BALESQUIDA 2018 capau - Dialnetlogos, el 11 de diciembre de 1963. Asistieron (de izquierda a derecha...

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ANUARIO de la sociedad protectora de la balesquida Número 3 Oviedo 2018 Celsa Díaz Alonso (Oviedo, 1965), Sin título, 2017

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  • ANUARIOde la sociedad protectora de la balesquida

    Número 3 Oviedo 2018

    Celsa Díaz Alonso (Oviedo, 1965), Sin título, 2017

  • ANUARIO

    de la sociedad protectora de la balesquida

    Número 3 año lxxxviii Oviedo • 2018

    La revista no asume ni se responsabiliza de las opinionesmanifestadas por sus colaboradores.

    Coordinación editorialJavier González Santos y Alberto Carlos Polledo Arias

    Edita:sociedad protectora de la balesquidaPlaza de la Constitución. Ofi cina de Turismo, 2.ª planta33009 Oviedo. Teléfono 984 281 [email protected]. www.martesdecampo.com

    Horario de oficinaLunes a viernes, de 10,00 a 13,00 horas

    Ilustraciones de la cubierta y la portadaCelsa Díaz Alonso (Oviedo, 1965), Sin título, 2017; acrílico sobre papel pegado a tabla, 61,5 × 61,5 cm (cubierta y portada), y Benigno Arias García (Corias de Pravia, Asturias, 1943), La capilla de La Balesquida, 2017; collage (textil, lienzo, papel y cartulina) y aguada sobre papel de tina con barbas y bordes irregulares, 195 × 193 mm (contracubierta y colofón)

    Composición y maquetaciónKrk Ediciones. C/ Álvarez Lorenzana, 27, 33007 Oviedowww.krkediciones.com

    ImpresiónGrafi nsa. Oviedo

    issn 2445-2300 • d. l. as-970-2016

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    Índice

    SalutaciónJosé Antonio Alonso Menéndez . . . . . . . . . . . . 5

    Pregón de las fiestas de 2017De la memoria compartida

    Teresa Sanjurjo González . . . . . . . . . . . . . . 9

    Estudios sobre AsturiasDe toponimia y asociaciones arqueológicas inciertas: el caso del Col.laón

    de l’Arca, Conforcos (Aller)Miguel Ángel de Blas Cortina y Ángel Villa Valdés . . . . . . 21

    Pelayo y el inicio del Reino de AsturiasJavier Rodríguez Muñoz . . . . . . . . . . . . . . . 33

    Dos alabastros góticos ingleses en Asturias: La Trinidad de Llanes y el San Pedro de Bárcena del MonasterioEmilio Marcos Vallaure . . . . . . . . . . . . . . . 81

    Juan de Celis (1605/1606-1662), arquitecto asturiano de la primera mitad del siglo XVIICelso García de Tuñón Aza . . . . . . . . . . . . . . 103

    El convento de La Encarnación de Cangas del Narcea (fundación y tres siglos de historia)María del Carmen López Villaverde . . . . . . . . . . . 125

    Pormenores sobre la sidra asturianaManuel Gutiérrez Claverol . . . . . . . . . . . . . . 151

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    Estudios ovetensesDe Oviedo a La Habana: una pequeña historia sobre diez ovetenses

    emigrados a Cuba en la primera mitad del siglo XIXMaría Josefa Sanz Fuentes . . . . . . . . . . . . . . 189

    ¿Se llamaría Anna la madre de la Regenta?Antonio Masip Hidalgo . . . . . . . . . . . . . . . 201

    Oviedo en las fotografías de Celso Gómez ArgüellesJuaco López Álvarez . . . . . . . . . . . . . . . . 211

    Literatura y relatosRecuerdos (deslavazados y a la postre ordenados) de un chigrero jubilado

    Fernando Lorenzo Arias, Fernando el del Paraguas . . . . . . 229El humor de un ovetense

    Guillermo González-Pola Fuente, Willy Pola . . . . . . . 237

    ActualidadEl Tabularium Artis Asturiensis (1947-2017): setenta años en la defensa del

    patrimonio artístico asturiano . . . . . . . . . . . . . 249Más allá de las aulas (sobre la obra periodística del rector Alas)

    Luis Arias Argüelles-Meres . . . . . . . . . . . . . . 275

    SemblanzasEvocación del doctor don José Ramón Tolivar Faes (1917-1995)

    en su centenario Francisco José Manzanares Argüelles . . . . . . . . . . . 285

    Nuestra galeríaPersonales paisajes de Celsa Díaz y Benigno Arias García

    Luis Feás Costilla . . . . . . . . . . . . . . . . . 293

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    El Tabularium Artis Asturiensis (1947-2017):setenta años en la defensa del patrimonio artístico asturiano*

    tabvlarivm artis astvriensisDirección

    Unas notas sobre el patrimonio artístico español durante el siglo XX

    Los derechos democráticos han generalizado en España un clima de li-bertad ideológica y refl exión crítica que ha favorecido la creatividad cultu-ral. Una parte de los avances realizados en el campo de los estudios histó-rico artísticos durante los últimos años, debidos en buena medida a nuevas generaciones de investigadores, ha propiciado la publicación de artículos y libros y el desarrollo de jornadas y cursos cuyas conclusiones están po-niendo de manifi esto el ininterrumpido acoso sufrido por el patrimonio artístico y monumental español en los tiempos contemporáneos, y, de modo muy especial, durante los decenios que siguieron a la guerra civil de 1936 a 1939. Los estudios analizan las circunstancias y dimensiones espectaculares de la dispersión y expolio producidos, el volumen y calidad del patrimonio exportado al extranjero, así como las colecciones privadas formadas en el interior del país y su musealización.1

    * De este texto, originalmente redactado en 2005, existe una versión en asturiano publicada en 2016: «Tabvlarivm Artis Astvriensis: oríxenes y desendolcu d’un proyeutu na salvaguarda del Patrimoniu asturianu», Asturies: memoria encesa d’un país, 36, Uviéu, 2016, páxs. 16-27. Tabularium es palabra latina que signifi ca archivo.

