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CAPÍTULO 4 ASOCIACIONISMO Y COOPERATIVISMO AGRARIOS

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CAPÍTULO 4

ASOCIACIONISMOY COOPERATIVISMO AGRARIOS

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1. INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 271

2. EL COOPERATIVISMO EN CIFRAS .................................................................................... 275

1. COOPERATIVISMO EN LA UE ......................................................................................... 275

2. INFORME SOCIOECONÓMICO DEL COOPERATIVISMO AGRARIO ESPAÑOL .......... 2772.1. Número de Empresas Asociativas Agrarias (EAA) .................................................. 2772.2. Facturación de las Empresas Asociativas Agrarias en 2001 ................................... 2782.3. Principales datos sectoriales ..................................................................................... 2792.4. Importancia del asociacionismo agrario en los sectores productivos ................... 2802.5. Número de socios ..................................................................................................... 2812.6. Cooperativismo de segundo grado .......................................................................... 282

3. MARCO DE REFERENCIA DE LAS COOPERATIVAS EN LA CADENA AGROALIMEN-TARIA .................................................................................................................................... 285

1. ESPECIFICIDADES COOPERATIVAS ................................................................................ 285

2. DEMANDAS Y RETOS COOPERATIVOS ......................................................................... 286

4. LAS COOPERATIVAS Y EL DESARROLLO RURAL .......................................................... 291

5. ESTRATEGIAS DEL COOPERATIVISMO ........................................................................... 293

6. APOYO INSTITUCIONAL A LAS ESTRATEGIAS DEL COOPERATIVISMO ................... 295

269

Cap. 4ASOCIACIONISMO Y COOPERATIVISMO AGRARIOS

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La complejidad de la actividad agraria y laestructura y forma de funcionamiento del sistemaalimentario hacen estrictamente indispensable laempresa asociativa agraria –máxime teniendo encuenta los problemas estructurales y sociales delsector agrario–, tanto para la pervivencia del sec-tor como para que éste pueda responder a lasnecesidades de los consumidores y de la socie-dad en general. La experiencia de los miembrosde la UE y la del propio cooperativismo agrarioespañol ponen de manifiesto que las empresascooperativas son capaces de competir al máximonivel en la economía globalizada, facilitando lainclusión del agricultor en la cadena agroalimen-taria en las mejores condiciones posibles. Porello, dentro del Libro Blanco de la Agricultura yel Desarrollo Rural, el cooperativismo agrariomerece un capítulo específico donde actualizarsus objetivos, ordenar sus prioridades y prepararsu adaptación a las nuevas situaciones.

Esta consideración específica del cooperati-vismo en el diseño de las políticas agrarias sejustifica en la propia Constitución Española, queen su artículo 129.2 dispone que “los poderespúblicos promoverán eficazmente las diversasformas de participación en la empresa y fomen-tarán, mediante una legislación adecuada, lassociedades cooperativas”, y ello es un mandatosupralegal, no meramente programático, sino deaplicación directa, que vincula a todos los pode-res públicos. Mandato plenamente recogido en

la vigente Ley 27/1999, de Cooperativas, enorden a la “promoción, estímulo y desarrollo” dela cooperativa como tareas de interés general.(Art. 108).

Tradicionalmente se ha sobreentendido laimportancia del cooperativismo para el cumpli-miento de los objetivos perseguidos por las polí-ticas agrarias. Ésta es la ocasión de dedicarle laatención necesaria y de concretar sus funcioneso sus posibilidades de desarrollo. A lo largo delcapítulo, se exponen sintéticamente las iniciati-vas que se consideran necesarias para mejorarlas condiciones en las que las cooperativas ejer-cen sus funciones.

Como se verá más adelante, el peso del coo-perativismo por subsectores es muy variable. Laexplicación de estas diferencias está en la histo-ria del proceso de constitución y en las caracte-rísticas de cada cadena de producción.

Los grandes subsectores con más peso delcooperativismo, vino y mostos, aceite y suminis-tros, son aquellos en los que estas fórmulas selanzaron de forma masiva en los años 60 con elacuerdo de la industria transformadora, en unproceso de división de las tareas dentro de lacadena. En otros casos, como los cítricos, elavance de las cooperativas siempre estuvo encompetencia con los agentes bien situados parala misma tarea, no estableciéndose un mecanis-mo de colaboración. En otros muchos sectores

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1. INTRODUCCIÓN

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el desarrollo es bastante reciente por diversosmotivos. Por ejemplo, en los cereales y el taba-co la política agraria española anterior a la entre-da en la CEE apenas dejaba hueco para el surgi-miento de cooperativas, pero después la norma-tiva comunitaria las ha favorecido.

Las cooperativas agrarias españolas tienensus orígenes en distintas épocas. Mientras algu-nas, sobre todo del litoral mediterráneo, sonanteriores a la Guerra Civil, la mayoría dieron elgran salto adelante en los años 60 y 70. Lanorma en la que se apoyaron durante todo esteperiodo fue la Ley de Cooperativas 1942, cuyodesarrollo se enmarcó en la estrategia cooperati-va de la Organización Sindical (OS), y en su lan-zamiento participó de lleno todo la estructura deEstado. En esta etapa se promovió la estructura-ción de cooperativas para sectores enteros y enregiones muy amplias: vino en todas las regio-nes, aceite en Andalucía, leche en las Centralesde casi todas las ciudades, etc., coincidiendo conun gran salto modernizador de la economía y laintroducción de políticas e instrumentos demodernización de los mercados agrarios. Elmodo y el momento en que nacieron estas coo-perativas explican su distribución geográfica ysectorial.

Caso diferente es el de los cítricos, cuyo prin-cipal motivo para la agrupación de agricultoresa finales del XIX y principios del XX fue la bús-queda colectiva de fórmulas que garantizasen laseguridad de sus cultivos y facilitasen la gestióndel agua. Más tarde, al amparo de las ventajasfiscales previstas en la Ley Sindical de 1906, seestructuró un cooperativismo que buscaba mejo-res condiciones en la compra de fertilizantes yotros insumos y en el que las Cajas de Créditojugaron un papel importante. Bien entrada ladécada de los sesenta se desarrolló el cooperati-

vismo de exportación que aprovechó la mejorade la producción, el apoyo público y la ordena-ción del comercio exterior, manteniéndosedesde entonces en competencia con el resto deexportadores. En el caso del resto del sector defrutas y hortalizas el peso en la exportación delcooperativismo fue pequeño, ya que en el pri-mer momento primó la figura de cosecheroexportador con forma jurídica de sociedad mer-cantil.

Uno de los ámbitos en los que el asociacio-nismo está más extendido es la adquisición deinsumos porque fue incentivado desde las Orga-nizaciones Sindicales en las cooperativas localesy se estructuró desde las UTECO y la UNACO.

En los últimos veinte años se produjo uncambio muy importante en la estructura coope-rativa: se amplió y territorializó el marco legal(ley estatal y leyes autonómicas de cooperati-vas), se modificaron las políticas agrarias, eco-nómicas y comerciales, se disolvieron las Orga-nizaciones Sindicales y se desarrollaron y conso-lidaron estructuras representativas democráticasseparadas de las comerciales que se fueron pro-fesionalizando.

