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Boletn 23

n d i c eEditorial ....................................................................................................2 La Biblioteca de ARBA ............................................................................4 En defensa de los bosques ........................................................................5 Para las y los socios y socias de esta humilde pero activa asociacin (ARBA) ....................................................................................6 Desarrollo insostenible otra vez la amenaza de campos de golf ..........8 Renglones torcidos santoeses Los colores del otooAdolfo Gutirrez y Txemi Martnez Fotografias ........................................10 Miguel Herrero Uceda ............................................................................13

Sus rboles centenario de Miguel Hernndez......................................15 En la sementera ......................................................................................21 Timberline. La fragilidad del lmite superior del bosque Enrique Luengo Nicolau ..........................................................................23 El pudio, Rhamnus alpina L. subsp. alpina Emilio Blanco ........................................................................................31 Bellezas armadas Gnter Kunkel ........................................................................................40 Definiciones de Bosque equivocadas de la Organizacin de las Naciones Unidas (ONU) ..............................................................46 Aranjuez maltrata a los grandes rboles singulares Francisco ................................................................................................47 Una pequea reflexin Daniel LLorente ......................................................................................49 La biodiversidad en los tiempos del capital monopolista Juan Manuel Olarieta ..............................................................................50 Tierra del almaMariL de Dios ARBA EXTREMADURA ..............................................52

ARBA est participando en la poltica forestal del futuro Autora del artculo e imgenes: ARBA Extremadura ................................54 Las predicciones climatolgicas en la tradicin popular de Extremadura Boletn de ARBANmero 23, mayo 2011. Imprime: Grficas Gil Sanz. ISSN 11338-0934 Depsito legal: M-293021997 Diseo y maquetacin: Carlos Fierro. Correccin: Ada Heredero Coordinacin: Silvia Romero

Texto y fotografas: lvaro Tejerina Gallardo (naturalista) ........................59

La acebeda de Robregordo. Es necesario un plan de ordenacin?..63 Celebracin del da forestal mundial? O Celebracin del da de ENCE?......................................................................................................66 En la parra: Encuentros de ARBA 2010 ..............................................68 La sabina..................................................................................................72Foto portada (Enrique Luengo Nicolau): Pinos cascalbos monumentales.

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Editorial2011 Ao Internacional de los Bosques El 20 de diciembre de 2006, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprob una resolucin por la que el ao 2011 se declarara Ao Internacional de los Bosques. Con ello, se pretende crear conciencia de la importancia que los bosques tienen para el planeta, debido a los beneficios econmicos, socioculturales y ambientales que proporcionan. Con este fin, se promover la accin internacional en pos de la ordenacin sostenible, la conservacin y el desarrollo de todo tipo de bosques, y de los rboles fuera de ellos. La Secretara del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB), ser el centro de coordinacin designado para la puesta en prctica del Ao Internacional de los Bosques. Con esta, es la segunda vez que se asigna un ao a los bosques. La primera vez fue en 1985, cuando el Consejo de la FAO pidi a todos los Estados Miembros que concedieran un reconocimiento especial a los bosques, a fin de centrar la atencin mundial en la necesidad de conservarlos y protegerlos. Han pasado ya 26 aos desde ese evento, y poco o muy poco se ha avanzado desde entonces. Segn la propia FAO, cada ao se pierden 130.000 Km2 de bosque debido a la deforestacin. La conversin en tierras agrcolas, la recoleccin insostenible de madera, las prcticas de la gestin inadecuada de la tierra, la creacin de asentamientos humanos, y la reconversin de los bosques y selvas en cultivos forestales son algunas de las razones de esta prdida. Arba, organizacin que viene luchando desde hace aos por la defensa y recuperacin de los bosques autctonos, de forma modesta y con escasos recursos, durante este Ao Internacional de los Bosques, desarrollar su trabajo en dar a conocer la diferencia entre bosque y cultivo forestal, al igual que ya vienen haciendo otras organizaciones internacionales de ms prestigio como Grenpeace, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM) o la Asociacin de Biologa Tropical y Conservacin, (The Association for Tropical Biology & Conservation, ATBC), la mayor organizacin cientfica mundial 2

Boletn 23dedicada al estudio, proteccin y utilizacin sostenible de los ecosistemas tropicales, que ha adoptado una resolucin exigiendo a la ONU la modificacin de sus definiciones de bosques, por considerarlas confusas y equivocadas (http://www.tropicalbio.org). Ya que creemos que existe una gran diferencia entre bosque y cultivo forestal bosque plantado segn la FAO.Un bosque es un ecosistema natural complejo, dominado por especies arbreas autctonas locales y su vegetacin acompaante, animales, hongos y microorganismos del suelo. Todos estos elementos establecen entre s interrelaciones perdurables en el tiempo, autoabastecindose sin necesidad de la intervencin del ser humano. Mientras que un cultivo forestal es una plantacin de especies vegetales de inters comercial, alineadas, de la misma edad y por regla general alctonas de la zona, ya que se encuentran fuera de su rea geogrfica natural. Esta diferencia es necesario tenerla en cuenta. Plantear, como se viene haciendo, que un cultivo forestal es igual o ms importante que un bosque tan slo sirve a los intereses de las empresas forestales, madereras, del papel o productoras de aceite de palma, que estn deforestando grandes extensiones de bosques autctonos en todo el mundo para imponer sus cultivos. La destruccin de los bosques autctonos y la plantacin de estos cultivos forestales, que en la actualidad ocupan cerca de 270 millones de hectreas, y que para el ao 2030 se incrementarn a 1.157 millones de hectreas, est generando un amplio movimiento de protesta a nivel mundial, uniendo a travs de World Rainforest Movement (Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales) a comunidades campesinas, indgenas, ecologistas y organizaciones sociales de todo tipo. Espaa no se libra de estos planes. Si entre 1940 y 1994 se repoblaron 2,9 millones de hectreas con pinos y 450.000 hectreas con eucaliptos, con el actual Plan Forestal Nacional, que termina en el ao 2032, se pretende que esta superficie se incremente en 38.000 km2, es decir la superficie de Salamanca, Zamora y Len juntas. Trabajar durante este Ao Internacional de los Bosques en dar a conocer la importancia de los bosques autctonos, explicar la importancia de su regeneracin natural y la diferencia entre bosque y cultivo, implicando al resto la sociedad, es todo un reto, que en la medida de nuestras posibilidades, conocimientos y medios trataremos de cumplir. ARBA 3

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Seguimos con nuestra des bibliogrficas de la biblioteca en Arba, la Schirmann, en la Casa de amigos de Arba.

seccin de la biblioteca para dar a conocer las misma y a su vez que las personas sepan que cual se encuentra en el albergue Juvenil Campo, una pequea joya, poco conocida por los

novedahay una Richard socios y

Uno de los nuevos libros es "El Monte Abantos y los trabajos forestales" (2010), dentro de los Cuadernos del Arboreto: Luis Ceballos, en concreto el n. 2. Es un trabajo de carcter divulgativo sobre los trabajos forestales, se da a conocer como se gestiona el monte en general, y Abantos en particular. Generalmente cuando se habla de trabajos forestales, lo primero que se piensa es en la labor del hacha, la motosierra, etcpero detrs de estas actuaciones hay una gestin que responde a una planificacin previa. La manera en la que se lleva a cabo esta gestin es a travs de las ciencias forestales, entre la que destaca la silvicultura. Y el otro libro a presentar es "El hombre que plantaba rboles" (2000), de Jean Giono, con grabados de Michael Mc Curdy, editada por el circulo de lectores. Uno de los clsicos de Arba, en el que cuenta la historia de Elzard Bouffier, un hombre sencillo pero con gran voluntad, que habiendo perdido a su familia, abandona su granja y se establece como pastor en una remota regin de la Provenza. All planta cientos y cientos de bellotas para reforestar la regin entera y devolver la vida a la tierra yerma. Te esperamos en la biblioteca de Arba..

RecuerdosP a r a t i L e o : Recuerdo aquella subida nocturna en el mes de Julio a Pealara, fue para m la excursin con la que inaugur mi nueva vida. No te separaste ni un momento de mi lado, fuiste mi apoyo, mi bastn, mi compaero, fuiste capaz de separarte durante toda la ascensin de tu dueo solo por ayudarme, durante varias horas me acompaaste pacientemente y no me dejaste. Me has hecho muy feliz Leo gracias a ti no tuve miedo en ningn momento. Siempre te recordar. Gracias. Silvia Aqu se despide un socio en toda regla, puesto que aunque no plante ningn rbol siempre me apuntaba a las excursiones e intentaba llevarme bien con todos, hasta algun@ que no se fiaba de mi al principio luego nos llegamos a conocer, un recuerdo a los pequearberos a los que a veces tenia que aguantar su exceso de energa, lo nico que no consegu fue montar en el bus de Marcos. Hasta siempre: Leo 4

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E n

d e f e n s a d e b o s q u e s

l o s

Es el momento de poner los pies en la tierra y de recordar que los viejos rboles y bosques se han conservado por encontrarse en lugares inaccesibles o por el respeto y la veneracin que merecieron para las sociedades tradicionales antiguas. A menudo su aprovechamiento se haca de un modo adecuado que garantizaba la coexistencia del bosque con otros ecosistemas y las economas de los habitantes del lugar. Nuestro patrimonio en lo que se refiere a viejos rboles y bosques autctonos desaparece hoy a un ritmo muy rpido a veces por la muerte natural y, otras, por negligencia, avaricia o simple ignorancia. La explotacin de recursos y transformaciones de nuestro paisaje no dejan sitio a estos rboles y bosques porque falta sensibilidad para su proteccin. Se cumple en este como en muchos otros casos una frase muy acertada que dice que el nico requisito para que el mal se propague, es que las personas buenas no hagan nada. Es en estos casos cuando las organizaciones en defensa de la naturaleza actan, en ocasiones con riesgo de su vida y con esfuerzos econmicos y materiales importantes, para salvaguardar aquello que debe ser conservado en el presente para el futuro. Estos esfuerzos, muchas veces sobrehumanos, y estas actitudes desinteresadas han sido siempre duramente combatidas y por todos los medios, por aquellos personajes sin escrpulos que atendiendo a sus propios intereses deseaban urbanizar, construir una carretera etc. A modo de reconocimiento a continuacin se expone una historia real de una mujer joven que a su manera luch con coraje a riesgo de su vida contra una importante compaa maderera en defensa de los bosques. Esta mujer que en esa poca consigui albergar alguna esperanza es sin duda un ejemplo de compromiso y trabajo desinteresado por la proteccin del rbol y el bosque. Este ejemplo que ha dejado su huella es el de Julia Hill y sucedi en California en 1997. La historia de Julia Hill comienza cuando una gran compaa maderera arrasa los bosques centenarios de secuoyas con el apoyo y los permisos de las administraciones correspondientes. Ocurra en la dcada de los aos 90 del pasado siglo, con el enfrentamiento de las organizaciones en defensa de los bosques. Tras las talas de estos rboles, se producen corrimientos de tierra en las laderas de los montes por la erosin, llegando a enterrar el pueblo de Stafford. Bosques enteros de rboles colosales son destruidos pese a las protestas de ecologistas y afectados. Frente a esta situacin hubo una mujer activista que se signific por su lucha en contra de esta injusta situacin.

