Biden será el nuevo presidente de los EEUU: los estadounidenses han votado por un nuevo comandante en jefe de la "máquina de matar mundial"

La buena gente del Tercer Mundo no debe dejarse engañar por los medios de comunicacióntransmitidos por satélite de todo el mundo, alimentados por la CIA, que parloteancontinuamente sobre la democracia estadounidense durante las elecciones presidenciales encurso. Lamentablemente, los estadounidenses son engañados para participar en eleccionesque respaldan los crímenes de lesa humanidad ordenados por la plutocracia genocidagobernante de Wall St. que saquea militar y financieramente a la humanidad del Tercer Mundoy corrompe a la sociedad estadounidense.

Una gran cantidad de estadounidenses que votan creen en las mentiras que sus medioscorporativos criminales derraman a diario y, por lo tanto, están muy orgullosos de que losestadounidenses maten a los "malos" designados por los medios en todo el mundo. Estosestadounidenses completamente engañados están felices de votar por el próximo comandanteen jefe, pero una cantidad sustancial de estadounidenses que votan saben que han estado yestán descontentos con lo que sienten que es una burla del llamado proceso democrático quelos hace votar por una elección que todavía representa el mal.

El ex fiscal general de los EE. UU. Ramsey Clark, que en su día fue el funcionario legal másalto de los EE. UU., quien ayudó a redactar las dos importantes leyes de derechos civiles,habla a sus compatriotas con claridad y quiso decir que todo el mundo debería conocer estaverdad.

“No somos una democracia. Es un terrible malentendido y una calumnia a la idea dedemocracia llamarnos así. En realidad,  somos unaplutocracia: un gobierno de los ricos ".

Uno de los plutócratas más poderosos internacionalmente en la historia de Estados Unidos,John Pierpont Morgan, admitió en un sincero momento:  "De todas las formas de tiranía, lamenos atractiva y la más vulgar es la

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tiranía de la mera riqueza, la tiranía de la plutocracia":

El respetado tercer presidente de los EE. UU., Thomas Jefferson, vio venir la plutocraciacuando dijo: “Espero que aplastemos en su nacimiento a la aristocracia de nuestrasadineradas corporaciones, que ya se atreven a desafiar a nuestro gobierno a una prueba defuerza y   oferta. desafío a las leyesde nuestro país".

Ya en 1922, el economista más famoso de Estados Unidos, Thorstein Veblen, escribió:

"La situación actual en Estados Unidos es algo así como una clínica psiquiátrica ...Quizás la evidencia más común y más clara de una mentalidad desequilibrada se vea en unacierta credulidad temible y febril que afecta a una gran proporción de estadounidenses ...Hay una falta visible de compostura y coherencia lógica, tanto en lo que creerán como en loque están dispuestos a hacer al respecto".

Veblen asumió que la depresión era la condición normal en una economía comercial yempresarial, que se aliviaría en períodos de excitación causados por estímulos nointrínsecos al sistema como la guerra y la expansión en el extranjero. Veblen veía al líderempresarial moderno como esencialmente un guerrero depredador de los últimos días.[Thorstein Veblen de Douglas Dowd, 1966]

La observación de Veblen nace de que los estadounidenses siempre han estadodispuestos a seguir órdenes criminales y bombardear, invadir y ocupar tierras de otraspersonas en todo el mundo.

Paul Craig Roberts, ex editor del Wall Street Journal y subsecretario del Tesoro durante lapresidencia de Reagan, en su artículo, La máquina de saqueo llamada capitalismo, escribió:

“Los estadounidenses son las personas menos excepcionales de la historia de la humanidad.Los estadounidenses no tienen ningún derecho. Nosotros, seres insignificantes y

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desgraciados, tenemos que aceptar lo que los capitalistas y su gobierno títere nos impongan.Y somos tan estúpidos que lo llamamos 'Libertad y Democracia América'”.

Los estadounidenses de hoy están tremendamente hipnotizados por el ávido interés en quiénserá presidente durante los próximos cuatro años. Sin embargo, dadas las continuas guerrasestadounidenses en países más pequeños y el perpetuo temor creciente al Armagedónnuclear, es obviamente de mayor importancia quién servirá como Comandante en Jefe de lamáquina de matar genocida mundial estadounidense, porque los estadounidenses se dencuenta o no, ellos, cada ciudadano, tienen una parte de corresponsabilidad ciudadana por loscrímenes de sus conciudadanos que "sirven" como soldados siguiendo órdenes criminales y,por tanto, ilegales.

