Autores: Dr. Juan Carlos Cabañas García (España) Dr ... · Oscar Antonio Canales Cisco (El...

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Autores: Dr. Juan Carlos Cabañas García (España) Dr. Santiago Garderes Gasparri (Uruguay) Lic. Oscar Antonio Canales Cisco (El Salvador) CONSEJO NACIONAL DE LA JUDICATURA UNIDAD TÉCNICA EJECUTIVA DEL SECTOR DE JUSTICIA El Salvador, 2011

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  • Autores:Dr. Juan Carlos Cabañas García (España) Dr. Santiago Garderes Gasparri (Uruguay)Lic. Oscar Antonio Canales Cisco (El Salvador)

    CONSEJO NACIONAL DE LA JUDICATURAUNIDAD TÉCNICA EJECUTIVA DEL SECTOR DE JUSTICIA

    El Salvador, 2011

  • COMISIÓN COORDINADORADEL SECTOR DE JUSTICIA

    Dr. José Belarmino JaimePresidente de la Corte Suprema de Justicia

    General de División David Murguía PayésMinistro de Justicia y Seguridad Pública

    Lic. Romeo Benjamín BarahonaFiscal General de la República

    Licda. Sonia Elizabeth Cortez de MadrizProcuradora General de la República

    Lic. Tito Edmundo Zelada MejíaPresidente del Consejo Nacional de la Judicatura

    Lic. David Gonzalo Cabezas FloresDirector General

    Unidad Técnica Ejecutiva del Sector de Justicia

  • ISBN362.829 272 84

    Elaboración y coordinación de proyectoLic. José Alberto Franco Castillo

    Coordinación editorialLic. Jorge E. Martínez RamosLicda. Morena Guadalupe Rivera Romero

    Revisión de estilo y ordenamiento de textoLic. Rafael Antonio Mendoza Mayora

    Diseño y diagramaciónCeldas Estudio

    Primera edición: 2010Segunda edición: 2011

    El material publicado es de exclusiva responsabilidad de sus autores.El Código Procesal Civil y Mercantil Comentado, segunda edición, fue realizado por el Consejo Nacional de la Judicatura.

    Consejo Nacional de la Judicatura de El SalvadorFinal Calle Los Abetos No. 8, Colonia San Francisco, San Salvador, El Salvador, C.A.Tels.(503) 2245-2449, 2245-5260 y 2245-4491www.cnj.gob.sv

    Unidad Técnica Ejecutiva del Sector de JusticiaSéptima calle poniente No. 5143, Col. Escalón, San Salvador, El Salvador, C.A.Tels.(503) 2263-2144Fax (503) 2263-2275www.ute.gob.sv

  • Presidente

    Lic. Tito Edmundo Zelada Mejía

    Consejales Propietarios/a

    Lic. Manuel Francisco Martínez

    Lic. Alcides Salvador Funes Teos

    Lic. Jorge Alfonso Quinteros Hernández

    Lic. Luis Enrique Campos Díaz

    Licda. Marina de Jesús Marenco de Torrento

    Lic. Santos Cecilio Treminio Salmerón

    Escuela de Capacitación Judicial “Dr. Arturo Zeledón Castrillo”

    Dr. Héctor Ramón Torres Reyes – Director

    Lic. José Hugo Granadino Mejía – Sub Director

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  • PRESENTACIÓN pág. iPRÓLOGO pág. iiiABREVIATURAS pág. vii

    LIBRO PRIMERO. DISPOSICIONES GENERALESTÍTULO PRELIMINAR. PRINCIPIOS DEL PROCESO Y APLICACIÓN DE LAS NORMAS PROCESALES. pág. 1

    CAPÍTULO PRIMERO. PRINCIPIOS PROCESALES pág. 1

    Previo: el Título Preliminar. Contenido y finalidad.I.- Derechos básicos de los justiciables pág. 1

    A.- Alcance del derecho a la tutela judicial. pág. 2 1º) Derecho a la protección jurisdiccional pág. 2 2º) Obligación de resolver pág. 4 3º) Principio de gratuidad de la justicia) pág. 5 B.- Sujeción del proceso a la Constitución y las leyes. pág. 5

    1º) Vinculación a la Constitución, leyes y demás normas pág. 5 2º) Principio de legalidad pág. 7

    C.-Actuación de las partes dentro del proceso. pág. 8 1º) Principio de defensa y contradicción pág. 8 2º) Principio de igualdad procesal pág. 9

    II.- Principios que garantizan el carácter rogado del orden jurisdiccional civil y mercantil. pág. 9 1º) Principio dispositivo pág. 9 2º) Principio de aportación pág. 11

    III.- Principios relativos a las obligaciones de los sujetos. pág. 12 1º) Obligación de colaborar pág. 12 2º) Principio de veracidad, lealtad, buena fe y probidad procesal pág. 12

    IV.- Principios del procedimiento. pág. 14 1º) Principio de oralidad pág. 14 2º) Principio de publicidad pág. 14 3º) Principio de inmediación pág. 16 4º) Principio de concentración pág. 16 5º) Principio de dirección y ordenación del proceso pág. 17

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  • CAPÍTULO SEGUNDO.REGLAS PARA LA APLICACIÓN DE LAS NORMASPROCESALES pág. 20 I.- Ámbito material de aplicación del Código. pág. 20 II.- Interpretación de las disposiciones procesales. pág. 21 III.- Integración de las normas procesales. pág. 22 IV.- Aplicación supletoria del Código. pág. 22

    TÍTULO PRIMERO. JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES pág. 24

    CAPÍTULO PRIMERO. JURISDICCIÓN CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 24

    1. Supuestos de jurisdicción salvadoreña. pág. 252. Límites de la jurisdicción salvadoreña. pág. 273. Examen y efectos de la falta de jurisdicción. pág. 28

    CAPÍTULO SEGUNDO. COMPETENCIA Y PREJUDICIALIDAD. COMPETENCIA pág. 29CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 29

    1. Indisponibilidad de la competencia. pág. 292. Competencia territorial. pág. 303. Competencia objetiva. pág. 33

    3.1. Cuantía, elemento determinante de Juzgado competente y proceso adecuado pág. 33

    4. Competencia funcional. pág. 345. Competencia de grado cuando sea parte el Estado. pág. 346. Examen de oficio de la competencia. pág. 357. Denuncia de la falta de competencia. pág. 36 7.1. Decisión sobre la falta de competencia. pág. 378. Conflicto de competencia. pág. 37

    PREJUDICIALIDAD. CONSIDERACIONES GENERALES pág. 391. Prejudicialidad penal. pág. 402. Prejudicialidad civil o mercantil. pág. 413. Impugnación contra resolución que decide la prejudicialidad. pág. 424. Casos de excepción a la suspensión preferente del proceso civil

    y mercantil. pág. 42

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  • CAPÍTULO TERCERO. pág. 43ABSTENCIÓN Y RECUSACIÓN pág. 43 CONSIDERACIONES GENERALES pág. 43

    1. Competencia de la abstención y recusación. pág. 46 2. Tramitación de la abstención. pág. 47 3. Tramitación de la recusación. pág. 47 4. Efectos de la abstención y recusación. pág. 48 5. Decisión de la cuestión incidental. pág. 49 6. Recusación de perito. pág. 50

    6.1. Motivos de abstención y recusación. pág. 50 6.2. Procedimiento aplicable. pág.50 6.3. Efectos de la decisión del incidente. pág. 51

    TÍTULO SEGUNDO. LAS PARTES PROCESALES. pág. 52

    CAPÍTULO PRIMERO. CAPACIDAD Y LEGITIMACIÓN pág. 52I.- Concepto de parte. pág. 52II.- La capacidad para ser parte: concepto y determinación. pág. 53

    1° Las personas físicas. pág. 532° El concebido no nacido, para todos los efectos que le sean favorables. pág. 54 3° Las personas jurídicas. pág. 55 4° Las masas patrimoniales o los patrimonios separados que carezcan

    transitoriamente de titular. pág. 55 5° En calidad de demandadas las uniones y entidades que, sin haber

    cumplido los requisitos legalmente establecidos para constituirse en personas jurídicas, actúen en el tráfico jurídico: pág. 56

    III.- La capacidad procesal: concepto y determinación. pág. 58 1° En las personas físicas. pág. 59 2° Por el concebido no nacido. pág. 60 3° En las personas jurídicas. pág. 60 4° Por las masas patrimoniales o los patrimonios separados que carezcan

    transitoriamente de titular. pág. 62 5° Por las uniones y entidades sin personalidad jurídicas. pág. 62

    IV.- Tratamiento procesal de la falta de capacidad. pág. 62 V.- La legitimación. pág. 65 1) Concepto y clases. pág. 65

    1.1.- Concepto. pág. 65 1.2.- Clases. A) Legitimación directa. B) Legitimación indirecta. pág. 67

    2) Tratamiento procesal de la legitimación en general. pág. 74

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  • CAPÍTULO SEGUNDO. POSTULACIÓN pág. 76I.- La postulación. concepto. pág. 76 II.- Las formas de acreditación. El poder: 1) Formas de otorgamiento. pág. 77 2) Clases y contenido de las facultades del procurador-abogado. pág. 79 III.- Aceptación del poder. pág. 80 IV.- Delegación. pág. 80 V.- Terminación de la representación. pág. 80 A) Causas que conciernen al poderdante. B) Causas que conciernen al procurador. C) Por causas de naturaleza objetiva. pág. 81 VI.- Representación sin mandato. pág. 83 VII.- Tratamiento procesal de la postulación. pág. 85

    CAPÍTULO TERCERO. PLURALIDAD DE PARTES. pág. 87I.- Concepto general de pluralidad de partes. pág. 87 II.- Litisconsorcio necesario: pág. 88

    1) Concepto. pág. 88 2) Clases: pág. 88

    2.1.- Litisconsorcio activo necesario. pág. 88 2.2.- Litisconsorcio pasivo necesario. Régimen. pág. 92

    III.- Litisconsorcio voluntario. pág. 96 IV.- Tratamiento procesal del litisconsorcio. pág. 98 V.- Intervención de tercero: el coadyuvante: pág. 101

    1) Concepto y supuestos. pág. 101 2) Alcance de sus actos. pág. 103 3) Tratamiento procesal. pág. 103

    VI.- La intervención provocada: pág. 104 1) Concepto. pág. 104 2) A favor del demandante. pág. 106 3) A favor del demandado pág. 107

    VII.- Representación procesal en caso de pluralidad de partes. pág. 109

    CAPÍTULO CUARTO. SUCESIÓN PROCESAL pág. 109I.- Sucesión procesal. Concepto. pág. 109 II.- Sucesión por causa de muerte. pág. 109 III.- Sucesión por transmisión del objeto litigioso. pág. 111IV.- Sucesión por disolución de personas jurídicas. pág. 113

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    TÍTULO TERCERO.EL OBJETO DEL PROCESO pág. 114

    CAPITULO PRIMERO. LA PRETENSIÓN PROCESAL pág. 114I.- Concepto y clases. pág. 114 II.- Sus elementos: pág. 115

    1) Sujetos. pág. 115 2) Causa de pedir. pág. 115 3) Petitum. pág. 117

    III.- Efectos. pág. 117

    CAPÍTULOS SEGUNDO Y TERCERO pág. 118ACUMULACIÓN DE OBJETOS PROCESALES. pág. 118 ACUMULACIÓN DE PRETENSIONES pág. 118I.- La acumulación de objetos procesales. Finalidad y alcance: pág. 119