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Boletn 23Julia Hill ms conocida por el apodo de Julia Butterfly protagoniza una sentada en la copa de una de estas viejas secoyas con el apoyo del movimiento ecologista Earth First. Se trataba de salvar de una muerte segura a Luna, as llamaron al rbol y a todo el entorno. Lo que Julia no imaginaba aquel 10 de diciembre de 1997 en que subi al enorme tronco fue que pasara ms de dos aos all arriba en una pequea plataforma y tendra que soportar el acoso de los helicpteros y guardas de la compaa, las tormentas y terribles fros, la soledad y los vientos huracanados. Desde lo alto de aquella atalaya, Julia desafi el poder de Pacific Lumber, la compaa propietaria, y por extensin de todas las madereras que esquilman espacios naturales de incalculable valor con el beneplcito de las administraciones al servicio de dichas compaas. Los medios de comunicacin desempearon un papel decisivo en esta batalla. La firma del compromiso de Pacific Lumber de respetar el rbol y su entorno fue todo un logro desde el punto de vista moral y para ese pequeo espacio protegido.( 1 ) Este ejemplo frecuente de gestin irresponsable de los bosques por parte de sus propietarios y administradores se puede suplir con una actitud todava minoritaria en la mayora de los pases, pero que cada vez es ms comn en aquellos en que se investiga y trabaja por una gestin sostenible de los bosques. Los pases nrdicos nos llevan ventaja en este tipo de explotaciones sostenibles. El equilibrio entre los beneficios econmicos y las plantaciones ecolgicas est propiciando una nueva relacin con el entorno. Se trata de invertir en rboles; el dinero de los ahorradores se planta en forma de abedules, nogales y otros que darn una rentabilidad proporcional al tiempo que mantengamos la inversin. De esta forma se puede consumir maderas certificadas con garantas de no contribuir a la destruccin de las selvas para que las cosas comiencen a funcionar de otro modo y podamos trabajar y vivir de un modo sostenible. (1) Existe un maravilloso libro en la que la propia protagonista cuenta su experiencia. Una lectura recomendable para todos los pblicos; Butterfly Hill, Julia: El Legado de Luna, Barcelona: RBA, 2000.

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Para las y

lo

socias d s socios yociacin

e esta hu

milde

va as pero acti

(ARBA)

Es nuestra obligacin tener infor-mado a todos los y las socias de cuanto acontece en ARBA, de los actos, del trabajo que se realiza, de las acciones y actividades, de pasarles los boleti-nes y material que se saca, y lo inten-tamos "bien lo sabe Dios". Un trabajo arduo y nada agradecido, por lo que ne-cesitamos de vuestra colaboracin, eso tambin "lo sabe Dios". La tecnologa moderna, es decir las web, los correos electrnicos, los m-viles, ha ido poco a poco y sin querer-lo, metindonos en estas redes de la comodidad informativa. Nosotros tenemos un fichero de unos 1000 correos que ca-da cierto tiempo hay que poner al da, y cuesta, ya lo creo que cuesta. Tener a los socios y socias al da de todo lo que se programa y hace es un objetivo que nos planteamos cada cierto tiempo, aunque no es fcil conseguirlo. En muchas ocasiones lo hemos intentado, pero siempre falla algo, o nosotros o vosotros, por qu? No lo sabemos. Una vez ms lo intentaremos. Tan slo, por parte vuestra, una pa-labra, una respuesta, no queremos ms, con ello bastar para esclarecernos. Si cambias de correo, si no quieres saber nada de nosotros, si alguien quiere informacin, si cambias de domi-cilio o cualquier otro dato comunca-noslo en [email protected] o en el mvil 630 776 748. A nosotros nos facilitara mucho el trabajo, y si no es por eso, al menos por educacin. Tener al da el libro de socios, los correos y dems es una de nuestras ta-reas como asociacin, la vuestra, como socias y socios, es comunicarnos los cambios. Muchas gracias y un saludo y abrazo ARBERO.

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Desarrollo insostenible otra vez la amenaza de campos de golfEl ayuntamiento de Tres Cantos quiere utilizar un espacio natural pblico de alta proteccin ambiental, como es la finca Valdeloshielos, para la construccin de 2 campos de golf en nuestro municipio, uno de ellos privado. Y como seuelo de enganche la posible candidatura de Tres Cantos a la celebracin de la Ryder Cup en 2018. ARBA Tres Cantos se opone a la construccin de los dos campos de golf, que implicara la transformacin, vallado y destruccin de una zona natural y pblica como es la finca Valdeloshielos, situada en la Cuenca Alta del Manzanares y lindando con el monte del Pardo. Por los siguientes motivos: 1.-El agua es un bien escaso Cada da nuestras ciudades crecen y aumentamos el consumo de agua, mientras que la captacin y reservas siguen siendo las mismas. Los campos de golf basan su existencia en la presencia de grandes extensiones de csped, que consumen volmenes elevados de agua para su mantenimiento, sobre todo en regiones de clima mediterrneo seco, (como es el caso de Madrid) que tienen grandes prdidas por evaporacin y escasas precipitaciones en verano. 2.- Los campos de golf tienen un elevado impacto medioambiental El mantenimiento del csped exige la aplicacin de productos qumicos fertilizantes nitrogenados y fitosanitarios (herbicidas, insecticidas y plaguicidas) que afectan al entorno. Este ecosistema es vital para las numerosas especies amenazadas que encuentran su refugio en este hbitat. La utilizacin de estas sustancias supone un riesgo de contaminacin del suelo y principalmente del 8 agua. Al ser disueltas por el riego y por las lluvias, pueden contaminar las aguas superficiales y subterrneas de los acuferos prximos. 3.- Los campos de golf provocan la prdida de biodiversidad. La construccin de campos de golf tiene un elevado impacto ambiental sobre la fauna y la flora. As, a la eliminacin de la vegetacin natural y la sustitucin de las especies autctonas por un monocultivo de gramneas cespitosas, se une la alteracin del hbitat de determinadas especies animales, que adems se ven afectadas por una "fragmentacin del hbitat" debido a vallados, caminos y trnsitos de vehculos, con la considerable prdida de biodiversidad. Este ao 2010 es el Ao Internacional de la Diversidad Biolgica: la Asamblea General de Naciones Unidas ha decidido designarlo as por su preocupacin ante las repercusiones sociales, econmicas y ambientales de la prdida de la biodiversidad en la Tierra. 4.-Los campos de golf en la realidad apenas si utilizan aguas depuradas. El volumen total de agua suministrado desde las depuradoras a los campos de golf es poco significativo. La utilizacin del agua potable es generalizada en este tipo de instalaciones deportivas. La Confederacin Hidrogrfica del Tajo ha abierto numerosos expedientes sancionadores contra campos de golf por uso de pozos ilegales. Segn Greenpeace, 27 de los 29 campos de la Comunidad de Madrid han sido denunciados por no utilizar agua reciclada. Adems, no podemos consumir toda el agua depurada de nuestra ciudad para riego, pues hay que

Boletn 23dejar fluir un caudal ecolgico suficiente para el mantenimiento de la vegetacin y el hbitat de ribera de nuestros ros. En esta zona est la gran reserva del acufero terciario detrtico de Madrid (ATDM. Es razonable pensar que el agua para regar dos campos de golf se extraer del acufero, que proporciona un abastecimiento seguro de agua limpia, y adems a un coste mucho ms bajo que la trada de aguas de una depuradora que est muy alejada de la zona del proyecto y exige costosas canalizaciones y gasto de energa elctrica para bombear y tratar el agua. Los usos indebidos del agua del acufero detrtico de Madrid merman una reserva de agua que es vital durante los periodos cclicos de sequa que sufre nuestra regin. 5.-Los campos de golf abren la puerta a la especulacin urbanstica: La Ryder Cup tiene exigencias muy estrictas en cuanto a instalaciones, plazas hoteleras, etc., que seran la excusa perfecta para crear una nueva zona de expansin, y de paso mejorar las perspectivas de venta del nuevo barrio de la zona norte de Tres Cantos, que como todo el mundo sabe, est teniendo dificultades para arrancar, en el contexto actual de crisis econmica. 6.- La demanda golfista no es real. Los polticos, promotores y negociantes se empean en que jugemos al golf. Mientras el deporte de base se queja del mal trato que recibe del gobierno municipal de Tres Cantos, con recursos econmicos que cada vez son ms escasos y falta de escucha de las demandas de los ciudadanos, ese mismo gobierno promueve la construccin de grandes infraestructuras cerradas caras y elitistas para las que no existe demanda real. Se empean en promocionar esta actividad cuando hoy la zona de Valdeloshielos es utilizada masivamente por ciclo-turistas, senderistas, peregrinos, aficionados al Aeromodelismo, Cross, corredores de fondo La cruza un sendero de gran recorrido GR124 que a su vez coincide con el camino de Santiago. Dentro del bien comn y sostenible se engloba tambin el derecho de nuestros hijos y de las generaciones futuras a disfrutar del mismo entorno natural que nos ha sido legado a nosotros, el cual es un elemento intrnseco de la calidad de vida que disfrutamos en nuestra ciudad. Desde Arba Tc. Llevamos realizando aos plantaciones con especies autctonas en la zona del arroyo de Tejada que atraviesa dicha finca con el nico fin de concienciar a la poblacin y mejorar nuestro entorno. Campos S, de Golf NO

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Renglones torcidos santoesesAdolfo Gutirrez y Txemi Martnez Fotografias"Decdmelo y lo olvidar, ensedmelo y lo recordar, implicadme y lo entender, apartaos y actuar". Proverbio chino Quin dijo que Santoa era solo puerto y mar? La villa y el puerto pesquero se refugian protegidos de los vientos bajo la imponente cima del Monte Buciero o Pea Ganzo. La poblacin fue un tmbolo unido a Noja por el arenal de la Berria hasta que se construy la carretera que cruza la marisma. Atravesado el repecho inicial decidimos resguardarnos en el Fuerte de San Carlos. Desde un ventanal, se atisba la localidad vecina de Laredo, referente de las disputas locales entre "tiosos y pejinos". Por un instante, retrocedemos en el tiempo e imaginamos las contiendas blicas de otra poca. Regresamos al presente y capturamos esta instantnea, un tanto surrealista, que conjuga lo cercano y lo remoto.

