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EVALUACION DE FLORA Y FAUNA PARA EL ECOTURISMO
Resumen
El ecoturismo es una actividad creciente dentro de nuestro país, sin embargo no
se ha estudiado en gran medida el potencial que presenta la flora y fauna para
esta actividad, las metodologías existentes para evaluar son descritas abarcando
dos modalidades: conjunto de especies en un área de estudio o una especie en
especifico, con atributos de ser estudiada dado su mal estado de conservación,
presentándose diferencias sustanciales, pero no por ello menos importante, por lo
que cada modalidad resulta ser apropiada según los objetivos, características del
área de estudio y especies presentes en el área.
1. Introducción
Se ha catalogado al siglo XX como el siglo del turismo, argumentando que los
habitantes del mundo sólo en estas dos últimas décadas han conocido más gente
que en cualquier otro minuto de la historia (AlSayyad, 2001). Según las
predicciones para la industria del turismo, este rubro debiera crecer durante los
siguientes años a un acelerado ritmo del 4% anual, alcanzando para el 2010 un
billón de llegadas internacionales y más de US$ 2400 billones en ingresos al año
(AlSayyad, 2001), además el turismo es la industria civil más grande del mundo y
su segmento de mayor crecimiento es el ecoturismo. (Brakke, 2006).
El turismo en Chile ha adquirido una importancia dentro de la economía del país
el que se ha consolidado gracias al crecimiento que ha tenido en los últimos diez
años. Internacionalmente, Chile es el país latinoamericano que registra el mayor
crecimiento en este ámbito, dada sus condiciones de rápido crecimiento y
desarrollo económico favorecido por sus políticas públicas (Sepúlveda, 2001). Sin
embargo el turismo en si traspasa mucho más que simples barreras económicas,
lo cual se vuelve un hecho si la apuesta como sociedad es promover y absorber
un desarrollo turístico que sea sustentable, en el sentido que sea preservador de
los recursos que moviliza y que incluso sea potenciador y reordenador de un
desarrollo económico y cultural de la sociedad con mayor calidad, siendo el
ecoturismo, dentro de los diversos tipos de turismos que se desarrollan en el País
una herramienta poderosa para alcanzar dicho objetivo.
El ecoturismo se define como una actividad de bajo impacto en áreas naturales,
donde los visitantes, interesados por el paisaje, la flora y la fauna autóctona y
virgen, buscan contacto estrecho con la naturaleza (Herrera, 2009). Quienes lo
practican se caracterizan por ser usuarios de origen urbano, principalmente
jóvenes con estudios que viajan, además de ser respetuosos e informados de las
costumbres del lugar que visitan, y que pagan por los servicios y regresan con
gusto si es que el producto les satisface (Lobos et al, 1999). Esta actividad en
Chile, en gran parte, ha sido impulsada por CONAF, dado el uso intensivo de las
Áreas silvestres protegidas por el Estado, como también las áreas silvestres
protegidas privadas.
En el marco del ecoturismo, se debe hacer hincapié en mantener un buen estado
de conservación de la flora y la fauna, ya que son pilares fundamentales del
ecoturismo, junto al paisaje. Todos estos deben ser evaluados para establecer el
potencial ecoturístico de un área determinada. Según Ramos & Vanhove (2000)
cerca del 32% de los turistas que visitan países en desarrollo manifestaron que lo
más satisfactorio en sus viajes fue la naturaleza; alrededor de un 30% de los
visitantes mostraron interés en la vida silvestre y; una significativa proporción lo
hizo con intereses fotográficos.
Para emprender actividades ecoturísticas, es indispensable contar con sitios que
presenten características como presencia de fauna nativa, paisajes de alto valor
estético, existencia de ecosistemas poco alterados, infraestructura básica, etc.
(Muñoz & Quintana, 2010). Sumado a esto, existe cierta reticencia de darle un uso
no consuntivo a la fauna y la flora, debido principalmente a la falta de
implementación de metodologías que permitan evaluar su potencial, optando por
un uso consuntivo de estas. Esto conlleva a un aumento en la degradación de
estos recursos y su presión de uso, llegando a tener graves problemas de
conservación. En este sentido, no se intenta promover el ecoturismo como una
herramienta comercial, sino como un instrumento de conservación. De este modo,
se han comenzado a desarrollar metodologías para evaluar la fauna para el
desarrollo del ecoturismo, en donde destacan la metodología desarrollada por
Muñoz & Quintana del año 2010, en donde fue desarrollada una metodología de
multicriterio para evaluar el potencial de la fauna en el ecoturismo, en los
humedales del río Cruces, siendo un sitio RAMSAR de Chile.
