Benedicto XVI

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Benedicto XVI: Crisis irreversible del catolicismo Por: Edgar E. Quintero Fecha de publicación: 03/04/10 Muchos estudiosos de los asuntos vaticanos y algunos teólogos del catolicismo previeron un pontificado muy difícil dentro de la iglesia desde que Benedicto XVI fue elegido Papa en abril de 2005, la razón de esas predicciones se basó en las posturas extremadamente ortodoxas y poco flexibles exhibidas por Ratzinger como Cardenal y como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Benedicto XVI representa, según estos especialistas, un modelo extremadamente conservador dentro de la iglesia, representa a una iglesia apegada a criterios inamovibles y muy ortodoxos en la forma de manejar los asuntos del vaticano y la forma de interpretar las doctrinas eclesiales católicas, opuestos en todo sentido a una iglesia renovadora, abierta y liberadora no solo desde el punto de vista de la salvación espiritual de las almas sino también desde el punto de vista de la inclusión de nuevas posturas y nuevos movimientos católicos nacidos a partir del modernismo y de la dinámica del mundo actual. Es incuestionable que al interior del vaticano existen dos corrientes diferentes de ser iglesia, una conservadora apegada a valores tradicionales muy poco cambiantes, que apoya el libre mercado y justifica el status quo y la otra mucho mas abierta, proclive a interpretar la doctrina católica en términos de cambios que deben relacionarse mas con asuntos de justicia social y económica para los pueblos, es decir va mucho mas allá de ver la religión solo como un mecanismo necesario para la salvación de las almas sino como una oportunidad para promover transformaciones sociales pacificas que conlleven a una sociedad mas justa y equilibrada. La iglesia católica hoy esta, sin lugar a dudas, rebasada frente al actual cúmulo de desajustes y desequilibrios espirituales, sociales y económicos tanto internos como del mundo, sus autoridades no tienen respuestas oportunas y apropiadas a esta realidad de cambios y problemas, su ortodoxia quizá le impide ver mas allá de sus hoy demostradas cortas percepciones, sus miedos a perder

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Sociología

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Benedicto XVI: Crisis irreversible del catolicismo Por: Edgar E. Quintero Fecha de publicacin: 03/04/10

Muchos estudiosos de los asuntos vaticanos y algunos telogos del catolicismo previeron un pontificado muy difcil dentro de la iglesia desde que Benedicto XVI fue elegido Papa en abril de 2005, la razn de esas predicciones se bas en las posturas extremadamente ortodoxas y poco flexibles exhibidas por Ratzinger como Cardenal y como Prefecto de la Congregacin para la Doctrina de la Fe. Benedicto XVI representa, segn estos especialistas, un modelo extremadamente conservador dentro de la iglesia, representa a una iglesia apegada a criterios inamovibles y muy ortodoxos en la forma de manejar los asuntos del vaticano y la forma de interpretar las doctrinas eclesiales catlicas, opuestos en todo sentido a una iglesia renovadora, abierta y liberadora no solo desde el punto de vista de la salvacin espiritual de las almas sino tambin desde el punto de vista de la inclusin de nuevas posturas y nuevos movimientos catlicos nacidos a partir del modernismo y de la dinmica del mundo actual. Es incuestionable que al interior del vaticano existen dos corrientes diferentes de ser iglesia, una conservadora apegada a valores tradicionales muy poco cambiantes, que apoya el libre mercado y justifica el status quo y la otra mucho mas abierta, proclive a interpretar la doctrina catlica en trminos de cambios que deben relacionarse mas con asuntos de justicia social y econmica para los pueblos, es decir va mucho mas all de ver la religin solo como un mecanismo necesario para la salvacin de las almas sino como una oportunidad para promover transformaciones sociales pacificas que conlleven a una sociedad mas justa y equilibrada.

La iglesia catlica hoy esta, sin lugar a dudas, rebasada frente al actual cmulo de desajustes y desequilibrios espirituales, sociales y econmicos tanto internos como del mundo, sus autoridades no tienen respuestas oportunas y apropiadas a esta realidad de cambios y problemas, su ortodoxia quiz le impide ver mas all de sus hoy demostradas cortas percepciones, sus miedos a perder privilegios y preponderancia poltica les impide ver y analizar adecuadamente el contexto y los escenarios que hoy dinamizan, para bien o para mal, la actualidad internacional y su propia realidad interna que esta bastante deteriorada.