El Buciero horadado por tneles, polvorines y flanqueado por fuertes artilleros se convirti en protagonista de nuestro paseo sabatino. La lluvia constante no result un impedimento para descubrir las entraas de esta cima costera. Partimos desde el puerto para proseguir por el paseo martimo de la playa. Ascendimos por las escaleras hasta el monumento a la Virgen Mara del Puerto, punto de referencia de los lugareos; suban para divisar a los dos vrgenes que moraban all: la patrona de la villa y la que ocupaba los apartamentos prximos. 10

Retrocedemos unos pasos y acortamos por una senda tupida de vegetacin en busca de la pista buena, que nos introdujo en el intrincado bosque de galera del encinar. El paisaje resultaba impenetrable y miste-

Boletn 23rioso. El madroo, la zarzaparrilla, las encinas y el laurel conferan al recorrido un aire arcaico, primitivo, propio de otras latitudes. Similar a los bosques de laurisilva canarios, como apuntaba uno de los paseantes. del preciado mineral, por las que discurre el camino de los avellanos perfectamente balizado por los diseadores de la travesa. Si en los renglones anteriores habamos evocado a paisajes relictos, la imagen inferior nos llevara a costas ms clidas, propias de otros parasos lejanos. Transcurridas dos horas de paseo por el enci-

Continuamos el camino y cruzamos al lado de la cabaa de lea para detenernos en el mirador de la Pea del Fraile. Un horizonte de vrtigo se atisbaba a nuestros pies. Adems, la plomiza lluvia haba desaparecido, lo que permiti despojarnos de capas, paraguas y chubasqueros humedecidos y posar con nuestra reivindicacin particular.

nar nos adentramos hacia la derecha en direccin al faro del Caballo y la batera del fuerte de San Felipe. Los ms ligeros expedicionarios (Antonio, Rosa, Imanol y Jorge) encaminaron sus pasos por sus 760 vertiginosos peldaos para otear sus vistas y acantilados de primera mano. Repuestos tras las viandas y el generoso

La proximidad de los acantilados facilit en tiempos pretritos que en en esta parte de la villa proliferaran numerosos cargaderos de limonita. Muy cerca se encontraban las minas

esfuerzo del descenso y ascenso del faro, verdad, Antonio?, el grueso de ruteros retom el camino en direccin al faro del 11

Boletn 23Pescador. Los cnticos de las aves nidificadoras del encinar acompaaban nuestro trnsito. El halcn peregrino, en una primera observacin del ao por un despierto ornitlogo, y el milano negro endulzaban nuestros odos con sus cantares. Antes de iniciar el descenso hacia el faro del Pescador, una pista a la izquierda conduce hacia la atalaya y el fuerte de Napolen. Desde la primera, se contempla una gran vista panormica. La atalaya fue empleada en su poca para avistar las ballenas y, en la guerra, como punto de observacin para vislumbrar los movimientos de los batallones enemigos. El fuerte de Napolen, tambin conocido como el Mazo, es el ms elevado de todos los existentes en Santoa. Construido por orden directa del Emperador durante la Guerra de Independencia y ltimo reducto de los franceses antes de su retirada. Resulta conveniente recordar que esta excursin tena como principal motivo poner en prctica los conocimientos adquiridos en la charla sobre las primeras flores del bosque. La violeta, como la de la fotografa, la fresa silvestre, el elboro verde y la escila salieron raudas a nue-

bicicleta, si se cree oportuno. Adems, alberga una especie de pequeo museo para los ms interesados y curiosos. Desde el borde de la carretera se vislumbra la playa de Berria, lugar de reposo y bao de los turistas y lugareos en la temporada estival. Sobre las cuatro de la tarde concluye la jornada en un bar del mencionado barrio del Dueso, paralelo al penal del mismo nombre, desde

stro encuentro. Dejndose acompaar igualmente por el narciso trompn, la prmula veris, el aro maculato y la carrasquilla azul. Tras alcanzar el faro del Pescador, el camino hacia el barrio del Dueso, se hace por una carretera que permite transitar hasta el mismo en 12

donde se obtiene esta instantnea. Una vez reagrupados los excursionistas, intercambiaron impresiones sobre lo acontecido en tan memorable jornada.

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Los colores del otooMiguel Herrero Uceda Doctor Ing., naturalista y autor del libro "El alma de los rboles" (Elam Editores) Entramos en una poca muy especial. Para muchos rboles, es el canto del cisne de sus hojas, que se expresan mediante coloridos que cautivan nuestros sentidos. Unas bellas tonalidades que van desde el dorado brillante al rojo intenso. Pero por qu las hojas de los rboles cambian de color? De dnde vienen esos ocres, esos amarillos, esos naranjas y esos rojos tan embriagadores? El hombre siempre ha tratado de dar una explicacin a todo lo que ve, segn el cristal de su cultura. As, una antigua leyenda de los indios del noreste de Amrica del Norte aseguraba que en otoo los mticos cazadores celestiales mataban al Gran Oso, un animal que al morir goteaba su sangre sobre la tierra y tea de rojo las hojas de los rboles. Segn decan, los cazadores, despus de la caza, preparaban un sabroso caldo con la carne de la bestia; el color amarillo proceda de ese caldo descuidadamente derramado. componente, las hojas muestran los colores de otros pigmentos. Estos colores ya existan en el verano, pero ahora se dejan ver sin que los camufle otro colorante ms fuerte. Cada color corresponde a componentes determinados que precisan las hojas. Las tonalidades amarillas y naranjas proceden de las xantofilas y los carotenos, sustancias que tambin participan en la fotosntesis, absorbiendo la luz que la clorofila no puede absorber, y que adems cumplen una funcin protectora antioxidante. Tanto es as, que los carotenos se emplean en la industria cosmtica para fabricar protectores solares para nuestra piel. La zanahoria es rica en carotenos, por lo que con frecuencia se utiliza su imagen en la publicidad de los dermoprotectores. A veces, los rboles se apresuran demasiado en hacer las maletas para liberarse de las hojas, en especial en zonas donde el invierno se precipita de pronto, como ocurre con el arce rojo de Canad (Acer rubrum). Este rbol se caracteriza por la bella tonalidad roja de sus hojas en otoo, un color que aparece al descomponerse antocianinas a partir de elementos vitales que an contena la hoja cuando ya qued cerrada la unin con las ramas. Para los canadienses el arce rojo representa su propia identidad, su smbolo nacional. Desde el Cabo Race hasta la baha de Nootka Que la paz por siempre nos gue, Nos d en abundancia lo que precisamos, Nuestros lazos de amor. Que la discordia no la pueda romper Para que en nuestra casa de la libertad Brote para siempre la hoja de arce. (Alexander Muir, Para siempre la hoja de arce)

Esparce octubre, al blando movimiento del sur, las hojas ureas y las rojas, y, en la cada clara de las hojas, se lleva al infinito el pensamiento. (Juan Ramn Jimnez, Otoo)Sin embargo, los rboles sienten este cambio de colorido de un modo muy distinto. Saben que el verano toca a su fin cuando empiezan los aires a revolver las hojas. Las horas de sol se reducen, bajan las temperaturas y la luz se hace cada vez menos intensa. Ante estas seales, los rboles se preparan para el invierno y reducen sus necesidades a un mnimo. Ya no precisan que las hojas sigan elaborando alimentos, por lo que resulta conveniente empezar a cerrar estas fbricas. La clorofila, la macromolcula de intenso color verde y responsable de la fotosntesis, empieza a degradarse. En ausencia de este

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Boletn 23Todava existe el arce que sirvi de inspiracin a Alexander Muir en 1867 para escribir la cancin Para siempre la hoja de arce que durante dcadas fue el himno oficial de Canad. Casi cien aos ms tarde, el 15 de febrero de 1965, se eligi la hoja roja de arce como motivo central para la ensea nacional canadiense. Estos elementos colorantes, las antocianinas, tienen cualidades antioxidantes y protectoras. Son las responsables de tonalidades que van desde el rojo al lila. Se encuentran en partes de plantas tan diversas como la piel de las manzanas rojas, las uvas moradas y tambin en flores como las violetas y los jacintos. Otros colores menos vistosos, son debido a motivos, tambin menos llamativos. Este es el caso del marrn de los robles, que procede de productos de deshecho, como el tanino, que el rbol acumula en las hojas. El tanino es una sustancia de sabor amargo que est presente en muchos tejidos vegetales. El sabor caracterstico del t, tambin se debe, en parte al tanino. Bosques rojos, islas de oro, Otoo fiel como un secreto antiguo, Maduro corazn. (Gabriel Celaya, Otoo) Desde que nacen las hojas, se estn preparando para el momento de su cada. En la base del pednculo de cada hoja, existe una capa de clulas especiales responsable de la escisin y por la que transitan los productos alimenticios. Cuando llega el otoo, las clulas de esta capa empiezan a crecer gracias a una sustancia que segregan. La presin de estas clulas reduce el flujo entre la hoja y el rbol, hasta que queda cortado de forma definitiva. Despus, estas clulas de la unin comienzan a disgregarse, a veces con ayuda de los nuevos brotes que ya se estn formando en espera de la siguiente primavera. Esto es especialmente notorio en nuestro urbano pltano de sombra, si observamos la base del pednculo foliar al desprenderse la hoja, veremos el contramolde del nuevo brote que ya se ha formado en la rama y que ser la base de futuros crecimientos. 14 Caen, caen los das; cae el ao Desde el verano. Sobre el suelo mullido por las hojas, Cae el aroma, Que errando solicita la atencin Del soador. (Jorge Guilln, Otoo, cada) En esta poca, el mar todava mantiene parte del calor residual del verano, la tierra conserva menos ese calor y la atmsfera enseguida se enfra. Estas diferentes temperaturas condiciona la aparicin de frecuentes vientos, otro factor que ayuda a los rboles a despojarse del peso muerto de las hojas secas. Hojas del rbol cadas juguetes del viento son: las ilusiones perdidas, ay!, son hojas desprendidas del rbol del corazn. (Jos de Espronceda) A lo largo de los meses, poco a poco las hojas se han ido estropeando, bien por causa de los insectos, las enfermedades, los fenmenos meteorolgicos, etc. Por eso, es tan importante la renovacin peridica de las hojas. Los rboles caducifolios se fijan en las estaciones para ajustar el ciclo de las hojas. En los perennes, en cambio, las hojas no tienen ese comportamiento tan solidario. Se produce una renovacin, cierto, pero ocurre como con nuestro cabello, cada pelo tiene su propio ciclo independiente, no hay una poca que nos quedemos totalmente calvos y de nuevo nos vuelva a salir el vello. No obstante, quiz por afinidad biolgica, est comprobado que aumenta la cada de pelo en otoo. Cada uno de nuestros cabellos puede durar cinco aos, como las hojas del tejo, por lo que este rbol conserva todo su porte durante los meses fros. Las hojas que aguantan el invierno en las ramas deben de ser especiales para resistir al fro. Algunas son como agujas, tal es el caso de los pinos y los abetos. Otras hojas estn dotadas de mecanismos especiales, como las hojas de las encinas, que son redondeadas y cubiertas de ceras; en invierno, en los das ms fros y secos estas hojas se encorvan para reducir la superfi-

