Boletin de Informacion Del Ceseden 298

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BOLETÍN DE INFORMACIÓN SUMARIO Colaboraciones — Aproximación al concepto de moral militar .............. 7 — Perspectivas de la aplicación del modelo europeo de defensa en las relaciones de seguridad en el Cono Sur de América................................................. 21 — Bioterrorismo .............................................................. 49 — De fuerzas de mantenimiento de la paz a ejército azul 73 — Perseverando para servir ........................................... 95 — Resumen de las Jornadas sobre el Diálogo Medi- terráneo entre la Fundación Konrad Adenauer- CESEDEN ................................................................... 113 Actividades del Centro Las ideas contenidas en estos trabajos son de responsabilidad de sus auto- res, sin que reflejen necesariamente el pensamiento del CESEDEN, que patrocina su publicación. CENTRO SUPERIOR DE ESTUDIOS DE LA DEFENSA NACIONAL CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] [email protected] PÁGINA WEB: www.cesedem.es

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BOLETÍN DE INFORMACIÓN

SUMARIO

Colaboraciones

— A p roximación al concepto de moral militar .............. 7

— Perspectivas de la aplicación del modelo europeo

de defensa en las relaciones de seguridad en el

Cono Sur de América................................................. 21

— Bioterrorismo.............................................................. 49

— De fuerzas de mantenimiento de la paz a ejército azul 7 3

— Perseverando para servir ........................................... 95

— Resumen de las Jornadas sobre el Diálogo Medi-

terráneo entre la Fundación Konrad Adenauer-

CESEDEN................................................................... 113

Actividades del Centro

Las ideas contenidas en estos trabajos son de responsabilidad de sus auto-

res, sin que reflejen necesariamente el pensamiento del CESEDEN, que

patrocina su publicación.

CENTRO SUPERIOR DE ESTUDIOS DE LA DEFENSA NACIONAL

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NIPO: 076-07-123-X (edición en papel) NIPO: 076-07-122-4 (edición en línea)

ISSN: 0213-6864

Depósito Legal: M-4350-1987

Imprime: Imprenta Ministerio de Defensa

Tirada: 900 ejemplare s

Fecha de edición: mayo de 2007

Edita:

CATÁLOGO GENERAL DE PUBLICACIONES OFICIALES

http://www.060.es

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COLABORACIONES

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APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE MORAL MILITAR

Antonio Moliner GonzálezCoronel del Ejército del Aire.

Introducción

La guerra es un fenómeno social pero de tan gran repercusión en el ser humano que la

simple reflexión sobre ella genera en éste sentimientos y sensaciones radicales, por lo

que su conocimiento y comprensión ha sido y es objeto de numerosos estudios y análi-

sis. La guerra es un fenómeno en el que más que en ningún otro, el alma humana se ve

involucrada antes, durante y después.

En los albores del siglo XXI, una parte significativa de la humanidad ha alcanzado unas

cotas de desarrollo cultural y social que, sin embargo, no han impedido eliminar el

fenómeno bélico que surge una y otra vez de esas mismas relaciones políticas, sociales

y culturales.

De las muchas profesiones que existen en las sociedades, la militar es una más. Eso sí,

con sus peculiaridades y características propias. En esta profesión es claro que hay que

estar preparado para hacer la guerra y después, llegado el caso, hacerla. El ejercicio de

una profesión avala plenamente el preguntarse por ella y las cuestiones básicas que

constituyen su esencia, por lo que indagar en la legitimidad del ejercicio de la fuerza y la

violencia en grado sumo se estima que es no sólo adecuado, sino necesario para los que

tienen una profesión en la que seres humanos matan y mueren.

Además, está en la propia esencia del hombre intentar comprender y dar un sentido a

los fenómenos que le afectan como ser social, y entre ellos el conflicto bélico ocupa un

lugar preferente.

Lo humano está dotado de sentimientos que predisponen a la acción (1) y aquellos cuya

conducta profesional más específica es el empleo de la fuerza con la finalidad de impo-

nerse en el enfrentamiento y para ello, si llega el caso, eliminar a otros, deberían estar

amparados en sólidas razones y firmes convicciones que legitimaran dicha conducta. El

soldado no es un elemento material más de los que intervienen en una guerra, es un indi-

viduo dotado de razón y emoción, y que como todo ser humano intenta encontrar unos

sólidos fundamentos morales y éticos a su profesión.

— 7 —

(1) MARINA, J. A. y LÓPEZ PENAS, M.: Diccionario de los sentimientos, editorial Anagrama, Madrid, 2001. En la

p. 431 se define sentimiento: «Experiencias que integran múltiples informaciones y evaluaciones positi-

vas y negativas, implican al sujeto, le proporcionan un balance de su situación y provocan una predispo-

sición a actuar.»

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Al igual que otras profesiones, la militar tiene un código moral que, dada la especificidad

del poder de destrucción y letalidad que tiene en sus manos el profesional de la milicia,

exige una reflexión ética serena que culmine en una justificación muy exigente de su legi-

timidad y legalidad.

Por todo esto, el militar profesional tiene que recibir una adecuada formación para ser

competente también en la esfera moral y así, capaz de que sus decisiones, conociendo

las obligaciones y restricciones morales a las que debe someter su conducta en paz y

en guerra, estén justificadas desde el punto de vista ético.

La búsqueda de justificación ética

El principio reiteradamente expuesto desde Carl von Clausewitz de la instrumentaliza-

ción del fenómeno bélico por principios políticos se ha utilizado como criterio de racio-

nalidad de la guerra, y ante esto hay autores que encuentran en la subordinación de la

guerra a la política el elemento justificador y otros para quiénes no constituye un proce-

so de racionalización.

¿En dónde encuentra, entonces, el militar la justificación y razón de su profesión desde

el punto de vista ético?, ¿Qué principios morales deben guiar su conducta desde el con-

flicto hasta las misiones de mantenimiento de la paz? y ¿Por qué debe extremar la ade-

cuación de su comportamiento en paz?

Aunque se parte de la evidencia histórica de la existencia de un fenómeno: conflictos

bélicos que se han dado reiteradamente a través de la historia de la humanidad; y de una

realidad actual que nos viene dada: existen militares y Fuerzas Armadas, no serán la bús-

queda del origen o de las causas del fenómeno bélico los asuntos a qué se dirigirán

estas reflexiones que más que dar soluciones pretenden desvelar los problemas que hay

que considerar.

Habrá que analizar las razones legitimadoras a la conducta específica de los profesio-

nales de la milicia tanto en paz, instruyéndose y adiestrándose, como en guerra, lleván-

dola a cabo. Habrá que estudiar aquello que legitima la «conducta bélica», puesto que

si nada legitimara la guerra, en ninguna circunstancia, nada podría haber que legitimara

a quiénes tienen como trabajo llevarla a cabo. En consecuencia, habría que intentar, tam-

bién, plantear aquellas circunstancias precisas que permiten hablar de guerra legítima,

además de legal, o sea de guerra justa.

Cuando se exponen opiniones sobre lo que se debe y no se debe hacer, sobre lo que

está bien y mal, uno tiene que dar su propia opinión. Por ello, como una primera hipóte-

sis, se apunta que la justificación moral que tiene el militar profesional ante la guerra es

lograr, a través de ella y mediante la derrota del enemigo, la paz, cuando, ante la impo-

sibilidad absoluta de hacer valer la legítima causa propia por otras instancias legales,

aquélla ha estallado.

Se encontraría, así, la justificación ética de que determinadas personas elijan esta pro-

fesión en el convencimiento de que los ejércitos son un medio de evitar las guerras y pre-

servar la paz.

— 8 —

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Primera aproximación al concepto de moral militar

Quizá sea conveniente intentar establecer en primer lugar una distinción entre los térmi-

nos de moral y ética, pues frecuentemente se utilizan ambos como sinónimos.

Aunque ambas palabras se utilizan como sinónimos en la vida corriente, moral y ética se

refieren a distintos niveles de reflexión. Moral tiene un valor normativo para orientar nues-

tra conducta, para que sea buena y justa, y se le suele atribuir un contenido próximo a

creencias religiosas. Ética es la reflexión sobre los problemas que se plantean a la con-

ducta cuando pretende ser moral.

La moral afecta a lo cotidiano, al desarrollo de la propia vida, al «quehacer» y por ello de

los distintos conceptos atribuidos al término moral, interesa aquí remarcar el que consi-

dera la moral como:

«Un conjunto de principios, preceptos, mandatos, prohibiciones, permisos, patro-

nes de conducta, valores e ideales de vida buena que en su conjunto conforman un

sistema más o menos coherente, propio de un colectivo humano concreto en una

determinada época histórica» (2).

En cuanto conducta humana efectiva de individuos y grupos, se habla de comporta-

miento práctico-moral. Ante la conducta a seguir en una situación concreta, al ser huma-

no se le plantea un problema que es práctico y es moral, mientras que definir lo que es

bueno con carácter general es un problema teórico y ético.

La conducta moral existe porque quién la ejecuta es responsable de sus actos y por

tanto es una dimensión propia de individuos y colectividades, que permite al considerar

ese sistema, ese código de conducta adoptado por un grupo humano, el que se pueda

decir que una conducta ha sido, correcta o incorrecta. La conducta habrá sido moral o

inmoral y el juicio que determina esta cualidad es un juicio ético.

Por tanto, la conducta de un individuo que pertenece a un colectivo en cuanto miembro

y componente profesional del mismo, en nuestro caso un militar, será moral o inmoral si

se ajusta al código moral vigente en la profesión militar y a las normas, principios y valo-

res en él contenidos.

Distinción entre moral y ética militar

De estos últimos conceptos: normas, principios y valores, interesa reflexionar un poco

sobre el último: los valores. La importancia del estudio de los mismos en un determina-

do entorno social es algo que afecta no sólo a la ética, sino a todos los saberes sobre la

conducta humana, por su presencia e intervención en todos los fenómenos sociales y

por su influencia en las emociones y conflictos.

Es claro que no todos los valores son morales, pero éstos son los únicos que son exclu-

sivos de los seres humanos y a los que pueden aspirar todos los individuos.

— 9 —

(2) CORTINA, A.: Ética, p. 14, editorial Akal, Madrid, 1998.

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La moral en referencia a un código que se acepta como guía de conducta, hace que

hablemos de moral militar cuando nos referimos al código propio de la profesión militar,

el que orienta el ejercicio de esta profesión y que se desarrolla y evoluciona histórica-

mente al mismo tiempo que los códigos morales de otras profesiones y grupos huma-

nos y en el marco general de los principios morales de una sociedad determinada.

Respecto a la ética, que se torna filosofía moral en cuanto reflexión sobre la coherencia

propia y los valores sociales, sobre los problemas que la aplicación cotidiana de esos

códigos morales trae consigo con el objetivo de dar una fundamentación a las conduc-

tas morales, sería ética militar la entendida como reflexión y racionalización en torno al

código moral que a modo de principios, normas, valores, preceptos y actitudes guían la

conducta del que ejerce la profesión de las armas.

Parece que podrían plantearse tres grandes cuestiones a las que dirigir esta reflexión filo-

sófica-ética: ¿qué es la moral y la ética militar?, ¿cuáles son sus fundamentos? y ¿cómo

se traslada lo anterior a la realidad profesional del militar?

Puede objetarse que mejor que hablar de ética militar debería serlo de eticidad del mili-

tar o de ética del militar, si se parte del supuesto de que:

«La ética es la conciencia individual de cada miembro de las Fuerzas Armadas en

consonancia con a) los principios y objetos de la Institución militar, así como con b)

los de la sociedad en su conjunto y los de las instituciones políticas y sociales de

las que las Fuerzas Armadas forman parte y a las cuales sirven» (3).

Ante la cuestión de si la profesión militar debe tener un código que integre en un cuerpo

coherente el orden moral al que se han de ajustar los militares, la respuesta que se da es

claramente afirmativa. En nuestro país existe tal código debidamente promulgado: Ley

85/1978 de 28 de diciembre de 1978, de las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Arma-

das, actualmente en proceso de revisión. Esta regulación permite acomodar la conduc-

ta del militar, individual y colectivamente, en paz y en guerra al conjunto de valores y prin-

cipios vigentes en nuestra sociedad y ello favorece, en última instancia, que las Fuerzas

Armadas puedan cumplir la misión que la Constitución les encomienda. Aún más, en su

ar-tículo uno se establece:

«Estas Reales Ordenanzas constituyen la regla moral de la Institución militar y el

marco que define las obligaciones y derechos de sus miembros. Tienen por objeto

preferente exigir y fomentar el exacto cumplimiento del deber inspirado en el amor

a la Patria y en el honor, disciplina y valor» (4).

Pero jerárquicamente anterior, en el plano de los valores, a las Reales Ordenanzas está

la Constitución, que en su Preámbulo establece unos principios de justicia, legalidad,

protección de derechos humanos y fortalecimiento de relaciones pacíficas, a los que

deberán esforzarse todos los ciudadanos, incluidos los militares. En su artículo uno

enuncia los valores de libertad, justicia, igualdad y pluralismo político y en el 10 estable-

— 10 —

(3) BARBEITO IGLESIAS, R.: «Los valores y las instituciones como principios de autoridad ética», Monografías

del CESEDEN, número 46, p. 168, Madrid, abril de 2001.

(4) Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, Ley Orgánica 85/1978, de 28 de diciembre de 1978.

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ce como valores fundamentales la dignidad de la persona y la conformidad a la Decla-

ración Universal de Derechos Humanos.

Cuando nos aproximamos a los conceptos de ética y moral militar también es necesario

considerar que entre los varios significados sustantivos que se atribuyen al término moral

hay uno que parece muy relevante para el que ejerce la profesión militar.

Este significado es, en palabras de su autora:

«Aquí la moral es sinónimo de “buena disposición de ánimo”, tener fuerzas, coraje

o arrestos suficientes para hacer frente –con altura humana– a los retos que nos

plantea la vida» (5).

En esta acepción aún se nos aclara:

«La moral no es sólo un saber, ni un deber, sino sobre todo una actitud y un carácter,

una disposición de la persona entera que abarca lo cognitivo y lo emotivo, las cre e n-

cias y los sentimientos, la razón y la pasión, en definitiva, una disposición de ánimo

(individual o comunitario) que surge del carácter que se ha forjado pre v i a m e n t e» (6).

Es la acepción de moral referida a la disposición de ánimo de las tropas, al impulso psi-

cológico con que se acometen los combates, a ese espíritu que hay que reforzar y man-

tener en las Fuerzas Armadas y que éstas se exigen a sí mismas:

«Mantendrá y elevará la moral de sus subordinados... (artículo 71). Ha de sentirse

[el oficial] responsable de la moral, instrucción y adiestramiento de la unidad a que

pertenece,... (artículo 73). El prestigio del mando es fruto de su entrega, entereza

moral,... (artículo 78). Hará cuanto pueda por mantener y elevar la moral de las uni-

dades... (artículo 115). Los mandos con decidida y constante atención a la acción

psicológica del enemigo. No permitirán elogios al adversario, actos o conversacio-

nes ensalzando al enemigo cuando tales hechos puedan desmoralizar a las fuerzas

a sus órdenes (artículo 130)» (7).

Ética militar

Así como sobre esta concepción se tratará con posterioridad, además de recoger a con-

tinuación algunos de los presupuestos iniciales que deben tenerse en cuenta, podemos

establecer que aunque habitualmente empleamos el término de moral militar, hablar de

estas cuestiones en el ámbito militar es, posiblemente, hablar de ética militar.

Entre esas consideraciones previas están las cuestiones de la universalidad y la histori-

cidad de los valores morales. Robert Cooper dice que «los valores morales no son uni-

versales». Para este autor lo que sí pueden surgir son «valores regionales», de aquí que

la imposición de una determinada moralidad, de unos valores que no todos comparten

puede llevar al conflicto, incluso:

— 11 —

(5) CORTINA, A.: opus citada, p. 16.

(6) CORTINA, A.: opus citada, p. 17.

(7) Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, Ley Orgánica 85/1978, de 28 de diciembre de 1978.

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«A que las guerras se libren sin límites, como las de religión, o las nacionalistas en

el siglo XX. El momento en que se dice mejor rojo que muerto (better red than dead)

es el final» (8).

Consecuencia de ello es que no sería pues correcto hablar del concepto de ética de las

Fuerzas Armadas como universal en el tiempo y en el espacio:

«Hay una ética de lo militar, hoy y ahora, y en un contexto determinado» (9). Lo que

en un momento histórico es éticamente asumido por una colectividad, puede no serlo

por la misma unos años después... Lo mismo cabría decir de la ética en el seno de

las Fuerzas Armadas, siendo en un momento dado y en un ejército concreto acepta-

ble una conducta éticamente, y no serlo en otras circunstancias o lugares» (10).

Pero por muy relativista moral que sea la postura adoptada, hoy en día tenemos, por un

lado los derechos humanos con creciente aspiración de universalidad y por otro, frente

al choque de culturas los intentos de fundar un diálogo intercultural.

La humanidad no parece aceptar que se produzcan transgresiones sistemáticas de los

derechos básicos del hombre y el antiguo principio de la no injerencia se cuestiona ante

estas realidades, pues no se puede aceptar que se vulneren fuera de las fronteras nacio-

nales lo que se respeta dentro, a pesar del problema que presenta el que diferentes cul-

turas pueden interpretar de forma distinta la dignidad de los hombres. Pero el ser huma-

no tiene en su dimensión moral unos rasgos comunes a todas las culturas: unos

«mínimos culturales» que deberían valer para cualquier persona. Entre ellos, no sólo la

justicia, sino los derechos humanos básicos, son elementos básicos que se deben pro-

mover como valores comunes interculturales.

Otro elemento previo a considerar es el referido a la transformación del Estado moderno

y la cesión de parte de su soberanía a entes políticos multilaterales. La defensa de la

soberanía, la inviolabilidad de las fronteras, ha estado amparada por un principio básico:

el de no injerencia en los asuntos internos de los Estados.

Al cuestionarse ahora ese principio en el campo de las relaciones multilaterales, se re p l a n-

tea el sistema de valores de las organizaciones militares y cuando no son solamente los

valores e intereses nacionales los que se defienden, sino otros geográficamente más

alejados de índole cosmopolita, como la defensa de los derechos humanos, el manteni-

miento de la paz y la libertad política, habría que pensar si no se debería dotar de nue-

vos contenidos a conceptos tan importantes al militar como los de disciplina, cohesión

o espíritu de cuerpo.

Como última consideración en esta exposición de problemas se plantea la cuestión de

la identidad entre los valores de nuestra sociedad y los de las Fuerzas Armadas forma-

das por individuos de la misma. ¿Está inspirada la ética que guía el comportamiento del

militar en esos valores? Para Samuel P. Huntington:

— 12 —

(8) COOPER, R.: «Valores y guerra», El País, 12 de enero de 2003.

(9) COOPER, R.: «Valores y guerra», El País, 12 de enero de 2003.

(10) FERNÁNDEZ LÓPEZ, J.: «Ética, derecho y nuevas misiones para las Fuerzas Armadas», Monografías del

CESEDEN, número 46, p. 61, Madrid, abril de 2001.

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«La ética profesional militar, más aún, existe sin fecha ni ubicación, al igual que la

profesión de la cual es la expresión intelectual. En la medida que no hay alteración

básica en la naturaleza propia de la función militar, no habrá cambio alguno en el

contenido de la ética profesional... La ética militar, en consecuencia, es un patrón

constante por el cual es posible juzgar el profesionalismo de cualquier Cuerpo de

Oficiales en cualquier momento y lugar» (11).

Con esos elementos inicialmente planteados sobre la existencia o no de una universali-

dad e historicidad de los valores morales, de un conflicto o un diálogo entre culturas, de

unos posibles derechos esenciales a la dignidad de cualquier ser humano, de una glo-

balización que afecta a la propia naturaleza del Estado-Nación, se llega a la considera-

ción de la especificidad de la moral del militar y por tanto de la ética militar.

Valores y especificidad de la ética militar

Al aplicar la reflexión ética al ámbito de la vida social que constituye una profesión, hay

que tener en cuenta que todas las profesiones, incluida la militar, tienen sus propias exi-

gencias morales y sus valores específicos. Para ello:

«Es menester averiguar cuáles son los bienes internos que cada una de esas acti-

vidades debe aportar a la sociedad y qué valores y hábitos es preciso incorporar

para alcanzarlos» (12).

En el artículo 15 de las Reales Ordenanzas se establece:

«Las Fuerzas Armadas darán primacía a los valores morales que, enraizados en

nuestra secular tradición, responden a una profunda exigencia de la que sus miem-

bros harán norma de vida.»

Al considerar la moral militar como la específica de una profesión especialmente vinculada

a tareas comunitarias (a lo que también se dedican otras profesiones), sus peculiaridades,

si las hay, no deberían ocupar posiciones dominantes ni mucho menos trascendentales

para la consecución de esos fines públicos. También esos otros sectores profesionales y

sociales pudieran reclamarlas, por lo que el código moral de la profesión militar debe estar

plenamente armonizado con otros de la sociedad y aún de la humanidad.

Incluso los cambios de valores que se vayan produciendo en la sociedad deberían ser

analizados para ver si están o no en consonancia con esos del código moral del militar.

El someter a fundamentación y crítica los valores que forman parte de ese código moral

debe tener en cuenta que ellos también son tenidos en consideración, y en algunos

casos son referentes esenciales, en el ejercicio de otras profesiones y organizaciones

sociales relacionadas con la consecución de fines e intereses generales. El valor (no el

concepto moral, sino la cualidad basada en la fuerza y energía y que desprecia el miedo,

el entendido por María Moliner como capacidad para emprender o realizar esfuerzos físi-

cos o morales), la disciplina o la obediencia, que tan significativo, y debe decirse que

— 13 —

(11) HUNTINGTON, Samuel P.: El soldado y el Estado, p. 73, G.E. Latinoamericano, Buenos Aires, 1995.

(12) CORTINA, A.: opus citada, p. 151.

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imprescindible, papel representan en la profesión militar, no son virtudes exclusivas del

militar ni fines en sí mismas, sino que se constituyen, junto a otras, en pautas de con-

ducta para la acción profesional que persigue un bien común y que en el campo de la

seguridad y defensa tampoco es exclusiva del militar profesional hoy que, más que

nunca, reivindica e intenta transmitir el principio de que la «defensa es tarea de todos».

Las anteriores consideraciones están en la línea de afirmar que no debiera haber distin-

ción entre los valores y principios que inspiran los códigos morales del militar y los de

otros colectivos de la sociedad.

Pero aparecen opiniones que ante esa cuestión afirman que sí existe una ética militar

distinta de la de otras profesiones:

«A nuestro juicio la respuesta es afirmativa; la formación recibida por los soldados

profesionales en sus academias, promueve una especial cosmovisión, una singular

“tabla de valores”, que genera una “ética” diferente a la que es usual en otras par-

celas estrictamente civiles. El militar suele tener una concepción “moral” de la vida

más desarrollada que en otras esferas; quizás convenga tener presente que la exis-

tencia de la profesión militar supone, como apunta Samuel P. Huntington, intereses

humanos en conflicto y el uso de la violencia para defender y mantener todos esos

intereses» (13).

A esta posición se suman también Fernández Segado y Martínez Paricio:

«La milicia posee un sistema propio de relaciones morales que informa su conduc-

ta y que viene a constituir, en línea con el pensamiento orteguiano, una ética pro-

pia, una verdadera ética militar, sin la que en realidad será imposible hablar de ver-

daderos ejércitos» (14). «Las Fuerzas Armadas, como institución y organización

compleja que es, tiene su propio sistema de valores que exige a sus miembros y

enseña a los nuevos... No cabe duda que de esta manera se “imprime carácter”, y

se forma una mentalidad profesional» (15).

La reflexión ética sobre el código moral del militar debe alejarse de consideraciones tra-

dicionales basadas en «concepciones eternas», de fe religiosa u otras de componentes

míticos. A este respecto expresa Delgado Cobos:

«En este sentido la deontología habría recurrido a veces a ser el código moral abs-

tracto y poseedor de esencia eterna que permitiría al militar no responder más que

“ante Dios y la Historia” desligándose cuando le ha parecido oportuno del poder y

la organización estatal temporal» (16).

Un código moral del militar adaptado a los tiempos en los que la convivencia se basa en

un pluralismo político, moral y religioso sólo puede constituirse:

— 14 —

(13) BLANCO ANDE, J.: «Rasgos del militar profesional», Cuadernos de Estrategia del CESEDEN, número 19,

p. 155, Madrid, junio de 1990.

(14) FERNÁNDEZ SEGADO, F.: «El perfil diferencial de la escala de valores del militar profesional», Revista de

Estudios Políticos (Nueva Época), número 51, p. 93, mayo-junio de 1986.

(15) MARTÍNEZ PARICIO, J. y SÁNCHEZ NAVARRO, E.: opus citada, p. 232.

(16) DELGADO COBOS, J. M.: «La deontología profesional», Cuadernos de Estrategia del CESEDEN, número

19, p. 165, Madrid, junio de 1990.

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«Como aplicación concreta en el ámbito de una profesión, de un código general de

moral social y cívica» (17).

Código en el que de forma creciente juegan un importante papel de legitimidad de las

intervenciones armadas los valores universalistas y cosmopolitas como el respeto a los

derechos humanos, las libertades individuales y la promoción de la democracia (18).

Pero la reflexión que se viene planteando sobre la ética militar no puede perder nunca de

vista, por mucho que interese su armonía y coherencia con los planteamientos de la

sociedad civil, que los ejércitos son una Institución que se preparan para la guerra y su

organización y actividades van encaminadas a cumplir dicha función.

Deontología profesional

También ocurre que deontología y ética, referidas al ámbito de las profesiones, son pala-

bras que se utilizan como sinónimos intercambiables. Parece útil establecer el significa-

do de la primera e intentar posteriormente ver su aplicación asociada a la profesión de

militar, situando las normas deontológicas en el horizonte de las aspiraciones éticas.

Deontología procede del la palabra griega deon: algo que es necesario, preceptivo o

debido, y se ocupa de lo que es vinculante para todos los que ejercen la misma profe-

sión (19), contribuyendo a la consolidación de la misma.

La deontología profesional pretende que los miembros de una profesión sepan que

deberes y obligaciones tienen en el ejercicio de su profesión, para lo cual se recogen en

un código escrito y de cumplimiento exigible desde instancias jurídicas o propiamente

profesionales. Plantea las cuestiones éticas, sobre todo, como normas y deberes.

Aunque el término aparece por primera vez con el utilitarista Jeremy Bentham en su obra

Deontología. Ciencia de la Moral (París, 1832 y Londres, 1834), según A. Hortal:

«Los códigos de ética profesional tienen su origen a partir de la obra de Thomas

Percival, Medical Ethics, or a Code of Institutions and Precepts, Adapted to the Pro-

fessional Conduct of Physicians and Surgeons (1803)» (20).

En la obra de Bentham la deontología se presenta como una disciplina científica y des-

criptiva, empírica y normativa que, estudiando las ventajas de los comportamientos,

determina los deberes, lo que se debe hacer porque con un cálculo utilitarista de tal o

cual manera de obrar, establece aquella que tiene más ventajas entendidas como expe-

riencias de bienestar.

Cuando un individuo se incorpora como profesional a las Fuerzas Armadas, formado en

la cultura moral de una sociedad, se encuentra con un código profesional elaborado y

definido, con unos valores que tendrá que interiorizar y en relación con los cuales desa-

rrollará sus actuaciones y comportamientos.

— 15 —

(17) DELGADO COBOS, J. M.: opus citada, p. 166.

(18) Sobre la aceptación de los llamados «valores universalistas» en el conjunto de los países europeos

puede verse BARBEITO IGLESIAS, R.: opus citada.

(19) HORTAL, A.: opus citada, p. 194.

(20) HORTAL, A.: opus citada, p. 196.

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Puede ocurrir que en la organización encuentre, en ocasiones, inconvenientes y obstá-

culos a la hora de compatibilizar su papel como profesional y lo que la organización

espera de quién trabaja en ella y para ella. La cuestión es si no se plantearán situacio-

nes en las que se le exijan actuaciones profesionales que deberá compatibilizar con su

responsabilidad moral.

Lo que no podría hacer el profesional, de la milicia es no aceptar el código deontológico

de la profesión, cuya revisión y crítica siempre podrá promover. Lo que podrá hacer, junto

a los demás miembros del colectivo, es tender a la excelencia en los quehaceres profe-

sionales apoyándose en dicho código y contribuir desde ese colectivo al bien común de

la sociedad, que en su caso son la paz, la seguridad y la defensa militar.

Establecidas como fuentes de la ética profesional la ética general y la competencia pro-

fesional, su aspiración será establecer criterios, reglas, métodos y normas que sirvan de

guía o pauta para un comportamiento ético en el ejercicio profesional.

Nos debemos preguntar ahora por el origen de esos criterios, ¿de dónde salen?:

«De unos criterios superiores o principios que permiten orientarnos acerca de lo

que, en términos éticos, es deseable o aceptable y lo que no lo es» (21).

Si bien esos principios están mediados por las épocas históricas, las diferentes culturas

y la diversidad de circunstancias en que se llevan a cabo las actuaciones profesionales,

se podrían considerar como principios de la ética profesional:

— Respeto a la dignidad, la igualdad y los derechos humanos.

— Proceder siempre conforme a la justicia.

— Poner los conocimientos y habilidades profesionales al servicio del bien de los clien-

tes o usuarios.

— Proceder siempre con conciencia y responsabilidad profesionales (22).

También hay que dejar claro la dependencia de los principios de la teoría ética desde la

que se formulan y de la práctica en que se aplican, por lo que hay que considerarlos

como provisionales, como algo que se puede y debe revisar y cuestionar:

«Para evitar problematizaciones procedentes de las concreciones y aplicaciones se

reclama para ellos una mera validez prima facie (a primera vista o “de salida”), es

decir mientras no entren en colisión con otros principios o su aplicación literal no

traiga consecuencias inaceptables» (23).

Sobre la justificación de la conducta bélica

Se suele argumentar que lo moral no es natural al fenómeno guerra y que éste no puede

incluir como justificación a sus productos razones morales. Los que hacen la guerra

hacen algo que no tiene justificación moral en sí, sino que la tiene fuera de sí.

— 16 —

(21) HORTAL, A.: opus citada, p. 92.

(22) CO B O SU E R O, J. M.: Ética profesional en Ciencias Humanas y Sociales, pp. 74 y siguientes, Huerga Fierro

ediciones, Madrid, 2001.

(23) HORTAL, A.: opus citada, p. 100.

Page 14: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Al tratar de buscar las bases morales de la conducta del que hace la guerra hay que

enmarcarla en el contexto situacional en que se produce.

Con la denominación de «conducta bélica» entenderemos el desarrollo de operaciones

militares en las que se dan órdenes para utilizar sistemas de armas que se sabe van a

producir muertes entre las filas del enemigo y entre las propias. Las órdenes, en cuanto

sean legales y legítimas, están ahí para ser cumplidas con eficacia y al mínimo coste

humano y material. No son puntos para iniciar una discusión.

En una organización jerarquizada como son las Fuerzas Armadas, se postula que el éxito

en el cumplimiento de sus misiones en época de paz, pero sobre todo en guerra, tiene

uno de sus fundamentos en la subordinación de gran parte del derecho y la libertad per-

sonal de cada combatiente individual al del grupo. El problema está en identificar con

claridad que derechos de la colectividad tienen preeminencia sobre los del individuo.

El dilema moral para el responsable del grupo: su jefe militar, es conjugar adecuada-

mente hechos que suelen entrar en conflicto. Por un lado, la responsabilidad por la vida

de sus soldados y por otro, la necesidad de cumplir la misión encomendada, lo que aca-

rreará muertes entre los soldados enemigos.

También puede haber un conflicto entre la lealtad a sus compañeros y el principio de

humanidad y en guerra, el militar profesional suele dar más prioridad a esa lealtad que al

principio de humanidad y las restricciones morales que conlleva.

Un elemento relativamente reciente y que también hay que considerar es el hecho de las

nuevas misiones que en el marco actual de las relaciones internacionales de seguridad

se encomiendan cada vez más a los militares, las denominadas «misiones humanitarias»,

«de mantenimiento de la paz» o similares. En estas acciones «cívico-militares» (24), el

uso de las armas no es determinante, pues en algunos casos incluso se prohíbe.

Los ejércitos de nuestros días tienen otras misiones no estrictamente militares, misiones

que son diferentes a la tradicional de combatir a otros ejércitos. Los riesgos y amenazas

a la seguridad global no son específicamente militares y la percepción de las mismas por

parte de la sociedad es mucho más intensa que la que se tiene ante la posible agresión

armada a las fronteras nacionales.

La consideración de esas nuevas misiones, en cuanto significa un nuevo re p l a n t e a m i e n-

to de la tradicional función guerrera del ejército, es pertinente, pues podría llegarse al caso

de que un militar no tuviera ningún re p a ro moral en considerar legitimadas sus actuacio-

nes en ciertas misiones, llamémoslas no armadas y en las que tiene mandatos muy re s-

trictivos sobre el empleo de las armas (exclusivamente defensa propia), y si tuviera esos

re p a ros cuando tuviera que emplear la violencia en las guerras tradicionales.

Este elemento también contribuye a la crisis en la identidad profesional del militar de

carrera, que en este mundo de la globalización deberá acostumbrarse al cambio perma-

nente de su «mentalidad militar». La que lleva implícito aceptar que hay unas misiones

— 17 —

(24) JAR COUSELO, G.: «Las misiones de las Fuerzas Armadas en el siglo XXI», Monografías del CESEDEN,

número 46, p. 139, Madrid, abril de 2001.

Page 15: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

no convencionales para las cuales, a lo peor, el militar no ha sido suficientemente pre-

parado. Sin duda, éste es un elemento más de ese concepto que desde los últimos años

del siglo XX se ha acuñado como «revolución de los asuntos militares» y que si es ver-

daderamente una revolución producirá cambios profundos en todas las estructuras a las

que afecte.

Todas estas consideraciones no pueden hacer que se pierda de vista el referente y la

especificidad de las Fuerzas Armadas: prepararse para llegado el caso hacer la guerra.

Conclusiones

Y se llega así, otra vez, a la guerra. El fenómeno bélico reclama ocupar su puesto cen-

tral y la reflexión tiene que volver a centrarse en la guerra a pesar de que en este fenó-

meno lo frecuente es que la emoción se introduzca en el discurso y enturbie el intento

de racionalización.

Cuando los militares hacen la guerra, matan y causan bajas al enemigo. Lo que se justi-

fica en la consecución por parte del Estado de un fin ideal, si ello permite conseguir un

bien superior al daño que se causa.

Como en muchos otros comportamientos, en la situación extrema que es guerra donde

se puede usar la violencia hasta la eliminación del adversario, legítimo no es lo mismo

que legal. Esto es lo establecido por ley y conforme a ella; legítimo, además de ser con-

forme a leyes, debe ser lo cierto, genuino y verdadero en cualquier línea.

Max Weber expresa que el Estado es quien monopoliza el «uso legítimo de la violencia»,

con lo que está indicando que la utilización de la fuerza no sólo debe estar basada en una

l e y, sino en una razón de ser. Además de su ajuste al Derecho, mediante la aplicación de

normas legales, los guerre ros han de basarse en principios, normas y valores morales,

que declarados explícitamente constituyen una garantía de sujeción al poder civil.

A veces se ha postulado que ciertas acciones ilegales pueden ser legítimas si se dirigen

a alcanzar principios fundamentales del Derecho Internacional, aunque para ello obvien

ciertas normas indicadas en ese mismo Derecho Internacional. No se debe olvidar que

la legitimidad es una noción multifacética conectada con el Derecho Internacional, la

política internacional, la ética internacional, la opinión pública y la idea de justicia.

A este respecto es muy interesante la corriente de pensamiento que plantea una «ética

internacional», una «ética mundial», a modo de valores morales que inspiren el derecho

que regula las relaciones entre las naciones y entre los que el respeto a la paz ocupa un

papel primordial.

Aunque es difícil plantear la discusión sobre la justicia o injusticia de la guerra si nos refe-

rimos a sus finalidades, algunos autores desde Maimónides y Santo Tomás o Vitoria y

Grocio hasta Walzer, mantienen el que se puede defender determinados valores a través

de la violencia, si el ejercicio de aquélla está sujeto a reglas coherentes con los valores

defendidos. En la búsqueda de la felicidad los humanos tienen que defender ciertos prin-

cipios, incluso con la guerra.

— 18 —

Page 16: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Hoy en día hay una corriente en el Derecho Internacional que justifica las intervenciones

armadas protectoras de los derechos humanos, algo así como una versión moderna de

la «guerra justa» que incluye en la legítima defensa la reivindicación de los derechos y la

reparación de las injusticias, siempre que haya «proporcionalidad» y que la intervención

sea necesaria, útil y segura ante violaciones extremas y gravísimas de los derechos

humanos.

Nos encontramos ante una especie de «guerra moral» emprendida en nombre de los

derechos humanos y sus caracteres de universalismo y prioridad en su protección, aun-

que no siempre aquellos que tenían la capacidad de intervenir para conseguir tan nobles

fines lo han hecho, puesto que a pesar de las informaciones de que disponían los occi-

dentales, en la primavera de 1994 dejaron que tuviera lugar el genocidio de cerca de un

millón de civiles tutsis.

Ahora bien, el que esa intervención sea de moralidad permisible no implica, la obligación

de que sea moralmente exigible, ya que los costes de la misma pueden ser mayores que

los beneficios probables y aún no existe en el Derecho Internacional doctrina sobre la

necesidad humanitaria irresistible.

Si se busca una razón moral en la conducta bélica del que hace de la guerra una profe-

sión, no se debe excluir el que la guerra misma responda a una razón moral. Pero la fun-

damentación moral última de la conducta bélica del combatiente reside en ella misma,

pues incluso aceptando la justicia y legitimidad moral de una guerra, las conductas que

los individuos desarrollan en ella, a lo peor no la tienen.

Por eso hay que analizar la cuestión desde una perspectiva que no pierda de vista la

ética y entonces se tratarán de encontrar pautas, directrices y principios de la tal «con-

ducta bélica del combatiente profesional». Aún más y como se ha dicho, también de su

comportamiento en la paz.

Una vez establecidos, y todo este trabajo solamente responde al intento de plantear los

problemas que su búsqueda enfoca, debería lograrse su conocimiento e interiorización

desde las academias y centros militares de enseñanza y formación.

— 19 —

Page 17: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

PERSPECTIVA DE LA APLICACIÓN DEL MODELO

EUROPEO DE DEFENSA EN LAS RELACIONES

DE SEGURIDAD EN EL CONO SUR DE AMÉRICA

Renato Valenzuela Ugarte

Contralmirante de la Armada de Chile (R).

Introducción

En Europa ha prevalecido la construcción de un sistema de seguridad colectiva para

afrentar amenazas comunes, primero por el escenario propio de la guerra fría; luego por

los sucesos relacionados con la primera guerra del Golfo; después por el resurgimiento

de los nacionalismos, principalmente por la amenaza que originó la desintegración de la

antigua Yugoslavia y finalmente; por la irrupción del terrorismo a gran escala y la res-

puesta generada por Estados Unidos para atacar a Irak y derrocar del poder a Sadam

Hussein.

En este contexto internacional, la realidad europea se vio seriamente afectada y la agen-

da de seguridad recobró alta prioridad para los actores políticos al constatarse la ines-

tabilidad para la condición de seguridad del Viejo Continente. Al enfrentar las nuevas

amenazas, que han tenido un carácter común se generaron riesgos bastantes similares

y pese a que los Estados manifestaron respuesta disímiles, la seguridad europea ha ido

logrando crear instrumentos y mecanismos colectivos para contrarrestarlas.

Cabe destacar que en Europa, uno de los principales pilares del nuevo modelo de segu-

ridad forjado a raíz del término de la guerra fría ha sido la Organización del Tratado del

Atlántico Norte (OTAN) que actuó como instrumento de la defensa en beneficio de la

seguridad tanto en la primera guerra del Golfo como durante los ataques a Kosovo en el

año 1999. Lo anterior ha cobrado gran relevancia este año cuando la Alianza Transa-

tlántica asumió gran parte de la responsabilidad en la estabilización de Afganistán.

En este artículo destacaremos que en Suramérica –y particularmente en el Cono Sur,

declarado zona de paz– hay una realidad muy diferente a la existente en Europa ya que

en nuestro subcontinente, a pesar de la inexistencias de guerras entre los Estados y sin

la amenaza terrorista de carácter transnacional que se manifiesta en Europa, se recono-

ce la validez de las antiguas amenazas, pero también se presta atención a las nuevas

amenazas y a otros desafíos y preocupaciones que los Estados deben enfrentar sur-

giendo la necesidad de repensar los modelos tradicionales de seguridad en que la res-

puesta incluya soluciones que transcienden al ámbito estrictamente militar.

En este trabajo destacaremos la arquitectura de seguridad en Suramérica y en este con-

texto recogeremos la conceptualización que hace la Conferencia Especial de Seguridad

de las Américas celebrada en México el año 2003, señalando los conflictos existentes

— 21 —

Page 18: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

como producto de las amenazas de carácter tradicional; también indicaremos la aten-

ción que se les debe prestar a las nuevas amenazas como asimismo, a las otras preo-

cupaciones y desafíos que concitan la atención de la agenda de seguridad subregional

para alcanzar mayores índices de bienestar y progreso en esta parte del continente.

El trabajo continuará con la propuesta internacional en que Chile está empeñado y que

viene desarrollando en las últimas décadas, tanto en lo que respecta a la relación con los

países de América como en el escenario internacional a fin de lograr una amplia y com-

pleta inserción en un mundo que avanza, cada vez más, en forma interdependiente.

Posteriormente, esbozaremos una propuesta para adoptar un modelo de seguridad

desde el Cono Sur que recoja las inquietudes, preocupaciones y otros desafíos de los

Estados de Suramérica.

Creemos firmemente que desde la defensa y la seguridad se puede contribuir significa-

tivamente a darle un nuevo impulso al proyecto de integración de Suramérica y en algu-

na medida emular el ejemplo de España que desde hace algunos años ha venido sien-

do uno de los países que ha liderado la Política Exterior de Seguridad Común (PESC) de

la Unión Europea, considerada hoy uno de sus tres pilares.

Evolución del concepto estratégico de la Unión Europea

En el Viejo Mundo, desde primero de enero de 2002, doce países disponen de un merc a-

do y una moneda únicos y desde entonces el debate prioritario de la Unión Europea ha

sido el disponer de una PESC a todos sus miembros. Esta realidad que se hace cada vez

más necesaria dado que su poderío, re q u i e re de una consistencia en política exterior más

definida como también de un instrumento de intervención política que sea realmente efi-

caz. Las sucesivas crisis de los Balcanes pusieron de manifiesto esta realidad (1).

Como lo señala Vicente Pérez Gil:

«La PESC es una estructura de cooperación en materia de asuntos exteriores crea-

da por los Estados miembros de la Unión Europea y jurídicamente diferenciada de

las Comunidades Europeas, pero vinculada como ellas al objetivo de la consecu-

ción de una Europa unida» (2).

Y en este sentido la PESC además de ser un instrumento para la cooperación contribu-

ye al fortalecimiento de la Unión Europea en el ámbito internacional.

Ya en el nuevo milenio, la Unión Europea parece dispuesta a adoptar un proceso de inte-

gración comunitario en el ámbito de la seguridad y la defensa, siguiendo la iniciativa que

— 22 —

(1) Desde la entrada en vigor del Tratado de Maastricht en noviembre de 1993 los Estados miembros de la

Unión Europea inscribieron el objetivo de la PESC; nuevas disposiciones fueron incluidas en el Tratado

de Ámsterdam en 1999. El Tratado de Niza de 2003 contiene nuevas disposiciones en torno a la PESC

v e r s u s PESC en: h t t p : / / w w w. c o n s i l i u m . e u r o p a . e u / s h o w P a g e . a s p ? l a n g = e s & i d = 2 4 8 & m o d e = g & n a m e = ,

fecha de consulta 20 de octubre de 2006.

(2) PÉREZ GIL, Luis V.: Supranacionalidad y cooperación en materias de política exterior y seguridad común

entre los Estados miembros de la Unión Europea, p. 19, Imprenta Grafiexpress, S. L., Santa Cruz de Tene-

rife (España), 2001.

Page 19: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

impulsara en 1954, y pese al fracaso de la Comunidad Europea de Defensa, en los últi-

mos 15 años ha modificado la institucionalidad instrumental para enfrentar los desafíos

del volátil escenario que perdura desde el término de la guerra fría. Como señala José

María Santé:

«Especialmente por la carencia en materias defensivas y de seguridad que las

sucesivas crisis de los Balcanes, y máxime si tenemos en cuenta que en un futuro

sin guerra fría, un enemigo, una amenaza o una crisis puedan no ser consideradas

tales por nuestro gran aliado, Estados Unidos» (3).

En este contexto, un hito significativo constituyó el acuerdo de enero de 1988 entre la Repú-

blica Federal de Alemania y Francia cuando se acordó formar una Brigada franco-alemana

lo que permitió en el año 1992 la creación de un Cuerpo de Ejército Europeo, también cono-

cido como Eurocuerpo, fuerza organizada con la participación de otros países euro p e o s .