La iglesia ortodoxa tal y como la concibe Benedicto XVI y la actual realeza vaticana es a todas luces autocrtica y opresora, impone una sumisin y silencio que impiden la aplicacin y el desarrollo del concepto de universalidad y lo remite al simple ejercicio de la obediencia ciega y sin replica a la autoridad eclesial, lo cual dificulta la conformacin de espacios donde se discutan abierta y a todo nivel los problemas ticos, sociales, econmicos y polticos que afectan la existencia humana y a la iglesia misma. En el vaticano parece que estn mas preocupados por el aborto, los matrimonios entre homosexuales y el uso de mtodos anticonceptivos que por los millones de seres humanos que mueren anualmente victimas del hambre y la falta de facilidades para la vida, parece que les interesa mas la independencia, por ejemplo, de ese pequeo pas llamado Tbet y las quejas del Dalai Lama sobre el supuesto atropello de los derechos humanos por parte de China que el genocidio real cometido por Israel en Gaza o los cientos de miles de muertos en Irak y Afganistn fruto de una invasin amparada en la violacin del derecho internacional y montada sobre una gran mentira por parte de los Estados Unidos y sus satlites europeos.

El vaticano siempre ha sido parte importante del mecanismo mundial de dominacin planetaria y mercantilista. Las religiones cristianas del Status no han sido, en lo mas mnimo, contencin alguna para evitar la actual realidad de injusticias, exclusin y pobreza que azota a la mayora de los pases del tercer mundo e incluso dentro de los pases mas ricos, al contrario, a pesar de su supuesta retrica en defensa de los valores cristianos estas realidades se han acentuado a niveles de irracionalidad, no ha habido una denuncia y una lucha sincera para combatir la pobreza, la injusticia y la exclusin social simplemente porque se es sostenedor, multiplicador y beneficiario del sistema que las genera.

No solo estas posturas ortodoxas y estas cegueras conceptuales son causa importante de las muy recurrentes crisis por las que atraviesa la iglesia catlica, hoy el vaticano y el catolicismo enfrentan uno de los mas severos conflictos de su existencia, lo cual amenaza muy seriamente la preponderancia religiosa y poltica de esta organizacin cristiana. La causa principal de esta ultima y continuada crisis es la impunidad por los abusos sexuales cometidos por sacerdotes y prelados catlicos a nios y nias que asisten a las iglesias o estn a su cuidado y amparo en variadas instituciones del catolicismo alrededor del mundo. Es tan grave la crisis actual que ya para muchos el catolicismo ha dejado de ser una alternativa espiritual liberadora para convertirse en una entelequia a la cual le es muy difcil hacer coincidir los preceptos y la moralidad cristiana con las particulares posturas poco moralizantes de la cpula vaticana y obispal, existe una peligrosa inmovilidad de accin para enfrentar las graves y reiteradas acusaciones de pedofilia y consecuente encubrimiento de estos delitos de parte las mas altas autoridades eclesisticas en muchos pases. La contradiccin para el catolicismo es que siempre se ha presentado como una gua moral indiscutible que es depositaria, segn ellos, de un legado sagrado heredado directamente del mismsimo Jesucristo, el problema se presenta cuando no pueden seguir esgrimiendo este legado para defender sus principios y valores pues estos han sido violentados por sus propios miembros de forma repetitiva sin que las autoridades eclesiales hayan puesto freno a estos crmenes que por el contrario fueron silenciados sistemticamente, recibiendo sus autores una odiosa e insultante solidaridad automtica.

En Alemania e Irlanda, por ejemplo, existen mas de 500 denuncias recientes de abusos sexuales cometidos por clrigos catlicos, hasta el propio hermano del Papa ha estado involucrado en abusos y castigos a nios y nias. Mientras surgen cada vez mas denuncias, Tarcisio Bertone Secretario de Estado del Vaticano planteo frente a estos escndalos que alguien esta tratando de socavar la confianza de los jvenes en la iglesia catlica, esta infeliz conclusin de este jerarca vaticano no hace sino ratificar la actual perdida de rumbo en que se encuentra el catolicismo actual, ahora resulta que los pedfilos no son los que estn propiciando con sus abominables actos el descalabro actual de la iglesia catlica sino alguien al parecer de forma planificada esta tratando de descalificarla. Por su parte el Cardenal Jos Saraiva Martins asesor del Papa dijo a periodistas italianos que existe una conspiracin en contra de la iglesia pero no indico a los responsables de esta supuesta conspiracin, resulta hasta infantil creer en esta excusa para tratar de esconder lo que casi todo el mundo sabe y supone. Otro prelado igualmente hace unos meses atrs, el Obispo de Tenerife Bernardo lvarez, en una entrevista al diario La Opinin dijo respecto a los abusos sexuales de algunos clrigos Puede haber menores que si lo consientan y de hecho si los hay. Hay adolescentes de 13 aos que estn perfectamente de acuerdo y adems desendolo. Incluso si te descuidas te provocan. Esto de la sexualidad es algo mas complejo de lo que parece, esta descalificacin de las victimas no hace sino enlodar aun mas la credibilidad y la seriedad de las altas autoridades del catolicismo que recurren a estas insultantes respuestas para defender lo que a todas luces no tiene defensa.