Aquellos estadounidenses que votan, que creen las mentiras que sus medios corporativoscriminales derraman a diario y, por lo tanto, están orgullosos de que los estadounidensesmaten a los 'malos' designados por los medios en todas partes y en cualquier lugar, creen quela democracia estadounidense los hace a ellos y a todos los estadounidenses por encima de laley, sobre toda ley. Por otro lado, esa cantidad sustancial de estadounidenses que votan, quesaben que han tenido miedo de votar por lo que esperan que sea el menor de dos males, sonconscientes de su tácita complicidad en los crímenes de lesa humanidad en otros países. Unacantidad más modesta de estadounidenses que votan, o se niegan a votar, se dan cuenta deque ya han sido procesados en el tribunal de la opinión pública y en los corazones de lospadres de niños volados o muertos de hambre por las acciones de los estadounidenses.

Jalife-Rahme: "Si Biden gana, dirán que no es funcional y ahí va a entrar Hillary Clinton"

En caso de que se concrete el triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenciales deEstados Unidos, este se convertiría en el presidente más viejo en la historia de aquel país; porlo cual, crece la duda sobre cuánto tiempo podría estar al frente del Gobierno estadounidense.

Para el analista político Alfredo Jalife-Rahme la llegada de Biden a la Casa Blanca supondríaun estado de ingobernabilidad para Estados Unidos, pues este no es apto para gobernardebido a que tiene problemas de salud.

"Biden un día antes de la elección confundió a su, en paz descanse, hijo difunto Bob con su

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nieta. No solamente confunde las edades, sino confunde en su familia a su hijo y su nieta. Estohabla de que él está en un grado, digo yo soy de formación de psiquiatra y no quiero ser cruel,pero esto no habla de un candidato que esté apto para gobernar", declaró Jalife-Rahme en unaentrevista.

Ahora bien, en un caso hipotético en el que Biden sea presidente pero por circunstanciascolaterales no pueda estar al frente del cargo, quien tendría que asumir la presidencia tendríaque ser la vicepresidenta Kamala Harris.

Sin embargo, el analista apunta que en la vía de los hechos sería Hillary Clinton quiengobernaría Estados Unidos; esto a pesar de que ella no esté directamente en la sillapresidencial, por lo que estaría gobernando desde la vicepresidencia.

"Si gana Biden van a lanzar la enmienda 25 donde optan para decir que no es funcional elpresidente y ahí va a entrar una vicepresidenta de entrada digo quién va a ser...Hillaty Clinton",comentó.

"Hillary Clinton sería dos veces; sería la verdadera presidenta y sería la vicepresidenta ynunca en la historia de Estados Unidos se había dado un escenario así, no solamentecon la primera presidente de su historia, sino con dos mujeres", señaló.

Hillary Clinton: una dama de hierro norteamericana

Hillary Clinton es una de las figuras políticas más importantes de Estados Unidos. Su poder estal que podría compararse con personajes como la exprimera ministra de Reino Unido,Margaret Tacher, o la canciller de Alemania, Angela Merkel.

Aunque cabe mencionar que Clinton no se identifica con Tacher, por lo que no la incluyó en suúltimo libro sobre mujeres emblemáticas en la historia: The Book of Gutsy Women: FavoriteStories of Courage and Resilience.

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Hillary estudió derecho en la Universidad de Yale, de donde se graduó en 1973, y desdeentonces comenzó a realizar labores sociales. En 1978 fue designada como presidenta de laCorporación de Servicios Legales, y al año siguiente se convirtió en la primera mujer en sersocia de la firma de abogados Rose Law Firm en Little Rock, en el estado de Arkansas.

Sin embargo, su carrera política comenzó cuando su esposo, el expresidente Bill Clinton, seconvirtió en gobernador de Arkansas en 1983 y se consolidó cuando este ganó la presidenciade Estados Unidos en 1993. Como primera dama, Hillary impulsó una serie de reformasenfocadas principalmente en el sistema de salud.

Desde entonces, empezó a participar activamente en la política estadounidense y en el año2000 se lanzó como candidata al senado por el Partido Demócrata; de esta forma, se convirtióen la primera mujer senadora de Nueva York, cargo que ocupó hasta 2009.