Otro hito significativo ocurrió el 4 de septiembre de 1990 cuando los países miembros

de la Unión Europea Occidental (UEO) acordaron coordinar sus operaciones navales en

el golfo Pérsico a fin de reforzar el embargo internacional contra Irak (4).

En la Cumbre del Consejo del Atlántico del Norte, celebrado en Roma el 8 de noviembre

de 1991 se hace público el Nuevo Concepto Estratégico de la OTAN, mediante el cual se

cambia la constitución de la fuerza como también el objetivo de su empleo; por otra

parte, los sucesos del Golfo aceleraron los acuerdos políticos de la Unión Europea cul-

minando los esfuerzos integradores mediante la firma del Tratado de la Unión Europea,

más conocido como Tratado de Maastricht y que entró en vigor en noviembre de 1993.

La inestabilidad de los Balcanes, que dominó la preocupación del mundo hizo crisis en

1998 y entonces se inicia la acción militar de la OTAN el 23 de marzo de 1999, con lo

que se dio paso de la «diplomacia preventiva» de Boutros Boutros-Ghali a una «diplo-

macia coercitiva».

Después de marzo de 1999 emergió un nuevo sistema político y jurídico. En lo político

se ha fortalecido un bloque de características marcadamente monolíticas formado por

Estados Unidos, la Unión Europea y los países recientemente integrados a la OTAN; en

lo jurídico, con un marco de referencia que si bien es cierto tuvo su origen en las resolu-

ciones 1160 del Consejo de Seguridad de marzo de 1998 y la 1199 de septiembre de

1998, en estricto rigor carece de legalidad para respaldar el empleo de la fuerza.

La consecuencia inmediata para el sistema internacional fue que la OTAN emergió como

ó rgano no sólo militar, sino además político, con atribuciones para imponer el estableci-

miento de la paz, otrora responsabilidad exclusiva de Naciones Unidas lo que ha queda-

do re f rendado por la decisión de Washington cuando en la celebración del cincuentena-

rio de la Organización, justamente cuando se traspasaba el umbral del siglo, se acord a r a

un Nuevo Concepto Estratégico ampliando su área de responsabilidad hasta el Cáucaso

y Asia Central para ejecutar acciones como las desarrolladas en Bosnia y Kosovo.

— 23 —

(3) SANTÉ RODRÍGUEZ, J. M.: «Un concepto estratégico para la Unión Europea», Monografías del CESEDEN,

p. 21, Ministerio de Defensa de España, 2004.

(4) SANTÉ RODRÍGUEZ, J. M.: opus citada, p. 34.

Page 20: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

En la Cumbre de Helsinki del 11 de diciembre de 1999 se dota a la Unión Europa de

capacidades militares y de estructuras que le permitieran disponer de una capacidad

autónoma para iniciar y conducir operaciones de gestión de crisis y se define la creación

de una Fuerza de Respuesta Rápida con la intensión de contar con un ejército de hasta

15 brigadas para el año 2003 (5).

Sin embargo, fuera de Europa es la OTAN quien ha asumido crecientes compromisos en

la seguridad. En Afganistán, tomó la responsabilidad de la Fuerza Internacional (ISAF),

conformada por 32.000 efectivos de 37 potencias ocupantes autorizadas por la Organi-

zación de Naciones Unidas (ONU), para controlar las cuatro regiones geográficas en que

está dividido el país (6).

Según Alberto J. García, la seguridad europea está fundamentada en dos plataformas,

por un lado la Unión Europea con su pilar, la PESC y la UEO que le da el sustento y por

otro la OTAN. Ésta sería el núcleo de la segunda plataforma, el «trasatlántico» dentro del

cual se desarrolla la Identidad Europea de Seguridad y Defensa (IESD) (7).

Para Santé, la Unión Europea está fundada sobre tres pilares:

«Las Comunidades Europeas (primer pilar) y las formas intergubernamentales de

cooperación en la PESC (segundo pilar) y de cooperación en los ámbitos de la Jus-

ticia y de los Asuntos de Interior (tercer pilar)» (8), y más adelante agrega: «La PESC

abarcará todas las cuestiones relativas a la seguridad de la Unión Europea, inclui-

da la definición en el futuro de una política de defensa común que pudiera condu-

cir en su momento a una defensa común» (9).

Al observarse la arquitectura de seguridad que se ha venido construyendo en Europa,

surgen al menos tres elementos o hechos que nos parecen muy relevantes de señalar:

el primero es que a contar de firma del Tratado de Maastricht se produce una significa-

tiva transformación en la Unión Europea al institucionalizarse una PESC que le otorga a

esta asociación política un carácter no sólo económico sino además en el ámbito de la

seguridad, otrora responsabilidad de la OTAN; un segundo elemento necesario de des-

tacar es que España se ha constituido en un verdadero motor de esta PESC y tercero,

aunque en un nivel diferente, los países de la Unión Europea han debido desarrollar una

estructura de fuerza con unidades capaces de interoperar y actuar en forma separable,

pero no separada con respecto de la OTAN.

De este modo la arquitectura de seguridad que se ha venido desarrollando con la Unión

Europea, permite afrontar con la OTAN, tareas de seguridad en el marco de la defensa

colectiva que incluye operaciones fuera de su espacio geográfico y además, desarrollar

una capacidad para intervenir en misiones de paz y en la prevención de situaciones

de crisis.

— 24 —

(5) SANTÉ RODRÍGUEZ, J. M.: opus citada, p. 45.

(6) «Afganistán persiste sumido en el caos a cinco años de la invasión», Diario el Mercurio, p. A6, Santiago

de Chile, 7 de octubre de 2006.

(7) En: http://militar.org/sedeur.htm, fecha de consulta 25 de septiembre de 2006.

(8) SANTÉ RODRÍGUEZ, J. M.: opus citada, p. 35.

(9) SANTÉ RODRÍGUEZ, J. M.: opus citada, pp. 36-37.

Page 21: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

La arquitectura de seguridad en las Américas

La Organización de Estados Americanos (OEA)

La OEA, creada el 30 de abril de 1948 constituye un organismo regional en los términos

contemplados en el Capítulo VIII de la Carta de la ONU y sus propósitos son: afianzar la

paz y seguridad del continente; promover y consolidar la democracia representativa den-

tro del respeto al principio de no intervención; prevenir las posibles causas de dificulta-

des y asegurar la solución pacífica de controversias que surjan entre los Estados miem-

bros; organizar la acción solidaria de éstos en caso de agresión; procurar la solución de

los problemas políticos, jurídicos y económicos que se susciten entre ellos; promover,

por medio de la acción cooperativa, su desarrollo económico, social y cultural; erradicar

la pobreza crítica, que constituye un obstáculo al pleno desarrollo democrático de los

pueblos del hemisferio, y alcanzar una efectiva limitación de armamentos convenciona-

les que permita dedicar el mayor número de recursos al desarrollo económico y social

de los Estados miembros.

Sobre la base de los propósitos y principios enunciados, la OEA contribuye al manteni-

miento de la paz y seguridad internacionales, con especial énfasis en el continente ame-

ricano, se proyecta en las atribuciones del Consejo Permanente de la Organización, en

los mecanismos contemplados en el Tratado Americano de Soluciones Pacíficas y en los

establecidos en la Carta para la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exte-

riores, así como en el Tratado Interamericano sobre Asistencia Recíproca (TIAR).

La Carta de la OEA contempla también el funcionamiento de un Comité Consultivo de

Defensa que asesora al Órgano de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores en

problemas de colaboración militar que puedan suscitarse con motivo de la aplicación de

tratados especiales sobre seguridad colectiva, básicamente el TIAR, pero en la práctica,

este Comité Consultivo de Defensa nunca ha sido convocado ni se le ha encomendado

trabajo alguno estimándose que su trabajo podría ser realizado por la Junta Interameri-

cana de Defensa (10) que es un organismo militar interamericano, que presta apoyo

la OEA y a sus Estados miembros en servicios de asesoramiento técnico, consultivo y

educativo sobre temas relacionados con asuntos militares y de defensa en el hemisferio

para contribuir al cumplimiento de la Carta de esta Organización.

El sistema de la Carta de la OEA para afianzar la paz y la seguridad en el continente, se

fundamenta en que la seguridad colectiva se apoya en el principio de solidaridad que

supone que una amenaza a un Estado miembro debe producir el apoyo solidario del

resto.

Sin embargo, la tarea de la OEA vinculada al afianzamiento de la paz y de la seguridad

en el continente ha estado marcada por la evolución de las propias relaciones hemisfé-

ricas. Así, la primera etapa de la OEA coincide con una época en la que Estados Unidos,

por su propia dimensión, desarrolla una política destinada a expandir su poder en el

— 25 —

(10) FIGUEROA PLÁ, U.: Organismos internacionales: funcionamiento y actividades, p. 654, editorial Lexis Nexis

Conosur, Santiago de Chile, 2002.

Page 22: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

hemisferio. Por su parte, las naciones latinoamericanas se afanan en buscar mecanis-

mos destinados a limitar tal expansión (11).

A medida que América Latina toma conciencia de sus valores y de la importancia de la

acción conjunta, precisamente para convivir con Estados Unidos, empieza poco a poco a

usar la Organización como instrumento de equilibrio apoyado en el Derecho Intern a c i o n a l .

Éste es el momento en que se afirma la plena vigencia de los principios de no intervención

y de la proscripción del uso de la fuerza unidos a la instauración del sistema de seguridad

colectiva para el mantenimiento de la paz, el respeto de los tratados y el establecimiento

de mecanismos de consulta y de solución de controversias (12). Posteriormente y siguien-

do una tendencia mundial, los países latinoamericanos se esfuerzan por incorporar la coo-

peración económica y social al reconocer que la paz y el desarrollo son indivisibles (13).

La acción de la OEA, en los últimos años, y, en particular su relación con la ONU, ha esta-

do marcada por la defensa de la democracia al tenor de la resolución 1080. La mencio-

nada resolución de 1991 considera a la democracia como condición indispensable para

la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región (14) y ha sido utilizada en situaciones de

desmoronamiento institucional interno en Haití, Perú y Guatemala.

En lo que se refiere a la aplicación de medidas de fuerza y específicamente de aquellas

contempladas en el TIAR, cabe tener presente, a vía de ejemplo, que en mayo de 1982,

el Plenario de Cancilleres, reunido a petición del Estado argentino, en plena guerra de las

Malvinas, adoptó una resolución por la cual instaba a poner en funcionamiento los meca-

nismos previstos en el artículo 8 de dicho Tratado, pero dejando entregada, a cada Esta-

do miembro, la decisión de prestar a Argentina el apoyo que estimasen apropiado junto

con deplorar la actitud asumida por el Reino Unido. En la práctica, los mecanismos del

TIAR nunca se pusieron en funcionamiento lo que ha llevado a plantear la duda acerca

de la viabilidad de un mecanismo como el señalado con posterioridad al término de la

guerra fría y de la amenaza extracontinental que ella llevaba implícita.

Junta Interamericana de Defensa (JID)

La JID, desde su creación en el año 1942, hasta el 15 de marzo del año 2006, fecha en

que el Consejo Permanente de la OEA aprobó su condición de entidad de la OEA y su

nuevo Estatuto, se ha desempeñado como un órgano de asesoría a la OEA en cuestio-

nes de índole militar, actuando como entidad de planificación y preparación para la

defensa y seguridad del continente americano y su propósito consiste en prestar a

la OEA y a sus Estados miembros servicios de asesoramiento técnico, consultivo y edu-

cativo sobre temas relacionados con asuntos militares y de defensa en el hemisferio para

contribuir al cumplimiento de la Carta de la OEA (15).

— 26 —

(11) DA Z A VA L E N Z U E L A, P.: «Visión de la OEA», Revista Diplomacia, n ú m e ro 25, p. 20, Santiago de Chile, 1982.

(12) DA Z A VA L E N Z U E L A, P.: «Visión de la OEA», Revista Diplomacia, n ú m e ro 25, p. 20, Santiago de Chile, 1982.

(13) DA Z A VA L E N Z U E L A, P.: «Visión de la OEA», Revista Diplomacia, n ú m e ro 25, p. 20, Santiago de Chile, 1982.

(14) Resolución de la Asamblea General de la OEA número 1080, aprobada el 5 de junio de 1991 (Documento

XXI-0/91), en: h t t p : / / w w w. o a s . o r g / j u r i d i c o / s p a n i s h / R e s - 1 0 8 0 . h t m , fecha de consulta 7 de octubre de 2006.

(15) Artículo 2, inciso 1, Estatuto de la JID, marzo de 2006.

Page 23: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Actualmente la JID, concentra sus actividades en el Programa de Desminado, Asisten-

cia a Desastres e Informes sobre Medidas de Confianza y Seguridad, Educación para la

Paz, además de elaborar programas en materias de seguridad regional.

Las acciones se materializan a través del Consejo de Delegados, que constituye un foro

internacional de defensa y seguridad que representa los intereses de los países miem-

bros. También promueve los intereses relacionados con la cooperación en materias de

seguridad hemisférica. Cabe señalar que en el nuevo Estatuto no se ha establecido nin-

gún órgano con funciones permanentes de planeamiento de la defensa continental (16).

El TIAR

El TIAR, adoptado el 2 de septiembre de 1947, fue el primer Tratado de defensa colecti-

vo permanente en el que intervino Estados Unidos y sirvió como guía para otros acuer-

dos celebrados durante la guerra fría (17).

Distingue entre el ataque armado y otras formas de agresión, y entre la agresión que ocu-

rra dentro y fuera de una zona geográfica designada, especificando las respuestas

colectivas requeridas bajo las diversas circunstancias. Su creación obedeció a la nece-

sidad de rechazar cualquiera agresión proveniente de un país extracontinental y es un

acuerdo sobre seguridad colectiva continental basado en tres postulados básicos: pros-

cripción del uso de la fuerza, solución pacífica de controversias y defensa colectiva; a

nivel continental y bajo la dirección de Estados Unidos tiene como fin de prevenir, espe-

cialmente una agresión contra el hemisferio.

Ante situaciones que afecten a la seguridad, es el Órgano de Consulta del Sistema Inte-

ramericano (18) quien adoptará las medidas y acordará las de carácter colectivo que

convenga adoptar, lo anterior en la medida que el Consejo de Seguridad de la ONU

no haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad interna-

cionales (19).

De acuerdo al artículo 8 del TIAR, las medidas que el Órgano de Consulta acuerde, com-

prenden desde la ruptura de las relaciones diplomáticas hasta el empleo de la fuerza

armada. Las consultas a que se refiere el Tratado se realizarán por medio de la Reunión

de Ministros de Relaciones Exteriores de las Repúblicas Americanas que lo hayan ratifi-

cado, o en la forma o por el órgano que en lo futuro se acordare (20).

Para materializar las acciones, se debe dar cumplimiento al artículo 20 del TIAR, que

señala:

«Las decisiones que exijan la aplicación de las medidas mencionadas en el artícu-

lo 8 serán obligatorias para todos los Estados signatarios del presente Tratado que

— 27 —

(16) Ibídem, p. 15

(17) ATKINS, G. Pope.: América Latina en el sistema político internacional, p. 358, Biblioteca de Ciencias Polí-

ticas, tomo 3, editorial Gernika, México, 1979.

(18) Se refiere a las Reuniones de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores.

(19) En: http://www.oas.org/juridico/spanish/tratados/b-29.html, artículo 3 del TIAR.

(20) En: http://www.oas.org/juridico/spanish/tratados/b-29.html, artículo 11 del TIAR.

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lo hayan ratificado, con la sola excepción de que ningún Estado estará obligado a

emplear la fuerza sin su consentimiento. Como se ha mencionado, el TIAR se ori-

ginó para rechazar toda agresión proveniente de un país extracontinental. No creó

ni el Estado Mayor Conjunto ni otros cuerpos militares permanentes, tuvo alcance

geográfico acotado al continente americano.»

El TIAR se ha aplicado en varias oportunidades, siendo reconocidas en algunos casos

por su utilidad y valor, como también fuertemente cuestionadas sus acciones. Se puede

indicar que la mayoría de los casos en donde ha intervenido el TIAR, de una u otra mane-

ra han correspondido a disputas interamericanas y ninguna se ha relacionado con

hechos producidos fuera del rango de acción del TIAR (hemisferio). La excepción ha sido

el caso de las Malvinas.

En la mayoría de los casos, el Consejo de la OEA ha actuado como órgano de consulta

de acuerdo al artículo 12 del Tratado, que señala que es el Consejo Directivo de la Unión

Panamericana quien podrá actuar provisionalmente como órgano de consulta, en tanto

se reúna el Órgano de Consulta a que se refiere el artículo anterior. Ello se refiere a Reu-

nión de Ministros de Relaciones Exteriores de las Repúblicas Americanas que hayan rati-

ficado el Tratado.

Se convocaron en cuatro ocasiones Reuniones de Consulta de los Ministros de Relacio-

nes Exteriores convocándose a otras dos reuniones para considerar la eliminación de

sanciones adoptadas en reuniones anteriores. En cuanto a sanciones aplicadas, ello

ocurrió en cuatro oportunidades: contra la República Dominicana en el año 1960 y con-

tra Cuba en 1962, 1964 y 1967. En repetidas ocasiones las aplicaciones del Tratado de

Río, estuvieron estrechamente relacionadas con la intención de Estados Unidos de con-

vertir el Sistema Interamericano en una alianza anticomunista.

El Sistema Interamericano, no ha tenido la suficiente capacidad para solucionar diferen-

cias entre litigantes. La excepción podría ser en el caso del conflicto entre El Salvador y

Honduras, con ocasión de la llamada guerra del fútbol.

Este instrumento, no ha sido un buen aporte como mecanismo regional ante el surgi-

miento de las nuevas democracias y al cambio experimentado respecto a los nuevos sis-

temas de seguridad cooperativa. Tampoco ha sido un instrumento efectivo para conte-

ner a Estados Unidos que ha actuado de manera inconsulta en diferentes países de la

región, como por ejemplo, la invasión a Grenada en 1983, Honduras en 1988, Panamá

en 1989, entre otras.

Las diferentes transformaciones políticas, económicas y sociales que ha experimentado

el continente en las últimas décadas –transformaciones que incluso ha llevado a los paí-

ses a opciones o modelos ideológicos contrapuestos al sistema occidental– han soca-

vado la cohesión del Sistema Interamericano y, por ende, de sus instrumentos, en este

caso el TIAR (21).

— 28 —

(21) BULO, J.: Revista Política y Estrategia, número 5, pp. 65 y 66, editorial Universitaria, Santiago de Chile,

1989.

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El TIAR fue creado bajo una concepción mundial distinta a la que hoy vivimos. Las ame-

nazas asimétricas no se preveían; los Estados buscaban no verse nuevamente involu-

crados en conflictos de naturaleza mundial.

Mercado Común del Sur (Mercosur)

Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay suscribieron el 26 de marzo de 1991 el Tratado de

Asunción (22), creando el Mercosur, que constituye el proyecto de cooperación más rele-

vante en que están comprometidos estos países.

El objetivo principal del Mercosur es la integración de los Estados, a través de la libre cir-

culación de bienes, servicios y factores productivos, el establecimiento de un arancel

e x t e rno común y la adopción de una política comercial común la coordinación de políticas

macroeconómicas y sectoriales y la armonización de legislación en las áreas pertinentes

para lograr el fortalecimiento del proceso de integración y desde la Cumbre Presidencial

de Ouro Preto, de diciembre de 1994 (23), se establece la estructura institucional y se le

dota de personalidad jurídica internacional.

Otro hito de importancia para el Mercosur, lo constituyó la X Reunión de Interconsulta del

Consejo del Mercado Común en San Luis, Argentina el 25 de junio de 1996, oportunidad

en que se firmó el Protocolo de Adhesión de Chile y Bolivia.

En el contexto señalado, los Estados-Partes y Asociados han constituido el «Mecanismo

de Consulta y Concertación Política», en el cual se consensúan posiciones comunes en

materias de alcance subregional que superan lo estrictamente económico y comercial.

En efecto, por la «Declaración Política del Merc o s u r, Bolivia y Chile como zona de paz» (24)

firmada en Ushuaia el 24 de julio de 1998, los seis países manifiestan que la paz consti-

tuye el principal deseo de los pueblos, conforma la base del desarrollo de la humanidad

y representa la condición esencial para la existencia y continuidad del Mercosur como

también que, un sistema de seguridad eficaz constituye un elemento esencial para el

desarrollo de sus pueblos y en este mismo sentido, los gobiernos acordaron fortalecer

los mecanismos de consulta y de cooperación sobre temas de seguridad y defensa exis-

tentes entre sus miembros y promover su progresiva articulación así como avanzar en la

cooperación en el ámbito de las Medidas de Fomento de la Confianza y la Seguridad

promoviendo su implementación.

De este modo el Mercosur, que se constituyó en un comienzo en una Unión Aduanera,

recoge el reto y manifiesta la intención de constituirse en un foro para la seguridad desde

el Cono Sur aún cuando hasta la fecha no ha logrado concretar este objetivo, entre otros

motivos por carecer de la institucionalidad para ello.

— 29 —

(22) El texto completo del Tratado puede verse en: http://www.rau.edu.uy/mercosur/tratasp.htm, fecha de

consulta 10 de octubre de 2006.

(23) El Protocolo Adicional conocido como Protocolo de Ouro Preto puede verse en: http://www.mercosur-

c o m i s e c . g u b . u y / d o c u m e n t o s / d e c _ p re s / D e c l P re s i d e n c i a l e s / V I I c u m b re P t e M d i c 9 4 / O u r o 9 4 . h t m, fecha de

consulta 11 de octubre de 2006.

(24) La declaración del Mercosur como zona de paz puede verse en: http://www.oas.org/csh/spanish/c&tde-

claracmercosurzonapaz.asp, fecha de consulta 30 de septiembre de 2006.

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En el año 2003 se incorpora como miembro asociado el Perú; Colombia, Ecuador y

Venezuela lo hace el 2004; este último país, a partir del mes de julio de 2006, lo realiza

en calidad de miembro pleno.

Comunidad Andina de Naciones (CAN)

La CAN, tuvo su origen el 26 de mayo de 1969, cuando se suscribió en Bogotá por parte

de Colombia, Bolivia, Chile, Ecuador y Perú, el Acuerdo de Cartagena (Pacto Andino)

conocido también como Acuerdo de Integración Subregional (25).

En el año 1973 se incorpora al Pacto Andino la República de Venezuela. Posteriormen-

te, en 1976, se produce el retiro de Chile. Por el Protocolo Modificatorio del Acuerdo de

Integración Subregional Andino suscrito en Trujillo el 10 de marzo de 1996, el Pacto

Andino pasó a denominarse Comunidad Andina de Naciones. Su funcionamiento se ini-

ció en agosto de 1997. La primera reunión de este nuevo foro se produjo en Quito el 15

de enero de 1998 generándose una nueva institucionalidad.

La CAN sienta las bases fundamentales para la consolidación de las relaciones entre los

Estados miembros y adquiere un carácter político, a pesar de haberse iniciado como un

asunto de orden estrictamente comercial. Su evolución, ha experimentado un proceso

similar a la del Mercosur.

Ahora bien, en el aspecto de seguridad subregional, la CAN ha dado pasos más consis-

tentes que los efectuados por el Mercosur. En efecto, en la declaración política suscrita

por los Estados-Partes en Cartagena con fecha 28 de mayo de 2003, los países signa-

tarios se comprometen a establecer con la Unión Europea un conjunto de medidas en

materia de cooperación en la lucha contra las drogas ilícitas mediante el fortalecimiento

de los mecanismos para su combate. Asimismo el diseño de estrategias nacionales para

combatir la producción y el tráfico de los precursores y sustancias químicas utilizadas en

la fabricación de la droga.

En este mismo orden de ideas, la CAN por acuerdo del Consejo Andino de Ministros de

Relaciones Exteriores suscrito el 10 de julio de 2004, en la ciudad de Quito, aprueba los

lineamientos de una PESC andina (26). La Decisión 587, contiene los lineamientos de

una PESC andina, y fija sus objetivos, principios, fundamentos, criterios, mecanismos,

instrumentos y modalidad, así como una agenda para su implementación.

Entre los lineamientos que se señalan para dicha política se encuentran el de enfrentar

de manera cooperativa y coordinada las amenazas a la seguridad subregional; desarro-

llar y considerar una zona de seguridad subregional, como un área libre de armas nu-

c l e a res, químicas y biológicas, promoviendo mecanismos que aseguren la solución pacífica

de controversias, fomenten la confianza recíproca y contribuyan a superar los factores

susceptibles de generar controversias entre los países miembros.

— 30 —

(25) El texto original de Acuerdo de Cartagena puede verse en Revista Geosur editada por la Asociación

Suramericana de Estudios Geopolíticos e Internacionales, pp. 8-30, número 31, Montevideo (Uruguay),

marzo de 1982.

(26) La PSEC andina puede verse en: http://www.comunidadandina.org/normativa/dec/D587.htm, fecha de

consulta 29 de septiembre de 2006.

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Los principios de la política de seguridad consideran la preservación del Estado de Dere-

cho y otros tales como la abstención del uso o la amenaza del uso de la fuerza, en sus

relaciones recíprocas; la solución pacífica de las controversias; el respeto a la integridad

territorial y a la soberanía de cada uno de los países miembros; la no intervención en los

asuntos internos; el respeto al Derecho Internacional y a las obligaciones internaciona-

les; la observancia de los sistemas de seguridad colectiva de la ONU y de la OEA; la coo-

peración para el desarrollo y la seguridad; el fortalecimiento del proceso de integración;

la prohibición del desarrollo, la fabricación, posesión, despliegue y utilización de todo

tipo de armas de destrucción en masa, así como su tránsito por territorio de los países

miembros.

Un tercer mecanismo para promover la seguridad en la subregión andina, surge a raíz de

la Declaración del 12 de julio de 2004, también firmada en Quito, oportunidad en que los

presidentes de los Estados-Parte establecen una zona de paz en la subregión, señalan-

do las líneas directivas para la aplicación de la política de seguridad externa diseñada

por el instrumento referido en el párrafo precedente (Decisión 587). Esta política de segu-

ridad no ha sido puesta en práctica por los países integrantes de la CAN.

En abril de 2006, Venezuela anuncia su retiro de la CAN por discrepancias con Perú,

Ecuador y Colombia. El Gobierno de Venezuela no acepta que estos países suscriban un

Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. La decisión adoptada por el Gobierno

de ese país, ha puesto a prueba la consistencia de la CAN. Como contrapunto, cabe

señalar que desde septiembre de 2006 Chile ha pasado a formar parte de la CAN.

Los restantes miembros de la CAN, en una iniciativa impulsada por el presidente del

Perú, en el marco de la IV Cumbre de la Unión Europea con América Latina, realizada en

Viena en mayo de 2006, acordaron iniciar a partir de este mismo año, las negociaciones

para establecer un Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea.

La Comunidad Suramericana de Naciones (CSN)

El 8 de diciembre de 2004 en el marco del CLXXX aniversario de las batallas de Junín y

Ayacucho, doce presidentes de los países que conforman América del Sur, firmaron el

Acta Fundacional de la Comunidad Suramericana de Naciones, en Cuzco. La unión se

haya integrada por los bloques nacionales ya existentes: CAN, Mercosur, más Guyana y

Surinam, en tanto que Panamá y México asistieron en calidad de Estados observadores.

Dentro de las condiciones que motivaron su creación, se encuentran: la convergencia de

sus intereses políticos, económicos, sociales, culturales y de seguridad como un factor

potencial de fortalecimiento y desarrollo de sus capacidades internas para su mejor

inserción internacional.

En este contexto, debe considerarse que asumieron compromisos tales como su identi-

ficación con los valores de la paz y la seguridad internacionales, a partir de la afirmación

de la vigencia del Derecho Internacional y de un multilateralismo renovado y democráti-

co que integre decididamente y de manera eficaz el desarrollo económico y social en la

agenda mundial; la común pertenencia a sistemas democráticos de gobierno y a una

concepción de la gobernabilidad; su determinación de desarrollar un espacio surameri-

— 31 —

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cano integrado en lo político, social, económico, ambiental y de infraestructura, que for-

talezca la identidad propia de América del Sur.

La integración física, energética y de comunicaciones en Suramérica sobre la base de la

profundización de las experiencias bilaterales, regionales y subregionales existentes, con

la consideración de mecanismos financieros innovadores y las propuestas sectoriales en

curso, habrán de permitir una mejor realización de inversiones en infraestructura física

para la región.

La II Cumbre Presidencial de la CSN que se debía realizar el 8 y 9 de diciembre de 2006

se efectuó en Cochabamba, y no en Santa Cruz como estaba anunciado; dicho cambio

obedeció a razones de orden interno que adujo el presidente de Bolivia, Evo Morales.

La Conferencia Especial de Seguridad de las Américas

Uno de los acontecimientos más destacados en el ámbito de las relaciones internacio-

nales de la última década en las Américas ha sido la celebración de la Conferencia Espe-

cial sobre Seguridad, desarrollada por la OEA, en México en octubre de 2003, oportuni-

dad en que los Estados miembros de las Américas, se comprometieron a promover y

fortalecer la paz y la seguridad en el hemisferio.

La Declaración sobre Seguridad en las Américas es una explicitación de principios, valo-

res y enfoques compartidos por las Partes, y asimismo es una manifestación de com-

promisos y acciones de cooperación. Esta Declaración manifiesta la voluntad de avan-

zar en la institucionalización de un esquema de seguridad, basado en la OEA y en sus

organización; asimismo que la Comisión de Seguridad Hemisférica se reúne como «Foro

para las Medidas de Fomento de la Confianza y la Seguridad» a efectos de revisar y eva-

luar las medidas de fomento de la confianza y seguridad existente.

La Declaración sobre la Seguridad en las Américas define los lineamientos de la arqui-

tectura de seguridad en la región, señalando que dicha condición es de alcance multidi-

mensional, incluye a las amenazas tradicionales y a las nuevas como también a otras

preocupaciones y desafíos, incorporando las prioridades de cada Estado y que los enfo-

ques tradicionales deben ampliarse para abarcar amenazas nuevas y no tradicionales,

que incluyan aspectos políticos, económicos, sociales, de salud y ambientales.

Tal como se constató en la última Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas (27),

los países del hemisferio tienen intereses generales comunes en materias de seguridad

y defensa, pero al mismo tiempo, cada país y cada subregión enfrentan desafíos que le

son propios y requieren de enfoques e instrumentos específicos para resolverlos.

La Asamblea General de la OEA, celebrada el 8 de junio de 2004 también reconoció la

importancia de los resultados emanados de la Conferencia Especial sobre Seguridad,

especialmente en lo referido al nuevo enfoque de la seguridad:

— 32 —

(27) VI Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, Quito (Ecuador), 16-29 de noviembre de 2004,

en: http://www.icj.org/IMG/pdf/MoDdec.pdf, fecha de consulta, 3 de octubre de 2006.

Page 29: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

«Una nueva concepción de la seguridad en el hemisferio, es de alcance multidi-

mensional, que incluye las amenazas tradicionales y las nuevas amenazas, preocu-

paciones y otros desafíos a la seguridad de los Estados del hemisferio e incorpora

las prioridades de cada Estado» (28).

El Plenario de la Asamblea de la OEA no sólo reconoce enfoques frescos sobre seguri-

dad, sino también resuelve entre otras materias al instar a todos los Estados miembros

a implementar la Declaración de México con miras a consolidar la paz, la estabilidad y la

seguridad en el hemisferio y solicitar al Consejo Permanente que, a través de la Comi-

sión de Seguridad Hemisférica, la coordinación de la cooperación entre los órganos,

organismos, entidades y mecanismos de la OEA relacionados con los diversos aspectos

de la seguridad y defensa en el hemisferio.

No es un tema menor el hecho que el Plenario de la Asamblea haya indicado que la

Comisión de Seguridad continúe el proceso de examen y evaluación del TIAR y del Tra-

tado Americano de Soluciones Pacíficas (Pacto de Bogotá), así como de otros instru-

mentos hemisféricos vigentes en materia de seguridad colectiva y solución pacífica de

controversias, teniendo en cuenta las realidades de la seguridad en el hemisferio y la

naturaleza distinta de las amenazas tradicionales y no tradicionales a la seguridad, así

como los mecanismos de cooperación para hacerles frente.

Escenario que la seguridad encuentra en Suramérica

Análisis global de conflictos que representan

amenazas tradicionales en Suramérica

En Suramérica persisten una cantidad significativa de conflictos de carácter limítrofe

tales como el que afecta a Colombia y Nicaragua por la delimitación marítima en el Cari-

be; el existente entre Venezuela y Colombia por la disputa de orden territorial en relación

al dominio de la cuenca petrolera y control del lago Maracaibo; el que involucra a Vene-

zuela, Guyana y Gran Bretaña donde se argumenta que la línea demarcatoria no se

encuentra claramente definida y otros que se explicarán más detalladamente por afectar

a Chile.

CONFLICTO PERÚ-ECUADOR

Los actores principales son Ecuador y Perú y como actores secundarios son los países

garantes del Protocolo de Río de Janeiro (Estados Unidos, Argentina, Brasil y Chile).

El conflicto surge en la época en que en Hispanoamérica las antiguas colonias se inde-

pendizan de España y se producen enfrentamientos ocurridos justo al nacer ambas

Repúblicas. En los últimos 65 años, ambas naciones han mantenido roces produciéndo-

se enfrentamientos armados. En el año 1941, después de interminables conatos de

acciones bélicas y negociaciones a nivel bilateral se produce una guerra a la que se pone

— 33 —

(28) En: http://www.oas.org/xxxivga/spanish/docs_approved/agdoc4360_04corr2.pdf. p. 101, fecha de con-

sulta 7 de octubre de 2006.

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término por el Tratado de Talara, firmándose al año siguiente el Protocolo de Paz y Amis-

tad, llamado también Tratado de Río de Janeiro, que consideró el nombramiento de una

comisión de peritos para delimitar la frontera común.

El trabajo de los peritos no pudo concluir porque los referentes geográficos considera-

dos no se podían identificar por existir serias discrepancias entre la realidad geográfica

y la cartografía. Entre el año 1949 y hasta 1980 no hubo grandes avances a pesar de

numerosos intentos de las Partes hasta que en los primeros meses de 1981 se produjo

un importante enfrentamiento que reavivó el diferendo, pero sin que se registraran mayo-

res repercusiones gracias a la intervención de los países garantes.

La situación más crítica entre Perú y Ecuador, se produjo entre el 14 de diciembre de

1994 y el 17 de febrero de 1995 con participación de medios terrestres y aéreos en la

zona de la cordillera del Cóndor.

El Perú señala que no es posible modificar los límites por cuanto están vigentes distin-

tos instrumentos de carácter jurídico, mantiene bajo su soberanía la región amazónica en

disputa y le niega a Ecuador la aspiración a ser un país de carácter amazónico.

Cuando se puso término al último enfrentamiento bélico, ambos Gobiernos firmaron la

Declaración de Paz de Itamary y aceptaron el envío de una misión de observadores de

los países garantes del Protocolo de Río (Estados Unidos, Argentina, Brasil y Chile).

Otras medidas tomadas al amparo de los países garantes (29) han logrado disminuir la

tensión y evitar la repetición de nuevos enfrentamientos.

CONFLICTO CHILE-BOLIVIA

En virtud del Tratado de Paz, Amistad y Comercio de 1904 quedaron reconocidos a per-

petuidad para Chile los territorios ocupados por éste en la guerra de 1879. Chile se com-

prometió a construir a su costa un ferrocarril entre Arica y La Paz y asumió otras obliga-

ciones pecuniarias por la construcción de líneas ferroviarias interiores de Bolivia por la

suma de 595.000 libras esterlinas. Además entregó 300.000 libras esterlinas en efectivo.

A raíz de lo estipulado en este Tratado, Chile canceló créditos reconocidos por Bolivia a

empresas mineras particulares por 4,5 millones de pesos oro de 18 peniques y otras

deudas por dos millones de pesos oro. Asimismo, reconoció a favor de Bolivia, y a per-

petuidad, el más amplio y libre derecho de tránsito comercial por su territorio y puertos

del Pacífico (30).

Durante la negociación del Tratado y los años inmediatamente posteriores, la solución

negociada contó con un fuerte respaldo en Bolivia (31) y sólo bajo el gobierno de Villa-

zón se inicia el interés de Bolivia por Tacna y Arica, debido a que dichos territorios se

— 34 —

(29) Para ver las medidas adoptadas al amparo de los países garantes en CHEYRE, J. E.: Medidas de Con-

fianza Mutua, pp. 42-44, Centro de Estudio de Investigaciones Militares, Santiago de Chile, 2000.

(30) HARRIS FERNÁNDEZ, J.: Derecho Internacional Marítimo, Documentos, pp. 130-135, Imprenta de la Aca-

demia de Guerra Naval, Valparaíso (Chile), 1996.

(31) FIGUEROA PLA, U.: La demanda marítima boliviana en los foros internacionales, p. 17, editorial Andrés

Bello, Santiago de Chile, 1992.

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encontraban en una condición incierta porque la definición de su soberanía entre Chile y

Perú había quedado pospuesta por el Tratado de 1883 (32).

La situación incierta en que quedó Tacna y Arica después del Tratado de 1883 va a ser

para Bolivia un objetivo político e insistirá en recuperar un acceso al Pacífico. Después

del Tratado de 1929 de Chile con Perú, cuando el territorio de Tacna quedó bajo el domi-

nio de ese país, surgirá en varios momentos la idea de un posible corredor por el norte

de Arica como eventual acceso marítimo.

En el año 1936, en la Conferencia de Consolidación de la Paz en que Bolivia y Paraguay

firmaron la paz, y Bolivia cedía como resultado de la guerra del Chaco 215.000 kilóme-

tros cuadrados, el canciller boliviano se refirió al problema marítimo y pidió el interés del

continente sobre su situación.

Después de la Segunda Guerra Mundial, en muchas oportunidades los gobernantes o

sus enviados han conversado bilateralmente acerca de alternativas e ideas para satisfa-

cer la demanda boliviana de un acceso al Pacífico, pero han sido realmente en cuatro

oportunidades en las que seriamente se ha abordado el tema; ello ocurrió en los años

1950, 1976, 1985 y 2002 como se indica.

En 1950 durante el gobierno del presidente Gabriel González Videla hubo conversacio-

nes formales, con el acuerdo de mantenerlas a nivel reservado mientras éstas no madu-

raran. El Gobierno de Chile ofreció a Bolivia, al norte de Arica, una faja de terreno del 10

kilómetros contigua a la frontera peruana. A cambio de ello, Chile podría utilizar las aguas

del lago Titicaca para generar energía hidroeléctrica y para regadío beneficiando a Tara-

pacá y Antofagasta. Las gestiones se vieron frustradas al hacerlas públicas el presiden-

te Truman el que había sido consultado acerca del financiamiento de tales obras.

Durante el gobierno de Augusto Pinochet (1976) ha sido la negociación que más próxi-

ma estuvo para materializar el anhelo boliviano ya que hubo un ofrecimiento formal. Esta

negociación se frustró, primero y principalmente, por la negativa indirecta de Perú para

ceder territorios que fueron peruanos antes de la guerra y, por parte de Chile, el no haber

llegado a un acuerdo en materia de compensaciones. Al fracasar el esfuerzo negociador,

hubo una fuerte reacción boliviana en contra de Chile en circunstancias que la negativa

formal vino del Perú (33).

En el año 1985, Víctor Paz al llegar a la Presidencia boliviana se pronunció a favor de

un «enfoque fresco» en las relaciones bilaterales primando la cooperación económica

con Chile. El tema marítimo debía ser resuelto como efecto de una creciente re l a c i ó n

de intereses y ante el ambiente propicio, el gobierno de Augusto Pinochet re s p o n d i ó

favorablemente y se configuró un proceso de acercamiento, primero, con contactos

— 35 —

(32) Después de la guerra del Pacífico que ocurrió entre Chile, Bolivia y Perú, se restableció la paz con Perú

por el medio de un tratado firmado en Lima el año 1883; posteriormente en 1929 se firmó con Perú un

nuevo tratado para resolver la soberanía de las ciudades de Tacna y de Arica.

(33) Un contrapunto muy interesante para ver las versiones chilenas y boliviana relativas al asunto entre

estos dos países véase en: MAIRA, L. y MURILLO DE LA ROCHA: El largo conflicto entre Chile y Bolivia, dos

visiones, Aguilar Chilena de ediciones, 196 páginas, Santiago de Chile, 2004.

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exploratorios informales y, segundo, con la consideración de una agenda para mejorar

las vinculaciones económicas, comerciales, culturales y de tránsito de Bolivia por terri-

torio chileno.

Para Bolivia cuatro meses de conversaciones acerca de cooperación eran suficientes

para dar paso ahora al inicio de las negociaciones de fondo y reinicia su ofensiva para

multilaterlizar su mediterraneidad logrando que en la Asamblea de la OEA del año 1986

obtuviera una resolución en la cual se formulaban votos por el éxito del proceso.

Representantes de Chile se reunieron con los de Bolivia el 21 y 23 de abril de 1987 en

Montevideo para escuchar el planteamiento marítimo boliviano y Bolivia sometió a la

consideración de Chile dos alternativas; en la primera Chile cedería a Bolivia una franja

territorial al norte de Arica con costa propia, soberana y útil. En materia de compensa-

ciones, esta alternativa consideraba comisiones mixtas que estudiarían el aprovecha-

miento racional de los recursos hídricos, energéticos, minerales y agropecuarios exis-

tentes. No hubo nada concreto en compensaciones.

Una segunda alternativa trataba de un enclave territorial unido a Bolivia por vías férreas,

carreteras y poliductos cuyo uso sería acordado a favor de Bolivia. Este enclave podría

estar ubicado en la Caleta de Camarones (1.680 kilómetros cuadrados); Tocopilla (1.238

kilómetros cuadrados) o en la Caleta de Michilla (Mejillones con 1.500 kilómetros cua-

drados). En las negociaciones no se llegó a un acuerdo.

En años más recientes y según relata el ex ministro de Defensa de Chile ex cónsul gene-

ral en La Paz, Edmundo Pérez Yoma (34), a contar del año 2001 Chile y Bolivia estuvie-

ron a punto de ponerse de acuerdo para comenzar a mirar el futuro y las desconfianzas

parecieron disiparse luego de décadas de desencuentro. En su relato el ex cónsul gene-

ral en La Paz asegura que el acuerdo incluía las facilidades necesarias para que Bolivia

exportara libremente por territorio chileno petróleo, gas y sus derivados recibiendo por

un periodo de 50 años prorrogables una superficie de 600 hectáreas ampliables de

común acuerdo a las necesidades sin recibir nada a cambio. Pérez Yoma relata que razo-

nes de política interna de Bolivia impidieron llegar a un acuerdo.

Durante el último año, los gobiernos de la presidenta Bachelet y del presidente Morales

han iniciados conversaciones a fin de seguir avanzado en todos los temas atingentes a

la relación chileno-boliviana.

CONFLICTO LIMÍTROFE CHILENO-ARGENTINO

Los orígenes de este conflicto se remontan al año 1881 con motivo del tratado celebra-

do entre Chile y Argentina en que se acuerda el límite continental hasta el paralelo 52º

de latitud sur siguiendo las altas cumbres de la cordillera de los Andes que dividen las

aguas (35). El Tratado de 1881, no se pudo cumplir a cabalidad debido a la difícil geo-

grafía y al hecho que no siempre la existencia de las más altas cumbres coincidía con la

división de las aguas (hacia el Pacífico o hacia el Atlántico).

— 36 —

(34) PÉREZ YOMA, E.: Una misión, las trampas de la relación chileno-boliviana, Random House Mondadori, 185

páginas, Santiago de Chile, 2004.

(35) El texto del Tratado puede verse en: Jaime Harris, 1996.

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En el año 1902 se recurrió al arbitraje de la Corona británica quien estableció a través de

un laudo arbitral una línea limítrofe que seguía parcialmente la divisoria de aguas locales

y en parte la línea divisora continental, pasando por algunos lagos y cuencas hidrográfi-

cas. Por dificultades, climáticas e inexistencia de cartografía adecuada, el trazado no

pudo ser completado y faltó delimitar el sector entre el hito número 62 y el monte Fitz

Roy, área que incluye Laguna del Desierto.

Más tarde en el año 1941, mediante una comisión binacional se intentó definir la situa-

ción pendiente en la zona continental, sin que se llegara a ningún resultado hasta que en

1965, con motivo de un grave incidente en Laguna del Desierto fue muerto un teniente

de carabineros de Chile y:

«Ante la gravedad de los hechos ambos Gobiernos acordaron congelar la situación

en la zona de límites en la zona y retirar en forma permanente las respectivas fuer-

zas a 40 kilómetros a ambos lados se la zona fronteriza, medida que sólo fue cum-

plida por Chile, ya que Argentina, lejos de retirar sus tropas, las aumentó» (36).