    1) Acumulación en primera instancia. pág. 119 2) Acumulación de recursos. pág. 119 3) Acumulación de ejecuciones. pág. 120 4) Efectos generales. pág. 120

    II.- Acumulación de pretensiones: pág. 121 1) Clases: 1.1.- Acumulación meramente objetiva: pág. 121

    A) Acumulación de causas de pedir. pág. 121 B) Acumulación de peticiones: pág. 122 B-1) Acumulación simple. pág. 123 B-2) Acumulación eventual o subsidiaria. pág. 124 C) Acumulación por mandato de ley. 1.2.- pág. 124 Acumulación subjetivo-objetiva. pág. 124

    2) Pretensiones no acumulables: 2.1.- Pretensiones incompatibles. pág. 125 2.2.- Pretensiones alternativas. pág. 126 3) Tratamiento procesal. pág. 127

    CAPÍTULO CUARTO. ACUMULACIÓN DE PROCESOS. pág. 127I.- Disposiciones comunes: pág. 128

    1) Requisitos de procedencia. pág. 128 2) Acumulaciones prohibidas. pág. 130 3) Control y efectos de la presentación de la solicitud. pág. 131 4) Reglas particulares en la tramitación de la acumulación de procesos ante el mismo tribunal. pág. 131 5) Reglas particulares en la tramitación de la acumulación de procesos ante distintos tribunales. pág. 133

  • CAPÍTULO QUINTO. FINALIZACIÓN ANTICIPADA DEL PROCESO: pág. 137I.- Finalización anticipada. Concepto. Finalización por improponibilidad sobrevenida del proceso. pág. 137II.- Finalización por cambio de circunstancias: pág. 139

    1) Relación con la litispendencia. pág. 139 2) La posible satisfacción extraprocesal de la pretensión pág. 140

    III.- Por la formalización de mecanismos de autocomposición procesal: pág. 140

    1) Renuncia del actor. pág. 141 2) Desistimiento de la instancia. pág. 142 3) Allanamiento del demandado. pág. 144 4) Transacción entre las partes. pág. 145

    CAPÍTULO SEXTO. CADUCIDAD DE LA INSTANCIA pág. 146I.- Concepto, finalidad y presupuestos. pág. 147 II.- Ámbitos incluidos en la caducidad y plazos. pág. 149III.- Ámbitos excluidos. pág. 150IV.- Efectos de su declaración. pág. 151 V.- Impugnación del auto de caducidad.- pág. 153

    TÍTULO CUARTO. ACTIVIDAD PROCESAL pág. 154

    CAPÍTULO PRIMERO. LUGAR, TIEMPO Y FORMA pág. 154CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 154 I. LUGAR DE LA ACTIVIDAD PROCESAL: pág. 155

    1. Actividad en Sede judicial; pág. 155 2. Actividad fuera de Sede judicial; pág. 156 3. Comisiones procesales. pág. 156

    II. TIEMPO DE LA ACTIVIDAD PROCESAL. pág. 157 1. Días y horas hábiles; 1.1. Días hábiles; 1.2. Horas hábiles; pág. 158 2. Plazos procesales; pág. 159

    2.1. Indicación o fijación del plazo. pág. 160 2.2. Cómputo de plazos; pág. 160 2.3. Principio general de suspensión de los plazos. pág. 162

    III. FORMA DE LAS ACTUACIONES PROCESALES: 1. Principio general de oralidad; pág. 163 2. Idioma de actuaciones procesales. pág. 163

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  • CAPÍTULO SEGUNDO. COOPERACIÓN JUDICIAL INTERNACIONAL pág. 164CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 164I.- COOPERACIÓN JUDICIAL POR AUTORIDADES EXTRANJERAS: pág. 165

    1.-Cooperación de acuerdo a Tratados internacionales. pág. 165 2.- Cooperación conforme a la ley procesal secundaria. pág. 165

    II.- COOPERACIÓN JUDICIAL POR TRIBUNAL NACIONAL. pág. 166

    CAPÍTULO TERCERO. ESCRITOS Y EXPEDIENTES pág. 166I. CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 166

    1.- Suscripción de escritos de las partes. pág. 166 II.- EXPEDIENTES. pág. 167

    1.- Formación de expedientes. pág. 167 2.- Derecho de acceso al expediente. pág. 168

    CAPÍTULO CUARTO. COMUNICACIONES JUDICIALES pág. 169CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 170 I.- NOTIFICACIONES. pág. 170

    1.-Principio general de notificación. pág. 171 2.- Carga procesal de señalar dirección para recibir notificaciones. pág. 172 3.- Clases de notificaciones: pág. 173 4.- Autorización para notificarse. pág. 176

    II.- EMPLAZAMIENTOS. pág. 176 1.-Principio de emplazamiento. pág. 177 2.- Contenido del emplazamiento. pág. 178 3.- Diligenciamiento del emplazamiento. pág. 178 4.- Clases de emplazamientos: pág. 179

    III.- COMUNICACIÓN PARA COOPERACIÓN JUDICIAL INTERNA pág. 184

    CAPÍTULO QUINTO. SUSTANCIACIÓN DEL PROCESO Y AUDIENCIAS pág. 185CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 185 SECCIÓN PRIMERA: SUSTANCIACIÓN DEL PROCESO. pág. 185

    1.- Despacho ordinario e impulso del proceso. pág. 186 2.- Suspensión del proceso: pág. 187

    2.1. Suspensión del proceso de oficio; pág. 188 2.2. Suspensión del proceso a instancia de parte. pág. 188

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  • SECCIÓN SEGUNDA. RÉGIMEN DE LAS AUDIENCIAS pág. 188CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 189

    1.- Publicidad e inmediación. pág. 190 2.- Señalamiento de audiencias. pág. 190 3.-Régimen de celebración de las audiencias: pág.191

    3.1. Tiempo de realización de las audiencias; pág. 191 3.2. Lugar de instalación de las audiencias; pág. 191 3.3. Comprobación de asistencia de los sujetos procesales; pág. 192 3.4. Antecedentes del caso; pág. 192 3.5. Orden de intervención de los sujetos procesales. pág. 193

    4.- Dirección de las audiencias. pág. 194 5.- Documentación de las audiencias. pág. 195 6.- Modificación en la celebración de las audiencias; pág. 196

    6.1. Repetición de la audiencia; pág. 196 6.2. Suspensión; pág. 196 6.3. Interrupción; pág. 197 6.4. Receso. pág. 197

    CAPÍTULO SEXTO. RESOLUCIONES JUDICIALES pág. 198CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 198 SECCIÓN PRIMERA: pág. 198I. CLASES DE RESOLUCIONES JUDICIALES: pág. 198

    1. Decretos. pág. 1992.- Autos. pág.199 3.- Sentencias. pág. 2004.- Responsabilidad de dictar resoluciones. pág. 201 5.- Imposibilidad de dictar resoluciones. pág. 201

    II.- RÉGIMEN DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES. pág. 202 1.- Requisitos formales de las resoluciones: pág. 202

    1.1. Forma de las resoluciones judiciales. pág. 203 1.2. Forma y contenido de la sentencia. pág. 203

    2.- Requisitos internos de las resoluciones: pág. 204 2.1. Motivación. pág. 205 2.2. Congruencia. pág. 206

    3.- Deliberación y voto de sentencias en los Tribunales: pág. 207 3.1. Deliberación. pág. 207 3.2. Votación en sentencia y autos. pág. 208

    4.- Sentencia oral: pág. 209 4.1. Supuestos en el pronunciamiento de sentencias. pág. 209

    5.- Procedimientos para subsanar errores en la sentencia o auto que pone fin al proceso: pág. 210

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  • 5.1 Aclaración de la sentencia o auto definitivo. pág. 210 5.2 Rectificación de la sentencia o auto definitivo. pág. 211 5.3. Subsanación de la omisión de pronunciamientos. pág. 211

    SECCION SEGUNDA. EFICACIA DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES pág. 212CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 212I. RECTIFICACIÓN Y AMPLIACIÓN DE LOS DECRETOS Y AUTOS NO DEFINITIVOS: pág. 213

    1.- Eficacia de los decretos. pág. 213 2.- Eficacia de los autos simples. pág. 213 3.- Firmeza de las resoluciones definitivas. pág. 214

    II. COSA JUZGADA EN GENERAL. pág. 215 1.- Cosa juzgada material. pág. 216 2.- Cosa juzgada formal. pág. 216 3.- Efecto de la cosa juzgada en otro proceso. pág. 217

    CAPÍTULO SÉPTIMO. NULIDAD DE LAS ACTUACIONES PROCESALES pág. 218CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 218 I. PRINCIPIOS RECTORES DE LA NULIDAD DE ACTUACIONES: pág. 219

    1.- Principio de especificidad. pág. 220 2.- Principio de trascendencia. pág. 2213.- Principio de conservación. pág. 222

    II. CLASIFICACIÓN DE LOS MOTIVOS DE NULIDAD DE ACTUACIONES. pág. 222

    1.- Nulidad subsanable. pág. 223 2.- Nulidad insubsanable. pág. 223 3.- Nulidad de pleno derecho. pág. 224

    III. OPORTUNIDAD Y PROMOCIÓN. pág. 224 1.- Denuncia de parte afectada. pág. 225 2.- Apreciación judicial. pág. 225

    IV. INCIDENTE DE NULIDAD DE ACTUACIONES PROCESALES pág. 226

    1.- Generalidades. pág. 226 2.- Vía procesal para la denuncia de nulidad. pág. 2263.- Efectos de la declaratoria de nulidad: pág. 227

    3.1. Anulación de actuaciones. pág. 2273.2. Reposición de actuaciones. pág. 227 3.3. Condena de costas procesales. pág. 2283.4. Indemnización de perjuicios. pág. 228

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  • LIBRO SEGUNDO. LOS PROCESOS DECLARATIVOS pág. 230TÍTULO PRIMERO. DISPOSICIONES COMUNES pág. 230CAPÍTULO PRIMERO. CLASES DE PROCESOSDECLARATIVOS pág. 230

    CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 230 I. COMPETENCIA JUDICIAL EN PROCESO DECLARATIVO: pág. 233

    1.-Consideraciones generales. pág. 233 2.- Ámbito del proceso común. pág. 234 3. Contenido de pretensiones sobre materias específicas. pág. 235 4.- Otros ámbitos del proceso común. pág. 237 5.- Indisponibilidad de normas sobre procedimiento adecuado. pág. 237 6.- Cuestionamiento de proceso adecuado. pág. 2387.- Impugnación de la clase de proceso y cuantía. pág. 239

    CAPÍTULO SEGUNDO. EL ACTO DE CONCILIACIÓN pág. 241 I. CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 241

    1.- Competencia. pág. 242 2.- Materias excluidas de la conciliación. pág. 242 3.- Solicitud de conciliación: pág. 243

    3.1. Trámite de la admisión de la solicitud. pág. 2444.- Asistencia a la audiencia. pág. 244 5.- Celebración de la audiencia. pág. 245

    II. IMPUGNACIÓN Y EJECUCIÓN DEL ACUERDO DE CONCILIACIÓN. pág. 246

    1- Impugnación del acuerdo de conciliación. pág. 246 2.- Ejecución del acuerdo de conciliación. pág. 247

    CAPÍTULO TERCERO. DILIGENCIAS PRELIMINARES pág. 248I.- CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 248 II.- OBJETO DE LAS DILIGENCIAS PRELIMINARES. pág. 249 III.- SUSTANCIACIÓN DE LAS DILIGENCIAS: pág. 251