Las cooperativas agrarias dependen delMinisterio de Trabajo, quedando por lo tantoalgunos aspectos fundamentales fuera de lasAdministraciones Agrarias. Por otro lado, lasleyes autonómicas contienen normas propiasque permiten la adaptación de las especificida-des de cada región productora, si bien, en algu-nos casos, las particularidades en materia eco-nómica y fiscal plantean algunas disfunciones.

Tras la transición política, con el R.D.Ley 31/77, sobre extinción de la sindicación obli-gatoria, surgieron las Sociedades Agrarias deTransformación (SAT) que, jurídicamente, sonsociedades civiles que cuentan con una legisla-

El Libro Blanco de la Agricultura y el Desarrollo Rural

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ción básica nacional y que, en contraste con lascooperativas, tanto en el ámbito general comoen todas las Comunidades Autónomas dependende las Administraciones Agrarias.

Al final de la década de los sesenta y princi-pios de los setenta se puso en marcha la figurade las Agrupaciones de Productores Agrarios(APA), que, sobre todo, se asentaron en el sec-tor de frutas y hortalizas. Esta figura consistió enuna catalogación de las cooperativas y SAT. Apartir de la entrada en la CEE las Organizacionesde Productores se consolidaron en aquellos sec-tores en que las respectivas OCM les concedenfunciones de mercado. Esto ha favorecido laorganización de la oferta, especialmente en loscasos en que han desarrollado planes de pro-ducción o comercialización.

Según el Informe Socioeconómico del Coo-perativismo Agrario Español en el 2001, el coo-

perativismo es muy relevante desde el punto devista cuantitativo.

El número de Empresas Asociativas Agrarias(en adelante EAA) con actividad en el año 2001se aproxima a las 4.000 entidades, que agrupan acerca de un millón de agricultores y ganaderos.

Pero todavía más significativa es su relevan-cia “cualitativa” en cuanto al desarrollo de fun-ciones en la cadena de producción, prolonga-ción hacia las fases posteriores de transforma-ción y comercialización, incorporación de inno-vaciones y participación en la gestión del medio,que fundamentan el liderazgo del asociacionis-mo dentro del sector.

Las reflexiones y recomendaciones que seplantean a continuación tienen carácter generaly no se refieren a las particularidades sectoriales,territoriales o ligadas a la tipología de las estruc-turas de las cooperativas.

1.ª PARTE: Cap. 4: Asociacionismo y cooperativismo agrarios

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1. COOPERATIVISMO EN LA UE

El cooperativismo agrario tiene una granimportancia y protagonismo en la agricultura delos países miembros de la Unión Europea, aun-que su grado de penetración, su organización ysu legislación básica son diferentes en cada unode los ellos. En el conjunto de la Unión, segúndatos del COGECA (1), existen unas 30.000empresas cooperativas con casi 9 millones desocios y más de 600.000 trabajadores; su volu-men de negocio alcanza los 210.000 millones deeuros, proveen más del 50% de los insumosagrarios y su cuota en la producción, la transfor-mación y la comercialización agraria supera el

60%. El desarrollo del cooperativismo es muydispar en los distintos países de la UE en cuan-to a los procesos de concentración, el peso rela-tivo de sus actividades dentro de la cadena deproducción, la relación con los socios y la orien-tación más o menos comercial de sus estrategias.También las normas que regulan las cooperati-vas, su estructura y su cuota de mercado sonmuy distintas de unos países a otros.

En el cuadro y gráficos siguientes se recogenlas principales magnitudes que definen el coo-perativismo en los diferentes Estados miembros(según datos del COPA COGECA, 1998/99, y enel caso de España de CCAE-2001).

275

Cuadro 1. DATOS SOCIOECONÓMICOS DEL COOPERATIVISMO AGRARIO EUROPEO

BEL DK AL GR ESP FIN FR IRL ITA NL PT SUE RU UE

Facturación(ME) 3 11,65 38,28 0,11 12 3,7 64 11,3 16,96 22,74 0,87 10 12,38 206,99

Nº coops 300 18 4.221 6.330 3.926 68 3.700 122 6.486 115 1.072 53 565 26.976

Nº socios 50 95,2 2.957 738 977 110 1.100 185 898 256 588 300 241 8.495,2

Fact/coop(ME) 10 647,2 9,1 0,0 3,1 54,4 17,3 92,6 2,6 197,7 0,8 188,7 21,9 7.7

Socios/coop 166,7 5.289 701 117 249 1.618 297 1.516 138 2.226 549 5.660 427 315Fact/socio(ME) 60.000 122.373,9 12.945,6 149,1 12.282,5 33.636,4 58.181,8 61.081,1 18.886,4 88.828,1 1.479,6 33.333,3 51.369,3 24.365,5

(1) Organización representativa de las cooperaivas de la UE.

2. EL COOPERATIVISMO EN CIFRAS

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El Libro Blanco de la Agricultura y el Desarrollo Rural

276

Número de Cooperativas Agrarias UE

7.000

6.000

5.000

4.000

3.000

2.000

1.000

0

BEL

DK AL GR

ESP

FIN FR IRL

ITA NL PT

SUE

RU

Facturación Cooperativas Agrarias UE

70

60

50

40

30

20

10

0

BEL

DK AL GR

ESP

FIN FR IRL

ITA NL PT

SUE

RU

nº de cooperativas euros

Número de Socios Cooperativas Agrarias UE

3.000

2.500

2.000

1.500

1.000

500

0

Facturación por Cooperativas

700

600

500

400

300

200

100

0

BEL

DK AL GR

ESP

FIN FR IRL

ITA NL PT

SUE

RU BEL

DK AL GR

ESP

FIN FR IRL

ITA NL PT

SUE

RU UE

nº de socios millones de euros

Número de Socios por Cooperativas

6.000

5.000

4.000

3.000

2.000

1.000

0

Facturación por socio

140.000

120.000

100.000

80.000

60.000

40.000

20.000

0

BEL

DK AL GR

ESP

FIN FR IRL

ITA

NL PT

SUE

RU UE BEL

DK AL GR

ESP

FIN FR IRL

ITA NL PT

SUE

RU UE

nº de socios euros

Gráfico 1. Datos Socioeconómicos del Cooperativismo Agrario Europeo

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2. INFORME SOCIOECONÓMICO DEL

COOPERATIVISMO AGRARIO ESPAÑOL

El Informe Socioeconómico del Cooperativis-mo Agrario Español en el 2001 (CCAE) recogelos principales datos que caracterizan el estadoactual de las EAA, cuya actividad es la comer-cialización y/o transformación de los productosagrícolas y ganaderos obtenidos en las explota-ciones asociadas.

Los datos que se recogen en este epígrafeincluyen tanto las empresas que operan bajo laforma jurídica de cooperativas agrarias –que sonla inmensa mayoría– como los de otras formasjurídicas similares (SAT), cuyo objeto social es lacomercialización y/o transformación de produc-tos agrarios, en la medida en que su funciona-miento interno y su base social son similares alos de las cooperativas agrarias. Por el contrario,no se tienen en cuenta los datos de las distintasformas jurídicas de producción en común, yaque su elevado número y la dispersión tantojurídica como geográfica hacen muy difícil lahomogenización de datos fiables.