Más al Sur, en la zona insular, a contar de 1904 Argentina comenzó a plantear la tesis de

que el eje del canal Beagle pasaba al sur de las islas Picton, Lennox y Nueva reclamán-

dolas para sí. Sucesivos intentos para someter el diferendo al arbitraje de Su Majestad

Británica, o al del procurador general de Estados Unidos fracasan por la negativa de

Argentina. Tras múltiples negociaciones el 22 de julio de 1971, Argentina acepta una ini-

ciativa de Chile y por medio de un acuerdo de arbitraje ambos Estados aceptaron la

constitución de una corte formada por cinco jueces de la Corte Internacional de Justicia

de La Haya para que tratara el tema de las diferencias en el canal Beagle, cuya decisión

sería definitiva y sólo debía ser sancionada por el Gobierno británico.

El 2 de mayo de 1977 el Gobierno británico comunicó el fallo arbitral, éste determinaba

que el eje del canal Beagle corría al norte de las islas en disputa y decretaba que las islas

Picto, Lennox y Nueva pertenecían a Chile. Ese mismo día Chile expresó que acataba el

fallo. Después de varios meses de dilación, el 25 de enero de 1978, el Gobierno de

Argentina declaró «insanablemente nulo» el fallo y comenzó una intensa preparación

de sus Fuerzas Armadas y un continuo hostigamiento hacia Chile en la región austral.

Durante el año 1978 la crisis entre Argentina y Chile en la zona austral tiene diversos

periodos de escalada siendo su punto más alto el 22 de diciembre, cuando se estuvo a

punto de alcanzar el nivel de no retorno. Sólo se logró la distensión, cuando el esfuerzo

disuasivo de Chile contuvo la ofensiva de Argentina y la diplomacia logró la intervención

de la Santa Sede para que mediara.

En enero de 1979, re p resentantes de los dos países reunidos en la ciudad de Montevideo,

solicitan al Papa Juan Pablo II para que medie en el conflicto, iniciándose un largo pro-

ceso que sólo culmina –y después de haber ocurrido la derrota ante Gran Bretaña por las

islas Malvinas– en 1984 con la firma del Tratado de Paz y Amistad entre los dos países.

El resultado de la mediación papal, dejó la totalidad de las Islas en disputa para Chile,

pero otorgó a Argentina soberanía en la boca oriental del estrecho de Magallanes y en

— 37 —

(36) CHEYRE, J. E.: opus citada, p. 31.

Page 34: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

partes de la zona marítima adyacentes a las Islas en disputa como también, le entregó a

Argentina acceso de navegación, bajo ciertas condiciones, en algunos canales del terri-

torio chileno.

Durante los gobiernos de los presidentes Alwyn y Menem, sin que se hubieran pro d u c i-

d o s incidentes en la zona continental o insular, Argentina y Chile deciden dar solución a

los 24 puntos que estaban pendientes y en 1991, se concreta un acuerdo para 22 de

los puntos quedando pendientes de solucionar el caso de Laguna del Desierto y el

de los Campos de Hielo.

Con respecto a la delimitación en Laguna del Desierto, Chile aceptó el arbitraje de un tri-

bunal latinoamericano, el cual por fallo definitivo de 22 de octubre de 1994, entregó a

Argentina la totalidad del territorio en disputa entre el hito número 62 y el monte Firz Roy.

En los Campos de Hielo, referente al tramo limítrofe comprendido entre el monte Fitz Roy

y el cerro Duet, que correspondía al único asunto pendiente, los Gobiernos de ambos

países no lograron establecer una línea poligonal única para la totalidad del sector,

lográndose un entendimiento sólo en el sector sur quedando sin acuerdo el sector norte

de Campos de Hielo Sur, que se delimitaría mediante el trabajo de una comisión bina-

cional cuando se haya completado los trabajos cartográficos del sector.

Este año, medios de prensas chilenos y argentinos dieron a conocer que Argentina había

roto el acuerdo de 1999 al reclamar para sí los territorios que estaban en disputa al

haberse hecho pública cartografía oficial de la república Argentina.

CONFLICTO CHILENO-PERUANO

La delimitación del territorio nacional con Perú quedó completamente establecida por el

Tratado de 1929 faltando solamente la entrega de un muelle construido para el servicio

del Perú en conformidad artículo quinto de dicho Tratado. El compromiso que indica el

artículo quinto del Tratado de 1929 fue finiquitado en diciembre de 1999 mediante la

firma del Acta de Ejecución del Tratado de Lima del 3 de junio de 1929, acta que no

expresó un desacuerdo por parte de Perú con materias de orden limítrofes.

Pese a que desde hace algún tiempo diversos sectores de Perú venían señalando la

necesidad de delimitar los espacios marítimos con Chile, recientemente en el año 2002

esta idea tomó fuerza en sectores oficiales tanto por declaraciones efectuadas por auto-

ridades de Gobierno como por lo establecido en el Libro de Defensa Nacional publicado

últimamente (37).

Con motivo de la visita que hiciera a Chile el presidente Toledo a fines de agosto del año

2003, el diario El Comercio de Lima en su edición del 19 de ese mes señalaba que el pri-

mer mandatario de Perú trataría con el de Chile el tema de la delimitación marítima que

estaba pendiente y que de esta manera se eliminaría la posibilidad de una guerra con

nuestro país.

— 38 —

(37) En el Libro de la Defensa del Perú se relata detalladamente la controversia sobre la delimitación maríti-

ma con Chile desde la perspectiva de dicho país en: http://www.mindef.gob.pe/lb_2005/index.htm, pp.

36 a 39, fecha de consulta 20 de octubre de 2006.

Page 35: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

También en forma bastante reciente, en octubre de 2004 el almirante Palacios, ex

comandante general de la Marina de Guerra, señalaba la necesidad de que el Perú rati-

ficara la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar para así poder impe-

trar los derechos marítimos en el diferendo con Chile.

Con respecto a la delimitación marítima entre Chile y Perú, cabe señalar que ambos

países tienen firmados tres acuerdos de carácter histórico (38) en que señalan que el

límite marítimo entre ambos países es el paralelo que pasa por el hito número 1. El pri-

mer instrumento jurídico corresponde a la declaración tripartita de Chile Perú y Ecua-

dor firmada el 18 de agosto de 1952 por los re p resentantes de los tres países para la

p rotección, hasta las 200 millas, de lo que hoy denominamos zona económica exclu-

siva; el segundo instrumento data de 1954, es extremadamente explícito y fue cre a d o

para evitar la violación al límite marítimo por parte de pesqueros y se denomina C o n-

venio sobre Zona Especial Fronteriza que en su artículo primero establece una zona

especial a partir de las 12 millas marinas de la costa, de 10 millas de ancho a cada

lado del paralelo que constituye el límite marítimo entre los dos países; el tercer ins-

trumento es de 1969 y se denomina Acta de Comisión chileno-peruana encargada de

verificar la posición del hito número 1 y señalar el límite marítimo y que en su inciso

i n t roductorio señala que el objeto del trabajo es verificar la posición primigenia del hito

n ú m e ro 1 de la frontera común y de fijar los puntos de ubicación de las marcas de enfi-

lación que han acordado instalar para señalar el límite marítimo y materializar el para-

lelo que pasa por el citado hito.

Cabe señalar que la posición argumental de Chile es coincidente con lo señalado por la

Convención de Naciones Unidas del Derecho del Mar de 1982. En efecto la Convención

reconoce los derechos históricos (39) y no la línea de la equidistancia como sostiene

Perú. En este caso, Chile y Perú por más de 50 años han respetado el límite marítimo

que pasa por el paralelo del hito terrestre número 1. Este antecedente histórico está res-

paldado por centenares de hechos de distintas relevancia en los cuales naves pesque-

ras, que han transgredido las facilidades acordadas para la zona marítima fronteriza, han

sido sancionadas por las autoridades judiciales chilenas conforme a Derecho, acto

amparado por la propia Convención de Naciones Unidas.

Durante la presidencia de Alan García en el Perú, este mandatario ha optado por privile-

giar los acuerdos de cooperación con Chile y dejar pendiente la demanda de la revisión

de la delimitación marítima (40).

— 39 —

(38) Los tres acuerdos pueden verse en: Jaime Harris, 1996.

(39) En su parte pertinente la Convención del Derecho del Mar establece que la línea de la equidistancia no

será aplicable...: «... No obstante esta disposición no será aplicable cuando por la existencia de dere-

chos históricos o por otras circunstancias especiales sea necesario delimitar el mar territorial de ambos

Estados en otra forma», en: Jaime Harris, p. 208, 1996.

(40) El ex canciller del gobierno de Toledo, Carlos Ferrero, periodistas y otros líderes de opinión llaman la

atención a la opinión pública peruana sobre los intentos hegemónicos de Chile y piden la intervención

del Congreso para que ese país no firme un Acuerdo de Complementación Económico sin antes resol-

ver la controversia marítima, en: http://www.cpnradio.com.pe/html/2006/10/04/6/17.htm y también en

http://www.rpp.com.pe/portada/economia/51595_1.php, fecha de consulta 6 de octubre.

Page 36: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Las nuevas amenazas como fuentes de conflictos no tradicionales

Las percepciones de los países suramericanos sobre las potenciales nuevas amenazas

tienden a variar y dependen en gran medida de los temas que priorizan las respectivas

agendas de seguridad interna. La pobreza es un flagelo común a todos los países de la

región, pero afecta en distinta medida a la marginación social y las respuestas son dadas

en forma independiente por los países que la sufren a través de mecanismos y solucio-

nes manifestadas en políticas públicas (41).

El terrorismo no está generalizado en la región y no puede ser considerado como una

amenaza común a la totalidad del territorio. Sin embargo, la situación interna en Colom-

bia es considerada como una de las mayores preocupaciones en el continente, no sólo

por su condición interna sino también porque a algunos países les preocupa la transna-

cionalización de los actores que participan. Venezuela ha visto afectada la relación bila-

teral por los intentos de los grupos subversivos colombianos de establecer vínculos en

el país (42). El conflicto se encuentra en pleno desarrollo aunque durante la administra-

ción del presidente Uribe se han logrado éxitos estratégicos y políticos de envergadura,

pero sigue siendo una preocupación regional.

Los Gobiernos de la Triple Frontera, Argentina, Paraguay (43) y Brasil han estado desde

un tiempo preocupados por el contrabando de armas y de drogas, falsificación de docu-

mentos, lavado de dinero, y la fabricación y transporte en el contrabando de mercade-

rías a través de esa región. A comienzos de los años noventa, los Gobiernos de estos

países establecieron un mecanismo para enfrentar estas actividades ilícitas y en el año

2002, por invitación de ellos se les unió Estados Unidos y se formó el Grupo 3+1 para la

seguridad en la Triple Frontera. La mayor preocupación de Estados Unidos es que Hez-

bolá y Hamás estuvieran reuniendo fondos entre comunidades musulmanas de la región

y en cualquier otro territorio de los tres países, aún cuando no ha habido información

comprobada de que éstos u otros grupos extremistas islámicos tuvieran una presencia

operacional en el área.

Además de las amenazas de transnacionales hay otros riesgos y desafíos que afectan a

la seguridad de Suramérica tales como la fragilidad de los gobiernos democráticos, los

abusos de los derechos humanos, los desastres naturales y la degradación del medio

ambiente, como asimismo la inestabilidad económica, la corrupción y enfermedades

como el sida. Muchos de estos riesgos y amenazas a pesar de ser comunes no siempre

requieren una respuesta colectiva y un instrumento formal de seguridad para contener-

las, pero en todo caso es indispensable, en mucho de los casos, contar con un alto

grado de cooperación entre las partes.

— 40 —

(41) Las graves desigualdades que presenta la región han hecho de América Latina el continente menos

equitativo del mundo, en: CLAUDIO Y ÁLVAREZ, D.: «América Latina, ¿América Latina en la encrucijada?»,

Revista Nueva Sociedad, p. 81, Caracas (Venezuela), julio-agosto 2005.

(42) VALENZUELA, R.: «El conflicto interno de Colombia», número 83, enero-abril, pp. 91-109, Santiago de

Chile, 2001.

(43) Según informa el Diario Clarín de Buenos Aires, «recientemente Estados Unidos financió la construcción

de una base antidrogas en territorio paraguayo de la Triple Frontera», en: http://www.clarin.com/dia-

rio/2006/08/29/elmundo/i-01901.htm, fecha de consulta 8 de octubre de 2006.

Page 37: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

En cuanto a la producción y tráfico de drogas, todos los países de Suramérica están

afectados por este flagelo. Bolivia, Colombia y Perú son los principales países produc-

tores de drogas y, Brasil, Argentina y Chile los preferidos por narcotraficantes para

comercializar la producción a Estados Unidos y Europa especialmente. La respuesta de

cada país para combatir la producción y tráfico de drogas es diferente. Por ejemplo

en Brasil existe la Ley de Derribo que autoriza a la fuerza aérea al uso de la fuerza letal

en la interdicción de arenonaves sospechosas de estar involucradas en el tráfico de

drogas, Ley que fue implementada en octubre de 2004.

Cuando se analizan las nuevas amenazas en la subregión suramericana no debe olvi-

darse la importancia que tiene para Estados Unidos el mantener la articulación de la

seguridad hemisférica los pilarse básicos que la sostienen: democracia, prosperidad y

mantenimiento de la paz y de la seguridad; en este sentido es esencial mantener la

democracia para promover la solución pacífica de las controversias y el control político

de las Fuerzas Armadas, así como también fortalecer las institucionalidad de los res-

pectivos aparatos estatales.

Las Medidas de Confianza Mutua impulsadas por Chile

Chile ha sido un referente en la aplicación de Medidas de Confianza Mutua en Suramé-

rica las que nacieron como un instrumento para incrementar la seguridad actuando en

forma preventiva sobre las causas de potenciales conflictos y originalmente destinadas

a evitar que acciones beligerantes puedan desencadenarse por reacción a accidentes

militares, o por percepción errónea de actividades que no tienen un propósito hostil,

tales como cierto tipo de maniobras o despliegue de fuerzas.

Por iniciativas de orden castrense y debido a las crisis del año 1974 con Perú y 1978 con

Argentina, Chile desarrolló un conjunto de iniciativas asumidas en el ámbito militar orien-

tadas a disminuir la tensión originada por la presencia de factores de tensión en dichas

crisis. Con el transcurso del tiempo, las Medidas de Confianza Mutua fueron acogidas,

alentadas e incorporadas a la política exterior del país y utilizadas como instrumento de

apoyo de dichas políticas.

A grandes rasgos, las Medidas de Confianza Mutua son condiciones que pueden o no gene-

rar un régimen internacional. En la medida en que las V Medidas de Confianza Mutua no son

un mecanismo supletorio de la defensa, ellas no pueden concebirse de manera tal que se

debilite el efecto disuasivo del aparato defensivo propio y que, como consecuencia, men-

güe la capacidad de la defensa para cautelar los intereses nacionales: para que ellas tengan

un efecto útil se re q u i e re concebirlas como un medio y no como un fin en sí misma. Ade-

más, se debe fortalecer su naturaleza especial, aplicables a realidades concretas, que se

orienten a enfrentar los nuevos factores de desestabilización, como son –entre otros– las

amenazas no convencionales: Previo análisis y evaluación de sus resultados, estas medidas

deberían concurrir a generar un régimen internacional de seguridad por el que los Estados

se sometan a reglas universales y vinculantes para enfrentar conflictos (44).

— 41 —

(44) Medidas de Confianza Mutua, Libro de la Defensa de Chile, Imprenta de la Armada, pp. 52 y 53, Valpa-

raíso, 1997.

Page 38: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

El origen del establecimiento de Medidas de Confianza Mutua entre Chile y Perú se

remonta a la Declaración de Ayacucho, firmada el 9 de diciembre de 1974, como res-

puesta a la grave crisis internacional entre los dos Estados que se encontraron muy

cerca de llegar a una escalada.

La grave situación internacional dio origen a consecuentes comunicados conjuntos de

Arica y Lima, declaraciones que significaron el primer paso a establecimiento de Medi-

das de Confianza Eventuales, esporádicas o permanentes a nivel fronterizo o nacional

entre las instituciones para que a contar de 1986 éstas se desarrollaran en rondas de

conversaciones de los altos mandos con representantes de todas las instituciones de las

Fuerzas Armadas como también de los respectivos Ministerios de Defensa Nacional.

Cabe señalar que el propósito inicial de esta iniciativa fue dar inicio al proceso de con-

sultas y negociaciones, con la finalidad de establecer las condiciones para propiciar un

proceso gradual de limitación a los gastos en adquisiciones de armamentos, a fin de rea-

signar recursos, basados en el fomento de la confianza mutua y al desarrollo de una con-

cepción de seguridad dentro de un marco regional adecuado, estableciéndose que los

entendimientos a que se llegue en el campo de la confianza mutua y el desarrollo de

dicha concepción de seguridad regional, deben permitir el logro de acuerdos que res-

pondan a necesidades crecientes de cooperación e integración.

El objeto de las rondas de conversaciones es concretar un conjunto de acciones y medi-

das, las cuales aplicadas progresiva y sostenidamente, ayuden a incrementar la confian-

za, amistad y cooperación entre ambas Fuerzas Armadas, con el fin de contribuir al

desarrollo y fortalecimiento de las relaciones a nivel general entre ambos países lo que

se ha logrado en 21 «rondas de conversaciones» habiéndose alcanzado diversos enten-

dimientos que han contribuido, a consolidar la confianza mutua y la cooperación bilate-

ral en el ámbito de la defensa.

Las Medidas de Confianza Mutua consideradas entre Chile y Perú son nueve: ejercicios

combinados entre fuerzas navales; conferencia bilaterales de inteligencia; intercambio de

personal militar en cursos, cruceros de instrucción, efemérides históricas y otras activi-

dades profesionales; reuniones de carácter protocolar, profesional y de inteligencia entre

los comandantes de guarniciones fronterizas y de zonas navales; invitación recíproca a

participar en eventos de carácter cultural, artístico, profesional y deportivo; intercambio

de revistas y publicaciones de interés para las Fuerzas Armadas; facilidades para esti-

mular el turismo del personal militar de ambos países; cooperación técnico-logística;

desarrollo ejercicios, seminarios, actividades y/o juegos de guerra que trascienden el

marco del ámbito militar y que asociada al cumplimiento de las misiones subsidiarias de

las Fuerzas Armadas, contribuyan al desarrollo y bienestar de ambos países.

Las rondas de conversaciones entre los altos mandos de Chile y Perú, han permitido

acrecentar un clima de estabilidad en las relaciones bilaterales entre las Fuerzas Arma-

das de Perú y Chile y han eliminado las tensiones entre las Fuerzas Armadas, disminu-

yendo considerablemente las sensaciones de inseguridad.

Las Medidas de Confianza Mutua bajo la premisa mencionada, se han constituido como

herramientas válidas que debidamente implementadas permiten prevenir y anticipar la

— 42 —

Page 39: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

ocurrencia de tensiones o conflictos que nadie quiere. De la misma manera han consti-

tuido un válido y efectivo instrumento de cooperación y estas medidas constituyen un

ejemplo único en la región entre países que se necesitan mutuamente para progresar

bajo un ambiente de seguridad.

Con respecto a Argentina las Medidas de Confianza Mutua se han venido desarrollando

por casi dos décadas (45) y al igual que con Perú, primero se establecieron entre insti-

tuciones de las Fuerzas Armadas a nivel local o nacional y sólo desde 1997 con el nom-

bre de reuniones de interconsultas entre los altos mandos.

Inicialmente se establecieron las mismas Medidas de Confianza Mutua que con Perú

habiéndose agregado en el año 2003 dos adicionales, una que se refiere a la coopera-

ción antártica y la otra a la cooperación en el ámbito de las operaciones militares de paz

y ayuda humanitaria.

El Gobierno de Chile ha considerado que con Argentina es posible avanzar más rápido

en el establecimiento de acuerdos de carácter estratégico ya que estima que habién-

dose superado con el Tratado de Paz y Amistad de 1984 y después con los acuerd o s

de Menem-Frei de 1999 la gran mayoría de los litigios de índole limítrofe ambas nacio-

nes se encuentran en un escenario muy favorable respecto a profundizar el proceso de

integración.

Los esfuerzos de Chile han quedado de manifiesto en los siguientes acuerdos de coo-

peración que en el ámbito propio de la defensa ha suscrito con Argentina desde 1991:

declaración conjunta sobre la prohibición completa de las armas químicas y biológicas;

compromiso de Mendoza (1991); establecimiento de reuniones de ministros de Relacio-

nes Exteriores y de Defensa (2x2); entendimiento para el fortalecimiento de la coopera-

ción en materia de seguridad de interés mutuo (COMPERSEG 1995); acuerdo relativo a

vuelos humanitarios (1999); acuerdo sobre cooperación en materia de catástrofes (1997);

acuerdo sobre coproducción de unidades navales (1999); metodología estandarizada

común para la medición de los gastos de defensa (2001); entendimiento de cooperación

técnica, científica y de desarrollo logístico en materias de defensa (2005); acuerdo para

la creación de una fuerza de paz combinada (2005).

La propuesta de Chile en el nuevo escenario del siglo XXI

En los últimos 35 años Chile ha vivido un acontecer internacional y nacional muy com-

plejo y doloroso. A través de estos años, el Estado-Nación ha madurado y desarrollado

una capacidad para enfrentar las complejidades surgidas en el entorno mundial que sur-

gió después del término de la guerra fría.

En efecto, antes de que se diera término a la guerra fría y desaparecieran los bloques

políticos de carácter ideológico, en el contexto nacional Chile comenzó a experimentar

tres procesos: uno de carácter económico, otro de índole política y finalmente el último

de tipo cultural.

— 43 —

(45) FLACSO Chile, Revista Fuerzas Armadas y Sociedad, año 12, número 2, Santiago de Chile, abril-junio

de 1997.

Page 40: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

En lo económico, a poco de haberse iniciado el gobierno militar de Augusto Pinochet, el

gobernante asumió una concentración absoluta del poder, adoptó la economía de libre

mercado, impulsó el desarrollo económico del país fomentando las exportaciones y se

redujeron los aranceles en forma progresiva para permitir un mayor intercambio de bie-

nes y servicios. La política económica adoptada a contar de 1973 implicó un cambio

radical en el modelo económico imperante en América del Sur ya que entonces se esti-

maba que la protección del Estado y la industrialización era condición indispensable para

el progreso de las naciones; dicho cambio sólo pudo ser realizado debido a la fuerte con-

centración del poder en la autoridad de la época.

Dejando de lado toda consideración que se apartara de los objetivos económicos fija-

dos, el gobierno militar no cedió en sus esfuerzos modernizadores e implantó un mode-

lo liberal el que pese la resistencia inicial y a la crisis del año 1982 nunca fue abandona-

do, por el contrario, profundizado. En lo económico, cuando caía el muro de Berlín,

desaparecían los totalitarismos y se habrían los mercados, Chile tenía ya una experien-

cia y anticipación de 17 años en la aplicación de una economía liberal, ventaja que apro-

vecharon los sucesivos Gobiernos a contar de 1990 especialmente mediante políticas

basadas en el establecimiento de Tratados de Libre Comercio con las principales eco-

nomías del mundo, políticas que se han mantenido hasta estos días.

En lo político, todos los sectores debieron superar la grave crisis político-institucional de

1973. Hoy en día, el país muestra una institucionalidad consolidada, con organizaciones

estatales y privadas firmemente asentadas en un Estado de Derecho, con Fuerzas Arma-

das plenamente comprometidas con sus funciones profesionales y debidamente subor-

dinadas al mandato político de las autoridades según demanda la legislación vigente.

En lo cultural, la nación chilena ha asimilado la dura lección que dejaron los sucesos que

se iniciaron hacia fines de la década de los años sesenta y que terminaran abruptamen-

te con la caída del presidente Allende; durante la transición –especialmente en los actos

recordatorios a los 30 años del pronunciamiento militar– la nación revivió los sucesos del

gobierno militar, pero la sociedad se ha reencontrado y en el presente existe un grado de

convivencia más armónico y tolerante aún cuando de vez en tanto grupos minoritarios

hacen recordar amargas experiencias del pasado.

A la luz de los tres procesos vividos por Chile, en 1990 el país se encontraba en una favo-

rable situación interna y muy fortalecido para enfrentar los cambios político y económi-

cos que se desencadenaron en Europa y el mundo; entonces el país potencia su

estrategia nacional la que, por estar basada en la apertura al mundo global y en la

cooperación internacional, permite aprovechar la feliz coincidencia y acentuar el multila-

teralismo y también el regionalismo abierto y activo.

En el ámbito de la defensa el país había logrado superar gran parte de la situación de

conflicto con Argentina que perdurara casi 100 años y la agenda bilateral ya no queda-

ba supeditada a la controversia limítrofe y por otro lado las Fuerzas Armadas se encon-

traban empeñadas en profundizar el fomento a las Medidas de Confianza Mutua con sus

vecinos, concebidas no para que se debilite el efecto disuasivo del aparato defensivo

sino que para fortalecer su naturaleza de modo que puedan contribuir a generar un régi-

men de seguridad en la región.

— 44 —

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Dada la favorable coyuntura internacional y nacional que encontró el país a contar de

1990, se potencia la estrategia nacional y Chile se abre definitivamente al mundo; comer-

cialmente está inserto en todas las regiones del mundo y tiene Tratados de Libre Comer-

cio (46) con más de 15 países, entre otros, Estados Unidos, Canadá, México, Corea,

Centro América y China; Acuerdos de Asociación con la Unión Europea, Mercosur y el

Grupo P4; Acuerdos de Complementación Económica con Argentina, Bolivia, Colombia,

Ecuador, Perú y Venezuela y Acuerdo de Alcance Parcial con la India. Además, Chile par-

ticipa en la APEC, OMC y OCDE (47). Lo anterior refleja una plena reinserción en el sis-

tema internacional, pero también advierte la necesidad de atender a los nuevos desafí-

os, riesgos y amenazas no sólo en un ámbito regional sino en la totalidad del entorno

mundial ya que para que el país continúe su desarrollo necesariamente requiere de un

régimen internacional en paz y estable.

Al contar Chile con un poder nacional limitado, no puede proteger su comercio intern a-

cional en forma aislada re q u i e re comprometerse fuertemente con la sociedad inter-

nacional y con otros actores que propician el libre comercio, la paz y la seguridad

i n t e rnacional y desarrollar capacidades para reaccionar conjuntamente en defensa de

i n t e reses comunes.

Dada las responsabilidades reseñadas es que Chile ha suscrito con la ONU en 1999 el

Acuerdo de Stand By Forces por el cual se compromete con fuerzas militares a los

esfuerzos colectivos; del mismo modo ha aumentado su participación en operaciones

de paz y en el caso de la recuperación de Haití, es también una prueba de la capacidad

de las Américas en la efectividad de las alianzas cooperativas de seguridad.

En forma paralela a la participación de las decisiones adoptadas en el seno de Naciones

Unidas, Chile participa en el fomento de la seguridad en la región y promueve iniciativas

para identificar intereses comunes buscando y apoyando la forma de brindar seguridad

actuando en esfuerzos combinados. En este contexto, participa activamente entre otros,

en los ejercicios Panamax que desde el año 2003 se realizan en la zona del canal de

Panamá dado que su seguridad es vital para el desarrollo no sólo de Chile sino de toda

la región.

Hacia un modelo de seguridad en el Cono Sur de América

A partir de las organizaciones en las que Chile está inserto y teniendo en consideración

el nuevo escenario de la seguridad internacional y muy especialmente la experiencia

europea, el país está en condiciones de contribuir a generar respuestas múltiples y varia-

das que responda a los lineamientos de su política exterior que privilegia la cooperación

internacional a través de una concepción de regionalismo abierto.

En efecto, en Suramérica hay proyectos de integración regionales, pero al revisar sus

procesos hemos constatado que sin una fuerte voluntad política no basta con avanzar

— 45 —

(46) En: http://www.direcon.cl/index.php?accion=cuadro_resumen.

(47) Estas siglas corresponden a: Asia Pacific Economic Cooperetion, Organización Mundial de Comercio y

Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico respectivamente.

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en la integración económica sino que además se hace necesario expandirla hacia otras

áreas como puede ser a la de seguridad. En lo que se refiere a la seguridad internacio-

nal, los organismos regionales tales como el TIAR o los que podría acoger el Mercosur

no han proporcionado mecanismos efectivos que permitan optimizar la inserción inter-

nacional de Chile.

En efecto, la CAN, y el Mercosur, han sido iniciativas que nacieron a fin de alcanzar una

integración económica entre sus miembros, pero poco a poco han ido ampliando sus

objetivos hacia otras áreas de interés sin haber logrado aún desarrollar proyectos que

identifiquen plenamente a estas asociaciones dentro del contexto subregional, ni tam-

poco en un ámbito más global. Chile es integrante de la CAN y del Mercosur, sin embar-

go, esta asociación no ha proporcionado mecanismos efectivos que permitan optimizar

la inserción del país ni tampoco han generado una institucionalidad relativa a la seguri-

dad o a la defensa.

La CSN podría ser el referente subregional, pero actualmente se encuentra fracturada

por frecuentes declaraciones con la intención de reidiologizar su accionar. No todos los

países integrantes de la Comunidad de Naciones tienen la misma visión frente a la

modernidad y Brasil que pudiera ser el mayor impulsor y hasta el líder que generaría

menos rechazo para ejercer un rol hegemónico se ha concentrado en su combate inter-

no a la pobreza dejando algo de lado su política exterior.

En el ámbito de la seguridad y de la defensa, la ausencia de proyectos regionales creí-

bles no ha sido impedimento para que Chile profundice el proceso de inserción global

avanzando simultáneamente en dos direcciones: en el ámbito mundial propiciando ini-

ciativas internacionales en los foros internacionales, participando en operaciones de paz

según mandato del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas e interviniendo en la rea-

lización de ejercicios militares de carácter multinacional; en el contexto regional, dando

solución a las controversias de carácter vecinal y generando un conjunto de iniciativas

relativas al incremento y profundización de las medidas de confianza mutua.

En cuanto a las nuevas amenazas, no hay una posición común en América del Sur y

Chile entiende que es difícil darles respuesta en forma colectiva ya que para algunos será

más importante el terrorismo, para otros el narcotráfico la corrupción o el lavado de acti-

vos; sin embargo el eje primordial pasa por fortalecer la democracia y acentuar la coo-

peración internacional para contrarrestar coordinadamente en forma especial las ame-

nazas transnacionales y al mismo tiempo aprovechar las oportunidades que ofrece el

mundo globalizado.

En el plano vecinal, el proyecto regional que Chile promueve, sin pretender imponer a

Estado alguno su voluntad, consiste en avanzar en la construcción de un sistema que

permita la reinserción global, desarrollando un esfuerzo conjunto con Argentina, pero sin

desanimarse al verlo retardado por razones de carácter coyuntural; con Perú, tenemos

la firme voluntad política de superar la dificultad de carácter cultural e históricas que

impiden avances significativos, y con Bolivia esperamos que este país supere el recha-

zo al proceso globalizador y que no supedite la inclusión al proceso de integración a la

condicionante de su mediterraneidad.

— 46 —

Page 43: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Si bien la integración económica de Chile ha sido exitosa, el país requiere una región y

un mundo más estable y en paz; en este escenario no basta la voluntad política del país

sino también tener los medios para proteger los intereses nacionales donde ellos se

encuentren y la ruta natural es a través del Pacífico lo que no implica darle la espalda a

Suramérica, sino por el contrario impulsando el fortalecimiento del Mercosur y de la

CAN, organizaciones que una vez hayan madurado den cabida a una Comunidad Sura-

mericana donde se recojan los intereses comunes y la región pueda ser un verdadero

aporte regional en el sistema internacional que se está forjando.

La proyección de un modelo de seguridad común a América del Sur muy bien puede

seguir el ejemplo que iniciara el libertador Bernardo O’Higgins hace casi 200 años cuan-

do logró concitar el apoyo de Argentina y pese a las dificultades internas que encaraba

el Gobierno de las Provincias Unidas del Plata, logró generar un proyecto común que

bajo el amparo del Estado de Chile le dio la libertad al sur de América a la vez que pro-

movió la temprana inserción de Chile hacia el Pacífico alcanzado las costas de Califor-

nia por el norte y las lejanas tierras de Australia hacia el oriente.

A modo de conclusión

Durante los últimos años el mundo ha cambiado más velozmente que nuestra capacidad

para asimilar los nuevos escenarios que se presentan. En Europa el mapa político se

redibujó y la Unión Europea y los países que la integran han ofrecido al sistema interna-

cional que se está forjando respuestas que incluyen el ámbito de la seguridad y la defen-

sa diseñando mecanismos, e instrumento a partir de acuerdos que se gestaron en torno

a la integración económica.

En Europa, al no existir controversias entre los Estados por asunto de carácter territorial

los países de la Unión Europea, superando las deferencias que la asolaron durante la últi-

ma Gran Guerra, han tenido la capacidad para identificar intereses y oportunidades

comunes y dado pasos muy concretos para diseñar una PESC que se ha venido forjan-

do –más allá del cuestionamiento que se pudiera hacer a la efectividad de su aplicación–

a través de acuerdos para actuar colectivamente tanto para contener las amenazas

como para conseguir objetivos comunes a la Unión Europea. En el proceso desarrolla-

do, la participación de España ha sido clave, y su contribución al esfuerzo integrador

constituye un elemento a tener en cuenta desde la realidad de Suramérica.

En las Américas, tenemos una arquitectura de seguridad extremadamente compleja y su

diseño obedece a los requerimientos de la seguridad existente durante la guerra fría, y

es sólo a contar de la Conferencia Especial de Seguridad de México el año 2003 en que

los Estados miembros de la OEA toman el compromiso de adoptar nuevos enfoques en

que reconociendo la vigencia de las amenazas tradicionales, se identifican otros tipos de

amenazas como también desafíos y preocupaciones que requieren respuestas muy dife-

rentes a las previstas en los antiguos esquemas de seguridad.

En este contexto, Chile a la luz de la experiencia europea, puede profundizar los acuer-

dos que atañen a su defensa con la de Argentina y desde el Mercosur y de la CAN avan-

zar en el diseño de una política de seguridad que recoja los lineamiento ya establecidos

— 47 —

Page 44: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

para que en el tiempo sean adoptados por la CSN. La profundización de las Medidas de

Confianza Mutua con Argentina y la decisión del año 2005 de crear una fuerza combina-

da de paz pueden ser los pilares que den sustento a esta iniciativa, la que en todo caso,

debe ser al amparo de la OEA y, contar con el beneplácito de Estados Unidos.

— 48 —

Page 45: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

BIOTERRORISMO

Cipriano Pereira Hernández Teniente de navío.

Saber no es suficiente, debemos aplicarlo.

Desear no es suficiente, debemos hacer.

GOETHE

Introducción

El 11 de septiembre del 2001 (11-S) se ha convertido, desgraciadamente en una fecha

histórica en el campo de la seguridad internacional. Los atentados de las torres gemelas

en Nueva York y del Pentágono, dispararon todas las alarmas en relación a la seguridad

de Estados Unidos y por extensión al resto de los países potenciales objetivos del nuevo

terrorismo internacional de carácter islámico radical (1). Poco después de esta fatídica

fecha, el redactor de un periódico de Florida, Robert Stevens se convertía en la primera

víctima (2) de los atentados con ántrax que aterrorizaron a la sociedad norteamericana

mediante cartas, enviadas a distintas personas relacionadas con los medios de comuni-

cación y políticos de Washington.

Pese a que éste no ha sido el primer intento por parte de organizaciones terrorista de uti-

lizar agentes biológicos o químicos para perpetrar sus atentados (3), la continuidad de

ambos hechos y la sensación de vulnerabilidad creada, han aumentado considerable-

mente el miedo a un ataque biológico. Temor que ha generado demandas de informa-

ción de las sociedades a sus Estados y que han provocado en éstos y en determinados

foros internacionales la necesidad de rediseñar las hasta ahora insuficientes medidas de

prevención, contención y reacción ante la amenaza que supone la posible utilización

de agentes biológicos con fines terroristas o lo que es cada vez más conocido como

bioterrorismo.

A continuación se presentan una pequeña introducción a la guerra biológica, el posible

empleo de este tipo de armas por parte de grupos terroristas, qué agentes biológicos tie-

— 49 —

(1) A los atentados de 11-S en Estados Unidos (2.986 víctimas), les seguirían los del 14 de marzo de (14-M)

de 2004 en Madrid (190 víctimas) y los del 7 de junio (7-J) de 2005 en Londres (56 víctimas).

(2) Estos atentados con ántrax del tipo Ames, común en el noroeste de Estados Unidos causaron cinco víc-

timas. Originalmente aislado en la década de los años treinta, es ampliamente utilizado para cultivos de

laboratorio.

(3) En marzo de 1995 la secta de la Verdad Suprema atentó en el metropolitano de Tokio empleando gas

sarín, causando 11 víctimas mortales y cerca de 5.000 afectados.

Page 46: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

nen más probabilidades de ser empleados en atentados terroristas, una evaluación de la

amenaza bioterrorista actual y por último, una relación de las medidas adoptadas o pro-

puestas para combatir dicha amenaza.

Conceptos previos

Antes de continuar, es necesario definir una serie de conceptos de manera que se clari-

fiquen y unifiquen ciertas acepciones de vital importancia para comprender el fenómeno

del bioterrorismo.

Por bioterrorismo se entiende el uso ilegítimo, o la amenaza de uso, de micoorganismos

o toxinas obtenidas de organismos vivos, para provocar enfermedades o la muerte en

humanos, animales o plantas, con el objeto de intimidar a gobiernos o sociedades para

alcanzar objetivos ideológicos, religiosos o políticos. De esta definición puede extraerse

que los atentados bioterroristas comparten con la «guerra biológica» el uso de las cono-

cidas como armas biológicas, armas no convencionales y que basan su potencialidad en

la capacidad de infectar y causar enfermedades mediante el empleo de microorganis-

mos o toxinas derivadas de ellos.

Las particularidades tan específicas que distinguen a las armas biológicas de las con-

vencionales son fundamentales para comprender la naturaleza y magnitud de la amena-

za bioterrorista. Así, el arma biológica ideal sería aquella capaz de diseminarse rápida y

fácilmente en una gran población, fuese altamente contagiosa, causara altas tasas de

morbilidad y mortalidad, requiriese de grandes recursos para combatirla, causando con

ello un gran pánico social y confusión.

El empleo de la enfermedad como arma ha sido un recurso ampliamente utilizado por el

hombre, por lo que está aparentemente «nueva» amenaza es más antigua de lo que

parece y que su desarrollo ha ido parejo con la evolución de los conocimientos y la tec-

nología disponible.

La guerra biológica

Se sospecha que alguna de las siete plagas de Egipto, descritas en el Antiguo Testa-

mento, no fue otra cosa que el ántrax, zoonosis que acabó con gran parte del ganado y

diezmó a la población. Los romanos arrojaban cadáveres en los pozos con la intención

de contaminar el agua y forzar el traslado de la población de una determinada zona. En

el año 1346 d.C., durante el asedio de Kaffa, los tártaros sufrieron un brote de peste en

sus campamentos y decidieron deshacerse de los cadáveres infectados lanzándolos

mediante catapultas en la ciudad sitiada con el objeto de infectar a los defensores geno-

veses y conseguir su capitulación (4).

— 50 —

(4) Se cuenta que fueron los genoveses los que trajeron la peste a Europa en el siglo XIV, pandemia que

entonces acabó con la cuarta parte de la población europea.

Page 47: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

A estos usos primitivos de armamento biológico, les sigue su empleo de una forma más

deliberada al comienzo del siglo XVIII, cuando el general británico Jeoffrey Amherst (5)

entregó mantas infectadas con viruela a una tribu de indios norteamericanos que defen-

dían el fuerte Pitt. Hay que esperar hasta la Primera Guerra Mundial, para documentar el

siguiente intento de empleo de armas biológicas, esta vez por parte de Alemania

mediante el empleo de espías con cultivos microbianos del carbunco y de la fiebre Q

(muermo) con el objeto de infectar caballos, ganado y alimentos previamente a su envío

al frente. Finalizada la Gran Guerra, en 1925 tiene lugar la firma el Protocolo de Ginebra,

que prohíbe el empleo de las armas biológicas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, países de los bandos enfrentados desarrollaron y

experimentaron con arsenales biológicos. En el bando del Eje, los japoneses fueron los

más activos, y durante su ocupación de Manchuria (1931-1945) realizaron experimentos

de armas biológicas con pacientes humanos bajo la dirección del teniente general Ishii

Shiro y su tristemente célebre «Unidad 731». En este caso fueron otra vez el carbunco,

el muermo y la peste los patógenos elegidos, estimándose en 3.000 el número de vícti-

mas ocasionadas por estos experimentos. La Alemania nazi no realizó avances impor-

tantes en este campo pese a realizar esfuerzos, según avanzaba la guerra, para dotarse

de un arma de tipo biológico. En el bando aliado, tanto ingleses (6), canadienses y nor-

teamericanos trabajaron con el carbunco, pero no se tiene constancia de su empleo

como arma biológica durante la contienda.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, tanto la Unión Soviética, el Reino Unido (7) y Esta-

dos Unidos continuaron con sus programas de armamento biológico y es en el contex-

to de la guerra fría, donde se produce una escalada en los programas de armamento bio-

lógico por parte de las dos superpotencias.

Estados Unidos, finalizada la guerra, mantuvieron instalaciones e incluso fábricas como

la de Pine Bluff (Arkansas) en las que se prepararon armas biológicas de carácter ofen-

sivo. Entre los años 1949 y 1969 se realizaron más de 200 pruebas con agentes «ino-

cuos» sobre distintas poblaciones de Estados Unidos y la ciudad de Panamá. Estos

experimentos tenían por objeto evaluar riesgos y estudiar medidas defensivas ante un

posible ataque con armamento biológico. No fue hasta el año 1969, bajo la Presidencia

de Richard Nixon, cuando oficialmente Estados Unidos paralizaron sus programas de

armas biológicas ofensivas, promoviendo en el seno de la Organización de Naciones

Unidas (ONU) la Convención de Armas Biológicas (CAB) de 1972, BWC (Biological Wea-

pons Convention), manteniendo instalaciones de carácter «defensivo» como el Instituto

de Investigación Médica sobre Enfermedades Infecciosas del Ejército, USAMRIID

— 51 —

(5) «Hará bien con tratar de inocular a los indios por medio de mantas, como también trate de utilizar cual-

quier otro método que pueda servir para extirpar esa aborrecible raza». Comunicación del general

Amherst al coronel Bouquet (al mando del sitiado fuerte Pitt) en FENN, E. A: Biological warfare in eighte-

enth-century North America: Beyond Jeffery Amherst, pp. 1.552-1.580, J. Am Hist 2000.

(6) La isla de Gruinard, en aguas escocesas, fue campo de experimentación para armamento consistente en

bombas de carbunco, como consecuencia de estas pruebas la isla se mantuvo inhabitable hasta 1990.

(7) El Reino Unido abandonó sus programas de armamento biológico a finales de los años cincuenta, man-

teniendo los de carácter defensivo.

Page 48: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

(United States Army Medical Research Institute for Infectious Diseases) en Fort Detrick

(Maryland) con la misión de:

«Llevar a cabo investigación básica y aplicada sobre amenazas biológicas condu-

centes a obtener soluciones médicas para la protección de las tropas» (8).

Por su parte y durante el periodo de la guerra fría, la Unión de Repúblicas Socialistas

Soviéticas (URSS) investigó con distintos agentes (ántrax, tularemia, fiebre Q, viruela, el

virus de Marburg, Ébola y otras fiebres hemorrágicas) y pese a ratificar la CAB en 1972,

continuó con sus programas ofensivos de armas biológicas utilizando como tapadera el

complejo industrial Biopreparat (9). La violación rusa de la CAB se hizo evidente a raíz

del incidente de Sverdlovsk (10) y pese a que durante años las autoridades de la URSS

argumentaron que la epidemia fue originada por el consumo de carne contaminada de

ántrax, el propio Boris Yeltsin, en mayo de 1992, admitió que en Sverdlovsk se estaban

desarrollando armas biológicas, el ántrax entre ellas. Ese mismo año emigró a Estados

Unidos el doctor Ken Alibek, quien fuera científico en jefe de 1988 a 1992 del Bioprepa-

rat, confirmando lo que ya era un secreto a voces y es que Rusia poseía armas para una

guerra biológica a gran escala (11).

El peligro de la proliferación del arsenal biológico

Pese al intento de prohibir la posesión y el desarrollo de este tipo de armas, mediante la

CAB de 1972, Tratado al que se han adherido 150 naciones (a los que hay que añadir 14

Estados más firmantes), se sospecha que China, Cuba, Egipto, India, Irán, Irak, Israel,

Libia, Corea del Norte, Pakistán, Rusia, Sudán, Siria, Taiwan y Estados Unidos están en

posesión o desarrollan armamento biológico o se les supone capacidad para desarrollar

armas biológicas (12), fígura 1.