A nivel internacional también se han aplicado metodologías, pero incluyendo
además de la fauna, la flora, es el caso de el trabajo realizado por Sampedro et. al
en el 2010, en donde evaluaron especies promisorias para el ecoturismo en
“Campo Aventura Roca Madre”, Toluviejo-Sucre, Colombia, también.
Igualmente se han utilizado metodologías para evaluar fauna, pero desde una
perspectiva diferente, partiendo de una especie en específico, como potencial
ecoturístico, para un territorio en donde un ejemplo de ello es el trabajo realizado
por Bonilla el año 2006, en el cual se investiga la distribución y abundancia del
mono aullador negro (Alouatta pigra), identificando áreas potenciales para el
ecoturismo y su conservación, centrándose específicamente en el hábitat de esta
especie y las poblaciones existentes en el área de estudio, al usar la especie, la
cual se encuentra en un grave peligro de extinción local, como herramienta
turística se potenció su conservación.
Es por estas diversas formas de evaluar el potencial para el ecoturismo de estos
dos recursos, sumado a esto dado el desconocimiento de estos instrumentos de
evaluación para la flora y fauna, se plantea como objetivo describir y analizar las
distintas metodologías de evaluación del potencial de la flora y fauna en el
ecoturismo.
1. Materiales y métodos
Mediante búsqueda y selección bibliográfica se describieron y analizaron aspectos
sobre las diversas metodologías desarrolladas para evaluar el potencial
ecoturístico de la flora y fauna, tomando dos puntos de vista distintos, el primero
evaluando el potencial de la fauna de un territorio determinado y el segundo
estudiando el potencial de una especie en específico y su características para
potenciar el ecoturismo en un territorio determinado. Para ello la realización de la
búsqueda y selección bibliográfica se utilizaron diversas bases de datos tales
como:
1. Scielo (Scientific electronic library online)2. Science direct3. Red de revistas científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal
En estas bases de datos se utilizaron las siguientes palabras claves: Ecoturismo,
evaluación, potencial ecoturístico y Flora y fauna, en la selección de la información
solo se eligieron publicaciones latinoamericanas y nacionales, de manera de tener
una aproximación realista del estado actual de este tipo de metodologías.
2. Resultados
A continuación se describen las diversas metodologías, propuestas por diversos
investigadores para la evaluación de flora y fauna en ecoturismo, dando como
resultado de la revisión bibliográfica 3 metodologías para la evaluación de flora y
fauna en ecoturismo.
2.1 Evaluación de exclusivamente de Fauna, según criterios ecoturísticos,
aplicada un área u ecosistema
Esta metodología consta de cinco etapas para la evaluación de la fauna
presente en un ecosistema determinado, la cual fue propuesta por (Muñoz &
Quintana, 2010).
A) - Primera fase. Se seleccionan las especies a evaluar.
Previa generación de un catalogo de las especies que habitan en el área de
estudio definida. El proceso de selección de las especies se realiza según
tres criterios:
1. Las especies ecológicamente asociadas a los ambientes presentes en
el área de estudio.
2. Las especies que presentan problemas de conservación en el área de
estudio.
3. Las especies de mayor abundancia en el área de estudio.
B) - Segunda fase. Definición de parámetros.
Se eligieron los relacionados con las características, cualidades y/o atributos
de la fauna, estos se agruparon en extrabiológicos y en bioecológicos, con un
intervalo de valoración de 0 a 3. Los parámetros fueron:
Valor estético: Definido como la valoración cuantitativa de la percepción
estética realizada por distintos grupos de evaluación, de componentes
visuales (colores, formas) que conforman las imágenes de la fauna
presentadas a los evaluadores, y empleando una modificación al
método de valoración de paisaje propuesto y empleado por Muñoz-
Pedreros (2004), ya que por tratarse de una evaluación de cualidades o
características estéticas en la fauna, al igual que en el estudio del
paisaje, es posible aplicar un método de valoración directa de
subjetividad representativa.