2.1. Número de Empresas asociativasagrarias (EAA)

El número total de EAA con actividad econó-mica en el año 2001 fue de 3.926, cifra ligera-mente superior a la de 2000, en la que se conta-bilizaron 3.902 cooperativas agrarias. Es necesa-rio tener en cuenta, sin embargo, que en esteinforme se incluyen SAT de comercializaciónque no fueron tenidas en cuenta en el informedel año anterior.

No obstante, en este ejercicio se ha constata-do el mantenimiento de la tendencia a la lentadisminución del número de cooperativas, princi-palmente por procesos de integración, a la vezque se han creado nuevas cooperativas, espe-cialmente en las regiones de vocación hortofru-tícola, como consecuencia de la puesta en prác-tica de la nueva OCM de frutas y hortalizas en laque se potencia la figura de las Organizacionesde Productores.

La distribución geográfica del asociacionis-mo agrario pone de manifiesto el gran arraigode esta fórmula empresarial en las regiones

1.ª PARTE: Cap. 4: Asociacionismo y cooperativismo agrarios

277

Cuadro 2. EEA CON ACTIVIDAD ECONÓMICA EN 2001

CC.AA. N.º % CC.AA. N.º %

Andalucía 786 20% Comunidad Valenciana 561 14%Aragón 202 5% Extremadura 298 8%Asturias (Principado de) 85 2% Galicia 198 5%Balears (Illes) 46 1% La Rioja 45 1%Canarias 46 1% Madrid (Comunidad de) 36 1%Cantabria 26 1% Murcia (Región de) 98 2%Castilla La Mancha 449 11% Navarra (C. Foral de) 191 5%Castilla y León 350 9% País Vasco 79 2%Cataluña 430 11% Total 3.926 100%

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mediterráneas (Andalucía, Comunidad Valencia-na, Cataluña y Murcia), que concentran aproxi-madamente la mitad de las EAA españolas. EnAndalucía tienen su sede 786 EAA, lo que repre-senta el 20% del total nacional. Por el contrario,el número de entidades con sede en las Comu-nidades Autónomas que conforman la CornisaCantábrica apenas alcanza el 10% del total.

2.2. Facturación de las EmpresasAsociativas Agrarias en 2001

La facturación de las EAA (cooperativas y SAT)en 2001 alcanzó la cifra de 12.013 millones deeuros, lo que supone un aumento del 11% respec-to a la cifra de 2000. Esta cifra representa el 45,4%de la PFA. Este aumento de la facturación pone demanifiesto la diversificación de actividades de lasempresas, más allá de la tradicional comercializa-ción y/o transformación de los productos agrope-cuarios. Cada vez son más las actividades y servi-cios prestados a los socios y a la comunidad ruralen la que están enclavadas (cuadro 3).

El Libro Blanco de la Agricultura y el Desarrollo Rural

278

Gráfico 2. Número de Empresas Asociativas Agrarias

800

700

600

500

400

300

200

100

0

nº de empresas

Andalu

cía

Aragón

Princip

ado d

e Astu

rias

Balears

(Illes

)

Canari

as

Cantab

ria

Castilla

-La M

anch

a

Castilla

y Le

ón

Cataluñ

a

País Vas

co

C.F. de

Navarr

a

Región

de M

urcia

Madrid

La Rioja

Extrem

adura

Comun

idad V

alenc

iana

Galicia

Mapa 1. Distribución Territorial de Empresas Asociativas Agrarias

Islas Canarias

Illes Balears

>700

>500 <700

>300 <500

>200 <300

>50 <200

<50

Gráfico 3. Facturación de las EAA

3.000

2.500

2.000

1.500

1.000

500

0

millones de euros

Andalu

cía

Aragón

Princip

ado d

e Astu

rias

Balears

(Illes

)

Canari

as

Cantab

ria

Castilla

-La M

anch

a

Castilla

y Le

ón

Cataluñ

a

País Vas

co

C.F. de

Navarr

a

Región

de M

urcia

Madrid

La Rioja

Extrem

adura

Comun

idad V

alenc

iana

Galicia

También en el ámbito de la facturación, las EAAde Andalucía se encuentran a la cabeza de la factu-ración por Comunidades Autónomas, con 2.625millones de euros, lo que representa más del 21%del total. Las Entidades de las cuatro ComunidadesAutónomas ribereñas del Mediterráneo facturan el48% del total nacional (gráfico 3, 4 y mapa 2).

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2.3. Principales datos sectoriales

El cuadro 4 refleja los datos de actividad sec-torial de las Empresas Asociativas Agrarias (coo-perativas y SAT) en 2001.

Los datos, según tipos de actividad, reflejanque el 27% del total de empresas desarrollanactividades de adquisición y suministros demedios de producción para la agricultura, queincluye, en muchos casos, los servicios de asis-tencia técnica y asesoramiento a las explotacio-nes. Los siguientes grupos de actividad, por

1.ª PARTE: Cap. 4: Asociacionismo y cooperativismo agrarios

279

Cuadro 3. FACTURACIÓN DE LAS EEA EN 2001

CC.AA. Millones € % CC.AA. Millones € %

Andalucía 2.625 21,85% Comunidad Valenciana 1.360 11,32%Aragón 589 4,90% Extremadura 548 4,56%Asturias (Principado de) 469 3,90% Galicia 1.148 9,56%Balears (Illes) 58 0,49% La Rioja 135 1,12%Canarias 123 1,02% Madrid (Comunidad de) 82 0,68%Cantabria 58 0,48% Murcia (Región de) 547 4,55%Castilla La Mancha 980 8,16% Navarra (C. Foral de) 544 4,53%Castilla y León 1.262 10,51% País Vasco 198 1,65%Cataluña 1.287 10,71% Total 12.013 100,00%

Gráfico 4. Facturación media por Cooperativa en España

6

5

4

3

2

1

0

millones de euros

Andalu

cía

Aragón

Princip

ado d

e Astu

rias

Balears

(Illes

)

Canari

as

Cantab

ria

Castilla

-La M

anch

a

Castilla

y Le

ón

Cataluñ

a

País Vas

co

C.F. de

Navarr

a

Región

de M

urcia

Madrid

La Rioja

Extrem

adura

Comun

idad V

alenc

iana

Galicia

MEDIA

Mapa 2. Distribución Territorial de la Facturación

Islas Canarias

Illes Balears

>2.000

>1.000 <2.000

>500 <1.000

>100 <500

>50 <100

orden de número de empresas, son: la transfor-mación y comercialización de aceite de oliva(16%), comercialización de frutas y hortalizas(14%), sector vitivinícola (13%) y comercializa-ción de cereales, oleaginosas y proteaginosas–cultivos herbáceos– (10%).

Atendiendo a la facturación sectorial, el sec-tor hortofrutícola ocupa el primer lugar con másde 3.600 millones de euros, es decir, el 30% deltotal. Siguen en orden de importancia los secto-

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res ganaderos (23,5%), el aceite de oliva (10,6%)y los Suministros (9,92%).