Se puede afirmar que, pese al Tratado de Prohibición de Armas Biológicas, existe un

claro riesgo de proliferación de este tipo de armas (13) y aunque, hasta la fecha, este

armamento estaba exclusivamente bajo el control de Estado, que siempre han refrena-

do su uso en conflictos por los siguientes motivos:

— 52 —

(8) Información disponible en: http://www.usamriid.army.mil/

(9) Una red de centros de investigación biotecnológica, en última instancia dependientes del Ministerio de

Defensa, que aglutinaba 18 institutos, seis plantas de producción de bacterias así como varios comple-

jos de almacenamiento de patógenos en Siberia y la isla de Vozrozhdeniye para pruebas.

(10) El 2 de abril de 1979 en el complejo militar número 19 de Sverdlovsk (hoy Ekaterimburgo), hubo una

explosión que accidentalmente liberó unos cuantos miligramos de esporas de Bacillus Anthracis. Pocos

días después, 96 personas enfermaron de ántrax; 69 de las cuales murieron.

(11) El entonces presidente ruso, Boris Yeltsin, anunció en el año 1992, el abandono por parte de Rusia del

programa ofensivo de armas biológicas, 20 años después de haber ratificado el BWC.

(12) BRUGGER, S.: «Briefing Paper on the Status of Biological Weapon Nonproliferation» septiembre 2002,

actualizado por Kerry Boyd en mayo 2003. Arms Control Association, disponible en: www.armscon-

trol.org

(13) Véase resumen del Seminario Biological Threat Reduction: Opportunities and Obstacles preparado por

Jeffrey Read del Consejo Asesor de Seguridad Nuclerar Ruso Americano (RANSAC) disponible en:

http//www.ransac.org/Projects.

Page 49: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

— 53 —

Page 50: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

— Su carácter indiscriminado (no distingue combatientes de no combatientes).

— Su poca utilidad en el campo de batalla (sus efectos no son inmediatos).

— Su carácter impredecible (no se puede determinar su efectividad y alcance).

La posibilidad de que el armamento biológico estuviese al alcance de organizaciones o

grupos terroristas, les daría una capacidad de provocar daños difícilmente imaginables.

Las declaraciones de Osama ben Laden a la revista Time el 11 de enero de 1998 mani-

festando que:

«No considero un crimen haber intentado contar con armas nucleares, químicas y

biológicas. Si hubiéramos adquirido esas armas, hubiese dado gracias a Alá»,

deben hacernos reflexionar.

Y es que si hasta la fecha, y en relación al empleo de armamento biológico por parte de

los Estados, fue el mecanismo de la disuasión el que evitó su empleo, la entrada en

escena de nuevos actores no estatales (sectas, grupos radicales, científicos desafectos,

grupos terroristas, etc.) así como su creciente capacidad para usar el espectro biológi-

co para la consecución de sus fines, ha hecho que la amenaza biológica se haya di-

versificado entre la correspondiente a los Estados y la que suponen otros actores no

estatales. Existen precedentes que nos hacen ser cautos al respecto, como el descubri-

miento en Japón en 1995 que el culto Aum Shinrikyo (Verdad Suprema), responsable del

ataque al metropolitano de Tokio con el gas neurotóxico sarín, también desarrolló arma-

mento biológico (14) e intentó usarlo en, al menos. ocho ocasiones. Más recientemente,

los ataques con ántrax en Estados Unidos poco después del 11-S y de los que todavía

se desconoce su autoría, son algunos ejemplos destacados.

Y si la guerra biológica es per se una amenaza nada desdeñable, la posibilidad siniestra

de una amenaza terrorista combinada con la que suponen las armas de destrucción masi-

va es todavía mayor, verd a d e ro marco de re f e rencia cuando hablamos del bioterro r i s m o .

El bioterrorismo

Existen más armas biológicas potenciales que enfermedades que afecten a los seres

humanos, animales, cultivos industriales o de alimentos y a los sistemas biológicos que

soportan nuestro entorno. Las armas biológicas son, por tanto, infinitas, por lo que la

elección de un agente para ser empleado como arma biológica hasta la fecha, se ha

hecho en función de que tuviese ciertas características útiles desde la perspectiva del

atacante.

Desde el punto de vista terrorista, entre las características que las hacen tan atractivas,

se pueden destacar: su letalidad, su facilidad de ocultación y transporte y su relativa

accesibilidad.

La letalidad viene definida como su capacidad de causar la muerte. En el caso de las

armas biológicas éstas son altamente letales, capaces de causar la muerte a miles de

— 54 —

(14) En octubre de 1992, su líder, Shoko Asahara, y otros 40 miembros viajaron a Zaire supuestamente para

ayudar a las víctimas del Ébola pero probablemente su objetivo fuera obtener muestras del letal virus.

Page 51: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

— 55 —

(15) Oficina de Valoración Tecnológica: «Proliferation of Mass destruction, assesing the risk», Washintong

D.C. 1993, disponible en: http://www.wws.princeton.edu/ota/ns20/year_f.html

Cuadro 1.– Comparativa de los efectos de distintas armas.

Fuente: Proliferation of Weapons of Mass Destruction: Assessing the Risks (OTA-ISC-559).

Arma

Gas sarín (química)

Bacilus Antracis (biológica)

Bomba atómica (nuclear)

300 kilogramos

30 kilogramos

12,5 kilotones

0,22

10,00

7,8

60-200

30.000-100.000

23.000-80.000

CantidadÁrea

(kilómetros cuadrados)Número de bajas

personas por la propia características de los agentes biológicos, que pueden llegar a ser

varios cientos de veces más letales que sus equivalentes a las armas químicas e inclu-

so las nucleares. El cuadro 1, compara la referida letalidad en un supuesto de empleo

de una misma arma (tipo misil) de tipo biológico, químico o nuclear sobre una misma

población (3.000 a 10.000 habitantes) en las mismas condiciones de uso (día nublado,

con viento moderado) (15).

En relación a la facilidad de ocultación y transporte, ésta se define como la capacidad

de ser movilizadas secretamente. Su propia naturaleza y por tratarse de productos que

se confunden fácilmente con otros materiales del tráfico comercial legal, las hacen difí-

cilmente detectables. En el caso de organismos vivos, la conservación de agentes pató-

genos supondría la necesidad de disponer de ciertas instalaciones en los que el arma-

mento biológico se pudiese mantener «activo» y una vez decidido su empleo y bajo la

forma de llamémosle «bombas biológicas», se transportase a la localización elegida para

llevar a cabo el ataque. Ataque que podría tener lugar en prácticamente cualquier parte

del mundo, con poca o ninguna alerta previa, debido al desarrollo de los medios de

transporte actuales (principalmente la aviación).

La tercera y última de sus características es su accesibilidad, esto es, que se tratan de

materiales (organismos vivos o sustancias patógenas) que están en la propia naturaleza

y, por tanto, al alcance de grupos interesados, en este caso organizaciones terroristas

con recursos financieros para poder invertir tiempo, personal y dinero en la obtención de

ciertas capacidades que les permitiese obtener, aún en una forma poco sofisticada, cier-

to arsenal bioterrorista. Si bien hasta la fecha, los recursos y conocimientos necesarios

para la obtención y desarrollo de armas de este tipo estaban limitados al nivel de los

Estados, cada vez, la mayor diversificación de las actividades clandestinas de las orga-

nizaciones terroristas, unido a su creciente capacidad de reclutar personal con conoci-

mientos y experiencia en el campo de la biotecnología y el mayor acceso a la informa-

ción favorecido por el fenómeno de la globalización; hacen que lo que hasta poco años

atrás eran simples conjeturas pueda convertirse en una triste realidad. Y es que un ata-

que bioterrorista puede adoptar varias formas dependiendo de los medios tecnológicos

a disposición del terrorista, la naturaleza del problema político que motiva el ataque, los

puntos débiles del blanco y la determinación del propio terrorista.

Page 52: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Pero antes de entrar a valorar el bioterrorismo como amenaza considero que se debe

conocer un poco más en profundidad la raíz del problema: la naturaleza y propiedades

de los agentes biológicos que se emplean como armas.

Agentes biológicos. Valoración del riesgo

El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta dependien-

te del Departamento de Salud y Servicios Humanos del Gobierno de Estados Unidos ha

clasificado los agentes biológicos en tres categorías de acuerdo al criterio de riesgo que

plantean para la seguridad nacional de Estados Unidos (16). Así, establece las catego-

rías A, B y C ordenadas de mayor a menor riesgo basándose en los criterios que se

relacionan a continuación:

— En la categoría A, estarían englobadas todos los agentes biológicos que son fáciles

de diseminar, que pueden contagiarse de persona a persona, tienen los mayores índi-

ces de mortalidad y, por tanto, tienen una mayor probabilidad de causar un mayor

impacto en el sistema de salud pública, ya que su aparición puede provocar pánico

o desórdenes sociales, además de requerir de la adopción de unos protocolos espe-

cíficos. Dentro de esta categoría se encuentran el carbunco o ántrax, el botulismo, la

peste, la varicela, la tularemia y las fiebres hemorrágicas (Ébola, Marburg, Dengue,

fiebre del Valle del Rift o la fiebre de Lassa.)

— La categoría B comprendería los agentes biológicos que son relativamente fáciles de

diseminar, que pueden contagiarse de persona a persona, que tienen unos índices de

morbilidad (17) moderados y de mortalidad (18) bajos y que requieren una mejora en

la capacidad de diagnóstico del CDC y de una mayor vigilancia. En esta categoría se

encuentran, entre otros: la brucelosis, la meliodosis, la fiebre Q, la ricina, la fiebre tifoi-

dea, las encefalitis víricas y la salmonela.

— Por último, en la categoría C entrarían aquellos agentes incluidos los patógenos

emergentes y que en un futuro pueden ser alterados genéticamente debido a facto-

res como el avance tecnológico, la facilidad de producción y diseminación y su

potencial para obtener unos índices altos de morbilidad y mortalidad. Entre estos se

destacan el virus Nipah y el antavirus.

Atendiendo a esta clasificación, y si bien todos estos agentes biológicos se consideran

como riesgos para la salud, es desde el punto de vista de la inteligencia y en relación a

la amenaza que éstos representan, o lo que es equivalente: que a los riesgos presentes

se añada la existencia de motivos o indicios como para hacer creer que éstos puedan

materializarse; lo que hace que los candidatos más peligrosos para ser empleados como

armas bioterroristas y, por tanto, se evalúan como de mayor riesgo, sean los clasificados

como agentes A. En el siguiente apartado veremos, en relación dichos agentes, una des-

— 56 —

(16) CDC (Centers for Disease Control and Prevention, Biological Diseases/Agents List), disponible en:

http://www.bt.cdc.gov/Agent/agentlist.asp.

(17) Morbilidad es la proporción de personas que enferman en un sitio y tiempo determinado.

(18) Mortalidad es la tasa de muertes producidas en una población durante un tiempo dado, en general o

por una causa determinada.

Page 53: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

cripción de sus características, de los efectos que ocasionan así como los medios dis-

ponibles en la actualidad para contrarrestarlos.

EL CARBUNCO O ÁNTRAX

Esta enfermedad es causada por la bacteria Bacilus Antracis, y era una dolencia mor-

tal para el ganado, hasta la aparición de vacunas efectivas. El contagio de la enferme-

dad se produce por la contaminación del suelo debido a la muerte de animales infec-

tados, sustrato en el que el patógeno permanece latente bajo la resistente y vegetativa

forma de espora hasta ser ingerida o inhalada por un animal sano, momento en el que

se vuelve a «activar», desarrollándose y generando toxinas que acaban con la vida del

animal.

Esta enfermedad también puede afectar al hombre, que puede contraerla de tres formas:

a través de la piel (ántrax cutáneo), por la ingesta de carne infectada (ántrax gastroin-

testinal) o por la inhalación de esporas (ántrax pulmonar). Esta última forma de contagio

es la más idónea para emplearla como arma biológica, ya que el reducido diámetro de

las esporas (la millonésima parte de un metro) hace fácil su dispersión, generalmente

cubiertas con un aditivo para facilitar su suspensión e inhalación (19), incrementando así

su capacidad de contagio.

La enfermedad tiene un periodo de desarrollo de entre uno y siete días durante el cual

puede tratarse eficazmente con antibióticos. En este periodo, se manifiestan los prime-

ros síntomas (similares a los de una gripe), y si el paciente no recibe tratamiento el pro-

ceso se agrava, sobreviniendo la muerte en un periodo de unos tres días (20). Esta enfer-

medad no es contagiosa por lo que no se requiere mantener en cuarentena a los

afectados, pudiéndose diagnosticar mediante análisis específicos en laboratorio. La

terapia con antibióticos es eficaz si se comienza a aplicar lo bastante temprano, siempre

antes de haber desarrollado los síntomas.

Existe una vacuna recomendada para el personal con riesgo a contraer la enfermedad

(personal de laboratorios que mantengan cepas de la enfermedad, personal militar en

zonas de riesgo de empleo de armamento biológico, etc.) pero re q u i e re de inyeccio-

nes de re c u e rdo durante un prolongado periodo de tiempo para mantener su eficacia.

Se tienen dudas de si la vacuna sería efectiva ante un ataque intenso bajo la forma de

a e rosol (21).

La preparación del ántrax como arma bioterrorista no es una tarea exenta de dificultades

técnicas. El esfuerzo que para una organización o grupo terrorista supondría replicar el

proceso seguido por distintos países durante el pasado siglo para perfeccionarla como

arma biológica, –principalmente recursos y años de experimentación– no sería nada

desdeñable.

— 57 —

(19) Como fue el caso de los ataques terroristas con ántrax en Estados Unidos en el año 2001.

(20) La tasa de mortalidad para pacientes no tratados es del 90%.

(21) DANDO, M.: «Bioterrorism: What is the real threat?», Informe de Ciencia y Tecnología, número 3, p. 10,

Universidad de Bradford (Reino Unido), marzo de 2005, disponible en: www.carnegieendowment. org/

static/npp/ST_Report_No_3.pdf

Page 54: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

LA VIRUELA

Esta enfermedad, que afecta sólo al hombre, puede ser causada por dos virus (Variola

Major y Variola Minor) (22). Considerada como una verdadera plaga, la viruela se ha

manifestado bajo la forma de epidemia durante toda la historia de la humanidad. Los

intentos por aplacarla dieron origen al proceso de la vacunación, siendo el médico inglés

Edward Jenner el creador, a finales del siglo XVIII, de una incipiente vacuna mediante la

infección deliberada por medio de la aplicación de material infectado en la piel. Esta inci-

piente vacuna con el tiempo se perfeccionó y a raíz de una campaña mundial de erradi-

cación promovida por la Organización Mundial de la Salud, se declaró erradicada en

1979, fecha desde la cual tanto Estados Unidos como la entonces URSS mantienen

cepas vivas de la misma (23), ante la posibilidad de necesitarlas en un futuro como base

para producir vacunas.

La viruela es altamente contagiosa (24), transmitiéndose bien por contacto físico (de per-

sona a persona o a través de material infectado como la misma ropa) o a través de las

vías respiratorias. El enfermo, tras un periodo de incubación de 7 a 17 días, experimen-

taría fiebre alta y fuertes dolores de cabeza y espalda para seguidamente, manifestar una

erupción cutánea en forma de sarpullido rojizo al que, en un par de días, seguiría la apa-

rición de vesículas y luego pústulas, heridas que de sobrevivir a la enfermedad le deja-

rían unas cicatrices permanentes. Aunque el 90% de los casos manifestarían estos

síntomas, existen otras dos formas de enfermedad: la viruela hemorrágica (25) y la virue-

la maligna (26), variantes de difícil diagnóstico y más letales (27). En la actualidad y debi-

do a que hace más de 25 años que no se administra la vacuna, poca gente está eficaz-

mente protegida frente a enfermedad, por lo que su reaparición la convertiría en una

auténtica amenaza para la humanidad. El único tratamiento disponible es el ingreso hos-

pitalario (aislado) y la administración de antibióticos para prevenir infecciones secunda-

rias. No existen antivirales efectivos contra esta enfermedad, pero la administración de

la vacuna durante los primeros días de exposición, pudiera prevenirla o, al menos, incre-

— 58 —

(22) El Variola Major con una mortalidad del 30% y la producida por una cepa del mismo virus empleada para

vacunas llamada Variola Minor con una mortalidad del 1%.

(23) Existen muestras de virus variólico en el CDC de Atlanta en Estados Unidos con unas 400 muestras y

en el Insitituto Nacional de Virología y Biotecnología de Koltsovo en Rusia, con 200 muestras, aproxi-

madamente, ABC, 25 de febrero de 2004.

(24) El índice de morbilidad es del 90% (9 de cada 10 personas expuestas contraería la enfermedad). En

enero de 1960, un ciudadano de Moscú afectado por la viruela contagió a 46 personas, tres de las cua-

les murieron. Las autoridades movilizaron inmediatamente 5.500 equipos de vacunación que atedieron

en una semana a 6.372.376 personas. Dispusieron asimismo que se mantuviera vigilado a cualquiera

que hubiese estado en contacto con alguna persona infectada. Esto supuso registrar una amplia zona

del país. Se localizó a 9.000 personas con necesidad de ser sometidas a supervisión médica, de las cua-

les 662 tuvieron que ser hospitalizadas, WENDY, B.: Fabricantes de epidemias. El mundo secreto de la

guerra biológica, editorial Siglo XXI de España Editores, Madrid, 2002.

(25) La variante hemorrágica se caracteriza además de por la erupción cutánea, por la aparición de una cada

vez mayor hemorragia cutánea y de las membranas mucosas.

(26) En el caso de la viruela maligna, ésta se caracteriza porque la piel del paciente adquiere un aspecto

gomoso de color rojizo y no aparecen las pústulas.

(27) Desde la aparición de los primeros síntomas hasta la muerte del paciente transcurre un periodo de cinco

días.

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mentar las probabilidades de superarla. La posibilidad de que grupos terroristas puedan

utilizarla como arma pasa por que éstos dispongan de acceso a las cepas de viruela que

se mantienen en Estados Unidos y Rusia en instalaciones de alta seguridad.

LA PESTE

Está causada por la bacteria Yersina Pestis, un patógeno natural de roedores como la

rata negra o marrón, transmitiéndose entre roedores o de éstos a los humanos a través

de su mordisco o por la picadura de pulgas infectadas.

Hasta la fecha, se conocen tres casos de pandemias de la enfermedad. La primera a

mediados del siglo VI d.C., la segunda, a mediados del siglo XIV, y fue conocida como

la Muerte Negra (28), arrasando Asia, Extremo Oriente, Europa y el norte de África, cau-

sando un porcentaje de víctimas estimadas entre el 30 y el 50% de la población y la ter-

cera, que comenzó en China en el año 1855, mató a 12 millones de personas en China

y la India. Esta plaga todavía constituye un problema sanitario en algunas partes del

mundo, registrándose brotes en humanos en Asia, África y América durante la década

de 1990 (29). Por lo general, estos brotes surgieron en ciudades del Tercer Mundo con

poblaciones numerosas de roedores infectados y con escasas medidas sanitarias que

facilitaron la transmisión de esta enfermedad al hombre.

Existen dos variantes de la enfermedad, la primera, conocida como «peste bubónica», se

origina cuando el patógeno entra en el organismo por el mordisco de un animal infectado

(pulga o roedor) o a través de una herida en la piel (agua o suelo contaminado con la bac-

teria), y la segunda, más peligrosa para el hombre, conocida como «peste neumónica» (al

ser los pulmones los primeros órganos infectados por la inhalación de las bacterias en forma

de aerosol), es la variante que origina un índice de mortalidad mayor y por ello es la varian-

te de la enfermedad que ha sido preparada para su empleo como arma biológica (30).

Tras un periodo de incubación de entre dos y ocho días, el enfermo experimentaría fie-

bre alta y debilidad. Al día siguiente de estos primeros síntomas, y en el caso de tratar-

se de su variante bubónica, le aparecerían los característicos bultos o bubones (abulta-

mientos dolorosos en cuello, axilas e ingles) y en el caso de tratarse de la variante

neumónica, el paciente tendría expectoraciones sanguinolentas.

En la actualidad no se disponen de sistemas rápidos de diagnóstico y las vacunas dis-

ponibles son de eficacia limitada (31), sobre todo ante su variante neumónica. El único

tratamiento efectivo consiste en la administración de antibióticos dentro de las 24 horas

de manifestarse los primeros síntomas (32), el retraso en su administración lleva aso-

— 59 —

(28) La aparición de hemorragias cutáneas de color negro azulado es lo que ha dado origen al nombre de

Peste Negra o Muerte Negra.

(29) En el año 1994 en la ciudad india de Surta, se detectarón varios casos de la enfermedad generándose

una ola de pánico colectivo y la huida de la ciudad de 500.000 de sus habitantes.

(30) Entre los años 1950 y 1970 tanto Estados Unidos como la URSS desarrollaron programas de aerosoli-

zación de la peste en partículas respirables, calculándose que la dispersión de 50 kiligramos de esta

bacteria mediante aerosoles en una población de 5.000.000 de habitantes originaría 150.000 casos de

infección, 36.000 muertes y 100.000 hospitalizaciones.

(31) La vacuna tarda un mes en proporcionar la inmunidad ante la enfermedad.

(32) La no administración de antibióticos supone unos índices de mortalidad del 100%.

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ciado una menor eficacia ante el avance de la enfermedad y unos mayores índices de

mortalidad. Pese a que las actuales condiciones sanitarias hacen improbable una nueva

pandemia de peste como las conocidas en distintos momentos de la Historia, los inten-

tos de Japón por utilizarla como arma biológica durante la Segunda Guerra Mundial y

los programas de armas biológicas de la extinta URSS durante la guerra fría, que con-

s i g u i e ron la producción en masa de la bacteria Yersina Pestis, deben hacernos re f l e x i o-

nar sobre su potencial para ser empleada como arma bioterrorista. Primero, por existir

reservas naturales del patógeno en las poblaciones de ratas infectadas, segundo, por

tratarse de una bacteria que puede cultivarse y por tanto obtenerse en grandes canti-

dades y terc e ro porque de disponer de una forma de liberarla en la atmósfera ocasio-

naría la variante neumónica de una enfermedad que originaría una alta mortalidad. Un

escenario más aterrador al expuesto sería la obtención, mediante técnicas de ingenie-

ría genética, de una variante del patógeno resistente a los actuales tratamientos con

antibióticos.

EL BOTULISMO

Está causado por una toxina extremadamente potente producida por una bacteria que

se desarrolla en ambientes anaerobios llamada Clostridium Botulinum, de hecho la toxi-

na botulímica, es la sustancia conocida más tóxica (33). La bacteria se desarrolla de

forma natural en el suelo y se reproduce en forma de esporas, obteniéndose la toxina del

cultivo de la bactería en un ambiente privado de oxígeno. Se conocen siete tipos distin-

tos de esta toxinas (de la A a la G). En el caso del hombre, el botulismo es causado por

las variantes A, B, E o F y aunque existen antígenos (antídotos) para cada una de esas

variantes, éstos son específicos (el antígeno A no neutraliza las toxinas B a F). La piel es

impermeable a la toxina pero ésta puede ser absorbida por inhalación, por ingestión o a

través de heridas abiertas. Las toxinas actúan sobre el sistema nervioso causando la dis-

función de los nervios motores, siendo el periodo de incubación de la enfermedad de 12

a 72 horas, en los que se manifiestan los primeros síntomas de la enfermedad (visión

borrosa, dificultad para hablar y tragar). De no tratarse de manera inmediata, los sínto-

mas se agudizan (pérdida de la visión, náuseas y vómitos) llegándose a la paralización

muscular general (incluidos los músculos que intervienen en la respiración), ocasionan-

do la muerte (34).

Aunque existen unos antídotos específicos, su costosa producción en cantidades sufi-

cientes para llevar a cabo una inmunización masiva, así como el corto periodo de dicha

inmunización (un mes), hace que la posibilidad de una inmunización masiva se restrinja

a periodos de alto riesgo. Si a estos factores le añadimos que sus síntomas son fácil-

mente confundibles con otras alteraciones del sistema nervioso y que la confirmación de

la enfermedad necesita de pruebas de laboratorio que tardan días en completarse, nos

llevan a evaluar que su empleo como arma bioterrorista tendría unas consecuencias

catastróficas.

— 60 —

(33) Véase nota 11, p. 52.

(34) En el campo de la medicina, se emplea una versión autorizada de la toxina botúlica para tratar ciertos

espasmos musculares y también para eliminar arrugas (botox).

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LA TULAREMIA

Está causada por una bacteria denominada Franciscella Tu r a l e n s i s y es una causa normal

de muerte en el mundo animal. Fue identificada por primera vez como una potencial ame-

naza para la humanidad en el año 1911, registrándose posteriormente epidemias a gran

escala en Europa y la URSS durante las décadas de 1930 y 1940. Investigada por Japón

en la Segunda Guerra Mundial y posteriormente por Estados Unidos y la URSS durante

la guerra fría, su potencial como arma biológica radica en su capacidad de infección (35).

Existen dos variantes del patógeno (subtipo A y el B), siendo el primero mucho más viru-

lento que el segundo. La bacteria puede mantenerse activa en forma de esporas, en con-

diciones de baja temperatura y por varias semanas, en el agua, en los suelos húmedos,

los pastos o en los cadáveres de animales infectados; produciéndose el contagio bien a

través de la piel (variante ulceroglandular) (36) o bien por vía respiratoria. No se contagia

de persona a persona, y los agentes transmisores son insectos, agua, suelo o alimentos

contaminados. El enfermo, tras un periodo de incubación de entre tres y cinco días,

experimentaría los primeros síntomas que son similares a los de una gripe. Aunque exis-

ten vacunas contra esta enfermedad desde el año 1930, la falta de conocimientos sobre

como la enfermedad ataca al organismo dificulta la obtención de otras mejores. El trata-

miento con antibióticos es eficaz (37) supeditado éste a su pronta administración tras un

dificultoso diagnóstico confirmatorio, al carecer en la actualidad de un método rápido y

eficaz para su detección y diagnóstico.

LAS FIEBRES HEMORRÁGICAS VÍRICAS

Este término engloba distintas afecciones que producen fiebres y hemorragias a resul-

tas de infecciones víricas de una de las cuatro familias de virus, cuadro 2.

— 61 —

(35) La inhalación de tan sólo 10 células, bastan para causar la enfermedad.

(36) Caracterizada por la presencia de una úlcera en el punto de entrada y una hinchazón de los nódulos lin-

fáticos.

(37) Reduciendo la mortalidad del 60% al 2%, en el caso de la variante más virulenta (la causada por el sub-

tipo A).

Cuadro 2.– Famila de fiebres hemorrágicas víricas.

Fuente: ROTZ, L. D. y otros: «Public health assesment of potential biological terrorism agents», capítulo 8 «Emerging infectious diseases», pp.

225-230, 2002.

Familia

Filoviridae

Arenaviridae

Bunyaviridae

Flaviviridae

Ébola

Marburg

Lassa

Fiebre del Valle del Rift

Dengue

Fiebre Amarilla

Fiebre hemorrágica Ébola

Fiebre hemorrágica Marburg

Fiebre de Lassa

Fiebre del Valle del Rift

Fiebre Dengue

Fiebre Amarilla

Virus Enfermedad

Page 58: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Estas enfermedades son ocasionadas por virus que se transmiten al hombre a través del

contacto con animales infectados o por medio de picadura de artrópodos infectados.

Son enfermedades endémicas en el continente africano (38) y debido su alta mortalidad,

despertaron el interés de Estados Unidos y la URSS que las incluyeron dentro de sus

programas de armas biológicas (39).

De todas ellas, tan sólo existe vacuna efectiva contra la Fiebre Amarilla y ésta, debe

administrarse con tiempo de antelación antes de viajar a zonas de riesgo. Esa misma

vacuna no sería efectiva en caso de un ataque bioterrorista por el tiempo que tarda en

conseguir la inmunización frente al virus y porque no se dispone de ésta en cantidad sufi-

ciente para llevar a cabo una inmunización general de la población. Experimentos reali-

zados a primates sometidos a los virus del Ébola, Lassa y Marburg bajo la forma de aero-

sol y que confirmaron una infección positiva, confirman la potencialidad de los mismos

en relación a su posible utilización como armas bioterroristas.

Amenaza bioterrorista, heredera de la guerra biológica

Es una realidad la potencialidad y el daño que el armamento biológico puede ocasionar.

Por ello, la mera posibilidad de que grupos terroristas pudiesen emplear armamento de

este tipo para cometer sus atentados, hace plantearse la necesidad de evaluar dicha

amenaza desde una perspectiva realista, sin dejarse llevar por el miedo que sacude

nuestras mentes cuando se dé plantea la posibilidad de emplear una enfermedad como

arma.

La tecnología del bioterrorismo

La preparación de un ataque bioterrorista necesita de la resolución de tres problemas

técnicos que les permita completar el ciclo de obtención, desarrollo y empleo de arma-

mento biológico y que estaría compuesto de las siguientes fases:

1. Obtención de las cepas letales.

2. Producción del agente con la calidad suficiente, en cantidad y con garantías de man-

tenerlo en condiciones de infectividad.

3. Diseño y producción de un arma que permita la diseminación del agente biológico, en

condiciones óptimas de patogenicidad.

Respecto de la obtención de cepas infecciosa por parte de grupos terroristas, estos dis-

ponen de cuatro alternativas para hacerse con agentes patógenos:

1. A través de las fuentes naturales de los mismos (animales domésticos o salvajes).

2. A través de las colecciones de cultivos que existen en distintos países (40).

— 62 —

(38) Sirva como ejemplo el caso de distintos brotes del Ébola: 1976 Sudán 148 muertes (índice de mortali-

dad del 52%), 1977 Zaire 288 muertes (índice de mortalidad del 90%) o 1979 otra vez Zaire sin datos

de muertes (índice de mortalidad del 66%).

(39) Estados Unidos hicieron estudios sobre la Fiebre Amarilla y la Fiebre del Valle del Rift y la URSS expe-

rimentaron con el Marburg, el Ébola y el Lassa.

(40) En la actualidad existen más de 500 registradas en más de 50 países.

Page 59: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

3. Por medio de Estados que faciliten el acceso de grupos terroristas a sus programas

de desarrollo de armas biológicas.

4. A través de personal que tenga acceso a material de esta índole y que pueda ser

reclutado o extorsionado para facilitarles dicho material.

De las cuatro fuentes potenciales, excepto la primera (de libre acceso, con el condicio-

nante de un posible contagio entre sus filas), el resto considero que son de limitado

acceso por la cada vez mayor seguridad e incremento de las medias de control de las

instalaciones y laboratorios depositarios de cultivos de patógenos, por el mayor control

acerca de las actividades biotecnológicas de aquellos Estados que se consideran pro-

clives a facilitar el acceso a sus programas de armamento biológico y sobre los que, en

caso de una transferencia a terceros, las represalias podrían llegar a tener consecuen-

cias difícilmente asumibles por sus gobernantes (41).

Superado el primer paso (obtención) y respecto a la producción del agente, el diseño y

obtención de un arma que permita la diseminación del agente en condiciones óptimas

de patogenicidad, es donde debemos re m i t i rnos, entre otros, al informe realizado por la

Oficina de Asesoramiento Tecnológico, OTA (Office of Technology Assessment) a l

comienzo de la década de 1990, relativo a la tecnología relacionada con las armas de

destrucción masiva (42). En dicho informe, se establece que el costo por año para el

d e s a r rollo de arsenal biológico era de alrededor de 10 millones de dólares de la época

y que la fase de producción y diseminación del agente son los dos puntos críticos del

p roceso, fases condicionadas a la superación de numerosas dificultades técnicas. Si

bien para el caso de la obtención del ántrax, ese mismo informe determinaba que tan

sólo se necesitaba una muestra y medios para el cultivo y re p roducción de la misma

semejantes a los utilizados en otras industrias en los que se llevan a cabo procesos de

fermentación (elaboración del yogurt, de la cerveza o la industria farmacéutica); pode-

mos concluir que para el caso del cultivo de bacterias dicha tecnología es accesible

para una posible organización bioterrorista con ciertos recursos. Sin embargo, es en el

p roceso de la efectiva distribución del agente para causar bajas masivas (o lo que es

equivalente, a su posible empleo como arma de destrucción masiva), donde las barre-

ras tecnológicas, y según ese mismo informe, re p resentan un freno, evaluando como

« e x t remadamente dificultosa» la elaboración de un arma bioterrorista por los siguientes

m o t i v o s :

1. La propia arma bioterrorista o su sistema de diseminación debe generar una nube de

partículas en forma de aerosol de un tamaño adecuado que permita su inhalación por

el personal blanco del ataque.

— 63 —

(41) El 19 de enero de 2006, el presidente francés Jacques Chirac declaró que: «El arma nuclear no está para

combatir el terrorismo internacional de un grupúsculo fanático, pero los dirigentes de Estados que recu-

rriesen a medios terroristas contra nosotros, como aquellos que pretendan utilizar de una u otra mane-

ra armas de destrucción masiva, deben comprender que se exponen a una respuesta firme y adecua-

da», advirtiendo que Francia está dispuesta a utilizar su armamento nuclear para responder a un ataque

terrorista que provenga de determinadas potencias regionales.

(42) U.S. Congress, Office of Technology Assessment, Technologies Underlying Weapons of Mass Destruc-

tion, OTA-BP-ISC-115, Washington, D.C.: U.S., Government Printing Office, December 1993, disponible

en: bibliografía asignatura Armamento, Tecnología y Defensa.

Page 60: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

2. El agente empleado necesita ser estabilizado para que pueda sobrevivir lo suficiente

después de la fase de diseminación como para infectar a la población víctima.

3. El agente debe ser diseminado de forma lenta, garantizando su viabilidad y toxicidad.

4. El tamaño y forma de la nube así como la concentración del agente, deben ser razo-

nablemente predecibles como para poder realizar un ataque efectivo sobre la pobla-

ción blanco.

Por tanto, y en relación a estos condicionante técnicos, podemos concluir que si bien

para los programas estatales de armamento biológico, éstos no constituyen un obstá-

culo, en el caso de actores no estatales (grupos criminales o terroristas) parecen estar

todavía por encima de sus capacidades evaluando que dichos grupos, sin embargo,

pueden causar graves daños a través de ataques bioterroristas puntuales (43). Esta infor-

mación se refuerza en el año 2004 con un informe del Servicio de Investigación del Sena-

do de Estados Unidos (44) en relación a la posibilidad de ataques terroristas a pequeña

escala empleando agentes biológicos o químicos, en el que se recoge que:

«... para la distribución de un agente químico o biológico por terroristas, muchos de

los pasos necesarios que entrañan un gran dificultad práctica (caso de un ataque a

gran escala, como arma de destrucción masiva) pueden ser inexistentes en el caso

de que grupos terroristas, a costa de exponer su propia seguridad, quisiesen lan-

zar un ataque a pequeña escala...».

En el seno de la Unión Europea, un informe de la Asamblea Parlamentaria de la Organi-

zación del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) (45) del año 2003, acerca de la valoración

de la Protección Civil contra el terrorismo en su componente de carácter Radiológico,

Químico o Biológico (RCB), establece las principales líneas políticas de aproximación a

este fenómeno y examina las actuales políticas de protección civil y su tendencia en dis-

tintos países de la OTAN, finalizando con un análisis de las actuaciones que esa Organi-

zación y la Unión Europea llevan a cabo en relación a la Protección Civil en el campo de

la prevención frente al terrorismo RCB, evaluando que:

«Las armas RCB están dentro del alcance intelectual, financiero y tecnológico de

muchos grupos e individuos» (46).

Personalmente opino que la probabilidad de un ataque terrorista en el que se empleasen

agentes biológicos como armas de destrucción masiva es, a día de hoy poco probable,

sin embargo, el rápido desarrollo de la biotecnología y la cada vez mayor difusión de los

conocimientos a nivel mundial, pueden favorecer la consecución por parte de terroristas

de un arma de este tipo en un futuro.

— 64 —

(43) Como desgraciadamente se confirmó en septiembre de 2001 con los atentados con ántrax en Estados

Unidos.

(44) SHEA, Dana A.: Terrorism: Background on Chemical, Biological, and Toxin Weapons and Options for Les-

sening Their Impact, CRS Report for Congress, Document RL31669, actualizado el 1 diciembre 2004,

disponible en la web del National Memorial Institute for the Prevention of Terrorism disponible en:

htpp://www.mipt.org/Chemical-Weapons.asp, sección «Reports».

(45) WOHLLEBEN, V.: «Civil Protection, a general overview» Documento 143 CC03 E rev.1 NATO Parliamentary

Assembly, 8 noviembre de 2003, disponible en: http://www.nato-pa.int (Publications, Committee

Reports, 2003 Annual session).

(46) WOHLLEBEN, V.: Civil Protection, a general overview, p. 2.

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Aprender del pasado para no repetir errores en el futuro

La aproximación al fenómeno del bioterrorismo debe partir de la base de que el terroris-

mo es una amenaza multidimensional, en la que se conjugan cuatro factores que en últi-

ma instancia, determinarán el alcance de un posible ataque:

1. El quién (persona, organización o grupo que atenta).

2. El qué (el arma empleada).

3. El dónde (blanco de su ataque).

4. El cómo (modo de ataque).

El alcance lo podemos traducir por el daño intencionado y que a mayor daño buscado,

más exigentes para el terrorista serán los condicionantes impuestos por su elección.

Analizando diversos atentados, vemos que la secta de tintes apocalípticos Aum Shinrik-

yo (Verdad Suprema) empleó el gas sarín (47) en el metropolitano de Tokio mediante unos

dispensadores causando sólo 15 víctimas mortales; que en los atentados con ántrax en

Estados Unidos de 2001, de los que todavía se desconoce su autoría, cinco cartas

enviadas por correo a particulares causaron cinco víctimas mortales. Ambos ejemplos

confirman que el impacto de un ataque terrorista estará siempre condicionado por la

interacción de esos cuatro factores.

En el caso particular del bioterrorismo, la dificultad que encierra la mejora del «qué» y el

«cómo» son factores que dificultan de manera exponencial la consecución de un mayor

nivel de daños. Por lo que podemos afirmar que el nivel de riesgo de un ataque biote-

rrorista, disminuye en proporción al número de víctimas que se desean causar, simple-

mente por el hecho de que las probabilidades de un ataque de esas características son

menores.

Los ataques analizados no desencadenaron un escenario de bajas masivas como se

temía, pero sí generaron una ola de temor generalizada en la población, además de

graves trastornos ocasionados por la sensación de vulnerabilidad ante esta amenaza.

Los atentados con ántrax en Estados Unidos en 2001, con un resultado de cinco víc-

timas mortales, causaron además (48) 4.000 falsas alarmas en Estados Unidos (con un

costo estimado de 100 millones de dólares) y un masivo impacto mediático que se

considera responsable de dos fenómenos altamente dañinos para la misma sociedad

n o r t e a m e r i c a n a :

1. La difusión por parte de los medios de comunicación social de información sensible

acerca de capacidades disponibles para limitar este tipo de ataques y de otra infor-

mación relacionada con el empleo de medios para la dispersión de agentes biológi-

cos, información que socava la posición propia proporcionando una ventaja gratuita

al contrario.

— 65 —

(47) El gas sarín es un agente neurotóxico y entra dentro de la categoría de agentes de la guerra química.

(48) LEITENBERG, M.: «Biological Weapons and Bioterrorism in the First Yeras of the 21st Century», Center for

International and Security Studies, University of Maryland 16 abril 2002, disponible en: htpp//

www.cissm.umd.edu/papers/.

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2. Un incremento notable de consumo masivo e incontrolado de antibióticos que a la

larga ocasionará un incremento de la ya creciente mortalidad (49) debido a un incre-

mento de la resistencia de ciertos patógenos a la acción de los antibióticos.

Se comprueba que los efectos no letales de un atentado bioterrorista pueden tener con-

secuencias económicas y sociales que sobrepasan con creces sus efectos letales. La

posibilidad de generar un terror desproporcionadamente elevado en relación con el

número de víctimas causado, lo que se conoce como su vertiente psicológica, puede

causar el pánico, aunque el número de víctimas no sea muy grande.

La clave para enfrentarse con las mayores garantías de éxito, ante futuros incidentes bio-

terroristas, reside en una buena preparación ante diversos posibles escenarios. En el

actual escenario internacional, donde el terrorismo tiene un efecto mediático mayúscu-

lo, el bioterrorismo se ha convertido en un recurso táctico tremendamente tentador por

parte de organizaciones y grupos terroristas, traspasando las fronteras de la seguridad y

convirtiéndose en un problema multidisciplinar en el que se conjugan aspectos de segu-

ridad e inteligencia, de salud pública, de aplicación de las leyes y de la propia comuni-

dad científica.

Medidas para combatir el bioterrorismo

Aún siendo el bioterrorismo una amenaza global y potencial para la humanidad, los paí-

ses la cuantifican de mayor o menor gravedad en base a su evaluación como blanco de

posibles ataques bioterroristas. Estados Unidos la valoran como una amenaza grave y

reaccionan en consecuencia, otros la consideran menos grave y obran otro tanto, por lo

que la aproximación a una solución a la amenaza bioterrorista difiere sustancialmente en

base a estas apreciaciones. Sin embargo, existe unanimidad en la apreciación de que la

biodefensa y la bioseguridad es un problema internacional que se sustenta sobre dos

patas: la seguridad y la salud pública.

Por ello y en distinto grado, todas las medidas implementadas para combatir el biote-

rrorismo se han hecho agrupadas en cuatro frentes principales: disuasión, negación del

acceso a capacidades o materiales relacionadas con armamento biológico, defensa con-

tra posibles ataques bioterroristas y respuesta a dichos ataques.

Así, se establecen dos aproximaciones globales y complementarias al problema del bio-

terrorismo, fundamentos sobre la que debe asentarse una efectiva estrategia contrate-

rrorista: la prevención y la reacción.

Medidas preventivas

En lo referente a la prevención, este concepto englobaría todas aquellas medidas que

pueden establecerse para evitar que organizaciones terroristas desarrollasen la capaci-

dad para perpetrar atentados bioterroristas, para lo cual es imprescindible, desde mi

— 66 —

(49) Se estima que la mortalidad actual debida a infecciones resistentes a tratamientos en Estados Unidos

es de 14.000 (datos CDC) a 20.000 muertes al año, fuente: Organización Mundial de la Salud.

Page 63: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

punto de vista, mejorar las medidas disuasorias existentes y la puesta en marcha de una

serie de nuevas medidas para incrementar la capacidad de respuesta ante un posible

atentado.

En el campo de la contraproliferación y la disuasión, podemos destacar la CAB de

1972 (50), limitada en su efectividad por la ausencia de regímenes formales de verifi-

cación para controlar su cumplimiento, tendencia que se está tratando de corre g i r.

Conducente como el primero a reducir el riesgo de proliferación de armas biológicas,

la resolución 1540 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, solicita a sus Esta-

dos miembros que hagan frente a las amenazas no estatales en su ámbito de jurisdic-

ción. Por último, los programas de subvención para facilitar la reconversión de los anti-

guos programas de armas biológicas de la ya desaparecida URSS en nuevos

p rogramas de investigación han ido encaminadas a disminuir el riesgo de acceso a

« t e rc e ros» a la tecnología, los conocimientos y los materiales empleados en el desa-

r rollo de armas biológicas.

Pese a que el bioterrorismo se trata de un fenómeno de difícil predicción descrito en

numerosas ocasiones como «de poca probabilidad y graves consecuencias», cualquie-

ra que sea su probabilidad y debido a que las consecuencias de estos ataques pueden

ser devastadoras, es necesario implementar todas las medidas a nuestro alcance

para hacer que la su probabilidad no aumente a la vez que se mejora la preparación para

hacerle frente, por lo que además de las anteriores medidas, se considera que deben

realizarse esfuerzos encaminados a la consecución de los siguientes objetivos:

— Una adecuada inteligencia que permita la obtención y el intercambio de información

acerca de grupos terroristas, sus motivaciones y actividades.

— Fomentar una fluida coordinación interagencias entre los distintos países (51).

— Mejorar el adiestramiento (52) de los llamados first re s p o n d e r s (cuerpos o personal

que serían los que actuarían en el caso de un atentado bioterroristas –como es

n u e s t ro caso– como los policías, bomberos, personal sanitario y el sistema de salud

p ú b l i c a ) .

— Incrementar el control y vigilancia por parte de la industria química e industrias pro-

veedoras de productos biológicos de sus instalaciones para dificultar el posible acce-

so de los terroristas a materiales «peligrosos».

— Establecer unas medidas de control, en relación a materiales biológicos y su tecno-

logía asociada, encaminadas a incrementar el control sobre materiales susceptibles

de doble uso.

— 67 —

(50) Primer Tratado de desarme multilateral que prohíbe la producción y el empleo de una categoría entera

de armas que entró en vigor en 1975

(51) Como es el caso del Departamento de Seguridad Naciona, DHS (Department of Homeland Security)

creado en enero de 2003 y que engloba 22 diferentes agencias federales, principal centro de intercam-

bio de información que tiene como misión principal evaluar las vulnerabilidades y las amenazas de la

sociedad norteamericana

(52) Adiestramiento que se considera fundamental para evaluar los protocolos de actuación y que se basa

principalmente en la realización de simulacros de determinados incidentes, como el ejercicio TopOff 2,

realizado por el DHS durante 5 días de mayo de 2003, en las áreas metropolitanas de Chicago y Seat-

tle con un coste de 16 millones de dólares.

