Bion-Atención e Interpretación

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  • 7/28/2019 Bion-Atencin e Interpretacin

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    El tema central de este libro es el estudio de la persona en s misma o en grupo por elmto do de su observacin exacta y regist rada en formulacio nes precisas. Bion proporciona un nuevo enfoque del insight, advirtiendo al psicoanalista de la importancia deexaminar objetivamente uno de los elementos ms significativos d que dispone: ellengua je habl ado. Afirma Bion que las formulac iones verbales son las principales herr amientas con que cuenta el psicoanalista para lograr la comprensin de un individuo ode un grupo. El psicoanalista debe utilizar el "lenguaje de la realizacin" para conocerla verdad, pero teniendo en cuenta que ese lenguaje es "derivado no slo de la experienc ia sensorial, sino ta mbi n de los impulsos y disposiciones ale jados de los que de"ordinario se asocian con la discusin cientfica".Asimismo Bion estudia la mentira ("que no ha recibido la debida atencin") y descubre

    la analoga de algunos conceptos psicoanalticos con ciertas formulaciones matemticas.El temario de su obra abarca importantes tems: la medicina como modelo, realidadpsquica y sensorial, opacidad de la memoria y el deseo; las teoras, su instancia particular o configuracin general; el mstico y el grupo, continente y contenido; vrtices, suevolucin; realidad ltima, constante o imgenes visuales, las mentiras y el pensador,continente y contenido transformados; preludio o sustituto de la realizacin.

    Del mismo autor, PAIDS ha publicado estas otras cuatro obras:

    W. R. Bion: Elementos de psicoanlisis

    . Exam ina e integra los ms import ante s aspectos de las teoras clsicas de Freud y deM. Klein. Obra de sumo inters tambin por la tabl a que proporcio na para servir comoinstrumento de notacin para pensar los problemas sobre la base de un registro y cate-gorizacin de los hechos ocurridos durante la sesin analtica.

    W. R. Bion : Aprendi endo de la exper ienci a

    Estudia los problemas vinculados con la experiencia del aprendizaje, en forma especialla relacin entre el intento de conocimiento como sentimiento doloroso y la toleranciaa la frustracin, y el proceso del pensar desde el encuadre de la prctica psicoanalticacon paciente s que prese ntan sntomas severos de trastornos del pensamie nto. La edicines presentada por Len Grinberg.

    W. R. Bion: Volviendo a pensar

    Expone el desarrollo del pensamiento de W. R. Bion en relacin con su trabajo conpsicticos y con la par te psictica de la personal idad. El autor establece aqu un a teoraoriginal del pensamiento que ha significado la apertura de un vasto horizonte a la investigacin psicoanaltica. Ilumina aspectos comnmente eludidos: las limitaciones delpsicoanalista y la deformacin que sufren ciertos conceptos psicoteraputicos como "curacin", "mejora" y "tratami ento" . Bion arriba a conclusiones que rompen la corazaprotectora de las ideas familiares, exponindose l e intenta que se expongan los lectores a la fuerza desintegradora, pero curativa, de las nuevas ideas.

    W. R. Bion: Experiencias en grupos

    Proporciona las bases para integrar el enfoque psicoanaltico clsico focalizado sobreel individuo con los conceptos kleinianos de identificacin proyectiva y con las tcnicasy conceptos del enfoque de la dinmica de grupo . Las observaciones de Bion acerca delos contenidos y tono de los intercambios entre paciente y pacienta y entre los pacientesy el terapeuta en el grupo teraputico, el significado de lo que se dice y de lo que no sedice, de la mmica y de los silencios, le han permitido establecer un repertorio de conceptos qu hacen comprensibles conductas aparentemente extraas e indescifrables. Entreestos conceptos, se destaca el de supuesto bsico, con el que designa una creencia emocional de la que participan todos los miembros del grupo y que lleva a sus miembros avivir un determinado tipo de fantasas y deseos, esto es, designa una fantasa colectiva

    y Unitaria subyacente.

    Otras obras conexas que el lector puede consultar, pertenecientes a nuestro fondo editorial: H. Guntrip: Estructura de la personalidad e interaccin humana; J. Ruesch y G.

    Bateson: Comunicacin; E. Rodrigu y G. T. de Rodrigu: El contexto del procesoanaltico; J. Ruesch: Comunicacin teraputica.

    W.R.BION

    ATENCIN

    INTERPRETACIN

    biblioteca de psicologa profunda

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    Impreso en la Argentina - Printed in ArgentinaQueda hecho el deposito que previene la ley 11.723

    Ttulo del original inglsATTENTION AND INTERPRETATION

    First published in 1970by Tavistock Publications Limited

    11 New Fetter Lane, London E.C. 4Set in Photon Times 12 on 13 pt. by

    Richard Clay (The Chaucer Press) Ltd., Bungay, Suffolkand printed in Great Britain by

    Fletcher & Son Ltd., Norwich, Norfolk W. R. Bion, 1970

    Versin castellana de

    EMILIO MUIZ CASTRO

    1a edicin, 1974

    La reproduccin total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea,idntica o modificada, escrita a mquina, por el sistema "Multigraph",mimegrafo, impreso, etc., no autorizada por los editores, viola derechos

    reservados. Cualquier utilizacin debe ser previamente solicitada.

    Copyright de todas las ediciones en castellano byEDITORIAL PAIDOSS.A.I.C.F.

    Defensa 599, 3er. piso Buenos Aires

    N D I C E

    I. Introduccin, 9

    II. La medicina como modelo , 13

    III. Realidad psquica y sensorial, 29

    IV. Opacidad de la memoria y del deseo, 43

    V. Teoras: instancia particular o configuracin general, 55

    VI. El mstico y el grupo, 61

    VII. Continente y contenido , 71

    VIII. Vrtices: evolucin, 81

    IX. Realidad ltima, 85

    X. Constantes e imgenes visuales, 91

    XI. Las mentiras y el pensador, 95

    XII. Continente y contenido transformados, 103

    XIII. Preludio o susti tuto de la realizacin, 119

    Referencias bibliogrficas, 123

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    LA TABLA

    Hiptesis

    definitoria

    1

    2

    Nota-cin

    3

    Atencin

    4

    Indagacin

    5

    Accin

    6 . . . n

    AElementos Al

    A2 A6

    Elementos

    Bl B2 B3 B4 B5 B6 . . . Bn

    CPensamientos del

    sueo, sueos,

    mitos

    Cl C2 C3 C4 C5 C6 . . . Cn

    DPreconcepcin

    D1 D2 D3 D4 D5 D6 . . .D n

    Concepcin

    El E2 E3 E4 E5 E6 . . .E n

    FConcepto

    Fl F2 F3 F4 F5 F6 . . . Fn

    GSistema

    cientficodeductivo

    G2

    Clculo

    algebraico

    I

    INTRODUCCIN

    Dudo de que quien no sea psicoanalista en ejerciciopueda entender este libro, pese a que me he esforzado por

    escribirlo con sencillez. Cualquier analista en ejercicio puedeentender lo que he querido expresar porque, a diferencia deaquellos que slo leen y oyen sobre psicoanlisis, tiene la oportunidad de experimentar por s mismo lo que yo puedo representar nicamente por medio de palabras y formulaciones verbales, concebidas para una funcin diferente y desarrolladas apartir de la experiencia sensorial. La razn es esclava de laemocin y existe para racionalizar la experiencia emocional.Algunas veces la funcin de la palabra es comunicar a otro unaexperiencia; otras, impedir que sea comunicada fielmente. Enocasiones la finalidad es llegar hasta un espritu bueno y permitir que ste llegue hasta nosotros; o, a la inversa, impedrselo a

    un espritu malo. El vocabulario forjado con este material sirve,aunque inapropiadamente, cuando el objeto estudiado est presente, como ocurre en la prctica psicoanaltica. En matemtica, los clculos pueden hacerse sin que sea necesaria la presencia de los objetos acerca de los cuales hay que calcular; pero enla prctica psicoanaltica es esencial para el analista poder demostrar a medida que formula. Esto no es posible cuando lascondiciones para el psicoanlisis, en sentido tcnico estricto, noexisten. Algunos de nosotros hemos tratado de desarrollar elmtodo psicoanaltico de modo que pudiera emplearse en uncontexto grupal. Este desarrollo, si fuera posible hacerlo sin lamutilacin del carcter fundamental del mtodo psicoanaltico,

    iniciara el paso de la comunicacin privada a la pblica. Ellenguaje cumple exactamente esta funcin en el dominio de laexperiencia sensible. Las expresiones poticas y religiosas hanhecho posible un cierto grado de "publicacin" en el que

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    existen formulaciones que han alcanzado perdurabilidad y extensin. Para decirlo de otra forma, el poder transmisor de lasproposiciones se ha extendido en el tiempo y en el espacio.Vixere fortes ante Agamemnona multi y Not marble, nor theguilded monuments / Of princes, shall outlive this powerfulrhyme son expresiones de esta creencia; son interpretaciones dela experiencia humana. La atencin del psicoanalista es atradaen su esfera por una experiencia particular hacia la cual podradirigir la atencin del analizado. Para hacerlo debe emplear elLenguaje de la Realizacin. Es decir, mtodos que tengan lacontrapartida de durabilidad o extensin en un dominio dondeno existen ni el tiempo ni el espacio en el sentido en que esostrminos se utilizan en el mundo sensorial.

    Cuanto he dicho con respecto a este libro es aplicable tambin a la sesin psicoanaltica; a mi parecer se supone que laexperiencia del psicoanlisis tiene un efecto perdurable o queeso es lo que se propone. A diferencia de este libro, la sesinnos proporciona a m y a los otros la oportunidad de atraer laatencin sobre el fenmeno real al que pienso que el analizadodebe atender y esto podra reforzar el efecto de mi comunicacin. Anloga ventaja puede hallarse, segn creo, en un enfoque

    psicoanaltico de los grupos; es de esperar que la capacidadartstica, aunque til, no sea esencial para el psicoanalista. Esms, puede ser una desventaja, por cuanto esta capacidad ledara la oportunidad de proveer, como tema Platn, de unsustituto de la verdad.

    En este libro hago un anlisis tentativo de una cuestin que,segn mi manera de ver, no ha recibido la atencin debida enpsicoanlisis: la mentira. La predisposicin a mentir puede tomarse como sntoma de una personalidad gravemente perturbada. La mentira crea, por cierto, muchas dificultades en cualquier intento de aproximacin psicoanaltica; pero, por otrolado, mi experiencia en el psicoanlisis me hace pensar que la

    aptitud para mentir, tan universal que slo un mentiroso podradesconocer su naturaleza omnipresente, tiene su lugar propiocomo objeto de estudio y se la ignora, a un costo peligroso,tanto por parte del analista como del analizado. En resumen,estoy de acuerdo en que suele ser sntoma de una personalidadperturbada; pero, en mi opinin, no es necesariamente una contraindicacin para el anlisis. Por el momento, me limitar asealar uno o dos aspectos.