En 2008, Clinton participó en las primarias del Partido Demócrata para conseguir la candidaturaa la presidencia, pero perdió contra Barack Obama. Posteriormente, en 2009 se convirtió ensecretaria de Estado de la nación estadounidense de la administración Obama, puesto que ledio mayor visibilidad a su carrera política por su papel en temas de política internacional.

En 2016 se convirtió en la primera mujer candidata a la presidencia por uno de los partidos másimportantes de Estados Unidos, y aunque no ganó las elecciones fue una de las figuras másvotadas en la historia estadounidense.

De este modo, Hillary Clinton se ha convertido en una de las mujeres más relevantes de lapolítica estadounidense con una trayectoria de más de 40 años; además, a principios de 2020se rumoraba que podría ser ella la elegida para la vicepresidencia demócrata.

La incapacidad de Estados Unidos para contar los votos es una vergüenza nacional. Ypeligroso.

Glenn Greenwald

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El país más rico y poderoso del mundo, ya sea por ineptitud, elección o alguna combinación deambos, no tiene la capacidad de realizar la simple tarea de contar votos de una maneramínimamente eficiente o que inspire confianza. Como resultado, la credibilidad delproceso de votación se ve gravemente afectada, y cualquier autoridad residual que EstadosUnidos afirme para "difundir" la democracia a los afortunados destinatarios de su benevolenciaen todo el mundo está cerca de desaparecer.

A las 7:30 am ET del miércoles, el día después de las elecciones presidenciales de 2020, losresultados de la carrera presidencial, así como el control del Senado, están muy en duda y enun caos. Observado por el resto del mundo, profundamente afectado por quién gobierna lasuperpotencia imperialista, Estados Unidos lucha y tropieza y se tambalea para participar enuna tarea simple dominada por innumerables otros países menos poderosos y más pobres:contar los votos. No se espera que algunos estados terminen su recuento de votos hasta elfinal de esta semana o más allá .

Los mismos genios de los datos y las encuestas que afirmaron que Hillary Clinton tenía un 90%o más de probabilidades de ganar las elecciones de 2016, y que pasaron los últimos tresmeses proclamando las elecciones de 2020 como algo aún más seguro para el candidatopresidencial demócrata, insisten actualmente. que Biden, a pesar de estar atrasado ennumerosos estados clave, sigue siendo el favorito en virtud de los votos no contados enlos condados con un gran número de demócratas en los estados que determinan losresultados. [Uno se fue a dormir anoche con elahora notorio  New York Times Laaguja del gurú de los datos Nate Cohn aseguró al país que, con más del 80% de los votoscontados en Georgia, Trump tenía más de un 80% de posibilidades de ganar ese estado, solopara despertar unas horas después con la aguja que ahora predice el resultado opuesto; quetodo sucedió unas pocas horas después de que Cohn les asegurara a todos lo "inteligente" que era esta vez su pequeña aguja].

Dado el historial de fracasos y humillaciones que han recopilado rápidamente, ¿qué personaracional confiaría en todo lo que digan en este momento? Un ciudadano elegido al azar de laguía telefónica sería tan confiable, si no más, para compartir predicciones. Y los fracasosmonumentales de la industria de las encuestas y los nerds de los datos que la filtran, porsegunda elección nacional consecutiva, solo sirven para sembrar aún más dudas y confusiónen torno al proceso electoral.

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Un recuento de votos completamente indigno de confianza es ahora la norma. Dos mesesdespués de la primaria del estado de Nueva York a finales de junio, dos carreras del Congresoestaban en duda por lo que el New York Times c alled “importantes retrasos en contar undiluvio de 400.000  boletas porcorreo y otrosproblemas.” En particular:

Nueva York tardó  seis semanas completas en declarar finalmente un ganador en esas doscarreras primarias para el Congreso.

La pandemia del coronavirus y los cierres y las nuevas reglas de votación que introdujoobviamente han complicado el proceso, pero el fracaso de Estados Unidos en simplementecontar los votos con algún grado de eficiencia, de una manera que inspira incluso una mínimaconfianza en el proceso, es anterior a marzo. Incluso si uno descarta como aberrante elresultado prolongado, decidido por la Corte y aún no confiable de las elecciones presidencialesde 2000, hace solo cuatro ciclos de elecciones nacionales, el proceso de votación de EE. UU.está plagado de fallas sistémicas importantes e ineficiencias que siembran dudas que puedenexplicarse sólo como una elección deliberada y / o un reflejo perfecto de un imperio que sederrumba y se desmorona.

