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    cologa y Ciencia Socialiversidad Nacional Autnoma de Mxico

    [email protected] (Versin impresa): 1405-5082XICO

    2004Mara Martina Casullo

    SNTOMAS PSICOPATOLGICOS EN ADULTOS URBANOSPsicologa y Ciencia Social, ao/vol. 6, nmero 001

    Universidad Nacional Autnoma de MxicoDistrito Federal, Mxico

    pp. 49-57

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    mailto:[email protected]://www.redalyc.org/mailto:[email protected]
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    CienciaSocial

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    Introduccin

    La gestin de polticas de salud mental que con-templen las necesidades de los actores socialesnecesita apoyarse en resultados de estudios epi-demiolgicos serios que muestren tasas reales deprevalencia e incidencia de una psicopatologa.La salud y la enfermedad son estados diferentesde adaptacin al contexto; segn sea el entornoambiental variar el concepto de bienestar fsicoy psquico, permanentemente alterados por loscambios abusivos que el ser humano incorporaen su hbitat concreto de residencia. Las trans-formaciones externas son interiorizadas por lossujetos dando origen a factores psicosocialesnocivos que pueden afectar los comportamientosbiolgico y psicolgico sanos (Editorial, 1991). La

    epidemiologa emerge como un mtodo de in-vestigacin inapreciable para obtener una visinglobal de la problemtica salud-enfermedad yconocer las necesidades individuales y sociales afin de racionalizar y humanizar el sistema sanitario(Mart Tusquets y Murcia Grau, 1988). Estudiosdiversos realizados en el campo de las cienciassociales y de la salud han mostrado que existe unarealidad biolgica (el organismo vivo), una reali-dad epidemiolgica (natural o artificialmente seconstata la presencia de factores de riesgo ligadosal ambiente social y a las formas de vida) y unarealidad social y cultural que condicionan diferen-cias en la poblacin frente a la salud, la enferme-dad y la muerte. Abordar seria y cientficamentelos problemas de salud mental exige la dimensinepidemiolgica (Casullo y Quesada, 2003).

    Sntomas psicopatolgicos en adultos urbanosPsychopathological symptoms in urban adults

    MARAMARTINACASULLO*

    Aceptado: junio de 2004

    Resumen

    Se presentan datos sobre sntomas psicopatolgicos obtenidos mediante la administracin de la versin en espaol dellistado de sntomas SCL-90-R (Derogatis, 1994) a muestras de adultos de poblacin general (760) con edades entre 25 y60 aos. El objetivo central del presente trabajo esestudiar los sntomas psicopatolgicos en adultos que residen en mbitosurbanos mediante la administracin de la versin en espaol del listado de sntomas SCL-90-R, a fin de poder aplicar latcnica mencionada en estudios epidemiolgicos. No se han encontrado diferencias estadsticas significativas, segn sexos,para las dimensiones hostilidad, psicoticismo e ideaciones paranoides. Si se tiene en cuenta la variable edad, entre las mujeresmayores (44 a 60 aos) es ms elevado el ndice de Malestares Positivos que entre los varones de ese grupo etario, en

    tanto que los varones ms jvenes (25 a 36 aos) revelan valores promedios ms altos que las mujeres de la misma edaden obsesiones y compulsiones.Palabras clave: Adultos. Epidemiologa. SCL-90-R.

    Abstract

    A Spanish version of SCL-90-R (Derogatis, 1994) was administered to a sample of adults who live in Buenos Aires city andits suburban area. The aim of the study was to obtain local data on psychopathological symptoms administering the SCL-90-R in order to be able to use it in epidemiological studies. The checklist was answered by 760 adults aging 25 to 60years old (general population). We found statistical significant gender differences in most of the psychopathological dimensionsassessed but there were not found for the dimensions hostility, paranoid ideations and psychoticism. When analyzing thevariable age, we found that the Positive Disorder Index is higher among older women (44 to 60 years old) and thatobsessive-compulsive symptoms are higher in younger men (25 to 36 years old).Key words: Adults. Epidemiology. SCL-90-R.

