Blavatsky, Helena P. - Isis Sin Velo

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  • Blavatsky, Helena Petrovna - Isis sin Velo

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  • ISIS SIN VELO CLAVE DE

    LOS MISTERIOS DE LA CIENCIA Y TEOLOGAANTIGUA Y MODERNA

    Helena Petrovna Blavatsky

    Hiperbrea

  • 2013 HIPERBREA

    Traduccin del ingls:Federico Climent Terrer

    OBRA ORIGINAL EN INGLS EN DOS TOMOS, Nueva York, 27 Septiembre 1877OBRA ORIGINAL EN CASTELLANO EN CUATRO TOMOS, Barcelona, 1912

    OBRA EN DIGITAL EN UN SOLO TOMO, Noviembre 2013

  • Cecy Est Un Livre De Bonne Foy (Montaigne)

    La autora dedica esta obra a la SOCIEDAD TEOSFICA.Fundada en el ao 1875, en Nueva York, para estudiar las materias de que se trata.

  • PRIMERA PARTE - CIENCIA

  • 6PRLOGO DEL TRADUCTOR

    Siete lustros hace que la cofundadora de la Sociedad Teosfica public esta obra, y todava exhalan sus pginas el aroma de sinceridad en que embebi su pluma. Durante los treinta y cinco aos transcurridos desde entonces, ha evolucionado el pensamiento occidental hasta el extremo de confirmar gran nmero de los vaticinios que con maravillosa intuicin formul Blavatsky respecto al porvenir de la ciencia y de la teologa. Por una parte, las academias y universidades han cejado en sus empeos materialistas, y por otra, las iglesias de todas las confesiones han mitigado no poco las crudezas de la intolerancia religiosa. As es que desde este punto de vista y en cuanto a su aspecto polemstico, resulta hoy ISIS SIN VELO algn tanto anticuada, pero no por ello decrece su mrito, antes bien se acrecienta al considerar el triunfo cada vez ms decisivo de las ideas sustentadas por la ilustre tesofa frente al escepticismo dominante en la poca en que se vali de su pluma como de ariete para batir brecha en las hasta entonces inexpugnables murallas del materialismo cientfico. Con todo, hay en esta obra pasajes enteros de inmarcesible frescura y perpetua actualidad que entraan copiosas enseanzas, igualmente valederas para el tesofo convencido que para el principiante vido de conocimientos sobre qu fundamentar sus orientaciones mentales.

    La prodigiosa erudicin de que en el transcurso de la obra alardea sin arrogancias ni presunciones la abnegada apstol del espiritualismo trascendental, nos ofrece inagotable acopio de datos, fechas, citas, referencias, pruebas documentales y dems elementos de razonadora investigacin, que sin hiprbole pueden considerarse como el arranque y punto inicial de la literatura teosfica contempornea.

    Helena Blavatsky golpe con su mgica pluma la dura roca del materialismo que orgullosamente se ergua en el desierto de la ciencia atea, y de las entraas de tan rida pea brotaron las lmpidas y salutferas aguas del oculto manantial en que, sin temor al fango de la supersticin ni al cieno del fanatismo, apagan sus ansias de verdad y su sed de conocimiento cuantos se abrasaban entre las ascuas del dogmatismo a la par teolgico y cientfico.

    Los descubrimientos realizados por las ciencias experimentales desde la primera edicin de esta obra, han corroborado plenamente la coexistencia del espritu y de la materia, de la vida y de la forma en todas las manifestaciones del universo, tal como desde los orgenes de la raza humana ensearon los iniciados en la sabidura esotrica. Precisamente, el tema dominante en ISIS SIN VELO es el reiterado cotejo de la ciencia antigua con las especulaciones modernas para demostrar, segn demuestra cada da ms incontrovertiblemente el progreso de los tiempos, que toda teora, toda hiptesis, toda novedad atribuida a los modernos tuvo su precedente invencin entre los antiguos.

    La arqueologa, la lingstica y la mitologa comparada aducen diariamente nuevas y ms que sobradas pruebas de los conocimientos cientficos de aquellas civilizaciones, cuyo espritu sigui flotando en el ambiente de la humanidad durante los prolongados perodos en que estuvo eclipsada la verdad por las tinieblas de la ignorancia.

    En cuanto al ordenamiento de la obra, no la encontrar el lector sujeta al plan rgidamente cuadriculado de los expositores, porque se escribi en das de acerba lucha cuyos fragores no podan dar al nimo la sosegada placidez que requiere el eslabonado enlace de las materias. Pero entre la aparente incoherencia de los temas, palpita la sinceridad de un

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    espritu crtico de insuperable potencia que suaviza el rigor inflexible de la lgica con la dctil amenidad de la stira, y arremetiendo gallardamente contra el adversario, le hiere con sus propias armas.

    Por lo que atae a la traduccin, no hemos alterado en lo ms mnimo el pensamiento de la autora, cuyos conceptos quedan fielmente vertidos con el mismo espritu e intencin del original, aunque acomodando la forma a la ndole peculiar de nuestro idioma, de modo que las ideas no aparezcan envueltas en intiles amplificaciones que dificultaran su comprensin. Al efecto hemos libado, por decirlo as, en el texto ingls, el pensamiento de la autora prrafo por prrafo, para expresarlo despus lo ms clara y concisamente posible en el idioma de la versin, como si las ideas asumieran nueva forma expresiva sin el ms leve detrimento de su prstina originalidad.

    Federico Climent Terrer

  • 8PREFACIO

    La obra que sometemos al juicio pblico es fruto de nuestro trato con los Adeptos orientales y del estudio de su ciencia. La dedicamos a cuantos estn dispuestos a aceptar la Verdad, doquiera que la encuentren, y a defenderla sin temor a vulgares preocupaciones. Su objeto es ayudar al estudiante a descubrir los principios vitales que subyacen en los antiguos sistemas filosficos.

    Este libro es sincero. Hemos procurado que en l resplandezca siempre la justicia, junto a la verdad expuesta sin mala intencin ni idea preconcebida. Nos mostramos inexorables frente al error entronizado y no guardamos la ms mnima consideracin a la autoridad usurpada. Reclamamos para el pasado el honor de sus ejecutorias que se le neg desde hace mucho tiempo; exigimos la restitucin de prestadas vestiduras y vindicamos reputaciones tan calumniadas como gloriosas. En este espritu de crtica estn considerados los cultos y credos religiosos y las hiptesis cientficas. Hombres, partidos, sectas y escuelas son efmeras de un da. Tan slo la VERDAD, asentada en diamantina roca, es eterna y suprema.

    No creemos en magia alguna que trascienda a la capacidad de la mente humana ni en milagro alguno, divino o diablico, si por tal se entiende la transgresin de las eternas leyes naturales. No obstante, aceptamos la opinin del sabio autor de Festus cuando dice que el corazn humano no se ha revelado todava completamente a s mismo ni hemos abarcado ni siquiera comprendido la amplitud de sus poderes. Ser exagerado creer que el hombre pueda desplegar nuevas facultades sensitivas y relacionarse mucho ms ntimamente con la naturaleza? La lgica de la evolucin nos lo dir si la llevamos hasta sus legtimas conclusiones. Si en la lnea ascendente, desde el vegetal o el molusco hasta el hombre ms perfecto, ha evolucionado el alma y adquirido sus elevadas facultades intelectuales, no ser irrazonable inferir y creer que tambin en el hombre se est desenvolviendo una facultad perceptiva que le permita indagar hechos y verdades ms all de los lmites de nuestra ordinaria percepcin. As no vacilamos en admitir con Biff, que lo esencial es siempre lo mismo, ora procedamos cercenando hacia dentro el mrmol para descubrir la estatua oculta en su masa, ora hacia fuera levantando piedra sobre piedra hasta terminar el templo. Nuestro NUEVO resultado no es ms que una idea antigua. La ltima eternidad encontrar en la primera su alma gemela.

    Hace aos, cuando en mi primer viaje por Oriente visit sus desiertos santuarios, me preocupaban dos cuestiones que sin cesar opriman mi mente: Dnde est, QUIN y QU es DIOS? Quin vi jams el ESPRITU inmortal del hombre, para asegurar la inmortalidad humana?

    Precisamente cuando con ms ansia pretenda resolver tan embarazosos problemas, trab conocimiento con ciertos hombres que por sus misteriosos poderes y profunda ciencia merecen, sin disputa alguna, el calificativo de sabios de Oriente. Viva atencin prest a sus enseanzas. Me dijeron que, combinando la ciencia con la religin, pueden demostrarse la existencia de Dios y la inmortalidad del espritu humano tan fcilmente como un postulado de Euclides. Por vez primera adquir la seguridad de que la filosofa oriental slo cabe en la fe absoluta e inquebrantable en la omnipotencia del Yo inmortal del hombre. Aprend que esta omnipotencia procede del parentesco del espritu del hombre con Dios o Alma Universal. Este, dicen ellos, slo puede demostrarlo aqul. El espritu del hombre es prueba del Espritu de Dios, como una gota de agua es prueba de la fuente de donde procede. Si a un hombre que nunca haya visto agua, le decs que existe el ocano, deber creerlo por la fe o rechazarlo por completo. Pero dejad que caiga una gota de agua en su mano, y ya tendr un hecho, del cual infiera lo dems, y podr luego comprender poco a poco la existencia de un ocano ilimitado e insondable. La fe ciega dejar de ser una necesidad para l, pues la habr substituido con el CONOCIMIENTO. Cuando un

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    hombre mortal despliega facultades inmensas, domina las fuerzas de la naturaleza y dirige la vista al mundo del espritu, la inteligencia reflexiva queda abrumada por la conviccin de que si a tanto alcanza el Yo espiritual de un hombre, las facultades del ESPRITU PADRE han de ser comparativamente tan inmensas en magnitud y potencia como el ocano respecto a una simple gota de agua. Ex nihilo nihil fit. Demostrad la existencia del alma humana por sus maravillosas facultades y demostraris la existencia de Dios!

    En nuestros estudios, aprendimos que los misterios no son tales y nos cercioramos de la realidad de nombres y lugares que los occidentales diputan por fabulosos. Devotamente nos dirigamos en espritu al interior del templo de Isis, en Sais, para levantar el velo de la que fue, es y ser; para mirar a travs de la desgarrada cortina del Sancta Sanctorum en Jerusaln y a interrogar a la misteriosa Bath-Kol en las criptas del sagrado edificio. La Filia-Vocis, la hija de la voz divina, responda tras el velo desde el propiciatorio (NOTA: Lightfoot asegura que esta voz, tenida antiguamente por testimonio del cielo, se deba al arte mgico. Este ltimo trmino se usa como expresin supersticiosa, porque ha sido y es todava mal comprendido. El objeto de esta obra es corregir las opiniones errneas, en lo que se refiere al arte mgico. FINAL NOTA), y la ciencia, la teologa y toda hiptesis humana nacida de conocimientos imperfectos, perdan para siempre ante nuestros ojos su carcter autoritario. El Dios vivo habl por medio del hombre su nico orculo. Estbamos satisfechos. Semejante saber es inapreciable y slo ha permanecido oculto para quienes lo desdeaban, ridiculizaban o negaban.