2.4. Importancia del Asociacionismoagrario en los sectores productivos

Las más de 3.900 EAA con actividad en el 2001comercializan importantes porcentajes de la pro-

El Libro Blanco de la Agricultura y el Desarrollo Rural

280

Cuadro 4. FACTURACIÓN SECTORIAL

N.º EEA Millones euros %

SECTORES AGRÍCOLASAceite de Oliva 769 1.278 10,64Cultivos Herbáceos 464 796 6,63Hortofrutícola 694 3.698 30,79Vitivinícola 625 1.090 9,07

SECTORES GANADEROSGanadería 396 2.832 23,58

MEDIOS DE PRODUCCIÓNSuministros 1.249 1.192 9,92

OTROS SECTORESOtros sectores 592 1.127 9,38

27%

13%

14%

8%

16%

10%

12%

Aceite de Oliva VitivinícolaHortofrutícola

Ganadería Suministros Otros sectores

Gráfico 5. Actividad Sectorial de las empresas asociativas agrarias

CultivosHerbáceos

Gráfico 6. Porcentaje de Participación de las Empresas AsociativasAgrarias en las Principales Producciones

4.000

3.500

3.000

2.500

2.000

1.500

1.000

500

0

millones de euros

Aceite

de O

liva

Cultivo

s Herb

áceo

s

Hortofr

utíco

la

Vitiviní

cola

Otros s

ector

es

Suminis

tros

Ganad

ería

ducción agraria española. Es el caso, entre otros,del tabaco, arroz, vino, aceite de oliva, fertilizan-tes, semillas y cítricos. En otras producciones agrí-colas y ganaderas el papel de las empresas aso-ciativas es igualmente muy relevante, comopuede comprobarse en el gráfico siguiente, sinolvidar que cada cooperativa, aunque trabajeminoritariamente en un sector, se convierte den-tro de su ámbito territorial en el referente del mer-cado en origen del producto que comercializa.

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2.5. Número de Socios

El número de socios de las EAA (coopera-tivas y SAT) en el año 2001 ascendió a 977.916.Esta cifra representa una disminución de algomás de 5.000 socios respecto a los datos de2000, que confirma la tendencia decrecientede los últimos años. No obstante, hay quetener en cuenta que es frecuente que un agri-cultor o ganadero sea socio de más de unacooperativa con distinta actividad, y que tam-bién se da con frecuencia el caso de que hayamás de un socio en algunas explotacionesfamiliares, por lo que estos datos no permitenla comparación directa con el número deexplotaciones agrarias en España o con lapoblación activa agraria.

La distribución territorial del número desocios refleja un panorama similar al denúmero de entidades (cooperativas y SAT) yal de facturación, destacando la Comunidadandaluza con más de 240.000 socios, lo querepresenta más del 24,6% del total. Resulta

significativo el importante número de sociosde las entidades de la Comunidad Valenciana,que supera los 220.000 socios, es decir, el22,5%.

El análisis de la distribución territorial delnúmero de socios de las EAA pone de manifies-to que en la mitad sur de España es donde seconcentra el mayor número de agricultores yganaderos asociados a este tipo de empresas.Esta circunstancia es debida a la preponderanciaen estas regiones de dos sectores como son elaceite de oliva y el vino, con un alto grado deasociacionismo, además del caso particular de laComunidad Valenciana, en la que el arraigo delas fórmulas asociativas es históricamente muyelevado entre los agricultores.

1.ª PARTE: Cap. 4: Asociacionismo y cooperativismo agrarios

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100

90

80

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Gráfico 7. Sector/ Producto/ Actividad Cuadro 5. NÚMERO DE SOCIOS POR CC.AA.

N.º sociosComunidad Autónoma de las EEA

Andalucía 240.630

Aragón 52.797

Asturias (Principado de) 14.730

Balears (Illes) 5.732

Canarias 11.930

Cantabria 7.745

Castilla-La Mancha 126.490

Castilla y León 70.520

Cataluña 53.908

Comunidad Valenciana 220.810

Extremadura 49.215

Galicia 48.408

La Rioja 7.250

Madrid (Comunidad de) 8.745

Murcia (Región de) 23.175

Navarra (C. Foral de) 23.816

País Vasco 12.015

Total 977.916

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2.6. Cooperativismo de segundo grado

Las cooperativas de segundo grado sonentidades integradas por cooperativas de base

que constituyen, hoy por hoy, la principal fór-mula de integración empresarial que utiliza el

El Libro Blanco de la Agricultura y el Desarrollo Rural

282

Cuadro 6. COOPERATIVISMO DE SEGUNDO GRADO

CC.AA. N.º Coop. Socios Millones de €Andalucía 34 470 857,34Aragón 16 221 372,92Asturias (Principado de) 1 70 24,79Balears (Illes) 3 23 10,46Canarias 2 24 96,76Cantabria 1 6 15,87Castilla-La Mancha 27 369 190,22Castilla y León 20 78 233,91Cataluña 18 432 411,21Comunidad Valenciana 35 796 2.347,88Extremadura 11 148 378,28Galicia 11 229 1.038,64La Rioja 2 12 15,69Murcia (Región de) 2 8 10,04Navarra (C. Foral de) 7 196 270,55País Vasco 1 8 27,65Total 191 3.090 6.302,21

Gráfico 8. Número de Socios por CC.AA.

250

200

150

100

50

0

nº de socios (miles)

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Mapa 3. Distribución Territorial del número de socios

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<50.000

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asociacionismo agrario español para responderal mercado globalizado. Esta modalidad deintegración de las cooperativas y SAT permiteconseguir mayor volumen de producto y a lavez especialización, que son característicasimprescindibles para permanecer en los mer-cados actuales, lo que está permitiendo queeste tipo de cooperativas se conviertan en elprincipal cauce de comercialización de los pro-ductos.

Las 191 cooperativas de segundo grado agru-pan a 3.090 cooperativas o SAT de base, factu-rando en 2001 más de 6.302,21 millones de

euros, lo que representa el 52% del total factu-rado por el asociacionismo agrario español. Lacooperativa media de segundo grado tiene unafacturación de más de 40 millones de eurosanuales, lo que constituye una dimensiónempresarial que permite mayores oportunidadesde presencia en el mercado.

La evolución de este tipo de empresas indicauna tendencia sostenida de crecimiento en ladimensión empresarial, acorde con la necesidadde comercializar grandes volúmenes de produc-to para atender las demandas de una distribu-ción cada vez más concentrada.

1.ª PARTE: Cap. 4: Asociacionismo y cooperativismo agrarios

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Actualmente la cadena agroalimentaria estácompuesta por un complejo entramado econó-mico que relaciona a productos, industrias trans-formadoras, comercializados y consumidos fina-les. Los agricultores organizados en empresasasociativas tienen más posibilidades de éxito ensus relaciones económicas en los otros eslabo-nes de la cadena.

1. ESPECIFICIDADES COOPERATIVAS

Actualmente el sistema agroalimentario estácompuesto por complejos entramados económi-cos que interrelacionan a productores, industriatransformadora, comercializadores y consumido-res finales. Las posibilidades de confrontarse conéxito a este entramado crecen para los produc-tores organizados en un proyecto colectivo.