    Demasiado a menudo se olvida que el don de la palabra, deempleo tan destacado, ha sido elaborado tanto con el propsitode encubrir el pensamiento, por medio de la simulacin y lamentira, como con el fin de elucidarlo o comunicarlo. Por lo

    tanto, el Lenguaje de la Realizacin, si se va a utilizar paradilucidar la verdad, debe reconocerse como derivado no slo dela experiencia sensorial sino tambin de los impulsos y disposi-

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    ciones alejados de los que de ordinario se asocian con la discusin cientfica. Freud, al igual que quienes lo antecedieron,sinti la necesidad de apartarse aislarse? del grupo paratrabajar. Esto significara aislarnos del mismo material que debemos estudiar. Por lo tanto, tenemos que reorientar nuestrospuntos de vista sobre cuestiones tales como la racionalizacin yel empleo de la razn en general. El paciente dice: "De repente, cuando termin de almorzar, me lanz un vaso de cerveza ala cara sin previo aviso. Yo mantuve la sangre fra y no demos

    tr ningn resentimiento, recordando lo que usted haba dichosobre el psicoanlisis. As pas sin que nadie se apercibiese deello" . Est mintiendo? Est verbalizando una alucinacin presente? Cuestiones de esta naturaleza se presentan a lo largo deun tratamiento psicoanaltico y requieren una correcta evaluacin por parte del psicoanalista. Sin embargo, no contamos coninstrumentos refinados yo trat de llenar ese vaco con mitabla1 para ese fin. Y no estoy hablando de hacer la interpretacin, o de las numerosas teoras que la facilitan, pues latabla pertenece a una categora totalmente diferente; es anlogaa un principio de la ciencia fsica y est formada, a partir deuna matriz de teoras, para ayudar a la observacin, no para ser

    un sustituto de ella. Dejo a otros el estudio detallado de lamentira y de su diagnstico diferencial con respecto a los fenmenos que aparecen como similares. El psicoanalista debe emplear el Lenguaje de la Realizacin, pero tiene que recordar quefue elaborado tanto para el logro del engao y la evasin comopara el de la verdad. Este aspecto se presenta particularmenteclaro cuando el campo emocional que prevalece es el de larivalidad y la hostilidad tal como yo lo he descrito, en situaciones grupales, como caracterstico del supuesto bsico de ataque-huida (Bion, 1961). El individuo recibe, de manera similar,la influencia de la situacin emocional del grupo. Resulta, porlo tanto, imposible dar interpretaciones correctas, salvo por

    accidente, a menos que la situacin sea sealada. Por ejemplo,la drogadiccin se explota como encubrimiento de la psicosis;la mentira se suele justificar como un aspecto de la drogadiccin y viceversa.

    Los psicoanalistas deben determinar si estn hablando delos medios de comunicacin, incluidos los verbales, como cosasen s, o bien de otras cosas en s a las cuales representan estoselementos de comunicacin gestos, acciones, silencios y formulaciones verbales que se estn utilizando. El propsito dela tabla es recordar al psicoanalista la necesidad de discriminarun elemento de otro en su experiencia psicoanaltica y, en

    1 Vanse su reproduccin en la pg. 8 y en mi obra Elements ofpsychoanalysis (1963) (Versin castellana: Elementos de psicoanlisis, Buenos Aires, Horm, 1966), en la que he expuesto con ms detalle el sistemade la tabla.

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    particular, reconocer que lo que causa problema es, a la vez, lacomunicacin y la utilizacin que se hace de ella. Debe observar si el rasgo presentado (o el rasgo hacia cuya obstruccinquiere atraer la atencin) tiene por objeto apoyar el esclarecimiento o el engao y a qu lugar del espectro gentico pertenece (comunicacin primitiva o refinada).

    Aunque la tabla no es satisfactoria en su forma presente,espero que no confunda sino que conduzca a una versin mejo

    rada. He usado los siguientes signos2:

    Transformacin Punt o a parti r del cual empieza la trans-

    formacinT Punto en el cual se presume que la transfor-

    macin se completaTa Trasformacin del psicoanalistaTp Transformacin del analizadoO La experiencia (la cosa en s)

    Con frecuencia se utilizan analogas. Las cosas usadas y loque ellas representan son distintas. Se supone que un rifle y unpene son similares. Pero la que debe ser exacta es la relacinentre los objetos particulares en la analoga particular y no losobjetos mismos. As: el pecho es a la boca del beb como elbistur del cirujano es a X. En cualquier caso particular lainexactitud de la relacin merece ser criticada y evaluada. Losobjetos son culpables y condenables si son similares. Por ejemplo, "el cuchillo es al tenedor como el cuchillo es al tenedor"es una "no-analoga". "Los ojos son a la mente como la bocaes a la comida" es una analoga correcta y llama la atencinsobre el asunto que se observa, es decir, la relacin entre los

    dos.

    2 Aparecen empleados por primera vez en mi obra Transforma-tions (1965).

    12

    II

    LA MEDICINA COMO MODELO

    La mayora de las personas piensan del psicoanlisis, aligual que Freud, que es un mtodo para el tratamiento de unaenfermedad. Esta se miraba como si fuera similar a un sufri

    miento fsico que, cuando se conoce su naturaleza, tiene quetratarse de acuerdo con las normas de la medicina. El paralelocon sta era y sigue siendo til. Pero al desarrollarse el psicoanlisis se ha visto que difiere de la medicina fsica hasta talpunto que la brecha que los separa no es simplemente obvia,sino insalvable. Para muchos fines la analoga proporciona comparaciones aclaratorias y modelos que facilitan la exposicin.Pero cuanto ms nos adentramos en el psicoanlisis tanto msse vuelven inadecuados los modelos para definirlo, para informar acerca de l o para aplicarlo. La diferenciacin ha significado que los modelos que eran esclarecedores se han vuelto opacos y con frecuencia desorientan incluso a los psicoanalistas.

    Veamos por qu. Podemos empezar por tratar las razones obvias y simples, aunque tampoco persistirn por mucho tiempo.En la medicina fsica el paciente puede tener un dolor en el

    pecho que lo decide a visitar al mdico. A l puede explicarlela naturaleza e historia del dolor y de l puede recibir lasindicaciones para someterse a un examen posterior, digamos, arayos X o a una microscopa o a ciertas formas de tratamiento.Por lo menos as parece; ms adelante es posible que tengamosrazones para cuestionar esta descripcin. Por el momento nosservir para sealar la divergencia entre la medicina fsica y elpsicoanlisis.

    Supongamos a un paciente que se queja no de un dolor

    fsico sino mental; nadie pone en duda la existencia de la ansiedad ni ve como una incongruencia que se busque ayuda paracurarla. Encontramos necesario diferenciar entre el dolor deuna pierna rota y el que produce, pongamos por caso, unaafliccin; a veces preferimos no hacerlo, sino cambiar el dolor

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    mental por el fsico y viceversa. El mdico y el psicoanalistacoinciden en considerar que la enfermedad debe ser reconocidapor el primero; en psicoanlisis este reconocimiento debe producirse tambin por parte del paciente. El mdico considera elreconocimiento del dolor como subordinado a su curacin; elpunto de vista del psicoanalista lo expresa el doctor Johnson enuna carta a Bennet Langton: "No s si el hecho de ver la vidacomo es nos proporcionar mucho consuelo; pero el que pro

    viene de la verdad, si lo hay, es slido y duradero, al tiempoque el que se deriva del error debe ser, como su original, falazy fugitivo".

    El punto que demuestra la divergencia con mayor claridades que el mdico depende de la comprobacin de la experienciasensorial, en contraste con el psicoanalista, cuya dependenciaexiste en relacin con una experiencia no sensorial. El mdicopuede ver, tocar y oler. Las comprobaciones con las que trataun psicoanalista no pueden verse o tocarse; la ansiedad no tieneforma ni color, sonido ni olor. Por conveniencia, propongo utilizar el trmino "intuir" como paralelo, en el dominio del psicoanalista, al uso de "ver", "tocar", "oler" y "or", por parte

    del mdico.Dar ahora tres formulaciones diferentes del mismo episodio registrado en el psicoanlisis de una mujer. Podra servirfcilmente para demostrar el problema de comunicacin y publicacin que enfrenta el psicoanalista.

    La paciente hizo una asociacin para expresar, si bien demanera disfrazada, su hostilidad hacia los padres, cuyas relaciones entre s representa como las que se dan entre un rufin yuna prostituta. Aun intent obtener una respuesta tal del analistaque resultara equivocada cualquiera que fuese la faceta deasociacin multidimensional que ste eligiera para la interpretacin. Podra "probarse" que el hecho de elegir la dimensin y

    la interpretacin reflejara ms al analista que al analizado;aqul podra dudar con impotencia ante el caudal de alternativas que le presentan.

    Una versin, empleando las ms recnditas formulacionesintuitivas kleinianas desde el punto de vista psicoanaltico, sera: el paciente estaba dirigiendo un ataque contra la potenciapsicoanaltica del analista; el "proyectil" era la asociacin, quepor eso debe ser considerada como un objeto de la categoraA6 de la tabla. Las caractersticas de la asociacin consisten, obien en someter la intuicin del analista a una escisin a causade su incapacidad para formular expresiones simultneas de diversas y hasta incompatibles interpretaciones, o bien en tenercapacidad para compulsarlo, por la necesidad de actuar, a adoptar un punto de vista moral para la interpretacin a causa deque la posicin cientfica implica "escindirse" entre interpretaciones alternativas. La estrecha relacin entre las actitudes mo-

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    rales y la accin, en oposicin con el pensamiento o la meditacin, se investigar ms adelante. El primer problema es elegirqu interpretacin dar. Todos y cada uno de los muchos aspectos de la exposicin del paciente deben tenerse en cuenta antesque nada. Puede considerarse como una afirmacin o como unatransformacin; con dimensiones o aspectos mltiples, puederepresentarse por medio de una imagen visual de una figura enla cual se encuentran muchos planos o en la cual muchas lneaspasan por un punto comn. Puedo representrmelo mediante laimagen visual de un cuerpo geomtrico con un nmero infinitode caras. Depende de una comprobacin de la experiencia sensorial derivada del espacio. El intento de exteriorizar la imagenvisual se restringe como si la representacin por lneas y puntosfuera ella misma un "espacio" demasiado restringido para "contener" la imagen visual: por eso tiene longitud mientras que laimagen visual mental de una lnea o de un punto no la tiene.