    1.- Competencia judicial. pág. 2512.- Solicitud y caución. pág. 252 3.- Decisión sobre la solicitud. pág. 2534 Incidente de oposición. pág. 254

    IV.-APLICACIÓN DE LA CAUCIÓN Y COSTAS. pág. 255

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  • CAPÍTULO CUARTO. CUESTIONES INCIDENTALES pág. 256I.- PRINCIPIO GENERAL DE LAS CUESTIONES pág. 256 INCIDENTALES. pág. 258 II.- REGLA GENERAL DE NO SUSPENSIÓN DEL PROCESO PRINCIPAL. pág. 258 III.- SUPUESTOS DE SUSPENSIÓN DEL CURSO DEL PROCESO PRINCIPAL. pág. 258 IV.- TRAMITACIÓN CONJUNTA. pág. 259V.- PROMOCIÓN ESCRITA DE LA CUESTIÓN INCIDENTAL. pág. 260

    1. Generalidades: pág. 2601.1. Requisitos del escrito de la promoción incidental. pág. 260 1.2. Régimen de admisión del escrito. pág. 260

    VI.- SUTANCIACIÓN DE LAS CUESTIONES INCIDENTALES. pág. 261

    1.- Generalidades. pág. 2611.1. Admisión de la cuestión incidental. pág. 261 1.2. Celebración de la audiencia incidental. pág. 262

    VII.- DECISIÓN DE LA CUESTIÓN INCIDENTAL. pág. 263 1.- Oportunidad del pronunciamiento. pág. 2632.- Impugnación de la decisión. pág. 263

    CAPÍTULO QUINTO. CONDENA EN COSTAS pág. 263I. CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 264 II. PAGO DE COSTAS: pág. 264

    1.- Concepto de costas. pág. 2642.- Sujetos llamados al pago de las costas. pág. 2673.- Subsanación de la omisión de pronunciamiento. pág. 2674.- Exención de gastos procesales. pág. 268

    III. REGLAS DE CONDENACIÓN EN COSTAS. pág. 269 1.- Generalidades. pág. 2692.- Oportunidad de condena en costas: pág. 270

    2.1. Primera instancia. pág. 270 2.2. Finalización anticipada del proceso. pág. 270 2.3. Recursos judiciales. pág. 271 2.4. Incidentes procesales. pág. 2722.5. Diligencias judiciales varias. pág. 273 2.6. Costas de la ejecución de resoluciones judiciales. pág. 273

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  • TÍTULO SEGUNDO. EL PROCESO COMÚN pág. 274

    CAPÍTULO PRIMERO. LOS ACTOS DE ALEGACIÓNSECCIÓN PRIMERA. LA DEMANDA pág. 274I.- Concepto y ámbito de aplicación. pág. 274II.- Contenido y estructura. Demanda completa y simplificada. pág. 275III.- Medios de prueba que han de acompañarse. pág. 280IV.- El control de su admisión a trámite: pág. 285

    1) Principio general. pág. 2852) La improponibilidad. pág. 2873) La inadmisibilidad. pág. 291

    V.- Efectos derivados de su admisión: pág. 294V.I.- La litispendencia. pág. 294

    1) Concepto y momento en que se produce. pág. 2942) Perpetuación del procedimiento. pág. 297

    V.II.- Efectos sustantivos.- pág. 300VI.- Modificaciones posteriores de la demanda. pág. 301

    SECCIÓN SEGUNDA. INTERVENCIÓN DEL DEMANDADOI. LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA. pág. 307

    1) Concepto y contenido. pág. 307 2) Formalidades y plazo. pág. 313

    II. LA RECONVENCIÓN. pág. 314 1) Concepto y límites. pág. 314 2) Tratamiento procesal. pág. 321

    III. MEDIOS DE PRUEBA QUE HAN DE ACOMPAÑARSE. pág. 324 IV. LA DECLARACIÓN DE REBELDÍA DEL DEMANDADO. pág. 326 Concepto y efectos. pág. 326

    CAPÍTULO SEGUNDO.AUDIENCIA PREPARATORIA pág. 329I. FUNCIÓN Y CONTENIDO DE LA AUDIENCIA PREPARATORIA. pág. 330II. CONVOCATORIA DE LA AUDIENCIA, CAUSAS DE SUSPENSIÓN E INTERRUPCIÓN. pág. 331III. PRESENCIA DEL JUEZ Y DE LAS PARTES. pág. 332 IV. INTENTO DE CONCILIACIÓN. pág. 334 V. DENUNCIA Y EXAMEN DE DEFECTOS PROCESALES: pág. 335

    1. Reglas generales. pág. 335 2. Defectos de capacidad, representación o postulación. pág. 337

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  • 3. Excepción de falta de litisconsorcio necesario. pág. 3374. Excepción de litispendencia o cosa juzgada. pág. 3395. Excepción de vía procesal errónea. pág. 3396. Excepción de demanda defectuosa. pág. 339

    VI. FIJACIÓN DE LOS TÉRMINOS DEL DEBATE. pág. 340 EVENTUAL INCORPORACIÓN DE NUEVAS PRETENSIONES ACCESORIAS. pág. 340 VII. HECHOS NUEVOS. pág. 342 VIII. FIJACIÓN DEL OBJETO DE LA PRUEBA. pág. 345 IX. PROPOSICIÓN Y ADMISIÓN DE LA PRUEBA. pág. 346X. FIJACIÓN DE LA FECHA DE LA AUDIENCIA PROBATORIA. pág. 348

    CAPÍTULO TERCERO. ACTIVIDAD PROBATORIA pág. 348I.- LA PRUEBA. CONCEPTO. LA PRUEBA COMO DERECHO SUBJETIVO PROCESAL.. pág. 349 II.- OBJETO DE LA PRUEBA: pág. 350

    1) HECHOS AFIRMADOS.- pág. 351 2) DERECHO EXTRANJERO.- pág. 3513) COSTUMBRE NO ADMITIDA POR LAS PARTES.- pág. 353

    III.- HECHOS DISPENSADOS DE PRUEBA: pág. 353 1) Hechos admitidos o pactados.- pág. 3532) El hecho notorio.- pág. 3553) Costumbre admitida.- pág. 3574) Hechos evidentes.- pág. 358

    IV.- LICITUD DE LA PRUEBA: pág. 3581) Significados.- pág. 3582) Admisión de prueba material o tangible.- pág. 360 3) Cadena de custodia.- pág. 362

    V.- Iniciativa de la prueba.- pág. 363 VI.- CARGA DE LA PRUEBA Y PRINCIPIO DE ADQUISICIÓN.- pág. 365VII.- MEDIOS DE PRUEBA: pág. 368

    1) Concepto y determinación.- pág. 368 2) Carácter abierto o tasado del listado legal.- pág. 369

    VIII.- CONTROL EN LA ADMISIÓN DE LA PRUEBA: pág. 369 1) Pertinencia. pág. 369 2) Utilidad.- pág. 370 3) Tratamiento.- pág. 370

    IX.- PRÁCTICA DE LA PRUEBA: pág. 3711) Regla general.- pág. 371

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  • 2) Aseguramiento de la prueba.- pág. 372 3) Prueba anticipada: pág. 375

    3.1.- Concepto y diferencias con el aseguramiento de la prueba y con las diligencias preliminares.- pág. 375 3.2.- Tratamiento y efectos.- pág. 378

    X.- PRESUNCIONES JURÍDICAS: pág. 3801) Concepto y naturaleza.- pág. 3802) Clases. pág. 381 3) Presunciones legales impropias.- pág. 384 4) Actividad de prueba y contraprueba.- pág. 385

    XI.- Valoración de los medios probatorios. pág. 387

    CAPÍTULO CUARTO. MEDIOS PROBATORIOS pág. 394SECCIÓN PRIMERA. DOCUMENTOS pág. 394I.- LOS DOCUMENTOS. CONCEPTO Y CLASES. pág. 394 SIGNIFICADO LEGAL EXTENSIVO. pág. 394II.- RÉGIMEN DE APORTACIÓN: pág. 397

    1) Regla general. pág. 397 2) La exhibición. pág. 398 3) La reproducción. pág. 399

    III.- EL DOCUMENTO PÚBLICO: pág. 400 1) Impugnación. pág. 400 2) Valor probatorio. pág. 402

    IV.- EL DOCUMENTO PRIVADO: pág. 404 1) Impugnación. pág. 404 2) Valor probatorio. pág. 405

    SECCIÓN SEGUNDA. DECLARACIÓN DE PARTE pág. 407I.- CONCEPTO. pág. 408 II.- SUJETO PASIVO DE LA PRUEBA. pág. 408 III.- PRÁCTICA DE LA PRUEBA. pág. 409IV.- VALORACIÓN. pág. 412

    SECCIÓN TERCERA. INTERROGATORIO DE TESTIGOSI.- CONCEPTO. TESTIGO ESTRICTO Y TESTIGO-PERITO.- pág. 415II.- PROHIBICIONES Y EXENCIONES AL DEBER DE DECLARAR.- pág. 417III.- OBLIGACIONES Y DERECHOS DEL TESTIGO.- pág. 421

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  • IV.- PROPOSICIÓN Y ADMISIÓN.- pág. 423 V.- CONTROL DE LA PRUEBA TESTIFICAL.- pág. 424 VI.- PRÁCTICA.- pág. 425VII.- VALORACIÓN. pág. 427

    SECCIÓN CUARTA. PRUEBA PERICIAL pág. 428I.- CONCEPTO Y CLASES. pág. 429 II.- EL PERITO: pág. 430

    1) Condiciones y número. pág. 430 2) Obligaciones y derechos. pág. 431 3) Control (abstención y recusación). pág. 433

    III.- PERICIAL JUDICIAL: pág. 4351) Proposición del perito. pág. 435 2) Aceptación del cargo. pág. 4373) Emisión del dictamen. pág. 438

    IV.- INTERROGATORIO JUDICIAL DEL PERITO. pág. 439V.- VALORACIÓN. pág. 440

    SECCIÓN QUINTA. RECONOCIMIENTO JUDICIAL pág. 441I.- CONCEPTO Y PRESUPUESTO. pág. 441 II.- PROPOSICIÓN, ADMISIÓN Y PRÁCTICA.- pág. 442 III.- RECONOCIMIENTOS COMPUESTOS.- pág. 444IV.- VALORACIÓN DEL ACTA DE RECONOCIMIENTO.- pág.445

    SECCIÓN SEXTA. MEDIOS DE REPRODUCCIÓN DEL SONIDO, VOZ O DE LA IMAGEN Y ALMACENAMIENTO DE INFORMACIÓN pág. 446I.- CONCEPTO Y CLASES. pág. 446 II.- PROPOSICIÓN Y ADMISIÓN. pág. 447III.- PRÁCTICA. pág. 449 IV.- VALORACIÓN. pág. 449

    CAPÍTULO QUINTO. AUDIENCIA PROBATORIA pág. 450I. FUNCIÓN DE LA AUDIENCIA PROBATORIA. pág. 450II. COMPARECENCIA DE LAS PARTES. pág. 452 III. PRÁCTICA DE LAS PRUEBAS. pág. 453 IV. OBJECIONES. pág. 456 V. SUSPENSIÓN E INTERRUPCIÓN DE LA AUDIENCIA. pág. 461

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    VI. PRUEBA FUERA DE AUDIENCIA. pág. 463VII. CONCLUSIÓN DE LA AUDIENCIA PROBATORIA. LAS DILIGENCIAS PARA MEJOR PROVEER. pág. 464 VIII. DOCUMENTACIÓN DE LA AUDIENCIA. pág. 465

