Atlas de las minorías
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EL REINADODE LAS MINORAS
Universalismo hacia el exterior, unidad hacia el interior. Durantemucho tiempo, nuestros principios parecan claros, legibles,legtimos. Y cabe reconocer asimismo que durante muchotiempo hemos pretendido ignorar que las minoras existan yexigan ser respetadas.
Esa Francia nica e indivisible, con su monolingismo oficial, su organizacincentralizada y sus valores laicos, acaso no constitua un modelo insalvable, queasumir o rechazar? Este modelo, llevado a su mxima expresin con la IIIRepblica, ya no es tan estable en la actualidad. En su territorio metropolitano, lademocracia francesa descubre un mosaico de minoras lingsticas, religiosas,culturales, tnicas e incluso sexuales. En la escena internacional y a pesar de lafrancofona, el mismo proceso de relativizacin prosigue, dolorosamente, sucurso. Aunque la repblica sea una, es una entre otras.
Basta con traspasar nuestras fronteras, adems, para comprender lacomplejidad del fenmeno. Espaa, no sin grandes dificultades desde elterrorismo vasco hasta las reivindicaciones fiscales de Catalua, ha construidosu democracia posfranquista sobre el respeto hacia las minoras regionales, a lasque se les reconoce una amplia autonoma.
En la construccin de la propia unidad europea, la consideracin de lacuestin de las minoras revisti muy pronto una importancia capital. Lospases pequeos como Luxemburgo obtuvieron de los grandes, en particularde Francia y Alemania, una sobrerrepresentacin parlamentaria, as como unnmero expresamente desproporcionado de comisarios en Bruselas.
Tanto si nos parece un hecho que lamentar o que celebrar, el reinadoexclusivo de la mayora llega a su fin. Pasamos, sin a veces darnos cuenta, a unanueva forma de democracia, ms preocupada por el pluralismo y la pluralidadde las filiaciones (raza, pas, partidos, etc...). El respeto por los comportamientosminoritarios, surgidos de la aspiracin al desarrollo personal, se ha convertidoen un desafo tanto para lo poltico como para lo social. Un ejemplo sera sinduda la familia, donde el modelo basado en el matrimonio republicano para
siempre ha tenido que ceder terreno frente a sucesivas reivindicaciones eldivorcio, las parejas de hecho, y tal vez en el futuro el matrimonio homosexual.Recompuestas o no, la pluralidad de familias, cada una diferente, y por tantominoritaria, exige ser reconocida al mismo nivel que la familia.
En realidad, nuestro mundo ha sido, desde siempre, un mundo de minoras.A la biodiversidad corresponde la diversidad cultural. Ofrecer unAtlas de lasminorasconlleva, por consiguiente, concebir el futuro de nuestras sociedades apartir de una visin distinta de los varios milenios de historia humana. Dichomtodo, como saben nuestros lectores, constituye el ncleo de nuestra serie deAtlas, dedicados a las religiones (2010), a las migraciones (2010), a lascivilizaciones (2010) o a las mundializaciones (2011). As pues,El Atlas de lasminorasse inscribe plenamente en el espritu de una coleccin y una
colaboracin novedosas entre las redacciones deLe MondeyLa Vie, con elapoyo de los mejores expertos y profesores universitarios. n
Jean-Pierre Denis,La Vie,yFranck Nouchi,Le Monde
NOTA DE LOS EDITORES
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2| EL ATLAS DE LAS MINORAS
Nota de los editoresJean-Pierre Denis y Franck Nouchi 1
Qu es una minora? 4
IntroduccinPor un nuevo ideal universalista 6Danile Lochak
Minoras, la diversidad construye el mundo 8
La definicin de la antroploga Franoise Hritier 11 del historiador Pap Ndiaye 12 de la psicloga Betty Goguikian Ratcliff 13 del lingista Jeroen Darquennes 14 de la gegrafa Barbara Loyer 19 del socilogo ric Fassin 16 del derecho internacional 17
Una larga historia 18
IntroduccinLos Estados son el marco de referencia 20Jean Sellier
Los europeos: la cristiandad medieval 22Virginie Larousse
Los europeos: de la reforma a la laicidad 24Benoist Pierre
Los europeos: los nuevos mundos europeos 26Christian Grataloup
Los europeos: los Estados-nacincrearon minoras 28Anne-Marie Thiesse
Dar al-Islam: de Mahoma a los Otomanos 30Fabrice Balanche
Dar al-Islam: un mundo musulmn nacionalista 32Fabrice Balanche Dar al-Islam: los chies, sucesores de Al 34