    De stos recibimos crticas, censuras y quizs hostilidad, aunque ninguno de los obstculos encontrados en nuestro camino surge de la validez de las pruebas ni de la autenticidad de hechos histricos ni de la falta de sentido comn de aquellos a quienes nos hemos dirigido. El pensamiento moderno va impelido hacia el liberalismo, tanto en religin como en ciencia. Se acerca el da en que los reaccionarios resignen la desptica autoridad que durante tanto tiempo disfrutaron y ejercieron sobre la conciencia pblica. Cuando el Papa anatematiza la libertad de la prensa y de la palabra, la supremaca del poder civil y la enseanza laica (NOTA: Encclica de 1864. FINAL NOTA), el portavoz de la ciencia del siglo diez y nueve, Tyndall, le responde diciendo: Las posiciones de la ciencia son inexpugnables y hemos de libertar del dominio teolgico las teoras cosmolgicas (NOTA: Fragmentos de Ciencia. FINAL NOTA). No es por lo tanto difcil de prever el final.

    Siglos de esclavitud no logran helar la sangre del hombre, alrededor del ncleo de la fe ciega; y el siglo XIX es testigo de los esfuerzos del gigante para romper las cuerdas de los liliputienses y andar por sus pies. Las mismas comuniones protestantes de Inglaterra y Amrica, ocupadas ahora en revisar el texto de sus Orculos, habrn de demostrar el origen y valor de este texto. Acaban ya los tiempos en que el dogma dominaba al hombre.

    Esta obra es, por lo tanto, un alegato en pro de que la filosofa hermtica y la antigua y universal Religin de la Sabidura son la nica clave posible de lo Absoluto en ciencia y teologa. En prueba de que no se nos oculta la dificultad de nuestra empresa, decimos desde luego que no ser extrao que los sectarios arremetan contra nosotros.

    Los cristianos vern que ponemos en tela de juicio la pureza de su fe. Los cientficos advertirn que medimos sus presunciones con el mismo rasero que las de la Iglesia romana, y que, en ciertos asuntos, preferimos a los sabios filsofos del mundo antiguo.

    Los sabios postizos nos atacarn furiosamente desde luego. Los clericales y librepensadores vern que no admitimos sus conclusiones, sino que queremos el completo reconocimiento de la Verdad.

    Tambin tendremos enfrente a los literatos y autoridades que ocultan sus creencias ntimas por respeto a vulgares preocupaciones.

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    Los mercenarios y parsitos de la prensa, que prostituyen su poderosa eficacia y deshonran tan noble profesin, se burlarn fcilmente de cosas demasiado sorprendentes para su inteligencia, pues dan ms valor a un prrafo que a la sinceridad. Algunos criticarn honradamente; los ms con hipocresa; pero nosotros dirigimos la vista al porvenir.

    La lucha entre el partido de la conciencia pblica y el de la reaccin ha desarrollado una saludable tnica de pensamiento, que en ltimo resultado determinar el triunfo de la verdad sobre el error. Lo repetimos de nuevo. Trabajamos para el alboreante porvenir.

    Y al considerar la acerba oposicin que ha de darnos en rostro, creemos que el mejor mote para nuestro escudo, al entrar en el palenque, es la frase del gladiador romano: Ave Csar! Morituri te salutant.

    Nueva York, Septiembre 1877

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    ANTE EL VELO

    Juan. Arbolemos en los muros nuestras ondulantes banderas. Rey Enrique VI. Act. IV. He consagrado mi

    vida al estudio del hombre, de su destino y de su felicidad. J.R. BUCHANAN, M.D., Bosquejos de Conferencias sobre

    Antropologa.

    Segn se nos dice, hace diez y nueve siglos que la divina luz del cristianismo disip las tinieblas del paganismo, y dos siglos y medio que la refulgente lmpara de la ciencia moderna empez a iluminar la obscura ignorancia de los tiempos. Se afirma que el verdadero progreso moral e intelectual de la raza se ha realizado en estas dos pocas. Que los antiguos filsofos eran suficientemente sabios para su tiempo, pero poco menos que letrados en comparacin de nuestros modernos hombres de ciencia. la moral pagana bast a las necesidades de la inculta antigedad, hasta que la luminosa Estrella de Bethlehem mostr el camino de la perfeccin moral y allan el de la salvacin. En la antigedad, el embrutecimiento era regla, la virtud y el espiritualismo excepcin. Ahora, el ms empedernido puede conocer la voluntad de Dios en su palabra revelada; todos los hombres desean ser buenos y mejoran constantemente.

    Tal es la proposicin: qu nos dicen los hechos? Por una parte, un clero materializado, dogmtico y con demasiada frecuencia corrompido; una hueste de sectas y tres grandes religiones en guerra; discordia en lugar de unin; dogmas sin pruebas; predicadores efectistas; sed de placeres y riquezas en feligreses solapados e hipcritas, por exigencias de la respetabilidad. Esta es la regla del da; la sinceridad y verdadera piedad la excepcin. Por otra parte, hiptesis cientficas edificadas sobre arena; ni en la ms sencilla cuestin, acuerdo; rencorosas querellas y envidias; impulso general hacia el materialismo; lucha a muerte entre la ciencia y la teologa por la infalibilidad: Un conflicto de pocas.

    En Roma, que a s propia se llama centro de la cristiandad, el putativo sucesor de Pedro mina el orden social con su invisible pero omnipotente red de astutos agentes, y les incita a revolucionar la Europa en favor de su supremaca espiritual y temporal. Vemos al que se llama Vicario de Cristo, fraternizar con los musulmanes, contra una nacin cristiana, invocando pblicamente la bendicin de Dios para las armas de quienes por siglos resistieron a sangre y fuego las pretensiones del Cristo a la Divinidad. En Berln, uno de los mayores focos de cultura, eminentes profesores de las modernas ciencias experimentales han vuelto la espalda a los tan encomiados resultados del progreso en el perodo posterior a Galileo, y han apagado tranquilamente la luz del gran florentino, con intento de probar que el sistema heliocntrico y la rotacin de la tierra son sueos de sabios ilusos: que Newton era un visionario y todos los astrnomos pasados y presentes, hbiles calculadores de fenmenos improbables.

    Entre estos dos titanes en lucha, ciencia y teologa, hay una muchedumbre extraviada que pierde rpidamente la fe en la inmortalidad del hombre y en la Divinidad, y que aceleradamente desciende al nivel de la existencia animal. Tal es el cuadro actual iluminado por la meridiana luz de esta era cristiana y cientfica!

    Fuera de estricta justicia condenar a lapidacin crtica al ms humilde y modesto autor, por rechazar enteramente la autoridad de ambos combatientes? No deberamos ms bien tomar como verdadero aforismo de este siglo, la declaracin de Horacio Greeley: No acepto sin reserva la opinin de ningn hombre, vivo o muerto? (NOTA: Recuerdos de una vida ocupada, p. 147. FINAL NOTA).

    Suceda lo que suceda, sta ser nuestra divisa, y tomaremos este principio por lema y gua constante en la presente obra.

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    Entre los muchos frutos fenomnicos de nuestro siglo, la creencia de los llamados espiritistas ha brotado de entre las vacilantes ruinas de la religin revelada y de la filosofa materialista; porque al fin y al cabo es la nica que depara posible refugio, a manera de transaccin entre ambas. No es maravilla que nuestro soberbio y positivo siglo haya mal acogido a los inesperados espectros de la poca anterior al cristianismo. Los tiempos han cambiado de manera extraa, y no ha mucho, un conocido predicador de Brooklyn, deca acertadamente en un sermn que si de nuevo Jess viniera y hablara en las calles de Nueva York, como en las de Jerusaln, lo llevaran a la crcel (NOTA: Henry Ward Beecher. FINAL NOTA). Qu acogida haba de esperar, pues, el espiritismo? Lo misterioso y extrao no atrae ni seduce a primera vista. Raqutico como nio amamantado por siete nodrizas, llegar a la adolescencia lisiado y mutilado. Sus enemigos son legin y sus amigos puado. Por qu as? Cundo fue aceptada una verdad a priori? Los campeones del espiritismo exageraron fanticamente sus cualidades, y no echaron de ver sus indudables imperfecciones. La falsificacin es imposible sin modelo que falsificar. El fanatismo de los espiritistas prueba la ingenuidad y posibilidad de sus fenmenos. Nos dan hechos que debemos investigar; no afirmaciones que debamos creer sin pruebas. Millones de personas razonables no sucumben fcilmente a colectivas alucinaciones. Y as, mientras el clero interpreta tendenciosamente la Biblia, y la ciencia promulga Cdigos acerca de lo posible en la naturaleza, sin dar odos a nadie, la verdadera ciencia real y la verdadera religin caminan con majestuoso silencio hacia su futuro desarrollo.

    Todo lo referente a los fenmenos descansa en la correcta comprensin de la filosofa antigua. Adnde acudir en nuestra perplejidad sino a los antiguos sabios, desde el momento en que, so pretexto de superchera, los modernos nos niegan toda explicacin? Preguntmosles qu conocen de la verdadera ciencia y religin, no en lo concerniente a meros pormenores, sino respecto a los amplios conceptos de estas dos gemelas, tan fuertes cuando unidas como dbiles cuando separadas. Adems, mucho nos aprovechar comparar la tan encomiada ciencia moderna con la antigua ignorancia, y la teologa perfeccionada con la Doctrina Secreta de la antigua religin universal. Quizs encontremos as un campo neutral donde relacionarnos ventajosamente con ambas.

    La filosofa platnica es el ms perfecto compendio de los abstrusos sistemas de la antigua India, y la nica que puede ofrecernos terreno neutral. Aunque Platn muri hace veintids siglos, los intelectuales todava se ocupan de sus obras. Platn fue, en la plena acepcin de la palabra, el intrprete del mundo, el filsofo ms grande de la era precristiana, que reflej fielmente en sus obras el espiritualismo y la metafsica de los filsofos vdicos, que le precedieron millares de aos. Vyasa, Jaimini, Kapila, Vrihaspati y Sumantu influyeron indeleblemente al travs de los siglos en Platn y su escuela. Con esto probaremos que Platn y los sabios de la India tuvieron la misma revelacin de la verdad. No prueba su pujanza, contra las injurias del tiempo, que esta sabidura es divina y eterna?

    Platn ensea que la justicia permanece en el alma de su poseedor, y que es su mayor bien. Los hombres admitieron sus derechos trascendentes en proporcin de su inteligencia. Y sin embargo, los comentadores de Platn desdean casi unnimemente los pasajes probatorios de que su metafsica tiene slidos cimientos y no se funda en especulaciones.

    Platn no poda aceptar una filosofa sin aspiracin espiritual. Ambas cosas se armonizan en l. El antiguo sabio griego tiene por nico objeto de logro el REAL CONOCIMIENTO. Slo consideraba como filsofos sinceros, o estudiantes de verdad, a quienes posean la ciencia de las realidades en oposicin a las apariencias; de lo eterno en oposicin a lo transitorio; de lo permanente en oposicin a cuanto alternativamente crece, mengua, nace y perece. Ms all de las existencias finitas y causas secundarias de las leyes, ideas y principios, hay una INTELIGENCIA o MENTE (no, nous, el espritu),

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    principio de los principios; Idea Suprema en que se apoyan las dems ideas; monarca y legislador del universo; substancia primordial de que todas las cosas proceden y a que deben su existencia; Causa primera y eficiente de todo orden, armona, belleza, excelencia y bondad, que hiende el universo, a la que llamamos el Supremo Bien, el Dios (qe) de los dioses ( p pntwn qe) (NOTA: Coker, El Cristianismo y la Filosofa Griega, XI. p. 377. FINAL NOTA) No es la verdad ni la inteligencia, sino Padre de ambas. Aunque nuestros sentidos corporales no pueden percibir esta eterna esencia de las cosas, pueden comprenderla cuantos por no ser completamente obtusos quieran comprenderla. A vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos (poll) no les es dado Por eso les hablo por parbolas; porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden (NOTA: S. Mateo, XIII, II, 13. FINAL NOTA).

