Biodiversidad en la ciudad. Artículo publicado en nuestro último número de Ciudad Sostenible...

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06 07 iudad y biodiversidad no nece- sariamente son ideas opuestas. Así lo demuestra el Convenio de Biodiversidad, que desde 2006 crea foros (Global Partnership on Cities and Biodiversity) y herra- mientas (Índice de Singapur de Diversidad Biológica Urbana) que desembocaron en la Conferencia de las Partes de Nagoya (Japón) de 2010 en la creación del “Plan de acción sobre gobiernos subna- cionales, ciudades y otras autori- dades locales para la diversidad biológica (2011 2020)”, donde se anima a los miembros del conve- nio a aplicarlo en el contexto del Plan Estratégico para la Diversi- dad Biológica 2011-2020. Entre sus objetivos está “identificar, me- jorar y divulgar instrumentos de política, directrices y programas que faciliten la acción local sobre diversidad biológica”. La función que realizan elementos naturales y en buen estado, como árboles, animales (invertebrados incluidos) y cauces fluviales en la regulación del clima se convierte en esencial en las ciudades, por la contaminación que deriva de ellas y por la alta concentración de personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra entre diez y quince metros cua- drados de zona verde urbana por habitante la superficie idónea para que la vida en las ciudades sea lo más placentera posible. En un cruce de datos entre un infor- me de Eroski Consumer y otro de la plataforma CAT-MED (Platform for Sustainable Urban Models) se obtiene que la media española está en 11,3 metros cuadrados, con máximos en Pamplona (26) y Vitoria (20) y mínimos desta- cables en Sevilla (5,35), Valencia (5,64), Málaga (6,33) y Barcelona (7,67). La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) también aporta su visión desde el lado de la bio- diversidad cultivada: “La horticul- tura urbana y periurbana contri- buye al suministro de productos frescos, nutritivos, disponibles du- rante todo el año, y mejora el ac- ceso económico de los sectores Huertos ecológicos, colmenas en las azoteas, jardines colgantes, ríos desenterrados, corredores verdes entre parques, cajas y troncos para facilitar la reproducción de aves y murciélagos, eliminación de plantas invasoras… En una primera lectura pueden parecer propuestas decorativas, guirnaldas en un desarrollo urbano sostenible don- de pesan más las redes inteligentes, la electrificación del transporte o la efi- ciencia energética en viviendas y ser- vicios. Sin embargo, la biodiversidad urbana, su protección, conservación y potenciación es trascendental para que todo lo asociado a lo tecnológico tenga sentido y futuro. TEXTO: JAVIER RICO C Biodiversidad Mucho más que verdear la ciudad NATURALEZA URBANA

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06 07iudad y biodiversidad no nece-sariamente son ideas opuestas. Así lo demuestra el Convenio de Biodiversidad, que desde 2006 crea foros (Global Partnership on Cities and Biodiversity) y herra-mientas (Índice de Singapur de Diversidad Biológica Urbana) que desembocaron en la Conferencia de las Partes de Nagoya (Japón) de 2010 en la creación del “Plan de acción sobre gobiernos subna-cionales, ciudades y otras autori-dades locales para la diversidad biológica (2011 2020)”, donde se anima a los miembros del conve-nio a aplicarlo en el contexto del Plan Estratégico para la Diversi-dad Biológica 2011-2020. Entre sus objetivos está “identificar, me-jorar y divulgar instrumentos de política, directrices y programas que faciliten la acción local sobre diversidad biológica”.La función que realizan elementos naturales y en buen estado, como árboles, animales (invertebrados incluidos) y cauces fluviales en la regulación del clima se convierte en esencial en las ciudades, por

la contaminación que deriva de ellas y por la alta concentración de personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra entre diez y quince metros cua-drados de zona verde urbana por habitante la superficie idónea para que la vida en las ciudades sea lo más placentera posible. En un cruce de datos entre un infor-me de Eroski Consumer y otro de la plataforma CAT-MED (Platform for Sustainable Urban Models) se obtiene que la media española está en 11,3 metros cuadrados, con máximos en Pamplona (26) y Vitoria (20) y mínimos desta-cables en Sevilla (5,35), Valencia (5,64), Málaga (6,33) y Barcelona (7,67).La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) también aporta su visión desde el lado de la bio-diversidad cultivada: “La horticul-tura urbana y periurbana contri-buye al suministro de productos frescos, nutritivos, disponibles du-rante todo el año, y mejora el ac-ceso económico de los sectores