Las Indias: de los brahmanes a los dalit 36
ric Paul MeyerLos chinos: la tradicin imperial de los Han 40Thierry Sanjuan
CAPTULO 1
CAPTULO 2
CAPTULO 3
Los mosaicoscontemporneos 42
Introduccin
El multiculturalismo, un acto poltico 44Franois Crpeau
Europa, un mosaico tnico 46Roland Breton Flamencos y valones, divorcio en Blgica 50Jean-Pierre Stroobants Espaa, un regionalismo constitucional 52Ccile Chambraud Los Balcanes, entre coexistencia y bloqueo 54Amal Cattaruzza
Rusos y no rusos en la antigua URSS 56
Rusia, tensiones separatistas 58Ren-ric Dagorn
Oriente Medio, el impacto de la primavera rabe 60Joseph Yacoub
xodo de los cristianos de lengua rabe 62Joseph Yacoub El pueblo kurdo: minora para quin? 64Jean-Franois Prouse
Irn, el persa y el mundo iran 66 Un mundo pastn afgano-pakistan 68
Frdric BobinIndia, una diversidad sin igual 70Jean-Luc Racine Los pueblos del sudeste asitico 76
La intolerancia tnica de la junta birmana 78Bruno Philip Malasia-Indonesia: similitudes tnicas 80Bruno Philip
China, chinizacin o represin 82Brice Pedroletti
Las diferentes
nacionalidades en China 84Japn homogneo en apariencia 86Philippe Mesmer
frica, un continente heterogneo 88Roland Pourtier Un mundo bereber inmenso y variopinto 92Salem Chaker Ruanda, una frgil reconciliacin 94Jean-Philippe Rmy El sueo arcoiris de la nacin sudafricana 96Sbastien Hervieu
Amrica, despiertan las identidades 98Thomas Grillot
PANORMICA PANORMICA
PANORMICA
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NDICE
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CAPTULO 5
PANORMICA
PANORMICA
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ZOOM En Mxico, los indgenascontinan marginados 100Frdric Saliba
La multiplicacin de las etnias andinas 102Verushka Alvizuri Un Brasil mestizo concolores de desigualdad 104
Vronique Mortaigne Argentina, la (re)emergencia delos pueblos indgenas 106Sergio Andrs Kaminker y Marcos Sourrouille Las Antillas de los afrodescendientes 110Jacques de Cauna Los latinos crecen con fuerzaen Estados Unidos 112Frdrick Douzet
Minoras de lainmigracin 114
IntroduccinLa Europa del republicanismo tolerante 116Dominique Schnapper
Los romanes, una crispacin europea 118
Jean-Pierre LigeoisLos judos, entre la movilidad y la adaptacin 122Chantal Bordes-Benayoun
Los armenios, de Turqua a la dispora 124Guillaume Perrier
Los palestinos, el retorno imposible 126Jean-Paul Chagnollaud
China, otro mundo de ultramar 128Thierry Sanjuan
Destino: Europa 130Catherine Wihtol de Wenden
El Reino Unido ante el riesgo comunitario 132Delphine Papin
Cierre y firmeza, Francia se amuralla 134Corine Chabaud
Los pases del Golfo, reinos de expatriados 136Gilles Paris
Trabajadores inmigrantes,el desafo estadounidense 138Nicolas Bourcier
Los refugiados, en los confines del mundo 140Catherine Wihtol de Wenden
CAPTULO 4
Todos minoritarios? 142
IntroduccinTodos somos minoritarios 144
Caroline FourestIntroduccin - ContrapuntoTodos somos seres humanos 146Paul Clavier
Los nuevos derechos de los indgenas 148Catherine Clment
Las minoras boreales y El dorado minero 152ric Canobbio
En Francia, reviven las lenguas regionales 154Pierre Escud
Una riqueza lingstica en peligro 156Colette Grinevald y Rozenn Milin Los francfonos,3,2% de la poblacin mundial 158
Refugiados climticos, exiliados del futuro 160Olivier Nouaillas
La larga marcha de los homosexuales 162Marianne Blidon
Cul es el futuro de los campesinos europeos? 164Laurent Grzybowski
La comunidad ecolgica, un espritu pionero 166
Gilles FumeyLos multimillonarios: pocos pero influyentes 168Philippe Merlant
Las mujeres dirigentes continan siendo pocas 170Christine Monin Las familias minoritarias en Europa 172
La discapacidad, un caso particular universal 174Charles Gardou
Cuando los blancos se conviertan en minoras 176Batrice Giblin
Los dictadores estn en desaparicin? 178
Jean-Claude GuillebaudLas sociedades civiles son los verdaderosactores de los derechos de las minoras 180Entrevista a Yves PlasseraudDeclaraciones recogidas por Chantal Caby Martine Jacot
Bibliografa 182
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4| EL ATLAS DE LAS MINORAS
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1| Qu es una minora?