    * Doctora en Psicologa, profesora titular de la Facultad de Psicologa, Universidad de Buenos Aires; investigadora delCONICET y directora del Doctorado en Psicologa en la Universidad de Palermo. Tucumn 2162. 8vo. A. (1050), ciudad deBuenos Aires, Argentina. E-mail: [email protected]

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    En los estudios epidemiolgicos pueden sea-larse diferentes etapas. Una de tipo descriptivo,que se ocupa de identificar los problemas y loscasos importantes. En la analticase formulan lashiptesis vinculadas con las etiologas posibles, enla experimental se verifican esas hiptesis pormedio de la observacin e investigacin y en lacuarta o interpretativase evalan y discuten los

    resultados. La epidemiologa, como disciplina delcampo de la salud humana, requiere del uso detcnicas vlidas y confiables para hacer diagns-ticos a nivel poblacional o comunitario. La aplica-cin adecuada de ellas permitir conocer losfactores asociados con el surgimiento de la es-tructura patolgica en contextos colectivos, ascomo evaluar los programas preventivos y derehabilitacin que se lleven a cabo.

    Algunos autores proponen mtodos alternativosa fin de poder comprender y determinar la po-sibilidad de su aplicacin. Los denominados estu-

    dios descriptivos tienen por objetivo estimar tasasde prevalencia e incidenciade un trastorno, ascomo las tasas de mortalidad. Los estudios llama-dos analticos intentan explicar la conformacin dela enfermedad, su construccin. Los trabajos detipo descriptivo establecen relaciones entre unapatologa y variables sociales y culturales comosexo, nivel de posicin social, edad, etnia o cultu-ra, estado civil y regin geogrfica donde habitanlos sujetos estudiados (Beaglehole, Bonita y Kjells-trom, 1994; Friedman, 1975).

    Cuando se trata de estudiar la dimensin epi-demiolgica de los procesos psicolgicos (cogni-tivos, afectivos y psicosociales) el gran desafo pasapor la definicin tanto conceptual como operacio-nal de los constituyentes del denominadoprocesosalud/enfermedad. Cmo puede caracterizarseuna conducta o comportamiento psicolgicamen-te sano? Existe cierto consenso para analizar lasformas posibles de las psicopatologas? Hablar deconsenso supone poder analizar tanto constructosuniversales ticos como aquellos que son cultu-ralmente especficos micos (Daz Loving, 1998).

    El gran desafo es poder concretar psicodiagns-ticos vlidos y confiables a nivel comunitario.En este trabajo se presentan y analizan datos

    argentinos obtenidos mediante la administracinde un listado de sntomas (SCL-90-R) que puedeser utilizado en estudios epidemiolgicos a fin dedetectar poblaciones en riesgo (screening). Nu-merosos artculos publicados analizan este listadode sntomas. Vassend y Skrondal (1999) estudianla estructura factorial de la prueba y sealan algu-nas inconsistencias en las nueve dimensiones que

    evala; un trabajo llevado a cabo en Noruega conpacientes psiquitricos internados constata que losautoinformes arrojan puntuaciones ms bajas quelas evaluaciones realizadas por profesionales uti-lizando la misma lista de sntomas (Bjorkly, 2002).Estudios realizados sobre la estructura interna dellistado mediante la tcnica de anlisis de compo-nentes principales, rotando los factores mediante

    procedimientos proclusters y varimax permitieronconstatar cierta superposicin entre las dimen-siones ansiedad y ansiedad fbica, as como di-visiones entre algunos temes de la dimensinpsicoticismo. La validez convergente fue estudia-da correlacionando las puntuaciones del SCL-90-R con el MMPI; se encontraron altos coeficientesen todas las dimensiones salvo con la escala depsicastenia del MMPI (Derogatis, 1994). Estudiosrealizados mediante la tcnica test-retest enmuestras de pacientes derivados para asistenciapsiquitrica antes de iniciar el tratamiento a los

    quince das posteriores a su implementacin,encontraron coeficientes de correlacin entre0.80 y 0.90, datos que indican la confiabilidaddel instrumento (Casullo, Castro y Solano, 1999).Por otro lado, cuando se piensa en la evaluacinpsicolgica de grandes cantidades de personas,en tanto miembros de un colectivo social a serestudiado, en general se recurre, en un primermomento, a cuestionarios o inventarios auto-administrables. Como hace ya muchos aos loexpresara Woodworth (1918), hay que saberaprovechar la capacidad del ser humano de po-

    der entrevistarse a s mismo.El objetivo central del presente trabajo eses-tudiar los sntomas psicopatolgicos en adultos queresiden en mbitos urbanos mediante la adminis-tracin de la versin en espaol del listado de sn-tomas SCL-90-R, a fin de poder aplicar la tcnicamencionada en estudios epidemiolgicos.