Huertos ecológicos, colmenas en las azoteas, jardines colgantes, ríos desenterrados, corredores verdes entre parques, cajas y troncos para facilitar la reproducción de aves y murciélagos, eliminación de plantas invasoras… En una primera lectura pueden parecer propuestas decorativas, guirnaldas en un desarrollo urbano sostenible don-de pesan más las redes inteligentes, la electrificación del transporte o la efi-ciencia energética en viviendas y ser-vicios. Sin embargo, la biodiversidad urbana, su protección, conservación y potenciación es trascendental para que todo lo asociado a lo tecnológico tenga sentido y futuro.

TEXTO: JAVIER RICO

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BiodiversidadMucho más

que verdear la ciudad

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urbanos pobres a los alimentos cuando la producción familiar de fruta y hortalizas reduce sus gastos en alimentos y los productores ob-tienen ingresos de la venta”. Piensa sobre todo la FAO en las negativas repercusiones de las grandes me-galópolis de los países en desarro-llo de África, América y Asia, con grandes bolsas de pobreza que acrecientan la desigualdad y las enfermedades y amenazan la so-beranía alimentaria. Todo sin me-noscabo del desarrollo de huertos urbanos en ciudades de Europa.Tanto la OMS como la FAO insisten también en los efectos terapéuticos que tiene para la sociedad que la biodiversidad esté en el centro de las políticas de mejora de los entor-nos urbanos. Uno de los estudios más recientes sobre este tema, publicado por investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Uni-do) en el Journal of Environmental Science & Technology, concluye que trasladarse a vivir a una zona más verde no sólo mejora la salud men-tal, sino que dicha mejora persiste mucho tiempo después de haberse trasladado.“Los vecinos de las zonas menos verdes de las ciudades, con edificios más viejos y donde viven princi-palmente trabajadores manuales tienen más riesgo de fallecer duran-te una ola de calor”. Es otra de las conclusiones recogidas por el portal

de la Agencia SINC producto de la investigación de científicos catala-nes liderados por Xavier Basagaña, investigador del Centro de Investi-gación en Epidemiología Ambiental de Barcelona y uno de los autores del estudio. José Antonio Corraliza, profesor ti-tular de Psicología Social y Ambien-tal en la Universidad Autónoma de Madrid, es uno de los mayores ex-pertos en la repercusión de la natu-raleza sobre la salud. “Comparando el nivel de estrés de niños expues-tos a igual frecuencia de situaciones adversas, aquél que disfrute de un mayor contacto con áreas verdes mostrará menos estrés que el que no tenga la posibilidad de pasar tiempo en contacto con el mundo natural”. Es una de las afirmaciones contenidas en el estudio “La natu-raleza cercana como moderadora del estrés infantil”, realizado jun-to a Silvia Collado, investigadora postdoctoral en el Departamento de Psicología Social de la Universitat Autònoma de Barcelona.Conocidos los efectos beneficio-sos de la biodiversidad urbana sobre la salud, la habitabilidad, la contaminación y el clima, será bueno saber qué ciudades y qué proyectos marcan la dirección a seguir con sus buenas prácticas, máxime cuando se prevé que en 2030 las zonas urbanas de la Tie-rra se tripliquen.

HANNOVERcapital alemana de la biodiversidad 2011

Ríos reconstruidos respetando su cauce natural, bosques con certifi-cación FSC, eliminación del césped de cultivo intensivo y plantación de especies autóctonas, extensión de la agricultura ecológica….Todos estas iniciativas, más algunos pro-gramas específicos (el bosque de los niños, granjas urbanas y el cen-tro escolar de biología) hicieron a Hannover acreedora de capital ale-mana de la biodiversidad en 2011, un galardón promovido, entre otras entidades, por la Fundación Biodiversidad de España, que se desarrolló durante 2010 y 2011. Hannover, con más de medio millón de habitantes es la capital de Baja Sajonia y la ciudad más verde de Alemania, con casi la mitad del área urbana constituida por zonas verdes.