    La identificacin proyectiva ha sido formulada hasta ahoraen trminos derivados de una concepcin de la idea ordinariadel hombre (o de la mujer) del espacio tridimensional. Las

    formulaciones kleinianas habituales dependen de una imagenvisual de un espacio que contiene todo tipo de objetos. Enellos se supone que los pacientes proyectan partes de su personalidad que han escindido. Melanie Klein, que descubri estemecanismo, considera que puede observarse en los pacientespsicticos y en los que estn al borde de la psicosis. Ms tardeella y sus colaboradores consideran que la teora tena unaaplicacin ms amplia y que podan detectarse concepcionessemejantes en personalidades neurticas y normales. La investigadora destac el grado de fragmentacin y la distancia a lacual fueron proyectados los fragmentos como un factor determinante en el grado de alteracin mental que el paciente des

    plegaba en su contacto con la realidad. Estoy de acuerdo coneste punto de vista; al aumentar mi prctica con pacientes perturbados se hizo evidente que se necesita una formulacin msrigurosa de la teora si se quiere que la interpretacin del analista salve la distancia entre representacin y concepcin. Lascircunstancias bosquejadas en Learning from experience y en

    Elements of psycho-analysis me lo hicieron ver claro. Deborecapitular brevemente algo de lo que escrib entonces y volv atratar ms tarde en Transformations.

    Hay pacientes cuyo contacto con la realidad presenta mayores dificultades cuando esa realidad es su propio estado mental.Por ejemplo, un nio descubre su mano; podra haber descu

    bierto tambin su dolor de estmago, su sentimiento de miedoo de ansiedad, o su sufrimiento mental. En la mayora de laspersonalidades comunes esto es cierto, pero existen personasque toleran tan poco el dolor o la frustracin (o para las cualesel dolor y la frustracin son tan intolerables) que sienten el

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    dolor pero no desean sufrirlo y por eso no puede decirse que lodescubren. Qu es lo que no quieren sufrir o descubrir tenemosque conjeturarlo a partir de lo que aprendemos de los pacientesque s se lo permiten. El paciente que no quiere sufrir dolordeja de "sufrir" placer y esto le resta el estmulo que de otraforma podra recibir de un alivio accidental o intrnseco. Alldonde un paciente entendera que una palabra seala una con

    juncin constante, la experimenta como algo que no est all, y

    lo que no est all, como lo que est all, es indistinguible deuna alucinacin. A causa de que el trmino "alucinacin" tieneuna penumbra de asociaciones que podra ser inadecuada, hellamado a estos objetos elementos beta.

    Las descripciones de cmo estos objetos se le aparecen alpaciente y de cmo se me aparecen a m estn pensadas parafavorecer la comprensin del lector, pero no tienen rigor suficiente para que se las utilice en la prctica. Las formulacionestienen el status de elementos en la categora C de la tabla.

    Supongamos que el paciente es capaz de tolerar la frustracin y el dolor: su historia diferir en importantes aspectos de

    la que hemos visto. Para l el nombre representa una"no-cosa", pero su capacidad de tolerancia le permite observaruna conjuncin constante, unirla con un nombre o utilizarlacuando ya ha sido nombrada. El paciente A, como ahora llamar tambin al intolerante, tiene entonces a su disposicin elementos beta u objetos fantsticos y su caso difiere en esteaspecto del paciente B, como ahora llamo al segundo, que puede tolerar y por lo tanto nombrar (incluso si el nombre no esms que un gruido o un aullido) una conjuncin constante, yde ese modo investigar su significado. Tanto si el elemento betao el objeto fantstico debe clasificarse o no como pensamiento,es una cuestin de utilidad cientfica que puede determinarse

    ms adelante. Yo sugiero, con carcter provisorio, que todos loselementos beta se distingan de los que estn presentes en losprocesos mentales del paciente B, considerando que los ltimosson pensamientos y los primeros no. A los elementos ms primitivos del pensamiento desde el punto de vista gentico losagrupar como elementos alfa, distinguindolos de los elementos beta.

    Usar ahora los conceptos geomtricos de lneas, puntos yespacios (como derivado originalmente no de la realizacin enun espacio tridimensional sino de las realizaciones de la vidamental emocional) como reintegrables a la regin de la cualconsidero que han surgido. Es decir, si el concepto de espacio

    del gemetra deriva de una experiencia "del lugar donde estabaalgo", se debe volver a iluminar la regin donde, en mi experiencia, es significativo decir que "un sentimiento de depresin"es "el lugar donde estaba un pecho u otro objeto perdido" y

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    que el "espacio" est "dnde la depresin, o alguna otra emocin, sola estar".

    Yo he sealado que este espacio, estos puntos y estas lneasdifieren en una importante proporcin, es decir, que en el dominio de las imgenes visuales mentales un nmero infinito delneas puede pasar por un punto, pero si intento representaresta imagen visual por medio de un punto y lneas trazados enun papel, slo habra posibilidad de trazar un nmero finito deellas. Esta cualidad limitada es inherente a todas las realizaciones del espacio tridimensional que se asemejan a los puntos, alas lneas y al espacio del gemetra, pero no al espacio mentalhasta que se intenta representar ste por medio del pensamiento verbal. En estos trminos estoy postulando el espacio mentalcomo una cosa-en-s que es incognoscible, pero que puede representarse por medio de pensamientos. En el pensamiento incluyo todo lo que es primitivo, incluso elementos alfa talescomo los he descrito hasta ahora. Excluyo, arbitrariamentepor definicin, los elementos beta. Los pensamientos puedenclasificarse con las realizaciones de todos los objetos que seaproximan a las representaciones del espacio tridimensional eneste particular: son intolerables para el paciente A porque comparten la frustrante cualidad de todas las realizaciones. Sin embargo, para el "hombre comn", los pensamientos no tieneneste carcter restrictivo hasta que es necesario aplicarlos al material preverbal. El material puede ser preverbal a causa de quela persona que busca verbalizarlo no ha tenido suficiente experiencia de l para observar una conjuncin constante. Se encuentra en un estado anlogo al observado en un nmero deconfiguraciones similares tales como: tener dolor sin sufrirlo, laincomprensin del movimiento planetario porque el clculo diferencial no ha sido inventado, no ser consciente de un fenmeno mental porque ha sido reprimido, no tener conocimiento deun suceso porque no ha ocurrido.

    En estas situaciones los problemas asociados requierenque se los piense para dar con su solucin. En todas el pensamiento es restrictivo y puede experimentarse directamentecomo tal tan pronto como una intuicin requiere representacin para la comunicacin privada. Puesto que el pensamiento libera a la intuicin, hay un conflicto entre el impulso adejarla inexpresada y el impulso a expresarla. El elemento restrictivo de la representacin, por lo tanto, interfiere en la transformacin T del material preverbal. Un hombre logra latransformacin; el otro, que no puede tolerar la restriccin, nolo hace. Entonces est privado de la liberacin que le dara el

    pensamiento si l fuera capaz de tolerarlo. La irrupcin delprincipio de realidad se pone as en peligro. En mi definicindel pensamiento, el segundo hombre no generar elementos alfay no ser capaz de pensar. Cualquier substituto que encuentra

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    para el pensamiento no se puede clasificar como tal. Cuandotrate la verbalizacin psictica considerar de nuevo este punto.

    La falta de la funcin alfa, que debe producir elementosalfa, implica la ausencia de imgenes visuales mentales de puntos, lneas y espacios. Por eso el paciente A carece del equipamiento que lo podra ayudar a delinear la realizacin del espacio mental. Su posicin es anloga a la del gemetra que tuvoque esperar la invencin de las coordenadas para poder elaborar

    la geometra algebraica.Consideremos ahora al paciente enfrentado a una experiencia en la cual el paciente recurrira a una identificacin proyectiva como la bosquejada por Melanie Klein. El carcter restrictivo de la realidad y la dependencia de la identificacinproyectiva sobre el reconocimiento de objetos evita la proyeccin de partes de la personalidad porque no hay ninguna concepcin de continentes en los cuales podra tener lugar la proyeccin. Por eso se siente que la proyeccin explosiva tienelugar en lo que para el analista es la realizacin del espaciomental: un espacio mental que no tiene imgenes visuales quecumplan las funciones de un sistema coordinado, ya se trate del

    "cuerpo facetado" o de la figura multidimensional multilinealde lneas que se interceptan en un punto. Por lo tanto la realizacin mental del espacio se siente como una inmensidad talque no puede representarse ni siquiera por medio del espacioastronmico, porque no hay ninguna posibilidad al respecto.

    Paradjicamente esta explosin es tan violenta y trae apare-jado un miedo tan inmenso -al que nos referimos de aqu enadelante como miedo o pnico psictico- que el paciente pue-de expresarlo por un silencio total y repentino (como paraalejarse cuanto sea posible de una explosin devastadora).

    El estado siguiente puede expresarse con mayor facilidad

    tomando como modelo el shock quirrgico en el cual la dilatacin de los vasos capilares en todo el cuerpo aumenta de talmodo el espacio en el que la sangre puede circular que elpaciente puede desangrarse en sus propios tejidos. El espaciomental es tan vasto en comparacin con cualquier realizacin deespacio tridimensional que se siente como si se perdiera la capacidad emotiva del paciente porque la emocin en s mismaparece agotarse y perderse en la inmensidad. Entonces lo quepuede aparecer ante el observador como pensamientos, imgenes visuales y verbalizaciones, debe tomarlo como restos remanentes o fragmentos de un discurso imitado y de una emocinhistrinica sinttica que flotan en un espacio tan vasto que sus

    confines, tanto temporales como espaciales, estn sin delimitar.Los sucesos de un anlisis, extendidos a lo largo de lo que parael analista son varios aos, no son para A sino los fragmentosde un momento disperso en el espacio. La distancia temporalque separa una afirmacin de la otra puede tomarse como me-