    Asegura el neoplatnico Porfirio, que en los MISTERIOS se enseaba y comentaba la filosofa de Platn. Muchos han puesto en tela de juicio y aun han negado los misterios; y Lobeck, en su Aglaophomus, llega al extremo de decir que estas sagradas ceremonias slo servan para cautivar la imaginacin. Cmo Atenas y Grecia hubieran acudido durante ms de veinte siglos cada cinco aos a Eleusis, si los misterios fueran farsa religiosa? Agustn, obispo de Hipona, declara que las doctrinas neoplatnicas son las esotricas y originales doctrinas de los primeros discpulos de Platn, y diputa a Plotino por un Platn resucitado. Tambin explica los motivos que tuvo el gran filsofo para encubrir el sentido interno de sus enseanzas (NOTA: Las acusaciones de atesmo, de adorar a divinidades extranjeras y corromper a la juventud ateniense, lanzadas contra Scrates, justifican plenamente que Platn encubriera el verdadero sentido de sus enseanzas. La peculiar jerigonza de los alquimistas tuvo indudablemente el mismo objeto. Los cristianos de toda secta, y especialmente los catlico-romanos, emplearon la crcel, el tormento y la hoguera contra cuantos enseaban las ciencias naturales en contradiccin con las teoras ortodoxas. El Papa Gregorio el Grande prohibi por pagano el uso gramatical del latn. El crimen de Scrates fue descubrir a sus discpulos la doctrina secreta en lo que a los Dioses se refera. Esta doctrina se enseaba en los Misterios, y era un crimen capital revelarla. Tambin le acuso Aristfanes de introducir en la republica el nuevo dios Dinos, al que presentaba como Demiurgos o Artfice y seor del Sistema solar. El sistema heliocntrico era tambin doctrina de los Misterios; y por esto cuando el pitagrico Aristarco lo ense pblicamente, declar Cleanto que los griegos deban haberle condenado por blasfemar contra los dioses (Plutarco). Pero Scrates no fue iniciado, y, por lo tanto, no quebrant el sigilo de los Misterios. FINAL NOTA).

    Respecto de los Mitos, declara Platn en el Gorgias y en el Phdon que son vehculos de grandes verdades muy dignas de aprender; pero los comentadores conocen tan poco al gran filsofo que se ven obligados a confesar que no saben dnde termina lo doctrinal y empieza lo mtico. Platn desvaneca la popular supersticin de la magia y los demonios, y enunciaba las exageradas ideas de su tiempo en teoras racionales y concepciones metafsicas que tal vez no se acomoden al mtodo de raciocinio inductivo establecido por Aristteles; pero que satisfacen cumplidamente a cuantos se percatan de la elevada facultad del hombre, llamada intuicin, que nos da el criterio para conocer la Verdad.

    Fundando sus doctrinas en la Mente Suprema, ensea Platn que el nous, espritu, o alma racional del hombre, fue engendrado por el Padre Divino, y es de naturaleza semejante y homognea a la Divinidad, y, por lo tanto, capaz de percibir las eternas realidades. La facultad de contemplar la realidad directa e inmediatamente, slo es propia de Dios, y la aspiracin a este conocimiento es la filosofa propiamente dicha, o amor a la sabidura. El amor a la verdad es inherentemente el amor al bien, y si predomina sobre todo deseo del alma y la purifica por su asimilacin con lo divino y dirige las acciones del hombre, le eleva a participar de la Divinidad y le ensalza a semejanza de Dios. Esta

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    ascensin, dice Platn en el Thetetus consiste en llegar a parecerse a Dios, y la asimilacin se efecta cuando, por medio de la sabidura, el hombre es justo y santo.

    La base de esta asimilacin es siempre la preexistencia del espritu o nous. La alegora del carro con caballos alados del Phdrus, presenta a la naturaleza psquica doblemente compuesta del thumos o parte epithumtica, formada de substancias pertenecientes al mundo de los fenmenos, y el qumoeid, thumoeides, la esencia enlazada con el mundo eterno. La actual vida terrena es cada y castigo. El alma habita en la sepultura que llamamos cuerpo y en su estado de encarnacin, antes de recibir la disciplina educativa, el elemento espiritual o notico est dormido. La vida es ms bien sueo que realidad. Como los cautivos de la subterrnea caverna descrita en La Repblica, percibimos nicamente, con la espalda vuelta a la luz, las sombras de los objetos y creemos que son realidades actuales. Acaso no es sta la idea de Maya, o ilusin de los sentidos durante la vida fsica, rasgo caracterstico de la filosofa budista? Si en la vida material no nos entregamos absolutamente a los sentidos, estas ilusiones despiertan en nosotros la reminiscencia del mundo superior en que ya hemos vivido. El espritu interno conserva un vago y obscuro recuerdo del anterior estado de bienaventuranza de que gozara y anhela instintivamente volver a l. Incumbencia de la Filosofa es libertarle de la esclavitud de los sentidos, por medio de la disciplina, y elevarle al empreo del puro pensamiento, a la visin de la verdad, bondad y belleza eternas. Dice Platn en el Thetetus que el alma no puede encarnar en cuerpo humano, si antes no ha contemplado la verdad o sea el conjunto de todo cuanto el alma vea cuando habitaba en la Divinidad, con desprecio de las cosas que decimos que son, y la mira puesta en lo que REALMENTE ES. Por lo tanto, slo el nous, o espritu del filsofo (o amante de la suprema verdad) est dotado de alas, porque con su elevada capacidad retiene estas cosas en su mente, y al contemplarlas diviniza, por decirlo as, a la misma Divinidad. El debido uso de las reminiscencias de la vida primera y el perfeccionamiento en los perfectos misterios lleva al hombre a la verdadera perfeccin. Entonces est iniciado en la sabidura divina.

    As comprenderemos por qu las ms sublimes escenas de los Misterios eran siempre nocturnas. La vida del espritu interno es la muerte de la naturaleza externa, y la noche del mundo fsico es el da del espiritual. Por esto se adoraba a Dionisio, el sol nocturno, con preferencia a Helios, el sol diurno. Los Misterios simbolizaban la preexistente condicin del espritu y del alma, la cada de sta en la vida terrena y en el Hades, las miserias de esta vida, la purificacin del alma y su restitucin a la divina bienaventuranza o reunin con el espritu. Then de Esmirna compara acertadamente la disciplina filosfica con los ritos msticos: A este propsito, dice que podemos considerar la filosofa como la iniciacin en los verdaderos arcanos y la instruccin en los genuinos Misterios. La iniciacin abarca cinco grados: 1, la purificacin previa; 2, la admisin en los ritos secretos; 3, la revelacin epptica; 4, la investidura o entronizacin; 5, en consecuencia de los anteriores, la amistad ntima, comunin con Dios y la felicidad dimanante de la comunicacin con seres divinos

    Platn llama epopteia, o visin personal, la perfecta contemplacin de lo aprendido intuitivamente o sean las verdades e ideas absolutas. Tambin considera la coronacin como smbolo de la autoridad recibida de los instructores para conducir a otros a la misma contemplacin. El quinto grado es la mayor felicidad terrena y, segn Platn, consiste en asimilarse a la Divinidad, tanto como cabe en los seres humanos (NOTA: Toms Taylor: Misterios bquicos y eleusinos, p. 47. Nueva York. J.W.Bouton, 1875. FINAL NOTA).

    Tal es el platonismo. Dice Emerson que de Platn arranca cuanto los pensadores escriben y discuten. En l se resuma la ciencia de su poca: la de Grecia, de Filolao a Scrates; la de Pitgoras en Italia; y la que deriv de Egipto y Oriente. Era una inteligencia tan vasta, que toda la filosofa europea y asitica est comprendida en sus doctrinas, y a su cultura y poder de contemplacin aada temperamento y cualidades de poeta.

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    Los discpulos de Platn aceptaron, en general, sus teoras psicolgicas. Algunos, como Xencrates, aventuraron atrevidas especulaciones. Espeusipo, sobrino y sucesor del eminente filsofo, fue autor del Anlisis numrico, o tratado de los nmeros pitagricos. Algunas de sus especulaciones no estn en los Dilogos escritos; pero como era oyente de las conferencias orales de Platn, tiene mucha razn Enfield al decir que sus opiniones no deban diferenciarse de las de su maestro. l es, sin duda, el antagonista que Aristteles critica sin nombrarlo cuando cita el argumento de Platn contra la doctrina de Pitgoras, de que todas las cosas son en s mismas nmeros, o, mejor dicho, inseparables de la idea de nmero. Insista especialmente en demostrar que la doctrina platnica de las ideas difera esencialmente de la pitagrica en que los nmeros y magnitudes existen independientemente de las cosas. Tambin aseguraba que Platn ense que no puede existir conocimiento real, si el objeto de conocimiento no trasciende a una regin superior a lo sensible.

    Pero Aristteles no es testimonio fidedigno, pues adulter a Platn y casi puso en ridculo las ideas de Pitgoras. Hay una regla de interpretacin que debe guiarnos en el examen de toda opinin filosfica. La inteligencia humana, bajo la necesaria accin de sus propias leyes, est impelida a mantener las mismas ideas fundamentales, y el corazn del hombre a alimentar los mismos sentimientos en toda poca. Cierto es que Pitgoras despert la ms profunda simpata intelectual de su tiempo y que sus doctrinas ejercieron poderosa influencia en Platn. Su idea fundamental es que en las formas, mudanzas y fenmenos del Universo subyace un principio permanente de unidad. Aristteles asegura que Pitgoras crea y enseaba que los nmeros son los principios primordiales de toda entidad. Ritter opina que la frmula de Pitgoras se ha de tomar simblicamente, y as es sin duda. Aristteles trata de asociar estos nmeros a las formas e ideas de Platn y atribuye a ste la afirmacin de que las formas son nmeros, y las ideas existencias substanciales o entidades reales. Platn no enseaba tal cosa. Deca que la causa final era la Bondad Suprema (to gaqn). Las ideas son objeto de pura concepcin para la razn humana, y atributos de la Razn Divina (NOTA: Cousin, Historia de la Filosofa, I, IX. FINAL NOTA). No deca que las formas son nmeros, sino que, como se lee en el Timeo: Dios form por primera vez las cosas, segn formas y nmeros.

    Reconoce la ciencia moderna que las leyes superiores de la naturaleza asumen la forma de enunciado cuantitativo. Esto es quizs una ms explcita afirmacin de la doctrina pitagrica. Los nmeros se consideran como la mejor representacin de las leyes de armona que regulan el Cosmos. Sabemos que la teora atmica y las leyes de combinacin estn hoy, por decirlo as, arbitrariamente definidas por nmeros. W. Archer Butler dice a este propsito:

    El mundo es, en todas sus partes, una aritmtica viva en su desarrollo y una verdadera geometra en su reposo.

