Barca de Santiago 4

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    veces conviene levantar la vista, ocupadaen mil problemas cotidianos, y mirar ha-

    cia el futuro. En este nuevo ao que acabamos decomenzar, el Plan pastoral diocesano nos invita arecurrir con entusiasmo y naturalidad a la mejorbrjula posible: la Palabra de Dios. Adems, he-mos de prepararn os para la celebracin de distintosacontecimientos eclesiales mu y sugerentes.

    Uno de ellos es el cincuenta aniversario delcomienzo del Concilio. Sin duda esta propues ta nospuede ayudar a repensar cul ha sido la recepcinde las en seanzas d e este Concilio y qu significa-cin han tenido en nuestra espiritualidad cristianaa la hora de s eguir a Cristo y sentirnos en la Iglesia,vivir y trabajar en ella. El Papa Benedicto XVI, re-flexionando sobre esta realidad, manifiesta que losproblemas de la recepcin han surgido de la con-tienda entre dos hermenuticas contrarias. Una hacausado confusin; la otra, de forma silenciosa perocada vez ms visible, ha dado y da frutos. Por unaparte, existe una interpretacin que podra llamarsehermenutica de la discontinuidad y de la ruptu-ra; por otra, est la h ermenutica de la reforma,de la renovacin dentro de la continuidad del ni-

    co sujeto-Iglesia,que el Seor nosha dado; es un su-

    jeto que crece en eltiempo y se desa-

    rrolla, pero perma-neciendo siempreel nico sujeto delpueblo de Dios encamino. Para en-tender el espritudel Con cilio Vatica-no II es oportunorecordar las pala-bras del beato J uanXXIII en su discur-so de apertura el 11

    de octubre de 1962, cuando deca que el Concilioquiere transmitir la doctrina en su pureza e inte-gridad, sin atenuaciones n i deformaciones, y pro-sigue: Nuestra tarea no es nicamente guardar

    este tesoro precioso, como si nos preocu-pramos tan slo de la antigedad, sinotambin dedicarnos con voluntad diligen-te, sin temor, a estu diar lo que exige nues-tra poca, continuando el camino que hahecho la I glesia duran te veinte siglos... Esnecesario que esta doctrina, verdadera einmutable, a la que se debe prestar fiel-mente obediencia, se profundice y expon-ga segn las exigencias de nuestro tiem-po. En efecto, una cosa es el depsito dela fe, es decir, las verdades que contienenuestra venerable doctrina, y otra distintael modo como se enuncian estas verdades,conservando sin embargo el mismo senti-do y significado.

    La reflexin sobre la verdad exi-ge una nueva relacin vital con ella paraofrecer una compresin consciente de lamisma. Tambin la reflexin sobre la feexige que se viva la fe, nos dice el Papa,y en este sen tido ha decidido convocar unespecial Ao de la Fe, que comenzar el11 de octubre de 201 2 y concluir el 24 denoviembre de 2013. Las motivaciones, lasfinalidades y las lneas directrices de esteAo las ha expuesto en s u Carta Apos-tlica Porta fidei, recordando la bellezay la centralidad de la fe, la exigencia de

    reforzarla y profundizarla a nivel personaly comunitario, y hacerlo en perspectiva notanto celebrativa sino ms bien misionera,teniendo en cuent a, justamente, la misinad gentes y la nueva evangelizacin.

    Otro acontecimiento que celebrare-mos ser la proclamacin de san J uan devila, patrono del clero secular espaol,como Doctor de la Iglesia. Este reconoci-miento por parte de la Iglesia le dar un anueva proyeccin y se convertir en un es-tmulo para los sacerdotes, sobre todo, ypara los evangelizadores actuales. Los fie-les esperan or la Palabra de Dios de los la-bios del sacerdote; buscan el pensamiento

    de Dios en las valoraciones del sacerdote;los caminos de Dios en los caminos queindica y recorre el sacerdote. Ser necesa-rio conocer mejor la persona de San J uande vila y la obra p or l realizada.

    En la nica Iglesia catlica, institui-da por J esucristo sobre la roca de Pedroy sobre el fundamento de los Apstoles,hay que reconocer una profunda unidadhistrica, doctrinal y teolgica. Para queuna doctrina pueda resultar acogida, nodebe representar una ruptura con el pa-sado o con todo el cuerpo doctrinal, sinoque debe ser su desarrollo natural, org-nico. Aunque cambien las circunstanciashistricas y culturales y los modos de ex-presarse, el eterno Evangelio de Cristo nopuede cambiar! Cristo es el mismo ayer,hoy y siempre. En este sentido, me plan-teo: Es el momento oportuno para cele-brar un Snodo en la Dicesis composte-lana? Ha sido sta una preocupacin quehe tenido muy presente el pasado ao queha discur rido entre la celebracin del VIIIcentenario de la Dedicacin de nuestraCatedral y las visitas pastorales a distin-tos arciprestazgos. Es mi deseo, hechaslas consultas pertinentes en las diferentesinstituciones diocesanas, convocar un S-

    nodo Diocesano que nos ayude a la anima-cin de nuestra esperanza cristiana y a laedificacin espiritual, recordando lo quehemos hecho hasta ahora y avanzando enese proceso de comunin responsable dela nueva evangelizacin. Que n os sos ten-ga en esta obra el patrocinio del ApstolSantiago y la intercesin de la SantsimaVirgen Mara, primera portadora de la Pa-labra hecha carne en E lla.

    Feliz Ao 2012, lleno de bendiciones!

    + J ulin Barrio Barrio,

    Arzobispo de Santiago de Compostela

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    Edita

    Arzobispado de Santiagode Compostela

    Director

    Manuel Blanco

    Coordinacin

    David Mohedano - Inma Tamayo

    Colaboran en este nmero

    J ulin Barrio Barrio,Manuel Blanco, Jos Fdez.Lago, Pastora Vega, Luis G.Bernadal, J . Ramn Amor Pan,J os S. Piso, J orge Mira, ArturoManeiro,Bienve Garca, BenitoMndez, Iria Sande, Jos Anto-nio Santiago, Monts e Gonzlez,Laura Castao

    Fotografa

    Miguel Castao

    Distr ibucin

    Secretara de Medios

    de Comunicacin delArzobispado de Santiagode Compostela

    [email protected]

    Diseo y maqu etacin

    Inma TamayoYesur n s.l.

    Barca de Santiago

    N 4 enero-febrero 2012Santiago de Compostela

    En la perspectiva eclesial...

    por D. J ulin Barrio 1-2

    Editor ial: El ao del f in del mundopor Manuel Blanco 4

    La Biblia

    por J os Fernndez Lago 5-8

    Baltasar Pardal

    por Pastor a Vega 9-1 2

    COF diocesano

    por Luis Garca Bernadal 13-15

    Testamento Vital

    por J os Ramn Amor Pan 16-18

    Pastoral Universitaria

    por J os Snchez Piso 19-20

    Parroquias:

    Divino Salvador de Poio 21-24

    Entrevista a Segundo Prez

    Nuevo archivero de la Catedral 25-27

    Deus asasinado pola ciencia!

    por J orge Mira 28-30

    La iglesia son los curas

    por Arturo Maneiro 31-32

    Carta Apostlica: Porta Fidei

    por Bienve Garca 33-34

    La necesidad del ecumenismo

    por Benito Mndez 35-37

    Inmigracinpor Iria Sande 38-39

    Manos Unidas 40

    Testimonio

    J os Antonio Santiago 41-43

    Ganadores I Cer tamen de Belenes 44

    Luces de VIDA 45-46

    Un l ib ro : 10 a t eos cambian de au tobs

    por Montse Gonzlez 47

    Cine: Te puede pasar a t i

    por Laura Castao 48

    Noticias 49-50

    n ciertos momentos filosficos, me han s ur-gido interrogantes: Se acabar pronto el

    mun do? Estar aqu para verlo? Un antiguo alum-no quera saber, incluso, ms: Acierta Nostrada-mus? El fin llegar porque se apague el sol o loadelantaremos con un holocausto nuclear? Reco-nozco que estos temas no constituyen la alegrade la huerta, pero a veces, como las hienas, hus-

    mean por nuestra materia gris.

    Al parecer, una cultura con nom bre de abeja,la maya, haba predicho algo peor que una crisiseconmica para este 2012 . Enton ces, el fin es in-minente? An recuerd o la llegada del ao 2000 . Unpersonaje que conozco, a quien me ensearon aquerer tal cual es, se prepar a conciencia parael cataclismo. L o imagin con aliengenas y gran-des terremotos. En un refugio subterrneo acumu-l vveres. Pero el Apocalipsis no sobrevino.

    Estas cuestiones provocan miedo en algu-nos. A otros muchos, se la refanfinfla. Sospechoque, tal y como somos, mejor no saber! Imaginoa los tpicos especuladores, matando y mintiendopara obtener ventajas. Y un nuevo grito de guerra justificara a los vagos: bah, total pa qu!Una meiga le predijo a un tipo que morira atro-pellado. A los dos das, l, que slo cruzaba enverde por los pasos de peatn, s e abalanz inexpli-cablemen te sobr e un tr iler. Acert? Yo pres agiodiferente: obsesin.