Page 64: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Medidas reactivas

Si en la prevención veíamos que la de seguridad tenía un mayor peso específico, en el

caso de que tenga lugar un atentado bioterrorista, esta componente pasará a un segun-

do plano (centrándose en la identificación y detención de los culpables, evitando así

posibles nuevos atentados), tomando un mayor protagonismo la componente sanita-

ria del problema ya que, al fin y al cabo, contra lo que se combatiría sería contra una

enfermedad.

Una efectiva gestión médica de un posible atentado bioterrorista se compondría de los

siguientes procesos:

1. Una rápida identificación del agente y un rápido diagnóstico de aquellos brotes de

enfermedades que se sospechen pueden ser producidos de una manera artificial.

2. Un seguimiento del agente y medio empleado para poder establecer zonas contami-

nadas y zonas seguras.

3. Establecimiento de unos puestos iniciales de reunión donde las víctimas del ataque

fuesen descontaminadas previamente a la fase de tratamiento.

4. Tratamientos normalizados específicos para el agente en cuestión y su disponibilidad

para poder administrarlos en grandes cantidades.

5. Evaluación de las víctimas de acuerdo con su gravedad (triage) y su traslado a cen-

tros hospitalarios o a otras localizaciones que se determinen.

6. Fase de descontaminación del personal, material y edificios.

Examinando cada una de las fases, hay dos de ellas que en la actualidad se considera

que tienen carencias y que por tanto son mejorables: la identificación de agentes bioló-

gicos, su diagnóstico y los tratamientos disponibles para combatir ciertas enfermeda-

des. Se estima que una mejora en estos dos aspectos cruciales incrementaría sustan-

cialmente la eficacia de la gestión médica de un atentado de este tipo, lo que ayudará

en última instancia a salvar vidas, independientemente del añadido efecto disuasorio que

cualquier avance en estos campos tendría sobre posibles bioterroristas, al saberse limi-

tados en el alcance de sus acciones.

En relación a la detección e identificación de agentes biológicos y, al contrario que en el

campo de los detectores de agentes químicos, validados y ampliamente utilizados por

las Fuerzas Armadas de muchos países incluida España, los detectores de agentes bio-

lógicos disponibles son mucho menos efectivos. Esto es debido a la complejidad que se

requiere de estos dispositivos (53) y a que, hasta ahora, la tecnología disponible y la

inversión necesaria para su desarrollo, no se consideraba prioritaria. Con el bioterroris-

mo la amenaza se diversifica entre multitud de posibles agentes, aumentando así la

incertidumbre, por lo que la necesidad de sistemas de detección de agentes biológicos

se ha convertido en una prioridad para muchos gobiernos, destacando en el caso de

— 68 —

(53) De lo que se trata es de introducir una unidad de diagnóstico de un hospital en un dispositivo portátil

que trabaje casi en tiempo real y con una fiabilidad y especifidad muy alta.

(54) Un biosensor es un dispositivo compuesto por dos elementos fundamentales: el sensor, en este caso

microelectrónico, y el receptor biológico, por ejemplo una proteína o una cadena de ADN. Esos dos

componentes, más otros de funcionamiento y conversión de señal forman el biosensor, que puede

medir todo tipo de sustancias, no sólo biológicas.

Page 65: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Estados Unidos, un programa basado en biosensores (54) en desarrollo por la Agencia

de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa, DARPA (US Defence Advance

Research Project Agency) que persigue disponer de «un laboratorio en un chip» con el

objeto de permitir la detección temprana de agentes biológicos en el ambiente, facili-

tando la actuación de las autoridades, proporcionando información a la población e ini-

ciando los protocolos de tratamiento adecuados. En este aspecto, la industria nacional,

en concreto la relacionada con la biotecnología, tiene cada vez un mayor protagonismo

como lo demuestra la creación en el año 2003 de una spin-off, Sensia, S. L., empresa

que comercializará un biosensor de resonancia de plasmón superficial para aplicación

general (55) que tal como explica la doctora doña Laura Lechuga Gómez del Centro

Superior de Investigaciones Científicas, una de las fundadoras de Sensia y en relación a

dichos dispositivos «según lo que quiera medir el usuario habrá de usar el receptor bio-

lógico específico», dispositivos «especialmente útiles para la detección selectiva y cuan-

titativa de sustancias químicas y bioquímicas de forma directa (sin necesidad de marca-

dores)» (56) y que tendrán cuando finalicen su fase de investigación y desarrollo, una

más que probable aplicación en la detección rápida de agentes contaminantes en caso

de guerra química y bacteriológica.

En relación a la segunda carencia destacada, la disponibilidad de tratamientos adecua-

dos para hacer frente a ciertas enfermedades, una solución ideal sería la de poder dis-

poner de vacunas (57) que proporcionasen inmunidad frente a las enfermedades que

pudiesen ser empleadas por bioterroristas, pero esta solución es un reto formidable.

Hasta la fecha la investigación y producción de vacunas relacionadas con agentes bio-

lógicos estaba limitada a iniciativas militares siendo un campo vetado para la industria

farmacéutica por condicionantes de seguridad y rentabilidad de costes.

El refuerzo en la apreciación de la amenaza bioterrorista ha ocasionado, por parte de

algunos países, un incremento de los recursos disponibles para hacerle frente. La actual

Administración norteamericana ha puesto en marcha el proyecto Bio-shield (Escudo bio-

lógico) con un presupuesto cercano a los seis billones de dólares para los próximos 10

años, con el fin de investigar, obtener, producir y almacenar las vacunas y antídotos

necesarios para proteger a Estados Unidos de un ataque biológico (58). Por su parte, la

Unión Europea en la Comunicación de la Comisión al Consejo de 2 junio de 2003 relati-

va a la cooperación en la Unión Europea en materia de preparación y respuesta ante

atentados con agentes biológicos establece que:

— 69 —

(55) Según lo que quiera medir el usuario habrá de usar el receptor biológico específico.

(56) Consultar la memoria Biosensores, Sección Prototipo de Biosensor de Resonancia de Plasmón Super-

ficial de Doble Canal para la Medida de Interacciones Biomolecurales Específicas en: PRIETO, F.; SEPÚL-

VEDA, B.; CALLE, A. y LECHUGA, L. M.: p. 66 disponible en: http://www.imm.cnm.csic.es/castell/memo-

ria2000/l7.pdf

(57) Se han registrado un total de 19 enfermedades de las que no existen tratamientos fiables, estimándose

que la prevención, diagnóstico y tratamiento de las mismas, necesitará de un desarrollo farmacéutico

de 100 nuevos productos. Misma fuente que cita 45, p. 64.

(58) El esfuerzo inicial del Programa Bio-Shield se ha centrado en disponer cuanto antes de antídotos con-

tra la viruela, el ántrax y el botulismo, información disponible en: http://www.whitehouse.gov/infocus/

bioshield/

Page 66: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

«Es preciso contar con laboratorios que dispongan de los conocimientos y la capa-

cidad necesaria para hacer frente a agentes de alto riesgo y a una tecnología y unos

métodos complejos, así como a un repentino aumento de la demanda en caso de

amenazas o atentados múltiples» (59).

En este mismo informe el Comité acordó crear un programa de cooperación en materia

de preparación y respuesta en caso de atentados con agentes biológicos y químicos

(Programa Bichat) y que entre sus 25 acciones comprende:

«Crear una base de datos sobre la reserva de medicamentos y los servicios sanita-

rios y contar con un establecimiento que ponga a disposición medicamentos y

especialistas en atención sanitaria en caso de atentados.»

Después de los atentados terroristas en Estados Unidos, se hizo patente el carácter cru-

cial de la disponibilidad de medicamentos en la Unión Europea y la capacidad de la

industria de paliar toda deficiencia en términos de producción y suministro (60).

Como colofón a las medidas mencionadas, hay que añadir otro factor determinante en

estos casos y es el de la gestión de la psicosis social que un atentado bioterrorista puede

ocasionar. Situación que demandaría de una política informativa clara así como de equi-

pos de psicólogos y otro personal especializado en el tratamiento de las víctimas y afec-

tados, por lo que el establecimiento, ensayo y mejora de los protocolos de actuación y

comunicación son fundamentales.

Conclusiones

La capacidad del hombre para emplear enfermedades como armas ha venido pareja al

desarrollo tecnológico. El desarrollo de los arsenales biológicos ha conseguido elevarlas

a la categoría de armas de destrucción masiva.

Las infinitas variables que afectan a los agentes patógenos y el potencial de destrucción

que encierran, motivó por parte de la comunidad internacional, el intento de prohibir

mediante la CAB de 1972 su desarrollo, producción y almacenamiento así como la des-

trucción de las ya existentes. Pese a la ratificación de esta Convención por parte de 150

países, el riesgo de proliferación de este tipo de armas se evalúa alto por el creciente

número de países que se sospecha disponen o tienen capacidad para desarrollar arse-

nales biológicos.

Los condicionantes que hasta ahora impidieron su empleo como arma por parte de los

Estados (carácter indiscriminado de las mismas y la exposición a unas represalias masi-

vas) no son aplicables a ciertas organizaciones o grupos terroristas. La perpetración de

atentados terroristas en los que se han empleado agentes biológicos, unido al cada vez

— 70 —

(59) Información disponible en: http://europa.eu.int/smartapi/cgi/sga_doc?smartapi!celexplus!prod! Doc

Number&lg=es&type_doc=COMfinal&an_doc=2003&nu_doc=320.

(60) En diciembre de 2001 se creó un grupo operativo conjunto «Servicios de la Comisión-industria farma-

céutica» con el fin de explorar la disponibilidad, las capacidades de producción, almacenamiento y dis-

tribución de medicamentos que puedan emplearse en respuesta a atentados bioterroristas.

Page 67: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

mayor desarrollo tecnológico, pueden derribar las hasta ahora barreras que separaban a

los actores no estatales del acceso a la tecnología y los conocimientos necesarios para

la obtención de un arsenal bioterrorista.

Pese a considerarse como «improbable» el empleo por parte de organizaciones o gru-

pos terroristas de agentes biológicos como armas de destrucción masiva, los incidentes

registrados y los deseos manifiestos de algunos de estos grupos por dotarse de medios

para causar bajas masivas, hace que se estén implementando medidas a nivel estatal y

mundial para reducir el riesgo asociado al bioterrorismo. Medidas que se desarrollan en

dos frentes principales: el de la seguridad y el de la sanidad.

Aún evaluando la amenaza de un atentado bioterrorista a gran escala como poco pro-

bable, se considera la preparación frente a este riesgo, la mejor medida para combatir-

lo. Así, en el campo de la seguridad, se consideran como prioritarias todas las media-

das que fomenten la cooperación internacional frente al terrorismo. La puesta en

m a rcha de un Protocolo de Verificación a la Convención sobre Armas Biológicas y To x í-

nicas, se considera una de las medidas contraproliferación más efectivas, y permitiría

disminuir el riesgo asociado al bioterrorismo. Por otro lado, en el campo de la sanidad,

es prioritario la mejora de la red de vigilancia epidemiológica y de la capacitación del

personal sanitario para reconocer y detectar los posibles agentes biológicos. El desarro l l o ,

práctica y continua mejora de los protocolos de actuación frente a un atentado donde

se empleen agentes biológicos, ayudará a salvar vidas en caso de un atentado biote-

r rorista. Además, la mejora de los dispositivos que permitan la detección temprana de

agentes biológicos y de tratamientos efectivos contra los agentes bioterroristas

de mayor riesgo, se consideran fundamentales para mitigar el alcance de un posible

ataque bioterro r i s t a .

Como conclusión última, y si bien a la enfermedad (la esencia de un ataque biológico),

tal y como nos enseña la misma naturaleza día tras día, no pueda nunca llegársela a ven-

cer; al menos debe quedarnos el consuelo de saber que hemos hecho todo lo que esta-

ba a nuestro alcance por intentarlo.

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— 72 —

Page 69: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

DE FUERZAS DE MANTENIMIENTO DE LA PAZ

A EJÉRCITO AZUL

Ignacio Pérez GarcíaAbogado.

En cuanto a lo que ordinariamente se denomina derecho de gentes, es cierto que,

sin sanción, sus leyes no son más que quimeras y todavía más débiles que la ley de

la naturaleza, por lo menos ésta habla al corazón de los particulares mientras que las

decisiones del derecho de gentes, que no tiene más garantía que la utilidad del que

a él se somete, sólo son respetadas cuanto el interés las confirma (1).

J. ROUSSEAU

As Kofi Annan once said, the UN is the only fire brigade in the world that has to

acquire a fire engine after the fire has started (2).

Introducción

El motivo de este artículo es poner en evidencia, la falta de desarrollo por parte del Conse-

jo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), de las Fuerzas Armadas de

la ONU, previsto en los artículos 43 y 47 de la Carta. Los problemas a los que el sistema

de seguridad colectiva de la ONU ha tenido que hacer frente, sobre todo en las últimas dos

décadas, ha alcanzado las 47 misiones de mantenimiento de la paz. Esto ha sido debido a

fenómenos como la globalización, el fin de la guerra fría, la incorporación de nuevos acto-

res a las relaciones internacionales, los enfrentamientos nacionalistas, religiosos y étnicos,

el crimen organizado y otros factores de índole transnacional, que han dado lugar a com-

plejas transformaciones en el mundo. Para superar los nuevos retos, sería de gran utilidad

el desarrollo de estas Fuerzas Armadas azules, las cuales deberían aprender de las expe-

riencias obtenidas en las operaciones de mantenimiento de la paz, y mecanismos como la

acción preventiva para evitar conflictos, por lo que pasaré a desarrollar el funcionamiento de

las operaciones de paz actuales, para constatar sus virtudes y limitaciones; concluyendo

con una proposición de desarrollo y futuro de unas verdaderas Fuerzas Armadas de la ONU.

Las Fuerzas de Mantenimiento de la Paz

Las Fuerzas de Mantenimiento de la Paz (FMP) de Naciones Unidas no son las Fuerzas

Armadas de los artículos 43 y 47 de la Carta que el propio Consejo de Seguridad puede

— 73 —

(1) ROUSSEAU, J. J.: Escritos sobre la paz y la guerra, p. 61, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid,

1982.

(2) Preface Sir BRIAN URQUHART: A United Nations Emergency Peace Service to Prevent Genocide and Crimes

Against Humanity 1. Discussion Draft: UNEPS Conference, febrero, 5-6 de 2005.

Page 70: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

constituir, ni las fuerzas organizadas por los Estados miembros, sobre una recomenda-

ción del Consejo (véase la resolución de 27 de junio de 1950 con ocasión de la guerra

de Corea «a los miembros de Naciones Unidas que proporcionen a la República de

Corea la ayuda que pueda ser necesaria para repeler el ataque armado y restablecer la

paz y seguridad internacionales en la región»), o de una autorización, como en la resolu-

ción 678 de la guerra en el Golfo, a utilizar todos los «medios necesarios» para hacer

cumplir resoluciones anteriores, que amparó la intervención militar aliada contra Irak, y

que habilita a utilizar acciones coercitivas no institucionalizadas, es decir, no llevadas a

cabo por la propia ONU a fin de restablecer la paz internacional y la seguridad.

Las FMP al contrario de las fuerzas nacidas fruto de las recomendaciones y autorizacio-

nes mencionadas, se diferencia, por su acción ejecutiva institucional con naturaleza pre-

ventiva para mantener la paz a través de dos grandes tipos de operaciones; la primera

consiste en el envío de una misión de observación –ejemplos: ONU para la Vigilancia de

la Tregua (ONUVT) en Palestina en 1948 y el Grupo de Observadores Militares de Nacio-

nes Unidas en la India y el Pakistán (UNMOGIP) en 1949–. En este caso, los miembros

de la misión sólo cumplen la función de observar, excluyéndose toda posibilidad de

desempeñar un cometido activo. El personal no porta armas. El otro gran tipo de opera-

ción es aquel en el que las fuerzas de la ONU tienen el cometido específico de mante-

ner la paz, supervisando los acuerdos de armisticio o de alto el fuego, condición previa

para el despliegue de esas fuerzas. Una operación de mantenimiento de la paz es un

acuerdo provisional, que permita lograr unas mínimas condiciones de paz y de seguri-

dad que impidan las hostilidades, para facilitar las negociaciones sobre el arreglo del

conflicto. El concepto es que la presencia in situ de una fuerza legitima, multinacional,

neutral e imparcial tiene un importante efecto disuasorio sobre los combatientes. Este

tipo de FMP se formó por primera vez el 5 de noviembre de 1956, amparándose en la

resolución 1000 (Ex 1) de la Asamblea General respondiendo a la crisis del canal de Suez

y creando la primera Fuerza de Emergencia de Naciones Unidas (FENU I, en el Sinaí y en

Gaza) y que continúan constituyéndose hoy Fuerza de Protección de Naciones Unidas

(UNPROFOR) en la antigua Yugoslavia, Autoridad Provisional de Naciones Unidas en

Camboya (APRONUC).

El Consejo de Seguridad configura la misión de mantenimiento de la paz a través de un

mandato, que llena de contenido la misión. Para establecer una nueva misión o modifi-

car un mandato dado, es necesario contar con nueve votos favorables de los 15 con los

que cuenta el Consejo de Seguridad. De todas maneras si uno de los cinco miembros

permanentes vota en contra, la misión no prospera o el mandato no se modifica. Los

cascos azules participan en las misiones bajo unas condiciones pactadas con sus res-

pectivos gobiernos de los que dependen completamente en la autorización para el des-

pliegue de las fuerzas pacificadoras así como la responsabilidad en las retribuciones,

disciplina y personal.

Origen de las misiones de paz

El término de «mantenimiento de la paz» se menciona específicamente en el Preámbulo

de la Carta de Naciones Unidas:

— 74 —

Page 71: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

«Unir nuestras fuerzas para el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales

[…] mediante la aceptación de principios y la adopción de métodos que no se usará

la fuerza armada sino en servicio del interés común.»

D e s a r rollándose en el articulado de la Carta al formular en el punto uno del artículo pri-

m e ro que el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales es el propósito de la

ONU. La primera operación, como organismo de la ONU fue la ONUVT en Palestina, esta-

blecida en el año 1948 para supervisar la tregua a petición del Consejo de Seguridad.

Paz y seguridad internacional

El contexto internacional ha cambiado; por lo tanto los modelos de solución de los con-

flictos han tenido que adaptarse a la evolución de los mismos. El principal cambio se

produjo en los años noventa con el fin de la guerra fría, originándose a partir de ese

momento el 90% de los conflictos en el interior de los Estados en vez de enfrentarse

entre ellos. El Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz (DPKO) de

Naciones Unidas fue creado en 1992 para apoyar esta demanda creciente de operacio-

nes de mantenimiento de la paz complejas. En el ámbito de las operaciones de mante-

nimiento de la paz, se incrementó la participación de organizaciones regionales y el reco-

nocimiento de la importancia de programas de consolidación de la paz que garantizan a

largo plazo el mantenimiento de la paz. En el Informe del Grupo sobre las Operaciones

de Paz de Naciones Unidas, Informe Brahimi (3), ya se propone como necesidad una

estrategia y apoyo para la consolidación de la paz, proponiendo un cambio en la doctri-

na del uso de la policía civil y en los aspectos conexos del imperio de la ley en las ope-

raciones de paz en las que se insiste en un enfoque de equipo para la promoción del

imperio de la ley y el respeto de los derechos humanos y en la necesidad de ayudar a

las comunidades que salen de un conflicto a lograr la reconciliación nacional.

Así se añaden la incorporación de los programas de desarme, desmovilización y reinte-

gración en los presupuestos de las operaciones de paz complejas desde la primera

etapa; la flexibilidad para que los jefes de las operaciones de paz de la ONU puedan

financiar proyectos de efecto rápido que mejoren efectivamente las condiciones de vida

de la población de la zona de la misión y una mejor integración de la asistencia electo-

ral en una estrategia más amplia de apoyo de las instituciones de gobierno. En conflic-

tos civiles, el Consejo de Seguridad ha autorizado operaciones de mantenimiento de la

paz, con un sentido innovador y complejo, tales como las operaciones desempeñadas

en El Salvador, Guatemala, Camboya y Mozambique.

La ONU es el instrumento más adecuado para realizar estas funciones de mantenimien-

to y consolidación de la paz por diversas razones; entre otras su experiencia multilateral

de más de 60 años, su legitimidad derivada por su composición de 191 Estados miem-

bros, su capacidad de coordinación y la imparcialidad necesarias para prestar asisten-

cia en estas esferas, especialmente a través del Consejo de Seguridad, la Asamblea

General y el secretario general. Para reafirmar lo anterior, contamos con el examen

— 75 —

(3) Examen amplio de toda la cuestión de las operaciones de mantenimiento de la paz en todos sus aspec-

tos, A/55/305-S/2000/809.

Page 72: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

realizado por Rand Corporation (4) de ocho misiones finalizadas de mantenimiento de la

paz en el Congo Belga, Namibia, El Salvador, Camboya, Mozambique, Slavonia del Este,

Sierra Leona y Timor del Este. El estudio concluye que dos tercios de dichas misiones

fueron exitosas. Los autores dictaminaron que la ONU aporta el marco institucional más

apropiado para las mayores y más exigentes misiones de reconstrucción nacional,

debido al comparativamente bajo coste de estructura, el alto nivel de éxito y legitimidad

internacional.

Evolución del mantenimiento de la paz

El fin de la guerra fría provocó un cambio impresionante en la labor de mantenimiento

de la paz que realizan la ONU y las coaliciones multilaterales. En un nuevo espíritu

de cooperación, el Consejo de Seguridad estableció misiones de mantenimiento de la

paz más grandes y complejas, a menudo para ayudar a hacer cumplir acuerdos de paz

generales entre protagonistas en conflictos en el interior de los Estados. Además, el

mantenimiento de la paz llegó a incluir cada vez más elementos no militares para ase-

gurar la sostenibilidad. En El Salvador y Mozambique, por ejemplo, las operaciones de

mantenimiento de la paz pro p o rc i o n a ron formas de lograr la paz autosostenida. Exis-

t i e ron fracasos por una evaluación excesivamente optimista de lo que podría lograr el

mantenimiento de la paz por parte de Naciones Unidas. Al tiempo que se llevaban a

cabo complejas misiones en Camboya y Mozambique, el Consejo de Seguridad des-

pachó FMP a zonas de conflictos como Somalia, donde no se había logrado el cese del

fuego ni el consentimiento de todas las partes en el conflicto. Esas operaciones no te-

nían el potencial humano necesario ni estaban apoyadas por la voluntad política nece-

saria para cumplir sus mandatos. Los fracasos –en particular la matanza de Sbre n i c a

(Bosnia-Herzegovina) en el año 1995 y el genocidio de Ruanda en 1994– condujeron a

un periodo de reducción de las operaciones y de auto examen en relación con las ope-

raciones de Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz que culminó con el Infor-

me Brahimi.

Funciones de las FMP. Cometidos del personal militar

Acuden a las misiones de paz como observadores o portando armas ligeras para su legí-

tima defensa y sus principales cometidos pueden así resumirse:

— Supervisar la retirada de tropas, observar el cumplimiento de acuerdos y evitar las

violaciones de cese al fuego.

— Patrullar zonas desmilitarizadas.

— Establecer zonas de amortiguación entre fuerzas rivales.

— Vigilar el mantenimiento del orden y la ley.

— Prestar servicios médicos de emergencia.

— Hacer cumplir embargos.

— Investigar incidentes.

— Ayudar a reasentar a los refugiados.

— 76 —

(4) DOBBINS, J. et al.: «The UN’s role in Nation-Building: from the Congo to Iraq», Rand Publications, 2005.

Page 73: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

— Apoyar el restablecimiento de actividades civiles normales en zonas asoladas por

conflictos.

— Limpiar los campos minados.

— Desarmar las facciones en pugna.

— Observar y supervisar el buen desarrollo de elecciones.

— Verificar el respeto a los derechos humanos.

— Proporcionar socorro humanitario.

— Controlar físicamente las zonas de seguridad fijadas en las operaciones de paz.

— Controlar los movimientos de armamento y personal armado en zonas de conflicto.

Requisitos para constituir una operación de paz

Una operación de paz puede formarse a solicitud de un Estado, un grupo de Esta-

dos miembros, o a propuesta del secretario general o el Consejo de Seguridad. Para que una

operación de paz se lleve a efecto debe de reunir una serie de requisitos básicos, como son:

— La propuesta debe contar con el explícito consentimiento del país o todos los países

interesados.

— Debe ser ampliamente respaldada por la comunidad internacional (tiene que tener

como mínimo nueve votos afirmativos de los miembros del Consejo de Seguridad y

ningún voto negativo de los cinco miembros permanentes del citado Consejo (China,

Francia, Federación Rusa, Inglaterra y Estados Unidos).

— Que algún o algunos Estados miembros estén dispuestos a contribuir con tropas,

fondos y equipos necesarios.

Plazos y procedimientos para el establecimiento de una operación de paz

Las misiones de mantenimiento de paz en la época de la guerra fría disponían de un plazo

para desplegarse de tres a seis meses, con un complejo sistema de financiación. En la

actualidad, con la guerra fría superada y con la apremiante necesidad de responder con

rapidez a situaciones de confrontación cada vez más numerosas, complejas e inmediatas,

el secretario general y la propia Asamblea General, estudian formas para agilizar los pro c e-

dimientos y reducir el tiempo de despliegue como se puede constatar con la creación de la

Brigada de Reserva con Alto Estado de Alistamiento (SHIRBRIG, en sus siglas en inglés).

El plazo de puesta en marcha de una operación varía sustancialmente en cada caso, y

depende de factores tales como, la voluntad de los Estados miembros por apoyar una

determinada operación, de la complejidad del mandato asignado a cada misión por el

Consejo de Seguridad, de los fondos dispuestos y del grado de dificultad logística.

El procedimiento, se inicia cuando el secretario general informa al Consejo de Seguridad

acerca de cómo puede iniciarse o ejecutarse una operación y deberá, a continuación,

acometer las siguientes tareas:

— Seleccionar al comandante en jefe de la fuerza.

— Solicitar a los Estados miembros que suministren fondos y contribuyan con equipos,

material de comunicación, repuestos, transporte, apoyo logístico, tropas, policía civil

y demás personal civil especializado, bien cedido por las naciones o reclutado local-

mente; además del personal designado dentro del sistema de la ONU a tal efecto.

— 77 —

Page 74: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

— Asignar el seguimiento administrativo de la operación al DPKO, una vez que haya

sido puesta en marcha.

Brigada Multinacional de Despliegue Rápido

de las Fuerzas de Reserva de Naciones Unidas

Se constituyó el 15 de diciembre de 1996 a instancias del secretario general de Nacio-

nes Unidas, que el año anterior en el Supplement to an Agenda for Peace aconsejó con-

siderar la idea de una fuerza de rápido despliegue. Dinamarca convocó un grupo de tra-

bajo con Estados, de larga experiencia y solvencia en el campo de misiones de paz y

sondeó la posibilidad de crear una fuerza de despliegue rápido en el marco de la ONU,

UNSAS (United Nations Stand-by Arrangement System).

SHIRBRIG no es una unidad permanente. Las unidades no están ubicadas en el mismo

lugar, sino que permanecen en sus respectivos países. El entrenamiento homogéneo y

equipo estándar, así como una doctrina y disposiciones comunes para el control opera-

cional de la fuerza proporcionan a cohesión a las unidades, que son responsabilidad de

cada país, pero que participan en actividades conjuntas de entrenamiento y ejercicios

de puesto de mando con el comandante y el estado mayor. El único personal perma-

nente es un pequeño grupo, o elemento de planificación, con base en Dinamarca.

La SHIRBRIG tuvo su bautismo operativo en el año 2000, cuando unidades de la Briga-

da –de Canadá, Holanda y Dinamarca– se desplegaron exitosamente como fuerza fun-

damental de la operación UNMEE en Etiopía y Eritrea.

En el Informe Brahimi, se considera que la SHIRBRIG podría transformarse en el mode-

lo de aporte regional para lograr mayor eficacia en la capacidad de respuesta rápida de

la ONU, sin que exima a los Estados de su responsabilidad de participar activamente en

las operaciones de paz o que impida a los Estados pequeños a participar.

En la actualidad 16 naciones (15, ya que Argentina es un miembro en suspenso) son

miembros, entre ellas España que en el año 2006 ostentó la Presidencia, han firmado uno

o más documentos de la SHIRBRIG, con siete naciones adicionales (Croacia, República

Checa, Hungría, Irlanda, Jordania, Senegal y Chile) como observadores. Los Estados

miembros deciden caso por caso su participación en cualquiera de las misiones plantea-

das, respetando así la soberanía nacional.

El concepto SHIRBRIG:

— Los gastos de las unidades de la SHIRBRIG, de entrenamiento y preparación para el

despliegue, son asumidos por cada país.

— A partir del despliegue, la ONU corre con todos los gastos de la SHIRBRIG, confor-

me la normativa de la ONU.

— La Brigada solamente se va a desplegar en casos puntuales para operaciones de

paz, a instancias del secretario general con el mandato del Consejo de Seguridad

de Naciones Unidas. En misiones tales como despliegue preventivo, compro b a c i ó n

del alto el fuego, supervisión de separación de fuerzas, así como apoyo a opera-

ciones de ayuda humanitaria, pero siempre como la primera unidad en llegar a

t e r re n o .

— 78 —

Page 75: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

— Con una duración máxima de seis meses, o bien la misión llega a su fin o bien SHIR-

BRIG es reemplazada.

— El tiempo de reacción de la Brigada será de 15 a 30 días después que los países par-

ticipantes tomen la decisión de desplegar efectivos a petición de la ONU.

— SHIRBRIG debe contar con capacidad propia de autodefensa prolongada, así como

de retirar sus elementos de situaciones insostenibles. Si fuera necesario, la Brigada

será autosuficiente, en términos logísticos, durante un periodo de 60 días.

— Una vez completamente desplegada, la Brigada contará con entre 4.000 y 5.000

efectivos, incluyendo cuartel general dotado de elementos de comunicación, batallo-

nes de Infantería, unidades de reconocimiento, apoyo médico, de Ingenieros y de

apoyo logístico, así como helicópteros y policía militar.

— Las autoridades de cada país participante son responsables del apoyo logístico a sus

respectivas unidades en la SHIRBRIG, lo que es coordinado por el Centro de Opera-

ciones Logísticas de la Brigada (BLOC).

— La existencia de una reserva de la Brigada, que consiste de unidades similares que

exceden el requerimiento de fuerza, normalmente garantiza el despliegue de la Bri-

gada, incluso si un participante decide abstenerse de contribuir con efectivos para

una misión específica.

Crítica a la SHIRBRIG

«El valor militar de una Brigada formada por 12 nacionalidades diferentes es esen-

cialmente cero.» «Una Brigada es una fuerza pequeña para comenzar una misión y

formando parte de una coalición es aún más débil. Así, la única manera de ser ope-

rativa es acudir a cualquier lugar sin resistencia por fuerzas locales, por lo que si el

ejército local coopera, ¿por qué enviar a la Brigada en primer lugar? Bill Liad pon-

dría definitivamente este esfuerzo directamente en una categoría simbólica» (5).

El analista militar continúa que «simbólico» no significa «sin importancia». El simbolismo

es importante, según Bill Liad, porque el «gobierno mundial» no es un gobierno repre-

sentativo, por lo que es concebible que la ONU pudiera reflotar un régimen impopular

contra los deseos de su propia población. Otra posibilidad es que la población pudiera

ser dependiente de una autoridad no elegida y distante para preservar su bienestar no

generando sus propias defensas.

Otros analistas como Mickey Craig, del Departamento de Política de Hillsdale Collage,

no está seguro que la SHIRBRIG permanezca como una fuerza simbólica. Histórica-

mente, los imperios siempre han confiado en fuerzas de diferente origen étnico que el

autóctono para patrullar sus provincias, debido a que éstas son más proclives a usar la

violencia contra civiles.

Mando de una fuerza de paz

Las operaciones de mantenimiento de paz de la ONU son responsabilidad del Con-

sejo de Seguridad, y es éste el encargado de establecerlas. El orden jerárquico en

— 79 —

(5) Bill Lind, analista militar del Washington-Based Free Congress Foundation.

Page 76: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

una operación de paz se establece según las reglas que marca la Organización y son

las siguientes:

— Del Consejo de Seguridad, máximo responsable de una operación, depende del

secretario general, quien a su vez rinde cuentas al Consejo en relación al cumpli-

miento del mandato y al seguimiento de la dirección de la fuerza.

— El comandante en jefe de las fuerzas, es el máximo responsable en el terreno y tiene

la autoridad plena sobre los efectivos. Entre sus cometidos está el de informar al

secretario general sobre el desenvolvimiento de las operaciones.

— Los efectivos constituyen la fuerza propiamente dicha. Están bajo el mando superior

del comandante en jefe y le informan sobre la marcha de una misión.

— Los contingentes, por tanto, mientras se desarrolla una misión de paz, están bajo el

mando de Naciones Unidas, y no bajo la autoridad del país que aporta las tropas. Por

ello sólo pueden recibir instrucciones de la Organización y no del gobierno del país

origen de los soldados asignados a una determinada misión.

— Con este sistema de funcionamiento las operaciones de paz tienen garantizada la

imparcialidad y el servir a intereses de la comunidad internacional y no a intereses

particulares.

Prevención de conflictos

Naciones Unidas utilizan diversos instrumentos:

DIPLOMACIA PREVENTIVA

Evita que surjan las controversias o las resuelve antes de que den lugar a un conflicto.

De no impedir un conflicto, limita su alcance. La diplomacia preventiva se materializa en

forma de mediación, conciliación y negociación. La alerta temprana es un elemento

esencial de la prevención y la ONU vigila atentamente la evolución de la situación políti-

ca en todo el mundo con el fin de detectar amenazas para la seguridad y la paz interna-

cionales, que permitirá al Consejo de Seguridad adoptar medidas preventivas.

Los enviados del secretario general practican la diplomacia preventiva y la mediación en

todo el mundo. Especialmente, en zonas problemáticas, los enviados del secretario

general pueden prevenir el aumento de las tensiones y trabajan estrechamente con orga-

nizaciones regionales.

DESPLIEGUE PREVENTIVO

Consiste en el envío de una FMP para prevenir un conflicto probable, por medio de la

creación de una «barrera», entre las partes en disputa, al tiempo que ayudan a frenar los

conflictos creando confianza en las zonas de tensión. Hasta ahora, los únicos casos con-

cretos de despliegue preventivo son las misiones de Naciones Unidas en la antigua

República Yugoslava de Macedonia y en la República Centroafricana.

DESARME PREVENTIVO

El desarme preventivo consiste en la reducción del número de armas pequeñas (también

conocidas como armas ligeras o convencionales) presentes en zonas propensas a con-

— 80 —

Page 77: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

flictos, tales como El Salvador y Mozambique, donde además de desmovilizar a las fuer-

zas en conflicto también se destruyen las armas para evitar que se utilicen en conflictos

futuros.

Junto con el despliegue preventivo, el desarme preventivo complementa la diplomacia

preventiva.

IMPOSICIÓN DE LA PAZ (MEDIDAS COERCITIVAS)

De acuerdo al Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad

puede tomar medidas coercitivas para mantener o restablecer la paz y la seguridad inter-

nacionales, entre las que figuran las siguientes:

— Sanciones: son obligatorias y se aplican cuando la paz está amenazada y fracasan

los esfuerzos diplomáticos. Algunos países que recibieron sanciones de este tipo en

la década de los años noventa fueron Irak, antigua Yugoslavia, Libia, Haití, Liberia,

Ruanda, Somalia, las fuerzas de la UNITA en Angola, Sudán, Sierra Leona, Repúbli-

ca Federal de Yugoslavia (incluido Kosovo), Afganistán, Etiopía y Eritrea.

— Las sanciones se establecen con el fin de que el Estado o entidad que amenace la

paz y la seguridad internacionales sea presionado para cumplir con los objetivos fija-

dos por el Consejo de Seguridad sin que se tenga que recurrir a la fuerza. Las san-

ciones a utilizar pueden abarcar una amplia gama de actividades las cuales incluyen

sanciones económicas y comerciales, embargos de armas, restricción o prohibición

de viajes y restricciones financieras y diplomáticas.

— La ONU es la más indicada para aplicar estas sanciones debido a su carácter uni-

versal. Asimismo, a los criterios para la imposición de las sanciones se han sumado

las preocupaciones de muchos Estados y organizaciones humanitarias por las posi-

bles consecuencias negativas de las sanciones para los segmentos más vulnerables

de la población, tales como las mujeres y los niños, así como los efectos que pue-

dan resultar en las economías de terceros países que se vean obligados a interrum-

pir las relaciones comerciales y económicas con el Estado sancionado.

— Los efectos negativos de las sanciones, se reducen en gran medida incorporando

directamente en las resoluciones del Consejo de Seguridad excepciones de carácter

humanitario, así como con el establecimiento de «sanciones inteligentes», que son

aquellas que presionan a quienes ostentan el poder y no a la población en general,

reduciendo el costo humanitario.

En caso de que fracasen las iniciativas de establecimiento de la paz, el Capítulo VII de la

Carta de Naciones Unidas permite a los Estados tomar medidas más enérgicas. El Con-

sejo de Seguridad ha autorizado a coaliciones de países a usar todos los medios nece-

sarios, incluyendo los militares, para hacer frente a un conflicto.

Ejemplos de la autorización de medidas militares son los siguientes:

— Para restablecer la soberanía de Kuwait después de la invasión de Irak (1990).

— Para establecer un entorno seguro para las operaciones de socorro humanitario en

Somalia (1992).

— Para contribuir a la protección de los civiles en Ruanda (1994).

— Para restablecer el gobierno elegido democráticamente en Haití (1994).

— 81 —

Page 78: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

— Para proteger operaciones humanitarias en Albania.

— Para restaurar la paz y la seguridad en Timor Oriental.

Aunque las medidas anteriores fueron sancionadas por el Consejo de Seguridad, su apli-

cación estuvo bajo el control de los Estados participantes. No son operaciones de man-

tenimiento de la paz ya que estas operaciones además de ser establecidas por el Con-

sejo de Seguridad deben estar dirigidas por el secretario general.

Consolidación de la paz. Mantenimiento de la paz

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es consciente del aumento de la necesi-

dad de establecer más y mejor equipadas misiones de mantenimiento de la paz. En la

actualidad, el DPKO de la ONU gestiona 18 operaciones sobre el terreno y 11 misiones

políticas, que ocupan a unos 84.409 efectivos alcanzando los 100.000 si se incluye per-

sonal civil. Los cascos azules directamente inciden en la vida de más de 200 millones de

personas e indirectamente sobre más de 1.000 millones.

Estas demandas en aumento pondrán a prueba la capacidad de la ONU en la esfera del

mantenimiento de la paz como nunca antes, y exigirán cuantiosos recursos adicionales

para poderlas satisfacer. El mantenimiento de la paz es una forma de ayudar a los paí-

ses asolados por los conflictos a crear condiciones favorables para la paz sostenible.

Los integrantes de las FMP —soldados y oficiales militares, funcionarios de policía y per-

sonal civil procedentes de muchos países— supervisan y observan los procesos de paz

que surgen con posterioridad a las situaciones de conflicto y prestan asistencia a los

excombatientes en la aplicación de los acuerdos de paz que se han firmado. Esa asis-

tencia se presenta de diversas formas, incluidas las Medidas de Fomento de la Confian-

za, las disposiciones para compartir el poder, el apoyo electoral, el fortalecimiento del

imperio de la ley, y el desarrollo económico y social.

La Carta de Naciones Unidas otorga al Consejo de Seguridad la atribución y la respon-

sabilidad de adoptar medidas colectivas para mantener la paz y la seguridad internacio-

nales. La comunidad internacional generalmente se dirige al Consejo de Seguridad para

que autorice operaciones de mantenimiento de la paz. La mayoría de esas operaciones

se establecen y llevan a cabo por las propias Naciones Unidas con tropas que desem-

peñan sus funciones bajo el mando operacional de la ONU. Cuando no se considera

apropiada o viable la participación directa de la ONU, el Consejo autoriza a organizacio-

nes regionales, como la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN), la

Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO), o a coaliciones de

países dispuestos a hacerlo a que lleven a cabo determinadas funciones relacionadas

con el mantenimiento de la paz o la imposición de la paz. El número de operaciones está

alcanzando un nivel inusitado. El despliegue de tropas sigue una progresión ascendente

y la necesidad de disponer de más especialistas civiles será pronto extrema.

La consolidación de la paz comprende una gama de actividades políticas institucionales

y de desarrollo a largo plazo abordando las causas de fondo de los conflictos, para evi-

tar que resurjan éstos, es decir busca una paz sostenible y duradera. Para consolidar la

paz se realizan las siguientes actividades, cuadro 1.

— 82 —

Page 79: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

— 83 —

La consolidación de la paz también puede ser preventiva para evitar conflictos y estabi-

lizar las regiones o Estados en disputa. Ejemplos de consolidación de la paz preventiva

se han dado en Guinea-Bissau y la República Centroafricana, donde se han logrado evi-

tar disputas civiles.

La consolidación de la paz ha tenido una función prominente en las operaciones de paz

de Naciones Unidas, en lugares tales como Camboya, El Salvador, Guatemala, Mozam-

bique, Liberia, Bosnia-Herzegovina, Sierra Leona, Kosovo y Timor Oriental. En algunos

casos su labor ha ayudado a integrar a las partes en conflicto en la vida política, a tra-

vés de su transformación en partidos políticos, tales como Mozambique, El Salvador y

Guatemala.

Asimismo, el secretario general tiene la facultad de nombrar representantes para que

coordinen las medidas de consolidación de la paz y dirijan oficinas de apoyo a la con-

solidación de la paz.

La ONU se ha llegado a encargar de la supervisión de elecciones desde el año 1989,

cuando supervisó en su totalidad el proceso electoral que logró la independencia de

Namibia, ha supervisado elecciones en países como Nicaragua (1990), Haití (1990),

Angola (1992), Camboya (1993), El Salvador (1994), Suráfrica (1994), Mozambique

(1994), Eslovenia Oriental (1997), Croacia (1997), Liberia (1997), República Centroafrica-

na (1998-1999). Además, participó como observador en el referéndum sobre la inde-

pendencia en Eritrea (1993) y la consulta popular celebrada en Timor Oriental (1999).

Para ayudar a los Estados a preparar y celebrar elecciones libres e imparciales la ONU

cuenta con una División de Asistencia Electoral, aunque otras entidades de la Organiza-

ción participan en esta actividad.

Cuadro 1.– Actividades para consolidar la paz.

Esfera militar y de seguridad

Actividades humanitarias

Medidas políticas

Derechos humanos

Medidas económicas y sociales

Desarme.

Desmovilización.

Reintegración de combatientes.

Destrucción de armas.

Repatriación de refugiados.

Asistencia a individuos afectados por el conflicto.

Creación de instituciones y fomento del buen gobierno.

Reformas constitucionales.

Elecciones.

Vigilancia de la situación de los derechos humanos.

Reforma del poder judicial y de la policía.

Investigación de los abusos.

Reconstrucción de la infraestructura destruida durante el conflicto.

Mitigación de las injusticias sociales y económicas.

Creación de condiciones propicias para el buen gobierno.

Desarrollo económico.

Page 80: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Además la ONU colabora con asistencia para el desarrollo a través de muchas de sus

entidades como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de

Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y

la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) tra-

bajan directamente en la fase de recuperación posterior a los conflictos, en el ámbito

económico y social, así como en algunas actividades humanitarias.

Revisión crítica

Nueva doctrina de los principios básicos de las operaciones de mantenimiento de la paz

a la luz del Informe Brahimi.

El 7 marzo del año 2000, el secretario general solicitó un grupo de alto nivel presidido

por Lakhdar Brahimi (antiguo ministro de Exteriores de Argelia) un examen a fondo de las

operaciones de paz de la ONU y determinara dónde y cuándo podían ser más eficaces

y cómo podían mejorarse.

El consentimiento de las partes locales, la imparcialidad y el uso de la fuerza únicamen-

te en legítima defensa, siguen siendo los principios fundamentales del mantenimiento de

la paz.

La ONU se rige por el principio básico de que:

«La utilización de las armas no es la mejor fórmula para arreglar una controversia.»

Partiendo de la premisa que las operaciones de mantenimiento de la paz son idóneas

para recordar a las partes en conflicto que la comunidad internacional está observando

sus actos y la legalidad de los mismos, forzando a las partes implicadas a arreglar pací-

fica y negociadamente sus controversias. Las operaciones de mantenimiento de la paz

de la ONU no se basan en el principio de enviar fuerzas que luchen para poner fin a un

conflicto, como se reconoce explícitamente en el Informe Brahimi, la ONU no se dedica

a la guerra. Cuando ha hecho falta intervenir activamente, siempre se ha confiado esa

acción a coaliciones de Estados dispuestos a hacerlo con la autorización del Consejo de

Seguridad, en cumplimiento del Capítulo VII de la Carta.