La implantación real y la experiencia de estaforma de asociación y su capacidad para res-ponder a las particularidades y necesidades delos agricultores y ganaderos, demuestran su efi-cacia. Los agricultores participan activamente enla cooperativa, como socios, clientes y provee-dores, y deciden directamente el funcionamien-to de su empresa. Para abordar el reto del afian-zamiento de la cooperativa dentro de estosentramados, el cooperativismo cuenta con espe-cificidades intrínsecas y ventajas comparativasque se podrían resumir en cuatro grandes líneas.

En primer lugar, las cooperativas mantienenuna posición estratégica dentro de la cadenaagroalimentaria. Actúan como puente entre laproducción y la industria y el comercio, yfomentando que agricultores y ganaderos parti-cipen en la transformación y comercialización.Las cooperativas son agentes estratégicamentebien situados en el mercado, tanto por su posi-ción intermedia entre la producción, la industriay el comercio, como por su actividad que lassitúa simultáneamente como proveedores yclientes en las sucesivas fases de la cadena agro-alimentaria. Esta posición les concede una capa-cidad privilegiada de adaptar la producción a losrequerimientos del mercado.

La participación del agricultor en las fases pos-teriores a la producción es tanto más decisivacuanto más disminuye el apoyo público, y las ren-tas agrarias dependen más del mercado. La parteproporcional del precio de los alimentos quecorresponde a la materia prima que sale de lasexplotaciones es cada vez menor. La cooperativa,como “empresa de agricultores” que actúa entodas las fases de la cadena agroalimentaria puedey debe generar valor añadido al sector productor.

Por otra parte, las cooperativas son operado-res del mercado especialmente bien posiciona-dos para realizar un seguimiento total a los pro-ductos y cumplir con la exigencia de trazabilidady de seguridad alimentaria. Las cooperativas, enla medida en que participan en toda la cadena

3. MARCO DE REFERENCIADE LAS COOPERATIVAS EN LA CADENA

AGROALIMENTARIA

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de elaboración de los alimentos, pueden decidir,conocer y garantizar cada uno de los procesos alos que han sido sometidos antes de llegar alconsumidor.

En otro sentido, las cooperativas ofrecentambién la posibilidad de aglutinar los interesesde los productores y mejorar su posición nego-ciadora, y les permite conservar su capacidadde decisión. Por un lado, concentrando la ofer-ta, las cooperativas mejoran las condiciones deacceso al mercado y evitan que el agricultor oganadero quede relegado a “mero suministra-dor de materias primas”, ante una demandacada vez más unida. Por otra parte, la presta-ción de ciertos servicios o la demanda concen-trada de inputs por la cooperativa anima lacompetencia y “contiene” sus precios, lo cualbeneficia tanto a sus socios como al resto deagricultores.

Por último, la cooperativa contribuye a darestabilidad a los mercados agrarios. Las coope-rativas se han convertido en el principal ele-mento de concentración de la producción agra-ria, y juegan un papel determinante en la for-mación de los precios percibidos por los agri-cultores, incluidos los no asociados. Las coope-rativas intervienen también activamente en laregulación de los mercados, a través de la pues-ta en práctica de las políticas públicas de inter-vención, retirada, almacenamiento, etc.

2. DEMANDAS Y RETOS COOPERATIVOS

La orientación de la actividad cooperativadentro de la cadena agroalimentaria se enfrenta-rá a múltiples retos en el terreno de produccióny del acompañamiento del producto hasta lasfases de transformación y comercialización.

Hasta ahora el objetivo principal de la cons-titución de las cooperativas ha sido la comercia-lización e industrialización por el colectivo deagricultores con el objetivo de mejorar sus ingre-sos. Sin embargo, la nueva situación socioeco-nómica ha planteado la necesidad de que lascooperativas asuman objetivos mucho másambiciosos.

Las cooperativas se enfrentan a los cambiosde la política agraria europea, que se puedenresumir en un menor protagonismo de las tradi-cionales y cada vez más cuestionadas medidasde sostenimiento de precios y ligadas a la pro-ducción, y una mayor dotación de recursos paralas medidas dirigidas a las nuevas preocupacio-nes de la sociedad sobre la calidad y seguridadalimentarias, y la conservación del medioambiente y del medio rural.

Como consecuencia de las estas preocupa-ciones sociales y administrativas, toda una seriede nuevas y crecientes restricciones se imponena la actividad productiva, implicando, en el cortoplazo, limitaciones que afectan a la rentabilidadeconómica de las empresas agrarias. El agricul-tor encuentra dificultades para estar informado yabordar individualmente las nuevas exigencias,que la cooperativa puede asumir en mejorescondiciones.

Los desajustes estructurales que caracterizanuna parte de la agricultura española redundanen el incremento de los costes de producción y,por lo tanto, reducen su capacidad competitiva.Estos desajustes se deben tanto a condicionantesexternos como a la propia organización de lossistemas productivos españoles, muy particular-mente debilitados por la rigidez del mercado dela tierra. Estas deficiencias dificultan la adapta-ción de las explotaciones al nuevo marco políti-co, económico y social, y en buena medida

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1.ª PARTE: Cap. 4: Asociacionismo y cooperativismo agrarios

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demandan nuevas funciones de las cooperativaspara apoyar las actividades productivas de lasexplotaciones agrarias que complementan lastradiciones de concentración de la oferta, comer-cialización en común y abastecimiento deinputs.

El objetivo básico de las cooperativas es con-seguir mejores precios para los productos de sussocios y los mayores márgenes de beneficio parasus explotaciones. Este objetivo no se puedecumplir sólo a través del apoyo a la actividadproductiva de las explotaciones y la concentra-ción de la producción, sino que debe comple-mentarse con el acompañamiento del productohasta las fases de transformación y comercializa-ción y la recuperación del valor añadido incor-porado al producto final.

Cada vez más, el consumidor demanda pro-ductos con mayores valores y servicios añadi-dos, de los que salen de las explotaciones. Escreciente la preocupación de los consumidorespor la salud y aumenta la demanda de informa-ción en lo que se refiere al origen, seguridad ysanidad alimentarias de los productos adquiri-dos. Por ello, el control, la información al con-sumidor y la trazabilidad se han convertido enlas claves de cualquier proceso de producción,industrialización y comercialización.

La producción ecológica o la producciónintegrada, como sistemas de producción, queutilizan técnicas respetuosas con el medioambiente están consiguiendo un apoyo crecien-te. La participación y liderazgo de las cooperati-vas en esta fórmula está siendo determinante.Existen otros mercados que reconocen otro tipode calidades específicas no tanto ligadas a cuali-dades nutricionales o medioambientales, sinosingularidades debidas a las tradiciones cultura-les, a las costumbres gastronómicas locales, etc.

Estas cualidades, no reguladas o reguladas porlas denominaciones de origen, podrían incluirsedentro del concepto de “calidad europea”, queconstituye un nicho creciente de mercado quedebe ser aprovechado por las cooperativas.

La actividad de la industria agroalimentariaespañola contrasta con la actividad agraria porsu mayor dinamismo y competitividad. Estosretos, junto con el alto riesgo de las inversiones,son los que deben afrontar las cooperativas parapoder entrar en el eslabón de la transformaciónde la cadena alimentaria. Las sucesivas opera-ciones de compraventa y acuerdos de fusión decompañías del sector de la industria agroalimen-taria española, y los transvases de capitalesextranjeros en los últimos años, han convertidoa la transformación de productos agrarios en unaactividad altamente concentrada e internaciona-lizada. La mayor parte de los mercados de ali-mentación se encamina –como el resto de sec-tores económicos- a la reducción del número deoperadores.