    Por ms que investigue la ciencia, 4 Mile-nio o el telepredicador Warren Snchez, nadie po-dr responder al cundo ni al cmo. Una Bibliatampoco. Por favor, que ningn en tusiasta d el planpastoral pierda el tiempo r etorciendo la Palabra deDios hasta averiguar el fin del mundo Nos bastasaber que hubo un comienzo y habr un final. Loque hay en medio es nuest ro tiempo, nuestro rega-lo. No quiero perderlo como un imbcil sin descu-brir el cario de Dios conmigo. Ese amor, como elmaana de J ames Bond, nunca muere.

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    Diversos modos de

    considerar la Bi-

    blia

    Para algunagente, la Biblia estan slo una p ieza deliteratura. Se tratade un libro en el quese pr odigan diversosgneros literarios ycon una terminolo-ga rica y variada, enel que se describenlos acontecimientosde modo muy expre-sivo.

    Para otras per-sonas , ms avezadasen lo que tiene quever con la vida cris-tiana, es la palabrade Dios, puesta porescrito; es el libroque recoge la revelacin divina, queDios nos ofreci por los profetas y porsu propio Hijo (Heb 1, 1ss ).

    Independientemente del valorque tiene la Biblia por s misma, su

    proclamacin adquiere una relevanciaespecial, para edificacin del creyen-te. El anuncio de la palabra en la ce-lebracin litrgica, sigue la tradicinde Israel, que todos los sbados pro-clama las lecturas de la Biblia en lacelebracin sinagogal.

    La Bibl ia , h istor ia de u n pueblo

    El pueblo descendiente de Ja-cob, que haba sufrido un estado deesclavitud en Egipto, sale sin fuerzasy sin medios de aquella opresin, a pe-

    sar de los prodigiosque el Seor realiza favor de aquellagente. Guiado porMoiss, el puebloatribuye todo aque-llo a Dios, en quienya crea como elDios de los antepa-sados (cf Ex 15,1-21)

    A partir del xo-do, el pueblo de Is-rael se considera elpueblo de Dios, yaque hace con DiosAlianza en el Si-na. Ya, a par tir deesa experiencia deltrato con Dios, enuna visin retros-pectiva, mirar a s usorgenes.

    Hay en ese pueblo unas vocescualificadas, que son los patriarcas. Ala base de ellos est Abram, un caldeo,que se dej conducir por un Dios aquien senta, aunqu e no le conoca. El

    Seor promete darle una descenden-cia numerosa (Gen 12, 1 25, 11).Abram se convierte en Abraham, de-bido a las bendiciones divinas a favorde l. Le sucede Isaac, y a ste J acob,padre de las Doce tribus de Israel,una vez que Dios le cambi el nombrea J acob por Israel.

    Algunos siglos despus surgenlos profetas, que transmiten la voz deDios al pueblo. Examinan los signosde los tiempos, y, movidos por Dios,

    a Biblia y el hombre de hoy

    En el momento actual los hom-bres tienen una escala de valores dis-tinta de la de otros tiempos. En suvida prevalece su inters por lo eco-nmico, el confort, el rango socialAlgunos, sin embargo, buscan algodistinto de lo estrictamente terreno,

    para responder al ansia de alcanzarlo que est ms all. Ello les mu eve ainvestigar en la Biblia lo que inten tanconocer.

    En los ltimos tiempos se ha di-fundido bastante la Biblia en Espaa.En general, las personas se interesanpor tener la Biblia y por leer algo deella. Las traducciones de la Biblia alas lenguas vernculas son numeros-simas.

    ,

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    A partir de los tiempos de Cristo, sealude al pueblo de Dios, redimido porCristo. Cristo, que haba instituido laIglesia, la dota de una jerarqua, for-mada por los que le haban seguidoy le vieron resucitado. Los cristianos

    eran asiduosa las ense-anzas de losA p s t o l e s ,a la fraccindel pan y alas oraciones(Hech 2, 42).

    Ese pueblose conside-ra la Igle-sia, comose llamabael pueblode Israel,la Iglesiade Dios,ahora re-dimida porla sangre de

    Cristo. La Iglesia reconoce el Anti-guo Testamento como su prehisto-ria, que se cumple en Cristo. Poco apoco se irn formando las Escriturasdel Nuevo Testamento, merced a lostrabajos de algunos apstoles y otrosvarones apostlicos, una vez que enlas comunidades cristianas haban to-

    mado cuerpo las palabras y las obrasde Jess. La Biblia viene a ser as ellibro de la Iglesia, pues h a sido escritapara la Iglesia y a ella se ordena. Porsu parte, tambin ella reconoce esosescritos como expresin autntica desu fe.

    La Biblia, libro sagrado de judos y

    cr ist ianos

    Para los judos, es la palabrade Dios, dirigida al pueblo de Israel,para que ste conozca lo que no le es

    dado cono-cer a otrosp u e b l o s .Cierto queellos tienenuna expli-citacin dela Ley en laMisn, quehasta el ao200 d. C. sem a n t e n aslo en lat r a d i c i n ,para que nofuera co-nocida porotros pue-blos.

    L o sc r i s t i a n o sde las di-versas confesiones, consideran que laBiblia es la palabra de Dios dirigidaal hombre, para que ste vaya por elbuen camino y consiga la salvacin enla vida futura.

    En concreto, los protestantes noconsideran sagrados algunos libros dela Biblia: aquellos que estn escritosen griego, y que son los que los cat-licos denominamos deuterocanni-

    cos, por haber sido admitidos comotales en un segundo momento de lahistoria del canon. Por otra parte, latradicin no tiene fuerza nor mativa, desuerte que slo la Escritura recogera

    la palabrade Dios.

    En loque respec-ta a los or-todoxos y alos catli-cos, recono-cemos comos a g r a d o slos 72/73 li-bros que seencuentranen la Biblia,tanto losp ro tocan -nicos comolos deute-r o c a n n i -cos. En lotocante a lat r a d i c i n ,

    adems de cons iderar la tradicin pre-via a los escritos, consideramos que,aunque Dios suele ilustrar al hombreen virtud de la Escritura, s in embargopuede hacernos conocer alguna otrarealidad en virtud de la trad icin ecle-sistica. Cierto que s ta y el Magiste-rio estn al servicio de la palabra deDios, y no por en cima de ella.

    J os Fernndez LagoCannigo de la Catedral

    Director del IT C

    Instituto Teolgico Compostelano

    proclaman lo que l les indica. Conla proclamacin de sus orculos de juicio o de salvacin hacen llama-das a la gente pu eblo para que vuelvaa cumplir la ley de Dios o mantengala fe y la esperanza en que el Seorintervendr asu favor.

    O t r o sp e r s o n a j e si m p o r t a n t e sson los sa-bios, orienta-dores delpueblo. s-tos no pro-claman lapalabra deDios, peroen su po-ca tratan dehacer que lagente sigalos caminosdel Seor.Dejan unos escritos que, una vez re-conocidos por el pueblo, sern consi-derados palabras del Seor.

    Cristo se presenta como la Pa-labra de Dios encarnada. En tiemposantiguos se esperaba un Mesas oCristo, que Dios iba a enviar. Viene a

    esta tierra al llegar la plenitud de lostiempos (Gal 4, 4; cf Ef 1, 10). Esla Palabra, que nos habla de Diosy nos indica cmo es Dios. En l secumple la Ley (Mt 5, 17), y le da a laLey su sent ido pleno y acabado. En lse cumplen las Escrituras, no slolas profecas, sino todo lo que estescrito (Mt 4, 4.7.10) , lo que no pue-de menos que cumplirse (Mc 14, 49;Lc 24, 44; J n 13, 18).

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    u cualidad concreta con-

    form la personalidad de

    D. Baltasar Pardal y por consecuen-

    cia su misin (su apost olado)?

    P. V.: No es fcil reducir a una solacualidad su personalidad, pero si tu-viera que elegir una, yo dira que susentido de pertenencia a Dios, suEn trega incond icional a la Volunt adDivina y su Fidelidad al Sacerdocio.

    Fue un hombre ntegro, ena-morado de la Eucarista y de Mara,y muy sensible a las necesidades delos que tena a su alrededor. Esto lellev a exclamar (cuando falleci sumadre): Desde ahora, t sers, miquerido Barrio de Atocha, mi madre,

    mi padre y mis hermanos ; y se entre-g en cuerpo y alma a elevar la condi-cin social, cultur al, moral y r eligiosade todos los habitantes del barrio, deun modo muy especial los nios, losms n ecesitados y la mujer.

    Creis que su trabajo traspasa el

    mbito de la Iglesia?

    P. V.: S. Aunque l nu nca quiso s alir-se del m olde de la Iglesia y de hecho,nunca se sali, por fuerza se encon-tr con las necesidades materiales yculturales del Bar rio de Atocha y mstarde de los lugares a donde se fue afundar, incluidos los pases de Uru-guay y Venezuela.

    Estaba convencido de que pri-mero hay que llenar los estmagos va-cos si queremos que puedan admitirel alimento cultural, moral y espiri-tual.

    No fun-d slo unC a t e c i s m o .Fund unaGrande Obraque se basabaen 4 pilaresf u n d a m e n t a -les: Gran Coci-na (Comedor);

    Gran Escuela;Gran Taller yGran Iglesia.Pero todas es-tas realidadesson tambin mbito eclesial.