Boletn 23cie expuesta. Los rboles perennes permanecen medio despiertos en el invierno y continan realizando la fotosntesis, pero a un ritmo ms pausado. En esta poca las reacciones son ms lentas debido a las bajas temperaturas. Cuando barro las hojas del otoo, siento como si el mar, metido en ellas, muriera sollozando. (Rafael Alberti; El otoo, otra vez) En la naturaleza nada ocurre en vano, incluso las hojas cadas cumplen unas funciones primordiales. En primer lugar proporciona un abrigo, un escudo trmico que evita que las races se hielen durante los meses fros. Por la accin de microorganismos, al cabo de uno o varios aos, estas hojas se habrn descompuesto, enriqueciendo la tierra para que nuevos seres vivos se puedan desarrollar. Las hojas de los rboles son las verdaderas formadoras del suelo del bosque. La cada de las hojas marca el fin de un ciclo y prepara a los rboles para que vuelvan a florecer tras el descanso invernal. Yo desde mi ventana que azotan los airados elementos, regocijada y pensativa escucho el discorde concierto simptico de mi alma Oh, mi amigo el invierno! mil y mil veces bien venido seas, mi sombro y adusto compaero; No eres acaso el precursor dichoso del tibio mayo y del abril risueo? (Rosala de Castro, En las orillas del Sar) Gracias a las hojas, la naturaleza pudo colonizar todos los rincones de las latitudes medias, proveyendo de sombra al caluroso verano y permitiendo, con la cada, que el sol llegue hasta el suelo en el fro invierno. En definitiva, haciendo habitable nuestro planeta. Miguel Herrero Uceda [email protected]

Sus

rboles

centenario de Miguel HernndezTextos extrados de El alma de los rboles de Miguel Herrero Uceda (Elam Editores, www.elam.es) La vinculacin de Miguel Hernndez a la vida campesina y a la naturaleza fue muy grande y as queda reflejado de forma continua en su poesa. Uno de sus amigos, Pablo Neruda, nos ha dejado esta impresin sobre el poeta oriolano Me contaba cuentos terrestres de animales y pjaros. Era ese escritor salido de la naturaleza como una piedra intacta, con virginidad selvtica y arrolladora fuerza vital. Me narraba cuan impresionante era poner los odos sobre el vientre de las cabras dormidas. As se escuchaba el ruido de la leche que llegaba hasta las ubres, el rumor secreto que nadie ha podido escuchar sino aquel poeta de cabras. Otras veces, me hablaba del canto de los ruiseores. Como en mi pas no existe ese pjaro, ese sublime cantor, el loco de Miguel quera darme la ms viva expresin plstica de su podero. Se encaramaba a un rbol de la calle y, desde las ms altas ramas, silbaba o trinaba como sus amados pjaros natales. Un ruiseor manchado de naranjas Sus compaeros de letras, lo que ms admiraban era su frescura, su espon15

Boletn 23taneidad, su amor a la naturaleza y en particular a su tierra natal, tierra de naranjos, palmeras e higueras. Llegaste a m directamente del Levante. Me traas, pastor de cabras, tu inocencia arrugada, la escolstica de viejas pginas, un olor a Fray Luis, a azahares, al estircol quemado sobre los montes, y en tu mscara la aspereza cereal de la avena segada y una miel que meda la tierra con tus ojos. Tambin el ruiseor en tu boca traas. Un ruiseor manchado de naranjas, un hilo de incorruptible canto, de fuerza deshojada. (Pablo Neruda, Oda a Miguel Hernndez) Sin duda, Miguel Hernndez se debi sentir alagado pues para l la flor del naranjo es smbolo de pureza. Frontera de lo puro, flor y fra. Tu blancor de seis filos, complemento, en el principal mundo, de tu aliento, en un mundo resume un medioda. Astrlogo el ramaje en demasa, de verde result jams exento. rtica flor al sur: es necesario tu desliz al buen curso del canario. (Miguel Hernndez, Azahar) Qu hacis las cosas de Dios aqu: la manzana...? Por muchos amigos y xitos que tuviera en Madrid, Miguel Hernndez nunca se sinti a gusto en una gran ciudad, meca del llamado progreso. Entre los frutos, la manzana siempre ha representado a la sabidura, el mismo Newton corrobor su importancia al hacerla servir de vehculo para descifrar toda la mecnica celeste. En la Biblia no se menciona nunca que fuera una manzana, pero no poda ser otro el fruto prohibido del rbol de la ciencia. 16 Hicieron bien en comer de la fruta del conocimiento? El destino de nuestra especie es seguir comiendo de las frutas prohibidas, en busca de sabidura. As, nos alejamos cada vez ms del paraso terrenal. Todo electricidad: todo presteza elctrica: la flor y la sonrisa, el orden, la belleza, la cancin y la prisa. Nada es por voluntad de ser, por gana, por vocacin de ser. Qu hacis las cosas de Dios aqu: la nube, la manzana, el borrico, las piedras y las rosas? Rascacielos!: qu risa!: rascaleches! Qu presuncin los manda hasta el retiro de Dios! Cundo ser, Seor, que eches tanta soberbia abajo de un suspiro? (Miguel Hernndez, El silbo de afirmacin en la aldea) Cmo el limn reluce encima de mi frente y la descansa! Cmo el limn reluce encima de mi frente y la descansa! Cmo apunta en el cruce de la luz y la tierra el lilio(1) puro! Hay azahar, qu osada de la nieve! y estamos en diciembre, que hasta enero, a oler, lucir y porfiar se atreve en el alrededor del limonero. (Miguel Hernndez, El silbo de afirmacin en la aldea) Al estar los limoneros en patios o huertos prximos a la vivienda, todos los miembros de la familia, en particular los ms jvenes, siguen muy de cerca la metamorfosis de la blanca florecilla del limonero hasta el grueso fruto amarillo; por eso, para muchas personas, hablar de los limoneros, es hablar de su infancia. Esta ilusin de ver como avanza la maduracin, da a da, se traduce, en el lenguaje de las flores, en

Boletn 23imagen del entusiasmo. Todos los poetas que han crecido junto a patios o huertos, saben de la dimensin ldica del limonero, porque este rbol siempre trae recuerdos de la infancia. Si te suelto Si te subo en el aire, a la punta oh limn de mi ndice, amarillo, oh limn me dars amarillo, un relmpago me dars en resumen. un chinito coletudo. (Miguel Hernndez, Limn) (1) Lirio Alma de encina La poesa para Miguel Hernndez fue un terreno donde dej plasmadas las grandes pasiones sobre las que hizo girar su vida. El amor, la justicia y la naturaleza, no eran meros temas argumentales sino que se asentaban sobre sentimientos que partan del fondo de su corazn, como algo propio de su ser; incluso las desgracias ajenas le hacan revolver su alma noble, profunda y sencilla. Su alma de encina. Me duele este nio hambriento como una grandiosa espina, y su vivir ceniciento revuelve mi alma de encina. (Miguel Hernndez, El nio yuntero) La alegre tristeza del olivo Andaluces de Jan, aceituneros altivos, decidme en el alma: quin, quin levant los olivos? No los levant la nada, ni el dinero, ni el seor, sino la tierra callada, el trabajo y el sudor. Cuntos siglos de aceituna, los pies y las manos presos, sol a sol y luna a luna, pesan sobre vuestros huesos! Jan, levntate brava sobre tus piedras lunares, no vayas a ser esclava con todos tus olivares. (Miguel Hernndez, Aceituneros) Miguel Hernndez siempre fue muy sensible a las injusticias sociales y a los problemas de los desheredados. Tena mucha razn al exclamar cuantos siglos de aceitunas! El olivo es un rbol profundamente mediterrneo. Todas las civilizaciones que se han sucedido en sus riberas, han apreciado este rbol de singular belleza y de fruto tan importante en nuestra tradicin gastronmica. El olivo encierra la esencia del carcter mediterrneo, la alegra del sur, pero en la que sobrevuela un hlito de tristeza o de tragedia, como la Fiesta Nacional, como los cuadros de Julio Romero de Torres, como la msica desde el pasodoble al cante jondo. Sonrer con la alegre tristeza del olivo esperar, no cansarse de esperar alegra Sonriamos, doremos la luz cada da en esta alegre y triste vanidad de ser vivo. (Miguel Hernndez, ltimos poemas) Uvas como tus ojos Como un antiguo rito, el cultivo de la vid y la elaboracin del vino son unas actividades que en las regiones vincolas marcan el ritmo anual de los cambios de estaciones. A lo largo de todo el ao, se espera la entrada del otoo para cerrar el ciclo agrcola y poder recoger lo que se sembr y cuid con esmero durante tanto tiempo. Es la esperada y deseada vendimia. Atrs quedan los sudores y los temores a las heladas, al pedrisco y a la sequa. Ya se recoge el fruto de la tierra. Uvas como tu frente, uvas como tus ojos. azafrn, hierbabuena llueve a grandes chorros sobre la mesa pobre, 17

Boletn 23gastada, del otoo. (Miguel Hernndez, Uvas, granadas, dtiles) Granadas con la herida de tu florido asombro Granadas con la herida de tu florido asombro. (Miguel Hernndez, Uvas, granadas, dtiles) El granado es un rbol muy especial, el color de sus hojas es muy llamativo, verde claro brillante. Quienes desde pequeo hemos crecido a la sombra de un granado, nos produce una sensacin de alegra e ilusin descubrir al principio los puntitos encendidos, que indican dnde va a aparecer una flor Yo he visto tres!, a ver quin descubre ms! . Poco a poco, estos puntos se van hinchando hasta que al fin se abre la flor y despliega sus vivos ptalos rojos. Despus, el cuerpo se va ensanchando lentamente. Se seguir vigilando con impaciencia que el fruto madure. Y de pronto, un da vemos que hay una abierta, los granos han crecido tanto que no caben dentro de la granada. Vamos a repartrnosla!. Cada porcin del fruto es una obra de arte, los granos tan encajados, como pequeos cristales de roca de un color tan profundo y el lquido tan refrescante. Cul ser la prxima que se abra? Sobre el patrn de vuestra risa media, reales alcancas de collares, se recorta, velada, una tragedia de aglomerados rojos, rojos zares. Recomendable sangre, enciclopedia del rubor, corazones, si mollares, con un tic-tac en plenilunio, abiertos, como revoluciones de los huertos. (Miguel Hernndez, La granada) Alto soy de mirar a las palmeras Anda, columna; ten un desenlace de surtidor. Principia por espuela. Pon a la luna un tirabuzn. Hace el camello ms alto de canela. 18 Resuelta en claustro viento esbelto pace, oasis de beldad a toda vela con gargantillas de oro en la garganta: fundada en ti se iza la sierpe, y canta. (Miguel Hernndez, Palmera) Las palmeras siempre han cautivado la imaginacin de todos los que las contemplan, as en la produccin de los artistas que han nacido en reas de palmeras, aparecen una y otra vez en su obra. En la zona de Alicante, los hallazgos arqueolgicos demuestras que el cultivo de palmeras se remonta a una antigedad de cerca de 5.000 aos. Un amante de la naturaleza y de la vida campesina como el ms universal de los poetas de la tierra alicantina, Miguel Hernndez, no poda dejar de admirar a estos esbeltos seres. l deca de s mismo alto soy de mirar a las palmeras (Silbo de afirmacin en la aldea). Para l, la palmera es la reina indiscutible del paisaje. La palmera levantina, la columna que camina. La que otea la marina, la que atrapa la primera rfaga de primavera, la primera golondrina. La seora de paisajes. (Miguel Hernndez, La palmera levantina) Tu sencillez de eucalipto Los eucaliptos conforman un grupo de rboles de caractersticas sorprendentes. Para apreciarlas, debemos primeramente superar la mala prensa que tanto los desprestigia. As que asumamos la presuncin de inocencia a la que tienen derecho; separemos la especie botnica, de la depredadora plantacin industrial y remontmonos a la poca en la que los primeros exploradores europeos llegaron al continente australiano y que tanto les fascinaron la esbeltez y la riqueza de estos bosques poblados por especies tan singulares. Unos rboles que con gran sencillez conquistan grandes alturas.