Las operaciones y actividades que desarrollan los soldados en las operaciones de man-

tenimiento de paz de la ONU son más amplias que las actividades propias de los solda-

dos, ya que los cascos azules necesitan diplomacia y habilidad para el combate. De

hecho, el arma más potente de un integrante de las fuerzas de paz radica en su impar-

cialidad. El concepto de imparcialidad ha evolucionado en las operaciones de la ONU

implicando la adhesión a los principios de la Carta; cuando una parte en un acuerdo de

paz viola sus condiciones claramente, no se puede seguir tratando a las partes de la

misma manera, puesto que un trato igualitario produce inoperancia y complicidad con el

violador del acuerdo, por lo que los miembros militares o policía civil de mantenimiento

de la paz de la ONU que sean testigos de actos de violencia contra civiles estarían auto-

rizados a intervenir, con los medios a su disposición, en apoyo de los principios básicos

de Naciones Unidas. De esta manera, se alejaría el desprestigio y se ganaría la credibili-

dad perdida por la renuencia a distinguir entre víctimas y agresores de las operaciones

— 84 —

Page 81: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

de la ONU de los años noventa, como ejemplo en la mente de todos está la pasividad de

los cascos azules en Sbrenica.

Para que una operación de mantenimiento de paz resulte provechosa, necesita de un man-

dato claro, convincente y viable, donde debe especificarse que la operación está faculta-

da para utilizar la fuerza sobre la base de unas normas para entablar combate sólidas, de

quienes incumplan con violencia los acuerdos de paz, por lo que deben ser más numero-

sos los contingentes, estar mejor equipados re p resentando los cascos azules una verd a-

dera amenaza disuasiva, en lugar de una presencia simbólica. A su vez, deben contar con

un permanente apoyo político y financiero por parte de los Estados miembros, y, lo que es

más importante, de la continua cooperación de las partes en el conflicto. La misión de paz

no debe utilizarse, para favorecer a una parte en detrimento de la otra. Los cascos azules,

deben tender siempre que sea posible la persuasión siendo la última r a t i o el uso de la fuer-

za. Por ello las fuerzas de paz de la ONU se rigen por estas normas básicas:

— Portan sólo armas ligeras.

— El uso de la fuerza se limita, exclusivamente, a la legítima defensa o en caso de impe-

dimento del cumplimiento de las órdenes.

En el año 1999, habiendo decidido que era imperativo reformar las operaciones de man-

tenimiento de la paz de la ONU, el secretario general, Kofi Annan, emprendió una eva-

luación amplia de los acontecimientos que condujeron a la caída de Sbrenica y enco-

mendó la realización de una investigación independiente (Informe Brahimi) de la

actuación de Naciones Unidas durante el genocidio de Ruanda en 1994. Esas evalua-

ciones pusieron de relieve la necesidad de mejorar la capacidad de la ONU para llevar a

cabo operaciones de mantenimiento de la paz y, en particular, para garantizar el des-

pliegue rápido y mandatos que atiendan las necesidades sobre el terreno. Era necesario

establecer normas claras para entablar combate, una mejor coordinación entre la Secre-

taría de la ONU en Nueva York y los organismos de la ONU en la planificación y el des-

pliegue de las operaciones de mantenimiento de la paz, y una mejor cooperación entre

la ONU y las organizaciones regionales. Naciones Unidas también necesitaban reforzar

las actividades para proteger a los civiles en los conflictos.

Por la misma época, comenzaron a aumentar nuevamente, tanto en cuanto al tamaño

como al alcance, las solicitudes de intervención de la ONU. Las operaciones de mante-

nimiento de la paz se ampliaron para incluir el imperio de la ley, la Administración civil, el

desarrollo económico y los derechos humanos. En el año 1999, se encomendó a la ONU

la tarea de establecer una administración provisional en Timor Oriental para preparar el

camino hacia la independencia. El mismo año, las FMP de la ONU emprendieron una

misión de administración provisional en Kosovo, tras la conclusión de los bombardeos

de la OTAN sobre la República Federal de Yugoslavia. En los años 1999 y 2000, el Con-

sejo de Seguridad decidió establecer tres nuevas operaciones en África (en Sierra Leona,

la República Democrática del Congo, Eritrea y Etiopía).

El Informe Brahimi

Como resultado del Informe, las Naciones Unidas y los Estados miembros adoptaro n

una serie de medidas para mejorar las operaciones de Naciones Unidas para el mante-

— 85 —

Page 82: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

nimiento de la paz. Se autorizó al DPKO a aumentar su personal en la sede en apoyo

de las misiones sobre el terreno. El Departamento fortaleció las oficinas de los aseso-

res militares y de policía, creó una Dependencia de Prácticas Recomendadas de Man-

tenimiento de la Paz para analizar la experiencia adquirida y asesorar a las misiones en

cuestiones de género, conducta del personal de mantenimiento de la paz, planificación

de los programas de desarme, desmovilización y reintegración, el imperio de la ley y

o t ros asuntos. Se estableció un mecanismo de financiación anterior al establecimiento

del mandato para garantizar que se contara con un presupuesto para el inicio de la

nueva misión, y la base logística del DPKO en Brindisi (Italia) recibió fondos para adqui-

rir medios para el despliegue estratégico. Se fortaleció el adiestramiento permanente

para aumentar la capacidad de respuesta rápida.

El DPKO reorganizó el sistema relativo a las fuerzas de reserva de la ONU, una enume-

ración de los recursos concretos de los Estados miembros, que incluía el personal mili-

tar y civil especializado, el material y el equipo disponible para las misiones de manteni-

miento de la paz de la ONU. En el nuevo sistema relativo a las fuerzas de reserva se

dispone que, para el establecimiento de una nueva operación, las fuerzas deben poder

activarse en un periodo de 30 a 90 días. También ha avanzado la labor relacionada con

el establecimiento de mandatos claros y realistas por parte del Consejo de Seguridad.

Los desafíos que encara la ONU en el mantenimiento de la paz son inmensos. En la

República Democrática del Congo, por ejemplo, la ONU está apoyando un gobiern o

de transición en un país de gran extensión con una infraestructura mínima y poca

cohesión nacional, está preparando las conversaciones sobre el estatuto definitivo de

Kosovo con la participación de las partes, está fortaleciendo su misión en Liberia y

ocupándose de la gestión de la reducción de sus operaciones en Timor-Leste y Sierra

Leona. Al mismo tiempo, han estallado nuevas crisis y se han firmado nuevos acuer-

dos de paz. Algunas de las fuerzas militares más competentes del mundo están en Irak

y Afganistán, mientras que los países en desarrollo, que tienen medios limitados, in-

cluyen a los 10 principales contribuyentes de las operaciones de mantenimiento de

la paz.

En julio de 2004, el DPKO gestionaba 17 operaciones sobre el terreno (16 operaciones

de mantenimiento de la paz y una misión política) en todo el mundo, con inclusión de

una operación ampliada en Costa de Marfil y de dos nuevas misiones establecidas en

Burundi y Haití. Además, Naciones Unidas se encontraban en Sudán. En consecuencia,

se preveía que el contingente de personal uniformado desplegado en operaciones de

mantenimiento de la paz aumentaría de 51.000 efectivos a unos 78.000 en el transcur-

so del año con la adición de 25.000 soldados, 2.500 agentes de policía civil y 1.500

o b s e r v a d o res militares. Podrían necesitarse 42 altos funcionarios –civiles, militares y del

Cuerpo de Policía– para gestionar esas operaciones sobre el terreno, así como 6.500

civiles (que se agregarían a los aproximadamente 9.700 que ya se desplegaron), ade-

más de los indispensables recursos materiales, como vehículos y equipo de oficina y

comunicaciones. Por consiguiente, se duplicó el presupuesto de las operaciones de

mantenimiento de la paz; las misiones adicionales re q u i r i e ron otros 2.380 millones de

d ó l a res que se sumaron a los 2.650 millones asignados en el presupuesto de los años

2 0 0 4 - 2 0 0 5 .

— 86 —

Page 83: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

El desarrollo de las operaciones de mantenimiento de la paz en África ha sido notable y

podría indicar que tras decenios de intensos conflictos en el continente éstos están lle-

gando a su fin. Actualmente, en África hay siete operaciones de mantenimiento de la paz

de Naciones Unidas y prosiguen los planes para iniciar otra en Sudán. En Somalia tam-

bién se está avanzando hacia la conclusión de acuerdos de paz que podrían requerir

operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas. En su informe del 2005 el

Comité Especial de Operaciones de Mantenimiento de la Paz pidió al secretario general

que le presentara un Informe (véase A/60/640) sobre los progresos alcanzados en la apli-

cación de las recomendaciones contenidas en el llamado Informe Brahimi, proponién-

dose un programa para hacer frente a esos retos sobre las bases de cinco esferas prio-

ritarias para la reforma: alianzas, doctrina, personas, organización y recursos.

Procedimiento de envío de una operación de Naciones Unidas

para el mantenimiento de la paz

El Consejo de Seguridad normalmente establece y define las operaciones de manteni-

miento de la paz. Para ello asigna un mandato a la misión, es decir, una descripción de

sus tareas. Para establecer una nueva misión de mantenimiento de la paz o modificar el

mandato de una misión existente, nueve de los 15 Estados miembros del Consejo tienen

que votar a favor.

Sin embargo, la propuesta fracasa si alguno de los cinco miembros permanentes del

Consejo de Seguridad –China, Estados Unidos, Rusia, Francia y el Reino Unido– vota en

contra.

El secretario general dirige y administra las operaciones de mantenimiento de la paz e

informa al Consejo de Seguridad sobre la evolución de la situación. Las misiones más

numerosas están encabezadas por un representante especial del secretario general. El

DPKO presta asistencia al secretario general en la formulación de políticas y procedi-

mientos para las operaciones de mantenimiento de la paz, y formula recomendaciones

sobre el establecimiento de nuevas misiones y la gestión de las misiones en curso. El

Departamento también apoya un pequeño número de misiones políticas, como la misión

de Naciones Unidas en Afganistán.

Los oficiales militares de alto grado, los oficiales de Estado Mayor y los observadores

militares que desempeñan funciones en misiones de la ONU son empleados directa-

mente por Naciones Unidas, a menudo como adscriptos por sus Fuerzas Armadas

nacionales. Los soldados de las FMP, popularmente conocidos como los cascos azules,

participan en operaciones de la ONU para el mantenimiento de la paz en condiciones

que son negociadas cuidadosamente por sus gobiernos y permanecen bajo la autoridad

de esos gobiernos. Las tropas y sus comandantes se despliegan en contingentes nacio-

nales, que están bajo las órdenes del comandante de la misión en lo concerniente a las

cuestiones operacionales y, por su conducto, del representante especial del secretario

general.

La autoridad para enviar o retirar a los contingentes de mantenimiento de la paz está en

manos del gobierno que los aporta, al igual que la responsabilidad en relación de retri-

buciones y cuestiones disciplinarias y de personal.

— 87 —

Page 84: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Los oficiales de la policía civil también son aportados por los Estados miembros y

desempeñan sus funciones sobre la misma base que los observadores militares, es decir

como expertos en misión pagados por Naciones Unidas.

El Consejo de Seguridad puede autorizar operaciones de mantenimiento de la paz lleva-

das a cabo por otros órganos. Esas operaciones no están bajo el mando de la ONU. En

el año 1999, por ejemplo, una vez concluida la campaña de bombardeo de la OTAN, el

Consejo autorizó a la OTAN a mantener la paz en Kosovo. Al mismo tiempo, el Consejo

estableció la Misión de Administración Provisional de Naciones Unidas en Kosovo

(UNMIK) –una operación de mantenimiento de la paz– y le encomendó la administración

del territorio, el aseguramiento del orden público y la creación de instituciones demo-

cráticas de gobierno propio, incluida una policía civil eficaz. El mismo año, el Consejo

autorizó una fuerza internacional encabezada por Australia para restablecer la seguridad

en Timor Oriental, que se denomina Timor-Leste. Esa fuerza fue reemplazada al año

siguiente por una operación de la ONU para el mantenimiento de la paz. El Consejo auto-

rizó que una coalición internacional mantuviera una presencia militar en Afganistán, al

tiempo que estableció una misión política de Naciones Unidas para apoyar al gobierno

de transición.

Costo del mantenimiento de la paz

Las operaciones de Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz son altamente

rentables. Como medida comparativa, las operaciones de mantenimiento de la paz en

todo el mundo, cuesta menos que lo que dedica la ciudad de Nueva York en los pre s u-

puestos anuales a su Departamento de Policía. Por lo demás, la labor de Naciones Uni-

das para el mantenimiento de la paz es mucho más barata que la opción altern a t i v a ,

que es la guerra. El costo de las operaciones de la ONU para el mantenimiento de la

paz fue de cerca de 2.600 millones de dólares en el año 2002. En el mismo año, los

g o b i e rnos del mundo gastaron más de 794.000 millones de dólares en armas, cifra que

re p resenta el 2,5% del producto interno bruto del mundo y no hay indicios de que esa

cifra vaya a re d u c i r s e .

En el año 1993, los costos anuales de Naciones Unidas en sus operaciones de manteni-

miento de la paz alcanzaron su nivel más alto al situarse en unos 3.600 millones de dóla-

res, cifra que incluía los gastos de las operaciones en la antigua Yugoslavia y Somalia.

Para el año 1998, los costos se habían reducido a menos de 1.000 millones de dólares.

Con el resurgimiento de las operaciones en gran escala, los costos de las operaciones

de Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz ascendieron a 3.000 millones de

dólares en 2001.

Para el año comprendido entre el 1 de julio del 2005 al 30 de junio del 2006, el presu-

puesto aprobado fue de 5.000 millones de dólares, que representa un 0,5% del gasto

militar global. Todos los Estados miembros tienen la obligación legal de pagar la parte

que les corresponde del costo de las actividades de mantenimiento de la paz en el marco

de una fórmula que ellos mismos establecieron. A 1 de enero del 2006 España era el

octavo mayor contribuyente a las operaciones de paz. A pesar de esa obligación, a 31

de enero del 2006, los Estados miembros adeudaban aproximadamente 2.600 millones

— 88 —

Page 85: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

de dólares en concepto de operaciones de mantenimiento de la paz realizadas. Cabe

destacar un estudio (6) llevado a cabo por la Oficina Gubernamental del Congreso de

Estados Unidos que calculó que el coste, para Estados Unidos, de llevar una misión

de mantenimiento de la paz análoga a la ejecutada por la ONU en Haití (MINUSTAH), le

hubiera supuesto al contribuyente americano el doble, es decir la ONU, en los 14 meses

que duró la misión, destino 428 millones de dólares, cuando a Estados Unidos le hubie-

ra supuesto, en un calculo estimado, 876 millones de dólares, dejando de lado que la

contribución de Estados Unidos en MINISTAH fue de 116 millones de dólares. Se con-

cluye en el informe que la ONU cuenta con una participación multinacional, larga expe-

riencia y una estructura para coordinar la construcción de un país y da acceso a una

plantilla de funcionarios con experiencia y bien entrenados, incluyendo personal con

idiomas.

Quién aporta personal

En la Carta de la ONU se estipula que para contribuir al mantenimiento de la paz y la

seguridad en el mundo, todos los Estados miembros deben poner a disposición del Con-

sejo de Seguridad las Fuerzas Armadas y las facilidades necesarias. Desde el año 1948,

cerca de 130 naciones han aportado personal militar y de policía civil a las operaciones

de paz. Se calcula que hasta un millón de soldados, oficiales de policía y civiles han esta-

do bajo la bandera de la ONU en los últimos 56 años. A pesar del gran número de paí-

ses que aportan contingentes, la mayor carga sigue recayendo en un grupo básico de

países en desarrollo. A fecha de 30 de abril del 2006 los 10 principales países que apor-

taban contingentes a las operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas

eran Bangladesh, Pakistán, India, Jordania, Nepal, Etiopía, Ghana, Nigeria, Uruguay y

Suráfrica. Aportando estos 10 países el 67% de todo el personal militar y policial. Alre-

dedor del 5,8% de los contingentes y de los agentes de la policía civil desplegados en

las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU proceden de la Unión Europea y el

0,5% de Estados Unidos.

Jean-Marie Guéhenno, secretario general adjunto y jefe del DPKO, ha recordado a los

Estados miembros que el aporte de personal militar y de policía civil bien equipado, bien

adiestrado y disciplinado a las operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones

Unidas constituye una responsabilidad colectiva de los Estados miembros y que no

cabría esperar que los países del Sur deban ni tengan que llevar solos esa carga sobre

sus hombros. En el Informe Brahimi se pone el dedo en la llaga al poner de manifiesto

que los países desarrollados no aportan tropas en las operaciones más arriesgadas y

— 89 —

(6) 2006 February Peacekeeping Cost and Hypothetical U.S. Operations in Haiti, United States GAO

( G o v e rnment Accountability Office), Report to the Subcommittee on Oversight and Investigations, Com-

mittee on International Relations, House of Representatives. La Oficina de la responsabilidad del Gobier-

no (GAO) es una agencia que trabaja para el congreso que solicita a la GAO, que estudie los pro g r a m a s

y los gastos del Gobierno Federal. GAO, comúnmente llamado el brazo investigador del Congreso o el

p e r ro guardián del Congreso, es independiente. La GAO aconseja al Congreso y a los jefes de las agen-

cias ejecutivas tales como el Departamento de la Defensa sobre maneras de hacer el Gobierno más efi-

caz y responsable.

Page 86: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

pone como ejemplo la UNAMSIL en Sierra Leona y MONUC en la República de Demo-

crática del Congo (7). Los motivos son el desgaste político por parte de los Ejecutivos

nacionales para convencer a los respectivos parlamentos por la falta de interés estraté-

gico y la poca comprensión de la opinión pública nacional ante bajas en países lejanos.

Ejemplo de ello tenemos la rápida movilización de países europeos a la llamada de la

ONU en Líbano en verano del 2006, se trata de un teatro de operaciones más cercano

geográfica y políticamente para los gobiernos europeos y menos peligroso que, por

ejemplo, Afganistán o Darfur. Todo lo anterior se traduce en que los países occidentales

establecen los mandatos y los financian, mientras que la ejecución recae en las tropas

de países tercermundistas, por lo que reciben una paga que les ayuda a mantener sus

Fuerzas Armadas y al mismo tiempo les sirve como entrenamiento.

Las FMP y el uso limitado de la fuerza

Con arreglo al concepto tradicional de las operaciones de mantenimiento de la paz, los

miembros de esas operaciones están desarmados o provistos de armas ligeras y sólo en

defensa propia pueden hacer uso de la fuerza. Sin embargo, en los últimos años los

acontecimientos han dado lugar a un debate sobre la forma en que se puede aumentar

la eficacia de las FMP en misiones peligrosas y complejas, sin dejar de garantizar su

imparcialidad.

Las operaciones de mantenimiento de la paz que no cuentan con los recursos y el tama-

ño suficientes y cuyas normas para entablar combate sean endebles han resultado ser

poco adecuadas para contener a las facciones armadas que surgen en el periodo pos-

terior a las guerras civiles. En algunos casos, las propias FMP han sido blanco de ata-

ques y han sufrido bajas. El Consejo de Seguridad ha establecido en número creciente

operaciones de mantenimiento de la paz sobre la base del Capítulo VII de la Carta de

Naciones Unidas en que permite a los miembros de esas operaciones adoptar una posi-

ción firme con armamento para crear un efecto de disuasión. Se han fortalecido las nor-

mas para entablar combate que rigen el uso de la fuerza para que los integrantes de las

FMP puedan utilizar todos los medios necesarios en las misiones en que se justifique a

fin de proteger a los civiles que estén en su entorno inmediato y prevenir la violencia con-

tra los funcionarios y el personal de la ONU. Las misiones de la ONU en la República

Democrática del Congo, Liberia, Sierra Leona, Kosovo, Timor-Leste, Burundi, Haití y

Costa de Marfil realizan o han realizado sus operaciones en el marco de mandatos con

arreglo al «Capítulo VII».

Sin dejar de afirmar el derecho de los cascos azules a defenderse y defender a los que

deben proteger con arreglo a su mandato, el secretario general ha destacado que esta

nueva «doctrina» no debe interpretarse como un medio de transformar la ONU en un

— 90 —

(7) Existen honrosas excepciones: una fuerza de la Unión Europea garantizo la seguridad durante las elec-

ciones, la llamada EUFOR en la República Democrática del Congo estaba compuesta por tropas de Ale-

mania, Francia, Bélgica, España, Portugal y Suecia, instalando su cuartel general en el aeropuerto de

Kinshasa, la duración de la misión fue de cuatro meses. La participación española se compuso de 130

militares españoles, principalmente legionarios.

Page 87: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

mecanismo para pelear en guerras y que el recurso a la fuerza siempre deberá conside-

rarse una medida de última instancia (8).

Cooperación de Naciones Unidas con otras organizaciones

A partir del decenio de 1990, la ONU ha participado cada vez más en asociaciones con

organizaciones regionales para llevar a cabo su labor de mantenimiento de la paz. Esas

asociaciones fueron particularmente importantes en el año 2004, pues la ONU empren-

dió nuevas operaciones que pusieron a prueba su capacidad actual.

Naciones Unidas establecieron su primera operación de despliegue conjunto con una

fuerza regional de mantenimiento de la paz en Libera en el año 1993. Esa fuerza regio-

nal fue desplegada por la CEDEAO. En el año 1994, la operación de la ONU en Georgia

comenzó a trabajar con la FMP de la Comunidad de Estados Independientes. En la

segunda mitad del decenio de 1990, operaciones como la UNMIBH en Bosnia-Herzego-

vina y la UNMIK en Kosovo trabajaron conjuntamente con la OTAN, la Unión Europea y

la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa. En Afganistán, la Fuerza

Internacional de Asistencia para la Seguridad encabezada por la OTAN trabaja estrecha-

mente con la misión de apoyo político de Naciones Unidas.

Otros asociados en el mantenimiento de la paz han comenzado a prestar asistencia a la

ONU en esa esfera en momentos críticos, para satisfacer las necesidades no atendidas

en materia de despliegue y efectivos y contribuir a la creación de capacidad de res-

puesta rápida. En julio de 2003, la operación Artemis, una fuerza de la Unión Europea

encabezada por Francia, estabilizó la situación en Bunia, en la provincia de Ituri de la

República Democrática del Congo, donde las facciones enfrentadas estaban atacando a

los civiles. La fuerza, que fue autorizada por el Consejo de Seguridad, contuvo la violen-

cia, retiró las armas de las calles y salvó a miles de civiles. Más recientemente la Unión

Europea envió una operación militar en apoyo de la MONUC (United Nations Organisa-

tion Mission in the Democratic Republic of the Congo) durante las elecciones (operación

EUFOR de la República Democrática del Congo). El 25 de abril del 2006, el Consejo de

Seguridad de la ONU adoptó la resolución 1671 (2006), autorizando el despliegue tem-

poral de una fuerza europea de apoyo a la MONUC durante el periodo de las elecciones

en la República Democrática del Congo. La operación militar fue desarrollada de acuer-

do con las autoridades congoleñas y en coordinación con la MONUC. Esta operación

autónoma encabezada por la Unión Europea fue llevada a cabo en el marco de la Políti-

ca Europea de Seguridad y Defensa. La operación finalizó exitosamente el 30 de noviem-

bre del 2006. La EUFOR de la República Democrática del Congo oficialmente se decla-

ró totalmente neutral y sus fuerzas sólo podrían intervenir a petición de la MONUC.

La MONUC tiene el mandato de desarmar a las milicias extranjeras en el Congo y aque-

llas que combaten en la región de Ituri, pero no va a intentar desarmar las distintas mili-

— 91 —

(8) El Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas se titula «Acción en caso de amenazas a la paz, que-

brantamientos de la paz o actos de agresión». El Capítulo VI se refiere al «Arreglo pacífico de controver-

sias». En el Capítulo VII se explica someramente cuándo puede el Consejo de Seguridad autorizar las

Fuerzas Armadas para «hacer efectivas sus decisiones» en relación con las amenazas a la paz, los que-

brantamientos de la paz o actos de agresión.

Page 88: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

cias (o servicios de seguridad) de Kabila y de los vicepresidentes. Altos mandos de la

MONUC han emitido duras advertencias contra el Ejército Regular (FARDC) por cometer

reiterados abusos contra los derechos humanos.

Esos acuerdos de cooperación con organizaciones regionales y otras organizaciones

internacionales para el fomento de la seguridad han fortalecido los esfuerzos de la comu-

nidad internacional para poner fin a los conflictos en algunas zonas y contribuyendo a

restablecer la confianza internacional en la utilidad de la labor que realizan Naciones Uni-

das para el mantenimiento de la paz. También ponen de manifiesto la necesidad de

seguir consolidando y apoyando la paz con posterioridad a los conflictos.

Conclusiones

Como hemos explicado en el desarrollo de las FMP, la primera debilidad del sistema es

que las fuerzas, son cedidas ad hoc por los Estados miembros de la Organización. Esto

limita la posibilidad de ofertar las fuerzas a los Estados más potentes económicamente

que, o bien directamente, las aportan o financian el despliegue de fuerzas de terceros

países, con las suspicacias que puede provocar, al saber que no se realiza por altruismo

en la mayoría de los casos. El 29 de noviembre de 1990, el Consejo de Seguridad, apro-

bó la resolución 678, que autorizaba a los Estados que cooperan con el Gobierno de

Kuwait a utilizar todos los medios necesarios para devolver el territorio de aquel país a

la soberanía primitiva. El uso de la fuerza contra Irak no fue institucional por ONU.

La acción coercitiva fue llevada a cabo de manera descentralizada, por algunos Estados

miembros fundamentalmente Estados Unidos y Reino Unido, siendo considerado en el

mundo árabe y no árabe que era una War Oil. La aplicación de la resolución se ejecutó

prácticamente sin seguimiento ni control alguno del Consejo de Seguridad, lo que hizo

afirmar al entonces secretario general, Pérez de Cuellar, que: «Ésta no es la guerra de

Naciones Unidas». De la misma manera estas potencias que ceden tropas las pueden

retirar. A pesar de que los mecanismos de activación, despliegue y logísticos han mejo-

rado enormemente, pueden resultar no lo suficientemente ágiles para atajar conflictos en

fase embrionaria. Otro punto débil es el hecho que para que se desplieguen estas fuer-

zas deben estar de acuerdo los actores participantes en el conflicto, ya se traten de Esta-

dos, insurgentes o facciones. Por lo que excluye campos de conflicto candentes, reacios

a publicidad e intervención internacional. El principio de imparcialidad clásico, que

puede resultar positivo en muchas ocasiones, se demuestra inoperante en otras. Y se

debe dar solución a todos los conflictos. Véase el caso de la matanza de Sbrenica en

contraposición con la acción contundente de los bombardeos aéreos de la OTAN que

trajo el inicio del fin de la guerra en la antigua Yugoslavia.

Teniendo en cuenta, que nada es perfecto en el mundo actual ni en el pasado, la única

a l t e rnativa viable, a pesar de todo con cierto prestigio y solvencia son Naciones Unidas (9).

— 92 —

(9) UN Peacekeeping has helped maintain stability abroad: In 2005, The Human Security Report, the 80%

decline in the most deadly civil conflicts numbers that has taken place since the early 1990s […].45

H e re the evidence suggests the main driver of change has been the extraordinary upsurge of activism

Page 89: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Sólo Naciones Unidas tienen las experiencia multilateral, la capacidad de coordinación y

la imparcialidad necesarias para prestar asistencia en los más diversos conflictos, como

se recoge en el Informe de Rand Corporation (10).

Partiendo de todo lo expuesto, considero que la opción que puede solventar todas las

c a rencias citadas, sería el desarrollo previsto de un ejército azul permanente, a dispo-

sición inmediata del secretario general y el Consejo de Seguridad, que estuviera finan-

ciado y mantenido por la caja de Naciones Unidas. Que en el eventual mandato de re s-

tablecer la legalidad internacional y los derechos humanos pudieran usar la fuerza

mínima pero suficiente para atajar conflictos, sin ser conditio sine quae non, la acep-

tación de las partes beligerantes de la intervención. Estas fuerzas serían la última r a t i o

en la solución de conflictos, pero su mera existencia y real operatividad e inmediata

activación, servirían como elemento disuasorio de primera magnitud. Serían los nue-

vos gendarmes mundiales, sin estar supeditados a intereses económicos o de geopo-

lítica estatal, su objetivo sería restaurar el orden y legalidad auspiciado en la Carta de

Naciones Unidas. Esta proposición no es nueva, entre otros, Kofi Annan, ex secre t a r i o

general, explicaba de manera gráfica, como cita sir Brian Urquhart ex subsecretario de

la ONU, en su propuesta de un Emergency Peace Serv i c e para prevenir genocidios y

crímenes contra la humanidad, que la ONU es el único cuerpo de bomberos que debe

salir a comprar un camión antes de responder a una emergencia. Personalmente yo

continuaría con el ejemplo dado, afirmando que también se debe realizar un re c l u t a-

miento de bomberos, un curso común de extinción, etc. De momento aunque pueda

p a recer una osadía la propuesta y en el Informe Brahimi se reconozca que muchos

m i e m b ros se han manifestado en contra de establecer un ejército permanente, por

diversas razones: respeto a la soberanía, por el alto coste económico entre otras,

resulta más viable esta propuesta que otras tendencias, como las que apunta The Eco-

n o m i s t (11), en el que se abre la posibilidad de realizar un l e a s i n g del camión de bom-

b e ros alquilándolo a una compañía de seguridad privada para realizar parte del traba-

jo, aunque como reconoce el mismo autor, la posibilidad está aún lejos, a pesar que

los americanos hayan iniciado el camino de la privatización de la guerra.

— 93 —

y the international community that has been directed toward conflict prevention, peacemaking and

peace building.

(10) According to a 2005 study sponsored by the Rand Corporation, the UN may have the ability to com-

pensate for its relatively small military presence with its reputation of international legitimacy and local

impartiality. Furthermore, its multinational character likely lends the UN a reputation for impartiality that

a single nation may not enjoy. The study concluded that this has afforded the UN a degree of success

with relatively small missions that include both security and nation-building components. MINUSTAH

represents a multinational effort that is not dominated by any single country 17. DOBBINS, J. et al.: The

UN’s Role in Nation-Building, From the Congo to Iraq (Arlington, VA, 2005).

(11) «A chance for a safer World», Economist 1 de junio de 2007.

Page 90: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Bibliografía

Aplicación de las recomendaciones del Comité Especial de Operaciones de Mantenimiento de laPaz (véase A760/640).

Biblioteca de Naciones Unidas, Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona.

En: www.humansecurityreport.info

Informe Brahimi, del Grupo sobre las Operaciones de Paz de las Naciones Unidas de 17 de agos-to del 2000 (véase A755/305-S/2000/809), fue el primer examen general de las capacidades ylos procedimientos de la Organización para planificar y ejecutar operaciones de paz en más de50 años de actividades de la paz.

PASTOR RIDRUEJO, J. A.: Curso de Derecho Internacional Público y organizaciones internacionales,editorial Tecnos.

Published Forthehuman Securtit y Report 2005, Warandpeace in the 21st Century University ofritish Columbia, Canadá, Nueva York, Oxfordox for Duniversity Press, 2005.

SOLA, M. de: Naciones Unidas y el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales en ONU:año XL, pp. 107 y siguientes.

Web de Naciones Unidas acerca de mantenimiento de la paz ofreciendo perspectiva general delas actividades del mantenimiento de la paz y de operaciones culminadas y en curso seencuentra en: http://www.un.org/Depts/dpko/dpko/index.asp y http:/www.un.org/News/

Web de la OTAN.

WOODARD, Joe A.: Report/ Newsmagazine, volumen 26 Issue 39, p. 8, 10 de noviembre de 1999.

— 94 —

Page 91: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

PERSEVERANDO PARA SERVIR

Ana Belén Álvarez Luquero

Licenciada en Periodismo y Magíster en Seguridad y Defensa.

Introducción

La Unidad Militar de Emergencias (UME), nacida con la misión de intervenir, en cualquier

lugar del territorio nacional, para contribuir a la seguridad y bienestar de los ciudadanos,

ante las situaciones de grave riesgo, catástrofe y calamidades está encuadrada orgáni-

camente en el Ministerio de Defensa, pasando en febrero de 2006 a depender de

su Secretaría de Estado de Defensa. Su estructura orgánica y despliegue debe permitir

su intervención rápida en todo el territorio nacional. Asimismo, la UME deberá ser capaz

de absorber y emplear los recursos humanos y materiales disponibles en las Fuerzas

Armadas que se le asignen. Se prevé que las actuaciones de la Unidad se integren en el

actual sistema de Protección Civil y su coordinación con las Administraciones autonó-

micas, en el marco de un Protocolo de Actuación. Detrás de todas estas directrices está

el núcleo de constitución de la UME, cuya ubicación física se encuadró inicialmente en

la sexta planta del Ministerio de Defensa y se integra por oficiales y suboficiales bajo el

mando del teniente general Fulgencio Coll Bucher. Además, este núcleo se ha ocupado

de definir en detalle las plantillas de personal, su plan de formación, especificando las

características de cada puesto y de definir las capacidades operativas que deberá tener

la nueva Unidad para afrontar con eficacia sus misiones.

La UME constituye toda una novedad en España, ya que anteriormente no había existi-

do un aparato militar de estas características. Este trabajo tiene como objetivo conocer

el presente, pasado y futuro de la nueva Unidad.

Antecedentes de la UME

El día 13 de noviembre de 2002, el petrolero Prestige, un buque de 26 años de antigüe-

dad, monocasco y cargado con más de 77.000 toneladas de fuel-oil, seguía su ruta a una

distancia aproximada de 27 millas del territorio español. De repente, algo falló, el casco

del petrolero se rompió y éste empezó a ladearse; la tripulación mandó un SOS por radio.

A partir de ahí, innumerables manchas negras inundaron las costas gallegas y una parte

importante de su inmensa riqueza. Galicia vivió una de las peores catástrofes económi-

cas y medioambientales de su historia. Lo único positivo de todo este desastre fue la

movilización, espontánea y solidaria, de decenas de miles de voluntarios procedentes de

toda España y de otros países, que eran unas 4.500 personas diariamente. A ellos se

sumaron trabajadores contratados, y unos 2.200 militares acompañados de una Unidad

Médica Avanzada de la Armada llegada a bordo del buque Galicia, completaban una jor-

nada de limpieza en las costas gallegas.

— 95 —

Page 92: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

El 11 de marzo de 2004, una serie de bombas, golpeaban Madrid a bordo de unos tre-

nes de cercanías, causando más de 200 muertos. De nuevo la solidaridad y las Fuerzas

Armadas actuaron conjuntas en esos difíciles momentos.

Recientemente, desde el 4 al 15 de agosto de 2006, una serie de incendios forestales

calcinó Galicia. La presencia militar se hizo patente en esta zona. Por un lado, patrullas

militares realizaron misiones de vigilancia y tareas de apoyo y auxilio, abriendo cortafue-

gos o desalojando viviendas amenazadas por las llamas; por otro lado, el 43 Grupo de

las Fuerzas Aéreas ayudaba en la extinción de incendios con hidroaviones. La colabora-

ción de las Fuerzas Armadas en la lucha contra los incendios forestales está regulada en

la Directiva 14/2005 emitida por el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) en

noviembre de 2005, en el que las Fuerzas Armadas actúan ejerciendo una presencia

disuasoria y de labores auxiliares sin actuación directa sobre las personas, y por el que

tienen la obligación de notificar si divisan un incendio. También se regula la utilización

conjunta de los aviones del 43 Grupo para luchar contra los incendios forestales. Hay

que señalar que desde el año 2001, entre la Xunta de Galicia y el Ministerio de Defensa

existía un acuerdo-marco de colaboración en este sentido y que, por razones presu-

puestarias, para el 2006 no se había renovado. Para que los militares participen directa-

mente en las tareas de extinción requieren una formación específica con la que no cuen-

tan. Este aspecto se arreglará con la nueva UME. Pero, ¿estamos preparados para poder

actuar de una manera organizada y coordinada ante este tipo de situaciones? La res-

puesta negativa a dicha pregunta incita a trabajar en este sentido.

Anteriormente, el Gobierno definió el concepto de Defensa Civil en la Ley Orgánica 6/80

en su artículo 21 como:

«La disposición permanente de todos los recursos humanos y materiales, no pro-

piamente militares, al servicio de la Defensa Nacional, y también en la lucha contra

todo tipo de catástrofes extraordinarias.»

Por otro lado, la citada Ley 6/1980 ordena elaborar una Ley de Defensa Civil que está

todavía sin desarrollar.

Aunque el término «Defensa Civil» nace oficialmente en España con la publicación de la

Ley Orgánica 6/1980, no se le prestó demasiada importancia hasta el ingreso de Espa-

ña en la Alianza Atlántica, el 30 de mayo de 1982. En diciembre de ese mismo año se

aprobó el Plan de Refuerzo Rápido para Europa, elaborado por el Comandante Supre-

mo Aliado en Europa (SACEUR), que propugnaba la utilización de buques mercantes y

aviones civiles de transporte, para el traslado de tropas procedentes de Estados Unidos

y Canadá a Europa en los comienzos de cualquier crisis o conflicto armado que pudiera

afectar a algún país miembro de la Alianza.

La Directiva de Defensa Nacional 1/1986 indica, concretamente en su línea de acción

general número 10: «Desarrollar un Sistema de Defensa Civil». Asimismo, en la citada

Directiva, y según lo establecido en el artículo 13 de la Ley Orgánica 6/1980, se asigna

originariamente la coordinación inmediata de esta acción al Ministerio de Defensa, aun-

que posteriormente se asigna dicha función coordinadora a la Presidencia del Gobierno,

para poder afrontar situaciones de crisis y emergencia sobrevenidas, actuando de una

manera oportuna y acertada. Al fin de desarrollar el Sistema de Defensa Civil (SDC), sus

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Page 93: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

funciones son desplegadas por la Subdirección General de Cooperación y Defensa Civil

que, entre otras, se pueden citar las siguientes:

— Actuar como órgano permanente de trabajo de la autoridad nacional para el planea-

miento general de la defensa.

— Proponer la normativa, planear y gestionar la colaboración de las Fuerzas Armadas

con las autoridades civiles en situaciones de emergencia en el ámbito nacional.

El principal respaldo legal para la colaboración de las Fuerzas Armadas en situaciones

de emergencia viene reflejado en la Ley Orgánica 6/1980 en su artículo 22, donde se cita

lo siguiente:

«Las Fuerzas Armadas, a requerimiento de la autoridad civil, podrán colaborar con

ella en la forma que establezca la ley para casos de grave riesgo, catástrofe o cala-

midad u otra necesidad pública de naturaleza análoga.»

Este artículo rezaba en el Decreto de creación de el SAR (siglas que corresponden a

Search and Rescue, pero que en español frecuentemente se confunden con Servicio

A é reo de Rescate) de 17 de junio de 1955, cuya función principal es localizar a las

a e ronaves siniestradas dentro del espacio aéreo español. Además de esta misión, el

SAR desarrolla otras, tales como la búsqueda de barcos, evacuaciones de enfermos y

heridos, lucha contra la contaminación marina o transportes de órganos para trans-

plantes. En estas últimas misiones se considera fundamental la cooperación con dis-

tintos organismos. Los primeros protocolos de colaboración se firmaron con la Guar-

dia Civil, la Cruz Roja y el Instituto Social de la Marina. El SAR no sólo colabora con

o rganismos civiles a nivel nacional sino también a escala mundial; los servicios SAR

están coordinados por las Organizaciones Internacionales de Aviación Civil (OACI) y

Marítima (OMI), cuyo objetivo es asegurar que las aeronaves y buques dispongan de

un sistema eficaz de auxilio en caso de accidente. Para ello, el mundo está dividido en

regiones de búsqueda y salvamento, cada una de las cuales es responsabilidad de un

Estado y dispone de un centro coordinador de salvamento, servicios de búsqueda y

rescate asociados.

La participación de las Fuerzas Armadas con la autoridad civil también queda reflejada

en la Ley 2/1985 de Protección Civil en el apartado dos del artículo segundo:

«Cuando la gravedad de la situación de emergencia lo exija, las Fuerzas Armadas,

a solicitud de las autoridades competentes, colaborarán en la protección civil,

dando cumplimiento a las misiones que se les asignen.»

Posteriormente, en el Real Decreto 1123/2000, de 16 de junio, por el que se regula la cre a -

ción e implantación de unidades de apoyos ante desastres mediante Orden del Ministro

de Interior, se determina en su disposición adicional tercera que:

«La participación del Ministerio de Defensa en las unidades de apoyo ante desas-

tres tendrá lugar de conformidad con las normas aplicables a la colaboración de las

Fuerzas Armadas con las autoridades civiles.»

Teniendo en cuenta los objetivos de la Directiva de Defensa Nacional 1996, y con el pro-

pósito de facilitar la colaboración de las Fuerzas Armadas, a requerimiento de la autori-

dad civil, en situaciones de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública, el JEMAD ela-

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Page 94: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

boró un Plan de Contingencia denominado Tormenta Negra, en el año 2000. Éste será

uno de los primeros pasos para avanzar en la creación de la UME.

Posteriormente, la Ley Orgánica 5/2005 de la Defensa Nacional siguiendo a la del año

1980, establece que:

«Las Fuerzas Armadas deben preservar la seguridad y bienestar de los ciudada-

nos en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades

públicas.»

Siguiendo en esta línea, en marzo de 2005 se celebró en Madrid, la Cumbre Internacio-

nal sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad. En ella, además de abordar el uso de las

Fuerzas Armadas en materias que no son de su competencia, tales como la amenaza

terrorista, se habló de la cooperación de las Fuerzas Armadas con las autoridades civi-

les en la gestión de atentados de grandes dimensiones y especialmente si se realiza con

armas de destrucción masiva. A este respecto, el que en ese momento era secretario

general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, indicó que un aten-

tado con armas nucleares no es descartable, y solicitó medidas eficaces para la preven-

ción de un ataque de estas características mediante la agrupación, custodia y, si es po-

sible, la eliminación de los materiales peligrosos, estableciendo controles a las

exportaciones de todo material susceptible de ser empleado en la fabricación de armas

de destrucción masiva.

Finalmente, mediante Acuerdo de Consejo de Ministros, de 7 de octubre de 2005, se

c reó la UME, con la misión de intervenir, en cualquier lugar del territorio nacional, para

contribuir a la seguridad y bienestar de los ciudadanos, ante las situaciones de grave

riesgo, catástrofe y calamidades. Con ello se atiende la demanda de la sociedad espa-

ñola de una respuesta eficaz por parte de las Administraciones públicas para tales

c a s o s .

Distintivo y permanencia

Como toda unidad nueva, la UME, precisa de un uniforme y un distintivo. Este aspecto

fue publicado en el Boletín Oficial de Defensa número 197 de 9 de octubre de 2006. En

el mencionado Boletín, se expresa que el uniforme de trabajo común a todos los miem-

bros de la UME será enteramente negro. La camisola tendrá una banda reflectante a la

altura del pecho, la cual se interrumpe en la parte central de la espalda para dejar lugar

a las letras UME. El pantalón será amplio, y dispondrá de una banda reflectante a la altu-

ra de la pantorrilla.

En cuanto al uniforme de instrucción o campaña y los uniformes de etiqueta y gran

etiqueta, los componentes de la Unidad usarán los de su ejército o cuerpo común de

p rocedencia. También usarán sus uniformes anteriores de gala y diario, salvo la pre n-

da de cabeza que será una boina de color amarillo mostaza con el vuelo a la izquierd a

y el distintivo de la UME en el lateral derecho con tres ménsulas: una con la voz

de guerra P e r s e v e r a n d o, otra con el lema o divisa Para Serv i r y otra con el nombre de

la Unidad: Unidad Militar de Emergencias, todas ellas de oro con las letras de sable,

figura 1.

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Page 95: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

12 de octubre

La puesta de largo de la nueva Unidad, fue con motivo del día de la Fiesta Nacional (12 de

octubre). Ésta se estableció hace 18 años, para recordar solemnemente momentos de la

historia colectiva que forman parte del patrimonio histórico, cultural, y social común.

Posteriormente, el Día de las Fuerzas Armadas que consistía en una parada militar y en

un homenaje a la Bandera, coincidiendo con la festividad de San Fernando, se trasladó

al 12 de octubre para así resaltar la identificación de las Fuerzas Armadas con la socie-

dad a la que sirven.

La última parada militar, tuvo varias novedades: por primera vez, desfilaron a bordo de

16 vehículos ligeros, veteranos encuadrados en distintas hermandades y asociaciones:

de la Guardia Civil, de las milicias universitarias, soldados de montaña, tropas nómadas

del Sáhara, de operaciones especiales, caballeros legionarios, unidades de regulares,

paracaidistas, tropa de Intendencia, marineros y soldados del Ejército del Aire, así como

asociaciones de caballeros inválidos y mutilados que acogen a miembros de los dos

bandos de la guerra civil. Todos ellos precedidos, en el vehículo de mando, por el presi-

dente nacional de la Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia

Civil, teniente general Agustín Muñoz Grandes.

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Figura 1.– Escudo de la UME.

Fuente: Boletín Oficial de Defensa, número 197, p. 10.971, 2006.