    Cundo nace en l su vocacin al

    sacerdocio?

    P. V.: Segn lo que l mism o contabay su familia y Prroco atestiguaban,se sinti llamado desde muy nio.

    Creci en el seno de una familia delabradores, hum ilde, pero muy cristia-na, y recibi la influencia de su m adre,de la que l mismo dej escrito: Misanta madre fue la primera maestraque, sin saber de letras, me dio unaeducacin que en ningn libro he po-dido hallar.

    Ayudaba como monaguillo en las Mi-sas de su Parroquia y su Prroco ejer-ci tambin una gran influencia sobresu Vocacin Sacerdotal.

    Si fuera ste su tiempo, tendra ra-

    zn de ser su fundacin, su aposto-

    lado? Se encontrara la mism a ca-

    resta social que entonces?

    P. V.: Si ste fuera su tiempo, creo quesu fun dacin y apostolado tendran lamisma frescura de entonces No esmucha la diferencia de las carencias

    actuales conrespecto a lasde entonces.Slo hay unai m p o r t a n t e :hoy hay msvicio y la gen-te est comoms sacia-da no tienedeseos de lo

    t r a n s c e n d e n -te (me refie-ro a la gentenecesitada deun apostolado

    como el que l realiz).

    Quizs no haya tanta falta depan (que tambin), pero hay una ca-rencia enorme de valores morales yreligiosos me atrevo a decir, queincluso hay una carencia enorme devalores tambin humanos.

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    No vemostanta miseriamaterial (almenos en lasociedad enla que nosm o v e m o s ;mencin aparte habra que hacer delos lugares de Misin a los que h emosllegado las Hijas de la Natividad deMara y a donde n os gust ara llegar al-gn da), pero s nos hallamos conuna enorme pobreza humana, moral yespiritual.

    Creo que s i viviera hoy, se entre-gara en cuerpo y alma -como lo hizoentonces- a in-tentar elevarla condicinhumana tanrebajada por elexceso de ma-terialismo.

    Cul es la

    riqueza prin-

    cipal que D.

    Baltasar deja

    en nuestra Ar-

    chidicesis?

    P. V.: No es fcil responder brevemen-te esta pregunta. Pero yo me inclinaraa decir que la riqueza principal que D.Baltasar dej a nuestr a Archidicesis,fue su ejemplo de Sacerdote Diocesa-no, siempre obediente al Ordinario dellugar y siempre Fiel a la InspiracinDivina sin dejar de buscar el asenti-miento de sus Superiores (tarea nosiempre fcil ni grata). Fue un Sacerdo-te Santo que nunca se bus c a s mismoni busc honores dentro de la Iglesia;slo busc el Bien de los ms necesita-dos y dio toda s u vida por ellos.

    Su contri-bucin a laorganizacinCatequst icade la Archi-d i c e s i s No olvidemos

    que fue un catequista carismt ico, conuna enorme capacidad de convocato-ria y que fue el primer Moderador Dio-cesano del Catecismo Compostelano yen l dej su impronta.

    Otra riqueza que dej a la Ar-chidicesis Compostelana son sus

    Fundaciones y, de un modo especial,la del Instituto Secular Hijas de la

    Natividad deMara, paraque seamoslas continua-doras de suMisin.

    Cmo est

    en este mo-

    mento el pro-

    ceso de cano-

    nizacin de

    D. Baltasar?

    P. V.: Esten la recta final de su Beatificacin.Pasados el Proceso Diocesano y el de

    Roma, se halla a la espera de u n mila-gro que sea con siderado vlido y sufi-ciente a los ojos d e la Sagrada Congre-gacin para las Causas de los Santos.Tenemos que pedir al Seor nos regaleese ansiado milagro para que sea unagozosa realidad su Beatificacin. Mstarde vendra la Canon izacin.

    Estamos muy ilusionadas y es-peranzadas.

    Pastora Vega DelgadoVice-Postuladora de la Caus a

    de Canonizacin de D. Baltasar

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    Ju lin te ha pedido que ini-

    cies el Centro de Orientacin

    Familiar de la dicesis. Podras ex-

    plicarnos que es un COF?

    L. G.: El COF es un s ervicio que aco-ge y apoya a familias, y parejas o per-sonas que necesiten ayuda en el m-bito familiar. Adems, tambin puedeofrecer orientacin especfica en lo re-lativo a todos sus ciclos vitales.

    Te ests inspirando en otros COF

    que ya existen?

    L. G.: Lgicamente estamos en con-tacto permanente con aquellos otrosCOF que nos ofrecen una experiencia

    ms interesante. Participamos, ade-ms, en los encuentros de mbito na-cional que se organizan.

    Con qu recursos materiales y hu-

    manos cuentas?

    L. G.: Vers, u n COF no puede de-pender de una nica persona, lo in-tegramos un equipo de profesionales:psiclogos es pecialistas en terapia fa-

    miliar, con formacin especfica tan-to en orientacin como en mediacinfamiliar, abogados con sensibilidady experienciaen este cam-po, trabajadorsocial, mdicopara recono-cer y promoverfactores de sa-lud. Adems,al estar enco-mendado a laDelegacin dePastoral Fami-liar, contamoscon el apoyode sus Delega-dos, que adems de ser parte de su

    equipo directivo, estn activamentecomprometidos en este proyecto. Suscatequesis de prepar acin al matrimo-nio son u n material de referencia parala dicesis y para este COF.Cules sern las actividades con-

    cretas que llevar a cabo el COF?

    L. G.: En este ao nos centraremosen dos objetivos muy concretos: dar aconocer este s ervicio para que la gen-te que nos necesite pueda contar con

    nosotros ; y centrarn os en la acogida yayuda a las familias, parejas y perso-nas que estn pasando por momentosde dificultad. Con el tiempo, tenemosprevisto ampliar los ser vicios.

    Cul es la identidad que caracteri-

    za a este COF?

    L. G.: La de ser un s ervicio que desdela dicesis se presta a quien lo nece-

    site, independientemente de su con-dicin. Cuando lo dimos a conocer al-guien nos dijo: Pero, entonces, esto

    es como Cri-tas? Pues s,Critas seraun modelo enel que fijarnosy con quien co-laboramos enla red de ayudaa las familias.Por otra par-te, trabajamospara que seanlas personaslas autnticasprotagonistas

    de sus vidas; por eso respetamos sus

    valores y creencias.

    Cmo podrn ponerse en contacto

    las familias con el COF?

    L. G.: Llamndonos al 620 880 184 obien envindonos un correo a [email protected] Nuestrasede est en Santiago y, gracias a lacolaboracin activa de Accin Catli-ca, contamos con un amplio local enla calle Pexego de Arriba, 2.

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    No es difcil o costoso trabajar en

    un m bito de dificultades?

    L. G.: No es fcil, pero entendemosque nuest ra fe cristiana tiene que con-cretarse en acogida y actitud de ser vi-cio; adems contamos con las p ropiaspersonas que acuden al Centro. Ellasson el mayor recurso; te sorprende-ras de su capacidad para remontarsus dificultades.

    Entrevista a:Luis Garca Bernadal

    Director del COF diocesano

    l documento de instruccionesprevias est pensado para de-

    finir la voluntad de una persona so-bre los cuidados futuros de su salud ypara ayudar a las personas que debandecidir en su lugar cuando ella ya nopueda hacerlo por s misma. Se cum-plen 10 aos de su acogida por nues-tro ordenamiento jurdico (Ley 3/2001de Galicia y Ley 41/2002 de E spaa) .Aunque no est de ms recordar quefue la Conferencia Episcopal Espa olauno de los primeros agentes socialesen hablar del tema en nuestro pas, yya en 1989 su Departamento de Pas-toral de la Salud elabor y difundi eldenominado testamento vital, quetrad uca la expres in living will, acu-ada en Estados Unidos unos aosantes.

    Cmo se financian vuestras activi-

    dades?

    L. G.: El COF es un ser vicio gratuito.Nuestr a opcin es clara: quisimos quese diera a conocer a travs de Critaspensando primero en la gente que notiene recursos, au nque el servicio estabierto a todos. Todos los que inte-gramos su equipo somos voluntarios.Como es lgico, el mantenimiento delservicio conlleva unos gastos. Conta-mos con la ayuda de la Delegacinde Pastoral Familiar y, como ya dije,con el local y colaboracin de AccinCatlica. Con todo, a los usuarios lesofrecemos la posibilidad -si quieren opueden- de colaborar con el Centro.

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    namiento jurdico,a la lex artis nilas que no se co-rrespondan con elsupuesto de hechoque el interesadotenga previsto en elmomento de mani-

    festarlas. Adems,las instruccionesprevias podrn re-vocarse librementeen cualquier mo-mento.