    La clave de los dogmas pitagricos es la frmula general de unidad en la variedad; lo uno desenvuelve y por completo penetra lo mltiple. Tal es, en compendio, la antigua doctrina de la emanacin. El apstol Pablo la aceptaba asimismo como verdadera. Ex auto, cai d1i1 auto, cai eiv autn t pnta.

    De Aqul, por Aqul y en Aqul son y estn todas las cosas. Esto es puramente indo y brahmnico.

    Cuando la disolucin (Pralaya) llega a su trmino, el Ser inmenso, Para-Atma, o Para-Purusha, el Seor existente por s mismo y del cual y por medio del cual todas las cosas fueron son y sern, quiso emanar de su propia substancia la variedad de criaturas. (Manava-Dharma-Shastra, libro I, dsticos 6 y 7)

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    La Dcada mstica 1 + 2 + 3 + 4 = 10 expresa esta idea. El 1 simboliza a Dios; el 2 la materia; el 3 la combinacin de la Mnada y la Duada que participan de la naturaleza de ambas en el mundo fenomenal; el 4, o forma de perfeccin, simboliza el vaco; y el 10, o suma de todas las cosas, comprende la totalidad del Cosmos. El. universo es la combinacin de miles de elementos y sin embargo es la expresin de un slo espritu: un caos para los sentidos, un cosmos para la razn.

    Todo es industa en esta combinacin y progresin de nmeros en la idea de la creacin. nico es el Ser existente por s mismo, Swayambhu o Swayambhuva, como tambin se le llama. De s mismo emana la facultad creadora, Brahm o Purusha (varn divino), y el Uno se convierte en Dos; de esta Duada, unin del principio puramente intelectual con el de la materia, procede un tercero, Viradj; el mundo fenomenal. De esta invisible e incomprensible trinidad, la Trimurti brahmnica, procede la segunda triada, que representa las tres facultades: creadora, conservadora y transformadora, representadas por Brahm, Vishnu y Siva, aunque siempre reunidas en una. Brahm, o Tridandin, como se le llama en los Vedas, es la Unidad, el dios trino y manifestado que da origen al simblico Aum, o Trimurti compendiada. Slo por medio de esta trinidad, siempre activa y perceptible a nuestros sentidos, puede la invisible y desconocida Mnada manifestarse en el mundo de los mortales. Cuando se convierte en Sharira, esto es, cuando asume forma visible, simboliza los principios de la materia y los grmenes de vida. Entonces es Purusha, el dios trifceo, o del trino poder, la esencia de la triada Vdica. Conozcan los brahmanes la sagrada slaba (Aum), las tres palabras del Savitri, y lean diariamente los Vedas. (Manu, libro IV, dstico 125).

    Despus de crear el universo, Aquel cuyo poder es incomprensible, se desvaneci absorbido en el Alma Suprema Restituida a su primera obscuridad la gran Alma, permanece en lo desconocido y carece de forma

    Cuando de nuevo rene los sutiles principios elementarios y penetra en algn germen animal o vegetal, asume en cada uno nueva forma.

    As es, que por alternativa de reposo y actividad, el Ser inmutable hace que eternamente revivan y mueran todas las criaturas existentes, activas e inertes (Manu, libro I, dstico 50 y siguientes).

    Quien haya estudiado a Pitgoras y sus teoras respecto de la Mnada que, despus de emanar la Duada, se restituye al silencio y a la obscuridad y crea la Triada, puede descubrir la fuente de dnde manan la filosofa del eminente filsofo de Samos, la de Scrates y la de Platn.

    Espeusipo parece haber enseado que el alma fsica o thumtica era inmortal como el espritu o alma racional. Ms adelante expondremos sus razones. Tambin, como Filolao y Aristteles en sus disquisiciones sobre el alma, dice que el ter es un elemento y supone cinco elementos principales, correspondientes a las cinco figuras regulares geomtricas. Esta enseanza est tomada de la escuela alejandrina (NOTA: Theol. Arithme, p. 62. Sobre los Nmeros Pitagricos. FINAL NOTA). Hay en las doctrinas de los filaleteos mucho que no aparece en las obras de los ms antiguos platnicos, porque sin duda las enseaba el maestro con sigilosas reservas, como arcanos que no deban publicarse. Espeusipo y Xencrates sostuvieron despus que el anima mundi o (alma del mundo) no era la Divinidad, sino su manifestacin. Estos filsofos jams atribuyeron al Uno naturaleza animada (NOTA: Platn: Parmnides , 141. E. FINAL NOTA). El Uno originario no existe en la acepcin que damos a la palabra, pues hasta que se desdobl en lo mltiple (existencias emanadas, la mnada y la duada), no tuvo existencia. El tmion, el algo manifestado mora igualmente en el centro que en la circunferencia, pero slo el Alma del Mundo es reflejo de la Divinidad (NOTA: Vase Stoboebus, Ecl.. I, 862. FINAL NOTA). En esta doctrina aletea el espritu del budismo esotrico.

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    La idea que tiene de Dios el hombre es la deslumbradora luz que ve reflejada en el cncavo espejo de su propia alma, pero esta imagen no es en realidad la de Dios, sino su reflejo. Su gloria est all, pero el hombre ve a lo sumo la luz de su propio espritu, que es cuanto puede ver. Cuanto ms limpio est el espejo, ms resplandecer la imagen divina. Pero el mundo exterior no puede permanecer all al mismo tiempo. Para el esttico yogui, para el profeta iluminado, el espritu brilla como el sol del medioda; para la viciosa vctima de los atractivos terrenos, el resplandor desaparece, porque el grosero aliento de la materia empaa el espejo. Tales hombres reniegan de Dios y quisieran de un golpe privar de alma a la humanidad.

    Ni Dios ni ALMA? Horrible y aniquilador pensamiento! Delirante pesadilla del luntico ateo, ante cuya alucinada vista pasa una horrible e incesante serie de chispas de materia csmica, por nadie creadas, que aparecen, existen y se desenvuelven por s mismas, es decir, por nada ni nadie y no proceden de ninguna parte ni van a parte alguna, sin que ninguna Causa las impela en un crculo eterno, ciego, inerte y SIN CAUSA. Qu comparacin cabe con el errneo concepto del nirvna bdico! El nirvna va precedido de innumerables transformaciones espirituales y reencarnaciones durante las cuales la entidad no pierde ni por un segundo el sentimiento de su propia individualidad, que persiste durante millones de edades antes de llegar a la nada final.

    Aunque muchos, tienen a Espeusipo por inferior a Aristteles, el mundo le debe la definicin de varios conceptos que Platn dej confusos en su doctrina acerca de lo sensible y lo ideal. Deca Espeusipo:

    Conocemos lo inmaterial por medio del pensamiento cientfico y lo material por la cientfica percepcin (NOTA: Sextus. Math. VII, 145. FINAL NOTA).

    Xencrates expuso muchas teoras y enseanzas no tratadas por su maestro. Tiene en gran estima la doctrina pitagrica y su matemtico sistema de nmeros. Slo admite tres grados de conocimiento: pensamiento, percepcin e intuicin, y dice que el pensamiento se emplea en lo que hay ms all de los cielos; la percepcin, en las cosas del cielo; y la intuicin, en los cielos mismos.

    Vemos estas teoras, y casi el mismo lenguaje, en el Manava-Dharma-Shastra, cuando habla de la creacin del hombre: l (el Supremo) exhal su propia esencia, el soplo inmortal, que no perece en el ser, y a esta alma del ser, le di el Ahankra (conciencia del Ego) o gua soberano. Despus di a aquella alma del ser (hombre), la inteligencia compuesta de tres cualidades y cinco sentidos de percepcin externa.

    Estas tres cualidades son: entendimiento, conciencia y voluntad, anlogas al pensamiento, percepcin e intuicin de Xencrates. Expuso ms completamente que Espeusipo la relacin entre nmeros e ideas, y aventaj a Platn en su doctrina de las magnitudes indivisibles. Redujo a sus primitivos elementos ideales las formas y figuras para demostrar que proceden de la indivisible lnea. Es evidente que Xencrates sostiene las mismas teoras de Platn en lo concerniente al alma humana (suponindola nmero), aunque Aristteles contradiga todas las enseanzas de este filsofo (NOTA: Metaph., 407, a. 3. FINAL NOTA). Esto nos demuestra que Platn expuso oralmente la mayor parte de sus doctrinas y que Xencrates, y no Platn, fue el autor de la teora de las magnitudes indivisibles. Deriva el alma de la primera Duada y la llama nmero semoviente (NOTA: Apndice a Timeo. FINAL NOTA). Teofrasto dice que Xencrates aventaj a los dems platnicos en la exposicin de la teora del alma, sobre la que se basa su doctrina cosmolgica, demostrando la necesidad de que en cada punto del espacio universal exista una serie progresiva de seres espirituales animados e inteligentes (NOTA: Stob: Ecl.. I, 62. FINAL NOTA). El alma humana es, segn l, un conjunto de las ms espirituales propiedades de la Mnada y de la Duada con los principios ms elevados de ambas. Como Platn y Prodico, considera potestades divinas a los elementos

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    y los llama dioses, pero ni l ni otros suponen con ello idea alguna antropomrfica. Observa Krische que Xencrates llama dioses a los elementos para no confundirlo con los demonios del mundo inferior (NOTA: Krische: Forsch., p. 322. FINAL NOTA) o espritus elementarios. Como el alma del Mundo penetra todo el Cosmos, los animales han de tener algo divino (NOTA: Clem: Alex. Stro. V. 590. FINAL NOTA). Lo mismo ensean los budistas y los hermticos, y Manu concede tambin alma a las plantas, aun a la ms tenue hoja de csped.

    De acuerdo con esta teora, los demonios son seres intermedios entre la perfeccin divina y la maldad humana (NOTA: Plutarco: De Isid, cap. 25, p. 360. FINAL NOTA). Los clasifica en diversas categoras y afirma que el alma individual de cada hombre es su demonio protector y gua y que ningn demonio tiene ms poder sobre nosotros que nosotros mismos. As, el daimonin de Scrates es la entidad divina que le inspir durante toda su vida. Del hombre nicamente depende el abrir o cerrar su percepcin a la voz divina. A semejanza de Espeusipo, concede inmortalidad al yuch, cuerpo psquico o alma irracional; pero algunos filsofos hermticos han enseado que el alma nicamente tiene existencia separada y continua cuando, a su paso al travs de las esferas se le incorporan algunas partculas terrenas y materiales que, luego de purificada en absoluto, se aniquilan y la quintaesencia del alma se identifica con el espritu divino y racional.

    Asegura Zeller que Xencrates proscriba la carne de animales, no porque en ellos viese, en semejanza con el hombre, una vaga e imperfecta conciencia divina, sino, al contrario, porque la irracionalidad del alma animal poda influir en el hombre- (NOTA: Plato und die Alt. Akademie. FINAL NOTA). Pero nosotros creemos que ms bien era porque, como Pitgoras, haba tenido a los sabios indos por maestros y modelos. Cicern dice que Xencrates lo desdeaba todo, excepto la virtud ms elevada (NOTA: Tusc. v. 18, 51. FINAL NOTA), y nos lo pinta como hombre de austero carcter (NOTA: Idem. cf. p. 559. FINAL NOTA). Nuestro ms arduo negocio es redimirnos de la esclavitud de la vida senciente y vencer los titnicos elementos de nuestra naturaleza carnal por medio de la divina. Zeller cita este pasaje (NOTA: Plato und die Alt. Akademie. FINAL NOTA): El deber capital es mantenernos puros aun en los ms ntimos anhelos de nuestro corazn, y nicamente la filosofa y la iniciacin en los Misterios nos lo permitirn cumplir.