    1 Como referencias, en las que se puede consultar bibliografía sobre el tema, véan-se: Juan Antonio Gaya Nuño, La pintura española fuera de España, Madrid, 1958, y La pintura europea fuera de España, Madrid, 1960. Vv. Aa., Museu Marés. Catàleg d’escultura i pintura medievals, Barcelona, 1991. Vv. Aa., Románico y gótico de la colección Francisco Go-dia, Barcelona, 2001. Cristina Fontaneda Berthet y J. A. León López, La Colección

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    Joaquín Manzanares en el despacho del Tabularium Artis Asturiensis. En se-gundo término, las maquetas de Santa María de Bendones (Oviedo): a la iz-quierda, en 1954, cuando la identifi có como ruina prerrománica, y a la derecha, su propuesta de reconstrucción. Al fondo, cartel litográfi co de Germán Horacio de la película Ya t’oyí de 1928. Fotografía de Nacho Orejas (1993).

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    El proceso se inició mediado el siglo xviii, con la expulsión de la Com-pañía de Jesús (1767),2 y fue traumático desde principios del siglo xix, en el contexto de la invasión francesa y la Guerra de la Independencia;3 se favo-reció luego con la clausura y ventas de monasterios y conventos propiciadas

    Eugenio Fontaneda y el castillo de Ampudia, Palencia, 2001. Francisco Fernández Par-do, Dispersión y destrucción del patrimonio artístico español (1808-2007), tomos i-v, Madrid, Fundación Universitaria Española, 2007, y tomo vi, Compilación histórica con índices, Logroño, 2014. José Miguel Merino de Cáceres y María José Martínez Ruiz, La destrucción del patrimonio artístico español. W. R. Hearts: «el gran acaparador», Madrid, Cátedra, 2012. Rebeca Saavedra Arias, Destruir y proteger: el patrimonio histórico-ar-tístico durante la Guerra Civil (1936-1939), Santander, Editorial de la Universidad de Cantabria, 2016. Sobre el patrimonio extremeño: José Miguel Merino de Cáceres, «El elginismo en España: algunos datos sobre el expolio de nuestro patrimonio monu-mental», Revista de Extremadura, 2, 1990, págs. 30-70; sobre Aragón: Antonio Naval Mas, Patrimonio emigrado, Huesca 1999, y del mismo, Arte de Aragón emigrado, en coleccio-nismo USA (siglos XII-XVI), Huesca, 2015; sobre Castilla y León, José Ignacio Martín Benito y Fernando Regueras Grande, «El bote de Zamora: historia y patrimonio», De Arte. Revista del Arte, 2, León, 2003, y Gonzalo Santonja Gómez-Ajero, Museo de Niebla. El patrimonio perdido de Castilla y León, Valladolid, Ed. Ámbito, 2004; sobre el proceso general, Salustiano de Dios, Javier Infante, Ricardo Robledo y Euge-nia Torijano (coords.), Historia de la propiedad. Patrimonio cultural, Madrid, Servicio de Estudios del Colegio de Registradores, 2004. El Departamento de Historia del Arte del CSIC dedicó al tema las XI Jornadas de Arte, cuyos trabajos coordinó Mi-guel Cabañas Bravo, El arte español fuera de España, Biblioteca de Historia del Arte 6, Madrid, 2003, y la Universidad Casado del Alisal (Palencia) programó en octubre de 2005 el curso Museos de coleccionista. El coleccionismo de arte como generador de museos en la historia reciente. Simposium celebrado en El Escorial, La desamortización: el expolio del patrimonio artístico y cultural de la Iglesia en España, Actas del Simposium 6/9-ix-2007, «Colección del Instituto Escurialense de Investigaciones Históricas y Artísticas, n.º 25», El Escorial, Ediciones Escurialenses, 2007. De estos títulos proceden algunos datos que se citan más adelante.

    2 Jesús Urrea, «La Desamortización y la conservación de los bienes artísticos mue-bles», en Salustiano de Dios, Javier Infante, Ricardo Robledo y Eugenia Torijano (coords.), Historia de la propiedad. Patrimonio cultural, Madrid, Servicio de Estudios del Colegio de Registradores, 2004, págs. 157-171.

    3 Depredaciones y saqueos protagonizadas por mariscales como Soult, Sebastian, Coulaincourt,… o el propio José I, en cuyo «equipaje», incautado por el duque de Wellington en 1813, se encontraron cinto sesenta y cinco pinturas que Fernando VII donaría al general británico como signo de reconocimiento por el apoyo recibido en la guerra de la Independencia.

