Blog de Andrés Medina Rentería

Leyes contra la libertad de expresión y de la información en internet.

Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, el internet se ha convertido en una plataforma donde la información y la libertad de expresión fluyen de manera horizontal. Desde la sociedad civil este hecho constituye un elemento para el ejercicio de la democracia pero como plantea la Organización Reporteros Sin Fronteras “Todos los estados quieren tener internet, pero sueñan con una Red bajo control”.

En un artículo llamado “Los enemigos de Internet” la organización antes mencionada hace un recuento de los intentos de control o de censura tanto del acceso como de los contenidos en la red en países con diversos sistemas políticos.

Un caso paradigmático es el de Corea de Norte, donde ni siquiera se cuenta con servidores de internet ni conexión alguna. En otros países como China, Rusia, Singapur, India y algunos de África y de Medio Oriente, la censura se expresa supervisando rigurosamente los contenidos en la red.

En los regímenes políticos “Democráticos” también se busca ejercer control sobre los contenidos, intentando promulgar leyes que regulen el uso de la Red. Por ejemplo, Francia fue el primer Estado que cuando apenas surgía el internet, intento reglamentar su uso. Lo mismo ha ocurrido en Alemania, en Estados Unidos, país que presume de ejercer la libertad más amplia ha intentado censurar el

Internet con el pretexto de luchar contra la pornografía presentando la iniciativa de Ley SOPA (Stop Online Pirasy Act) que atentaría contra la libertad de expresión en Ia red. España a su vez con el pretexto de proteger los derechos de autor, presentó la Ley de Economía Sostenible (Ley Sinde); en Colombia desde el Estados se impulsó la Ley Lleras) y en México el ahora senador panista Federico Doring, presentó también una iniciativa para regular los contenidos de la red.

Todas estas medidas provenientes del Estado en el fondo lo que intentan es preservar la hegemonía de los grupos políticos en el poder sabedores que la información cuando fluye horizontalmente se convierte en una amenaza contra los privilegios de los grupos dominantes. Es la sociedad en su conjunto la que debe vigilar que su derecho a la información y a la libertad de expresión nadie la coarte.