    Crantor, otro filsofo de la primera poca de la academia platnica, derivaba el alma humana de la substancia raz de todas las cosas, la Mnada o Uno, y la Duada o Dos. Plutarco habla extensamente de este filsofo, quien, como su maestro, crea que las almas encarnaban por castigo en los cuerpos.

    Aunque algunos crticos opinan que Herclides no sigui del todo las doctrinas de Platn (NOTA: Ed. Zeller: Philos der Griech. FINAL NOTA), enseaba la misma tica. Zeller dice que con Hicetas y Ecfanto admita la doctrina pitagrica de la rotacin de la tierra alrededor de su eje y la inmovilidad de las estrellas fijas, pero que ignoraba la revolucin anual de la tierra alrededor del sol y el sistema heliocntrico (NOTA: Plato und die Alt. Akademie. FINAL NOTA). Sin embargo, hay pruebas de que en los Misterios se enseaba este sistema, y que Scrates fue condenado a muerte por divulgar stas santas enseanzas, que sus compatriotas tildaron de ateas. Herclides opinaba lo mismo que Pitgoras y Platn en lo concerniente a las facultades y potencias del alma humana, que describe como esencia luminosa y en alto grado etrea, residente en la va lctea antes de descender a la generacin o existencia sublunar. Los demonios o espritus son para l seres con cuerpos vaporosos y areos.

    La doctrina pitagrica de los nmeros, en relacin con las cosas creadas, est plenamente expuesta en el Epinomis. Como buen platnico, su autor afirma que slo es posible alcanzar sabidura por la sagaz investigacin de la oculta naturaleza de la creacin, pues slo as aseguraremos feliz existencia despus de la muerte. Trata extensamente de la inmortalidad del alma y dice que nicamente podemos inferirla de la perfecta

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    comprensin de los nmeros. El hombre incapaz de distinguir una lnea recta de una curva, jams tendr el necesario conocimiento para demostrar matemticamente lo invisible, por lo que debemos asegurarnos de la existencia objetiva de nuestro cuerpo astral, antes de tener conciencia de que poseemos un espritu divino e inmortal. Jmblico declara lo mismo y aade que todo esto es un secreto de la ms elevada iniciacin. Al Poder-Divino, dice, le indignan todos cuantos revelan la formacin del icostagonus, o sea el mtodo de inscribir un dodecaedro (NOTA: Uno de los cinco cuerpos geomtricos regulares. FINAL NOTA) en una esfera.

    La idea de que los nmeros por su gran virtud producen siempre el bien y nunca el mal, se refiere a la justicia, ecuanimidad y armona. Cuando el autor dice que cada estrella es un alma individual, repite lo que los iniciados indos y los hermticos ensearon antes y despus de l; o sea, que cada astro es un planeta independiente, con alma propia, y que todos los tomos de materia estn henchidos del divino flujo del alma del mundo, de modo que respiran, viven, sienten, sufren y gozan de la vida a su manera. Qu fsico puede negarlo con pruebas? Por lo tanto, debemos considerar los cuerpos celestes como imgenes de dioses que participan substancialmente de los poderes divinos; y aunque su alma-entidad no es inmortal, su influencia en la economa del universo les da derecho a honores divinos, tales como los que tributamos a los dioses menores.

    La idea es clara, y de mala fe procedera quien equivocadamente la expusiese. Si el autor de Epinomis coloca a estos gneos dioses muy por encima de los animales, plantas y hombres a quienes, como criaturas terrenas, les seala nfimo lugar, quin le probar lo contrario? Preciso es sumergirse en las profundidades de la abstracta metafsica de la antigedad, para comprender las varias formas de sus conceptos que, despus de todo se fundan en la adecuada comprensin de la naturaleza, atributos y mtodo de la Causa Primera.

    Adems, cuando el autor de Epinomis interpone entre los dioses superiores y los inferiores (almas encarnadas) tres clases de demonios, y puebla el universo de seres invisibles, es ms racional que nuestros modernos sabios, que colocan entre ambos extremos un vaco inmenso donde slo operan las ciegas fuerzas de la Naturaleza. De estas tres clases de demonios, la primera y la segunda son invisibles y sus cuerpos estn formados de puro ter y fuego (espritus planetarios); los de la tercera clase son generalmente invisibles, pero algunas veces, al concentrarse en s mismos, son visibles durante pocos segundos. Estos son los espritus terrenos, o nuestras almas astrales.

    Estas doctrinas, estudiadas analgicamente y por correspondencia, condujeron paso a paso a los antiguos, as como a los modernos filaleteos, a la comprensin de los ms grandes misterios. Al borde del negro abismo que separa el mundo espiritual del material, est la ciencia moderna con los ojos cerrados y la cabeza vuelta hacia atrs, parecindole infranqueable y sin fondo, aunque tiene en la mano una antorcha que con slo bajarla a sus profundidades, la sacara de su error. Pero el tenaz estudiante de filosofa hermtica ha tendido un puente a travs del abismo.

    En sus Fragmentos de Ciencia, Tyndall confiesa tristemente: Si me preguntan si la ciencia ha resuelto, o si es probable que en nuestros das resuelva el problema del universo, dudo al responder. Y cuando impulsado por un pensamiento posterior, se rectifica despus, asegura que la prueba experimental le ha conducido a descubrir en la vilmente calumniada materia, la esperanza y la potencia de los atributos de la vida. Sera tan difcil para Tyndall dar una prueba plena e irrefutable de lo que asegura, como lo hubiera sido para Job clavar un anzuelo en el hocico del leviatn.

    Pocas palabras bastarn para evitar al lector la confusin dimanante del uso frecuente de ciertos trminos en sentido diverso del acostumbrado. Deseamos no dar lugar a error ni falsedad. La Magia puede tener para unos lectores una significacin y distinta para otros. Nosotros le daremos la significacin que tiene para los sabios y prcticos orientales, y lo

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    mismo haremos respecto de las palabras ciencia hermtica, ocultismo, hierofante, adepto, brujo, etc., que por otra parte son de fcil comprensin. Aunque las diferencias entre los trminos sean frecuentemente insignificantes, conviene saber su significado, que vamos a dar por orden alfabtico.

    AKSA: Literalmente en snscrito significa firmamento; pero en su mstico sentido, significa el cielo invisible, , como dicen los brahmanes en el sacrificio del Soma (Gyotishtoma Agnishtoma), el dios Aksa, o dios Firmamento. De los Vedas se infiere que los indos de cincuenta siglos atrs le atribuan las mismas propiedades que los lamas tibetanos de hoy, quienes le consideran como fuente de vida, depsito de toda energa y propulsor de todo cambio en la materia. En estado latente, coincide el Aksa con nuestra idea del ter universal; en estado de actividad, es el Dios omnipotente y director de todo. En los sacrificios y misterios brahmnicos desempea el papel de Sadasya, o presidente de los mgicos efectos de las ceremonias religiosas, y tiene su sacerdote propio (Hotar) que toma su nombre. Los sacerdotes de la India y otros pases eran antiguamente representantes en la tierra de distintos dioses, y cada uno de ellos tomaba el nombre de la divinidad en cuyo nombre obraba.

    El Aksa es indispensable agente de toda krity u operacin mgica, ya religiosa, ya profana. La expresin brahmnica excitar el Brahm (Brahm jinvati), significa despertar el poder latente en el fondo de las operaciones mgicas, pues los sacrificios vdicos son magia ceremonial. Este poder es el Aksa o electricidad oculta, el alkahest de los alquimistas o disolvente universal, la misma anima mundi, como luz astral. En el momento del sacrificio est embebida en el espritu de Brahm y mientras aquel se lleva a cabo es el mismo Brahm. Este es evidentemente el origen del dogma cristiano de la transubstanciacin. En lo que se refiere a los efectos generales del Aksa, el autor de una de las obras ms modernas de filosofa oculta: Arte Mgico, da por vez primera una muy inteligible e interesante explicacin del Aksa, en conexin con los fenmenos atribuidos a su influencia por fakires y lamas.

    ALMA: Es el nephesh de la Biblia; el principio vital, el soplo de vida que todos los animales, incluso los infusorios, comparten con el hombre. En las traducciones de la Biblia se interpreta indistintamente por vida, sangre y alma. El texto original del Gnesis dice: No matemos su nephesh (NOTA: XXXVII, 21. FINAL NOTA). La Vulgata lo traduce por: No le matemos. As en los dems pasajes.

    ALQUIMISTAS: De Al y Chemi, el fuego o dios Kham de que tom nombre el Egipto. Los rosacruces medievales como Roberto Fludd, Paracelso, Toms Vaughan (Eugenio Filaleteo), Van-Helmont y otros, fueron alquimistas que buscaban el espritu oculto en la materia inorgnica. Muchos han acusado a los alquimistas de charlatanera y presuncin; pero no cabe tratar de impostores y mucho menos de insensatos a hombres como Rogerio Bacon, Agrippa, Enrique Kunrath, y el rabe Geber, el primero que revel en Europa algunos secretos qumicos. Los sabios de hoy reedifican las ciencias fsicas sobre la base de la teora atmica de Demcrito, restablecida por John Dalton, sin recordar que Demcrito de Abdera era alquimista de talento bastante para profundizar los secretos de la naturaleza y llegar a ser filsofo hermtico. Olaus Borrichias dice que el origen de la Alquimia se pierde en remotsimos tiempos.

    ANTROPOLOGA: La ciencia del hombre, subdividida en:Fisiologa, que descubre los misterios de los rganos, y su funcionamiento en el hombre,

    animales y plantas.Psicologa, que estudia el alma como entidad distinta del espritu, en sus relaciones

    con el espritu y con el cuerpo. La ciencia moderna relaciona generalmente el alma con las condiciones del sistema nervioso, sin atender a su esencia y naturaleza psquica. Los

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    mdicos llaman a la Psicologa ciencia de la locura, y, en las escuelas de medicina dan el nombre de luntica a la ctedra de esta ciencia.

    CALDEOS o kasdimos: Al principio una tribu y despus una casta de sabios cabalistas. Eran los sabios y magos de Babilonia, astrlogos y adivinos. El famoso Hillel, precursor de Jess en filosofa y tica, era caldeo. Frank, en su Kabbala, hace notar la estrecha semejanza de la doctrina secreta del Avesta, con la metafsica religiosa de los caldeos.

    DACTYLOS (daktulos, dedo): Nombre dado a los sacerdotes consagrados al culto de Kybel (Cibeles). Algunos arquelogos derivan este nombre de dctulo, dedo, porque los dactylos eran diez, como los dedos de las manos, pero no consideramos correcta esta hiptesis.

    DEMIURGOS o Demiurgo: Artfice; el Poder Supremo que ha construido el universo. Los francmasones derivan de esta palabra su frase de Gran Arquitecto. El magistrado principal de algunas ciudades griegas llevaba este ttulo.

    DEMONIOS: Nombre dado en los pueblos antiguos, y especialmente por los filsofos alejandrinos, a toda clase de espritus, buenos y malos, humanos o de otra naturaleza. Con frecuencia este nombre es sinnimo de dioses o ngeles; pero algunos filsofos distinguen entre las diversas clases.

