me trajo en su coche. Sale muy pronto porque tiene que estar en la ciudad a las diez.Ya.Japp asinti. Todas las respuestas de la seorita Plenderleith eran firmes y convincentes.Poirot intervino preguntando:Qu opinin es la de usted, respecto al seor Laverton-West?La joven encogise de hombros.Importa eso?No; tal vez no importe; pero me gustara conocer su opinin.Me es completamente indiferente. Es joven... no tendr ms de treinta y uno o treinta y dos aos... ambicioso... un buen orador... y tiene intencin de abrirse camino en la vida.Todo esto debo colocarlo en el lado del Debe... o en el del Haber?Pues... la seorita Plenderleith reflexion unos instantes. En mi opinin es vulgar... sus ideas no son particularmente originales... y es bastante engredo.Esos son defectos graves, mademoiselle dijo Poirot.Usted cree eso? su tono era un tanto irnico. Tal vez lo sean para usted.Poirot no dejaba de observarla, y al verla desconcertada aprovech la ventaja.Pero, para la seora Alien... no, ella ni siquiera los habra notado.Tiene muchsima razn. A Brbara le pareca maravilloso.Poirot dijo en tono amable:Quera usted a su amiga?S; la quera.Una cosa ms, seorita Plenderleith dijo Poirot. Usted y su amiga no se pelearon? No hubo ningn disgusto entre ustedes?En absoluto.Ni siquiera por su noviazgo?No. Yo me alegr de que se sintiera feliz.Hubo una pausa y al cabo Japp dijo:Tena enemigos la seora Alien?Esta vez Jane Plenderleith tard mucho en contestar, y cuando al fin lo hizo con voz un tanto alterada.No s exactamente lo que usted quiere decir..., enemigos?Por ejemplo, cualquiera que se beneficiara con su muerte.Oh, no; sera ridculo. De todas formas, tena una renta muy reducida.Y quin le hereda?Creer que no lo s? No me sorprendera que fuese yo. Es decir, si es que hizo testamento.Y no tena enemigos en otro sentido? Japp enfoc rpidamente otro aspecto de la cuestin. guien que la odiara...No creo que le odiara nadie. Era una criatura muy amable, siempre deseosa de agradar. Tena una naturaleza dulce y adorable.Por primera vez su voz dura e indiferente se quebr. Poirot asinti comprensivamente.Japp dijo:De modo que el resumen es ste... La seora Alien haba estado de buen humor ltimamente; no tena dificultados econmicas, estaba prometida para casarse, y ese noviazgo la haca feliz. No exista nada que la impulsara al suicidio. Es as?Despus de una corta pausa, Jane repuso:S.Japp se levant; se dispuso a salir de la estancia.Perdneme, debo hablar con el inspector Jameson.Hrcules Poirot qued conversando con Jane Plenderleith.CAPTULO IIIDurante unos minutos rein el silencio.Jane Plenderleith lanz una rpida mirada apreciativa al hombrecillo, pero despus permaneci con la vista fija en un punto lejano, y sin pronunciar palabra. No obstante, su presencia la pona nerviosa, y cuando al fin Poirot rompi el silencio, el mero sonido de su voz pareci proporcionarle cierto alivio. En tono indiferente le hizo una pregunta.Cundo encendi usted el fuego mademoiselle?El fuego? Su tono era vago y abstrado. Oh, esta maana, en cuanto llegu!Antes o despus de subir?Antes.Ya. S; naturalmente... Y, estaba preparado... o tuvo que prepararlo usted?Estaba a punto. Slo tuve que acercar una cerilla.En su tono haba un timbre de impaciencia. Por lo visto sospechaba su afn de hacerla hablar, y sin duda sta era su intencin, puesto que continu:Pero en la habitacin de su amiga he notado que el fuego es de gas...Jane Plenderleith repuso mecnicamente:ste es el nico fuego de carbn que tenemos... los otros son todos de gas.Yo creo que hoy en da lo hace todo el mundo.Cierto. Resulta barato.La conversacin languideci. Jane Plenderleith golpeaba el suelo con el pie impaciente, hasta que al fin dijo con brusquedad:Ese hombre... el primer inspector Japp... se le considera inteligente?Es muy eficiente, y est bien considerado. Trabaja de firme y a conciencia, y pocas cosas se le escapan.Me pregunto... murmur la joven.Poirot la observaba. Qu verdes eran sus ojos vistos a la luz de las llamas!La muerte de su amiga ha sido un gran golpe para usted? le pregunt.Terrible expres con evidente sinceridad.No lo esperaba?Desde luego que no.Al principio debi parecerle que era imposible... que no poda ser cierto...La simpata de su tono pareci desarmar a Jane Plenderleith, que replic con voz natural, sin la menor tirantez:As es. Incluso aunque Brbara se suicidara, no puedo imaginarla matndose de esa manera.Sin embargo, ella tena una pistola.La joven hizo un gesto de impaciencia.S; pero esa pistola era... oh!, una amenaza. Haba estado en lugares muy apartados. La conservaba por hbito... no con otra idea. Estoy convencida.Ah! Por qu est tan segura?Por las cosas que deca...Por ejemplo?Su tono segua siendo amable, y Jane contest sin recelo.Pues, una vez, estbamos discutiendo acerca del suicidio, y dijo que el medio ms sencillo sera dejar abierta la llave del gas y acostarse. Yo le dije que a m me parecera imposible... permanecer echada esperando, y que preferira dispararme un tiro. Ella en cambio dijo que no, que no sera capaz de hacerlo. Tena miedo de que no funcionara la pistola, y de todas maneras odiaba el estruendo.Ya repuso Poirot-. Como usted dice, es extrao... Porque, como usted acaba de decirme, hay un fuego de gas en su habitacin.Jane Plenderleith le miraba un tanto sorprendida.S; lo hay... No puedo comprender... no, no comprendo por qu no lo utiliz.S, resulta... extrao... poco natural dijo Poirot meneando la cabeza.Todo esto es muy poco natural. An no puedo creer que se suicidara. Y supongo que tuvo que suicidarse.Bueno, cabe otra posibilidad.Qu quiere usted decir?Poirot la mir a los ojos.Podra tratarse de... un crimen.Oh, no! Jane Plenderleith echse hacia atrs. Oh, no! Qu cosa tan terrible!Horrible tal vez, pero, le parece tan imposible?Pero la puerta estaba cerrada por dentro, igual que la ventana.La puerta estaba cerrada..., s. Pero no hay nada que demuestre que fuese cerrada por dentro o por fuera. No sabe? La llave ha desaparecido.Pero, entonces... si no est hizo una pausa. Entonces debieron cerrarla por fuera. De otro modo la hubiesen encontrado en la habitacin.Ah, todava es posible que aparezca. Recuerde que an no ha sido registrado todo a conciencia. Tal vez la arrojase por la ventana y alguien pudo cogerla.Asesinada! exclam Jane Plenderleith, y considerando aquella posibilidad, su rostro moreno e inteligente se puso grave. Creo... creo que tiene usted razn.Pero si se trata de un crimen, tiene que haber un motivo. Y conoce usted alguno, mademoiselle?La joven mene la cabeza lentamente y no obstante, a pesar de su negativa, Hrcules Poirot tuvo la impresin de que le ocultaba algo. En aquel momento se abri la puerta y entr Japp.Poirot se puso en pie.Le estaba sugiriendo a la seorita Plenderleith exclam que la muerte de su amiga no fue un suicidio.Japp, muy sorprendido, le dirigi una mirada de reproche.Es algo pronto para decir nada definitivo observ. Comprenda, nosotros siempre tenemos en cuenta todas las posibilidades, y por el momento eso es todo.Ya comprendo... replic Jane Plenderleith con calma.Japp se aproxim a ella.Dgame, seorita Plenderleith, ha visto esto antes de ahora?Y en la palma de la mano le mostraba un pequeo valo de esmalte azul oscuro.Jane Plenderleith mene la cabeza.No, nunca.No es suyo ni de la seora Alien?No. No es una cosa que usemos generalmente las mujeres, verdad?Oh! De modo que sabe lo que es?Pues est bien claro, verdad? Es la mitad de un gemelo de caballero.CAPTULO IVEsa joven est demasiado segura de s misma se lamentaba Japp.Los dos hombres se encontraban de nuevo en el dormitorio de la seora Alien. El cadver haba sido fotografiado, quitado de en medio, y una vez sacadas las huellas dactilares, los expertos se marcharon.Sera poco aconsejable tratarla como a una tonta convino PoirotNo tiene nada de tonta. Es una mujer muy inteligente y capaz.Cree usted que fue ella? pregunt Japp con un momentneo rayo de esperanza. Pudo hacerlo, sabe. Tendremos que comprobar su coartada. Alguna rencilla por culpa de ese joven... ese miembro del Parlamento en embrin. Hablaba de l en un tono demasiado despreciativo. Resulta sospechoso. Parece como si a ella le gustara y l la hubiera rechazado. Pertenece a esa clase de personas capaces de deshacerse de alguien sin perder la cabeza. S; tendremos que comprobar su coartada. Es bien sencillo y, despus de todo, Essex no est muy lejos. Hay muchos trenes, o pudo venir en un automvil rpido. Vale la pena averiguar si ayer noche se acost temprano pretextando una jaqueca o algo por el estilo.Tiene usted razn repuso Poirot.De