MONTPELLIERpasillos verdes irrompibles

Esta ciudad de 260.000 habitan-tes fue designada capital francesa de la biodiversidad en 2011, entre otras razones por su bien cuidadas 954 hectáreas de espacios verdes abiertos al público. Pero principal-mente se valoró que desde 2008 trabaja en la creación de una guía destinada a mejorar el urbanismo mediante la evaluación del impacto de los proyectos de forma previa a su realización. La guía ayuda a va-lorar y a respetar los espacios na-turales y la biodiversidad existentes en la ciudad y facilita a arquitectos y constructores que no “rompan” la Red Verde (también incluye riberas de ríos y zonas agrícolas), que tiene por objetivo conectar dichas áreas. Se compone de un anillo periférico de 42 kilómetros de longitud y tra-zados radiales que llegan hasta el centro de la ciudad.

VITORIA-GASTEIZy el Anillo Verde

“Fotografía de un zorro mero-deando en el interior del edifi-cio de Ataria” y “primer vídeo de una nutria en Salburua”. Es-tas entradas recientes a la pági-na web del Anillo Verde de la capital alavesa, que se podían unir a la noticia de la presencia del visón europeo (uno de los mamíferos europeos más ame-nazados) en estas zonas, dan muestra de la trascendencia ambiental que tienen los seis espacios que conforman está área en la capital vasca. Armentia, Salburua, Za-dorra, Olarizu, Alegría y Zabalgana son ejemplos de restauración y recuperación del paisaje agroforestal que tradicional-

mente dominó estas tierras y que ahora sirve para reforzar el esparcimiento salu-dable de los alaveses y para otorgar una de las mayores cotas de biodiversidad ur-bana de la Península. Esta cualidad pesó en la declaración de Vitoria-Gasteiz como Capital Verde de Europa en 2012.

SEÚL Y YONKERS desentierran sus ríos

Algunas ciudades practican el daylighting. No es ni una modalidad deportiva ni una terapia curativa, es el término anglosajón con el que se designa la devolución a su estado natural de un cauce fluvial previa-mente enterrado por el pavimentado de las ciudades. En el caso de Seúl (Corea del Sur), el río Cheonggyecheon quedó sepul-tado principalmente por una intrincada red de carreteras fruto de la expansión de una ciudad que ha crecido hasta los 10,6 millo-nes de habitantes. Una impresionante obra de ingeniería (300 millones de dólares)

desmontó gran parte de las vías para des-ahogar el cauce y convertirlo en un parque fluvial. Algo similar ocurrió en Yonkers, en el Estado de Nueva York (Estados Unidos), donde el Saw Mill salió a la luz tras años sepultado por el asfalto. Donde antes pro-liferaban los coches de un aparcamiento ahora se ven garzas intentando pescar los peces que han colonizado el cauce. Además de su función restauradora de la biodiversidad, esta renaturalización fluvial sirve también para luchar contra avenidas e inundaciones.

La Organización Mundial de la Salud cifra entre diez y quince metros cuadrados de zona verde urbana por habitante la superficie idónea para que la vida en las ciudades sea lo más placentera posible

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• www.hannover.de/es • www.montpellier.fr • www.vitoria-gasteiz.org/

anilloWeb • http://daylightyonkers.com/ • www.apiculturaurbana.com/ • www.urbanbees.co.uk/ • http://festivaldelasavescaceres.

gobex.es/ • http://

redhuertosurbanosmadrid.wordpress.com/

• www.fao.org/ag/agp/greenercities/pdf/ggc-es.pdf

La biodiversidad urbana, su protección, conservación y potenciación es trascendental para que todo lo asociado a lo tecnológico tenga sentido y futuro