    CAPÍTULO SEXTO. ALEGATOS FINALES Y SENTENCIA pág. 466I. ALEGATOS FINALES. pág. 466 II. VALORACIÓN DE LA PRUEBA. pág. 470 III. PRESUNCIONES E INDICIOS pág. 476IV. SENTENCIA pág. 477

    TÍTULO TERCERO. EL PROCESO ABREVIADO pág. 480

    I. ÁMBITO DE APLICACIÓN. pág. 480II. LA DEMANDA. pág. 481 III. LA AUDIENCIA. pág. 483

    TÍTULO CUARTO. LAS MEDIDAS CAUTELARES pág. 490

    I. INTRODUCCIÓN. pág. 490 II. FUNCIÓN DE LAS MEDIDAS CAUTELARES. pág. 490III. LA POTESTAD CAUTELAR GENÉRICA. pág. 491 IV. LOS PRINCIPIOS DEL SISTEMA CAUTELAR. pág. 492V. LOS PRESUPUESTOS O REQUISITOS DE LA PROVIDENCIA CAUTELAR. pág. 498 VI. LAS MEDIDAS CAUTELARES PREVISTAS EN EL CPCM. pág. 502VII. PROCEDIMIENTO CAUTELAR. pág. 507 VIII. EJECUCIÓN DE LAS PROVIDENCIAS CAUTELARES. pág. 509

    LIBRO TERCERO. PROCESOS ESPECIALES pág. 512TÍTULO PRIMERO. EL PROCESO EJECUTIVO pág. 512

    I.- INTRODUCCIÓN. pág. 512II.- EL TÍTULO EJECUTIVO. pág. 515

    1. Características generales. pág. 515 2. Enumeración de los títulos ejecutivos. pág. 518

    III.- OBJETO DEL PROCESO EJECUTIVO. pág. 521 IV.- TRÁMITE DEL PROCESO EJECUTIVO. pág. 522

    1. Demanda ejecutiva. pág. 5222. Decreto de embargo y notificación al demandado. pág. 523

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    3. Oposición del demandado. pág. 5244. Tramitación de la oposición. pág. 5285. La audiencia de prueba. pág. 530 6. La sentencia. pág. 5327. Los recursos. pág. 532

    V.- EFICACIA DE LA SENTENCIA. pág. 533

    TÍTULO SEGUNDO. LOS PROCESOS POSESORIOS pág. 535

    I. CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 5351.- Ámbito del proceso posesorio. pág. 536

    II. PROCEDIMIENTO Y COMPETENCIA. pág. 5361.- Rechazo de la demanda posesoria. pág. 5372.- Actuaciones previas a la audiencia en caso de suspensión de obra nueva. pág. 5383.- Emplazamiento del demandado y oposición. pág. 539 4.- Comparecencia a la audiencia. pág. 539 5.- Sentencia y recursos judiciales. pág. 540

    TÍTULO TERCERO. LOS PROCESOS DE INQUILINATO pág. 541

    I. CONSIDERACIONES GENERALES. pág. 5411.- Ámbito del proceso de inquilinato. pág. 541

    II. PROCEDIMIENTO GENERAL Y COMPETENCIA. pág. 542 1.- Demanda de inquilinato, admisión y rechazos. pág. 543 2.- Sentencia y recursos en otros procesos de inquilinato. pág. 544

    III. PROCESO DE DESOCUPACIÓN POR CAUSA DE MORA. pág. 544

    1.- Desahucio y sobreseimiento. pág. 5442.- Sentencia y recursos judiciales. pág. 545

    IV. PROCESO DE DESOCUPACIÓN POR OBRAS EN EL INMUEBLE. pág. 545

    1.- Requisitos especiales de admisibilidad de la demanda. pág. 545V. PROCESO DE DESOCUPACIÓN POR RUINA O INSALUBRIDAD: pág. 546

    1.- Contenido de sentencia. pág. 546

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    TÍTULO CUARTO. LOS PROCESOS MONITORIOS pág. 547

    I. INTRODUCCIÓN. pág. 547II. EL PROCESO MONITORIO POR DEUDAS DE DINERO. pág. 552 III. MONITORIO PARA OBLIGACIONES DE HACER, NO HACER O DAR. pág. 557

    LIBRO CUARTO. LOS MEDIOS DE IMPUGNACIÓN pág. 560TÍTULO PRIMERO.DISPOSICIONES GENERALES pág. 560

    I.- CONCEPTO Y FUNDAMENTO DEL DERECHO A IMPUGNAR. pág. 560 II.- CLASES DE RECURSOS. pág. 564 III.- PRESUPUESTOS DE PROCEDENCIA: pág. 565

    1. Legitimación. pág. 565 2. El requisito del gravamen. pág. 568

    IV.- ALCANCE DEL PRINCIPIO DISPOSITIVO: pág. 570 1. Ejercicio y delimitación de la controversia; pág. 570 2. Desistimiento y otros medios de autocomposición: pág. 571

    2.1. El desistimiento. pág. 572 2.2.- Otros mecanismos; pág. 576

    3. Deber de congruencia judicial. La prohibición de reformatio in peius.- pág. 577

    V.- EFECTOS DE LOS RECURSOS.- pág. 578 VI.- CÓMPUTO DE LOS PLAZOS pág. 581

    TÍTULO SEGUNDO. RECURSO DE REVOCATORIA pág. 582

    I.- OBJETO Y RESOLUCIONES RECURRIBLES. pág. 582 II.- REQUISITOS PARA LA CORRECTA FORMALIZACIÓN DEL RECURSO.- pág. 583III.-PROCEDIMIENTO.- pág. 584IV.- DECISIÓN DEL RECURSO: CONTENIDO, EFECTOS CONCRETOS Y RECURRIBILIDAD. pág. 585

    TÍTULO TERCERO. RECURSO DE APELACIÓN pág. 587

    I.- CONCEPTO Y RESOLUCIONES RECURRIBLES. pág. 587 II.- OBJETO. pág. 590

  • III.- ACTIVIDAD DE PRUEBA EN SEGUNDA INSTANCIA. pág. 594 IV.- PROCEDIMIENTO: pág. 601

    1.- Interposición. pág. 6012.- Admisión. pág. 605 3.- Vista oral. pág. 605

    V.- LA ADHESIÓN A LA APELACIÓN: pág. 607 1) Concepto. pág. 607 2) Efectos. pág. 6073) Límites del derecho a adherirse. pág. 608

    VI.- DECISIÓN DEL RECURSO. pág. 609

    TÍTULO CUARTO. RECURSO DE CASACIÓN pág. 616

    I.- CONCEPTO Y RESOLUCIONES RECURRIBLES.- pág. 616II.- MOTIVOS DEL RECURSO: pág. 619

    1.- Su presupuesto: la infracción jurídica. pág. 619 2.- Motivos de fondo. pág. 6203.- Motivos procesales (“de forma”).- pág. 625

    III.- PROCEDIMIENTO: pág. 6381. Interposición.- pág. 6392.- Admisión.- pág. 641 3. Vista oral.- pág. 642

    IV.- DECISIÓN DEL RECURSO. pág. 642

    TÍTULO QUINTO. REVISIÓN DE SENTENCIAS FIRMES pág. 650

    I.- CONCEPTO Y RESOLUCIONES RECURRIBLES.- pág. 650II.- MOTIVOS DE LA REVISIÓN.- pág. 652III.- PLAZOS PARA EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN.- pág. 668IV.- PROCEDIMIENTO: pág. 671

    1. Interposición. pág. 671 2.- Admisión y alegaciones. pág. 6723. Vista oral. pág. 673

    V.- DECISIÓN.- pág. 674

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    LIBRO QUINTO. LA EJECUCIÓN FORZOSA pág. 678TÍTULO PRIMERO. DISPOSICIONES GENERALES pág. 678

    I. INTRODUCCIÓN: CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA EJECUCIÓN. pág. 678II. EL DERECHO FUNDAMENTAL A LA EJECUCIÓN DE LA SENTENCIA. pág. 684III. PRINCIPIOS DE LA EJECUCIÓN FORZOSA. pág. 687 IV. TÍTULOS DE EJECUCIÓN. pág. 688V. COMPETENCIA. pág. 694 VI. LAS PARTES EN LA EJECUCIÓN. pág. 694 VII. SOLICITUD DE EJECUCIÓN, DESPACHO DE EJECUCIÓN Y NOTIFICACIÓN AL EJECUTADO. pág. 695 VIII. OPOSICIÓN A LA EJECUCIÓN. pág. 697 IX. SUSPENSIÓN DE LA EJECUCIÓN. pág. 700X. EJECUCIÓN CONTRA EL ESTADO. pág. 701

    TÍTULO SEGUNDO. LA EJECUCIÓN PROVISIONAL pág. 703

    I. INTRODUCCIÓN: CARACTERES GENERALES DE LA EJECUCIÓN PROVISIONAL pág. 703 II. FUNDAMENTOS DE LA EJECUCIÓN PROVISIONAL. pág. 706 III. REQUISITOS DE LA EJECUCIÓN PROVISIONAL. pág. 708 IV. TÍTULOS PROVISIONALMENTE EJECUTABLES. pág. 709 V. PROCEDIMIENTO DE LA EJECUCIÓN PROVISIONAL. pág. 710

    1. Competencia. pág. 710 2. Solicitud de ejecución provisional. pág. 7103. Despacho de la ejecución provisional. pág. 7114. Oposición a la ejecución provisional. pág. 712 5. Sustanciación y decisión sobre la oposición. pág. 712

    VI. REVOCACIÓN DE LA SENTENCIA PROVISIONALMENTE EJECUTADA. pág. 713

    TÍTULO TERCERO. LA EJECUCIÓN DINERARIA pág. 715

    I. ÁMBITO DE APLICACIÓN. pág. 715 II. PROCEDIMIENTO. pág. 716

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    III. CUMPLIMIENTO DEL EJECUTADO. pág. 718IV. DETERMINACIÓN DEL PATRIMONIO DEL EJECUTADO. pág. 718 V. EMBARGO. pág. 719 VI. TERCERÍAS. pág. 725

    1. Tercería de dominio. pág. 726 2. Tercería de preferencia de pago. pág. 728

    VII. REALIZACIÓN Y SUBASTA DE LOS BIENES EMBARGADOS. pág. 729

    TÍTULO CUARTO.LA EJECUCIÓN DE HACER, NO HACER Y DAR COSA DETERMINADA pág. 734

    I. INTRODUCCIÓN. pág. 734 II. EJECUCIÓN DE OBLIGACIONES DE HACER. pág. 735

    1. Obligaciones de hacer no personalísimas. pág. 7352. Obligaciones de hacer personalísimas. pág. 737 3. Obligaciones de efectuar declaraciones de voluntad. pág. 738

    III. EJECUCIÓN DE OBLIGACIONES DE NO HACER. pág. 739IV. EJECUCIÓN DE OBLIGACIONES DE DAR NO DINERARIAS. pág. 740 V. LIQUIDACIÓN DE CANTIDADES. pág. 741

    CAPITULO UNICO. DISPOSICIONES FINALES pág. 742I. ACTUALIZACIÓN DE CUANTÍAS. pág. 742II. DE LAS MULTAS. pág. 743 III. DEROGATORIAS. pág. 744 IV. DISPOSICIÓN TRANSITORIA. pág. 745

    ÍNDICE ANALÍTICO. pág. 747TABLA DE CONCORDANCIAS. pág. 796

  • PRESENTACIÓN

    Describir mediante la doctrina y la jurisprudencia nacional y comparada, la importancia de las diversas formas de interpretación del novísimo Código Procesal Civil y Mercantil (CPCM) y las posibilidades de acceso al servicio de justicia para la totalidad de personas que integran la sociedad salvadoreña, constituyen el propósito central de la segunda edición del Código Procesal Civil y Mercantil comentado de El Salvador.

