Ateneo

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se inicia con la conversación entre el propio Ateneo y su ~imócrates~q',u e solicita de aquél la narración de lo acontecido durante un banquete que se ha hecho famoso en Roma. Este diálogo-marco encierra la parte central de la obra, en que Ateneo narra las charlas de los eruditos durante el festín, alternando diálogo en estilo directo (diálogo interno) y relato (narración interna). Ahora bien, dada la gran extensión del conjunto, Ateneo ha optado por iniciar (y, comúnmente, también por acabar) cada libro en las modalidades de diálogo externo stricto sensu, o bien en la de narración externa; dichas modalidades, además, solamente se emplean a principio y final de libro. Por lo general, tanto el diálogo externo como la narración externa son bastante breves, reduciéndose a menudo a unas pocas líneas, aunque en algunas ocasiones Ateneo se extiende en digresiones más largas dirigidas a Timócrates, como ocurre, por ejemplo, al comienzo del libro IV (entre IV 128 A y 134 B), al comienzo del libro VI (entre VI 22 A y 224 B), y en todo el libro XII. Al mismo tiempo, en aras de la verosimilitud, el autor hace que la conversación con Timócrates no tenga lugar en un único día, sino que ambos se despiden y vuelven a reunirse en distintas ocasiones. Cuando esto se expresa en la modalidad de diálogo externo, no hay ambigüedad alguna al respecto. Ocurre, sin embargo, que las más de las veces Ateneo lo hace recurriendo a la modalidad de narración externa; y aquí es donde Mengis, y otros con él, se confunde, al tomar por referencias al diálogo interno datos que en realidad corresponden al diálogo-marco. Dicho de otro modo, las jornadas distintas que indica Mengis corresponden a los encuentros de Ateneo y Timócrates, y no a sucesivas reu- El cual, al menos en algunos encuentros, aparece acompañado de otros oyentes anónimos, como puede verse en V 222 B

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se inicia con la conversación entre el propio Ateneo y su~imócrates~q',u e solicita de aquél la narración de loacontecido durante un banquete que se ha hecho famoso enRoma. Este diálogo-marco encierra la parte central de laobra, en que Ateneo narra las charlas de los eruditos duranteel festín, alternando diálogo en estilo directo (diálogo interno)y relato (narración interna). Ahora bien, dada la gran extensióndel conjunto, Ateneo ha optado por iniciar (y, comúnmente,también por acabar) cada libro en las modalidadesde diálogo externo stricto sensu, o bien en la de narraciónexterna; dichas modalidades, además, solamente se empleana principio y final de libro. Por lo general, tanto el diálogoexterno como la narración externa son bastante breves, reduciéndosea menudo a unas pocas líneas, aunque en algunasocasiones Ateneo se extiende en digresiones más largasdirigidas a Timócrates, como ocurre, por ejemplo, al comienzodel libro IV (entre IV 128 A y 134 B), al comienzodel libro VI (entre VI 22 A y 224 B), y en todo el libro XII.Al mismo tiempo, en aras de la verosimilitud, el autorhace que la conversación con Timócrates no tenga lugar enun único día, sino que ambos se despiden y vuelven a reunirseen distintas ocasiones. Cuando esto se expresa en lamodalidad de diálogo externo, no hay ambigüedad alguna alrespecto. Ocurre, sin embargo, que las más de las vecesAteneo lo hace recurriendo a la modalidad de narración externa;y aquí es donde Mengis, y otros con él, se confunde,al tomar por referencias al diálogo interno datos que en realidadcorresponden al diálogo-marco. Dicho de otro modo,las jornadas distintas que indica Mengis corresponden a losencuentros de Ateneo y Timócrates, y no a sucesivas reu-El cual, al menos en algunos encuentros, aparece acompañado deotros oyentes anónimos, como puede verse en V 222 B