LONDRESuna colmena en el tejado

Uno de los ejemplos que ha cons-tatado la estrecha interconexión que existe entre la conservación de la biodiversidad y la supervi-vencia humana es el declive de las poblaciones de abejas. El síndrome de despoblamiento de la colmena (achacado principalmente al uso de pesticidas) y, por lo tanto, la disminución de la polinización por parte de las abejas amenazan la producción de entre el 30% y el 60% de los alimentos que consu-mimos, según la región. Hay que restañar esta herida eco-lógica y la ciudad se presta tam-bién a ello, siendo Londres una de las urbes modélicas. El portal

apiculturaurbana.com destaca que “azoteas de edificios, parques, es-cuelas, jardines, áticos o incluso lugares tan emblemáticos como el Palacio de Buckingham, la Tate Gallery, Fortnum & Mason y Regent´s Park, entre muchos otros, son lugares para las abejas”. En el mapa del portal urbanbees.co.uk Londres aparece como la ciudad con más colmenas urbanas (231 puntos localizados en el Gran Londres). Campañas municipales como London’s bees need you! sir-ven para concienciar a los ciudada-nos de la importancia de las abejas y promover acciones que contribu-yan a su supervivencia.

CÁCERESFestival de las Aves

Extremadura está considerada por los or-nitólogos como una de las regiones con mayor calidad y diversidad de aves. Ciu-dades como Cáceres, Trujillo, Plasencia, Zafra y Almendralejo no escapan tampoco a esta consideración e incluso en la prime-ra se celebra anualmente el Festival de las Aves, con actividades de todo tipo (mara-tón ornitológico, teatro, danza, observato-rios, talleres…). De esta manera, el disfrute del patrimonio artístico se combina con el del natural, donde destacan los nidos de cigüeñas blancas sobre edificios y el vue-lo constante de los cernícalos. Conscientes de esta valía, Extremadura es de las pocas regiones que ha declarado zonas de es-pecial protección para las aves (ZEPA) en cascos urbanos para incorporarlas a la Red Natura 2000. La iglesia de la Purificación de Almendralejo, el azud de Badajoz y las colonias de cernícalo primilla de Cáceres, Trujillo y Zafra están entre las 21 ZEPA que incluyen núcleos urbanos.

NAIROBI Y PORTH ELISABETHlos huertos más sociales

En el barrio de Mathare, en Nairobi (Kenia), los jóvenes con anteceden-tes por robo se ganan ahora dig-namente la vida cultivando y ven-diendo hortalizas a su comunidad. Los ingresos sirven para pagar sus estudios en la escuela nocturna. En Port Elizabeth (Sudáfrica), don-de gran parte de toda una genera-ción de madres y padres murió de sida, se fomentó la implantación de huertos escolares y parcelas domés-ticas para familias encabezadas por huérfanos, en asociación con una clínica de salud. Las abuelas forma-ron un círculo social estrecho que ofrece cuidados y apoyo, y la asis-tencia a clases aumentó un 25%.

MADRID red de huertos urbanosMadrid es la capital europea con más ár-boles (300.000) y tiene uno de los parques urbanos más grandes del mundo: la Casa de Campo. Sin embargo, últimamente co-mienza a destacar por algo para lo que, apa-rentemente, no parece diseñada: el cultivo de huertos. Más de medio centenar están ya consolidados y la Red de Huertos Urbanos Comunitarios de Madrid no para de crecer gracias al trabajo de numerosos colectivos, entre los que se encuentra la Federación Re-

gional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM). Para José Luis Fernández, Kois, responsable de huertos urbanos de la FRA-VM, se trata de “dignificar espacios públicos degradados, como solares abandonados, zo-nas interbloque, parques deteriorados... para convertirlos en espacios de convivencia inter-cultural e intergeneracional”. Añade también que “lograr todo esto en Madrid, sin apoyo institucional, sitúa a la sociedad civil como un actor relevante en la sostenibilidad”.

Son muchos los proyectos de ciudades que buscan una renaturalización; desde urbes que desentierran sus ríos hasta las que apuestan por los huertos urbanos

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