Varios expertos nos dan su definicin ytratan de encontrar un equilibrio entreuniversalismo y particularismo.
LawrenceManning/Corbis
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la antigua Yugoslavia, pero se ven afectadosmuchos otros pases, como Rumana, Che-coslovaquia o los Pases Blticos, sin olvidarlos Estados del Cucaso meridional y de Asiacentral, surgidos de la cada de la Unin So-vitica los que harn resurgir el problemade las minoras a escala internacional.
Tras una larga gestacin, la Declaracinde los derechos de las personas pertenecien-tes a minoras nacionales, tnicas, religiosaso lingsticas es aprobada por la AsambleaGeneral de las Naciones Unidas en 1992. Enla misma poca se aprueban, en el marco delConsejo de Europa, una Carta de las LenguasRegionales o Minoritarias (1992) y poste-riormente un Convenio-marco para la Pro-teccin de las Minoras Nacionales (1994).
La relativa moderacin de estos textos,poco o nada vinculantes para los Estados yde los cuales ninguno reconoce los derechosa las minoras como tales, contrasta con elestatus alcanzado por los pueblos indgenasque obtuvieron el reconocimiento en parti-cular a travs de la Declaracin sobre los De-rechos de los Pueblos Indgenas aprobadaen 2003 de su derecho a existir como grupodotado de sus propios derechos y de una au-tonoma territorial.
En nombre del respetoa la diversidad humanaEs cierto que, entre tanto, el contexto se hatransformado: la diversidad cultural consti-tuye en adelante un objetivo a promover msall de la cuestin de las minoras naciona-les. A este respecto es significativo el Progra-ma de las Naciones Unidas para el Desarro-llo (PNUD) sobre La libertad cultural en elmundo diverso de hoy (2004): al constatarel aumento de reivindicaciones identita-rias en todo el planeta y estableciendo comoprincipio que la libertad de elegir la propiaidentidad practicar la propia religin, ha-blar el propio idioma y enorgullecerse delpropio patrimonio tnico es un elementoesencial para el desarrollo humano, el infor-me aboga por la implementacin de polticasque ms all de los derechos civiles y polti-cos universales garanticen que los interesesde los grupos minoritarios no sean ignorados
ni sustituidos por los de la mayora o los gru-pos dominantes en otros trminos, defien-de polticas multiculturales.
La evolucin que se acaba de exponermuestra la tensin existente entre, por unlado, el derecho a la indiferencia, la afir-macin del derecho absoluto de cada indivi-duo a ser tratado del mismo modo que todoslos otros seres humanos a pesar de las posi-bles diferencias, y por otro lado, el reconoci-miento de las identidades singulares, de underecho a la diferencia, en definitiva, en-tendido como el derecho a que su diferenciasea tomada en consideracin en nombre delrespeto a la diversidad humana.
El reconocimiento de los derechos hu-manos sobre una base universal represen-t un innegable progreso al garantizar a losmiembros de las minoras la igualdad de de-rechos. Pero, ms all de la igualdad, stosreivindican asimismo la posibilidad de pre-servar su identidad reivindicacin que apa-rentemente se opone al postulado universa-lista, puesto que supone el reconocimientode los derechos especficos.