Recuerde la confusión masiva que se produjo en enero, en las primeras elecciones primariasdel Partido Demócrata en el caucus de Iowa, donde una nueva aplicación creada y monetizadapor un grupo de operativos demócratas de mala calidad causó  d emoras masivas,confusión y un resultado poco confiable.Más adelante en el proceso, muchos estados del Súper Martes, incluido California, todavíacontaban los votos semanas o incluso más después de la celebración de las elecciones (másde una semana después de las primarias demócratas, California solohabía contado aproximadamente el 75%de los votos emitidos, privando Bernie Sanders de una victoria narrativa crítica en la noche delas elecciones).

Las elecciones de mitad de período de 2018 también se vieron empañadas por irregularidadesgeneralizadas. El Washington Post señaló “miles de informes de irregularidades en la

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votación en todo el país…. con votantes quejándose de máquinas rotas, largas filas ytrabajadores electorales no capacitados que desafían indebidamente el derecho al voto de losestadounidenses”.

Y el alcance total de las "irregularidades" y las trampas directas y traicioneras del ComitéNacional Demócrata en las elecciones primarias de 2016 entre Clinton y Sanders nunca seapreció por completo, dado lo pro Clinton que era la prensa. Como ejemplo, "200,000 votantesde la ciudad de Nueva York", muchos en distritos pro-Sanders, "habían sido borradosilegalmente de las listas y se les había impedido votar en las primarias presidenciales" (parauna de las historias mejor documentadas de cuán generalizada fueron las travesuras y lastrampas en las primarias demócratas de 2016 en varios estados clave, escuche  esteepisodio de TrueAnon).

Independientemente de cómo se quiera especular sobre los motivos de todo esto, una cosaestá clara: no tiene por qué ser así. Para eliminar todas las dudas sobre ese hecho, basta conmirar a Brasil.

Después de los problemas de votación generalizados en las elecciones intermedias de 2018,escribí  un artículo con mi colega brasileño Victor Pougy describiendo la extraordinariavelocidad y eficiencia con la que Brasil, un país que no es precisamente conocido por surapidez y eficiencia, cuenta sus votos.

Brasil no es un país pequeño. Es la quinta nación más poblada del planeta. Aunque supoblación es algo más pequeña que la de EE. UU. (330 millones a 210 millones), su ley devotación obligatoria, registro automático y edad para votar de 16 años significa que el númerode boletas que se contarán es bastante similar (105 millones de votos en Brasil). Eleccionespresidenciales de 2018 en comparación con 130 millones de votos en las eleccionespresidenciales de EE. UU. de 2016). Y en la misma fecha de sus elecciones nacionales,también celebra elecciones para gobernador y Congreso en sus veintisiete estados.

Y, sin embargo, Brasil, un país mucho más pobre y menos avanzado tecnológicamente queEstados Unidos, con una historia de democracia mucho más corta, tiene un conteo de votosrápido y fluido sobre el cual muy pocas personas albergan dudas. Las elecciones se llevan acabo los domingos, para asegurar que la mayor cantidad posible de personas no tenganobligaciones laborales para evitar votar, y las urnas cierran a las 6:00 p.m.

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Para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2018 que condujeron a la victoriade Jair Bolsonaro, se contó el 90% de todos los votos y los resultados se publicaron a las 6:00pm del día de las elecciones: la hora en que el último estado cerró sus urnas. El recuento totalde votos estuvo disponible un par de horas después de eso. Lo mismo sucedió con la primeraronda de votaciones celebrada tres semanas antes, que también incluyó carreras paragobernador, senador y Congreso en todos los estados: los totales de votos completos fueronpublicados por computadora poco después del cierre de las urnas y pocos tenían dudas sobresu exactitud. y legitimidad.

Cientos de millones de estadounidenses se acostaron el martes por la noche y vieron a Trumpa la cabeza en estados clave, y los expertos en datos de los principales medios indicaron quesu victoria en muchos de esos estados era muy probable. Se despertaron con la indicaciónopuesta: que Biden ahora es un ligero favorito para ganar varios, si no todos, los estados claverestantes. Pero lo que está claro es que pasarán días, si no más, antes de que los votos secuenten por completo, y es casi seguro que los procedimientos judiciales prolonguen aún máslos resultados.

No importa cuál sea el resultado final, habrá dudas sustanciales sobre su legitimidad por unlado o por el otro, quizás ambos. Y para eso no se requiere ningún pensamiento conspirativotrastornado. Un sistema electoral impregnado de tanto caos, errores, resultados prolongados yretrocesos aparentemente inexplicables sembrarán dudas y desconfianza incluso entre losciudadanos más racionales.