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    Primera reunión de los Amigos del Tabularium Artis Asturiensis en la Venta del Escamplero (Valsera, Las Regueras), el día de san Dámaso, patrono de los arqueó-logos, el 11 de diciembre de 1963. Asistieron (de izquierda a derecha y de arriba abajo) Adolfo Prado Nuevo, Juan Blas Uría Ríos, Joaquín Manzanares Rodríguez, Juan Ignacio Ruiz de la Peña Solar, Emilio Marcos Vallaure, Manuel Cueto Guisa-sola, Domingo Caramés García-Platas, Luis Antonio Azcoitia Argüelles, Juan José García Castañedo, Carlos García Castañeda, José Alvarenales Álvarez, José María Fernández Pajares y Luis Piñera Villar. Fotografía Tabularium Artis Asturiensis.

    por las Desamortizaciones,4 y se alimentó con la ignorancia y egoísmo de obispos, cabildos y párrocos, y con la incultura general del país (de la que

    4 Circunstancias en las que la comisión enviada por Luis Felipe de Orléans realiza la «compra masiva de cuadros» con la que se formó La Galería Española que, expuesta en el Louvre entre 1838 y 1848, y vendida en Londres en 1852, nutrió las colecciones de pintura española de los museos europeos y americanos. ¡Pírrico consuelo es que la expatriación haya servido para destacar la importancia de la pintura española en la gé-nesis del arte contemporáneo!

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    el pueblo nunca fue culpable). La inexistencia de un instrumento legal de protección facilitó las transacciones,5 y la primera Ley de Patrimonio, que no se promulgaría hasta 1911, y su Reglamento de 1912, solo añadieron a los an-teriores factores negativos la dejación de funciones de las autoridades para la exportación, que solo en contadas ocasiones ejercieron el derecho de tanteo que la Ley otorgaba al Estado.6

    «La dilapidación de buena parte del patrimonio histórico y artístico de la Iglesia española (dicen Martín Benito y Regueras Grande)… recorría toda la geografía eclesiástica, desde la cabecera de los obispados hasta los rinco-nes más recónditos de las diócesis», y se justifi caban las ventas califi cando las piezas de objetos litúrgicamente inservibles, señalando la necesidad de reunir fondos para atender obligaciones inespecífi cas, «zafi a argumentación que de nuevo se ha orquestado sin el más mínimo pudor durante el gran expolio eclesiástico y parroquial de los años sesenta y setenta del siglo xx».7 El historiador aragonés Antonio Naval recuerda un caso particular, el del anticuario Pedro Ruiz y sus hijos, Raimundo y Luis: «Esta saga de anticua-rios procedentes de Vitoria, a lo largo de la década de los veinte, del siglo xx, exportaron más de 21.682 objetos de arte y artesanía, número que parece increíble por escandaloso».8

    El expolio, particularmente intenso durante el franquismo,9 aún ha alcan-zado los tiempos de la monarquía parlamentaria constitucional.

    5 Gran parte del tesoro de Guarrazar (Toledo), obra maestra de la orfebrería visigo-da, ingresaría en el Museo de Cluny; la Dama de Elche, que lo es de la escultura ibérica, en el Louvre, ambos en París…

    6 La venta por los canónigos de la catedral de Valladolid de dos cuadros de El Gre-co, hoy uno en Nueva York y otro en Montreal (Canadá). Caso de la venta, entre 1911 y 1926, por el cabildo de la catedral de Zamora (solo se opuso un canónigo, el arcipreste) de un bote califal cordobés y de otras cinco arquetas árabes, de las que sólo el bote y una arqueta pasaron al Museo Arqueológico Nacional por la acción diligente de don Manuel Gómez-Moreno y del diputado Guillermo de Osma.

    7 José Ignacio Martín Benito y Fernando Regueras Grande, «El bote de Za-mora: historia y patrimonio», De Arte. Revista del Arte, 2, León, 2003, pág. 209.

    8 Naval Mas, Arte de Aragón emigrado, en coleccionismo USA, 2015, pág. 75.9 La Iglesia de Burgos vendió el palacio Arzobispal de Arcos de Llana y se reser-

    vó el claustro para destruirlo y regalar las columnas como material de derribo para la restauración del palacio de la Moncloa de Madrid; venta del ábside románico de San Martín de Fuentidueña (Segovia) y de los frescos de San Juan de Tredós (Lérida), que se

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    Hacha plana de bronce, de Entrepeñes (Box, Oviedo). Longitud 143 mm; cuerda boca 85 mm; talón 34 mm y grosor máximo 12 mm. Edad del Bronce, entre 1500 y 1100 a. de C. Tabularium Artis Asturiensis.

    En este marco general, ofi cialmente hostil y emocionalmente desola-dor, en el que un país pierde una gran parte de su patrimonio artístico y monumental, se inscribe el trabajo de algunos ciudadanos particulares, que, tomando conciencia de la situación, reaccionan de forma individual, defi enden el patrimonio común y salvan todo lo que pueden, formando excelentes colecciones. Tal ha sido el caso, por citar tres ejemplos conocidos y representativos, de Federico Marés Deulovol y Francisco Godia Sales, en Cataluña, o de Eugenio Fontaneda Pérez en Palencia, cuyas posibilidades económicas y circunstancias particulares han permitido la puesta a dispo-sición del público de sus colecciones: el Museo Federico Marés asumido con todos los honores por la ciudad de Barcelona desde 1945, la Fundación

    instalaron en su bóveda de horno, hoy, ambos, en el Museo de los Claustros de Nueva York; rocambolesca expatriación del claustro de Santa María de Sacramenia, hoy en Miami, etcétera. Multitud de casos en Gonzalo Santonja, Museo de Niebla. El patrimo-nio perdido de Castilla y León, 2004, citado en la nota 1.

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    Arracada áurea procedente del Picu Castello en Berducedo (Allande). An-verso/reverso. Oro, altura con anillas 22 mm; ancho máximo 25 mm; grosor 5 mm; peso 6,5 gr. Orfebrería castreña, hacia 300-100 a. de C. Tabularium Artis Asturiensis.

    Francisco Godia creada en 1999 que tiene abierto su museo en la misma ciudad, y la Colección Eugenio Fontaneda que la familia Fontaneda Berthet mantiene abierta al público en el castillo de Ampudia (Palencia) desde 1997.