No obstante, si admitimos que los sereshumanos no son simplemente ciudadanosabstractos sino tambin individuos que po-seen una historia y una cultura singulares, laconsideracin de las diversas pertenenciasno implica necesariamente el abandono delideal universalista: podra inscribirse en unanueva concepcin de la universalidad, me-nos abstracta, ms respetuosa con las aspi-raciones de los grupos minoritarios, basadaen la aceptacin de las diferencias y no en sunegacin.n
Danile Lochak
Danile Lochak, nacida en 1946, es catedrtica
emrita de Derecho en la Universidad Pars-
Oeste-Nanterre-La Dfense, donde dirigi hasta
2006 el Mster sobre Derechos Humanos as
como el Centro de Investigacin y Estudio sobre
los Derechos Fundamentales (CREDOF, por sussiglas en francs). Es miembro de la Liga de los
Derechos Humanos y ha publicado numerosas
obras sobre los derechos humanos, los derechos
de las minoras y los de las personas migrantes.
Una de sus ltimas obras publicadas es: Le Droit
et les paradoxes de luniversalit, Puf, 2010.
Para la jurista Danile Lochak, elreconocimiento de los derechos especficos seinscribira en una nueva concepcin universalde los derechos humanos
DR
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La nocin de minora se definey se valora en contextos que va-ran segn el lugar y la poca. Enla pgina contigua se distin-guen, en el seno del mundo ac-
tual, una quincena de dichos contextos. Al-gunos tienen fcil caracterizacin. EnNorteamrica, las minoras se establecencon respecto a una cultura anglosajona quese ha perpetuado como dominante (original-mente la de los blancos, anglosajones y pro-testantes WASP, por sus siglas en ingls).En el mundo rabe, las minoras son de ca-rcter lingstico (de lengua no rabe, comola bereber, por ejemplo) o religioso (de len-gua rabe pero no musulmanas, como loscoptos). Por el contrario, en frica, al sur delSahara, es extremadamente difcil identifi-car mayoras, de forma que todos los pue-blos africanos podran calificarse de una for-ma u otra como minoritarios. En los pasesmusulmanes no rabes, los aspectos lings-ticos (lenguas turcas, iranes, etc.), religiosos(sunes, chies) y polticos (laicidad en Tur-qua o en Kazajistn, islamismo en Irn o enPakistn) se entrecruzan en un mosaico pro-fundamente complejo.
La variedad de contextos no impide es-bozar una tipologa de las minoras, como semuestra en la pgina contigua, a condicinde tener presente que se trata de un enfoqueaproximativo. As pues, la distincin entrepueblos indgenas (u originarios) y mi-noras tnicas se deriva ms del uso que decriterios estrictos: acaso los vascos no sontan originarios en su tierra como los inuits
o los nunavut? Cabe recordar que la cues-tin de la minora se manifiesta ante todo enel marco de los Estados, por lo que las situa-ciones difieren de un lado a otro de las fron-teras: el pueblo pap de la mitad occidentalde la isla de Nueva Guinea, que forma partede Indonesia, constituye una minora en estepas, mientras que en el oriente, los papesson mayoritarios en el seno del Estado inde-pendiente de Papa Nueva Guinea. n
Jean Sellier, gegrafo e historiador
DEFINICIN
1
MINORAS: LA DIVERSIDAD
Las minoras presentadas han sido seleccionadas en funcinde su notoriedad o su presencia en la actualidad. Unarepresentacin ms fiel incluira a cientos, o incluso miles de ellas.
8| EL ATLAS DE LAS MINORAS
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CONSTRUYE EL MUNDO
Fuente: Jean Sellier, 2011 @L
AVIE-LEMON
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3| Los mosaicoscontemporneosViaje por el mundo de los pueblosindgenas y minoritarios, enfrentados alas polticas de sus respectivos Estados.
MichaelMelford(Nationa
l
GeographicSociety)/Corbis
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44| EL ATLAS DE LAS MINORAS
El trmino multiculturalismocubre realidades muy diversas y
recientemente ha sido objeto de
un peligroso debate meditico
y poltico en numerosos pases.
La canciller Merkel, el presidente Sarkozy y
el primer ministro Cameron declararon, en el
lapso de unos meses, que las polticas pblicas
de multiculturalismo eran un fracaso y que
era necesario cambiar de enfoque.
