LA COMUNICACIÓN INTERPERSONAL Y LA FILOSOFÍA DEL DIÁLOGO DE MARTIN BUBERSEMINARIO DE AUTORES: Alternativas conceptuales para pensar la comunicación

Vivian Romeu (mynameisariel@hotmail.com)

BUBER: DATOS BIOGRÁFICOS

Judío, nacido en Viena en 1878

1965, muere en Jerusalén Filósofo y teólogo Discípulo de Dilthey

OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS Yo y tú (1923) ¿Qué es el hombre? (1949)

RELACIÓN CON EL HASSIDISMO

El hassidismo es una doctrina religiosa considerada herética por oponerse al judaísmo ortodoxo. Fue fundada por Samuel Hassid en el siglo XII y toma auge en el siglo XVIII.

El hassidismo plantea que Dios está presente de forma inmediata en el mundo y por ello, el hombre debe hacer un esfuerzo por aproximarse a lo divino. La forma de hacerlo es por medio de la piedad mística del individuo que incluye su acción individual y colectiva.

LA FILOSOFÍA PERSONALISTA DE BUBER NO PUEDE SER COMPRENDIDA SIN ESTE CONTEXTO RELIGIOSO DEL QUE PARTICIPÓ DESDE MUY JOVEN HASTA SU MUERTE.

LAS GRANDES INFLUENCIAS FILOSÓFICAS EN SU OBRA

Wilhem Dilthey Martin Heidegger Inmanuel Levinas Feuerbach Soren Kierkegaard Max Scheler Ferdinand Ebner

En menor medida aparece influenciado por Kant y Nietzsche.

INFLUENCIA DE NIETZSCHE

El hombre es un camino, no está dado, siempre está haciéndose porque es un proyecto de hombre

Buber toma esta idea de Nietzsche y la

amplía planteando que la “incompletud” del hombre está dada por su incapacidad para lidiar con el poder, lo cual será un argumento central en su filosofía del diálogo

INFLUENCIA DE KANT

Kant considera que la filosofía debe responder a 4 preguntas esenciales:

1. ¿qué puede saber el hombre? 2. ¿qué debe hacer con ese saber? 3. ¿qué le cabe esperar de su saber? 4. ¿qué es el hombre una vez que sabe lo que puede y debe hacer con su saber y lo que le cabe esperar de él? Estas serán preguntas rectoras de lo que

Buber llama antropología filosófica y que intenta responder mediante su filosofía del diálogo

INFLUENCIA DE KIERKEGAARD Para Kierkegaard, el hombre “encarna” una relación

con el destino (lo Absoluto, Dios) que entiende como Persona y no como entidad abstracta.

Esta relación está mediada por la fe, no por la palabra, pues ésta está reservada a la relación entre los hombres ya que no permite trascender la esencia de uno mismo (coincide con Levinas). La relación del hombre con Dios, como se da por medio de la fe, sí logra dicha trascendencia más allá del sentido religioso.

Buber toma de Kierkegaard la idea de un ser que se abre a otro, aunque se abra a Dios. Esta idea de apertura construye la premisa básica de su filosofía del diálogo.

INFLUENCIA DE FEUERBACH

Para Feuerbach la esencia del hombre radica en la relación del hombre con el hombre pero no en términos individuales, sino en la colectividad.

Buber critica a Feuerbach por dar importancia a lo colectivo. De hecho, para Buber ni individualismo ni colectivismo son posturas a tomar en cuenta. Él retoma la idea de relación del hombre con el hombre que en su filosofía del diálogo es lo que llama Yo-tú.

INFLUENCIA DE HEIDEGGER Heidegger considera que el hombre es finito por lo que no le

está dado todo en la experiencia Buber parte de esto para plantear que mediante el

saber de su finitud, el hombre participa de lo infinito al comprender el papel limitado de su existencia.

Cree que la existencia real de un individuo sólo debe ser aprehendida mediante una relación con un ser diferente a él.

Buber toma esta idea y critica el concepto de diferencia de Heidegger para plantear que la relación entre un ser y otro se propone como la relación del “sí mismo” con “otro mismo” que es lo que posibilita una relación dialógica en lugar de una relación monológica como la que plantea Heidegger.

Buber acusa a Heidegger de hablar de falso diálogo ya que para Heidegger la relación de un ser con otro se resuelve mediante un principio de solicitud que parte del ser que quiere ser aprehendido. Este sentido de utilidad reniega del diálogo.