todas maneras continu Japp, nos oculta algo. Eh? No le parece? Esa mujer sabe algo.Poirot asinti pensativamente.S, eso se ve fcilmente.En estos casos siempre resulta una dificultad ms. A la gente le da por callar... algunas veces por los motivos ms honorables.Lo cual no puede ser reprochado, amigo mo.No, pero eso nos complica las cosas gru Japp.Aunque sirve para poner de manifiesto su ingenio le consol Poirot. A propsito, qu hay de las huellas dactilares?No se han encontrado huellas en la pistola, que fue limpiada cuidadosamente antes de colocarla en su mano. Aunque hubiera podido, en forma acrobtica, dar la vuelta al brazo por encima de su cabeza, es imposible que la disparara sin dejar huellas, y no pudo limpiarla despus de muerta.No, no. Desde luego tuvo que hacerlo otra persona.Por otro lado, las huellas son descorazonadoras. Ninguna en el pomo de la puerta. Ninguna en la ventana... sugestivo, verdad? Y muchsimas de la seora Alien por todas partes.Ha averiguado algo Jameson?Por la mujer de la limpieza? Ha confirmado que la seorita Plenderleith y la seora Alien estaban en buenas relaciones. He enviado a Jameson a que haga averiguaciones por el vecindario. Tambin tendremos que hablar con el seor Laverton-West, para averiguar dnde estuvo ayer noche y qu hizo. Entretanto, vamos a echar un vistazo a sus papeles.Y pusieron manos a la obra sin ms dilacin. De vez en cuando Japp grua o comentaba algo con Poirot. El registro no dur mucho. En el escritorio haba pocos papeles y todos cuidadosamente ordenados.Al fin Japp se ech para atrs con un suspiro.Aqu no hay gran cosa.Usted lo ha dicho.Y la mayora son... recibos, algunas cuentas todava sin pagar... nada de importancia particular. Invitaciones... cartas de amigos... stas y puso la mano sobre un montn de siete u ocho cartas, su libro de cheques y el libro del Banco. Le llama la atencin alguna cosa?S. Se haba excedido de su crdito del Banco.Algo ms?Poirot sonri.Es que me est sometiendo a un examen? Pues s; me he fijado en lo que usted est pensando. Tres meses atrs sac doscientas libras... y ayer otras doscientas...Y no constan en la matriz del talonario de cheques. Todos son de pequeas sumas... el mayor es de quince libras... Y voy a decirle una cosa... no hay en toda la casa una cantidad semejante. Cuatro libras en un bolso, y un cheln o dos en otro portamonedas. Me parece que est bastante claro.Eso significa que ayer mismo pag esa suma.S. Ahora bien, a quin se la pagara?Se abri la puerta para dar paso al inspector Jameson.Bien, Jameson, consigui algo?S, varias cosas, inspector. En primer lugar nadie oy el disparo. Dos o tres mujeres dicen que s porque quieren creer que lo oyeron... pero nada ms. Con todos los cohetes que se dispararon, es casi imposible.Japp gru.Lo imagino. Contine.La seora Alien estuvo en casa la mayor parte de la tarde y la noche de ayer. Lleg a eso de las cinco. Luego volvi a salir a las seis para ir hasta el buzn que hay al final de la calle. A eso de las nueve y media lleg un automvil... un Standard Swallow... del que se ape un hombre... de unos cuarenta y cinco aos, bien plantado, de aspecto marcial, bigote de cepillo y vistiendo un abrigo azul oscuro y sombrero James Hogg, el chfer de la casa nmero dieciocho dice que le haba visto visitar a la seora Alien antes.Cuarenta y cinco aos dijo Japp. No puede ser Laverton-West.Ese hombre, fuera quien fuese, estuvo en la casa una hora. Se march a las diez y veinte y se detuvo en la puerta para despedirse de la seora Alien. Un nio, Frederick Hogg, estaba por all cerca y oy lo que deca.Y qu fue?Bueno, pinsalo bien y comuncame lo que decidas. Ella dijo algo y l respondi: De acuerdo. Hasta la vista. Dicho esto mont en el coche y se march.Y eso fue a las diez y veinte dijo Poirot pensativo.Japp se rasc la nariz.Entonces a las diez y veinte la seora Alien an viva dijo. Qu ms?Nada ms, inspector. Es todo lo que he podido averiguar. El chfer del nmero veintids lleg a las diez y media y prometi a sus pequeos dispararles unos cuantos fuegos artificiales. Le estaban esperando... junto con los dems nios de la vecindad y estuvieron entretenidos mirndolos. Despus todos se fueron en seguida a dormir.Y no entr nadie ms en el nmero catorce?No... no lo vieron; pero si entr, nadie lo habra notado.Hum...! dijo Japp. Es cierto. Bueno, ya tenemos algo. Un caballero de aspecto marcial, con bigotes de cepillo. Es casi evidente que fue la ltima persona que la vio con vida. Quisiera saber quin era.La seorita Plenderleith tal vez pueda decrnoslo sugiri Poirot.Es posible dijo Japp. O quiz no lo haga. No me cabe la menor duda de que podra contarnos muchas cosas, si quisiera. Y qu me dice usted, Poirot? Cuando estuvo a solas con ella no adopt su aire de padre confesor que algunas veces le da tan buenas consecuencias, tan buenos resultados?Poirot extendi las manos.Cielos, hablamos nicamente de fuegos de gas!Fuegos de gas... de gas? Japp pareca disgustado. Qu le ocurre, amigo mo? Desde que estu, lo nico que le ha interesado han sido las plumas de ave y un cesto de papeles. Oh, s; tambin le vi revisar el de abajo. Encontr algo?Poirot suspir.Un catlogo de bulbos de flores y una revista atrasada.De todas maneras, qu es lo que busca? Si uno quiere deshacerse de un documento que le compromete, o lo que usted tenga en su imaginacin, no es probable que lo arroje al cesto de los papeles.Lo que usted dice es bien cierto. Slo las cosas sin importancia se arrojan a la papelera.Poirot habl en tono sumiso, y no obstante Japp le mir con recelo.Bien le dijo. Ahora ya s lo que voy a hacer. Y usted?Eh bien repuso Poirot. Completar mi registro en busca de cosas sin importancia. Me falta todava el cubo de la basura.Y sali de la habitacin, mientras Japp le contemplaba con disgusto.Insoportable dijo. Completamente insoportable.El inspector Jameson guardaba un silencio respetuoso, aunque la expresin de su rostro deca: Esos extranjeros...!En voz alta coment:De modo que es el seor Hrcules Poirot! He odo hablar mucho de l.Es un amigo mo exclam Japp. Y no tan calmoso como parece, desde luego. De todas formas, l va a la suya.Se habr vuelto un poquitn conservador, inspector sugiri Jameson. Ah, bueno, el tiempo dir.De todas formas dijo Japp, quisiera saber lo que se trae entre manos.Y dirigindose al escritorio contempl intranquilo la pluma de ave color verde esmeralda.CAPTULO VJapp encontrbase interrogando a la esposa del tercer chfer, cuando Poirot, que haba entrado sin hacer ruido, apareci a su lado.Cspita! Qu susto me ha dado! dijo Japp. Ha encontrado algo?No lo que buscaba.Japp volvise de nuevo a la seora James Hogg.Y dice usted que haba visto antes a ese caballero?Oh, s. Y mi esposo tambin. Le reconocimos en seguida.Ahora esccheme bien, seora Hogg. Veo que es usted una mujer inteligente y no me cabe duda de que conoce usted la vida de todo el vecindario. Usted es una mujer de criterio... de un criterio extraordinario, me consta... sin enrojecer repiti el cumplido por tercera vez, en tanto que la seora Hogg asuma una expresin de inteligencia casi sobrehumana. Dme su opinin acerca de esas dos mujeres... la seora Alien y la seorita Plenderleith. Qu tal son? Alegres? Dan muchas fiestas?Oh, no, inspector; nada de eso. Salen mucho... en especial la seora Alien... pero tienen clase, no s si Me entiende. No como algunas que viven al otro extremo de la calle. Estoy segura de la seora Stevens... si es que es una seora, cosa que dudo... bueno, me gustara contarle todo lo que pasa aqu... yo...Desde luego Japp apresurse a detenerla. Es muy importante lo que acaba de decirme. Entonces la seora Alien y la seorita Plenderleith eran apreciadas en el barrio?Oh, s, inspector... especialmente la seora Alien... siempre tena una palabra amable para los nios. Creo que ella perdi a su hijita, la pobre. Ah, bueno, yo he enterrado tres, y lo que yo digo...S, s, es muy triste. Y la seorita Plenderleith?Bueno, claro que tambin es muy simptica, pero un poco ms brusca, no s si me entiende. Se limitaba a saludar con una inclinacin de cabeza, pero no se detiene a charlar. Pero no tengo nada contra ella... nada en absoluto.Se llevaba bien con la seora Alien?Oh, s, inspector. Nunca se peleaban... nada de eso. Estaban siempre contentas... y estoy segura de que la seora Pierce corroborar mi opinin.S, ya hemos hablado con ella. Conoce usted de vista al prometido de la seora Alien?El caballero con quien iba a casarse? Oh, s. Ha venido por aqu con bastante frecuencia. Dicen que es miembro del Parlamento.No fue l quien vino ayer noche?No, seor. No era l la