Boletn 23Hoy te conozco y publico tus mpetus de oleaje, tu sencillez de eucalipto, tu corazn de combate, digno de ser capitn, digno de ser comandante. (Miguel Hernndez, Digno de ser comandante) La chumbera, Albacete en miniatura Estamos ante una planta acostumbrada a soportar condiciones inhspitas. Puede decirse que su diseo es modular, constituido por pencas que crecen unas sobre otras formando una estructura arborescente. Cada una de estas unidades puede llegar a ser autosuficiente. Cuando alguna se desprende y cae al suelo, por el viento (en su lugar de origen son frecuentes los huracanes) o cualquier otro tipo de agresin, nacen races de la parte que roza a la tierra y ese trozo de planta se transforma en otra chumbera independiente, que seguir creciendo de forma tentacular. Las condiciones donde se desarrolla esta planta son tan severas que no puede permitirse el lujo de tener hojas, como los rboles; el fuerte sol las deshidratara, y si lograsen sobrevivir al calor, seran los nicos elementos tiernos de aquellas sedientas tierras, un suculento bocado para los animales moradores de estas zonas semidesrticas. Por eso, las hojas se han transformado en agudas espinas que cubren toda la planta, Albacete en miniatura. Cadena de lunados eslabones: con pelota real, tenis de espina: dolorosa de muchos corazones, emula madurez plural de China. Contra el viento, rotundas conjunciones, bofetadas en crculos coordina: plenilunios de espejos de verdura, donde se ve Albacete en miniatura. (Miguel Hernndez, La chumbera) Como la higuera eres La vida es cambio. La higuera lo sabe, por eso siente y se transforma con las estaciones del ao como ningn otro rbol puede hacerlo. En invierno, presenta un aspecto desolador, parece un rbol seco, con sus ramas retorcidas clamando al cielo. En primavera, se llena de pequeas hojitas tiernas de color verde vivo, que se harn grandes en verano. Su penetrante olor se asocia inequvocamente a esta estacin. En las horas de mximo calor no hay nada ms placentero que estar a su sombra. En otoo, se viste de ocre, sus hojas cambian de color como presagio del fro que pronto llegar. Como la higuera joven de los barrancos eras. Y cuando yo pasaba sonabas en la sierra. Como la higuera joven, resplandeciente y ciega. Como la higuera eres. Como la higuera vieja. Y paso, y me saludan silencio y hojas secas. Como la higuera eres que el rayo envejeciera. (Miguel Hernndez, Vals de los enamorados y unidos hasta siempre) Unos de los frutos preferidos por Miguel Hernndez fueron los higos. Desde pequeo tena gran aprecio a este rbol que creca en su huerto. Hoy esta emblemtica higuera, junto con la casa natal del poeta es uno de los lugares ms queridos y entraables de Orihuela. En Levante, la higuera es un rbol muy comn, por lo que para este poeta tan relacionado con el campo, la higuera es su rbol totmico. Expresin de la naturaleza, de la fuerza vital, una fuerza que no se deja dominar por la voluntad del hombre. El poeta ve en este rbol, desde la sucesin de los ciclos de la naturaleza, hasta el celoso guardin de encuentros amorosos, meca de lujurias, higuera de pasiones, como l mismo deca. Miguel Hernndez cede el protagonismo en cerca de veinte de sus grandes poemas, a este compaero 19

Boletn 23de huertos y sembrados. Mnimas botas de morados vinos. Rumores de almidn y de camisa: frenes de rumores! en hoja verderol, falda precisa, justa de alrededores para cubrir adnicos rubores. Aqu vuelve a empezar! Eva, la vida. (Miguel Hernndez, Oda a la higuera) Qudate en alma, almendro El almendro florece muy pronto. Antes de que aparezcan las hojas, la copa explota en una exhuberancia de flores blancas. El hecho de que la mayora de los rboles tengan an el aspecto yermo y sombro del invierno, mientras el almendro viste sus mejores galas juveniles, hacen que esa floracin resulte an ms espectacular. La alegra, que supone su contemplacin, nos habla de juventud y de primavera. Una juventud como la de su querido amigo y compaero Ramn Sij, muerto prematuramente cuando apenas haba cumplido los 22 aos. Tu corazn, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado. A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compaero del alma, compaero. (Miguel Hernndez, Elega a Ramn Sij) Flores blancas, color de pureza, y la aliteracin de su propio nombre: alma-almendro aaden al rbol cualidades siempre positivas que unido a su belleza lo convierte en un rbol muy valorado y querido, un compaero del alma, compaero. No seas, primavera; no te acerques, qudate en alma, almendro: sed tan slo un propsito de verdes, de ser verdes sin serlo. (Miguel Hernndez, Primera lamentacin de la carne) 20 Nanas de la cebolla Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes. Tristes. Tristes armas si no son las palabras. Tristes. Tristes. (Miguel Hernndez) Triste final para este poeta amante de la libertad y la justicia. Ya no volvera a estar en contacto con sus queridos rboles, solo cebollas. El desgarrador poema de las Nanas de la cebolla narra las penas de su encarcelamiento y el sufrimiento de su familia, en especial de su pequeo hijo que slo se amamantaba con sangre de cebolla. La cebolla es escarcha cerrada y pobre. Escarcha de tus das y de mis noches. Hambre y cebolla, hielo negro y escarcha grande y redonda. En la cuna del hambre mi nio estaba. Con sangre de cebolla se amamantaba. (Miguel Hernndez, Nanas de la cebolla) Para este poeta de alma de encina, naturaleza, poesa y libertad significan lo mismo qu hice para que pusieran a mi vida tanta crcel?. Poco a poco su vida se fue apagando. Sus ltimas palabras estuvieron dedicadas a su mujer: Ay, Josefina qu desgraciada eres! Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes. Tristes. El legado de Miguel Hernndez es un legado de amor, de amor a su familia, a sus semejantes y a los rboles con los que comparti sus momentos ms felices.

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En la sementeraMuchas de las actividades que realiza la asociacin se quedan en el tintero, o en el mejor de los casos, la memoria de aquellos que la realizaron o participaron en ellas, sin que trascienda al resto. No es que sea muy importante lo que hacemos, pero si, al menos, es importante compartirlo y dejarlo escrito, por si el da de maana queremos recordar lo realizado. Actividad ARBA colmenar viejo Con la agenda prevista para el curso 2010- 2011 en la mesa, los amigos de Arba en Colmenar Viejo, repasamos las actividades del "curso" anterior un poco en plan "abuelo cebolleta" Nos estrenamos en esto de organizar actividades en el pueblo as que entenderis la ilusin y los nervios de los principiantes. La primera actividad la organizamos el 22 de Noviembre., los miembros de Arba Colmenar queramos arrimar el hombro a la campaa "Un Bosque no es un cultivo" y aprovechamos la celebracin del da de los Bosques Autctonos para convocar a vecinos y amigos del pueblo El recorrido fue muy completo, hablamos de bosques, los diferenciamos de plantaciones, conocimos los bosques de ribera y vimos los riesgos que los amenazan en general y con los ejemplos del arroyo Pozanco y el arroyo Tejada en particular. En el primer caso, impresiona el contraste de la bien conservada vegetacin de ribera (aunque sea en escasos 50 metros) con sus especies protegidas, frente a la visin de la parcela en pleno proceso de urbanismo, con los movimientos de tierra, vallas y maquinaria de obra. En el arroyo Tejada vemos otras amenazas, a los efectos de la sequa del otoo se suman los restos de la ocupacin que sus mrgenes sufrieron hace 20 aos con huertos, casetas, rboles de jardinera, etc. Y eso que el entorno en general, invita al disfrute de los sentidos, es decir, paseo sin agresin. Conocimos "la fuente del Moro", donde Marga nos habl de los pueblos visigticos que habitaron esta zona los S. VI- VII, de sus costumbres y de sus vas de comunicacin, estbamos junto a una fuente de esa poca y un tramo de calzada. Ms adelante vimos tambin diferentes tipos de enterramientos. En medio de un camino de los de antao, donde olmos daban sombra al caminante, Pepito aprovech para ampliar informacin sobre los olmos y la grafiosis que los afecta La gente muy interesada haca preguntas y participaba. Un nio coment "cuntas cosas que ver y explicar, parece un museo!" La segunda actividad fue .una recogida de estaquillas, de rboles y arbustos, por los alrededores del pueblo y plantacin en el vivero el 24 de enero. Mirad las fotos, sobran las palabras

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La conclusin es que las dos actividades fueron un xito y todos nos hemos quedado con ganas de msLas prximas actividades previstas: Octubre : recogida de semillas y estaquillas de arbustos Noviembre: recogida de bellotas y plantacin en el "Descansadero de la Cruz de los Muchos Cantos" ah es nada Diciembre: plantacin de bellotas "in situ" Enero: recogida de estaquillas de rboles Febrero: repoblacin en arroyo Navarrosillos Marzo: trabajo de campo, proteccin y cuidado de pequeos rboles, fotografa de campo, y fiesta. Abril: exposicin fotogrfica de espacios bien conservados y a proteger en Colmenar Viejo Para concretar fechas y ms informacin, e-mail: [email protected]