La impdica ley del silencio y la sumisin que ha prevalecido en la iglesia catlica parece que esta llegando a su fin, son muchas voces internas que se levantan y de forma critica denuncian la imposicin que las autoridades vaticanas pretenden seguir manteniendo en el manejo del catolicismo frente a la actual crisis. Existe una evidente contradiccin entre las posturas actuales de Benedicto XVI y el Cardenal Ratzinger cuando fue Prefecto de la poderosa Congregacin para la Doctrina de la Fe respecto a los escndalos de abusos sexuales dentro de la iglesia. Antes de ser nombrado Papa, el Cardenal Ratzinger fue por casi 24 aos, desde 1981, el Director del Santo Oficio, el cual tiene como una de sus finalidades promover y vigilar la aplicacin de la correcta doctrina de la fe , las costumbres y la moral cristianas en todo el mundo del catolicismo, por lo tanto todo aquello que tuviese relacin o atentara contra estos principios de fe, moral y costumbres cristianas dentro de la iglesia catlica estaban bajo su directa y exclusiva jurisdiccin (Articulo 48 de la Constitucin Apostlica de la Curia Romana).

Dadas estas responsabilidades es casi imposible que el actual Papa no conociera la problemtica y los detalles de los abusos sexuales denunciados y cometidos por prelados y sacerdotes catlicos en diferentes dicesis del mundo y de que por aos la mayora de estos pederastas fueron encubiertos por la jerarqua eclesistica al amparo del documento Crimine Solicitationis en donde se exige mantener en estricto secreto las denuncias sobre abusos sexuales cometidas por clrigos de la iglesia catlica, tambin se insta a las autoridades de las dicesis para que convenzan a las victimas que no denuncien dichos crmenes a las autoridades civiles. Al respecto el Capelln norteamericano en Alemania Tomas Doyle, experto en Derecho Cannico, tras evaluar el documento expreso Es ciertamente un indicativo de la obsesin que la iglesia catlica tiene con el secreto y ciertamente si ha representado (este documento) el establecimiento de una poltica continua para encubrir a toda costa los crmenes cometidos por el clero. Hay demasiados informes autentificados de victimas que han sido seriamente intimidadas al silencio por autoridades de la iglesia, no es posible por tanto considerar que tal intimidacin es una excepcin y no la norma

En el 2006 la BBC de Londres acus a Ratzinger de haber ocultado deliberadamente muchos escndalos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes en muchos pases del mundo, por lo cual se demostraba, segn ellos, que el vaticano haba promovido una conspiracin de silencio en torno a los casos de pederastia y abusos sexuales generalizados dentro de la Iglesia Catlica.

En el ao 2007 el diario britnico The Observer sac a la luz una carta fechada en mayo de 2001 y firmada por el Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto del Santo Oficio, en donde se reafirma la voluntad del Vaticano que los obispos mantengan en estricto secreto las investigaciones que involucren a sacerdotes catlicos en asuntos de abusos sexuales y obliga a que dichas investigaciones sean enviadas a la oficina de Ratzinger quien tomara todas las decisiones necesarias para enfrentar y decidir que hacer frente a estas denuncias.

La mas reciente conspiracin ,como dice el Cardenal Jos Saraiva Martins, salio en las paginas del New York Times, peridico que denuncio que un sacerdote llamado Lawrence Murphy haba sido acusado de abusar sexualmente de muchos nios en una escuela para sordos en Wisconsin entre 1950 y 1974, segn las victimas el vaticano ocult por aos estos crmenes y lo mas censurable fue que no sancion a este monstruo quien muri en 1998, ya Ratzinger tenia 16 aos de regentar el Santo Oficio, la nica recomendacin que hizo el vaticano a la dicesis donde ejerca el cura Murphy fue que se le limitara su ministerio, fue luego transferido a otras dicesis donde continuaba teniendo contacto con nios y jvenes a pesar de su oprobioso expediente. Otro caso denunciado por este peridico fue el del sacerdote alemn Peter Hullermann quien haba sido acusado de abusar sexualmente a nios y jvenes cuando el ahora pontfice era Obispo de Munich y aprob su transferencia en 1980 a su dicesis con el fin de que recibiera tratamiento psicolgico. Fue despus transferido a otra parroquia donde continuo cometiendo sus crmenes. Hullermann fue declarado culpable de abusar de un menor en 1986, pero sigui dentro de la Iglesia Catlica por muchos aos ms.