    Federico Marés explicitó con trazos rotundos la responsabilidad ecle-siástica de aquel medio destructivo del que se salvaron estas colecciones, al precisar los pormenores de una de las fuentes de aprovisionamiento de los fondos de arte sacro de su Museo después de la guerra de 1936 a 1939. Su discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, leído el 24 de octubre de 1965, estremece: Marés había iniciado sus adquisiciones en la segunda década del siglo, comprando en tiendas de antigüedades, en subastas (incluso en París) y recorriendo España, pero después de la guerra, dice, «no tardaron en llegar a mí ofrecimientos de esculturas. Unas veces era el propio Obispo de la Diócesis, otras el padre abad, otras la madre abadesa del convento x o, simplemente, el padre prior o el cura párroco… esculturas de los mejores talleres que fl orecieron en los siglos del xii al xiv y del xiv al xvii… Seleccionando esta pieza, dejando la otra… Las ofertas se prodi-gaban de tal manera, que para satisfacerlas hubiese requerido unas reservas

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    Enjuta con representación de abad que perteneció a la portada del segundo templo románico de San Juan Bautista de Corias (Cangas del Nancea). Fue estudiada y fotografi ada por Joaquín Manzanares en Madrid, en el domicilio de don Raimundo Ruiz, que la había adquirido en Cangas a don Fernando Blanco y Flórez-Valdés, quien le había facilitado los datos para el seguimiento de la pieza, pero no la pudo adquirir por no disponer de las 4.000 pesetas de-mandadas. Tabularium Artis Asturiensis.

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    de posibilidades inagotables».10 Lo que no pudieron adquirir se perdió, se dispersó o desapareció en la inmensidad del mundo.

    Joaquín Manzanares Rodríguez (Oviedo, 1921-2003) y el Tabvlarivm Artis Astvriensis, en estas condiciones, con el mismo espíritu, pero sin dis-poner de los medios de Marés, Godia o Fontaneda, cumplieron en Asturias la misma función desde 1947.11

    Otra de las vías de expolio fueron los robos. Especialmente en los años setenta y ochenta del siglo pasado, catedrales, parroquias y ermitas, carentes de las más elementales medidas de seguridad, fueron impunemente desvali-jadas. Los robos fueron la pauta de lo cotidiano. «Más de un golpe por noche a lo largo y oscuro de cada una de las trescientas sesenta y cinco noches de cada año», nos recuerda Gonzalo Santonja.12 Hasta 1977, superada la dicta-dura, el Estado no creó la Brigada de Patrimonio Histórico encargada de luchar contra estos delitos.

    En este sentido, es muy recomendable (por explícito y desolador) la lec-tura en el libro de Casielles Aguadé, Ladrones en la catedral, de las noticias y datos correspondientes a la década de 1970.13 Pero viniendo al presente, los lectores de este Anuario recordarán la reciente exportación y, por tanto, pérdida patrimonial para Asturias, del retablo de alabastro inglés de la capilla de Nuestra Señora del Campo (Castropol), de hacia 1460, vendido en Lon-dres en 2012 y que hoy atesora nada más y nada menos que… la National Gallery of Art de Washington.14

    10 Discurso del académico numerario Excmo. Sr. D. Federico Marés Deulovol, La pequeña historia de mi museo, y contestación del Excmo. Sr. Marqués de Lozoya, Ma-drid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, mcmlxv [1965], págs. 106, 107 y 109.

    11 El Tabularium no pudo adquirir (y salvar) por falta de medios económicos, la enjuta con relieve del abad de San Juan Bautista de Corias, la Virgen con Niño de San Martín de Luiña y otras piezas más. «De haber tenido dinero podría haber tres Tabula-rium», declaró Joaquín Manzanares al diario La Nueva España (Oviedo, 13 de agosto de 2001). Sobre la enjuta de Corias, Joaquín Manzanares, «Restos románicos del monas-terio benedictino de San Juan de Corias», en José María G. Azcárate y Felipe López Acebedo, El monasterio benedictino de San Juan de Corias, Gijón, 1989, págs. 104-106.

    12 Santonja, Museo de Niebla. El patrimonio perdido de Castilla y León, 2004, págs. 196-197.13 José M.ª Casielles Aguadé, Ladrones en la Catedral, Gijón, 1979, págs. 12-13 y 239-240.14 Emilio Marcos Vallaure, «Una joya perdida del patrimonio cultural asturiano:

    el retablito inglés de alabastro del siglo xv de la capilla de Nuestra Señora del Campo de

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    Lápida procedente del Cabo Torres (Gijón), con inscripción dedicatoria al emperador Augusto, fechable entre el 1 de julio del año 9 y el 30 de junio del año 10. Dolomía: alto 80, ancho 162 y grueso 50 cm. Tabularium Artis Asturiensis.

    La cosa no queda aquí; en 2016 salió a la venta en el mercado anticuario la imagen tardo románica de la Virgen con el Niño (siglo xiii) del antiguo templo parroquial de San Pedro de las Montañas (Cangas del Narcea).15 Había sido vendida en la década de 1950. Advertido el Principado de Astu-rias para que, ejerciendo el derecho de tanteo se interesara por su adquisi-ción y así recuperar una excepcional pieza de nuestro patrimonio disperso, se adujo la falta de dinero. Pobre excusa para tan poco precio (20.000 euros) y semejante ocasión. La Iglesia, ni se pronunció.

    No sabemos por qué, hoy día hay una cierta tendencia en España a con-siderar el expolio como cosa del pasado. Queda demostrado que todavía existe pero que opera por otras vías, no delictivas, sino legales, amparadas en un ordenamiento legal bastante laxo.