    Mtodo

    El tipo de estudio fue descriptivo-correlacional.

    Participantes: sujetos adultos residentes en elrea urbana de la ciudad de Buenos Aires y elconurbano bonaerense. La participacin en lainvestigacin fue voluntaria y annima.

    Descripcin de la muestra

    Total de la muestra: 760 sujetos, 379 varones y381 mujeres. Lugar de residencia: 51% reside enla ciudad de Buenos Aires; 42% en el Conurbano

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    Bonaerense; 5% en la provincia de Buenos Ai-res; 2% no contesta.

    Interesa destacar que del total de residentesen el Conurbano slo el 24% informa que nacien esa regin, mientras que para la ciudad deBuenos Aires el porcentaje de nacidos y residen-tes es prcticamente el mismo (51% y 50% res-pectivamente). En el Conurbano Bonaerense el

    mayor porcentaje de residentes actuales, notable-mente mayor a los nacidos all puede ser inter-pretado como resultado de migraciones: 9%nacidos en la provincia de Buenos Aires, 11% enel resto del pas y 2% de pases limtrofes.

    La muestra est integrada por los grupos deedades siguientes:

    Edades N %25 a 36 aos 272 35.837 a 43 aos 235 30.944 a 60 aos 253 33.3

    Tcnica para la obtencin de datose instrumento

    Se ha trabajado con el listado de sntomas disea-do por Derogatis (1994) conocido como Symp-tom Check List-90-Revisado o SCL-90-R. En estaoportunidad se han relevado datos en poblacinadulta, ya que en los ltimos aos se ha trabajadoslo con muestras de adolescentes (Casullo yCastro Solano, 1999; Casullo y Fernndez Lipora-ce, 2001; Casullo, Cruz, Gonzlez y Maganto,2003). La tcnica evala sntomas que el sujetoque responde experimenta en ese momento oha vivenciado hace poco tiempo (una semana);no se propone evaluar la personalidad ni sus tras-tornos. Requiere un nivel mnimo de compren-sin lectora que, en caso de ser muy bajo, sereemplaza por la lectura de cada tem a cargo delprofesional evaluador. La respuesta a ser marcadaen la hoja correspondiente ofrece cinco opciones,sobre la base de una escala tipo Likert. El SCL-90-

    R puede administrarse en la forma de cuaderni-llo/hoja de respuesta o en una edicin especialpor computadora (PC) que se responde inform-ticamente. El Listado de Sntomas SCL-90-R desa-rrollado por Derogatis permite evaluar patrones oclusters de sntomas presentes en un sujeto; pue-de utilizarse tanto en tareas epidemiolgicas, co-munitarias y de diagnstico clnico individual.

    Est integrado por 90 temes que se respon-den con base en una escala de cinco puntos (0-4). El sujeto marca su respuesta teniendo en cuenta

    lo que ha sentido y pensado durante la ltima se-mana y tiene cinco opciones: nunca, muy poco,poco, bastante, mucho.

    Es aplicable a personas entre 13 y 65 aos deedad.

    Las respuestas son evaluadas en funcin denueve dimensiones primarias y tres ndices glo-bales de malestar psicolgico. Estas dimensiones

    fueron definidas sobre la base de criterios clni-cos, racionales y empricos.1. Somatizaciones: evala la presencia de ma-

    lestares que la persona percibe relacionados condiferentes disfunciones corporales (cardiovascu-lares, respiratorias y gastrointestinales).

    2. Obsesiones y compulsiones: incluye snto-mas que se identifican con el sndrome clnicodel mismo nombre: pensamientos, acciones e im-pulsos que son vivenciados como imposibles deevitar o no deseados.

    3. Sensibilidad interpersonal: detecta la pre-

    sencia de sentimientos de inferioridad e inade-cuacin, en especial cuando la persona se comparacon sus semejantes.

    4. Depresin: los temes son una muestra re-presentativa de las principales manifestaciones cl-nicas de un trastorno de tipo depresivo: estado denimo disfrico, falta de motivacin, poca energavital, sentimientos de desesperanza e ideacionessuicidas.