    La publicación de esta obra es otro esfuerzo editorial del Consejo Nacional de la Judicatura, a través de su Escuela de Capacitación Judicial “Dr. Arturo Zeledón Castrillo”, concretado con el apoyo y el financiamiento de la Comisión Coordinadora del Sector de Justicia, por medio de su Unidad Técnica Ejecutiva (UTE).

    Sin duda que la actual corriente de reforma judicial en el ámbito Civil y Mercantil es de gran alcance estratégico en el proceso de modernización del Órgano Judicial, por constituir –para las y los funcionarios, personal de colaboración y operativo en general de las jurisdicciones Civil, Mercantil, Menor Cuantía, Primera Instancia Mixta e Inquilinato– una profunda y prometedora transformación en la dinámica de la administración de justicia y un vigoroso impulso en la mejora continua de las posibilidades de acceder a tan importante servicio público. Esta obra responde al reto de –y constituye un ejercicio académico orientado a– generar un impacto conceptual y pragmático, pensado para innovar y eficientizar la función pública de administrar justicia, basada en el respeto e impulso de los principios procesales modernos.

    Esta obra desarrolla la potente y relevante misión de modificar caducas prácticas judiciales, tales como: exceso de escritura, lentitud, formalismos y elevación de costos, que actualmente no deben continuar más, por contrariar las reglas del debido proceso reconocidas en la Constitución de la República de El Salvador y los principios procesales modernos de contradicción, inmediación, oralidad, concentración, publicidad, libertad y comunidad de prueba.

    En el texto se aborda todo el CPCM. Así, el primer capítulo detalla y analiza las Disposiciones Generales del Libro Primero. El capítulo segundo introduce el estudio de: los Procesos Declarativos. El tercero, está referido a los Procesos Especiales. El Capítulo cuarto, introduce los Medios de Impugnación y el capítulo quinto que incorpora lo relativo a la Ejecución Forzosa. Finalmente están unos anexos donde –para facilidad de quienes lean con acuciosidad– se incluye un Índice Analítico para la búsqueda de materias concretas dentro de

    iConsejo Nacional de la Judicatura

    Unidad Técnica Ejecutiva del Sector de Justicia

  • cada institución procesal y una Tabla de Concordancias para la búsqueda rápida de normas similares entre el CPCM y el anterior CPC.

    Es muy oportuno y merecido destacar que el CNJ agradece y reconoce el distinguido esfuerzo académico de los profesionales que trabajaron la obra: el Dr. Juan Carlos Cabañas García, Profesor Titular de Derecho Procesal de la Universidad de Alcalá, Letrado del Tribunal Constitucional, ex Magistrado de la Sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional (España) y quien participò en la capacitaciòn impulsada por el Consejo Nacional de la Judicatura; el Dr. Santiago Garderes Gasparri, Profesor Adjunto de Derecho Procesal en la Universidad de la República y en la Universidad Católica del Uruguay, Miembro del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal (Uruguay) y quien participò en la capacitaciòn impulsada por el Consejo Nacional de la Judicatura; y el Lic. Oscar Antonio Canales Cisco, Docente en la Universidad Dr. José Matías Delgado, Colaborador Jurídico del Centro de Documentación Judicial de la Corte Suprema de Justicia, Capacitador en el Área de Derecho Privado y Procesal de la Escuela de Capacitación Judicial del Consejo Nacional de la Judicatura y Miembro del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal (El Salvador).

    Estimular el análisis, provocar la discusión y orientar la práctica jurídica hacia una justicia integral, como factor esencial de avance y desarrollo de la sociedad salvadoreña en el Estado Constitucional de Derecho, es uno de los principales propósitos de nación al que busca contribuir el Consejo Nacional de la Judicatura, con la segunda edición de esta obra que hoy pone en sus manos.

    Consejo Nacional de la Judicatura

    ii Código Procesal Civil y Mercantil Comentado

  • PRÓLOGO

    El 18 de septiembre de 2008, la Asamblea Legislativa de El Salvador ha dado un paso histórico con el decreto del Código Procesal Civil y Mercantil, poniendo de este modo el cierre con broche de oro, a más de cien años de vigencia del Código de Procedimientos Civiles de 31 de diciembre de 1881, y más de treinta años de la Ley de Procedimientos Mercantiles de junio de 1973.

    Se ha abierto así de manera determinante una nueva etapa en el sistema de Administración de justicia salvadoreño, imbuido de la ola modernizadora de la legislación procesal civil que recorre Iberoamérica, bajo el influjo del “Código Procesal Civil Modelo” cuyas bases datan de 1970 (así, desde la aprobación en 1981 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación Argentina; hasta la más reciente del Tribunal Supremo de Puerto Rico, en septiembre de 2009 sobre las nuevas Reglas de Procedimiento Civil).

    Algunas de esas experiencias de Derecho comparado han sido tenidas en cuenta como referencia útil para la gestación del actual Código (especialmente, las relativas al Código General del Proceso de Uruguay, de 1989, y la Ley de Enjuiciamiento Civil española 1/2000); así como también los postulados de la jurisprudencia de la Sala de lo Civil de la Corte Suprema en relación con la anterior normativa procesal, y por supuesto el aporte de diversos expertos que han colaborado en las distintas fases del iter legislativo. No han pasado desapercibidos tampoco, desde luego, los frutos cosechados con la aplicación de la Ley Procesal de Familia de octubre de 1994, primer banco de pruebas del moderno proceso salvadoreño.

    Muchas y relevantes son sin duda las virtudes que rodean al Código Procesal Civil y Mercantil que entró en funcionamiento el 1 de julio del año pasado (D.L. 220, de 11/12/2009). Aparte de la evidente unificación que ha traído consigo en las reglas y procedimientos para la tutela de las relaciones civiles y mercantiles, cabe en esta apretada síntesis señalar, entre otras: la traslación al plano legal del derecho constitucional al debido proceso (art. 11 CN) y las manifestaciones de éste que ha ido reconociendo la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia para este ámbito jurisdiccional; la positivación de los principios procesales más importantes, con el fin de hacerlos exigibles por los ciudadanos; el sometimiento del juez y las partes al principio de legalidad sin perjuicio de ciertos controles frente al dictado de la norma; la potenciación de la inmediación y la oralidad en los procesos declarativos, no sólo en la fase de práctica de la prueba –especialmente con los interrogatorios en los medios de carácter personal-, sino mediante la

    iiiConsejo Nacional de la Judicatura

    Unidad Técnica Ejecutiva del Sector de Justicia

  • introducción de una audiencia preparatoria con fines de conciliación, saneamiento procesal y fijación de los elementos de debate en su caso; así como la articulación del juicio abreviado, concentrado y casi todo oral.

    En el ámbito de la prueba, se aprecia un cierto afán legislativo, siempre loable, de búsqueda de la verdad real facilitando diligencias de aseguramiento de las fuentes disponibles y la práctica anticipada de medios, la admisión de distintos instrumentos tecnológicos de captación de hechos, y la primacía del sistema de valoración libre sobre el tasado, sin olvidar el importante papel que se le otorga ahora a la pericia extrajudicial y su aportación con los escritos de alegaciones.

    También en el catálogo de novedades debe destacarse la introducción de un mecanismo de rescisión de sentencias firmes, que procediendo sólo por motivos extraordinarios y dentro de plazos rigurosos, conjuga con el equilibrio necesario los valores de la seguridad jurídica y la justicia.

    Por su amplitud y detalle, particular atención presta el nuevo Código a la regulación de los presupuestos del proceso, con específicos criterios de determinación de la jurisdicción y competencia de los tribunales salvadoreños y los mecanismos para su control; el estatuto jurídico de las partes, distinguiendo las modalidades de capacidad, legitimación, pluralidad y sucesión de litigantes; las compatibilidades y prohibiciones para deducir pretensiones acumuladas, en el mismo o diversos procesos; así como una no menos completa regulación de los distintos motivos de finalización anticipada del proceso. Cuidado se antoja también el bloque de ordenación de las actuaciones judiciales, los actos de comunicación de las partes (concretándose el deber del tribunal para intentar localizar al demandado, en orden a su debido emplazamiento) y las disposiciones sobre celebración y suspensión de las audiencias; y formación de la voluntad judicial colegida.

    Destaca asimismo la conformación de un conjunto armónico de los medios de impugnación de resoluciones judiciales, consolidando el modelo de doble instancia más casación; el mejoramiento de los presupuestos, fases y ejercicio de la defensa dentro del proceso de ejecución forzosa, tanto de obligaciones dinerarias como de otra especie; y una mayor confianza y facilitación de la ejecución provisional y del sistema de medidas cautelares. Todo ello, sin prescindir de la existencia de algunos procesos especiales cuya eficiencia ha revelado la práctica forense, y a cuya lista se suma de manera descollante el proceso monitorio como instrumento rápido y expedito de tutela judicial en los casos de no oposición del deudor a la cantidad reclamada. Proceso éste cuya efectividad ha quedado contrastada en el derecho comparado y cuyo éxito también aquí, requerirá como en otros tantos aspectos del

    iv Código Procesal Civil y Mercantil Comentado

  • nuevo sistema de justicia civil y mercantil, de un cierto cambio de mentalidad de los profesionales para adecuarse a los tiempos actuales.

    Estamos hablando en todo caso de una ley procesal muy extensa y compleja, dotada de 707 artículos, que a pesar de los retoques de estilo introducidos por el D.L. 319, de 15/4/2010, dará lugar inevitablemente a dudas y problemas de interpretación a sus destinatarios (jueces, abogados, funcionarios judiciales e instituciones), sobre todo durante sus primeros tiempos de aplicación.

    El papel que desempeñe la Corte Suprema de Justicia -y en su medida también, las Cámaras de Segunda Instancia- en la tarea hermenéutica que se les confía, junto con las contribuciones de la doctrina científica, se adivina de especial relevancia para allanar la adaptación de los operadores jurídicos al nuevo sistema de Justicia. Para ello, el primer paso sin duda consiste en asegurar la divulgación y conocimiento por parte de estos últimos, de los distintos aspectos contenidos en el nuevo instrumento procesal.

    Con este propósito, el Consejo Nacional de la Judicatura, por intermedio de su Escuela de Capacitación Judicial, junto con la Comisión Coordinadora del Sector Justicia, mediante la Unidad Técnica Ejecutiva del Sector de Justicia (UTE) encargó al presente equipo de autores la elaboración de un “Código Procesal Civil y Mercantil comentado de El Salvador”, cuyos resultados aquí se exponen.

    Se ha entendido conveniente por los organismos competentes, así, que este trabajo contara con el aporte de dos consultores extranjeros, familiarizados no obstante ya con la realidad judicial salvadoreña a través de la participación en diversos cursos organizados por la Escuela de Capacitación Judicial y dirigidos a Magistrados y Jueces sobre temas del nuevo Código, y con un consultor nacional, que además de su experiencia en la materia pudiera supervisar in situ la evolución de esta fase previa de adaptación de instituciones y colectivos a la nueva ley. Cada uno de nosotros, al aceptar honrados el encargo que se nos confiaba, hemos intentado desde nuestra particular formación y trayectoria vital y profesional, pero unidos y coordinados en un fin común, contribuir a la obtención de un producto coherente y útil, si bien a la vez enriquecido con esa pluralidad científica de origen a la que se hace referencia.