La próxima vez que los estadounidenses escuchen de su gobierno que necesitan imponer lademocracia en otros países, a través de guerras, invasiones, campañas de bombardeos u otrasformas de “interferencia” clandestina de la CIA, deben insistir en que la democracia se impongaprimero en los Estados Unidos. Una población ya agotada, intensamente polarizada y cada vezmás hostil ahora tiene que enfrentarse a otra elección más en el país más rico ytecnológicamente avanzado del mundo, donde los votos no pueden contarse de una maneraque inspire un mínimo grado de confianza.

Análisis: América después de las elecciones: algunas verdades duras sobre las cosasque no cambiarán

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John W. Whitehead

"Si la libertad significa algo, significa el derecho a decirle a la gente lo que no quierenescuchar". George Orwell

El pueblo estadounidense sigue ansioso por ser persuadido de que un nuevo presidente en laCasa Blanca puede resolver los problemas que nos acosan.

Sin embargo, no importa quién gane estas elecciones presidenciales, puede estar seguro deque el nuevo jefe será el mismo que el antiguo jefe, y nosotros, la clase baja permanente enEstados Unidos, continuaremos viéndonos obligados a marchar al lado del estado policial entodos los asuntos, públicos y privados.

De hecho, realmente no importa cómo los llames: el Estado profundo, el 1%, la élite, loscontroladores, los cerebros, el gobierno en la sombra, el estado policial, el estado de vigilancia,el complejo industrial militar, siempre que entienda que no importa qué partido ocupe la CasaBlanca en 2021, la burocracia no elegida que realmente toma las decisiones seguiráhaciéndolo.

En aras de la libertad y la verdad, aquí hay algunas verdades duras sobre la vida en el estadopolicial estadounidense que persistirán sin importar quién gane las elecciones presidencialesde 2020. De hecho, estos problemas persistieron, y en muchos casos florecieron, tanto bajo lasadministraciones republicana como demócrata en los últimos años.

Continuará la militarización policial. Gracias a los programas de subvenciones federales quepermiten al Pentágono transferir el excedente de suministros militares y armas a las agenciaslocales de aplicación de la ley sin cargo, las fuerzas policiales continuarán transformándose deoficiales de paz a extensiones de las fuerzas armadas fuertemente armadas, con botas,cascos, escudos y bastones, gas pimienta, pistolas paralizantes, rifles de asalto, chalecosantibalas, tanques en miniatura y drones armados. "Hoy en día, 17.000 policías locales están equipados con equipo militar como helicópterosBlackhawk, ametralladoras, lanzagranadas, arietes, explosivos, aerosoles químicos,chalecos antibalas, visión nocturna, equipo de rappel y vehículos blindados", afirmó Paul Craig Roberts, ex Subsecretario de Hacienda. "Algunos tienen tanques".

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Continuará la sobrecriminalización. Frente a una burocracia gubernamental consumida porla elaboración de leyes, estatutos, códigos y regulaciones que refuerzan sus poderes ysistemas de valores y los del estado policial y sus aliados corporativos, todos seguiremossiendo vistos como pequeños delincuentes, culpables de violar alguna ley menor. Gracias a una sobreabundancia de más de 4,500 delitos federales y más de 400,000 reglasy regulaciones, se estima que el estadounidense promedio realmente comete tres delitos aldíasin saberlo. De hecho, según el profesor de derecho John Baker, “ No hay nadie en los Estados Unidos mayor de 18 años que no pueda ser procesado poralgún delito federal." En consecuencia, ahora nos encontramos operando en un mundo nuevo y extraño en el quelos pequeños agricultores que se atreven a hacer queso de cabra sin pasteurizar y compartirlocon miembros de su comunidad encuentran sus granjas allanadas, mientras que los jardinerosdomésticos se enfrentan a la cárcel por atreverse a cultivar sus propias variedades deorquídeas sin haber completado el papeleo suficiente. Esta situación aterradora, en la que unapersona puede ser arrestada y encarcelada por las actividades más inocentes y estúpidas,como alimentar a una ballena y recolectar agua de lluvia en su propia propiedad, se debe a loque los académicos del derecho denominan sobrecriminalización.