    5. Ansiedad: evala la presencia de signos ge-nerales de ansiedad tales como el nerviosismo,tensin, ataques de pnico y miedos.

    6. Hostilidad: se hace referencia a pensamien-tos, sentimientos y acciones caractersticos de lapresencia de afectos negativos relacionados conel enojo.

    7. Ansiedad fbica:este malestar alude a unarespuesta persistente de miedo (a personas espe-cficas, lugares, objetos y situaciones) que es ens misma irracional y desproporcionada con el es-tmulo que la provoca.

    8. Ideacin paranoide: evala trastornos delpensamiento, tales como pensamientos proyecti-vos, suspicacia y, temor a la prdida de autonoma.

    9. Psicoticismo: incluye sntomas relacionadoscon sentimientos de soledad, estilo de vida esqui-zoide, alucinaciones y control del pensamiento.

    temes adicionales

    Estos siete temes no se incorporan a las nuevedimensiones pero tienen relevancia clnica: 19 (po-co apetito), 44 (problemas para dormir), 59 (pen-samientos sobre la muerte o morirse), 60 (comer

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    en exceso), 64 (despertarse muy temprano), 66(sueo intranquilo) y 89 (sentimientos de culpa).

    ndices globales

    ndice de severidad global (IGS): es un buen indi-cador del nivel actual de la gravedad del malestar.

    Combina el nmero de sntomas reconocidoscomo presentes con la intensidad del malestarpercibido.

    Se calcula sumando las puntuaciones obteni-das en las nueve dimensiones y en los temes adi-cionales.

    Total de sntomas positivos (STP): se lo estimacontando el total de temes que tienen una res-puesta mayor que cero.

    En sujetos de poblacin general, puntuacionesbrutas o inferiores a tres en varones o a cuatro enmujeres, son consideras indicadores de un inten-

    to consciente de la persona de mostrarse mejorde lo que realmente est (imagen positiva).Puntuaciones brutas superiores a 50 en varo-

    nes y a 60 en mujeres indican tendencia a exa-gerar la presencia de patologas.

    Indice de malestar positivo (PSDI): pretendeevaluar el estilo de respuesta indicando si la per-sona tiende a exagerar o a minimizar los males-tares que la aquejan. Se calcula dividiendo la sumatotal de las respuestas dadas a los temes por elvalor obtenido en Sntomas Totales Positivos (STP).

    Puntuaciones extremas en este ndice tambin

    sugieren patrones de respuestas que deben ana-lizarse en trminos de actitudes de fingimiento.Numerosos estudios han permitido constatar

    la invariancia factorial de la tcnica y su validezdiscriminante, as tambin como su consistenciainterna y confiabilidad test-retest, como ya ha sidosealado.

    El Inventario se evala e interpreta de acuer-do a los siguientes criterios:

    1. Se calculan las puntuaciones directas o bru-tas para cada una de las nueve dimensiones

    y los tres ndices.2. Se suman los valores asignados a cada tem yse divide ese total por el nmero de temesrespondidos.

    3. Se convierten esas puntuaciones directas enpuntuaciones T (Media = 50 y D.T. = 10).Tambin se puede trabajar con percentiles.

    4. Se considera indicativa de una persona ENRIESGO toda puntuacin T superior a 63.

    5. Indica presencia de patologa severa toda pun-tuacin igual o superior a T 75 (percentil 98).

    6. Existen baremos diferenciados segn la va-riable sexo.

    Procedimiento

    La tcnica fue administrada a personas de pobla-cin general por alumnos que cursaron la asignatu-

    ra Teora y Tcnicas de Exploracin y Diagnstico,Mdulo 1, Ctedra 2 (Facultad de Psicologa, UBA)en el segundo cuatrimestre del ao 2003. Esta tareaform parte de las actividades prcticas obligato-rias de la materia. La participacin de las perso-nas que conformaron la muestra fue annima yvoluntaria. Del total de casos relevados se eligie-ron al azar aquellos que integraron cada uno delos tres grupos de edades. Los participantes mar-caron sus respuestas en versiones impresas de latcnica.

    Resultados

    En la tabla siguiente se consignan los valores pro-medio y de dispersin para el total de la muestrateniendo en cuenta la diferenciacin entre las sub-muestras masculina y femenina. Dado que la tc-nica usa una escala tipo Likert con cinco opcionesde respuesta, respetando la propuesta original del

    MaraMartinaCasullo

    Tabla 1. Valores promedio y de dispersin.