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T i m b e r l i n e . La fragilidad del lmite superior del bosqueEnrique Luengo Nicolau En este artculo sealo algunas nociones bsicas sobre el lmite supraforestal y los pisos de vegetacin, hago un breve recorrido ibrico y me centro como ejemplo en el sistema central ibrico. Desde ah nacen cuestiones tales como cul es el verdadero lmite superior del bosque y sobre los usos y problemtica general de esta delicada franja altitudinal. Nociones y definiciones El lmite superior del bosque, el "timberline" de los pases anglosajones, nos remite directamente a la idea de alta montaa que, a diferencia de la baja o media montaa y obviando discutibles criterios altitudinales, es aquella que posee una franja altitudinal superior carente de vegetacin forestal natural. El timberline, muy desnaturalizado en los ltimos siglos, presenta unas caractersticas ecolgicas que la hacen muy diferente a cualquier otra rea geogrfica o altitudinal con la que la queramos comparar. Es una zona fronteriza, es lo que se conoce ecolgicamente como ecotono, la zona intermedia entre dos mundos, entre medios vegetales diferentes. Aqu la crudeza climtica y los procesos geomorfolgicos a sta asociados marcan un lmite altitudinal, ms o menos neto, al desarrollo de la vegetacin de gran porte. A partir de esta lnea solamente en refugios, bajo condiciones microclimticas ms favorables podremos encontrar rboles. El relevo a lo forestal lo toma la vegetacin arbustiva con lo que las caractersticas edficas, lumnicas y microclimticas cambiarn por dejar de ser nemorales, pero sin un claro predominio de ninguno de esos dos ambientes. Es significativo el nombre alemn de esta zona, "Krummholz" que literalmente significa madera retorcida, debido a las duras condiciones que tienen que soportar los ltimos rboles del bosque que suelen presentarse enanizados y retorcidos, incluso frecuentemente heridos por el rayo. Las fajas altitudinales de vegetacin, que se deben al endurecimiento de las condiciones climticas al incrementarse la altitud, tienen su reflejo planetario en fajas latitudinales. Segn viajamos hacia los polos pasamos de bosques decduos a bosques aciculifolios (la taiga) y encontramos el lmite forestal en la amplia zona de rboles enanizados y arbustos como paso previo antes de la tundra, equiparable al pastizal ralo de la alta montaa, ltima frontera frente a lo glido. Aqu en este timberline latitudinal, s que existe una vegetacin zonal caracterstica y no ecotnica. Estamos en el rea de los abedules y de los sauces enanos, comunidad que tambin tiene su rplica y parecido en nuestras altas montaas eurosiberianas, en aquellas zonas que acogen ms nieve de nuestro lmite supraforestal. Clima y procesos asociados El clima se caracteriza por un endurecimiento generalizado en casi todas sus variables, un descenso generalizado de la temperatura, la accin persistente de viento y radiacin, y una mayor cuanta en las precipitaciones, siendo las invernales mayormente en forma de nieve. Las precipitaciones no solo se ven potenciadas por la altitud sino tambin, en muchos casos, por el efecto de pantalla orogrfica frente a la circulacin de los vientos dominantes, que encuentra en torno a estas alturas su mayor efectividad. A esto hay que aadir el efecto de los deshielos, muchas veces combinado con fuertes lluvias y, tambin es importante, el aumento de precipitacin estival dada la ubicuidad de 23

Boletn 23la formacin de nubes convectivas en las zonas montaosas. El descenso trmico pone en marcha los procesos relacionados con la congelacin del agua en el interior del suelo, (reptacin, solifluxin, crioturbacin, etc.). Los ciclos diarios hielo/deshielo actan enrgicamente sobre la capa superficial del suelo inestabilizndolo, as como sobre el material rocoso, arenizndolo; los ciclos de mayor duracin crean en el interior del suelo vejigas o hinchazones de proporciones muy variables, fenmeno generalizado pero que se hace ms patente en las zonas hmedas. Todos estos factores ponen en marcha procesos erosivos inestabilizadores y destruccambio en la vegetacin y una neta frontera biogeogrfica.

El papel protector de la vegetacin La congelacin de los suelos se encuentra muy amortiguada por la propia existencia de la vegetacin que aqu juega un papel estabilizador de los suelos de primera magnitud. La vegetacin, viva o muerta, impide la congelacin de los suelos y limita el movimiento por empuje del suelo helado evitando su disgregacin. Respecto a los ciclos de congelacin de mayor duracin, con su entramado de races, la vegetacin impide la rotura y fuga de la capa superior edfica en las reas de fuerte pendiente. Impide as los famosos debris flows o coladas de barro y piedras que se producen en Gredos y Guadarrama tras episodios de lluvias intensas y que rompen las laderas incluso reorganizando las redes de drenaje. Esta proteccin vegetal es imprescindible para capear los numerosos episodios de lluvias torrenciales que aqu se producen y que los convierte en el mayor de los peligros naturales, provocando la inestabilidad y el acarcavamiento de las laderas, llevndose ingentes volmenes de terreno y, Pinos cascalbos monumentales en situaciones protegidas sobre todo, la preciada capa del fue go en el sur de Gredos. superficial, el suelo, al fondo tivos, apenas relevantes en reas inferiores. de los ros. Esta modificacin climtica, al disminuir la Si las Confederaciones Hidrogrficas tuviertemperatura y aumentar la precipitacin, hace an claro este papel protector del suelo del posible la existencia de numerosas especies de bosque montano, de su papel de reservorio carcter norteo en esta rea, y en muchas hdrico y supieran que los pantanos se llenan, no cordilleras es lo suficientemente importante de agua, sino de sedimentos procedentes de como para que podamos comprobar que monestas zonas, protegeran a ultranza estas reas. taas que tienen su base en pleno mundo mediterrneo tengan sus alturas bajo la jurisdicLos pisos bioclimticos cin del macrobioclima templado, por lo dicho La idea de los pisos bioclimticos altiy, principalmente, por el aumento de las preciptudinales o pisos de vegetacin es un concepto itaciones estivales, lo que supone un gran intuitivo y antiguo. Para el centro peninsular fue 24

Boletn 23el gegrafo Huguet del Villar quien primero los reseas toponmicas. Incluso en lo ms alto de defini. En su esquema clsico, para el Sierra Morena quedan restos muy aislados de un Guadarrama, de abajo arriba aparece el piso de pinar natural, pero ste de pino resinero. vegetacin de la encina, por encima de ste el Las Bticas y el sistema ibrico tambin piso del roble, por encima de ste, el piso del parecen haber seguido este esquema, aunque los pinar, por encima de ste el piso del piornal y, robledales (en las reas calizas los quejigares y por encima de este ltimo, el piso del pastizal acerales) estn francamente mermados por la vivaz de alta montaa. potenciacin y repoblacin de pinares o por la Hoy en da el planteamiento cientfico ms debacle de planifolios en los tiempos lgidos de acertado y admitido para la cliserie altitudinal es la marina real y el carboneo. En estas reas el de D. Salvador Rivas-Martnez que por mayoritariamente calizas el papel del pino silmedio de determinados ndices bioclimticos vestre ha sido tambin desempeado por el pino establece valores umbrales que delimitan y carlaricio y la sabina albar que aguantan mejor la acterizan matemticamente esos pisos biosequa y la continentalidad. climticos en perfecta concordancia con sus correspondientes comunidades vegetales. As el Vegetacin y biodiversidad valor de los ndices (de termicidad, mbrico, En nuestras latitudes y bajo el macrobioclima etc.) delimitan los mismos estratos altitudinales mediterrneo dominante no debemos desdear que ya vio Huguet en el Guadarrama, el piso en absoluto al macrobioclima templado que, Mesomediterrneo (encina), el piso aunque espacialmente ocupara alrededor de un supramediterrneo (roble o encina en su parte 15% de nuestra pennsula, tiene una influencia inferior si escasean las precipitaciones), el piso oromediterrneo (pinar en su horizonte inferior y piornal en el superior) y piso crioromediterrneo (pastizal ralo psicroxerfilo). En la regin mediterrnea, biogeogrfica y bioclimticamente hablando, el lmite del bosque se encontrara en el lmite entre el piso supramediterrneo y el oromediterrneo, diferenciados vegetalmente por el roble y el piornal respectivamente o, en caso de existir el pinar altimontano, entre el horizonte inferior y el superior del piso oromediterrneo. ltimos pinos silvestres del sur de Gredos, vase las laderas Esta cliserie altitudinal, con deforestadas por reiterados incendios de piornal al fondo. ligeras variantes, parece haber sido vlida en el pasado para la prctica totalimucho mayor de lo usualmente admitido por dad de las grandes montaas peninsulares, al todo lo anteriormente expuesto. menos para la iberia mediterrnea. Incluso la Para el macrobioclima mediterrneo, la lticordillera Cantbrica parece haber albergado ma etapa forestal en altitud suele ser un bosque grandes pinares en su vertiente sur, de los que en de hoja perenne con otros rboles presentes la actualidad slo queda el pinar de Lillo y el de como quejigo andaluz, acebo, tejo y arces. Al Velilla del ro Carrin, aparte de dispersas bosque le sigue una arbusteda dominada, en 25

Boletn 23general, por Genisteas, un conjunto de gneros cola a lo megafrbico pasando por toda la gama cuyo centro de dispersin mundial es precisade ambientes entre lo helifilo y lo escifilo. mente la pennsula ibrica, con familias tan Aqu pasamos de las condiciones ms xricas, importantes como Cytisus, Genista, Retama, impuestas por la exposicin a los agentes Adenocarpus, Echinospartum, etc. A esta familatmosfricos, (al sol, a los vientos, a un rpido ia le siguen en importancia, normalmente al desage, etc.), a las ms higrfilas (umbras, aumentar la pluviometra, las Ericceas. De abundancia de manantiales, sombras topogrfiestas familias solamente Cytisus oromediterracas, etc.). Por esto es frecuente encontrar reducneus (cuyo nombre especfico ya es bastante tos de la flora cacuminal o altimontana, cerexplcito), Genista cinerascens, Erica arborea y Erica australis ocuparan prcticamente el 70% de las reas que estamos describiendo. A estas familias se les unen, en abundancia, unos arbustos, a veces arborescentes y a veces rastreros, del gnero Juniperus, (J. alpina, J. oxycedrus, J. sabina ) que suelen ser quienes alcanzan las mayores cotas altitudinales. Por contra, en el macrobioclima templado la ltima etapa forestal est dominada por especies de hoja caediza, hayas, robles (Quercus orocantbricus es ya un arbusto Lmite forestal en Guadarrama con Pealara de fondo. por encima del timberline) y, principalmente, el abedul, acompaado en canos a reductos de la flora de cotas inferiores. menor medida por el acebo, con un variado Es por esta mezcolanza de ambientes cortejo de arbolillos como serbales, mostajos y ecolgicos una zona de hibridacin. Especies pudios. El estrato arbustivo que le sucede altituque han generado adaptaciones a uno y a otro dinalmente corresponde a un manto mayoritario medio ecolgico se encuentran aqu en vecinde helechos, Ericceas (Erica sp. y Vaccinium) dad, no en el mismo nicho ecolgico, pero aqu y Genisteas, de gran talla en suelos cidos (G. esos nichos estn muy prximos. Un par de florida, G. obtusirramea), o bajas y pinchudas en ejemplos de hibridacin en Gredos: el caso de la los calcreos (G. legionensis, G. cantabrica, manzanilla fina, Santolina oblongifolia, de cotas Ulex sp., Echinospartum horridum, Erinacea altas y S. rosmarinifolia de niveles inferiores, anthyllis, etc.). Mencin aparte merecen los coinciden en el timberline donde es frecuente maravillosos rododendros de los Pirineos encontrar individuos hbridos (S. virescens); silceos. otro tanto ocurre con los tomillos, el supraforePero lo que caracteriza vegetalmente a la stal Thymus bracteatus, contacta con T. maslnea superior del bosque es su riqueza y heterotichina, de zonas inferiores, resultando un margeneidad. Probablemente esta es la zona con avilloso tomillo con olor a melisa que es el mayor biodiversidad de la montaa, pues esta Thymus bratichina, dado por hbrido, pero que condicin fronteriza y su variada topografa en mi opinin es una nueva especie en toda crean un gran mosaico de microhbitats. regla, y as podramos contar con numerosos Estos diversos ambientes van de lo rupejemplos, el llamativo Cytisus praecox de flo26