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    dida de la distancia espacial de un elemento del otro en la quetodos son contemporneos. Por eso A dice que no poda comprar helado (no ice-cream). Seis meses ms tarde notifica que nopuede todava comprar helado (no ice-cream). Tres das despus dice que lleg muy tarde para comprar helado (ice-cream):ya no quedaba. Dos aos ms tarde dice que supone que nohay helado (no ice-cream). Si hubiera yo sabido, cuando semencion por vez primera el asunto, lo que s ahora, podrahaber sealado el tiempo y el lugar de la referencia, pero no losaba y por consiguiente no pude prestar atencin a esta afirmacin o sealarla. Cuando lo hice fue a causa del tema intruso"yo grito" (I scream). Fue todava ms tarde cuando me dicuenta del significado de "no hay helado" (no-I scream). Eneste momento slo podra hacer una muy vaga referencia a laspresentaciones previas del material. Por la manera en que seprodujo, esta dificultad pareca no tener importancia y yo hicemi interpretacin. Con todo, me sentira ms feliz si pensaraque mi aumento de experiencia podra conducir a una observacin y uso del material ms tempranos. Ahora s que se desatun violento ataque contra una relacin en la cual el nexo entre

    las dos personalidades haba sido "yo grito" (I scream). Esto sehaba destruido y el lugar del nexo (I scream) haba sido ocupado por un "no-yo grito" (no-I scream). El nexo "I scream"(yo grito) en s haba sido previamente comida, ice-cream (helado), un "pecho", hasta que la envidia y la destructividad hubieron transformado el pecho bueno en un "I scream" (yo grito).Hirindolo en forma narrativa: el paciente haba estado ligadoa su objeto por un pecho bueno (le gustaba el ice-cream[helado]). Bs posible que l haya atacado al pecho, que lo hayamordido en realidad. El lugar del pecho como nexo fue tomadoentonces por un "I scream" (yo grito). Ataques posteriores loconvirtieron en un "no-I scream" (no yo grito). La destruc

    cin del nexo por explosin tuvo lugar ahora en el dominio dela realizacin mental. Debido a la infinitud del espacio mental,los fragmentos del nexo se dispersaron instantneamente. La"distancia" entre un fragmento y otro se mide en tiempo. 1

    Debe mostrrsele al paciente la evidencia sobre la que sebasa la interpretacin; si la evidencia se halla dispersa a lo largode varios aos de actuacin (acting-out), el problema de interpretacin reviste serias proporciones, porque el medio en elcual efecta el paciente su transformacin no es predominantemente la lengua coloquial sino la actuacin. El anlisis puede

    1 Este relato es un ejemplo del empleo de con mi TaO y del pasode a a Ta. Ta es mi intento de reconstruir , y Tp. Cuandose llega a este grado de comunicacin privada, el problema consiste enhacerla pblica: en formularla en lenguaje corriente, que el paciente puedacomprender (vase Bion. 1965).

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    considerarse como un momento en el tiempo, prolongado demodo que se convierte en una lnea o una superficie extendidaa lo largo de una cantidad de aos: una membrana extremadamente delgada de un momento. Contemplado as, el anlisistotal puede verse como una transformacin en la cual ha ocurrido una intensa y catastrfica explosin emocional O (elementos de personalidad, nexo y segunda personalidad han sido expelidos instantneamente a vastas distancias de su punto de

    partida y unos de los otros). Este explosivo suceso O se transforma entonces en el medio de actuacin, y, por virtud de loselementos beta, en Tp, en el cual el espacio, que es restrictivo

    y no est sujeto a una formulacin adecuada de distancia entrelos elementos beta, se reemplaza por la realizacin correspondiente al tiempo. Aunque no hay ninguna representacin delespacio mental a la disposicin del paciente y la realizacin delespacio tridimensional es demasiado restrictiva para un temperamento que no tolere la frustracin, la realizacin del espaciomental, en cuanto es ilimitado, permite una continua y constanteexpansin y separacin de los elementos beta. Para la investigacin de este estado mental el paciente no puede, pero s elanalista, emplear puntos, lneas y espacios. El gemetra losha utilizado para la investigacin del espacio tridimensional y,mediante la sustitucin de la geometra algebraica por la figurativa de Euclides, ha sido capaz de extenderla al espacio multidimensional y deja el espacio euclidiano para que se lo utilice enla preparacin psicolgica para las geometras no euclidianas delas que disponemos ahora. Podemos nosotros del mismo modoutilizar los conceptos de la geometra euclidiana para volver alas realizaciones emocionales a partir de las cuales yo creo quesurgi originalmente? Se necesita una formulacin tan generalque obvie una multiplicacin de teoras para enfrentar una di

    versidad de realizaciones que muestran la misma configuracin,pero tan precisa que no abarque otras cuya similitud es sloaparente, o cuya apariencia de similitud se debe a una irrelevante fantasa visual de categora C.

    La imposibilidad de comunicarse sin frustraciones resultatan familiar que se olvida la naturaleza de la frustracin. Lamayora de las personas son conscientes de ello como de unfenmeno pasajero que se experimenta en relativamente pocasocasiones. En la labor psicoanaltica los problemas interfierencon ms frecuencia porque el sujeto es novel y sus dificultadesson desconocidas; las dificultades se hacen todava ms notoriascuando el material a comunicar es preverbal o no verbal. Elpsicoanalista puede utilizar silencios; l, como el pintor o el msico, puede comunicar material no verbal. Del mismo modo, el pintor puede comunicar material no visual y el msico material noaudible. El material preverbal que el psicoanalista debe tratarconstituye, por cierto, una muestra de la dificultad de comunicar -

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    se que aqul experimenta. La posibilidad de usar puntos, lneasy espacios resulta importante para la comprensin del "espacioemocional", para la continuidad del trabajo y para evitar unasituacin en la cual dos personalidades desarticuladas se muestran incapaces de liberarse de la esclavitud de la desarticulacin.

    Esta relacin estril para ambas partes proporciona un modelo para algunas relaciones internas del s mismo. Cuando el smismo establece relaciones de este tipo, tanto el continente,como el contenido deben destruirse. Por ltimo, el individuono puede contener impulsos apropiados para con un compaero, ni ste para con el grupo. El problema psicoanaltico es elproblema del desarrollo y de su resolucin armnica en la relacin entre el continente y el contenido, repetida a nivel individual, de pares y, finalmente, de grupo (de un modo intra yextrapsquico).

    Cualquier hiptesis definitoria, ya sea que se trate de unaexclamacin, un nombre, un sistema terico, o una exposicinextensa, un libro, por ejemplo, tiene, y siempre se reconocias, una funcin negativa. Siempre debe implicar que algo es y,

    al mismo tiempo, que algo no es. Por lo tanto, deja abierta alreceptor la posibilidad de inferir uno u otro aspecto segn sutemperamento. Si la personalidad es incapaz de tolerar la frustracin, no parece haber ningn motivo para que no llegue a laconclusin de que la hiptesis definitoria significa que algo es.Se permite, entonces, que la afirmacin se convierta en unapreconcepcin y se deja abierta la posibilidad para que se sature el elemento no saturado. Pero supongamos que la incapacidad para tolerar la frustracin sea "excesiva": la personalidadpuede reaccionar contra la afirmacin viendo tan slo sus implicaciones negativas y, en un caso extremo, negndose a admitirque la afirmacin que para l es una "na da" exista siquiera. Se

    trata entonces de anularla en su funcin de hiptesis definitoria. Puede servir como ejemplo el nio que no puede tolerar el destete porque lo domina la prdida del pecho, y porconsiguiente, no puede aceptar lo que podra tener a cambio del. El paciente no puede tolerar la hiptesis definitoria y, porlo tanto, no lleva a cabo la preconcepcin (D4).

    El conocimiento de la prdida, del aspecto negativo de ladefinicin, del "pensamiento" como una "no-cosa", es inmediato; el conocimiento de la ganancia, si es que la hay, debeesperar los resultados de permitir que el pensamiento u otraafirmacin se conviertan en una preconcepcin ( ()). Es de-cir, que la incapacidad "excesiva" para tolerar la frustracinpuede llegar a impedir el desarrollo de la preconcepcin (funciones D4). Es posible que la intolerancia "excesiva" impidatomar conciencia de las realizaciones. La "no-cosa" con su realizacin correspondiente (de algn objeto no presente) es pasible de destruccin, mientras que la "alucinacin" resultar fa-

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    vorecida por su proximidad. Otra manera de formular esto consiste en decir que se siente que el dominio de las realizacionesy todo lo que podra representarlas no proporciona "espacio"suficiente para la libertad, mientras que el dominio de la alucinacin s lo hace. Al pasar, debo llamar la atencin sobre elhecho de que tanto la prdida en la hiptesis definitoria comoel sentido de la gratificacin en la alucinacin dependen de unalcance mental restringido. En ambos casos podra decirse quela reaccin, de intolerancia en uno, de gratificacin en el otro,se asocia con una "visin" miope. En consecuencia, no se considera que el pensamiento ofrece libertad para el desarrollo,sino que se lo percibe como una restriccin; por el contrario, elacting-out parece producir una sensacin de libertad. A fortioriuna alucinacin est destinada por su cualidad de cosa en s(no el pensamiento del pecho sino el pecho mismo) a ser indistinguible de la libertad. Puede entenderse, entonces, que el paciente enfrenta una eleccin: o bien permite que su incapacidadpara soportar la frustracin utilice lo que de otro modo podraser una "no-cosa" como pensamiento y logra as la libertad quedescribe Freud (1911), o bien utiliza lo que podra ser una"no-cosa" como base de un sistema de alucinosis.

    De este ltimo surgir el conjunto de transformaciones dela alucinosis que es necesario diferenciar de las transformaciones de la pintura, la msica, la matemtica y el dominio de lacomunicacin verbal. La importancia de esta ltima distincinaumenta por el hecho de que las palabras se utilizan tanto en laexpresin de la comunicacin verbal como en las transformaciones en alucinosis. Sin embargo, la consideracin de la naturaleza de las distintas reacciones ante la "no-cosa" mostrar que lapalabra que representa a un pensamiento no es igual a la palabra idntica cuando representa a una alucinacin. Puesto quepuede existir una similitud muy estrecha entre las palabras em

    pleadas en los dos sistemas y, a veces, en el mtodo medianteel cual parecen combinarse, es importante descubrir en quconsiste la diferencia. La diferencia entre la filosofa (e inclusoel psicoanlisis terico) y la prctica del psicoanlisis puedeobservarse al considerar lo que el descubrimiento de esta diferencia significa para el filsofo o el terico y lo que significapara el psicoanalista en ejercicio que se ve obligado a decidir enla propia situacin emocional si las afirmaciones del pacienterepresentan una alucinacin o un hecho de la realidad exterior.Por este motivo el psicoanalista debe poseer experiencia relacionada con las realidades no-sensoriales y debe ser capaz de ignorar la experiencia sensorialmente derivada cuando se presentaformada en la memoria. La palabra "perro" representa realizaciones distintas en la investigacin cientfica y en la alucinosis;pero la palabra "perro" en s no es la misma cuando representauna realizacin en la investigacin cientfica y un elemento

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    perteneciente al dominio de las transformaciones alucinatorias.A veces resulta til considerarlo anlogo al de la imagen visualen una perspectiva reversible. En la imagen visual los trazos deun dibujo sobre el papel permanecen inalterados pero "significan" ya dos caras, ya un florero; del mismo modo "dog"(perro) puede significar perro o Dios (God), por ejemplo. En lastransformaciones no psicticas lo invariable es insignificante: elparecido con el discurso ordinario, el hecho de que la palabrasea idntica en la transformacin psictica como en la no psic

    tica es accidental.Todas las modalidades de comunicacin, verbales, musicales,artsticas, concuerdan slo de una manera muy aproximada conlas realizaciones a las que parecen representar. Por equivocacinse puede considerar la alucinacin como una representacin y,por consiguiente, impropia para algunas actividades. Puesto quelas transformaciones verbales, musicales y artsticas poseen valores compensatorios que surgen de su carcter de transformaciones de O, es natural considerar una posibilidad similar con laalucinosis. Pero las alucinaciones no son representaciones: soncosas en s mismas nacidas de la intolerancia de la frustracin ydel deseo. Sus defectos no se deben a su incapacidad para

    representar sino a su incapacidad para ser. Por lo tanto resultanecesario que consideremos la diferencia entre la realidadpsquica y la realidad externa.