    DERVICHES, o encantadores danzantes: Aparte de la austeridad de vida y de las prcticas de oracin y meditacin, los santones mahometanos se parecen muy poco a los fakires indos. Estos pueden llegar a ser sannysis o santos mendicantes; los primeros jams irn ms all de las fases secundarias de las manifestaciones ocultas. El derviche puede ser tambin potente hipnotizador, pero jams se someter voluntariamente a las abominables y casi increbles mortificaciones que el fakir se inflige con creciente avidez hasta morir entre lentos y crueles tormentos. Las ms horribles operaciones, como desollarse vivo, cortarse los dedos de pies y manos, amputarse las piernas, sacarse los ojos, enterrarse hasta el cuello y pasar as muchos meses, son para ellos juegos de nios. Uno de los tormentos ms frecuentes es el tshiddy-parvday (NOTA: O ms comnmente, chrkh pj. FINAL NOTA). Consiste en suspender al fakir de uno de los brazos movibles de una especie de horca que suele verse en las cercanas de los templos. En el extremo de cada uno de estos brazos, hay una polea a la que est arrollada una cuerda con un garfio de hierro pendiente, que se clava en la desnuda espalda del fakir, cuya sangre inunda el suelo, y levantado en alto se le hace girar alrededor de la horca. Desde el primer momento de tan cruel operacin, hasta que por su propio peso el cuerpo cede rasgado por el garfio y cae sobre las cabezas de la multitud ni un solo msculo del rostro del fakir se contrae en lo ms mnimo y queda tan tranquilo, grave y reposado como si saliera de un refrigerante bao. El fakir se goza en despreciar los mayores tormentos, porque est convencido de que cuanto ms mortifique su cuerpo material, ms brillante y santo ser su cuerpo espiritual. El derviche no es capaz de infligirse tales torturas.

    DIOSES PAGANOS: El vulgo confunde lastimosamente los dioses con los dolos del paganismo. Sin embargo, el verdadero concepto expresado en la palabra dioses, nada tiene de objetivo ni antropomrfico, pues o bien se refiere a las entidades planetarias y a los espritus desencarnados de hombres puros, o bien representa para los iniciados de todas las religiones y escuelas la manifestacin visible de una potestad ordinariamente invisible. Cada una de estas ocultas potestades tena por smbolo el dios bajo cuyo nombre se la invocaba, de suerte que los mltiples dioses de los panteones indio, griego y egipcio son sencillamente representaciones de las potestades invisibles del universo. Cuando en los oficios religiosos invoca el brahmn a la diosa Aditya, representacin femenina del sol,

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    actualiza la potencia del espritu residente en el sol mediante la palabra de poder (Vch) contenida en el mantra empleado en la invocacin.

    Las potestades espirituales son los hotares o vicarios del supremo Ser, mientras que a su vez el brahmn es, en el momento de oficiar, el vicario o embajador en la tierra de la invocada potestad celestial.

    DRUIDAS: Casta sacerdotal que floreci en las Galias y Gran Bretaa.

    ESENIOS: De asa, el que sana. Secta de judos que, segn Plinio, vivieron cerca del mar Muerto per millia sculorum, durante miles de siglos. Han supuesto algunos si seran fariseos ultra radicales, y otros, lo que parece ms cierto, los tienen por descendientes de los benim-nabim de la Biblia, o sean los kenitas y nazaritas. Tenan muchas ideas y prcticas budistas, y es digno de mencin que los sacerdotes de la Gran Madre en feso, la Diana-Bhavani de mltiples pechos, llevaban tambin este nombre. Eusebio y De Quincey dicen que eran los cristianos primitivos y esto es muy probable. El ttulo de hermano, usado en la Iglesia primitiva, es de origen esenio. Constituan una comunidad o koinobin anloga a la de los primeros conventos. Conviene advertir que nicamente los saduceos o zadokitas, la casta sacerdotal y sus partidarios, perseguan a los cristianos, pues los fariseos eran por lo general indulgentes y con frecuencia se declaraban a favor de aqullos. Jaime el justo fue fariseo hasta su muerte; pero Pablo, o Aher, fue tenido por hereje.

    ESPRITU: Mucha confusin ha producido la discrepancia de los escritores en el empleo de esta palabra, que por regla general se considera sinnima de alma, sin que los lexicgrafos se preocupen de separar su respectiva acepcin. Esto es consecuencia natural de la ignorancia corriente, y de haber desdeado la distincin adoptada por los antiguos. Ms adelante dilucidaremos la importantsima diferencia entre espritu y alma. Baste decir, por ahora, que el espritu es el nous de Platn, el principio inmortal, inmaterial, pursimo y divino del hombre, el coronamiento de la triada humana.

    ESPRITUS ELEMENTALES: Criaturas que evolucionan en los cuatro reinos elementales de: tierra, aire, fuego y agua. Los cabalistas los llaman respectivamente: gnomos, slfides, salamandras y ondinas. Podemos llamarlos fuerzas de la naturaleza, como agentes serviles de la ley general, y tambin suelen valerse de ellos los espritus desencarnados, ya puros o impuros, los Adeptos encarnados, ya blancos, ya negros, para producir los fenmenos que deseen. Los espritus elementales nunca llegan a ser hombres (NOTA: A las personas que creen en la clarividencia, pero no en los espritus de la naturaleza, sino tan slo en los espritus humanos desencarnados, les interesarn las observaciones de una clarividente publicadas en Londres Espiritista de 29 Junio 1877. A venir una tempestad, vi la vidente un espritu luminoso que sala de una negra nube y pasaba rpido y deslumbrante al travs del cielo, acompaado pocos minutos despus por una lnea diagonal de espritus obscuros en las nubes. Estos son los Marutes de los Vedas ( Vase Rig-Veda Samhita de Max Muller). La conocida conferenciante, escritora y vidente, Mrs. Emma Hardinge Britten, ha publicado relaciones de sus frecuentes experiencias con los espritus elementales. FINAL NOTA).

    Bajo la denominacin general de hadas y duendes, los espritus de los elementos aparecen en los mitos, fbulas, tradiciones y poesas de todas las naciones antiguas y modernas. Sus nombres son muchsimos: peris, devas, dijinos, silvanos, stiros, faunos, elfos, enanos, trasgos, espectros, sombras, duendes, ondinas, salamandras, damas blancas, etc. Han sido vistos, temidos, bendecidos, exorcizados e invocados en todo el mundo y en toda poca. Ser posible que estuvieran alucinados cuntos los vieron?

    Los elementales son los principales agentes de los espritus desencarnados, y aunque nunca aparecen en las sesiones, producen todos los fenmenos objetivos.

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    ESPRITUS ELEMENTARIOS: Propiamente hablando, son las almas desencarnadas de los depravados que poco antes de la muerte se separaron de su divino espritu y no pueden aspirar a la inmortalidad. Eliphas Levi y otros cabalistas, apenas distinguen entre los espritus elementarios que fueron hombres, y los dems seres que pueblan los elementos y son fuerzas ciegas de la naturaleza. Una vez separadas del cuerpo estas almas (tambin llamadas cuerpos astrales) de personas materializadas, quedan irresistiblemente atradas a la tierra, donde experimentan una vida temporal y finita en las condiciones que ms armonizan con su naturaleza inferior; y como durante la vida no cultivaron su espiritualidad, sino que la subordinaron a lo material y grosero, son incapaces de seguir el elevado camino del ser puro y desencarnado que se aleja de la sofocante y meftica atmsfera de la tierra. Despus de un perodo de tiempo ms o menos largo, estas almas materiales empiezan a desintegrarse, hasta que, a semejanza de la niebla, se disuelven, tomo por tomo, en los elementos circundantes.

    ETROBACIA: Nombre griego, que significa pasear o levantar en el aire los espiritistas modernos la llaman levitacin. Puede ser consciente o inconsciente. En el primer caso es magia; en el segundo, desequilibrio, enfermedad o un poder cuya significacin se dilucida en pocas palabras.

    En un manuscrito siriaco, traducido por Malchus, alquimista del siglo XV, se lee una explicacin simblica de la etrobacia con respecto a Simn el Mago. Dice as:

    Simn, con el rostro en tierra, murmur: Oh madre Tierra, rugote me concedas algo de tu aliento, y yo te dar el mo! Sultame, oh madre, y llevar tus palabras a las estrellas y fielmente volver despus a ti!. Y la tierra, vigorizando sin detrimento su condicin, envi a su genio a infundir algo de su aliento en Simn, mientras l respiraba en ella; y las estrellas se regocijaron a la vista del Potente.

    Para comprender esto, es preciso recordar que las electricidades del mismo signo se repelen y las de signo contrario se atraen. El ms elemental conocimiento de la qumica, dice el profesor Crooke, nos ensea que mientras los cuerpos de opuesta naturaleza se combinan enrgicamente, apenas hay afinidad entre dos metales o dos metaloides de propiedades anlogas.

    La tierra es un cuerpo magntico o un gran imn, como afirm ya Paracelso hace 300 aos. Est cargada de electricidad positiva, que genera continua y espontneamente en su centro de movimiento. Los cuerpos humanos y todos los objetos materiales estn cargados de electricidad negativa, lo cual equivale a decir que los cuerpos orgnicos e inorgnicos generan y se cargan constante e involuntariamente por s mismos de electricidad contraria a la de la tierra. Ahora bien: qu es el peso? Sencillamente la atraccin de la tierra. Sin la atraccin de la tierra nada pesaran nuestros cuerpos, dice el profesor Stewart (NOTA: El sol y la tierra. FINAL NOTA), y si pesramos doble, experimentaramos doble atraccin. Cmo podemos librarnos de esta atraccin? Segn la ley antes enunciada, la atraccin de nuestro planeta retiene a los cuerpos en la superficie terrestre; pero cmo explicar que la ley de gravitacin haya sido infringida muchas veces por levitaciones de personas y de objetos inanimados? La condicin de nuestro sistema fisiolgico, al decir de los filsofos tergicos, depende en gran parte de nuestra voluntad, que bien regulada puede operar entre otros milagros el cambio de polaridad elctrica, de negativa en positiva, de modo que el imn-tierra repela el objeto o cuerpo y no ejerza la gravedad accin ninguna. Ser entonces tan natural para el hombre lanzarse al espacio, hasta que la fuerza repulsiva pierda su eficacia, como antes permanecer sobre la tierra. La elevacin de su vuelo depender de la mayor o menor habilidad en cargar su cuerpo de electricidad positiva. Obtenido este dominio sobre las fuerzas fsicas, la levitacin es cosa tan sencilla como el respirar.

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    El estudio de las enfermedades nerviosas ha demostrado que, tanto en el sonambulismo ordinario, como en el hipntico, parece disminuir el peso del cuerpo. El profesor Perty cita el caso del sonmbulo Kochler, que flotaba sobre el agua. La vidente de Provorst no poda permanecer sentada en la baera, porque sobrenadaba en el agua del bao. Dice adems que Ana Fleiser, enferma de epilepsia, se mantena con frecuencia en el aire, segn la vi varias veces el superintendente del hospital, y en otra ocasin se levant hasta ms de dos metros por encima de su cama, en presencia de testigos fidedignos, entre los cuales haba dos eclesisticos. En su Historia de las brujeras de Salem cita Uphame el caso parecido de Margarita Rule. La levitacin, dice el profesor Perty, ocurre con mayor frecuencia en los sujetos estticos que en los sonmbulos. Estamos acostumbrados a considerar la gravitacin como ley absoluta e inalterable, y nos parece inadmisible la idea de una completa o parcial levitacin que la contrare. Sin embargo, en estos fenmenos la gravitacin queda anulada por fuerzas materiales. En muchas enfermedades, como por ejemplo en las calenturas nerviosas, el peso del cuerpo humano parece aumentar, pero en los xtasis disminuye. Por lo tanto, pueden haber fuerzas fsicas contrarias a la gravedad.