Valor de uso e importancia científica: Considerando el grado de
extracción de la fauna bajo estudio por su valor económico (alimento,
utilización de productos derivados, crianza) o su valor científico
(importancia bioecológica, médica, etc.), y considerando especies
beneficiosas desde el punto de vista ecológico, agropecuario o
cinegético.
Valor histórico-cultural: Que considera la importancia que tienen, o
pudieron tener, las especies en el patrimonio cultural de los pueblos o
etnias originarias, especialmente en lo relativo a mitos, leyendas,
rituales y otras manifestaciones. También se considera la importancia
para el país en cuanto a aspectos simbólicos y emblemáticos de cierta
fauna.
Perceptibilidad: Definida como el conjunto de elementos propios del
medio y de la fauna en sí, que permiten al observador advertir, en
distintos grados, la presencia de una especie determinada, ya sea a
través de su vista o audición, pudiendo manifestarse en forma directa
(por el avistamiento de un ejemplar) o en forma indirecta (por indicios,
huellas o signos).
Abundancia: Considerada como el número de individuos de cada
especie presentes en el área de estudio.
Estado de conservación: Según el grado de amenaza de extinción de
las especies y expresado en categorías, considerando los aportes de
UICN, SAG (2000) y Glade (1993).
Singularidad taxonómica, definida como el nivel de exclusividad o
generalidad que presentan las especies en relación a sus niveles de
clasificación taxonómica (ordenes, familias, géneros, especies).
Endemismo: Nivel de exclusividad que presentan las especies respecto
de las distintas unidades territoriales que habitan, relacionado al grado
de endemismo que presentan, desde especies distribuidas en el área
de estudio hasta especies cosmopolitas.
C) - Tercera fase: Ponderación de parámetros:
Se realiza según las variables de la fase anterior, mediante la utilización de un
panel de expertos se debe trabajar y determinar la importancia relativa de los
parámetros, utilizando el método Delphi. Los parámetros fueron deben ser
ponderados mediante factores de conversión específicos, lo que permite atribuirles
diferentes grados de importancia relativa a estas variables.
D) - Cuarta fase: Evaluación.
Las especies seleccionadas se evalúan luego de haber determinado la
importancia relativa y se jerarquizan según su valor de uso ecoturístico.
E) - Quinta fase: Expresión territorial.
Se ubicaron espacialmente las especies evaluadas en el área de estudio,
generando una carta procesada en un sistema de información geográfica (SIG)
mediante, para así otorgar expresión territorial a la información.
Se puede emplear información de terreno, censos y cartografía, revisiones
bibliográficas para distribuir las especies en el espacio.
2.2 Evaluación de especies promisorias de flora y fauna para ecoturismo,
propuesta y utilizada por (Sampedro et. al, 2010).
La metodología contempla dos fases, la primera la definición de parámetros de
abundancia en flora y frecuencia, mediante trabajo en terreno y la valoración en
gabinete.
A) - Determinación de la abundancia de flora y frecuencia de fauna:
La abundancia relativa de las principales especies de fauna es medida como la
frecuencia de avistamiento F= Nº de avistamiento de cada especie /Nº de
muestreos por 100
La determinación de la abundancia absoluta de las principales especies de
especies vegetales en el sendero ecológico, como: A= Nº de individuos /área
total
B)- Valoración en gabinete. Esta contempla diez elementos, los cuales son:
Accesibilidad al hábitat de la especie.
Si es o no endémica.
Detectabilidad: Posibilidad de observarla con facilidad o si es difícil por su
coloración, porque se oculta, o por otra razón).
Abundancia.
Actividad diaria.
Actividad estacional.
Adaptaciones.
Utilización por el hombre.
Situación conservacionista.
Aspecto. Es el interés que expresan los ecoturístas en relación al tamaño
del animal, si presenta un color llamativo, o se camufla muy bien entre la
vegetación por su coloración críptica, dimorfismo sexual marcado. En el
caso de las plantas, se tuvo la misma consideración, ya que estas pueden
llamar la atención por su altura, grosor, cobertura, espinas, hojas,
coloración, entre otras características, aunque se debe sustituir la actividad
estacional por la caducidad de sus hojas.