    En ese sentido, se ha seguido en la confección del libro una misma pauta metodológica, optando por estructurarlo no con la fórmula más exegética de comentarios artículo por artículo, sino más bien primando el tratamiento sistemático y de conjunto, a fin de establecer las debidas interrelaciones de las distintas disposiciones del Código entre sí. De allí que se haya optado por una

    vConsejo Nacional de la Judicatura

    Unidad Técnica Ejecutiva del Sector de Justicia

  • exposición por temas, al modo de una obra general de estudio de las instituciones del proceso civil y mercantil previstas en el Código, siguiendo para facilitar su lectura el mismo orden empleado por este último, y sin perjuicio de las consiguientes remisiones entre autores a otros bloques de comentarios, en los casos en que ello se hace preciso.

    Cada uno de los temas viene presidido por un índice sumario, y en su desarrollo cada autor ha dedicado la extensión que ha considerado necesaria, para efectuar un tratamiento de todas las cuestiones importantes que suscita el conjunto de preceptos en examen. El objetivo es claro: argumentaciones sencillas, didácticas y razonadas, tanto al plantear los diversos problemas como al desentrañar sus respectivas soluciones. Porque este libro, ante todo, lo que pretende es precisamente eso, guiar al lector jurídico en el entendimiento del nuevo marco legal y suministrarle herramientas dialécticas válidas para su mejor manejo y aplicación.

    Por ello mismo también, la obra se acompaña al final con una tabla analítica para la búsqueda de los preceptos por voces; y de otra, comparativa entre el nuevo Código y el derogado Código de Procedimientos Civiles, permitiendo así al lector moverse con agilidad dentro del actual articulado.

    Para esta segunda edición del libro, que ve la luz un año después de la anterior –objeto en su momento de una intensa y eficaz campaña de las instituciones arriba mencionadas, con el fin de facilitar su acceso y divulgación entre los distintos estamentos profesionales de la Justicia salvadoreña-, se ha procedido por los autores a una revisión general del texto y se han añadido algunas sentencias recientes, a falta de líneas jurisprudenciales consolidadas sobre el nuevo proceso dado el poco tiempo transcurrido desde su arranque. Sigue siendo por tanto fundamental promover el debate para el análisis e interpretación de las normas en vigor. Si a la consecución de esta empresa, como esperamos, coadyuvan de manera provechosa las páginas que siguen, el interés legítimo fijado por quienes hemos intervenido en su elaboración y difusión, habrá quedado más que satisfecho.

    Los Autores

    30 de junio de 2011

    vi Código Procesal Civil y Mercantil Comentado

  • ABREVIATURAS

    AA.VV. autores variosart./arts. artículo/artículoscc. concordante/concordantesCC Código Civil CCom Código de ComercioCfe.. conformeCGP Código General del Proceso (Uruguay)CADH Convención Americana sobre Derechos Humanoscit./cits. citado/citadosCN Constitución de la RepúblicaCP Código PenalCPP Código Procesal PenalCPC Código de Procedimientos Civiles CPCM Código Procesal Civil y Mercantil CPC Italia Codice di Procedura Civile (Italia)CPCMI. Código Procesal Civil Modelo para IberoaméricaCPP Código Procesal PenalCSJ Corte Suprema de JusticiaCT Código de TrabajoCTri Código Tributarioed. ediciónEd. Editorialesp. especialmentef./fs. foja/fojasinc./incs. inciso/incisosLBHES Ley del Banco Hipotecario de El SalvadorLEC Ley de Enjuiciamiento Civil (España) L.NOT Ley de NotariadoLENJVD Ley del ejercicio notarial de la jurisdicción voluntaria y de

    otras diligenciasLFNVyAAP Ley de la Financiera Nacional de la Vivienda y de las

    Asociaciones de Ahorro y PréstamoLI Ley de InquilinatoLITBMyPS Ley de Impuesto a la Transferencia de Bienes Muebles y a la

    Prestación de Servicios

    viiConsejo Nacional de la Judicatura

    Unidad Técnica Ejecutiva del Sector de Justicia

  • LMCA Ley de Mediación, Conciliación y ArbitrajeLOPJ Ley Orgánica del Poder JudicialLOFGR Ley Orgánica de la Fiscalía General de la RepúblicaLOPGR Ley Orgánica de la Procuraduría General de la RepúblicaLPC Ley de Protección al ConsumidorLPEAT Ley de Procedimientos Especiales sobre Accidentes de

    TránsitoLPF Ley Procesal de FamiliaLEPINA Ley de Protección Integral de la Niñez y AdolescenciaLPIPA Ley de Propiedad Inmobiliaria por Pisos y ApartamentosLPI Ley de Propiedad IntelectualLPI-Es Ley de Propiedad Intelectual - EspañaLSA Ley de Simplificación Aduaneranum./nums numeral/numerales ob. cit. obra citadap./pp. página/páginasp. ej. por ejemploPGR Procuraduría General de la RepúblicaRUDP. Revista Uruguaya de Derecho ProcesalS SentenciaSC Sala de lo Civil, Corte Suprema de JusticiaSConst. Sala de lo Constitucional, Corte Suprema de JusticiaSSC Sentencia de la Sala de lo CivilSSConst. Sentencia de la Sala de lo Constitucionals/f. sin fechass. siguientest. tomotrad. traducciónTCE Tribunal Constitucional de Españaúlt. ob. cit. última obra citadav.g. verbigraciavol. volumenvta. vueltaZPO Ordenanza Procesal Civil (Alemania o Austria)

    viii Código Procesal Civil y Mercantil Comentado

  • CÓDIGOPROCESAL CIVIL Y MERCANTILCOMENTADO DE EL SALVADOR 2011

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  • 1Comisión Coordinadora del Sector de Justicia

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    ROLIBRO PRIMERO

    DISPOSICIONES GENERALES

    TÍTULO PRELIMINARPRINCIPIOS DEL PROCESO Y APLICACIÓN DE LAS NORMAS PROCESALES

    CAPÍTULO PRIMEROPRINCIPIOS PROCESALES

    Juan Carlos Cabañas García

    SUMARIO

    Previo: el Título Preliminar. Contenido y finalidad. I.-Derechos básicos de los justiciables. II.- Principios que garantizan el carácter rogado del orden jurisdiccional civil y mercantil. III.- Principios relativos a las obligaciones de los sujetos. IV.- Principios del procedimiento.

    Previo: el Título Preliminar. Contenido y finalidad.

    El Código Procesal Civil y Mercantil, aprobado por Decreto Legislativo nº 712 de 18 de septiembre de 2008 (Diario Oficial nº 224, del 27 de noviembre de 2008), y cuya entrada en vigor ha de producirse el 1 de julio de 2010, tras extenderse su vacatio legis por Decreto Legislativo nº 220, de 11 de diciembre de 2009 (Diario Oficial nº 241, de 23 de diciembre de 2009), siguiendo una sistemática moderna se estructura en cinco libros que abarcan los distintos ámbitos de la actividad procesal, desde los aspectos comunes hasta las instituciones más específicas, guardando la debida homogeneidad de tratamiento dentro de cada uno. Aparecen así, en orden secuencial, los articulados sobre disposiciones generales; los procesos declarativos ordinarios; los procesos especiales; los medios de impugnación (recursos y revisión de sentencia firme) y la ejecución forzosa.

    Se abre a su vez el Libro Primero (Disposiciones Generales) con el “Título Preliminar” que ahora analizaremos, en el que se contiene el marco de referencia para la ordenación de la actividad jurisdiccional a través de la identificación de ciertos principios del proceso, y de las pautas de interpretación y aplicación de las normas del propio Código.

  • En cuanto a los principios, ha considerado conveniente el legislador situar en el pórtico de sus disposiciones una serie de postulados fundamentales sobre los que se asienta la impartición de justicia civil y mercantil, sin perjuicio de que estos principios encuentran luego su materialización en normas posteriores dispersas tanto en los restantes títulos de las disposiciones generales, como en los distintos procedimientos.

    A efectos metodológicos, resulta posible sistematizar dichos principios en cuatro grandes áreas: a) derechos básicos de los justiciables; b) carácter rogado del proceso y márgenes de configuración y disposición del objeto litigioso; c) pautas exigibles de actuación a los sujetos que actúan en él, y d) ordenación formal de la actividad procedimental.

    Importa tener presente que todos estos principios se articulan como preceptos jurídicos perfectos y vinculantes, de aplicación directa e inmediata. No se trata, por tanto, de meras directrices, normas programáticas o admonitivas carentes de eficacia jurídica. Por el contrario, comportan mandatos vinculantes para jueces y en su medida también para los ciudadanos que intervienen en el proceso (ver arts. 12 y 13), productores de efectos jurídicos tanto en cuanto a su cumplimiento como a su eventual infracción, frente a la que podrá reclamar la parte afectada a través de los medios de impugnación y defensa puestos a su favor por el ordenamiento.

    En lo que importa a los fines introductorios de esta obra de comentarios al Código, procede una identificación de los principios incluidos en este Título Preliminar, con una reseña sobre el significado esencial de cada uno, el cual, insistimos, adquiere en cada caso su plenitud con el desarrollo que luego presenta en los distintos procesos regulados en los ulteriores Libros de la ley:

    I.- Derechos básicos de los justiciables.

    A.- Alcance del derecho a la tutela judicial.

    Se contiene en los siguientes preceptos:

    1º) Derecho a la protección jurisdiccional (art. 1).

    •Enunciado:

    “Todo sujeto tiene derecho a plantear su pretensión ante los tribunales, oponerse a la ya incoada, ejercer todos los actos procesales que estime convenientes para la defensa de su posición y a que el proceso se tramite y decida conforme a la normativa constitucional y a las disposiciones legales”.

    •Aplicación:

    Se recoge en este primer artículo la definición del derecho a la protección o tutela

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  • jurisdiccional, por el que toda persona, sea natural o jurídica1 y con independencia de su nacionalidad, solicita de los tribunales de justicia la composición de un conflicto de intereses irresuelto que tiene con una o más personas. Este derecho guarda cierta similitud en su enunciado con el derecho a la tutela judicial que reconoce por ejemplo el inciso primero del art. 24 de la Constituzione italiana de 1947 (“Todos pueden actuar en juicio para la tutela de sus propios derechos e intereses legítimos”) y el apartado primero del art. 24 de la Constitución Española de 1978, a propósito del llamado derecho a la tutela judicial efectiva (“Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión”).

    Pero además bien puede decirse que este derecho a la protección jurisdiccional viene a concretar en el plano de la legislación procesal civil, el derecho constitucional al debido proceso recogido en el art. 11 de la Carta Magna salvadoreña. La Sentencia de la Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia de 15 de mayo de 2001, dictada a las 10.10 horas (ref 635-2000) manifiesta por ejemplo que “cuando una demanda llega al Juzgador, éste tiene la obligación de seguir el procedimiento establecido en la ley, para salvaguardar el debido proceso legal.”; y la Sentencia de la misma Sala de 30 de abril de 2004, dictada a las 10.30 horas (ref. 1730 SS), señala que “el derecho al debido proceso es un derecho instrumentado para la defensa de los derechos y libertades públicas, al servicio de la tutela de los demás derechos fundamentales y debe garantizar instrumentos procesales de protección de los mismos, tal como lo establecen los Arts. 11 y 2 Cn”.

    Este derecho a la tutela jurisdiccional no garantiza en ningún caso un resultado concreto en términos de una sentencia estimatoria, pero sí garantiza que la actividad judicial tendrá necesariamente un resultado, jurídicamente fundado.