seora Hogg se irgui. En su voz haba un vibrado timbre de excitaci Y si quiere saber mi opinin, inspector, le digo que lo que est pensando es un error. Le aseguro que la seora Alien no era de esa clase de mujeres. Es verdad que no haba nadie ms en la casa, pero yo no creo nada de eso... as se lo dije a Hogg esta maana. No, Hogg, le he dicho, la seora Alien es una seora... una verdadera seora... de modo que no andes insinuando cosas... Ya sabemos cmo es la mentalidad masculina. Supongo que me perdonar lo que voy a decirle. Los hombres siempre piensan lo peor.Pasando la indirecta por alto, Japp continu:Usted le vio llegar y marcharse, verdad?Eso es, inspector.Y no oy nada ms? Ruido de pelea?No, inspector. Es decir, tampoco lo hubiera odo, porque en la casa de al lado la seora Stevens no deja de gritarle a la criada... Todos le hemos dicho que no la Aguante ms, pero el sueldo es bueno... tiene un genio del demonio pero paga treinta chelines semanales...Japp intervino rpidamente:Pero usted no oy nada sospechoso en el nmero catorce?No, inspector. Y tampoco era probable que lo oyera con los fuegos artificiales que disparaban aqu y en todas partes.Ese hombre se march a las diez y veinte... verdad?Es posible, inspector. No podra decirlo. Pero Hogg lo dice y es hombre de fiar.Usted le vio marcharse. Oy lo que dijo?No, inspector, no estaba lo bastante cerca. Slo le vi desde mi ventana, despidindose de la seora Alien.La vio tambin a ella?S, inspector. Estaba precisamente detrs de la puerta.Se fij cmo iba vestida?No, la verdad. Aunque tampoco observ nada de particular.Poirot pregunt:No se fij usted en si llevaba traje de tarde o de noche?No, seor ya le he dicho que no.Poirot contempl pensativo la ventana superior y luego el nmero catorce. Sus ojos encontraron los de Japp y sonri.Y el caballero?Llevaba un abrigo azul oscuro y un sombrero hongo, y era elegante y bien plantado.Japp le hizo algunas preguntas ms y luego fuese a efectuar su prxima entrevista, esta vez con Frederick Hogg, un muchacho de rostro travieso, ojos brillantes y que se daba mucha importancia.S, inspector. Yo los o hablar. Pinsalo bien y comuncame lo que decidas, dijo el caballero, en tono amable, sabe? Luego ella dijo algo y l contest: De acuerdo. Hasta la vista. Y mont en el automvil... yo le abr la portezuela, pero no me dijo nada explic Hogg con voz que denotaba su decepcin. Y se march.No oste lo que dijo la seora Alien?No, inspector.Puedes decirme cmo iba vestida? Por ejemplo, cul era el color de su traje.No podra decirle, inspector. Comprenda, yo no la vi. Deba estar detrs de la puerta.Es lo mismo dijo Japp. Ahora escucha, pequeo. Quiero que medites bien la pregunta que voy a hacerte, antes de contestarla. Si no lo sabes o no lo recuerdas, lo dices. Est claro?S, inspector.Hogg le miraba atentamente.Cul de los dos cerr la puerta, la seora Alien o el caballero?La puerta de la calle?S, la puerta de la calle, naturalmente.El muchacho reflexion, entrecerrando los ojos para mejor concentrarse.Me parece que la seora... No, no fue ella, sino l. La cerr casi de golpe y fue de prisa hacia el coche. Pareca como si tuviera una cita en otra parte.Bien, jovencito. Pareces muy listo. Aqu tienes seis peniques.Despus de despedirse el muchacho, Japp volvi hacia su amigo y de comn acuerdo ambos movieron la cabeza afirmativamente.Podra ser! dijo el polica.Cabe dentro de lo posible convino Poirot.Sus ojos brillaron con una tonalidad verde. Parecan los de un gato.CAPTULO VIAL volver a entrar en el saloncito de la casa nmero catorce, Japp no perdi el tiempo andndose por las ramas, sino que fue directo al grano.Escuche, seorita Plenderleith, no cree que es mejor confesarlo todo desde el principio? Al final tambin he de averiguarlo.Jane Plenderleith alz las cejas. Hallbase junto a la chimenea, calentndose los pies.No s a qu se refiere usted.Es eso cierto, seorita Plenderleith?Ella se encogi de hombros.He contestado a todas sus preguntas. No s qu ms puedo hacer.Pues, en mi opinin, podra hacer mucho ms... si quisiera.Eso es slo una opinin, no le parece, primer inspector?Japp se puso como la grana.Creo intervino Poirot que mademoiselle apreciara mejor la razn de sus preguntas si le contara cmo se presenta el caso.Es muy sencillo. Pues bien, seorita Plenderleith, los hechos son los siguientes. Su amiga ha sido encontrada muerta con un balazo en la cabeza y con una pistola en la mano... y la puerta y la ventana cerradas, todo lo cual hace suponer un caso claro de suicidio pero no fue suicidio. La inspeccin mdica lo prueba.Cmo?Toda su irona y frialdad haban desaparecido, y se inclin hacia delante, interesada... y observando su rostro.La pistola estaba en su mano... pero sus dedos no la aprisionaban. Adems no se encontraron huellas dactilares en ella, y el ngulo de la herida hace imposible que la disparara. Tampoco dej carta alguna, cosa bastante natural tratndose de un suicidio. Y aunque la puerta estaba cerrada no se ha encontrado la llave.Jane Plenderleith volvise lentamente, yendo a sentarse en una butaca frente a ellos.De modo que es cierto! dijo. Siempre he pensado que era imposible que se hubiese matado! Y tena razn! No se suicid. Alguien la ha asesinado.Por espacio de un par de minutos permaneci perdida en sus pensamientos, hasta que alz la cabeza con brusquedad.Hgame las preguntas que guste dijo. Las contestar lo mejor que pueda.Japp comenz:La noche pasada, la seora Alien tuvo una visita. Se dice que fue un hombre de unos cuarenta y cinco aos, de aspecto marcial, bigote de cepillo, elegantemente vestido y que conduca un coche Standard Swallow. Sabe usted quin es?No estoy muy segura, claro pero por la descripcin parece el mayor Eustace.Quin es el mayor Eustace? Cunteme todo lo que sepa de l.Es un hombre a quien Brbara conoci en el extranjero... en la India. Lleg aqu har cosa de un ao, y le hemos visto de vez en cuando.Era amigo de la seora Alien?Se comportaba como tal replic Jane en tono seco.Y cul era la actitud de la seora Alien hacia l?No creo que le agradase en realidad... es decir, estoy segura de ello.Pero se trataban con aparente amistad?SLe pareci alguna vez, pinselo bien, seorita Plenderleith..., que le tena miedo?Jane Plenderleith consider la pregunta durante unos instantes y al cabo dijo:S, creo que s. Cuando l estaba presente siempre se pona nerviosa.Le conoca el seor Laverton-West?Creo que slo le vio una vez. No simpatizaron mucho. Es decir, el mayor Eustace hizo lo que pudo por agradar a Carlos, pero Carlos no se esforz lo ms mnimo... tiene muy buen olfato para las personas que no son... lo que debieran.Y el mayor Eustace no es... como usted dice... lo que debiera? pregunt Poirot.No, no lo es replic la joven en tono cortante. Desde luego, no ha salido del cajn de encima.Cielos, no conozco esa expresin. Quiere decir que no es un pukka shib?.Una sonrisa fugaz ilumin el rostro de la joven, que replic gravemente:No.Le sorprendera mucho que ese hombre hubiera estado haciendo vctima de sus chantajes a la seora Alien?Japp inclinse hacia delante para observar el resultado de su insinuacin.Y qued satisfecho. Jane se adelant con las mejillas arreboladas y apoyando su mano crispada en el brazo de su butaca.De modo que era esto! Qu tonta fui al no advertirlo! Claro!Lo cree factible, mademoiselle? pregunt Hrcules Poirot.He sido una tonta al no suponerlo! Durante los ltimos seis meses me pidi prestadas pequeas cantidades de dinero, varias veces, y la vi estudiando su libro de cuentas. Saba que viva bien con sus rentas, de modo que no me alarm; pero, claro, si estaba entregando sumas de dinero...Concordara con su comportamiento en general...? preguntle Poirot.Desde luego. Estaba nerviosa, y aun a veces sobresaltada. Completamente distinta a como ella era.Perdneme dijo Poirot en tono amable, pero eso no es lo que nos dijo antes.Aquello era distinto Jane Plenderleith hizo un gesto con la manoNo estaba deprimida. Quiero decir que no se portaba como si fuera a suicidarse, ni nada por el estilo. Pero s como si la estuviera haciendo vctima de un chantaje. Ojal me lo hubiese dicho. Yo le hubiera enviado al infierno.Pero tal vez l no hubiese ido... al infierno, sino a ver a Carlos Laverton-West... observ Poirot.S replic la joven despacio. S... es cierto...No tiene idea de lo que este hombre poda tener contra ella? inquiri Japp.Ni la ms remota dijo Jane moviendo la cabeza. Conociendo a Brbara no puedo creer que pudiera ser nada realmente serio. Por otro lado... hizo una pausa y continu luego: Lo que quiero decir es que Brbara era un poco simple en ciertos