azulejos y marmitas en la misma coccion

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AZULEJOS Y MARMITAS EN LA MISMA COCCIÓN José Domingo Lentisco

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AZULEJOS Y MARMITAS EN LA MISMA COCCIÓN

J o s é D o m i n g o L e n t i s c o

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AZULEJOS Y MARMITAS EN LA MISMA COCCIÓN

José Domingo Lentisco

Durante el proceso de inventario que desarrollamos día a día en el Museo de la Alhambra nos

encontramos con materiales que aportan una información especial. La huellas, muescas,

improntas, arañazos, fracturas, orificios, concreciones o erosiones nos cuentan la historia de

cada pieza, su función, sus reutilizaciones y, también, cómo se hicieron y en qué condiciones.

Como ejemplo de ello queremos dar a conocer este pequeño conjunto de azulejos que pasaría

inadvertido por la ausencia de procedencia y la poca vistosidad de su forma y decoración. Sin

duda no estamos ante uno de esos fastuosos azulejos ricamente ornamentados con variedad

de vidriados, aristas, relieves o elementos figurativos que tanto llaman la atención. Simplemente

se trata de una serie de piezas que, con previa extracción y decantación de las arcillas, fueron

moldeadas, horneadas y vidriadas.

Durante el proceso de cocción no recibieron todo el cálculo necesario de las condiciones

atmosféricas del horno, hecho que propició el burbujeo, corrimiento de los vidriados y

adherencia de los separadores. Cuando el alfarero se apresuró a extraer la remesa del horno no

debió sentirse muy afortunado al ver que todo el trabajo había sido tirado por la borda. Poco se

podía hacer, su destino final fue, casi con toda seguridad, un vertedero cercano al alfar a

extramuros o arrabales de la población, tal y como estipulaban los tratados de hisba y

manifiesta la arqueología respectivamente. Esta idea se refuerza por la ausencia de restos de

mortero en los reversos y la inexistencia de improntas de uso.

Sin embargo, traemos a colación estos azulejos u olambrillas no por el desecho que suponen,

sino a una de estas piezas quedó unido un pequeño fragmento de marmita. Debemos suponer

que el sistema de separación de piezas en el horno falló, provocando la precipitación de unos

elementos sobre otros dentro de la cámara de cocción. En la parte superior de la imagen 1 se

presentan una tanda de azulejos de una producción correctamente finalizada; en la parte

inferior, dos tandas de los azulejos objeto de esta breve exposición.

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Imagen 1. Anverso de dos conjuntos de azulejos. En la parte superior, un grupo correctamente acabado cuyos desperfectos

son consecuencia de los avatares del tiempo. En la parte inferior, otro conjunto considerado como fallo de alfar. En el ángulo

inferior izquierdo se observa el azulejo objeto de este post.

Imagen 2. Reverso de los dos conjuntos de azulejos en con la misma disposición que la fotografía número 1.

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Imagen 3. Azulejo vidriado en negro al que ha quedado unido un fragmento de marmita u olla durante el proceso de cocción

en el horno. Demuestra, junto con la documentación histórica, que se usaron hornos de manera conjunta entre los diferentes

grupos de alfareros.

En cuanto a la cronología de este conjunto, tanto los vidriados de los azulejos como de la

marmita, parecen nazaríes. El grosor de la pared del recipiente también se asemeja a las

delgadas paredes del ajuar de cocina bajomedieval andalusí. Las proporciones y dimensiones

de los azulejos están en consonancia con otros conservados en el Museo de la Alhambra y que

sí pueden ser fechados entre los siglos XIII y XV. Pese a estas observaciones, su adscripción

cronológica se ha de tomar con cautela, pues, además del mantenimiento de los ya

construidos, son conocidas las numerosísimas reformas llevadas a cabo en la Alhambra tras la

conquista castellana. Estas primeras transformaciones fueron realizadas por manos moriscas.

Gracias al estudio de la documentación histórica sabemos que, al menos hasta principios del

siglo XVI, los alfares se mantuvieron en manos de sus dueños originales y, con posterioridad,

aunque perderán la propiedad, se sigue detectando la mano de obra morisca como primaria

durante todo el seiscientos.

 Dando por válida una cronología general para este conjunto de azulejos entre finales del siglo

XIII y finales del XVI, ¿cómo se organizaban los oficios en dicha época?

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Durante el periodo medieval, estudiado principalmente a través de los manuales de hisba antes

mencionados, existió una organización de los oficios que se admite tardía y en cuya polémica

sobre si se correspondió con una corporación profesional de tipo gremial no vamos a entrar.