Page 96: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Como otra novedad, desfiló sobre seis camiones descubiertos una Compañía de Reser-

vistas Voluntarios.

Otra Compañía, la de la UME, constituyó la última novedad. Ese día, estrenó su unifor-

me de trabajo anteriormente descrito, acompañado de su boina característica de color

amarillo mostaza, así como el pañuelo de cuello del mismo color. Los oficiales desfilaron

con su armamento reglamentario: pistola Llama, 9 milímetros Parabellum. Los suboficia-

les y tropa portaron el fusil de asalto HK G-36.

Desfilaron con las Unidades de a pie, una Compañía compuesta de:

— Mando. Un capitán del I Batallón de Intervención en Emergencias (I BIEM).

— Banderín. De la I Compañía del I BIEM.

— Compañía de desfile. Tres oficiales; nueve suboficiales y 72 de tropa, pertenecientes

todos ellos a los distintos Batallones de Intervención en Emergencias, así como a la

Unidad de Cuartel General de la UME.

Inauguración de la UME

El pasado 19 de diciembre, el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, acompañado del

jefe de la UME, teniente general Fulgencio Coll Bucher, inauguró el Cuartel General de la

Unidad ubicado en la Base Aérea de To r rejón de Ardoz (Madrid), que previamente se había

trasladado desde el Ministerio de Defensa. Esta Base Aérea, es una de las más importan-

tes del país, no sólo por su situación geográfica sino porque también es la sede de impor-

tantes organismos tanto militares como civiles; así acoge entre otros, el Ala 12 integrada

por diversos escuadrones con los caza F-18, el Grupo 47 de Transporte y Guerra Electró-

nica y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial. Creada en 1957, la Base Aérea de

To r rejón debe su nombre a un antiguo torreón fronterizo construido por los habitantes

de Alcalá de Henares, y al arroyo Ardoz que fluye a través de su término. La Base, que

t a rdó cuatro años en construirse, ocupa una superficie de 1.300 hectáreas. En un principio

su uso fue conjunto para las Fuerzas Armadas españolas y las norteamericanas. Estas últi-

mas dejaron la Base en el año 1992 y actualmente depende del Ejército del Aire. En cuan-

to al Cuartel General, está emplazado en un edificio que perteneció a la Policía Aérea de la

Base en la década de los años setenta y que consta, además de despachos y salas de re u-

niones, de un laboratorio de montaje de audio y vídeo, gimnasio y un centro de mando y

c o n t rol desde el que se gestionarán todas las emergencias en las que participe la UME.

Además, se ubican las distintas secciones de Estado Mayor y todos los órganos auxiliare s

y asesores del mando de la Unidad, como son la asesoría jurídica, intervención, servicios

sanitarios, oficina de prensa, etc. En este inmueble principal el ministro de Defensa, ade-

más de felicitar a todos los componentes de la UME, por su trabajo para poner en funcio-

namiento la nueva Unidad, justificó su creación, argumentando que entre los fines de las

Fuerzas Armadas están los de proveer la seguridad, la defensa, y la tranquilidad que quie-

ren los ciudadanos ante la eventualidad de un siniestro, una catástrofe, una situación de

e m e rgencia o de calamidad colectiva, sea por obra humana o por causas naturales.

La visita concluyó con un simulacro de ejercicio de una situación de emergencia a cargo

de la Sección de Operaciones y la de Sistemas de Información y Telecomunicaciones del

Estado Mayor.

— 100 —

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La UME podrá estar implantada totalmente en el 2008. Para la primera fase, terminada

en diciembre de 2006, ya se cuenta con el 25% del total de la Unidad y se compone de:

— Embrión de mando, Estado Mayor y Unidad de Cuartel General, en condiciones de

organizar una determinada operación de intervención ante riesgos naturales (incen-

dios forestales principalmente) y organizar el enlace con el resto de las instituciones

del Estado.

— Agrupación de Medios Aéreos tal y como se encuentra en la actualidad (43 Grupo de

las Fuerzas Aéreas, hidroaviones apaga fuegos).

— Una Compañía de Intervención de Emergencias Naturales en cada uno de los Bata-

llones de Madrid, Sevilla, Valencia, Zaragoza y León.

— La Sección de Intervención de Emergencias Naturales de Gando (Canarias).

— Elementos mínimos del Regimiento de Apoyo General.

En la segunda fase, antes de finales de 2007, se amplia la Unidad hasta el 75% aproxi-

madamente contando con los siguientes elementos, y que en su mayoría estarían en

condiciones de intervenir en la campaña de incendios forestales en labores de apoyo:

— Mando, Estado Mayor y Unidad de Cuartel General, al 80%, en condiciones de orga-

nizar y controlar más de una intervención simultáneamente, y de controlar posibles

refuerzos de otras instituciones y de las propias Fuerzas Armadas.

— Tres Batallones de Intervención contra Riesgos Naturales al 50% en Madrid, León y

Sevilla.

— Dos Batallones de Intervención de Emergencias Naturales disminuidos a una Com-

pañía reforzada en Valencia y Zaragoza.

— Incremento de la dotación del Regimiento de Apoyo General a un 100%.

La tercera fase, antes de finales de 2008, permitirá disponer del 100% de la Unidad. En

todas las etapas se seguirán los siguientes principios de actuación:

— La UME actuará dirigida por sus mandos propios y acomodando sus intervenciones

a lo previsto por la legislación vigente.

— La UME actuará siempre con mandato expreso o delegado del presidente del Gobiern o .

— El tiempo de reacción mínimo exige un sistema eficaz de prealertas con simulacros

frecuentes.

— La seguridad de las fuerzas será primordial y no serán utilizadas en cometidos para

los que, entrañando un riesgo grave, no hayan sido previamente preparadas.

— Para asegurar la eficacia de las actuaciones habrá un sistema de oficiales de enlace

que con carácter permanente y en los niveles que se consideren necesarios, apoyen

a las diferentes instituciones y administraciones en los asuntos que afecten a la UME.

Personal

La UME seleccionó a sus primeros 175 integrantes de tropa y marinería, tras la primera

convocatoria extraordinaria efectuada y publicada en el Boletín Oficial de Defensa de 7

de abril de 2006. Este primer contingente cubrió los llamados «núcleos de constitución»:

el Cuartel General, Regimiento de Apoyo y Batallón de Intervención de Emergencias

en Torrejón de Ardoz (Madrid), Batallones de Intervención de Emergencias ubicados en

Bétera (Valencia), Zaragoza, San Andrés de Rabanedo (León) y Morón (Sevilla), así como

— 101 —

Page 98: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

para el Destacamento del Batallón de Intervención de Sevilla en Gando (Las Palmas de

Gran Canaria). Estos «núcleos de constitución» son los embriones a partir de los cuales

se irán formando en su totalidad las distintas Unidades que forman la UME, hasta

diciembre de 2008, fecha prevista de finalización de la creación y puesta en marcha de

esta Unidad. Las condiciones generales que debieron reunir los posibles solicitantes

eran las siguientes:

— Tener cumplido el compromiso inicial (dos años de contrato).

— Acreditar un nivel de estudios igual o superior al graduado escolar o segundo Curso

de Enseñanza Secundaria Obligatoria.

— En determinadas vacantes disponer de algún tipo de carnet militar.

— Tener cumplido el tiempo mínimo de permanencia en su actual destino.

— No estar seleccionado para cursos de ascenso o de cambio de especialidad.

Analizadas sus peticiones, se realizó una preselección valorando el conocimiento de

idiomas, particularmente francés, cursos de especialización, y todas aquellas aptitudes

de aplicación en la UME.

Las pruebas de selección se realizaron en las instalaciones de la Academia de Infantería

(Toledo), designada por el Estado Mayor del Ejército para apoyar a la UME en este pro-

ceso. Entre los días 22 y 26 de mayo de 2006, 252 cabos primeros, cabos y soldados de

los tres Ejércitos realizaron las pruebas físicas, consistentes en 50 metros de natación

de estilo libre y 8 kilómetros de carrera continua. Aquellos que aportaban el certificado

de haber superado estas pruebas correspondiente a los años 2005 o 2006 no les hacía

falta realizarlas de nuevo. También se les practicó un reconocimiento médico, pruebas

psicológicas y una entrevista personal, tratando de buscar aquellos que más se ade-

cuaran al perfil psicofísico exigible en la UME.

Durante cinco semanas, antes de incorporarse a sus destinos en las distintas bases que

va a ocupar la UME, este personal recibió una formación elemental básica en emergen-

cias, consistente en teóricas y prácticas sobre primeros auxilios, lucha contra incendios

forestales, actuaciones en caso de derrumbes, inundaciones, grandes nevadas, ambien-

te nuclear, biológica y química y procedimientos de organización y control en emergen-

cias. Además, de un módulo de Instrucción Físico Militar. En el proceso de formación

interviene personal de la UME, del Ejército de Tierra, que dirige los módulos de deses-

combro y de inundaciones; empresas civiles expertas en el campo de las emergencias,

así como bomberos profesionales de las localidades próximas al campamento. Aunque

en el futuro, todos los instructores serán de la propia Unidad.

En estas semanas, los módulos de Lucha Contra Incendios y de Sanidad son aquellos

en los que se profundiza más, ya que el fuego es lo primero a lo que va a tener que

enfrentarse la UME.

Para preparase, entrenan con autobombas, bate fuegos y todas las herramientas

manuales que se emplean en las tareas de extinción.

El adiestramiento se realiza además con la equipación reglamentaria que se va utilizar en

las misiones, para que la conozcan y manejen a la perfección cuando tengan que afron-

tar un fuego real. El equipo de protección consta de casco rojo y amarillo, gafas, guan-

tes y traje ignífugo de alta visibilidad.

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Page 99: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

El módulo de Sanidad es fundamental en el caso de que haya víctimas. En él se enseña

cómo estabilizar a un herido con fracturas, parada cardiorrespiratoria, heridas, o que-

maduras. Y si no se dispone de instrumental sanitario, saber utilizar cualquier material,

como un cartón, un pedazo de madera o cualquier tipo de cinta adhesiva para elaborar

un cabestrillo o inmovilizar a una persona.

Para socorrer a las víctimas primero hay que encontrarlas, y si es posible en el menor

tiempo posible. Por ello, la UME cuenta con otros «efectivos»: perros adiestrados para

rastrear la búsqueda de supervivientes en un derrumbe. Junto a ellos, los soldados de la

UME realizan los ejercicios de simulacro.

De instruir en otro tipo de rescate se ocupa la Brigada de Cazadores de Montaña: se

encarga de iniciar a los hombres y mujeres de la UME en temas relacionados con la

escalada y el rescate en sitios elevados. «La mayoría no ha tenido contacto previo con

este tipo de prácticas, y las alturas son complicadas de afrontar», comenta uno de los

instructores. Por eso realizan prácticas de rapel e izados de nivel básico, que sirven para

simular rescates de heridos en escenarios elevados, como por ejemplo, de un edificio a

otro cercano, en el caso de que no se pudiera acceder a la planta baja y fuera necesa-

rio tender cuerdas de una fachada a otra.

Esta fase, denominada Campamento Básico de Emergencias, se desarrolló en la Base

«General Álvarez de Castro» del Ejército de Tierra, en San Clemente de Sasebas (Figue-

ras-Gerona). Al finalizar el campamento, recibieron la calificación de Técnico en Extinción

de Incendios Forestales.

El personal seleccionado al que no se le asigne vacante se reincorporará a su unidad de

origen. Todas las vacantes serán asignadas por el procedimiento de libre designación y

tendrán una gratificación por disponibilidad, ya que la UME exige cuatro meses de dedi-

cación exclusiva durante el verano, en la época de mayor riesgo de incendio forestal. Eso

significa que no habrá vacaciones en ese periodo y, de momento, el personal no podrá

rotar como una unidad más para participar en misiones en el extranjero.

Junto a estos primeros militares de tropa, se encuentran los 110 cuadros de mando des-

tinados el 22 de mayo de 2006. Sus vacantes fueron publicadas en el Boletín Oficial de

Defensa de 28 de marzo. Las condiciones para acceder a estas plazas eran no pertene-

cer a determinadas especialidades (según el tipo de vacante) y tiempo mínimo de per-

manencia si estaba destinado en el extranjero.

En el Campamento Básico de Emergencias, recibieron la formación necesaria para obte-

ner la calificación de Capataz Técnico en Extinción de Incendios Forestales.

Una vez finalizada esta formación, tanto el personal de tropa como los cuadros de

mando pueden acceder a diversos cursos de especialización, impartidos por empresas

civiles.

En total, durante el ejercicio 2006, se han publicado tres convocatorias de vacantes para

c u a d ros de mando y tropa, más una extraordinaria para estos últimos. Unos 1.100 efecti-

vos (el 5% son mujeres), que corresponde al 25% de la plantilla, el total de la plantilla se

p revé alcanzarla a finales del 2008, cifrada en 4.310 militares. De ellos, dos serán oficiales

generales, 432 oficiales, 822 suboficiales y 3.054 militares de tropa; por Ejércitos el 82%

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de estas personas serán del Ejército de Tierra, un 12% del Ejército del Aire, otro 4% de la

Armada y el 2% restante de los Cuerpos Comunes, distribuidos de la siguiente manera:

— Base Aérea de Torrejón (Madrid): 1.920 efectivos.

— Base Aérea de Morón (Sevilla): 522 efectivos.

— Base de Bétera (Valencia): 576 efectivos.

— Base Aérea de Zaragoza: 555 efectivos.

— San Andrés del Rabanedo (León): 657 efectivos.

— Base Aérea de Gando (Las Palmas de Gran Canaria): 80 efectivos.

Al mando de esta fuerza conjunta, integrada por miembros de todos los Ejércitos, está

el teniente general Fulgencio Coll Bucher (promovido a este empleo por Real Decreto

319/2006 de 17 de marzo) nombrado jefe de la UME por acuerdo del Consejo de Minis-

tros de 20 de enero de 2006. El cual, recibió la noticia como «un honor y una gran res-

ponsabilidad».

Como jefe de la UME, una de sus funciones es supervisar el desarrollo de la Unidad. Así,

visitó el II Campamento Básico de Emergencias junto al ministro de Defensa, José Anto-

nio Alonso. Los dos, presenciaron una demostración de las diversas técnicas de Inter-

vención en Emergencias Naturales.

Durante la visita, el ministro de Defensa confirmó que hasta 2010 el Gobierno ha toma-

do las medidas necesarias para que la UME cuente con 10 aviones anfibios, 19 helicóp-

teros, 180 autobombas, más de 100 máquinas de ingenieros, 68 embarcaciones ligeras

fuera borda y otros 1.068 vehículos de diferentes características, para hacer posible que

en poco más de 60 minutos sus efectivos estén desplegados sobre el terreno donde sea

necesaria la intervención, figura 2.

Instalaciones y equipamiento

Las construcciones, que en principio serán provisionales, acogen a los miembros de la

UME, el equipo, y material que se vayan incorporando, y poco a poco serán reemplaza-

das por otras definitivas. Hay que señalar que toda la infraestructura necesaria ha sido

diseñada por la Dirección General de Infraestructura del Ministerio de Defensa. El coste

previsto de las futuras instalaciones es de unos 48 millones de euros. A ellos hay que

sumar 384 millones más, que engloban vehículos, material específico, armamento,

medios de transmisiones, equipo de dotación y arrendamiento de aeronaves. Hay que

señalar, que el Gobierno aprobó en diciembre de 2006 la adquisición de 79 camiones

pesados de 10 toneladas Iveco (70 camiones carrozados de carga general, 8 camiones

grúa y un camión cisterna) y que serán entregados a la UME entre los años 2007 y 2008.

También está previsto adquirir 19 helicópteros de transporte medio y 10 aviones anfibios

de lucha contra incendios entre el periodo 2006-2016. En julio de 2006 se entregó el pri-

mer hidroavión, un CL-415 Canadair, integrándose en el 43 Grupo de Fuerzas Aéreas de

la Base Aérea de Torrejón que ya cuenta con 14 aeronaves para la extinción de incen-

dios forestales. Para este conjunto de adquisiciones se prevé un coste de 900 millones

de euros. Todo este presupuesto está recogido en el Acuerdo del Consejo de Ministros

por el que se aprueba la financiación necesaria para la implantación de la UME, publi-

cado en el Boletín Oficial del Estado de 20 de enero de 2006.

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Concretamente, la situación de las Bases será la siguiente:

1. Base Aérea de Torrejón (Madrid). Contará con 14 edificios y tendrá las siguientes Uni-

dades:

— Mando superior de la UME: constituido por un Cuartel General y Centro de Con-

trol conectado entre otros con el Instituto Nacional de Meteorología, Centro Sis-

mológico Nacional, Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, servicios 112 de las

comunidades autónomas, etc. En relación con estos últimos, hay que señalar que

el 112 de Madrid, cuenta con un sistema de localización de llamadas de teléfonos

móviles y de fijos que es pionero en Europa, un sistema de frenada de avalancha

y otro de aviso masivo de población.

— Servicios de Información del Centro Nacional de Inteligencia.

— Agrupación de Medios Aéreos bajo un mando único (apagafuegos y helicópteros).

— Regimiento de Apoyo General: dispondrá de vehículos y materiales; tales como

ambulancias de carretera, cisternas, alojamientos provisionales (tiendas, grupos

electrógenos) cocinas de campaña, puestos de socorro y farmacias móviles.

— Compañía de Intervención de Emergencias Naturales: contará con vehículos y

materiales; tales como vehículos ligeros, autobombas todoterreno, equipos de

buceo y quitanieves. Además de una Compañía de Ingenieros y una Compañía de

Intervención de Emergencias Tecnológicas: que se dedicará al análisis de posibles

zonas contaminadas, así como el aislamiento, evacuación y descontaminación de

personas y material afectado por elementos nucleares, bacteriológicos o quími-

cos.

2. Base Aérea de Morón (Sevilla). Contará con 13 edificios y tendrá dos Compañías de

Intervención de Emergencias Naturales y una de Ingenieros.

3. Base de Bétera (Valencia). Contará con 14 edificios y tendrá lo que la Base de Sevi-

lla: dos Compañías de Intervención de Emergencias Naturales y una de Ingenieros.

4. Base Aérea de Zaragoza. Contará con 13 edificios y tendrá la Compañía de Interven-

ción de Emergencias Naturales, además de una de Ingenieros y otra de Intervención

contra Riesgos Tecnológicos.

5. San Andrés del Rabanedo (León). Contará con 16 edificios y tendrá dos Compañías

de Intervención de Emergencias Naturales y dos de Ingenieros.

6. Base Aérea de Gando (Las Palmas de Gran Canarias). Contará con cinco edificios y

tendrá un Destacamento del Batallón de Intervención de Sevilla. Asimismo dispondrá

de medios aéreos para operar entre Islas.

La UME se desplegará por toda la geografía española, de forma que pueda responder a

cualquier emergencia en un tiempo breve y con toda su efectividad.

Visitas

Las visitas tienen como objetivo prioritario conocer la formación y la integración de las

unidades militares en el marco de la defensa civil en distintos lugares.

El jefe de la UME español, general Fulgencio Coll Bucher, visitó la Primera Unidad de Ins-

trucción e Intervención de la Seguridad Civil (UIISC), situada a 150 kilómetros de París,

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el Centro de Mando de las Formaciones Militares de la Seguridad Civil y el Cuartel Gene-

ral de la Brigada de Zapadores Bomberos de París cuyas misiones de actuación son

similares a las funciones de la nueva Unidad española. Además, observadores españo-

les han participado en distintas situaciones de emergencias para conocer las técnicas y

los procedimientos de actuación.

Con la finalidad de dar un carácter legal y continuo en el tiempo a estas visitas y futuras

colaboraciones, el asesor jurídico de la UME español se desplazó a Francia para partici-

par en una reunión con representantes del Ministerio de Defensa francés para concretar

detalles de la redacción del texto definitivo del «Acuerdo Técnico en materia de Coope-

ración en el ámbito de Emergencias y Protección Civil», que se suscribirá entre los Minis-

terios de Defensa español y francés.

Esta estrecha colaboración entre España y Francia merece que dediquemos un aparta-

do a la «UME francesa».

Francia

El papel de la Defensa Nacional francesa es el de asegurar la integridad del territorio, la

seguridad de sus ciudadanos, así como garantizar el respeto de las alianzas, tratados y

acuerdos internacionales.

La Constitución francesa del 4 de octubre de 1958 reparte de este modo las responsa-

bilidades: el presidente de la República, jefe del Ejército, define la política de defensa,

ejercida por el ministro de Defensa. El primer ministro, responsable de la Defensa Nacio-

nal, ejerce la dirección general, coordinando igualmente la actividad de defensa de los

departamentos ministeriales. El Parlamento vota las leyes relativas a esta materia.

Las Fuerzas Armadas se componen de:

— El Ejército de Tierra, el Ejército de Aire, la Marina Nacional.

— La Gendarmería Nacional.

— Servicios de apoyo general.

Como complemento de la Defensa Militar, la Defensa Nacional está constituida por otros

dos elementos: la defensa económica, caracterizada por los actos e iniciativas tomadas

por la potencia pública, con el fin de proteger, por un lado, la economía y las empresas

de un ataque de cualquier naturaleza y, por otro lado, con el fin de satisfacer las necesi-

dades de la Defensa Nacional; y la Defensa Civil, que participa en las misiones de pre-

vención, de investigación, de formación y de ayuda que requiera la salvaguardia de las

poblaciones, de los bienes y del medio ambiente tales como la alerta ante catástrofes

naturales, la información a las poblaciones sobre los riesgos, el refugio de las poblacio-

nes, la organización de las ayudas, etc.

En febrero de 1996, se inicia la reforma de la defensa con el objetivo de un trabajo de

planificación, en el que se tienen en cuenta las cuatro principales orientaciones del pre-

sidente de la República: la completa profesionalización de las fuerzas; una definición de

sus medios nucleares, un esfuerzo de reducción de gastos que contribuya al objetivo

general de disminución de los gastos públicos y un acercamiento a la defensa europea.

Esta última acción confirma la necesidad de fuerzas preparadas durante mucho tiempo

— 107 —

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para determinadas misiones, que estén listas para intervenir de forma rápida, funda-

mentalmente en Europa, y que dispongan de los medios más modernos y sean capaces

de agregarse en los conjuntos europeos o atlánticos.

La reforma de la defensa, sobre las bases mencionadas, se ha construido en torno al

modelo de las Fuerzas Armadas 2015. La reforma se ha llevado a cabo en dos etapas:

la primera, marcada por la Ley de Programación Militar 1997-2002, con la puesta en mar-

cha de la profesionalización del ejército, que puso fin al servicio militar obligatorio desde

finales del 2002 y por otro lado por la Ley de Programación Militar 2003-2008, con la

recuperación de los créditos, la búsqueda de la profesionalización de las Fuerzas Arma-

das, cuyo número de efectivos se ha fijado en 446.653 para el año 2008 y la moderniza-

ción de los equipos. El objetivo es el de alcanzar el modelo de Ejército 2015, tal y como

ha sido actualizado en la Ley de Programación Militar 2003-2008.

En este nuevo contexto en el que la distinción entre seguridad interior y seguridad exte-

rior tiende a desdibujarse, Francia delimita así, su estrategia de defensa en torno a estos

cuatro pilares:

1. La disuasión nuclear como garantía de supervivencia de la Nación frente a una ame-

naza de sus intereses vitales.

2. La prevención en la lucha contra el terrorismo y la proliferación de las armas.

3. La protección de las poblaciones, de las instituciones, de los territorios, de los valo-

res culturales esenciales, de las principales actividades económicas.

4. La proyección-acción, asegurando el respeto de sus compromisos internacionales y

permitiendo que sus fuerzas asuman aquellas responsabilidades específicas en el

plano internacional.

La que podíamos denominar «UME francesa», se encuadra en la Dirección de Defensa y

Protección Civiles (DDSC), que se ocupa de unos 450 expedientes al año. Algunos de

ellos fueron el incendio en el túnel del Mont-Blanc o inundaciones en el sur de Francia.

Para intervenir sobre el terreno, la DDSC cuenta con seis Estados Mayores de zona y sus

correspondientes centros operativos (Burdeos, Lyón, Marsella, Metz, París y Rennes), 18

centros de limpieza de minas, 20 bases de helicópteros, una de aviones, cuatro estable-

cimientos que proporcionan equipos de socorro (mantas, estación de depuración de

agua, etc.) y tres Unidades de UIISC que reúnen a 1.500 militares desde su creación en

1968, capaces de intervenir en cualquier circunstancia y en cualquier punto del territorio

francés. Estos recursos pueden ser solicitados por los prefectos (representante del Esta-

do a escala de la región) cuando los medios locales no bastan. Estas Unidades son las

más próximas a la misión de la UME española.

Pero los primeros actores de la protección civil en Francia siguen siendo los bomberos,

a quienes la Ley de 3 de mayo de 1996 atribuye amplias competencias:

«Los servicios de incendio y auxilio quedan encargados de la prevención, protec-

ción y lucha contra los incendios. Contribuyen, junto con los demás servicios y pro-

fesionales a la protección y la lucha frente al resto de accidentes, siniestros y catás-

trofes, a la evacuación y la prevención de los riesgos tecnológicos o naturales, así

como a los auxilios urgentes.»

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Por ello, aquellos cuyo lema es Salvar o Morir están en todos los frentes: la ayuda a víc-

timas representa el 36% de sus intervenciones, los accidentes de tráfico el 13%, las ope-

raciones medioambientales el 3% y la prevención el 23%.

Aunque dependen de Protección Civil, los Cuerpos de Bomberos están organizados por

establecimientos públicos subvencionados por los Consejos Generales (entidad local) y

los municipios, y cuentan con sus propios medios. Una particularidad: 200.000 de los

227.000 bomberos franceses –entre los cuales hay 8.000 mujeres– son voluntarios.

Existen además dos Cuerpos de Bomberos Militares: la Brigada de Bomberos de París

(7.400 hombres) que interviene en la capital y sus departamentos limítrofes, y el Batallón

de los Marinos-Bomberos de Marsella (1.700 hombres).

Las habilidades de estos «soldados del fuego» son reconocidas internacionalmente ya

que llevan a cabo numerosas intervenciones, tanto de cooperación como de emergen-

cia, en el extranjero. Un ejemplo es en Turquía, tras el terremoto de 1999; gracias al

carácter mixto de sus equipos (bomberos, militares de las UIISC), consiguieron enviar, en

un tiempo récord, a 172 socorristas especializados y auxiliar a cientos de personas.

Suiza

Además de Francia, el teniente general Coll Bucher, jefe de la UME, se desplazó a Suiza

para asistir en visita oficial, invitado por su homólogo el general de división Meter Stutz,

jefe de la Región Territorial IV, al ejercicio Rheintal 06.

En jornada de mañana y tarde, ambas autoridades comprobaron en el campo de adies-

tramiento de Bemhardzell, cerca de la ciudad de San Gallen, un primer simulacro de ejer-

cicio en una operación de rescate en una zona devastada por una catástrofe natural en

la que se están produciendo todas las condiciones necesarias: derrumbes, rescate de

personas sepultadas, delimitación de zona catastrófica, etc. Finalizada esta primera

actuación, se realizó una visita a una exposición conjunta del Ministerio de Defensa y de

Protección Civil y Deportes, en particular, a un simulador para situaciones de terremoto.

A continuación, se mostró cómo funciona una célula de crisis y una célula operativa de

emergencias.

La práctica del segundo ejercicio consistió en el desarrollo de una operación de extin-

ción de fuego en unos depósitos de carburante.

Las Fuerzas Armadas suizas cuentan entre sus misiones apoyar a las autoridades suizas

en caso de catástrofe. Se trata de unidades militares especializadas que acuden, a peti-

ción de las autoridades del cantón, para proporcionar medios de refuerzo o específicos

de los que aquellos carecen cuando son requeridos.

España

Ya en nuestro país, el jefe de la UME viajó a las consejerías responsables de las emer-

gencias en distintas comunidades autónomas durante el año 2006 para conocer la orga-

nización y procedimientos de actuación ante emergencias ya que se coordinará con

bomberos y Protección Civil para extinguir un fuego. España ha perdido aproximada-

— 109 —

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mente un millón de hectáreas de superficie arbolada en los últimos diez años, y registra

la mitad de los incendios forestales que se producen en la Unión Europea. Por eso,

desde el pasado verano se ha contactado con las distintas comunidades autónomas y

se ha acudido en calidad de observadores a varias actuaciones. Éstos son sólo algunos

ejemplos:

GALICIA

El teniente general Coll Bucher acompañado de una comisión de oficiales del Cuartel

General de la UME, se entrevistó con José Luis Méndez Romeu, consejero de Presiden-

cia, Administraciones públicas y Justicia de la Xunta de Galicia. De esta Consejería

depende la Dirección General de Protección Civil, con cuyo director general también se

ha reunido el jefe de la UME. El director ha ofrecido una explicación sobre los planes y

procedimientos con que cuentan los servicios de emergencia gallegos para actuar en

caso de necesidad. Seguidamente, los miembros de la UME realizaron una visita a las

instalaciones del Centro de Emergencias 112. La comisión de la UME, por su parte,

explicó la organización, misiones, material y equipos, formación específica y procedi-

mientos de actuación de la citada Unidad. La visita finalizó con una comida de trabajo

ofrecida por el consejero de Presidencia en la que se siguieron tratando temas relacio-

nados con el campo de las emergencias, de interés para ambas Instituciones.

BALEARES

Al igual que en Galicia, el jefe de la UME, acompañado por una representación de ofi-

ciales del Cuartel General de la UME, se entrevistó en Palma de Mallorca con el director

general de Emergencias del Gobierno Balear, Joan Pol Pujol. Allí, visitaron las instalacio-

nes del nuevo Centro de Emergencias SEIB 112, conocieron el sistema de telecomuni-

caciones digital TETRA y el sistema de Ordenación de Emergencias EMERNET. La jor-

nada se completó por parte de la comisión de la UME, con una explicación sobre la

organización y procedimientos de actuación de la UME.

Además la UME ha estado presente en diferentes ámbitos relacionados con su materia.

FOROS ACADÉMICOS

El día 14 de septiembre de 2006, el teniente general Coll Bucher, jefe de la UME, impar-

tió una conferencia sobre: La UME, creación, misiones y previsiones futuras a los asis-

tentes al Seminario sobre: El papel de las Fuerzas Armadas y de Seguridad en la Defen-

sa de la Naturaleza que la Universidad Menéndez Pelayo organizó en Cuenca.

SALONES INTERNACIONALES

La UME participó en el I Salón Internacional Homeland Security, HOMSEC 2007.

Se trata de un salón profesional donde se dan cita todos los organismos públicos y pri-

vados relacionados con el equipamiento de seguridad y protección civil.

La UME participó en este I Salón con una caseta en la que se muestra las misiones que

se le han encomendado, su despliegue en todo el territorio nacional, la estructura de un

batallón tipo, etc. Además, como muestra de parte de los materiales con que contará la

— 110 —

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UME, se mostraron varios equipos de comunicación TETRAPOL con microteléfono; dos

uniformes completos, uno de trabajo y otro específico contra incendios (casco, equipo

de respiración, etc.); una célula completa del campamento de damnificados; y dos auto-

bombas, una ligera y otra media.

En una de las mesas redondas que se llevaron a cabo, la UME estuvo representada en

la titulada «Tecnologías de apoyo para la dirección y el control de situaciones de crisis».

PRESENCIA EN INSTITUCIONES

Para una mayor eficacia en cada intervención que haga la UME y una mejor preserva-

ción de bienes, se está trabajando en estrecha colaboración con otras instituciones entre

las que se encuentran el Ministerio del Interior, el de Medio Ambiente, Industria, el Insti-

tuto Nacional de Meteorología o la Dirección General para la Biodiversidad; además de

los Cuarteles Generales de los Ejércitos y de la Armada.

Por otro lado, las bases militares donde se ubican los Batallones de Intervención en

Emergencias de la UME han sido objeto del 7 al 27 de septiembre de 2006 de una visi-

ta informativa por parte del jefe de la UME, acompañado de parte de su Estado Mayor.

Durante estas visitas, se comprobó el punto de situación de las obras de las nuevas edi-

ficaciones que se están construyendo para alojar al personal y material de las Unidades

de la UME en las bases de Torrejón de Ardoz (Madrid), Morón (Sevilla), Bétera (Valencia),

Zaragoza, El Ferral de Bernesga (León) y Gando (Las Palmas).

El Cuartel General de la UME de la Base Aérea de Torrejón fue visitado, además de por

el ministro de Defensa y el teniente general Coll Bucher con motivo de su inauguración,

por el personal de la Escuela de Protección Ciudadana de Castilla-La Mancha en enero

de 2007. En representación de la Escuela asistió su director, el coordinador académico

de dicho Centro y 17 bomberos del Consorcio Provincial de Guadalajara (pertenecientes

al VI Curso de Formación Inicial de la Escuela). Allí, se les hizo una presentación de la

Unidad. Posteriormente visitaron el Centro de Operaciones Conjunto, ubicado en el

mismo edificio, donde se les dio una breve descripción del sistema de gestión y con-

ducción de emergencias de que dispondrá la Unidad. A continuación se les mostró un

hidroavión Canadair CL-215 empleado para las tareas de extinción de incendios. Final-

mente visitaron el I BIEM situado en la misma Base Aérea donde pudieron ver parte del

material de que dispone para la actuación en emergencias.

Conclusiones

Tras esta exposición genérica, se puede deducir que se está invirtiendo mucho en esta

nueva Unidad tanto en medios materiales como personales. La UME prevé estar ope-

rativa para el verano de 2007, y aunque seguramente llegue a este objetivo, la inexpe-

riencia le podría jugar una mala pasada; por eso es conveniente que siga en la dire c-

ción que lleva: la de dejarse aconsejar por las autoridades civiles en esta materia y

cooperar juntas.

España se ha convertido en un país frágil debido a los fenómenos metereológicos que

estamos sufriendo últimamente, tales como inundaciones o incendios. Por ello, es nece-

— 111 —

Page 108: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

sario implicar a todos los sectores (incluido el militar) para preservar lo más valioso que

tenemos: la Naturaleza. Hay que señalar, que el medio ambiente es un tema que preo-

cupa e interesa cada vez más a los ciudadanos, incluidos los militares.

Por otro lado, nuestras Fuerzas Armadas cuentan con un valioso material y personal para

hacer frente a catástrofes del tipo de terremotos, accidentes graves de cualquier índole,

donde el ser humano esté en peligro. Agrupando y especializando los medios con los

que cuentan las Fuerzas Armadas en una Unidad, la respuesta y eficacia para responder

serán mucho mayores. Todas estas cuestiones quedan cubiertas con la UME.

El futuro de la UME se augura optimista; con el paso del tiempo y la experiencia, se

podrá convertir en un referente de otras unidades que se creen de este tipo en otros paí-

ses. Su actividad nos indicará si se ha acertado en apostar en este reto.

Bibliografía

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Boletín Oficial de Defensa número 32 de 2006.

Boletín Oficial de Defensa número 61 de 2006.

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En: http://www mde.es/ume

En: http://www realinstitutoelcano.org

— 112 —

Page 109: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

RESUMEN DE LAS JORNADAS SOBRE EL DIÁLOGO

MEDITERRÁNEO ENTRE LA FUNDACIÓN KONRAD

ADENAUER-CESEDEN

Felicísimo Aguado ArroyoComandante de Caballería.

Se celebraron los pasados días 14 y 15 de diciembre de 2006 unas Jornadas sobre el

Dialogo Mediterráneo en las instalaciones del Centro Superior de Estudios de la Defen-

sa Nacional (CESEDEN). La organización del acto corrió a cargo de la Oficina en Madrid

para España y Portugal de la Fundación Konrad Adenauer y del CESEDEN. La Funda-

ción Konrad Adenauer desarrolla actividades en España desde el año 1977 con el obje-

tivo inicial de apoyar la consolidación de las jóvenes democracias ibéricas en el proce-

so de integración europeo, fomentando el intercambio democrático bilateral entre

Alemania y los países de la Península. Para ello la Fundación Konrad Adenauer organiza

actos de información, seminarios, talleres y otras actividades que cuentan con la partici-

pación de expertos en el campo de la política, comunicación, defensa, etc. En este

marco se encuadran las Jornadas, que con el título de: Valores comunes y principios

como base para el Diálogo Mediterráneo en el marco de la cooperación euromediterrá-

nea, se desarrollaron en el CESEDEN. En estas actividades han participado, como

ponentes, expertos de ocho países de Europa y de la orilla sur del Mediterráneo. Ade-

más participaron como asistentes más de 50 personas pertenecientes a diferentes orga-

nismos del mundo político, universitario, periodístico y diplomático. El método de traba-

jo consistió en paneles en los que los expertos hicieron sus presentaciones, seguido de

un coloquio entre los asistentes.

La apertura de las Jornadas corrió a cargo de Michael Däumer (1) y del teniente general

Bernal en representación de la Fundación Konrad Adenauer y CESEDEN respectiva-

mente. El teniente general Bernal hizo hincapié en la importancia de estas Jornadas ya

que constituye un foro de debate e intercambio e ideas adecuado, en una tarea, como

es la seguridad y la defensa, en la que es preciso una unidad de acción del Estado, una

implicación de la sociedad y en la que día a día, incluso, se está perdiendo la dimensión

nacional para encontrar soluciones válidas a los nuevos retos. Por su parte Michael Daü-

mer, agradeció a los participantes su presencia, resaltando la gran variedad de países

representados en estas Jornadas.

A continuación se inició el primer panel con el título «La universalidad de los derechos

humanos: la base de los valores comunes, principios y percepciones». La primera expo-

sición fue realizada por Steffen Erdle (2), que realizó un repaso a la historia y a la impor-

— 113 —

(1) Director de la Oficina para España y Portugal de la Fundación Konrad Adenauer, Berlín.

(2) Fundación Konrad Adenauer, Berlín.

Page 110: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

tancia de los derechos humanos en la construcción europea. Compartir los mismos valo-

res es el elemento central de la Unión Europea. En los diferentes tratados que se han fir-

mado en el proceso de creación de la Unión Europea, los derechos humanos han tenido

siempre un papel muy importante. Los ejemplos más significativos han sido el Tratado

de Ámsterdam, donde se articula el establecimiento de sanciones para los países que no

cumplan con el respeto a los derechos del hombre, y el Tratado de Niza, en el que el res-

peto a los derechos humanos se establece como un aspecto prioritario en la política

europea. Por esta razón los derechos humanos son un área que se trata con profundi-

dad en el Proceso de Barcelona, que después de trágicos acontecimientos se encuen-

tra en una fase de politización, en la que están adquiriendo más importancia las áreas de

justicia, cultura, educación y juventud.

El señor Erdle resaltó que cuando se tiene relaciones con los países de la orilla sur, es

preciso tener en cuenta las diferentes situaciones y necesidades de ellos, proponiendo

realizar un trato individualizado según las circunstancias de cada país. A continuación,

hizo un repaso histórico de la evolución de los derechos humanos, finalizando con una

explicación de sus tres generaciones y de sus características esenciales. Volviendo a la

política que sobre los derechos humanos realiza la Unión Europea, Erdle resaltó dos

cuestiones: la institucionalización de estos derechos y la posibilidad de reclamar por

ellos, ya sea social o individualmente. En la Unión Europea hay un sentimiento de acep-

tación generalizada de los derechos humanos, formando parte de la conciencia colecti-

va de los europeos. Pero también hay problemas, y entre éstos resaltó los de compe-

tencias entre los distintos órganos de la Unión Europea y la desigual aplicación de la

cláusula de los derechos humanos en los acuerdos que firma la Unión Europea.

La siguiente intervención fue la del doctor Taieb Baccouche (3). En ella manifestó que los

derechos humanos tienen un componente de universalidad del que no se puede pres-

cindir, aunque, por razones culturales y sociales, puedan ser interpretados y percibidos

de modo diferente. Por ello, en el mundo árabe hay quien ha entendido los derechos del

hombre como una colonización de Occidente. Esta errónea interpretación debe ser

corregida con una adecuada actividad pedagógica que tenga como finalidad explicar y

enseñar su verdadera dimensión universal. En definitiva, lo específico no puede oponer-

se a lo universal; ésta es una equivocada interpretación, ya que, en realidad, lo específi-

co complementa y no se opone a la universalidad. A continuación el doctor Baccouche

explicó como, desde su punto de vista, ha habido determinadas interpretaciones religio-

sas que han promovido una visión específica o particular por encima de la dimensión

universal de los derechos humanos. Ha habido quien ha opuesto la especificidad y el

derecho a la identidad cultural a la unificidad. Esto se debe solucionar con la capacidad

de asimilar y comprender otras culturas, haciendo una revisión de los propios principios

con espíritu critico. A continuación hizo un repaso a algunos aspectos que muestran la

dificultad de la aplicación real del concepto de universalidad de los derechos humanos.

Entre otros, resaltó los rituales de algunas sociedades africanas (mutilación sexual feme-

nina, el repudio o la poligamia), los problemas de las sociedades desarrolladas en rela-

ción a países menos desarrollados (inmigración, globalización o dictadura de mercado)

— 114 —

(3) Director del Instituto Árabe para los Derechos Humanos, Túnez.

Page 111: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

o la aplicación que se ha hecho desde Occidente de la universalidad de los derechos del

hombre, que, en ocasiones, pone de manifiesto una doble «vara de medir». Para ilustrar

esta afirmación, puso como ejemplo la guerra de Irak y la situación de la pena de muer-

te en Occidente.

El doctor Baccouche se refirió a los progresos tangibles que se han realizado gracias a

la creación y al papel desarrollado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y otras

Instituciones de carácter internacional como el Tribunal Penal Internacional.

Para concluir, expresó su convencimiento de que el Mediterráneo puede y debe ser un

espacio donde se es capaz de llevar un mensaje universal de esperanza y colaboración

en el campo de los derechos humanos, proponiendo la redacción, entre todos los paí-

ses del Mediterráneo, de un manual sobre estos derechos, donde se pueda exponer una

visión conjunta de este tema y sirva como base para poder estudiar en las escuelas un

enfoque común que sirva para educar y divulgar una visión universal de los derechos

humanos desde el Mediterráneo.

Antes de dar paso al coloquio, José Carlos Correia Nunes (4) resumió las intervenciones

realizadas durante el panel. Desde su punto de vista, lo más significativo fue la explica-

ción histórica de la evolución de los derechos humanos en Europa, donde han constitui-

do un elemento esencial de la política europea; y la visión de universalidad de estos

derechos. Referente al primer punto es de resaltar la institucionalización de los derechos

humanos en Europa. Referente a su universalidad y sus diferentes interpretaciones, el

señor Correia manifestó que estas divergencias se han ido acrecentando en las sucesi-

vas generaciones. Así, no hay prácticamente interpretaciones contradictorias en lo que

se refiere a la primera generación, existiendo grandes desacuerdos cuando se trata de

interpretar la segunda y tercera generación.

En el turno de preguntas se suscitaron muchas cuestiones. Se preguntó por la diferente

percepción que los cuatro grupos hegemónicos del mundo (Unión Europea, Estados

Unidos, China y Rusia) tienen de los derechos humanos, y de cómo esta diferencia se

percibe cuando mantienen relaciones bilaterales con otros países y en las que, el asun-

to de los derechos humanos es tratado de manera absolutamente desigual. El doctor

Baccouche respondió a esta pregunta diciendo que son Estados Unidos, como mayor

potencia mundial, quien distorsiona esta cuestión. Citó el no reconocimiento por parte

de Estados Unidos del Tribunal Penal Internacional, afirmando que este tipo de actitudes

y posiciones son un mal ejemplo para la comunidad internacional y señalando que este

aspecto es más difícil, cuando quien tiene estas posiciones es una potencia mundial.

También se preguntó por la dificultad de encontrar unos valores comunes que den

sustento a una posición común en la universalidad de los derechos humanos en el Me-

diterráneo.

A este respecto, el doctor Baccouche expresó la debilidad que tiene Europa como enti-

dad política, que se ha puesto especialmente de manifiesto en grandes crisis de política

internacional como la guerra de Irak, donde Europa ha mostrado posiciones enfrentadas

— 115 —

(4) Director Gerente del Centro Europeo para la Independencia Global y Solidaridad, Lisboa.

Page 112: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

entre sus miembros. Esta situación crea desconfianza en la ribera sur del Mediterráneo,

que percibe una división difícil de comprender. Una mayor unión política europea en el

Mediterráneo fortalecerá indiscutiblemente el avance de los derechos humanos en los

países de la orilla sur. Otra pregunta trató sobre la situación política en los países del sur

del Mediterráneo y su implicación con los principios democráticos. Se afirmó que sin

democracia no había respeto a los derechos del hombre, y en estos países, donde el

radicalismo islámico está ganando posiciones, cómo y quién puede apoyar el desarrollo

de estos derechos.