aspectos. Se asustaba con gran facilidad. En resumen, era la clase de mujer ideal para un chantajista! El muy bruto!Lanz las tres ltimas palabras con verdadero furor.Por desgracia continu Poirot, el crimen parece que ha resultado al revs. Suele ser la vctima la que mata al chantajista, y no el chantajista a su vctima.Jane Plenderleith frunci ligeramente el ceo.No... es cierto..., pero puedo imaginar ciertas circunstancias...Como, por ejemplo...?Supongamos que Brbara se desespera... Pudo amenazarle con esa ridcula pistola y, al tratar de arrebatrsela, dispara y la mata. Luego, horrorizado, intenta simular que fue suicidio.Es posible dijo. Japp; pero existe una dificultad.Ella le mir interrogativamente.El mayor Eustace, si es que fue l, sali de aqu ayer noche a las diez y veinte, despidindose de la seora Alien en la misma puerta.Oh la joven se puso grave. Ya hizo una pausa. Pero pudo haber vuelto ms tarde dijo despacio.S, es posible repuso Poirot.Dgame, seorita Plenderleith Japp prosigui su interrogatorio. La seora Alien tena coste de recibir sus visitas aqu o en la habitacin de arriba?En las dos. Pero este saloncito lo utilizaba para reuniones ms numerosas o para amistades particulares. Brbara dispona del dormitorio grande, que utilizaba tambin como sala de estar, y yo del ms pequeo y esta habitacin.Si el mayor Eustace vino ayer noche, en qu habitacin cree usted que lo recibira la seora Alien?Creo que probablemente lo pasara aqu la joven pareca vacilar Es menos ntimo. Por otro lado, si deseaba llenar un cheque o algo por el estilo, es de suponer que lo llevara arriba. Aqu no hay dnde escribir.Japp movi la cabeza.No fue cuestin de cheques. La seora Alien extrajo ayer del Banco doscientas libras, y hasta ahora no hemos podido encontrarlas en toda la casa.Y se las dio a ese bruto? Oh, pobre Brbara! Pobre, pobre Brbara!Poirot carraspe.A menos que, como usted ha sugerido, se tratase de un accidente, no parece probable que quisiera privarse de una renta regular.Accidente? No fue un accidente. Perdi los estribos, se le subi la sangre a la cabeza, y dispar contra ella.As es como cree usted que ocurri?S dijo; agregando con vehemencia: Fue un asesinato... un asesinato!Poirot coment:Yo no dira que est usted equivocada, mademoiselle.Qu cigarrillos fumaba la seora Alien? dijo Japp.Gasper. Hay algunos en esa caja.Japp la abri y sacando uno hizo un gesto de asentimiento antes de guardrselo en el bolsillo.Y usted, mademoiselle? pregunt Poirot.Los mismos.No fuma turcos?Nunca.Y la seora Alien?Tampoco. No le gustaban.Y el seor Laverton-West? quiso saber Poirot. Cules fumaba?La joven le mir de hito en hito.Carlos? Qu importancia tiene lo que l fume? No pretender usted que fue l quien la matPoirot alzse de hombros.Muchos hombres han matado antes de ahora a la mujer que amaban, mademoiselle.Jane hizo un gesto impaciente.Carlos no matara a nadie. Es muy discreto.De todas formas, seorita, los hombres cuidadosos son los que cometen los crmenes ms inteligentes.Pero no por el motivo que usted ha sealado, seor Poirot repuso la joven mirndole fijamente.No, es cierto.Bien Japp se puso en pie. Creo que an me queda mucho que hacer aqu. Me gustara echar otro vistazo.Por si el dinero se encuentra escondido en alguna parte? Desde luego. Mire cuanto guste. Y tambin en mi habitacin... aunque no es probable que Brbara lo escondiera all.El registro de Japp fue rpido, pero eficiente, y a los pocos minutos el saloncito no tena secretos para l. Luego subi a inspeccionar los dormitorios, y Jane Plenderleith qued sentada sobre el brazo de un silln, fumando un cigarrillo mientras Poirot la observaba.Al cabo de algunos minutos, ste dijo tranquilamente:Sabe usted si el seor Laverton-West se encuentra en Londres?Lo ignoro. Pero ms bien supongo que debe estar en Hampshire con su familia. Deba haberle telegrafiado. Es terrible... pero lo olvid.No es fcil acordarse de todo cuando sucede una catstrofe, mademoiselle, y de todas maneras no hay que apresurarse a dar malas noticias. Siempre se saben.S, es cierto repuso la muchacha, distrada.Se oyeron los pasos de Japp, que bajaba la escalera, y Jane sali a su encuentro.Y bien?Japp movi la cabeza.Nada, seorita Plenderleith. Ahora he registrado ya toda al casa. Oh, creo que ser mejor que mire en ese armario que hay debajo de la escalera.Y al pronunciar estas palabras tir del pomo.Jane Plenderleith dijo:Est cerrado.Y el tono de su voz hizo que los dos hombres la miraran extraados.S replic Japp. Ya veo que est cerrado. Tiene usted la llave?La joven permaneca como petrificada.No... no estoy segura de -dnde pueda estar.Japp le dirigi una rpida mirada y continu en tono indiferente:Dios mo, qu lstima...! No quisiera estropearlo abrindolo por la fuerza. Enviar a Jameson a buscar un manojo de llaves bien surtido.Jane se adelant rpidamente.Oh dijo. Espere un momento. Puede que est...Fuese hasta el saloncito, reapareciendo momentos ms tarde con una llave de tamao regular.Lo tenemos siempre cerrado explic, porque nuestros paraguas y otras cosas desaparecan con mucha frecuencia.Una precaucin muy prudente dijo Japp aceptando la llave.La hizo girar en la cerradura y abri el armario. Su interior estaba oscuro, y tuvo que sacar una linterna de su bolsillo para iluminarlo.Poirot observ que la joven contena el aliento y sus ojos siguieron el haz de luz de la linterna de Japp.No haba gran cosa dentro del armario. Tres paraguas... uno de ellos roto; cuatro bastones; un juego de palos de golf, dos raquetas de tenis, una alfombra cuidadosamente doblada y varios almohadones deteriorados y sobre ellos un pequeo neceser muy elegante.Cuando Japp alarg la mano para cogerlo, Jane Plenderleith dijo precipitadamente:Es mo. Lo... lo traje conmigo esta maana, de modo que no puede haber nada de lo que busca.Nada pierdo en asegurarme replic Japp con creciente regocijo.Abri el neceser, que no estaba cerrado con llave. En su interior haba gran variedad de cepillos y botellas para la toilette..., dos revistas, pero nada ms.Japp lo fue examinando todo con meticulosa atencin. Cuando al fin cerr la tapa y se dispuso a examinar los almohadones, la joven exhal un suspiro de alivio.En el armario no haba ms que lo que saltaba a la vista, y Japp no tard en dar por terminado el registro.Volviendo a cerrar la puerta, tendi la llave a Jane Plenderleith.Bien le dijo. Esto deja terminado el asunto. Puede darme la direccin del seor Laverton-West?Farlescombe Hall, Little Ledbury, Hampshire.Gracias, seorita Plenderleith. Eso es todo por el momento. Es posible que vuelva ms tarde. A propsito, no diga nada. Deje que todos crean que se trata de un suicidio.Desde luego.Les estrech las manos a los dos.Y cuando caminaban por la avenida, Japp exclam:Qu diablos haba en ese armario? Algo haba.S, algo haba.Y apuesto diez contra uno a que era algo relacionado con el neceser! Pero debo ser un estpido, puesto que no he conseguido dar con ello. He revisado todas las botellas... el forro... qu diablos poda ser?Poirot mene la cabeza pensativo.Esa chica lo sabe continu Japp. Dijo que haba trado el neceser esta maana? No es ciere fij en que haba dos revistas dentro?S.Bien, pues una de ellas era del mes de julio!CAPTULO VIIAl da siguiente Japp penetraba en el piso de Poirot y arrojaba el sombrero con disgusto sobre la mesa. Luego se dej caer en una butaca.Bueno gru. Est libre de sospechas!Quin?La Plenderleith. Estuvo jugando al bridge hasta medianoche. Lo han asegurado el anfitrin, la anfitriona, un invitado que es comandante de Marina y dos criados. No existe la menor duda de que hemos de descartar la idea de que tenga algo que ver con el crimen. De todas formas me gustara saber por qu se violent tanto cuando cog el neceser que haba debajo de la escalera. Eso le corresponde a usted, Poirot, puesto que le agrada desentraar esas trivialidades. El Misterio del Neceser! Resulta muy prometedor!Voy a darle otro ttulo: El Misterio del Aroma a Humo de Cigarrillo.Un poco largo y complicado. Aroma... eh? Era eso lo que olfateaba cuando examinbamos el cadver por primera vez? Le vi... y le ol! Pens que estaba constipado.Pues se equivoc.Siempre cre que utilizaba las clulas grises de su cerebro Japp suspir. No me diga que su nariz es superior a la de los dems mortales.No, no, tranquilcese.Yo no ol a humo de cigarrillo prosigui Japp receloso.Ni yo tampoco, amigo mo.Japp extrajo un cigarrillo de su bolsillo sin dejar de mirarle.stos son los que fumaba la seora Alien... Seis de las colillas eran suyas. Las otras tres eran de cigarrillos turcos.Exacto.Supongo que su