A cada parámetro se le asignar un valor entre uno y diez, en función de su mayor
o menor importancia respecto a los otros. El valor obtenido se le denomina Índice
de Potencialidad Ecoturística Ponderado (IPEw). Se acordar un criterio único
sobre el orden de importancia de los elementos considerados, ya de que siempre
el valor de los elementos es subjetivo y variable en relación a la localidad y la
especie a evaluar, pero se puede obtener consenso de cuáles son aquellos que
motivan a los ecoturístas y establecer un orden de prioridad que permita
cuantificar las preferencias.
A continuación se muestran los valores de importancia establecidos por los
autores (Sampredro et. al, 2010).
Especie es endémica: 10
Abundancia: 9
Detectabilidad: 8
Accesibilidad al hábitat: 7
Adaptaciones: 6
Aspecto: 5
Actividad diaria: 4
Actividad estacional: 3
Peligro de extinción: 2
Valor etnozoológico: 1
Para la fauna, la suma de los valores de cada elemento es 55 como valor máximo
y el valor promedio más uno, es decir 27.5 + 1, es el límite de selección de una
especie considerada promisoria.
En el caso de la flora los valores establecidos son:
Especie es endémica: 9
Abundancia: 8
Detectabilidad: 7
Accesibilidad al hábitat: 6
Adaptaciones: 5
Aspecto: 4
Caducidad 3
Peligro de extinción: 2
Valor etnobotánico: 1
Para la flora se debe proceder de la misma manera, pero en este caso la suma
total es 45 y el límite de selección de una especie considerada promisoria es 22.5
+ 1.
La información acerca de la utilización de la flora y la fauna se pueden obtener por
dos vías, a partir de la bibliografía especializada y a través de entrevistas
diseñadas para tales objetivos.
La metodología propuesta y aplicada por Bonilla (2006), al igual que las anteriores
consta de 3 etapas, trabajo de terreno y de gabinete para la definición de variables
y categorías y en análisis del potencial ecoturístico propiamente tal. Se debe
destacar que esta metodología fue propuesta para mamíferos de tamaño
considerable como lo es el mono aullador (Alounatta pigra).
A) - Trabajo en terreno:
Estructura poblacional: Se realizan cálculos descriptivos de la composición y
organización social, tales como: razón de machos – hembras; hembras
adultas – inmaduros; juveniles – crías y porcentajes de individuos solitarios.
Abundancia: Se determina por medio de índices de densidad relativa
poblacional (ind/ha) e índices de densidad ecológica (ind/ha) en los diversos
fragmentos existentes en el área de estudio.
Distribución: Se debe detectar la presencia de la especie por diversos
métodos, ya sea por registros acústicos, u otro tipo de huellas o rastros,
además de la utilización de la información entregada por pobladores, para
realizar posteriormente una verificación de dicha información en terreno.
B) Trabajo en gabinete:
Utilizando un software SIG y cartografía, se deben calcular los diferentes
valores de las variables (tamaño del fragmente, distancia a la población
humana y la distancia entre fragmentos vecinos), para la evaluación de los
fragmentos, los cuales deben seleccionarse dada la influencia que tiene la
especie seleccionada en los diferentes fragmentos. Cada variable posee tres
categorías:
Tamaño: Los valor pequeño, medio y grande, son determinados teniendo en
cuenta el área mínima de los fragmentes y el área máxima.
Distancia a una población humana: Para la obtención de la distancia baja,
media y alta, se utiliza la mas próxima a una vivienda y la distancia más lejana
a una vivienda, obteniendo el valor medio de distancia al promediar el valor
mínimo y máximo.
Distancia entre fragmentos vecinos: Las tres categorías se obtienen teniendo
en cuenta la capacidad de desplazamiento de la especie entre fragmentos.
Un segundo grupo de variables consideradas desde el punto de vista
ecoturístico debe ser determinado para la especie, mediante la utilización de
un software SIG, estas variables son:
Vías de acceso: Fragmentos que estén a menos de un kilómetro de una
vía de acceso, considerándose como vías de acceso, las terrestre y
acuáticas, estas últimas podrían ser cuerpos de agua navegables.