La intervención de las cooperativas en losprocesos de transformación de las materias pri-mas agrarias es todavía limitada, y su cuota departicipación es mucho mayor en las primerasfases de la transformación que en las sucesivas.No obstante, cabe resaltar avances en los secto-res del aceite de oliva, de la mano del envasadoy venta de virgen a la gran distribución o en losmercados de radio corto; del vino, con la expor-tación directa de vino embotellado; del sectorhortofrutícola por la exportación y ventas direc-tas a las empresas de la gran distribución euro-pea; del sector cárnico con operaciones de des-piece y comercio mayorista; etc.

En general, las cooperativas que acometenesta segunda transformación o alcanzan escalóncomercial son aquellas que cuentan con una

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El Libro Blanco de la Agricultura y el Desarrollo Rural

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base social más sólida, con mecanismos másadecuados de funcionamiento, y las que intro-ducen más disciplina en las relaciones con sussocios.

En esta ampliación de sus actividades, las coo-perativas se encuentran muchas veces limitadaspor la insuficiente disponibilidad de producto desus socios en cantidad, calidad, variedades, etc.,que no les permite realizar una oferta completasobre una gama. Las formas de solucionar esteproblema pasan por el establecimiento de meca-nismos de colaboración con otros ofertantes.

La tímida entrada de algunas cooperativasespañolas en la industrialización de sus produc-tos contrasta, sin embargo, con su situación pri-vilegiada para realizar procesos de transforma-ción de materias primas. Su fortaleza radica enque su implantación en las fases de producciónles permite planificar, coordinar y adaptar laoferta a la demanda. Por otra parte, las crecien-tes exigencias de trazabilidad, seguridad y sani-dad alimentaria, requeridas tanto por los consu-midores como por las administraciones públicas,no son una amenaza para las cooperativas, sinouna oportunidad y una ventaja comparativa conrespecto a otros operadores alejados de la pro-ducción agraria.

El ámbito en el que se relaciona la agricultu-ra con el comercio ha sufrido profundas trans-formaciones, y las formas de comprar y venderhan cambiado por la apertura de mercados, elprogreso de nuevas tecnologías, la internaciona-lización y concentración de las empresas agroa-limentarias y de distribución, así como por lasaturación de la demanda. El modelo de la grandistribución, en particular, ha revolucionado elcomercio alimentario.

El acelerado proceso de concentración queha experimentado la estructura de la comerciali-

zación alimentaria se refleja en un menor núme-ro de compañías operadoras y en el incrementode sus cifras de facturación y de la superficie delos establecimientos. En la medida en que unascadenas compran a otras, se fusionan, o llegan aacuerdos de colaboración, desaparecen compra-dores del mercado, y los que quedan incremen-tan su poder, volumen y nivel de exigencia,reduciendo de forma proporcional el número deproveedores. Así, los grandes grupos se mantie-nen en una posición dominante casi de oligopo-lio en la negociación con industriales y provee-dores, con quienes se relacionan cada vez másdirectamente en los mercados de origen y conescasa competencia. La estrategia de la gran dis-tribución se orienta así hacia la centralización delas decisiones de compra, la imposición de pro-tocolos de producción, la potenciación de suspropias marcas, e incluso a la penetración enfases anteriores de la cadena. Cabe resaltar que,en ocasiones, este proceso ha provocado unacercamiento de la gran distribución al origen,favoreciendo las ventas directas de las coopera-tivas a la gran distribución en detrimento demayoristas, envasadores, etc.

Esta concentración contrasta con la atomiza-ción de la oferta de productos agrarios que lascooperativas no siempre logran corregir. La faltade estrategias para adaptarse a las “nuevas reglasde juego” podría relegar a los agricultores y suscooperativas al papel de meros “suministradores”de materias primas de la cadena, quedando asíno sólo privados del beneficio de los valores aña-didos generados en las sucesivas fases que llevanel producto hasta el consumidor, sino obligadosa mayores exigencias y a la asunción de funcio-nes y responsabilidades adicionales (almacena-miento, transporte, etc.) que complican su papeltradicional de suministrador y elevan su nivel deriesgo. Por tanto, las cooperativas deben alcanzar

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1.ª PARTE: Cap. 4: Asociacionismo y cooperativismo agrarios

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volúmenes mayores de producto para avanzar enla verticalización y mejorar la capacidad negocia-dora, lo que puede conseguirse con procesos defusión, creación de estructuras cooperativas desegundo grado, establecimiento de colaboracio-nes entre cooperativas y constitución de socieda-des mercantiles en colaboración con otrasempresas. Cualquiera de estas fórmulas requiereun proceso de maduración lento y complicadoque debe basarse en el máximo acuerdo, en lasolidez de la estructura resultante y en la partici-pación activa de los socios.

Las cooperativas desempeñan un papel pre-ponderante en la comercialización en origen,que permite garantizar la salida del producto desus socios y da estabilidad a los precios que per-ciben. Sin embargo, su capacidad de influenciaen el mercado se diluye a medida que se avan-za en la cadena agroalimentaria.

La estrategia de ventas de las cooperativasdebe reforzar las inversiones en estructurascomerciales y no sólo en maquinaria y equipos,conjugando los intereses, no siempre coinciden-

tes, de los socios como proveedores de produc-tos y como copropietarios de la empresa coope-rativa.

Numerosos ejemplos exitosos de comerciali-zación a través de cooperativas demuestran quees posible salvar las dificultades para adaptarsea las condiciones impuestas por la distribución ymejora de la posición en el mercado interior yde exportación. Sin embargo, la comercializa-ción en común sigue siendo frecuentemente la“gran asignatura pendiente” de las cooperativas,que deben ser algo más que meros “centros derecogida” de los productos de los socios. Estadebilidad es tanto más grave por cuanto que lafidelización de los socios a la cooperativadepende directamente de la eficacia de su laborcomercial, medida por el precio percibido. Aeste respecto, los mercados paralelos que eludenlas obligaciones fiscales colocan frecuentementea la cooperativa en situaciones de agravio com-parativo o de competencia desleal y siembran deobstáculos los esfuerzos de fidelización de larelación comercial del socio-cooperativa.

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La Unión Europea presentó en la Agenda2000 “la multifuncionalidad” como un objetivode su política agraria común. La UE introdujo asílas “preocupaciones no comerciales” en defensadel modelo agrario europeo, con formas especí-ficas de producción y ocupación del territorio yque se corresponden con las tradiciones socialesy culturales, que sustentan el proyecto de inte-gración europea.