Sin embargo, todava cabe llegar a un con-
senso sobre el significado del concepto. En
el discurso populista, este rechazo hacia elmulticulturalismo refleja en efecto un gran
temor respecto a la inmigracin, a la que se
asocia con mltiples problemas sociales en
una confusa amalgama: miedo al islam, con-
cebido como monoltico; terrorismo, forzosa-
mente extranjero; inseguridad y delincuen-
cia juvenil; paro; globalizacin; austeridad
fiscal; influencia indebida de burcratas de
Bruselas
El discurso antimulticulturalista pone de
relieve un nico aspecto (el reconocimiento
de la diversidad) en detrimento de otros (por
ejemplo, el fortalecimiento de una cultu-
ra pblica comn). Adems, las polticas de
multiculturalismo entran en conflicto con losdiscursos sobre la identidad nacional, a su vez
surgidos de una tradicin nacionalista que
insiste generalmente en la existencia de una
identidad colectiva que se presume inmuta-
ble, cuando en realidad sabemos que est en
constante cambio, tanto en el tiempo como en
el espacio.
Las polticas de multiculturalismo son
una forma de gestin de la diversidad social
que aglutina acciones dirigidas a reconocer
la realidad de la diversidad tnica, religiosa y
cultural de las democracias contemporneas.En ellas se articulan polticas que pretenden
reforzar la participacin social y poltica de
los grupos minorizados: migrantes, muje-
res, jvenes, personas mayores, homosexua-
les, pobres, etc.
Las polticas multiculturalistas slo tie-
nen sentido si se respaldan en una estructura
slida de legitimacin poltica y jurdica. As
pues, la gestin de la diversidad debe basarse
en una concepcin clara de la igualdad fun-
damental de los individuos y de los grupos et-
noculturales en el seno de los Estados, inde-
pendientemente de sus caractersticas, y por
consiguiente, fomentar la lucha de la pobla-
cin en su conjunto contra la discriminacin.
El aprendizaje delsaber vivir en comnSe apoya en la slida armadura que legitima
la accin pblica en los Estados contempo-
rneos, es decir, el trptico fundamental de la
proteccin de los derechos humanos (de to-
das las personas, incluyendo a las ms mar-
ginadas), del Estado de derecho (el acceso
a unos recursos tiles) y de la democracia
(tener voto). Resulta esencial un reconoci-
miento oficial de la diversidad social, tnica,
El multiculturalismo,
un acto poltico
MOSAICOS CONTEMPORNEOS
3
Franois Crpeau
Franois Crpeau, jurista canadiense nacido en
1960, es catedrtico de Derecho Internacional
en la Universidad McGill de Montreal y titular
de la ctedra Hans y Tamar Oppenheimer en
Derecho Internacional Pblico. Es experto en
Derecho Internacional de los refugiados y las
migraciones, y es tambin Relator Especial dela ONU para los Derechos Humanos de las
Personas Migrantes. Una de sus ltimas obras
publicadas es Les migrations internationales
contemporaines, codirigida con Delphine
Nakache e Idil Atak, Les Presses de lUniversit
de Montreal, 2009.
El jurista Franois Crpeau sostiene que lagestin de la diversidad debe fundarse sobre unaconcepcin clara de la igualdad de los individuos
en el seno de los Estados.
Trudeau
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religiosa, cultural y lingstica, as como de
firmes garantas normativas e institucionales
de promocin y proteccin de los derechos y
libertades de todas las personas, incluidas las
pertenecientes a minoras.
Los gobiernos pueden desarrollar polti-
cas convergentes a fin de generar un discur-
so pblico que favorezca la integracin de lasminoras, el aprendizaje del saber vivir en
comn y el rechazo a la exclusin social.
Algunas polticas antirracistas, en parti-
cular a favor de las minoras visibles, abar-
can desde acciones educativas hasta la faci-
litacin del acceso a recursos (tribunales,
comisin de los derechos humanos, media-
cin). Un rgimen oficial de multilingismo
y unas polticas de enseanza de las lenguas
minoritarias pueden producir un cambio de
mentalidad, tanto de los grupos mayoritarios
como de los minoritarios. La revisin de losplanes de estudio escolares permite incluir
en ellos referencias a las minoras como par-
te del nosotros: historia, lenguas, educa-
cin cvica, etc. Una poltica de contratacin
preferencial para las minoras etnocultura-
les e indgenas (affirmative action) permite
contrarrestar las discriminaciones sistmi-
cas e histricas y constituir una funcin p-
blica ms acorde con la verdadera imagen de
la poblacin. Unas polticas de inmigracin
equilibradas, que combinen la inmigracin
familiar, econmica y humanitaria permitendesarrollar un discurso pblico que insista en
sus beneficios, sin ocultar sus dificultades.