    Ese resultado en principio revestirá la forma de una sentencia de fondo que se pronunciará sobre la totalidad de las pretensiones deducidas, ya fueren éstas de índole declarativa, ejecutiva y cautelar, tras la admisión y sustanciación en todas sus fases del procedimiento previsto, a menos que la existencia de un defecto u óbice procesal lleve a dictar una resolución interlocutoria poniendo fin anticipadamente a las actuaciones, lo que también deberá motivarse en derecho. Ver últimamente, las SSTC español 17/2008, de 31 de enero, FJ. 3; 186/2008, de 26 de diciembre,

    1 La reciente Sentencia de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, dictada a las 11.26 horas del día 4 de marzo de 2011 (ref. 934-2007), proclama que: “...si el objetivo y función de los derechos fundamentales es la protección integral de la persona humana, ya sea a título individual o como parte de la colectividad, es posible que las organizaciones que las personas naturales crean para la protección de sus intereses sean titulares de derechos fundamentales, en tanto y en cuanto éstos protejan su propia existencia e identidad, a fin de asegurar el libre desarrollo de su personalidad y autonomía...”.

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  • FJ. 2; 5/2009, de 12 de enero, FJ 4; y 196/2009, de 28 de septiembre, FJ. 2; 8/2011, de 28 de febrero, FJ 2; todas ellas en cuanto a su aplicación al proceso civil, y las anteriores sentencias que ahí se citan.

    Así también lo entiende la Sala de lo Civil de la Corte Suprema de El Salvador, al proclamar por ejemplo en su Sentencia de 22 de diciembre de 2004, dictada a las 15 horas (ref. apelación 1703 SS) que: “la figura del rechazo ‘in limine litis’ [de la demanda], se ha diseñado a fin de no prorrogar el trámite de un proceso que, fatalmente, devendrá en una sentencia desestimatoria, por evidentes vicios insubsanables y que, por su naturaleza, no admiten corrección. Ello, en modo alguno, viola el derecho de acción, ni representa un obstáculo al acceso a la justicia y al debido proceso”.

    Y más recientemente la Sala de lo Constitucional de la propia Corte, en Sentencia de 26 de enero de 2011, dictada a las 14.26 horas: “El primer contenido del derecho a la protección jurisdiccional –en un orden lógico y cronológico- es el acceso a la jurisdicción, que no es otra cosa que la posibilidad de acceder a los órganos jurisdiccionales para que éstos se pronuncien sobre la pretensión formulada y que deberá efectuarse conforme con las normas procesales y de procedimientos previstas en las leyes respectivas”.

    La tutela jurisdiccional se predica conforme a este art. 1º CPCM de ambas partes del proceso y para todas las instancias y grados de jurisdicción, construyéndose en tres etapas, cuya consecución, a su vez, depende estrictamente del cumplimiento de los requisitos legales establecidos por la ley: a) acceso a los tribunales (y que no se produzca, por tanto, la inadmisión a trámite de la demanda o solicitud presentada por el justiciable de manera arbitraria ni inmotivada); b) tramitación del procedimiento respectivo en todas sus fases, y c) dictado de una decisión de fondo (a menos, insistimos, que concurra una circunstancia procesal que lo impida).

    2º) Obligación de resolver (art. 15).

    •Enunciado:

    “El juez no podrá, bajo ningún pretexto, dejar de resolver, ni aplazar, dilatar o negar la decisión de las cuestiones debatidas en el proceso.

    El incumplimiento de las obligaciones contenidas en este Código será sancionado de conformidad a lo establecido en la Ley Orgánica Judicial”.

    •Aplicación:

    Como un correlato del derecho a la tutela jurisdiccional del justiciable ya mencionado, el Código sanciona en este otro precepto la conocida prohibición del non liquet, a cuya virtud y dando por supuesto que no existen circunstancias de orden procesal que lo impidan, el juez debe proveer siempre a una respuesta de fondo respecto de la pretensión que se le plantea.

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  • No puede el juzgador en consecuencia, suspender el procedimiento sin causa prevista en la ley y acreditada en los hechos. Pero sobre todo, una vez se han completado los trámites del mismo, ha de dictar resolución definitiva en el expediente sin que pueda dejar de resolver ninguno de los puntos controvertidos en ese proceso, aduciendo dudas o ignorancia sobre cómo aplicar o interpretar la ley, ni la presunta injusticia material de la decisión que en su caso tendría que adoptar, como excusa para no hacerlo.

    Debe pues resolver el juez o colegio de Magistrados lo que proceda, debe dar una solución al conflicto de intereses planteado, sin que le quepa justificar el silencio como respuesta. El incumplimiento de este deber judicial, como se previene en esta misma norma del Código procesal, llevará aparejada la apertura de las responsabilidades a que haya lugar (civil, penal y administrativa sancionadora) para el juzgador.

    3º) Principio de gratuidad de la justicia (art. 16).

    •Enunciado:

    “Toda persona tiene derecho a que se le imparta justicia gratuitamente”.

    •Aplicación:

    La gratuidad de la justicia se conecta aquí, en primer término, con la no exigibilidad en general a quienes actúan en los procesos, del pago al Estado de un impuesto, recargo u otro tipo de imposición económica por el mero hecho de solicitar la actuación de los tribunales. El Estado no cobra por la prestación de la actividad jurisdiccional.

    Asimismo, este precepto abre la puerta para la gratuidad de las costas procesales a quienes necesitan litigar y carezcan de recursos económicos, siempre y cuando los solicitantes de dicho beneficio cumplan con los requisitos y condiciones establecidos normativamente para el otorgamiento del mismo (acreditación de su situación económica real).

    B.- Sujeción del proceso a la Constitución y las leyes.

    1º) Vinculación a la Constitución, leyes y demás normas (art. 2)

    •Enunciado:

    “Los jueces están vinculados por la normativa constitucional, las leyes y demás normas del ordenamiento jurídico, sin que puedan desconocerlas ni desobedecerlas.

    Todo juez, a instancia de parte o de oficio, deberá examinar previamente

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  • la constitucionalidad de las normas de cuya validez dependa la tramitación de cualquier proceso o el fundamento de las decisiones que adopten en el mismo; y si alguna de ellas contradice la normativa constitucional, la declarará inaplicable en resolución debidamente motivada, en la que se consignen la disposición cuya inaplicabilidad se declara, el derecho, principio o valor constitucional que se considera infringido y las específicas razones que fundamentan.

    Las pruebas que se hubieren obtenido, directa o indirectamente, con infracción de derechos o libertades fundamentales, no surtirán efecto”.

    •Aplicación:

    El primero de los dos preceptos dedicados a consagrar el principio de legalidad procesal con un alcance amplio, parte así de la Constitución para abrazar también el marco de las normas de rango legal y en su caso reglamentarias. En este art. 2 se recoge la vigencia del imperio de la legalidad desde el punto de vista del fundamento de todas las decisiones judiciales, el cual no puede ser otro que las fuentes establecidas por el ordenamiento, desterrando así toda tentación de arbitrariedad, voluntarismo y discriminación por motivos subjetivos del juzgador, completado luego con lo establecido en el art. 19.

    Ahora bien, tiene un límite la sujeción a la legalidad y es cuando precisamente la norma se muestra contraria a los postulados constitucionales. En tal situación, faculta al juez de la causa este art. 2 CPCM para inaplicar el dispositivo de que se trate, lo que significa, como su nombre indica, no que el órgano judicial pueda invalidar la norma ni declarar su nulidad formal con efectos erga omnes (potestad ésta que le corresponde a la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema en el ámbito de sus competencias), sino que cualquier juez puede decretar su no aplicación al caso concreto (art. 185 CN, art. 77 D LPC), por apreciar su contradicción con alguno de los derechos fundamentales u otro mandato constitucional, explicándolo así en su resolución judicial, susceptible por lo demás del control por vía de recursos que corresponda en lo concerniente a las cuestiones de legalidad ordinaria resueltas en la sentencia. No así por lo que respecta estrictamente al juicio de inconstitucionalidad de la ley, cuya validez sólo será revisada por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema en virtud del procedimiento establecido en los apartados “E” y “F”del art. 77 LPC, sistema que complementa así la potestad judicial prevista en el art. 185 CN. La sentencia de la Corte sí devendrá vinculante para todos (art. 77-F LPC).

    En segundo lugar, como una subespecie del control de legalidad procesal, aprovecha el párrafo tercero y último de este art. 2 CPCM, para sancionar

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  • la prohibición general del uso judicial de las pruebas ilícitas (lo que luego se complementa con lo regulado en el art. 316 párrafo segundo). Se cualifica aquí la ilicitud proscrita como principio rector de todo proceso, desde el plano de su inconstitucionalidad y no por la simple infracción a la legalidad (depurable, desde luego también, en cuanto comporta la inobservancia de un precepto del Código, pero no por el imperativo genérico de este art. 2, sino del más específico art. 316 párrafos primero y tercero CPCM). Extendiendo además la tara de esa ineficacia, no solamente a las vulneraciones directas, sino también a las indirectas que se causen a los derechos o libertades fundamentales, sobre todo cuando para el descubrimiento de fuentes de prueba se emplean intromisiones ilegítimas a esos derechos fundamentales, que luego se intentan “limpiar” mediante una solicitud posterior al órgano judicial para que capte esa fuente de prueba de manera ortodoxa.

    2º) Principio de legalidad (art. 3).

    •Enunciado:

    “Todo proceso deberá tramitarse ante juez competente y conforme a las disposiciones de este código, las que no podrán ser alteradas por ningún sujeto procesal.

    Las formalidades previstas son imperativas. Cuando la forma de los actos procesales no esté expresamente determinada por ley, se adoptará la que resulte indispensable o idónea para la finalidad perseguida”.

    •Aplicación:

    En esta otra vertiente de la legalidad procesal, se persigue asegurar que todos los actos del proceso se rijan por lo establecido de manera previa por el Código, sin que puedan relajarse o inaplicarse sus reglas, ni excepcionarse ni modularse el contenido de las mismas a voluntad del juez y de las partes.

    Con independencia, así, de si el incumplimiento de un requisito procesal permite o no la subsanación, y acarrea o no la pérdida de trámites o la nulidad de lo actuado defectuosamente, cuestiones que ha de resolver cada norma, bajo ningún concepto puede predicarse que las normas procesales son admonitivas ni devienen de cumplimiento voluntario. Por contra, todas las normas procesales son imperativas, incluso aquellas que otorgan al sujeto la posibilidad de optar entre dos conductas posibles (por ej., fueros territoriales electivos), pues incluso entonces no se hace sino actuar dentro de los límites de lo permitido legalmente.

    Por último, cuando falte regulación específica sobre el modo de llevar a cabo un acto de parte, o del juez, dispone este art. 3 del Código que el órgano judicial deberá tener en cuenta, se entiende que por analogía, aquella formalidad que resulte ajustada al contexto del acto y a la finalidad que se persigue con él.

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  • C.- Actuación de las partes dentro del proceso.

    1º) Principio de defensa y contradicción (art. 4).

    •Enunciado:

    “El sujeto contra quien se dirija la pretensión tiene derecho a defenderse en el proceso, interviniendo en las actuaciones y articulando los medios de prueba pertinentes.

    En todo caso, cada parte tiene derecho a contar con la oportunidad de exponer su argumentación y rebatir la de la contraria, y sólo cuando expresamente lo disponga la ley podrán adoptarse decisiones sin oír previamente a una de las partes”.