    La efectividadde este documentoexige que el m ismopueda ser conoci-do precisa y opor-tunamente por losprofesionales dela salud a los que,

    en su momento,corresponda laresponsabilidadde la asistenciasanitaria que

    deba prestrse-le. Por ello en2007 se cre elRegistro gallegode instrucciones

    previas. Es un Registro dependien-te de la Consellera de Sanidad, en elcual los otorgantes del documento deinstru cciones previas, si as lo deseany cumpliendo los requisitos estableci-dos, podrn inscribir su documento deinstrucciones previas o, si es el caso,su sustitucin o revocacin. La fina-

    El texto nor-mativo gallego, mo-dificado por la Ley3/2005, dice as:Por el documentode instruccionesprevias, una perso-na mayor de edad,

    capaz y libre, ma-nifiesta anticipada-mente su voluntad,a fin de que stasea cumplida en elmomento en quellegue a situacionesen las que por lascircunstancias nosea capaz de expre-sarla personalmen-te, sobre los cuida-dos y el tratamientode su s alud, o, unavez llegado el falle-cimiento, sobreel destino de sucuerpo o de losrganos del mis-mo. El otorgante

    del documentopuede designar,adems un re-presentante paraque, llegado elcaso, sirva como interlocutor suyocon el mdico o el equipo sanitariopara procurar el cumplimiento de lasinstrucciones previas.

    Lgicamente, como la propialey recoge, no sern aplicadas las ins -trucciones previas contrarias al orde-

    en todo elt e r r i t o r i onacional, elRegistro ga-llego est co-nectado conel Registronacional querecoge lasi n s t r u c c i o -nes previasinscritas enlos distintosregistros au-tonmicos.

    El testamento vital es un recursopara vencer la consp iracin del silen-cio. Permite que el paciente defina sucomprensin de la calidad de vida y dela futilidad, aportando tran sparencia ala limitacin del esfuerzo teraputico.Se escribe para expresar las convic-ciones ms profundas de la persona, yde esta manera ayudar a los mdicos ya los familiares a respetar al paciente.En nuestro caso, es muy importanteque refleje nuestras creencias religio-sas y nuestr o deseo de recibir asisten-cia espiritual en el ltimo tramo denues tra vida. El mdico de familia sinduda puede ser una gran ayuda paraelaborar el testamento vital. Una vezinscrito, es buena cosa que la familia

    sepa que existe.

    Debe fomentarse, por consi-guiente, su conocimiento y su uso en-tre los ciudadanos. Puede obtenersems informacin sobre este asunto enla web del SERGAS (www.sergas.es),en donde hay un modelo de documen-to y las direcciones en donde puedeinscribirse.

    J os Ramn Amor Pan

    lidad del Re-gistro es quelos profesio-nales sani-tarios sepanf c i l m e n t eque el enfer-mo que estntratando haotorgado do-cumento dei n s t r u c c i o -nes previas ypuedan, porc o n s i g u i e n -

    te, consultar su contenido llegada lasituacin en que sea neces ario tenerloen cuenta.

    La ausencia de inscripcin noimpide su aplicabilidad, pero sta eslgicamente mucho ms complicada.Con el fin de garantizar su eficacia

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    Dentro del mbito acadmico uni-versitario, mucha gente anhela vivir lapresencia de Dios. En s ilencio, alberganen su corazn el deseo de que Dios nosea recluido o marginado, ni objeto deburla. J un to al dilogo fe-ciencia, valo-ran la doctrina s ocial de la Iglesia como

    un faro que puedealertar de las tenta-ciones que padecenla economa o la po-ltica. Aprecian quela investigacin y lamedicina trabajencon criterios ticos.

    Se admiran con la literatura, el arte o lahistoria, sobre todo cuando brotan dela ms limpia inspiracin. La riqueza

    que brota del esp-ritu humano, les ha-bla de Dios.

    Quisiera referirme,por ltimo, a los sa-cerdotes que en elltimo siglo fueronprofesores universi-tarios en Santiago deCompostela. Por ci-tar tres ejemplos: elP. Garca Oro, OFM;el P.Lpez Calo, SJ ; D. Eu genio GarcaRodeja. Sacerdotes yprofesores; todo en

    uno, no por separa-do. Porque el amorde Cristo no es unobstculo, sino unincentivo para andarpor los caminos delsaber; la motivacin

    ms profunda para servir al ser huma-no, tambin en la U niversidad.

    Jos Snchez PisoDelegado de Pastoral Universitaria

    xitos; sorprendindose de que la vidano era tal y como se la haban imaginado.

    Descubrimos, por otro lado, aquien simplemente busca en la Univer-sidad una salida profesional o un pues-to de trabajo que le proporcione su ne-cesario sustento;incluso, puede queprefiriesen otrasopciones, perohan de confor-marse con lo real-mente posible. Sepercibe, adems, a

    quienes han hecho del saber la pasinde su vida, encontrando en el estudioy la investigacin lo que da sentido asu tiempo. Localiza-mos con facilidad aquienes vibran dealegra enseando,comunicando lo quesaben y formando alos ms jvenes.

    He tratado dedescribir una comu-nidad muy humana.En medio de ella,la Iglesia quisieraencender la luz deCristo. La fe y losdiversos saberesque se cultivan en

    la Universidad estncondenados a enten-derse, porque lo quebuscan es la verdad.El Papa BenedictoXVI se vuelca espe-cialmente con estetema, relacionado con la evangelizacinde la cultura; nos ha ofrecido las mejo-res orientaciones en sus discursos de

    Ratisbona, la Sapienza o El Escorial.El Romano Pontfice atesora experien-cia como profesor y pastor en contactocon la Palabra de Dios.

    a fecha del 28 de enero, festividad

    de Sto. Toms de Aquino, nos ofre-ce la ocasin para reflexionar acerca dela UNIVERSIDAD, desde un punto devista cristiano.

    Los hombres y mujeres de la uni-versidad son gente corriente, con losmismos anhelos y tristezas, preocupa-ciones y fracasos, miedos y alegras.Encontramos es tudiantes, llenos de ex-pectativas, ante encrucijadas en las quedeben tomar decisiones; enfrentndo-se, quizs, a sus primeras frustracionesacadmicas o afectivas y tambin a sus

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    mente- nonme chegan;agtanse eisto permite-nos facer oclculo.

    A p a r -te do templop a r r o q u i a l ,hai outra ca-pela con cul-to, na zonar e s i d e n c i a lde A Caeira:

    a Capela de San Antonio, antiga Cape-la semipblica do Pazo dos marqu esesde Riestra, que hoxe parr oquial.

    Facemos campaas puntuais.Por exemplo, mercmoslle un cochea un misioneiro nativo en Camern,anos atrs. Nese mesmo pas finan-ciamos a construccin de tres pozosde auga. Costruimos unha cooperati-va de costura en Madagascar.

    A parroquia conta con variaspublicacins. Por un lado contamos

    cunha follap a r r o q u i a l .C h a m b a s ePoio na saprimeira eta-pa, e inaugu-rouna o P-rroco de S.Xon de Poio-hoxe prro-co de Conxo,en Santia-go- candoun servidoracababa de

    chegar. Na s egunda etapa ampliouse aquince parroquias nesta zona circun-dante a Pontevedra, e o seu nome foiTambo. Agora, nunha terceira etapa,volve chamarse POIO, e s se impri-me para esta parroquia.

    Ademis, temos unha publica-cin mensual que repartimos o da doaniversario da construccin do tem-plo no mes de novembro. Levmolofacendo estes 11 an os que ten de vida.Na Misa de accin de grazas entreg-mosllela a tdolos fregueses como re-cordo. No Nadal tamn imprimimosalgunha cous ia especfica como ali-mento que axude a vivir este tempodo nacemento de Xess.

    A imaxe do Divino Salvador foifeita por un amigo da infancia, que tra-balla de memoria. Chmase RamnManzano e un artista que vive en ACorua. Entregouma de sorpresa, amodo de regalo.

    Un desexo? Un plus de colabo-racin e implicacin; sempre ser benrecibido.

    Vicente CerdeiriaPrroco de Divino Salvad or de Poio

    templo novo da parroquiade Poio ten 11 anos. Pero

    a antiga igrexa data de principiosdo S. XVII, segundo os librosparroquiais mis antigos que seconser van. A caixia que gardaa chave do Sagrario, a imaxe doDivino Salvador e a Pa Bautis-mal, permanecen como vestixiosdaquela primeira hora, dos quepodemos disfrutar anda na novaconstruccin parroquial.Son prroco aqu dende hai 33

    anos (1978). E levo ordenado sa-cerdote arredor de 40.

    Na parroquia funcionan di-versos grupos: Equipos de Nues-tra Seora, Grupo de Catequis-tas, Grupo de Critas e o GrupoBblico. Temos arredor de 2.300familias. A referencia para sbe-lo o reparto da folla parroqu ial,con 2.200 nmeros e -normal-

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    n e c e s a r i o spara que losinvestigado-res puedansentirse c-modos en sutrabajo cien-tfico.

    Lleva mu-

    cho tiempo

    en Santiago

    como pro-

    fesor, pero

    an conser-

    va una tarea pastoral en

    su Dicesis?

    S. P.: Vinea Santiagoa peticinde los obis-pos de Galicia hace ms de 25 aos,procedente de la Universidad Pontifi-cia de Salamanca. Para m se fue unmomento decisivo en la vida. Por obe-diencia opt por trabajar en Galicia enel mundo de la teologa y, en general,de las relaciones entre fe y cultura.Me he s entido muy feliz en esta tarea.A ella se han unido otras funcionesque me han encomendado mis obis-pos: formador del Seminario, varias

    delegaciones diocesanas y otras ac-tividades de lo ms variado en la vidapastoral.