    Comparaciones segn sexos

    Mujeres VaronesSntomas N: 381 N: 379

    M d.t. M d.t. tSomatizaciones 0.85 0.62 0.57 0.48 *Obsesiones, 1.12 0.70 1.0 0.69 *CompulsionesSensibilidad 0.85 0.63 0.69 0.59 *interpersonalDepresin 1.05 0.69 0.81 0.59 *Ansiedad 0.96 0.64 0.74 0.56 *

    Hostilidad 0.80 0.66 0.78 0.65Ansiedad fbica 0.41 0.51 0.29 0.39 *Ideaciones 0.90 0.78 0.85 0.71paranoidesPsicoticismo 0.52 0.49 0.46 0.47ndice Severidad 0.16 0.09 0.13 0.07 *GlobalTotal de 38.78 16.71 33.82 17.05 *sntomas Positivosndice de 1.90 0.48 1.81 0.45 *malestar Positivo

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    Tabla 2. Promedio de las puntuacionesms altas obtenidas para hombres

    y mujeres

    Varones Mujeres1) Obsesiones 1) Obsesiones

    y compulsiones y compulsiones

    2) Ideas paranoides 2) Depresin3) Depresin 3) Ansiedad4) Hostilidad 4) Ideas paranoides

    autor, se procedi a hacer un anlisis paramtri-co de los datos.

    En la comparacin entre gneros, NO se en-contraron diferencias estadsticas significativas entres de las dimensiones evaluadas: hostilidad,ideacin paranoide y psicoticismo (prueba tdeStudent).

    De las nueve dimensiones psicopatolgicas

    que analiza esta escala, los valores promedio msaltos obtenidos, para cada sexo, correspondierona las siguientes:

    Cabe afirmar que, en trminos globales, lossentimientos de ansiedad y hostilidad son los quems diferencias presentan entre gneros: los va-rones admiten sentirse ms hostiles (agresivos) ylas mujeres ms tristes y deprimidas.

    Se procedi a realizar un anlisis de las respues-tas a cada uno de los 90 temes que integran la lista

    de sntomas. En la consigna se pidi a los sujetosque marcaran cada uno de tales temes pensandoen cmo se haban sentido durante la ltima se-mana, en qu medida ese problema les habapreocupado o molestado. Se analizaron solamentelas respuestas a las opciones bastantey muchoconporcentajes superiores al 20% (ver tablas 3 y 4).

    Tabla 3. temes con porcentaje superioral 20% en varones

    Varones43% Me preocupo demasiado por lo que pasa.34% Nerviosismo.29% Comer demasiado.23% Sentir que algo anda mal en mi cuerpo.22% Dolores en la espalda.22% Estar inquieto; no poder estar sentado

    sin moverme.21% Sentir que todo me cuesta mucho

    esfuerzo.

    Tabla 4. temes con porcentaje superioral 20% en mujeres

    Mujeres52% Me preocupo demasiado por lo que pasa.38% Dolores en la espalda.30% Sentir que todo me cuesta mucho

    esfuerzo.

    26% Sentirme muy nerviosa, agitada.26% Comer demasiado.25% Sentirme triste.25% Sentir que algo anda mal en mi cuerpo.23% No poder terminar las cosas que empec

    a hacer.23% Dormir con problemas, muy inquieta.22% Tener dificultades para tomar decisiones.21% Sentirme herida en mis sentimientos.21% Nauseas o dolor de estmago.21% Sentir que no me valoran como merezco.

    El 1% de las mujeres consign como respuestabastanteo mucho el haber pensado en quitarsela vida.

    Aunque existen problemticas en comn, comopuede inferirse de la lectura de los porcentajesenunciados, es posible pensar que en las mujerespredominaron sentimientos de inseguridad fren-te a la toma de decisiones, tristeza, dolor y elsentirse poco valoradas a pesar de los esfuerzos,mientras que en la muestra masculina aparecen

    sealados con ms frecuencia sntomas relacio-nados con el nerviosismo y la falta de calma, lainestabilidad psicomotora. Las personas de am-bos sexos reconocieron como sntomas principa-les el preocuparse demasiado por lo que lessuceda y el sentir que hacer las cosas cotidianasrequera mucho esfuerzo que se experimentabaprincipalmente a nivel corporal, sobre todo entrelos varones.