Distancia al punto de acceso: Se deben ponderar dichas categorías
teniendo en cuenta la distancia de acceso a los fragmentos, en donde
se cuenta con infraestructura.
Comodidad: Se consideran dos categorías, cómodo y no cómodo, la
cual es evaluada en función de los obstáculos que pueden tener las
vías de acceso, tales como troncos, malezas, zonas pantanosas u
otros.
C) – Análisis de datos.
Índice de potencial ecoturístico (IPE): La sumatoria que se obtiene de
todas las variables anteriormente descritas es el denominado IPE
IPE del hábitat: Se clasifican en: poco, mediano y altamente potenciales
para ecoturismo, estos valores son ponderados, al partir de las
siguientes variables: Tipo de vegetación, tamaño del fragmento,
distancia al fragmento más cercano, distancia al asentamiento humano
más cercano, vía de acceso, distancia a la vía de acceso y comodidad
para el acceso al hábitat.
Este índice se puede aplicar a alguna localidad, con sus fragmentos
para evaluar su potencial ecoturístico, y la sumatoria de los IPE de
todos los fragmentos puede ser utilizada como un índice general para el
ecoturismo en dicha localidad.
IPE de la población para la especie en estudio: Se establecen 3
categorías, utilizando las variables de la estructura poblacional (razón
de machos – hembras; hembras adultas – inmaduros; juveniles – crías
y porcentajes de individuos solitarios). De esta manera, se establece
que las poblaciones poseedoras de una estructura potencial para llevar
a cabo actividades ecoturísticas, son aquellas que tengan mas
juveniles, en relación a los adultos y más hembras en relación a los
machos, ya que garantiza que estén reproduciendo, además de que los
inmaduros son más atractivos para los ecoturístas, puesto que tienen
más interacciones afiliativas y además son más “carismáticos”.
Índice de hábitat potencial para la especie en estudio. (IHPM). Se
generan tres grados de potencialidad del hábitat para la especie, los
cuales se realizan al considerar y valorizar las siguientes variables:
Tipo de vegetación, superficie del fragmento, distancia al fragmento
más cercano, distancia al asentamiento humano más cercano y
distancia al cuerpo de agua más cercano. De esta forma se establece
que los fragmentos poseen adecuadas características para ser
habitados por la especie.
Índice de amenaza al hábitat: Para identificar fragmentos
potencialmente amenazados y en riesgo de desaparición del hábitat, se
asignan valores de 1 a 3 a los criterios considerados, teniendo como
criterios: el área del fragmento, la distancia al asentamiento humano
más cercano y la distancia a caminos.
Análisis de escala multidimensional (MDS, por sus siglas en inglés)
Con la finalidad de identificar agrupaciones obtenidas a partir de la
aplicación de los índices anteriores, se exploran las posibles
disimilitudes entre todos los fragmentos, considerando las variables de
hábitat para ecoturismo y conservación. El MDS representa la
distancias de disimilitud entre fragmentos, algunas de las ventajas de
ésta técnica son: Se pueden representar espacialmente las relaciones
complejas entre un grupo de datos y las orientaciones reales de los ejes
no son predeterminadas y se pueden rotar en cualquier dirección; por lo
tanto las dimensiones emergen a partir de la interpretación de la
ubicación de los fragmentos en el espacio. La medida de disimilitud es
una distancia euclidiana la cual es utilizada para los valores de las
variables no negativos o mayores a cero. Este análisis puede ser
realizado con diversos software como el XLSTAT (2006).
Análisis espacial y relación de datos de campo: Con la ayuda de
material cartográfico de la zona de estudio y un software SIG, se deben
ubicar los registro georreferenciados de las poblaciones de la especie
en estudio y determinar las características descritas anteriormente de
los fragmentos con el fin de generar un carta base identificando los
fragmentos potenciales para la promoción de proyectos ecoturísticos,
como una propuesta alternativa sustentable para el beneficio de las
comunidades y la conservación de la especie analizada
Con aquella carta generada se sugieren cuales son las áreas
potencialmente viables para las visitas ecoturísticas, los fragmentos con
mejores características para que sean habitados por la especie, como
también aquellos fragmentos que se encuentren en diferente riesgo de
amenaza.