    Hblenos de su corazn parto: a

    qu rincn de Galicia se siente ms

    unido?

    S. P.: Dentro de mis tareas acadmi-cas y de estudio siempre he procuradoejercitar mi corazn de pastor en con-tacto con la gente sencilla. A un s acer-dote que no tiene vida pastoral direc-

    ta, por muyi m p o r t a n t eque sea sutrabajo in-telectual, sele va secan-do el alma yacaba teori-zando msque ofertan-do una ex-periencia deseguimientode Jesucris-to. En este

    sentido mesiento unidoa las tierrasde Parga,porque enesa zona herealizado mitrabajo pas-

    toral; all tengo familia carn al y familiaeclesial a la que me siento m uy cerca-no. A ello tengo que aad ir Santiago,en donde me siento mu y bien acogido.Nunca me sent aqu en mies ajenasino en un campo de trabajo eclesialvivo y ap asionante.

    Vd. hereda un trabajo amplio reali-

    zado hasta ahora. Hblenos de l.

    En qu ha consistido fundamenta l-

    mente?

    S. P.:La labor realizada en el ArchivoCatedralicio en los ltimos 40 aoses verdaderamente impresionante. Lacatalogacin de fondos, el gran traba- jo de digitalizacin llevado a cabo yla especializacin de la gente que hatrabajo en todo ello son ciertamentemodlicos.

    El documento de mayor antigedad

    en el Archivo del Catedral es

    mo lleg al mundo de

    la archivstica?

    S. P.: Llegu siendo un sacerdote jo-ven, al preparar mi tesis doctoral di-rigida por el gran maest ro P. AntonioGarca OFM, dado que la documenta-cin utilizada estaba manuscrita en s u

    casi totalidad. Luego he trabajado endiversos archivos, por ejemplo el Ar-chivo Secreto Vaticano, al cual acudoun mes al ao desde hace bastantesaos.

    Qu formacin se requiere?

    S. P.:Un conocimiento de las fuentesy mtodos actuales de archivstica,lo cual no es muy difcil; se requieretiempo para familiarizarse con los fon-dos custodiados y los instrumentos

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    S. P.: Son varios documentos que seremontan al siglo IX; y hasta el sigloXII son ms de 11.500 los aqu custo-diados, lo que hace de ste unos de losarchivos eclesisti-cos ms importan-tes de Espaa.

    Qu personajes

    interesantes han

    dejado su hu ella en

    este archivo, sea

    por su mecenazgo

    y preocupacin o

    por ser citados en

    l?

    S. P.: La labor decustodia y organi-zacin del Archivose inicia en la EdadModerna y el maes-tro del pasado fueel gran historiadory Cannigo Archi-vero, Don AntonioLpez Ferreiro, fi-gura seera para lahistoria de Galicia.Y en s egundo lugar, sin lugar a du das,la figura ms relevante en la actua-lidad y para el futuro es D. J os MDaz Fernndez, que deja un Archivoactualizado y con una p raxis de traba-jo que es la mejor garanta del futuro.

    Y si apa rece el Cdice Calixtino , qu

    suceder?

    S. P.: Que seguiremos trabajandoen la lnea actual,lo guardemos contoda ilusin y, sinduda, que no tarda-r en volver al lugarde donde nunca de-biera haber salido.

    Por qu cree que

    sabemos poco de

    nuestro A rchivo?

    S. P.: Hay muchagente que sabe mu-chsimo del Archi-vo. Sin embargo, esprobable que stesea un reto parael futuro. Por otraparte, ah se guardala gran memoria dela sociedad y de laIglesia gallega. Y sinmemoria no se pue-de construir futuro.

    Un pueblo sin memoria es un pueblosin alma. De ah la importancia y elcompromiso que con esta institucintiene toda la sociedad gallega.

    por Redaccin

    n certo modo, ese si obedece

    a unha inercia histrica; postoque todos temos asumida a imaxe doclsico pobo indio americano que ado-ra ao Deus qu e fai caer auga do ceo ataque... entra en contacto cos coloniza-dores occidentais, que co seu sabercientfico lle matan ese Deus ao des-cubrirlles que a chuvia un fenme-no natural. Este exemplo un clsico

    para ilus-trar comoo avanceda luz daciencia vair e c u r t a n -do a som-bra do do-minio dosen t im en-

    to relixio-so creado para dar explicacin ao des-coecido. O argumento extraplaseata o extremo de afirmar que calqueraidea de Deus ser exterminada, mistarde ou m is cedo, pola ciencia, o cu-mio da capacidade intelectual da nosaespecie.

    Esa capacidade humana pls-mase perfeccin na brillante e fer-mosa Teora da Relatividade Xeral de

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    - Barca de Sant iagoRevista diocesana

    esta unha postura que ato-pei na maiora dos grandes cientficosque coezo; de feito, unha en quisa darevista Nature concluiu que a maioradeles non atopan incompatibilidadeentre a sa condicin profesional ea solucin relixiosa para a preguntasobre a creacin. Moitos fsicos esta-mos nese bando. E que xa o dicaEinstein: difcil para un fsico esca-par dun certo sentimento relixioso,na forma de asombro extasiado ante aharmona e beleza da lei natural.

    J orge Mira PrezCatedrtico de Electromagnetismo

    Departamento de Fsica Aplicada

    Universidade de Santiago de Compostela

    nun marco no que necesitamos poerun principio e un final s cousas...

    Nos medios de comunicacinvemos a coto que esa reflexin fun-damental (e innata condicin huma-na) esquecida e mesmo explotadacomercialmente, como no anunciofeito pola empresa editora do ltimolibro divulgativo de Stephen Hawkinge Leonard Mlodinow (El gran dise-o), que causou un enorme rebum-bio por anunciar aos potenciais com-pradores do libro que al veran algoas como unha demostracin de que

    Deus non existe (anda que, en reali-dade, no libro non se diga iso).

    Dicir que o universo se creou apartir da nada tan acto de fe comodicir que foi creado por Deus. A cien-cia non poder matar a Deus demos-trando que o todo partiu da nada , nintampouco demostrar a sa existencia.mbalas das posturas son indemos-trables cientficamente por n on existirun algo sobre o que a ciencia poidapousar os seus ollos para desenvol-ver un razoamento. Que queren quelles diga: a min parceme duro razoarque da nada poida sar algo mis quea nada (ollo, o baleiro do universo algo que xa ten existencia en si mes-mo, moi diferente da n ada).

    Albert Einstein (1916), que explica amecnica do universo. Para iso basa-se nun ha vara de medir que, aparte deestar fabricada coas tres dimensinsespaciais (longo, largo e alto), incor-pora unha cuarta: o tempo. Esta cir-cuns t anc i aconleva queesa vara demedir sevai inflan-do co pasodo tempo e,

    polo tanto,que o uni-verso tamn se vai inflando. Que vaiamedrando implica que no pasado es-taba mis concentrado e, indo ata olmite, a Fsica concle que hai uns14000 millns de anos o universoque habitamos tivo unha orixe: o BigBang, a orixe da materia da que esta-mos feitos, a orixe do noso espazo, aorixe do noso tempo; unha idea, porcerto, concebida por primeira vez polosacerdote catlico e fsico belga Geor-ges Lematre (1894-1966).

    As evidencias experimen-tais confirman cada vez misesa imaxe predita pola teo-ra do sacerdote belga, unhaindubidable victoria da nosaintelixencia, que descobreque o que nos rodea se rexepor unhas leis coecidas antecuxa fermosura nos extasia-mos. Os astros estn someti-dos gravidade e o homo sa-piens o paso mis recenteda evolucin natural dunha

    vida que prendeu no noso planeta haiuns 3 000 millns de anos. Agora ben,a Fsica traballa e triunfa porque tenalgo no que pousar os ollos e respon-der s preguntas. Pero... que ocorrercoa pregunta esencial? De onde saiu

    todo isto?

    a pre-gunta mise l e v a d aque podeformular o

    ser huma-no: de onde

    saiu isto do que estamos feitos ns eo que nos rodea? As leis da cienciarexen a evolucin do que coecemos,pero tirando do fo chegar un puntono que atopemos os abismos da nada e o infinito (mesmo o tempo parecenon ir mis al do Big Bang), e osconceptos de nada e infinito sonnostan imposibles de aprehender como oconcepto de Deus, dada a nosa natu-reza finita. Que imos dicir do infinitoou a eternidade uns seres qu e vivimos

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    ara la mayor parte de los pro-fesionales de la informacin,

    como para la casi totalidad de los cre-yentes, los sacerdotes y los obisposson la referencia nica de la IglesiaCatlica y de su doctrina en con junto,

    sin ms matices ni profundizaciones.Esto quiere decir que ellos son consi-derados como el origen y los adminis -tradores de las obligaciones moralesde los catlicos: Los curas dicen

    Los curasprohbenLos curaspermiten.

    No sesuele hacerreferencia, ocomentar, omatizar conc o n c e p t o scomo el Ma-gisterio dela Iglesia, la

    Teologa, etc.En la famosa expresin popu lar de yono peco porque no robo ni mato -enla que se da por supuesto que todo lorelacionado con el sexto mandamien-to es de ordinaria administracin par-ticular-, se compendian las obligacio-nes morales del creyente de base. Eneste contexto, el cura es el guardinde esa moralidad, es quien la mantie-ne, la hace ms es tricta o la relaja.