El doctor Baccouche dijo que no podía ser solamente el poder político o la sociedad

civil quien puede modificar esta situación. Es preciso realizar un esfuerzo común entre

todos para avanzar en este reto. La falta de democracia en los países del sur es un fac-

tor negativo en este campo. En este sentido queda mucho por hacer, y Europa puede

ser un catalizador importante, ya que tiene acuerdos de asociación con todos los paí-

ses del sur del Mediterráneo en los que se incluye una cláusula relativa a los dere c h o s

humanos que, en muchas ocasiones, no se respeta y que Europa no presiona para que

se cumpla. La razón, según, es, una vez más, la debilidad política de la Unión Euro p e a ,

que está más volcada y preocupada en los aspectos económicos que en los políticos.

Respecto al islamismo político, afirmó que, en su opinión, esto no existe. Lo que hay es

políticos que aprovechan la religión y el islam para tener una cobertura en su acción.

Con un debate serio, estos grupos desaparecerían de la escena política de los países

del Magreb. Para ello sería importante impulsar la democracia y el debate público en

los países del sur del Mediterráneo y aumentar la democracia y los derechos humanos

en la escena intern a c i o n a l .

El panel se cerró con el comentario final del señor Correia, en el que quiso hacer hinca-

pié en el vínculo entre democracia y derechos humanos, afirmando que la democracia

es el vehículo que conduce la defensa de los derechos del hombre, ya que éstos sólo

pueden se defendidos y garantizados desde un punto de vista político. Por ello es impor-

tante «institucionalizar» la defensa de los derechos humanos, como ocurre en Europa

con el Tribunal de Derechos Humanos, donde un ciudadano puede dirigirse para elevar

una queja o petición contra un Estado. Este tipo de Instituciones no existen en la ribera

sur, lo que representa una importante carencia en la defensa de los derechos humanos

en estos países.

Durante la cena que la Fundación Adenauer dio a los asistentes se pudo escuchar la pre-

sentación de Álvaro Iranzo Gutiérrez (5). En su exposición quedó de manifiesto el com-

promiso histórico de España en relación al Mediterráneo, zona que es considerada como

primera prioridad en la política exterior.

La jornada del viernes comenzó con el panel «Paz, estabilidad y bienestar en la re g i ó n

mediterránea: los retos para la Unión Europea». La primera intervención fue la de Josep

María Pelegrí (6). Desde el punto de vista del conferenciante, España debe tener un papel

p roactivo en la política mediterránea impulsando la apertura de Europa hacia el Medite-

— 116 —

(5) Director General de Política Exterior para el Mediterráneo, Oriente Próximo y África.

(6) Presidente del Grupo de UDC en el Parlamento de Cataluña, Barcelona.

Page 113: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

rráneo, ya que no se puede concebir una acción aislada de España en este escenario.

Ésta es una ocasión que presenta riesgos, pero también oportunidades que es pre c i s o

a p ro v e c h a r. A continuación, el señor Pelegrí expuso la visión de Samuel P. Huntington

s o b re el choque de civilizaciones. Si efectivamente éste se va a pro d u c i r, el escenario en

el que puede tener lugar es el Mediterráneo. Entre otras, para evitar este choque se cre ó

el Proceso de Barcelona, cuyo resultado después de diez años no ha sido del todo posi-

tivo. Para ello se ha articulado la iniciativa de la Alianza de Civilizaciones, que debe servir

como instrumento para desactivar el choque de civilizaciones en el Mediterráneo. Por

eso, el Proceso de Barcelona es alianza de civilizaciones con sus aspectos de interc a m-

bio y cooperación cultural y conocimiento mutuo. Y dentro de este contexto se debe

incluir la Política Europea de Vecindad y la incipiente política exterior de la Unión Euro p e a ,

buscando el diálogo en vez de la confrontación, en un diálogo que precisa de talante, pero

también de contenidos, para deshacer el «nudo gordiano» de las relaciones mediterráne-

as: las diferencias culturales. Y dentro del diálogo cultural, ocupa un papel muy impor-

tante el reto de la inmigración, donde Europa debe implicarse a fondo, no considera que

la multiculturalidad sea una solución, ya que ha fracasado en experiencias anteriores, pero

sí cree en el diálogo cultural sobre la base de un esfuerzo de integración bidireccional.

Elmar Brock (7) comenzó su exposición con una referencia a las metas comunes que se

trataron de impulsar en el Proceso de Barcelona, donde, por parte de la Unión Europea,

se pretendía cerrar las relaciones de su entorno con la finalidad de impulsar la paz y la

seguridad, animando los diferentes aspectos que engloban estos conceptos. La Unión

Europea percibió este Proceso como el mejor instrumento de su política de vecindad.

Pero en esos diez años, se han producido nuevos acontecimientos que han influido en

las relaciones entre la Unión Europea y los países del sur del Mediterráneo. La negocia-

ción de la Unión Europea con Turquía y Croacia, los problemas que se han reavivado en

Oriente Medio, la guerra de Irak y sus consecuencias y, principalmente, el terrorismo

internacional, han provocado la separación entre Occidente y el Mundo Islámico. A par-

tir del año 2005, parece que hemos entrado en un nuevo periodo en el que se pueden

relanzar las relaciones con el Mundo Islámico.

Hay nuevas perspectivas socioeconómicas en el norte de África donde el desarrollo

positivo, la apertura y el desarrollo económico están siendo impulsados de manera

importante. Las relaciones bilaterales deben impulsarse tanto con los países euro como

con los países no euro y entre los países de la región. Para el año 2010 se podría hablar

de una zona de comercio libre en el área mediterránea, excepto Siria e Irán, que no están

realizando esfuerzos en este sentido. Para llegar a este punto se está potenciando

importantes acuerdos con Egipto, Jordania, Marruecos o Túnez y que están incremen-

tando sus infraestructuras y se debe potenciar el comercio interregional. Incrementando

la cooperación en ciencia, formación, economía, sanidad y derechos humanos, activan-

do medidas contra la corrupción y criminalidad, especialmente contra el terrorismo, se

proporcionará mayor estabilidad al área. En cuanto a la inmigración, afirmó que no es un

problema policial o de control de fronteras; se debe regular controlando sus causas en

— 117 —

(7) Presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, Alemania.

Page 114: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

— 118 —

el punto de origen. En cuanto a las relaciones culturales, es preciso olvidar los prejuicios

coloniales y religiosos entre musulmanes, judíos y cristianos.

Durante el coloquio se hizo hincapié en aspectos citados en las exposiciones. Sobre el

papel de Europa en el Mediterráneo se volvió a citar la división política que se ha pues-

to de manifiesto en las últimas grandes crisis mundiales. Esto hace que los países ára-

bes no consideren a Europa un interlocutor creíble. A esto se une la posición de Estados

Unidos, a quien no le interesa que Europa tenga un papel preponderante en la escena

mundial. Por todas estas razones el peso de Europa en el Mediterráneo es muy peque-

ño. Respecto al choque de las civilizaciones se expresó que más que una alianza de civi-

lizaciones se debería hablar de una alianza de culturas e intereses, ya que, hay quien

opina que solamente hay una civilización mundial, que se manifiesta en culturas diferen-

tes. Se explicó las dificultades que existen en el seno de la Unión Europea para encon-

trar un consenso en los recursos dedicados a los países del sur del Mediterráneo. Se

habló de los fondos destinados a estos países y la dificultad de mantenerlos por la

ampliación de la Unión Europea. En otra intervención se expuso la idea de que la Unión

Europea debe tener el objetivo de impulsar la prosperidad de la orilla sur con una pers-

pectiva de futuro. En este sentido se deben orientar los esfuerzos a desarrollar el comer-

cio en los grandes mercados (Europa, Asia y Estados Unidos) más que en el comercio

regional. Respecto al choque de civilizaciones, hay también una frontera económica en

términos de renta y otra política en la carencia de instituciones democráticas.

No es el desarrollo económico el que debe llevar a la democracia, si no al revés; con ins-

tituciones eficientes se podrán crear las condiciones para generar riqueza. Posterior-

mente se expuso que la debilidad de Europa, ya manifestada anteriormente, parte de un

indefinición de la propia Europa sobre su ambición e identidad y de su complejo para

invertir en su propia seguridad, que recae en Estados Unidos. Otro de los temas más

debatido en el coloquio fue el de la inmigración, que puede ser la gran característica y el

gran tema de esta centuria. Europa no ha hecho lo suficiente en la cooperación con los

países del sur. Las sociedades europeas no han estado preparadas para recibir el flujo

de inmigración que se ha producido en los últimos tiempos. Pero también los países del

sur deben hacer autocrítica. Los fondos económicos que la Unión Europea ha dedicado

a los países del Mediterráneo no han dado los resultados previstos. Y esto ha podido

ocurrir porque no sólo se debe tratar el aspecto económico; es necesario evitar la

corrupción, la violación de los derechos humanos y eliminar la falta de oportunidades en

los países del sur.

El siguiente panel tuvo como título «El diálogo de las culturas: el papel de respeto y tole-

rancia en el Diálogo Mediterráneo». El primer ponente fue Ranier Fsadini (8), que comen-

zó expresando las dificultades que tiene el Diálogo Mediterráneo, donde todavía no

están claramente definidos los parámetros sobre los que debe girar. Pese a todos los

esfuerzos hechos, aún hoy persisten la desconfianza, la radicalidad y el desacuerdo. Así

cuando se habla de tolerancia, acuerdo o partenariado, nos encontramos que no hay,

aún dentro de la misma cultura, acuerdo sobre la definición y alcance de estos princi-

(8) Presidente AZAZ, Centro para Estudios Políticos, La Valetta (Malta).

Page 115: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

pios. A continuación el señor Fsadini, se refirió a la dificultad que se aprecia cuando se

trata de la cultura de seguridad, que abarca y se relaciona con otros campos como el

económico, militar, ecológico, etc., ya que, además, este concepto cultural tiene una

fuerte percepción personal e individual. Seguidamente, hizo un repaso histórico en el que

se resaltó los momentos en los que en el Mediterráneo ha vivido en tolerancia, afirman-

do que es imposible encontrar grandes civilizaciones que no hayan sido influidas por

otras anteriores. Ilustró esta afirmación con el ejemplo del monoteísmo en el campo reli-

gioso. Los momentos de mayor tolerancia, coincidieron con la «era de los imperios»

donde el autoritarismo era la forma política preponderante y donde, a pesar de la tole-

rancia, existía una cultura por encima de las demás. En nuestros días, con los concep-

tos de multiculturalidad, democracia y derechos humanos, sería ofensivo y absoluta-

mente imposible mantener esto posicionamientos. En lo que se refiere al diálogo en la

actualidad el señor Fsadini explicó los problemas que, desde su visión, tienen la Unión

Europea y los países del sur. La Unión Europea es una identidad que aún debe explicar-

se a sus ciudadanos, que la perciben como un proyecto o experimento pero no como

una realidad política. Por ello, Europa está en crisis, entendida ésta como un momento

de cambio y de importantes reformas. La Constitución Europea es un claro ejemplo de

esto. Hay otra cuestión que influye en contra de Europa y es el legado del colonialismo,

que, en ocasiones, se expresa con un sentimiento de superioridad y con el que se difi-

culta mucho una percepción positiva de los países del sur. En la otra orilla, el problema

es de libertades políticas. Sin libertad de expresión es imposible el diálogo. La relación

Iglesia-Estado, mejor dicho, Mezquita-Estado, no ha tenido la misma evolución que

sufrió Europa en los últimos siglos, y esto se hace patente en los campos político y

social, donde las tradiciones tribales suponen otro obstáculo más en tener un ambiente

propicio al diálogo. Pese a todo, el señor Fsadini afirmó que hay esperanza en conseguir

unas relaciones fructíferas en el Mediterráneo y apuntó, como aspecto a tener en cuen-

ta, la importancia de la educación como medio para alcanzar los fines que el Diálogo

Mediterráneo propone.

Baker al-Hiyari (9) expuso a continuación su ponencia. Comenzó diciendo que no creía

en el choque de civilizaciones, sino en el choque de los hombres, que son los que pro-

vocan los conflictos y los que, también, pueden solucionarlos. Según el señor Al-Hiyari

las claves del choque serán la cultura y la religión, aunque ambos factores no son nue-

vos como motivos de conflicto. Para evitar estos conflictos aparece como fundamental

el diálogo cultural, que es la mejor manera de evitar que el islam sea percibido como una

religión de fanáticos, autoritarios y terroristas. Es importante reconocer las diferencias e

impulsar los vínculos comunes, como es el hecho que las tres grandes religiones del

Mediterráneo sean monoteístas con su origen en Abraham. Hay dificultades en este diá-

logo, como es la diferente percepción de los valores democráticos, aunque también hay

que reconocer el papel importante de los países musulmanes en su oposición al comu-

nismo durante la guerra fría y su crítica a determinadas actitudes del capitalismo como

son la desigualdad y el hedonismo.

— 119 —

(9) Director del Real Instituto para Estudios Internacionales de Ammán (Jordania).

Page 116: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

El Mediterráneo debe ser un espacio de moderación, pese a que ha sido percibido como

la tierra donde se ha producido la fractura entre cristianos y musulmanes. Pero la Histo-

ria tiene ejemplos de momentos en que las grandes civilizaciones que han dominado el

Mediterráneo han practicado la tolerancia y que debe ser modelo en estos momentos.

Además, en la actualidad, tenemos herramientas de fomento del diálogo de las que no

se disponían en la Antigüedad (Proceso de Barcelona, Alianza de Civilizaciones, Parla-

mento de las Culturas, Centro Mediterráneo, etc.). Haciendo un análisis de la relaciones

en el Mediterráneo hay que decir que después de diez años, los resultados del Proceso

de Barcelona no ha tenido resultados sustanciales, a esto tampoco ha ayudado las rela-

ciones bilaterales y multilaterales. Con ello, los países de la ribera sur no han percibido

una actuación de conjunto, lo que ha tenido un efecto negativo en la idea del Proceso

de Barcelona. En lo que se refiere al futuro del Proceso, Al-Hiyari señaló que los proble-

mas tienen una dimensión mundial (terrorismo, calentamiento global, pobreza) y no pue-

den ser solucionados más que en este marco.

A este respecto, las diferencias entre países ricos y pobres siguen creciendo de una

manera exponencial, y esto debe ser solucionado. Concretando sobre el ámbito medite-

rráneo, la cuestión más sensible es la islamofobia. Y esta cuestión entra de lleno dentro

del proceso de identidad europeo, ya que se debe aceptar el islam como parte integrante

de Europa, tanto por su historia como por el peso que tiene hoy en día como conse-

cuencia de la inmigración, y es que la religión musulmana va a ser en breve la segunda

religión de Europa. Hechos como la negociación de Turquía para su adhesión a la Unión

Europea o el discurso del Papa Benedicto XVI en Ratisbona no contribuyen a facilitar el

Diálogo Mediterráneo. El sur percibe estos hechos como un nuevo intento de coloniza-

ción de Europa. En definitiva, es preciso retomar el concepto de crear un escenario de

entendimiento que contenga todos los aspectos de un verdadero diálogo (político,

social, económico, cultural, etc.) para hacer frente en común a los problemas de seguri-

dad que se planteen.

José Luis Herrero (10) inició su charla diciendo lo difícil que es aportar ideas nuevas,

debido al gran número de reuniones, seminarios, etc. que se realizan con este tema del

Diálogo Mediterráneo. Un diálogo que se centra, en estos momentos en los aspectos de

seguridad. Parece que hay un acuerdo sobre los valores de tolerancia, parternariado,

etc. que deben regir estas conversaciones, pero el problema aparece cuando se quiere

dar contenido a estos principios. Los valores no son percibidos ni han sido desarrolla-

dos del mismo modo entre los países europeos y musulmanes. Incluso dentro de las

sociedades no hay un acuerdo sobre el significado y dimensión de los valores, por eso,

en Occidente existe más un acuerdo sobre instituciones que sobre valores.

Lo que sí se ha determinado son los límites de los valores y, dentro de este marco, las

posturas pueden ser muy diferentes o, incluso, antagónicas. Hay un problema cuando

se verifica que estas posturas no son aceptadas por igual en todos los países. Así es evi-

dente que las posturas de los países musulmanes son aceptadas en Occidente, pero no

se puede decir lo mismo de las posturas occidentales en los países árabes. Sin embar-

— 120 —

(10) Analista de asuntos internacionales, Madrid.

Page 117: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

go, estos problemas de «cultura democrática» no son exclusivos de los países islámicos,

también han aparecido en los países del norte de Europa durante sus transiciones a la

democracia, donde se ha apreciado una falta de «interiorización de la democracia por

parte de la población». Finalmente, el conferenciante habló del futuro del Diálogo Medi-

terráneo, que debe producirse entre «bloques», que son, ya de por sí, plurales en su

composición y posicionamientos.

Durante el coloquio se debatieron temas como el sentido de identidad en Europa,

poniendo de manifiesto que, en estos momentos, la población europea no está total-

mente convencida del futuro de la Unión Europea, incluso dentro de la Unión no se per-

cibe con claridad los valores y principios sobre los que se debe fundamentar el futuro

europeo. En otra intervención se hizo referencia, nuevamente, al choque de civilizacio-

nes. Se expuso como en esta concepción el islam está opuesto a Occidente, esto es un

error, ya que se opone una religión a una realidad geopolítica, y no es razonable enfren-

tar dos entes de naturaleza diferente. Otra crítica a esta teoría es la de que, en la actua-

lidad, no se puede hablar de «civilizaciones» sino de una civilización que es mundial, y

que se refleja en diferentes culturas. La última crítica en esta intervención se refirió al

concepto de «choque», que en sí mismo, no tiene una connotación negativa, pero que el

concepto de Huntington sólo se expresa en el sentido de guerra. En lo que se refiere a

la violencia islámica, es preciso tener en cuenta que en su mayor parte es debida a la

desesperanza. Nunca antes en la Historia ha habido ejemplos de «terroristas suicidas»

como en la actualidad. Se debe hacer hincapié en las razones profundas de estas acti-

tudes y combatir los problemas en su raíz y no en sus consecuencias. También se abor-

dó el tema de los derechos humanos. Se planteó el hecho de que exista un acuerdo

sobre los derechos humanos, pero que su orden o prelación sea diferente en Occidente

y en los países musulmanes. A esto se respondió diciendo que la percepción es la misma

en ambas orillas.

El tercer panel del viernes se dedicó a «Good Govern a n c e y el Estado de Derecho: cre a r

estabilidad y bienestar en la región mediterránea». La primera ponente fue Carmen

Coll (11). En su disertación, expuso el crecimiento demográfico que está teniendo lugar

en el Mediterráneo y su evolución en los años venideros. Además de las diferencias que

hay en los campos cultural y religioso, la diferencia de riqueza entre ambas orillas es de

una dimensión enorme. Sin embargo, hay factores que se interrelacionan como es que

la Unión Europea concentra el 49% del comercio exterior de la región, o el hecho de

que un 39% de la inmigración europea tiene como origen la orilla sur del Mediterráneo.

El Proceso de Barcelona, que se creó con el convencimiento que la cooperación en los

diversos campos traería consigo un aumento del dinamismo democrático en la re g i ó n ,

no ha obtenido los objetivos propuestos ni ha servido para desactivar los conflictos que

hay en el Mediterráneo. En lo que se re f i e re a la cooperación y gobierno, es de señalar

la idea de que el desarrollo de la democracia lleva consigo el desarrollo económico y

social, y esto solamente se podrá lograr reforzando los sistemas legislativos y electora-

les y creando instituciones que garanticen la tutela de los derechos de los ciudadanos.

— 121 —

(11) Directora del Departamento «Programas de Gobernabilidad», IEMED.

Page 118: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

Dentro del Proceso de Barcelona estos parámetros fueron fijados como un tema priori-

tario. Para ello se ha hecho hincapié en la coordinación entre las diferentes dimensiones,

integrando este concepto en todos los programas sectoriales. Para que estas iniciativas

sean efectivas es necesario que estos cambios no sean impuestos desde fuera; sólo si

responde a posiciones internas, estos cambios pueden tener éxito. Además en estos

cambios debe participar también la sociedad civil. España ha liderado varios programas

con estas iniciativas, donde nuestra Nación puede ser un referente y ejemplo a seguir.

Finalmente la señora Coll explicó como la Unión Europea está tratando de trabajar en

común con todos los países y en todos los campos para obtener una coordinación y una

sinergia en la tarea de la cooperación euromediterránea.

Bakhtiar Amin (12) comenzó su exposición hablando de la «Fundación para el Futuro»,

una organización en la que se trabaja para promover la democracia y la libertad y que

está formada por personas pertenecientes a 15 países musulmanes. A continuación, rea-

lizó una reflexión de la dificultad que tienen las minorías para hacer sentir su voz dentro

de un colectivo que, como el Mundo Islámico, tiene más de 300 grupos raciales diferen-

tes. En relación al tema del panel, resaltó la importancia que tiene la educación, que

puede influir desde la creación de un clima pacífico a crear un terrorista suicida. Hay, y

ha habido, muchas iniciativas para potenciar el desarrollo en el Mundo Islámico donde

se ha invertido mucho dinero para ayudar al desarrollo democrático, pero no siempre se

han empleado estos fondos con la finalidad prevista. Incluso, de los recursos generados

por los propios países ha habido una pequeña parte que han sido dedicados a la mejo-

ra de las condiciones de vida de la población. Por ello es una tarea importante luchar

contra la corrupción, buscando la transparencia como medio para poder erradicar la

pobreza, el desempleo, el analfabetismo y la situación de la mujer. Europa y Estados Uni-

dos tiene dos áreas en las que deben actuar: en la democratización de los países ára-

bes y en la lucha contra el terrorismo. En este aspecto hizo especial referencia al apoyo

al proceso de Irak. Continuó Bakhtiar Amin señalando la importancia que en estos pro-

cesos tiene la sociedad civil, ya que la democratización no es un problema que afecte

sólo a los gobiernos. Finalmente subrayó la dificultad que tiene el pueblo kurdo de expre-

sarse, diseminado en tres países (Turquía, Irak y Siria) y su confianza en encontrar, a tra-

vés del los valores universales de tolerancia y respeto, formas de diálogo que colaboren

a tener un mundo más seguro.

En el turno de debate se abordó en repetidas ocasiones el problema de la necesidad de

atacar la corrupción en los países árabes y de impulsar la democracia en ellos. Se mani-

festó la importancia de tener instituciones con fundamentos democráticos que protejan

efectivamente al ciudadano. En este punto hubo opiniones que manifestaron la necesi-

dad de tener «calidad» en estas instituciones más que cantidad. Dentro del aspecto polí-

tico, también se manifestó que el principal problema de los países de la orilla sur que son

la falta de división de los poderes, donde el ejecutivo domina todos los demás. Y esto

se debe a que aún hay reticencias en las élites dominantes, que perciben la llegada de

la democracia como una pérdida de su posición política o social. En lo que respecta a

las costumbres democráticas se explicó como es preciso que la democracia sea un con-

— 122 —

(12) Ex ministro de Derechos Humanos de Irak.

Page 119: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

vencimiento de la propia sociedad y no una imposición exterior, para ello, una vez más,

se insistió en la importancia de la participación de la población y la sociedad civil. A este

respecto, se expresó el importante papel que tienen las organizaciones que promueven

los valores democráticos en el interior de las sociedades islámicas. Se suscitó el deba-

te de si la ayuda que la Unión Europea proporciona a los países del sur del Mediterráneo

es adecuado o no. Hubo opiniones que manifestaron que el apoyo mediante microcré-

ditos no obtenía los mismos resultados que si esos fondos hubieran sido empleados en

grandes inversiones o infraestructuras. Otras opiniones expresaron la bondad de este

procedimiento, ya que hace que toda la sociedad se vaya beneficiando e impregnando

de las ideas de libertad y democracia. Otro aspecto que se volvió a suscitar fue el de las

condiciones de estabilidad en el Mediterráneo. Aquí, se comentó que la cooperación

equilibrada sin dominantes ni dominados y la aplicación justa de las leyes y las resolu-

ciones de la ONU son los aspectos claves. Otros participantes dijeron que para obtener

este equilibrio es preciso que la Unión Europea apoye sin cortapisas los procesos demo-

cráticos, como es el caso de Irak y oponerse, del mismo modo, a los neofascismos que

aparecen en el Mundo Islámico.

El último panel trató de «La cooperación euromediterránea y las relaciones trasatlánti-

cas». En primer lugar, Sharom Pardo (13) expuso su visión de cómo la realidad contradi-

ce la teoría cuando se trata de ver la cooperación de la Unión Europea y Estados Unidos

en los países del Mediterráneo. Manifestó su creencia que determinadas partes del Pro-

ceso de Barcelona relativos a seguridad están equivocados. Las diferencias culturales y

políticas son tan grandes que no se puede tratar la seguridad como se está haciendo

hasta ahora. Hay otro aspecto importante y es que Europa carece de estrategia para

Oriente Medio, y para demostrarlo basta ver los resultados de la iniciativa europea pro-

puesta por Francia, Italia y España en el conflicto del Líbano. En este conflicto, según el

señor Pardo, quedó de manifiesto la inutilidad o incapacidad del Proceso de Barcelona,

ya que no se utilizó ningún mecanismo ni institución de las previstas, por parte dos paí-

ses que forman parte de él. Respecto al papel de Estados Unidos en la zona, afirmó que

se trata del actor principal en la región y que se percibe una cierta competencia con la

Unión Europea. Sin embargo, tampoco la política americana en el Mediterráneo ha con-

seguido los objetivos pretendidos, que van más enfocados a los objetivos del milenio

que a los establecidos en el Proceso de Barcelona. Seguidamente, abogó por una coor-

dinación entre la política de Estados Unidos y de la Unión Europea para mejorar la situa-

ción política y económica de los países del sur del Mediterráneo, terminando por propo-

ner un nuevo diálogo con nuevos actores, entre los que se debe incluir a la sociedad civil,

para buscar un futuro de estabilidad en esta zona.

Gustavo de Arístegui (14) expuso su convencimiento de que el Mediterráneo debe ser un

mar de paz y entendimiento, haciendo, a continuación, una breve re f e rencia a la historia del

P roceso de Barcelona, del que destacó el papel sobresaliente que tuvo Felipe González,

p residente del Gobierno de España en aquellos momentos, que consiguió convencer a sus

socios europeos para que un 70% de los fondos que se iban a dedicar a los países que pre-

— 123 —

(13) Director del Centro de Estudios de Política y Sociedad de la Universidad Ben Gurion, Negev (Israel).

(14) Portavoz de política exterior del PP, España.

Page 120: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

tendían entrar en la Unión Europea, fueran destinados a los países de la ribera sur del Medi-

terráneo. Esto debe entenderse como un esfuerzo generoso para catalizar los procesos de

paz que se habían iniciado en el Mediterráneo, especialmente, en Oriente Medio. A este re s-

pecto se han producido confusiones entre el proceso de paz palestino-israelí, la política

e u romediterránea y la política de vecindad. Es cierto que en estas dos últimas se han dupli-

cado esfuerzos y han tenido aspectos coincidentes, pero esto, en ningún caso, desacre d i-

ta la validez de ambas, que deben ser definidas mejor para evitar esfuerzos re c u r rentes o

baldíos. En lo que se re f i e re al Proceso de Barcelona y su génesis, el señor Arístegui comen-

tó que ha tenido una buena intención y un desarrollo desigual por culpa de circunstancias y

voluntades políticas ajenas a Europa. En su intención se refirió a las diferentes opiniones que

a p a re c i e ron cuando se quiso desligar el conflicto árabe-israelí de la política euro m e d i t e r r á-

nea. Finalmente, prevaleció la idea de que lo que se pretendía crear era una política con el

Mediterráneo en su conjunto y no reeditar una política euro m a g rebí, explicó que, desde su

visión, no es justo pensar que el Proceso de Barcelona ha sido un problema en el pro c e s o

de paz de Oriente Medio, lo que sí ha ocurrido es que los acuerdos y relaciones bilaterales,

que se cre a ron como una ayuda a la iniciativa de paz, finalmente la han re t a rdado, evitando

llegar a las raíces del problema, que es donde se puede solucionar. Pero pese a todo esto

y a las críticas que ha recibido, el Proceso de Barcelona es una iniciativa que hay que pre-

s e r v a r, ya que puede ser un esfuerzo político que catalice el proceso de paz, pero que en

ningún caso tiene que ser un proceso de paz bis. El Proceso de Barcelona debe servir para

c rear un conocimiento mutuo y una red de intereses comunes que obtengan como re s u l t a-

do la estabilidad en el Mediterráneo, haciendo de este mar un centro dentro del globo, evi-

tando que el centro de gravedad del mundo estratégico se deslice hacia otros actores mun-

diales. Finalmente, en su conclusión, el señor Arístegui expresó su convencimiento de que

E u ropa tiene mucho que aportar en Oriente Medio, ya que es un actor equilibrado e impar-

cial, que tiene que aportar elementos esenciales sin los que una paz efectiva y fructífera en

Oriente Medio no puede ser completa.

En su intervención, Juan Prat (15) explicó como el Proceso de Barcelona nace intentan-

do estar por encima de los problemas regionales del Mediterráneo, aprovechando el

comienzo del proceso de paz en el conflicto árabe-israelí, tras las Cumbres de Madrid y

Oslo. Se trataba de repartir «los dividendos de la paz» entre los países del sur del Medi-

terráneo, intentando que el progreso en los campos político, económico y social provo-

cara los cambios necesarios en la región para alcanzar un desarrollo estimable. Europa

ofrecía una osmosis para alcanzar la estabilidad y prosperidad en esta área. Pero el Pro-

ceso de Barcelona encontró problemas en la radicalización del conflicto de Oriente Pró-

ximo, que ha tenido su peor momento cuando dos países que forman parte del Proceso

de Barcelona (Israel y Líbano) entran en guerra. Este momento parece poner fin al Diálo-

go Mediterráneo.

Sin embargo, también en esta crisis ha habido vías de comunicación abiertas gracias

al Proceso de Barcelona, que avanza basándose en crisis de las que puede salir refor-

zado. El Proceso de Barcelona avanza lentamente y en profundidad y en todos los cam-

pos que abarca, pero es necesario ser pacientes para ver los resultados que el Proceso

— 124 —

(15) Embajador especial para el Mediterráneo del Ministerio de Asuntos Exteriores de España.

Page 121: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

de Barcelona está dando y que dará en el futuro. Respecto a la relación del vínculo tra-

satlántico con el Proceso de Barcelona, el embajador Prat expresó su idea de que la

Unión Europea y Estados Unidos deben trabajar juntos ya que como aliados y miembros

de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tienen intereses comunes. La

OTAN tiene dos orillas y que una de ellas sea fuerte beneficia al conjunto de la Alianza,

por eso una política europea de seguridad fuerte es positivo para Estados Unidos. Pero

el Proceso de Barcelona es una iniciativa regional para los miembros de esta área. Se

puede y debe colaborar con Estados Unidos en otras iniciativas, como es el proceso de

paz en Oriente Medio, pero el Proceso de Barcelona tiene una dimensión regional que se

debe respetar por una potencia global como es Estados Unidos. Por tanto, no es acer-

tado pensar que en el Mediterráneo, Europa y Estados Unidos compiten como actores

contrapuestos. Estados Unidos y Europa comparten y defienden los mismos valores y

principios, pero desde el 11 de septiembre de 2001, los gobiernos y las opiniones públi-

cas europeas y americanas han cambiado en el modo de percibir estos valores y princi-

pios y de cómo luchar por ellos. Unos lo ven como la lucha frente a un peligro y otros lo

entienden como el enfrentamiento a una complejidad. Además el orden de prelación

entre los valores más importantes como son los de seguridad y libertad es diferente en

Europa y en Estados Unidos. Estos aspectos no deben ser vistos como contraposicio-

nes, si no más bien como diferentes sensibilidades, y esto entre aliados es bueno que

ocurra para fomentar el diálogo entre ellos.

Muchas fueron las cuestiones que se suscitaron durante el coloquio. Entre ellas hubo

quien se mostró de acuerdo con la idea de que el Proceso de Barcelona está inexora-

blemente contaminado por el proceso de paz de Oriente Medio. También se abordó la

compleja relación euromediterránea con el vínculo trasatlántico; a este respecto se vol-

vió a citar la falta de cohesión política en la Unión Europea, que es un «enano político»,

sin embargo, otras opiniones señalaban que la Unión Europea no es débil, lo que real-

mente ocurre es que no es lo suficientemente fuerte como para influir en Oriente Medio

como debería. En este escenario, Europa comparte valores con Estados Unidos, pero no

se ha encontrado una vía adecuada para encauzar a todos los actores internacionales

que tienen alguna influencia en la región. Se continuó comentando la necesidad de que

tanto Estados Unidos como Europa sigan siendo actores en este escenario, aunque es

preciso superar la percepción que se tiene en la región de que están en bandos separa-

dos, para proporcionar el equilibrio y objetividad que el proceso de paz exige. Con rela-

ción al papel de Europa en el área se añadió que su aportación ha sido única e impor-

tante y es justo reconocerlo así. Otro punto interesante fue el papel de la OTAN en

Oriente Medio. Es cierto que la Alianza fue reacia a implicarse en la política mediterrá-

nea, pero una vez que inició su Diálogo Mediterráneo ha hecho importantes actividades

encaminadas a crear Medidas de Confianza y Cooperación, principalmente en el campo

militar. Estas actividades deben potenciarse, pero su papel está fuera del Proceso de

Barcelona, aunque pueda contribuir a la mejora de la situación en esta zona.

Las Jornadas finalizaron con una conferencia de Bernardino León (16) en la que expuso

su punto de vista sobre la propuesta de la Alianza de Civilizaciones. La Alianza de Civi-

— 125 —

(16) Secretario de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores de España.

Page 122: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

lizaciones es una iniciativa creada para producir resultados, es más que un simple plan-

teamiento académico. Su sentido es de carácter universal y ésta es su principal diferen-

cia con otras iniciativas de carácter regional como es el Proceso de Barcelona. Su ob-

jetivo es crear un consenso, buscando fórmulas concretas para evitar una mala

comunicación entre diferentes culturas, que sólo benefician a grupos radicales que utili-

zan los elementos más diferenciadores de las culturas en beneficio propio. La singulari-

dad de la Alianza de Civilizaciones es su carácter político, y la vocación que tiene de lle-

nar ese espacio en el que existe un vacío importante. Ha habido importantes iniciativas

globales que han abarcado algunos aspectos, pero nunca se había trasladado al campo

político. España ha tenido un papel crucial en la gestación de esta iniciativa, que ha sido

copatrocinada por Turquía, lo que demuestra la importancia que el espacio euro-medi-

terráneo tiene en la Alianza de Civilizaciones. Como resultado de la iniciativa, se creó el

Grupo de Alto Nivel con la misión de identificar amenazas, identificar acciones para

abordarlas y proponer programas de acción. Como consecuencia, se han hecho reco-

mendaciones en los campos de educación, donde se ha puesto el mayor énfasis, migra-

ción, juventud y medios de comunicación.

Las conclusiones de estas Jornadas fueron expuestas por Ingo Wetter, por parte de la

orilla norte, y el señor Baker al-Hirayi, por parte de los países de la ribera sur. Este últi-

mo empezó su exposición poniendo de relieve el gran compromiso de España en el

Mediterráneo y el papel especial que desempeña, aunque, desgraciadamente, resulta

muy difícil para muchos de los actores percibirlo con claridad. En su opinión, el Proceso

de Barcelona se ve envuelto en una gran ambigüedad. Diez años después del su inicio,

el sentimiento reinante en la parte meridional y oriental del Mediterráneo es que el Pro-

ceso se está muriendo, y aunque las circunstancias políticas en la zona no han ayudado

y siguen sin ayudar, los países de la ribera sur esperaban mucho más. Para poder darle

un nuevo impulso al Proceso de Barcelona, es preciso abandonar el contexto oficial en

el que se lleva a cabo y hacer un planteamiento más general, para que esta iniciativa sea

más extensiva y comprensible para la población, y, para que pueda tener éxito, tiene que

estar cerca de la comunidad. Por tanto se necesita otro tipo de asociación para hacer

avanzar el Proceso. Este esfuerzo, que debe ser desarrollado por la sociedad civil, no se

está realizando correctamente por parte de los países del sur y del este ni por sus orga-

nizaciones cívicas. Ingo Wetter hizo un sumario de las principales ideas expuestas

durante las sesiones. Como aspectos más importantes subrayó que se considera que la

cuenca mediterránea es una zona de estabilidad y seguridad compuesta por un entra-

mado de intereses políticos, sociales y económicos, donde el Diálogo Mediterráneo tiene

que mantenerse a flote para garantizar la paz, la estabilidad y la seguridad de los Esta-

dos ribereños. Resaltó que el Proceso de Barcelona se ha modificado debido a la

ampliación de la Unión Europea, la violencia del Medio Oriente, la guerra de Irak y los

enfrentamientos entre religiones. Respecto al campo económico expresó que hay que

aspirar a unos mercados domésticos estables, ya que son la condición básica para

lograr la posterior participación en el comercio mundial. El diálogo cultural tuvo también

su comentario en este resumen, y se señaló su peso específico. Resaltó que se consta-

ta una falta de respeto en el trato entre los países asociados y que respetar la identidad

cultural es un elemento que contribuye a la seguridad, y así es percibido por parte de las

naciones. El respeto de la identidad cultural es la gran clave para la comprensión y la

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Page 123: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

convivencia pacífica. La dificultad de encontrar una base común para el diálogo, fue otro

de los puntos mencionados, y señaló que la disposición al diálogo depende de un entor-

no económico estable. No podía faltar la referencia al problema de la inmigración. Para

solucionar este problema, instrumentos como el Proceso de Barcelona pueden ser bue-

nas herramientas. El siguiente punto resaltado fue la democratización de los países del

sur, que ofrece buenas oportunidades en la búsqueda de instrumentos para superar los

conflictos. En la práctica, habrá que vincular las ayudas y las subvenciones que reciben

a la configuración de estructuras democráticas. Es la única vía para que las sociedades

civiles del la ribera sur se emancipen y se desliguen de las élites dirigentes, que intentan

boicotear este paso para que su posición de privilegio no peligre. A continuación, Wet-

ter habló de que como consecuencia de los acontecimientos que han ocurrido en el

mundo, se ha desencadenado una discusión en Occidente sobre los valores fundamen-

tales: la seguridad y la libertad. En este campo, Estados Unidos parten de otras premi-

sas que los llevan a ejecutar políticas diferentes a las que la Unión Europea lleva a cabo.

Como última conclusión, se constató que durante estas Jornadas todos los participan-

tes están de acuerdo en que la paz, la democracia y el Estado de Derecho constituyen

unas bases estables para el crecimiento económico. Adicionalmente, hay que fomentar

la educación y la formación para conseguir un nivel mínimo de bienestar económico, que

es la única forma de hacer frente a los problemas del mar Mediterráneo.

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Page 124: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

ACTIVIDADES DEL CENTRO

Page 125: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

REUNIÓN DE LA JUNTA DIRECTIVA DE LA ASOCIACIÓN

DE AGREGADOS EN ESPAÑA

El día 16 de enero de 17:00 a 19:00 horas, se desarrolló en el paraninfo y en el comedor

«Hernán Cortés» de este Centro la Reunión de la Junta Directiva de la Asociación de

Agregados en España.

REUNIÓN DE LA JUNTA DIRECTIVA

DE LA ASOCIACIÓN DE DIPLOMADOS DE ANTIGUOS

ALUMNOS DE LA DEFENSA NACIONAL (ADALEDE)

El día 6 de febrero a las 18:30 horas, en la biblioteca de este Centro, se desarrolló la Reu-

nión de la Junta Directiva de ADALEDE.

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Page 126: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

VI JORNADAS DE SEGURIDAD DE LA INFORMACIÓN

EN DEFENSA

Entre los días 26 de febrero al 1 de marzo de 9:00 a 14:15 horas, tuvo lugar en el aula

magna de este Centro, las VI Jornadas de Seguridad de la Información en Defensa, orga-

nizadas por la Inspección General del Centro de Información Sociológica y por el Esta-

do Mayor Conjunto.

III JORNADAS UNIVERSIDAD SALAMANCA

(USAL)-CENTRO SUPERIOR DE ESTUDIOS

DE LA DEFENSA NACIONAL (CESEDEN)

Durante los días 27 y 28 de febrero, se desarrollaron en el parador nacional de turismo

de Ciudad Rodrigo las III Jornadas USAL-CESEDEN.

Las Jornadas estuvieron presididas por el excelentísimo señor rector magnífico de la

USAL y del excelentísimo señor teniente general director de CESEDEN.

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Page 127: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

I CICLO DE CONFERENCIAS DE HISTORIA Y CULTURA

AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA

Durante los días 22, 23, 24 y 25 de enero a las 18:30 horas, en el paraninfo de este Cen-

tro, se desarrolló el I Ciclo de Conferencias de Historia y Cultura Aeronáutica y Astro-

náutica, organizado por la «Cátedra de Historia y Cultura Aeronáutica y Astronáutica

Emilio Herrera».

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Page 128: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

REUNIÓN DE VICARIOS CASTRENSES

Y JEFES DE SERVICIO DE ASISTENCIA RELIGIOSA

Durante los días 1 y 2 de febrero en el aula 21 de este Centro, se desarrolló la Reunión

de Vicarios Castrenses y Jefes de Servicio de Asistencia Religiosa.

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Page 129: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

MÓDULO 4 DEL II CURSO DEL COLEGIO EUROPEO

DE SEGURIDAD Y DEFENSA

Entre los días 5 y 9 de febrero en la Escuela de Altos Estudios de la Defensa de este Cen-

tro, se desarrolló el módulo 4 perteneciente al Curso Piloto del Colegio Europeo de Segu-

ridad y Defensa, abarcando conferencias, trabajos de grupo, visitas y actividades socia-

les en los que participaron 60 oficiales superiores y civiles, pertenecientes a los países

miembros de la Unión Europea.

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Page 130: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

INAUGURACIÓN DEL VI CURSO DE ALTOS ESTUDIOS

ESTRATÉGICOS PARA OFICIALES SUPERIORES

IBEROAMERICANOS (AEEOSI)

El día 12 del de febrero a las 17:00 horas, tuvo lugar en el paraninfo de este Centro, la

inauguración del VI Curso AEEOSI, el acto fue presidido por el excelentísimo señor gene-

ral de Ejército, jefe del Estado Mayor de la Defensa quien efectuó la inauguración oficial

del citado Curso.

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Page 131: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

JORNADAS SOBRE AFGANISTÁN

PARA LAS COMISIONES DE DEFENSA

Y ASUNTOS EXTERIORES

El día 13 del pasado mes de febrero, tuvo lugar en el paraninfo de este Centro, la Jor-

nada sobre Afganistán para las Comisiones de Defensa y de Asuntos Exteriores, organi-

zada por el Instituto Español de Estudios Estratégicos.

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Page 132: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

VISITA DE INFORMACIÓN DE ALUMNOS DEL COLLÉGE

INTERARMÉES DE LA DÉFENSE (CID) AL CESEDEN

Entre los días 14 y 15 del febrero, visitó España alumnos del CID. La delegación estuvo

compuesta por unos 15 oficiales alumnos franceses del Ejército de Tierra y OTAN de la

XIV Promoción, acompañados por el coronel Guillamo que encabezaba el grupo.

Durante su estancia, asistieron a la exposición CESEDEN-Escuela Superior de las Fuer-

zas Armadas y visitarion el CESEDEN, el Mando de Operaciones y el Estado Mayor del

Ejército.

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Page 133: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

PRESENTACIÓN DEL LIBRO GUERRA Y SOCIEDAD

EN LA MONARQUÍA HISPÁNICA 1500/1700

El día 15 de febrero a las 19:00 horas, en el paraninfo de este Centro, se desarrolló la

presentación del libro Guerra y Sociedad en la Monarquía Hispánica 1500/1700, el Con-

sejo Superior de Investigaciones Científicas, MAPFRE y Ediciones Laberinto. En dicho

libro colaboran cuatro miembros de la Comisión Española de Historia Militar: don Hugo

O,Donnell; vicepresidete, don José María Blanco Núñez, secretario general y don Enri-

que García Hernán y don Guillermo Calleja Leal, vocales.

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Page 134: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

ACTO DE TOMA DE POSESIÓN DEL GENERAL

JEFE DE ESTUDIOS DE LA ESCUELA SUPERIOR

DE LAS FUERZAS ARMADAS (ESFAS)

El día 28 de febrero a las 13:15 horas, en el pasillo norte de la primera planta tuvo lugar

el acto de toma de posesión del general de brigada (Ejército del Aire) excelentísimo señor

don Tomás Ramos Gil de Avalle como jefe de estudios de la ESFAS.

El acto estuvo presidido por el teniente general director del CESEDEN.

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Page 135: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

• Se ruega a los suscriptores de este Boletín de Información que consignen los cambios

de dirección postal que se produzcan a: Sección de Planes y Programas (Publicacio-

nes) del CESEDEN en paseo de la Castellana 61, 28071 Madrid, o bien mediante fax

a los números 91-3482553 o 91-3482554.

• Las personas interesadas en la adquisición de algunas Monografías del CESEDEN y

Boletín de Información pueden hacerlo en la librería que para tal efecto dispone el

Ministerio de Defensa, situada en la planta baja de la entrada al mismo por la calle

Pedro Texeira.defexa

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Page 136: Boletin de Informacion Del Ceseden 298

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