    Castropol», Anuario de la Sociedad Protectora de La Balesquida, 1, Oviedo, 2016, págs. 105-121.

    15 Documentada gráfi camente por Joaquín Pérez y Pando (O. P.), Iconografía maria-na española, Vergara, 1930, lám. 54.

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    El caso asturiano

    En Asturias, las pérdidas y el expolio fueron particularmente intensos. Rada y Malibrán16 nos han legado un testimonio directo de cuál era la situación en Asturias en el tercer cuarto del siglo xix:

    Al llegar a San Martín de Vega de Poja, supimos por el cura de la iglesia…, que había cambiado hacía pocos días, a un comerciante de objetos de culto de Oviedo, por otros efectos más necesarios para su iglesia, una antigua cruz parroquial… Tomamos nota del comerciante,… y volvimos apresuradamente y sin perder un instante a la capital de Asturias, temerosos de que los muchos comisionados extrangeros [sic], que disponiendo de grandes cantidades recorrían casi al mismo tiempo que nosotros aquellas montañas, en busca también de objetos antiguos, hubieran podido adquirir ya la cruz que íbamos buscando. Nuestros temores no fueron infundados. Llegamos a Oviedo y encontramos en efecto la cruz… Pero supimos con dolor que la cruz estaba ya comprada por uno de los dichos comisionados extrangeros.

    Rada y Malibrán acabaron salvando la cruz de Vega de Poja (Siero) que hoy podemos admirar en el Museo Arqueológico Nacional,17 pero no con-siguieron adquirir, aunque lo intentaron, la excepcional Cruz procesional de San Salvador de Fuentes (Villaviciosa). La Iglesia asturiana la vendería en 1901 y hoy no está en su parroquia, ni en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, sino en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York (usa). En estos años salieron de los templos de Asturias sin duda muchas imágenes y alhajas de las que sólo en muy pocos casos conocemos el paradero actual, como el Cristo de Tebongo (Cangas del Narcea) que conserva el Museo Marés de Barcelona.18

    16 Juan de Dios de la Rada y Delgado y Juan de Malibrán, Memoria que presentan al Excmo. Sr. Ministro de Fomento, dando cuenta de los trabajos practicados y adquisiciones hechas por el Museo Arqueológico Nacional, cumpliendo con la comisión que para ello les fue conferida, Madrid, 1871, págs. 5-24.

    17 La expedición Rada y Malibrán incorporó a los fondos del Museo Arqueológico Nacional treinta y cinco piezas procedentes de Asturias.

    18 Diario La Nueva España, Oviedo, 29 de enero de 1993.

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    Jarro y patena litúrgicos de tipo visigodo, procedentes de Lindes (Quirós). Bronce; jarro: 251 mm de altura; diámetros: boca 72 mm, cuerpo 104 mm y pie 99 mm; grosor, 2-4 mm; peso 1250 gr; patena: 51 mm de altura; diámetros de la boca 225 mm, zona ornamentada central 90 y del pie 94; alto del pie 9-11 mm; peso 1090 gr. Época de la monarquía asturiana. Tabularium Artis Asturiensis.

    Se podría hacer una relación extensa y apasionada de acontecimientos y procesos que han herido en profundidad el Patrimonio Artístico y Monu-mental de Asturias a lo largo del siglo xx: expatriación de obras; derribos especulativos, efectos de los duros procesos revolucionarios propios y de la tragedia nacional en los años treinta; robos, dejación de funciones de las

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    autoridades civiles y eclesiásticas, expolio y abandono total durante el fran-quismo, acontecimientos y procesos que, hay que resaltar, han alcanzado el periodo constitucional posterior a 1978.

    Si nos referimos al patrimonio arquitectónico, en la ciudad de Oviedo, el crecimiento y modernización urbanísticos posibilitados por la industria-lización decimonónica arrasó monumentos medievales y modernos: en la década de 1880 se había derribado la iglesia románica de San Juan el Real; en 1902, se demolió el convento gótico de San Francisco; en 1914 se inició la destrucción del acueducto de Los Pilares; en 1917 se tiró el monasterio románico de Santa María de la Vega y al año siguiente, su torre; en 1922, la iglesia románica de San Isidoro el Real; en 1927, se derribó parte del monas-terio de San Vicente para levantar la casa de correos, etcétera.19

    Son algunos ejemplos espectaculares, cuyo conocimiento y vivencia marcaron la sensibilidad de Joaquín Manzanares en sus años de formación académica, y orientaron sus intereses intelectuales hacia los estudios del pa-trimonio histórico y confi guraron su vocación asturianista.20

    Tras la revolución de Octubre de 1934 y la guerra civil (seguimos en Oviedo y en la vida adulta de Joaquín Manzanares), la especulación urbanís-tica acabó con el esplendor de la calle de Uría, «con sus palacetes de la acera de los impares y la sucesión de bellos edifi cios y miradores de la frontera…, hoy sólo un soñado recuerdo».21 Se derribó la casa del marqués de La Ro-driga y el palacete de Policarpo Herrero; las obras «ofi ciales» no respetan el pasado ni el presente; remodelan y de hecho destruyen el convento de Santa Clara, adulteran el edifi cio del entonces Instituto Nacional de Previsión, obra de Joaquín Vaquero Palacios, subiendo un piso al edifi cio administrati-vo y eliminando la terraza-jardín, la pérgola y la escalera de Ildefonso Sán-

    19 Una nómina de las demoliciones ovetenses en este periodo, en Ana María He-rrero Montero, «El arco de San Isidoro de Oviedo. La destrucción del patrimonio monumental ovetense en el primer tercio del siglo xx. Parte I», Liño. Revista anual de historia del arte, 22, Oviedo, 2016, págs. 9-22, y «Parte II», Liño, 23, Oviedo, 2017, págs. 85-104.