    No hay aqu tampoco ms ma-tizaciones. Entre otras cosas, porque

    algunos sacerdotes ejercen as. A unamigo mo le sucedi, durante unacena de un premio -en la que se ser vacarne un viernes de cuaresma, que lno quiso tomar- que un sacerd ote altofuncionario del obispado le indic que

    si tena reparo comer carne por serviernes l le exima de esa obligacinde abstinencia. Era una clara injeren-cia en la intimidad de u n fiel, pero re-forzaba abiertamente ese sentimientode ser administrador de obligacionesmorales.

    Al depender de l, incluso comopersona, el cumplimiento de actitu-des morales,muchos cre-yentes estndeseando verc o n d u c t a srelajadas enlos sacerdo-tes, porqueesa conducta

    relajada jus-tifica el rela- jamiento per-sonal. Ellostambin lo ha-cen, Ellostambin van aestos ambien-tes, Elestamn sonbos.... Inclu-so en conver-saciones privadas con los sacerdotes,hay creyentes que tratan con mayor

    confidencialidad de su s actitud es -yase s abe que en pblico tiene que decir,pero en privado- tratando de justi-ficar as una relajacin de las exigen-cias personales.

    Por lo tanto, el comn de la s o-ciedad considera que la Iglesia Cat-lica son los curas y que su doctrinadepende de lo que decidan y haganlos curas. Desde esta perspectiva, deellos, los sacerdotes, depende la ima-gen de la Iglesia Catlica.

    Arturo ManeiroPeriodista

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    ivir la fe: conversin y evange-

    lizacin

    El papa Benedicto XVI nos exhorta, enprimer lugar, a redescubrir la fe, en todassus dimensiones, para poder ser testigos

    de Cristo. La fe es una puerta que Diosabre para introducirnos en su vida nti-ma, a travs de la Iglesia (n.1). E sta vidaes la nica vida plena para el hombre.Actualmente, la profunda crisis de fepide redescubrir la fe cristiana de mane-ra nueva, para poder dar un testimoniocoherente de Cristo. Pero el testimoniocristiano pide, ante todo, la conversinpersonal, que lleva a implicarse en la

    nueva evangelizacin, es decir, en trans -mitir o comunicar la fe a otros. La fe,en efecto, crece cuando se vive como ex-

    periencia de un amor que se recibe y se

    comunica como experiencia de gracia y

    gozo. Nos hace fecundos, porque ensan-

    cha el corazn en la esperanza y permi-

    te dar un testimonio fecundo: en efecto,

    abre el corazn y la mente de los que

    escuchan para acoger la invitacin del

    Seor a aceptar su Palabra para ser sus

    discpulos(n. 7).

    Como consecuencia, redescubrirlos contenidos de la fe profesada, cele-brada, vivida y rezada, y reflexionar so-bre el mismo acto con el que se cree, esun compromiso que todo creyente debede hacer propio, sobre todo en est e Ao(n. 9).

    Conocer la fe: el Catecismo d e la Igle-

    sia Catlica

    En segundo lugar, en este docu-mento vaticano se nos dice que, por serla Iglesia el primer sujeto de la fe, elCatecism o de la Iglesia Catlica es, ennuestro tiempo, una referencia esencialpara conocer y hacer vida los conteni-dos de la fe.

    Por tanto, Benedicto XVI esperaque el Catecismo sea un apoyo para la feen el momento actual, que reduce el m -bito de las certezas racionales al de los

    logros cientficos y tecnolgicos, ayudan-

    do a mostrar que no hay conflicto entre lafe y la verdadera ciencia (cf. n. 12).

    Comun icar la fe: el testimonio cr istia-

    no de l amor

    En tercer y ltimo lugar, el tes-timonio cristiano se centra en el amor,fruto y prueba de la fe (cf. St 2, 14-18).Repasa el Papa la historia de n uest rafe a partir de J esucristo, inicio y con-sum acin de la fe (cf. Hb 12, 2) , y de larespuesta de Mara, de los apstoles ydems discpulos, los mrtires y todosaquellos llamados a dar testim onio desu ser cristianos: en la familia, la pro-

    fesin, la vida pblica y el desempeo

    de los carismas y ministerios que se les

    confiaban (n. 13). Seala BenedictoXVI: La fe sin la caridad no da fruto,y la caridad sin fe sera un sentimiento

    constantemente a merced de la duda. La

    fe y el amor se necesitan mutuamente,

    de modo que una permite a la otra seguir

    su cam ino. La fe es lo que nos permitedistinguir en los necesitados el rostro deCristo (Mt 25, 40).

    En definitiva, con esta carta, Be-nedicto XVI pone de relieve que la fecrist iana no es un puro sentimiento quepodra aislarnos de los dems y del mun-do; antes al contrario, es el nico cami-no para encontrar y comunicar la vidaverdadera y bella. La fe, que es prime-ro un don de Dios, transforma la propiavida, impulsa a la razn y lleva a poners eal servicio de todos; porque interpela ala razn y da sen tido a la vida, la fe pideconocer sus contenidos y ser vivida conautenticidad. La fe es vida y conocimien-to, impulso y resplandor, oferta libre yaventura de plenitud.

    Bienve GacaDirectora de la Librera Egeria

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    esde este foro tambin es con-veniente hacer referencia a la

    abnegada, pero persistente, labor dela Delegacin Diocesana de Ecume-nismo. No solamente se encarga derepartir los materiales adecuados paradicha celebracin, sino que tambinofrece, mediante el correo electrnico,informacin puntal sobre los diferen-tes acontecimientos ecumnicos a lolargo del ao.

    Ciertamente tenemos que cons-

    tatar que, a pesar d e que en la prcticatodas las dicesis espaoles tienen lasDelegaciones correspond ientes, ha ca-lado poco el problema ecumnico en elPueblo de Dios, comenzando por sa-cerdotes y religiosos. Muchas podranser las razones y en este corto es paciono las podemos analizar. Sin embar-go, ello no nos ha de hacer sentirnosajenos al compromiso ecumnico dela Iglesia Universal, que, en palabrasde J uan Pablo II y que Benedicto XVIha hecho propias, es una tarea impres-cindible e irreversible en nuestro mo-

    mento histrico(Ut unum sint3). La prueba latenemos en el re-ciente viaje papala Alemania, don-de ha dedicadosu atencin a lafigura de MartnLutero, aunqu e no llevara consigo unarehabilitacin, puesto que las diferen-cias eclesiolgicas son todava dema-siado profundas entre la Iglesia Cat-lica y las comunidades p rocedentes dela Reforma del siglo XVI. Basta una

    lectura atenta de la Declaracin Domi-nus Iesus de la Sagrada Congregacinpara la Doctrina de la Fe del ao 20 00o la Encclica citada (1995) para dar-se cuen ta de ello.

    El panorama ecumn ico se acla-ra ms an en las relaciones con lasIglesias Ortodoxas, una vez que se havuelto a des arrollar el dilogo ecum -nico interrumpido hace unos aos porla cuestin del uniatismo entre otras.En el ao 2007, con ocasin de la re-unin de Rvena, se pudo constatarpor ambas partes cmo la concepcinsacramental de la Iglesia constituye unmarco de unidad imprescindible paralas dos. Slo queda por examinar enprofund i da d

    la cuestindel ejerciciodel Prima-do de Pedro,que nuncafue negadopor los Or-todoxos. Eneste contex-to se entien-den tambinlos pasosque se estndando para

    realizar una visitadel Papa a Mos-c, viaje que tan-to deseaba JuanPablo II y que nopudo realizar porlas discrepanciascon el reciente-mente fallecido

    Patriarca Alexis II sobre el estableci-miento de dicesis catlicas en Rusiaen el ao 2002.

    Estos hechos demuestran que elecumenismo sigue vivo. Pero el esfuer-

    zo ecumnico no consiste slo en es-tablecer cauces de comunicacin conlos que no son catlicos, sino en llevara la conciencia del Pueblo de Dios adintra la necesidad del ecumenismo,como una n ueva forma de vivir nuestrapropia identidad catlica. Muestra deesta necesidad es el reciente rechazopor parte del grupo s urgido del obispocismtico Monseor Lefebvre al ofre-cimiento de solucin propuesto porla comisin Vaticana Ecclesia Dei.Como sabemos, ese grupo haba cues-tionado tres temas focales del Conci-lio: la libertad religiosa, la relacin conlas religiones no cristianas de ah susdeclaraciones en con tra del Encuentrode Ass-, y el ecumenismo. Por d esgra-

    cia, una de

    las razonesa p o r t a d a spara ese re-chazo esten que, su-p u e s t a m e n -te, dentro dela propia Je-rarqua Cat-lica tambinhay tambinvoces discor-dantes que

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    pretenderan volver a posiciones pre-conciliares en ste y en otros temas.