Siguiendo a García Sanjuán, “Ibn Abdun indica… que es obligación de los síndicos de los

albañiles procurar que los alfareros produzcan los tipos de tejas necesarios para los diversos

tipos de construcción: pozos, hornos, solerías etc” (GARCÍA SANJUÁN: 1997). Se trata de un

claro indicativo de la especialización de un grupo de artesanos dedicado a la producción de

cerámica arquitectónica. En esta línea, Isabel Flores insinúa una cierta especialización de los

alfareros en el siglo XII almeriense al detectar hornadas específicas de determinados tipos de

recipientes como jarras o jarritas esgrafiadas (FLORES ESCOBOSA: 1999).

 Con la conquista del Reino de Granada en 1492, se dispone de documentación castellana

generada hasta principios del siglo XVII que revela la organizaron de los alfareros en varios

grupos en función de su producto manufacturado. Por un lado están los dedicados a la

cerámica doméstica: olleros, tinajeros y cantareros. Los denominados “olleros” que producían

en las “casas ollerías” proveían del ajuar de cocina y mesa. Por otro lado están los “hornos de

hazer ladrillo y texa”, con estructuras propias como las de la tejeras. Ángel Rodríguez, profundo

conocedor de este campo, nos habla de los “tejeros” (RODRÍGUEZ AGUJERA; BORDES

GARCÍA: 2001). Estos artesanos se encargaban de la producción de los materiales propios de

la construcción y, ocasionalmente, colaboraban con el préstamo de infraestructuras a los

olleros.

 El hecho de que marmitas y azulejos, cerámica doméstica y arquitectónica, aparezcan en una

misma cocción y, por tanto, un mismo horno resulta novedoso, ya que no es una situación

habitual en los alfares conocidos. Sin embargo, tal y como pone de manifiesto Ángel Rodríguez,

durante el siglo XVI no es de extrañar que determinados artesanos no dispongan de horno

propio. Esta situación genera soluciones de arrendamiento y uso de hornos de manera

compartida entre los diferentes oficios relacionados con la alfarería. La documentación histórica

refleja por tanto situaciones en las que se podría explicar la unión de nuestro fragmento de

marmita con el de azulejo.

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 Los centros productores de cerámica anteriores siglo XIII no sería relevantes, ya que antes de

esta fecha se mantiene, de manera general, que no está extendido el uso de azulejos. De esta

cronología postcalifal se pueden citar el Casa de los Tiros en Granada (transición entre los siglos

XI y XII); los de la calle Teulada de Denia (entre el siglo XI y XIII); o los ubicados a extramuros de

la Bab al-Bayyana de Almería (fechados en el siglo XII). Todos estos hornos se especializan en

cerámica doméstica.

Para saber más sobre los alfares andalusíes y sus producciones es necesario comenzar con la

consulta del coloquio organizado por la Casa de Velázquez Fours de potiers et “testares”

médiévaux en Méditerranee Occidentale de 1987, coordinado por François Amigues y André

Bazzana, y que marcará un punto de inflexión en los estudios de alfarería.

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BIBLIOGRAFÍA:

- RODRÍGUEZ AGUJERA A. y BORDES GARCÍA, S. (2001). “Precedentes de la cerámica

granadina moderna: alfareros y centros productores de cerámica”. Cerámica granadina, siglos

XVI-XX, Catálogo de la Esposición, Granada, pp. 51-116.

- GARCÍA SANJUÁN, A. (1997). “La organización de los oficios en al-_Andalus a través de los

manuales de hisba”. Historia, instituciones y documentos, nº 24, Sevilla, pp. 201-233.

- GARCÍA PORRAS A. y COLL CONESA, J. (2010). “Tipología, cronología y producción de los

hornos cerámicos en a l -Andalus” . En web Arqueolog ía Medieva l . h t tp: / /

www.arqueologiamedieval.com/articulos/125/tipologia-cronologia-y-produccion-de-los-

hornos-ceramicos-en-al-andalus (consulta: 25-3-2014).

- GILBERT, J. A. (1990). “Los Hornos islámicos de la Avda. Montgó/calle Teulada. Casco

histórico de Denia (Alicante)”. Fours de potiers et “testares” médiévaux en Méditerranee

Occidentale, Madrid, pp. 75-91.

- RODRÍGUEZ AGUILERA, A. (1999). “Estudio de las producciones postcalifales del alfar de la

Casa de los Tiros (Granada). Siglos XI-XII”. Arqueología Medieval, nº6, pp 101-122.

- FLORES ESCOBOSA, I; MUÑÓZ MARTÍN, M.M.; LIROLA DELAGADO, J. (1999). Las

producciones de un alfar islámico en Almería. Arqueología y territorio medieval, nº 6, pp.

207-240.

- MARTÍNEZ LILLO, S. . (1990). “Hornos califales de Toledo”. Fours de potiers et “testares”

médiévaux en Méditerranee Occidentale, Madrid, pp. 45-61

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