La “multifuncionalidad” responde también alas nuevas tendencias de opinión de la sociedadeuropea, cada vez más preocupada por el medioambiente. El mantenimiento de muchos espaciosnaturales está supeditado al mantenimiento de laactividad agraria. Las cooperativas, en la medidaen que participan en mejorar la estructura de lasexplotaciones y en el desarrollo de su actividadagraria, están contribuyendo a hacer realidad “lamultifuncionalidad” del sector agrario. La mejorade la viabilidad de las explotaciones se deberábuscar no sólo a través de su competitividadcomercial, sino también por la valorización detodos los servicios y bienes que el agricultorpresta o puede prestar a la sociedad y fomen-tando nuevas actividades económicas alternati-vas o complementarias a la agraria. Los “princi-pios básicos” del desarrollo del medio rural (par-ticipación, procesos de decisión de abajo arriba,subsidiariedad, compromiso de la población,territorialidad, desarrollo integral, innovación,efecto demostrativo, continuidad, etc.), así como

las herramientas de que precisa (apoyo técnico,formación, comunicación, etc.) se encuentranconcentrados en la cooperativa, cuya actividadsuele ser de ámbito comarcal, lo cual convienetambién a las políticas de desarrollo rural.

En el ámbito de los cambios políticos, eco-nómicos y sociales, las cooperativas están llama-das a jugar un papel preponderante para res-ponder a los nuevos retos, atendiendo tanto alas aspiraciones de mejorar la renta de los agri-cultores como a la revitalización y progreso rura-les. Su importancia social y económica las con-vierten en herramienta imprescindible para con-tribuir al desarrollo de las políticas agrarias yrurales. Todo ello justifica que las administracio-nes públicas dediquen una consideración espe-cial a esta forma asociativa.

Las cooperativas son empresas ligadas“incondicionalmente” y de forma estable al terri-torio, al agricultor y al ganadero, por lo que ejer-cen liderazgo en la economía local y en la fija-ción de población, contribuyendo así al equili-brio y la ordenación rural. Las cooperativas sonun motor del desarrollo rural, dado que susobjetivos socioeconómicos benefician a lossocios (agricultores y ganaderos) y al resto de lapoblación local. Esta vocación de continuidadredunda en la generación de empleo de calidaddirecto e indirecto, en la contribución a la mejo-ra de la calidad de vida de la población local yen la conservación del medio, participando en la

4. LAS COOPERATIVASY EL DESARROLLO RURAL

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gestión sostenible de recursos, la preservaciónde la biodiversidad y del paisaje, y la conserva-ción del patrimonio cultural.

La “Red de Cooperativas” constituye la prin-cipal estructura socioeconómica organizada,profesionalizada y estable implantada en todoel territorio y en contacto directo con los agri-cultores, por lo cual juega un papel fundamen-tal en la ordenación de la actividad agraria,colaborando en la transmisión y la aplicaciónde la normativa, divulgando innovaciones téc-nicas, canalizando la información hacia y desdeel sector productor y facilitando la adaptaciónrápida a los cambios. Además, la cooperativa

debe promover iniciativas de desarrollo rural yreforzar el carácter “conservacionista” de laactividad agraria, realizando proyectos dentrode su estructura económica y su capacidadfinanciera.

Las cooperativas ejercen también una fun-ción social porque fomentan la participación, laformación y los procedimientos de decisióndemocráticos; porque su actividad repercute enla economía y la población locales, en el entor-no natural, y en el mantenimiento de las tradi-ciones culturales; y, finalmente, porque contri-buyen al aprovisionamiento y prestación de ser-vicios importantes para la población local.

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Las estrategias que el movimiento cooperati-vo se ha planteado a medio plazo se resumen enlos siguientes objetivos:

1. Las cooperativas deben aumentar sudimensión económica y social para refor-zar la viabilidad en el entorno competitivoactual. Este objetivo debe traducirse en laampliación de la base social de las coope-rativas. El mayor tamaño empresarial pasapor la asociación de nuevos productores,y por la intensificación de los procesos decolaboración intercooperativa, de integra-ción, y/o de fusión. En las comarcasdonde hay procesos intensos de abando-no de tierras y explotaciones, las coopera-tivas deben ofrecer servicios de gestión yexplotación directa de las tierras de lossocios, explotación comunitaria de la tie-rra y promover fórmulas de trabajo aso-ciado.

2. Para adaptar la producción a las nuevasexigencias del mercado, las cooperativasestablecen como objetivo la elaboraciónde productos competitivos, diversos y dealto valor añadido y, en especial, la incor-poración de procedimientos que garanti-cen la trazabilidad y la seguridad comobandera del “producto cooperativo”. Asi-mismo, las cooperativas deben potenciarla creación y la utilización de distintivosde calidad (calidad ligada al origen o a

procesos de producción específicos, yasean protocolos de producción privados uoficiales) y fomentar nuevos productos ynuevas salidas comerciales.

3. Las cooperativas no sólo deben abarcar lafase de comercialización, sino también lade producción, para mejorar la profesio-nalidad, la productividad y la competitivi-dad de sus explotaciones. A través delsuministro de inputs, de la prestación deservicios o del funcionamiento de las sec-ciones de cultivo se consigue disminuirlos costes, ampliar la capacidad inversora,racionalizar los medios de producción ygestionar la sanidad animal y vegetal, losservicios de sustitución, la asistencia técni-ca y asesoramiento, etc. La productividadde las explotaciones asociadas mejoracuando las cooperativas orientan las deci-siones sobre planificación de la produc-ción y la viabilidad de las inversiones

4. La actividad productiva está sometida anuevas y crecientes exigencias normativasque los agricultores no siempre puedenafrontarlas individualmente. Las cooperati-vas deben jugar un papel principal en laadaptación de las explotaciones a esemarco normativo complejo y cambiante.Las cooperativas deben facilitar el cumpli-miento colectivo, el asesoramiento y ladifusión de la normativa sobre garantía de

5. ESTRATEGIAS DEL COOPERATIVISMO

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El Libro Blanco de la Agricultura y el Desarrollo Rural

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seguridad alimentaria, trazabilidad y otrosconceptos nuevos de calidad, proteccióndel medio ambiente, bienestar animal,prevención de riesgos laborales, etc. Laintervención de las cooperativas puedecontribuir a disminuir los costes de la apli-cación de la normativa a través de lasinversiones e innovaciones colectivas, dela contratación conjunta de personal espe-cializado y de la sistematización de la ges-tión administrativa. Además las cooperati-vas posibilitan un cumplimiento homoge-neizado, continuo y estable de las normas,en el tiempo, en el espacio y a lo largo dela cadena agroalimentaria.

5. El objetivo tradicional de mejorar la capa-cidad de negociación de la cooperativafrente a clientes y proveedores para con-tribuir a hacer más equitativa la distribu-ción del aumento del valor de los alimen-tos entre los agentes de las sucesivas fasesde la cadena (agricultores y ganaderos,transformadores, comercializadores) sigueestando vigente. Pero la actividad comer-cializadora de la cooperativa ya no puedeconsistir en la simple “recogida de pro-ducto”, sino que debe garantizar lasdemandas del mercado (volumen, homo-geneidad, regularidad, estabilidad, varie-dad, desestacionalización, tipificación-nor-malización), y evitar así caer en una rela-ción de dependencia.

6. Este último objetivo contribuye a la esta-bilidad, la regularidad y la homogenei-dad de los mercados agrarios. La activi-dad de las cooperativas en el mercado leconfiere un equilibrio del que se benefi-cian los productores, socios o no de lascooperativas, así como sus proveedoresy clientes.