    Como se ve, hay mucho que ha-cer, como record el Papa BenedictoXVI en su homila ante el Colegio deCardenales, el 20 de abril de 2005; lo

    primero es una actitud de conversininterior que permita abrir el corazna los deseos de Cristo de que todossean uno (Jn17, 21). Es ele c u m e n i s m oespiritual, unade las grandespreocupacionesdel anterior Pre-sidente del Pon-tificio Consejopara la Unidadde los Cristia-nos, el CardenalWalter Kasper.Se haca eco delas inolvidablesafirmaciones del Concilio; en el De-creto Unitatis Redintegratio abri la

    puerta del Ecum enismo para la IglesiaCatlica y, segn eso, vale la pena re-cordar lo afirmado all: El movimien-to ecumnico est impulsado por elEspritu Santo (UR 1.4). Lejos deconstituir un paso h acia el relativismoeclesiolgico -como temen los profetasde calamidades-, el Decreto de Ecume-nismo establece los principios catli-cos que se han de mantener (UR 2-4).Solamente enunciamos el principal deellos (LG 8; 15 ; UR 3. 14s s): la IglesiaCatlica se entiende a s misma como

    la verdadera Iglesia, es decir, la formaconcreta mediante la cual la Iglesia deCristo encuentra s u ser visible e hist-rico (subsistit). La Iglesia de Cristono es u na realidad meramente invisiblesino que, siguiendo la ley imprescin-dible de la Encarnacin, ha de poder

    ser encontrada en su existencia hist-rica. Sin embargo, el mismo Concilioaade que fuera de sus lmites visibles

    se pueden en-contrar tambinmuchos elemen-tos de santidady de verdad.Ello implica co-nocerlos y reco-nocerles su ver-dadero carctereclesial, puestoque el Seor Je-sucristo se sir-ve de ellos para,por medio delEspritu, hacer-

    se presente como verdadero Salvador.Esto quiere decir que el Concilio nos

    viene a recordar que la divisin noha llegado a las races y que, en estesentido, es ms lo que nos une que loque nos separa. En Espaa no pode-mos, pues, ms que alegrarnos por lareciente firma del Documen to de reco-nocimiento mutuo del Bautismo entrela Comisin Episcopal de RelacionesInterconfesionales de la ConferenciaEpiscopal Espaola y la Iglesia Espao-la Reformada Episcopal (Anglicana).

    Benito Mndez Instituto Teolgico Compostelano

    ritas Diocesana de Santiagode Compostela lleva varios

    aos trabajando con inmigrantes,con programas especficos y concre-tos, para atender las necesidades ydemandas de este colectivo. Se tratade uno de los grupos con mayores pe-ticiones de ayuda y a los que se handestinados un n mero significativo deacciones durante estos aos. En lostiempos actuales, de incertidumbre ydesconcierto, se sigue trabajando paraque estas personas no decaigan en eldesnimo y continen luchando porlo que creen.

    Los inmigrantes que acuden ala entidad llegan desde varios puntosdel mundo, de pases muy distintos,con valores y costumbres diferentes,pero con algo en comn: buscan apo-yo y ayuda en el proceso de cambio.Algunos vienen para informarse sobrerecursos o asesorarse en trmites le-gales o bur ocrticos; otros por proble-mas econmicos, de vivienda, aloja-miento y manutencin, para formarsey capacitarse laboralmente, aprenderel idioma, buscar empleo o simple-mente- para hablar y ser escuchados.Todos ellos llegaron a nuestro pascon una finalidad: mejorar su cali-

    C

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    dad de vida y poder salir adelante. Laconstante habitual es que unos llegany otros se van; algunos cumplen susobjetivos y otros no.

    Nuestra misin es trabajar deforma intensa dentro de un marco co-mn en donde s e compartan posturasque nos p ermitan avanzar hacia delan-te, fortaleciendo siempre la dignidadde toda persona humana, y formandoparte de una sola familia. Como nosrecuerda el Papa Benedicto XVI, to-dos, tant o emigrantes como poblacio-nes locales que los acogen, formanparte de u na s ola familia, y todos tie-nen el mismo derecho a gozar de losbienes de la Tierra, cuya destinacines universal, como ensea la Doctri-na Social de la Iglesia. Aqu encuen-tra fundamento la solidaridad. Poreso Critas aborda el fenmeno de lainmigracin des de un a visin integral,

    acogiendo a todas las pers onasque vienen de otros lugares,independientemente de raza,religin o cultura, para quepuedan integrarse en nuestra

    comunidad. Nuestra labor conla inmigracin es -y seguirsiendo- la creacin de un es-pacio nico de convivencia, enel que todos seamos igualesy donde se puedan establecervnculos de apoyo y compren-sin, siguiendo la Doctrina dela Iglesia.

    Iria SandeCritas diocesana de Santiago

    anos Unidas, Campaa con-tra el Hambre, lleva 53 aosluchando con tra el hambre, la pobrezay el subdesarrollo y las causas que loproducen.

    Seguimos trabajando por alcan-zar el objetivo irrenunciable de nues-tra misin: acabar con la pobreza y elhambre. Sabemos que la pobreza afectaa las tres cuartas partes de la humani-dad impidiendo el desarrollo integralde las personas.

    Nuestros proyectos son educa-tivos, sanitarios, sociales, agrcola-ga-naderos y de prom ocin de la mujer.

    De las 71 Delegaciones que tie-ne Manos Unidas en E spaa, siete seencuentran en Galicia: A Corua, Fe-rrol, Santiago, Pontevedra, Vigo, Lugoy Ourense. En Galicia contamos con3.118 socios y un centenar de volun-tarios comprometidos en el trabajo deManos Unidas, que consiste en la sen-sibilizacin de la sociedad espaolapara dar a conocer y denunciar la rea-lidad de los pases empobrecidos, y enel apoyo y la financiacin de proyec-tos en frica, Amrica, Asa y Oceanapara colaborar con el desarr ollo de lospueblos del Sur.

    La Delegacin de San tiago cuen -ta con una delegada, M Jos Fernn-dez-Cervera, un Cons iliario, D. DonatoDosil Lago, y un equipo de voluntariosde 25 personas, responsables de lasdiferentes reas, como E ducacin parael Desarrollo, Parroquias, Economa,as como dos delegaciones comarca-les en Noia y Ribeira. Llevamos a caboactividades tales como distribu cin dematerial educativo en centros pbli-cos y privados, Curs os de Verano y deCine en Valores (en colaboracin conla USC), m aterial de sens ibilizacin entodas las parroqu ias de la Vicara y co-legios, atencin a los s ocios

    Este ao, en el contexto de UnNadal solidario, organizamos u na ex-posicin de Belenes que ha sido muyvisitada y en la que, por medio de laexposicin 50 aos de Manos Uni-das, tuvimos la oportunidad de acer-car nuestra labor al pblico en general.

    Como final y principio de ao, el4 de enero h emos tenido el IV Concier-to de Navidad a cargo de la Escolanade la Catedral ngeles d e Composte-la en el saln de actos del Consello daCultura Galega.

    Manos UnidasDelegacin de Santiago

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    cacin, que habaascendido al Cie-lo y derramadoel Espritu San-to, para que todoaquel que lo aco-giera pudiese viviren una dimensinnueva. Se me ilu-minaron muchascosas. Realmentevi que la fe venapor la predicaciny que la vocacinfundamental eraser cristiano y darfrutos de vida eter-na; las dems vo-caciones nacan desta.

    Gracia ex-traordinaria fuetambin hacer elcurso final de los es-tudios teolgicos enRoma. Fue un aode discernimiento.No todo haba ido bien en el semina-rio: en el hondn del alma no acababade encontrar la paz. Acompaado porun s anto jesuita de la Gregoriana hicelos ejercicios de San Ignacio. Y as,primero hemos de poner por obiecto

    querer servir a Dios, que es el fin, y s e-

    cundario tomar beneficio o casarme, si

    ms me conviene, que es el medio para

    el fin; as ninguna cosa m e debe mover

    a tomar los tales m edios o a privarme

    dellos, sino slo el servicio y alabanza

    de Dios nuestro Seor y salud eterna

    de mi n ima.

    Fue un disgusto para mis pa-dres, para la ta Cndida, para el en-tonces arzobispo, Monseor Rouco,supongo que para ms personas; pero

    yo haba visto quela voluntad del Se-or para m no erael sacerdocio. Noera un abandono,una desercinCmo podraun o vivir en paz y,sobre todo, haceroracin, despusde haber dicho unno a Dios?

    Volv a San-tiago y el Arzobis-po me ofreci dar

    clases de Religin.Me reintegr en lacomunidad neo-catecumenal y co-menc a salir conMarta, a la que yaconoca de la co-munidad; a los dosaos, nos casa-mos.

    En el matrimoniouno experimenta la gratuidad y ternu-ra del amor de Dios y que el encuen-tro con l pasa necesariamente por elcnyuge. Tambin uno descubre mu-chas limitaciones y pecados: qu cen-trado estaba en m mismo!