El derecho internacional de las minoras
ofrece una armadura conceptual slida para
concebir la multiculturalidad. Por una par-
te, la obligacin de no tratar a las minoras
de forma distinta al resto de la ciudadana en
lo relativo a la proteccin y al beneficio de la
ley en general: esto es, la igualdad formal. Por
otra parte, concederles un tratamiento dife-
rente si ello fuese necesario para garantizar el
desarrollo armonioso de su identidad minori-
taria (escuelas, instituciones culturales y cul-
tuales, proteccin lingstica, etc.): es decir,
la igualdad sustancial. Las estructuras polti-
cas se pueden adecuar para permitir formas
de autogobierno: federalismo, regionalismo,
descentralizacin, administraciones locales,
gobiernos autctonos, etc.
Una voluntad deafirmacin identitariaLa reciente Declaracin de las Naciones Uni-
das sobre los Derechos de los Pueblos Indge-
nas ha permitido adems establecer una se-
rie de principios concebidos para garantizar
a los pueblos autctonos mrgenes de auto-
gobierno en el seno de los Estados de los que
forman parte: derecho a la autodetermina-
cin interna, derecho a la tierra, libre gestin
de sus recursos naturales
En Canad, las polticas de multicultura-
lismo y de inmigracin y el discurso pblico
sobre la diversidad se apoyan mutuamente,
aunque no por ello desaparecen las dificulta-des. La estructura federal de 1867 distribuye
el poder entre una mayora de origen brit-
nico y una minora de origen francs: desde
hace 40 aos, la estructura federal resiste a
las fuerzas centrpetas del nacionalismo que-
bequs. El territorio de Nunavut, creado en
1999, tiene un Parlamento y un gobierno de
mayora inuit a imagen y semejanza de su
poblacin. En 1971, Canad adopt una po-
ltica oficial de multiculturalismo, que toda-
va goza de un amplio consenso: el 60% de la
poblacin canadiense tiene en la actualidad
una opinin positiva de la inmigracin (es elnico pas del Norte que rebasa la barrera del
50%), mientras que, debido a una poltica in-
tensiva de inmigracin de repoblacin, ms
del 20% de los canadienses han nacido fuera
de Canad.
Por el contrario, se pueden citar muchos
contraejemplos. El rechazo de las autorida-
des turcas a reconocer la diversidad tnica
y cultural de la Turqua contempornea y a
plantear la creacin de una provincia kurda
autnoma parece alejar toda solucin pol-
tica del conflicto. El tratamiento de la etnia
gitana en la mayora de Estados europeos es
una vergenza que no parece inquietar a las
autoridades. Las negociaciones territoria-
les de los pueblos autctonos canadienses se
alargan y su condicin social los convierte a
menudo en un Tercer Mundo del Norte. El
rechazo francs a reconocer la existencia de
minoras en el seno del pueblo francs re-
sulta anacrnico.
En suma, la transformacin de la actitud
respecto a los beneficios de la diversidad exi-
gir una gran voluntad poltica: solamente un
discurso pblico contundente y articulado
permitir resistir a las sirenas populistas de
la exclusin. n
Las polticas multiculturalistastienen sentido slo si estnrespaldadas por una estructuraslida de legitimacin polticay jurdica
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Chinizacin o represin
CHINA
La Repblica Popular China clasifica a sus ciudadanosen 56 nacionalidades, trmino de origen soviticoque hace referencia a criterios tnicos y lingsticos.
Pero el volumen de estas nacionalidades es muy desigual: losHan (chinos en sentido estricto) representan por s solos el91,5% de la poblacin. El resto constituyen minoras. Lasms numerosas son la zhuang y la manch, ampliamente asi-miladas en la actualidad. En las regiones autnomas del T-bet, Xinjiang y Mongolia Interior, los Han representan res-pectivamente el 9%, el 40% y el 79% de la poblacin, segn elextenso censo de 2011.