maravillosa nariz lo descubri sin necesidad de que las viera!Le aseguro que mi nariz no interviene para nada en este momento... puesto que no registro nada.Pero, sus clulas grises s?Pues... hubo ciertas indicaciones..., no lo cree?Japp le mir de reojo.Como, por ejemplo?Eh bien, en aquella habitacin faltaba algo. Creo que adems haban agregado algo... y luego, en el escritorio...Lo saba! Ya vamos llegando a esa maldita pluma!Du tout. Esa pluma juega un papel puramente negativo.Japp retrocedi a un terreno ms firme.Carlos Laverton-West va a ir a verme a Scotland Yard dentro de media hora, y pens que a usted le agradara conocerle.Muchsimo.Y le alegrar saber que hemos localizado al mayor Eustace. Tiene un piso en la calle Cronwell.Esplndido!Y ah tendremos algo que hacer. No parece ser una persona muy agradable ese mayor Eustace. Despus de haber visto a Laverton-West iremos a visitarle. Le parece bien?Perfectamente.Bien, vamos entonces.A las once y media Carlos Laverton-West era introducido en el despacho del primer inspector Japp, que se puso en pie para estrecharle la mano.El recin llegado era un hombre de mediana estatura y personalidad muy marcada. Iba bien rasurado, tena una boca expresiva como la de los actores, y ojos ligeramente saltones, que tan a menudo suelen acompaar al don de la oratoria. Era bien parecido, tranquilo y educado.Y aunque plido y algo afligido, sus modales resultaban completamente correctos y serenos.Una vez hubo tomado asiento, dej el sombrero y los guantes encima de la mesa y mir a Japp.Ante todo quiero decir que comprendo perfectamente lo penoso que esto debe resultarle.Dejemos aparte mis sentimientos dijo Laverton-West con un ademn. Dgame primero, inspector: tiene alguna idea de lo que ha motivado el que mi... la seora Alien se suicidara?Usted no puede ayudarnos en este sentido?Desde luego que no.No se pelearon, ni hubo el menor desvo entre ustedes?En absoluto. Ha sido una gran sorpresa para m.Quiz lo comprendiera mejor si le digo que no se suicid... sino que fue asesinada?Asesinada? los ojos de Carlos Laverton-West parecieron ir a saltrsele de sus rbitas. Ha dicho usted asesinada?Exactamente. Ahora dgame, seor Laverton-West, tiene alguna idea de quin pudo quitar de en medio a la seora Alien?El interrogado casi rugi al responder:No... no... nada de eso! La mera suposicin es absurda!No le dijo nunca si tena enemigos? Alguien que tuviera algo contra ella?Nunca.Saba usted que tena una pistola?No tena conocimiento de ello.Pareci algo sorprendido.La seorita Plenderleith dice que la seora Alien la trajo del extranjero hace algunos aos.De veras?Claro que slo tenemos la palabra de la seorita Plenderleith. Es muy posible que la seora Alien se creyera en peligro y conservara la pistola por razones propias.Carlos Laverton-West mene la cabeza, al parecer muy sorprendido y extraado.Qu opinin le merece la seorita Plenderleith, seor Laverton-West? Quiero decir, si la considera una persona sincera y de fiar.El otro reflexion unos instantes.Creo que s..., s... yo dira que s.No le es simptica? insinu Japp, que le observaba de cerca.No es eso precisamente, pero no pertenece al tipo de mujer que yo admiro. Su sarcasmo e independencia no me resultan atractivos, pero yo dira que es una persona de absoluta confianza.Hum...! gru Japp. Conoce usted al mayor Eustace?Eustace? Eustace? Ah, s, recuerdo ese nombre. Le vi una vez en casa de Brbara... la seora Alien. En mi opinin es un sujeto bastante dudoso, y as se lo dije a mi... a la seora Alien. No pertenece al tipo de hombre que me hubiese gustado que frecuentara nuestra casa despus de casados.Y qu dijo la seora Alien?Oh! Estuvo de acuerdo conmigo. Confiaba en mi buen juicio, y un hombre siempre conoce mejor a otro que cualquier mujer. Me explic que no poda mostrarse descorts con una persona que no haba visto desde haca algn tiempo... creo que senta un temor especial a parecer snob. Naturalmente que, al convertirse en mi esposa, hubiera encontrado a muchas de sus antiguas amistades digamos... inconvenientes.Quiere decir que al casarse con usted mejoraba de posicin? pregunt Japp con cierta brusquedad.Laverton-West alz una mano bien cuidada.No, no es precisamente eso. A decir verdad, la madre de la seora Alien es pariente lejana de mi familia. Era igual a m por su nacimiento, pero claro, por mi situacin tengo que escoger con sumo cuidado mis amistades... y mi esposa las suyas. En cierto modo, vivo de cara al pblico.Oh, desde luego repuso Japp secamente antes de preguntar: As que no puede ayudarnos?No. Estoy perplejo. Brbara asesinada! Es increble... inaudito.Seor Laverton-West, puede decirme cules fueron sus movimientos en la noche del cinco de noviembre?Mis movimientos?Su voz son airada.Es slo por pura frmula explic Japp. Tenemos... que interrogar a todo el mundo.Yo cre que un hombre de mi posicin estaba exento dijo Carlos Laverton-West con gran dignidad.Japp limitse a esperar.Estuve... veamos... Ah, s. Estuve en la Cmara. Sal de all a las diez y media y fui a dar un paseo por el malecn, contemplando los Fuegos artificiales.Resulta agradable pensar que hoy en da no hay complots de esta clase dijo Japp en tono alegre.Laverton-West le dirigi una mirada ausente.Luego... re... regres a casa.A qu hora lleg a su casa? Vive en la plaza Onslow...?No puedo precisarlo.A las once? A las once y media?Aproximadamente.Quizs alguien le abri la puerta.No, tengo mi llave.Se encontr con alguien durante su paseo?No... er... la verdad, inspector, estas preguntas me ofenden en gran manera!Le aseguro que es slo una frmula rutinaria, Seor Laverton-West. No son personales, comprndalo.Si es eso todo...De momento, s, seor Laverton-West.Tngame al corriente...Naturalmente. A propsito, permtame presentarle a Hrcules Poirot. Es posible que haya odo hablar de l.S... s; he odo ese nombre.Monsieur dijo Poirot acentuando de pronto su acento extranjero Crame usted, mi corazn sangra de dolor. Una prdida semejante! La agona que debe estar usted sufriendo! Ah, pero no digo ms. Qu bien ocultan los ingleses sus emociones! sac su pitillera. Permta...! Ah, est vaca, Japp?El polica, palpando sus bolsillos, movi la cabeza.Laverton-West sac una pitillera, murmurando:Tome uno de los mos, seor Poirot.Gracias... gracias... el hombrecillo tom un cigarrillo.Como usted bien dice, seor Poirot continu el otro, los ingleses no hacemos ostentacin de nuestras emociones.Y tras inclinarse ante los dos hombres sali de la estancia.Es un besugo dijo Japp con disgusto. Y un mochuelo! La seorita Plenderleith tena razn. No obstante, es bien parecido... podra llevarse bien con una mujer que careciera del sentido del humor. Qu me dice de ese cigarrillo?Poirot se lo alarg.Egipcio, y de los ms caros.No nos sirve, y es una lstima, porque nunca he odo una coartada ms dbil. De hecho, no es una coartada... Es una pena que no fuese al revs. Si ella le hubiera hecho vctima de sus chantajes... Es un tipo a propsito..., pagara como un corderito. Cualquier cosa con tal de evitar el escndalo.Querido amigo, es muy bonito reconstruir el caso segn le gustara que hubiese ocurrido, pero eso no es cosa nuestra.No; Eustace s lo es. Tengo algunos datos suyos. Definitivamente es un sujeto desagradable.A propsito. Hizo usted lo que suger acerca de la seorita Plenderleith?S. Aguarde un segundo. Llamar para enterarme.Y cogiendo el telfono estuvo hablando unos minutos. Al cabo lo dej y volvise para mirar a Poirot.Parece que tiene un corazn a prueba de bomba. Se ha ido a jugar al golf. No es una cosa muy apropiada cuando su amiga ntima acaba de ser asesinada el da anterior.Poirot lanz una exclamacin.Qu le ocurre ahora? pregunt Japp.Pero Poirot musitaba para s:Claro... claro... naturalmente... qu tonto soy..., pero si salta a la vista!Japp le dijo con brusquedad:Deje de hablar solo y vmonos a ver a Eustace.Y le sorprendi ver la radiante sonrisa que ilumin el rostro de Poirot.Pues s... vamos a hablar con l! Porque ahora lo s todo..., pero todo!CAPTULO VIIIEl mayor Eustace recibi a los dos hombres con la fcil prestancia de un hombre de mundo. Su piso era pequeo, un mero pied terre, como explic. Les ofreci de beber, y como lo rechazaron sac su pitillera. Japp y Poirot aceptaron un cigarrillo intercambiando una mirada de inteligencia.Veo que fuma usted cigarrillos turcos dijo Japp haciendo girar el cigarrillo entre sus dedos.S. Lo siento. Los prefieren de otra clase? Debo tener en alguna parte.No, no, est bien as se inclin hacia delante y dijo cambiando de tono: Tal vez adivine para qu hemos venido a verle, mayor Eustace.No... No