    Como mi inters primordial consiste en la formulacin deuna teora, los ejemplos que expondr a continuacin van amodo de formulaciones C, no como registros de experienciaclnica. Mi intencin es aproximarme a una presentacin tericams rigurosa, es decir, menos expuesta a malas interpretacionesdebidas, ya a defectos lgicos, ya a un exceso de flexibilidadpor tratar de representar configuraciones diferentes de las mismas estructuras y funciones fundamentales, ya a su incapaci

    dad, debida a exceso de rigidez, para representar realizacionesen las cuales los elementos fundamentales son invariables perolos accidentales son diversos. Estos ejemplos son elementos dela categora C empleados como preparacin para formulacionestericas que pueden sustentarse por s mismas: el lector debeconsiderar "estos ejemplos" como apoyos psicolgicos paraentender con propiedad las teoras. Desde este punto hasta elfinal del captulo representaremos las experiencias emocionalesmediante formulaciones C.

    1. Los pacientes, para cuyo tratamiento deseo formular teoras,experimentan dolor, pero no sufrimiento. Puede que sufran a

    los ojos del analista porque ste puede, y realmente debe sufrir.El paciente puede decir que sufre, pero esto slo se debe a que nosabe lo que es sufrir y confunde el hecho de sentir dolor con elsufrimiento del dolor. La teora deber necesariamente representar la realizacin en la cual esto es posible y mostrar cmo sucede.

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    La intensidad del dolor que experimenta el paciente acrecientasu temor a sufrirlo

    2. El sufrimiento del dolor implica respeto por el motivo deldolor, sea propio o ajeno. Al carecer de este respeto no lo tienetampoco por ningn procedimiento que, como el psicoanlisis,tenga que ver con la existencia del dolor.

    3. La frustracin y el dolor intenso se identifican.

    4. El dolor se sexualiza; por lo t ant o, se inflige o se acepta,pero no se sufre (excepto a los ojos del analista o de otroobservador).

    5. A los fines de esta exposicin, la siguiente asociacin se describe de una manera narrativa, los elementos componen unasecuencia y se conectan en una cadena de causalidad. La realizacin de la conjuncin constante no tiene ningn elementoque se aproxime a los elementos secuenciales o causales de lanarracin que los representa. Estos rasgos slo pertenecen a la

    representacin de la categora C, no a la de realizacin querepresentan. El paciente siente el dolor que le causa la falta decumplimiento de sus deseos. La falta de cumplimiento se experimenta como una "no-cosa". La emocin suscitada por la "no-cosa" se siente como indiferenciada de la "no-cosa". La"no-emocin" reemplaza a la emocin. En la prctica, esto nopuede significar sentimiento alguno, o una emocin, tal comola ira, que pertenece al tipo de la columna 2, es decir, unaemocin en la cual la funcin fundamental es la negacin deotra emocin.

    6. Como elemento de la columna 2, toda emocin sentida es

    una "no-emocin". En este aspecto es anlogo al "pasado" o"futuro" como representacin del "lugar donde el presente sola estar" antes de que el tiempo fuera anulado.

    7. De una manera similar se anula el "lugar" donde exista eltiempo (o un sentimiento, o una "nada" de cualquier tipo). Heah creado, entonces, un dominio de lo no-existente. Aunqueno he llegado nunca a una comprobacin que corresponda a unestado tal, puedo imaginar un estupor tan intenso que podraparecer que as ha ocurrido. Con todo resulta til postularlo,en parte porque hay ocasiones en que conviene suponer que elpaciente sustenta esa creencia, y en parte, porque es convenien

    te para el analista. Como se ver, los significados no elaborados se refugian en el estado relativamente falto de significadodel trmino "no-existente" como categora 1 . Algunos de lospacientes con los que tengo cierta familiaridad logran un estadoal que quiero aplicar el trmino "no-existencia", a lo sumo por

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    algunos momentos; a esto sigue una externalizacin o evacuacin de "no-existencia". Esta se convierte de inmediato en unobjeto inmensamente hostil y lleno de una envidia asesina porla calidad o funcin de existencia dondequiera que se halle. El"espacio", ya como una representacin, ya como una realizacin de la que el trmino se deriva o a la que representa, sevuelve terrorfico o se convierte en el terror mismo: "Le silencede ees espaces infinis m'effraie". El espacio del hombre comn,del astrnomo o del fsico se confunde con el "espacio mental", y sus objetos con los objetos del "espacio mental".

    8. La aproximacin cientfica o elaborada tiende a confundirsecon las realizaciones para cuya representacin se aplican susformulaciones. Se considera al punto (.) y a la lnea () comosi fueran anlogos a las representaciones de una perspectivareversible. Su significacin vara, por lo tanto, de acuerdo conel punto de vista (o vrtice) con el que se los asocia. Losvrtices pueden tener como realizaciones aproximadas distintasdisciplinas reconocidas, tales como religin, matemtica, fsica,msica, pintura y otras artes. Las formulaciones asociadas con

    un vrtice particular pueden clasificarse segn la tabla.9. El ejemplo siguiente tiene como fin facilitar el acceso auna representacin ms rigurosa de "puntos de vista" o vrtices. El paciente corresponde a la personalidad A; el analista, ala B. El intercambio anal tico descrito se encuentra en unaetapa avanzada en el anlisis, en el sentido de que el paciente,que se encontraba perturbado en extremo, se ha ido adaptandoa lo que el psicoanalista considera que es la realidad. Del mismo modo, el psicoanalista ha logrado adaptarse mejor a lo queel paciente considera que es la realidad. "En algn lugar" sehalla presente un "supery" que es cruel, desprovisto de todaslas caractersticas que por lo general se asocian con l, y, porfin, de la "existencia" misma. Por lo tanto, posee las caractersticas de la "no-existencia" ya descripta en el apartado nmero 7. Empleo el trmino "supery" como una teora intuitivapsicoanaltica, ahora con el status de una realizacin, que yodeseo reformular en funcin de otra teora intuitiva.

    El paciente habla con libertad, pero sus comunicacionesconsisten en oraciones inconexas que en cualquier mbito ajenoal psicoanlisis seran descriptas como "incoherentes". Un trmino semejante no resulta lo bastante esclarecedor como paraconducir a una interpretacin psicoanaltica; pero el "vrtice"(el "punto de vista" resultante de la consideracin del anlisis

    como una conversacin corriente) me proporciona un trminodescriptivo adecuado para el propsito inmediato. Por su faltade propiedad para continuar la discusin psicoanaltica, el trmino "incoherencia" debe ser considerado con una actitud mscrtica.

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    A medida que pasa el tiempo y a veces son necesariosmuchos meses de observacin la "incoherencia" manifiesta caractersticas que cambian de una manera constante. En un ataque de impaciencia el analizado puede describirlas como insustanciales, y tal vez lo sean, ya que en realidad las oracionespueden comunicarlo todo excepto la esencia. El paciente mutilaalgunas frases. Emplea pronombres personales de modo que nose conoce a qu personas stos se refieren. Omite partes importantes del discurso, y as sucesivamente. Las mutilaciones difie

    ren por su forma y efectos. No siempre privan de sentido a lasfrases, aunque a veces la "falta de sentido" es su "sentido".Este tipo de peculiaridad es slo una manifestacin de ataquesa la articulacin, siendo el vnculo la tcnica del psicoanlisis, ytambin, el propio discurso articulado. Mi inters inmediato noson los ataques a la articulacin sino un aspecto de la transformacin (Bion, 1965). El paciente, que se ha provisto de unaserie de afirmaciones, escucha la interpretacin y luego contina, segn todas las apariencias, del mismo modo. Una observacin ms extensa revela que en realidad se ha producido uncambio. Si mi interpretacin intentaba mostrarle que estabahablando ms para esconder que para revelar algo relacionado

    con su vida sexual, l se identificar con un "punto de vista"(un "vrtice") tal que slo se esclarezcan ciertos elementos demi interpretacin. De este modo imita al matemtico cuya frmula lleva a cabo una transformacin en un espacio vertical.Representar lo que sucede mediante un modelo de movimiento lento:

    El paciente comprende la substancia de lo que digo. Latotalidad de la afirmacin, incluida la implicacin de que soy elanalista, es evacuada (el mecanismo representado por la teorade identificacin proyectiva). Se identifica con el analista y envirtud de su intuicin puede "ver" el significado de mi interpretacin. El significado que l "ve" entonces es que estoy enojado, celoso, envidioso, a causa de mi exclusin de participar ensu vida sexual o de comprenderla. Entonces exclama: " Quruido terrible! ".

    Su observacin, sin la historia interpolada, aparece como unnon sequitur; si el relato dado se toma como representacin delos hechos mentales no expresados en el intervalo entre la interpretacin y la respuesta, la incoherencia desaparece. Se puedenhacer muchas suposiciones acerca del vnculo entre la interpretacin y la respuesta. Una serie supone que debe ser compatiblecon el respeto por la verdad; otra, que debera conformarse deacuerdo con el respeto por la omnisciencia; una tercera, que

    debe ser compatible con ambos. En la preconcepcin resultadeterminante el rol del deseo.En este episodio estn presentes algunos de los rasgos no

    satisfactorios sobre los cuales deseara llamar la atencin. No

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    hay evidencia para sustentar la suposicin particular formulada.Lograrlo implicara la mproba tarea de explicar la historia demi evolucin mental, o al menos la parte limitada de sta compartida con el paciente que ha llevado a sumar "deseos" a lascreencias originales (categora Cl de la tabla) de que mi analizado era mi paciente.

    Adems he empleado trminos, "omnisciente" es uno deellos, que representan evoluciones similares de significado paraque el trmino se convirtiera en la premisa de posteriores desa

    rrollos. "Omnisciente" es, por lo tanto, un elemento perteneciente a las categoras C3 y D4.El paciente puede clasificar las mismas afirmaciones de un

    modo totalmente diferente, tal como se desprende de la descripcin que yo hice de su interpretacin de mi interpretacin.Para enfrentar esta dificultad propongo construir una figura quesirva para representar los aspectos invariables de una situacinsiempre cambiante.