Continuará encarcelando a estadounidenses con fines de lucro. En un momento, elsistema penal estadounidense operaba bajo la idea de que los criminales peligrosos debíanestar bajo llave para proteger a la sociedad. Hoy, mientras los estados intentan ahorrar dinerosubcontratando las prisiones a corporaciones privadas, el encarcelamiento de estadounidensesen prisiones privadas administradas por megacorporaciones se ha convertido en una fuente deingresos para las grandes empresas. A cambio de que las corporaciones compren yadministren prisiones públicas en todo el país con un supuesto ahorro para los estados, losestados tienen que acordar mantener una tasa de ocupación del 90% en las cárceles privadasdurante al menos 20 años. Tal esquema simplemente alienta el encarcelamiento por el bien delas ganancias, mientras que hace que millones de estadounidenses, la mayoría de ellosdelincuentes menores y no violentos, sean entregados a corporaciones para largas penas deprisión que no hacen nada para proteger a la sociedad o prevenir la reincidencia. Así, la cantidad de delitos violentos en el país se ha reducido sustancialmente, la cantidad de estadounidenses encarceladospor delitos no violentos como conducir con una licencia suspendida se está disparando.

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La pobreza continuará. A pesar del hecho de que tenemos  46 millones deestadounidenses que viven en la línea de pobreza o por debajo de ella, 16 millones de niños que viven en hogares sin acceso adecuado a alimentosy al menos 900,000 veteranos que dependen de los cupones de alimentos(tenga en cuenta que estos son números anteriores a COVID, que solo han empeorado duranteesta pandemia), se siguen distribuyendo enormes sumas para excursiones presidenciales (loscontribuyentes se han visto obligados a pagar al menos $ 100 millonespara que Donald Trump pudiera visitar sus clubes de golf y propiedades privadas más de 500 vecesdurante sus cuatro años años en el cargo).

Continuarán las guerras interminables que enriquecen el complejo industrial militar. Habiendo sido cooptado por codiciosos contratistas de defensa, políticos corruptos y funcionariosgubernamentales incompetentes, el imperio militar en expansión de Estados Unidos estádesangrando al país a una tasa de más de $ 15 mil millones por mes (o $ 20 millones porhora), y eso es exactamente lo que el gobierno gasta en guerras extranjeras. Eso no incluye elcosto de mantener y dotar de personal a las más de 1000 bases militares estadounidensesrepartidas por todo el mundo. Increíblemente, aunque Estados Unidos constituye solo el 5% dela población mundial, Estados Unidos cuenta con casi el 50% del gasto militar total del mundo,gastando más en el ejército que las siguientes 19 naciones siguientes. De hecho, el Pentágonogasta más en guerra que 50 estados combinados gastan en salud, educación, bienestar yseguridad. Sin embargo, lo que la mayoría de los estadounidenses no reconoce es que estasguerras en curso tienen poco que ver con mantener el país seguro y todo con elenriquecimiento del complejo industrial militar a expensas de los contribuyentes. Tenga encuenta que desde 2001, los estadounidenses han gastado10,5 millones de dólares cada horapara numerosas ocupaciones militares extranjeras, incluso en Irak y Afganistán.

Continuarán los tiroteos policiales contra estadounidenses desarmados. No importa cuálsea nuestra política de partido, raza, religión o cualquier otra distinción que se use paradividirnos, todos sufrimos cuando la violencia se convierte en la tarjeta de presentación delgobierno. Recuerde, en un estado policial, usted es el que tiene la mano en el gatillo o estámirando el cañón de un arma cargada. Por lo menos 4

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00 a 500 personas inocentes son asesinados por agentes de policíacada año. De hecho, los estadounidenses tienen ahora ochoveces más probabilidades de morir en un enfrentamiento policialque de ser asesinados por un terrorista. Los estadounidenses tienen110 veces más probabilidades de morir de enfermedades transmitidas por los alimentosque en un ataque terrorista. Es más probable que losagentes de policía sean alcanzados por un rayoque ser económicamente responsable de sus delitos. Como resultado, los estadounidensesson en gran parte impotentes frente a la policía militarizada.

Las redadas del equipo SWAT continuarán. Más de 80.000 redadas del equipo SWAT sellevan a cabo cada año contra estadounidenses desprevenidos por asuntos policialesrelativamente rutinarios. En todo el país, los equipos SWAT se han empleado para abordar unaserie asombrosamente trivial de actividad delictiva o simples molestias comunitarias queincluyen perros enojados, disputas domésticas, trámites incorrectos presentados por unagricultor de orquídeas y delitos menores de posesión de marihuana, para dar una brevemuestra. En un día promedio en Estados Unidos, más de 100 estadounidenses son asaltadospor equipos SWAT. Ha habido una notable acumulación en los últimos años de equipos SWAT dentro de agenciasfederales no relacionadas con la seguridad.como el Departamento de Agricultura, la Junta de Retiro Ferroviario, la Autoridad del Valle deTennessee, la Oficina de Gestión de Personal, la Comisión de Seguridad de Productos deConsumo, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos y el Departamento deEducación.