Las minoras religiosas ms importantes son adeptas alislam o al cristianismo. Entre los musulmanes figuran las mi-noras hui y uigur. La cifra de cristianos se estima en al menos70 millones, de los cuales menos de un tercio estn contabili-zados en el seno de las Iglesias catlica y protestante oficiales,llamadas patriticas, que estn estrechamente controla-
das por el Partido Comunista. Los otros creyentes pertene-cen a iglesias clandestinas. Las autoridades las toleran, perose generan numerosos conflictos, particularmente en torno ala cuestin de los lugares de culto. Pastores y curas son dete-nidos con regularidad. Los esfuerzos de acercamiento entreChina y el Vaticano, que no mantienen relaciones diplomti-cas, tienen como objeto la cuestin de las ordenaciones epis-copales: Roma aprueba solamente una fraccin de los candi-datos que la Asociacin Patritica Catlica China designa pormedio de controvertidas elecciones. El papa excomulga regu-larmente a algunos de los obispos nombrados de este modo.
Denunciar al Dali Lama
Los tibetanos y los uigures son los dos grupos tnicos cuyoparticularismo cultural y religioso es el que ms dificultadesha ocasionado al rgimen comunista desde su llegada al po-der en 1949. Ambos disponen tericamente de una ampliaautonoma en el seno de la regin autnoma tibetana, paralos primeros, y de la regin autnoma uigur de Xinjiang, paralos segundos. En realidad, estn sometidos a polticas coerci-tivas cada vez peor percibidas. Su lengua y su cultura estn enpeligro. Incluso los esfuerzos del gobierno central por pro-
mover el desarrollo econmico se consideran como mediosencubiertos para chinizarlos.La regin autnoma tibetana el Tbet propiamente di-
cho alberga a 3 millones de habitantes, de los cuales el 90%
Los tibetanos y los uigures son los dos grupostnicos a los que las autoridades chinas
no han conseguido aculturar, a pesar de laimplementacin de polticas cada vez mscoercitivas.
LAVIE/LEMONDE
Fuente: www.tibetan.fr
EL TBET VISTO POR LOS TIBETANOS
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son tibetanos. Otros 3 millones de tibetanos viven en las pre-fecturas autnomas tibetanas de las provincias vecinas de
Yunnan, Sichuan, Gansu y Qinghai. En estas regiones, el bu-dismo tibetano es practicado bajo el estricto control de lasautoridades: as pues, cada monasterio alberga un comit de
gestin democrtica, los monjes deben participar regular-mente en clases de educacin legal y son sancionados me-diante exmenes a travs de los que son forzados a denunciaral Dali Lama, jefe espiritual tibetano en el exilio desde 1959en Dharamsala, la India.
La poltica de apertura llevada a cabo por China desdeel principio de los aos 1980 favoreci la renovacin de lastradiciones y la religin en el Tbet. Pero la vuelta de tuercade los ltimos aos provoca resentimientos. Las polticas desedentarizacin de los grupos nmadas, implementadas ennombre de preocupaciones ecolgicas, son mal recibidas enla meseta tibetana. Los rebaos proporcionaban a los nma-das ingresos regulares y alimentos (carne, leche, etc.). Aho-
ra deben revender estos animales, salvo algunas cabezas, ygeneralmente tienen dificultades para encontrar trabajo. Lapromocin del bilingismo en las escuelas termina con fre-cuencia tratando de sustituir la enseanza en tibetano porcursos en mandarn, lo que provoca incluso manifestacionesen institutos de las zonas tibetanas de Qinghai en 2010.
Desde las revueltas de marzo de 2008 en las regiones ti-betanas y la consiguiente brutal represin, son palpables lastensiones entre tibetanos y migrantes procedentes de otrasregiones de China. El deseo de la poblacin tibetana de verregresar al Tbet al Dali Lama antes de su muerte alimentauna angustia difusa. Para remediarlo, el gobierno central jue-ga la carta del desarrollo a todos los niveles. Se han realizado
esfuerzos para acabar con el aislamiento geogrfico del T-bet: un ferrocarril comunica Lhasa con el resto de China des-de 2006 y se estn construyendo extensiones, as como variosaeropuertos. Esta modernizacin acelerada de todos los as-
pectos de la vida social de los tibetanos provoca sobre todo unsentimiento de pnico y de crisis en la poblacin.