    Tambin se estudi la probable existencia dediferencias estadsticas significativas entre hom-bres y mujeres en los valores promedio de las

    nueve dimensiones e ndices globales segn lavariable edad. Slo se encontraron diferencias concierta significacin estadstica (tde Student), re-codificando la categorizacin de las edades, enel ndice Positivo de Malestar (PSDI), siendo leve-mente ms alto para el grupo de mujeres deedades entre 48 y 60 aos (p = < 0,03) en com-paracin con los hombres. En el ndice de Seve-ridad, tambin para este grupo etario, se observuna diferencia marginal (p = < 0,06). A partir de

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    estos datos puede decirse que a mayor edad,pareciera que existe cierta tendencia a exageraro fingir la gravedad de los malestares que se pa-decen a la vez que, simultneamente, se recono-ce la presencia de ms malestares que entre lasmujeres ms jvenes.

    En la tabla 5 se indican las puntuaciones direc-tas o brutas correspondientes a los puntajes trans-

    formados T 50 ( promedio), T 63 ( sntomas consignificacin clnica moderada) y T 75 ( severidadclnica).

    Si se considera la variable edad segn los tresgrupos, 25 a 36 aos, 37 a 43 aos y 44 a 60 aos,se verifica, para el total de la muestra, que no hubodiferencias estadsticas significativas entre losvalores promedios de las dimensiones evaluadaspor el listado SCL-90-R.

    Si se tienen en cuenta esos tres grupos deedades y la variable gnero (masculino y femeni-no), se constata que al calcular la significacin de

    la diferencia entre valores promedios con la prue-ba t, slo se encontr una diferencia con signifi-cacin estadstica (p =< 0.01) en el ndice Positivode Malestar, siendo ste mayor entre las mujeresde 48 a 60 aos. En la muestra total de varonestambin se ha encontrado una sola diferencia es-tadstica significativa (p = < 0.01) en la dimen-sin que evala sntomas obsesivos-compulsivos.Los valores promedios fueron ms altos para elgrupo que tiene entre 25 a 36 aos, los ms j-venes.

    Del total de sujetos evaluados con edades entre25 y 36 aos, fueron las mujeres las que recono-

    cieron mayor presencia de somatizaciones, inse-guridad social, depresin y ansiedad. Las mujerescon edades entre 37-43 aos revelaron tambinmayores somatizaciones y sintomatologa depre-siva que los varones. Entre las mujeres de 44 a 60aos se encontr mayor presencia de somatiza-ciones, obsesiones y compulsiones, inseguridad,depresin, ansiedad, fobias, psicoticismo, el ndi-

    ce de severidad global y el de malestares positi-vos as como el total de sntomas positivos, queentre los varones de esa misma edad. Los indica-dores de hostilidad e ideaciones paranoides nose diferenciaron segn sexo en este grupo depersonas mayores.

    Discusin y Conclusiones

    El estudio realizado permite contar con datos ar-gentinos correspondientes a adultos urbanos, ela-

    borados a partir de la administracin de unatcnica de evaluacin de sntomas psicopatol-gicos.

    La informacin obtenida indica que slo entresdel total de las dimensiones estudiadas no haydiferencias segn sexos: hostilidad, ideacionesparanoides y psicoticismo, salvo entre las muje-res de edades ms avanzadas donde el nivel msalto de sntomas psicticos las diferencia de losvarones de su misma edad y entre varones de 25a 36 aos donde los sntomas obsesivos compul-sivos son ms elevados. Tambin se comprueba

    Tabla 5. Distribucin de las puntuaciones directas segn puntajes transformadosT para ambos sexos

    Mujeres VaronesSntomas N: 381 N: 379

    T50 T63 T75 T50 T63 T75Somatizaciones 0.85 1.65 2.40 0.57 1.20 1.78Obsesiones, compulsiones 1.11 2.02 2.87 1.0 1.89 2.72Sensibilidad interpersonal 0.85 1.67 2.43 0.69 1.46 2.17Depresin 1.05 1.94 2.76 0.81 1.58 2.29Ansiedad 0.96 1.78 2.55 0.74 1.47 2.14Hostilidad 0.80 1.67 2.46 0.78 1.62 2.40Ansiedad fbica 0.41 1.08 1.70 0.29 0.80 1.27Ideaciones paranoides 0.90 1.92 2.85 0.85 1.76 2.61Psicoticismo 0.53 1.17 1.76 0.46 1.07 1.63ndice Severidad Global 0.16 0.27 0.38 0.13 0.23 0.31Total de Sntomas Positivos 38.78 60.49 80.57 33.8 55.98 76.46ndice de Malestar Positivo 1.90 2.52 3.09 1.81 2.39 2.93

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    que los valores promedio son mayores en lamuestra de mujeres.