    A modo de preparacin psicolgica para la recepcin de unsistema independiente de las situaciones particulares para lasque se pretende que sirva, har uso de descripciones que care

    cen de rigor, pero tienen definicin. Esto lleva a una falta deflexibilidad en la formulacin final en la que se tra ta de combinar la flexiblidad y el rigor. Puede considerarse que el sistemaest contenido en un espacio emocional que est dentro de lmismo: un "exoesqueleto" o un "endoesqueleto".

    Para construir esto diferencio una conciencia de la realidad,de una negacin, o de un ignorarla, o de una ignorancia deaqulla. A ignorar la realidad; la aceptar. Con el vrtice A, larealidad ser restrictiva y frustrante; con el vrtice B, ser liberadora y conducir al desarrollo.

    Adems, supongo una aproximacin axiomtica en todas lasformulaciones tericas; las afirmaciones axiomticas no se dife

    rencian de los postulados y de las premisas: estn tratados como si fueran indiferenciables unos de otros y de las hiptesisdefinitorias. Las hiptesis definitorias son afirmaciones quedan el vnculo de una conjuncin constante, cualquiera que seael contenido de la formulacin. Considero que cualquier teorema es apto para uno de los usos del eje horizontal. Pero cuando una columna 1 en columna 3 y 4, significa que la categoraha cambiado a la fila D. Cualquier teorema puede esclarecer loshechos que no estaba destinado a mostrar, pero, a la inversa,cualquier sistema deductivo, tan pronto como se use, pareceracumular significado de una manera anloga a la preconcepciny, al hacerlo, parecer requerir axiomas que no fueron necesarios para completar el sistema.

    Cualquier sistema deductivo puede parecer consistente en smismo siempre que se mantenga definitorio, es decir, con caractersticas que lo califiquen como perteneciente a la columna 1.

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    Las deducciones pueden parecer consistentes y lgicamente necesarias mientras no se pregunte "necesarias para qu?" o"pa ra quin?" . Pero, si se dice de ellas que son lgicamentenecesarias, esto es en s mismo una afirmacin relativa al sistema y no se la puede refutar a menos que se la use. Pero si sepermite realmente que se sature, es decir, si se la usa como unapreconcepcin, entonces la preconcepcin se combina con larealizacin para producir una concepcin (E) y una vez mspara producir un concepto (F). La concepcin (E) tiene como

    caracterstica no slo que registra por implicacin (existe unarealizacin que se aproxima a la preconcepcin) sino tambinque existe una realizacin que se aproxima a la concepcin,aunque su existencia no se conoca an cuando se formul lapreconcepcin. No bien el sistema deductivo demuestra su valorcomo instrumento de investigacin, peligra la autocoherencia,que pareca existir cuando el dominio en el que se aplicaba elsistema era limitado, pues se hacen necesarios ciertos ajustespara adecuar el teorema a su dominio ampliado. Puesto que elsistema arroja luz sobre hechos cuya significacin era desconocida (los elementos de la posicin paranoica-esquizoide) y deese modo hace peligrar su autocoherencia, se despoja de las

    limitaciones del dominio en el cual se aplica. Se aproxima a lailimitacin y a la universalidad. Puede expresarse el dilema deeste modo: si el sistema tiene coherencia interna, es limitado; sino es limitado, entonces no se lo puede considerar autoco-herente, puesto que su autocoherencia es contingente. Msan, puede parecer que sus formulaciones dependen de unaformulacin axiomtica cuya existencia ni siquiera se sospechaba, y mucho menos se la consideraba lgicamente necesaria,cuando se formul el sistema y se hallaba en el mismo estadoque todas las categoras de la columna 1.

    28

    III

    REALIDAD PSQUICA Y SENSORIAL

    Los ejemplos del captulo anterior no son satisfactorios y loque me propongo ahora es considerar algunas de las razonespor las que ello es as.

    Los hechos psicoanalticos no pueden enunciarse de un modo directo, indudable e incorregible, anlogamente a lo que

    sucede con aquellos que conciernen a otras bsquedas cientficas. Utilizar el signo O para denotar lo que es la realidad ltima, representada por trminos tales como realidad ltima, verdad absoluta, la divinidad, el infinito, la cosa en s. Salvo inci-dentalmente, O no cae dentro del dominio del conocimiento odel aprendizaje; es posible "devenir" O, pero no "conocerlo".Es oscuridad e informidad, pero entra dentro del dominio de cuando ha evolucionado hasta un punto en el que puede serconocido, mediante el conocimiento obtenido por vas de experiencia, y formulado en trminos derivados de la experienciasensorial; su existencia se conjetura fenomenolgicamente.

    Los hechos de la experiencia psicoanaltica son transformados y formulados. El valor de estas formulaciones puede determinarse de acuerdo con las condiciones en que se efectan lastransformaciones. Las formulaciones de los hechos del anlisiselaboradas en el curso de una sesin deben poseer un valordiferente de las que se realizan fuera de ella. Desde el punto devista teraputico, su valor es mayor si conducen a transformaciones en O, y menor si llevan a transformaciones en K.

    La experiencia de psicoanlisis proporciona material que nopuede equipararse con el de ninguna otra fuente. De ello sedesprende que tal material debera estar por completo a disposicin del psicoanalista. El anlisis por el que todo psicoanalistadebe pasar obligatoriamente como parte de su entrenamientoes necesario porque remueve obstculos que imposibilitan laparticipacin en la experiencia psicoanaltica; tiene muchas fa-

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    cetas, pero para un psicoanalista ninguna es ms importante; loque tengo que decir est subordinado a ella.

    Resulta imposible someterse a un anlisis sin aprender cmoun psicoanalista determinado practica el psicoanlisis; esto esms un contratiempo que una ventaja. Ms an, las creencias yconvenciones establecidas, los hbitos empedernidos de pensamiento, a menos que se los someta a vigilancia, se restablecen ysobrepasan los lmites de la libertad que el psicoanalista haganado al psicoanalizarse y llevan a un deterioro de su eficien

    cia. Es inevitable que en el curso del anlisis el analizado proporcione una gran cantidad de informacin sobre s mismo, delmismo modo que el analista imparte informacin sobre el anlisis. En el mejor de los casos esta informacin carece de valor, yen el peor, es perjudicial, ya que todo anlisis es nico, cualidad de la que no participa la conversacin acerca del anlisis.

    El analista debe centrar su atencin en O, lo desconocido eincognoscible. El xito del psicoanlisis depende del mantenimiento de un punto de vista psicoanaltico; ste es el vrticepsicoanaltico, es decir O. El analista no puede identificarse conl: debe ser l.

    Cualquier objeto conocido o cognoscible por el hombre,incluso l mismo, debe ser una evolucin de O. Es O cuando haevolucionado lo suficiente como para coincidir con las capacidades del psicoanalista. Este no conoce la "realidad ltima"de una silla, de la ansiedad, del tiempo o del espacio, peroconoce una silla, la ansiedad, el tiempo y el espacio. En lamedida en que el analista se convierta en O est capacitadopara conocer los hechos que son evoluciones de O.

    Vertiendo esto a trminos de la experiencia psicoanaltica,el psicoanalista puede conocer lo que un paciente dice, hace yaparenta ser, pero no puede conocer el O del cual el paciente esuna evolucin: slo puede "serlo". Conoce los fenmenos porvirtud de sus sentidos, pero, como lo que le interesa es O, debeconsiderar los hechos como poseedores de los defectos de irre-levancia que obstruyen el proceso de "convertirse" en O, o losmritos de indicadores que inician dicho proceso. Sin embargo,las interpretaciones dependen de su "conversin" (ya que nopuede conocer a O). La interpretacin es un hecho real en unaevolucin de O que es comn al analista y al analizado.

    Una descripcin en A que resulta til aunque falaz es que elanalista en ejercicio debe esperar a la sesin analtica para "evolucionar". No debe esperar que el analizado hable o permanezca en silencio o gesticule o cualquier otra ocurrencia que sea un

    hecho real, sino que tenga lugar una evolucin tal que O sevuelva manifiesto en mediante la emergencia de hechos rea-les. De un modo similar, el lector debe dejar a un lado lo que digohasta que el O de los hechos de lectura se desenvuelva en

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    su interpretacin de las experiencias. Un inters excesivo por loque he escrito obstruye el proceso que represento mediante laexpresin "se convierte en el O que es comn a s mismo y am mismo".

    Las razones para esto son las siguientes: no puede haber unresultado genuino basado en la falsedad. Por lo tanto, este resultado depende de lo cerca que se encuentre de la verdad laapreciacin interpretativa. Tanto el psicoanalista como su analizado dependen de los sentidos, pero las cualidades psquicas

    con las que trata el psicoanlisis no se perciben por medio delos sentidos, sino, como lo dice Freud, mediante cierta contraparte mental de ios rganos sensoriales, una funcin que latribuy a la conciencia. Sin nimo de descartar esta posibilidad, prefiero considerarla una cuestin abierta y sustituirla porun postulado ms general que represento por medio de O. Paraexpresarlo en un lenguaje ms comn, dira que cuanto ms"real" sea el psicoanalista, tanto ms podr aunarse con la realidad del paciente. Por el contrario, cuanto ms dependa de loshechos reales ms debe fiarse del pensamiento que depende deun trasfondo de impresin sensorial.

    En la fase primitiva que Freud considera dominada por elprincipio del placer y de la cual excluye la operacin de lamemoria, dependiendo esta ltima de un anterior desarrollo deuna capacidad para el pensamiento, el prototipo de la memoriaparece residir en uno de los aspectos de la identificacin proyectiva. Este mecanismo, empleado para desempear los deberes del pensamiento hasta que ste entre en funciones, aparececomo un intercambio primero entre la boca y el pecho, y despus entre la boca y el pecho introyectados. Yo considero estocomo una reaccin entre continente y contenido . pareceser el elemento que en esta fase se encuentra ms cercano a lamemoria. Los trminos que utilizo deben considerarse como

    representaciones verbales de imgenes visuales; toda la descripcin se har en trminos de esta categora C porque los encuentro ms fciles de emplear y porque considero que es msprobable entenderlos. Es posible que ms adelante intente formulaciones ms complejas.

    evaca el desagrado para librarse de l, para transformarloen algo que es o se siente como agradable por el placer de laevacuacin, por el placer de ser contenido. interviene en lasevacuaciones por los mismos motivos. La naturaleza de la relacin requiere investigaciones. , que puede tanto evacuar comoretener, es el prototipo de una memoria olvidadiza o retentiva.El agrado puede ser retenido si el inters predominante es la

    posesin; lo mismo puede suceder con la ofensa si de lo que setrata es de hacer acopio de municiones. La evacuacin puederesultar violenta, como si se tratara de convertir el objeto evacuado en un proyectil: de un modo semejante a la introyeccin

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    como satisfaccin de la voracidad. Las evoluciones de la memoria que son inevitables para el psicoanalista son elementos de lacategora C, el dominio de , la primaca de placer-dolor (encontraste con la realidad o la verdad), y la "posesin" con sucorrelativo, temor a la prdida, todos fueron adquiridos en estrecha relacin con los sentidos.