tengo la menor idea de lo que trae por mi casa a un primer inspector. Es por algo referente a mi automvil?No, no se trata de su automvil. Creo que conoca usted a la seora Brbara Alien, verdad, mayor Eustace?El mayor echse hacia atrs y lanzando una bocanada de humo dijo:Oh, es eso! Claro, deb haberlo supuesto! Un asunto muy triste.Lo sabe ya?Lo le en la Prensa de ayer noche. Una pena.Creo que conoci a la seora Alien en la India.S, de eso hace ya algunos aos.Conoci tambin a su marido?Hubo una pausa, slo durante una fraccin de segundo, mientras sus ojillos de rata miraban rpidamente a los dos hombres, y al cabo repuso:No; a decir verdad nunca conoc a Alien.Pero saba algo de l?O decir que era un bala perdida. Claro que slo era un rumor.La seora Alien no deca nada?Nunca hablaba de l.Intim mucho con ella?El mayor se encogi de hombros.ramos viejos amigos, sabe? Pero no nos veamos con mucha frecuencia.Pero la vio la noche pasada? La noche del cinco de noviembre?S, es cierto.Creo que fue a verla a su casa?El mayor Eustace asinti. Su voz adquiri un tono afligido.S, me pidi que la aconsejara acerca de algunas inversiones. Claro, comprendo lo que ustedes quieren saber... su estado de nimo y todo eso. Bien, es difcil de decir, la verdad. Pareca bastante normal y sin embargo, ahora que lo pienso, creo qu estaba un poco sobresaltada.Pero no le insinu lo que pensaba hacer?Ni remotamente. A decir verdad, cuando me desped de ella le dije que la llamara pronto para salir juntos.Le dijo que le telefoneara? Fueron stas sus ltimas palabras?S.Es curioso. Tengo noticias de que dijo usted algo muy distinto.Eustace cambi de color.Bueno, no puedo recordar exactamente las palabras.Me han informado de que lo que usted dijo fue: Bien, pinsalo bien y comuncame lo que decidas.Djeme pensar. S. Creo que tiene usted razn. No fue exactamente eso, pero me parece que le indicaba que me avisara cuando estuviera libre.No es exactamente lo mismo, verdad? dijo Japp.El mayor Eustace alzse de hombros.Mi querido amigo. No pretender usted que me acuerde palabra por palabra de lo que dije en una ocasin determinada.Y cul fue la respuesta de la seora Alien?Dijo que me llamara por telfono. Es decir, es lo ms aproximado que recuerdo.Y entonces es probable que usted dijera: De acuerdo. Hasta la vista.S. Algo por el estilo,Japp dijo sin alterarse:Dice usted que la seora Alien le pidi que le aconsejara acerca de unas inversiones. Por casualidad le di la cantidad de doscientas libras en metlico para que las invirtiera por ella?El rostro de Eustace adquiri un tinte oscuro, e inclinndose hacia delante exclam:Qu diablos quiere insinuar con eso?Se las dio o no se las dio?Es asunto mo, inspector.Japp no se alter.La seora Alien sac del Banco doscientas libras. Parte de esa cantidad, en billetes de cinco libras, cuyos nmeros, naturalmente, podrn comprobarse.Y qu si me las dio?Era una cantidad para hacer inversiones, o era... chantaje... mayor Eustace?Es una idea descabellada. Qu ms sugerir usted?Japp dijo con su tono ms oficial:Creo, mayor Eustace, que en llegado a este punto debo preguntarle si est dispuesto a venir a Scotland Yard a prestar declaracin. Naturalmente que no hay prisa alguna, y que si lo desea puede estar presente su abogado.Mi abogado? Para qu diablos iba a querer yo un abogado? Y para qu me interroga?Trato de averiguar las circunstancias que rodearon la muerte de la seora Alien.Cielo santo, hombre, no supondr...! Valiente tontera! Escuche lo que ocurri, es lo siguiente: Fui a ver a Brbara porque as habamos quedado...A qu hora fue eso?Yo dira que a las nueve y media aproximadamente. Nos sentamos... charlamos...Y fumaron?S, y fumamos. Tiene algo de malo? pregunt el mayor con tono de reto.Dnde fue esa conversacin?En el saloncito. Es la primera puerta a la izquierda segn se entra. Estuvimos hablando amigablemente, como le deca antes, y me march poco antes de las diez y media. Me detuve unos momentos en la puerta para despedirme y decirle las ltimas palabras...Las ltimas precisamente... murmur Poirot.Quin es usted? Quisiera saberlo Eustace se haba vuelto hacia l al or sus palabras. Unpecie de extranjero condenado! Y qu es lo que busca aqu?Soy Hrcules Poirot replic el hombrecillo con dignidad.Como si fuera la estatua de Aquiles. Pues como deca, Brbara y yo nos separamos amistosamente. Volv en mi coche sin detenerme al Club Far East. Llegu all a las once menos veinticinco y fui directamente al saln de juego, donde estuve jugando al bridge hasta la una y media.Es una bonita coartada la que ofrece dijo Hrcules Poirot.Sera firme como el hierro en cualquier parte! Y ahora, inspector mir fijamente a Japp, est satisfecho?Permanecieron en el saloncito durante toda la entrevista?S.No subi usted a la habitacin de la seora Alien?Le digo que no. Estuvimos siempre en el saloncito, sin salir para nada.Japp le contempl pensativo durante un par de minutos y luego dijo:Cuntos pares de gemelos tiene usted?Gemelos? Qu tiene eso que ver?Claro que no est obligado a responder a esta pregunta.Responder? No me importa contestarla. No tengo nada que ocultar. Y exigir una reparacin. Tengo stos... alarg los brazos.Japp observ que eran de oro y platino.Y estos otros.Y levantndose abri un cajn y extrajo un estuche que, luego de abierto, acerc bruscamente a la nariz de Japp.Un dibujo muy bonito dijo el inspector. Veo que uno est roto... le falta un pedacito de esmalte.Y eso qu tiene que ver?No recordar cundo se le rompi, supongo?Har un da o dos a lo sumo.Le sorprendera que hubiera ocurrido cuando estuvo en casa de la seora Alien?Y por qu no? No he negado que estuviese all el mayor hablaba en tono altivo, como un hombre justamente indignado, pero sus manos temblaban.Japp inclinndose hacia delante dijo con nfasis:S, pero ese trocito de esmalte no fue encontrado en el saloncito, sino arriba... en el dormitorio de la seora Alien... en la habitacin donde fue asesinada y donde estuvo un hombre que fumaba la misma marca de cigarrillos que usted.El disparo surti efecto. Eustace se desplom en su silla y sus ojos miraban ora a un lado ora al otro. Y la vista de aquel hombre cado y acobardado no era precisamente nada alentador.No tienen nada contra m Su voz era casi un quejido. Tratan de complicarme..., pero no pueden hacerlo. Tengo una coartada... Yo no volv a acercarme a la casa aquella noche...Poirot fue ahora quien habl.No, no volvi a la casa... No era necesario... ya que tal vez la seora Alien estaba ya muerta cuando usted sali de all.Ello es imposible... imposible... Ella me acompa hasta la puerta... habl conmigo... La gente debi orla... verla...Poirot dijo en voz baja:Le oyeron a usted hablar con ella... y simulando aguardar sus respuestas antes de volver a dirigirle la palabra... Es un viejo ardid... La gente pudo creer que estaba all, pero no la vieron, ya que ni siquiera pueden decir si iba vestida de noche o no..., ni precisar el color de su traje.Dios mo... no es cierto... no es cierto.Ahora temblaba... acobardado...Japp le contempl con disgusto para decirle:Tengo que pedirle que me acompae.Me detiene usted?Queda detenido para ser interrogado... digmoslo as, mejor.El silencio fue roto con un prolongado suspiro, y la voz desesperada del mayor Eustace dijo:Estoy perdido...Hrcules Poirot se frot las manos sonriendo alegremente. Al parecer se estaba divirtiendo.CAPTULO IXBonita manera de derrumbarse deca Japp con aire profesional algo ms tarde.l y Poirot iban en automvil por la carretera de Brompton.Saba que el juego haba terminado replic Poirot distrado.Tenemos muchos cargos contra l dijo Japp. Dos o tres nombres supuestos, un asunto algo dudoso acerca de un cheque falso y otro muy interesante de cuando estaba en el Ritz y se haca llamar el coronel de Bathe. Estaf a media docena de comerciantes de Piccadilly. De momento le tenemos detenido bajo este cargo... hasta que se concluya este caso. A qu viene su idea de marchar al campo, amigo mo?Mi querido colega, cada caso debe ser llevado apropiadamente, y todo debe quedar aclarado. Ahora voy en busca del misterio que usted insinu: El Misterio del Neceser Desaparecido.Yo lo llam El Misterio del Neceser... eso es lo que yo dije... Y no ha desaparecido, que yo sepa.Espere, mon ami.El coche enfil la avenida Mews. Ante la puerta del nmero catorce Jane Plenderleith acababa de apearse de un pequeo Austin Seven, vestida para jugar al golf.Mir a los dos hombres, y sacando una llave se dispuso a abrir la puerta.Quieren pasar?Abri la puerta y Japp la sigui hasta l saloncito. Poirot se entretuvo unos momentos en el