Todos estos hechos demuestran que exista y existe de parte de las autoridades vaticanas y de sus obispos una sistemtica poltica para silenciar estas atrocidades y que en muchos casos eran del conocimiento del actual Papa quien particip activamente en la promocin de esta poltica de silencio desde hace muchos aos. Si bien es cierto que estos crmenes no son generalizados dentro de la Iglesia catlica, tampoco se constituyen en hechos aislados, cada vez son mayores las denuncias en este sentido y ha sido evidente el empeo en minimizarlas. Esta odiosa impunidad y deleznables prcticas contradicen abiertamente al Evangelio, vulneran la dignidad del pueblo de Dios y ponen en amplsima duda la confianza, la honestidad y la misin de la iglesia catlica y sus autoridades.

Hoy la Iglesia Catlica ha perdido gran parte de su credibilidad institucional, su autoridad moral se derrumba progresivamente por efecto de los gravsimos errores cometidos en su conduccin, por las actitudes y desviaciones ticas de sus autoridades y sacerdotes, por defender sus propios intereses apartndose de los valores y principios enunciados en el Evangelio que dicen promulgar y representar, por defender y aplicar a ultranza los postulados mercantiles del capitalismo dentro de su propia organizacin muy por encima de los principios espirituales-morales necesarios para mantener la cohesin entre pueblo e Iglesia. Las estructuras jerrquicas del catolicismo no estn respondiendo a las necesidades de su feligresa, estn alejadas de las personas, son estructuras politizadas y centralizadas en el mejor sentido stalinista y al servicio del status quo.

Toda esta problemtica ha agudizado una masiva perdida de fieles y es sin lugar a dudas la mayor preocupacin de las autoridades vaticanas, otras sectas y creencias religiosas estn absorbiendo a esta decepcionada feligresa. La fe cristiana catlica que en otros tiempos provea sentido espiritual a muchas personas esta en evidente decadencia. Muchos seminaristas y novicias abandonan con mas frecuencia que antes los institutos de formacin catlica, muchos obispos y sacerdotes tambin renuncian a sus hbitos por diferentes causas, otros viven en abierta violacin a la norma del celibato a la vista de sus fieles y hasta de las autoridades de la dicesis pero son aceptados por la evidente escasez de clrigos para atender los templos. Este problema de perdida de fieles pareciera estarse analizando desde el punto de vista netamente mercantilista publicitario, se esta tratando de atacar esta perdida con nuevos y modernos mtodos mediticos de atraccin y convencimiento, sin tomar en cuenta las necesidades espirituales de las personas ni las opiniones y experiencias pastorales de las organizaciones catlicas de base que conocen esas necesidades espirituales y materiales de los pueblos.

No hay que ser experto para ver que el catolicismo esta en fase de evidente declive, ni profeta para augurar una situacin mas aguda en el corto plazo. Para amainar esta recurrente crisis se requiere de un serio compromiso por parte de las autoridades vaticanas en corregir estas desviaciones, mientras no haya identificacin plena y convincente con los postulados y la moralidad cristianas heredadas de las predicas de Jesucristo, mientras exista el evidente divorcio que hoy impera entre las autoridades eclesiales y los lideres y las comunidades catlicas de base en la mayora de los pases, mientras no se perciba de manera contundente y creble una convergencia entre accin y discurso para corregir a fondo esta problemtica, mientras no se reconozca que las actuales injusticias sociales y econmicas deben ser denunciadas y que debe tambin ser parte de la misin de la iglesia trabajar para corregirlas, mientras no se asuman estas verdades no ser posible lograr una comunin entre pueblo e iglesia. Benedicto XVI tendr que hacer mas que un Mea Culpa un esfuerzo muy importante para cambiar la imagen del catolicismo actual y su imagen personal de Genuflexo Guardin de la Ortodoxia que tantos desequilibrios ha ocasionado en este su papado, aunque creemos que parece haber comenzado el irreversible Apocalipsis para el catolicismo y que ser muy difcil su recomposicin.

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