    El impulso por liberarse de los estmulos dolorosos da al"contenido" de la memoria ( ) un carcter insatisfactorio cuandose est empeado en la bsqueda del verdadero O. Cuanto msexitosa es la memoria en sus acumulaciones, tanto ms se aproxima a un elemento saturado con elementos tambin saturados.Un analista con una mentalidad as es aquel que es incapaz deaprender porque est satisfecho. Adems, a causa de su naturaleza primitiva se piensa que su memoria est llena slo conobjetos que dan origen a sentimientos de placer y que estvaca de componentes de desagrado, o viceversa. La actitudrespecto de la "memoria" o del "inconsciente" depende de laidea de que es un continente para las "evacuaciones" de identificacin proyectiva. Una memoria as no constituye un equipoadecuado para un analista cuyo objetivo sea O, tal como puedeverse en una consideracin de lo que este signo representa.

    Representa la verdad absoluta contenida en cualquier objetoy propia de ste; se supone que no puede ser conocida porningn ser humano; puede saberse acerca de ella, puede reconocerse y sentirse su presencia, pero no puede conocrsela. Esposible ser uno con ella. El hecho de que existe es un postulado esencial de la ciencia, pero no se la puede descubrir cientficamente. Ningn descubrimiento psicoanaltico es posible sin elreconocimiento de su existencia, la unificacin con ella y laevolucin. Los msticos religiosos son quienes tal vez se hayanaproximado ms ntimamente a la expresin de la experienciade ella. Su existencia es tan esencial para la ciencia como para la religin. A su vez, el enfoque cientfico es tan esencial parala religin como lo es para la misma ciencia y tan eficaz para una como para otra mientras no se realiza una transformacinde .

    Para llegar a conocer algo acerca del analizado, el analistapuede recurrir a K. La memoria es una parte de K. La notacin(Freud, 1911) en el sentido amplio del trmino, es su servidora.Pero la memoria depende de los sentidos. Est limitada por laslimitaciones de stos y por su subordinacin al principio deplacer-dolor; por consiguiente, los recuerdos son falaces y lamemoria tiene los defectos de su origen en funciones de posesividad y evacuacin.

    Al psicoanalista le interesa O, que es incomunicable exceptoa travs de la actividad de . puede parecer accesible pormedio de a travs de los fenmenos, pero en realidad no esas. depende de la evolucin de O K. La unificacin con O

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    parecera posible a travs de la transformacin , pero noes as. La transformacin O depende de la liberacin de de la memoria y del deseo. Por lo tanto paso a considerar el"deseo".

    Puede que no parezca necesario postular el deseo al igualque la memoria: si pudimos hacer caso omiso de la memoria, eldeseo desaparecera del mismo modo y viceversa. Pero estoimplicara una prdida del significado que quiero retener. Porlo tanto, adems de los recuerdos quiero considerar los pensa

    mientos, que son formulaciones de deseo, y probablemente,aunque no es seguro, los objetos que representamos mediante eltrmino "deseo". No se trata tan slo de formulaciones verbales, ni siquiera de formulaciones verbales de elementos de lacategora C. Los deseos que pueden representarse verbalmenteson bastante simples de tratar. Por ejemplo, se presenta el pensamiento de que a uno le gustara viajar al extranjero en lasvacaciones anuales; a continuacin pueden venir ideas, elaboraciones ms o menos detalladas del tema principal. Estos pensamientos son "deseos" tpicos; son comunes en extremo y se lespuede dar cabida de una manera casi inconsciente: pueden serreminiscencias o anticipaciones.

    Los "recuerdos" y "deseos" sobre los que quiero llamar laatencin tienen en comn los siguientes elementos: su formulacin ya est lista y, por consiguiente, no es necesario formularlos; son derivados de la experiencia que se logra mediantelos sentidos; son evocaciones de sentimientos de placer o dolor;son formulaciones "que contienen" placer o dolor. En la medida en que son afirmaciones de la columna 2 su funcin esevitar la transformacin del orden .

    Las mencionadas caractersticas no pueden ser pasadas poralto por el psicoanalista sin que se produzca un desequilibrio desu capacidad analtica. Para cualquiera que haya estado acos

    tumbrado a recordar lo que dicen los pacientes y a desear subien resultar muy difcil dar cabida al dao, a la intuicinanaltica que es inseparable de cualquier recuerdo y de cual-quier deseo.

    El primer paso es que el analista se imponga una disciplinapositiva de evitar el recuerdo y el deseo. No quiero decir conesto que "olvidar" sea suficiente: lo que se requiere es unaactitud positiva de contener ambos factores.

    Puede que se presente la duda de cul es el estado mental deseable si los deseos y la memoria no lo son. "Fe" esun trmino que expresara de una manera aproximada lo quenecesito decir fe en que existan una realidad y una verdad

    ltimas: lo desconocido, lo incognoscible, "el infinito informe". Esto debe creerse de cualquier objeto del que la personalidad pueda tener conciencia: la evolucin de la realidad ltima(representada por O) fluye en los objetos de los cuales el indi-

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    viduo puede tener conciencia. Los objetos de conciencia sonaspectos de O "evolucionado" y son tales que las funcionesmentales derivadas sensorialmente son adecuadas para aprehenderlas. Para ellas no se requiere fe, para O s se requiere. Alanalista no le interesan estos objetos aprehendidos por mediode los sentidos ni el conocimiento de todos ellos. Los recuerdos y los deseos no tienen valor; pero son rasgos inevitablesque encuentra en s mismo cuando trabaja. Est interesado enestos objetos presentes en su analizado porque le interesa el

    funcionamiento de la mente de ste. Su analizado expresar suconciencia de O en las personas y en las cosas por medio deformulaciones que representan la interseccin de las evolucionesde O con la evolucin de su conciencia.

    No es posible decir que no deben interpretarse tales formulaciones por parte del analizado; no puede establecerse una regla as separadamente de la situacin en la cual ha de ser aplicada, puesto que no existen los criterios para ello. Tampoco esposible establecer los criterios en la situacin del anlisis ya queforman parte de una experiencia inefable. No puede haber reglas acerca de la naturaleza de la experiencia emocional quedemuestren que sta est preparada para la interpretacin. En

    su reemplazo puedo slo sugerir reglas que ayudarn al analistaa lograr el marco mental en el cual sea receptivo de O; podrentonces sentirse impelido a tratar la interseccin de la evolucin de O con el dominio de los objetos sensoriales o delas formulaciones basadas en los sentidos. Que lo haga o no, nopuede depender de reglas para O, u O K, sino tan slo de sucapacidad para estar de comn acuerdo con O.

    Mi ltima frase representa un "acto" de lo que he llamado"fe". Segn mi punto de vista es una afirmacin cientficaporque para m la "fe" es un estado mental cientfico y se lodebera reconocer como tal. Pero debe tratarse de "fe" noimpregnada por ningn elemento de la memoria o el deseo. Sirevela un aspecto de O que debe ser formulado, entonces latransformacin requerir la operacin de la memoria y el deseo;aun as la formulacin requerir las caractersticas negativas delos elementos de la columna 1, es decir, que las afirmacionesdeben afirmar implcitamente que el objeto definido no es ninguno de los elementos cuyos nombres se usan en la hiptesisdefinitoria, sino una conjuncin constante cuyo significado slose declarar cuando se hayan eliminado de todas las huellas dela memoria y del deseo los elementos invocados para producirla nueva formulacin. El no observar la naturaleza de la transformacin O (es decir, el uso de los objetos de memoria ydeseo para marcar una nueva conjuncin constante, y la necesidad de descartar las caractersticas evocativas de la memoria yel deseo de modo tal que la formulacin que representa lanueva conjuncin constante no est saturada) ha oscurecido el

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    nico sentido en el cual el trmino "abstraccin" tiene un significado til. Una formulacin tiene la calidad de una abstraccin slo en la medida en que est divorciada del trasfondosensorial inherente y esencial para la memoria y el deseo. Laafirmacin abstracta no debe estimular la memoria y el deseoaunque stos hayan aportado elementos a su formulacin.

    La memoria y el deseo son elementos primordiales para lacomposicin de la nueva formulacin, pero debe hacerse undistingo entre dos clases de sucesos mentales. Una es una evoca

    cin de la memoria y el deseo con impulsos de posesividad yde avidez sensorial: los impulsos generan la memoria y el deseo;la memoria y el deseo generan la avidez sensorial. La otra es laevocacin de memorias y deseos porque la experiencia de unificacin se parece a la posesin y a la satisfaccin sensorial. Lasclases difieren porque tambin difieren los modos de selecciny, puesto que las clases son diferentes, la interpretacin (laformulacin hecha por el analista) tambin ser diferente. Laevolucin de lo que proporcion un continente para las posesiones y de las gratificaciones sensoriales con las cuales llenarlodiferir de una evocacin estimulada por la unificacin. Losejercicios de descartar la memoria y el deseo deben considerarse

    como preparatorios para un estado mental en el cual O puedeevolucionar. La facilitacin de la "constelacin"1 debe considerarse a su vez como un paso en el proceso de unificacin (latransformacin O K). En la prctica esto significa no que elanalista recuerde algo importante, sino que durante el procesode unificacin con O, el proceso denotado por la transformacin O K, se evocar una constelacin relevante.

    Para qu es entonces relevante la memoria del analista ypor qu no puede haber una constelacin que tenga una importancia ajena al anlisis?

    Es difcil concebir un anlisis que tenga un resultado satisfactorio sin que el analizado se reconcilie o llegue a un acuerdo

    consigo mismo. Es tentador suponer que tal resultado o el deseo de l puede proporcionar un criterio para la relevancia. A lainversa, sera conveniente en caso de que los recuerdos delanalista, como reminiscencias de la experiencia sensorial, pudieran dejarse a un lado como fenmenos de la columna 2 movilizados para mantener a raya la experiencia que es inseparable delas transformaciones en O. Si la objecin a la memoria puedesustentarse porque toda memoria es un caso especial de guardar(poseer) una teora que se sabe (o se sospecha) falsa para evitarel trastorno psicolgico que siempre acompaa al desarrollomental, tendr la ventaja de disminuir el nmero de teoras quese requieren para divulgar, tal como me propongo hacerlo, las

    1 Empleo el trmino "constelacin" para representar el proceso queprecipita una conjuncin constante.

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    teoras de resistencia. Se suele decir que una interpretacinparticular es poco aconsejable porque aumenta las resistencias,pero cualquier enfoque produce sus resistencias propias y es tanposible identificar un enfoque por sus resistencias como lo es

    juzgar un rbol por su fruto. La resistencia al crecimiento esendopsquica y endogregaria; est asociada con la turbulenciaen el individuo y en el grupo al cual pertenece la persona quecrece.