    Los datos presentados deben ser interpretadosteniendo en cuenta que los problemas psicopa-tolgicos humanos tienen una naturaleza sistmi-ca, no lineal. La cuantificacin de un fenmenoo proceso psicolgico est siempre basada en ope-raciones que subyacen en distinciones primarias

    de tipo cualitativo. Al interpretar los datos que sehan presentado es necesario tener en considera-cin las dimensiones sociales y culturales queguan a los sujetos a responder un inventario ocuestionario de una manera determinada (Mat-sumoto, 2003). Las dimensiones psicopatolgicasevaluadas reflejan tanto variaciones subjetivascomo interindividuales. Como todo proceso psi-colgico requieren diferentes niveles de anlisisy deben ser estudiadas desde algn modelo te-rico.

    Como bien seala Valsiner (2004) es posible

    diferenciar dos funciones implcitas en todas lasteoras psicolgicas:

    1. Son herramientas que permiten mirar de unamanera novedosa los datos que se analizancon la finalidad de poder comprenderlos yexplicarlos o,

    2. Reflejan posiciones mentales (y socio-ideo-lgicas) que se sostienen por la simple raznde adherir al mercado epistmico hegem-nico.

    En el quehacer cientfico es preferible quepredomine la primera de las posiciones mencio-nadas, aunque la historia del surgimiento y man-tenimiento de las teoras psicolgicas pone enevidencia que algunos sistemas tericos como elconductismo, el psicoanlisis o la psicometra amodo de ejemplos han llegado a convertirse enortodoxias en momentos histricos especficos.

    La investigacin emprica es esencial para laconstruccin de un sistema terico; es esa cons-truccin la que conforma el conocimiento cien-

    tfico y no la mera acumulacin de datos. Los gneros sexuales se conforman en elcontexto de valores que orientan las construccio-nes de identidades. La masculinidad y la feminei-dad aparecen asociadas con formas diferentes demanifestar algunos malestares psicolgicos y fsi-cos. En los ltimos veinte aos se han concretadoestudios que ponen de manifiesto diferenciassignificativas en la forma de enfermar y morirentre hombres y mujeres. Otro factor importantees la edad: las mujeres adultas de 45 a 65 aos

    que son nicamente amas de casa manifiestantener ms sntomas negativos de salud fsica (do-lores de cabeza, reuma, insomnio y gripe) y en-tre quienes realizan trabajos fuera del hogaraparecen sntomas de depresin, tristeza, abati-miento y soledad. Las mujeres reconocen tenerms problemas de salud, pero viven ms que loshombres (Snchez Lpez, 2003).

    Es necesario crear una perspectiva tericaenriquecedora desde la cual se analicen e inter-preten los datos presentados y evitarsimplemen-te seleccionaruna muy establecida o consolidada.Constituye todo un desafo dejar de ser meros con-sumidores de modelos tericos vigentes y sercapaces de transformarlos o recrearlos, a fin deinterpretar y aplicar la informacin obtenida demaneras cultural y socialmente vlidas. Como yase ha sealado, las diferencias ms importantesencontradas en el estudio realizado se dan entrelos sexos y pocas segn la edad cronolgica. Si se

    toma como punto de referencia la puntuacintransformada T 63 (tabla 5) que indica presenciade patologa moderada, para somatizaciones, ob-sesiones y compulsiones, sensibilidad interperso-nal, depresin, ansiedad, ansiedad fbica, ndicede severidad global, total de sntomas positivos endice de malestar positivo, siempre el valor esms alto en la poblacin femenina. Los datos con-signados en la tabla 1 muestran que las mujeresreconocen mayor presencia de sntomas en nue-ve de las doce dimensiones evaluadas. Posible-mente ese mayor reconocimiento obedezca a laexistencia de normativas culturales vigentes queasocian ciertos tipos de malestares psicolgicoscon la identidad femenina o a que el padecimien-to de esos malestares forman parte de la cons-truccin de tal identidad y no de la masculina.Por otra parte, el anlisis de porcentajes de res-puestas con mayor valoracin en el listado desntomas por sexos revela que tanto hombres comomujeres sealan con ms frecuencia preocupa-cin por lo que est sucediendo, pero a conti-nuacin y tomando porcentajes decrecientes, las