3. Conclusión y discusión
Las diversas metodologías descritas, si bien tienen un objetivo general en común,
el cual es evaluar la flora y fauna para fines ecoturísticos, se puede observar una
clara diferencia en estas, dado como abordan el tema ya que al realizarse la
evaluación a un territorio o ecosistema en estudio se abarcan aspectos más
generales de un total de especies, dejando un poco de lado aspectos
ecosistémicos y la carga que supondría el ingreso de turistas a estas áreas, sin
embargo tienen en común aspectos como la comodidad y accesibilidad al territorio
para turistas, cuan llamativa son las especies, si son de fácil avistamiento, su
estado de conservación, entre otras variables.
Sin embargo es de especial interés el estado de conservación de estas especies a
evaluar, ya que al utilizarse metodologías “generalistas” (ya que estudian un
conjunto de especies para valorar el territorio), se podría producir una
subvaloración de este estado de conservación, dada la cantidad de especies con
estados de conservación no preocupante, versus alguna especie que pueda estar
en peligro crítico de conservación, lo cual no ocurre con la metodología
“específica”.
La utilización de la metodología especifica, supone un trabajo acucioso y por lo
tanto más cercano a un resultado correcto y más seguro en términos de que una
especie tenga un potencial real ecoturístico y que esta no se vea en peligro o
perturbada dado los impactos de la actividad ecoturística, sin embargo resulta
costosa, en términos económicos y técnicos, ya que para ambientes con un alto
nivel de biodiversidad se volvería inviable utilizar esta técnica, como lo serían los
ambientes de humedal.
Por último se puede señalar que existe un gran vacío en cuanto a estudios del
potencial ecoturístico de la flora y vegetación de Chile, ya que durante el estudio
no se logró determinar alguna metodología que haya sido propuesta en el país,
situación preocupante dada la intensa presión de uso que tienen estos recursos,
para actividades forestales tradicionales, sumado a esto la flora nativa no tiene
solo un valor natural que explotar en el ámbito turístico, sino que también un fuerte
arraigo cultural, especialmente en la zona Sur del País, lo cual debiese ser
considerado, en propuestas de evaluación futuras, en los recursos flora y
vegetación.
La metodología descrita para fauna consiste en una simple adecuación de la
metodología utilizada en la evaluación de fauna, lo cual a grandes rasgos puede
resultar exitoso, los impactos que se pudieran dar en fauna dado los distintos
aspectos evaluados, podrían ser subestimados o sobrestimados, en los recursos
flora y vegetación, dado que esta metodología no habla de aspectos importante
como lo son las plantas invasoras que se propagan rápidamente, o el impacto que
podrían provocar las personas en plántulas, musgos o helechos, ya que son
organismos mas susceptibles a los daños provocados por el simple pisoteo que
provocarían los potenciales turistas.
4. Recomendaciones
Se recomienda utilizar evaluaciones generalistas en lugares con una diversidad
biológica baja, o en sectores bien conservados, con bajos niveles de
fragmentación de los diversos ecosistemas existentes.
En cambio para especies en estados preocupantes de conservación, se
recomienda la utilización de metodologías específicas, como la utilizada para el
mono aullador, ya que abarca aspectos de su hábitat o ecosistema, siendo de
gran importancia en esta metodología la conservación del hábitat y la especie.
Sin embargo estas deben adaptarse para los diversas especies que se podrían
estudiar, ya que esta metodología fue concebida para mamíferos de gran tamaño,
por lo deberían reunir esfuerzos para utilizar metodologías similares a esta para
taxas que en general presentan malos niveles de conservación como lo son los
anfibios del País.
Se recomienda establecer metodologías para la evaluación de flora y vegetación,
especialmente diseñadas para dicho objetivo, ya que la adecuación de
metodologías de puede resultar contraproducente, dado los impactos o resultados
de dicha evaluación.
Por último se debe saber con antelación el estado de conservación tanto de los
ecosistemas a evaluar como de las especies, ya que la simple utilización de
literatura para establecer aquello puede inducir a realizar evaluaciones en sitios
altamente degradados, que solo deberían ser zonas de recuperación o
restauración una minima intervención humana.
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