7. Las cooperativas deben profundizar en ladiversificación “vertical” de su actividad,intensificando su participación en laindustrialización y en la comercialización,para capturar el valor añadido generado alo largo de la cadena agroalimentaria.También deben fomentar su incorpora-ción en actividades vinculadas a la agraria(fabricación de piensos, multiplicación desemillas, viveros, mezcla de abono, etc.) yaprovechar mejor sus ventajas comparati-vas para participar en todos los eslabonesde la cadena alimentaria.

8. Las cooperativas deben actuar tambiéncomo gestoras del medio Este objetivopasa no sólo por mantener y consolidar laactividad agraria como vía de desarrollo“integral” del medio rural, sino tambiénpor una mayor participación de las coo-perativas en los programas de desarrollorural, fomentando y desarrollando nuevasactividades económicas alternativas ocomplementarias a la agraria (turismorural, educación ambiental, artesanía,venta directa, etc.). En particular, las Medi-das Agroambientales son actuaciones enlas que las cooperativas pueden impulsaraplicaciones colectivas, lo cual permitiríareducir el coste y mejorar su efectividadque, con frecuencia, depende de que lasprácticas se apliquen en un territorioamplio y continuo.

9. Con frecuencia el funcionamiento de losmercados obliga a los agentes de la cadenaalimentaria a responder con rapidez a lasfluctuaciones de precios o a las situacionescambiantes. Por ello, las empresas coope-rativas deben establecer mecanismos inter-nos para que la toma de decisiones tenganla agilidad que requiere el mercado.

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Teniendo en cuenta las particularidades de lascooperativas descritas en apartados anteriores ypara posibilitar el alcance de los objetivos estraté-gicos, los poderes públicos deberán fomentar dostipos de medidas. Por una parte, las dirigidas alfomento del asociacionismo y su participación enla política agraria, y, por otra, las dirigidas a mejo-rar la posición de las cooperativas en el mercado:

1. Fomentar la incorporación de socios espe-cialmente jóvenes y mujeres, a través delíneas de apoyo específico y de acceso alas ayudas y a la asignación y gestión decuotas y derechos de producción.

2. Favorecer los procesos de rendimiento yconcentración, mediante acuerdos interco-operativos, integraciones o fusiones, conel fin de que las cooperativas alcancenmayor dimensión para poder competir ygenerar recursos con los que afrontar yrentabilizar inversiones y participar mejoren el mercado. Para facilitar estos proce-sos de colaboración intercooperativa, inte-gración y fusión, los poderes públicosdeben revisar y coordinar ciertos aspectosde las legislaciones autonómicas y estata-les, que a veces son incompatibles entre sío no responden a las actuales necesidadesde crecimiento de las cooperativas.

3. Los agricultores y sus organizaciones coo-perativas requieren un alto nivel de profe-sionalización para asumir su papel en el

nuevo entorno del sistema agroalimenta-rio, lo que conlleva la necesidad de mejo-rar su formación profesional y empresarial.

Con apoyo y cofinanciación pública, lascooperativas deben desarrollar equipos dedivulgación, formación y asistencia técni-ca al servicio de las explotaciones asocia-das, mediante programas concertados yde responsabilidad compartida con lasAdministraciones Agrarias.

4. Las cooperativas y sus organizacionesdeben tomar parte más activa en progra-mas de desarrollo agrario y rural, comoposibles beneficiarios y gestores de lasdiversas medidas de diversificación eco-nómica, asistencia técnica, actuacionesambientales, gestión del territorio, etc.

5. Las Administraciones deben impulsar el“cumplimiento colectivo” de la normativaa través de las cooperativas, que son orga-nizaciones idóneas para el diseño y pues-ta en marcha de sistemas de seguimiento ycontrol de las explotaciones, que garanti-cen la trazabilidad de los productos, la ins-pección, la certificación, el etiquetado, etc.

La cooperativización de estas responsabi-lidades debe realizarse en un marco jurí-dico y financiación adecuado.

6. Los programas públicos de fomento del aso-ciacionismo agrario deben ser reforzados,

6. APOYO INSTITUCIONAL ALAS ESTRATEGIAS DEL COOPERATIVISMO

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El Libro Blanco de la Agricultura y el Desarrollo Rural

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en particular en lo que se refiere a la finan-ciación de las inversiones en estructurascooperativas de transformación y comercia-lización. La racionalidad en la utilización delos recursos públicos exige establecer priori-dades, garantizar la viabilidad de las inver-siones, adecuar la dimensión de las instala-ciones y primar los proyectos cuya finalidadsea la transformación y la comercialización.El apoyo a la participación de la cooperati-va en proyectos empresariales con socieda-des de distinta naturaleza jurídica (mercanti-les, sociedades civiles, SAT, etc.) debe reci-bir una consideración específica.

7. La política nacional de seguros agrariosestá siguiendo una intensa evolucióndesde que entrara en vigor la Ley 87/1978de Seguros Agrarios. Desde los primerosseguros de daños por contingencias cli-matológicas, se han ido incorporando alsistema otras fórmulas que pretenden launiversalización en el aseguramiento de laactividad agraria, en pos de garantizar lasrentas de los agricultores. De ahí, la pro-gresiva incorporación de los seguros derendimientos o la innovación de segurosde precios en el ejercicio 2002.

Desde una perspectiva específicamentecooperativa, es conveniente seguir impul-sando otras fórmulas. Por un lado, la póli-za cooperativa, como instrumento degeneralización del seguro agrario queharía posible el aseguramiento íntegro enuna póliza de todas las producciones delos asociados y de la propia cooperativa.Es de prever que lo anterior supondría unimportante abaratamiento de las primas, lasimplificación de las peritaciones, asícomo poder avanzar en sistemas de soli-daridad más allá de las pólizas colectivas.

Otro efecto destacable sería la minoraciónen la antiselección del riesgo, problemaque en la actualidad dificulta la expansióndel seguro agrario en España.

A lo anterior, se debería añadir el respaldodesde las Administraciones y desde el propiosector al sistema mutual de aseguramiento.La participación directa de las Organizacio-nes de Agricultores y de las Cooperativas enla gestión de una Entidad Aseguradora pro-pia debe incentivar la asunción del seguropor los propios beneficiarios del sistema.

8. La participación de las cooperativas en lagestión y la coordinación de la contrataciónde mano de obra temporal se entiende útily necesaria, por cuanto se trata de organi-zaciones que pueden concentrar y coordi-nar demandas y facilitar la “rotación” de tra-bajadores, que sirva para superar los pro-blemas de disponibilidad de mano de obraa que se enfrenta el sector. Las cooperativasagrarias y sus asociaciones podrían gestio-nar la contratación de trabajadores, tantopara ellas mismas como para explotacionesde los socios, si una necesaria modificaciónnormativa al efecto lo permitiese.

9. Los organismos públicos de investigacióndesean orientar sus trabajos hacia las nece-sidades del sector y las demandas del mer-cado, y que sus resultados sean incorpora-dos rápidamente a las explotaciones eindustrias. Las cooperativas pueden contri-buir a estos propósitos mediante conve-nios de colaboración para la realización deexperiencias y la transferencia de los resul-tados de la investigación pública, apoyán-dose en los sistemas de comunicación ydifusión de sus estructuras organizativasde permanente contacto con los socios.