    20 Véase una biografía autorizada de Joaquín Manzanares Rodríguez-Mir en el Dic-cionario biográfi co español, vol. xxxii, Madrid, Real Academia de la Historia, 2012, escrita por Javier González Santos.

    21 Emilio Marcos Vallaure, «Otra salvajada más: el derribo del palacio llamado de Concha Heres», diario La Nueva España, Oviedo, 30 de marzo de 1978, pág. 9.

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    Capitel de tradición corintia procedente del desaparecido palacio de Alfon-so III, en Oviedo; segunda mitad del siglo ix; caliza, 43 × 52 × 52 cm. Tabula-rium Artis Asturiensis.

    chez del Río, verdadero alarde técnico del racionalismo, realizado mediante losa continua de hormigón armado sin apoyo central.22

    Aún podemos citar ejemplos, tras la dictadura, ya en tiempos recien-tes: se roban las joyas prerrománicas ¡de la Cámara Santa de la Catedral! y se destruyen la Cruz de la Victoria, la Cruz de los Ángeles y la Arqueta de la

    22 Celestino García Braña y Fernando Agrasar Quiroga (eds.), Arquitectura mo-derna en Asturias, Galicia, Castilla y León, Oviedo, Colegio Ofi cial de Arquitectos de Asturias, de Galicia y de Castilla y León, 1998, pág. 66.

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    Ágatas, las dos primeras emblemáticos símbolos de Asturias y de Oviedo. Se derriba en Oviedo el palacio de Concha Heres; en Cangas del Narcea, la casa de María Angustia; se desarrollan intervenciones nefastas en monu-mentos prerrománicos como Santullano o Valdediós; se consuma, en fi n, el expolio del patrimonio de la parroquia de San Juan de Villaláez (Cangas del Narcea), modelo de tantos otros, iniciado en los años cuarenta con la venta de su Cristo románico, al que siguió la de todo su rico ajuar litúrgico, para concluir, en 1979, con la demolición del tempo, una excelente fábrica del siglo xvi.

    La destrucción del patrimonio de Villaláez, con la oposición expresa del pueblo y con apoyo de todas las autoridades eclesiásticas y civiles que tenían obligación de defenderlo, es ejemplo simbólico, arquetípico, del indigno expolio a que ha estado sometido el Patrimonio Histórico-Artístico de Asturias,23 del que solo, excepcionalmente, ¿una vez?, consigue recuperarse algún elemento, como el Cristo gótico de San Damías del Coto (Cangas del Narcea), tras aviso de Joaquín Manzanares, adquirido por el Museo de Bellas Artes de Asturias en enero de 1993, rescatándolo del almacén de un anticuario leonés.

    Joaquín Manzanares y el Tabularium Artis Asturiensis

    Este es el telón de fondo, el marco español y asturiano, en el que tie-nen que ser valorados Joaquín Manzanares y el Tabularium Artis Asturiensis, pero con algunos considerandos: el ambiente político y cultural de Asturias en la posguerra, que determinaría el carácter privado de su trabajo; la de-dicación de sus estudios exclusivamente a la historia y cultura de Asturias, y sus reducidas posibilidades económicas, son elementos que resaltan su singularidad y los distinguen de otras actuaciones, como las ya recordadas de Marés, Godia o Fontaneda.

    Manzanares, cuya vocación asturianista germinó en la relación con sus maestros don Guillermo Estrada Acebal y don José María Serrano Suárez, y muy especialmente, en el magisterio y amistad de don Juan Uría Ríu (y

    23 Emilio Marcos Vallaure (coordinador), Datos e informes para una política cultural en Asturias, Oviedo, Consejo Regional de Asturias. Consejería de Cultura y Deportes, 1980, págs. 273-279.

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    Copia del documento de recepción por la dirección del Museo Arqueo-lógico de Asturias, fi rmado por su director, don Jorge Manuel Aragoneses, de cuarenta y cuatro piezas arqueológicas entregadas por el secretario provisional de dicho museo, Joaquín Manzanares (Oviedo, 1 de febrero de 1952). Tabula-rium Artis Asturiensis.

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    también con el doctor Helmut Schlunk, a quien conoció en 1944), fundó el Tabvlarivm Artis Astvriensis en 1947, no como el gabinete de un colec-cionista, sino como una institución que tuvo por objetivo estudiar y alcan-zar una visión de conjunto del Patrimonio Histórico-Artístico Asturiano, utilizando como método la documentación y estudio, personal y directo, sobre el terreno, de todas y cada una de sus parroquias, y la publicación de los resultados que se fueran obteniendo. Este es uno de los rasgos que carac-terizan esta institución y que Manzanares sostuvo hasta el fi nal de sus días.

    Pero hay que advertir que las primeras acciones de Manzanares en defen-sa del patrimonio artístico asturiano se hicieron por la vía ofi cial establecida, graciosamente, en el contexto de revitalización cultural que supuso la llega-da a la Diputación Provincial, en 1948, de don Paulino Vigón Cortés, quien apoyó la idea de don Juan Uría de abrir el Museo Arqueológico Provincial. El montaje de ese Museo, en las dependencias y claustro del antiguo mo-nasterio de San Vicente de Oviedo, lo realizó don Manuel Jorge Aragoneses con la colaboración efi caz y desinteresada, como secretario honorífi co, de Joaquín Manzanares.