    mujeres sealan dolores de espalda, tener queesforzarse demasiado en sus quehaceres cotidia-nos y sentirse muy nerviosas y agitadas, en tantoque los hombres ubican el nerviosismo, comerdemasiado y preocupaciones por la salud corpo-ral. Es importante tener en cuenta que el 1% delas mujeres argentinas evaluadas admiti haberpensado en quitarse la vida,respuesta que no seregistra en las respuestas masculinas. Los datosfueron relevados durante el ao 2003, poca enque Argentina empez a intentar recuperarse de

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    una importante crisis econmica y poltica inicia-da en diciembre de 2001.

    La ontognesis humana es necesariamente unproducto de la endoculturacin en la que tanto elcontexto histrico-cultural como la mente huma-na son mutuamente constitutivos (Kashima, 1998).

    Si se hace la comparacin con los valoresobtenidos en Estados Unidos (ver Tabla 6), pas en

    el que se dise el listado, se verifica que:

    En un estudio sobre correlatos de los afectos(Rodrguez y Church, 2003) se sostiene que si biense cuenta con soporte emprico para admitir lacomparabilidad cross-cultural entre afectos, exis-ten diferencias en el contenido de los afectos msespecficos ya sean positivos o negativos (malesta-res) entre subculturas, como lo son la rural y la ur-bana, aunque integren una misma regin cultural.

    Los valores obtenidos en el estudio presenta-do en este artculo difieren de los correspondien-tes a la muestra de poblacin general que figuranen el manual en ingls del SCL-90-R, por lo quees imprescindible el uso de normas estadsticaslocales para interpretar de forma vlida las pun-tuaciones obtenidas, cuando se administra el lis-tado de sntomas a sujetos urbanos argentinos.

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    Tabla 6. Puntuaciones directas correspondientes a T-63 (indicadorde patologa moderada) en mujeres

    y varones de Argentina y EU

    Mujeres VaronesDimensiones EU Argentina EU ArgentinaSomatizaciones 1.39 1.65 0.70 1.20Obsesiones 1.83 2.02 0.91 1.89

    Sensibilidad I. 2.23 1.67 0.70 1.46Depresin 2.03 1.94 0.74 1.58Ansiedad 1.63 1.78 0.54 1.47Hostilidad 0.83 1.67 0.78 1.62Ansiedad fbica 1.15 1.08 0.30 0.80Id. paranoides 2.03 1.92 0.87 1.76Psicoticismo 1.59 1.17 0.46 1.07

    Las comparaciones entre mujeres y varones(en ambos casos argentinos y estadounidenses)muestran que en cinco de las nueve dimensio-nes consignadas las puntuaciones directas o bru-

    tas de mujeres argentinas son menores. Para lasmuestras masculinas, los valores correspondien-tes a los estadounidenses son ms bajos en todaslas dimensiones, lo que significa que el compor-tamiento del varn estadounidense y de la mujerargentina (en cinco dimensiones) es interpretadocomo patolgico teniendo en cuenta menor pre-sencia de sntomas.

    Es ms amplia la diferencia de puntuacionesdirectas correspondientes a valores T entre varo-nes y mujeres de Estados Unidos que en la mues-tra argentina. Los varones y mujeres argentinos

    conforman un grupo ms homogneo respecto alas variables analizadas, referencia emprica queinvita a pensar en pautas de socializacin ms se-mejantes para ambos sexos, en el contexto de uncentro urbano sudamericano con alta densidadpoblacional. Los datos de Estados Unidos que sepresentan en el manual publicado por Derogatis(1994) corresponden a una muestra de 974 suje-tos de ambos sexos, de poblacin general, conuna edad promedio de 46 aos, residentes en unmunicipio (county) de la costa este del pas.

    MaraMartinaCasullo

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    Psicologay

    CienciaSocial

    Vol.6,n

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