La guerra del gobierno contra el pueblo estadounidense continuará. “Nosotros, el pueblo”ya no estamos protegidos por el estado de derecho. Mientras se amordaza la PrimeraEnmienda, que nos da voz, la Cuarta Enmienda, que nos protege de ser intimidados,acosados, golpeados, destrozados y espiados por agentes del gobierno, está siendodestripada. En consecuencia, ya no tiene que ser pobre, negro o culpable para ser tratado como un criminalen Estados Unidos. Todo lo que se requiere es que pertenezca a la clase sospechosa, es decir,la ciudadanía, del estado policial estadounidense. Como de facto miembro de esta supuesta clase criminal, todo ciudadano estadounidense es ahora culpablehasta que se demuestre su inocencia. La opresión y la injusticia, ya sea en forma de tiroteos,

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vigilancia, multas, decomiso de activos, penas de prisión, registros en las carreteras, etc., nosllegarán a todos eventualmente a menos que hagamos algo para detenerlo ahora.

La corrupción del gobierno continuará. El gobierno no es nuestro amigo. Tampoco funcionapara "nosotros, la gente". Los estadounidenses entienden esto instintivamente. Cuando se lespidió que nombraran el mayor problema que enfrenta la nación, los estadounidenses de todas las tendencias políticas clasificaron al gobierno como laprincipal preocupación.De hecho, casi ocho de cada diez estadounidenses creen que la corrupción gubernamental estágeneralizada. Nuestros supuestos representantes gubernamentales no nos representan a nosotros, laciudadanía. Ahora estamos gobernados por una élite oligárquicade intereses gubernamentales y corporativos cuyo interés principal es perpetuar el poder y elcontrol. El Congreso está dominado por una mayoría de millonariosque son, en promedio, catorce veces más ricos que el estadounidense promedio.

El aumento del estado de vigilancia continuará. Los ojos del gobierno te están mirando.Ellos ven cada uno de tus movimientos: lo que lees, cuanto gastas, adónde vas, con quiéninteractúas, cuándo te despiertas por la mañana, qué estás viendo en la televisión y leyendo enInternet. Cada movimiento que haces está siendo monitoreado, extraído tus datos, procesado ytabulado para formar una imagen de quién eres, qué te motiva y cuál es la mejor manera decontrolarte cuando y si es necesario ponerte en línea. La policía ha sido equipada con unaletanía de equipos de vigilancia, desde lectores de matrículas y dispositivos de rastreo deteléfonos celulares hasta registradores de datos biométricos. La tecnología ahora hace posibleque la policía escanee a los transeúntes para detectar el contenido de sus bolsillos, carteras,maletines, etc. Los escáneres de cuerpo completo, que realizan registros virtuales al desnudode estadounidenses que viajan en avión, se han vuelto móviles, con camionetas de la policíaambulantes que se asoman a vehículos y edificios por igual, incluidas las casas. Junto con lacreciente red nacional de cámaras de vigilancia en tiempo real y software de reconocimientofacial, pronto no habrá ningún lugar adonde correr ni dónde esconderse.

Continuará la erección de una sociedad sospechosa. Debido en gran parte a los rápidosavances de la tecnología y una cultura de vigilancia intensificada, la carga de la prueba se hadesplazado de modo que el derecho a ser considerado inocente hasta que se pruebe locontrario ha sido usurpado por una nueva norma en la que todos los ciudadanos son

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sospechosos. Esto se ejemplifica en las prácticas policiales de detener y cachear a laspersonas que simplemente caminan por la calle y donde no hay evidencia de irregularidades.Para empeorar las cosas, están los Oficiales de Enlace contra el Terrorismo (bomberos,oficiales de policía e incluso empleados corporativos) que han sido capacitados para espiar asus conciudadanos y reportar "actividades sospechosas", que incluyen tomar fotografías sinvalor estético aparente, realizar mediciones y dibujos, tomar notas, conversar en código,adoptar creencias radicales y comprar artículos al por mayor. Los TLO informan a los “centrosde fusión,