    Fruto de la efi cacia de los trabajos de campo de Manzanares entre 1952 y 1954, siempre silenciados por las instancias ofi ciales, fue la entrada en ese Museo Arqueológico Provincial de cuarenta y cuatro piezas (más otras «va-rias», prehistóricas, del castro de Pelúgano, en Aller), algunas de las cuales, como la estela romana de Larón (Cangas del Narcea), el epitafi o de Doña Greodo del año 1099 o la lápida de consagración de la iglesia de Santa Ma-ría de Castañeda, de 1165, son piezas del mayor interés.

    En 1952, participa en la puesta en marcha de otro proyecto ofi cial, tam-bién ideado por don Juan Uría, iniciando los trabajos para la redacción del Catálogo Monumental de Asturias, colaborando con el propio don Juan, con don Luis Vázquez de Parga y con el fotógrafo madrileño don Vicente Mo-reno. Pero el proyecto quedaría sin fi nanciación tras ser cesado don Paulino Vigón, ese mismo año, de la presidencia de la Diputación Provincial. Sin embargo, Manzanares prosiguió esta tarea particularmente, por su cuenta, durante toda su vida.

    En la primavera del año 1954, descubre, estudia y salva de la destrucción inminente los restos de la iglesia prerrománica de Santa María de Bendo-nes. «Como logro fundamental en los años de postguerra…, se considera el

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    Hoja del cuaderno de campo de Joaquín Manzanares con datos relativos al epitafi o de «la sierva de Dios Greodo», tomados en San Salvador de Cibuyo (Cangas del Narcea), el 27 de marzo de 1951. La intervención de Manzanares determinó la cesión por sus propietarios al Museo Arqueológico de Asturias el 4 de diciembre de ese año. Tabularium Artis Asturiensis.

    reconocimiento de la iglesia prerrománica de Bendones (Oviedo) gracias a la intervención de su secretario Joaquín Manzanares».24 Con el Informe elevado a la Real Academia de la Historia, este templo del siglo ix fue de-clarado Monumento Nacional en 1958.

    Pero cuando a fi nales de 1954, reconociendo el trabajo realizado, el mi-nistro Joaquín Ruiz Jiménez lo nombra director del Museo Arqueológico Provincial, en sustitución de don Manuel Jorge Aragoneses que regresaba a Madrid, el Gobierno Civil de Oviedo le niega la toma de posesión.

    24 Gema E. Adán Álvarez, «La Comisión de Monumentos de Oviedo (1844-1978): génesis y desarrollo», en Gloria Mora y Margarita Díaz-Andreu, La cristalización del pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España, Málaga, 1997, págs. 255-256. Para este templo, véase Joaquín Manzanares Rodríguez, Santa María de Bendones: identifi cación y estudio de sus ruinas, Oviedo, Tabularium Artis Asturiensis, 1957.

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    Manzanares se había signifi cado públicamente contra la cultura ofi cial en 1949, reclamando para don Juan Uría la dirección del nuevo Instituto de Estudios Asturianos, que sustituía, tras la guerra, al Centro de Estudios Asturianos fundado por él en 1918.25 Y lo mismo en 1955, cuando se modi-fi caron los estatutos de la nueva entidad para vincular el cargo de director del IDEA con el de rector de la Universidad y evitar así, nuevamente, que don Juan pudiera ser nombrado director. Ni don Juan Uría ni Joaquín Manzanares aceptarían el desafuero cometido por los representantes de la cultura ofi cial.

    A pesar de las frustraciones vividas, aún participaría en otra institución ofi cial. Como académico correspondiente de la Real Academia de la Histo-ria (había sido nombrado en 1952), intenta revitalizar la Comisión Provincial de Monumentos aceptando el cargo de secretario de la misma, nuevamente un cargo honorífi co y sin remuneración. Prueba de su dedicación en este nuevo empeño fue la publicación, bajo su dirección, de los dos espléndidos y únicos números del Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos de Oviedo aparecidos en 1957 y 1960.

    Tras la guerra civil la Comisión había perdido prácticamente su vertiente investiga-dora… La única excepción sería la creación del Boletín… Su máximo responsable y al que hay que agradecer su publicación fue Joaquín Manzanares, miembro muy activo de la Comisión a partir de los años cincuenta… Su revista, en la cual escribirán todos los inves-tigadores de la arqueología asturiana de la época aportará novedades como la introducción de los estudios toponímicos, inicio de prospecciones de villas y edifi cios romanos, estudio de algún material de orfebrería prerromana y en general un rigor y actualización científi ca que no desmerecen de los de otras regiones de España.26

    25 Véase Javier Rodríguez Muñoz, «Don Juan Uría Ríu y el Instituto de Estudios Asturianos: historia de un desencuentro», Anuario de la Sociedad Protectora de La Balesqui-da, 1, Oviedo, 2016, págs. 157-198.

    26 Enrique Pérez-Campoamor Miraved, «La Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Oviedo. Su papel en la consolidación de la arqueología astu-riana», en Gloria Mora y Margarita Díaz-Andreu, La cristalización del pasado: génesis y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España, Málaga, 1997, págs. 255-256.

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    Antigua iglesia parroquial de San Bartolomé de Polavieja, desde el se, en 26 de enero de 1979. Abandonada desde 1967, expoliada y destruida. La espadaña y el arco toral se conservan en una fi nca de El Chano, Luarca. Fotografía Tabu-larium Artis Asturiensis.