Boletn 23res color limn (Cytisus oromediterraneus amarillo- x C. multiflorus -blanco-), etc. Los elementos norteos se dejan ver en este lmite: tejos, acebos, serbales varios, abedules, etc.; as como especies relictas: roble albar, pinos cascalbos y silvestres, en el sistema central; pinos negros o moros en el Ibrico; pinsapos y quejigos alpinos en las sierras sureas y especies alpinas en el eje cntabro-pirenaico. Esto a nivel arbreo, pero en los estratos inferiores, al desaparecer ste, se produce una explosin de riqueza y diversidad por todo lo anteriormente expuesto. desalojar los montes de rebeldes, herejes, bandoleros o maquis. Hoy en da los conflictos entre usos, el abandono de fincas, la especulacin, la psima gestin forestal o la necedad, hacen de los incendios forestales aqu y en toda la pennsula, el mayor desastre ecolgico de los veranos europeos. El lmite del bosque, dada la importancia de la accin antrpica, es un tema controvertido, no como en el Guadarrama, donde por encima del piso del roble existe un claro piso del pino silvestre que llega casi a suplantar el papel supraforestal del piornal, apareciendo algunos tortuosos pies de pino incluso por encima de los El caso del Sistema Central Ibrico 2300m. El caso del Sistema Central Ibrico es paraPara Gredos recientes investigaciones han digmtico de la fragilidad del timberline. Hasta demostrado que hasta no hace mucho existi un esta gran cadena montaosa llegan los ganados lmite forestal de pinar. Se han localizado de regiones vecinas y distantes. Estas sierras no numerosas "toconas" de pino en zonas donde hoy ni se barrunta su existencia, una de ellas cerca de los 1900 m en la laguna del Cervunal. Cerca del Puerto del Pico quedan los restos de un viejo pinar relicto entre 1400 y 1700 m. El resto de los pinares de pino silvestre de Gredos, es decir el de Hoyocasero y Alto Tormes, son pinares naturales favorecidos por el hombre frente al robledal, siguiendo la teora de que esos pinares no son el fruto de antiguas repoblaciones, sino los rescoldos de su Enebral de las altas laderas del sur de Gredos. antiguo areal. En localidades protegidas aparece con e ncinas. El roble es quien tom el relevo a los pinares en la paulatina dulcificacin del clima que sigui a la pueden presumir de bosques y slo lo hacen en ltima glaciacin. El robledal tiene un lmite reas de importancia ganadera marginal. Slo forestal difuso en torno a los 1300-1500 m pero retazos de bosque, dehesas boyales o la retcula no es dificil encontrar pies aislados en localizadel parcelario, mantienen algo de la riqueza ciones rupestres en torno a los 2000 m, en forestal de antao. ambas vertientes y en puntos de difcil acumuEsta deforestacin es actual, histrica y prelacin de nieve, factor que parece ser ms histrica, ya los Vettones diezmaban los restrictivo a nivel climtico que el descenso de bosques para sus idolatrados ganados o para la temperatura con la altitud. combatir a los lobos. Desde la llegada de los Todas estas montaas gredenses romanos se inici el uso militar del fuego para pertenecen, salvo la supuesta banda alti27

Boletn 23tudinal del lmite forestal que correspondera a un pinar natural, al dominio potencial de las quercineas: encinas en las reas inferiores, robledal en las laderas hasta el lmite del bosque y, alcornoques y quejigos en la zona de contacto entre ellas. Aunque existe una franja vegetal en el lmite forestal formada por un espeso enebral que en posiciones resguardadas y sub-rupcolas se torna encinar y que parecen ser los restos de una comunidad vegetal, vicariante del encinar guadarrmico supramediterrneo, con potencialidad de lmite superior del bosque gredense all donde por razones edficas no pudieron darse pinares o robledales. Es en la mitad occidental de Gredos, con una mayor influencia atlntica, donde verdaderamente dominan los robles desde las altas laderas hasta una cota inferior de 300 m de altitud, mientras que en su mitad oriental, ms continental, dominan los pinares de pino resinero, muy favorecidos por el hombre frente al robledal, verdadera potencialidad del bosque. Pero an pueden encontrarse aqu, en los lmites superiores del bosque o en localizaciones abruptas, buenos y viejos ejemplares de pino silvestre (Pinus sylvestris), pino salgareo o cascalbo (P. nigra) y pino resinero (P. pinaster) Pinus pinaster prospera como ninguno en reas de suelos arenizados y alterados adems de ser algo pirfilo, por lo que ha prosperado exponencialmente con el maltrato sufrido por lamentables polticas forestales e incendios. Su naturalidad est demostrada, si bien es difcil precisar su autntico nicho ecolgico que quizs sea el de los suelos inestables de torrenteras y pie de cantiles o los arenales y canturrales del curso medio de los ros. La accin actual de la fauna Un nuevo factor degradante se viene a sumar hoy en da a los incendios forestales, es la actual pujanza de la caza mayor, que en el sistema central ha venido de la mano del incremento exponencial de la cabra monts en los ltimos 30 aos. Si por un lado hay que felicitarse por la progresin de una especie que estuvo al borde de la extincin a principios de siglo, hoy en da su nmero es francamente excesivo en el Gredos central y empieza a serlo en las Batuecas y sierras vecinas cacereo28 salmantinas, no as en el Guadarrama, donde la especie en progresin va extendiendo su nmero y rea sin entrar en conflicto, "an" con la vegetacin. Otro tanto ocurre con los jabales, un autntico sntoma del abandono rural y prueba de la dureza y capacidad de adaptacin de estos animales. Es muy corriente observar grandes reas de pastizal totalmente arados por ellos. Con los crvidos ocurre algo parecido, slo que aqu entra un nuevo factor, todava falto de estudios serios pero con un responsable de moda, el cambio climtico. La benignidad del clima en los ltimos veinte o treinta inviernos salvo 2009 (en Guadarrama y Norte) y los generosos 1996 y 1997, han provocado que reas que estos animales tenan vetadas por la dureza del clima, como es el mbito supraforestal, sea hoy para ellos un nicho idlico en el que han proliferado enormemente, pasando de la ausencia total a la abundancia. Este aumento poblacional ha sido muy considerable en todo el sistema central y en el Ibrico, pero donde este aumento es verdaderamente espectacular es en la Cantbrica, y si la evolucin siguiera su lnea lgica probablemente dara una nueva especie ms adaptada al fro y la nieve, el ciervo de piornal. ste no es el caso del corzo, que tambin ha aumentado sus efectivos, pero es ms por la progresin forestal a costa de prados y cultivos. Bromas darwinianas aparte, el efecto de esta poblacin, tan alabada por los escopeteros, sobre la vegetacin, unida a las otras causas provocadas directa o indirectamente por la accin del hombre estn dejando esta franja zonal de vegetacin en unas condiciones precarias para enfrentar un futuro incierto en el que los vaticinios climticos nos presentan un panorama poco o nada halageo. La accin actual de la ganadera es ambigua, por un lado existe un abandono generalizado de este sector, lo que aparentemente favorece la recuperacin de reas degradadas, pero esto conlleva el abandono de caminos, la desaparicin de prados y majadales y el cierre de la vegetacin arbustiva, lo que propicia una prdida de diversidad ecosistmica y favorece la propagacin del fuego. Esto lleva a elevar el peligro de incendio incrementando adems su virulen-

Boletn 23cia y propagacin, y a la excesiva proliferacin de pistas para vehculos. Tambin el abandono generalizado del medio rural ha propiciado en amplias zonas como Aylln que el ganado paste descontrolado, rompiendo las vallas de mampostera del parcelario y nitrificando humedales y turberas. Usos y abusos humanos Estamos en una zona en que la naturaleza impone severas condiciones a la vida, lo que directa e indirectamente implica una mayor limitacin al aprovechamiento humano de estos medios. Esto ha venido ocurriendo secularmente en cuanto a la explotacin forestal, que quedaba limitada a zonas de menor altitud y ms accesibles, adems la merma de calidad de los fustes, ahora ms cortos y retorcidos, as como la abundancia de arbustos que hace ms difcil el trabajo, descartaba esta zona de este tipo de uso a no ser que estuvieran previamente esquilmadas las zonas inferiores. No es el uso forestal, sino el ganadero quien ha venido a explotar estas bellas reas. La zona superior al lmite forestal se caracteriza por los extensas arbustedas, principalmente piornales, y por la riqueza de los pastos en llanos, lomas y vaguadas. Dada la mayor humedad climtica de los suelos y su corto ciclo vegetativo, producen los pastos de verano, los agostaderos, la razn de ser de la cabaa trashumante. Unida a la ganancia de suelos ganaderos ha estado la lucha contra las alimaas, principalmente el lobo, y la herramienta de manejo ha sido el fuego, con lo que por otro lado se consegua mantener el monte despejado para localizar al ganado sin dificultad y aligerar los desplazamientos de los pastores El mal concebido pleito entre ganadera y bosque, viene dado por una supuesta ganancia de pastos, cuando en realidad un mosaico entre parcelas idneas dedicadas a una y otra actividad puede suponer beneficios recprocos para ambos agrosistemas. Desde la ms remota antigedad, en nuestra piel de toro y remitindonos hasta el mundo prerromano, la herramienta de manejo no ha sido el hacha, sino el fuego. Pero hasta hace no demasiado tiempo todo estaba, salvo episodios blicos, mucho ms controlado, el hombre conoca bien su medio, posibilidades y lmites de explotacin del territorio; el uso del fuego era medido con precisin pues un exceso poda significar la prdida de posibilidades para otros usos o personas, o incluso para el propio ganadero. Slo se quemaba cuando se saba que el interior del suelo haba la suficiente humedad como para garantizar la viabilidad del banco de semillas o la invulnerabilidad del sistema radical de las especies vivaces. Se quemaba en funcin de un calendario y de una, y con una, climatologa favorable, entre varias personas y sabiendo los lmites del rea a quemar. Hoy en da, este saber se ha perdido o es necesaria la cooperacin entre pastores o ms personal para controlar el fuego, con lo que lo ms cmodo es prender y esperar que el viento no lleve el fuego donde no debe y si lo llevase, probablemente nadie dir nada. Es frecuente ver en los periodos anticiclnicos otoales los varios incendios diarios que se producen en esta regin supraforestal, fuera del periodo de vigilancia contra incendios, ante la total pasividad de poblacin y autoridades de los pueblos afectados. Un continuo suma y sigue de pequeos, y no tan pequeos, incendios que no entran ni en el cmputo anual. Sera fcil acabar con esta prctica tolerada, autntica plaga de comarcas como las sierras galaico-leonesas y Gredos en sentido amplio. Solo bastara con una mnima voluntad, vigilancia, alguna multa, pero, sobre todo, dar una mnima alternativa o ayuda a los ganaderos. Las acciones a realizar Entre las medidas que se deberan tomar para impedir el deterioro de esta importante franja altitudinal, aparte de las coherentes con todas las normativas de proteccin ambiental nacionales y europeas, de las que muchas ataen a estas reas por ser con frecuencia reas protegidas, manifiestamente ampliables, se deberan observar otras de sentido comn que no suelen entrar en las miras de gestores ms proclives a un supuesto sentido economicista o a cuidados y protecciones meramente propagandsticos. Por todo esto habra que asentar medidas indispensables para la conservacin de esta rea cuya salud repercute directamente en las reas inferiores, medidas tales como: 29