    Los elementos de la categora C, resultado de la experiencia

    obtenida por medio de los sentidos, todos tienen una calidadgratificadora asociada con el dominio del principio placer-dolor.Las objeciones que se hacen a los "recuerdos" y "deseos" son,por consiguiente, objeciones a las afirmaciones C3 y G3 (2).Ms adelante, cuando hablemos de las alucinaciones ser necesario distinguir entre los elementos C que tienen un trasfondode sensacin visual y los que lo tienen en relacin con otrossentidos.

    La disciplina que propongo para el anlisis, es decir, evitar lamemoria y el deseo en el sentido en que he usado estos trminos, aumenta su capacidad para ejecutar "actos de fe". Un"acto de fe" es propio del procedimiento cientfico y debedistingurselo del significado religioso con el cual se lo invisteen el uso conversacional; se vuelve aprehensible cuando puedeser representado en y por el pensamiento. Antes de poder seraprehendido debe "evolucionar" y se aprehende cuando es unpensamiento, del mismo modo que el O del artista se aprehendecuando se ha transformado en una obra de arte.

    Pero el "acto de fe" no es una afirmacin, ni siquiera unaafirmacin de la columna 6, aunque tiene similitudes con loselementos de sta. Todos los elementos de la tabla tienen untrasfondo de O a partir del cual han evolucionado y es slocuando O ha evolucionado lo suficiente como para ser aprehendido que puede representrselo mediante un elemento de latabla. Y slo cuando ha evolucionado hasta el punto en quepuede ser representado por uno de estos elementos, puede seraprehendido. Cuando es aprehendido, el elemento puede serrepresentado por una categora de la tabla.

    El "acto de fe" no tiene nada que ver con la memoria, eldeseo o la sensacin. Con el pensamiento tiene una relacinanloga a la que existe entre un conocimiento a priori y elconocimiento. No pertenece al sistema K, sino al sistema O.No conduce por s mismo al conocimiento "sobre" algo; peroeste conocimiento puede ser el resultado de una defensa contralas consecuencias de un "acto de fe". Un pensamiento tiene

    como realizacin una no-cosa. Un "acto de fe" tiene comotrasfondo algo que es inconsciente y desconocido porque no hasucedido. Los pensamientos tienen como trasfondo realizaciones sensibles: slo puede pensarse sobre la ansiedad, el miedo,

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    el sexo, cuando O ha evolucionado hasta un punto en el que esaprehensible sensorialmente y se ha vuelto pasible de transformaciones en K. La ansiedad se "conoc e" por sus cualidadessecundarias. Sin embargo, nadie tiene duda acerca de la ansiedad o de la "sensacin" de realidad, aunque lo que se sienteson sensaciones asociadas con la ansiedad y no la ansiedad misma. De un modo similar, nadie que se despoja de la memoria yel deseo y de todos aquellos elementos de impresin sensorialcomnmente presentes puede tener ninguna duda de la realidadde la experiencia psicoanaltica, que permanece inefable.

    La receptividad lograda por el despojamiento de la memoriay el deseo, esencial para la operacin de "actos de fe", esimprescindible para la operacin del psicoanlisis y de otrosprocedimientos cientficos. Es esencial para la experimentacinde alucinaciones o del estado de alucinosis.

    No considero este estado como una exageracin de unacondicin patolgica ni aun natural; ms bien pienso que setrata de un estado siempre presente aunque cubierto por otrosfenmenos que lo ocultan. Si se pueden moderar o suspenderestos elementos, la alucinosis se torna demostrable; su profundi

    dad total y su riqueza slo son accesibles para los "actos defe". Los elementos de la alucinosis a los cuales se puede sersensible son las manifestaciones ms burdas y de importanciasecundaria; para apreciarlas el analista debe participar en el estado de alucinosis. Esto puede desprenderse claramente de loque ya dije, ya que postul que un vnculo puede operar slosobre un trasfondo de los sentidos, es capaz de producir solamente conocimiento "sobre" algo y de diferenciarse del vnculo O, esencial para las transformaciones en O. Antes que seaposible dar interpretaciones de alucinacin que sean ellas mismas transformaciones O K, es necesario que el analista sufraen su propia personalidad una transformacin del tipo de las

    mencionadas. Evadiendo los recuerdos, los deseos y las operaciones de la memoria, puede aproximarse al dominio de la alucinosis y a los "actos de fe" que son los nicos medios con quecuenta para ponerse de comn acuerdo con las alucinacionesde sus pacientes y efectuar entonces las transformaciones O K.

    Un tipo de alucinacin digno de estudio es el que, de unamanera provisional, podemos describir como visual. Ya he mencionado a un paciente que pareca pensar que mis palabrasvolaban por encima de su cabeza y podan detectarse en lo quepara m eran los diseos de un almohadn. Ms tarde descubrque l vea que ese dibujo del almohadn viajaba, por as decir

    lo, en la direccin opuesta. Es decir, que en un estado dealucinosis l poda ver que los diseos eran realmente mis palabras que viajaban, a travs de sus ojos, hacia l. Adems, el"significado" que no poda asirse fuera de las condiciones de

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    alucinosis, era perfectamente claro en ese estado. Sin embargo,el "significado" de una afirmacin en la alucinosis no es elmismo que el que tiene en el dominio del pensamiento racional. Por lo general, la constelacin, la conjuncin constante y lavinculacin (por medio de la nominacin) constituyen un preludio a la investigacin del significado. En el dominio de la alucinosis el hecho mental se transforma en una impresin sensorial,y las impresiones sensoriales no tienen significado en este dominio; proporcionan placer o dolor. De este modo el fenmenomental no perceptible por los sentidos se transforma en unelemento beta que puede ser evacuado y nuevamente introducido para que el acto produzca no un significado, sino placer odolor.

    En un estado de alucinosis el analizado experimenta alucinaciones visuales que tienden a autoperpetuarse. Producen placer y dolor, siendo valorados ambos, y no producen significadoen el sentido en que ese trmino se entiende en el dominio delpensamiento racional. Por consiguiente, hay en l una tendenciaa exigir y proporcionar ms alucinacin para compensar por lagratificacin perdida. Siente que el placer y el dolor son inade

    cuados; del mismo modo, el "significado" es inadecuado. Cuanto menos gratificaciones recibe, su voracidad aumenta ms;cuanto ms aumenta sta, tanto ms alucinado se vuelve. Seespera que el elemento visual est libre de las incapacidadesinherentes a aquellos sentidos que para su eficiencia dependende la proximidad del objeto de la gratificacin. Se pierde elsignificado, se logran el dolor y el placer, a partir de un estadoindependiente de la proximidad de un objeto y de la frustracin caracterstica de los pensamientos y de su asociacin gentica con la no-cosa.2

    Sospecho que lo dicho acerca de las alucinaciones visualeses vlido para las alucinaciones con un trasfondo sensorial aun

    que no sea visual, pero otros sentidos carecen de la cualidad deindependencia respecto del contacto ntimo con los objetos.Un paciente que tema la culpa sustituy el castigo. Lo

    logr por medio de la alucinosis. Sus circunstancias eran cmodas y l no manejaba los hechos mediante el acting out, comopodra haberlo hecho, para aparentar una vida de penitencia. Esprobable que pudiera haber obligado a la polica a intervenircometiendo alguna clase de delito sexual este tipo de delitosapareca con frecuencia en sus manifestaciones; en lugar deesto se quejaba con insistencia, aunque de una manera desarticulada, de lo que ltimamente haba reconocido como visiones

    2 Vale la pena contrastar este tipo de independencia de los objetos,conferida por la alucinosis y las ventajas de la impresin "visual", con laindependencia de la presencia fsica de objetos caracterstica de la "matemtica" y el "pensamiento". Obsrvese tambin la distraccin causada porla presencia de objetos.

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    sexuales y que admiti que estaban presentes durante las sesiones. Durante los meses en que yo haba interpretado que estabaviendo visiones, l las negaba, pero se mantenan con tenacidad.Una vez que hubo admitido su presencia, aunque su dominio leresultaba penoso, tena miedo de perderlas. El dolor le produca placer y, por lo tanto, haba causas para que l se apegaraal estado del cual se quejaba. Sus quejas, el fluir de sus afirmaciones, produjeron en el anlisis un estado penoso y luego setransformaron en un vnculo sexual entre l y yo. En el pero

    do al que me refiero esto constituy una gratificacin y tambin una proteccin contra la conducta que podra producirplacer de una manera ms expansiva (comprometindose con lapolica, por ejemplo). Pero el temor que le produca la perspectiva de cualquier cambio era tan agudo que resultaba imposibledecir con alguna exactitud qu era lo que esperaba que reemplazara sus alucinaciones en caso de que stas cesaran. Con eltiempo, sin embargo, fue posible discutir ciertos miedos. Elacting-out limit la cantidad de experiencias y su extensinporque el componente real significaba frustracin y demora, yel dolor y el placer reales parecan no tener bastante poderpara satisfacerlo.3 Esta era, sin embargo, su queja respecto de

    la gratificacin alucinatoria. Las alucinaciones de sueos parecan deficientes en las asociaciones y poco apropiadas paracumplir las funciones de los sueos, y adems se las sentacomo carentes de recompensa. Con todo, comunic lo que segn l eran sueos.

    En este perodo la alucinacin le proporcion castigo talcomo en otras circunstancias le hubiera proporcionado placersexual, comida o cualquier otra gratificacin sensorial. Su anlisis mostr en realidad que la utilidad de la alucinacin estabaabsolutamente limitada a elementos con un trasfondo de realizaciones perceptibles; sta era su virtud y su defecto. Su valormoral pareca residir en el hecho de que lo castigaban propor

    cionndole un dolor mal merecido para compensar el habersido usadas alguna vez como fuente de placer mal merecido. Enla sesin analtica aparecan como una barrera que impedacualquier apreciacin de las realidades de la sesin. Sin embargo, a veces surgan algunas interpretaciones. Me result difcilestablecer una regla que rigiera el tiempo en el cual lasinterpretaciones pudieran entenderse, pero observ que la interpretacin tena que ser exacta. No era posible que l corrigierao adaptara una inexactitud tal como para llevar la interpreta-

    3

    En este aspecto, los objetos reales, el dolor y el placer reales, sesienten como distraccin. Es conveniente