    Pero la actividad de la Comisión duró poco: falta de medios y depen-diente de la Diputación, los Boletines fueron «el canto del cisne de una institución ejemplar, ya que al oponerse a los desmanes urbanísticos del desarrollismo franquista estaba condenada a desaparecer».27 En 1962, a pesar de la protesta de los diecisiete Clarisos que durante años clamaron por su conservación, la ofi cial piqueta incivil se abatió con furia sobre el convento de Santa Clara. No obstante, habían conseguido que La Foncalada no fuera arrancada de su emplazamiento original.

    27 Emilio Marcos Vallaure, «Semblanza apresurada de Joaquín Manzanares (1996)», In memoriam Joaquín Manzanares Rodríguez-Mir, Amici sui, Oviedo, Tabularium Artis Asturiensis, mmiii [2003], pág. cvii.

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    Desolación ofi cial

    Manzanares, desengañado, abandonó las instituciones ofi ciales y dedicó sus empeños a la idea originaria; mantuvo siempre su independencia y su voz lúcida y crítica, se le oyó cada vez que se intentaba o cometía un atro-pello contra el patrimonio cultural de Asturias,28 y centró su actividad en el Tabularium, en el que, junto con el acervo documental, consecuencia del registro sobre el terreno y estudios realizados en las novecientas parroquias asturianas, se fue reuniendo un conjunto de excelentes piezas artísticas, ar-queológicas y etnográfi cas que, salvadas de las condiciones de abandono y peligro de pérdida, destrucción o expatriación en el que las había dejado el naufragio de nuestro patrimonio cultural, son hoy componente esencial, parte necesaria de las señas de identidad del pueblo asturiano. Considérese que Asturias no tuvo Museo de Bellas Artes hasta el año 1981 y que la Igle-sia asturiana no abrió su Museo Diocesano hasta 1991.

    La obra de Joaquín Manzanares es… referencia fundamental al tratar de valorar ade-cuadamente la historia del patrimonio artístico asturiano…, el Tabularium sin duda uno de los museos más importantes en su género de la Península.29

    El Tabularium Artis Asturiensis cobra valor si lo comparamos con las co-lecciones de ámbito nacional citadas más arriba, que se formaron actuando sobre toda la geografía española, disponiendo de todo el tiempo y todos los medios imaginables. Porque el Tabularium es una obra personal y familiar que ha contado con implicación personal de don Emilio Marcos Vallaure y la colaboración de los Amigos del Tabularium, que «con su orientación, aliento y apoyo, han contribuido a que la idea del Tabularium Artis Astu-riensis haya llegado a ser una realidad».30

    28 «De los castros y las catedrales no se sacan piedras», clamó, a propósito de la destrucción del castro ovetense de Llagú, en declaraciones al diario La Nueva España (Oviedo, 20 de febrero de 1997).

    29 Javier Fernández Conde, «Balance general de la arqueología medieval astu-riana», en III Congreso de Arqueología Medieval Española. 27 marzo-1 abril 1989. Actas I. Ponencias, Oviedo, 1989, pág. 16.

    30 Los amigos fallecidos fi guran citados por Joaquín Manzanares Rodríguez, Cró-nica monumental asturiana. Tabularium I, Oviedo, mdcccclxxxxvi [1996], págs. 11-18.

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    Reconocimientos

    Joaquín Manzanares recibió durante su vida el reconocimiento de ins-tituciones académicas que valoraron la calidad científi ca de sus aportacio-nes intelectuales: fue nombrado miembro correspondiente de las Reales Academias de la Historia y de San Fernando, y del Instituto Arqueológico Alemán. Asimismo, fue creado miembro honorario de la Academia de la Llingua Asturiana y director honorario de la Asturiana de Heráldica y Ge-nealogía.

    Recibió también distinciones de autoridades civiles: fue nombrado Cro-nista de Asturias por acuerdo unánime de la Junta General del Principado en 1980; el Ayuntamiento de Oviedo le dedicó una calle en la ciudad en

    Carta del historiador Walter Leo Hildburgh (Nueva York, 1876-Londres, 1955) remitiendo a Joaquín Manzanares el libro Medieval Spanish Enamels (Lon-dres, 1936) y otros trabajos suyos. Tabularium Artis Asturiensis.

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    1988; el Gobierno del Principado le otorgó el Premio Asturias, medalla de plata, en 1997; y el de España otorgó al Tabularium Artis Asturiensis la placa de Alfonso X el Sabio en 1998. La parroquia de Santa María de Bendones le hizo su hijo adoptivo en 1999, etcétera. Pero nunca nadie planteó, ofi cial-mente, el reconocimiento público del Tabularium.

    . . .

    El Tabularium Artis Asturiensis es el resultado del entusiasmo y esfuerzo de una iniciativa privada, pero la intención, reiterada públicamente durante los últimos años por Joaquín Manzanares, y que hoy mantiene la familia Manzanares Argüelles, es que esta colección y archivo documental se inte-gren en el patrimonio del Principado de Asturias y se incorporen a la oferta cultural de titularidad pública.

    Campana procedente del monasterio de San Juan Bautista de Corias (Can-gas del Narcea). Bronce; altura, 15 cm, con asa 21 cm; diámetro de la boca, 17,5 cm. Metalistería románica. Tabularium Artis Asturiensis.

  • Este tercer número delAnuario de la Sociedad Protectora de La Balesquida,

    con el que solemniza los seculares festejos patronales yel popular Martes de Campo en Oviedo

    (primer martes después del domingo de Pentecostés),se acabó de imprimir el viernes, 20 de abril.

    oveto, a. d. mmxviii _______

    …y vino a comprender, como en resumen, que del mucho leerse sacaba una vaga tristeza entre voluptuosa y resignada

    (Clarín, «La imperfecta casada»,de Cuentos morales, 1895)