    Qu necesaria es la Gracia parapoder amar al otro tal cual es, para serhumilde y poder as pedir perdn ydejarse corregir! Realmente los sacra-mentos son fundamentales: sentirseperdonado por Dios lleva a poder per-donar; hacerse uno en la Eucaristacon Quien se entreg hasta la muer-te le hace a uno capaz de donarse sinreservas. Experimentar que Dios esPadre y que nos cuida nos h a permiti-do abrirnos sin reservas a la vida, no

    engo que dar muchas gracias aDios por mi historia: haber na-

    cido en una familia cristiana de padreshumildes y generosos (soy el octavode once hermanos), haberme criadoen Santiago con una ta-abuela muypiadosa, haber tenido como colegiosel Monasterio de las Benedictinas yla Catedral de Santiago. Fue tambinuna gracia inmensa pasar la adoles-cencia con los Misioneros Combonia-nos. La fe me llenaba de alegra y deesperanza, y me encantaba hablar deDios. Por todo esto, cre que el Seorme llamaba al sacerd ocio.

    Fue en el ltimo curso del se-minario en Santiago cuando conocel Camino Neocatecumenal. Fui a lascatequesis de inicio invitado por unamigo, pero con mu cho escepticismo:en mi soberbia pensaba que poco po-dan ensearme a m, avezado estu-diante de Teologa, unos catequistas.Pero el explcito anuncio del Kerigmame conmovi: Cristo muerto por mispecados, resucitado para mi justifi-

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    tener miedo a tener h ijos.Somos padres de once hijos,

    tres de los cuales n o llegaron a ver laluz de este mundo: Qu misterio lavida, de la cual no somos dueos s inosiervos! Experimentamos cada da laProvidencia de Dios. No nos falta denada y, gracias a Dios, no tenemosnada material que dejar a nuestros hi-jos porque ni siquiera el piso es nues -tro. Pero la mejorherencia es la fe enel Dios tres vecesSanto. Y es la trans -misin de esa fe loque ms nos impor-ta en la educacin denuestros hijos. Losdomingos rezamosLaudes todos juntos y tratamos deaterrizarles el Evangelio en sus vi-das, h acindoles ver que la Palabra deDios no es teora, sino que se cumplesiempre. Les hablamos desde nuestraexperiencia. Ellos saben que somosdbiles y pecadores y que muchas ve-ces tenemos que pedirles perdn pornuestra impaciencia y nuestro enojo,por aquello que deca Don Bosco deque al corregir y castigar obramosslo para hacer prevalecer nuestra au-

    toridad o para descargar nuestro mal

    humor.

    Cuando en el 2005muri mi padr e los lleva-mos a todos, salvo a losdos ms pequeos (por-que tenan 2 y 1 ao) altanatorio, al funeral y alentierro. Un hermanomo me dijo que cmollevaba a los nios a eso yle contest que si queraque les ocultase la reali-dad. Hoy el gran tab esla muerte y entiendo que

    se les oculte a los nios si no tienesuna palabra que darles y que ilumineun poco este misterio. Cuando sabesque eres un peregrino y que nuestrameta es el Dios que nos espera por-que nos ama, todo cobra un sentidonuevo.

    Por otra parte, los cuatro ma-yores tienen ya su comunidad y en

    ella hacen su cami-no de fe. Estamosmuy agradecidos aDios por el Cami-no neocatecumenalporque no slo valepara nosotros sinoque es una ayudafundamental para

    pasar la fe a los hijos. Vemos que esafe les ayuda a la hora de vivir el es-tudio, la relacin con los dems, lasexpectativas de futuro. Y pedimos ennuestra oracin que Dios llame a al-gunos de ellos a la vida sacerdotal oreligiosa.

    J ose Antonio Santiago

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    J o r n a d a M u n d i a l d e l a s M ig r a c i o n e sSalgamos al encuentro... abramos puertas

    El Papa nos invita a que las comunidades crist ianas prest en una aten cin particu-lar a los trabajadores inmigrantes y a su s familias, a travs del acompaamiento dela oracin, de la solidaridad y de la caridad cristiana.

    J o r n a d a d e O r a c i n p o r la u n i d a d d e l o s c r i s t ia n o sTodos s eremos transformados por la victoria de nuestro Seor J esucristo

    (1 Cor 15, 51-59)

    Octavario de Oracin en nues tra Archidicesis: www.pastoralsantiago.org

    J o r n a d a M u n d i a l d e l En fe r m o

    Creada por el Beato Ju an Pablo II, con esta J ornada comienza la Campaa de ora-cin, sens ibilizacin y celebracin entorno al enfermo, familias, visitadores, parro-quias, centros,.... y que culminar con la Pascua del Enfermo, el VI Domingo dePascua, que est e ao coincide el 13 de mayo.

    M a n o s U n id a s - D a d e l a y u n o v o l u n t a r i oLa salud, derecho de todos: Acta!

    Toda persona tiene derecho a un n ivel de vida adecuado que le asegure, as comoa su familia, la salud y el bienestar, y en es pecial, la alimentacin, el vestido, la vi-vienda, la asis tencia mdica y los ser vicios sociales necesarios.

    J o r n a d a Mu n d i a l d e l a I n f a n c ia M is io n e r aCon los nios de America hablamos de J ess

    Formar la conciencia misionera de los nios y, con sus oraciones, sacrificios ylimosnas, pres tar auxilio y cristiana ayuda a los nios de los pases de Misin.

    J o r n a d a M u n d i a l d e la Vi d a Co n s a g r a d a

    Organizada por la Comisin Episcopal para la Vida Consagrada en la fiesta de laPresentacin del Seor

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    n pandi-llero, un

    boxeador, una es-tudiante, un escul-tor, una actriz. Nohay dos iguales.Una empresaria,

    un malabarista,una escritora, unamodelo, un terro-rista...

    Dios salt asu vida de modos o r p r e n d e n t e .Tuvieron miedo.Pero aseguran quesalieron ganando.En Mxico, J a-pn, Francia, Chi-na, Espaa, Estados Unidos estnpor todas partes!

    Te puede pasar a ti: una seriede captulos en los que se presenta lavida de gente comn de manera direc-ta, sin adornos y con una experienciade conversin que da qu pensar. Unchico metido en drogas, con la expe-riencia de la muerte cercana, con elinfierno pintado por l en una paredde su cuarto, traficante de porno,totalmente perdido hoy, es cura!Cmo?

    En Te puede pasar a ti vemoshistorias como s ta. Todo tipo de per-sonas descubren a Dios en sus vi-das. Un Dios que sabe de qu maneraexacta convertir sus corazones porque

    les conoce.Al final de la pelcula, el di-rector va mostrando cadahistoria a jvenes muy dis-tintos entre ellos y de unmodo sen cillo empieza a ha-blar con ellos, a preguntarlessobre sus impresiones, paraacabar hablando de Dios yde la posibilidad de una vidacon l. Sorprende muchover el inters por hablar deDios y consigue derrumbar

    muchos estereotipos de indiferencia ycrtica fcil hacia Dios. Lo que en rea-lidad vemos es una bsqueda Dios.Un Dios que es tan bueno y da tantoamor que cuesta creerlo.

    os Ramn Aylln esun profesor que escribe

    muy bien. Ha hecho libros detexto y ensayos sobre tica y fi-losofa. Su pasin es la educa-cin, tema sobre el que actual-mente imparte interesantes ydinmicas conferencias; unode sus ltimos libros es 10claves de la educacin. Se haatrevido tambin con n ovelaspara jvenes, como Vigo esVivaldi, con no table xito.

    El ttulo de nuestrolibro se inspira en el anun-cio que hace unos aos apareci en algunos autobuses:Probablemente Dios no existe, y el cons iguiente de-bate que esto s uscit en la opinin pblica.

    Francis Collins, Ernesto Sbato, Fidor Dostoie-vski, Tatiana Goricheva, C. S. Lewis, Andr Frossard,Edith St ein, Vittorio Mesor i, Narciso Yepes y Gilbert K.Chesterton son los protagonistas de este libro. Crecie-ron agnsticos, ateos o indiferentes al hecho religiosohasta que, en un momento de sus vidas, se convirtieronal cristianismo. Aylln nos cu enta cmo s e produjo esecambio radical y sus respuestas a los interrogantes quehoy se plantean sobre la existencia de Dios, J esucristo,la Iglesia...

    Libro oportuno, claro y a la vez riguroso, que pue-de hacer mucho bien. Parte de l est sacado de una obraanterior del autor, hoy descatalogada: Dios y los n ufra-gos. Derriba el tpico tan extendido de que la fe es unsaber imperfecto y primitivo, que no puede convivir conla ciencia, la razn o la excelencia. El Dios de la Bibliaes tambin el Dios del genoma. Se le puede adorar en la

    catedral o en el laboratorio, porque su creacin es majes-tuosa, sobrecogedora, complejsima y bella, y no puedeestar en guerra cons igo mismo. Slo nosotros, humanosimperfectos, podemos iniciar tales batalles. Y slo noso-tros podemos terminarlas (F. Collins).

    Y para ter minar, las palabras d e Narciso Yepes qu eencontraris en el libro: Dios no con taba en mi existen-cia. Pero luego pude saber que yo siempre haba contadopara l. Fue una conversin sbita, repentina, inespera-da y muy sen cilla. Yo estaba en Pars, miran do al Sena,viendo fluir el agua. Era por la maana. Exactamente, el18 de mayo. De pronto, le escuch dentro de m Fueuna pregunta, en apariencia, muy simple: Qu estshaciendo?. En es e instante, todo cambi para m.

    en algunos autobuses:

    U

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