    •Aplicación:

    Siempre dentro de las garantías procesales, incluye el nuevo Código dos de ellas que incumben respectivamente a los principios de defensa, audiencia y contradicción, de un lado, y a la igualdad procesal del otro. En lo que hace a los tres primeros, aludidos en el art. 4, se define sintéticamente su contenido: ante todo, la defensa entendida como derecho a alegar y probar lo que interese a la pretensión de cada parte en cada estado del procedimiento, lo que implica que no puede negarse injustificadamente el empleo de un trámite u oportunidad procesal previsto en la ley para poder verter alegaciones, solicitar pruebas, intervenir en su práctica cuando la ley lo disponga (piénsese en los interrogatorios orales), formalizar recursos, pedir la ejecución de lo acordado y adoptar aquellas medidas cautelares que aparezcan legalmente posibles.

    La audiencia y la contradicción, a su vez, conciernen a la iniciativa de acción y reacción dentro del proceso, conforme se ocupe la posición respectiva de demandante o demandado, sin perjuicio de reconocer que también este último, el sujeto pasivo, no sólo tiene derecho a oponerse a la pretensión deducida en su contra sino también y dentro de ciertos límites, a introducir asimismo sus propias pretensiones (por ej., por medio de una reconvención); y que también el actor puede necesitar contradecir frente a lo alegado por el demandado, en incidentes y recursos montados por este último.

    Asimismo, estos tres derechos (defensa, audiencia, contradicción) sólo pueden ceder o verse sacrificados temporalmente, cuando por razones de urgencia resulte necesario adoptar una medida provisoria sin escuchar a las partes o al menos a alguna de ella, pero entonces deberá restablecerse a posteriori el derecho de audiencia para la verificación o levantamiento de la medida (en tal sentido, habrá que ver el recorrido constitucional futuro de un precepto como el art. 453 CPCM, que de modo genérico suprime el trámite de audiencia previo a la adopción de todas las medidas cautelares).

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  • 2º) Principio de igualdad procesal (art. 5).

    •Enunciado:

    “Las partes dispondrán de los mismos derechos, obligaciones, cargas y posibilidades procesales durante el desarrollo del proceso.

    Las limitaciones a la igualdad que disponga este Código no deben aplicarse de modo tal que generen una pérdida irreparable del derecho a la protección jurisdiccional”.

    •Aplicación:

    La igualdad en el proceso deviene eminentemente una igualdad formal, no material. Las partes entran al litigio rodeadas de unas circunstancias personales propias, que las hace diversas entre sí, y que el proceso en sí mismo no está llamado a modificar (si acaso las consecuencias materiales de la sentencia de fondo). De lo que se trata en este ámbito que ahora se comenta, más bien, es de que las partes han de gozar de las mismas oportunidades de alegación y prueba dentro del proceso, que los actos de éstos no pueden ir encaminados a favorecer a una sola de ellas; que el juez no ha de prejuzgar el desenlace de la contienda, en fin, en función a la posición de uno y otro contendiente.

    En ocasiones, incluso, la ley tiene que introducir ciertos mecanismos de desigualdad material entre partes dentro de la litis, justamente con el fin de asegurar aquella igualdad formal. Tal es el caso de figuras tan dispares pero explicables desde esta perspectiva, como el beneficio de justicia gratuita para quien carece de recursos económicos, y la revisión de sentencia firme al demandado que por razones de fuerza mayor no pudo comparecer y defenderse en la instancia. Debe guardar la norma en estos casos, siempre un sentido de la proporcionalidad, tanto en cuanto al fin buscado como a los efectos que se desprendan de su aplicación, precisamente para no crear un mal mayor que aquel que pretendía corregir.

    II.- Principios que garantizan el carácter rogado del orden jurisdiccional civil y mercantil.

    1º) Principio dispositivo (art. 6).

    •Enunciado:

    “La iniciación de todo proceso civil o mercantil corresponde al titular del derecho subjetivo o interés legítimo que se discute en el proceso; y dicho titular conservará siempre la disponibilidad de la pretensión.

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  • Las partes podrán efectuar los actos de disposición intraprocesales que estimen convenientes, terminar el proceso unilateralmente o por acuerdo entre las mismas y recurrir de las resoluciones que les sean gravosas, de conformidad a lo dispuesto en este Código”.

    •Aplicación:

    Aparecen en este precepto las manifestaciones básicas del principio dispositivo o de justicia rogada, bajo el que se gobiernan los procesos regidos por el CPCM. De manera expresa, se determina que la iniciativa para la apertura de los procesos corresponde siempre a las partes y no al tribunal, proscribiendo así cualquier tentación de proceso inquisitivo, tanto en la primera instancia como en los grados superiores (recursos) de jurisdicción (“recurrir de las resoluciones que les sean gravosas”). No se olvide, con todo, que dentro del concepto de parte también cabe situar al Ministerio Fiscal y a la Procuraduría General de la República, por lo que la defensa de los intereses públicos no queda descuidada, sólo que la solicitud de composición de los conflictos no puede recaer justamente en quien está llamado a resolverlos, de manera imparcial e independiente, como ocurre con los tribunales de justicia.

    Un segundo componente del principio dispositivo, derivado también de este precepto se refiere a la finalización de la contienda a través de la formalización de mecanismos autocompositivos autorizados legalmente. Esto es, el detraimiento del asunto al órgano judicial dejando a las partes, en ocasiones de manera unilateral y en otras de consuno, su terminación voluntaria anticipada. Esta posibilidad queda pues garantizada como principio del proceso, siempre y cuando como luego precisa el Código, no se conculque con ello la legalidad y los derechos de terceros (ver art. 126 CPCM).

    Entremedias, aparece un tercer componente de la justicia rogada, aquí en este art. 6 asomado de manera implícita (“conservará siempre la disponibilidad de la pretensión”): se trata del poder exclusivo de las partes sin cabida de injerencia judicial, para la delimitación del objeto de la controversia. Papel que recae, de manera predominante, aunque no exclusiva, en el demandante o en el demandado cuando reconviene, con el enriquecimiento objetivo de la controversia que aportan posibles excepciones procesales y perentorias del sujeto pasivo y de las alegaciones de los eventuales terceros coadyuvantes e intervinientes provocados (en definitiva: partes). Todo lo cual marca el límite de la actuación jurisdiccional en orden a la necesaria congruencia de la sentencia.

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    10 Código Procesal Civil y Mercantil Comentado

  • 2º) Principio de aportación (art. 7):

    •Enunciado:

    “Los hechos en que se fundamente la pretensión y la oposición que se conoce en el proceso sólo podrán ser introducidos al debate por las partes.

    La actividad probatoria debe recaer exclusivamente sobre los hechos afirmados por las partes o por los que tienen la calidad de terceros de conformidad a las disposiciones de este código, en su caso; en consecuencia, el juez no podrá tomar en consideración una prueba sobre hechos que no hubieran sido afirmados o discutidos por las partes o terceros.

    La proposición de la prueba corresponde exclusivamente a las partes o terceros; sin embargo, respecto de prueba que ya fue debida y oportunamente aportada y controvertida por las partes, el juez podrá ordenar diligencias para mejor proveer con el fin de esclarecer algún punto oscuro o contradictorio, de conformidad a lo dispuesto en este Código”.

    •Aplicación:

    Con buena técnica procesal, el Código separa, como hemos visto en el art. 6, lo que es el principio dispositivo, de aquel otro principio de aportación en este art. 7, que tiene que ver de manera más concreta con la imposición a las partes de la carga de alegación y prueba de los hechos fundantes de sus pretensiones. Si bajo el principio dispositivo descubrimos que son las partes y no el tribunal, quienes determinan sobre qué relación o estado jurídico quieren que se discuta y con qué alcance objetivo, por mor del principio de aportación sabemos ahora también que el órgano judicial tampoco puede ayudar a las partes a confeccionar el relato de los hechos jurídicamente relevantes y que sirven para sostener sus respectivas peticiones de tutela, ni proponer qué medios de convicción pueden resultar más útiles y eficaces para la demostración de la veracidad de aquellas afirmaciones, lo que más adelante tiene su correlato en lo dispuesto en el art. 321 del propio Código.

    Y así, sin romper con este estado de cosas, manteniendo el juez una posición esencial de observador externo a la iniciativa de prueba aunque con plenitud de facultades para proveer, eso sí, a la práctica de aquellas que pedidas previamente por las partes, aparecen como pertinentes, útiles y no ilícitas, autoriza con todo este art. 7 CPCM, en su último párrafo, la figura de las llamadas diligencias para mejor proveer, cuya finalidad en todo caso no es la de suplir la negligencia de las partes en su carga de proposición de pruebas, sino la de auxiliar al propio tribunal en la intelección de las pruebas ya practicadas, cuando alguna arroja dudas (periciales oscuras o ambiguas, por ejemplo). Permitiendo en definitiva al juez ordenar de oficio esas diligencias, sin que las partes puedan oponerse a ello (a

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  • lo sumo, recurrir la sentencia si consideran que ha habido exceso de jurisdicción, o que la supuesta diligencia no hace sino sustituir a la parte contraria en su carga probatoria respectiva).

    III.- Principios relativos a las obligaciones de los sujetos.

    1º) Obligación de colaborar (art. 12).

    •Enunciado:

    “Toda persona o autoridad está en la obligación de colaborar con la justicia, cuando sean requeridas para ello. En consecuencia, a quien se niegue a colaborar se le impondrá una multa cuyo monto, según la gravedad del caso, se fijará entre cinco y diez salarios mínimos más altos, vigentes. Si el hecho fuere constitutivo de delito, el juez certificará lo conducente a la Fiscalía General de la República”.

    •Aplicación:

    La ley define los distintos modos en que ha de producirse el deber de colaboración al que alude este precepto y que vincula, según el caso, tanto a las partes como a los terceros que deben realizar una actividad o aportar una información útil al proceso (testigos, peritos, terceros que reciben una notificación judicial del demandado o que deben hacer exhibición de un documento relevante en la litis, etc.). No se trata aquí del cumplimiento de una carga procesal, pues éstas llevan aparejadas consecuencias estrictamente procesales por su inactividad (pérdida de la expectativa de obtener un resultado favorable, interlocutorio o definitivo, de haber actuado), sino de obligaciones de las que el sujeto no puede sustraerse a menos que medie justa causa, con una repercusión sino sancionadora, a través de una multa cuyos límites ya se fijan aquí, y según el supuesto, a la apertura también de responsabilidad penal por obstrucción a la justicia.

    2º) Principio de veracidad, lealtad, buena fe y probidad procesal (art. 13).

    •Enunciado:

    “Las partes, sus representantes, sus abogados y, en general, cualquier partícipe en el proceso, deberán actuar con veracidad, lealtad, buena fe y probidad procesal.

    El juez procurará impedir toda conducta que implique actividad ilícita o genere dilación indebida del proceso.

    La infracción de las obligaciones de veracidad, lealtad, buena fe y probidad procesal se sancionará con la condena en costas, y con el resarcimiento de los daños y perjuicios que hubiera causado el infractor; sin perjuicio, de que el juez remita a la Sección de Investigación Profesional de la Corte Suprema de Justicia la respectiva certificación sobre la conducta de los abogados intervinientes.

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  • Si la infracción fuese constitutiva del delito de falsedad, el juez certificará lo conducente a la Fiscalía General de la República”.

    •Aplicación:

    Por lo que respecta a las partes y a quienes las representan y defienden en juicio (representantes legales, voluntarios, y del abogado que ejercita la postulación), impone el art. 13 amoldar