En Xinjiang nombre que designaba las nuevas fronte-ras del Imperio bajo la dinasta Qing, los uigures, de hablaturca, representan alrededor del 40% de la poblacin, frente
a casi el 75% en 1949. Practican un islam sun, de tradicinsuf, que tambin est vigilado. La entrada a las mezquitas seprohbe a los menores de 18 aos y los imanes deben rendircuentas a las autoridades. Las escuelas cornicas, que flore-cieron en los aos 1990, fueron clausuradas en su mayora.Con el pretexto de luchar contra las tres plagas del sepa-ratismo, el fundamentalismo y el terrorismo, las fuerzas deseguridad llevan a cabo de forma regular campaas bautiza-das como Golpear fuerte. Se traducen en un gran nmerode detenciones y posteriores procesos expeditivos y contri-buyen a instaurar un clima de miedo.
Golpeados hasta la muerte
El desarrollo econmico tambin se concibe en este caso comola panacea: ste pasa por reconfigurar las ciudades segn elmodelo chino, construir infraestructuras y mandar a jvenesuigures a trabajar en las fbricas del resto de China. Un inci-dente en una fbrica de la provincia de Guangdong, en Shao-guan, a raz del cual varios obreros uigures fueron golpeadoshasta la muerte por obreros chinos tras un rumor de violacin,fue la causa directa de las revueltas de Urumqi en julio de 2009.
Del mismo modo que los tibetanos, los uigures de Xin-jiang tienen una importante comunidad en el exilio. staelige a un Congreso Mundial Uigur, que aspira a la autode-terminacin del pueblo uigur. Su figura ms emblemtica esRebiya Kadeer, una ex mujer de negocios y diputada, encar-
celada por pretender hacer valer los derechos de los uigures.Desde 2005 vive en Estados Unidos. n
Brice Pedroletti, Le Monde, corresponsal en Pekn
LAVIE/LEMONDE
Fuentes:Atlas of the peoples Republic of China, Foreign languages Press, Pekn, 1989; J. Leclerc, blog: Amnagementlinguistique dans le monde, Universidad de Laval; ChinaOnline,Le Monde diplomatique.
LOS DESAFOS DE XINJIANG
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MOSAICOS CONTEMPORNEOS
3
Las diferentes
nacionalidades en China
DIVERSIDAD TNICA EN EL OESTE
Principales nacionalidades minoritarias
naCionaLiDaDeS De LenGua CHina
Manch * 10,68 mllsHui ** 9,82
naCionaLiDaDeS DeL SuRoeSte
Familia/ grupo de lenguas
Zhuang 16,18 mlls tai-kadaiMiao 8,94 hmong-mienTujia 8,03 hmong-mienYi 7,76 sino-tibetanaBuyei 2,97 tai-kadaiDong 2,96 tai-kadaiYao 2,64 hmong-mienBai 1,86 sino-tibetanaHani 1,44 sino-tibetanaLi 1,25 tai-kadaiDai 1,16 tai-kadai
naCionaLiDaDeS DeL noRte
Mongola 5,81 mlls altaica/mongolaCoreana 1,92 altaica/coreana
naCionaLiDaDeS DeL oeSte
Uigur 8,40 mlls altaica/turcaTibetana 5,42 sino-tibetanaKazaja 1,25 altaica/turca
* La lengua manch (altaica/tungs) se ha extinguido en la actualidad,todos los manches hablan la lengua china.
** Los hui se caracterizan por su tradicin musulmana.
84| EL ATLAS DE LAS MINORAS
LAVIE/LEMON
DE
LAVIE/LEMONDE
LAVIE/LEMONDE
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Fuzhu
CINCO FAMILIAS LINGSTICAS
DINAMISMO ECONMICO EN EL ESTE
LAVIE/LEMON
DE
Fuentes: Oficina Nacional China de
Estadstica;Atlas de la Chine,T. Sanjuan, Autrement, 2009;Atlas de las
civilizaciones,La Vie-Le Monde, Fundacin
Mondiplo, 2010; Jean Sellier.