    La revista de Madrid: Criterio Espiritista cita el interesante caso de una joven labradora de cerca de Santiago, que se suspenda en el aire al colocar horizontalmente sobre ella, a una distancia de medio metro, dos barras de hierro magnetizadas.

    Si los mdicos observasen a estos individuos levitados, veran que estn electrizados en el mismo signo que el suelo, el cual, segn la ley de gravedad, debera atraerlos, o al menos evitar su levitacin. Y si los desequilibrios fsico-nerviosos o los xtasis espirituales producen inconscientemente los mismos efectos, tendremos que esta fuerza puede ser dirigida y regulada a voluntad.

    EVOLUCIN: Desarrollo de los rdenes de animales superiores procedentes de los inferiores. La ciencia moderna slo estudia la evolucin fsica y nada sabe de la espiritual, que obligara a los contemporneos a confesar su inferioridad respecto de los antiguos filsofos y psiclogos. Los sabios de la antigedad se elevaban hasta el INCOGNOSCIBLE, para tomar por punto de partida la primera manifestacin del invisible, el inevitable, que por razonamiento estrictamente lgico, es el Ser creador, necesario en absoluto, el Demiurgos del Universo. La evolucin comienza, segn ellos, en el espritu puro, que desciende gradualmente hasta tomar forma visible y tangible de materia. Llegados a este punto, discurren conforme a la teora de Darwin, pero sobre ms amplias y extensas fases.

    El Rig-Veda-Samhita (NOTA: Traducido por Max Mller, Profesor de Filologa comparada en la Universidad de Oxford (Inglaterra). FINAL NOTA) el libro ms antiguo del mundo, al que nuestros ms prudentes eruditos asignan dos o tres mil aos de antigedad sobre la era cristiana, dice en el Himno de los Marutes:

    El No Ser y el Ser estn en el supremo cielo, en la cuna de Daksha, en el regazo de Aditi (Mandala I, versculo 166).

    En la primera poca de los dioses, el Ser (la Divinidad comprensible) naci del No-ser (la Divinidad incomprensible) Despus nacieron las Regiones invisibles y de ellas, Uttnapada.

    De Uttnapada naci la Tierra, y de ella las Regiones visibles. Daksha naci de Aditi, y Aditi de Daksha (Idem).

    Aditi es el Infinito, y Daksha es daksha-pitarah, que significa literalmente el padre de los dioses; pero Max Mller y Roth dicen que significa padres de la fuerza que conservan, poseen y conceden las facultades. De todos modos, es fcil ver que Daksha, nacido de Aditi, y Aditi de Daksha, significa lo que los modernos llaman correlacin de fuerzas. As se infiere del siguiente prrafo traducido por Mller:

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    Considero a Agni como el origen de toda existencia, o padre de la fuerza (III, 27, 2).

    Esta misma idea, clara y evidente, prevaleci en las doctrinas de los zoroastrianos, magos y filsofos del fuego de la Edad Media. Agni es el dios del fuego, del ter Espiritual, la verdadera substancia de la esencia divina, del Dios Invisible presente en cada tomo de Su creacin, y llamado por los Rosacruces Fuego Celestial. Si cuidadosamente comparamos los versos de este mandala, uno de los cuales dice:

    El Cielo es su padre, la Tierra su madre, Soma su hermano y Aditi su hermana (I, 191, 6) (NOTA: Dyarih vah pit, prithivi mt smah bhrt dithi svs. FINAL NOTA)

    con la Tabla Esmeraldina de Hermes, hallaremos el mismo substrato metafsico y filosfico en idntica doctrina:

    Como todas las cosas han sido producidas por medio de un Ser, as tambin todas las cosas han sido producidas de esta nica cosa por adaptacin: Su padre es el sol; su madre la luna etc. Separa la tierra del fuego, lo sutil de lo grosero Lo que he dicho sobre la operacin del sol es completo. (Tabla Esmeraldina) (NOTA: Como quiera que en los captulos siguientes estudiaremos la perfecta identidad de las antiguas doctrinas religiosas y filosficas, no damos ms explicaciones por ahora. FINAL NOTA).

    El Profesor Max Mller ve en este mandala, algo parecido a una teogona, aunque llena de contradicciones (NOTA: Rig-Veda-Shamhita, p. 234. FINAL NOTA). Los alquimistas, cabalistas y estudiantes de filosofa mstica encontrarn una perfecta definicin del sistema de Evolucin en esta cosmogona de un pueblo que existi millares de aos antes de nuestra era. Advertirn, adems, perfecta identidad de pensamiento entre la filosofa hermtica y las doctrinas de Pitgoras y Platn.

    La evolucin, tal como ahora se entiende, supone en la materia un impulso para tomar forma ms elevada, y as lo manifestaron claramente Manu y otros filsofos indos de la antigedad. Ejemplo de ello nos da el rbol de los filsofos en el caso de la disolucin del cinc. La controversia entre los partidarios de la evolucin y los de la emanacin, puede resumirse en que el evolucionista detiene toda investigacin en las fronteras del Incognoscible, mientras que el emanacionista cree que nada puede evolucionar ni nacer, si antes no ha sido involucionado por la potencia espiritual de la vida que prevalece sobre todo.

    FAKIRES: Devotos religiosos de la India. Estn generalmente adscritos a las pagodas brahmnicas y siguen las leyes de Manu. Van desnudos con slo un faldelln de lino, llamado dhoti, en la cintura. Llevan el pelo muy largo, y en l guardan como si fuera bolsillo la pipa, la flauta llamada vagudah, cuyo sonido entorpece catalpticamente a las serpientes, y el bamb de siete nudos. Esta vara mgica la recibe el faquir de su gur el da de la iniciacin, con los tres mantras que le comunica al odo. Ningn fakir prescinde de esta poderosa insignia de su profesin, por cuya divina virtud obran prodigiosos fenmenos (NOTA: Filostrato asegura que en su tiempo eran capaces los brahmanes de llevar a cabo maravillosas curaciones, con solo pronunciar ciertas palabras mgicas. Los brahmanes indos llevan una varilla y un anillo, por cuya medio obran muchas cosas. Orgenes asegura lo mismo (Contra Celso). Pero sin el poderoso fluido magntico proyectado por la vista, sin ninguna clase de contacto, seran intiles las palabras mgicas. FINAL NOTA). El fakir brahmnico es completamente distinto de los mendigos musulmanes de la India, tambin llamados fakires en algunos puntos del territorio britnico.

    HERMTICO: De Hermes, dios de la Sabidura, adorado en Egipto, Siria y Fenicia con los nombres de Thoth, Tat, Adad, Seth y Satn (NOTA: No debe tomarse este

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    ltimo nombre en el sentido que le dan los cristianos y musulmanes. FINAL NOTA), y en Grecia con el de Kadmos. Los kabalistas lo identifican con Adam Kadmon, primera manifestacin del Poder Divino, y con Enoch. Hubo dos Hermes: el Trismegistus, y el amigo e instructor de Isis y Osiris, segunda emanacin o permutacin de s mismo. Hermes y Mazeo son los dioses de la sabidura sacerdotal.

    HIEROFANTE: Revelador de enseanzas sagradas. Llevaba este ttulo el jefe de los Adeptos, que en las iniciaciones explicaba los arcanos a los nefitos. En hebreo y caldeo se le llamaba Pedro, que significa el que abre o descubre. De aqu que el Papa, como sucesor del hierofante de los antiguos misterios, ocupe la pagana silla de San Pedro. El odio de la Iglesia catlica a la alquimia y ciencias ocultas y astrolgicas, se explica porque tales conocimientos eran antes prerrogativa del hierofante o representante de Pedro, quien guardaba los misterios de vida y muerte. Bruno, Galileo, Kepler y Cagliostro se opusieron a las pretensiones de la Iglesia y por ello perdieron la vida.

    Toda nacin tuvo misterios y hierofantes. Los judos tenan su Pedro, Tanaim o Rabino, como Hillel, Akiba (NOTA: Akiba era amigo de Aher, que se presume si fue el apstol Pablo del cristianismo. De ambos se dice que visitaron el paraso. Aher cogi ramas del rbol de la ciencia, y por esto se separ de la religin juda. Akiba continu en paz su camino. Vase 2 Epstola a los Corintios, cap. XII. FINAL NOTA), y otros cabalistas famosos, nicos que podan comunicar los terribles secretos de la Merkaba. En India hubo y hay diseminados por las principales pagodas muchos hierofantes, conocidos con el nombre de brahmatmas. En el Tbet el principal hierofante es el Dalay o Taley-Lama de Lha-sa (NOTA: Taley significa ocano o mar. FINAL NOTA). Entre las naciones cristianas slo los catlicos han conservado esta pagana costumbre en la persona del Papa, aunque han desfigurado tristemente la majestuosa dignidad de tan sagrado cargo.

    INICIADOS: Los que en la antigedad aprendan en los Misterios los secretos conocimientos de boca de los hierofantes. En nuestros das, los aleccionados por los adeptos a la mstica doctrina de las ciencias del misterio, que a pesar de los siglos transcurridos, tienen pocos, pero verdaderos devotos.

    KABALISTA: De hlkq (kabala). Tradicin oral. El cabalista es el estudiante de la ciencia secreta; el que interpreta el oculto y verdadero sentido de las Escrituras, por medio de la simblica kabala. Los tanaimes fueron los primeros cabalistas judos que florecieron en Jerusaln a principios del siglo III antes de J.C. Los libros de Ezequiel, Daniel, Enoch y el Apocalipsis son genuinamente cabalsticos. La doctrina secreta de la Kabala es idntica a la de los caldeos y tiene mucho de magia o sabidura de los parsis.

    LAMAS: Monjes budistas que profesan la religin lamaica dominante en el Tbet, anlogos a los frailes del catolicismo. Estn bajo la obediencia del Dalai-Lama o Sumo Pontfice budista Tibetano, que reside en Lhassa y es para los lamas una reencarnacin del Buddha.

    LUZ ASTRAL: Es la luz sideral de Paracelso y de otros filsofos hermticos. Fsicamente es el ter de la ciencia moderna, y metafsicamente, en su espiritual y oculto sentido, es algo ms de lo que comnmente se entiende por ter. La fsica y alquimia ocultas demuestran que sus ilimitadas ondulaciones abarcan, no slo la esperanza y potencia de toda cualidad de vida, segn afirma Tyndall, sino tambin la actualizacin de la potencia de cada una de las cualidades del espritu. Los alquimistas y hermticos creen que el ter astral o sideral, con las propiedades del azufre y las magnesias blanca y roja o magnes, es, tanto espiritual como materialmente, el Anima mundi, el laboratorio de la Naturaleza y del Cosmos. El Gran Magisterio se manifiesta por s mismo en

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    los fenmenos del hipnotismo, en la levitacin del hombre y de objetos inertes, y puede llamarse ter en el aspecto espiritual.