La tiranía del gobierno bajo el reinado de un presidente imperial continuará. LaConstitución confiere al presidente poderes muy específicos y limitados: servir comocomandante en jefe de las fuerzas armadas, conceder indultos, firmar tratados (con laaprobación del Congreso), nombrar embajadores y jueces federales (nuevamente con laaprobación del Congreso) y vetar legislación. En los últimos años, sin embargo, los presidentesestadounidenses se han ungido a sí mismos con el poder de hacer la guerra, matarunilateralmente a estadounidenses, torturar a prisioneros, despojar a los ciudadanos de susderechos, arrestar y detener a ciudadanos indefinidamente, llevar a cabo espionaje sin ordenjudicial sobre los estadounidenses y erigir su propio secreto gobierno en la sombra. Lospoderes acumulados por cada presidente anterior y heredados por cada presidente sucesivo—poderes que se suman a una caja de herramientas de terror para un gobernante imperial—facultan a quien ocupa la Oficina Oval para actuar como un dictador, por encima de la ley ymás allá de cualquier responsabilidad real. La triste realidad con la que debemos aceptar es elhecho de que el gobierno hace lo que quiere, al diablo con la libertad. Más que terrorismo, másque extremismo doméstico, más que violencia armada y crimen organizado, el gobierno de EE.UU. se ha convertido en una amenaza mayor para la vida, la libertad y la propiedad de susciudadanos que cualquiera de los llamados peligros de los que el gobierno afirma proteger.Este estado de cosas se ha convertido en el status quo, sin importar qué partido esté en elpoder.

Continuará la manipulación de las crisis nacionales por parte del gobierno para ampliarsus poderes. “Nosotros el pueblo” hemos sido sometidos a un “estado de emergencia” quejustifica toda forma de tiranía gubernamental y toma de poder en el llamado nombre de laseguridad nacional. Cualquiera que sea la supuesta amenaza para la nación, ya sea disturbiosciviles, tiroteos en escuelas, presuntos actos de terrorismo o la amenaza de una pandemiaglobal en el caso de COVID-19, el gobierno tiende a capitalizar las intensas emociones de lanación, la confusión y el miedo como medio para ampliar el alcance del estado policial. Dehecho, la respuesta del gobierno a todos los problemas sigue siendo más gobierno, a expensasde los contribuyentes y menos libertad individual.

La conclusión es la siguiente: nada de lo que ocurra el día de las elecciones aliviará el

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Biden será el nuevo presidente de los EEUU: los estadounidenses han votado por un nuevo comandante en jefe de la "máquina de matar mundial"

sufrimiento del pueblo estadounidense. A menos que hagamos algo más que votar, el gobiernotal como lo conocemos — corrupto, hinchado y controlado por corporaciones con muchodinero, cabilderos y grupos de intereses especiales — permanecerá sin cambios. Y "nosotros,el pueblo", sobrecargados, sobrecargados, sobrecargados por el gran gobierno,subrepresentados por aquellos que deberían hablar por nosotros y felizmente ignorantes de losmuros de la prisión que se ciernen sobre nosotros, continuaremos caminando penosamentepor un camino de miseria.

Como señalo en mi libro   Battlefield America: The War on the American People , estosproblemas continuarán plagando a nuestra nación a menos que y hasta que losestadounidenses se den cuenta del hecho de que somos los únicos que podemos cambiar lascosas para mejor y luego hacer algo al respecto. Si ha de haber alguna esperanza de restaurarnuestras libertades y reclamar el control de nuestro gobierno, no dependerá de los políticos,sino del pueblo mismo.

Después de todo, de hecho, la Constitución comienza con esas tres palabras vitales:"Nosotros, el pueblo". Lo que los fundadores querían que entendiéramos es que somos elgobierno.

No hay gobierno sin nosotros: nuestros números, nuestro músculo, nuestra economía, nuestrapresencia física en esta tierra. Tampoco puede haber estado policial, ni tiranía, ni violacionesrutinarias de nuestros derechos sin nuestra complicidad y connivencia, sin que hagamos lavista gorda, nos encojamos de hombros, nos distraigamos y se diluya nuestra concienciacívica.

Independientemente del candidato que gane estas elecciones, la ciudadanía y quienes nosrepresentan deben rendir cuentas de esta poderosa verdad.

* abogado constitucionalista y autor. Fundador y presidente del Instituto Rutherford .

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