zagun, murmurando:C'est embetant.,., qu difcil resulta salir de estas mangas.Al poco rato entr en el saloncito sin su abrigo, mas Japp frunci los labios bajo su bigote. Haba odo el ligero crujido de la puerta del armario al ser abierta.Japp le dirigi una mirada interrogadora y Poirot le hizo una sea de asentimiento.No queremos entretenerla, seorita Plenderleith exclam el inspector rpidamente. Slo hemos venido a preguntarle si podra darnos el nombre del abogado de la seora Alien.De su abogado? La joven movi la cabeza. Ni siquiera saba que lo tuviera.Bueno, cuando alquil esta casa con usted, alguien debi redactar el contrato...No, creo que no. Fui yo quien la alquil. La escritura est a mi nombre. Brbara me pagaba la mitad de la renta. Todo se hizo sin formalidades de ninguna clase.Ya. Oh! Bueno, supongo que entonces no nos queda nada que hacer aqu.Siento no poder ayudarles dijo Jane.La verdad es que no tiene gran importancia. Japp dirigise a la puerta. Ha estado jugando al golf?S Jane enrojeci. Supongo que me considerarn inhumana. Pero la verdad es que el estar en esta casa me deprima. Tuve que salir y hacer algo... cansarme... o hubiera estallado.Habl con gran vehemencia.Poirot intervino rpidamente.Lo comprendo, mademoiselle. Es muy comprensible... y natural. Permanecer aqu sentada pensando... no, no debe resultar agradable.Celebro que lo comprenda repuso Jane.Pertenece a algn club?S, juego en Wentworth.Ha hecho un da esplndido coment Hrcules Poirot. Cielos, ahora quedan pocas hojas en loboles! Una semana atrs los bosques estaban magnficos.Hoy ha hecho una maana maravillosa.Buenas tardes, seorita Plenderleith dijo el inspector. Ya le comunicar cuando haya algo definitivo. A decir verdad, hemos detenido a un hombre como sospechoso.A qu hombre?Le mir con ansiedad.El mayor Eustace.Asinti y dando media vuelta se agach para acercar una cerilla al fuego.Y bien? pregunt Japp cuando el coche hubo doblado la esquina de una avenida.Poirot sonri.Fue muy sencillo. Esta vez la llave estaba en la cerradura.Y...?Poirot volvi a sonrer.Eh bien, los palos de golf no estaban...Naturalmente. La chica no es tonta. Faltaba algo ms?Poirot asinti.S, amigo mo... el neceser!Japp apret el acelerador.Maldicin! dijo. Saba que haba algo! Pero, qu diablos es? Lo registr a conciencia.Mi pobre Japp... pero, acaso no es... cmo dira yo... evidente, mi querido Watson?Japp le dirigi una mirada desesperada.Adonde vamos? pregunt.Poirot consult su reloj.An no son las cuatro. Podramos ir a Wentworth antes de que oscurezca.Cree usted que de veras estuvo all la seorita Plenderleith?S... debi suponer que lo comprobaramos. Oh... s; creo que nos dirn que estuvo all.Japp gru.Oh, bueno, vamos all. Aunque no puedo imaginar lo que tiene que ver ese neceser con el crimen. No consigo relacionarlo con l.Precisamente, amigo mo, estoy de acuerdo con usted... no tiene nada que ver.Entonces..., por qu...? No me diga! Orden y mtodo y todo saldr por sus pasos contados. Oh, bueno, hace un da esplndido!El automvil corra, volaba, y llegaron al Club de Golf de Wentworth poco despus de las cuatro y media. No haba mucha gente, por ser da laborable.Poirot dirigise al encargado y pregunt por los palos de la seorita Plenderleith, diciendo que los necesitaba para jugar al da siguiente.El encargado llam a un muchacho, que estuvo buscando entre los que haba en un rincn, y al fin trajo un saco con las iniciales J. P.Gracias dijo Poirot, y antes de marcharse volvise para preguntar: No se dej tambin un neceser?Hoy no, seor. Lo hubiese dejado en la Conserjera.Vino hoy por aqu?S, la he visto.Qu muchacho la acompa, lo sabe? Echa de menos su neceser y no recuerda dnde pudo dejarlo.No fue ningn chico. Vino aqu y compr un par de pelotas, y slo se llev dos palos. Me parece recordar que llevaba un pequeo neceser en la mano.Poirot despidise dndole las gracias, y los dos hombres dieron la vuelta a la caseta del club. Poirot se detuvo un momento para contemplar el paisaje.Es bonito, verdad? El verde oscuro de los pinos... y luego el lago. S, el lago.Japp le mir en el acto.Esa es su idea, verdad?Poirot sonri.Creo posible que alguien haya visto algo. Yo de usted procurara averiguarlo.CAPTULO XPoirot dio un paso atrs con la cabeza un tanto ladeada mientras revisaba la disposicin de los muebles de la estancia. Una silla aqu... otra all. S, as queda muy bien. En aquel momento llamaron a la puerta... deba ser Japp.El hombre de Scotland Yard fue directo al asunto.Tena razn, viejo amigo! Dio en el clavo. Una joven fue vista ayer arrojando algo al lago de Wentworth, y su descripcin corresponde a la de la seorita Jane Plenderleith. Conseguimos pescarlo sin grandes dificultades. Hay muchos juncos por all cerca.Y qu era?El dichoso neceser! Pero, en nombre del cielo, por qu? Bueno, no lo entiendo! Dentro no haba nada... ni siquiera las revistas. Por qu una joven sensata, segn es de suponer, habra de arrojar al lago un objeto tan caro? He pasado toda la noche sin dormirme, porque no consigo dar con ello.Mon pauvre Japp! Pero ya no necesita preocuparse ms. Aqu llega la respuesta. Acaba de sonar el timbre.Jorge, el intachable criado de Hrcules Poirot, abri la puerta para anunciar:La seorita Plenderleith.La joven penetr en la estancia con su acostumbrado aire de completo dominio y seguridad en s misma, y salud a los dos hombres.Le he pedido que viniera... explic Poirot. Sintese aqu, quiere? Y usted ah, Japp... poue tengo que darles ciertas noticias.La joven tom asiento, mir a los dos hombres y dijo impaciente:Bueno. El mayor Eustace ha sido detenido.Supongo que ha debido leerlo en los peridicos de la maana, verdad?S.De momento est acusado de un cargo menos grave continu Poirot. Entretanto, vamos recogiendo pruebas relacionadas con el crimen.Entonces fue un crimen?S replic Poirot. Fue un crimen. La destruccin voluntaria de un ser humano por otro ser humano.La joven se estremeci.No, por favor murmur. Es horrible decir una cosa as.S... pero la realidad tambin lo es!Hizo una pausa y agreg:Ahora, seorita Plenderleith, voy a decirle cmo llegu a conocer la verdad de este caso.Ella mir a Poirot y luego a Japp, que sonrea.Tiene sus mtodos, seorita Plenderleith le dijo. Yo le sigo la corriente. Creo que debemos escuchar lo que tiene que decirnos.Poirot comenz:Como usted ya sabe, mademoiselle, llegu con mi amigo al escenario del crimen en la maana del seis de noviembre. Nos dirigimos a la habitacin donde fue encontrado el cadver de la seora Alien y en seguida me llamaron la atencin una serie de pequeos detalles. En aquella estancia haba cosas realmente extraas.Contine dijo la muchacha.Para empezar... el olor a humo de cigarrillos dijo Poirot.Creo que en eso exagera usted, Poirot. Yo no ol nada exclam Japp.Poirot volvise hacia l con la velocidad del rayo.Precisamente. Usted no oli a humo... igual que yo. Y eso era muy, muy extrao... puesto que la puerta y la ventana estaban cerradas y en el cenicero haba los restos de diez cigarrillos por lo menos. Era extrao... muy extrao, que el dormitorio tuviera una atmsfera perfectamente lmpida.De modo que ah es donde usted quera ir a parar! Japp suspir. Siempre le gusta llegar a las cosas por caminos tortuosos.Su Sherlock Holmes hizo lo mismo. Recuerde que diriga la atencin hacia el curioso incidente del perro en plena noche... y la solucin era que no hubo tal incidente. El perro no hizo nada durante la noche. Bueno, contino. Otra cosa que llam mi atencin fue el reloj de pulsera que llevaba la interfecta.Por qu?No tena nada de particular, pero lo llevaba en la mueca derecha. S por experiencia que lo corriente es llevarlo en la izquierda.Japp alzse de hombros, pero antes de que pudiera hablar, Poirot prosegua:Pero, como ustedes me dirn, eso no es nada definitivo. Algunas personas prefieren llevarlo en la derecha. Y ahora pasemos a algo verdaderamente interesante... amigos mos... al escritorio.S, lo imaginaba dijo Japp.Eso s que era curioso... muy curioso...! Por dos razones. La primera es que faltaba algo.Jane Plenderleith pregunt:Qu es lo que faltaba?Poirot volvise haca ella.Una hoja de papel secante, mademoiselle. La que haba, estaba completamente limpia, sin estrenar.Jane se encogi de hombros.La verdad, seor Poirot, de vez en cuando suele romperse el secante que se usa demasiado.S, pero, qu se hace con l? Tirarlo al cesto de los papeles, verdad? Pero no estaba en el cesto de los papeles. Lo mir.Jane Plenderleith pareca impaciente.Porque probablemente la habra cambiado antes. El secante estara limpio porque Brbara no escribira aquellos das.Pero no es se