Boletn 23* ausencia de extracciones forestales con el fin de preservar biodiversidad, tener un reservorio y fuente de recarga o mantenimiento del arranque hidrolgico de las cuencas. En caso de mantenerse las extracciones forestales, prohibirlas en las reas que superen una determinada pendiente crtica o estn en el rea de cabecera de ncleos rurales, tursticos o de cuenca de recepcin de pantanos y reas de inters agrcola o ecolgica (parques naturales, reservas micolgicas, etc.). * explotacin ganadera controlada para no sobrepasar la capacidad de carga, pero a la vez mantener la regeneracin natural del bosque, el mantenimiento de los pastos y la heterogeneidad de medios ecolgicos. * racionalizar los sistemas silvo-pastorales. Ocurre que grandes parcelas se dedican en exclusiva a uno u otro uso y esto no tiene por qu ser as. Es corriente ver buenos pastizales reforestados cuando seran ms productivos ecolgica y ganaderamente siguiendo como prados. El terreno puede aunar ambos usos, plantar rboles en lomas y oteros, vallndose cuando jvenes, que darn en el futuro una mayor humedad y proteccin al pastizal de llanos y vaguadas, protegindolo y, a la vez, dando cobijo veraniego al ganado. * reforestar ampliamente con especies del terreno o recientemente desaparecidas de la zona con un abanico de especies autctonas e incluso alguna no tan autctona, al menos en las reas de menos valor ecolgico, adecuando las especies a las reas del terreno ms favorables a ellas. Dados los inciertos tiempos que se avecinan es absurdo jugrsela a una sola carta. * el control poblacional de las especies cinegticas con el establecimiento de unas densidades mximas e incluso ir ms all y no impedir por ms tiempo la entrada del lobo como actor y parte de la dinmica poblacional de los herbvoros en zonas donde an no est presente. * incompatibilidad con explotaciones tursticas agresivas como estaciones de esqu o urbanizaciones que consumen muchos recursos en un medio vulnerable y contaminan el mismo origen de las cuencas. * Estudios previos de impacto ambiental 30 respecto al trazado nuevo o antiguo de pistas forestales. Es un factor de degradacin de primer orden, causante de la inestabilizacin de laderas, adems de ser un vector de propagacin de incendios, de furtivismo, pasando a un segundo plano su funcin inicial de acceso y control del monte. * comprender ntegramente el complejo entramado y funcionamiento de los ecosistemas relacionados. Muy a menudo las polticas conservacionistas no tienen en cuenta el uso local del monte y llevan indirectamente al deterioro por exceso de restricciones, previo descontento de la poblacin rural. Hay bastantes casos de incendios porque no se ha controlado la posible propagacin del fuego en reas de manejo de la vegetacin no permitido. * Campos de trabajo de limpieza de senderos (adems tambin evitara la innecesaria proliferacin de pistas forestales) o limpieza de pastos con reparacin o recuperacin de prados y regueras. Sera una alternativa vlida, conveniente y barata, aparte de emprender en esos mismos campos labores de restauracin paisajstica o repoblacin forestal, unas vacaciones pagadas a costa de ayudar a la poblacin rural a recuperar su cario por el monte. * una labor educativa digna y pagada en el medio rural. Las ideas preconcebidas, antiguas o los prejuicios frente a la proteccin del territorio estn a la orden del da entre los paisanos, que son finalmente quienes van a cuidar y sufrir o disfrutar de las acciones de proteccin. Este puede ser el punto fuerte, o el dbil, de cualquier gestin del espacio rural. La valoracin del factor humano y el ganar afectiva y racionalmente la colaboracin de los pueblos de estos entornos rurales tiene una importancia crucial ante cualquier accin de futuro sobre nuestros bosques. Penltima hora: los mencionados escasos restos del ltimo pinar natural de Gredos fueron calcinados en un 80% en el famoso incendio de Arenas de San Pedro del verano de 2009 por la clara incompetencia de las autoridades forestales, que llegaron incluso a prohibir a los paisanos combatir el fuego con la excusa del peligro fsico que ello supona.

Boletn 23

Rhamnus alpina L. subsp. alpinaHelios Sainz, Ingeniero de Montes, profesor de Geobotnica en la Universidad Autnoma de Madrid Emilio Blanco, Bilogo, consultor ambiental. Introduccin El pudio es una de las nueve* especies de Rhamnus (sin nombre comn general, en todo caso espinos) que crecen espontneas en nuestro pas. Se trata de un grupo de arbustos y matas acompaantes de la vegetacin dominante, poco conocidos ni destacables, ya que llaman tes, algunas especies tienen madera dura que se ha usado para mangos y palos, y otras especies se usaron como tintreas en la antigedad.

E l

p u d i o ,

muy poco la atencin a los no iniciados en botnica. Adems no presentan apenas utilidades, ni una floracin llamativa, por lo que frecuentemente pasan desapercibidos, o se confunden con otros arbustos ms habituales. Si acaso se puede decir que nuestros Rhamnus, en general, son txicos (no as el fruto para la fauna) y purgan-

La palabra Rhamnus podra proceder del griego rhamnos, arbusto espinoso, o estar relacionada con rabdos: ramilla o varilla, debido a la flexibilidad de sus ramas. Fue Linneo el creador del gnero y del nombre. 31

Boletn 23Dentro de los Rhamnus de nuestro pas destacan grosso modo 2 grupos, el de los arbustos propios del matorral mediterrneo y el de las especies eurosiberianas, o de tendencia atlntica, que adquieren sobre todo importancia en el ambiente submediterrneo de transicin entre ambos. En general son especies interesantes desde el punto de vista ecolgico y geobotnico, indicadoras de condiciones del medio, tiles como fijadoras de taludes y protectoras de la erosin del suelo, as como de inters para la fauna silvestre y con buenas posibilidades de utilizacin en la jardinera con especies autctonas. En Canarias viven 3 especies endmicas macaronesicas y en Baleares viven otras 3 especies, una de las cuales es un endemismo notable dedicado al prncipe Luis Salvador (Rhamnus ludovicisalvatoris) El gnero Rhamnus, el ms numeroso de la familia Rhamnaceae presenta en el mundo una notable diversificacin. Se distribuye principalmente por el hemisferio norte (Norteamrica y Europa), y est bien representado en las zonas mediterrneas. En Amrica del Norte se localiza la mayor diversidad del gnero, no obstante algunas especies llegan hasta Brasil y otras incluso a Sudfrica, China y Japn. Se reconocen ms de 125 especies y en Europa se diferencian unas 16 especies (25 si consideramos tambin las subespecies). En La regin macaronsica hay 3 especies endmicas. El gnero Nota a pi de pgina: * vase clave de encuadre de las especies de Rhamnus indicando su variabilidad, lo que hace que no haya acuerdo sobre las especies existentes que segn criterios diferentes varan de 8 a 15 en la Pennsula (+ 3 en Canarias) La familia de las Ramnceas es una familia de tamao medio y amplia distribucin mundial, subtropical y templada, que tiene unos 50 gneros y alrededor de 900 especies. Son principalmente arbustos, pero hay tambin algunos rboles. En Espaa tenemos presencia de cuatro gneros de esta familia: 1.- Frangula, al que bastantes autores incluyen en el gnero Rhamnus, con una sola especie riparia (hay otra endmica de las Azores); 2.- Rhamnus, con 11-18 especies segn se consideren algunos taxones (myrtifolia, borgiae, oleoides, velutina, legionensis, infectoria, villarsii) como especies o subespecies; tres de las especies son endemismos macarnesicos que aparecen en Canarias (R. crenulata y R. glandulosa, R. integrifolia); 3.- Ziziphus con dos especies, una alctona cultivada o asilvestrada (China) y otra autctona ibero-africana, el azufaifo, y 4.Paliurus con una sola especie circunmediterrnea relctica. 32 Ziziphus, el segundo mas importante de la familia (86 spp.) es subtropical y contiene bastantes rboles, con una nica especie arbustiva que llega a Europa, el azufaifo, presente en la zona murciano-almeriense. Otros gneros importantes, a caballo entre el mundo subtropical y templado, y con una buena representacin en las zonas mediterrneas son Ceanothus (55 especies norteamericanas) y Pomaderris (55 especies australianas). Algunas de las especies exticas se pueden ver en nuestros jardines botnicos. Gneros cercanos a Rhamnus son los arraclanes (Frangula), los azufaifos o ginjoleros (Ziziphus), los llamados espinos de cristo (Paliurus), el rbol de las pasas (Hovenia), las espinosas coletias (Colletia) de la Pampa o las vistosas lilas (Ceanothus) de California, todos ellos de la familia Rhamnaceae . Rhamnus alpina L. subsp. alpina es un arbusto o arbolillo de unos tres o cuatro metros de altura que se conoce con distintos nombres a lo largo de la geografa hispana. Entre ellos el mas frecuente parece ser el de pudio, o pdol como se le denomina en Catalua. La especie, en sentido amplio, es comn en Europa aunque rara vez se comporta como taxn dominante en las formaciones en que aparece. Se trata de una especie caducifolia eurosiberiana, resistente al fro, que, como tantos otros taxones de esta regin, alcanza en las montaas de las pennsulas mediterrneas del sur de Europa y en el norte de frica sus lmites meridionales de distribu-

Boletn 23ENCUADRE DE RHAMNUS ALPINA DENTRO DEL GNERO RHAMNUS (Clave sencilla para la diferenciacin de los Rhamnus de la Pennsula)

33

Boletn 23cin. Aunque entre las plantas abundan los nombres cientficos geogrficos o ecolgicos que se prestan a confusin, como ocurre con Quercus pyrenaica o Q. canariensis, en el caso de Rhamnus alpina el nombre de la especie resulta muy adecuado pues hace referencia a su aptitud para desarrollarse en altas montaas y a que es una planta comn en los Alpes. Aunque no es propia del piso alpino, aparece con frecuencia por encima del lmite del bosque (supratimberline supraforestal o prebosque) siendo uno de los arbustos grandes o arbolillos que mayor altitud alcanza en nuestro pas (1700 y puede que hasta 2000). Rhamnus alpina es un taxn de las montaas del centro y sur de Europa en el que se diferencian tres subespecies: la subsp. alpina de los Alpes y las montaas del Mediterrneo occidental, la subsp. fallax del este de los Alpes y la Pennsula Balknica y la subsp. glaucophyllus endmica italiana de la regin de los Alpes Apuanos, al norte de la Ligura, donde se encuentra la famosa cantera de mrmol de Carrara. Rhamnus alpina subsp. alpina est ligado al rea de los bosques planocaducifolios sobre suelos calcreos ms o menos karstificados, mostrando prefer