INFLUENCIA DE LEVINAS Lo existente da sentido a los entes en el mundo,

produciendo con ello una impersonalidad árida, neutra, que sólo puede ser superada en el ser para el otro como momento ético de respeto a la alteridad.

El Otro es un Prójimo Absoluto al que el Yo debe cobijar y amar. La relación del Yo con el Otro es de tipo ético (el Otro me afecta y me importa), desinteresada, aunque al mismo tiempo presa, limitada.

El Yo se reconoce por medio del Otro. De esto se apropia Buber y toma los conceptos de

desinterés y responsabilidad de Levinas para plantear junto con él que la relación entre el Yo y el Otro adquiere trascendencia en el respeto y no la dominación hacia el Otro. Sin embargo, lo que en Levinas es límite del Yo por el Otro, en Buber es apertura a lo infinito: diálogo.

INFLUENCIA DE DILTHEY Dilthey decía que con Aristóteles el hombre dejaba

de pensarse pues se convertía en un “caso” y no en un yo autorreflexivo. Este yo autorreflexivo se debía dar en la experiencia de la relación con el otro que es de donde sale el entendimiento.

Dilthey hablaba de que todo saber debe analizarse en relación con la historia y de ese estar consciente y reflexivo de la experiencia personal.

Buber toma de Dilthey la idea de autorreflexión / introspección como forma de conocimiento de uno mismo a partir de su relación con el otro.

INFLUENCIA DE SCHELER El hombre no sabe qué es, pero sabe que no sabe. Sin

embargo esta finitud no impide que se sepa semejante y diferente al mismo tiempo respecto de otros seres. Dicha dualidad hace que se divida entre impulso (fuerza, animalidad) y espíritu (palabra, representación)

Buber, por una parte, entiende que el saber finito es lo que lleva al hombre a participar de lo infinito; por otra, reformula el sentido de dualidad de Scheler y plantea que el hombre esta regido por una suerte de “impulso espiritual” que le provoca el impulso de estar junto a los demás por medio de la comunicación, y esto es la base de su filosofía del diálogo.

INFLUENCIA DE EBNER

Ebner es el fundador de la llamada filosofía religiosa. Plantea que Dios ha puesto en el hombre la palabra para que los seres humanos se comprendan y de esa forma, en la comprensión, puedan estar junto a Él.

Para Ebner, la relación entre el Yo y el mundo está dada por la percepción del sí mismo en el mundo, que implica de suyo una proyección reflexiva e interpretativa del sí mismo respecto al mundo, y no como otros filósofos materialistas piensan mediante la percepción del mundo.

Buber retoma esta idea de que las claves de la interpretación del ser se hallan en el amor y la palabra ya que esto es lo que acerca a los humanos a Dios.

LA FILOSOFÍA DEL DIÁLOGO Conocida como filosofía del Yo-tú o filosofía personalista. Parte de que no hay un Yo aislado, sino en relación con el

tú (el Otro personalizado o Dios) o con el Ello (el mundo objetual)

El yo-tú expresa una vinculación natural. La vinculación permite la relación mutua o directa mediante la cual el yo se da al tú y el tú al yo. La “experiencia” es aquí de apertura al otro, reciprocidad, co-participación y comunidad. Se trata de una relación sin mediaciones que se da a través de la “gracia”.

El yo-ello expresa una distinción natural. La distinción impide la relación pues la experiencia no es mutua. Sólo el yo experimenta pues el Ello (el mundo, la cosa) se deja experimentar y no participa. Se trata de una relación despersonificada que se da en el mundo y no entre el yo y el mundo.

LA FILOSOFÍA DEL DIÁLOGO

En la relación Yo-tú, el ser entra en relación con el ser. No se circunscribe a ningún tiempo y espacio, pues se trata de una relación de presencia no situada, en la que el yo percibe al tú como persona, es decir, como ser (como a su sí mismo), y no como objeto.

La relación yo-tú es de “integración” e “involucramiento” en la que el yo participa del tú, no se funde con él. Es una relación de equidad.

La relación del yo con el tú apunta a la nada, porque lo que importa no es la relación en sí, sino la trayectoria que conduce a ella, el devenir, la apertura al otro, la trayectoria dialógica en sí misma.

En la relación Yo-ello, el ser sitúa al tú en un espacio y tiempo concreto, o sea, le da un lugar en el mundo en el que despliegan las relaciones históricas de poder. No suspende el poder ni el sentimiento ni la historia. En dicha relación el Yo se aísla pues no ve al otro como un “otro mismo”, sino como otro ajeno y diferente (tal y como lo veía Heidegger).