el caso, mademoiselle, ya que la seora Alien aquella tarde fue vista echando una carta al buzn. Por lo tanto tuvo que haber estado escribiendo. No pudo hacerlo abajo, puesto que no hay material para ello. Y no es probable que fuese a la habitacin de usted para escribir. De modo que, qu ha sido del secante con que sec sus cartas? Es verdad que algunas personas arrojan las cosas al fuego en vez de tirarlas al saco de los papeles, pero en su dormitorio slo hay un fuego de gas y el de la chimenea de abajo no haba sido encendido el da anterior, puesto que usted me dijo que estaba ya preparado y slo tuvo que acercar una cerilla.Un problema curioso. Mir en todas partes, en la papelera, en el cubo de la basura, pero no consegu encontrar la hoja usada de papel secante... y eso me pareci muy importante. Me daba la impresin de que alguien lo haba ocultado deliberadamente. Por qu? Porque en l haba impresa cierta escritura que poda ser fcilmente leda colocndola ante un espejo.Pero haba otro punto curioso en aquel escritorio. Japp, tal vez recuerde cmo estaba dispuesto. En el centro el secante y el tintero, a la izquierda una bandejita con plumas y a la derecha un calendario y una pluma de ave. Eh bien? No lo ven? Recuerde, Japp, que la examin... y era slo un elemento decorativo. No haba sido utilizada. Ah! Todava no lo ve? Lo dir otra vez. El secante en el centro, la bandejita de plumas a la izquierda... a la izquierda, Japp. Y no es costumbre encontrarla a la derecha, puesto que se escribe con la mano derecha?Ahora lo comprende, verdad? La bandejita de las plumas a la izquierda..., el reloj de pulsera en la mueca derecha..., el secante recin cambiado... y algo que fue trado a la habitacin... el cenicero con las colillas de cigarrillos.La atmsfera del dormitorio era fresca y sin el menor olor, Japp. Por lo tanto, la ventana haba estado abierta y no cerrada toda la noche... Y entonces imagin lo ocurrido.Volvise para enfrentarse con Jane.La vi a usted, mademoiselle, llegando en un taxi, despidindole subiendo la escalera a todo correr y tal vez gritando Brbara... Abre usted la puerta y encuentra a su amiga tendida en el suelo, muerta y con una pistola en su mano crispada... la izquierda: naturalmente... puesto que era zurda... y por lo tanto la bala haba penetrado en el lado izquierdo de su cabeza. Hay una nota dirigida a usted, en la que le dice lo que la ha impulsado a quitarse la vida. Imagino que sera una carta conmovedora... Una mujer joven, simptica y desgraciada que, vctima de un chantaje, decide quitarse la vida.Creo que en aquel mismo instante concibi usted la idea de la venganza. Aquello era obra de un hombre... pues que recibiese su castigo... completo y adecuado! Coge la pistola, la limpia bien y la coloca en la mano derecha de la difunta. Coge la nota y el secante con que fue secada. Luego sube el cenicero... para crear la ilusin de que all hubo dos personas charlando... y tambin un pedacito de esmalte de un gemelo que encuentra en el suelo. Es un hallazgo afortunado y espera que le aten cabos. Luego cierra la ventana y la puerta. No debe haber la menor sospecha de que usted ha estado en la habitacin. La polica debe verla tal como est... de modo que no pide ayuda entre el vecindario, sino que llama directamente a la polica.Y contina la farsa. Usted representa su papel con precisin y sangre fra. Al principio se niega a decir nada, pero luego expresa sus dudas acerca del suicidio. Ms tarde se muestra dispuesta a ponernos sobre la pista del mayor Eustace.S, mademoiselle, muy, muy lista..., un asesinato muy inteligente... porque esto es lo que es el supuesto asesinato del mayor Eustace...Jane Plenderleith se puso en pie.No era un asesinato..., sino justicia. Ese hombre llev a la pobre Brbara a la muerte! Era tan dulce y tan ingenua! La pobre se vio engaada por un hombre la primera vez que fue a la India. Ella slo tena diecisiete aos, y l era casado. Tuvo una nia. Pudo haberla dejado en una casa cuna, pero no quiso ni oa hablar de ello. Se march de aquel lugar y regres hacindose llamar seora Alien. Ms tarde la nia muri. Vino aqu y se enamor de Carlos... ese mochuelo orgulloso y presumido. Ella le adoraba... y l se dejaba adorar. De haber sido otra clase de hombre le hubiese aconsejado que se lo contara todo, pero siendo como es, le dije que callara. Despus de todo, nadie saba nada, excepto yo. Y entonces apareci ese demonio de Eustace! Ya conocen ustedes el resto. Empez a atacarla sistemticamente, pero no fue hasta la noche pasada cuando comprendi que estaba exponiendo tambin a Carlos al escndalo. Una vez casada con Carlos, Eustace la tendra donde l quera... casada con un hombre rico al que le horrorizaba el escndalo! Cuando Eustace se fue con el dinero que ella le haba preparado, sentse a reflexionar. Luego tom una determinacin y me escribi una nota, dicindome que amaba a Carlos y que le era imposible vivir sin l, pero que por su propio bien no podan casarse, y que por ello iba a tomar la mejor salida.Jane ech la cabeza hacia atrs.Le extraa que yo hiciera lo que hice? Y usted lo llama asesinato!Porque lo es dijo Poirot con voz dura. Un asesinato puede ser que a veces est justificado, pero sigue siendo asesinato. Usted es sincera y posee una amplia mentalidad... enfrntese con la verdad, mademoiselle! Su amiga muri porque no tuvo valor para vivir. Podemos lamentarlo... o comprenderla... Pero el hecho no vara... Fue por un acto suyo... no de otra persona.Hizo una pausa.Y usted? Ese hombre est ahora en la crcel, donde cumplir una larga condena por otras cosas. Desea usted realmente, por su propia voluntad, destrozar la vida... fjese bien, la vida... de un ser humano?Ella le mir con ojos sombros. De pronto musit:No. Tiene razn. No lo deseo.Y dando media vuelta sali de la habitacin y oyeron cerrar la puerta de la calle...Japp lanz un silbido prolongado.Bueno, que me aspen! dijo.Poirot tom asiento, mirndole con simpata. Transcurri un buen rato antes de que rompieran el silencio, y fue Japp quien dijo:No se trataba de un asesinato disfrazado de suicidio, sino de un suicidio preparado para que pareciera un crimen!S, realizado con gran inteligencia, sin exageraciones.Japp dijo de pronto:Pero y el neceser? Qu relacin tiene con todo esto?Pues, amigo mo, ya le he dicho que ninguna.Entonces, por qu...?Los palos de golf. Los palos de golf, Japp. Eran los de una persona zurda. Jane Plenderleith guardaba los suyos en Wentworth. Aqullos eran los de Brbara Alien. No es de extraar que la muchacha se sobresaltara cuando usted abri el armario. Todo su plan pudiera haberse venido abajo. Pero es muy rpida, y comprendi que por espacio de un breve segundo se haba delatado. Vio que la observbamos e hizo lo mejor que se le ocurri en aquel momento: tratar de fijar nuestra atencin en un objeto equivocado. Y nos dijo, refirindose al neceser: Es mo. Lo... lo traje conmigo esta maana... de modo que no puede haber nada. Y, como ella esperaba, usted sigui la pista falsa. Por la misma razn, cuando a la maana siguiente se dispone a deshacerse de los palos de golf, contina utilizando el neceser como... cmo dira yo?, como espejuelo.Quiere decir que su verdadero objeto era...?Reflexione, amigo mo. Cul es el mejor lugar para deshacerse de un saco de palos de golf? No es posible quemarlos, ni arrojarlos al cubo de la basura. Si se dejan abandonados en algn sitio es probable que alguien los devuelva. La seorita Plenderleith se los llev a un campo de golf. Los deja en la caseta del club, y cogiendo un par de bastones de su propio saco, se va a jugar sin chico que la acompaase. Sin duda, a intervalos prudentes rompe un palo por la mitad y lo esconde entre la maleza... y termina por arrojar el saco. Si alguien encuentra un bastn roto en el club de golf no es de extraar. Es sabido que existen personas que arrojan y rompen todos sus palos cuando se exasperan durante el transcurso del juego. En resumen, es cosa propia del mismo juego! Pero puesto que comprende que sus actos pueden ser objeto de inters, arroja el cebo intil... el neceser... de un modo algo espectacular al lago... sta, amigo mo, es la verdad acerca del Misterio del Neceser.Japp contempl a su amigo en silencio durante unos instantes. Al fin, puesto en pie, echse a rer dndole unas palmaditas en el hombro.No est mal, viejo! Le doy mi palabra de que usted se llevar la gloria! Nos vamos a comer?Con mucho gusto, amigo mo, pero el men tendr que ser Omelette aux Champignons, Blanquette de Veau, Petits pois la France, y... para terminar, Baba au Rhum.A por ello! exclam Japp.