    La denominacin astral es antigua, y ya la usaban algunos neoplatnicos. Porfirio dice que el cuerpo celestial est siempre unido al alma y es inmortal, luminoso y semejante a una estrella. La raz de la palabra astral es tal vez la voz escita aist-aer (estrella), o la asiria istar, que significa lo mismo. Como los rosacruces consideraban lo real directamente opuesto a lo aparente y enseaban que la luz para la materia era obscuridad para el espritu, decan que ste moraba en el ocano astral de invisible fuego que rodea al mundo y pretendan haber descubierto el origen del tambin invisible espritu divino, que desde el trono del invisible y desconocido Dios cobija a todo hombre y equivocadamente se le llama alma. Como la Causa primera es invisible e imponderable, nicamente podan los alquimistas probar sus afirmaciones por los efectos que, dimanantes del universo invisible, se manifiestan en el mundo fsico. Demuestran los alquimistas que la luz astral penetra la totalidad del Cosmos y late hasta en la ms nfima partcula de roca, diciendo que la chispa del pedernal es el perturbado espritu de esta Piedra, qu, al tiempo de brotar, desaparece inmediatamente en las regiones de lo desconocido.

    Paracelso la llamaba luz sideral y consideraba los astros (incluso nuestra tierra) como porciones condensadas de luz astral, cadas en la generacin y en la materia, pero cuyas emanaciones magnticas o espirituales conservaban incesante comunicacin con el origen patrio de la luz astral. A este propsito dice: Los astros nos atraen hacia ellos; y nosotros los atraemos hacia nosotros. Madera es el cuerpo y fuego la vida que, como la luz, viene de las estrellas y los cielos. La magia es la filosofa de la alquimia (NOTA: De Ente Spirituali, lib. IV; De Ente Astrorum, lib. I; y Opera Omnia vol. I, pgs. 634 y 699. FINAL NOTA). Todo lo del mundo espiritual, ha de llegarnos a travs de las estrellas, y si estamos en armona con ellas, obtendremos inmensos efectos mgicos.

    As como el fuego pasa a travs de una estufa de hierro, as tambin los astros pasan a travs del hombre y le comunican sus propiedades, del mismo modo que la lluvia fertiliza la tierra en que penetra. Los astros rodean a la tierra, como el cascarn al huevo. A travs del cascarn pasa el aire y penetra hasta el centro del mundo. El cuerpo humano, lo mismo que la tierra, los planetas y las estrellas, est sujeto a la doble ley de atraccin y repulsin y saturado del influjo doblemente magntico de la luz astral. Todo es doble en la naturaleza: el magnetismo es positivo y negativo, activo y pasivo, masculino y femenino. La noche descansa al hombre de la actividad del da y restablece el equilibrio, tanto de la naturaleza humana como de la csmica. Cuando el hipnotizador aprenda el secreto de polarizar la accin y dar a su fluido fuerza bisexual, ser el mayor de los magos vivientes. As, pues, la luz astral es andrgina porque el equilibrio resulta de dos fuerzas que eternamente actan una sobre otra. El resultado de esta accin es la VIDA. Cuando las dos fuerzas se gastan y permanecen largo tiempo inactivas, equilibrndose una con otra en reposo completo, sobreviene la condicin de MUERTE. Un ser humano puede expirar aliento caliente o fro, e inspirar aire fro o caliente. Todo nio sabe cmo regular la temperatura de su aliento; pero ningn fisilogo ha explicado satisfactoriamente la manera de protegerse uno mismo del aire fro o caliente. La luz astral, principal agente de magia, puede nicamente descubrirnos los secretos de la naturaleza. La luz astral es idntica al aksa indo.

    MGICO: Antiguamente era ttulo de nombrada y distincin, pero hoy se ha corrompido su verdadero significado. En otro tiempo fue sinnimo de honroso, respetable, instruido y docto. El clero ha convertido este ttulo en epteto degradante que el vulgo supersticioso aplica a los brujos embusteros, impostores y charlatanes que venden el alma al diablo y abusan de sus facultades psquicas, sin advertir que Moiss fue mgico y al profeta Daniel se le llam prncipe de los magos, de los encantadores y agoreros (NOTA: Profeca de Daniel, cap. V. vers. II. FINAL NOTA).

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    La palabra mgico se deriva etimolgicamente de magh, mah o mah que significa grande y se aplic a los sacerdotes versados en la ciencia esotrica.

    MAGO: Palabra derivada de Mag o Maha, que significa grande. El Mahatma (gran alma) tena en la India sacerdotes en los tiempos prevdicos.

    Los magos eran sacerdotes del fuego, en Asiria, Babilonia y Persia. Los tres reyes magos que, segn se dice, ofrecieron al nio Jess oro, incienso y mirra, adoraban al fuego y eran tambin astrlogos, pues vieron la estrella de Beln. Al Sumo sacerdote parsi, residente en Surat, se le llama Mobed, palabra que algunos derivan de Megh o Meh-ab y significa grande y noble. Segn Kleuker, a los discpulos de Zoroastro se les llam meghestom.

    MANTICISMO: Frenes mntico o estado en que se actualiza el don de profeca, sinnimo de manticismo, pues tan honroso es el ttulo de mntico como el de profeta. Pitgoras y Platn lo tuvieron en mucha estima y Scrates aconsej a sus discpulos el estudio del manticismo. Los Padres de la Iglesia, que tan severamente condenaron el frenes mntico de los sacerdotes paganos y de las pitonisas, no tuvieron reparo en aprovecharse de l para sus fines particulares. Los montanistas (NOTA: Proslitos de Montano, obispo de Frigia, a quien se le atribuy inspiracin divina. FINAL NOTA) emulaban a los manteis o profetas. El autor de la obra Profecas antiguas y modernas, dice que Tertuliano, San Agustn y los mrtires de Cartago estuvieron dotados de frenes mntico y que los montanistas se parecan a las bacantes en el salvaje entusiasmo que caracterizaba, sus orgas.

    Mucho discrepan las opiniones en lo concerniente al origen de la palabra manticismo. En tiempos de Melampo, rey de Argos, floreci el famoso vidente Mantis de cuyo nombre se derivara la palabra, pero tambin pudo arrancar de la profetisa Manto, hija del profeta de Tebas.

    Cicern define el don de profeca o frenes mntico, diciendo que en lo ms recndito de la mente est ocultamente recluida la profeca divina, el divino impulso cuya actuacin parece furor, frenes y locura.

    Sin embargo, es posible que la palabra mantis tenga mucho ms antigua etimologa, no advertida por los fillogos, pues las dos copas empleadas en los ritos del misterio Soma, denominadas conjuntamente grahs, se llamaban cada una de por s sukra y manti (NOTA: Aitareya brhmana, 3, I. FINAL NOTA). En esta copa manti se dice que despierta Brahm. Al beber sobriamente un sorbo del sagrado zumo, el espritu de Brahm, personificado en el dios Soma, se infunde en el cuerpo del iniciado y se posesiona de l. De aqu el xtasis, la clarividencia y el don de profeca. El Soma estimula dos linajes de adivinacin: la natural y la artificiosa. La copa sukra despierta las congnitas cualidades del hombre, e identifica el alma con el espritu que, por ser de naturaleza divina, conoce lo futuro representado en sueos, visiones y presentimientos. El manti o zumo contenido en la copa mantis despierta a Brahm, es decir, comunica al alma no slo con los dioses menores (NOTA: Espritus veraces de sabidura, aunque no omniscientes. FINAL NOTA), sino tambin con la suprema esencia divina. El alma recibe iluminacin directamente irradiada de la presencia de su dios; pero como queda ignorante de lo que nicamente saben los cielos, le acomete al iniciado una especie de frenes, del que, al recobrarse, slo recuerda cuanto se le permite recordar.

    Respecto a los adivinos o profetas que abusan de sus facultades para hacer de ellas un modo de vivir, dcese que estn posedos de un gandharva, divinidad escasamente venerada en la India.

    MANTRA: Palabra snscrita equivalente a nombre inefable. Cantados con la entonacin prescrita en el Atarva-Veda producen algunos mantras instantneo y maravilloso efecto. Generalmente, es el mantra una plegaria a los dioses y potestades

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    celestiales, segn ensean los libros brahmnicos de acuerdo con Man; pero tambin suele ser una frmula mgica. En sentido esotrico, la frase mstica o palabra del mantra es el vch de los brahmanes. En sentido literal, significa el mantra la revelacin directa y divina (sruti) de los libros sagrados.

    MARABUTO: Musulmn que ha cumplido la peregrinacin a la Meca. Santo sepultado en un sarcfago abierto de propsito en las calles o plazas de las ciudades populosas de los pases mahometanos. El Cuerpo del marabuto se coloca en la nica tumba o hueco del sarcfago, y la devocin de los transentes mantiene perpetuamente encendida una lmpara a la cabecera del enterramiento. En El Cairo se ven hoy da muchos de estos sarcfagos, construidos de albailera. Algunos sepulcros de marabuto tienen entre los musulmanes muchsima fama por los milagros que se atribuyen al santo all enterrado.

    MATERIALIZACIN: Palabra con que los espiritistas expresan el fenmeno por el cual toma un espritu forma material. Moiss Stainton propuso que a estos fenmenos se les diese el nombre menos discutible de manifestacin formal. Cuando se comprenda mejor la verdadera naturaleza de las materializaciones, se les dar seguramente un nombre ms adecuado. No es propio llamarlas espritus materializados, porque tan slo son fotografas o esculturas animadas.

    MAZDESTAS: De Ahura-Mazda (NOTA: Vase el Yasna de Spiegel, XL. FINAL NOTA). Nombre dado a los antiguos persas que adoraban a Ormazd y prohiban el culto de las imgenes. De los mazdestas tomaron los judos el horror que tuvieron a toda representacin plstica de la Divinidad.

    Segn parece, en tiempo de Herodoto prevalecieron contra ellos los magos y sus proslitos, entre quienes se cuentan con toda probabilidad los parsis y geberines a que alude el Gnesis (NOTA: VI, X, 8. FINAL NOTA). Por una extraa confusin etimolgica identifican algunos eruditos a Zoroastro con Zarathustra (NOTA: El nombre de Zoroastro se deriva de Zero, que significa crculo, hijo o sacerdote, y de aster, ishtar o astart, estrella, en dialecto ariano. Era el ttulo del Sumo Sacerdote de los magos, a quienes tambin se les llamaba Surya-ishtaras o adoradores del sol. Zarathustra fue el famoso apstol del mazdesmo. FINAL NOTA).

    METEMPSCOSIS: El progreso del alma en los sucesivos grados de existencia. Para el vulgo era el renacimiento en cuerpos de animales. Por regla general, aun muchos que se precian de eruditos adulteran el significado de esta palabra. El Mnava-dharma-zstra y otros libros brahmnicos interpretan el axioma cabalstico que dice: La piedra se convierte en planta, la planta en animal, el animal en hombre, el hombre en espritu y el espritu en dios.

    MISTERIOS: En griego teletai (perfeccin) y por analoga teleuteia (muerte). Eran reglas secretas que desconocan los profanos y los no iniciados. Por medio de representaciones dramticas y otros procedimientos se enseaba en los misterios el origen de las cosas, la natu