La relación yo–ello es una relación de “desprendimiento” en tanto se desprende el yo del tú conformando a su vez relaciones de cosificación del tú, de dominación y utilización. Es una relación de violencia.

Yo-tú Yo-ello

LA FILOSOFÍA DEL DIÁLOGOPROPUESTA La relación con el otro es el modo primordial de experiencia

del ser; sin embargo, según Buber, esta relación con el otro es violentada cuando el ser lo experimenta sin participar de él. La experiencia derivada de esta relación es entonces una experiencia del ser “en” el otro y no una experiencia entre el ser “y” el otro.

Cuando la experiencia del ser se da “en relación con”, se despliega el mundo de la relación (mundo de la experiencia participativa, presente, directa y mutua) mediante el diálogo.

Dicho diálogo no puede estar mediado por el lenguaje que es por naturaleza limitado, sino solamente tiene que darse en y por lo dialógico, o sea, por ese “estar dos en recíproca presencia” que es donde se realiza y reconoce el encuentro de uno con el otro.

El diálogo buberiano como vía, camino, trayectoria, nunca destino. No puede hablarse de una finalidad en la relación, sino de un proceso cuya esencia es dialógica.

LA FILOSOFÍA DEL DIÁLOGOPROPUESTA

El ser humano es un ser para relacionarse que se afirma y crece en una triple relación: con los demás hombres (yo-tú) con el mundo (yo-ello) y con Dios (yo-Tú).

El diálogo es lo que da sentido a la vida del hombre (sentido de horizontalidad en el diálogo de Freire)y la condición simpatética que determina la relación afectiva y amorosa presente en todo diálogo

APORTACIONES A LOS ESTUDIOS DE COMUNICACIÓN Lo dialógico para Buber es comunicación, pero ésta es más que lenguaje. El

lenguaje es sólo posibilidad de, pero limita la apertura dialógica. Su concepto de diálogo remite a una relación auténtica entre las personas. Lo

califica como una relación viva en el que nada está dispuesto ni ordenado de antemano. En el diálogo uno se dispone ante el otro, permitiendo el respeto al otro y a su palabra. La comunicación es vista así como enriquecimiento y creación del ser, más que como un simple intercambio de ideas.

En términos éticos, el diálogo funciona como instancia en la que el individuo reconoce al otro en su alteridad y a partir de ello es capaz de reconocerse a sí mismo en su finitud. Buber supone que el diálogo tiene la capacidad de transformar al hombre, haciéndolo actuar desde una perspectiva genuina que lo desinstala de la ficción individualista de afirmarse como persona en el ser, y lo excluye al mismo tiempo de la perspectiva colectivista que le quita decisión y responsabilidad para afirmarse como persona.

El concepto del “entre” implica la reunión del hombre con el hombre. Señala el mundo de la relación como lugar de la necesidad del ser de buscar al otro para comunicarse en una esfera común que los sobrepase a ambos.

Mediante la comunicación se establece el mundo de la relación. Es inicio, no finalidad. El mundo de la relación está regido por el “nosotros”, no en el sentido sociológico, sino en el sentido dialógico, es decir, de la relación.

Su concepto de “impulso espiritual” (adaptado del planteamiento de Scheler) lo define como impulso de la representación o la palabra que deviene motor impulsor de la relación con el otro.

BIBLIOGRAFÍA SOBRE BUBER Arroyo, L.M. (2007) La antropología dialógica en la historia de la

filosofía, en revista Thémata, no. 39. Buber, M. (1969) Yo y tú. Nueva Visión, Buenos Aires. (trad. de

Horacio Crespo) Buber, M. (2002) ¿Qué es el hombre?. Fondo de Cultura

Económica, México. Buber, M. (1978) Sionismo y universalidad. Ediciones Porteñas,

Buenos Aires. De la Vega-Hazas, J. (2004) “Martin Buber: filosofía y teología

natural”, en Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, no. 21.

S/A (2000) “Martin Buber, una lectura desde la filosofía contemporánea”, conferencia dictada en la sede de la Nueva Congregación israelita, 20 de noviembre. También disponible en línea en: http://www.4shared.com/get/37006686/1a8eb74b/Martin_Buber_Una_Lectura_Desde.html;jsessionid=20F3A32DD6A003A2A79CC2A6A20D1BAC.dc214

Rodríguez, I. (s/a) “Martin Buber, el filósofo del diálogo”, en http://www.uv.es/~tyrum/artpersonalismo3.htm